Por amor a la señorita Blandish
-
Upload
sofia-zamora-herrera -
Category
Documents
-
view
2.021 -
download
64
Transcript of Por amor a la señorita Blandish
![Page 1: Por amor a la señorita Blandish](https://reader036.fdocuments.es/reader036/viewer/2022081718/5571fb0b497959916993cb3d/html5/thumbnails/1.jpg)
![Page 2: Por amor a la señorita Blandish](https://reader036.fdocuments.es/reader036/viewer/2022081718/5571fb0b497959916993cb3d/html5/thumbnails/2.jpg)
![Page 3: Por amor a la señorita Blandish](https://reader036.fdocuments.es/reader036/viewer/2022081718/5571fb0b497959916993cb3d/html5/thumbnails/3.jpg)
![Page 4: Por amor a la señorita Blandish](https://reader036.fdocuments.es/reader036/viewer/2022081718/5571fb0b497959916993cb3d/html5/thumbnails/4.jpg)
![Page 5: Por amor a la señorita Blandish](https://reader036.fdocuments.es/reader036/viewer/2022081718/5571fb0b497959916993cb3d/html5/thumbnails/5.jpg)
![Page 6: Por amor a la señorita Blandish](https://reader036.fdocuments.es/reader036/viewer/2022081718/5571fb0b497959916993cb3d/html5/thumbnails/6.jpg)
![Page 7: Por amor a la señorita Blandish](https://reader036.fdocuments.es/reader036/viewer/2022081718/5571fb0b497959916993cb3d/html5/thumbnails/7.jpg)
La imagen de la señorita Blandish se contraponía a cada
instante con el mal recuerdo de sus clientes. Al final, los había
llamado por teléfono, decidido a enfrentarlos y romper la
burbuja que envolvía su corazón.
- He terminado mi trabajo –dijo en voz baja.
-¡Ya era hora! –exclamó la mujer.
-¿Y bien? –apuró el hombre pulcro.
Heredia jugueteó un momento con el sobre que tenía entre sus
manos, y en el cual estaba la foto y la ruina de la señorita
Blandish.
-No hay nada –dijo, disfrutando las muecas desencantadas de
la pareja, y sin importarle el lugar común de sus palabras,
agregó-. Su marido es inocente como una blanca paloma.
Minuto después, cuando la pareja se hubo marchado de la
oficina, Heredia contempló por última vez la fotografía.
Volvió a ponerla dentro del sobre, hizo una bola y la clavó
limpiamente en el papelero. Enseguida, sacó de su escritorio
un ajado ejemplar de las Carta de Raymond Chandler y leyó
donde decía: “Todos los tipos duros son irremisiblemente
tiernos de corazón”. Se acomodó lo mejor que pudren su
sillón, y buscando soñar con la señorita Blandish se durmió
con la tranquilidad que le daba el trabajo cumplido.
18