Por El Puro Placer de Fumar
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POR EL PURO PLACER DE FUMAR
S E G U N D A - F E I R A , J U L H O 1 7 , 2 0 0 6
toscanosA pedido de várias famílias aqui fica este pequeno texto sobre os
Toscanos.
Los pequeños placeres de la vida (por Fernando Sabater)
El cuarto placer sí que tiene que ver algo con el tabaco. No soy
misionero de nada, en el sentido de que hay que fumar o que no hay
que fumar. No creo que
haya que hacer nada, ni dar la lata a los demás. Si alguien no fuma, me
parece bien, como también me parece lo contrario. No es obligatorio que
fume quien
no le guste. El problema es el de las personas que han sustituido el
placer de fumar por el placer de perseguir a los que fuman. Esa
compensación es la
que me molesta. La otra me parece absolutamente razonable, pero
convertir en placer el ataque a los que fuman, me irrita.
No fumo cigarrillos. Me parecen demasiado iguales unos a otros, no
encuentro modulaciones. Prefiero los cigarros, los puros, que admiten la
complejidad
de fumarlos pequeños, largos, grandes, cortos. El puro es el placer de
fumar más en estado puro.
Pero hay unos puros que son los que a mi, de verdad, me gustan. No son
ni los grandes puros, ni los grandes habanos, que los entiendo como un
placer privado
y casi perverso. Me encantan los Toscani, los viejos toscanos italianos.
Tienen un aire tagarnínico. Es un puro rugoso, oscuro, que tiene gran
cantidad
de virtudes, porque se pueden hacer muchas cosas con él. Fumarse un
Toscano entero es una hazaña que no está al alcance de todo el mundo,
ni de todos los
pulmones. Lo normal es partirlos. Hay una versión de Toscano que es el
“toscanelli”, que son ya los puros toscanos partidos pequeños. Los
primeros años
que iba a Italia los llamaba “toscanini” y entraba en los estancos y lo
pedía. Todo el mundo me miraba y me señalaba la tienda de los discos
más próxima.
Los “toscanelli” son unos puros toscanos ya cortados. Le privan a uno
del placer de cortarlo y de estropear la mitad. Pero cuando has logrado
cortarlo
bien sin estropear el Toscano, me provoca una de estas grandes
satisfacciones.
Tiene virtudes indudables. Cuando uno lo empieza a fumar, alguien abre
las ventanas y empiezan a salir de la habitación, lo que es muy
agradable. Si te
quieres librar de la gente, enciende un Toscano y todo el mundo se pone
en plan de huida, con lo que se crea a tu alrededor un espacio tranquilo
muy confortable.
El Toscano es el cigarro por excelencia. Nadie puede fumar toscanos en
cadena. Es absolutamente imposible. Cada Toscano te deja, digámoslo
así, “toscanizado”
para 3 ó 4 horas, aunque seas de los más aficionados al Toscano que
puedan existir. Es de esos puros que se hacen notar. Aunque no sea
muy grande —partido
es pequeñito—, es de una concentración, de una intensidad, de una
ferocidad tal que te deja conmocionado para un tiempo, con lo que es un
puro que está
muy bien porque no puedes fumar mucho. La vida tiene un número
reducido de toscanos.
El otro día leí una estadística sobre cuántos orgasmos tiene uno en la
vida. Me pareció absolutamente alarmante el que los tengamos más o
menos contados
y, sobre todo, que tengamos un cupo. El número de toscanos lo
presiento mucho más reducido que el de orgasmos, que ya es decir.
Porque no puedes consumir
muchos toscanos. O bien a lo largo de la vida los espacias, con lo que
consumes un número limitado, o bien te fumas muchos seguidos y
entonces, te mueres.
Está muy en consonancia con la existencia humana, que es finita, como
siempre se nos ha dicho. Estas virtudes de los toscanos se acompañan
del aspecto.
Cuando te estás fumando un Toscano, una cosa tan torcida, nadie cree
que te estás fumando un puro, cree que estás haciendo algo alarmante
y la gente que
no ha huido de la habitación se preocupa por ti cuando te ve con el
Toscano en la boca. Tengo una experiencia real: acababa de volver de
Italia y Fernando
Sánchez Dragó me invitó a uno de sus primerísimos programas,
naturalmente de libros. Creo que estaba también Fernando Arrabal. Tres
“Fernandos”. No había
entonces las severas prohibiciones que hay ahora en televisión. Pues
bien: saqué un “toscanelli”, lo encendí y me puse a fumarlo. No sé por
qué le pasé
el “toscanelli” a Dragó. Le dio dos chupadas y me lo devolvió, y así
estuvimos durante todo el programa. Nunca se emitió: el aspecto del
“toscanelli” y
el deambular por la mesa se convirtió, al parecer, en una cosa cuasi
revolucionaria. Los toscanelli me proporcionan el placer que yo relaciono
con el tabaco.
El tabaco es un producto de uso aceptable que cierto tipo de abuso
enfermizo ha convertido en peligroso, nocivo y denostado. Lo malo es
que la mayoría
de las cosas pueden utilizarse muy mal; es fácil abusar de todas las
cosas que tienen un uso bueno. Hay personas que hacen usos perversos
de la religión,
del sexo, de la política, y de otras cosas que, en sí mismas, no están
mal. Si uno tiene una compulsión y no puede pasar el día sin fumarse 3
cajetillas
de cigarrillos posiblemente debería dejar de fumar, aunque me temo
que necesitaría otro tipo de compulsión sustitutoria, que también estará
inclinada al
abuso.
Los “toscanelli” ayudan a usarlo, sin abusar. Convertir la rutina que
puede ser el tabaco en una arma letal es algo sin duda dañino, porque
indica que algo
va mal dentro de uno. La mayoría de los excesos de tipo dañino,
peligroso, agresivo, indican algo no solo malo socialmente sino malo
dentro de uno. Algo
no va bien en mí si necesito hacerme daño de forma descarada. Por lo
demás, estoy convencido que fumar no es bueno en el sentido de que
sea higiénicamente
bueno, pero la mayoría de las cosas que hacemos en la vida tampoco
son higiénicamente buenas. Ni siquiera la vida misma. Miren cómo
acaban todas las vidas.
No será tan bueno vivir. La única enfermedad de transmisión sexual,
letal de necesidad, es la vida. Para qué, pues, vamos a esperar morir en
perfecto estado
de salud. Hay que intentar vivir y la vida exige ciertos compromisos con
la muerte, cierto jugar al escondite con cosas que, objetivamente, tal
vez no
sean buenas pero que ayudan a otras. La copa de vino que ayudó a
Shakespeare a escribir, el Toscano, la mojama y las almendras que me
ayudan a escribir
un artículo, cooperan a que pasemos una hora y otra sin desequilibrio,
neurosis, ni agresividad.
Fernando Savater
Filósofo y escritor
Biografía:
Nace el 21 de junio en 1947. Es Catedrático de Etica en la Universidad
del País Vasco, Profesor extraordinario en universidades de Dinamarca,
México, Francia,
Venezuela y otros países. Consiguió el Premio Nacional de Ensayo en
1982 por “La tarea del héroe” y Premio Anagrama de Ensayo en 1982
por “Invitación a
la ética”. Fue finalista en 1993 del Premio Planeta con “El jardín de las
dudas”. Aparte de sus colaboraciones en la prensa diaria, dirige con
Javier Pradera
la revista “Claves de la razón práctica”.
D O M I N G O , J U L H O 1 6 , 2 0 0 6
Subastan puro a medio fumar de Churchill por más de 500 eurosMedio siglo después, Winston Churchill sigue despertando pasiones: uno
de los puros a medio fumar del entonces
primer ministro británico ha sido subastado por 365 libras (528
euros/670 dólares), informó hoy la casa de subastas Outhwaite and
Litherland.
El nuevo propietario es un coleccionista procedente de Liverpool.
Churchill (1874-1965) tenía el puro en la boca el 14 de octubre de 1950,
cuando se disponía
a entrar en la sala de fiestas del Winter Garden, en la localidad costera
de Blackpool, para pronunciar un discurso.
Pero al gran amante de los puros le advirtieron entonces de que allí
estaba prohibido fumar. Churchill se sacó el puro de la boca y se lo
entregó a un vigilante,
que lo guardó como recuerdo y después lo dejó en herencia.
Winston Churchill aprendió a valorar los puros durante su estancia en
Cuba, a la edad de 21 años. En 1947, la fábrica de puros Romeo y Julieta
nombró una
de sus creaciones en honor del premier británico.
El año pasado, un estuche para puros que perteneció a Churchill se
vendió en una subasta por más de 12.500 euros (15.800 dólares).In
Vanguardia
Símbolo puro de Italia
Por JESÚS BERNARD
El buen fumar en Italia tiene nombre propio, el del cigarro puro Toscano. Elaborado con un original proceso de fermentación y un riguroso periodo de añejamiento, el país transalpino produce 120 millones de cigarros al año. "Sus inicios se remontan a 1815, cuando en la Manifattura Tabacchi de Florencia, unas balas de tabaco pertenecientes al Gran Duque de la Toscana, que se habían quedado al sol, se mojaron por una fuerte tormenta primaveral. En vez de tirar el tabaco al río Arno, como era costumbre cuando éste se estropeaba, decidieron extenderlo sobre unas láminas para su completo secado, para venderlo como cigarros populares. La sorpresa fue mayúscula cuando comprobaron que el agua había fomentado una intensa fermentación del tabaco y que su nuevo sabor gustaba más que el anterior. Así nace la leyenda del Toscano", explica Maurizio Cambrea, director comercial de la marca.
El cigarro Toscano se elabora exclusivamente con la variedad de tabaco americano Kentucky. Es un tabaco negro de color marrón oscuro curado directamente por el humo de las fogatas, que le aporta su característico aroma. Hasta completar su secado, proceso que puede demorarse hasta tres semanas, está sometido a una temperatura de hasta 50 grados.
Inicialmente, la materia prima se importaba de Estados Unidos y con ella se elaboraba un intenso tabaco de mascar y, posteriormente, unos rotundos
cigarros, pero a partir de 1850 comienza a cultivarse en Italia, principalmente en Campania, Umbría, Toscana y Véneto. Unos 150 cultivadores de estas regiones suministran el tabaco secado al fuego a la fábrica de Foiano della Chiana para que las expertas manos de las cigarreras puedan darle su forma definitiva. Aunque antes el tabaco tiene que vivir su etapa de fermentación que le aporta el gusto característico, por lo que las hojas se sumergen en agua imitando su accidentado origen.
Las cigarreras de las fábricas de Lucca y de Cava de Tirreni moldean primero las medias hojas del Kentucky para conformar el capillo del puro (primera hoja que lo envuelve), luego escogen la cantidad exacta de tabaco en la mano para el interior y, con unos rápidos movimientos, construyen el Toscano.
Puede sorprender su forma irregular y única, similar a los caliqueños, los populares cigarros valencianos; son puros fácilmente reconocibles en los labios de algunos de los que fueron o aún son sus apasionados valedores: Giacomo Puccini, Giuseppe Garibaldi o Clint East- wood. En España, su mayor defensor es el filosofo Fernando Savater que, en un excelente artículo donde definía los pequeños placeres de la vida, incluyó entre ellos el degustar un Toscano (vera apoyo).
En manos italianas. La propiedad de los emblemáticos Toscanos estuvo en manos del Ente Tabacchi Italiani hasta el año 2000, cuando fue adquirida por la multinacional British American Tobacco, aunque en poco tiempo regresó a propietarios italianos. En la actualidad forma parte del Grupo Industrial Maccaferri, con sede en Bolonia, que en 2006 tomó el control de la empresa con la ambición y la convicción de que su tabaco fuera un emblema de Italia que conquistara el mercado europeo y mundial. "Es algo más que un producto industrial. Tiene tradición, historia y representa el gusto por la calidad y las cosas agradables típicas del Italian Style", subraya el presidente de la firma.
Existen 17 tipos, incluidos sus hermanos menores los Toscanellos, más cortos, aromatizados con café, anís o grapa, y que son los más suaves de la gama ya que no tienen los cuatro meses como mínimo de añejamiento del puro normal. Como ejemplo, el pequeño con aroma a café se elabora con una inmersión de las hojas de este cigarro en café y, de esta forma, adquiere un sabor muy particular. Café y tabaco en un mismo producto, todo un homenaje más que intencionnado a su país de origen.
Este símbolo de la italianidad ha sabido combinar la tradición con la modernidad y, en la actualidad, ofrece una amplia gama de puros que incluye los ya mencionados Toscanello. Estos cigarros, con la mitad del tamaño de los Toscanos, nacieron como respuesta empresarial a la extendida costumbre popular de cortarlos por la mitad, en su punto más grueso, y de esta forma poder degustarlos en dos tacadas.
Entre los tradicionales, de cerca de 16 cm de longitud, se encuentra el
Garibaldi, recomendado para los que se inician en estos cigarros por su suavidad y equilibrio, debido a los seis meses de envejecimiento; también el Toscano Classico, de mayor carácter y los mismos meses de envejecimiento que el anterior; el Extra Vecchio, con más cuerpo y rotundidad de sensaciones, fruto de los nueve meses de maduración de su tabaco; y los Toscano Antico y el Antica Riserva, de gran potencia e intensidad de sabores, sólo aptos para los buenos conocedores del mundo del puro. Todos ellos se pueden encontrar en España, principalmente en la costa mediterránea y las islas Baleares, donde se concentra su mayor consumo.
Esta gama se completa con el Originale Selected, el Toscano del Presidente y el Originale Millennium. Pero sin duda la estrella de la colección es el exclusivo Il Moro, del que sólo se elaboran 18.000 unidades al año, hechos completamente a mano y que poseen el tabaco más contundente de todos (?2 meses de añejamiento). Está presentado en una caja individual de madera con forma de hoja de tabaco y se comercializa a unos 30 euros la unidad.
Las cifras de venta en España –un millón y medio de unidades al año– demuestran que los Toscanos comienzan a ser conocidos en nuestro país. "Los españoles están acostumbrados a fumar el puro cubano, pero el cigarro italiano tiene un gusto muy diferente, por lo que puede resultar muy atractivo probarlos", confía Mauricio Cambrea, el director comercial de la marca.
La opinión de Fernando Savater
Al placer de echarse la siesta, hojear el periódico matutino antes de que alguien lo haya leído en la casa o ver amanecer en París desde la ventanilla de un tren, el pensador Fernando Savater sumaba también el del tabaco, pero uno muy particular. Entre las jugosas palabras que publicó sobre sus pequeños placeres de la vida, destacan las siguientes:"No fumo cigarrillos. Me parecen demasiado iguales unos a otros, no encuentro modulaciones". "Prefiero los cigarros, los puros, que admiten la complejidad de fumarlos pequeños, largos, grandes, cortos. El puro es el placer de fumar más en estado puro. Pero hay unos puros que son los que a mí, de verdad, me gustan". "No son ni los grandes puros, ni los grandes habanos, que los entiendo como un placer privado y casi perverso". "Me encantan los Toscani, los viejos toscanos italianos. Tienen un aire tagarnínico".
"Es un puro rugoso, oscuro, que tiene gran cantidad de virtudes, porque se pueden hacer muchas cosas con él".
"Fumarse un Toscano entero es una hazaña que no está al alcance de todo el mundo, ni de todos los pulmones. Lo normal es partirlos. Hay una versión de Toscano que es el 'toscanelli', que son ya los puros toscanos partidos pequeños". "Tiene virtudes indudables. Cuando uno lo empieza a fumar,
alguien abre las ventanas y empiezan a salir de la habitación, lo que es muy agradable. Si te quieres librar de la gente, enciende un Toscano y todo el mundo se pone en plan de huida, con lo que se crea a tu alrededor un espacio tranquilo muy confortable". "El Toscano es el cigarro por excelencia. Nadie puede fumar toscanos en cadena. Es absolutamente imposible. Cada Toscano te deja, digámoslo así, 'toscanizado' para 3 ó 4 horas". "Es de esos puros que se hacen notar.
Aunque no sea muy grande –partido es pequeñito–, es de una concentración, de una intensidad, de una ferocidad tal que te deja conmocionado para un tiempo, con lo que es un puro que está muy bien porque no puedes fumar mucho. La vida tiene un número reducido de toscanos".
Gracias Traductor, primero la salud.Seguramente regresare de Italia con una buena cantidad de Toscanos para donarlos a los amigos más curiosos que quieren probar este puro, "Sigaro" en italiano, muy diferente de los que normalmente estamos acostumbrados a fumar (por el tipo de elaboración de la hoja).
Nazab, el Toscano se conserva con las mismas atenciones de los Caribeños a una humedad del 65-70% y posiblemente a una temperatura de 18-21 grados.
Si has fumado la pipa algunas veces, te puedo decir que el Toscano, para mi, tiene un sabor muy similar a cuando te pones la pipa apagada en la boca, un sabor intenso a tabaco con un retrogusto a madera ahumada, y dependiendo de la línea escogida hay toscanos más fuerte y otros más suaves, lo que siempre le he encontrado es un acabado ligeramente dulce. El aroma es impresionante.
El sabor y el aroma se deben al tratamiento peculiar de las hojas, que como bien dice Guevarita “son curadas directamente por el humo de las fogatas”.
Con un correcto añejamiento el sabor se suaviza como también la fortaleza.La presentación de este puro es igual para todas las líneas, es algo parecido a un figurado, lo que cambia es el calibre de la panza, o sea de la parte central.
Para quien no tiene mucho tiempo el Toscano se puede partir con un cortapuros a la mitad obteniendo dos “Toscanelli”. Furmarlo intero es una experienza inolvidable.
Mucha gente acompaña los toscanos con un Caffé Espresso o, chocolate amargo (minimo 80%) en conjunto con un destilado como por ejemplo la “Grappa”. Yo amo fumarlo acompañado con pedacitos de chocolate amargo y un vino dulce moscato.
El Toscano de más prestigio (y también el más caro: más de 30 euros) es el “MORO” un monstruo de 225mm con un diámetro central de 19mm, de producción limitada, del cual publico una foto y un link a un video (en italiano)
Símbolo puro de Italia
Un accidente fortuito alumbró en el siglo XIX uno de los cigarros puros con mayor personalidad. Tras secarse al sol y fermentar, el tabaco mojado por una tormenta desplegaba un sabor que gustó mucho más a los expertos. nacía así el cigarro Toscano, convertido hoy en uno de los grandes hitos del "Italian Style". "Es de una concentración, de una intensidad, de una ferocidad tal, que te deja conmocionado", ha escrito Fernando Savater.
Por JESÚS BERNARD
El buen fumar en Italia tiene nombre propio, el del cigarro puro Toscano. Elaborado con un original proceso de fermentación y un riguroso periodo de añejamiento, el país transalpino produce 120 millones de cigarros al año. "Sus inicios se remontan a 1815, cuando en la Manifattura Tabacchi de Florencia, unas balas de tabaco pertenecientes al Gran Duque de la Toscana, que se habían quedado al sol, se mojaron por una fuerte tormenta primaveral. En vez de tirar el tabaco al río Arno, como era costumbre cuando éste se estropeaba, decidieron extenderlo sobre unas láminas para su completo secado, para venderlo como cigarros populares. La sorpresa fue mayúscula cuando comprobaron que el agua había fomentado una intensa fermentación del tabaco y que su nuevo sabor gustaba más que el anterior. Así nace la leyenda del Toscano", explica Maurizio Cambrea, director comercial de la marca.
El cigarro Toscano se elabora exclusivamente con la variedad de tabaco americano Kentucky. Es un tabaco negro de color marrón oscuro curado directamente por el humo de las fogatas, que le aporta su característico aroma. Hasta completar su secado, proceso que puede demorarse hasta tres semanas, está sometido a una temperatura de hasta 50 grados.
Inicialmente, la materia prima se importaba de Estados Unidos y con ella se elaboraba un intenso tabaco de mascar y, posteriormente, unos rotundos cigarros, pero a partir de 1850 comienza a cultivarse en Italia, principalmente en Campania, Umbría, Toscana y Véneto. Unos 150 cultivadores de estas regiones suministran el tabaco secado al fuego a la fábrica de Foiano della Chiana para que las expertas manos de las cigarreras puedan darle su forma definitiva. Aunque antes el tabaco tiene que vivir su etapa de fermentación que le aporta el gusto característico, por lo que las hojas se sumergen en agua imitando su accidentado origen.
Las cigarreras de las fábricas de Lucca y de Cava de Tirreni moldean primero las medias hojas del Kentucky para conformar el capillo del puro (primera hoja que lo envuelve), luego escogen la cantidad exacta de tabaco en la mano para el interior y, con unos rápidos movimientos, construyen el Toscano.
Puede sorprender su forma irregular y única, similar a los caliqueños, los populares cigarros valencianos; son puros fácilmente reconocibles en los labios de algunos de los que fueron o aún son sus apasionados valedores: Giacomo Puccini, Giuseppe Garibaldi o Clint East- wood. En España, su mayor defensor es el filosofo Fernando Savater que, en un excelente artículo donde definía los pequeños placeres de la vida, incluyó entre ellos el degustar un Toscano (vera apoyo).
En manos italianas. La propiedad de los emblemáticos Toscanos estuvo en manos del Ente Tabacchi Italiani hasta el año 2000, cuando fue adquirida por la multinacional British American Tobacco, aunque en poco tiempo regresó a propietarios italianos. En la actualidad forma parte del Grupo Industrial Maccaferri, con sede en Bolonia, que en 2006 tomó el control de la empresa con la ambición y la convicción de que su tabaco fuera un emblema de Italia que conquistara el mercado europeo y mundial. "Es algo más que un producto industrial. Tiene tradición, historia y representa el gusto por la calidad y las cosas agradables típicas del
Il Moro.
Classico.
Savater. Se confiesa "enganchado" a los toscanos.
Italian Style", subraya el presidente de la firma.
Existen 17 tipos, incluidos sus hermanos menores los Toscanellos, más cortos, aromatizados con café, anís o grapa, y que son los más suaves de la gama ya que no tienen los cuatro meses como mínimo de añejamiento del puro normal. Como ejemplo, el pequeño con aroma a café se elabora con una inmersión de las hojas de este cigarro en café y, de esta forma, adquiere un sabor muy particular. Café y tabaco en un mismo producto, todo un homenaje más que intencionnado a su país de origen.
Este símbolo de la italianidad ha sabido combinar la tradición con la modernidad y, en la actualidad, ofrece una amplia gama de puros que incluye los ya mencionados Toscanello. Estos cigarros, con la mitad del tamaño de los Toscanos, nacieron como respuesta empresarial a la extendida costumbre popular de cortarlos por la mitad, en su punto más grueso, y de esta forma poder degustarlos en dos tacadas.
Entre los tradicionales, de cerca de 16 cm de longitud, se encuentra el Garibaldi, recomendado para los que se inician en estos cigarros por su suavidad y equilibrio, debido a los seis meses de envejecimiento; también el Toscano Classico, de mayor carácter y los mismos meses de envejecimiento que el anterior; el Extra Vecchio, con más cuerpo y rotundidad de sensaciones, fruto de los nueve meses de maduración de su tabaco; y los Toscano Antico y el Antica Riserva, de gran potencia e intensidad de sabores, sólo aptos para los buenos conocedores del mundo del puro. Todos ellos se pueden encontrar en España, principalmente en la costa mediterránea y las islas Baleares, donde se concentra su mayor consumo.
Esta gama se completa con el Originale Selected, el Toscano del Presidente y el Originale Millennium. Pero sin duda la estrella de la colección es el exclusivo Il Moro, del que sólo se elaboran 18.000 unidades al año, hechos completamente a mano y que poseen el tabaco más contundente de todos (?2 meses de añejamiento). Está presentado en una caja individual de madera con forma de hoja de tabaco y se comercializa a unos 30 euros la unidad.
Las cifras de venta en España –un millón y medio de unidades al año– demuestran que los Toscanos comienzan a ser conocidos en nuestro país. "Los españoles están acostumbrados a fumar el puro cubano, pero el cigarro italiano tiene un gusto muy diferente, por lo que puede resultar muy atractivo probarlos", confía Mauricio Cambrea, el director comercial de la marca.
La opinión de Fernando Savater
Al placer de echarse la siesta, hojear el periódico matutino antes de que alguien lo haya leído en la casa o ver amanecer en París desde la ventanilla de un tren, el pensador Fernando Savater sumaba también el del tabaco, pero uno muy particular. Entre las jugosas palabras que publicó sobre sus pequeños placeres de la vida, destacan las siguientes:
"No fumo cigarrillos. Me parecen demasiado iguales unos a otros, no encuentro modulaciones". "Prefiero los cigarros, los puros, que admiten la complejidad de fumarlos pequeños, largos, grandes, cortos. El puro es el placer de fumar más en estado puro. Pero hay unos puros que son los que a mí, de verdad, me gustan". "No son ni los grandes puros, ni los grandes habanos, que los entiendo como un placer privado y casi perverso". "Me encantan los Toscani, los viejos toscanos italianos. Tienen un aire tagarnínico".
"Es un puro rugoso, oscuro, que tiene gran cantidad de virtudes, porque se pueden hacer muchas cosas con él".
"Fumarse un Toscano entero es una hazaña que no está al alcance de todo el mundo, ni de todos los pulmones. Lo normal es partirlos. Hay una versión de Toscano que es el 'toscanelli', que son ya los puros toscanos partidos pequeños". "Tiene virtudes indudables. Cuando uno lo empieza a fumar, alguien abre las ventanas y empiezan a salir de la habitación, lo que
es muy agradable. Si te quieres librar de la gente, enciende un Toscano y todo el mundo se pone en plan de huida, con lo que se crea a tu alrededor un espacio tranquilo muy confortable". "El Toscano es el cigarro por excelencia. Nadie puede fumar toscanos en cadena. Es absolutamente imposible. Cada Toscano te deja, digámoslo así, 'toscanizado' para 3 ó 4 horas". "Es de esos puros que se hacen notar.
Aunque no sea muy grande –partido es pequeñito–, es de una concentración, de una intensidad, de una ferocidad tal que te deja conmocionado para un tiempo, con lo que es un puro que está muy bien porque no puedes fumar mucho. La vida tiene un número reducido de toscanos".
1. Madre mía... hoy me he fumado medio toscano... y joder... cuando recobré el conocimiento anduve un rato confundido porque pensaba que me habían robado el caballo... :-D
Ahora en serio... entiendo a Savater cuando dice que son feroces... creo que no he probado tabaco mas fuerte... iré pasito a pasito con ellos, porque no me han desagradado....
eccehomo, 22 de Enero de 2014
#122
A RafaelEdgar, Pascual, juanodin y 6 otros les gusta esto.
2.
juanodinGran Corona
Mensajes:
755
Hoy compré una petaca de "Toscano Antico" fumé uno acompañado de un café y compartiendolo con un gran fumador de cigarrillos cohiba, me ha sorprendido muy gratamente, cigarro muy especiado y de una buena fortaleza, una muy agradable experiencia, a mí amígo casi le rompe el pecho por la costumbre de tragar todo el humo. Creo que pronto intentaré una "Maremmana" y ya os contaré, gracias por descubrirnos otra variedad de nuestra pasión y afición.
un saludo.
Serrus71EpicurMensajes:
1.095Hola Horses, en Italia cuando fumas un toscano intero se dice a la "Maremmana" y es la mejor forma de fumar un toscano si quieres aprovechar sus sabores al 100%. Todo se hace mas cremoso y se atenua la sensation de fortaleza tipica de este cigarro. Cuando se fuma a la "Maremmana" es costumbre cortar aprox. 1/2 - 1cm de cada extremo para mejorar el tiro.A los 3 minutos de este video se ve como cortar los extremos cuando quieres fumar el Toscano intero.
LOS CIGARROS PUROS TAMBIÉN SE CATAN. GUÍA DE CATA
Escrito por Carlos Acirón en ¿Qué es? y etiquetada con cata, Puros2013/10/11
La Cata Técnica o Degustación Sensorial de los Habanos se llevan a cabo en las
fábricas, o galeras cubanas generalmente por un grupo de gran experiencia cuyos
miembros están acostumbrados a fumar muchos y muy diferentes tipos de tabaco.
Esto es necesario para que nadie se identifique con un solo tipo de tabaco o una
sola vitola, ya que de ser así, no podrían tener un patrón mental adecuado,
estarían prejuzgando los puros de la degustación al compararlos con el formato al
que están acostumbrados a degustar o fumar habitualmente.
Sencillamente, siempre encontrarían diferencias entre el cigarro que están
probando y el suyo habitual.
Lo único que deben tener en cuenta es el hecho en sí de fumar el cigarro y llevar a
cabo el análisis hasta donde sean capaces, diferenciando con todos los sentidos,
vista, tacto, olfato y fundamentalmente, gusto, las diferentes características que
tiene el cigarro en cuanto a aroma, sabor, combustibilidad, tiro y fortaleza, además
de su experiencia externa, y su textura, aspectos de vital importancia en la acción
de degustar. La Asociación de Sommeliers de Cuba, también organiza las catas
técnicas y sesiones de Maridaje para los Habanos, donde participan profesionales y
amantes del mundo de la degustación. A continuación se relacionan los elementos
a tener en cuenta a la hora de degustar un Habano.
El Color de la Capa
Esto corresponde a la textura de la capa, la parte más evidente del Habano, ya sea
desde el punto de vista estético (finura, color, aspecto de la hoja…), del tacto
(duro, suave, irregular…), o del acabado (desigual, apretado, flojo…)
El Aroma
Es el elemento más difícil de valorar. Se llega por dos caminos: Primero, al abrir la
caja y segundo, al acercar el cigarro a la nariz cuando está apagado. Después de
encenderlo el aroma debe ser medido colocando el cigarro con la punta humeante
hacia arriba, unos 30 cm por debajo de la nariz .El aroma puede ser suave o fuerte,
aromático o sutil.
Otros puntos importantes de ser tomados en cuenta: Según la composición de su
ligada el aroma puede llegar a ser más intenso, más duradero. El aroma puede
aumentar o no con la combustión, o sea a medida que se fuma impregnará con
mayor o menor intensidad el ambiente. .Permanecerá en nuestro olfato más o
menos tiempo y con ello nos indicará el tiempo de cada bocanada.
El Sabor
El sabor es lo más importante desde el punto de vista de la degustación y,
curiosamente, depende de muchos factores, tanto inherentes al cigarro o ajenos a
él. Tiene un componente que depende de nuestro propio estado del “cuerpo”, o
sea, un habano no tiene el mismo sabor por la mañana que por la tarde o la noche,
ni antes o después de una comida, ni con un café, un ron . Ni siquiera el primero
del día sabe igual que el segundo si el fumador no se toma un largo respiro entre
los dos o simplemente borra el paladar, por cierto, en las catas de placer, 2 o 3
copas de Spirits.
El sabor, además, debe ser juzgado siempre “en caliente”. ya se sabe que un plato
medio frío no sabe igual que un plato en su punto, y con los cigarros ocurre algo
similar. Cuando se dan las primeras bocanadas, todo el humo pasa a través del
cuerpo del cigarro que está a temperatura ambiente. El humo tiene una
temperatura mayor que la del cigarro y, a medida que va avanzando la fumada, el
humo va recalentando el cigarro, y se va produciendo un cambio en el sabor. A
medida que avanza la fumada el cambio es menor, pues la temperatura del humo
ya ha calentado todo el recorrido y la variación cada vez es menor. Por eso el
sabor se debe juzgar “en caliente”, es decir, a medida que el cigarro se consume,
sin darle excesiva importancia a las bocanadas iniciales.
El Tiro
El tiro viene determinado, fundamentalmente por la construcción del cigarro, es un
aspecto mecánico que tiene mucho que ver con el torcido, la ligada y el formato
del habano. Está muy relacionado con la combustibilidad, ya que al aumentar el
tiro aumenta la entrada de aire y el cigarro arde más, aumentando la
combustibilidad natural del cigarro. Aunque en él influyen también factores como
la calidad del tabaco o las condiciones de conservación durante todo el proceso de
fabricación y posterior almacenamiento en el escaparate.
El tiro debe ser el correcto, ni mayor con el consabido sabor caliente que produce,
ni menor, con las dificultades que entraña la fumada. La forma en el que el
torcedor aprieta el cigarro será uno de los valores que determine la calidad del tiro.
Por ello, un buen habano no es una ciencia exacta, influye como en cualquier
producto artesanal, la mano humana. La experiencia profesional del torcedor y su
categoría le harán colocar las hojas de la liga en su equilibrio perfecto. Ni muy
apretadas, lo cual ralentiza el tiro, ni muy sueltas, para que a la hora de fumar las
hojas no se suelte y el armazón de puro se desmorone. También influye en el tiro
el diámetro de la apertura que se haga en la perilla del cigarro, la forma y el
tamaño del cigarro. El tamaño de la apertura en la perilla permite que se absorba
más o menos aire en cada fumada, aumentando o disminuyendo el flujo de
oxígeno, el tiro y, por ende, la combustibilidad.
El tiro se cuantifica de 1 a 5, siendo 5 el tiro correcto; 2 es el tiro excesivo (la
bocanada es demasiado exagerada, entra con mucha fuerza y llega caliente) 1 es
el tiro insuficiente( por mas que se aspira apenas sale humo)4 es un tiro
ligeramente superior al correcto y 3 uno ligeramente inferior.
La Combustibilidad
Este aspecto de la degustación se centra en la velocidad y la forma en que arde un
cigarro, y se tienen que tomar en cuenta bastantes detalles: la ceniza que va
quedando; el anillo se empieza a analizar cuando ya hay unos 2cm. de ceniza si
arde bien el cigarro los círculos que se van formando tienen u una forma regular y
pareja; el color y la consistencia de la ceniza son otros de los indicadores que
deben observarse, la forma de la brasa cuando se desprende la ceniza es algo que
se debe tener muy presente si queda plana la combustión es normal; si queda
cónica como un volcán la combustión es excelente; y si queda en forma de cráter,
se considera mala,la capa quema más lentamente que la tripa . El color de la
ceniza nos habla de la madurez del puro, si presenta una coloración entre gris y
blanco, nos habla de un Habano con una excelente madurez, en cambio si la
coloración va de gris a negro, nos indica que aun debemos cuidarlo un tanto en el
humidor.
Recuerde que no debe desprender constantemente la ceniza como si fuese un
cigarrillo. La ceniza larga y consistente es uno de los símbolos de un buen Habano.
Si la fumada es constante nunca se le apagará, si es muy grande el cigarro se
calentará en demasía tomando fuerza en su sabor, si es muy lenta terminará por
apagarse. Al finalizar la fumada deje el cigarro descansar en el cenicero nunca lo
oprima, y mucho menos tirarlo.
La Fortaleza
La fortaleza del habano viene determinada por la ligada del puro, el equilibrio entre
los diferentes tipos de hoja y su procedencia. Las diferentes marcas apuestan por
diferentes niveles de fortaleza para colocar sus puros en los diferentes mercados o
dirigirlos a distintos gustos. Este valor determinará para el aficionado sus vitolas
preferidas. Se valora en función de los tipos de tabaco que interviene en la ligada y
de los porcentajes que lleva de cada una. Los fuertes llevan los tres tipos de hoja,
ligero (fortaleza 3), seco (fortaleza 2) y volado (fortaleza 1), los medianos llevan
tabaco seco y volando y los suaves sólo tabaco volado.
Suave o fuerte: Una vez se haya familiarizado con los sabores, hay algo que debe
recordar; si fuma más de un habano diario, estos deben tener sabores similares o
la intensidad de los mismos debe incrementarse de forma progresiva durante el
día. Nunca fume un cigarro suave después de uno fuerte ya que no lo disfrutará.
Largos o cortos: El sabor de un habano se intensifica a medida que se fuma.
Con frecuencia su fortaleza no se revela hasta que se encuentra por la mitad. Para
poder hacerle justicia, seleccione el largo del cigarro en función del tiempo que
tenga para fumarlo.
Grueso o fino: Los cigarros de calibre grueso arden más y tienden a ofrecer un
sabor más suave que los finos. En realidad, las vitolas finas no contienen hojas de
tabaco ligero en la ligada, para no entorpecer la combustión. También hay quien
dice que el del cigarro debe corresponderse con la cara del fumador.
Oscuro o claro: El color las capas puede variar de una caja a otra, de maduro a
claro. Algunos piensan que los cigarros de capas oscuras poseen un sabor más
fuerte, pero esto no es así. Es la mezcla de las diferentes hojas que componen la
liga la que dicta el sabor. En todo caso, las capas oscuras son más dulces,
comparadas con las claras.
Añejo o fresco: Al igual que los vinos, los habanos pueden añejarse.
Almacenándolos correctamente, pueden conservarse por lo menos durante 15
años y, en ocasiones, por más tiempo con el añejamiento, su sabor y su aroma se
perfeccionan, se asientan se hacen exquisitos.
El Corte
El corte es fundamental, determinará el tiro, la combustión y el sabor. El corte
debe ser limpio, sin estrías y no debe cruzar nunca la línea que une la perilla de la
capa. Esto conduciría que la capa comience a desenrollarse
y el puro se deshaga. De su acertada ejecución dependerá el sabor y la duración
del puro. No debe ser un corte excesivo; ya que provocaría una combustión
demasiado rápida y una sensación de excesivo calor en la boca.
Para un buen corte existe una gran variedad de instrumentos. Lo más sencillo es
utilizar una guillotina o una tijera especial; nunca se debe perforar la perilla, ni
cortarse con los dientes o las uñas, ya que esto solo conduciría a dañar el puro. Si
se desea retirar la anilla del puro, hay que esperar a que esté encendido. En caso
contrario, se podría dañar la capa.