Por Juan M. LOPE T · 20 UNIVERSIDAD DE MEXICO Por Juan M. LOPE DE "Porque el hombre bien amado...
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Por Juan M. LOPE
DE
"Porque el hombre bien amadovive sin desasosiego,y aun, para estar más guardado,cliz que andáis siempre calfadode calras de Villadiego."
alpa1'gatas, o cosa parecida: lo que hoydecimos calzado." Rodrígue¡¡: Marín seapoya, para hacer esta afirmación, 'enunos versos del licenciado Sebastián deHorozco -mediados del siglo XVI- enlos cuales, dirigiéndose a un cobarde,dice:
Esto es, para salir huyendo en cuantohaya la menor señal de peligro. Y, naturalmente, para huir, corriendo sobre"el duro y áspero suelo", más necesariosresultan unos buenos zapatos que losmejores pantalones ...
En resumen: se trata de tomar las calzas (sandalías, borceguíes) de Villadiego. Mas la duda persiste. ¿Qué pudo darorigen a tal frase? Y aquí vienen lashipótesis más gratuitas, aunque no ilógicas, que puedan imaginarse. Una delas que han logrado mayor fortuna es ladefendida por el erudito catalán PedroFelipe Monlau, para quien dicha expresión pudo deberse al hecho de que uncierto buen señor, llamado lógicamenteVilladiego, viéndose en algún compromi~o o apuro, tuviera que salir huyendo(pIes,. ¿p~ra qué o~ quiero?), sin disponer slqmera del tIempo necesario paraponerse sus calzas o pantalones. Esta explicación no es, en rigor a la verdad,fruto de la imaginación desbocada delseñor Monlau. Se encuentra ya en unode los primeros gramáticos de la lenguaespañola, en. el célebre Sebastián de Covarrubias; efectivamente, en su prodigioso Tesoro de la lengua castellana oespañola (Madrid, 1611), s. v. calfas,explica: "Está autorizado este refrán por
Dibujos de ]. M. Giménez Botey.
VILLADIEGO
dijo medias, como en español moderno.)Por ello, en la mayoría de las explicaciones dadas a nuestra expresión se piensa que esas calzas serían el equivalentede los modernos pantalones, y que las deVilladiego deben interpretarse como sinónimo de calzones; así piensa, por ejemplo, Pedro Felipe Monlau, como despuésveremos. Sin embargo, creo más probable, casi seguro, que por calzas haya deentenderse, en la frase comentada, algosemejante al genérico moderno calzado.Baso mi suposición en el hecho de que,en el pasaje de La Celestina aducido como primer .testimonio, al presponderPármeno a la invitación de Semproniopara huir -para tomar calzas de Villadiego-, replica:
Por si ello no fuera bastante, recordaré que en los diccionarios de español redactados durante el Renacimiento, suelen mencionarse las calzas como un género c~e calzado; así en el Diccionario muyCOPIOSO de la lengua española y francesade Jean Pallet (París, 1604) se traduce:"Ca1<;a = chausse, botine." De igualopinión es el sabio cervantista don Francisco Rodríguez Marín, quien, comentando un pasaje de Cervantes en queaparece la palabra calzas ("Pondré piesen polvorosa; tomaré de Villadiego lascalzas"), sostiene: "Ha de entenderseque calzas no significa en esta frase, como suele, fundas de las piernas. sino
-"Leído has donde yo; en un corazón estamos. Calzas traigo, y aun borceguíes . .. para mejor huir que otro."
LAS
Tonos CREEMOS conocer a fondo elidioma que hablamos; todos ima
~ ginamos dominar la lengua materna ... y, sin embargo, he aquí una frase-Tomar las de Villadiego- que escapaa nuestro supuesto dominio. Una ... ¡CO
mo tantas otras! Todos empleamos, ohemos oído emplear, esa expresión; conocemos su significado, su "intención",pero somos incapaces de "explicarla", dedescubrir siquiera su origen. ¿Qué significa? -Bah! -se me responderá-; esocualquiera lo sabe: huir. El Diccionariode la Academia, tan vilipendiado el pobre, lo declara: "Frase figurada = Ausentarse impensadamente, de ordinariopor huir de un riesgo o compromiso."Muy bien, pero ¿quién o qué es eseVilladiego? Desde hace siglos se ha tratado de hallar respuesta a estas cuestiones: en vano. Conozco no menos de nueve interpretaciones de tan usual locución, y ninguna de ellas cierta o siquiera probable.
Veamos: ¿qué será Villadiego? -Hayrespuestas para todos los gustos. Segúnmuchos, Villadiego ha de ser el nombrede una persona, de un ente histórico ode una figura simbólica, como PedroGrullo, el de las contestaciones brillantes. Para otros, Villadiego no puede sermás que el nombre de algún lugar, deun pueblo o ciudad española, posiblemente la aldea castellana de Villadiego,en la provincia de Burgos. Y aún hayquien piense que, en realidad, villadiegono es más que un adjetivo común, sinónimo de andarín o caminante.
y ese las ¿a qué alude? ¿Qué conceptova implícito en ese artículo femenino?Esto, al menos, sí se sabe con relativaseguridad: las son calzas. Parece probado: en los textos en que se usa por primera vez nuestra expresión se dice siempre "tomar las calzas de Villadiego". Asíen el más antiguo de todos, en La Celestina: habla Sempronio (auto XII) :
-"Apercíbete, a la primera voz queoyeres, a turnar calzas de Villadiego".
y la misma frase se repite en l:tSegunda Celestina, de Feliciano de Silva(cena 4!): "Maldito sea el hombre tanfanfarrón, y si viene a mano, el primeroque tome calzas de Villadiego será el."Juan de Castellanos, el historiador-poetadel Nuevo Reino de Granada, versificaen sus Elegías de varones ilustres deIndias (Parte JI, eleg. 2, canto 2) :
"Acuden caballeros y peonesa fin de les romper las vestiduras,pespuntando las calzas y jubonesque el calcetero hizo sin costuras:Unos dejan allí las calzas luego,y otros tomaron las de Villadiego."
No cabe, pues, duda alguna: el lasse refiere a calzas. Mas el problema noqueda, con esto, íntegramente resuelto,ya que cabría preguntarse; ¿qué debemosentender aquí por calzas? Como bien sesabe, originariamente las calzas eran una
. prenda de vestir que cubría los muslosy las piernas, ·con mayor o menor holgura. (Las medias calzas sólo subían hastala rodilla, de donde, abreviadamente, se
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el autor de la Celestina, y no consta desu origen, mas de que Villadiego sedevió de ver en algún aprieto y no ledieron lugar a que se cal~asse, y conellas en. las m.anos se fue huyendo." EstecuenteClllo hIZO fortuna entre los lexicógrafos del Renacimiento; pocos añosdespués,. e~ 1617 ~xactamente, lo incluyeen su Dzctwnary zn Spanish and Englishel hispanista John Minsheu: "A proverbe taken from the men of Diego,which being besieged, ranne away bynight with their breeches in their hands."
¿Cómo objetar a esta hipótesis, propuesta por u~ gramático tan insigne como CovarrubIas, que además vivió en laépoca en que parece haber nacido laexpresión? -A pesar de ello, su explicación se nos antoja tan llana, tan "obvia", que nos obliga a abrigar seriostemores. ¡Fueron tantas las etimologíasfantásticas y descabelladas, propuestaspor los gramáticos de aquel tiempo! Porotro lado, repárase en que Covarrubiassupone, pero no afirma. Además, otrogramático de la época, tan autorizado como el toledano, si no más, el salmantinoGonzalo Correas, recoge la anécdota ...para negar su autenticidad. En su Vocabulario de refranes y frases proverbiales(1626) escribe: "no se sabe cuándo de
su principio y colígese que ser dicho alplácito; pudo ser que alguno llamadoVilladiego huyó de peligro y afrenta, oescapó de cárcel, y dio ocasión al refráncomparando con él; mas no es cierto nilo creo."
Sin embargo, éste fue el único intentode explicación dado durante el Siglode Oro. Han de transcurrir muchos añospara que surja una nueva teoría: la queel poeta romántico Juan Eugenio deHartzenbusch insinuó en una carta dirigida a un amigo suyo. Lo mejor y másconciso será transcribir sus palabras: "Algo quiero observar también acerca de lafrase tomar las de Villadiego. De su origen, Covarrubias y Quevedo [luego loveremos] nada sabían, y a mí me sucedelo mismo. No, sin embargo, que en laCelestina leemos tomar calzas de Villadiego, y me llama la atención que el sustantivo calzas esté sin artículo. AgregueUd. a esto que en una colección de adagios, ordenados por Luis Galindo, quetenemos manuscrita en la BibliotecaNacional [de Madrid], en vez de tomarlas de Villadiego, se lee tomar las deVillariego. y refiriéndose al Diccionariode Franciosini [VocabolaTio italiano es~agn,!",olo, Roma 1620] se expresa quevdlanego, además de otra significación,tiene la de caminadoT. Quizá en su origen esta frase sería tomaT calzas de villariego, esto es, 'tomar calzones de andarín', y posiblemente los andarines, paraverse más libremente, no llevarían calzas, sino zaragüelles u otra vestimenta demuslos y piernas, que se la sujetasen como las calzas, que por lo común fueronajustadas. "
Así pues, calzas de villariego, de andariego o andarín, según Hartzenbusch.Pero ... lo malo de esta hipótesis es queel testimonio de Galindo es el único enque se escribe villariego, frente a multitud de ellos, de todos tiempos y estilos,en que se dice invariablemente Villadiego. Por otro lado, el adjetivo villaTiegono aparece más que en el Diccionario de
Franciosini . .. De eXIstir tal palabra,sería inexplicable que lexicógrafos tanimportantes como Correas y Covarrubiasla desconocieran ... Puesto que, de haberla conocido, no habrían dejado derelacionarla inmediatamente con el villadiego del refrán. No; la hipótesis deHartzenbusch, aunque cautivadora, sebasa en un dato a todas luces falso.
Adelante pues. Otra teoría: la deldoctor Rosal, médico cordobés del siglopasado. "Villalobos, en el reino de León.Es de notar que al tiempo que los romanos entraron conquistando a España,no sabiendo los nombres de los lugares,ni entendiendo el lenguaje de la tierra,ni pudiendo saberlo por ser lugares pepequeños y tratar con enemigos, los nombraban por las insignias que en las puertas de las villas o plazas hallaban puestas, pues cada lugar tenía alguna plantao animal con que se diferenciaban, o deque se jactaban, como en modo de jeroglífico. Así Villalpando fue villa de elefante; y Villalón, villa de león; y Villamuriel, villa de mulieTü; villa de Mor oMur, ville del ratón; VILLADIEGO, villa deequo, que es caballo, de donde piensoque manó aquel refrán tan vulgar deVilladiego, que será tomar las armas deVilladiego, que son el caballo; que otrosdicen acogerse a los cuatro pies; y eneste modo, por donaire, dicen al caminar a pie llevar el caballo de San Francisco." O, podríamos añadir, como en lomoderno, "tomar el caballo de San Fernando, unos ratos a pie y otros andando".
Aunque fonéticamente la evolución deequo a iego es por entero posible (lomismo que el femenino equa>iegoa>yegua; por consiguiente villa d (e) iego>villadiego), la hipótesis no es de ningún modo aceptable. ¿Dónde quedan las
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calzas, obligadas en casi todos los ejemplos antiguos? ¿Qué autoriza al doctorRosal a sustituir calzas por aTmas? ¿Dedónde saca su fant;ística información sobre los "jeroglíficos" prelatinos? Felicitemos al doctor Rosal por su portentosaimaginación, digna de más altos vuelos,y prosigamos nuestra búsqueda.
Muy erudita -y no menos rebuscadaes la explicación que ofrece Julio Cejador en su nota al pasaje de la Celestinaantes citado (ed. de Clá.sicos castellanos,t. JI, p. 80). Según este ilustre lingüistay discutido crítico literario, es precisotener en cuenta otros nombres semejantes, y también ficticios, como Vi/laviudas, donde las viudas "van a gastar suviudez"; o como Villacen'ada, donde "viven las jóvenes muy encerradas", segúnel refrán recogido por Correas: "En Villacerrada no hay ninguna forzada"; ocomo Vil/afranca de N/antes de Oca, altade camas y baja de mpa, que indica"mucha ostentación y poca franqueza oliberalidad"; o Villavieja, en La pí~am
Justina, donde se lee: "Ojos que ven noenvejecen, si no son los de águila, quecuanto más pico ven, van más a villavieja" (más envejecen). Así, según Cejador, "Villadiego alude a Diego: si éstees Santiago, que corre con su caballoblanco, u otro Diego corredor, no se sabe. Las calzas mejores para correr son,sin duda, el caballo. Pero Diego en Espalia es el ladino y socarrón, que, afectando sencillez, procede con malicia. AsíYo me llamo Diego, ni pago ni niego,del ladino y socarrón ... Tomm- las calzas de Villadiego y después simplementelas de Villadiego es irse adonde van yviven los ladinos y que hurtan el cuerpo al peligro, escaparse como ellos".. Sin embargo, no es la cobardía -queImpele a huir- el riesgo sobresaliente del
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ladino y socarrón; si Diego significaracobarde, sí sería lógico pensar que lascalzas de nuestro refrán aludiesen a lasde los cobardes -cómodas y apropiadaspara la huida. De tal modo que nadaprueba con certeza que al decir Villadiego se haga alusión al caballo de Santiago ni a los hombres ladinos y sagaces.Aunque tampoco pueda negarse rotundamente.
Si bien la hipótesis más antigua, lade Covarrubias, nos inclina a pensar, como hemos visto, que Villadiego sea unhombre "semiencuerado", la mayor parte de ellas nos hace suponer que se tratede un pueblo o aldea castellana. Tal supone Rodríguez Marín en su comentarioya citado sobre el pasaje celestinesco.El ilustre cervantista se basa en las palabras de Pármeno: "Leído has donde yo;en un corazón estamos. Calzas traigo, yaun borceguíes, desos ~ugares que túdices, para mejor huir que otro". Sinembargo, la prueba no es válida, porfalsa. Rodríguez M arín leyó lugares donde, en las mejores y más antiguas ediciones, se dice invariablemente ligeros.Pero ello no impide, naturalmente, suponer que el Villadiego del refrán seaun lugar de Castilla. Así lo afirma, salomónicamen te, el Diccionario Enciclopédico Larousse: "Villadiego, villa deEspaña (prov. de Burgos). Fábricas dealforjas afamadas, de donde se ha originado el refrán tomar las de Villadiego,por tomar las alforjas para marcharse."Claro es que esta sentencia no se basa enprue.ba .documental alguna, y que porconSIgUiente no puede aceptarse sin más,ya que no existe ni un solo testimonio enque se mencionen las alforjas dentrode nuestra frase.
El periodista y viajero infatigable Víctor de la Serna trata de resolver esa dificult~d advirtiendo que en Villadiego sefabncan, no sólo magníficas alforjas sino también no menos excelentes alpm'gatas. Y es de opinión que en el dichotomar las de Villadiego debe entendersealpargatas y no alforjas, porque, si bienamb~s c?sas. son artículos de viaje, lasalforps ImpIden la fuga, dificultan lacarrera, en tanto que las alpargatas lafa~ore~en. -Bi~n; admitamos que en elVilladIego medIeval se fabricaran calzasde igual manera que hoy se fabrica~alpargatas. Pero ¿cómo explicar que lafama de tales calzas hubiera dado origen al refrán estudiado, sin hacerse ésta~ antes ~roverbiales y famosas por símIsmas? DIcho de otro modo; para quelas calzas de Villadiego entrasen a form,ar parte d.e una frase proverbial, teman nece.sar.lamente que ser ya famosasc?n antenonda~l, y conocidas por todos.S~n embargo, 111 Covarrubias ni Correasm l?s demás gramáticos del Renacimient? tIenen la menor noticia de la excelenCIa de las calzas fabricadas en Villadiego.Ergo. .. la hipótesis se derrumba porfalta de base.
Mas, si suponemos que el Villadiegode nuestro refrán pueda ser el pueblecitocastellano, ¿por qué no trasladarnos aél, en busca de noticias de primera mano? ~agámoslo; cerca de Burgos, un~OqUltO al .I~oroeste,. hal~amos la simpátIca poblaclOn de VilladIego. Allí, en lafachada principal de su Ayuntamientodescubrimos dos lápidas reveladoras: el~una, que representa la celda de una cár-
cel, aparece el apóstol San Pedro; frentea él, a la derecha, puede verse la figurade un soldado romano, que aparentadormir; y entre ambas figuras se yergueun ángel que, mirando al apóstol e indicándole con su mano la puerta de lacelda, le invita a huir de su prisión.En la segunda lápida se leen los siguientes versos, que explican la escena anterior y también nuestro misterioso refrán:
Villadie{{o era un soldadoque a Pedro, en ocasiónde estar en dura prisión,nunca le faltó del lado.Vino el espíritu aladoy, lleno de vivo fuego,le dice a Pedro: -Sal luego;toma las calzas, no arguyas.Pedro, por tomar las suyas,tomó las de Villadiego.
Realmente no se sabe qué admirarmás: si el ingenio de esta décima burlesca o el buen sentido del humor deque dio pruebas el alcalde de Villadiego que hiciese pone~' en la fachada delAyuntamiento tan .,ji'ónicos versos.
Tornemos, sin ~Iéjarnos del puebloc~stellano, a otras explicaciones más senas, ,a,!nque quizá no por ello menosf~ntastlca~ qu.e la anterior: la que imagma el lustonador don Luciano Huidobro Serna, quien hace remontar el dichoproverbial nada menos que al siglo XIII.
S~lpone que, al extremarse las persecuCIones contra los judíos en tiempos deFernando nI, este rey, deseando salvaguardar a aquella raza rica y trabajadora, que tanto le ayudaba económicamente en sus empresas y tanto le servía consu ciencia, decidió procurarle asilo seguro. "Por medio de una encomienda oprivilegio los confinaba en una población apropiada por su situación y enclavada en tierras feraces." Dicho privilegioempieza así: "Recibe bajo su Real protección a los judíos que tienen casa enlos solares de Burgos y en Villadiego ...".Lo demás, según el señor Huidobro, seadivina fácilmente: cuando algún judíose veía amenazado, no tenía más que ira refugiarse en la población preparadapor el rey Fernando, para lo cual tenía,forzosamente, que tomar las de Villadiego. Ahora bien, ¿las qué de Villadiego?¿Por qué las calzas? ¿No hubiera sidomás natural que el refrán mencionaselas mtas o los caminos de Villadiego envez de las misteriosas calzas?
Queda ~na variante de esta hipótesis,que men~lOna el mismo Huidobro, yque se refIere al campamento levantadoen aquellos parajes muchos años despuéspara que se concentrasen en él los judíos, una vez que llegó el momento desu expulsión, evitando así ser perseguidos y muertos por los fanáticos. También entonces tomaban las de Villadiecro
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I~ara ese ~ este pueblo dirigirse al exi-ha, custodIados y protegidos en su marc~a por e~ ejército de los reyes. Es poSIble --:-opma el señor Huidobro- queesta mIsma expresión se aplicara despuésa to~las las personas que, huyendo dealgUien o de la justicia, corrieran a buscar refugio e inmunidad en las iglesias-:-que gozaban del derecho de asilo-, yfInalmente la expresión pasara a apli-
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carse a tOllo aquel que huyese por algoo de alguien ... Perfecto; pero, de nuevo, ¿dónde quedan las calzas de la Celestina y de todos los primeros documentos en que aparece la frase? -Tambiénésta, como las demás explicaciones, nopa~an de ser una mera y simple hipóteSIS.
Vimos antes cómo Correas negaba autenticidad al cuentecillo del Villadiego"despantalonado"; ¿qué solución nosofrece a cambio el maestro salmantino?-Una muy personal, que trata de atenerse a razonamientos estrictamente gramaticales. Según Gorreas (en su Arte dela lengua castellana, 1626), originariamente se decía sólo tomm-las, para 'irse,huir', significado que tenían tambiénotras expresiones semejantes: "Afufólas,apeldólas, liólas, bolólas, tomólas, paradezir que uno huió i se fue [en españolmoderno, "se las piró"]. Esta postreraparte tomólas ha crezido, i dizen tomólas de Villadiego por henchir más el dicho, i porque corre bien la palavra Villadiego, i dexando el las dizen tomó calzas de Villadiego para dezir que huió ise fue de lixero. I no siento ni creo quetiene otra istoria". Nada prueba que, como supone Correas, se hubiera dichoprimero tomólas, y después tomó las(calzas) de Villadiego, sino que cabe másbien imaginar lo contrario: los ejemplosmás antiguos citan tomó (las) calzas deVilladiego, de donde -sobrentendiendoel sustantivo- pudo decirse tomó las dev., y después, ya en tiempo de Correas,abreviarse en tomólas.
Que el origen de esta expresión es sumamente oscuro, acaso inalcanzable, loprueba el hecho de que Quevedo, unode los escritores que mayor dominio yconocimiento tuvieron de la lengua española, no sabía tampoco nada al respecto. Efectivamente, en su fantasmagórico cuento titulado Visita de los chiúes,escribe:
-"Este es Vargas, que, como dicenAverigüelo Vargas, viene averiguándolotodo.
Topó en el camino a Villadiego. Elpobre estaba afligidísimo, hablando entre sí. Llamóle y díjole:
-Señor Vargas, pues vuesa merced loaverigua todo, hágame merced de averiguar quien fueron las de Villadiego,que todos las toman; porque yo soy Villadiego, y en tantos años no lo he podido saber ni las echo menos, y querríasalir, si es posible, deste encanto.
Vargas le dijo:-Tiempo hay, que ahora ando averi
guando cuál fue primero, la mentira oel sastre... En averiguando esto, volveré.
y con esto, se desapareció."Es decir, que escurrió el bulto, que
eludió la respuesta de lo que ni él, elmismísimo Vargas, sabía.
¿Qué pensar de esta decena de explicaciones aquí reunidas? ¿Cuál puede tener mayores probabilidades de acierto?¿La explicación verdadera estará aún pordescubrirse? -Antes de verme en elaprieto de tener que contestar a estaspreguntas, haré como Quevedo: con calzas, a caballo o a lo ladino, tomaré lasde Villadiego, sin osar comprometermecon una opinión personal.