Por la democracia y los niños de américa

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RICARDO SOCA Por la democracia y los niños de Durante la dictadura militar que gobernó Brasil entre 1964 y 1985, el humorismo se reveló como el instrumento más eficaz para sortear la férrea censura gubernamental, tendiendo un puente de complicidades, de sonrisas y guiñadas de cautelosa picardía entre la prensa amordazada y sus lectores ávidos de información. Sólo los caricaturistas de los grandes periódicos y el semanario satírico Pasquim lograban publicar sus críticas más o menos veladas a la dictadura y señalar las fallas del "milagro" brasileño. Esa complicidad con el lector, salpicada de códigos y sobreentendidos y alimentada por la unanimidad contra la represión, fue el secreto del éxito de Ziraldo Abes Pinto, quizás el más importante caricaturista brasileño de las últimas décadas. S u fina sensibilidad para cap- tar el sentir de la opinión pública y su habilidad para sortear el ojo avizor de los censores le permitieron descollar por aquellos años en las páginas del matutino carioca RICARDO SOCA, es corresponsal de El País de Madrid y de otros medios internacionales en I Rio de Janeiro. Jornal do Brasil, desde donde se erigió rápidamente como el más mordaz expo- nente de la sátira política brasileña. Todos los días, Ziraldo enfrentaba el desafío de escoger con precisión el tema del chiste que estimulara el debate en los medios políticos, intelectuales y sindi- cales de todo Brasil. "El jefe de redac- ción me recomendaba que antes de hacer el dibujo buscara cada día estable- cer de qué se hablaba en la ciudad", recordó el artista en una conversación que mantuvo con Chasqui, en su aparta- mento de Río de Janeiro. Ziraldo, que acaba de cumplir 60 años, recuerda las investigaciones del trágico episodio ocurrido en 1981 en el pabellón de convenciones Riocentro, en Río de Janeiro, cuando una bomba explotó en las manos de dos militares i CHASQUI 45, abril 1993 65

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RICARDO SOCA u fina sensibilidad para cap- tar el sentir de la opinión pública y su habilidad para sortear el ojo avizor de los censores le permitieron descollar por aquellos años en las páginas del matutino carioca RICARDO SOCA, es corresponsal de El País de Madrid y de otros medios internacionales en I Rio de Janeiro. 66 CHASQUI 45, abril 1993

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RICARDO SOCA

Por la democracia y los niños de

Durante la dictadura militar que gobernó Brasil entre 1964 y 1985, el humorismo se reveló como elinstrumento más eficaz para sortear la férrea censura gubernamental, tendiendo un puente decomplicidades, de sonrisas y guiñadas de cautelosa picardía entre la prensa amordazada y suslectores ávidos de información. Sólo los caricaturistas de los grandes periódicos y el semanario

satírico Pasquim lograban publicar sus críticas más o menos veladas a la dictadura y señalar lasfallas del "milagro" brasileño. Esa complicidad con el lector, salpicada de códigos y sobreentendidosy alimentada por la unanimidad contra la represión, fue el secreto del éxito de Ziraldo Abes Pinto,

quizás el más importante caricaturista brasileño de las últimas décadas.

Su fina sensibilidad para cap-tar el sentir de la opiniónpública y su habilidad parasortear el ojo avizor de loscensores le permitierondescollar por aquellos años

en las páginas del matutino carioca

RICARDO SOCA, es corresponsal de El País deMadrid y de otros medios internacionales en

I Rio de Janeiro.

Jornal do Brasil, desde donde se erigiórápidamente como el más mordaz expo-nente de la sátira política brasileña.

Todos los días, Ziraldo enfrentaba eldesafío de escoger con precisión el temadel chiste que estimulara el debate enlos medios políticos, intelectuales y sindi-cales de todo Brasil. "El jefe de redac-ción me recomendaba que antes dehacer el dibujo buscara cada día estable-

cer de qué se hablaba en la ciudad",recordó el artista en una conversaciónque mantuvo con Chasqui, en su aparta-mento de Río de Janeiro.

Ziraldo, que acaba de cumplir 60años, recuerda las investigaciones deltrágico episodio ocurrido en 1981 en elpabellón de convenciones Riocentro, enRío de Janeiro, cuando una bombaexplotó en las manos de dos militares

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ENTREVISTA

que se proponían atentar contra un actode celebración del 1o. de Mayo. El go-bierno ordenó una investigación cas-trense que terminó en un escándalo, alconcluir, meses después, que los miltares terroristas habían sido "víctimas dun atentado de izquierda". Al día siguierte, en medio del sentimiento de frus(ración nacional, el cuadrado diario diZiraido en Jornal do Brasil se resumía ;un espacio en blanco, ocupado apenapor la expresión "Oh!". "Debido a l<repercusión del Jornal do Brasil, aqueataque tan simple fue célebre y el 'ohfue la comidilla de todo el país durantfvarios días. De alguna manera, habíílogrado captar el rumor de la ciudad jexpresar de manera simple y directa esentimiento de indignación nacional queconmovía el país", comentó. "Se diceque el humor es universal, pero en reali-dad lo universal es la risa, el humordepende de la cultura, de códigos y sig-nificados ocultos que varían de unpueblo a otro. Difícilmente una sátiranuestra haría reír a un esquimal",observó.

Ziraldo afirma que la dictadura fue unfermento vigoroso para el humorismo, nosólo por el generoso material propor-cionado por los militares, sino tambiénporque la unanimidad contra la dictadurafavorecía la complicidad con el lector."Es más fácil cuando todo el mundo estáde acuerdo. Hoy, en cambio, una cari-catura que ridiculice al Presidente de laRepública, por ejemplo, no va a resultargraciosa para sus partidarios", observa.

Ziraldo fue también uno de los fun-dadores del semanario satírico Pasquim,otro de los grandes hitos del humorismobrasileño durante la dictadura militar."Fue lo mejor que hubo en Brasil en losaños 70 en términos de creatividad,donde se consolidó el prestigio de MillorRemandes, Jaguar, Paulo Francis, IvanLessa y todos esos monstruos sagradosdel humorismo brasileño", observaZiraldo. La historia de Pasquim ilustra latesis de Ziraldo sobre los efectos "benéfi-cos" de la dictadura sobre el humorismo.En efecto, Pasquim fue una de las publi-caciones más importantes mientrasduraron la represión y la censura. "Fueun frente amplio contra la dictadura. Conla distensión del comienzo de los años80, se acabó la unanimidad y Pasquimcomenzó a decaer. Los comunistas nostachaban de gramscistas, los gramscis-

tas nos consideraban stalinistas, los delPartido Comunista do Brasil (disidenciapekinesa) decían que éramos revisio-nistas y para los hippies baudelaíreanoséramos demasiado formalitos".

A pesar de haberse hecho famoso entodo Brasil por la maestría y creatividadcon que incursionó en la sátira políticaZiraldo confiesa que su verdaderavocación es la elaboración de cuentospara niños. Ha publicado hasta ahora 52libros infantiles hechos totalmente por élcomo creador y artista gráfico: el texto,los dibujos, el diseño de la tapa y el artefinal.

Antes de destacarse como caricatu-rista, Ziraldo ya había logrado lanzar laprimera revista de cuadritos en colorescon personajes brasileños: Sací Pereré."Por aquellos tiempos, apareció por aquíun periodista chileno que quería editaruna revista latinoamericana llamadaCondorito, que me pareció que no fun-cionaría en Brasil", recuerda.

Saci Pereré, que llegó a circular con150.000 ejemplares fue un producto dela euforia de un país que descubría suidentidad nacional, afirma Ziraldo. "Brasilhervía en la ola de optimismo que siguióal gobierno de Juscelino Kubistchek,cuando teníamos la conviccción de queíbamos a ser dueños de nuestro propiodestino. Se acababa de crear Brasilia, se

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construían represas hidroeléctricasgigantescas, nacía la industria auto-movilística, ganábamos campeonatosmundiales de fútbol. Creíamos queestábamos haciendo la gran revolucióncultural brasileña, empujados por nuestratoma de conciencia como nación. SaciPereré nació en los años del cinemanovo, de la cultura de masas, de lapoesía concreta, del teatro de van-guardia, del teatro político, de las refor-mas de base de Jango Goulart, lareforma agraria, la reforma urbana". Larevista circuló hasta 1964, año del golpecastrense. "Los militares la consideraronsubversiva", explica.

Ziraldo ya había sido humorista ycaricaturista en la revista O Cruzeiro,que en los años 50 circulaba en español,divulgando la euforia brasileña por todaAmérica Latina. No obstante, la escritorabrasileña Rachel de Queiroz, dijo en cier-ta ocasión que Ziraldo es un autor decuentos infantiles que, mientras fuenecesario a la causa de la libertad "seprestó" a la sátira política. "Y creo quepuede ser verdad, porque lo que mellevó a Pasquim y Jornal do Brasil fueuna conciencia muy clara de que en mipaís estaba todo por hacerse".

"En aquella época, los militares esta-; ban torturando a mis amigos, algunos seL iban a la guerrilla, yo perdía un amigo

hoy y tenía que esconder otro en mi casamañana, no podía quedarme escribiendolibritos para niños, tenía que hacer unarte comprometido", explica. "Cuandocomenzó la redemocratización de Brasil,de una manera natural fui orientándomeotra vez hacia los libros infantiles. Miprimer libro para niños, un tratado sobre

los colores que se llamó Flicts, habíasalido ya en 1969 y fue traducido alespañol y premiado en varios países.Flicts era un color que yo inventé; tengoun autógrafo del astronauta norteameri-cano Neil Armstrong, quien confirma quela Tierra es Flicts. Podría haber seguidoescribiendo libros infantiles, pero mepareció que en aquel momento no teníaotra opción, tenía que ir al Pasquim, yallá fui".

Después de esa época, "el icebergse dio vuelta y lo que estaba escondidosubió a la superficie". En 1982, Ziraldopublicó un nuevo libro infantil O meninomaluquinho, que ya ha sido traducido alespañol y es conocido en Chile como ElPolilla, en el Río de la Plata como: ElPibe Piola, en Madrid como Cabeza deChorito y en Cataluña como Caps deFardáis.

Actualmente, Ziraldo trabaja en lacolección ABZ. "Toda mi vida desembo-ca en este proyecto. Son 26 libros cuyospersonajes son las letras, con la historiade la A, la historia de la B una letrita ba-rrigona, la C, una letrita comilona... ahorame propongo llegar con mis libros a todaAmérica Latina. Ya están en México,Argentina, Colombia, Chile, Uruguay,uno o dos ya salieron también enEcuador... tenemos que trabajar en laintegración del continente". 9

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