_Por Que Debo Hacerlo_ MANUAL D - Miguel Sang Ben

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Manual de Etica

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    Miguel Sang Ben (COMPILADOR)

    Por qu debo

    hacerlo? MANUAL DE TICA SOCIAL

    Y DEL COMPROMISO CON EL MEDIO AMBIENTE

    Editorial Argumentos Santo Domingo, R. D.

    2009

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    "Este deber de educar la conciencia individual es, en definitiva, el deber por excelencia. Con efecto: slo favoreciendo con el mayor cuidado y con la mayor docilidad y con la buena fe ms pura, esa fuerza que nace de las que juntas tienen la razn, la sensibilidad y la voluntad; slo desarrollando esa fuerza puede el hombre ser hombre verdadero."

    Eugenio Mara de Hostos

    No, no aceptes lo habitual como cosa natural. Porque en tiempos de desorden,

    de confusin organizada, de humanidad deshumanizada,

    nada debe parecer natural. Nada debe parecer imposible de cambiar.

    Bertold Brecht

    A la memoria del Rvdo. Eloy Korres, O.A.R. (19412008), Profesor de tica de la Universidad de la Tercera Edad y de Metodologa en el Instituto de Altos

    Estudios para la Defensa y Seguridad Nacional, ambos de la Repblica Dominicana, naci en Kampezo, Pas Vasco.

    Realiz estudios de filosofa, teologa, psicologa clnica y de geopoltica.

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    NDICE Pgina Prlogo Introduccin CAPTULO I. Para qu estudiar tica? CAPTULO II. El nacimiento de la espiritualidad CAPTULO III. Breve Historia de la tica CAPTULO IV. La conciencia moral y tica como

    competencia humana general

    CAPTULO V. Las dos caras de la tica CAPTULO VI. Las reglas de la vida social CAPTULO VII. La idea de Igualdad CAPTULO VIII. Los compromisos ticos de la

    ciencia y la tecnologa

    CAPTULO IX. La tica autoritaria y el caso de la sociedad democrtica

    CAPTULO X. La construccin de un hogar comn de la humanidad

    CAPTULO XI. La construccin de valores en la sociedad moderna

    CAPTULO XII. Reglas ticas para ser feliz Eplogo Bibliografa

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    PRLOGO

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    INTRODUCCIN Por qu debo hacerlo? es un Manual de tica Social y el compromiso con el Medio ambiente. Dicho as, digo mucho y significo poco. Y lo que me interesa es el significado y el por qu de la respuesta a la pregunta del ttulo.

    Como recopilacin de materiales para la asignatura tica Social y Medio Ambiente, introducida en los Planes de Estudios de la Universidad de la Tercera Edad en la reforma curricular del 2000-01 para los participantes de todas las carreras, ha tenido una experiencia de al menos cinco aos, por lo que ha sido fructfero realizar esta revisin y puesta al da de estos materiales.

    Un elemento nuevo principalsimo es la introduccin de las races de la espiritualidad humana, como primera fuente de la tica heternoma y referencia cultural obligada en el ambiente racionalista y secular en que se encuentra el anlisis tico contemporneo.

    Otro cambio sustantivo, es la presentacin de la historia de la tica en el pensamiento filosfico, que nos lleva al cambio de nfasis de la autoridad externa a una tica basada en el razonamiento autnomo y personal desarrollado a partir de la revolucin intelectual y espiritual que signific el Renacimiento y el secularismo desarrollado en la historia de Occidente.

    En este espritu hemos incluido en cada capitulo como Lectura Complementaria una serie de entrevistas para explicar como piensan los filsofos de su especial condicin de pensadores de la realidad humana.

    En la diferenciacin entre la tica filosfica y la Filosofa aplicada queremos establecer la pertinencia de que cmo proceso personal y colectivo, debe interesarnos la aplicacin a nuestras vidas, aunque sea en temas muy alejados de nuestra cotidianidad, como reconocemos en la dimensin ecolgica del moderno anlisis de la tica aplicada.

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    Tres autores debemos sealar en esta perspectiva: ngel Villarini, Hannah Arendt y Jos Ferrater Mora, que deben recomendarse como sujetos de investigacin en cada uno de los temas. Estos son los hombros de gigantes sobre los que me he montado para otear el nuevo sistema tico contemporneo. La formacin de la conciencia tica y moral, basada en una profunda comprensin de la condicin humana y dedicarnos al estudio aplicado de las normas de la tica, es la sntesis de estos tres autores que deseamos transmitir en este Manual.

    Por lo tanto, los temas de tica aplicada vienen variados: la tica de gnero y el drama de la subvaluacin de la mujer, la tica de la ciencia y la tecnologa y la responsabilidad en la destruccin del medio ambiente, la construccin de valores en todos los ambientes en los que convivimos. Estos son temas vistos en los antiguos materiales, pero que ahora deseamos incluir puntos ms actuales.

    Por ltimo, pero de todas maneras el ms importante, es ayudar a lograr el objetivo de la vida humana: la felicidad a travs de un comportamiento tico. Desde el campo de la filosofa, presento el novsimo proyecto del asesoramiento filosfico, y hemos recurrido a la Psicologa de la Felicidad, con autores como Martin Seligman y Mihaly Csikszentmihalyi para que logremos una vida feliz y al mismo tiempo tica.

    Quizs, no ser una tarea fcil, pero si fructfera, porque lo que deseamos lograr es una vida plena: la satisfaccin del deber cumplido. Poder contestar, con satisfaccin, la pregunta que debemos hacernos siempre que enfrentemos un dilema: por qu debo hacerlo? Afectuosamente, Miguel Sang Ben Santo Domingo, R. D. 3 de marzo de 2009.

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    CAPTULO I Para qu estudiar tica?

    La vida examinada es la nica que merece ser vivida. SCRATES

    Este texto tiene una larga experiencia, an antes de salir de la imprenta, ya que en su forma preliminar dur cinco como folleto que se policopiaba y se reparta a cada estudiante, como recopilacin de materiales de apoyo para la formacin bsica profesional. De un amplio material, slo sobrevivi el componente de la tica. En base a esa experiencia es que revisamos dicha recopilacin, mejoramos la presentacin como para producir un texto animado e interesante. Tal vez hayamos logrado el objetivo; de todas maneras, el esfuerzo se ha hecho para resumir una experiencia que alcanza desde la historia de la religin hasta la filosofa analtica moderna, Si el trmino moral procede de un trmino latino que significa costumbre, el trmino tica deriva de ethos, que en griego significaba carcter. Por tanto, es evidente la relacin entre los dos conceptos. Si recordamos los significados de las acciones, los hbitos y el carcter sabremos que los hbitos o costumbres que tenemos determinan nuestro carcter o personalidad, y que ste, a su vez, acaba por condicionar nuestras acciones concretas. Quin tiene por costumbre o hbito actuar de forma responsable termina por tener un carcter o personalidad juiciosa. Este carcter, a su vez, hace ms probables en esa persona las acciones juiciosas que las insensatas. As, pues, entre la costumbre y el carcter (base de nuestro talante moral) existe una estrecha relacin.

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    Vemos que, al menos etimolgicamente, existe un paren-tesco entre moral y tica: la costumbre (moral) determina nuestro carcter (tica), y este condiciona nuestras acciones. tica y moral no slo estn emparentadas etimolgicamente. En la actualidad se usan como trminos sinnimos. As, tanto podemos decir Juan ha actuado de forma inmoral como Juan ha actuado sin ningn tipo de tica, o tambin, mi cdigo moral me impide hacer esto o mi tica me impide comportarme as. Sin embargo, aunque en un sentido laxo pueden emplearse de esta manera, en un sentido estricto tienen significados distintos. En el lenguaje filosfico se suele distinguir la moral, o cdigo de normas que regulan la accin correcta, de la tica, es decir, de la reflexin acerca de la moral. Segn esta distincin, la tica viene a ser una especie de filosofa moral, que tiene como objeto de estudio precisamente los cdigos morales concretos: su validez, fundamentacin y legitimacin. Aunque la tica sea considerada una disciplina filosfica, lo cierto es que tica ser cualquier reflexin, anlisis o estudio de las normas y los valores morales. Por lo tanto, no es algo que deba circunscribirse al mbito acadmico o deba relegarse a los especialistas filosficos. tica es cualquier reflexin crtica y seria, tambin la que hacemos nosotros cuando reflexionamos acerca de si determinada norma es vlida (por ejemplo, la obligacin de ser sinceros) o cuando discutimos si un valor (sinceridad) debe supeditarse a otro (por ejemplo, la amistad). No habra discusin tica si nuestro comportamiento es determinado por alguna condicin de nuestra naturaleza biolgica o mental. Es lo que llamamos el reino de la necesidad, como sera por ejemplo si los hombres pudiesen justificar su comportamiento de libertinaje sexual porque es un instinto que no puede ser controlado por la voluntad. La superioridad del homo sapiens sapiens es la capacidad de pensamiento analtico y crtico para comprender la necesidad de reglas para mantener un orden social y la colaboracin en el

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    marco de la colectividad, que nos crea el reino de la libertad ya que la evaluacin de nuestros actos nos producen dilemas, debemos elegir entre las alternativas que se nos presentan. Por lo tanto, la necesidad del razonamiento tico parte de los dilemas morales1. QU SON LOS DILEMAS MORALES? Un dilema moral es una narracin breve, a modo de historia, en la que se plantea una situacin posible en el mbito de la realidad pero conflictiva a nivel moral, y se solicita de los oyentes o bien una solucin razonada del conflicto o un anlisis de la solucin elegida por el sujeto protagonista de la historia. Por regla general la situacin se presenta como una eleccin disyuntiva: el sujeto protagonista se encuentra ante una situacin decisiva ante la cual slo existen dos, y nada ms que dos, opciones (A) (B), siendo ambas soluciones igualmente factibles y defendibles. El individuo se encuentra, pues, ante una verdadera e inevitable situacin conflictiva.

    Clases de dilemas: I) Dilemas morales hipotticos: en ellos se plantean

    problemas abstractos, generales, que a veces son de difcil ubicacin en la realidad, pero que los que los analizan reconocen que son siempre posibles en determinadas ocasiones de la vida real. Se suelen obtener de la literatura, de los medios de comunicacin o de la propia imaginacin de quien los elabora. Las situaciones y los personajes generalmente estn alejados del mundo real de los sujetos a los que se les proponen, pero o bien se parecen en algo a otras situaciones vividas o conocidas por el sujeto, o bien algn miembro de su entorno social o familiar es susceptible de reflejarse en la narracin. Este tipo de dilemas presentan menos inters para el alumno al faltarles la riqueza y la

    1 Material de: thales.cica.es/rd/Recursos/rd98/Filosofia/03/filosofia-03.html (Consultado el 4.2.09)

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    variedad de la propia experiencia, pero pueden favorecer el razonamiento como habilidad discursiva.

    ii) Dilemas morales reales: Plantean situaciones conflictivas sacados de la vida diaria y de sus problemas. Se basan en hechos reales, cercanos en el tiempo o en el espacio a los sujetos y suelen extraerse de los distintos medios de comunicacin, de situaciones o sucesos histricos, de situaciones o vivencias personales, etc. (problemas de libertad, sexo, conciencia personal...). Este tipo de dilemas son ms motivadores y facilitan la implicacin de los sujetos participantes que, de una u otra manera, ven reflejadas en ellos situaciones ms o menos cercanas.

    CONSTRUIR DILEMAS MORALES

    No es tarea fcil confeccionar los dilemas morales, pero si queremos trabajar el anlisis de dilemas, es imprescindible acometer la tarea. Como ya hemos apuntado en otro lugar, se debe hacer un planteamiento global del proyecto y es necesario tener claros los valores sobre los que se desea insistir a la hora de seleccionar el material. Dentro de este mbito tal vez sea imprescindible que el programa de discusin de dilemas morales se realice despus de haber dedicado algn tiempo a la tarea de analizar y aclarar lo que son los valores, de tal manera que el alumno tenga criterios para entender el contexto dentro del cual se desarrolla la actividad.

    Hay que tener en cuenta, tambin, la duracin de la experiencia. Si se le va a dedicar un trimestre, son necesarios al menos 5 dilemas mensuales y en la seleccin de los mismos debern considerarse los siguientes extremos:

    El dilema debe ser relevante para el grupo en el tipo de problema que plantea, por tanto es importante conocer a los miembros del grupo con el que se va a trabajar: edad, nivel de conocimientos, intereses de la mayora.

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    El planteamiento del dilema debe realizarse de forma comprensible para ellos. Relatar la historia y escribirla bien es importantsimo para su comprensin y posterior discusin.

    Elementos de los dilemas.

    La discusin de dilemas no es una tcnica de terapia de grupos, por lo tanto el foco de inters no debe estar centrado en la vida de los sujetos que participan en el anlisis.

    El caso presentado debe remarcar bien y debe diferenciar claramente las alternativas planteadas y su legitimidad. Debe aparecer muy claro el personaje principal, y que tiene que elegir entre dos opciones: (A) o (B).

    Los sucesos deben estar centrados sobre cuestiones de valor moral. El profesor tiene que estar seguro de que el dilema es entendido por los alumnos; si no es as, debe proporcionarles las explicaciones necesarias para que todos los asistentes tengan muy claro el hecho sobre el que se va a plantear el trabajo

    El planteamiento del dilema debe terminar siempre con preguntas del tipo: qu debe/debera hacer X?, con el objetivo de que aparezca de forma clara la obligacin moral del protagonista de la historia.

    Es conveniente tener preparadas algunas alternativas al dilema planteado por si los alumnos no captan el problema y el debate se hace imposible.

    Estas alternativas pueden ser:

    Sencillas modificaciones o complicaciones del dilema planteado.

    Disponer de preguntas sonda (exploratorias) que permitan comprobar que se ha entendido el problema/s planteado/s. Este tipo de preguntas pueden tambin ser tiles cuando el dilogo derive hacia cuestiones poco relevantes, o cuando los asistentes necesiten ayuda porque se les han agotado las cuestiones que les permitan profundizar en el anlisis de los hechos.

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    Vamos a presentar dos ejemplos de dilemas morales para que lo discutas con tus compaeros, familia o amigos. Trata de reconocer por qu tienen esta categora de moral y cmo deben tratarse. Luego, puedes comparar las dos situaciones y valorar los dilemas. Debes de entrenarte para identificar los dilemas, porque an en el caso de que slo haya una alternativa o curso de accin, el no decidir se convierte en la otra alternativa. Por lo que debemos convencernos de que no hay obligacin ante la alternativa nica.

    DILEMA MORAL N 1: Un caso de robo

    En el Instituto se estn cometiendo toda una serie continuada de robos. Los afectados son los alumnos de 1, que han sido amenazados con daos mayores si hacen algo.

    Padres y profesores estn indignados por lo que ocurre, pero nadie dice nada sobre los agresores y por tanto las medidas a tomar son variadas. Han amenazado con cerrar el instituto y con hacer registros a todos los alumnos.

    Mara, alumna de 3, conoce a los ladrones. Son alumnos de 3 y de COU, y quien los capitanea es amigo de ella... Ha comentado con su amigo que est muy mal que les roben y, sobre todo, que les amenacen; el jefe le ha dicho que se meta en sus asuntos si quiere que sigan siendo amigos.

    Mara se est planteando si debe decir lo que sabe para que termine de una vez esta situacin desagradable para todos. Pero si los denuncia, su amigo, que esta considerado como un buen alumno, ser expulsado dada la gravedad de los hechos; si calla el dao puede ser an mayor.

    Preguntas-sonda: -Debe callarse Mara? -Es superior el bien general a cualquier otro bien? -Estara bien acusar a su amigo? -Es justo pagar entre todos los daos del centro? Valores enfrentados: Amistad - Revelar la verdad Respeto a la propiedad - Libertad Seguridad personal Civismo

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    Otras variantes de este ejercicio podras construirlo en base a una institucin del Estado, u otra ambientacin que muestre el dilema de entre el deber y el usufructo de alguna propiedad ajena. Podemos complicarlo con un nivel de confianza o responsabilidad, u otra ambientacin que permita pensar en un dilema trgico: el riesgo de perder la vida o entrar en una espiral de violencia criminal.

    DILEMA MORAL N 2: Dejar morir por amor

    El pequeo permaneca en coma irreversible desde que trag un globo que bloque su trquea y da su cerebro.

    El padre de un beb en coma desconecta a punta de pistola el respirador que le mantena con vida.

    Durante una interminable media hora, Rudy Linares, un pintor de brocha gorda de Chicago, acun en sus brazos a su hijo Samuel, de 16 meses, al que previamente haba desconectado de un respirador artificial, hasta que el pequeo muri. Durante todo ese rato, Rudy, armado con una pistola para impedir que nadie se acercara, solloz.

    Ayer, Linares, pobre e hispano, fue acusado de asesinato, que cometi, dijo, porque quera a mi hijo. Esta extraordinaria historia de amor y muerte ha conmovido a la opinin pblica de Estados Unidos. Pero el fiscal del estado de Illinois, Cecil Partee explic que nadie tiene el derecho a tomarse la justicia por sus `propias manos. Los hechos de este caso claramente dictan una acusacin de asesinato.

    Preguntas-sonda: -Es aceptable dejar con vida a un nio con coma irreversible?

    -Puede una persona disponer de la vida de otra? -Habra que mantener al nio vivo esperando avances

    mdicos? Valores contrapuestos: Derecho a la vida - Derecho a una

    muerte digna.

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    Esta situacin se parece a la de Denzel Washington en la pelcula John Q.2 por lo que podramos tomarla como ejemplo. Se puede dejar morir por amor? Analogas y diferencias entre tica, Deontologa y Biotica Algunas precisiones conceptuales, entes de entrar en la diversidad de trminos relacionados en el tema:

    El OBJETO MATERIAL es la realidad que constituye el objeto de estudio; en este caso se trata de las acciones llevadas a cabo por parte de las personas, y de la bondad o malicia de las mismas. Debemos diferenciar sin embargo entre:

    -actos humanos: se realizan trs una deliberacin racional y son voluntarios. La persona obra al realizar actos humanos, tiene conciencia de lo que hace y es responsable de ello.

    -actos del hombre: no son libres, bien porque son involuntarios, o son fruto del desconocimiento. Tambin pertenecen a esta categora los actos derivados de la fisiologa del hombre, que son procesos sobre los cuales el hombre no tiene ningn control.

    El OBJETO FORMAL es el estudio de los actos humanos desde la bondad o malicia que implican, de su moralidad.

    Las fuentes de la tica son en primer lugar la Razn, ya que trata de fundamentar a la moral con argumentos bien elaborados; en segundo lugar estn los sentimientos (Kant apenas los valora como fuentes, mientras que para Hume parecen ser las nicas fuentes posibles. El punto intermedio parece el ms correcto); y en tercer lugar estn las experiencias, que son la base de muchos principios generales. Nos valemos de la experiencia para llegar a

    2 Ficha tcnica: Direccin: Nick Cassavetes. Pas: USA. Ao: 2002. Duracin: 118 min. Interpretacin: Denzel Washington (John Q. Archibald), Robert Duvall (Grimes), James Woods (Dr. Turner), Anne Heche (Rebecca Payne), Eddie Griffin (Lester), Kimberly Elise (Denise Archibald), Shawn Hatosy (Mitch), Ray Liotta (jefe de polica Monro), Daniel E. Smith (Mike Archibald), Ethan Suplee (Max). Guin: James Kearns. Produccin: Mark Burg y Oren Koules. Msica: Aaron Zigman. Fotografa: Rogier Stoffers. Montaje: Dede Allen. Diseo de produccin: Stefania Cella. Direccin artstica: Thomas Carnegie y Elis Y. Lam. Vestuario: Beatrix Aruna Pazstor. Decorados: Clive Thomasson

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    conocer los principios morales que rigen la conducta humana. Messner distinguir entre 2 tipos de experiencias:

    -externas (hechos morales)

    -internas (conciencia moral personal)

    Debemos considerar que las experiencias internas, la reflexin y la autorreflexin, son la materia prima de nuestro desarrollo moral.

    FUNCIONES DE LA TICA

    -aclarar qu es la moral

    -fundamentar la moralidad

    -ajustar la moral a los principios acordados y aplicarlos en los diferentes cdigos morales. (Armonizacin de los dos puntos anteriores).

    Funcin moralizadora: la tica pretende moralizar o valorar la vida de los hombres, y darles criterios y valores que les ayuden a elaborar juicios morales.

    Funcin personalizadora: la tica nos humaniza en el sentido de que el hombre para llegar a serlo necesita adquirir los valores ticos que le permitan vivir en sociedad. El hombre necesita de un aprendizaje para poder juzgar los hechos desde un punto de vista tico.

    Funcin crtica y de denuncia: darle al hombre los principios que le permitan juzgar los hechos o los cdigos morales.

    Funcin utpica: la tica le dice al hombre que debe buscar lo deseable como lo mejor; que viva de acuerdo con unos ideales utpicos, a pesar de que su formulacin los haga aparecer como utpicos. La tica no quiere engaar al hombre, le dice que se marque metas que parecen irrealizables, para que por lo menos intente aproximarse a ellas lo ms posible.

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    Funcin creadora de valores: propone una serie de valores (entendidos como aquello que la inteligencia juzga como bueno, deseable...) y criterios, que el hombre debe tener en cuenta en su conducta.

    Estas funciones son simultneas, por lo que pueden tener un nfasis diferencial de acuerdo a las circunstancias y los antecedentes que rodean el acto moral. Por lo tanto, en palabras sencillas, la deliberacin moral se complica porque las situaciones no se presentas en en blanco y negro sino en una escala de grises.

    CLASES DE TICA:

    i) DEONTOLOGA:

    La deontologa est formada por un conjunto de normas que sirven para guiar la conducta humana individual y social con un carcter pragmtico (Pragmtica=Grecia=razn). Sera en la Ilustracin cuando se desarroll la Teora de lo Pragmtico: aquella que selecciona entre diversas posibilidades aquella ms eficaz para alcanzar el fin propuesto.

    Tambin la Teora tica es pragmtica; el fin primero del hombre es lograr el mayor grado de dicha pblica, gratificndose al mximo y esforzndose lo mnimo. Las acciones humanas que amplan el porcentaje de placer/dicha seran acciones pragmticas.

    Bentham define la deontologa etimolgicamente como: ciencia de lo que es conveniente y justo, de los deberes (deber/obligacin + ciencia). Segn este autor, de la tica clsica hemos heredado la obligacin y el deber, pero ninguna de las dos cosas motivan a la persona. La motivacin de lo tico parte de la motivacin del inters, no del deber. Bentham opina que nuestros deberes sern aquellos que se identifiquen con nuestros intereses, ya que el hombre se mueve siempre en funcin de dos variables: placer y dolor, y lo har de un modo mecanicista (buscamos

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    placer, huimos del dolor) y asociacionista (lo que asociamos al dolor nos repele).

    El nico motivo por el que acatamos las normas es por el placer que obtenemos de ello, y por el dolor que nos provoca la desobediencia. Bentham entiende el concepto de deber unido al concepto de inters, mientras que Bedoya, considera que deber es el trmino opuesto a la necesidad fsica y a la utilidad.

    La deontologa ayuda a la inteligencia, de modo que sta pueda guiar a la voluntad en busca del bienestar, y lo hace poniendo a su disposicin los medios ms adecuados. Entiende que la voluntad se somete siempre a la razn, y que la deontologa tambin es una forma de vida que podemos asumir.

    METATICA:

    La tica como disciplina filosfica que procura encontrar principios y normas de carcter universal, debe obtenerlos de la realidad misma. La tica desciende de las abstracciones generales al orden de lo concreto y lo prctico. No puede edificarse sobre imaginaciones subjetivas ni sobre conveniencias meramente individuales y utilitarias, sino que debe fundarse en la propia realidad del ser.

    Cuando Toms de Aquino refiere que las propiedades del ser son lo bueno, lo bello y lo verdadero indica una naturaleza de la realidad a la cual deben adherirse las acciones humanas. La conducta humana tendr que ser igualmente buena, bella y verdadera.

    La tica, al no poder partir de la nada para formular sus propuestas, se vincula estrechamente con la "metafsica" (de met, ms all; y de fysis, naturaleza, realidad). La metafsica es el conocimiento de lo que es comn y esencial a todo lo existente, o de los caracteres que todo ser tiene y no puede dejar de tener. Tambin puede entenderse como la indagacin de los fundamentos permanentes que componen la realidad en medio del cambio. La metafsica estudia el ser en general y constituye un

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    saber que est ms all de la experiencia, al abordar temas como la naturaleza de Dios, las caractersticas y el destino del alma humana, as como el origen y fin del universo. Tambin se utiliza la palabra "ontologa" (de ntos, ser; y de lgos, tratado), para referirse al ser en general, abarcando desde el ser ms excelente hasta los seres ms insignificantes, o los seres cuya composicin es de naturaleza espiritual o material.

    NORMATIVA:

    El carcter normativo de la tica tiene como fundamento un aspecto esencial de la naturaleza humana, a saber: que el hombre es un ser imperfecto pero perfectible. Si adems de ser imperfectos furamos imperfectibles, no tendramos ningn problema moral, al no estar obligados a desarrollar todas nuestras potencialidades. Por eso los principios ticos tienen una dimensin imperativa, pues son mandatos u rdenes que nos damos para movernos a la realizacin de actos que mejoren nuestra condicin humana. Porque somos seres incompletos buscamos perfeccionarnos y dirigir nuestras acciones hacia lo que debe ser. Este deber se nos presenta como una necesidad de plenitud, de cristalizar al mximo todas nuestras capacidades. Por tanto, en la tica el deber se manifiesta como la conciencia de que no se es, pero que se puede llegar a ser.

    Por eso se trazan metas o fines dados por la razn y se ejecutan a travs de actos que perfeccionan y ennoblecen al hombre. La tica queda plasmada como la exigencia de perfeccin integral de la naturaleza humana, lo cual implica la bsqueda de la excelencia como seres individuales, familiares y sociales. Como ya se ha sealado, muchas veces los fines y deberes no surgen como fruto de una reflexin propia, sino que son elegidos e impuestos de antemano por la colectividad. Incluso suelen constituir patrones de conducta que disminuyen y empobrecen el ser propio del hombre, al limitar todas sus capacidades slo a aquellas a las que una determinada poca demanda, como puede ser el "xito" econmico.

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    El hombre, como animal que habla y piensa, tambin est supeditado a los apetitos, sentimientos, emociones, estados de nimo, prejuicios o acondicionamientos sociales y psicolgicos, que lo inhiben de promocionar su dimensin especficamente humana. Por eso se hace indispensable que hagamos un anlisis racional y crtico, el cual reexamine los fines y deberes vigentes, ya sea para eliminarlos, fortalecerlos o crear nuevas posibilidades. Para ello no es suficiente la razn por s sola, sino tambin un coraje y una tenacidad para rectificar formas de pensamiento y conducta que la mayora de las personas, por costumbre o por temor al riesgo y a la soledad, no estaran dispuestas a cambiar.

    La exigencia de perfeccin no puede estar centrada en un solo aspecto de nuestra personalidad, pues la naturaleza humana es algo sumamente amplio y complejo. Por eso, alcanzar una vida plena significa alcanzar un autodesarrollo integral, es decir, la realizacin de nosotros mismos de manera completa.

    Pero, la falta de comportamientos ticos nos comprueba el decir popular de que estamos involucionando retrocediendo en los valores, es decir, el deterioro tico. Veamos algunos de estos rasgos de nuestro deterioro tico3: a. Una moral individual y privada: En el conjunto de comportamientos y normas que aceptamos como vlidos (lo que se llamara moral), predomina una visin individualista y privada. Cada vez menos, nuestros comportamientos son examinados la a luz de lo que tiene que ver con los dems, o de lo que tiene que ver con nuestras incidencias en la vida pblica. El comportamiento considerado bueno o mal, en la medida en que encierra posibilidades de enriquecimiento o superacin personales. Por eso, el darse la buena vida se interpreta como el comportamiento irresponsable del que hablamos al principio. Lo

    3 Carlos Aldana Mendoza. ASPECTOS MS GRAVES DEL DETERIORO ETICO EN GUATEMALA. En Revista: VOCES DEL TIEMPO. No. 15. Guatemala. 1995. Disponible en: http://www.geocities. com/ovcardon/deterioroetico.html (Consultado el 4.2.09)

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    ms grave de todo este es que nos vamos acomodando a esa manera de vivir. b. Un desplazamiento utilitario de los valores: Qu pensamos en estos tiempos de las personas ingenuas, honestas, transparentes, que dicen la verdad? Preguntemos a muchos ciudadanos, y escucharemos respuestas como: La honestidad es un lujo que no sirve para nada, ser transparente y honrado es una tontera en estos das, quien dice la verdad, se friega, etctera. Nos encontramos frente a un contexto en el que los valores se hacen a un lado, porque no son tiles o no nos sirven para acomodarnos en ese tipo de vida materialista que aspiramos egostamente. Este deterioro tico nos lleva a afirmar que, casi sin darnos cuenta, vamos arraigando una admiracin un sometimiento ante todo aquello que represente astucia, trampa o deshonestidad, porque son los medios ms efectivos para desarrollar esa moral individualista y acomodada. c. La inexperiencia de la libertad: Aunque parezca, uno de nuestros ms graves signos de deterioro tico es la incapacidad que tenemos para ser libres. Hablamos de sentirnos libres, pro no confundamos esta forma de actuar a nuestro sabor y antojo con la libertad, ya que no nos hace ms humanos, sobre todo, ms ticamente humanos. El mal uso de nuestra liberta, en la medida que daa nuestras posibilidades de encuentro con los otros, deteriora ticamente el entorno en que vivimos. Pero tambin el otro extremo es daino: no usar para nada nuestra libertad. Es decir, as como aprovechamos de los derechos, ignorando las obligaciones que conllevan, es contrario a la tica, as tambin cuando vivimos sometidos a los que otros nos dicen. O cuando los fundamentalismo fanticos y estrechos se convierten en las

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    camisas de fuerza de nuestra conciencia y nuestras actitudes. Ah tampoco estamos viviendo ticamente. Recordemos que solo puede ser tico aquel comportamiento que surte de una decisin personal y consciente. La obligacin, el forzamiento, el condicionamiento- como fuentes de accin- no pueden llevarnos a lo tico. d. La apoliticidad manifiesta (el silencio): Probablemente donde mejor se manifiesta el deterioro tico que hoy sufrimos (cuyo rasgo central, seguimos insistiendo, se encuentra en el individualismo extremo y anti comunitario) es en la falta de participacin poltica de las grandes mayoras. El orgullo que expresan aquellos y aquellas que se llaman apolticos, la satisfaccin que sienten por su alejamiento absoluto de todas las preocupaciones sociales, el desprecio que manifiestan ante la participacin y los intereses sociales,...nos hablan de una predominante actitud de falta de esfuerzo por que es beneficioso para todos. Quizs si entendieran que el esfuerzo por sus propios interese personales tiene un sentido poltico, se atreveran a tomar la palabra. Nadie puede negar el descrdito, el desprestigio, que los polticos han provocado en la poltica. Pero esto no es aceptable como justificacin para la falta de acciones, esfuerzos y sacrificios colectivos de los ciudadanos y ciudadanas de un determinado entorno sociopoltico, econmico y cultural. Sin embargo, este desprecio o esta apoliticidad manifiesta es cada vez ms una realidad que nos impide, como sociedad, pensar en nuevos proyectos o en nuevas utopas. e. La prdida del asombro y de la conciencia: Finalmente, nuestro deterioro tico muestra su rostro ms despiadado y

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    salvaje: ya no nos asombra ni nos conmueve el sufrimiento, la pobreza, la injusticia, la muerte... Hemos ido insensibilizndonos tanto, que nuestra conciencia se vuelve cada vez ms dura e inaccesible para todo aquello que afecta o perjudica el proyecto de vida de la especie humana. Pareciera que ticamente ya no somos nada, puesto que no nos interesa el dar la buena vida. No nos asusta que las grandes mayoras estn totalmente ausentes y lejanas de una buena vida, de una vida digna. Hemos vista tanta injusticia y tanta muerte, sin hacer nada para evitarlas, que lo que hoy vemos, ya no nos afecta. Incluso, hasta hemos llegado a sentirnos contentos por esa insensibilidad. Ya no nos duele y qu bueno!, parece ser la explicacin en la que nos amparamos para protegernos del incmodo malestar que podra provocarnos la injusticia descarada en la que vivimos actualmente. El arte de saber vivir se ha perdido. Hoy intentamos, a costa de lo que sea, aprender a vivir, o aprender el arte de vivir sin preocuparnos por el vivir de los dems. En la medida que vivimos solo para nosotros, en esa medida nuestra tica pasa a ser una mera ilusin, una mera teora.

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    LECTURA COMPLEMENTARIA LA FILOSOFIA, LA ETICA Y LA VIDA:

    Entrevista al Dr. Ramn Valls Plana, Profesor de Filosofa de la Universidad de Barcelona4.

    1. Los matemticos, los cientficos naturales y sociales tienen su objeto de estudio, inclusive los telogos y psicoanalistas pretenden tenerlo. Cul sera finalmente el objeto de estudio de la filosofa? Parto la respuesta en tres: La pregunta, si fuera ingenua, dira simplemente: Segn usted, cul es el objeto de la filosofa? Pero su longitud la convierte en capciosa. Afirmando implcitamente que el objeto de todos los saberes particulares es suficientemente claro, aunque en algunos casos sea problemtico (psicoanlisis, teologa), deja a la filosofa, de entrada, en paos menores. Creo por ello que la pregunta se resiente de cientismo, es decir, de una tal admiracin hacia las ciencias empricas que las convierte en modelo de todo saber serio y les atribuye una solidez epistemolgica que no tienen.

    Sin embargo, los autnticos investigadores de primera mano, sea cual sea el campo que cultiven, se interrogan continuamente sobre su objeto y sobre el mtodo que estn utilizando para acceder a l. En una palabra, todo saber humano est transido de problemas sobre su fundamento. La palabra finalmente, presente en la pregunta, acenta la irona que detecto en ella. Como si el preguntante dijera: A ver si por fin os aclaris filsofos! Pues bien, finalmente, no. Y eso es as porque ningn tipo de saber, que yo sepa, ha llegado a su final incluso en la fijacin de su objeto y mtodo. Cada da revisin, suma y sigue.

    4 Disponible en: http://us.geocities.com/rpfa/valls.html (Consultado el 29.1.09)

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    Y por lo que se refiere a la filosofa, sostengo en concreto que ella consiste en una reescritura continua de sus textos, en funcin de las nuevas preguntas que situaciones nuevas plantean. Reescribe, por as decirlo, un libro jams escrito. Es un saber siempre fragmentario, atrada por el ideal del saber perfecto (idea regulativa en el sentido de Kant; lo que yo he llamado libro no escrito). Para contestar finalmente la pregunta, copio y hago mas las lneas inciales de la Fundamentacin de la metafsica de las costumbres de Kant: La antigua filosofa griega se divida en tres ciencias: fsica, tica y lgica. Esta divisin es adecuada a la naturaleza de la materia y no hay nada que mejorar en ella.

    La necesaria explicacin la hace Kant a rengln seguido y yo mismo la hago tambin en clase. Pido por lo menos una hora.

    2. Es inevitable que haya por los menos dos posturas -normalmente antagnicas- al abordar los problemas bioticos (aborto, eutanasia, manipulacin gentica, etc.)? S. En nuestra cultura y en la situacin en que ella se encuentra, desde luego. En el futuro, no s. Pienso que no sera imposible converger, pero de momento coexisten dos concepciones radicalmente distintas de la libertad humana que no permiten un entendimiento entre ellas. Yo estoy por la ley que emana de la libertad autnoma, pero veo que muchas conciencias religiosas (porque no entienden lo que acabo de decir, lo cual es compatible de suyo con la religin) siguen aferradas a la heteronoma moral.

    Piensan que la libertad humana no es creadora de ley, sino que ha de limitarse a secundar o cumplir la ley de otro, se llame Dios o naturaleza.

    3. En relacin, a la anterior pregunta, mucha de la controversia dentro de la biotica finalmente puede reducirse a una cuestin de postura filosfica (digamos idealista o materialista)? De postura filosfica o, tal vez mejor, de actitud tica ante la necesidad de vivirnos en relacin con los otros y con la naturaleza. Sin embargo, no quiero pasar por alto que los adjetivos con que se califican las dos posturas son inadecuados.

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    Son etiquetas que usaron preferentemente los marxistas pero que no sirven. Lo contrario de materialismo es espiritualismo. Lo contrario de idealismo, realismo. Pero sea como sea, la divisin que juzgo decisiva entre autonoma y heteronoma moral no encaja con aquellas palabras. Kant no era un materialista ni un ateo, y su idealismo no haca de l un irrealista!

    4. Terica e idealmente la ciencia est para servir a la humanidad pero en realidad mucha de la investigacin -por ejemplo, la farmacolgica- depende de las inversiones de las grandes corporaciones.

    En ese sentido, no cree que una tica en pro de la vida quedar relegada -o ya lo est- ante el lucro? Mi tica y la de muchos otros que la comparten no es exactamente pro-vida, sino pro dignidad humana. Una dignidad innata, inalienable y esencial, que no se gana ni se pierde por la conducta que uno adopte, como ocurre con otras formas sobrevenidas de dignidad, las cuales se adquieren por obrar el bien.

    La dignidad esencial radica precisamente en la autonoma moral. Y ese es el valor supremo que se debe promover y proteger. Que laboratorios farmacuticos u otros intereses particulares financien investigacin no puede ni debe ser incompatible con que los resultados sean pro-humanidad en el sentido indicado. Pero s es cierto tambin que, si no queremos caer en el angelismo, aquellos intereses particulares, legtimos de suyo, han de ser disciplinados, corregidos o reconducidos por el poder poltico porque ni la utilidad ni el lucro son el valor supremo.

    5. Cree Ud. que con el alto nivel cientfico-tecnolgico y econmico alcanzado en el mundo desarrollado que muchos de los gravsimos problemas que afectan a la mayor parte de la humanidad podran solucionarse? Todos y del todo, lo dudo mucho. Desde luego de hoy para maana, no.

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    Pero eso se debe al dficit de poder poltico, fragmentado en mini espacios que los medios actuales de comunicacin hacen ridculos, perdido en tareas que podra y debera dejar a organizaciones inferiores y corrompido por el dominio que ejercen sobre l los intereses de lo que, demasiado elogiosamente, se llama sociedad civil.

    6. Por qu a pesar de ese alto nivel cientfico-tecnolgico y econmico del mundo desarrollado persiste -aunque en menor medida que en el Hemisferio Sur- la tendencia a creer en la supersticin y lo paranormal? La respuesta ms sencilla es porque abunda la incultura, porque la educacin en la racionalidad y en la mayora de edad, que la autonoma moral implica, ha sido y es muy deficiente. Porque las religiones en buena medida no han entendido a la modernidad y, viendo en ella al enemigo, en vez de ver en la autonoma moral la continuacin ms lgica del espritu cristiano, no han dejado de hacerle la guerra. El caso es que el cristianismo eclesistico pierde necesariamente la adhesin de la masa y que sta, abandonada a su triste suerte, se refugia en los falsos consuelos de las creencias supersticiosas y de los ritos sectarios. (Pregunt M. A. Paz y Mio, Director RPFA)

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    CAPTULO II El nacimiento de la

    espiritualidad

    Los carpinteros dan forma a la madera; los flecheros dan forma a las flechas; los sabios se dan forma a s mismos.

    BUDA

    La civilizacin humana se reconoce que se inici con la organizacin social de las especies homnidas antecesores del hombre moderno (identificado en las ciencias biolgicas como homo sapiens sapiens), cuando produjo herramientas (un raspador para producir los abrigos con la piel de la cacera de animales, armamento como el hacha y las vasijas de barro para su alimentacin); sin embargo, es en el periodo llamado neoltico del pleistoceno superior (hace unos 10,000 aos, que el hombre se convierte en gregario, descubre la naturaleza y se organiza polticamente en ciudades, en lo que se ha dado en llamar la revolucin neoltica). En este periodo es el surgimiento de la espiritualidad en la civilizacin humana: la Era Axial (Del 800 al 200 Antes de Cristo) y las races de las concepciones espirituales del homo sapiens sapiens5. Conceptualizacin de los valores y su importancia en la vida en sociedad. La dinmica dual de la

    5 Nos basamos en la obra de Karen Armstrong, La Gran Transformacin (Madrid: Paids, 2007). Fue monja catlica durante siete aos. Despus de dejar su orden en 1969, se gradu en la Universidad de Oxford y empez a ensear Literatura Moderna. Con el tiempo, se ha convertido en uno de los principales especialistas britnicos en historia de las religiones. Miembro honorario de la Association of Muslim Social Scientist, su trabajo se ha traducido a cuarenta idiomas, y ha escrito tambin tres documentales para televisin. Desde el 11 de septiembre de 2001 ha intervenido con frecuencia en conferencias, debates, peridicos, revistas y otros medios de comunicacin a ambos lados del Atlntico, hablando del islam. Es autora, adems, de Una historia de Dios (Madrid: Paids, 2006) y Una historia de Jerusalem (Madrid: Paids, 2005).

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    formacin de valores: el ethos como regla externa y universal y los mores como comportamientos consensuados.

    El filsofo alemn Karl Jaspers, como nos seala Armstrong, llama a este periodo la Era Axial porque resulto fundamental en el desarrollo espiritual de la humanidad: la profundidad obtenida durante este periodo sigue siendo vlida en nuestros das, adems de que la etapa marca el inicio de las religiones organizadas tal y como las conocemos hoy en da. En esta poca surgen el confucianismo y el taosmo en China, el budismo y el hinduismo en la India, el monotesmo en el Medio Oriente, y el racionalismo griego en Europa. Al mismo tiempo surge una nueva economa de mercado, que hace que el poder pace de los sacerdotes y reyes a los mercaderes. Todas estas nuevas religiones, adems, no surgen en los desiertos o en las montanas, sino en ciudades marcadas por un ambiente de capitalismo y finanzas.

    Todos los movimientos de la Era Axial tienen los mismos ingredientes esenciales: eran extremadamente conscientes de que el sufrimiento es una parte ineludible de la condicin humana, y todos subrayan la necesidad de una religin mas espiritualizada que no dependiera tanto de ritos y practicas externas. Todos los sabios de ese periodo, adems, se resguardaron contra la violencia que permeo el periodo, predicando una tica de compasin y justicia. Los sabios del periodo introdujeron tambin una visin crtica de la mitologa, dndole a los mitos del momento una interpretacin ms interiorizada y tica.

    Los pueblos de este periodo seguan buscando la trascendencia, pero lo sagrado apareca ms remoto y ajeno, y ya no pareca posible pensar o creer que dioses y hombres provenan de la misma substancia. As, los sabios insistieron en que para entender el verdadero sentido del mito, uno no debe limitarse a cumplir con los rituales, sino que debe actuar de una manera tica. El mito siempre ha exigido accin, pero los sabios de la Era Axial demostraron que el mito no revelara su significado pleno a

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    menos que llevase a un ejercicio de compasin y justicia en la vida cotidiana.

    En Israel, en especial, los profetas como Jeremas, Isaas, Oseas y Ezequiel lucharon ferozmente contra los antiguos mitos que encontraban incompatibles con su tiempo, en especial contra los mitos asirios trados de Mesopotamia, para declarar a Yahweh como el nico Dios. Es en estos tiempos cuando probablemente se redacta la Biblia, empezando con el Gnesis que demuestra la tensin de la lucha entre la cultura pagana y el monotesmo. Irnicamente, el monotesmo recibe su mayor impulso cuando Babilonia invade Jerusaln y destruye el Templo en el 586 Antes de Cristo, lo cual resulta en la deportacin de miles de israelitas. Es en el exilio, y en la confrontacin diaria con el paganismo, que el culto a Yahweh se fortalece y el monotesmo se impone.

    En Grecia, la Era Axial fue alimentada por el logos, que operaban en un nivel distinto al mito. Los primeros cientficos griegos - Anaxmedes, Anaximandro y Herclito dan una interpretacin distinta a las fuerzas naturales y los elementos, en tanto los dramaturgos atenienses - Esquilo, Sfocles y Eurpides - traen al mito a la escena para darle un sentido que es al mismo tiempo ritual y crtico, ya que pone bajo la ptica del anlisis los valores de justicia, herosmo, nacionalismo y democracia. El mito del hroe como buscador es reemplazado por la imagen de hroes como Edipo que, inmersos en el dolor y la perplejidad, debe usar su raciocinio para tomar decisiones y vivir con las consecuencias de las mismas.

    Platn y Aristteles critican la tragedia, al considerarla demasiado emocional, y creer que los humanos solo pueden alcanzar su potencial pleno a travs del logos. Platn consideraba los mitos como cuentos, y apuntaba que solo el discurso racional y lgico genera el entendimiento verdadero, y que las ideas de amor, belleza, bien y justicia, no pueden ser intuidas o aprehendidas mediante mitos o ritos, sino a travs de los poderes de la mente. Aristteles coincide con Platn en la naturaleza

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    incomprensible del mito y establece categoras de la razn que, en efecto, abren una brecha insalvable entre mythos y logos.

    El Periodo Post-Axial (200 Antes de Cristo a 1500 de nuestra era) es sumamente crtico. El fenmeno del monotesmo es esencial para comprender la construccin de un marco tico, de compromiso que como individuo me une a la comunidad. Es la conformacin de la tica social, por lo que llegamos a reconocer las races de nuestros valores en las tradiciones religiosas.

    Durante este periodo el estatus del mito permanece casi sin cambios, al menos hasta el siglo XVI de nuestra era. Armstrong decide analizar solamente el Occidente, pero no deja de enfatizar el antecedente indo-ario y la formalizacin del espritu colectivo de la sociedad china, no solo porque el siguiente periodo de innovacin surge ah, sino porque es en el Occidente donde los pueblos comienzan a encontrar que la mitologa es una cuestin problemtica.

    Las tres religiones de Occidente -juda, cristiana y musulmana- coinciden en creer que su Dios es activo en la historia y puede ser percibido en eventos especficos ocurridos en el mundo.

    El judasmo sigue inspirando mitos: uno de ellos fue el cristianismo. Jess y sus primeros discpulos eran judos, y fue Pablo, otro judo, quien transform a Jess en una figura mtica. Pablo entenda que un mito no puede ser entendido sin una ritual de transformacin, que lo acerque a las vidas y los corazones de los creyentes. Pablo no estaba tan interesado en las enseanzas de Jess, como en el misterio de su muerte y resurreccin. Pablo transformo a Jess en un hroe mtico mas all del tiempo, que muere y resucita a una nueva vida. Todo aquel que pasase por la iniciacin del bautismo entraba en la muerte de Jess y compartira su vida nueva. Jess ya no era una figura histrica sino una realidad espiritual en la vida de los cristianos, que si bien ya no lo conoceran de carne y hueso, podran encontrarlo en

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    otros seres humanos, en el estudio de la escritura y en la eucarista.

    Debido a la dimensin mtica de estas tres religiones histricas, judos, cristianos y musulmanes siguen usando la mitologa para explicar sus reflexiones ms profundas o para responder a situaciones de crisis. Esto es especialmente claro en la Kabbalah, la tradicin mstica juda. Los kabbalistas imaginaron un proceso de evolucin divina similar al de muchos mitos, con una figura divina inconocible e inescrutable, de la que surgen diez emanaciones que representan el proceso por el cual el dios desciende de su soledad y se da a conocer a los seres humanos. Cada emanacin cuenta con su propio nombre simblico, y cada una hace el misterio de la divinidad ms accesible a la limitada mente humana. Cada una es una palabra de Dios, y es tambin la va por la cual Dios cre al mundo. La ultima emanacin, la Shekinah, fue imaginada como mujer, el aspecto femenino de Dios. En algunas formas de la Kabbalah, la Shekinah erra por el mundo, alejada de Dios, en exilio, y desenado su reunin con la fuente. Mediante el cuidadoso cumplimiento de la Ley de Moiss, los kabbalistas pueden poner fin al exilio de la Shekinah y restaurarla al mundo de Dios. Tras la deportacin de los judos de Espaa, muchos ya no pudieron seguir creyendo en el mundo ordenado descrito en el Gnesis, por lo que el kabbalista Isaac Luria genero una historia de la creacin completamente distinta, que resulto en una creacin fallida en la que todo est en el lugar incorrecto, y requiere de rituales especiales, mtodos de meditacin y disciplinas ticas para volverlo al lugar correcto.

    Hay un ejemplo similar en el cristianismo. A raz de la cada del Imperio Romano, San Agustn reinterpreta el mito de Adn y Eva y desarrollar el mito del pecado original. Debido a la desobediencia de Adn, Dios haba condenado a la raza humana a la condenacin (idea que carece fundamento bblico). La culpa inherente en esto paso a los descendientes de Adn atravs del acto sexual, contaminado por la concupiscencia, es decir, el deseo irracional de obtener placer. Los cristianos occidentales consideran el mito del pecado original como esencial a su fe, pero

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    los griegos ortodoxos, que no experimentaron la cada de Roma, nunca endosaron esta doctrina, ni creen que Jess haya muerto para salvarnos de los efectos del pecado original.

    El contacto con los griegos genera otros conflictos: debido a la divisin entre mythos y logos, judos, cristianos y musulmanes se ven confrontados en cuanto a la rica tradicin mtica de sus religiones. Mientras los ortodoxos, los musulmanes y los judos estiman que la teologa solo es vlida si se practica junto con la oracin y la liturgia, los cristianos entran en conflicto debido a la oposicin de las dos fuerzas. En los siglos XI y XII, los cristianos redescubrieron las obras de Platn y Aristteles, y se entregaron a buscar un puente entre logos y mythos con un entusiasmo que no se ha perdido en nuestros das. No es por ello sorprendente que la siguiente gran transformacin en la historia de la humanidad, que hara extremadamente difcil para la mayora de la gente el poder pensar mticamente, tuvo sus orgenes en Europa Occidental.

    Armstrong define la Gran Transformacin Occidental (del 1500 al 2000), marcado con el cisma de occidente y que produjo las bases del capitalismo y de la ciencia modernas, as como de un nuevo marco de valoracin tica que nos marca en la poca contempornea.

    Durante el siglo XVI, los europeos y las tierras que luego se convertiran en los Estados Unidos comenzaron a crear una civilizacin sin precedentes en la historia, y que durante los siglos XIX y XX se extendera a otras partes del mundo. El aspecto potencialmente ms desastroso de este nuevo experimento seria la muerte de la mitologa.

    La modernidad occidental es hija del logos. Occidente se fund sobre una base econmica nueva, centrada en la rplica tecnolgica de los recursos naturales, y la reinversin constante del capital. Debido a esa base, los occidentales comenzaron a mirar siempre hacia adelante. El largo proceso de modernizacin involucro profundos cambios a lo largo de tres siglos: industrializacin, transformacin de la agricultura, revoluciones

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    polticas y sociales que reorganizaron a las sociedades, y una ilustracin intelectual que denigro al mito como intil, falso y pasado de moda.

    El logos nunca haba podido dar a los seres humanos el sentido de relevancia que necesitaban. Haba sido siempre el mito quien haba dado estructura y significado a la vida, pero conforme la modernizacin avanzaban y el logos alcanzaba resultados espectaculares, la mitologa fue progresivamente siendo desacreditada. En el siglo XVI, esa alineacin se hizo aparente en los reformistas religiosos (Lutero, Calvino, Zwinglio) que trataron de modernizar a la religin cristiana para hacerla mas gil y eficiente. Hubo un nuevo nfasis en el estudio de la escritura, pero la invencin de la imprenta y el crecimiento del alfabetismo altero la percepcin de las personas sobre los textos sagrados. La lectura solitaria y en silencia reemplazo a la recitacin litrgica. Cada lector poda ahora conocer la Biblia en detalle y sacar sus propias conclusiones. La nueva astronoma generada por Coprnico, Bacon y Newton ofrece una visin distinta del cosmos, conocible a partir de la prctica de disciplinas como la experimentacin y la deduccin.

    Los filsofos y telogos alemanes, franceses e ingleses del a Ilustracin vieron los viejos mitos religiosos como intiles, y plantearon una teologa basada en el logos. Para el siglo XIX, los europeos comenzaron a ver a la religin como algo daino. Feuerbach y Marx plantearon a la religin como alienante y enfermiza, en tanto Darwin ech por tierra uno de los ltimos mitos: el de la creacin del mundo. Al concluir el siglo XIX, el divorcio entre logos y mythos pareca irreversible. La verdad haba sido reducida a lo que era demostrado y demostrable, y en 1882 Nietzsche declar en La Gaya Ciencia que Dios haba muerto.

    El siglo XX lleg acompaado de una multitud de conos nihilistas. Irnicamente, las esperanzas de modernidad e Ilustracin bien pronto resultaron falsas, y fenmenos como el hundimiento del Titanic, la Primera Guerra Mundial, el

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    Holocausto o las bombas atmicas en Hiroshima y Nagasaki demostraron que haba un aliento de autodestruccin en el corazn de la cultura moderna. Incluso el ataque contra las Torres Gemelas del 11 de septiembre del 2001 demostr que los beneficios de la modernidad -tecnologa, transporte masivo, y comunicaciones globalizadas- podan ser convertidos en instrumentos de terror.

    El logos ha en efecto mejorado muchos aspectos de nuestra vida, pero no es un triunfo sin consecuencias, ni nos ha llevado al paraso terrenal predicado por Bacon y Locke. El pensamiento lineal, lgico e histrico nos ha alejado de elementos que nos permiten convivir con el tema no resuelto de la muerte, o con el dilema del sufrimiento. Ciertamente somos ms sofisticados como civilizacin pero no hemos avanzado espiritualmente mas all de la Era Axial, y debido a la supresin del mythos podramos estar en una etapa de regresin. Ya no sabemos como manejar nuestra vida mtica en una forma que sea espiritualmente rica y transformativa.

    Sin embargo, somos criaturas creadoras de mitos. En el siglo XX nos hemos topado con mitos que nos han llevado a la masacre y al genocidio, pero esos mitos han fracasado porque no han sido alimentados con el espritu de compasin, el respeto por la vida como sagrada. Esas mitologas destructivas han sido estrechamente raciales, tnicas, denominacionales y egostas. No podemos contrarrestar esos mitos solo con la razn, pero si con una mitologa tica y espiritualmente informada.

    Necesitamos mitos que nos ayuden a identificarnos con nuestros prjimos. Necesitamos mitos que nos ayuden a darnos cuenta de la importancia de la compasin. Necesitamos mitos que nos ayuden a crear una actitud espiritual y nos faculten a experimentar valores trascendentales que pongan en tela de juicio nuestro egosmo. Necesitamos mitos que vuelvan a venerar a la tierra como sagrada, en vez de solo usarla como recurso.

    En esta poca han sido los escritores y los artistas, ms que los lderes religiosos, quienes han llegado a ocupar ese vaco y a

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    tratar de reconectarnos con la sabidura mitolgica del pasado. La literatura, en particular, ha recurrido a la mitologa para explicar los dilemas modernos, retando la hegemona del logos al combinar lo real con lo inexplicable, y la razn cotidiana con la lgica mtica del sueo y del cuento de hadas.

    La mitologa es una forma de arte. El arte invade nuestras vidas y las cambia para siempre. Es un encuentro trascendental que nos transforma. Una pieza literaria, como un mito o una obra de arte, puede convertirse en una iniciacin que nos ayude a transitar por el doloroso rito de transito de una fase de la vida a otra, de un estado de la mente a otro. Una pieza literaria - un poema, una novela - nos ensena a ver el mundo con otros ojos, y nos ensenar a mirar en nuestros propios corazones y ver el mundo con una perspectiva que va mas all de nuestro inters inmediato. Tal vez nuestros artistas y escritores pueden ocupar hoy en da el lugar de sabios y sacerdotes y ofrecer una perspectiva nueva a nuestro mundo daado y perdido.

    Quiz cada generacin crea que ha llegado a un momento decisivo de la historia, pero nuestros problemas parecen particularmente intratables, y nuestro futuro cada vez ms incierto. Muchas de nuestras dificultades encubren una crisis espiritual mucho ms profunda. Durante el siglo XX vimos la erupcin de la violencia a una escala sin precedentes. Por desgracia, nos recalca Armstrong, nuestra capacidad de hacernos dao y matarnos unos a otros ha seguido el mismo ritmo que nuestro extraordinario progreso econmico y cientfico. Parece que carecemos de la sabidura para controlar nuestra capacidad de agresin, y mantenerla dentro de unos lmites seguros y apropiados. La explosin de las primeras bombas atmicas de Hiroshima y Nagasaki dej al descubierto la autodestruccin nihilista que se esconde en el corazn de los logros ms brillantes de la cultura moderna.

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    Nos arriesgamos a catstrofes ambientales porque ya no vemos la tierra como algo sagrado, sino sencillamente como un recurso. A menos que vivamos algn tipo de revolucin espiritual que pueda mantenerse al mismo nivel que nuestro genio tecnolgico, es muy improbable que consigamos salvar nuestro planeta. Una educacin puramente racional no basta para discutir nuestros compromisos como humanos. Hemos averiguado, con enormes costes, que una gran universidad puede existir en el mismo espacio fsico que un campo de concentracin. Auschwitz, Ruanda, Bosnia, la destruccin del World Trade Center... todos estos hechos son oscuras epifanas que nos revelan lo que puede ocurrir cuando se pierde el sentido de la inviolabilidad sagrada de todo ser humano. La religin, que se supone que debe ayudarnos a cultivar esa actitud, a menudo parece reflejar la violencia y desesperacin de nuestros tiempos. Casi todos los das vemos ejemplos de terrorismo motivado por la religin, el odio y la intolerancia. Un creciente nmero de personas encuentra que las doctrinas y prcticas religiosas tradicionales son irrelevantes y carentes de credibilidad, y se vuelven hacia el arte, la msica, la literatura, la danza, el deporte o las drogas para que les den las experiencias trascendentes que al parecer requerimos los seres humanos. Todos buscamos momentos de xtasis y de arrobamiento, cuando habitamos nuestra humanidad con ms plenitud de lo acostumbrado, y nos sentimos hondamente conmovidos en nuestro interior y momentneamente elevados por encima de nosotros mismos. Somos criaturas en busca de sentido y, a diferencia de otros animales, caemos fcilmente en la desesperacin si no somos capaces de encontrar significado y valor a nuestras vidas. Algunos buscan nuevas vas para ser religiosos. Desde la dcada de 1970 se ha dado un renacimiento espiritual en muchos lugares del mundo, y la piedad militante que a menudo llamamos

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    fundamentalismo es slo una manifestacin de nuestra bsqueda posmoderna de iluminacin. En nuestra situacin actual, creo que podemos encontrar inspiracin en el perodo que el filsofo alemn Karl Jaspers denomin la era axial, porque fue decisiva para el desarrollo espiritual de la humanidad6. Desde ms o menos el 900 hasta el 200 AEC7 en cuatro regiones distintas vieron la luz las grandes tradiciones mundiales que han continuado nutriendo la humanidad: el confucianismo y taosmo en China; hinduismo y budismo en la India; monotesmo en Israel y racionalismo filosfico en Grecia. Fue el perodo de Buda, Scrates, Confucio y Jeremas, los msticos de las Upanishadas, Mencio y Eurpides. Durante este perodo de intensa creatividad, unos genios espirituales y filosficos abrieron el camino a un tipo totalmente nuevo de experiencias humanas. Muchos de ellos trabajaban annimamente, pero otros se convirtieron en luminarias que todava nos llenan de emocin, porque nos muestran cmo debera ser un ser humano. La era axial fue uno de los perodos ms influyentes de los cambios intelectuales, psicolgicos, filosficos y religiosos de la historia que recordamos; no habr nada comparable hasta la Gran Transformacin Occidental que creara nuestra propia modernidad cientfica y tecnolgica. Pero cmo podan aquellos sabios de la era axial, que vivieron en circunstancias tan distintas, hablar de nuestra situacin actual? Por qu volvernos hacia Confucio o Buda para encontrar ayuda? Desde luego, el estudio de ese perodo tan distante slo puede ser un ejercicio de arqueologa espiritual, cuando lo que necesitamos es crear una fe ms innovadora que refleje las realidades de nuestro propio mundo. Y sin embargo, de hecho, no hemos sobrepasado hasta ahora la sabidura de la era axial. En tiempos de crisis espiritual y social, hombres y mujeres han vuelto la vista constantemente hacia ese perodo en busca de 6 Karl Jaspers, The Origin and Goal of History, Londres, 1953, (trad. cast. Origen y meta de la historia, Barcelona, Altaya, 1995). 7 Antes de la Era Comn, una forma de sealar A.C. (Antes de Cristo).

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    gua. Quizs hayan interpretado los descubrimientos de la era axial de forma diferente, pero nunca han conseguido ir ms all de ellos. El judasmo rabnico, el cristianismo y el islam, por ejemplo, son florecimientos tardos de la era axial original. Como veremos en el ltimo captulo de este libro, estas tres tradiciones redescubrieron la visin axial y la trasladaron maravillosamente a un lenguaje que hablaba directamente a las circunstancias de su tiempo. Los profetas, msticos, filsofos y poetas de la era axial estaban tan avanzados y su visin era tan radical que las generaciones posteriores tendieron a diluirla. En ese proceso, a menudo se produjo precisamente el tipo de religiosidad que los reformadores de la era axial queran evitar. Creo que esto es lo que ha ocurrido en el mundo moderno. Los sabios de aquella era tienen un mensaje importante para nuestro tiempo, pero sus conocimientos resultarn sorprendentes (incluso increbles) para muchos que hoy en da se consideran religiosos. Por ejemplo, a menudo se da por supuesto que la fe consiste en creer ciertas proposiciones. En realidad resulta comn llamar a la gente religiosa creyentes , como si asentir con los artculos de fe fuese su principal actividad. Pero la mayora de los filsofos de la era axial no tenan inters alguno en doctrinas o metafsicas. Las creencias teolgicas de una persona eran un asunto que provocaba indiferencia total en alguien como el Buda. Algunos sabios incluso se negaban categricamente a discutir de teologa, afirmando que aquello les distraa y resultaba perjudicial. Otros afirmaban que era inmaduro, irreal y perverso buscar ese tipo de certeza absoluta que mucha gente espera que le proporcione la religin. Todas las tradiciones que se desarrollaron durante la era axial ampliaron enormemente las fronteras de la conciencia humana y descubrieron una dimensin trascendental en lo ms

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    hondo de su ser, pero no contemplaron ese hecho necesariamente como sobrenatural, y la mayora de ellas incluso se negaron a discutir ese asunto. Precisamente, como la experiencia era inefable, la nica actitud correcta era un silencio reverente. Los sabios, por supuesto, no buscaban imponer sus propios puntos de vista sobre esa realidad primordial a otras personas. Ms bien al contrario: segn crean, nadie debera adoptar enseanzas religiosas como artculo de fe. Era esencial cuestionrselo todo, y probar empricamente todas las enseanzas recibidas mediante la experiencia personal. De hecho, tal y como veremos, si un profeta o filsofo empezaba a insistir en doctrinas obligatorias, normalmente era una seal de que la era axial haba perdido su impulso. Si al Buda o a Confucio le hubiesen preguntado si crean en Dios, probablemente se habran estremecido ligeramente y habran explicado (con gran cortesa) que esa pregunta no era adecuada. Si alguien le hubiese preguntado a Ams o a Ezequiel si era monotesta, si crea en un solo Dios, se habran quedado igual de perplejos. El monotesmo no era el tema. Encontramos pocas afirmaciones inequvocas de monotesmo en la Biblia, pero, curiosamente, la estridencia de algunas de esas afirmaciones doctrinales en realidad se aparta del espritu esencial de la era axial. Lo que importaba no era lo que uno crea, sino cmo se comportaba. La religin consista en hacer cosas que te cambiaban a un nivel profundo. Antes de la era axial, los rituales y los sacrificios animales eran parte fundamental de la bsqueda religiosa. Se experimentaba lo divino en dramas sagrados que, como en una gran experiencia teatral de la actualidad, te conducan a otro nivel de existencia. Los sabios de la era axial cambiaron este hecho; seguan valorando los rituales, pero les daban un nuevo significado tico y ponan la moralidad en el corazn de la vida espiritual. La nica forma de encontrar lo que ellos llamaban Dios, Nirvana, Brahmn o el Camino, era vivir una vida compasiva. En realidad, la religin era compasin. Hoy en da damos por supuesto que antes de emprender una vida religiosa

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    debemos comprobar a nuestra entera satisfaccin que existe Dios o lo Absoluto. Es una buena prctica cientfica: primero se establece un principio, y slo luego se aplica. Pero los sabios de la era axial diran que eso en realidad es poner el carro antes que el caballo. Primero hay que comprometerse a llevar una vida tica; luego, la benevolencia disciplinada y habitual, y no una conviccin metafsica, ser la que te ofrezca indicios de la trascendencia que buscabas. Eso significa que hay que estar dispuesto a cambiar. Los sabios axiales no estaban interesados en proporcionar a sus discpulos una pequea elevacin edificante del espritu, despus de la cual podan volver con renovado vigor a sus vidas centradas en ellos mismos. Su objetivo era crear un tipo de ser humano totalmente distinto. Todos los sabios predicaban una espiritualidad de la empata y la compasin; insistan en que la gente deba abandonar su egosmo y su codicia, su violencia y su crueldad. No slo estaba mal matar a otros seres humanos, sino que tampoco haba que pronunciar palabras hostiles, ni hacer gestos de irritacin. Ms incluso, casi todos los sabios de la era axial se dieron cuenta de que no se poda limitar la benevolencia a tu propia gente: tu preocupacin deba extenderse de algn modo a todo el mundo. De hecho, cuando la gente empez a limitar sus horizontes y sus simpatas fue otra seal de que la era axial estaba tocando a su fin. Cada tradicin desarroll su propia formulacin de la Regla de Oro: no hacer a los dems lo que no quieres que te hagan a ti. Por lo que se refera a los sabios de la era axial, la religin consista en el respeto por los derechos sagrados de todos los seres, y no en la creencia ortodoxa. Si la gente se comportaba con amabilidad y generosidad con sus compaeros, podan salvar el mundo. Necesitamos redescubrir ese ethos axial. En nuestra aldea global, no podemos permitirnos ya una visin provinciana, exclusiva. Debemos aprender a vivir y a comportarnos como si la gente de pases que estn muy lejos del nuestro fuera tan importante como nosotros mismos. Los sabios de la era axial no crearon su tica compasiva en circunstancias idlicas. Cada tradicin se desarroll en sociedades como la nuestra, desgarradas

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    por la violencia y la guerra como nunca antes haba ocurrido. En realidad, el primer catalizador del cambio religioso normalmente era un rechazo de principio a la agresividad que los sabios contemplaban en su entorno. Cuando empezaban a buscar las causas de la violencia en la psique, los filsofos axiales penetraban en su mundo interior y empezaban a explorar un reino de experiencia humana desconocido hasta entonces. El consenso de la era axial es testimonio elocuente de unanimidad en la bsqueda espiritual de la raza humana. Las gentes axiales averiguaron que la tica compasiva funcionaba. Todas las grandes tradiciones que se crearon en aquellos tiempos estn de acuerdo en la importancia suprema de la caridad y la benevolencia, y eso nos dice algo importante acerca de nuestra humanidad. Encontrar que nuestra propia fe est en profundo acuerdo con otras es una experiencia de afirmacin. Sin apartarnos de nuestra tradicin, por tanto, podemos aprender de otros cmo mejorar nuestra bsqueda particular de una vida emptica. No podemos apreciar los logros de la era axial si no nos familiarizamos con lo que haba antes, de modo que tenemos que comprender la religin preaxial de la antigedad primera. sta tena unos rasgos comunes que seran muy importantes en la era axial. La mayora de las sociedades, por ejemplo, tenan unas creencias primigenias en un Dios Excelso, que a menudo era llamado Dios del Cielo, porque se asociaba con el firmamento8. Como era bastante inaccesible, tendi a desvanecerse de la conciencia religiosa. Algunos dicen que desapareci, otros que fue desplazado violentamente por una generacin ms joven de dioses ms dinmicos. La gente normalmente experimentaba lo sagrado como una presencia inmanente tanto en el mundo que le rodeaba como dentro de s mismos. Algunos crean que los dioses, hombres, mujeres, animales, plantas, insectos y piedras, todos compartan la misma vida divina. Todos estaban sujetos a 8 Mircea Eliade, Myths, Dreams and Mysteries: The Encounter Between Contemporary Faiths and Archaic Realities, Londres, 1960, pgs. 172-178 (trad. cast.: Mitos, sueos y misterios, Madrid, Grupo Unido de Proyectos y Operaciones, 1991); Wilhelm Schmidt, The Origin of the Idea of God, Nueva York, 1912.

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    un orden csmico que todo lo abarcaba y lo mantena todo con vida. Incluso los dioses tenan que obedecer ese orden, y cooperaban con los seres humanos en la preservacin de las energas divinas del cosmos. Si stas no se renovaban, el mundo se sumira en un vaco primordial. El sacrificio de animales era una prctica religiosa universal en el mundo antiguo. Era una forma de reciclar las fuerzas diezmadas que mantenan vivo el mundo. Exista una fuerte conviccin de que la vida y la muerte, la creatividad y la destruccin estaban inextricablemente entretejidas. La gente se daba cuenta de que sobrevivan slo porque otras criaturas entregaban sus vidas en su beneficio, de modo que la vctima animal era honrada por su autosacrificio9. Como no poda haber vida sin tal muerte, algunos imaginaban que el mundo haba llegado a existir como resultado de un sacrificio al principio de los tiempos. Otros contaban historias de un dios creador que haba matado a un dragn (smbolo comn de lo informe y lo indiferenciado) para poner orden en el caos. Cuando reconstruan aquellos actos mticos en sus liturgias ceremoniales, los adoradores crean que se haban introducido en el tiempo sagrado. A menudo empezaban un nuevo proyecto realizando un ritual que representaba la cosmogona original, para dar a su frgil actividad mortal una infusin de fortaleza divina. Nada poda permanecer si no estaba animado o dotado con un alma de esa forma10. La religin antigua dependa de lo que se ha dado en llamar la filosofa perenne, porque estaba presente, de alguna forma, en la mayora de las culturas premodernas. Cada persona, objeto u experiencia en la tierra era una rplica, una plida sombra de una realidad en el mundo divino11. El mundo sagrado era, por tanto, el prototipo de la existencia humana, y como era mucho ms rica,

    9 Walter Burkert, Homo Necans: The Anthropology of Ancient Creek Sacrificial Ritual and Myth, Berkeley, Los ngeles, y Londres, 1983; Joseph Campbell y Bill Moyers, The Power of Myth, Nueva York, 1988 (trad. cast.: El poder del mito, Barcelona, Salamandra, 1991). 10 Mircea Eliade, The Myth of the Eternal Return, or, Cosmos and History, Princeton, 1959 (trad. cast.: El mito del eterno retorno, Madrid, Alianza, 2000). 11 Eliade, Myth of the Eternal Return .

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    fuerte y resistente que ninguna otra cosa sobre la tierra, hombres y mujeres deseaban con desesperacin participar en l. La filosofa perenne es todava un factor clave, hoy en da, en la vida de algunas tribus indgenas. Los aborgenes australianos, por ejemplo, experimentan el reino sagrado del Tiempo Soado como algo mucho ms real que el mundo material. Tienen breves atisbos del Tiempo Soado cuando duermen o en momentos de visiones; es eterno y omnipresente. Forma un teln de fondo perpetuo tras la vida corriente, que se ve constantemente debilitada por la muerte, el flujo, el cambio incesante. Cuando un australiano va a cazar, ajusta su conducta tan estrechamente a la del Primer Cazador que se siente totalmente unido a l, captado por su realidad mucho ms potente. Despus, cuando se aparta de la riqueza primordial, teme que el dominio del tiempo le absorba, y le reduzca a la nada a l y a todo lo que hace12. sa era tambin la experiencia de los pueblos de la antigedad. Slo cuando imitaban a los dioses en rituales y abandonaban la solitaria y frgil individualidad de sus vidas en el tiempo actual existan de verdad. Alcanzaban su verdadera humanidad cuando dejaban de ser slo ellos mismos, y repetan los gestos de otros13. Los seres humanos son profundamente artificiales14. Lucha constante-mente por mejorar su naturaleza y aproximarse a un ideal. Aun en los tiempos presentes, cuando ya hemos abandonado la filosofa perenne, la gente sigue como esclavos los dictados de la moda e incluso violentan sus caras y sus cuerpos para reproducir los modelos actuales de belleza. El culto a las celebridades muestra que todava reverenciamos a unos modelos que personifican la suprahumanidad. A veces la gente se desvive por ver a sus dolos, y notan una sensacin de euforia y bienestar en su presencia. Imitan sus ropas y su conducta. Parece que los seres

    12 Huston Smith, The World's Religions: Our Great Wisdom Traditions, San Francisco, 1991, pg. 235 (trad. cast. Las religiones del mundo, Barcelona, Kairs, 2005). 13 Eliade, Myth of the Eternal Return, pgs. 34-35. 14 Jaspers, Origin and Goal of History, pg. 40. Quiz cada generacin crea que ha llegado a un momento decisivo de la historia, pero nuestros problemas parecen particularmente intratables, y nuestro futuro cada vez ms incierto. Muchas de nuestras dificultades encubren una crisis espiritual mucho ms profunda. Durante el siglo XX vimos la erupcin de la violencia a una escala sin precedentes.

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    humanos tienden de forma natural hacia el arquetipo y lo paradigmtico. Los sabios axiales desarrollaron una versin ms autntica de esta espiritualidad y ensearon a la gente a buscar el propio ser ideal y arquetpico en su propio interior. La era axial no era perfecta. Un grave defecto era su indiferencia hacia las mujeres. Esas espiritualidades se desarrollaron casi todas en entornos urbanos, dominados por el poder militar y la actividad comercial agresiva, donde las mujeres tendan a perder el estatus del que haban disfrutado en una economa ms rural. No existen sabias axiales, y aunque a las mujeres se les permita tener un papel activo en la nueva fe, normalmente se las dejaba a un lado. No es que los sabios axiales odiasen a las mujeres, sino que la mayor parte del tiempo sencillamente ni se fijaban en ellas. Cuando hablaban del hombre grande o iluminado no se referan a hombres y mujeres... aunque la mayora de ellos, si se les hubiese cuestionado, probablemente habran admitido que las mujeres eran capaces tambin de esa liberacin. Precisamente, como la cuestin de las mujeres es tan secundaria para la era axial, me he dado cuenta de que cualquier discusin sostenida sobre este tema es una distraccin. Cuando he intentado abordarla, me ha parecido que no vena al caso. Sospecho que merece un estudio por s solo. No es que los sabios axiales fuesen misginos empedernidos, como algunos de los padres de la Iglesia, por ejemplo. Eran hombres de su tiempo, y tan preocupados por la conducta agresiva de los de su propio sexo que raramente concedan un solo pensamiento a las mujeres. No podemos seguir a los reformadores axiales de una forma servil; en realidad, hacerlo sera violar de forma fundamental el espritu de la era axial, que insista en que ese tipo de conformidad situaba a la gente en una versin inferior e inmadura de s mismos. Lo que podemos hacer es ampliar a todos el ideal axial de preocupacin universal, incluyendo el sexo femenino. Cuando intentamos recrear la visin axial, debemos poner tambin sobre la mesa los mejores logros de la modernidad.

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    Los pueblos axiales no evolucionaron de forma uniforme. Cada uno se fue desarrollando a su ritmo. A veces consiguieron una sabidura que era realmente digna de la era axial, pero luego la abandonaron. La gente de la India siempre estuvo a la vanguardia del progreso axial. En Israel, profetas, sacerdotes e historiadores se aproximaron al ideal espordicamente, a tropezones, hasta que se vieron exiliados en Babilonia en el siglo VI y experimentaron un breve e intenso perodo de extraordinaria creatividad. En China se dio un progreso lento y constante, hasta que Confucio desarroll la primera espiritualidad axial plena a finales del siglo VI. Desde el principio los griegos fueron en una direccin completamente distinta de los dems pueblos. Jaspers crea que la era axial era ms contempornea de lo que fue en realidad. l pensaba, por ejemplo, que Buda, Lao Tse, Confucio, Mozi y Zoroastro vivieron ms o menos al mismo tiempo. Los eruditos modernos han revisado esa cronologa. Ahora sabemos con seguridad que Zoroastro no vivi durante el siglo VI, sino que es una figura mucho ms temprana. Resulta muy difcil datar algunos de estos movimientos con precisin, especialmente en la India, donde haba muy poco inters por la historia, y no se haca ningn intento de llevar un registro cronolgico preciso. La mayora de los orientalistas estn de acuerdo actualmente, por ejemplo, en que Buda vivi un siglo entero ms tarde de lo que antes se crea. Y Lao Tse, el sabio taosta, no vivi durante el siglo VI, como asuma Jaspers. En lugar de ser contemporneo de Confucio y Mozi, casi con toda seguridad vivi en el siglo III. He intentado mantenerme al corriente de los debates eruditos ms recientes, pero hasta el momento muchos de esos datos son puras especulaciones, y probablemente nunca los conoceremos con seguridad. Pero a pesar de estas dificultades, el desarrollo general de la era axial nos da una visin de la evolucin espiritual de ese ideal tan importante. Seguiremos ese proceso cronolgicamente, siguiendo el progreso de los cuatro pueblos axiales uno junto al otro y examinando la nueva visin que iba tomando races gradualmente, para luego subir hasta alcanzar un punto lgido y

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    finalmente desvanecerse al acabar el siglo III. Sin embargo, se no fue el final de la historia. Los pioneros de la era axial haban puesto los cimientos sobre los que otros podran construir. Cada generacin intentara adaptar esas visiones originales a sus propias circunstancias peculiares, y sa debe ser nuestra tarea hoy en da.

    * * * Estas lecturas sobre el origen de la espiritualidad en la sociedad humana debe servirnos para fortalecer nuestra fe particular que profesemos y, para los que no se adscriben a una, tengan la conciencia de compartir la fe en la humanidad y en el gnero humano. Debemos llegar a la conclusin de que el objetivo de la espiritualidad en la especie humana es un esfuerzo de superar el egosmo que supone el principio de la supervivencia que es la ley bsica del mundo animal. El carcter cooperativo de la principal caracterstica humana lleva a la conceptualizacin de un estadio superior de la organizacin social de los humanos. Es el inicio de un nivel de compromiso por encima del egosmo y de la codicia fundamental. Por lo tanto, el espritu de bsqueda de principios superiores del comportamiento en relacin con los dems, es la base de la tica. Pero, a causa del establecimiento de la sociedad secular, la fe se ha escondido en el fuero particular al sacarla del fuero pblico. Es el inicio de una bsqueda de una fundamentacin racional que no se base en presupuestos religiosos. En los prximos captulos veremos varios esfuerzos de fundamentacin de esta tica secular. El inters es que ejercitemos nuestra capacidad de anlisis de los problemas de nuestro comportamiento y nuestro relacionarnos con los dems.

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    LECTURA COMPLEMENTARIA "Gozo ms del alma que de la carne"15

    Entrevista con Karen Armstrong - Cuando yo tena 17 aos, lo nico que poda hacer una mujer era vivir para el hombre: servirle el t tras el trabajo y darle nios sanos y fuertes... O hacerse monja. - Por eso se hizo monja? - Y porque crea que la vida espiritual acabara con mi confusin de adolescente y que encontrara la iluminacin y la paz. - Y...? - Por supuesto, no me ocurri. En el convento deconstruyeron mi personalidad como hacen con los reclutas en el cuerpo de marines: te machacan el ego para que te conviertas en uno ms del grupo y obedezcas. - Eso no es bueno para crecer de espritu? - Para crecer como persona, hay que trascender el ego, pero no humillarlo. En un convento ests todo el da autoexaminndote y eso significa, en el fondo, estar pendiente de ti misma todo el tiempo: poner tu ego por delante. Y el propio ego te impide ver el todo. - No aprenda nada en el convento? - Se convirti en una rutina sin sentido, as que siete aos despus lo abandon y me fui a estudiar a Oxford. Empezaba el ao 1969 y la juventud se pona en marcha, yo tambin. - Cmo? - Saqu matrculas en todo y despus escrib una tesis monumental sobre poesa inglesa, pero me la tumb de forma inslita un miembro del tribunal, ya famoso por arruinar carreras acadmicas. Se mont un gran escndalo y salimos en los peridicos. - Qu sucedi? - Los hombres de mi poca no soportaban a una mujer inteligente: simplemente no entraba en sus esquemas, pero revisaron la nota y me dieron la razn y le desautorizaron. - Y l qu obtena con suspenderle as? - Nada. Perdi la mayor parte de su vida arruinando la de los dems. Pero su propio pecado es su castigo: nadie le devolver esos aos que malgast en despreciar a otros. 15 Entrevistas - 02/10/2007 0:26 - Autor: Llus Amiguet - Fuente: La Vanguardia, Espaa.

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    - Y usted encaj bien el contratiempo? - Yo comenc a sufrir ataques de epilepsia hasta que al final abandon la universidad y me puse a dar clases en un instituto. Me derrumb: era como volver al convento. - Cmo se hizo teloga? - A los 37, la epilepsia me dej sin clases. Escrib un libro sobre mi vida de monja y, cuando lo promocionaba en la tele local, me vio un productor de Channel 4 y me fich para una serie sobre san Pablo en Israel. - No suena a xito de gran audiencia. - La tuvo! La televisin siempre sorprende a quienes creen conocerla. Yo me pasaba horas sentada sobre unas ruinas en Palestina hablando de religin... Y era lder de audiencia! A los britnicos les encantaba verme despotricar sobre cmo la Iglesia haba desactivado el espritu rebelde de san Pablo. - Cmo ha cambiado la tele! - Empec a explicar desde Israel todos los trucos de las jerarquas religiosas para convertir los grandes misterios de la humanidad en rutinas de obediencia. Y la gente se enganch a nuestros relatos. Y, sobre todo, eran baratsimos de producir. - Hasta cundo dur su fama? - Hasta que me atrev a hacer entrevistas: yo era muy mala entrevistadora porque crea saber ms que el entrevistado. Y al final, perd el programa, pero en Israel haba contactado con las tres grandes religiones y, al volver a la soledad de mi casa, rele aquellos textos de los que me haba redo en la tele... Ha intentado leer alguna vez un texto religioso? - A veces he hojeado la Biblia. - Y no le parece ridcula? - Hay pasajes ciertamente anacrnicos. - Los textos religiosos dan risa si se miran con los ojos de la razn, que era lo que haca yo hasta que una nota a pie de pgina de un estudioso del Corn me abri los ojos: "ste texto - deca- debe leerse como se escribi: con mentalidad prerracionalista". - En qu sentido? - Leer esos textos sagrados es como leer poesa: no se trata de racionalizarla, sino de sentirla. No se pueden explicar, porque explican lo inexplicable. Por eso, cuando una Iglesia reduce la religin a una serie de normas sin experiencia ni goce la mata.

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    - Y usted quera sentir antes de obedecer. - Al entender y revivir lo vivido por aquellos hombres que hablaban del espritu hace siglos, empec a curar mi dolor y mi rabia y a encontrar mi paz interior. - Puedo hacerle una pregunta personal? - Si tena vida sentimental...? S. - Y sexual? - Tuve un gran amor que fue muy intenso y despus vino y volvi y se fue y volvi durante unos aos. Pero ninguno de mis romances tuvo continuidad, porque de haber sido yo la pareja de un hombre, no podra haber hecho nada ms. - Tal vez es usted muy drstica. - Los hombres de mi generacin son as. Tal vez los ms jvenes ahora puedan vivir con una mujer sin robarle el alma, pero entonces era imposible: estabas a su servicio. - Cmo concilia usted la vida del espritu con las urgencias de la carne? - Hace diez aos que vivo sin relacin, pero dudo que el pequeo placer que obtuviese me compensara de la servidumbre de pertenecer a un hombre. Con la religin he logrado destellos de goce ms libre y cierto. - Qu religin le aporta ms? - Ibn Arabi, el mstico suf, explica que Dios no puede confinarse a una sola fe. - Entonces...? - Del budismo, esa religin sin Dios, me quedo con su prctica; del judasmo con sus eternas preguntas que no admiten respuesta definitiva de ninguna jerarqua, y de Confucio con la moral prctica: No hagas a nadie lo que no quieras que te hagan a ti.

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    CAPTULO III Breve Historia de la tica

    Hacer filosofa es explorar el propio temperamento, pero al mismo tiempo tratar de descubrir la verdad.

    IRIS MRDOCH

    El cambio epocal y su impacto societal: la dinmica social como marco comprensivo axiolgico del comportamiento humano. La sociedad humana se ha visto dirigida hacia lo que se ha llamado la Sociedad Secular, a partir del establecimiento de la separacin de la Iglesia del Estado, , en otras palabras, la privatizacin de la fe al sacarla del espacio social. El resultado de esta secularizacin es el talante existencialista de la cultura popular en el siglo XX. Una tica sin fe? Una fe sin tica? El dilema cultural de la sociedad globalizada que reconocemos con el drama de que las respuestas de la fe han sido relegadas a la conciencia personal16. Desde que los hombres viven en comunidad, la regulacin moral ha sido necesaria para el bienestar colectivo. Las grandes civilizaciones clsicas, egipcia y sumeria, desarrollaron ticas no sistematizadas, cuyas mximas y preceptos eran impuestos por lderes seculares, y estaban mezclados con una religin estricta que afectaba a la conducta de cada egipcio o de cada sumerio. En la China clsica, las mximas