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Por: Miriam de Andrade

Nº2 * 30 noviembre 2012 * Una sonrisa

Cuéntame:

El silencio vale más que mil palabras

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Editorial Cuéntame: El silencio vale más que mil

palabras Historieta

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www.youtube.com/watch?v=ykODejO-0mA

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…El silencio vale más que mil palabras

lla estaba hablando tan alto que yo no oía nada. Gritaba, lloraba, suplicaba,

pero no sabía porque. Salí sin saber para donde, con los ecos de su voz

rayando en mi cabeza.

La biblioteca tenía una señal que a mí me encantaba mucho: Una

sonrisa inundaba mi rostro mientras me apoyaba en un sofá tan viejo que

su olor asqueó tres generaciones de mi familia. Busqué a una obra que estaba en la

sección de libros prohibidos para llevar a casa: Prohibido suicidarse en primavera, de

Alejandro Casona. La leí tres veces, y mi teléfono sonó tres veces tres. La señal

cumplió con su deber.

¿Y ahora? Me quedo así, solo, esperando una palabra impedida. Quizás un

pastel de chocolate lleno de deseos. Ah, no puedo. Me voy, por la

calle, me voy, silbando, con las manos en los bolsillos.

Las personas hablan y gritan, veo una manifestación que se traduce a

violencia pura. Me subo al bus y veo que todos los lugares están ocupados,

menos uno. ¿La burca asusta? A mi lo que me asusta es lo pensamiento de

quien me rodea.

(Quince llamadas perdidas – ¿volveré a casa?) Las palabras, los sonidos, las

miradas… ¿Qué función tienen? Te prohíben el pensamiento, que no para nunca. Se

han pasado diez horas y no dije una sola palabra, pero mi silencio me dio tantas

informaciones, tanto pensamiento, tantas ideas, que valió mucho más que mil

palabras ditas.

Llegué a casa, una mirada apenas, 30 segundos de silencio. Todo se ha dicho.

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