Porfirio Díaz y los símbolos del poder. La caricatura política en la construcción de imaginarios

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    RESUMEN:Considerando a la caricatura poltica una estrategia fundamental en la construccin deimaginarios colectivos, esta herramienta ha servido para generar ciertas ideas y difundir determinadas

    percepciones mediante de las cuales se incida sobre la opinin de los receptores. En este artculo estudia-mos dos smbolos que los caricaturistas de las tres ltimas dcadas del siglo XIX, en la ciudad de Mxico,acuaron en torno a la figura de Porfirio Daz: la silla y la espada. La silla fue un referente para aludiral Estado y para denunciar la ambicin del poder personalista, en tanto la espada fue el signo que sirvi

    para personificar y tambin para enjuiciar a Daz, pues gracias a ella se coron como hroe, pero tambinse convirti en tirano. As, en este trabajo, con la lectura de varias imgenes, procuramos entender elorigen de algunas de las representaciones de Daz y su sistema de poder calificados como autoritarios,tirnicos y dictatoriales que han sobrevivido por largo tiempo en la historiografa nacional.

    ABSTRACT:In this article we will study two symbols related with Porfirio Diazs figure between 1870-1900: the chair and the sword. We consider that political cartoons were fundamental in the construction

    of collective imaginaries, generating and spreading certain perceptions which fall upon the opinion ofthe people who observed those images. The chair was used as a symbol of the State, as well as an image todenounce the authoritarian power of the president. The sword was a symbol of Diaz himself, but also animage used to judge don Porfirio, since it was thanks to the sword that he became a hero, but also, thathe became a tyrant. Reading some images of those years, we will try to understand the origin of some ofDiazs representations, as well as of his political system; a system that for many years has been calledauthoritarian, dictatorial and tyrannical.

    PALABRASCLAVE:caricatura, silla, espada, imaginario, poder, smbolos, gobierno, Mxico

    KEYWORDS:cartoon, chair, sword, imaginary, power, symbols, government, Mexico

    PORFIRIODAZYLOSSMBOLOSDELPODER.

    LACARICATURAPOLTICAENLACONSTRUCCIN

    DEIMAGINARIOS

    Fausta Gants

    Universidad Autnoma de Campeche

    Esta investigacin forma parte del trabajo de tesis doctoral Caricatura y poder poltico. Crti-ca, censura y represin en la ciudad de Mxico, 1876-1888, que he realizado en El Colegio deMxico bajo la direccin de la doctora Clara Lida, a quien agradezco su inteligente asesora.Expreso tambin mi reconocimiento a la doctora Florencia Gutirrez por sus lecturas, comen-tarios y conversaciones en torno al tema. En el mismo sentido agradezco a los doctores Gui-llermo Palacios, Toms Prez Vejo, Esther Acevedo y Laurence Coudart. Destaco los apoyosrecibidos durante la realizacin de esta investigacin por parte de la uac, conacyty promep.

    Profesora e investigadora de la Universidad Autnoma de Campeche; maestra y doctora enHistoria por El Colegio de Mxico.

    volumen 14, nmero 40, mayo-agosto, 2007, Mxico, ISSN1405-7778.

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    INTRODUCCIN

    En este trabajo, centrado en el estudio de las tres ltimas dcadas del sigloxix en la ciudad de Mxico, nos proponemos analizar el papel que desempe- la caricatura como recurso para forjar un imaginario poltico en torno ala figura de Porfirio Daz.1 Aunque entendemos que tambin constituye unaforma de expresin alternativa para la crtica pblica y un vehculo de comu-nicacin que confronta a los principales actores polticos en el usufructo delgobierno y poder, abordaremos la caricatura del periodo estudiando la utilizacinde determinados signos mediante los cuales lograron acuarse diversos smbolosque contribuyeron a forjar un imaginario respecto a la figura presidencial.

    Entendemos la caricatura como un espacio en donde lo gracioso y risible, laspersonas o situaciones, son criticadas y expuestas al juicio de sus contemporneos.

    Desde su aparicin, ha sido utilizada como vehculo para expresar y arma paraatacar. Ha servido a personas, partidos y facciones lo mismo para dar forma ydifusin a sus ideas e ideales que para luchar por obtener poder o destruir a algnenemigo, al tiempo que ha servido a la sociedad y a la opinin pblica para darcauce y circulacin a sus convicciones, descontentos y demandas.

    Convencida de que los iconos propagados mediante las caricaturas sirvieronpara influir en la formacin de imaginarios colectivos, en este trabajo, con lalectura de varias imgenes, procuramos entender el origen de algunas representa-ciones de Daz que han sobrevivido por largo tiempo, as como exponer la forma

    como fue elaborndose un universo de referencias visuales para identificarlo yexaltar ciertas caractersticas distintivas de su personalidad. Especficamente,sirven a nuestro estudio el anlisis de dos smbolos de los cuales se valieron loscaricaturistas: la silla y la espada. La primera era un referente para aludir al Estadoy denunciar la ambicin del poder personalista, en tanto la segunda fue el signoque sirvi para personificar y, asimismo, enjuiciar a Daz, pues gracias a ella secoron como hroe, pero tambin se convirti en tirano.

    LOSSMBOLOSPARAIDENTIFICARAPORFIRIODAZ:

    LASILLAYLAESPADAENLACARICATURA

    En el contexto de la comicidad y el humorismo, la figura de Porfirio Daz fueblanco permanente de las crticas en todos los tonos posibles, desde aquellas quelo presentaban como el personaje astuto que saba sacar provecho de la situa-

    1 Es conveniente recordar que en los Estados modernos es posible establecer un inventario delos signos distintivos del poder que constituyen el lenguaje metafrico del cual se valen las li-tes polticas para impactar y enraizarse en el imaginario colectivo, y que esos mismos recursosson utilizados por los sectores opositores y contestatarios para confrontarlos [Agulhon, 1994].

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    cin, burlando a sus contrincantes en la arena poltica y destruyndolos, hastaaquellas que, con un lenguaje coloquial y directo, lo pintaban como un hombreparticularmente falto de inteligencia, educacin y habilidad.

    Los caricaturistas fueron personajes fundamentales en las luchas partidistasy dinmicas de crtica al sistema que se entablaron en la prensa durante la etapatuxtepecana.2Los entendemos como profesionales que, valindose del recurso de lasimgenes, ejercan el periodismo, particularmente poltico. Asumiendo una posturaprecisa respecto a lo que se representa en su obra y, en consecuencia, la enfocandesde una determinada perspectiva, intentando influir en la opinin de sus lectorespara generar ciertas percepciones en torno al tema, asunto o personaje aludido.

    En el caso que nos ocupa, los trazos de Santiago Hernndez, Jess Alamilla,Jos Mara Villasana y Daniel Cabrera son algunos de los principales referentes

    grficos en la construccin de imaginarios en torno a Porfirio Daz. Por otro lado,existen muchas obras que carecen de firma o slo cuentan con seudnimos, porlo cual la identificacin de sus autores resulta muy compleja.

    En el marco descrito, valindose de algunos signos y emblemas tomadosde aquellos en donde el propio poder poltico se apoyaba para afirmarse, legiti-marse y dotarse de una identidad singular que le permitiera transmitir susprincipios y lograr la adhesin a su causa,3 las crticas de los caricaturistaselaboraron un lenguaje contestatario, el cual constituy un universo simblicoparalelo que sirvi para ir construyendo una imagen particularmente negativade Porfirio Daz que perdurara en el tiempo. En funcin de los objetivos de estetrabajo, y como ya hemos apuntado, abordaremos dos iconos visuales constante-mente explotados en relacin con la figura del general: la silla y la espada.

    a) La silla y la espada: la promesa y el camino

    Desde 1871, en el marco de la contienda electoral en la cual se enfrentaron BenitoJurez, Sebastin Lerdo de Tejada y Porfirio Daz, empezamos a vislumbrar unaasociacin bastante clara y directa entre Daz, la silla presidencial y la espada,

    2

    Entre los asuntos de los cuales nos ocupamos en el segundo captulo de la tesis doctoral fi-guran: saber quines y cuntos eran los caricaturistas, entrever sus motivaciones, posicionesque asumieron en el escenario pblico, causas a las cuales se sumaron, filiaciones polticas conlas que comulgaron o prestaron sus lpices, as como conocer los patrones de funcionamien-to de las relaciones entre caricaturistas y empresas periodsticas, para empezar a comprenderlas dinmicas dominantes en la prensa poltica con caricaturas en el marco de los enfrentamien-tos por el poder gubernamental y control de imaginarios colectivos [v. Gants, 2007:58-118].

    3 Esta triple perspectiva identidad del poder poltico, traduccin de los principios y pro-duccin de efectos favorables de anlisis de los emblemas del poder poltico ha sidopropuesta por Maurice Agulhon en el sugerente ensayo Poltica, imgenes y smbolos enla Francia posrevolucionaria [1994,passim].

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    evidentes alusiones a sus anhelos, aspiraciones y recursos para satisfacerlos. Enuna caricatura de ese ao, el dibujante Santiago Hernndez4exhiba los defec-tos y ambiciones de los tres contendientes (caricatura 1). Varios aspectos de su

    propuesta resultan interesantes y destacables: la representacin de una escenabblica, la ofrenda de los Reyes Magos al pequeo Jess, por dems conocida yrepresentada ao tras ao en las pastorelas y cuadros navideos de las iglesias,fue usada de forma propicia y a propsito en la fecha adecuada, como marcopara los fines del autor.

    Caricatura 1.Guiados por esa Estrella llegamos

    a ofrecerte nuestros Dones, enLa Orquesta, 7 de enero de 1871

    4 Santiago Hernndez (Santiago Hernndez Aylln) naci y muri en la ciudad de Mxico, en losaos 1832 (o 1833) y 1908, respectivamente. Como cadete de El Colegio Militar particip en ladefensa del Castillo de Chapultepec, en 1847. Inici la ilustracin de La Orquesta.Colabor en ElEspectro, El Perico, La Orquesta, La Pluma Roja, El Palo de Ciego, La Jcara,Juan Diego, El Rasca Tripas,El Mscara, El Ahuizotey El Hijo del Ahuizote. Se reconoce tambin su trabajo como litgrafo.

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    Parodiando el pasaje religioso catlico del nacimiento de Cristo, los candidatosa la Presidencia de 1871 son representados en carcter de Reyes Magos ofrendandosus funestos obsequios a la imagen de la silla presidencial, que ocupa el lugar

    del Mesas; resultara fcil apreciarla, a golpe de vista, casi por cualquiera quela mirara. En su anhelo por alcanzar la silla presidencial, Porfirio Daz ofrece laespada y la bayoneta, en tanto Jurez obsequia a los miembros de su camarillay Lerdo entrega la Constitucin hecha una papirola [Barajas, 2000:320]. Estosnaturales bienes que identifican a los aspirantes sintetizan tambin, segn elcaricaturista, sus linajes personales: a Daz le falta inteligencia pero se avalacon la fuerza bruta de las armas; Jurez carece de moral y es capaz de traicionara quien sea para alcanzar sus objetivos; y Lerdo se ampara tras las leyes, pero nocree en ellas sino para usarlas en su beneficio.

    Mediante trazos simples y un smbolo muy conocido, la estrella de Beln aludea la presencia e importancia de la prensa en las carreras de los candidatos. Laspuntas de la estrella, que alumbraran el camino de los Reyes y pastores hasta elpesebre, sirven al caricaturista para representar algunos de los peridicos que consu luz iluminan el sendero de los candidatos hacia la silla presidencial.5

    Como vemos en esta caricatura, desde 1871, en su carrera por la primeramagistratura, Daz empez a ser asociado con la silla, pero tambin con la espada.En esa imagen queda expuesto que el camino por el cual lograra hacerse de laPresidencia era el de las armas, y la fuerza de la espada que sostiene en la manoderecha sera la que le diera el triunfo. Daz, como es de suponerse, representa alpoder militar y slo cuenta con el imperio de las armas para concretar sus aspi-raciones: con ellas ha hecho carrera, con ellas ha defendido a la patria y con ellastambin lograr el acceso a la Presidencia.

    Aquella contienda la ganara Jurez; tras su muerte, aos ms tarde, la Presi-dencia sera ocupada por Sebastin Lerdo de Tejada. Cuando en 1875 empezaron atraslucirse ciertas intenciones reeleccionistas de Lerdo, Daz y sus correligionariosse aprestaron a la batalla y proclamaron el Plan de Tuxtepec en enero de 1876. Enoctubre, Lerdo se adjudic la mayora de votos en las urnas. Daz vea posponerse,una vez ms, la posibilidad de llegar a la anhelada silla.

    En una caricatura, publicada en un peridico lerdista, vemos a Daz cabalgandoen un asno que camina alejndose de la ciudad de Mxico. Sentado sobre el lomodel animal, pero en sentido opuesto al rumbo que lleva el rucio, mirando hacia

    5 Cada personaje contaba para s con el apoyo de un bando dentro del mundo de la pren-sa: al lado de Jurez y Lerdo encontramos a El Federalista, de Manuel Payno, y El SigloDiez y Nueve, de Jos Mara Vigil. Daz, por su parte, fue avalado por la campaa deapoyo del peridico de Manuel Zamacona, El Mensajero.

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    la capital y sealando con las dos manos la deseada e inalcanzable Presidencia altiempo que exclama Mxico! Mxico! Aqu est tu desinteresado salvador!(caricatura 2). En esta imagen, la silla inaccesible est a salvo de su espada que,

    en un intento por apoderarse de ella, slo alcanza a ser un gesto para sealarla.

    Caricatura 2.Mxico! Mxico! Aqu est tu

    desinteresado salvador!, enEl Tecolote,22 deoctubre de 1876 [en Pruneda, 1958:73; Ruiz

    Castaeda, 1986:1740 y s].

    De las nubes sobre las que flota la silla presidencial, vemos emerger un par demanos que apuntan hacia Daz burlndose de l con la expresin de cuernos.Observamos a un Daz totalmente escarnecido por la saa de sus detractores. Elpersonaje nos parece una especie de Sancho que intenta ser Quijote, un desgarbadoy barrign hombrecito de piernas flacas, con un gesto de sorpresa e incredulidad enel rostro, pues no puede creer que otra vez perdiera la Presidencia. La imagen fuerealizada y difundida en octubre de 1876, despus del triunfo electoral de Lerdo.Pero no slo eso, la caricatura de un Daz carente de dignidad alude a la derrota

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    militar que sufriera en Icamole, Coahuila, donde fue vencido por las fuerzas delgobierno dirigidas por Carlos Fuero en abril de ese ao, y remite al episodiodel rebelde de La Noria, quien derrotado en 1872 tuvo que acogerse a la

    proteccin de la amnista otorgada por Lerdo, entregando sus armas, justo en oc-tubre; era una oprobiosa sombra que an se cerna sobre el hroe del 2 de abril.

    En las dos caricaturas que hemos comentado, la silla y la espada aparecenestrechamente asociadas entre s y a la figura de Daz, tringulo que marc al pasdesde los aos setenta y durante las siguientes tres dcadas. Para los caricaturistasquedaba claro, como para algunos sectores sociales, que Daz usaba la espadapara despejar el camino y avanzar hacia su objetivo fundamental: la Presidencia.Ambos smbolos tambin seran dibujados de manera regular en los aos cuandoel general presidiera los destinos de la Repblica.6

    b) La silla

    Uno de los smbolos ms utilizados por los caricaturistas fue la silla presidencial,asociada con las ambiciones de Daz, especie de trono que le serva para afirmarsu ascendente sobre el pas.

    Situndonos de nuevo en 1871, una imagen, posiblemente autora de JessAlamilla,7muestra a Daz, Lerdo y Jurez alrededor de una mesa sobre la cualgira una ruleta que en lugar de flecha lleva una silla presidencial, acompaadade la leyenda Dejemos a la suerte que decida; pero sin trampas (caricatura 3), 8

    la ansiada silla por la que los tres candidatos se haban enfrentado y continuaranhacindolo. Esta imagen denota la crisis de credibilidad por la que atravesaba laopinin pblica respecto a la honorabilidad y legitimidad de los funcionarios ycaudillos de la nacin, y evidencia las argucias, artimaas y juego de deslealtadesentre los miembros de la cpula del poder.

    6 Vanse como ejemplos de caricaturas creadas en aos posteriores, donde tambin apareceeste tro silla, espada y Daz, Anotaciones del censo, en octubre de 1890; o Un cambiode postura, de noviembre de 1896; ambas en El Hijo del Ahuizote.

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    Jess Tiburcio Alamilla (Jos de Jess de los ngeles Tiburcio Alamilla y Corts) naci en 1847y muri en 1881. A muy temprana edad se inici como caricaturista en Fra-Divoloen 1869.Colabor enLa Orquesta, El Padre Cobos, El Ahuizote, La Tertuliay Mefistfeles. Tambin par-ticip al lado de Casarn y Villasana como ilustrador de La Linterna Mgica. Contrajo tuber-culosis pulmonar en un viaje a Nueva York, padecimiento que le ocasion la muerte. Sobrel hacen algunas referencias Sierra Torre en su trabajo acerca de Villasana [1998]; y Acevedo,en el suyo sobre Casarn [2003]; y Jos Juan Tablada le dedica unas pginas en sus memorias[1991]. Tambin se encuentran datos en Castro y Curiel [2003]. El nico trabajo detectado quese centra en la figura de Alamilla es la tesis de licenciatura de Berta Orozco Fuentes [1980].

    8 El Padre Cobos, bajo la direccin de Ireneo Paz, abanderaba la causa de Daz. El triunfode esa candidatura era su estandarte de lucha; y Jurez, su principal enemigo.

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    Segn el grado de caricaturizacin de cada personaje, la imagen pretendatraslucir el consecuente grado de desprestigio o simpata que, en el entornosocial, se le tena a cada candidato segn sus trayectorias y actuaciones.9Pe-

    ro tambin evidenciaba las preferencias del peridico al cual el caricaturistaprestaba su ingenio. Jurez era quien haba detentado el poder durantelos ltimos aos, sus decisiones como presidente haban afectado directamente ala poblacin y sus ambiciones por continuar al frente del pas perjudicaban losplanes de unos y las esperanzas de otros. Lerdo era, para muchos, un candidatofuerte, con claras posibilidades de ocupar la silla, quien ofreca, adems del cambio,la confianza de nuevas estrategias gubernamentales. Daz era presidenciable, lacarrera militar, los enfrentamientos y combates en defensa de la patria e idealesrepublicanos y liberales bien le valan, pero an no le eran suficientes.

    La ubicacin en torno a la mesa y posiciones de los cuerpos tambin resultansugerentes en dicha imagen. Jurez, situado a la izquierda, ocupa teatralmenteel sitio dominante del escenario, pero no es fuerte en s mismo; es la figura msvoluminosa pero tambin la ms endeble, parado sobre las puntas de sus pies,con los brazos a un lado del cuerpo y las manos apuntando hacia la mesa. Slose sostiene, a pesar de su gran barriga, porque su pecho se apoya en la tabla dela mesa, lo que ocasiona una ligera, al menos aparentemente, inclinacin hacial, provocando que la propia ruleta se corra hacia su lado y por lo tanto quede amayor distancia de Lerdo y Daz, y la flecha-silla le apunte.

    Lerdo se encuentra exactamente enfrente de Jurez, apenas un par de milme-tros atrs, al otro lado de la mesa, a la derecha, con los brazos a un lado del cuerpoy las manos en la espalda, denotando que no existe trampa. Est bien apoyadoen el piso, mirando atentamente, con ojos grandes y saltones, la silla de la ruleta.Aunque de la cintura para arriba se inclina hacia ella, existe una distancia que losepara y le impide apropirsela, a pesar de la pronunciada nariz que parece unpico dispuesto a capturarla. Daz se encuentra ms cercano a Lerdo que a Jurez,lo cual denota cierta igualdad de posibilidades entre ellos, firme sobre sus pies ycon las manos en la espalda observa atento atrs de la mesa, pero sin perder de-talle de la silla presidencial. El juego queda claramente expresado: aunque Lerdo

    9 Quiz por ser el menos fuerte de los tres candidatos, pero tambin por la filiacin del pro-pio caricaturista, los trazos del dibujante muestran a Daz casi podramos decir al natural.Vemos a un joven militar, en el traje correspondiente, con bigote y piocha, con un gesto casiinocente y hasta un poco carente de viveza e ingenio, en tanto Lerdo y Jurez son caricaturiza-dos de forma ms clara, aunque en distintos grados. Los defectos de Lerdo son exaltados en laimagen de un flaco larguirucho, cabezn, de vidos ojos saltones y nariz aguilea, que comocodiciosa ave de rapia aguarda su turno para lanzarse sobre la silla. Jurez es, directamente,exhibido como un grande y gordo insecto que para estar a la altura de sus contendientes nece-sita levantarse sobre las puntas de los pies, manteniendo un precario equilibrio.

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    y Daz son fuertes candidatos, que se sostienen firmes y juegan limpio, esta vezganarn la maa y la trampa. Benito Jurez se reeligi poco despus, venciendoen las urnas a sus competidores Porfirio Daz y Sebastin Lerdo de Tejada.

    Caricatura 3.Dejemos que la suerte decida pero sin

    trampas, enEl Padre Cobos,30 de julio de1871

    Daz fue el gran perdedor en aquella contienda, qued en segundo lugar, por

    lo que en La Noria se levant en armas abanderando el lema de no-reeleccin.Su arrebato e insubordinacin seran dominadas por las fuerzas represoras delpresidente reelecto, infligindole as una derrota ms al orgulloso militar. MientrasDaz elega el camino de la rebelin, Lerdo de Tejada procuraba permanecer en elmarco de la constitucionalidad y acercarse a Jurez para saldar las diferencias.

    En julio de 1872 muri Jurez y su muerte abri el espacio para una nuevaconfrontacin electoral. Lerdo y Daz se sentan llamados a ocupar el sitio vaco.Otra vez Hernndez, desde las pginas de La Orquesta, trazara en una caricaturaesta situacin (caricatura 4).

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    En el angustioso quejido apenas pronunciado de ...Dios salve a la Patria!!!...,adivinamos la tensa situacin por la que atravesaba el pas tras la ausencia de Ju-rez. Al centro de la imagen observamos la silla presidencial vaca, sobre el asiento

    de la cual descansa un bonete. En el respaldo, coronado por el guila mexicana,est grabado el escudo imperial y en el borde del mismo la fecha 1847; todos estoselementos estn cubiertos por un velo. Debajo de la silla, apenas asomado, ungato. Flanqueando los costados, vemos a Lerdo y a Daz, con gestos adustos y lospuos cerrados: el primero, vestido de etiqueta; el segundo, en traje militar.

    Caricatura 4....Dios salve a la patria!!!...,

    enLa Orquesta,20 de julio de 1872

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    La presencia del bonete sirve para reafirmar la ausencia de quien hasta pocosdas antes de la realizacin de la caricatura ocupara la Presidencia, Jurez, a quienapodaban El Curay a su gabinete El Curato, y haba logrado mantener a raya a los

    pretendientes de la silla. El velo echado sobre el respaldo est cargado hacia el ladoderecho, el de Lerdo, acaso acusando que ha sido ste quien lo puso ah; por qu?esos smbolos se refieren a los mritos de Daz. Fue l quien se alist en el batallnTrujano, en 1847, para combatir al ejrcito invasor; tambin se enfrent con las armascontra el imperio de Maximiliano, coadyuvando al triunfo de la Repblica y la con-solidacin de Benito Jurez. El gato, de vieja filiacin, es el arquetipo para indicar unenredo poltico [Barajas, 2000:127], y vaya que ah lo haba. Lerdo, como presidentede la Suprema Corte de Justicia, era el designado por la Constitucin para ocupar,interinamente, la Presidencia y convocar a elecciones. Por su trayectoria dentro del

    gabinete, su cercana con Jurez y conocimiento de la poltica nacional, Lerdo confiabaen su ascendente para ganar la contienda. Daz, el hroe militar, el rebelde luchadory defensor de la soberana y la justicia, se senta con el derecho de ocupar la primeramagistratura, hacerse finalmente de la silla.10La victoria de Lerdo obligara a PorfirioDaz a esperar algunos aos ms para volver a aspirar a dicho cargo.

    Finalmente, en 1876, Daz logr derrocar al gobierno de Lerdo y hacerse dela tan ambicionada y apreciada silla. En su primer periodo tuvo que defenderlade las armas de los partidarios de sus contrincantes polticos: Sebastin Lerdo deTejada y Jos Mara Iglesias; ambos an con esperanzas e intenciones de ocupar elpuesto, con seguidores y partidarios que apoyaban sus respectivas aspiraciones yempresas. Superando los peligros iniciales, Daz hizo suya esa silla para siempre.Resulta incontable la cantidad de caricaturas en que Daz aparece asociado conla silla presidencial: sostenindola fuera del alcance de sus enemigos, llevndolaconsigo en sus viajes, sentado en ella le quedara grande o chica, maltrecha,codiciada por su squito, y sufriendo la amenaza de nacionales y extranjeros. Lasilla simboliz el poder del general sobre la nacin, su apropiacin del Estado.

    En una imagen (caricatura 5) de las pocas que fueron firmadas por su reali-zador, el caricaturista Daniel Cabrera,11quien sola utilizar el seudnimo Fgaro,

    10El aspecto y vestimenta de cada uno sugieren la opinin de Hernndez. Lerdo, perfectamentevestido de etiqueta, parece ser el indicado para desempear el puesto, as lo subraya el trajehecho a la medida; pero notamos que las dimensiones de la cabeza resultan desproporciona-das, demasiado grande en relacin con el cuerpo, lo que nos hace pensar que el caricaturistaconsideraba que a Lerdo le haca falta algo de inteligencia para empresa de tal envergadura.Daz, en cambio, no est ridiculizado en su figura sino en su ropaje, el vestido de gala militarque porta le queda grande, tal como le quedara la Presidencia.

    11Daniel Cabrera (Daniel Cabrera Rivera), periodista y caricaturista. Naci y muri en Puebla,en 1859 y 1914, respectivamente. A los 18 aos se traslad a la ciudad de Mxico. Estudilitografa en la Escuela Nacional de Artes y Oficios. En su estado natal colabor en El Pro-

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    denunciaba el uso de la fuerza (simbolizada por las bayonetas) como factor de-cisivo en la carrera reeleccionista de Daz; en este caso aluda a su tercer periodopresidencial. El ttulo de la caricatura, Por mayora de... devotos amistosos,

    parodia los mecanismos que lo mantenan en la Presidencia; as como paten-tiza la prdida del apoyo popular, que aos atrs lo llev a ocupar la silla,evidencia tambin la implementacin y necesidad de recurrir a las armas comonica alternativa para mantenerse en el poder.

    Caricatura 5.Por mayora de... devotos amistosos, en

    El Hijo del Ahuizote, 18 de noviembre de 1888

    greso de Zacatln, pero realiz su trabajo como caricaturista en la ciudad de Mxico. Fuefundador y director de El Hijo del Ahuizote y El Ahuizote Jacobino. Firmaba sus caricaturas conel seudnimo de Fgaro. Sufri frecuentes encarcelamientos durante el rgimen de Daz, porsu actitud crtica. Para datos biogrficos pueden consultarse el Diccionario Porra[1995] y laEnciclopedia de Mxico[1978], as como Carrasco Puente [1953] y Snchez Gonzlez [1997].En cuanto a su actuacin y filiaciones, vanse a Cabrera Oropeza [2001], Candanedo [1957]y Coso Villegas [1970, 1972]. El trabajo ms amplio sobre este personaje es el de MoralesFlores [2005], a quien expreso mi agradecimiento.

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    Si la fuerza de su espada pudo conducirlo, finalmente, al regazo de la silla,la tan ansiada, disputada y esperada silla presidencial, Daz no renunciarafcilmente a ella. Pronto olvidara el precepto de la no-reeleccin y en su lugar

    acuara la idea de hombre necesario para continuar ocupndola por un largo,muy largo periodo.

    c) La espada

    La espada es un smbolo polismico de significados diametralmente opuestos, talcomo los dos filos que la caracterizan: puede referirse a justicia, fama, victoria,bravura. La lista es larga, pero tambin puede significar exactamente lo contrario:imposicin por la fuerza, violencia, o sometimiento mediante el poder.

    La espada sera bautizada por los caricaturistas como La Matonay pronto se

    convertira en el smbolo distintivo de Porfirio Daz. Formando parte de la colec-cin de dibujos en los cuales Jos Mara Villasana12exalta la figura del general,encontramos una caricatura inspirada en La Libertad conduciendo al pueblo,deEugne Delacroix.13En la caricatura La aurora de la libertad, Villasana muestraa Daz vestido con un impecable traje militar, sosteniendo con la mano izquierdael estandarte del Plan de Tuxtepec, mientras con la derecha blande su espada,guiando al pueblo armado con bayonetas; todos enmarcados por un esplendentesol naciente (caricatura 6). A los pies del general, nubes que dibujan rostros se alejanpresurosas. Daz, el militar quien defiende su propia causa, sostiene el Plan deTuxtepec para dejar claro que el pueblo conoce el estandarte por el cual lucha; noson los ideales patrios sino los principios tuxtepecanos, a los cuales conscientementese suma. Con la mano derecha empua la espada con la que invita a seguirlo altiempo que con la misma abre el camino para enfrentar al enemigo.

    12Jos Mara Villasana naci en Veracruz en 1848 (algunos autores consideran que fue en 1845)y muri en la ciudad de Mxico en 1904. Caricaturista poltico y costumbrista. En el sema-narioEl Ahuizotedestac su stira feroz contra el gobierno de Sebastin Lerdo de Tejada. En1888 fundMxico Grfico, espacio desde el cual apoy la campaa reeleccionista de PorfirioDaz. Ilustr las pginas deLa Linterna Mgica, La Orquesta, La Historia Danzante, El Coyote, La

    PatriaIlustrada, La poca Ilustrada y El Mundo Ilustrado. En algunos casos se seala tambinque colabor en El Padre Cobos, Mefistfelesy Cmico.Dirigi La Broma. Fue profesor de laEscuela Nacional Preparatoria y en 1896 diputado por Veracruz. Acerca de Villasana puedeconsultarse en particular los trabajos de Sierra Torre [1998] y Saborit [2003, 2004].

    13Fue creada en Francia en 1830 para celebrar el inicio de la Revolucin, ocurrida el mismoao, que sirvi para derrocar a Carlos x. En la pintura observamos, enmarcada en un fondonublado, situada al centro, a una mujer que lleva en la mano derecha la bandera tricolor yen la izquierda una bayoneta, muestra el pecho descubierto y la cabeza cubierta con el gorrofrigio; motiva al pueblo armado que la sigue a la batalla, en tanto a sus pies yacen varioscadveres y al fondo a la derecha se encuentra la ciudad. Simboliza el ideal de la libertad queanima a los hombres a luchar por alcanzarla. [v. Burke, 2001:78 y s].

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    Caricatura 6.La aurora de la libertad, en

    El Ahuizote,1 de diciembre de1876

    Daz se muestra triunfante, no va al combate sino que emerge victorioso de l.Calza las botas militares y pisa con fuerza, evidenciando seguridad y carcter paraalentar al pueblo que lo sigue, conformado por miembros de clases populares y medias,segn denotan los sombreros de palma de unos, y de copa de otros. Su paso triunfaltambin logra que los amenazantes nubarrones que se ciernen sobre su campaavemos los rostros de Lerdo y cuatro principales miembros de gabinete: Francis-co Meja, junto a Lerdo, en el rea derecha; y Mariano Escobedo, Manuel RomeroRubio y Blas Balcarcel, a la izquierda huyan prestos y atemorizados, alejndose ydejndole el camino libre a la obra redentora de Tuxtepec. Aqu no hay nubes que con-

    noten lo incierto del destino, detrs del hroe brilla el sol festejando su triunfo.14

    14 La Libertad de Delacroix se apresta al combate y lleva el pecho descubierto y los pies desnu-dos, signos que podemos interpretar como muestra de lo frgil y expuesta que se encuentraante sus enemigos. Burke asocia estas mismas seas con un carcter posiblemente de origendivino e identifica a la protagonista con los ideales de la Revolucin de 1789 [op. cit.:78 y s]; aHobsbawm le sirven para reafirmar la idealizacin del carcter humano y popular de la pro-tagonista, que simboliza la fuerza del pueblo invencible [1999:113-121]; y para Agulhon, estaMarianne en la cual se conjugan los elementos divinos con los humanos es la representacinde la Repblica [1999:129-131].

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    La misma espada alude a los logros alcanzados por Daz en los campos debatalla, los cuales le valieron la popularidad que lo condujo al poder y al auto-ritarismo que lo mantuvo en la Presidencia pese al crecimiento de su despres-

    tigio. En otra imagen, esta vez dividida en dos cuadros, el caricaturista captalos diversos elementos que intervinieron durante el ascenso y se revertiranprovocando el descrdito de la figura del general. En el primero observamoscmo, en reconocimiento a sus servicios en la lucha contra el imperio, la opininpblica representada por diversas publicaciones e impresos lo sostiene, entanto la popularidad personificada en un ngel guardin y protector lo guaen su camino hacia el prestigio. Porfirio, vestido de militar, lleva en la mano lacorona de la victoria (caricatura 7).

    Caricatura 7.

    Paralelos. De la cumbre al abismo,enEl Hijo del Ahuizote, 17 de enero de 1886

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    El segundo cuadro muestra el paulatino descenso del general a quien, por suscontinuos atentados contra la incipiente democracia, han abandonado la victoria,la opinin pblica y la popularidad. En efecto el militarismo, al convertirse en la

    fuente de sustento de su gobierno, fue minando progresivamente su prestigio. Enambos casos la espada es el instrumento del cual se vale Daz para la consecucinde sus fines, esa que le proporcion el triunfo en los campos de batalla y el recono-cimiento de un amplio sector de la poblacin le servira tambin para sostenerseen el poder a pesar del descontento popular y la creciente oposicin.

    Caricatura 8.Santoral tuxtepecano, en

    El Hijo del Ahuizote, 23 de junio de 1889

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    Conforme Daz fue sumando aos al frente del gobierno, la espada fue crecien-do en tamao y peso. Habiendo traicionado los ideales que lo llevaran a PalacioNacional y modificado los principios constitucionales y tuxtepecanos, Daz inicisu tercer periodo de gobierno; para entonces, 1889, la espada haba cobrado di-mensiones gigantescas que simbolizaban la imposicin del poder Ejecutivo sobre

    los otros dos (Legislativo y Judicial, los cuales se caricaturizaban como pequeosy manipulados). Parodiando la representacin de la Santsima Trinidad, Porfirioaparece al centro, especie de dios Padre, como el poder Ejecutivo, en una figurade tamao gigantesco, vestido de militar y sosteniendo a La Matona. Agarrado ala pierna izquierda y parado sobre la bota del militar, un pequeo Daz represen-tando al poder Judicial viste de toga y sostiene una balanza cuyo platillo paraenemigos se ha roto; y abrazado a la pierna derecha, parado sobre la otra bota,un pequeo Daz representando al poder Legislativo, vestido de traje y mostrandovarios decretos donde se leen facultades del ejecutivo (caricatura 8).

    Caricatura 9.La unin da la fuerza,

    enEl Hijo del Ahuizote, 1900

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    La identificacin tan prolongada y profunda termin convirtiendo a Daz enla espada, en el imaginario colectivo, tal como lo muestra La unin da la fuerza(caricatura 9). El poder de su espada termin por ser el smbolo de s mismo.

    CONSIDERACIONESFINALES

    Los caricaturistas del Porfiriato hicieron de la espada y la silla presidencial lossmbolos de mayor identificacin con Porfirio Daz y su sistema de poder, alcual calificaron de autoritario, tirnico y dictatorial. En el imaginario colectivode finales del siglo xixy principios del xx, esos smbolos tuvieron efectividad ycontundencia; tambin tuvieron larga vida, pues despus del triunfo de la Re-volucin Mexicana se tuvo la visin del Porfiriato como un periodo tortuoso enla historia nacional. Los caricaturistas y sus crticas algo tendran que ver en la

    elaboracin de ese imaginario.La llegada de Daz al poder, vista a distancia, parece marcar el inicio de una nueva

    etapa en la historia de la caricatura mexicana. Su primer periodo presidencial estuvosignado por la crtica despiadada de sus opositores y detractores, pertenecientes alos partidos derrotados de Lerdo e Iglesias, quienes aspiraban a recobrar el poder.Para ilustrar la situacin podemos referir que en 1877 surgieron una gran cantidadde publicaciones: un total de 32 nuevos ttulos, 10 de ellos contenan caricaturas,de los cuales ocho eran contrarios al nuevo presidente [Gants, 2007:22-57].

    A partir de 1888, con el afianzamiento del ascendente personal de Daz sobre

    la poltica nacional, la caricatura poltica se centrara en la crtica al Estado y losrepresentantes de los tres poderes. Publicaciones como El Hijo del Ahuizote, concaricaturas, o El Diario del Hogar,por mencionar slo algunos, se encargarande hacer una fuerte oposicin al gobierno del general. No perseguan la defen-sa solapada de algn otro personaje, estaban convencidos de que el ejerciciode la crtica y libertad de prensa eran un ingrediente indispensable para lavida democrtica del pueblo mexicano.

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    ARCHIVOS

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    PUBLICACIONESCITADAS

    El Ahuizote.El Ahuizote Jacobino.La Carabina de Ambrosio.El Hijo del Ahuizote.La Libertad.La Linterna Mgica.La Mosca.La Orquesta.El Padre Cobos.Tecolote.

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