Porque no hemos llegado al paraíso · 19:00h Película El rastro de Camilo de Diego Briceño Orduz...

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SEGUNDO ENCUENTRO EUROPEO DE COLOMBIANXS EN SITUACION DE MIGRACION Y EXILIO 4,5,6 de marzo 2016 en el RAF_Kochareal Flüelastrasse 54 8047 Zurich, Suiza Llamamiento Ante esta situación personas y organizaciones migrantes colombianas vemos en el llamamiento de las organizaciones sociales y políticas de Colombia para construir la Mesa Social por la Paz una oportunidad para reconstruir los tejidos sociales y culturales de la comunidad colombiana emigrada y en condición de exilio. Igualmente vemos en la Mesa Social por la paz la posibilidad de redefinir la participación de la población emigrada y en exilio en los procesos de negociación política para la definición de un nuevo modelo de país como también la posibilidad de generar cambios significativos en las relaciones sociales e institucionales que nos determinan en los países que habitamos como migrantes. Con esto queremos decir, que si bien la Mesa Social por la Paz es una posibilidad de construir país desde la migración y el exilio como también en la migración y el exilio. En el mes de noviembre de 2015 se realizó un primer encuentro de la MSP en Ginebra. La propuesta del segundo encuentro pretende dar continuidad a algunas de las reflexiones planteadas en este evento como la necesidad de regularizar encuentros en diferentes ciudades, de vincular la población inmigrada a procesos de reflexión a partir de los contextos locales. En esta ocasión queremos convocar a la población colombiana inmigrada y en situación de exilio en Suiza y en Europa a un encuentro para reflexionar acerca de la situación de las personas colombianas inmigradas, los mecanismos de participación e interlocución de esta población en los procesos de negociación para la democratización del país y finalmente para discutir la recientemente aprobada Ley de Victimas y las repercusiones de ésta para la población emigrada y en situación de exilio. Programa Viernes 4 de marzo 19:00 La participación de la sociedad civil en los procesos de negociación para la democratización del país y la perspectiva desde la migración y el exilio. Charla pública con: Gina Suárez, Confluencia de Mujeres, Congreso de los pueblos, Bogotá Iván Forero, Madrid, Movimiento de víctimas de crímenes de Estado, MOVICE, Madrid Diego Gómez, Congreso de los pueblos, Europa Sábado 5 de marzo 10:00h qué es la ley de víctimas? Marcos jurídicos para el trabajo de justicia y reparación, Iván Forero. 11:30h El trabajo de Memoria en la negociación para la democratización del país, Felipe Polanía. 13:00h Almuerzo 14:30h trabajo en grupos: Situación de las personas inmigradas. Participación e interlocución, para qué? definición de intereses Víctimas, Definición, marcos jurídicos, contextos políticos 17:00h Pausa 17:30h Presentación del trabajo en grupos y discusión en plenaria. 19:00h Película „El rastro de Camilo“ de Diego Briceño Orduz (2015) 20:00h Cena 21:30h Pachanga de la solidaridad Domingo 6 de marzo 11:00h Brunch 13:00h Perspectivas, plan de acción, resoluciones finales 16:00h Cierre del evento. Contacto e información: [email protected]

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SEGUNDOENCUENTRO EUROPEO DE COLOMBIANXS EN SITUACION DE MIGRACION Y EXILIO4,5,6 de marzo 2016en el RAF_KocharealFlüelastrasse 54 8047

Zurich, Suiza

LlamamientoAnte esta situación personas y organizaciones migrantes colombianas vemos en el llamamiento de las organizaciones sociales y políticas de Colombia para construir la Mesa Social por la Paz una oportunidad para reconstruir los tejidos sociales y culturales de la comunidad colombiana emigrada y en condición de exilio. Igualmente vemos en la Mesa Social por la paz la posibilidad de redefinir la participación de la población emigrada y en exilio en los procesos de negociación política para la definición de un nuevo modelo de país como también la posibilidad de generar cambios significativos en las relaciones sociales e institucionales que nos determinan en los países que habitamos como migrantes. Con esto queremos decir, que si bien la Mesa Social por la Paz es una posibilidad de construir país desde la migración y el exilio como también en la migración y el exilio.

En el mes de noviembre de 2015 se realizó un primer encuentro de la MSP en Ginebra. La propuesta del segundo encuentro pretende dar continuidad a algunas de las reflexiones planteadas en este evento como la necesidad de regularizar encuentros en diferentes ciudades, de vincular la población inmigrada a procesos de reflexión a partir de los contextos locales. En esta ocasión queremos convocar a la población colombiana inmigrada y en situación de exilio en Suiza y en Europa a un encuentro para reflexionar acerca de la situación de las personas colombianas inmigradas, los mecanismos de participación e interlocución de esta población en los procesos de negociación para la democratización del país y finalmente para discutir la recientemente aprobada Ley de Victimas y las repercusiones de ésta para la población emigrada y en situación de exilio.

ProgramaViernes 4 de marzo19:00 La participación de la sociedad civil en los procesos de negociación para la democratización del país y la perspectiva desde la migración y el exilio.

Charla pública con:

Gina Suárez, Confluencia de Mujeres, Congreso de los pueblos, Bogotá

Iván Forero, Madrid, Movimiento de víctimas de crímenes de Estado, MOVICE, Madrid

Diego Gómez, Congreso de los pueblos, Europa

Sábado 5 de marzo10:00h qué es la ley de víctimas? Marcos jurídicos para el trabajo de justicia y reparación, Iván Forero.

11:30h El trabajo de Memoria en la negociación para la democratización del país, Felipe Polanía.

13:00h Almuerzo

14:30h trabajo en grupos:

Situación de las personas inmigradas.

Participación e interlocución, para qué? definición de intereses

Víctimas, Definición, marcos jurídicos, contextos políticos

17:00h Pausa

17:30h Presentación del trabajo en grupos y discusión en plenaria.

19:00h Película „El rastro de Camilo“ de Diego Briceño Orduz (2015)

20:00h Cena

21:30h Pachanga de la solidaridad

Domingo 6 de marzo11:00h Brunch

13:00h Perspectivas, plan de acción, resoluciones finales

16:00h Cierre del evento.

Contacto e información:[email protected]

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Colombia es una sociedad feliz, así parece ser según estudios globales sobre felicidad y economía que han recibido eco en los medios de comunicación en Colombia. Sin embargo, si tenemos en cuenta la situación social y económica del país, este tipo de felicidades deberían asustarnos. La disposición de extensos territorios en Colombia para expoliación minera, el pírrico aumento del salario mínimo y la siempre más amplia brecha entre las personas ricas y las pobres, deberían tener sumido al país en serias preocupaciones sobre su futuro. Pero Colombia no da pausa, ahora que no necesitamos visa para viajar a Europa, que hemos tenido dos Miss universos consecutivas, aunque el segundo reinado sólo nos haya durado un par de minutos, y sobre todo ahora que la paz se ha negociado con las FARC y se empieza a negociar con el ELN, la sociedad colombiana revienta de felicidad y optimismo. Pero, en verdad lo creemos así?

Aparte de todas las historias fantásticas del país del Sagrado Corazón, las personas emigradas y las forzadas al exilio, sabemos lo que significa salir del oasis de la motosierra y el raponeo institucional. Con nuestro trabajo como migrantes participamos de forma significativa en la economía del país. Las mesadas de dinero que las personas emigradas y exiliadas regularmente enviamos a nuestras familias en Colombia alcanzan anualmente cerca de 4.000 millones USD anuales . Entre enero y septiembre de 2015, estas remesas totalizaron 3.403 millones USD, lo que equivale al 1.5% del Producto Interno Bruto y el 8% de los ingresos corrientes de la balanza de pagos . Nadie puede decir pues, que la comunidad colombiana emigrada no realiza un aporte significativo al país. Pero tenemos el mismo derecho de decidir y participar políticamente en el rumbo del país?

En las negociaciones en la Habana para la finalización del conflicto armado en Colombia se logró visibilizar la importancia y relevancia de las víctimas para la superación del conflicto e igualmente se logró que una persona refugiada fuera escuchada por medio del Foro Internacional de Víctimas. Sin embargo algunas personas estamos convencidas que tanto la definición del concepto de víctima como la definición e implementación de

medidas para el ejercicio de justicia, reparación y memoria en los crímenes de lesa humanidad y en violaciones de los derechos humanos, como condición inevitable para la reconciliación, aún no satisfacen las expectativas de muchas personas y todavía son campos en disputa.

Si bien es cierto que nos alegramos profundamente de lo avanzado hasta ahora en el tema de reconocimiento y visibilización de las víctimas, también miramos con escepticismo los aires bonachones que auguran el advenimiento de la justicia y la democracia en Colombia tras la negociación con las FARC, en especial porque vemos inconsistencias en la Ley de Víctimas y porque aún no vemos, que la participación de las personas emigradas o en condición de exilio esté vinculada con perspectivas de mejoramiento sustancial de sus condiciones de vida.

Por el contrario vemos con preocupación los discursos diferenciadores entre una supuesta “migración económica” y el “exilio político”. Esta diferencia se traza desde una perspectiva moral, que otorga a las personas en situación de exilio una cierta superioridad altruista que les determina como interlocutoras primarias en la construcción de país. A cambio de esto, la llamada “migración económica” es vista como una opción no obligada, no victimizante y ausente de cualquier base política. De hecho, esta diferenciación genera nuevas exclusiones y jerarquías sociales y muy al tono con lo que es la realidad de la migración en Europa puede significar la negación de los derechos básicos de quienes la integran

Igualmente nos parece preocupante, que en la búsqueda de la paz se dé por hecho, que la gran preocupación de la comunidad emigrada y en situación de exilio sea el retorno. Reconociendo la importancia de que las personas retornadas deben hacerlo con garantías y derechos, desconfiamos de un discurso que apunta a la construcción de esas garantías, pero que desconoce la legitimidad del derecho a la vida digna de las personas emigradas, pues suponer que la única forma de acceder a derechos y garantías es el retorno es aceptar que sólo mediante el abandono de la condición migrante se puede aspirar a ser una persona de derecho y con derechos. Las experiencias

que muestran la solución de los conflictos en otros países y los intercambios con personas migradas o refugiadas de todo tipo, nos muestran la necesidad de derechos tanto en las sociedades de recepción como en Colombia para una migración que será circular o dicho de otra manera con múltiples idas y venidas entre los territorios.

Porque no hemos llegado al paraíso

Llegar a Europa fue y sigue siendo para muchas personas una experiencia traumática y victimizante. Por una parte, nuestras familias y amistades en Colombia suponen que hemos arribado al paraíso y esperan que lo mas pronto posible empecemos a enviarles dinero. Por otra parte la inclusión social y el respeto a nuestra identidad en tierras europeas están desde nuestro arribo amenazadas y quienes llegamos a Europa debemos someternos a estructuras sociales, políticas, económicas y culturales, que en gran parte se han construido y se siguen construyendo sobre la criminalización y explotación del ser no-europeo.

Los permisos de residencia y trabajo, los visados, la exigencia de asimilación cultural, las cárceles de deportación, el régimen laboral, los limitados derechos a la salud y la educación como también el desconocimiento de nuestro saber y nuestra experiencia vital acumulada, nos recuerdan día a día que el paraíso europeo sólo ha sido posible por medio del colonialismo, de la exclusión y del sometimiento por medio de la fuerza del Otro No-europeo y de todas las tradiciones culturales no europeas. Europa, es decir la tradición blanca, colonialista, capitalista y patriarcal ha desarrollado hace años una política de represión, persecución y exclusión de las personas inmigradas en sus territorios. Las personas colombianas no estamos exentas de esta dinámica de violencia institucional del eurocentrismo y aunque en nuestro ego arribista y clasista del ser colonizado nos haga creer siempre que estamos en el ombligo del mundo, nuestro corazón de tierra y pueblo nos duele a gritos cada día en medio de la discriminación y el racismo de las sociedades europeas.