Portfolio 2011
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Edita: iGrafix para el Ayuntamiento de CarreñoDepósito Legal: AS-2.614/00Maquetación: IGRAFIX diseño gráfico
Portada:Nicanor Piñole, “El Cristo de Candás”, 1927.Óleo sobre lienzo.Colección particular.
Coordina: Alain J. Fernández Fdez
Consejo de Redacción: Hermenegildo Fernández GonzálezJosé Marcelino GarcíaAlain J. Fernández Fdez.
Archivo Fotográfico y Grabaciones: Tito Aramendi
Colaboradores: Abel S. MéndezJosé Muñoz ÁlvarezJuan E. Fernández PandiellaEsther López FernándezMaría Jesús González García
Este Portfolio no se hace responsable de las opiniones expresadas por sus colaboradores; tampoco secompromete a publicar los artículos no solicitados.
IN MEMÓRIAMJosé Ignacio Marino
No tenía aún edad para morir José Ignacio Marino, hijo de aquel impar telegrafista enamora-
do de Candás, de sus tradiciones, su cultura y sus fiestas por las que tanto trabajó; y de Dª. Amparo,
la maestra de niñas de la que todavía se recuerda la dulzura de su mirada, su excelente manera de
enseñar y su bondad para con todos. De estos padres recibió José Ignacio la bonhomía, la gracia y
el amor a este pueblo donde vivió y murió, y del que había comenzado a escribir, en este Portfolio,
con belleza, simpatía y estilo.
La memoria anda y se mueve, y uno ve a José Ignacio en sus juegos de niño y adolescente, en
sus tertulias y fiestas, siempre como un niño grande, rubio y alto, bueno y noble.
El Consejo de Redacción del Portfolio de las Fiestas del Santísimo Cristo de Candás lamenta y
siente la pérdida de este amigo y colaborador entrañable. A través de estas sencillas letras, queremos
expresar, una vez más, nuestro sentimiento a su esposa y a todos sus familiares.
Igual que si fuera un telegrama, también desearíamos de corazón que este escrito llegara, de
alguna manera, a José Ignacio, y que al leerlo, pudiera ver en él nuestro afecto, nuestro recuerdo y
también nuestro pesar. Descanse en paz.
El Consejo de Redacción
Ángel Riego González . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4
María Teresa Álvarez. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6
Carlos Luis Álvarez Vega . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8
Cipriano Aramendi Cuervo . . . . . . . . . . . . . . . . . 10
Daniel Arbesú Suárez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14
Sara Artime Rodriguez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16
Asociación de Vecinos Amigos de Candás . . . . 18
Banda de Gaites de Candás . . . . . . . . . . . . . . . 20
Mª Concepción Erundina Busto Menéndez. . . . 22
José Luis Campal y Aurora Sánchez . . . . . . . . 24
Alfonso Campuzano. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26
Club Atlético Ocle . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30
Club “Los Gorilas” de Candás . . . . . . . . . . . . . . 32
Laureano Fernández Álvarez . . . . . . . . . . . . . . 34
Juan José Fernández Moreno. . . . . . . . . . . . . . 36
Hermenegildo Fernández González . . . . . . . . . 38
Luis Fernández Roces. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42
Luís Ángel Fernández Rodríguez . . . . . . . . . . . 44
Joaquín Fuertes. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46
José Marcelino García. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48
Berta García-Barrosa Candia . . . . . . . . . . . . . . 50
José Mª García García . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52
Rodolfo González Constans . . . . . . . . . . . . . . . 56
Ignacio Gracia Noriega . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58
PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. AÑO 2011. EDICIÓN XLVI
Elvira la Jorja . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59
Víctor Junquera Prendes . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60
José Antonio Medina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 62
Manuel Menéndez Santos . . . . . . . . . . . . . . . . . 66
Vito Ondó Motogo Mangue . . . . . . . . . . . . . . . . 70
Arturo Muñiz Fernández . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72
Luis F. Nodal García . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 76
David Pérez Sierra González . . . . . . . . . . . . . . 80
Emilio Quirós González “Milúas” . . . . . . . . . . . . 82
Jesús Jerónimo Rodríguez González . . . . . . . . 84
Eduardo Román García. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 86
María Josefa Sanz Fuentes. . . . . . . . . . . . . . . . 88
Armando Velasco Monreal. . . . . . . . . . . . . . . . . 90
Dolores Villameriel Fernández . . . . . . . . . . . . . . 94
Mª Sol Viña Martínez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96
Wifredo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 98
TODA UNA VIDA
Milita de Concha Pin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99
David Pérez Sierra. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 102
ÁLBUM PARA EL RECUERDO . . . . . . . . . . . . 105
LOS CIEN AÑOS DE ANTÓN
Marce Medero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 112
i n d i c e
Se cierra ya casi el verano
cuando los candasinos abri-
mos este veterano y entra-
ñable Portfolio de Fiestas, confec-
cionado por plurales y populares
escritores, por poetas, historiado-
res y demás personas y anun-
ciantes que participan en su elabo-
ración.
Un año más empiezan, pues,
nuestras tradicionales y famosas
Fiestas del Cristo en las que ten-
dremos ocasión de compartir más
estrechamente días de sana alegría,
de añoranzas y celebraciones reli-
giosas, del recuerdo acentuado de
los seres queridos que nos dejaron,
pero que permanecen especial-
mente presentes en estas fechas.
Mi saludo como Alcalde de Ca-
rreño quiere llegar, en estas siem-
pre esperadas fiestas del Cristo, a
cada uno de vosotros: candasinos
presentes y ausentes, carreñenses
y visitantes; y a cuantos han elegi-
do este pueblo para vivir y com-
partir su vida con nosotros. Un
saludo que desea acercarse espe-
cialmente a los ancianos y ancia-
nas, a los niños y a la juventud,
que siempre es la esperanza de un
futuro mejor y, especialmente, a
los que sufren alguna dificultad o
revés en sus vidas a los que,
además, ofrezco mi mano.
Sin duda, no corren los mejores
tiempos. La mar social sufre el
encrespamiento de un fuerte olea-
je. La falta de trabajo, con el dete-
rioro familiar y social que ello con-
lleva, ocasionado por la crisis
económica presente en Europa y el
mundo, hace que muchos de los
que desempeñemos cargos públi-
cos de responsabilidad social y
política sintamos el deber y la
urgencia de trabajar más y mejor
con el fin de resolver las dificul-
tades y de hacer frente con eficacia
a los nuevos retos que nuestros
conciudadanos demandan y nece-
sitan para vivir con dignidad, paz,
y trabajo. Acostumbrados desde
antiguo a la lucha con la mar y la
galerna, nuestro pueblo, sin duda,
podrá llegar a través de su esfuer-
zo y responsabilidad a arribar a
puertos de progreso y libertad, de
trabajo y de justicia más y mejor
para todos. Esto es lo que, alcalde
y nueva Corporación, hemos em-
prendido con ilusión y empeño.
Esto es lo que, como amigo y can-
dasín de adopción y de corazón, os
deseo a todos.
Un fuerte abrazo y felices fiestas.
Ángel Riego González
Alcalde de Carreño
4 Candás 2011. Portfolio Edición XLVI
Ángel Riego González
Saluda
del Alcalde
6 Candás 2011. Portfolio Edición XLVI
Cuando me contaron que
iban a “remodelar” la plaza
de La Baragaña no lo creí.
La verdad es que no quería creerlo
porque presentía lo que iba a suce-
der.
¡¡¡ Y ha sucedido!!! La Baragaña
ya no existe. En su lugar han coloca-
do un mamotreto, especie de bun-
ker que hace juego con el Polivalen-
te. Todo ello dentro de este gran elo-
gio a un tipo de creaciones- que aun-
que de mármol- semejan al puro y
humilde hormigón. Una moda que
estamos viviendo, mejor sufriendo,
en nuestro querido Candás.
Antes, desde la calle principal,
justo donde estaba la carnicería de
Agudín, mirabas a La Baragaña y la
hermosa y entrañable plaza no te
impedía contemplar la siempre su-
gerente imagen de las escaleras que
conducen al Santísimo Cristo con
las torres de la iglesia de fondo.
Ahora, una sólida pared de hormi-
gón nos impide ver más allá.
Es evidente que no debemos vi-
vir anclados en el pasado y que es
necesario evolucionar. También de-
ben hacerlo los lugares en los que
vivimos.
Todos estamos de acuerdo en
que es preciso adaptar nuestras
ciudades a las ne-
cesidades de las
personas disminui-
das. Actualizarlas
de acuerdo con los
tiempos en que vi-
vimos. Dotarlas de
zonas verdes, par-
ques, instalaciones
deportivas, zonas
de juegos infan-
tiles... E impedir
que el paso de los años las deteriore
de forma inexorable. Pero jamás se
puede consentir que pierdan la
identidad.
¿Con qué derecho una corpora-
ción municipal tiene el poder omní-
modo de hacer lo que quiere en
nuestras calles y plazas hasta con-
vertirlas en lugares desconocidos,
con los que ya no nos identificamos?
¿Con qué derecho borran las
huellas de identidad de nuestra me-
moria sensitiva? Aunque sería injus-
to por mi parte culpar solo de ello a
los responsables municipales por-
que los candasinos pudimos haber
protestado, organizado manifesta-
ciones, si nos hubiésemos molesta-
do en ir a ver el proyecto expuesto
durante un tiempo en el Ayunta-
miento. Pero no lo hemos hecho y
ahora contemplamos con pena y
estupor la nueva plaza.
Lo cierto es que puede llegar un
momento en el que nos dé lo mismo
haber nacido en una ciudad que en
otra porque nada nos recuerde el
lugar que amamos por haberse
posado en él la primera mirada de
nuestro corazón.
Tal vez sean estas considera-
ciones demasiado románticas pero
cuando observas lo que ha sustitui-
do ese rincón que añoras, la pena es
aún mayor por el mal gusto impe-
rante en la mayoría de las remodela-
ciones.
Que envidia me produce con-
templar el remozamiento de otros
pueblos asturianos que siguen con-
servando el kiosco de la música, los
árboles centenarios, las casas sola-
María Teresa Álvarez
La Baragaña
Candás 2011. Portfolio Edición XLVI 7
riegas... Sus habitantes tienen suerte
ya que los escenarios de su vida per-
manecen cerca de ellos. Pero a no-
sotros, a los candasinos, no sé qué
hados del destino nos han condena-
do a olvidarnos de lo que fuimos.
¿Se acuerdan ustedes de cómo
era antes lo que hoy conocemos
como el Parque de las Conserveras?
¿Creen que hemos mejorado? ¿Y las
dos plazas de Valdés Pumarino?
Estamos acostumbrados a con-
templar con pena los desastres
urbanísticos realizados hace unos
cuantos años en los que ya nada
podemos hacer. Sin embargo ahora,
cabe la denuncia, la protesta.
Aunque es posible que la mayoría
aceptemos las disposiciones munici-
pales utilizando como coartada la
indefensión del ciudadano ente lo
dispuesto por los Ayuntamientos.
¿Pero de verdad creéis que en pue-
blos cercanos a nosotros lo hubieran
permitido?
Pido disculpas si con este escrito
alguien pueda sentirse ofendido
pero era para mí una necesidad
prioritaria manifestar mi desacuer-
do por lo que se ha hecho con La
Baragaña, porque ella forma parte
de mi vida. A veces pienso que
quizá son los lugares los que nos
poseen a nosotros, ya que al guardar
en su fisonomía nuestras huellas, se
han impregnado de nosotros.
Lo cierto es que yo no puedo
entender mi vida sin La Baragaña
donde acudía de niña con un banco
de madera para asistir al teatro,
donde escuché al Coro Minero de
Turón en una audición inolvidable,
donde de joven asistí a las verbenas,
plena de emoción.
No sé quien decía: “...que nunca
las cosas vuelven a ser como si no
hubiesen sido” pero pienso que tenía
razón. Ninguna de los que conoci-
mos La Baragaña miraremos a la ac-
tual como si no hubiera existido la
anterior. De hecho el proverbial in-
genio candasín, esta vez, con resig-
nación, ya le ha dado un nuevo nom-
bre llamándola “el panteón de la
difunta Baragaña”.
Sí, ya sé que esa nueva versión
de plaza que nada nos dice a quienes
pateamos, disfrutamos y amamos a
la otra, puede significar algo para los
niños de hoy, aunque lo dudo porque
nada en ella invita al recreo infantil.
Más bien todo lo contrario. Pero
aunque así fuera, también a ellos les
puede suceder como a nosotros,
cuando menos lo piense alguien de-
cidirá que es necesario cambiarla.
Candás 2011. Portfolio Edición XLVI 7
8 Candás 2011. Portfolio Edición XLVI
Venía a ejercer como tal, en
el desaparecido Café de
Braulio, sábados y domin-
gos, un humilde limpiabotas, el
cual, lustrando zapatos y con algu-
na propina que le caía, iba el buen
hombre sobreviviendo en aquella
España convulsa de principios de
los años treinta.
Mi difunto padre, que como
sabéis los que le conocisteis en ac-
tivo, tenía en dicho establecimien-
to su parada de taxi, así como su
segunda casa, generoso como era
por naturaleza, con independencia
de usar los servicios del menciona-
do limpiabotas y darle la corres-
pondiente propina, lo invitaba
siempre a merendar un cafetín con
pasteles, todo un lujo en aquellos
tiempos. Llegó aquel trágico die-
ciocho de julio de 1936 y con la
misma, el limpiabotas desapareció
del a la sazón dividido mapa.
Llegada la primavera del año
1937, con el ejército franquista fija-
do en el eje Piloña, Parres, Sierra
del Cuera, fue requerido mi padre
por las ya diezmadas fuerzas
republicanas, para realizar un viaje
a Infiesto, en pleno frente en aque-
llas fechas. Espera el paciente ta-
xista a su cliente al lado del coche,
en medio del ir y venir de milita-
res, vehículos, y piezas de arti-
llería, cuando suena el cornetín
imperioso: ¡Atención! ¡Comandan-
te General del sector!
Avanza el alto jefe con aire de-
cidido acompañado de su ayu-
dante, y al llegar a la altura de mi
progenitor se para y le espeta:
- ¿Qué es, qué usted no sabe
quién soy yo?
- Pues, a decir verdad, ahora
mismo no me doy cuenta, respon-
de mi anonadado padre.
- Pero, ¡Bernardo del alma!, ¡ya
no te acuerdas de tus amigos!, ¡soy
el limpiabotas del Café de Braulio!
Abraza efusivamente a mi pe-
trificado padre invitándolo a co-
mer a su puesto de mando, col-
mándolo después de obsequios,
viandas, a la sazón no muy abun-
dantes.
Regresa Bernardo a Candás, ya
bastante entrada la noche, donde
le recibe mi madre angustiada:
¿Qué hores son estes? Tiénesme en
vilo, con los tiempos que corren,
pensé que te pasara algo.
- ¡Calla la boca Carola! ¡Peor lo
pasé yo! Garra todo esto que traigo
y ponlo a buen recaudo. Por cierto,
¿acuérdeste de aquel limpiabotas
que venía a Casa Braulio?
- Cómo no me voy a acordar,
¿qué habrá sido de aquel probe
paisano?
- ¿Probe paisano? ¡Probe los co-
jones!, ye el amo Infiesto y manda
la de Dios, responde Bernardo,
dando rienda suelta a la tensión
acumulada durante el día. Asiente
mi madre, comprendiendo el ori-
gen de los víveres.
Muchos años más tarde, cuan-
do mi buen amigo el difunto Jesús
Pesquera, cerró el Café por derri-
bo, apareció en un rincón olvida-
da, como el viejo arpa de la poesía,
la caja del limpiabotas, incluido
tinte, betún, bayetas y cepillos, to-
do ello en perfecto estado. Los bár-
tulos habían sobrevivido a la gue-
rra, dictadura, y conocieron la de-
mocracia. De su propietario, nunca
más se tuvo noticia alguna.
Carlos Luis Álvarez Vega
El Limpiabotasdel Café de Braulio
10 Candás 2011. Portfolio Edición XLVI
Cipriano Aramendi Cuervo
La Lenguatera
Ya te vi que me miraste al
pasar, pero ye muyer que
miraba pa la ventana de esa
lenguatera de la mi vecina y taba
muerta por tiray un cantazo y
rompey todos los cristales pero
arrepentime y ahora estoy arrepen-
tida de arrepentime.
Ya sé lo que me dices, pero
merezlo porque ¿que y fixe yo patar
desacreditándome todo el día?.
Anda llamándonos muertes de
fame, que si non fuera lo que nos
dan fiao en casa Corredor y de
Pernales, que muriamos de fame,
non sabe ella que les primeres pe-
rres que ganamos son pa pagayos y
están muy agradecidos y nosotros
también.
Y todo ye muyer, porque el otro
día tenía la colada tendía ena ven-
tana y dixey yo: Ven acá muyer!, esa
colada parecen felpeyos, tan todos
negros y los pololos del tu home tan
comidos por baxo y faltein les
trences y la culera tan rota como
está, parez lo de adelante; pa qué
quies más, desde ese día mirame
atravesada y pa eso que i dixe que
era pa consejala, pero la que la
jodió, fue que me oyó la vecina del
bajo y por eso está que brama en
contra mía. Sí, ya sé lo que quies
decir, pero mira, "Fay bien y non
mires a quién".
Mira como soy yo, tú me cono-
ces bien, que con todo eso que nos
fai, non digo palabra contra ella a
ninguna per-
sona.–Pa que veas
como soy voy contate
con muncho secreto, por-
que sé que noi lo vas a contar a
nadie. Mira, ella non fai más que
leer eses revistes de les artistes que
salen medio encarnes, que non sé si
les compra o y les dán, y por eso
non atiende la casa ni la comida.- El
otro día fue a llevay la cena al su
Manolo al chigre de Enrique el
Viato y como estaría la cena, que
salió el su Manolo con la tartera ena
mano, que ella al velo hechó a co-
rrer pa casa y non sé si llegó ella
primero o la tartera.
Déjesme boba que ya lo sabíes,
que te lo contó Fala, pos cuando y
lo cunté a Fala ya y dixe como a ti,
que era muy secreto, que a mí no
me gusta andar con cuentos, que si
lo sabe el mi Pepe mátame.
Espera un poco que marches
ahora, por que voy decite, pa que
veas como ye
esa fulana, que el
martes pasao cuando
venía de lavar la ropa del
río, cayéronme del caldero,
xunto a la panadería de la Mexona
los calzones de dir a la mar el mi
Pepe. Cojiólos Maruja la de la
Espelma y al vela pasar llamóla pa
day los calzones, como venía pa
casa que me los apurriera. ¿Tú
sabes como me puso? Que pa mí
non me llevaba nada, que era la
pior persona de la vecindá, que
siempre estaba metida en cuentos y
ena vida de otros. Y todo, muyer,
por aconsejala.
Bueno, non quiero parate más
que tienes muncha prisa, pero sí yo
te contara. La suerte que tien, ye
que soy muy formal y non me
gusten los cuentos.
Solo te voy decir que el jueves
esperéla en portal y dixey yo, ven
acá muyer, el otro día diéronte pa
mí los calzones de Pepe que me cayeron y encima de non
me los traer, pusístime como un trapo, pues yo non soy
mala pa tí nin pa nadie.
Si fueren los calzones del tu Manolo faltábame tiem-
po pa apurritelos a toda prisa, pero cada una ye a su ma-
nera.
Además de solteres éramos muy amigues, pero
metióse pol medio esa gafura de Pifania, que separornos
y nunca volvimos a tener esa amistá, menos mal que el
mi Pepe y Manolo llevense bién y pañen alguna juntos.
Tien dos fies que non se parecen nada a ella, non sé
de donde salieron, siempre anden tan modosines, van a
la escuela y son muy aplicades y además en casa ayúden-
la muncho. Una, la mayor, bien con ella hasta cerca del
portal un rapazuco que me dixeron que era de casa
Alvarín de la Braña. La otra ye buena pero traviesa como
ella sola y ye celosuca, pues te ve hablar con alguien ya
piensa que estas hablando de ella. Pero ye guapina como
la familia del padre y servicial, si la mandas a la tienda o
a cualquier recao fáitelo sin falta, pero antes mira pa arri-
ba por si está la madre por que ella sabe que non facemos
xunta.
Yo, como ves, muyer, estímoles muncho, pero ye que
esa tienme ojeriza pero veo que non ye a mi sola. Yo ya
la pesqué hablando mal de Dionisia y ya sabes que mejor
persona que ella non la hay, pero que vas facer si cayes
en la lengua de esa lenguatera ya te puedes preparar...
Hasta mañana que ya veo que tienes muncha prisa.
Déxesme boba muyer, yo ya sabía que era una
lenguatera pero non tanto. La Pinta que vive abaxo de su
casa diz que no hay quien la aguante, que en cuanto la
siente andar por casa ya empieza a mover todes les silles
y la mesa o reñir a les fies pa que ella non pueda estar
tranquila en su casa, así que non me extraña nada lo que
me dices. Cuando está más tranquila ye cuando está el su
Manolo en casa, porque por lo que veo tieni muncho
respeto.
Les fíes non ves que nunca salen con ella además la
probina de la mayor, fue el otro día a la tienda de Manolo
el menor que y mandó la madre traer medio kilo de azú-
car, y como debe allí, Manolo que ye muy prudente, pa
no escamar a la fia dixoy, dí a tu Má que venga por aquí
que tien un perro aquí amarrao.
Corno la rapacina non sabía que y debía dixoi a
Candás 2011. Portfolio Edición XLVI 11
Manolo ¡enséñamelo! Yo que estaba
allí cayome el alma a los pies.
Y non pienses que ye allí solo
donde tien los perros amarraos,
porque sé yo de buena tinta que en
Siglo ya pasa de perro y ya non va
por allí, así que perdió amo y perro.
Por decite estes coses pasome el
tiempo volando. Así que hasta
mañana.
Pasaron unos cuantos días sin
novedad alguna, pero se encon-
traron en la plaza y debían tener el
paso cambiado porque empezaron a
reñir e insultarse para seguida-
mente echarse mano a los pelos y
darse patadas, que eran seis muje-
res a separarlas y no podían, hasta
que intervino Amando el de Carlos
el carnicero y salieron cada una
todas arañadas.
Este lance tuvo una resonancia
terrible, non había otra cosa que
hablar y hasta fue comentario en
los chigres por lo que Manolo y
Pepe terminaron enterándose de
todo.
Se pusieron a hablar uno con
otro y como eran amigos decidieron
mandarlas cada una para su casa.
Manolo dixói a la Pili vas pa con tu
má a que te aguante y aquí queden
les fíes conmigo.
Mandó a la mayor de sus fíes a
por cuatro cajes de cartón a casa del
Menor y metiendo en elles toda su
ropa lo puso a la puerta de casa
para que lo cogiera sin entrar, y él
mismo trajo y colocó una cerradura
de la ferretería de Jovino...
Pepe por su parte mandó a
Angelín el Macaco que fuera a casa
del Telefunken y que le diera una
caja grande y en ella metió toda la
ropa de Juanita, su mujer, y también
se los puso a la puerta de casa
poniendo en la puerta otra cerradu-
ra.
Ellas echándose la culpa Pili a
Juanita y al revés trataban de cate-
quizar a más gente para su bando,
pero Manolo y Pepe estaben
demasiado emballados.
Se fueron dando cuenta de lo
que habían perdido y mandaron a
Consuelo la Charramplina como
muyer formal para que hablara con
ellos y la contestación de los mis-
mos fue que buscaran trabajo en las
bodegas y que fueran a estripar.
Después de tantos años casadas
sin dar golpe al trabajo, pero sí a la
lengua, se reunieron como si fueran
grandes amigas y decididas se pre-
sentaron al anochecer a la puerta
del chigre de Enrique el Viato
donde ellos tenían su tertulia, pero
sin atreverse a entrar hasta que
llegó Segundo el Polaco con su acos-
tumbrada cena, escondida la tartera
bajo la marinera que tenía puesta, y
le abordaron para que los llamara y
salieran un momento.
Segundo, como vecino, ya les
dijo que la culpa era de ellas, que
veía difícil solución pero que los iba
a avisar. Efectivamente les llamó y
los dos salieron juntos implorando
ellas que las acogieran en casa, que
estaban arrepentidas de su compor-
tamiento anterior y que nunca mas
volvería a suceder.
Les contestaron diciendo que
tenían que hablar ellos y que le
luego ya les dirían la solución adop-
tada. Volvieron a la carga manifes-
tando su arrepentimiento, pero
ellos se mantuvieron firmes por lo
que tuvieron que marchar a la
espera de su decisión.
Pili le decía a Juanita que su ma
le decía que en casa non cabían y
que les perres eren poques pa tanta
boca. Que si quería que hablara con
Carmen la Felexurra pa ir a la bode-
ga con les de afuera hasta que se
arreglara su asunto.
Juanita por su parte dijo que su
ma no necesitaba dinero y que en
ese aspecto estaba tranquila, pero
como era muy de la Iglesia esta
situación en que vivía le tenía muy
fuera de su norma.
En cambio su pá que solo había
atendido su explicación porque no
salía de casa por padecer artrosis, le
daba la razón a ella y decía que si
quería una criada y muyer por la co-
mida que fuera a buscala a otro llao.
Les fíes de Manolo inter-
vinieron de forma decisiva en el
asunto porque la mayor no se
arreglaba con la cocina e ir al río a
lavar la ropa, aunque es verdad que
su madre, como si no se diera cuen-
ta, aparecía por allí y lo lavaba ella.
Pepe tenía que hacerlo todo él,
cocinar pa dos días y ya pa cenar era
cabres o lo que se pescara. La ropa se
la lavaba Concha la Salada que vivía
un poco más pa arriba que él en la
Cuesta.
También se ofreció Gora pa este
cometido, porque aparte de vecinos,
Pepe era buen amigo de Varisto el
Bayo.
Se reunieron por fin pa tratar
este problema y decidieron llamar-
las para que volvieran a casa con el
aviso de que a la primera de cambio
irían fuera de casa definitivamente.
Recibieron ellas la noticia con
gran alborozo, y de verdad que de
aquellas Lenguateras no se volvió a
hablar.
12 Candás 2011. Portfolio Edición XLVI
14 Candás 2011. Portfolio Edición XLVI
Amí me gusta más decir la mar,
que el mar, porque la, es fe-
menino y la mar lo es tam-
bién, seductora, sugerente y hasta
ingrata, como la mayoría de las
mujeres.
Fíjense en el primer hombre, que
por primera vez ve la mar. Queda ex-
tasiado contemplándola. Después
siente un impulso irrefrenable de
mojar los pies en ella. Una vez moja-
do, penetra más, se moja la mitad del
cuerpo y por fin se atreve a lanzarse
al agua, a flotar y a nadar.
Flotar es fácil. Basta con tener los
pulmones llenos de aire, que hacen
de singular flotador. Una vez com-
probado que nadie con aire en los
pulmones se puede ahogar, es cosa
de acompasar ambas extremidades y
ponerse a nadar, coordinando la res-
piración con las brazadas. Todo sen-
cillo, fácil. Claro, con la mar en cal-
ma. Porque si la mar está embra-
vecida, respirar se hace difícil y pue-
de uno ahogarse. Lo que no se desea.
¿Es posible andar sobre las
aguas? La respuesta es afirmativa.
Póngase de pie donde le cubra y en
vertical comience a mover los pies.
Ya verá que avanza. Es cansado des-
de luego. Pero es posible. Lo he he-
cho muchas veces en la gijonesa pla-
ya de San Lorenzo, cuando era más
joven, claro. Porque ahora me baño
solo en casa.
Navegar es el otro verbo posible
en la mar. Primero, se navegó en
balsa, como la de la Kon-Tiki, gran
aventura de unos noruegos y suecos
que partieron de las costas del Perú,
llegaron, impulsados por las corrien-
tes, hasta las islas de la Polinesia, de-
mostrando así que ya en tiempos
prehistóricos, el hombre viajó de
una lado a otro, lo que explica que
en algunas islas de la Polinesia exis-
tan vestigios de la civilización maya.
Viajar en balsa supone conocer
mejor la mar. Los grandes buques
solo permiten ver el agua pero cuan-
do uno navega a flor de agua, en una
balsa, sin motores que hagan ruido
ni hélice que la muevan, descubren
muchas cosas. Peces distintos, balle-
nas, y hasta tiburón-ballena, peces
voladores y muchas cosas más. Eso
les ocurrió a los de la Kon-Tiki, que
hasta han escrito un libro sobre su
aventura, cuya lectura recomenda-
mos a nuestros lectores, si es que to-
davía quedan ejemplares. En-
contrarán emoción en sus páginas y
cultura sobre navegación primitiva.
Al estrellarse contra las rocas de
las islas polinesias terminó la aven-
tura y aunque la balsa quedó des-
trozada, la recompusieron y hoy se
exhibe en un museo europeo.
La mar es traicionera, y el Pací-
fico más,por lo que su no nombre no
es lógico. Debería ser el Tenebroso o
algo parecido, pues existen más nau-
fragios en su historial. Personas que
han sido ahogadas, que han descen-
dido sus cuerpos hasta el fondo y
que hoy solo serán huesos y polvo
en el fondo de los mares.
Un sólo hundimiento, el del "Ti-
tánic" ha supuesto más de dos mil
cadáveres. En su mayoría murieron
de un ataque al corazón, porque las
frías aguas del Atlántico Norte, el
corazón se para a los pocos minutos
de estar flotando.
En una palabra, que naufragios
y demás vicisitudes han convertido
a la mar en un larguísimo cemente-
rio, en un inmenso osario, que justi-
fica sobradamente la Salve Marinera
de nuestros pueblos y esa tradición
de tirar flores y hasta coronas de flo-
res de los distintos litorales.
En fin, lo dicho, que la mar es
un inmenso cementerio, un gigan-
tesco osario, donde yacen muchos
hombres, mujeres y niños, sus cuer-
pos claro, porque el alma nunca se
moja. Es más, cuando el alma se
separa del cuerpo se produce la
muerte física. El alma, afortunada-
mente, nunca muere. Pasa a recibir
el premio o el castigo eterno –menu-
da palabra esa de eterno– que cuan-
do estuvo unida al cuerpo, mereció.
En fin, que ese mar que ves tan
bello es un traidor. Como la vida
misma, sin duda.
Daniel Arbesú Suárez
De la vida mismaLA MAR, ESE GRAN OSARIO
16 Candás 2011. Portfolio Edición XLVI
Tenía unos treinta años cuando
se dirigió a la región del Jor-
dán. Al principio, cuatro o cin-
co hombres le reconocen como
Maestro y deciden seguirle; más tar-
de serán doce humildes pescadores y
campesinos sus seguidores más cer-
canos. Su techo era el firmamento y
siempre estaban de paso.
Este profeta, soñador, poeta, co-
mo decían unos: predicador, mago,
revolucionario, sanador, como de-
cían otros; defensor de los débiles,
los despreciados, los pobres, los mar-
ginados, las mujeres, los niños... Pro-
ponía un cambio de vida, un mundo
al revés, una doctrina extraña en la
que había que amar a los enemigos,
hacer el bien a los que nos odian,
bendecir a los que nos maldicen, al
que nos pegue en una mejilla, pre-
sentarle la otra... Predicaba la felici-
dad de los desgraciados, la gloria de
los hambrientos, cautivos y encarce-
lados.
Quienes lo han visto aseguraban
que cuando hablaba te llenaba el al-
ma, que lo hacía con voz potente y
firme, como quien está seguro de lo
que dice, y que hablaba para todo el
mundo, sin distinción. Que camina-
ba con sencillez y elegancia, que en
su figura se cruzaban a la vez, fuerza,
dulzura, misterio, profundidad y ale-
gría, pero que lo más impresionante
eran sus ojos. Decían que su mirada
cautivadora calaba hasta los huesos,
que te miraba y sentías que te veía
por dentro, te despojaba del miedo y
la angustia y te regalaba libertad y
dignidad; te sentías desnudo, como
recién nacido, nada te importaba,
sólo aquel momento lleno de belleza.
Que nadie podía quedarse indife-
rente después de una mirada de Je-
sús. Que no había mayor alegría que
su mirada.
Sus prodigios no pretendían des-
lumbrar, sino mostrar un mensaje de
compasión y salvación; pero sus
milagros y curaciones fascinaron a
las gentes y pronto se formaron mul-
titudes que le seguían por todas par-
tes.
Jesús amaba la vida, pero más
que la suya propia amaba la verdad.
Estaba dispuesto a morir por lo que
había predicado, y pretende con su
sacrificio que el hombre cambie, que
tome el camino de la no violencia,
del perdón, del volverse como niños,
de la búsqueda de la justicia y la paz.
Murió con una dignidad que
impresionó al pueblo.
En la actualidad, destacados psi-
cólogos, investigadores y maestros
de la metafísica, filósofos, físicos
cuánticos, médicos y estudiosos de
varias religiones y filosofías, coinci-
den en nuestra capacidad para hacer
surgir milagros en nuestra vida. Ha-
blan de un lugar en nuestro interior
donde todo es posible.
Waine W. Dyer, autor de "Tus zo-
nas erróneas" y "Tus zonas mágicas",
en su libro "La fuerza de creer", dice
que como seres humanos somos la
misma energía del pensamiento, la
eterna conexión con la inteligencia
divina que se halla dentro de la for-
ma. Que somos al mismo tiempo un
corazón que late y un latido de co-
razón perteneciente a un cuerpo lla-
mado humanidad. Que lo que deter-
mina la calidad de nuestra vida no es
el mundo, sino la manera que hemos
elegido de procesar el mundo en
nuestro pensamiento. Que la vida es
mucho más que la experiencia de su
forma, para que luego desaparezca
en el abismo de la nada infinita. Que
nuestros pensamientos constituyen
una parte mágica de nuestro propio
ser y pueden conducirnos a lugares
en los que las fronteras y los límites
no existen. Que son la esencia mis-
ma del universo.
A la mayoría de las personas se
les inculca desde la infancia la filo-
Sara Artíme Rodríguez
La Mirada
sofía del culto al cuerpo y de la po-
sesión de bienes y de poder. Desde
todos los medios de comunicación
recibimos continuos mensajes recor-
dándonos que debemos perfumar,
limpiar, alimentar y adornar nues-
tros cuerpos para gozar de felicidad,
salud y éxito; como si fuésemos un
envoltorio sin contenido. Nos resisti-
mos a la idea de que contamos con
una parte invisible, misteriosa y ma-
ravillosa.
Nuestros pensamientos y nues-
tros sentimientos crean nuestra vida.
La física cuántica nos dice que no
podemos tener un universo sin una
mente y que la mente da forma a
todo lo que percibimos. Que hemos
de enfocarnos en lo que queremos
de corazón. Que si piensas de forma
positiva atraerás cosas positivas. Que
todo lo que pensamos y sentimos
está creando nuestro futuro. El sen-
tirnos mal es un aviso de que hemos
de cambiar nuestra forma de pensar.
Nosotros controlamos nuestros
pensamientos. Nosotros decidimos si
nos sentimos satisfechos o no con
nuestra vida. Si pensamos: "Necesito
tener más antes de considerarme
feliz", entonces, aunque recibamos
mucho más, siempre nos sentiremos
insatisfechos.
La gratitud es la clave. Si pensa-
mos: "Doy gracias por la vida, la
naturaleza, la familia, los amigos,
por todo lo que tengo", entonces,
nos sentiremos satisfechos y
estaremos poniendo en fun-
cionamiento todos nuestros pen-
samientos para atraer más cosas
buenas a nuestra vida.
Los grandes maestros espiri-
tuales que han vivido y viven entre
nosotros, han superado las reglas de
la forma.
Dicen que estamos entrando en
una nueva era donde la última fron-
tera no es el espacio, sino la mente.
Que no hay mayor poder en el
Universo que el poder del amor.
Que el pensamiento impregnado
de amor es invencible. Que hay
más felicidad en dar que en recibir.
Que la posesión de bienes mate-
riales sin paz interior, es como
morir de sed cuando nos bañamos
en un lago.
Se descubrió en qué medida el
temor, la ira y el pesar afectan al sis-
tema inmunológico y cómo el amor
incondicional, la paz interior, el efec-
to de la meditación y la imaginación
constituyen las semillas para derro-
tar las enfermedades. Que la mente
humana es el factor principal en las
artes de sanar, a veces mayor que la
medicación. Que los pensamientos
negativos y el estrés perjudican seria-
mente al cuerpo y al funcionamiento
del cerebro.
¿Acaso no hay un paralelismo
con lo que decía Jesús hace dos mil
años?
El amor es lo más importante
de su mensaje. Dios es amor. Él
nos enseñó el increíble poder que
reside dentro de cada uno de no-
sotros: "Tal como pienses serás".
"Aquel que crea en mí y en mis
obras, sabrá hacerlas, e incluso me-
jores que estas". "Pedid, se os da-
rá", "Buscad, encontraréis". "Tu fe
te ha salvado". "Que suceda como
has creído". Su regla de oro: "Com-
pórtate con los demás como que-
rrías que ellos hicieran contigo".
El ¡Santo Cristo milagroso de
Candás!... Así comienza el himno
con letra de José Ángel Alonso Jesús;
sin duda, sigue y seguirá siendo mi-
lagroso para todo aquel que tenga fe,
que confíe plenamente en que puede
conseguir lo que quiere y persevere
en ello.
No podemos reproducir la mira-
da de Jesús, pero sí podemos con-
templarla con los ojos del corazón y
con el pensamiento.
Este último párrafo se lo dedico
a mi madre, Rosaura, que en sus
más de sesenta años como solista
del Coro Parroquial de Sarita, tan-
tas y tantas veces, con su voz, ha
sido capaz de arrancar lágrimas de
emoción de los ojos de candasinos
y foráneos con canciones como la
que dice: "¿Qué tienen tus ojos,
qué tienen mi Dios; que al verlos
se encienden en llamas de amor,
en llamas de amor, en llamas de
amor?".
Candás 2011. Portfolio Edición XLVI 17
Pensar un momento en los edifi-
cios (de viviendas y públicos)
que se están construyendo en Can-
dás, y ahora os invitamos a que pen-
séis que estáis en una silla de rue-
das... ¿A cuantos edificios de los que
se están construyendo (o están cons-
truidos) tendríais acceso normal-
mente sin depender de nadie? A
pocos, muy pocos. Este es uno de los
principales problemas de los dis-
capacitados: La adaptación al medio
en el que viven.
Esta integración en el medio no
implica sólo los edificios, sino que
implica de manera directa las pro-
pias calles, las cuales están provistas
de aparatosos bordillos, desniveles,
escalones y demás obstáculos.
Seguir imaginando que sois dis-
capacitados...¿que haríais ante una
situación semejante?; en caso de que
decidierais quejaros de estos proble-
mas... ¿creéis que alguien os escu-
charía?
Otro de los problemas de ciertos
edificios es la situación del ascensor;
es cierto que el que el edificio tenga
un ascensor es un gran alivio para
un discapacitado, pero existen sin
18 Candás 2011. Portfolio Edición XLVI
Luis Fernández Fernández. Asociación de Vecinos de Candás
Se alumbra una nueva era para el movimiento vecinal.
En los últimos años se están pro-
duciendo cambios sociales que
tienen que ver tanto con la emer-
gencia de nuevos movimientos
sociales como con nuevas orienta-
ciones en las políticas públicas.
Desde esta perspectiva, parece
que se alumbra una nueva era para
el movimiento vecinal. Tal vez
porque, con todas sus contradic-
ciones y diferencias, las Asociacio-
nes de Vecinos representan una de
las formas más persistentes de par-
ticipación social implantada en los
municipios.
El movimiento vecinal requiere
una actualización de sus métodos de
trabajo, es necesario que refuerce su
autonomía, su carácter reivindicati-
vo, la búsqueda de fórmulas de par-
ticipación y los hábitos del diálogo,
y la crítica razonada.
En cierto modo, se trata de recu-
perar el papel de movimiento social
como factor de impulso y cohesión
ciudadana. El movimiento vecinal
no debe aspirar a ser el movimiento
de la ciudadanía, sino que debe con-
tribuir a que el movimiento y la
práctica de la ciudadanía sean
fuertes. Su aportación ha de encami-
narse a generar espacios para todos.
El reto del movimiento vecinal
es dejar de ser, o ser cada vez me-
nos, un movimiento de afectados
para ser un movimiento de «ciu-
dadanos», esto es, de practicantes de
derechos y deberes.
TRES REFLEXIONES
Las barreras arquitectónicas en Candás
embargo problemas en esto: "la difi-
cultad que puede existir para acce-
der a éste". Ya sea porque el ascen-
sor es demasiado estrecho, o porque
para acceder a él tenemos que subir
unas escaleras. En vez de tener
escaleras (uno de los mayores obs-
táculos de los discapacitados), susti-
tuir esas escaleras por una rampa
beneficiaría en gran medida a estas
personas.
Y, aunque me queje, mañana
vuelta a empezar. Serán otros coches
encima de las aceras, otras escaleras,
otros bordillos, otras farolas… Pero,
en resumidas cuentas, ¿qué ha cam-
biado?
Quizá sea que las ciudades, vi-
llas, o pueblos estén llenas de vida y
sea yo quién va en silla de ruedas, o
con un carrito de bebe, o que tenga
escasa movilidad. Y nuestro ayun-
tamiento haciendo en las calles lo
que es más vistoso y no lo más prác-
tico.
Nos ha llamado la atención una
nota aparecida en la prensa
donde ciertos especialistas
advierten del peligro del uso excesi-
vo de productos limpiadores y
desinfectantes.
La casas españolas siempre
hemos presumido de mantenerlas a
prueba de algodón, y no eran infre-
cuentes los rumores de que "en
casa de fulanito se podía comer en
el suelo". No sabemos muy bien
como son los europeos en sus
casas, aunque cualquier despistado
puede observar la limpieza y el
cuidado de los centroeuropeos en
sus ciudades y pueblos. No es para
comer en el suelo, pero uno puede
sentarse allí sin alterar su pantalón
Decimos esto porque a
cualquier europeo que aterrice
entre nosotros, le costará una
romería para pensar que los cien
mil plásticos, las cien botellas, las
bolsas y los papeles diseminados,
no son fruto del "prao" sino el pro-
ducto evidente de unos "guarros".
Y poco más le costará encontrar en
la playa una pasta de arena con co-
lillas o un "xarabal" de cascos de
pipas en cualquier otra parte, inclu-
so en un banco, lo que no será
engorroso en exceso porqué, al fin
y al cabo, deberá en todo caso
limpiarlo antes de sentarse.
Uno no puede estar aseado
cuando solo se lava la cara. Más
bien diría que tiene la "cara" de
decir que se asea. Tal vez, como
preconizan estos expertos, sería
mejor cortar un poco la mano a la
lejía y alargar la de la papelera
(procurando no volcarla).
¿Somos realmente limpios?...
Candás 2011. Portfolio Edición XLVI 19
20 Candás 2011. Portfolio Edición XLVI
He querido empezar por una
traducción muy libre de la
primera vía tomista, porque
en ella se encierra una verdad, por
muy evidente no menos importante,
que ha sido el origen de esta colabo-
ración. Todos los vecinos de
Carreño hemos disfrutado en
infinidad de ocasiones de las actua-
ciones de la Banda Gaites Candás.
Todos hemos disfrutado con la ale-
gría con las que sus canciones inun-
dan las calles de la Villa o los prados
de nuestras Parroquias. Sus vistosos
trajes tradicionales ponen una nota
de color diferente en los tonos
azules y verdes que predominan en
la geografía de nuestro Concejo.
Su calidad musical les ha permi-
tido llevar con orgullo el nombre de
Candás por numerosos países euro-
peos, sudamericanos o, incluso, del
conflictivo Oriente Medio. Han ge-
nerado una corriente de simpatía en
todos aquellos lugares donde han in-
terpretado el elenco de canciones
tradicionales de nuestra región. Y
han construido lazos de sólida amis-
tad con muchos integrantes de otras
agrupaciones musicales similares.
Es difícil valorar hasta qué
punto tiene repercusión en nuestro
Concejo, que habitantes de la
Bretaña Francesa, del norte de
Irlanda, de numerosos municipios
gallegos, de la Región de los
Dolomitas italianos, del Levante
español, del sur de Italia, de
Jerusalén, de Uruguay, de Ar-
gentina, de Portugal y de un largo et-
cétera más de países, hayan oído ha-
blar de que existe una pequeña villa
marinera en el norte de España.
Pero lo que evidente es que lo han
hecho y que ha sido gracias a la
labor que desempeña la Banda.
Y detrás de todo este movimien-
to siempre hay un motor que lo ge-
nera. Una persona que, junto con
otros amigos, fundó hace mucho
tiempo la Asociación Banda Gaites
Candás. Poniendo en aquel momen-
to de sus bolsillos el dinero nece-
sario para arrancar una singladura
de final incierto. Y sobre todo, apor-
tando algo mucho más importante:
cariño, esfuerzo, ilusión, trabajo. Y
todo ello de forma desinteresada.
Alguien que era capaz de cons-
truir en el garaje donde guardaba el
coche los arneses para que los músi-
cos pudieran transportar sobre sus
hombros los instrumentos de percu-
sión. Partiendo del modelo de una
prestigiosa marca internacional y
mejorándolos con la experiencia
acumulada de muchos años de tra-
bajo de Ensidesa.
Alguien que era capaz de cargar
con botellas de agua caminando es-
condido detrás de la Banda, para que
a sus chicos nos les faltara una bebi-
da fresca en las calurosas tardes
donde las gargantas se secaban con
el polvo de algunos caminos rurales
o de algunas ciudades europeas.
Porque la sed era la misma en la pro-
cesión de los Remedios o en el
Festival Internacional de Lorient
cuando aprieta el sol y también la
persona que portaba el agua.
Francisco Javier Alexandre Hurlé. Banda de Gaites de Candás
Detrás de todo lo que se mueve
“Detrás de todo lo que se mueve,
siempre hay un motor que genera el movimiento.”
Alguien que durante el Festival
de Bandes de Gaites, el más antiguo
de los que se celebran en España y el
que más prestigio ha alcanzado fuera
de nuestras fronteras, agotaba la ba-
tería de su teléfono móvil atento a
que todas las cosas estuvieran pre-
paradas para que el festival se desar-
rollara a la perfección. Lo mismo
carretando cajas de sardinas para
asarlas en la espicha en honor de los
gaiteros participantes que trans-
portando colchones y somieres para
montar las camas. Asegurándose
que los fuegos artificiales estaban lis-
tos en su sitio para ser disparados
como parte del cierre final. Y es-
perando, el primer día, en la puerta
del Colegio a los autobuses que
traían a las distintas agrupaciones
musicales para que sintieran desde
el pistoletazo de salida que en este
festival, los invitados, se sienten
igual o mejor que si estuvieran en
sus casas.
Alguien que estaba a las ocho
de la mañana preparando los desa-
yunos en las cocinas del colegio y a
las muchas de la madrugada en las
urgencias del Hospital de Jove
asegurándose de que uno de los
chicos bretones que había sufrido
un accidente era correctamente
atendido y no se sentía solo y aban-
donado en un país extranjero cuya
lengua ni siquiera era capaz de
entender. Y en ambos sitios recibía
como recompensa una agradecida
sonrisa. La que dispensan los que
sienten el enorme cariño con que
se les está ofreciendo un poco más
de café o mermelada después de
una larga noche de gaitas. Y la de
los que han descubierto lo que
puede reconfortar un apretón de
manos cuando te encuentras enci-
ma de una camilla a muchos kiló-
metros de tu casa.
Alguien que nunca se prodigó en
las palabras. Que siempre sufrió
cuando tenía que figurar en la
primera línea de fuego. Que se sen-
tía mucho más cómodo detrás, com-
probando que todo funcionaba como
tenía que ser, que delante, recibien-
do el aplauso. Pero alguien que
nunca escatimó ni un esfuerzo ni
una hora de dedicación.
Alguien que sufrió en silencio y
con dignidad más de una descalifi-
cación movida por las insidias que
siempre acompañan a todo el que da
un paso al frente y encabeza una
institución. Pero que tuvo la calidad
humana de quedarse con el cariño
recibido por encima de todo lo
demás, olvidando las ofensas.
Un auténtico “pájaro” de los de
Candás de toda la vida.
Candás 2011. Portfolio Edición XLVI 21
22 Candás 2011. Portfolio Edición XLVI
Aún no cansada en el asiduo
desplazamiento con el fin de
mostrar sobre el terreno una
finca, a la que pretendo dar salida,
sita en la zona de Yavio, me ocupo,
agradecida, en realzar este entorno
que tan pleno es de historias, leyen-
das y fantasías.
Y este digno porfolio, que cada
año con más pujanza y esmero se ve
favorecido, es el propicio.
El citado pueblecito dista de
Candás 3 Km. y de Gijón y Avilés
13,5 Km aproximadamente, pero
para mi acompasado caminar la dis-
tancia desde Prendes es de 20 min.
que en términos de un andariegu ye
un paseín. Cada vez que lo franqueo,
sin pisar la casa mariñana orientada
al sur de los Pola, mis ancestros, me
hace retornar a la hermosa época de
niñez con todos los pasados y los
presentes. De este periodo tengo
fotogramas de memoria donde me
veo encaramada en alguna de las
viejas piedras de la torre, antiguo
castillo, oteando el horizonte e indi-
cando posiciones ficticias de
tesoros.
La citada torre, que desde la
loma Cortina hoy día semeja un
árbol por la yedra que cubre los
restos de su única pared orientada al
Este con alguna almena, es conocida
obra romana de la época de Flavio
Vespasiano, de ahí Yavio castillo de
Illavio. (La toponímica reciente,
cambiante y no optativa no tuvo en
cuenta la etimología de quien debe
su nombre).
Era éste un castillo desde el cual
se divisaban otros como el de Viado,
ya desaparecido en la costa de
Carranques; allí previsiblemente se
daba la alarma a los castillos del
interior y otras torres.
El renombrado carreñense
académico de la historia don Carlos
González Posada a finales del siglo
XVIII nos cuenta que en su tiempo
aún se mantenía íntegro y con
muralla de circunvalación, y el cro-
nista M. Busto en el periódico “El
Comercio” 25/2/1994 nos dice:
“hasta hace unos 40 años se conser-
vaban todas las paredes y fueron
destruidas para aprovechamiento de
las piedras en arreglo de caminos.”
Próxima a este castillo en
Coyanca, está situada la cueva oscu-
ra o de Regalao en la Braña (Perlora)
a la que hace mención Marino Busto
en su monumental libro de la
Historia del Concejo de Carreño con
anotaciones manuscritas de G.
Posada sobre esta cueva.
Un conocido en la Braña no
hace muchos años nos presentaba
una pequeña entrada próxima a
una casita por él heredada y decía
que era una de las bajadas a las
galerías de la desaparecida cueva
oscura.
Dicha cueva está plena de histo-
ria, leyendas, tesoros y mitologías.
Se nos habla de ella como la primera
datación del ser humano en Carreño
de origen hipogeo, explorada ar-
queológicamente e historiada.
En cuanto a leyendas es de
reseñar “la gaceta de Campanal”
también llamada ayalga que hoy
reflejaríamos como el mapa de un
tesoro.Según Campanal se decía
poseedor de esta gaceta a cualquiera
que quisiera escucharle y por ello
era la mofa de sus vecinos, dado en
la penuria que vivía. Fuese o no
cierto, el futuro se encargó de hacer
cuasi verosímil su leyenda.
En lo referente a los tesoros es
de todos conocido el hallado en la
cueva de la Priola, también como la
cueva Oscura ya desaparecida,
donde son rescatadas siete monedas
de oro: áureos acuñados de Nerón,
Vespasiano, Trajano y Adriano, pero
no sabemos cuantas más se
pudieron encontrar en este lote o en
otros lugares aledaños.
En cuanto a las fantasías, recuer-
do que de niña algunos ancianos,
entre ellos mi abuelo Marcelo de
Yavio, me contaban que estas
galerías y otras horadaban este
pueblo junto con los de Coyanca, y
Perlora y con la cueva de la Vega, la
del Cueto y ésta de Yavio llegaban
hasta el monte Areo y más allá...
donde habitaba un cuélebre y su
xana, xana que veremos aparecer en
Mª Concepción Erundina Busto Menéndez
Por los entornos de Yavio
otros lugares próximos del concejo
como la de Albandi, citada en el
libro de Elviro Martínez “Leyendas
Asturianas” donde según la tradi-
ción oral recogida por M.B. “había
en este lugar varias xanas que no
conformes con cuidar del secado de
sus ropas, se preocupaban igual-
mente por la de las vecinas cuando
algunas noches las dejaban al
sereno. Se dio el caso que al ir las
dueñas a recogerlas en la mañana
las hallaban secas y dobladas, a
pesar de estar el césped mojado. De
una de estas xanas llegó a ena-
morarse perdidamente un viudo del
lugar, padre de tres niños. Una
noche de cortejo, mientras sus
padres acunaban al menor de los
hijos dieron en cantarle:
“To madre te espera,
to padre te llama;
tos neños tan solos
y to con la xana …”
y en relatos del mismo Marino
Busto, atesorados en el desapareci-
do periódico Noroeste bajo el título
de “retazos históricos” se cita,
“…como la de Albandi y la de la
fuente fría en Piedeloro que tenían
por cabellos largas “guadexas” de
oro y las ropas de fino lino, ninfas
poseedoras de tesoros…” y que
según el poeta Antón de Marirre-
guera sabían leer y escribir, y en
concreto, centrándose en la de Ya-
vio, relata Busto “…por esta cueva
discurre un pequeño río, en la que
había xanas que tendían sus coladas
al resplandor de la luna. Ninfas
pequeñitas y hermosas de largas
cabelleras que peinaban con peines
de oro y vestían trajes del país; que
hilaban con ruecas también de oro y
en las noches estrelladas cantaban
cantos de amores y en la mediano-
che de San Juan llamaban a los
mozos, que encelados, corrían a
abrazarlas hallándose con espumas
de agua que se deshacían entre sus
manos”.
Y el mismo autor en la Voz de
Asturias “Desde Carreño” nos se-
ñala a otras como la fuente de Sea-
nes, en Santa Eulalia del Valle y en
la fuente de los Ángeles en Candás.
Es notorio que la mitología está
presente con las xanas en Carreño y
más en esta zona de Yavio donde el
entorno poblado de cuevas, nos las
presentan.
Este entorno saturado de anéc-
dotas, como ya dejé explicado, cerca
de las playas del concejo, sería digno
de potenciar antes que, aún más, la
cantera se lo coma.
Candás 2011. Portfolio Edición XLVI 23
24 Candás 2011. Portfolio Edición XLVI
El topónimo Candás, además de inspirar, a comien-
zos del siglo pasado, varias composiciones en verso,
también se ha colado, de rondón, en otras piezas poéti-
cas de dicha época, lo que habla alto y claro del predica-
mento alcanzado en ese tiempo por la localidad costera
en la que fijaron su retina escritores de ámbito nacional.
Recuperamos ahora dos aportaciones del género
pertenecientes a la primera y segunda décadas del XX
donde se cita a Candás: “¡Lo que son los sueños!” y “A
las puertas del cielo”.
Se debe la primera (aparecida en el ejemplar de la
revista “Blanco y Negro” correspondiente al 24 de marzo
de 1906) al abogado y periodista madrileño Juan Pérez
Zúñiga (1860-1938), de quien se asegura que pasaron de
veinte mil las composiciones de carácter festivo que
redactó. La mención candasina se efectúa del modo que
sigue en la primera mitad del texto:
La segunda pieza que recordamos aquí está avalada
por la firma de un acreditado comediógrafo andaluz,
distinguido por su buena mano para la gracia jocosa, lla-
mado José Jackson Veyan (1852-1935). Como en el caso
de Pérez Zúñiga, fue colaborador asiduo de “Blanco y
Negro”, publicación donde se insertó el 26 de noviem-
bre de 1916 una poesía de tono bien distinto, ya que en
“A las puertas del cielo” priman las notas tristes y melo-
dramáticas, pues el autor aborda la despedida que un
abuelo le brinda a su nieta en el lecho de muerte. De la
poesía (en la cual proliferan las voces bables: anxelines,
probina, xuntar, xamás, devina, rapacines, agüelín...)
extraemos ahora sus pasajes iniciales, aquellos en los
que hallamos la alusión al lugar carreñense:
Esta anecdótica exploración que realizamos es ape-
nas un pequeñísimo botón de muestra de lo que se acu-
rruca en las publicaciones nacionales relacionado con
Candás, materiales de mayor o menor enjundia literaria
que están a la espera de que una paciente mano los
rescate de la polvorienta desidia.
José Luis Campal y Aurora Sánchez
Candás en dos poesías de principios del siglo XX
Serafín Recio y Maltrana,
excéntrico amigo mío,
se acuesta, cuando hace frío,
con calcetines de lana;
y al soñar con viajes es
corriente en él, como hay Dios,
siempre que duerme con los
calcetines en los pies.
Y como así se ha acostado
muchos días, claro está
que no queda pueblo ya
donde en sueños no haya estado.
En sueños, don Serafín
(que es distraído además)
se va lo mismo a Candás
que a Getafe, que a Pekín.
Nunca olvida lo soñado,
y después de haber dormido
refiere lo que ha corrido
y cuenta lo que ha gastado.
En un pobre caserío,
entre Colunga y Candás,
al que prestan fresca sombra
dos castaños y un nogal,
con una playa delante
y dos maizales detrás,
con la esperanza en el cielo
y con la vista en el mar,
en un cuarto muy oscuro,
en donde la muerte está
volando sobre una cama,
así el pobre abuelo Xuan
le dice a su nietecilla,
que no deja de llorar
al ver que al morir su abuelo
la deja sola y sin pan,
y en un caserón tan grande,
tan chica se va a quedar.
26 Candás 2011. Portfolio Edición XLVI
Desde aquel domingo del mes de julio de finales de los
años cincuenta del siglo pasado, cuando aún no había
cumplido siete años de edad, en que pisé por primera vez
la agreste playa El Tranqueru, guiado por mi padre, can-
dasín él, como mis abuelos, en que jugué y me bañé en
sus aguas, ya de por sí peligrosas, no he dejado de visitar-
la, año tras año, lustro tras lustro, descubriendo inseguros
y nuevos accesos, observando cambios naturales, tanto en
paisaje como en gentes. Hoy en día, en esta primera déca-
da del nuevo siglo, ya no es aquella playa salvaje y soli-
taria, conocida de muy pocos, los más privilegiados,
algunos pescadores y pocos más, entre los que me encon-
traba, sino que, con la ayuda de la mano del hombre, ha
sido transformada y más aún frecuentada.
Por aquellos entonces, lo suyo era caminar por los pra-
dos y la vía del ferrocarril hasta su arena rocosa, con gran
riesgo para la vida, buscando el acceso más fácil para
descender por los acantilados que la bordean, dentro de
las dificultades más inimaginables. Actualmente se llega
fácilmente por lo que se ha dado en nombrar: Senda
Norte, frecuentada por caminantes y ciclistas, estando
prohibida la circulación, según se lee en varias señales,
bien visibles y estratégicamente colocadas, en todo su
recorrido, a todo vehículo motorizado y a canes. Su
creación, bien pensada, se debió al hecho de haber gana-
do terreno que hizo desaparecer el antiguo trecho que
recorría el tren de vía estrecha, llamado coloquialmente
"carreño", entre las villas de Perlora y Xivares.
Y es hacia la mitad del trayecto de esta senda cuando,
de pronto, algo escondido quizá, pero no desconocido para
quienes asiduamente visitan dicha playa, aparece un acce-
so escalonado de bajada/subida con ciento dos peldaños
rústicos de madera, por cierto, procedentes de las
antiguas y desmontadas traviesas de la ya desparecida
vía ferroviaria, unidos a otros siete peldaños de piedra
cementada.
El Tranqueru, sabido de todos, es una de las veinticin-
co playas del Principado de Asturias en las que, si uno es
aficionado, puede permitirse el lujo de practicar nudis-
mo/naturismo, que no está penado, aunque está conside-
rada como playa mixta. No obstante, para quien se haga
de nuevas, no se asuste, la advertencia de una pintada,
desvaída por el paso del tiempo, en una gran roca, lo
expresa todo.
Alfonso Campuzano
La senda de los canes
Cualquier visitante asiduo echa de menos una buena
mano de mantenimiento senderil y observa cómo este
deterioro medio ambiental se suma al ya menos conce-
bible que reina en lo que fue Ciudad de Vacaciones de
Perlora donde, pese a que ronda una guardia de seguridad
permanente, proliferan las barbacoas, con sus peligrosos
fuegos en los prados adyacentes, y tal parece que sólo está
allí para ordenar el tráfico durante los largos fines de se-
mana estivales.
Sin embargo, destaca y desentona, por encima de
todo, como si de una moda se tratase, el abundante ajetreo
de canes y más canes, de todos los tamaños, formas y
razas, que se mueven al antojo y compás de la mirada
pasiva de sus respectivos dueños, intentando convencer,
con su decisión impuesta, que el vecino sea tolerante, sin
preguntar siquiera, sólo imaginando distorsionadamente,
que todo el mundo tiene sus gustos afines. Nada más lejos
de la realidad, es más, hay personas que lo cuentan: según
ha empeorado esta situación, y parece que sin remedio,
han decidido poner andamios a esta singular playa.
Se pueden llegar a contar, en los momentos álgidos de
cada jornada, más de una veintena de canes, sin bozal, sin
correa, jugando, peleando, salpicando arena y agua, plan-
tando sus pezuñas, tanto en toallas como en ropa, olis-
queando, excrementando, así que la libertad del vecino
del dueño del can, sin proponérselo, termina donde la lib-
ertad del dueño del can empieza.
La especie animal, que nadie ignora, y hasta ahora, no
tiene derechos (tampoco obligaciones), porque los dere-
chos de los canes son los que le otorga su dueño. Por con-
tra, la especie humana sí tiene derechos (también obliga-
ciones) que no pueden ni deben ser pisoteados ni anula-
dos por la especie animal. No obstante, a la especie ani-
mal, aunque sea doméstica, sin pedir perdón, hay que
reconocerle el grandísimo servicio que ha prestado, pres-
ta y prestará a la especie humana en el área de la investi-
gación biológica y, por tanto, lo propio es agradecerlo
públicamente, añadiendo que, si en el planeta Tierra hay
alguna especie que debe ser protegida es, por encima del
resto, nada más y nada menos, la especie humana.
En este abuso de canes por estos lares se plantean,
como poco, tres cuestiones, a saber: el olfato, la higiene, la
salud. En cuanto a la primera cuestión hay que reconocer
que, así como en la especie humana, cada individuo
emana un aroma particular, en la especie animal, cómo
no, a los canes, les ocurre lo mismo. Allá cada uno con su
olfato, pero sin compromiso.
En cuanto a la higiene da la impresión como si los
ecologistas desearan que esta playa se convirtiera en un
reducto de canes cuando, ecologismo no significa que se
tenga que tolerar, por obligación y sin beneplácito, la
invasión del can del vecino, mientras se pasea por la senda
prohibida y se baña en la playa, también prohibida.
Nudismo/naturismo y canes no son complementarios ni
se guisan conjuntamente ya que, por muy ecologista que
uno sea, la especie animal no debe bañarse en el mismo
lugar que la especie humana: ¿o es que la especie humana
se ducha/baña junto a la especie animal en casa? Si se
responde afirmativamente sería aconsejable solicitar una
consulta con el médico especialista correspondiente.
Candás 2011. Portfolio Edición XLVI 27
28 Candás 2011. Portfolio Edición XLVI
Por último, la tercera cuestión: la salud. Tanto la
especie humana como la especie animal transmiten enfer-
medades, pese a estar vacunados. Existen, al menos, 67
enfermedades que se pueden contraer a través de los
canes, léase, entre ellas, sirviendo como ejemplo, y por
orden alfabético: Chagas, estafilococia, fiebre tifoidea,
gripes, hepatitis, herpesvirus, leptospirosis, parasitosis,
rabia, rinosinusitis, salmonellosis, toxoplasmosis, tubercu-
losis, etc.). Ante esto, lo aconsejable y recomendable es,
desde el punto vista sanitario, y para evitar males ma-
yores, que cada especie se coloque en su sitio y sin invadir
a la otra.
La policía local, al recibir una llamada telefónica de
denuncia, se desplaza y actúa con ejemplarizante pacien-
cia, dialogando, incluso implorando ante las quejas infun-
dadas de los dueños de los canes que no entienden por
qué se les invita a abandonar una playa, sin darse cuenta
de la suerte tenida al no imponerles la multa preceptiva
por circulación, permanencia y baño de canes en lugares
no aptos para ellos. Lo suyo sería que esta policía, ya que
no impone multas, tomara buena nota de los dueños de
los canes, qué menos, y la trasladara a una base de datos,
de manera que, al tercer aviso, como a los toreros, se le
impusiera el correctivo correspondiente.
La forma de romper este círculo vicioso y enquistado
que las veleidades humanas, al no haber aplicado la nor-
mativa vigente, han conducido a esta situación de deterio-
ro, aunque aún está a tiempo de enmendarse, es que el
Concejo de Carreño, en beneficio de todos sus vecinos,
para que no se aburran y vuelvan, debería poner en mar-
cha, cuanto antes, un programa de rehabilitación y man-
tenimiento de Perlora, de la Senda Norte, con sus pre-
ciosos miradores, del acceso de bajada/subida a la playa El
Tranqueru, añadiendo turnos de socorristas durante las
horas de baño, una patrulla de policía continua y vigilante
que destierre a los canes a los respectivos lugares en que
se les permita acceder con sus dueños y para que a esta
Senda Norte no se le aplique el nombre de Senda de los
Canes.
Y dejemos El Tranqueru con su status de playa nu-
dista/naturista en paz, con socorrista incluido, que para
esto nos lo ha hecho merecer la propia naturaleza.
30 Candás 2011. Portfolio Edición XLVI
Para las personas que formamos parte del Club
Atlético Ocle de Candás nos enorgullece el haber
logrado un año más los distintos éxitos en las com-
peticiones en las que hemos participado, tanto a nivel
regional como nacional e internacional, máxime si tenemos
en cuenta que desgraciada e incomprensiblemente por
parte de los componentes de la Comisión de Participación
Ciudadana del Ayuntamiento de Carreño se le da la espal-
da una parte de nuestros atletas, concretamente a las cate-
gorías de veteranos, es decir, a partir de los 35 años, ne-
gándoles las becas que en otras ocasiones eran otorgadas,
amparándose en que este tipo de ayudas son más nece-
sarias en el ámbito del deporte base y en la formación de
los deportistas.
Desde el Club Atlético Ocle queremos trasladar nuestra
disconformidad con dichos criterios al entender que la ca-
tegoría de veteranos se merece el mismo respeto y conside-
ración que el resto de deportistas del Club, debido al
enorme esfuerzo y sacrificio, tanto físico como económico
(entrenamientos, marcas exigidas, desplazamientos, licen-
cias...), que deben realizar para afrontar los campeonatos a
los que acuden, así como estar en la creencia de que la
práctica de cualquier deporte debe ser entendida como una
filosofía de vida saludable que, por supuesto, va más allá de
los 35 años. Por este motivo, tras la resolución de la Comi-
sión de Participación Ciudadana, Deportes y Festejos,
hemos emitido el siguiente escrito expresando nuestro ma-
lestar que deseamos poner en conocimiento de todos/as
ustedes:
El Club Atlético Ocle de Candás quiere manifestar su
más enérgica protesta por el acuerdo tomado por la
Comisión de Participación Ciudadana, Deportes y Festejos
celebrada el día 09/09/2010, que en sesión ordinaria decidió
en su punto primero: "Desestimar la concesión de becas a
los deportistas veteranos, al considerar que este tipo de ayu-
das son más necesarias en el ámbito del deporte base y de
la formación de los deportistas”.
Desde el Club Atlético Ocle, queremos exponer los si-
guientes argumentos:
Según las bases que ustedes diseñaron, el objeto de estas
becas no es promocionar el deporte base, sino ayudar a los
deportistas del concejo que hayan destacado individual-
mente en competiciones oficiales nacionales e internacio-
nales entre los cuales nos encontramos. Para promocionar
el deporte base ya tenemos en el concejo otras medidas dise-
ñadas por la Concejalía de Deportes. El resto de los puntos
los cumplimos escrupulosamente tal y como quedó de-
mostrado en anteriores convocatorias.
Los gastos que el deporte origina al que lo práctica, se
hacen más visibles en nuestro caso, que en el deporte base.
Afortunadamente, y gracias a la política de este Ayunta-
miento, realizar deporte base resulta bastante económico
pues los niños y adolescentes tienen a su disposición mo-
nitores, gimnasios, instalaciones, indumentaria y todo lo
que puedan necesitar. Nosotros, en cambio, si queremos un
entrenador que nos oriente hacia la práctica deportiva, te-
nemos que pagarlo, si queremos utilizar el gimnasio tam-
bién, si deseamos tener indumentaria que nos identifique
más de lo mismo, y así sucesivamente, por eso nos cuesta
entender que se nos excluya de estas becas.
Cuando por su nivel deportivo, un deportista es convo-
cado para representarnos regional, nacional o inter-
nacionalmente, los gastos de desplazamiento y alojamiento
corren por cuenta de la federación pertinente. En cambio,
cuando un deportista del Club Atlético Ocle decide acudir a
Rafael Area Diego. Club Atlético Ocle
Luces y sombras
en el atletismo
un Campeonato del Mundo a Dubai, a Mónaco (obtenien-
do dos 2º y dos 4º puestos), a participar en el maratón de
Nueva York, Paris, Madrid, San Sebastián, Guadalajara,
Castellón, a Campeonatos de España en Ibiza, Murcia,
Canarias, Zaragoza, La Coruña (obteniendo 10 oros, 4 pla-
tas y 1 bronce), la vuelta al Mont Blanc en Francia, el
Ironman de Cataluña, o una simple prueba popular de
carácter local, paga de su bolsillo la inscripción, el
desplazamiento, el alojamiento y todo lo necesario para rea-
lizar la competición y llevando siempre el distintivo de
Candás por todo el mundo.
Ahora mismo en el Concejo de Carreño, somos la refe-
rencia en el deporte veterano y un ejemplo para los deportis-
tas base, para que se den cuenta que el deporte es una
forma de vida, no algo que hay que hacer de joven. Una
sociedad que practique deporte, es una sociedad sana.
Se saca en conclusión que los gastos a los que estamos
sometidos son altísimos y está claro que esta beca no nos va
a suponer una merma importante en los mismos. Realmen-
te es algo simbólico.
No estamos dolidos por la cantidad económica de que se
nos priva, sino por la acción de excluirnos de ese derecho
que nos pertenece.
Aunque la decisión Municipal está claro que no es de
nuestro agrado, seguiremos llevando por todo el mundo el
nombre de CANDÁS.
Esta temporada, al igual que en anteriores ocasiones,
los deportistas del Club Atlético Ocle de Candás hemos
conseguido buenos resultados en los distintos Campeo-
natos, tanto en el de Asturias como en el de España y del
Mundo. Un breve resumen de los mismos son:
• Campeonato de Asturias de Cross veteranos por
clubes: (Pola de Laviana): 1° y Campeón de Asturias Club
Atlético Ocle. Atletas que puntuaron: Carlos David Fernán-
dez López (6º); Alejandro González González (8°); Ricardo
Zamorano Pereira (10°); Silvestre Conejo Murciego (16°).
• Campeonato de Asturias de Biatlón: (Candás)
Claudia Carnero Alonso (1ª benjamín); Ander Bermúdez
González (2° benjamín); María Carnero Alonso (2ª infan-
til); Lorena Fernández Rubio (1ª senior); Carlos David
Fernández López (1° senior); Alberto García García (2° se-
nior); Javier Carnero Alonso (1° master A); José Ramón
Miranda (1° master B); Jesús Aurelio Fernández Santos (2°
master B); Gabriela González de la Rosa (1ª master A).
• Campeonatos de España de atletismo: Pista
Cubierta (Zaragoza): María Area Diego, 1ª en 60, 200 y 400
metros. Marcha en Ruta (Santa Eulalia Des Riu-Ibiza):
Rafael Area Diego, 1° en 10 km. Pista al Aire Libre vetera-
nos (Arona-Tenerife): María Area Diego, 1ª en 100 metros
lisos y 2° en lanzamiento de peso; Rafael Area Diego, 2° en
5 km. marcha. Maratón (Ciudad Real): Pablo Menéndez de
Luarca Navia-Osorio, 2°.
• Campeonatos de España de Biatlón: (A Coruña):
Javier Camero Alonso, 1°; Claudia Carnero Heres, 1ª ben-
jamín; José Ramón Miranda Muñiz, 1°; Lorena Fernández
Rubio, 3ª.
• Campeonato del Mundo de Biatlón: (Dubai):
Javier Carnero Alonso, 2° veterano; Ramón Miranda
Muñiz, 4° veterano; Claudia Carnero Heres 4ª alevín.
Además de los distintos Campeonatos regionales,
nacionales e internacionales, la camiseta del Ocle-Candás
nos represente en otras pruebas deportivas de las cuales
apuntamos algunas: Maratón de Nueva York, Maratón de
Lisboa, Maratón de Berlín, Maratón de Madrid, Maratón
de Sevilla, Maratón de San Sebastián, Ironcat (Iron-man de
Tarragona) 3.8km nadando-l8Okm bicicleta-42 km corrien-
do. Travesera de Picos de Europa - 74km por Picos de
Europa con 13000 m. de desnivel. La Vuelta al Mont Blanc
- Carrera de montaña por los Alpes de varias jornadas.
Candás 2011. Portfolio Edición XLVI 31
32 Candás 2011. Portfolio Edición XLVI
Después de la tempestad llega
la calma: fueron muchos meses
(más bien años) de intenso ajetreo
preparando las “Bodas de Oro” del
Club “Los gorilas” que gracias a esa
gran comisión formada por ex
piragüistas, bajo la denominación
de “Siempre Gorilas”, alcanzaron
unos éxitos impensables en algún
tiempo para Candás y su club de
piragüismo. El ver en Candás toda
una representación de naciones
europeas, con motivo de la pre-
sentación en nuestro pueblo del
Campeonato de Europa de
Piragüismo que se celebró en
Trasona, o contar con la presencia
de varios piragüistas interna-
cionales en toda una Regata
Internacional en nuestro puerto,
que querían colaborar en el realce
de la regata conmemorativa de 50
años, ratifica el reconocimiento de
nuestro Club, no sólo a nivel
nacional sino también interna-
cional. “Los Gorilas” y su buque
insignia, Herminio Menéndez, han
logrado que Candás pasase las
fronteras regionales y nacionales.
Estos eventos internacionales
han sido el listón deportivo, pero
innumerables actos culturales y
sociales fueron marcando un año
épico que culminó con la pre-
sentación de un libro que refleja lo
acaecido durante esos 50 años
comprendidos entre 1960 y 2010.
Varios entusiastas colaboradores
candasinos se afanaron en recopi-
lar y plasmar lo más destacado
para que la Historia de nuestro
Club sirva para ampliar la Historia
de nuestro pueblo de Candás.
Ha sido un año de locura con
un trabajo agobiante y excitante
para toda la familia “gorilera” que
contó con ayudas de todo género,
principalmente de candasinos y
carreñenses y, cómo no, de nuestro
ayuntamiento con su alcalde a la
cabeza, que se sentían partícipes
de esta conmemoración. Fueron
más de 700 jóvenes los que
pasaron por el Club durante 50
años, y eso deja unas recuerdos
que se plasman en una colabo-
ración y satisfacción que brota del
corazón.
Amando Prendes Viña. Fundador y Presidente del Club “Los Gorilas” de Candás
EL DEBER CUMPLIDO
Cerrada ya la edición de este portfolio se produce la inesperada muerte de AmandoPrendes, colaborador habitual de este Portfolio. El Consejo de Redacción expresa su mássentido pésame a su mujer, hijos y demás familiares por la muerte de nuestro querido yentrañable “Amandín”.
Para que este año de 2010 fuese
el Olimpo de la proclamación de
los valores de un Club y un
pueblo, representado en sus
jóvenes, nos vimos favorecidos y
reconocidos con el “Premio Delfos”
a los valores humanos, y el ingreso
en la Real Orden del Mérito
Deportivo, tanto el Club como el
que subscribe.
Como el título de este artículo
dice, yo creo que hemos cumplido
con nuestro deber durante estos 50
años, y la comisión “Siempre
Gorilas” ha sabido destacarlo con
diferentes actos y celebraciones.
Ahora nos preguntamos: Y des-
pués de 2010, ¿qué?
El futuro no va a ser fácil; los
jóvenes del siglo XXI no se pare-
cen en nada a los del siglo XX, ni
son mejores ni son peores, sino
diferentes.
El deporte echa de menos la
“cultura del esfuerzo”; hoy los
jóvenes están rodeados de tec-
nología (internet, móviles, conso-
las, etc.) y lo ven todo “fácil” sin
aplicar esfuerzo alguno. Esta tec-
nología les lleva un tiempo que es
oro. Muchos jóvenes nos hemos
educado a través del deporte com-
plementado con el trabajo y los
estudios. Hoy los chavales creen
que el deporte es un obstáculo
para compaginarlo con sus estu-
dios primarios. Mal vamos si en
esa edad, la mayoría de jóvenes de
los 12 a los 18 años, sólo tienen
tiempo para sus estudios.
Ante este panorama, los
románticos del deporte (los que no
cobramos) tendremos (tendrán)
que enfocar los esfuerzos por otros
derroteros si queremos que nues-
tro pueblo siga figurando con unos
valores fuertes que nos distingan
ante los demás. Es difícil, pero
“hace más el que quiere que el que
puede”.
Hagamos que nuestros niños y
jóvenes cuiden su salud en el
esfuerzo deportivo y en el contacto
con la naturaleza, y no buscán-
doles “centros juveniles” de ocio,
nada formativos ni creativos, que
son una pesadilla para los vecinos
y autoridades.
Soy optimista y creo en un
futuro mejor, con jóvenes prepara-
dos en el esfuerzo, para que
Candás siga en el candelero en
cuestiones culturales, sean deporti-
vas o de otra índole.
¡Ánimo que el mundo es vues-
tro!, no nos decepcionéis.
Candás 2011. Portfolio Edición XLVI 33
34 Candás 2011. Portfolio Edición XLVI
Lo que recordamos, lo que pensamos que son recuer-
dos, son fruto de la memoria o del deseo. Los deseos
viven cuando la imaginación vuela, y pasados los
años, suele confundirse la fantasía con la realidad. Los de
la memoria, suelen ser de una experiencia vivida y tienen
mucho rigor. Cuando voy a Candás, me gusta pasear por el
pueblo camino del muelle, y viene a mi memoria las
décadas de los años 1940 y 1950. El pueblo en esas fechas,
era una sola familia, nos queríamos y nos conocíamos
todos. Candás vivía de la mar y para la mar. La mar le daba
la vida y también le daba la muerte, desde tiempos remo-
tos, era la mar su alegría y su pena.
Me parece recordar, el ruido que producían las sirenas
que había en el Pueblo. La de la Rula, servía para llamar a
los compradores de pescado capturado, los cuales partici-
paban en la subasta. Las sirenas de las fabricas de conser-
vas de pescados para llamar a sus trabajadores. En Candás
habia cinco grandes fábricas consideradas las mas impor-
tantes de Asturias.
Pienso que veo a las mujeres ir camino de las fábricas
a trabajar, con sus madreñas puestas, su mandilón , que les
llegaba del cuello a las rodillas y con su cabeza cubierta con
un pañuelo. Eran unas mujeres maravillosas, trabajadoras,
alegres, dignas de todo respeto y consideración, eran las
mejores manipuladoras de pescado del mundo. Oigo sus
cánticos cuando estaban en la fábrica y, puedo asegurar
que no he oído en ninguna parte del mundo unos cánticos
más tiernos y maravillosos.
Pienso que veo a los marineros caminando por encima
del muelle, con su ropa de mahón y su boina puesta, unos
iban para la mar, otros venían de ella, algunos estaban
arranchando sus barcos, otros atendían a sus aparejos, bien
Laureano Fernández Álvarez
Me parece recordar Candás décadas 1940 y 1950
RECUERDOS: Mis mayores recuerdos a estos grandes hombres de la mar que han tenido mucha in-
fluencia en mi vida marinera: Manolín "Trola", Ángel y Jesús "Cañaveres", Jesús y Pedro "Pilotos",
Antón "Pinín", Pepe "Pancina", Antón "Gorrina", Félix "Canano", Agapito "Berigua", Kike "La Pata" y
muy particulamente al, para mi modo de ver y conocer, el mejor Patrón de Pesca, gran persona y gran
amigo Vicente Rodriguez "Pozalo".
reparándolos, bien secándolos. Se veían trasmallos, nasas,
tiras, jaretas, las redes de pesca de cerco, y se secaban en
los prados de San Antonio. Se subían en carros por el Pa-
seín, Santolaya, Cueto y San Antonio. Cuando estaban
secas, se bajaban en el mismo carro y por el mismo camino.
Me parece recordar ver atracados en el Barcón y en la
Almena a los barcos de pesca de vapor, alimentados a car-
bón, con sus varas de eucalipto trincadas en el palo de
proa, descargando bonitos a los carros de caballos, que
luego eran pesados en la báscula de la Rula, para a conti-
nuación dirigirse acompañados en la parte trasera por un
obrero de la fábrica que se había quedado con la subasta de
la pesca.
Pienso que veo a las embarcaciones dedicadas a galdiar,
atracadas en la Rambla, descargando cajas de bocarte o sar-
dinas y llevarlas a la Rula para su subasta. La Higüera es
una zona donde abundaba el bocarte con sus toliñas y can-
tidades grandes de xarabales de sardinas.
Me parece recordar lo duro y mal que los marineros de
Candás lo pasaban con la pesca del chicharro, llamado
ardora, ya que se hacía en invierno y por la noche. Era una
pesca muy peligrosa de efectuar por los malos tiempos que
hay en esa estación del año y por las malas condiciones en
que se hacía; no había costera en la que no se producía
algún disgusto.
Me parece recordar que los barcos no tenían medios de
detectar ni para la pesca del bonito ni de la sardina ni del
bocarte ni del chicharro, todo se hacía a lo que el ojo del
patrón o del marinero detectaba, por eso, por su experien-
cia y por su consideración técnica, los Candasinos eran
grandes pescadores. El arte de pescar en esa época era pura
artesanía, solo había que poner los codos encima del muro
del Muelle, mirar hacia la Buraca y ver a los botes con un
garabato y un espejo coger centollos de una piedra que
había allí.
Pienso que veo a las mujeres vestidas de negro, sen-
tadas en las aceras o poyos del muelle, charlando, con un
cigarro en la boca, esperando que hubiese pescado en la
rula para comprarlo, ponerlo en la cabeza en una goxa e ir
a venderlo por Candás o a las aldeas cercanas del
pueblo.
Pienso que veo a unas embarcaciones, que eran lan-
chones, que se dedicaban a coger los bonitos de los barcos
de pesca que estaban fondeados y los traían a tierra para
descargarlos en carros en la Rambla o en la Almena cuan-
do era bajamar. En pleamar había una cantidad enorme de
muiles en la desembocadura del río en la Pregona y de pan-
chos en el Barcón; se cogían a cientos.
Pienso que veo un espigón que salía desde el Taller de
Bolero en dirección a los Bocales y que en su punta había
un noray, donde amarraban las embarcaciones que se
encontraban dentro de la dársena del puerto.
Pienso que oigo a los rapaces de barco llamar a los
marineros para que bajasen a la mar, eran los primeros en
levantarse todos los días, mucho antes de que viniese el
alba.
Me parece recordar lo mal que lo pasaba el pueblo
cuando había una galerna e iban todos a mirar desde el
muro del Muelle a ver como pasaban los barcos que esta-
ban en la mar, camino de El Musel y no se vivía hasta que
el último de ellos no estaba seguro en Puerto.
No puedo olvidar la gran fiesta del pescador, SU VER-
BENA. Se celebraba el día 12 de Setiembre. Ese día los bar-
cos amarraban en puerto, era el fin de la costera de bonito
y con ello los tres meses que habían estado en la mar pes-
cando. Se juntaban las tripulaciones a mediodía, se hacían
las particiones de lo ganado durante la costera y luego todo
el pueblo a pasarlo lo mejor posible. La verbena se hacía en
el parque de Santarúa, era enorme, festiva, maravillosa,
alegre, se cantaba y bailaba hasta el amanecer, estábamos
todos juntos, eso no hay forma de olvidarlo, no hay cosa en
el mundo que lo pueda igualar, es un recuerdo irrepetible.
Pueblo de Candás, inmenso guía / que fuiste cuna de
grandes marineros / que con la luz que tu faro producía /
ellos con alegría llegaban a tu Puerto.
Pueblo de Candás, inmenso dueño / de todo mi hori-
zonte y luz de un día / que yo recuerdo cuando amanecía /
ante mis ojos, lo que ahora sueño.
Candás 2011. Portfolio Edición XLVI 35
36 Candás 2011. Portfolio Edición XLVI
Juan José Fernández Moreno
Buenas tardes; yo no entien-
do de protocolos y no sé si
debo saludar primero al
alcalde o a vosotros queridos ami-
gos, bueno, vamos a dejarlo en
queridos amigos.
Llevo 44 años con vosotros in-
tentando integrarme en todas las
entidades de este pueblo y en su
forma de pensar y de sentir. No
nací aquí, pero puedo deciros que
profesionalmente sí he nacido en
Candás. El día que vine, lo digo
muy alto, me tocó la lotería. No me
fue fácil pues tuve que trabajar
detrás de un hombre que fue todo
servicio, del que me consta que
todos guardáis un gran recuerdo,
un hombre que se olvidó de la pa-
labra No, un hombre que supo
poner el listón tan alto que es
imposible alcanzarlo y, sobre todo,
un hombre bueno: me refiero a
José Antonio Blanco, para él un
recuerdo.
Dicho esto quiero pasar a lo
que me ha traído aquí. Hoy estoy
lleno de satisfacción y orgullo por
poder leer este pregón del Cristo,
ese Cristo que tenemos en el
Camarín, un Cristo que si nos
fijamos, no es un Cristo conven-
cional, no es un Cristo con los bra-
zos hacia arriba, piernas dobladas
y la cabeza caída hacia el pecho,
no, éste es recio, fuerte, tieso como
una vara de bonito, con brazos
abiertos y cabeza levantada. Es un
Cristo que mira, haciendo verdad
ese poema al que vosotros habéis
puesto música: "Santo Cristo de
Candás, para quién estas mirando,
miro para mis romeros como
vienen caminando...", un Cristo
con los brazos totalmente en Cruz,
como queriendo abrazar a todos
los que se postran de hinojos ante
él.
Tenemos con nosotros al Patrón
Mayor de las cofradías de la costa
asturiana, el más grande, el más
milagrero, el que ha conseguido el
milagro de que sigamos mante-
niendo la fe y la devoción en él,
ese es su mayor milagro.
Ha conseguido hacer a este
pueblo feliz y un pueblo feliz es
capaz de hacer felices a los que
vinimos de fuera. Ha conseguido
convertir fe y devoción en alegría.
Para mi ha conseguido que me
deis lo más grande que me podíais
dar que no es otra cosa que vuestra
amistad y cariño.
Quiero con esto recordar a una
familia muy candasina a la que en
mi entorno familiar consideramos
como nuestra segunda familia, me
refiero a la familia Cervera, vaya
para ellos todo mi cariño.
Sí, hay una cosa que quiero pe-
diros: que no olvidemos nunca una
fiesta íntima, muy nuestra, la fies-
ta del Cristín, una fiesta de cori-
nos, de cánticos y alegría, una
noche en la que todos salimos,
ellas guapas de peluquería, ellos
vestidos de domingo, eso sí, con el
pico del pañuelo blanco asomando
por el bolso de atrás, una noche,
que fueses a donde fueses, siempre
había esos cánticos. En fin, una
noche mágica de paz, de fe y de
alegría.
No me puedo olvidar del Iris,
de Castor cantando tangos y a su
lado el Xinero llorando como una
pipera, de Chemari y García can-
tando en El Cubano, del Retiro y
de Ramón con su sempiterna pipa.
Quiero terminar ya este
pequeño homenaje a ese cachorro,
a ese Cristo marinero que tenemos
expuesto en el Camarín, y termino
con tres gritos que me salen del
alma:
¡VIVA CANDÁS! ¡VIVA EL
CRISTO! y como no: ¡VIVA ASTU-
RIAS!
Eso es todo amigos, gracias y
felices fiestas.
Pregón de las Fiestas
del Santísimo Cristo de Candás 2010.
38 Candás 2011. Portfolio Edición XLVI
Como si de una inocentada se tratase, el sábado 28
de diciembre de 1895, en el número 14 del Boule-
vard des Capucines de París, donde se hallaba el
Salón Indien, subsuelo del Gran Café, los hermanos
Auguste y Louis Lumière ofrecieron "las primeras proyec-
ciones públicas de fotografía animada" (así rezaba el cartel
publicitario) en un programa que se pasaba cada media
hora. Entre las películas proyectadas por los hermanos fi-
guraba la primera que rodaron, "La salida de los obreros de
la fábrica Lumière". También proyectaron "Partida de nai-
pes", "La demolición de un muro"..., pero la que mejor aco-
gida encontró entre el público fue "La llegada del tren", cu-
yo realismo sembraba el pánico en la sala, pues daba la im-
presión de que la locomotora se venía encima. Las sesiones
matinales de aquel 28 de diciembre despertaron el interés
de muy pocos curiosos, solo fueron 33 personas, pero se-
mejante desinterés duró poco. Por la tarde del mismo día
se había formado una larga cola. No importaba que las es-
cenas fueran banales, como se puede deducir del título de
las películas: lo fascinante era el invento en sí mismo.
Muy poco después, en mayo de 1896, en el hotel Rusia
de Madrid se celebraban las primeras proyecciones cine-
matográficas de España: "Salida de los fieles de la iglesia de
Sans" y "Salida de los trabajadores de la fábrica España In-
dustrial", ambas de Fructuoso Gelabert; y en agosto de ese
mismo año se vieron en Asturias las primeras "fotografías
animadas" proyectadas sobre una pantalla cuando un cine-
matógrafo ambulante ofrecía en el Teatro Jovellanos de Gi-
jón diversas funciones de pago durante unos días.
En Asturias, después de una primera fase que llega has-
ta el comienzo del siglo XX en la que el nuevo invento se
presenta más como novedad técnica que como diversión
pública, el cine inició su conversión en un espectáculo te-
lonero de diversas varietés. Sin embargo, a partir de la se-
gunda década del nuevo siglo, el cine en Asturias, como en
el resto de España, se va imponiendo a las varietés, sin que
éstas desaparezcan del todo como parte del espectáculo.
Las películas van teniendo una mayor duración y compleji-
dad técnica, una parte de ellas son ya de ficción de diver-
sos géneros (cómicas, dramáticas, históricas...) y proceden,
Hermenegildo Fernández González
CIEN AÑOS DE CINE EN CANDÁSNO-DO
Noticiario Documental
El mundo al alcance de todos los españoles
Cartel para las sesiones cinematográficas del Salón Indien(París, 1896)
sobre todo, de Francia y de algunas otras cinematografías
europeas (las producciones norteamericanas vendrían des-
pués de la Primera Guerra Mundial). Así se fue creando
una incipiente industria cinematográfica que supuso la apa-
rición de salas estables y específicas para la proyección de
películas. De los cafés, las barracas, los teatros tradicionales
como el Jovellanos de Gijón (no el Campoamor de Oviedo,
que no proyectó cine hasta 1915) o los nuevos teatros como
el Celso de Oviedo y el Santarúa de Candás, se pasó, a par-
tir de 1910, a las salas propias para el cine, y de manera
secundaria para las varietés, como el Salón Doré de Gijón
(1914). El cine se convertía en un espectáculo de masas.
Fin
HERMENE
Presenta
CIEN AÑOS DE CINE EN CANDÁS
A comienzos del siglo XX Candás tenía 2.650 habi-
tantes y un gran empresario, el mar, que daba empleo a
marineros y conserveras. Y en ese ambiente de mar y sal,
cual vela que ayuda a navegar en el mar de la vida, se inau-
guró el 12 de abril de 1903 el Teatro Santarúa con la repre-
sentación de las zarzuelas "El Cabo primero", "El santo de
la Isidra" y "La Zarina", a cargo de la Compañía del señor
Coronel. Este primer teatro que hubo en Candás contaba
con 96 butacas de patio, 10 palcos y un amplio general de
unas 350 localidades. Sus propietarios eran Genaro y Jovi-
no Muñiz Velasco, Agapito Busto, Casimiro Barrosa y Ra-
món Muñiz, y su empresario David Pérez-Sierra Suárez-
Otero, al que le sucedió Hermógenes Muñiz Velasco. En
1920 el Santarúa pasó a ser propiedad de la empresa de
conservas Albo, establecida en las inmediaciones del tea-
tro, entonces en las afueras de la villa.
En el Teatro Santarúa pudieron los candasinos disfrutar
de actuaciones teatrales, zarzuelas, varietés... y, a partir de
1910, cine gracias a la instalación de un cinematógrafo de
la marca francesa Pathé. Por aquel tiempo, el fotógrafo Ju-
lio Peinado Alonso (Valladolid, 1869 - Gijón, 1941) realizó y
proyectó en el Santarúa el cortometraje "Día de Fiesta en
Candás", que es una de las pocas películas de argumento
que se produjeron en Asturias en aquella época, ya que la
gran mayoría eran de las denominadas vistas naturales o de
acontecimiento. El cortometraje (cuyo original se conserva
y ha sido digitalizado) está dividido en cinco partes, aunque
la última, titulada "Procesión de Pascua en Candás", tal vez
no pertenezca a este corto.
La primera película de la que se tiene constancia de
haber sido proyectada en el Teatro Santarúa fue "La Pa-
sión", el 9 de marzo de 1913, dentro de una velada benéfi-
ca organizada por el Casino de Carreño, en la que se incluía
también un pasillo cómico, una zarzuela y un monólogo.
Candás 2011. Portfolio Edición XLVI 39
Lillian Gish (1896-1993) Cartel de “El nacimiento de una nación” (1915)
Los precios de las localidades eran 0,50 pesetas la entrada
de general, 1 peseta la de palco, 1,50 pesetas las butacas
con entrada y 4 pesetas los palcos sin entrada. Las pelícu-
las que los candasinos pudieron ver en el Santarúa eran
mudas y en blanco y negro, la mayoría de ellas en varios
episodios, como "La más-
cara de los dientes blan-
cos" y "La casa del odio",
protagonizadas por Pearl
White, o el serial "La
moneda rota", cuyo pro-
tagonista era Francis
Ford (hermano de John
Ford). Asimismo, se exhi-
bieron otro tipo de pe-
lículas como "Corazón de
madre india", "Judith de
Betulia" y "La culpa
ajena", interpretadas por
las hermanas Lillian y
Dorothy Gish, dándose
el insólito y único caso
de que películas interpre-
tadas por Lillian llegaron
a ser proyectadas en los
cinco locales de cine que
existieron en Candás
(incluido el actual Teatro
Prendes). En fin, los can-
dasinos también pu-
dieron ver películas que pasaron a formar parte de la
Historia del séptimo arte, como "El nacimiento de una
nación", primera obra indiscutible del nuevo arte, dirigida
por David W. Griffith, el cineasta más importante de la his-
toria del cine, inventor del lenguaje cinematográfico. Entre
sus aportaciones destacan el uso reiterado del primer
plano, el flashback, y la iluminación dramática.
El 9 de febrero de 1924, el diario "El Noroeste" daba
cuenta de los rumores del cierre del Teatro Santarúa, "pues
[...] su actual dueño, don Alfonso Albo, bien sea cansado de
su explotación como coliseo ó ya debido al enorme incre-
mento que cada día va tomando su industria, lo va á dedi-
car á almacén para los productos de su fábrica, privando á
los candasinos de tan ameno lugar de distracción". Poco
tiempo después se clausuraba el teatro con la proyección de
la película "Carlota la Mancha". Desde entonces fue utiliza-
do como almacén de la empresa conservera hasta el 16 de
agosto de 2009, desdichada fecha en la que Albo cerró su
fábrica de Candás.
Y en lo alto del frontispicio del que fue Teatro Santarúa,
ahí sigue Talía, musa de
la comedia, impasible al
paso de los años, viendo
desfilar a varias genera-
ciones de candasinos...,
esperando a que vuelva
el cine y el teatro.
Cuando se conoció
que la empresa de con-
servas Albo había com-
prado el Santarúa, la
familia Prendes decidió
construir el Teatro Ma-
rina en una propiedad
que Joaquín Prendes
Fernández había adquiri-
do poco antes en la cén-
trica plaza de la Ba-
ragaña. Su construcción
se encargó a un contra-
tista de Luanco, que ha-
bía hecho el Teatro Car-
men en dicha villa.
La inauguración del
Marina tuvo lugar el 9
de agosto de 1922. Fue contemporáneo, por tanto, del
Teatro Santarúa durante un año y medio. El local se
estrenó con la proyección de dos de los quince episodios
del serial mudo, dirigido por W. S. Dyke, "Vivo o muerto",
a los que siguió un espectáculo de tangos a cargo de la
compañía argentina "Los de la Raza". La proyección de los
restantes episodios llegó hasta las fiestas del Cristo.
Desde un primer momento la empresa del Marina
fue dirigida por María Suárez León (suegra de Joaquín
Prendes Fernández), corriendo su hijo Luis Fernández
Suárez con la gerencia. El teatro tenía unas 200 butacas
de patio, 6 amplios palcos, varias filas de butacas de
entresuelo y alrededor de 250 localidades de general.
En el Teatro Marina las películas se acompañaban con
una pianola (que actualmente se expone en el vestíbulo del
40 Candás 2011. Portfolio Edición XLVI
Candás 2011. Portfolio Edición XLVI 41
Teatro Prendes), un gramófono o, algunos domingos, una
orquesta. En su pantalla se pudo ver a Rodolfo Valentino
en "Los cuatro jinetes del Apocalipsis", de Rex Ingram,
segunda película más taquillera (solo superada por "El
nacimiento de una nación") del cine de Hollywood en el
período comprendido entre 1915 y la llegada del cine
sonoro en 1927; a Charles Chaplin en su primer largome-
traje, "El Chico", en el que provoca la emoción más pura y
limpia gracias a la complicidad que se establece entre
Charlot y un chiquillo genial llamado Jackie Coogan (apo-
dado "Chiquilín" en España), que aparece ante nosotros
como la réplica exacta de Charlot: un payaso nato cuya
máscara esconde todos los resortes emocionales de la
Humanidad...
Un acontecimiento especial en la historia del Teatro
Marina fue la proyección, el 30 de mayo de 1926, de la
película "José", basada en la novela homónima de
Armando Palacio Valdés, publicada en 1885, que tiene
como escenario Candás. La película, dirigida por
Manuel Noriega y protagonizada por Javier de Rivera
(José), Antonio Zaballos (D. Claudio), Enriqueta Soler
(Elisa) y Dolores Valero (Señá Isabel) fue rodada en
Cudillero, la mayor parte, y en otros lugares de la
provincia como Gijón, Luanco y Candás. Es fácil imagi-
nar lo emocionante que tuvo que ser para nuestros
antepasados candasinos ver esta película, y en particu-
lar determinados pasajes, como el que se refería al pá-
rrafo de la novela en el que Elisa, la novia de José,
"subió la calzada de la iglesia y llegó, desolada y
jadeante, a sus puertas. Se detuvo un instante a tomar
aliento; después hizo la señal de la cruz, dobló las rodi-
llas, y sobre ellas entró caminando por la nave del tem-
plo hasta el altar mayor; pero en vez de parar allí, torció
a la derecha y comenzó a subir penosamente la escalera
de caracol que conducía al camarín del Cristo. Era la
escalera de la penitencia, y sus peldaños de piedra esta-
ban gastados ya por las rodillas de los devotos. Las de
Elisa, cuando llegó arriba, chorreaban sangre".
El día de Corpus de 1932 se proyectó en el Teatro
Marina la película "Rey de Reyes", de Cecil B. De Mille,
basada en la vida de Cristo. Por la mañana, la banda de
música había ofrecido un concierto en la plaza de la
Baragaña después de acompañar a la procesión. Unos
meses más tarde, a principios de noviembre, la CNT
implantó un boicot al Marina, y durante un año apenas
hubo proyecciones cinematográficas. En septiembre de
1934 se iniciaba una nueva etapa del cine en Candás al
proyectarse en el Teatro Apolo la primera película sono-
ra, y el Marina, consumido en los seriales de cine mudo,
fue perdiendo espectadores hasta que la familia Prendes
lo clausuró en septiembre de 1935 con la actuación,
durante las fiestas del Cristo, de la compañía de varietés
del popular actor enano "Don Paquito", que alcanzó un
éxito memorable.
Catorce años después del cierre, el Marina abrió sus
puertas al público durante las fiestas del Cristo de 1949.
Sucedió que las candasinas Generosa Aramendi y María
Menéndez, llamadas popularmente "La manca del Cho"
y "María Robustiana", respectivamente, al enterarse de
que después del verano iba a desaparecer el viejo teatro,
lograron poner en su planta baja un bar-churrería al que
llamaron "Cuesta abajo" como la película de Carlos
Gardel..., aunque el nombre aludía a la inclinación que
tenía el patio de butacas.
DESCANSO
Sala de fumar en el vestíbulo-bar
Charlot y Chiquilín en “El Chico” (1921)
En esta soledad conmigo y fiel amiga
no me canso de ver cómo se apagan
las estrellas fugaces.
Así, memoria arriba a veces llegan
las escenas antiguas a morir enseguida
de la misma manera, fugaces como estrellas.
Pero hay una distinta
cuya luz permanece y me emociona:
el viaje de mi padre
en un tren de madera y a vapor
a conocer la mar;
aquel tren que hoy es mío y atraviesa
los campos ya tan solos
del viejo corazón que me palpita.
Fue aquella mañana entre las rocas
la mañana más bella. Es increíble saber
que debajo del mar, ya muy abajo
las raíces del agua llegaban a las minas,
esas tierras de exilio a las que entraba
mi padre antes del día cada día.
El viejo pescador
hablaba de los mares, nos decía
la edad de las mareas y explicaba
las medidas en pies, llena la mar.
También mi padre hablaba
de caminos y noches enterrados
y de polvo, las afueras del tiempo.
Iletrados y sabios, inocentes
se contaban historias y silencios.
Me digo que fue ayer, que fue hace nada
cuando un niño asombrado las oía.
Entre aquellas palabras y esta noche
media el mundo. Le dicen hoy al alma
que la felicidad y la tristeza
son la misma memoria y se confunden,
son la misma mañana
de historias y de asombro
en los ojos de un niño envejecidos.
Son el mismo silencio y la esperanza misma.
¿Pero debo contar esos silencios,
esa bruma del alma?
¿Y cómo hacer de silencio y palabras,
nada más, el recuerdo?
¿Dónde las inocencias, y el misterio, y asom-
bros?
Convoco al corazón y que decida.
42 Candás 2011. Portfolio Edición XLVI
Luis Fernández Roces
El día que
conocí la mar
44 Candás 2011. Portfolio Edición XLVI
Luís Ángel Fernández Rodríguez
Linajes de Carreño: Los González Posada
Aunque ya el insigne historiador candasín Don Carlos
González de Posada se ocupó de reseñar los oríge-
nes de su propio apellido en su obra “Noticias histó-
ricas del concejo de Carreño”, escrita hacia el año 1792, he
creído oportuno añadir algunos datos nuevos a lo ya publi-
cado, para completar así un poco más la historia de este im-
portante linaje de nuestro concejo, oriundo del lugar de Po-
sada en la feligresía de Logrezana, donde antaño se levanta-
ba su viejo caserón familiar.
Dejando al margen el falso documento del llamado “Ju-
ramento del monasterio de la Vega”, el primer testimonio es-
crito de un miembro de esta familia es un pleito de hidal-
guía que se conserva en la Chancillería de Granada de un
tal Alonso Carreño de Ceheguín, el cual hace testificar so-
bre su origen a diversos vecinos del concejo de Carreño, se-
ñalándose al caballero Juan González de Posada como po-
seedor de la casa de su apellido a principios del siglo XVI,
siendo desde él, desde donde podemos establecer la corres-
pondiente línea genealógica.
1. Juan González de Posada: citado anteriormente co-
mo propietario de la Casa de Posada en Logrezana a co-
mienzos del Siglo XVI, nos consta que tuvo tres hijos: Juan,
Pedro y Domingo. Falleció en el año 1551, cuando ya conta-
ba con noventa años de edad.
2. Juan González de Posada: hijo y sucesor del anterior
en Posada, nacido hacia el año 1495, administraría el con-
siderable patrimonio agrario de la familia, siendo padre de
un hijo también llamado Juan. Falleció hacia el año 1573.
3. Juan González de Posada: nacido en el año 1528, he-
redaría la Casa de Posada, siendo regidor del concejo de Ca-
rreño. Casado con María Menéndez de Lacín, tendría dos
hijos: Juan y Alonso, falleciendo en el año 1603.
4. Juan González de Posada: nacido en el año 1556,
continuaría el linaje en Posada, siendo también regidor de
Carreño y juez ordinario en 1591. Casado con María García
del Busto, tendría dos hijos: Pedro y Domingo, falleciendo
en el año 1610.
5. Pedro González de Posada: nacido en el año 1577,
heredaría la Casa de Posada y el cargo de regidor de Carre-
ño. Dedicado como sus antecesores a la administración de
su importante patrimonio agrario, sería padre de un solo hi-
jo, también llamado Pedro. Falleció en el año 1635.
6. Pedro González de Posada: nacido en el año 1610,
contraería matrimonio con Ángela Pérez León, mayorazga
de la Casa del Caleyo en Coyanca, hacienda que se conver-
tiría desde entonces en la residencia principal de la familia.
Regidor del concejo de Carreño, tendría dos hijos: Juan y
Domingo, falleciendo en el año 1671.
7. Juan González de Posada: nacido en el año 1647, he-
redaría el mayorazgo de las Casas de Posada y el Caleyo,
convirtiéndose en el principal hacendado de la feligresía de
Perlora en su época. Regidor del concejo de Carreño, con-
traería matrimonio con María del Busto Prendes, también
natural de Perlora, siendo padre de cuatro hijos: Juan, Do-
mingo, Melchor y Manuel. Falleció en el año 1726.
8. Juan González de Posada: nacido en Coyanca, en el
año 1671, era hijo del anterior, pero no llegaría a sucederle
por fallecer antes que él. Casado con María de Molleda, na-
tural de Gijón, tendría un hijo llamado Juan Antonio. Su
hermano Domingo González de Posada, sería el abuelo pa-
terno del mencionado historiador carreñense, Don Carlos
González de Posada, nacido en Candás en el año 1745.
9. Juan Antonio González de Posada: nacido en el año
1701, heredaría las Casas de Posada y el Caleyo, siendo
también regidor del concejo de Carreño. Casado con Ma-
nuela Muñiz Carreño, natural de la feligresía de El Valle,
tendría un solo hijo llamado José González de Posada, que
le sucedería tras su fallecimiento en el año 1775.
Además de esta línea principal del linaje, en ese año de
1775, existían ya otras veinte ramas familiares domiciliadas
en Carreño que llevaban este apellido, nueve en Logreza-
na, siete en Candás, dos en Perlora y dos en Guimarán,
constituyendo así en aquellos momentos uno de los ape-
llidos más numerosos de todo el concejo.
46 Candás 2011. Portfolio Edición XLVI
En 1958, que fue cuando yo
conocí a Nicanor Piñole, él
era un señor mayor de
cabeza calva y grande, que se
sentaba en la última fila del ba-
rracón con goteras, preparado con
sillas de tijera y bancos corridos
para escuchar las conferencias.
Nos encontrábamos en el Ateneo
Jovellanos, y el conferenciante era
Gonzalo Torrente Ballester, más
conocido entonces como crítico de
arte y articulista en los diarios del
Movimiento que por su faceta de
novelista y hombre de acabado
talante liberal, cuando le dio por
asentar la cabeza. Don Gonzalo,
como tantos que se subían a la tri-
buna del Ateneo, comenzó congra-
tulándose de hablar en el espacio
que llevaba el nombre del ilustre
patricio, señor de Cimadevilla y
con ancestros dueños de Jove y los
Llanos; pero lamentó que estuviera
representado en el local por aquel
retrato indigno, una mala copia del
que en su día le hiciera Goya. En
efecto, esa copia pintada por
Piñole, por encargo, y cuyo para-
dero actual desconozco, es impro-
pia de un gran pintor; y las despro-
porciones saltan a la vista de cual-
quier profano, con un brazo en ja-
rras que parece el seco apéndice de
un manco. Esa es la conclusión a
que han llegado los estudiosos de
Piñole: un artista que ha llegado a
rozar la genialidad, pero también
con alguna obra desmañada e
imperfecta. Aquel día yo estaba
sentado al lado de Luciano Casta-
ñón, y éste, fue al final de la con-
ferencia a ponerle la mano en el
hombro a don Nicanor, como hizo
algún otro conocido, para que no
hiciera mella la crítica hiriente en
aquel hombre taciturno y bonda-
doso.
Nicanor Piñole tuvo una gran
relación con el concejo de Carreño,
por sus vínculos familiares. Y,
aparte de ser un dato importantísi-
mo por ser como una segunda
vivienda la casa de Prendes y tener
allí el origen de una gran parte de
su obra, creo que la vinculación
con Carreño es siempre especial
para alguien que ame el arte y viva
en Gijón. A Piñole, como es sabi-
do, le correspondió una larga vida,
y la salida hacia Carreño fue una
consecuencia natural. El artista
trabaja cuando el sol se pone en el
horizonte, o cuando la mar se rom-
pe en el acantilado y se cimbrean
los pinos con el viento, como aque-
llos que pintó Piñole en la Reboria.
Si al artista le bulle el alma ha de
buscar el alimento para transfor-
marlo luego en obra. Y ese mar
ceniciento de astilleros y fábricas,
de ferrocarriles y grúas herrum-
brosas, era preciso dejarlo atrás, a
veces, en los momentos de mejor
ánimo para buscar el mar, o sea, la
mar. Gijón, en el siglo temporal y
de vida que vivió Piñole, tenía dos
únicas salidas: una hacia Carreño,
y la otra hacia las estrellas. Lo
demás eran montañas hacia el sur
y curvas interminables hacia el
este. Y seguramente a Piñole le
ocurrió, aparte de sus estancias en
Prendes, que viviendo técnica-
mente junto al mar, sólo encontra-
ba su significado llegando al espi-
gón diminuto, donde podía pasear
pisando las redes al sol y escuchan-
do los gritos de hombres y mujeres
de punta a punta. Viajando a
Candás desde Gijón para encontrar
el mar íntimo, y deambulando por
sus calles llegaba en todas ellas el
olor penetrante de los productos de
la mar.
El mar para Piñole fue, según
se deja ver en su palabra y en su
obra, un sujeto de amor y odio.
Como algo que encerraba el secre-
Joaquín Fuertes
Las dos patrias de
Piñole
to sin desvelar de la muerte de su
padre, y al mismo tiempo una
atracción y un alimento de belleza.
Siempre se ha comparado la labor
dura de la mina y de la mar: pero
siendo trabajos que encierran has-
ta crueldad, el marinero vuelve los
ojos a la mar hasta el día de su
muerte, mientras que el minero
huye de los tajos. El tren de Carre-
ño acercaba entonces a los mari-
neros al gran sueño de la mar. El
tren de Langreo despobló la Cuen-
ca, buscando en Gijón la lejanía de
la mina.
Ya queda dicho que el acer-
camiento a Carreño de Piñole no
fue circunstancial, como pudo ha-
berle ocurrido a Clarín, o a los so-
ñadores que fueron buscando un
remanso de paz. El Pintor vivió ne-
cesariamente en Prendes, bajo la
protección de la familia que lleva-
ba el mismo apellido que la parro-
quia; en aquella quinta de Chor,
que era reunión veraniega de una
numerosa tribu, de la cual han sali-
do otros hombres ilustres, además
de Nicanor Piñole. Francisco Pren-
des Quirós, sobrino nieto del pin-
tor, me surte de algunas anécdotas
de aquella saga que se movía entre
la quinta de Carreño y las vivien-
das de Gijón; la última y más asen-
tada la del Parque Infantil, donde
Piñole cumplió sus cien años de vi-
da. Lo que significó Carreño para
Piñole lo explica su biógrafo Fran-
cisco Carantoña con estas pala-
bras: "Los paisajes de Carreño en-
cierran una continuidad histórica,
afectiva, que comienza cuando Pi-
ñole era niño. Son una larga sínte-
sis, y por tanto sirven de biogra-
fía". De escenario "fundamental"
para la vida y la obra del pintor,
señala Carantoña a la finca de Mel-
chor Prendes. Allí penó, al parecer,
Nicanor Piñole en su juventud -sin
que Carantoña, siempre pulcro, lo
mencione en la biografía– el amor
callado, de hombre irremediable-
mente tímido, por su prima Pepita
Prendes. Allí investigó el niño Ni-
canor, sin aclaración satisfactoria
posible, en la nebulosa que oculta-
ba la muerte de su padre, enterra-
do en Tarragona y no reclamado
por la familia. En un país civiliza-
do y culto, y no como aquella Es-
paña de finales del XIX, de la que
quedan semillas por desgracia,
aquel marino podía ser hasta consi-
derado como un héroe: salvó a su
tripulación, y días después el barco
pudo ser recuperado; pero el capi-
tán Piñole Ovies, sintiéndose cul-
pable, solventó su mala maniobra
disparándose un tiro en la sien.
Pese a la sombra de tragedia
griega que planeó sobre la infancia
y juventud, Piñole dijo haberse
sentido feliz en la quinta de Chor,
en contacto con sus primos, y mez-
clados con aquellos "carreñones"
del valle que trabajaban las tierras.
Si hubiera que agrupar su pintura
en bloques, encontraríamos a tres
como los más numerosos, empe-
zando por los autorretratos, luego
los cuadros que pintó en las innu-
merables salidas a la montaña as-
turiana, y por último los paisajes,
con figuras y sin ellas, correspondi-
entes al concejo de Carreño. De
Carreño son también los más cono-
cidos cuadros de tema religioso.
Una producción no numerosa, y
algunos de estos lienzos pintados a
petición de su madre, doña Brígi-
da. Nicanor Piñole no era religioso,
o al menos no era practicante, pero
se volcó con sus aportaciones para
la reconstrucción de la destruida
capilla de Prendes. Y la plasma-
ción del Cristo en Candás en 1927,
aparte del valor de la obra, es el
testimonio de la imagen original,
destruida posteriormente durante
la guerra. En cambio doña Brígida
Rodríguez Prendes, que sí era reli-
giosa, influyó durante toda su vida,
que también fue larga, para que de
la venta de los cuadros de su hijo
se destinara una parte a la caridad.
Piñole llevó el nombre de Ca-
rreño y sus paisajes a numerosos
museos, instituciones y colec-
ciones particulares. Nunca pidió
nada para sí mismo, y la timidez y
humildad, como señala Carantoña,
le privó en vida de un más justo re-
conocimiento. Desde aquella ba-
randa de la quinta de Chor veía un
paisaje que aún queda: el pino de
la Reboria, y su prima Pepita Pren-
des mirando hacia ese entorno,
como distraída. Nos trasladan, más
allá de los lienzos, a sus universos
interiores. Pero volviendo a lo
mundano, aquel paisaje idílico
–ahora, precisamente ahora–, pue-
de desaparecer. Nos anuncian que
Red Eléctrica piensa instalarse allí
con sus estaciones y sus torres,
sustituyendo el paraíso de verdes
que pintó Piñole por otro de plásti-
cos y neón. Si el Cristo de Candás
no lo remedia, o las autoridades
con mando en plaza no lo impiden
(los ecologistas deben de andar a
otras cosas) ni Clarín podrá volver
a escribir sobre la Cordera, ni
Piñole a pintar pinos de Reborio,
cuando ambos vuelvan a reencar-
narse.
Triste final, como tantos
finales.
Candás 2011. Portfolio Edición XLVI 47
Aesa hora de las beatas
negras del amanecer, las
mujeres iban con su tabla a
cuestas y el barreñón de zinc en la
cabeza cargado de trapos mens-
truales, de rodillos con el agrín vo-
mitado de los niños, de mahones
de un azul grasiento, bragas y cal-
zoncillos con sus marcas corpo-
rales, batas de la salazón con olor a
tripa y frío. O sea, toda esa ropa
mustia y recosida, manchada de
achicoria, llena de los llamparones
que habían dejado los sollozos, el
mal comer, el trabajo, la mugre y
las defecaciones de por aquellos
entonces. Las mujeres iban a
lavar/azotar todo eso en la
tabla/piedra del río. Y luego, las
planchas de hierro de Bilbao, como
gabarronas del Nervión, plancha-
ban todo aquel secarral que antes
había estado manchado cual la
propia ropa de un Cristo, con sus
espinas y todo. Las mujeres,
corazón de lencería, iban vencien-
do y bendiciendo con agua de
pocillo todo aquel velamen de la
vida. Pasaban la plancha (de un
calentar lento y fugaz), compro-
bando cada poco con un dedo
mojado en saliva si aquello estaba
caliente. O las ponían cerca de la
mejilla, como para darle una cari-
cia de compañera. Planchas tan
torpes, tan ásperas, atravesando
despacio el viejo tegumento de un
pantalón, pasando en revueltas y
revueltas por entre los botones de
una camisa hasta llegar a las pun-
tas de su cuello. Cretonas resis-
tentes que hay que ablandar, ma-
hones del salitre y obra que se
resisten, culotes de vieja gorda y
meada que hay que asperjar una y
otra vez con gotitas de agua. Y
aplastar, y aplastar con fuerza y
ruido aquellas sábanas turgentes
de la Algodonera de Gijón, hasta
ver sus resistencias vencidas y
percibir el olor a tela limpia y sana
por la cocina.
Infancias con madres de plancha
y tabla de lavar a cuestas, en ronda
por la extensión de aquella pobreza
tan dolida y esparcida. Ahora parece
como si todo aquello se hubiera vuel-
to de oro, y lo queremos para
adorno. Y lo buscamos por el Rastro
para lucirlo como trofeos de un pasa-
do precario, triste y entrañable, en el
que uno todavía tenía madre a la que
recuerda lavando y planchando los
cuatro trapos, mil veces repasados,
de aquella vida cabrona.
48 Candás 2011. Portfolio Edición XLVI
José Marcelino García
Mujeres con la
tabla a cuestas
27 de noviembre de 1960. Esa fecha cambió mi vida
totalmente. Dejé mi trabajo, mis estudios, mis padres y
abuelos, mis amigos, mi casa y mi país. Pasaron cincuen-
ta años. Se dice pronto, pero ahora me doy cuenta que
fue muy duro, aunque con 19 años
la vida se ve de
otra forma y
esto me ayudó a
no percatarme
del "drama" que
me estaba suce-
diendo.
Unos pocos días
en Madrid y en Gijón
y de repente... Candás,
la villa donde nació mi
padre. Mi nueva fa-
milia, Manolo y Munda
¡Cuánto les debo! Pito,
nuestro salvador y conse-
jero y Carmina, mi queri-
da Carmina, una hermana
más. Toda mi familia pater-
na de Candás y de Perlora
me ayudaron a ver la vida
bajo otro prisma y así
empezó mi nueva aventura.
¿Cómo era Candás a fi-
nales de 1960? Una villa en-
cantadora. Todo el mundo se
conocía. Por la calle me paraba la gente para decirme
que eran parientes y en la vinotería de Tascón, donde
vivíamos, iban a visitarnos muchas personas y nos
mandaban cantar canciones de
allá y contarles las costumbres
tan diferentes a las de aquí.
No todo fue un lecho de
rosas. Me costó trabajo adap-
tarme a la forma de vida, la
moda era algo diferente,
tuve que arreglar la ropa,
traía pantalones y "ni
hablar", para la maleta de
nuevo, el horario de
comidas, las comidas en
sí, pues se guisa dife-
rente y al principio
tenía un lío en el estó-
mago, hasta que me
fui adaptando.
Pronto conocí
nuevas amistades.
Fui al primer
guateque en una
casa donde nos
llevó Emilín
Tascón, allí me
presentaron a
sus amigos... También aprendí a bai-
lar como aquí, pues en mi país se bailaba diferente, al
principio no hacía más que dar pisotones. Quién me iba
a decir que a los pocos días conocí en el baile de La
50 Candás 2011. Portfolio Edición XLVI
Berta García-Barrosa Candia
Cincuenta años en Candás
Parra a Pipo, mi marido, el que ha sido mi compañero
durante estos 50 años y Dios quiera muchos más.
Volviendo al pueblo, ¡qué tranquilidad! No había
casi tráfico, el Alsa o Avilés, pasaba cada dos o tres
horas. O más tiempo de diferencia, de eso no me recuer-
do mucho. Los niños podían jugar tranquilamente por
las calles. Se oían de vez en cuando, a causa del silencio
que había, las voces de algún maestro riñendo por
cualquier travesura de sus alumnos. Hasta que sonaban
las sirenas o campanas de las fábricas y salían las
mujeres corriendo con sus madreñas para atender a sus
familiares y luego regresar otra vez a trabajar por la
tarde. Estas mujeres se ganaban la vida honradamente y
buscaban el tiempo de donde fuera para atender la casa,
sus hijos y esperar al marido que viniese de la mar.
Los candasinos, dedicados a la pesca la mayoría de
ellos, aunque ya había muchos que trabajaban en
ENSIDESA, y con qué alegría sus mujeres los recibían
cuando regresaban de faenar. Esos marineros que
afrontaban el peligro con las galernas que se formaban
sin aviso previo y que en varias ocasiones no regresaron
a casa nunca más. Candás era un pueblo seguro, todas
las puertas de las casas estaban abiertas. Los munici-
pales, dos o tres, se veían rondando por la plaza de abas-
tos o vigilando los recreos de los críos cuando salían al
terminar las clases ¡Ah! Y el día de Nochebuena rodea-
dos de regalos que los vecinos les daban como agrade-
cimiento por sus servicios. Pero lo que más me gustaba
de Candás era la alegría de la gente. Los cánticos en los
"chigres", la Banda de Música tocando en las fiestas, la
Rondalla formada por chavales que interpretaban can-
ciones acompañadas de instrumentos de cuerda. Las
procesiones con tanto fervor, los partidos de fútbol en el
campo de La Cruz y "faltaría más", el Día del Cristo,
siempre amenizado por el Bandín de la Estrada con todo
el pueblo detrás cantando y bailando. ¡Cómo ha cambia-
do todo! Candás me enseñó algo: con poco puedes dis-
frutar y ser feliz. Tener muchos amigos. Dar cariño y
recibirlo. Ser honrado y trabajador y tener fe en el
Cristo de Candás. Muchas gracias Candás por estos 50
años de vida junto a los tuyos. Muchas gracias a todos
por haberme enseñado a ser una candasina más.
Candás 2011. Portfolio Edición XLVI 51
Grupo de alumnos de 4º de Bachillerato del Instituto Mixto de Candas. Año de inauguración (1964-1965).De izquierda a derecha: Gerardo, Merche, Angelita, Cristina, Mª Eulalia, Rosario, Félix Amado (q.e.p.d.)Sentados: Dositeo, Eugenio, Ismael, Carlos, José María, Rafael, Alejandro, Antonio.
52 Candás 2011. Portfolio Edición XLVI
José María García García
Recuerdos de la enseñanzaen Candás en los años 50-60
La enseñanza es un aspecto fundamental en la vida de un
país, pues la educación de las personas en la infancia
condicionará su evolución personal durante toda su vida.
Es por ello que siempre he tenido un gran respeto a las institu-
ciones y personas que se dedican a enseñar a los demás en
cualquier aspecto de la vida, y en este caso particular a los que
lo hacen en los centros de enseñanza y educación.
La enseñanza en nuestro
pueblo se iniciaba en escuelas que
atendían a niños antes de incorpo-
rarse a la Escuela Pública. En mi
caso acudí a la escuela de María
que estaba en las casas situadas al
inicio de la escalinata de la Iglesia,
al lado de la tienda de mi tía y
madrina Carmina “La Polesa”, tam-
bién estaban la escuela de Pina, y
la de Ramón de Xuan ya en sus
etapas finales, si bien había sido
muy importante en los años pre-
vios tal como conoce todo el
pueblo, pues todos hemos tenido
referencias de familiares o conoci-
dos sobre esta escuela infantil.
Recuerdo que nos sentaban en filas
de bancos a todos los niños y niñas
y que dejábamos a la puerta, en los
días de lluvia, los chanclos y les
madreñes, también recuerdo les
pizarres que llevábamos y los
pizarros con los que escribíamos,
duros o blandos.
Posteriormente pasábamos a la
Escuela Pública que en esos
momentos estaba separada en
niños y niñas; la escuela de niños
ocupaba el sitio del posterior
Instituto y que actualmente ocupa
el Centro de Día y la escuela de
niñas estaba en el solar que hoy
ocupa el Centro Polivalente y que
previamente ocupó un edificio de
la Escuela Pública. Allí conocimos
a maestros extraordinarios, y yo
guardo un recuerdo especial de
Don José, que fue mi maestro
durante varios años, un hombre
que me parecía totalmente involu-
crado con su tarea de la enseñanza,
además de enamorado de Candás y
de los niños candasinos, conocía
nuestras andanzas y se preocupaba
por todos principalmente por los
que faltaban a clase o no iban bien;
recuerdo la frase que nos decía con
cariño cuando no asimilábamos la
lección “dentro de la cabeza parece
que tenéis raba”, sustancia similar
al serrín que se usaba para rellenar
los toneles de salazones; nos daba
regalos para estimularnos y real-
mente su recuerdo es excelente.
Recuerdo a don Sinesio al que mi
amigo Eugenio y yo debemos su
estímulo para iniciar los estudios
de Bachillerato. Estaba también
don Hermenegildo con el que no
coincidí como alumno. La Escuela
Pública la recuerdo con mucho
cariño y lógicamente nostalgia;
fueron tiempos difíciles, con
algunos detalles curiosos: nos
daban leche en el recreo, la
preparaban los alumnos mayores
que luego la repartían, cada niño
llevaba su recipiente; era una leche
espumosa, muy rica y con muy
buen sabor; por la tarde nos daban
queso para merendar, que venía en
unos cubos de cartón muy grandes
llenos de porciones y que también
recuerdo como sabroso; realmente
cuánto me gustaría volver a probar
aquella leche y queso (que decían
nos enviaban del extranjero, pa-
rece que los americanos….,), pues
bien es sabido que los sabores y
olores reavivan los recuerdos, y
para mí, aquello lo recuerdo con
cariño, como no puede ser menos.
Para estudiar el Bachillerato
íbamos posteriormente a la
Academia situada frente a la
Iglesia, fundada por Don Ángel
Junquera y su mujer Doña Maria
Luisa, y que desempeñó una gran
labor educativa y social puesto que
fue el lugar que dio la oportunidad
de realizar estos estudios a muchos
candasinos y carreñenses, y
gozoniegos pues acudían muchos
chicos y chicas de Antromero y
otros lugares del concejo vecino.
La labor de sus fundadores fue
continuada por la Señorita
Angelinos que era el alma de la
institución en la época que a mi
me tocó acudir; la recuerdo con
gran aprecio como me gusta
demostrarle siempre que la veo,
tenía una gran capacidad para
lograr que adquiriésemos
conocimientos de todas las mate-
rias: matemáticas (su infalible
prueba de los nueves), lengua,
ortografía (“baca de coche con b”);
allí nos preparábamos durante
todo el año de todas las asignaturas
para ir a examinarnos un día de
junio al Instituto Carreño Miranda
de Avilés, siempre acompañados y
tutelados en todo momento por la
Señorita que se preocupaba de
todo; aquel día era un verdadero
maratón de exámenes, pero tam-
bién teníamos momentos agra-
dables: viaje de ida en tren, comi-
Candás 2011. Portfolio Edición XLVI 53
54 Candás 2011. Portfolio Edición XLVI
da a mediodía todos juntos en algún
restaurante de Avilés, como “casa
Cabrera” (era una novedad y una
fiesta para nosotros pues en aquel
momento nadie iba a comer fuera
de casa a restaurantes), y sobre todo
el viaje de vuelta tras finalizar aquel
“empacho” de exámenes durante
todo el día, la llegada a Candás y el
inicio del verano. No era in-
frecuente que las fechas de exá-
menes coincidiesen con San Anto-
nio por lo que si llegábamos coinci-
diendo con la fiesta hacíamos el día
completo y podíamos disfrutar de la
romería al regresar a nuestro
pueblo; además, en aquel momento,
se nos presentaba un verano por
delante, lo que no era poco, aunque
también había que volver muchas
veces en Septiembre a Avilés, pero
bueno, en ese momento esto queda-
ba lejos…
En el año 64 se inauguró el
Instituto de Candás. El Ayunta-
miento de Carreño llevaba años in-
tentando conseguirlo y se inició su
construcción en el solar que había
sido Escuela Pública de niños. Una
vez finalizada la edificación y tras
la aprobación oficial se inició el
funcionamiento del Instituto en el
curso 64-65. En él nos incorpo-
ramos alumnos de Candás en los
cuatro cursos del Bachillerato
Elemental, por lo que los que nos
incorporamos en cuarto no pudi-
mos permanecer más que un año.
El Instituto inició su andadura co-
mo Sección Delegada del Instituto
Carreño Miranda de Avilés, por lo
que al finalizar cuarto curso de
Bachillerato tuvimos que ir a
examinarnos de la reválida de
nuevo al Carreño Miranda.
Recuerdo también la inaugu-
ración del Instituto Mixto como un
acontecimiento importante, pues era
algo nuevo para nosotros y aunque
nos daba mucha pena dejar nuestra
Academia, en aquel momento
parecía que era conveniente su exis-
tencia para nuestro concejo. Estaba
dirigido el nuevo Instituto por Doña
Clara Barreiro, mujer con grandes
ganas de trabajar y hacer cosas, la
recuerdo como una persona que se
involucró totalmente con nuestro
Instituto. Ha vuelto a Candás en
alguna ocasión y me consta tras
hablar con ella que tiene muy
buenos recuerdos de aquella época.
Había profesores que se incorpo-
raron al Instituto: don Juan en
Matemáticas que nos explicaba “los
conjuntos”, concepto novedoso en
aquellos momentos, la propia Doña
Clara con la Historia, los mapas, las
guerras de los griegos y de toda
Europa, representadas en los gráfi-
cos que nos enseñaba, la profesora
de Latín Señorita Noli con la traduc-
ción de las campañas de Julio Cesar,
la literatura con Doña Josefina, la
Química con Doña Maruja, que en
aquel momento compatibilizó su tra-
bajo en la Farmacia con la enseñan-
za, don Valeriano con la Religión,
también gimnasia y por qué no citar-
lo la Formación del Espíritu Nacional
impartidas por Don Héctor; el nivel
de la enseñanza me pareció muy
bueno. En la clase de cuarto eramos
pocos alumnos ( acompaño la foto) y
a todos ellos les recuerdo con sen-
timiento de amistad pues fue un año
imborrable; eramos de Candás, de
Perlora, de Yavio, de Antromero;
alguna vez “armamos alguna”, pero
creo que también era una parte de
nuestra obligación como alumnos,
además de lógicamente estudiar.
Había en el Instituto una persona
también entrañable, el Conserje, De
Diego, siempre a nuestra disposición
para ayudarnos y evidentemente
para reñirnos cuando era necesario.
Las fiestas de Navidad de aquel año
tuvieron muchas actividades en el
Instituto: representaciones artísticas,
música, realmente se creó una exce-
lente atmósfera navideña.
Posteriormente, el Instituto se hi-
zo ya autónomo varios años después
pero esto ya no me toca referirlo a
mí, pues al finalizar cuarto de Bachi-
llerato los alumnos de Candás de
aquellos años teníamos que despla-
zarnos a otros lugares para continuar
con nuestros estudios, en mi caso
evidentemente con mucha pena.
Estas reflexiones y datos son
fruto de mi memoria y dado que evi-
dentemente han pasado muchos
años me puede jugar alguna mala
pasada de olvidar personas o hechos.
Si es así pido mis disculpas por ade-
lantado.
Sirva este escrito para manifestar
mi cariño y agradecimiento a todos
los maestros (¡por favor no pierdan
este nombre¡) que he tenido y por
extensión a los que han trabajado en
nuestro pueblo y concejo; lógica-
mente también para manifestar tam-
bién mi cariño a compañeros de
pupitres, clases, recreos (fútbol
casi siempre o balón-tiro con las
chicas) y manifestar mi deseo de
que se haga un esfuerzo porque la
enseñanza en nuestro país sea un
objetivo prioritario de nuestra
sociedad y la mejor posible pues de
ella dependerá nuestro futuro.
Felices Fiestas a todos.
La mañana otoñal tenía un
suave viento "gallego",
embajador y clarín de
próxima lluvia, las nubes pere-
zosas con semblante hosco y barri-
gas oscuras de embarazada a punto
de parir, agua y más agua, la playa
de "Rebolleres", solitaria, con ese
atractivo tan apasionado y melan-
cólico que da el presagio de la
inminente tormenta y al fondo una
figura alta y quijotesca buscando
con diligencia conchas, cristales y
piedras de formas y colores distin-
tos y una vez hecha la selección
distinguiendo las más trabajadas
por la sedimentación del mar y las
mareas de sabe Dios cuantos lus-
tros que hacen que materiales nor-
males se conviertan en auténticas
maravillas, las iba guardando
amorosamente en una hermosa y
policromada cajita de hoja de lata,
guardadora de hace casi un siglo
en su estado original, de tabaco
rubio, aromático y virginiano, para
deleite de plantadores de man-
siones blancas con columnas, her-
mosas escarlatas y capitanes
intrépidos y dando fe de todo ello
su tapa pintada a mano, represen-
tando una escena en una
plantación de negritos, capataces
blancos, calesas y demás parafer-
nalia, que parecía talmente arran-
cada de "Jara", la mansión de "Lo
que el viento se llevó".
De repente vemos una alta
figura femenina que es como una
mezcla de "Greta Garbo" y "la
Pasionaria", vestida de negro y
acompañada de un perrito retozón.
Llegada a la altura de nuestro pro-
tagonista le pregunta, señor ¿que
es eso que con tanto cuidado guar-
da en esa pequeña arqueta?, él,
abre la tapa, le enseña su "tesoro"
y le dice mirándola fijamente a los
ojos, mi querida señora, son
"piedras preciosas", ella le observa
de hito en hito y él, viéndola dudar
insiste, son piedras preciosas y pre-
sentándolas con su mano derecha
abierta mientras que con la
izquierda sostiene la cajita, le dice,
para usted y para mí que tenemos
imaginación y que intentamos ver
un poco más allá, son esmeraldas,
diamantes, rubíes y topacios, para
los demás incluidos los joyeros que
como todo el mundo sabe, son bas-
tante "prosaicos", son piedras cor-
rientes y molientes y dedicándole
su más deslumbradora sonrisa, le
comentó, no olvide mi bella dama,
que la imaginación mueve el
mundo. Le regaló como recuerdo
de tan grato encuentro una
curiosísima piedra muy bonita de
rayas multicolores, como un ónice
marino y muy suavizada por siglos
de mar y paciencia. A todo esto el
perro como queriendo correspon-
der al regalo hecho por nuestro
vate a su ama, venía corriendo de
la orilla del mar, trayendo en su
boca un pequeño madero y
depositándolo en la arena, ladraba
alegremente mientras meneaba el
rabo con entusiasmo como dicien-
do, usa poeta la imaginación y con-
vierte la cajita en un baulito, para
así poder guardar mi madero, que
te ofrezco de todo corazón.
Siguieron caminando juntos un
rato y se despidieron cordialmente,
nuestro particular juglar se dio
cuenta de que ya iba siendo hora
de reunirse con sus amigos en la
sidrería, donde iban a disfrutar de
un espléndido ágape. Se sentaron
todos alrededor de la generosa
mesa, les contó lo sucedido y todos
disfrutaron de la anécdota, pues
ellos también tenían gran imagi-
nación y nuestro hacedor de versos
y rimas se quedó contemplando los
ricos "oricios", el cantar de los
cantares de la sidra al escanciarse
y la impresionante "caldereta" de
pescado que portaba un camarero
y se dijo para si mismo como
cantaba Joan Manuel Serrat, que
duda cabe que HOY PUEDE SER
UN GRAN DÍA.
56 Candás 2011. Portfolio Edición XLVI
Rodolfo González Constans
Esmeraldas en la playa (Candás 2009)
DESAYUNOS MERIENDAS HAMBURGUES
PLATOS COMBINADOS DESAYUN
MERIENDAS HAMBURGUESAS PLAT
COMBINADOS DESAYUNOS MERIEND
HAMBURGUESAS PLATOS COMBINAD
DESAYUNOS MERIENDAS HAMBURGUES
PLATOS COMBINADOS DESAYUN
El otoño empieza a mostrarse en los bosques próxi-
mos a las cumbres: es entonces el esplendor de las
hayas. Conforme avanza la estación, desciende
lentamente hacia los valles coloreando los bosques.
Cuando el otoño entra en el valle, los frutos están maduros
y en sazón y los rayos del sol que declina se sostienen en el
aire como polvo de oro. El aire es más limpio, el sol menos
agresivo. Estamos en los días del señor San Martín, el santo
que dividió su capa en dos una noche de crudo invierno sin
saber que el mendigo aterido con quien la compartía era
Jesucristo y que, años más tarde, siendo obispo, compartía
la mesa del rey de Francia, pero daba la espalda a la reina
para beber con cualquiera que se le acercara. Todavía el
otoño no es invierno cuando se recogen los frutos; así lo vio
John Keats en su hermosa oda:
Estación de nieblas y sazonada abundancia,
íntima amiga del sol que todo lo madura,
que con él conspiras para cargar y bendecir
con frutos, las vides que rodean los aleros,
para doblar con el peso de las manzanas
los árboles musgosos,
llenando todos los frutos de madurez hasta el corazón;
que hinchas las calabazas y llenas las cáscara de las
avellanas
con dulce grano haciendo que florezcan
las tardías flores para las abejas
hasta que crean que nunca acabarán los cálidos días,
pues el verano ha desbordado sus celdas pegajosas.
Luego, el otoño dorado empieza a volverse ceniza en
noviembre, a la vez que desciende implacable desde las
altas montañas al mar. Una vez al borde del mar, no se
detiene en los acantilados ni en las playas. Se supone que
el otoño es un fenómeno terrestre. También lo es marítimo.
La señora Rachel L. Carson, autora de un bellísimo libro
sobre el mar, “The sea around us”, describe el fastuoso
colorido marítimo de la estación en la que la naturaleza se
descompone de manera esplendorosa: “Como los brillantes
colores de las hojas otoñales antes de que se marchiten y
caigan, la fosforescencia del otoño anuncia la llegaba del
invierno. Después de la breve renovación fugaz de su vida
y de su dominio en las aguas, los flagelados y muchas
especies de algas diminutas quedan reducidos a muy pocos
individuos dispersos, y lo mismo pasa con los crustáceos,
los copépodos, los tomopteris y tos farolillos de mar. Las
larvas de los animales de la fauna que viven en las profun-
didades han completado ya en esta época su desarrollo y
buscan las aguas profundas en las que llevan el género de
vida a que la naturaleza las destina. Incluso los bancos de
peces abandonan las aguas superficiales y emigran a lati-
tudes más calientes o encuentran una temperatura adecua-
da en aguas profundas y tranquilas a lo largo del borde de
la Plataforma continental. Entonces se apodera de ellas
como un letargo que representa una especie de inver-
nación que dominará durante todos los meses de invier-
no”. Bajo al agua al igual que sobre la tierra, la natu-
raleza se dispone a resistir la acometida del invierno y
lo hace con despliegues de vivísimos colores, en las
fosas subacuáticas o en las cuevas y grietas de las mon-
tañas. Estamos acostumbrados a contemplar el otoño en
los bosques: no lo buscamos en el mar. Sin embargo, el
mar también toma otro aspecto. Las lluvias caen sobre
las aguas amansándolas y el mar suena de otra manera.
Suena como el sol rojo que se encamina hacia un
crepúsculo dorado. Entonces, la luz de oro se extiende
sobre el mar apacible. ¡Cómo cambia el color del mar
con las estaciones!
58 Candás 2011. Portfolio Edición XLVI
Ignacio Gracia Noriega
Otoño en el mar
Tuve en la vida un tesoro,
hace años lo perdí
lo guardo con cariño,
pues era todo para mí.
Desde mi tierna infancia,
aquella güela tan querida,
siempre se sacrificaba
para que tuviera mejor vida.
Porque ella fue mi madre,
ella me enseñó a querer
las cosas buenas de la vida
dejando las malas fuera.
Fueron pasando los años,
me fui haciendo a ello,
aquel tesoro divino
que yo siempre adoré
y en mi corazón tenía.
Me casé y tuve hijos,
ella loca de alegría,
siguió cuidando a mis hijos
hasta aquel 6 de mayo
que con dolor me dejó.
Me costó un gran sacrificio
hacerme a la vida sin ella.
Fueron pasando los años,
mi vida fue cediendo,
pero la herida que me dejó,
quedó siempre abierta.
¡Madre, cómo te llamaba
con cariño y con amor,
al marcharte de mi lado
me llenaste de dolor!
Me costó gran sacrificio
al no tenerte a mi lado,
Me costó el comprender
que ya te habías marchado,
para consolarme miraba tu retrato,
que me hacía más lágrimas derramar.
Cuando temprano dijiste
que te ibas a morir,
yo no me lo creía
también yo me sentía morir.
Mis ojos se me secaron
rotos por el profundo dolor,
porque marchaba el tesoro
que adoraba mi corazón.
Por que tú me consolabas
de las penas que tenía.
Tú me acariciabas
con amor y alegría.
Güela, me faltó tu fuerza
al no tenerte junto a mí
pero desde lo más alto
tú me guías aquí
Pensando en mi Güela
Elvira la Jorja
60 Candás 2011. Portfolio Edición XLVI
De hombres y mujeres
de barcas y paxas
de los pescadores
que a golpe de remo
en la mar pescaban.
Que cuando en la Higüera
la pesca lograban
y oían la sirena
que a rular llamaba
remaban con fuerza
para ser los primeros
que a Candás llegaban.
Y cuando el rulero
la pesca rulaba
las sardineras
de plateados peces
la paxa cargaban.
Luego, de madreñas
con pañuelo negro
el refajo blanco
el chal sobre el hombro
limpias todas ellas
paxa en la cabeza
Al amanecer astur
canta el urogallo al alba
silba el mirlo en el pomar
vuelve el zorro a su cubil
después de noche de caza.
Que bonito es ver
amanecer el alba
se van las tinieblas
los pájaros trinan
el rapaz de barca
a los marineros
a la mar llaman.
Y durante el día
de duras jornadas
horas de alegrías
y algunas amargas.
Al llegar la noche
cuando el sol se oculta
allá en lontananza
vuelven las tinieblas
te vas a la cama
y aquellas jornadas
dentro de tu mente
quedan archivadas.
Víctor Junquera Prendes
El Alba
Pregón al Alba 2010
Candás 2011. Portfolio Edición XLVI 61
raudas como el viento
cruzaban aldeas
gritando, ¡Hay sardines!
¡Sardines vives!
¡Ay como rebrinquen!
con su dulce acento.
Hacían su negocio
con las aldeanas
unas veces trueque
de patatas o cebollas
otras con perronas
reales o pesetas
a elles les pagaban
no existía el euro.
De regreso a casa
cuidaban a sus hijos
y un barcal de ropa
allí esperaba.
Rumbo a Santarúa
y en el lavadero
sobre aquellas piedras
sus benditas manos
la ropa estrujaban
y hacían la colada.
Al tocar la ropa
de seres queridos
que un día al mar se fueron
y jamás volvieron
de sus tristes ojos
lágrimas caían
que por el río Rita
a la mar bajaban.
Esta mar salada
que cuando está en calma
arrulla y mece al marino
dentro de la barca.
Y si el viento la azota
cual un toro brama
y surge la galerna
que embiste a las barcas
y entre blanca espuma
con los marineros
las barcas naufragan
y se van al fondo
con mortaja de algas
y quedan para siempre
bajo esa lápida de agua.
Son los pescadores
que con Dios divino
hicieron un trueque
ellos, de la mar
el Cristo trajeron
y como pago
allí se quedaron
en la eternidad.
Hoy, nosotros por ellos
al Cristo imploramos
tal vez también ellos
lo hagan por nosotros
lo necesitamos.
62 Candás 2011. Portfolio Edición XLVI
Pensé en no volver a escribir en esta publicación
tras la censura que sufrí el año pasado, pero a
pesar de la rabia por lo sucedido, quiero contribuir
con mi modesta aportación a todo lo que tiene que ver con
Candás y Asturias, con sus/mis gentes, porque son mi razón
de ser, mi seña de identidad y mi refugio en los momentos
difíciles que a todos nos visitan. Por eso un año más me
subo al carro aunque comienza a ser difícil encontrar algo
que contar, algo que pueda interesar a quien lo lea, que
haga identificarse al lector de alguna manera con lo escrito.
Finalmente, mi artículo comienza así:
Por lo general, los homenajes siempre se hacían a tiem-
po pasado, es decir, cuando la persona homenajeada no se
encontraba ya entre nosotros. Pero parece que la tenden-
cia se va cambiando y hoy es ya casi normal reunir a gente
alrededor de una comida para con unos parlamentos y
unas placas conmemorativas, cantar las alabanzas de
alguien que hizo algo por el pueblo, por una asociación, por
el mar patrio o simplemente porque es la excusa perfecta
para darse un atracón. Y es bueno reconocer lo que sea y
además hacerlo públicamente, para que esa persona sienta
el calor de los suyos, el afecto de sus paisanos, de sus ami-
gos. Por eso no quiero ser menos que los demás y pretendo
hacer un homenaje compartido con los míos a alguien espe-
cial. Tan especial como cualquier otra, como tantas otras
que se mantienen firmes al mando del timón cada vez más
menguado de la vida, de la historia particular de todos
nosotros.
Sin importar que el sol mandara en el cielo, o la lluvia
lo invadiera todo, mi madre siempre se levantaba antes que
nosotros para despertarnos. Era el momento de ir a la
escuela, de intentar sentar las bases para que nuestro
futuro personal tomara forma empapándonos de cultura,
de conceptos, de estudios que deberían abrirnos las puer-
tas de la vida. Un salario justo para las necesidades de una
familia con tres hijos no fue un obstáculo para que cuando
se necesitó, se visitaran médicos de pago que pusieran fin
a todo aquello que la seguridad social no acertaba a solu-
cionar. Mi padre a turnos semanales en aquella Ensidesa
de entonces, y mi madre a destajo en casa con tres hijos pe-
queños frente a la Iglesia. Bañándonos en un caldero
grande que llenaba de agua caliente, agua que se calenta-
ba en la cocina de carbón porque no había bombo ni calen-
tador. Lavando cada noche los pañales de quienes los lle-
vaban, porque entonces no los había de recambio, de esos
de usar y tirar que hacen creer que vivimos mejor porque
casi todo es desechable. Intentando poner cordura en riñas
caseras de hermanos que iban heredando unos de otros la
ropa, porque no había dinero para estrenar cada vez que
algo se le quedaba pequeño a uno. Yo heredaba de algún
conocido, luego mi hermano Sebas heredaba de mí. Por
suerte para ella, María no podía heredar de nosotros, como
es lógico pensar. Y así sucedía con la ropa, con los libros del
colegio... Eran momentos aquellos, en los que los calcetines
eran grandes para que nos sirvieran durante más tiempo, y
una vez puestos en el pie, se doblaba la puntera hacia aba-
jo con lo que sobraba para que no nos rozaran los dedos. Y
cuando un dedo salía por delante, a remendar sin falta por
la noche, que a la mañana siguiente debían estar en perfec-
to estado de revista. Los zapatos se llevaban con mucha
frecuencia al zapatero, a coser punteras rotas de dar
patadas hasta a las piedras y del desgaste del uso diario,
porque no se podían tirar y comprar otros. Y si la ropa se
rompía, no se tiraba tampoco; se cosía porque tenía que
durar hasta que no te sirviera y no se podía ni echar a la
basura, ni enviarla a modo de reciclaje a esa gente que la
necesita a veces en África y a veces mucho más cerca de
nosotros de lo que pensamos.
En aquellos años cuando mi padre cobraba, se iba en el
Carreño con ese mismo caldero grande y con bolsas al
economato de la empresa, para aprovisionar la despensa
para todo el mes. Mi madre tampoco estrenaba, mi madre
José Antonio Medina
Para que no sea tarde
no iba a la última. Había que racionar un sueldo que no
permitía excesos y que tenía que durar hasta que al mes
siguiente volvía a llegar la nómina como el maná que caía
del cielo. Y las prioridades estaban siempre claras: el
alquiler, la comida, los hijos…Y de ellos quizás yo fui el
más problemático en cuanto a cuestiones de salud, yo fui
quien más sangró la economía familiar con problemas que
hacían que mi madre me llevara de un médico a otro sin
rendirse ante un diagnóstico que no le convencía y que veía
que no solucionaba el problema. No se asustaba por tener
que ir a hablar con quien fuera si era necesario. Como tan-
tas madres de las de entonces, la lucha diaria era una cons-
tante y no había barreras insalvables cuando de defender a
la familia se trataba. Independientemente de que no
hubiera para tener una televisión, un coche, un tocadiscos.
Claro, en aquellos años las prioridades eran otras. Porque
a pesar de que eran años grises en los que las mujeres no
tenían un papel supuestamente destacado en la sociedad,
mi madre no obstante, ostentaba en el gobierno de casa por
lo menos las carteras ministeriales de economía, de sanidad
y de educación. Con la única titulación de un máster en la
escuela de la vida; esa en la que se aprende a base de intui-
ción para sortear miserias, necesidades y deseos. Como
tantas otras madres que en el silencio de aquella época, lo
único que no hacían era traer un sueldo a casa pero que
eran el alma de todos los hogares, y que a buen seguro son
el espejo en el que deberían mirarse hoy en día tantos doc-
tos dirigentes repletos de inútiles títulos colgados en las
paredes de sus grandes despachos...
Pero llegó el día en que con los tres hijos mayores ya
algo más crecidos, la necesidad la hizo salir a trabajar fuera
además de lo que ya hacía en casa. Había que buscar el
dinero que no daba el hacer las camas, la comida, la
limpieza de la casa, planchar, lavar y tantas cosas que no se
reconocen en su justa medida. Y como a mi madre no se le
ponía nada por delante, se lió la manta a la cabeza y comen-
zó una vida laboral que comportó cosas a todos. Sobre todo
a nosotros tres, que debíamos quedar solos porque ella no
estaba. Y debíamos estar en casa portándonos bien (hay
que ser iluso para pensar que seríamos santos…), a la
espera de que mi madre volviera reventada de llevarse en
el tren ella sola tres o cuatro cajas con productos que debía
llevar a Gijón, a la Felguera, a Avilés. (Hoy en día los servi-
cios sociales pondrían el grito en el cielo). No sé cómo lo
hizo, cómo no reventó porque ese trajín duró años hasta
que por fin se sacó el carné de conducir y con esfuerzo, en
casa apareció el primer coche, un inolvidable Renault 5
amarillo que fue su compañero de fatigas por la geografía
central asturiana. Kilómetros a las espaldas para conseguir
un dinero extra que vendría bien cuando los hijos van cre-
ciendo y teniendo otras necesidades, cuando la sociedad
cambia y adquiere malos hábitos consumistas que para ella
no tienen fundamento, pero que para el egoísmo de un hijo
es la base del reconocimiento social entre los amigos.
Aunque de todas formas, no había concesiones a la fri-
volidad porque las marcas eran algo que seguíamos sin per-
mitirnos.
De todas formas la vida continúa poniendo piedras, tra-
bas, problemas. Llega un nuevo hijo en aquel momento no
deseado, porque la naturaleza es caprichosa y decide sin
consultar a nadie. Sin embargo, en un primer destello de
madurez, ninguno de sus tres hijos hicimos ningún
reproche a pesar de que sabíamos lo que eso supondría. A
pesar de consejos de toda índole que nunca escuchó en
casa, a pesar de las lágrimas que sé que le costó. Pero aque-
llo se terminó y los nueve meses del embarazo de mi her-
mano Manuel, fue una época en la que ella descubrió que
sus hijos se comprometieron con ella como nunca, y jamás
la dejamos coger un peso, ni colocar una bombona de
butano ni nada. Nuestro hermano, su nuevo hijo, se con-
virtió en la ilusión que nos hizo reaccionar para hacer un
poco menos dura la vida a nuestra madre. Eso es algo que
ella siempre reconoce, que nunca sus hijos la hicieron “vi-
vir tan bien” como mientras volvió a estar embarazada. Y
lo de vivir tan bien, lo entrecomillo porque todos sabemos
que para una madre eso es relativo siempre.
Y la vida sigue con tres hijos mayores y un bebé. Una
nueva prueba que sigue superando con poca ayuda, porque
Candás 2011. Portfolio Edición XLVI 63
64 Candás 2011. Portfolio Edición XLVI
mi padre colaboraba poco en las tareas domésticas, como
tantos padres que no saben planchar una camisa ni hacer
una cama. Eso es cosa de mujeres…aunque trabajen fuera
de casa también. Pero eso no es un reproche y mucho
menos a la memoria de mi padre, sino que sólo es una
constatación de la mentalidad social que aún impera en
algunos de nosotros, y que no valora lo suficiente el papel
que una mujer, una madre, tiene en la vida y en la
sociedad.
Pero las cosas siempre pueden ir peor y la muerte de mi
padre nos golpeó con fuerza a todos, porque siempre es
muy duro perder a un padre y más a temprana edad. Quie-
nes hayan pasado por este trago sabrán a qué me refiero.
Pero lo peor era para mi madre, que se quedaba a los 40
años en solitario para sacarnos adelante a los cuatro; yo a
las puertas de ir a la mili, Sebas a punto de iniciar la
Universidad, María aún en el Instituto y Manuel con cua-
tro años. Lo que pasa es que mi madre, una luchadora de
raza, tampoco se rindió y volvió a ponerse en cabeza de
nuestro tren para tirar de los vagones. Había que hacer de
tripas corazón y seguir peleando, no volviéndole la espalda
y mirando a los ojos a una vida que le ponía trabas un día
sí y otro también. Y una vez más, lo hizo. Sacó la casta y
peleó sin desmayo, con sus posibilidades. Por nosotros.
Como todas las madres, sin esperar nada a cambio más que
a veces la incomprensión egoísta de los hijos, invirtió horas,
meses y años, invirtió su vida en luchar por nosotros.
Ahora, supuestamente, ya no necesita batallar para
sacar hijos adelante. Continúa subiendo cargada de forma
inhumana los cuatro pisos sin ascensor que año tras año,
día a día, son el camino ineludible para llegar a su hogar.
Pero se niega a quedarse tranquilamente en casa a contem-
plar un atardecer sin más. Siente que aún puede hacer
cosas, que aún es útil ya no solo a nosotros, sino a esa vida
tan dura para con ella. Y se mantiene en plena actividad,
de un lado para otro, arañando unos euros que más que el
económico, tienen el valor de hacerla sentirse viva y auto-
suficiente. Ahora se permite pequeños lujos participando
en desfiles, en teatro aficionado. Sigue bailando, continúa
hablando con el Cristo de Candás por lo menos cada
domingo, toma un café con sus amistades, pero eso sí, por
el rabillo del ojo permanece atenta a todo lo que tiene que
ver con sus hijos, sufriendo por todos como el primer día.
Ahora cuida también a sus nietos, a los de Candás y a las
de fuera cuando es posible. Son su tesoro, como el de todas
las madres que ahora son abuelas. Son una de las pocas
alegrías que aunque tarde, le concedió la vida a una mujer
a la que siempre vi cayendo y volviendo a levantarse casi
sin derecho a queja porque es lo que toca, luchar con todas
las fuerzas que se tienen o que quedan en la guerra conti-
nua y silenciosa que es la vida. Así recuerdo a mi madre,
Aidé, desde que tengo uso de razón.
Y sigue luchando por reunir a sus hijos y nietos al
menos en Navidad, compartiendo mesa y mantel en una
reunión familiar donde lo que menos importa es el manjar,
sino que su legado sigue unido. Sigue luchando y sufrien-
do por los problemas que ahora ve que se nos presentan a
los demás. Porque tampoco sabe hacerlo de otra manera.
Menos mal que alguna pequeña recompensa recibe.
Cuando como dije, consigue reunirnos a todos en
nochebuena o Navidad, o cuando en el verano nos
aprovechamos de ella instalándonos como ocupas a pan y
cuchillo en su casa. O cuando ve que sus hijos siguen com-
partiendo juntos sobremesas o sesiones matinales mientras
los nietos juegan en el parque cercano. Esa es su mayor sa-
tisfacción, sin duda. Creo sincera y modestamente que en
ese sentido, tiene derecho a estar orgullosa porque todos
tenemos claro quiénes somos y de dónde venimos.
Mi madre merece al menos nuestro reconocimiento, y
más ahora que sus hijos somos a nuestra vez padres. Ahora
que podemos entender muchas cosas y reconocer todo lo
que hizo, todo lo que sufrió, todo lo que luchó. Porque
ahora nosotros somos los que debemos dar valores, llevar
por el sendero correcto y sacar a la vida a nuestros hijos.
Somos los que tenemos que luchar a brazo partido por
ellos, porque aunque los tiempos hayan cambiado, en lo
esencial sigue siendo lo mismo que antes. Creo por todo lo
expuesto, que es justo homenajear a Aidé, una coreana que
llegó joven a Candás con todas las ilusiones por alcanzar,
que se fundió con la gente de aquí a base de pelea noble.
Mi madre, Aidé, a pesar de todos los defectos que alguien
le pueda encontrar, va de frente por la vida. Con la cabeza
alta por haber luchado contra las vicisitudes de cada día sin
haber desmayado nunca. Un homenaje extensivo a todas
las que como ella vivieron años duros y salieron victo-
riosas. De esas, hay muchas en Candás por no ir más lejos,
¿no os parece? Pues que no sea tarde para reconocérselo a
todas ellas como se merecen. Por si acaso, mis hermanos
y yo junto con sus nietos, estamos orgullosos de ella y su
ejemplo, aunque nunca logremos corresponder a todo lo
que nos dio y sigue dando.
Gracias, Mamá. Gracias, Aidé. Gracies, güelita…
66 Candás 2011. Portfolio Edición XLVI
Amanece. El trino canoro del
chiquito "Kraus" se propaga
por todos los rincones de la
casa anegándola de alegría. Me
incorporo de la cama, pongo la bata
y me asomo a la ventana de la
habitación. En la calle todo es silen-
cio, quieta la brisa bajo un cielo azul
"mediterráneo". Me retiro de la ven-
tana, cubro la cama con el edredón
al estilo soltero y luego me ocupo del
aseo personal. A la hora de siempre
tomo una pastilla de Aprovel (para
controlar la tensión arterial). Preparo
el desayuno en el que están pre-
sentes algunos antioxidantes como:
zanahoria, naranja, nueces, cereales,
una taza pequeña con leche Alpro
(leche de soja tolerada por la alergia),
con unos gramos de café descafeina-
do. Cumplida esta función nutritiva
paso al salón en busca del archivo de
los recortes de prensa. Elijo unos
informes sobre alimentos transgéni-
cos (ingeniería genética, o sea, tomar
un gen de un organismo y ponerlo
en otro), por ejemplo, trasladar un
gen humano a un cerdo para que
crezca más rapidamente...
Los informes, aunque escritos
hace unos años, conservan la frescu-
ra de la actualidad sobre los alimen-
tos transgénicos. Por aquel entonces,
Esteban Cabal, autor de uno de los
escritos a una multinacional, empre-
sa lider de biotecnología a la que
acusa de silenciar información sobre
los alimentos transgénicos, de sus-
pender la serie documental sobre la
hormona de la leche fabricada por la
multinacional en cuestión (que esta-
ba siendo emitida por la Fox TV).
Asimismo, The Ecologit (Reino
Unido) al escribir un número sobre
la misma multinacional todos sus
ejemplares fueron destruidos por la
propia imprenta Penwell que los
había impreso, sin dar explicaciones.
A su vez: “Todo sobre los alimen-
tos transgénicos” del presidente
Nunjundaswamy de –Kamataky Sta-
de Formers Association– considera
que cambiar las caracteristicas de un
gen de un organismo natural com-
porta un riesgo para la salud
humana, como lo demuestra la
aparición de nuevas enfermedades y
el peligroso riesgo que corren las
plantas manipuladas al mezclarse
con las silvestres ya que pueden con-
vertirse en malezas y luego en su-
permalezas, de muy difícil control,
dice Nunjundaswamy, al tiempo que
anima a destruir el cultivo de las
semillas manipuladas genetica-
mente.
Mariano Cereilo, autor de:
“Transgénicos, con la comida no se
juega”, objeta que los alimentos
transgénicos deparan demasiados
interrogantes entre la sociedad y sus
organizaciones y a pesar de la ver-
sión oficial de multinacionales y
políticos ¿tenemos garantizada nues-
tra seguridad alimenticia? ¿se aplica
el principio de precaución?" "Yo creo
que no", responde el autor, que tras
exponer sus críticas concluye el
informe con un largo decálogo de
objeciones: Dudas, anomalías, bacte-
rias patógenas, falta de transparen-
cia, incertidumbre, favoritismo,
secretismo, virus, estudios incomple-
tos, recombinaciones, dólares, ries-
gos, sospechas químicas, debates,
alergias, confrontación, laboratorios,
falta de voluntad, informes defectuo-
sos, procedimientos inadecuados,
desinformación, cáncer, desconoci-
miento, interrogantes... etc.
Asimismo, la Organización Eco-
lógica Greenpeace alerta de los ries-
gos sanitarios a largo plazo de los
Organismos Modificados Geneti-
camente (OMG), cree que los ali-
mentos que consumimos no se están
evaluando correctamente, (alergias,
tóxicos...) son riesgos inesperados. El
maiz, la soja o sus derivados industri-
ales están presentes en más del 60%
de los alimentos transgénicos. Un
alto porcentaje que llega a España
Manuel Menéndez Santos
¿Sabemos lo que comemos?(Alimentos transgénicos y...)
provienen de paises que cultivan
transgénicos a gran escala como
Argentina y Estados Unidos. En
España entran seis millones de
toneladas anuales de materias pri-
mas transgénicas y se cultivan unas
58.000 hectáreas de maiz manipula-
do. ¿Cuál es el destino de estos ali-
mentos transgénicos?, pregunta en
su informe Greenpeace, reconocien-
do que aunque la ley obliga a etique-
tar los piensos transgénicos (muy
pocos lo son), "no sabemos si la
leche, la carne, los huevos...,
provienen de animales alimentados
con tales piensos ya que la legis-
lación no obliga a etiquetar el pro-
ducto final como dice la prestigiosa
Organización Ecológica.
Por otra parte el diario El País
(3/4/2011) publica un informe de la
Organización Mundial de la Salud, la
que afirma que no se han demostra-
do riesgos para la salud humana,
aunque si ve un “riesgo real” de que
afecten al medio ambiente ya que los
genes introducidos pueden saltar a
otros cultivos en referencia a tres
riesgos potenciales, como producir
alergias, transferencia genética (de
que el gen introducido salte a las
células de la persona o a las bacterias
que hay en el tracto intestinal, –parte
del aparato digestivo formado por
una serie de órganos que van desde
la boca, el estómago..., que se encar-
gan de transformar los alimentos en
energía para el funcionamiento del
cuerpo, formar los alimentos en
energía para el funcionamiento del
cuerpo–, y el tercer riesgo que es el
más preocupante por temor a que los
genes se desplacen a cultivos sil-
vestres... Informa la OMS.
Loable labor de Greenpeace y de
más gente que se preocupa del
cuidado del ambiente y de la salud
de sus semejantes. Ardua tarea de
erradicar las semillas de cultivo
transgénico como pretende Green-
peace. Desde tiempos remotos el
hombre ha venido experimentando
con plantas, animales, humanos..,
hasta el presente en que la ingienería
genética se ha convertido en una
línea férrea de interminable recorri-
do. Por supuesto que existen solu-
ciones para mejorar un mucho los
graves problemas de la humanidad
como el hambre pero también
fortísimos intereses, codicias ilimi-
tadas, enormes desigualdades salari-
ales (activas y pasivas), y sociales...
Mientras, el deporte rey acapara la
atención obviando la defensa rei-
vindicativa de los derechos sociales
(que tanto sacrificio y muerte había
causado al mundo trabajador). Hoy
parece que están siendo arrancados
como los gajos de una naranja sin
que se despierte del largo letargo
para defenderlos, pese al tremendo
drama del paro. Cuáles serán los
siguientes pasos contra la grandísima
capa social? ¿Trabajar por la comida?
¿Poner argollas alrededor del cuello?
Mientras tanto, una parte importante
de la sociedad por razones de bolsillo
y otra por diversas razones de la vida
estresante cotidiana, seguirán con-
sumiendo alimentos chatarra: ham-
burguesas, perritos calientes, patatas
fritas, aros de cebolla fritos, pollo
frito, pizza, sanwidches, alta canti-
dad en grasa (aceites, carne, mayone-
sa, algunos quesos grasos...) excesivo
sal, donuts, pastelería en general.
Alta cantidad de hidratos de carbono
(harina, azúcares...), bebidas gasifi-
cadas y un largo etc., que si forma
parte de una alimentación diaria
resulta un peligro para la salud y el
bienestar en general en opinión de
los expertos de la nutrición.
¿Y qué clase de nutrientes-ingre-
dientes aportan este tipo de comida,
tampoco recomendable por los
expertos? Alta cantidad de proteínas,
de origen animal. Aditivos: conser-
vantes, colorantes... Abundante can-
Candás 2011. Portfolio Edición XLVI 67
68 Candás 2011. Portfolio Edición XLVI
tidad de azúcares simples, grasas sa-
turadas, colesterol y sodio. Aporte
bajo o nulo de fibra y vitaminas.
Elevado aporte calórico por ingesta,
lo que provoca sobrealimentación.
Un menú compuesto por patatas
fritas, una hamburguesa y un refres-
co, cubre el 50% de las calorías nece-
sarias, con lo cual, trastornos de peso
y de obesidad serían la primeras con-
secuencias. A su vez, escaso desarro-
llo de la masa ósea por bajo aporte de
calcio. Enfermedades cardiovascu-
lares (infarto de miocardio...), so-
brepeso e hipercolestecolemia (hi-
pertensión arterial y colesterol alto),
debido a la elevada cantidad de pro-
teínas de origen animal. Estreñi-
miento (por bajo aporte de fibra, y
por la falta de alimentos crudos
como verduras y frutas...), caries
provocadas por el alto índice de azu-
cares simples. En fin, deterioro de la
salud en general por el desequilibrio
de materiales digestivos pesados.
Otra cosa es comer esporádica-
mente, entonces, no pasa nada.
A la mañana siguiente me pre-
sento en un supermercado y al acer-
carme a los estantes pienso: ¡Comer
es una acción vital para la vida! Pero,
¿qué pasa cuando se come lo que no
se debe. Cuando se come de más,
cuando no se sabe lo que se come,
cuando comer es un negocio? Se dice
que de comensales está el mundo
lleno. Se asocia la comida con todo lo
que se relaciona con el ser humano:
desde el bienestar pasando por la
prosperidad, la abundancia, la per-
sonalidad... Pero ¿comemos lo que
queremos comer o comemos lo que
otros nos permiten comer? Creo, por
nuestra filosofía de tomarnos la vida,
se impone la segunda pregunta. A
medida que voy recorriendo los
estantes y haciendo acopio de los
productos más adecuados a mi dieta
alimenticia, pienso si no sería lo
mismo ir eligiendo las cosas sin
perder el tiempo en mirar y remirar
cada etiqueta del producto respeta-
do, como hace casi toda la gente al
comprar, sin obviar las muchas con-
versaciones cotidianas y otras obser-
vaciones sobre el comer, en que
mucha gente confiesa co mer más
por satisfacer al paladar que por con-
trolar la salud del cuerpo. Al final la
prudencia se impone para seguir
revisando detenidamente la com-
posición nutricional, pese a que
muchos productos no se pueden leer
ni con lupa.
Al llegar al estante de las bebidas
elijo un vino, que es un producto
antioxidante ¿qué beneficios tienen
los alimentos antioxidantes? En
opinión de los entendidos en la mate-
ria, "son ricos en antioxidantes natu-
rales. Nos protegen frente a los radi-
cales libres (sustancias alimenticias
que circulan a su aire por la sangre)
causantes de los procesos de enveje-
cimiento y enfermedad de las célu-
las. “Lucha contra el cáncer”. Cada
vez hay más estudios que relacionan
el llevar una dieta rica en alimentos
antioxidantes (frutas y verduras) y
niveles más bajos de cáncer.
Protección cardiovascular ya que el
colesterol se vuelve realmente noci-
vo o peligroso cuando se oxida gra-
cias a los radicales libres (tiende
entonces a engancharse a las paredes
de las arterias).
¿Cuáles son los nutrientes antio-
xidantes y los alimentos antioxi-
dantes más potentes de cada tipo?
Betacarotenos: abundan en las zana-
horias, espinacas, albaricoques,
tomates, calabaza, melones, brécol...
-Coenzima 0-10: cacahuetes y aceite
de soja o soya- Selenio: nueces, ajos
semillas o pipas de girasol...
Vitamina C: La encontramos en fru-
tas y verduras: destaca pepino,
pimiento, papaya, melón, coles de
Bruselas, brécol, fresas, naranjas,
limones, kiwis y tomates. Vitamina
E: aceites vegetales (soja, girasol y
maíz), frutos secos, las semillas y
cereales (destaca el gérmen de trigo).
El zin: destacan las semillas de cal-
abaza o zapallo y los frutos secos y
cereales. Acido Pelágico: granada,
kiwis, fresas, frambuesas, arán-
danos. Capsicina: la pimienta de
Cayena, los pimientos, los chiles y
los ajies. Catequinas: el té verde y el
cacao. Compuestos azufrados, el
puerro, el ajo, y la cebolla quercitina:
Té verde, uvas, brócoli, vino tinto,
cerezas, cebolla..., entre otros ali-
mentos antioxidantes y nutrientes.
Al llegar al estante de verduras,
hortalizas, frutas..., reparo en dos
productos, de los tenidos por ecológi-
cos que cuestan un potosí, me hago
con una bandejita de cuatro piezas.
Paso por caja y regreso a mi casa,
saco las piezas de la bandeja ¿ecoló-
gica o timo de la estampita? Una
pieza está completamente podrida
¿volver a reclamar otra pieza? Pienso
que es mejor dejarlo como está. Voy
a perder tiempo en reclamaciones.
La solución pasaría por ser conse-
cuentes con la responsabilidad
puesto que lo que está empaquetado
no permiten comprobar en qué
condiciones se encuentra el con-
tenido. Tenía la seguridad de que
algún alimento transgénico directo o
derivado me podría caer pero ni
soñando imaginaría que despierto
me meterían un gol "ecológico".
Pongo la radio y difunde una
noticia de sumo interés. Un proyecto
presentado en 2005, por un grupo de
diputados sobre el etiquetado de los
alimentos transgénicos. Parece ser
que "hay acuerdo unánime en la
Comisión para ver el proyecto de
manera paralela con los que ha envi-
ado el Ejecutivo sobre los alimentos
transgénicos cuyo legislador expresó:
"etiquetar los alimentos transgénicos
es muy importante, ya que la idea es
que quienes los consuman en nues-
tro país sepan lo que están comien-
do".
No se trata de que yo pretenda
durar más años que la peña Furada
(como alguien pudiera pensar por el
hecho de comer "sano"). Una buena
alimentación por sí sola, no es sufi-
ciente para prevenir las multiples
enfermedades con las que se
enfrenta cada organismo del ser
humano en esta vida ¿moderna?
Existen muchos otros factores de
riesgo de tipo psíquico, físico o emo-
cional, según sean las condiciones
sociales y materiales donde se rea-
lice. La Organización Mundial de la
Salud (OMS) define a ésta como "el
caso completo de bienestar físico,
mental y social”. Es decir, un cuerpo
sano, una mente equilibrada emo-
cionalmente, una posición económi-
ca digna y estable, un trabajo sin
riesgo potencial capaz de hacer
daño... La definición de la OMS nace
de un teórico deseo; en cambio, la
realidad es la que se respira, palpa,
malvive..., como los muchísimos
compatriotas ¡Ojalá de la caja de
Pandora no escape la Esperanza y se
vayan transformando estos tiempos
oscuros, en claros y serenos! Perder
el miedo es un estímulo muy peli-
groso.
Sé que el tema no se corresponde
con la filosofía clásica del portfolio,
pero ante el rítmo estresante de la
vida, he pensado que puede servir
de alguna utilidad, diferenciar
(aunque sea someramente) determi-
nados alimentos, y algunos nutrien-
tes adecuados para el organismo...
Sobre todo para quienes, casi al final
de la singladura, una moderada cali-
dad de vida puede evitar que los
amenazadores goterones derriben
estrepitosamente los viejos tejados
¡Tristeza, temor..., no si la Naturaleza
hace su cometido con cierta dig-
nidad! En cuanto a la señora parca es
incorruptible. ¡No se casa con nadie!
Por otra parte, ¡enfermar!, se está
poniendo muy caro ¿No os parece?
Así que: ¡A cuidarse que es muy
sano!
Candás 2011. Portfolio Edición XLVI 69
70 Candás 2011. Portfolio Edición XLVI
Para aquellos que no me cono-
cen, mi nombre es Vito Ondó
Motogo Mangue, nací en Gui-
nea Ecuatorial hace 42 años. Resido
desde hace algunos años en Cana-
rias. Ahora, soy párroco de la parro-
quia de San Diego de Alcalá de Gran
Tarajal, en la isla de Fuerteventura,
Diócesis de Canarias y administra-
dor parroquial de las anejas en Tui-
neje, Tiscamanita, las Playitas, Gini-
ginamar, Tesejerague, Tarajalejo y
Cardón.
Cada día que comienza, pido al
Señor las fuerzas necesarias para po-
der ejercer con alegría y con amor mi
misión en estos lugares de culto. Sé
que no llueve a gusto de todos, dice
el refrán. Cada día intento, con la co-
laboración de muchos fieles, realizar
mejor mi tarea como Sacerdote de la
iglesia católica. Doy gracias a mi
Obispo con su equipo porque se han
fiado de mí poniéndome al frente de
una zona pastoral tan grande. Sé que
no soy digno.
No puedo hacer ahora una radio-
grafía de cada una. Lo único que re-
saltaría es que en todas ellas pode-
mos encontrar el amor de Dios a tra-
vés de las manifestaciones que de-
muestran en las fiestas patronales:
San Marcos en Tiscamanita; San Mi-
guel Arcángel en Tuineje; San Diego
de Alcalá en Gran Tarajal; San Pedro
Pescador en Las Playitas; San José,
esposo de la Virgen, en Tesejerague.
También hay mucha devoción a la
Virgen María: Corazón de María en
Tarajalejo; Nuestra Señora del Car-
men en Giniginamar; y La Virgen
del Tanquito en Cardón.
En poco tiempo que llevo en esta
zona pastoral he conocido a muchas
personas de buena voluntad. Perso-
nas de procedencia distintas y de
confesiones distintas.
He conocido muchos hombres y
mujeres que ponen a Cristo como el
único centro de su vida. Entre ellas,
están Beli y Alfredo, asturianos y
candasinos que llevaban muchos
años viviendo aquí en Gran Tarajal,
Fuerteventura.
En los ratos de alegría y de inter-
cambio de impresiones, me invitaron
a conocer su tierra y no lo pensé dos
veces porque desde hacía tiempo
quería conocer a Asturias. Y los
sueños se hicieron realidad.
Es imposible que describa todo lo
vivido con los candasinos en aque-
llos días del mes de julio del año
2010. Fueron para mí unas de las
mejores vacaciones en muchos años.
Hasta tal punto que a la vuelta, de-
cían que me había rejuvenecido, y
no les faltaba la razón.
Mis queridos candasinos, no po-
déis ser diferentes. En vuestras vidas
estáis llamados a hacer el bien y lo
estáis cumpliendo. Estáis unidos to-
dos como un injerto en el corazón
del SANTO CRISTO DE CANDÁS.
En vuestras venas discurre la sangre
del que siendo Dios, no presumió de
Vito Ondó Motogo Mangue
Desde Fuerteventura,
Gracias candasinos
su categoría, sino que se rebajó hasta
la muerte y una muerte vergonzosa y
por eso Dios lo levantó... Vuestras
acciones, vuestra acogida, vuestra
hospitalidad, etc., son frutos del
amor que nace del corazón del SAN-
TO CRISTO DE CANDÁS.
Os doy gracias a todos y en parti-
cular a ALFREDO y a BELI. Gracias
a estas humildes personas he conoci-
do a un pueblo alegre, solidario, aco-
gedor... Gracias a los dos he conoci-
do al grupo de SOLIDARIDAD enca-
bezado por Mª Goretti y Ana. Estas
dos chicas y otras más, demuestran
que todavía sigue habiendo en nues-
tra sociedad jóvenes con iniciativas
altruistas. Con su esfuerzo y con la
colaboración de muchas personas,
algunos jóvenes de mi tierra natal
podrán cubrir algunos gastos de sus
estudios como son la matrícula y los
materiales escolares. Gracias de co-
razón.
Quiero dar gracias también al pá-
rroco, José Manuel, por permitirme
compartir mi fe con vosotros, cele-
brando la Eucaristía en la preciosa
iglesia de San Félix. Agradezco tam-
bién a Pedro, el sacerdote, natural de
Candás. Él me llevó a su parroquia
en Oviedo. Hasta presidí la Eucaris-
tía en la fiesta de Santa Marina (No
recuerdo ahora el nombre del pueblo
donde lo celebramos).
Agradezco también al Alcalde, D.
Ángel Riego, por su cercanía y por su
ayuda a caritas parroquial de San
Diego de Alcalá. Espero y deseo que
nunca se rompan estas muestras de
solidaridad y de cercanía con nues-
tras comunidades cristianas y sobre
todo con las personas más desfavore-
cidas.
Nunca olvidaré a Alberto, el her-
mano de Beli, que me llevó a ver al-
gunos de los pueblos históricos de la
zona: Cudillero, Luarca, Luanco...
Agradezco también a Alfredo y a
Laura, los hijos de Beli y Alfredo que
viven en Cangas de Onis. Ellos me
llevaron hasta la "SANTINA". Fue
una experiencia gozosa, emocionan-
te. No tuve palabras al acercarme
hasta los pies de Nuestra Madre de
Covadonga.
No quiero olvidar a los padres de
Mª Gorretti, Fermín e Inés por su
amistad y por dar a luz a una hija
muy humanitaria.
Las tardes en el "PASEIN" de
Candás, pasando por el puerto hasta
Perlora, eran para mí momentos de
alegría y de encuentro. En esos pa-
seos conocí a Juan Emilio del grupo
de San Félix. Una persona alegre y
cercana. Recuerdo que en la feria de
las conservas, en el muelle de Can-
dás, su grupo me dedicó un baile.
Tampoco quiero olvidar a Che-
ma, el médico; a Luis, el del cine an-
tiguo, aunque no creo que se acuer-
de de mi; a Emilia, la de Caborana; a
Fernanda, la vecina de Beli; a María,
la de las frutas; a Mandy, que me lle-
vó al museo de las minas en Oviedo
y a su señora; a Loli y José, el del
Bomba que viven en Avilés.
A todos los que me acogieron, al
grupo de cáritas, a los amigos que Al-
fredo me presentó, os doy gracias de
corazón y espero que algún día pue-
da volver a tener la dicha de veros.
Que el Señor, por la intercesión
de san Félix, os bendiga y nos llene
de amor mutuo. Felices fiestas del
Santo Cristo de Candás.
Candás 2011. Portfolio Edición XLVI 71
72 Candás 2011. Portfolio Edición XLVI
Don Luis Vigil-Escalera y
Blanco Ortiguera empleó
como seudónimo literario
el de "Augustino Vélez-Albo".
Aunque nacido en Pola de Siero
(1852), realizó su labor periodística
en Gijón, donde ejerció de Juez
Municipal. Con un gran amor a la
tierra y notables virtudes literarias,
da a conocer sus primeros escritos
en el diario "El Noroeste", pero
pronto pasa a colaborar en "El
Comercio", donde desarrolló una
gran labor periodística. Gran ami-
go de Alfredo García y García
("Adeflor"), ambos realizan al
alimón varios trabajos literarios de
gran éxito y cuya enumeración se
aparta de la intención de esta
reseña. El fallecimiento de Vigil-
Escalera tiene lugar en su domi-
cilio de la calle Ezcurdia, con vistas
al mar de San Lorenzo, que él tanto
amaba, el 31 de agosto de 1923, a
los 71 años.
Uno de sus artículos que, a mi
juicio, tienen más interés para este
portfolio, se titula "De Gijón a
Luanco", del que extracto lo que
sigue. Se acerca a Veriña en tren, y
le espera un labriego con una jaca
que "le envía el cura de Carrió".
Relata cómo por la carretera se
encuentra con un sitio denomina-
do Entrepeñas, donde divisa la
"tranquila corriente del río Aboño,
atravesándole por un bonito puen-
te (y ve cómo) "se desliza el agua
silenciosa, entre espadañas y jun-
cos reflejados en sus mansas y lim-
pias aguas [...], extendiéndose has-
ta alcanzar el mar, constituyendo el
famoso Cabo Torres, antiguo pro-
montorio escítico [...] la más avan-
zada de sus rocas verdadero islote
cónico ha recibido de los naturales
el expresivo nombre de El quesu,
por reproducir con bastante exacti-
tud la forma de los que en el país
se fabrican".
A la orilla del río divisa cas-
taños, robles, álamos y pinos, que
alternan con plantaciones de maíz,
manzana y trozos de terreno desti-
nado a pasto. Describe que en las
aguas del río, de antiguo llamado
Abonio, "se crían abundantes tru-
chas y anguilas, cuya pesca suele
rendir en ciertas épocas del año no
escasas ganancias..., y por efecto
de un violento recodo, y en el lugar
denominado La Barquera, forma el
camino, el cual, separándose así
por completo de la corriente del
Aboño, se interna resueltamente
en el feraz concejo de Carreño".
Pronto se divisa sobre una verde
colina un grupo de casas de la feli-
gresía de Carrió: "Destaca de él la
linda casita rectoral, con frondosa
huerta con perales, limoneros,
sandías y la trepadora vid [...] y
Arturo Muñiz Fernández
Un viaje por Carreño en 1878
"Abundan [...] casas con escudos de armas de
respetables familias que muestran claramente la
importancia que revistió [...] cuando la industria
de la pesca, la salazón y el tráfico en ballena
y grasa habían levantado a Candás a un grado
notable de prosperidad y florecimiento"
allá por detrás de estas bellezas
asoma sus vetustos y agrisados
muros el antiguo palacio de Carrió,
cobijado bajo el dosel que le forma
la esparcida copa de un altísimo
pino..."
Recibido por el cura de Carrió,
Vigil-Escalera realiza su primera
visita a la iglesia. Hacia el medio
de ésta, por la parte que mira al
templo y defendida por ligera verja
de hierro, se ve una lápida, que él
describe con estas palabras: "Se
construyó esta obra año de 1871.
La modestia del generoso vecino
que la costeara obligó a borrar su
nombre junto a la citada fecha. La
iglesia está dedicada a San
Lorenzo, y amén de reducida, no
puede ser más pobre. Cuenta dos
altares, además del principal; en la
capilla mayor y al lado de la epísto-
la, un pequeño estrado o tribunilla
baja acusa desde luego uno de esos
antiguos señoríos tan comunes en
las iglesias de Asturias, y en medio
del pavimento una lápida sepulcral
ostenta el siguiente epitafio:
AQUESTA SEPULTURA MAN-
DARON PONER EN ESTA IGLE-
SIA LOS (...) y Dª MARÍA DE
MIRANDA SU MUJER PARA SU
INTERRAMIENTO Y DE LOS
MAYORES DE SU CASA. FALLE-
CIÓ LA DICHA Dª MARÍA EN 5
DE MARZO DEL AÑO 1613.
"El templo, a pesar de su
insignificancia que le asemeja más
a una ermita que a una parroquia,
es de un valor intrínseco no des-
preciable. Es la más notable de
todas una magnífica custodia o
viril de plata dorada a fuego, con-
cienzudamente trabajada en Méxi-
co y de peso de doce y media li-
bras. Esta hermosa joya fue man-
dada construir por el feligrés D.
Pedro G. Villar de Alonso, emi-
grante mexicano de fortuna, y que
ha sido cedida por él a la iglesia,
sin renunciar por ello al derecho
de propiedad. Así consta en la
inscripción que lleva grabada
alrededor de su pie o base. De la
iglesia nos dirigimos al palacio que
edificado sobre el antiguo solar de
Carrió pertenece hoy a D. Ignacio
Cienfuegos de Peñalva... Entre dos
de las anchas ventanas ceñidas de
antiguo marco, que ocupan el
Candás 2011. Portfolio Edición XLVI 73
Foto inédita de Candás de finales del XIX. Original archivo del autor.
74 Candás 2011. Portfolio Edición XLVI
muro de la fachada principal,
osténtase un escudo de armas con
la Cruz de los Ángeles en uno de
sus tres compartimentos, sin duda
por haber pertenecido a la Corte de
Alfonso el Casto el noble fundador
de este solar. Por su parte inferior
figura la inscripción:
EL NOBLE LINAJE DE CA-
RRIÓ ES DE MUCHA ANTIGÜE-
DAD Y DE NOBLES HIJOS DE
ALGO.
"Contigua al palacio está la
capilla de pobre aspecto, pero no
así de sus objetos religiosos y
arqueológicos. Sobre el altar y en
sencilla y elegante urna de simula-
do mármol y oro, exornada con
querubines y timbrada con una
corona y dos palmas, símbolo glo-
rioso del tiempo alcanzado por la
virginidad y el martirio, descansa
el cuerpo de una santa niña, en
cuyo apacible semblante se retra-
tan el candor y la inocencia. Sun-
tuosamente vestida con un traje a
la romana, cuajada de aljófares y
pedrería, apoya su linda cabeza
coronada de rosas sobre ricos
cojines de tisú, y ostenta aún en
una de sus manos el instrumento
de su suplicio, y junto a sus pies
una pequeña ánfora en la que se
guarda parte de la sangre que tan
generosamente derramó. Sobre un
tarjetón unido a la base de la urna
puede leerse lo siguiente:
SACRUM CORPUS CUM VASE
SANGUINIS S. CLEMENTINA E V.
M. SUB PROPRIO NOMINE
INVENTUM IN COEMENTERIO
PRISCILLAE DIE 19 DE ABRIL
1765. ITA CONSTAT EX LAPIDE
INSCRIPTO PAR ISTE EIUSDEM
COEMENTERII AFFIXO. En el
frontal del altar una extensa lápida
no completamente legible, por des-
gracia, de las famosas Aras Sextia-
nas, monumento erigido a César
Augusto en el Cabo de Torres".
Continuando con sus excursio-
nes por la zona, relata: "Divisé la
iglesia de Albandi y visité el to-
rreón de Prendes, que mide de lar-
go cada uno de sus costados 10,50
metros, con un muro de 1,75. La
altura puede calcularse aproxi-
madamente en 65 pies. Pertenece
actualmente esta fortaleza al Sr.
Marqués de Santiago. En el año
905 de nuestra Era, reinando Al-
fonso III el Magno, fue donada con
el territorio en que está enclavada,
a la Catedral de Oviedo. Tenía por
alcaide en 1307 a Ramiro Suárez,
partidario de Pedro el Cruel, y
parece haber pertenecido en poste-
riores tiempos a la familia Solís".
Nuestro viajero divisa el To-
rreón de Flavio o Illavio, al que
atribuye mayor antigüedad, y que
también suele llamarse Torreón de
Coyanca, el cual perteneció en
tiempos remotos a la famosa Cole-
giata de Arbas, y posteriormente a
la familia Rato. Se acerca a Candás
por la "Cuesta de la Hormiga" (hoy
dicha de la Formiga), que él lla-
maría "de la Tortuga", pues tal paso
daría para hacerla sin fatiga. Al día
siguiente amanece en Candás, villa
de la que dice que "nada de parti-
cular encierra, como no sea su san-
tuario tan visitado por peregrinos".
Alude al popular dicho "De Can-
dás, el Cristo y no más", y continúa
escribiendo: "La sagrada imagen es
recomendada por su devoción,
pues por su escultura como por
pertenecer a un periodo de notable
decadencia artística, no puede ser
más tosca". Sigue describiendo
nuestro autor: "Abundan en la
población las casas con escudos de
armas de respetables familias que
muestran claramente la importan-
cia que revistió en otros tiempos,
cuando la industria de la pesca, la
salazón y el tráfico en ballena y
grasa, habían levantado a Candás a
un grado notable de prosperidad y
florecimiento".
Aquí concluye la parte más
interesante del viaje de Vigil-Esca-
lera a la capital de Carreño. Añadi-
remos por nuestra parte que la
urna con las reliquias de Santa Cle-
mentina y el Ara Sextiana, por he-
rencia de los Peñalba pasaron al
palacio familiar en Luanco. La
urna fue destrozada en los avatares
de la Guerra Civil, y el Ara reposa
en el Tabularium Artis Asturiensis,
de los herederos de D. Joaquín
Manzanares, en Prau Picón, de
Oviedo.
"De Candás, el Cristo y no más", y continúa
escribiendo: "La sagrada imagen es recomendada
por su devoción, pues por su escultura como por
pertenecer a un periodo de notable decadencia
artística, no puede ser más tosca"
76 Candás 2011. Portfolio Edición XLVI
Pérdida del "espíritu can-
dasín". Resulta tristísimo
ver que a la misa/funeral
que se celebra cada 14 de Enero
acude menos gente cada año.
Cuando este párroco vino a Candás
era tal la asistencia de personas
que le llevó decir que igual había
que proclamar esa fecha como fies-
ta local ya que creía –supongo– era
un día muy importante en la histo-
ria de nuestro pueblo.
Desde un tiempo para acá cada
vez va menos gente a ese funeral,
hasta el extremo que este año le
hizo al párroco decir que como siga
así la cosa el año que viene va a
acudir él y el monaguillo (mucho
decir es esto). Y a mí me consta
que este señor sí tiene, se le ha
pegado algo –o mucho, no sé– de la
mar, ya que yo recuerdo que cuan-
do el submarino ruso estaba sepul-
tado en el fondo de la mar, este
señor se recordaba de ellos,
aunque yo por ahí no veía "nada"
hacia estos marinos, que luego
–como sabemos– murieron todos.
Yo estimo que esto es una
vergüenza, una pérdida clara de
identidad, una pérdida del
"espíritu candasín", ya que aquí la
gente, por lo general, va a los
funerales aunque el muerto sea
prácticamente un desconocido o
haya sido "un XXX", y entre esa
gente habrá muchísima no
creyente, pero que acude por
respeto a la familia, a lo que
pudieron significar... y a esta
misa/funeral se debería seguir
yendo no solo como homenaje a
los ahogados sino como
reconocimiento/agradecimiento a
tantos hombres que dieron su vida
por un Candás mejor, ya que
parece que muchos han olvidado
de donde venimos.
Quiero insistir en lo de
creyente o no y voy a contar dos
experiencias vividas por mi
mismo. Una vez, navegando yo en
un gran petrolero, y estando
fondeados, garreamos y embarran-
camos en la costa, Marsa el Brega
(Lybia), tan de actualidad, por des-
gracia. Una vez analizada la
situación nos reunimos en cubierta
la mayoría de la tripulación y se
rezó un Padre Nuestro..., y entre
nosotros había varios que no eran
creyentes... pero amigo. Yo me
puse el salvavidas como todos, y
debajo de él, envuelto fuertemente
en un plástico, guardé los dólares
que tenía (ya que como era un
barco americano, pagábamos en
dólares el "over time" y los adelan-
tos) y un plato de plástico, que
muchos recordareis, con la figura
del Cristo. Desde luego no
podíamos hundirnos... ya que no
había agua, pero sí explotar,
debido a que el temporal era
enorme y a los embates de mar
podíamos haber explotado debido
a las contracciones del casco.
Otro caso, no hace dos meses,
en Pontevedra, en un acto que me
brindaron el gremio de mareantes,
en una sala había una inscripción
que literalmente decía "El que no
sepa rezar que vaya por esos
mares, verá que pronto lo aprende
sin que se lo enseñe nadie".
Este es el espiritu marinero que
hace unirnos a todos, creas o no,
en un comunión de hombres y que
estamos, o hemos perdido ya, olvi-
dándonos de donde venimos...
muchísimos candasinos, nuestro
pueblo, puerto pesquero de toda la
vida (y no pretendo decir que
cualquier tiempo pasado fue
mejor... ya que es sencillamente,
mentira). Se están perdiendo las
tradiciones. Qué pena, yo que he
trabajado unos años con japoneses
y vi lo vital, lo importante, que son
Luis F. Nodal García
Candás íntimo
las tradiciones para ellos, son
sagradas... y no me hables de cris-
tianos o no... pero si aquí hasta por
perder se ha perdido la celebración
del "Cristín" ¡todo Dios, que
narices, cantando!.
Analicemos esto un poco: hasta
no hace mucho Candás fue un
puerto pesquero de los mas impor-
tantes del Norte. Tenía fábricas de
salazón de las marcas mas impor-
tantes, la mayoría del pueblo vivía
(a veces es un decir) de la mar.
Hace como 12 años, más o menos,
empezaron a verse pintadas en los
muelles que decían "No puerto
fame", sabemos quien o quienes
las escribían. Ahora cuando
recuerdo esto me avasalla un
cosquilleo especial, créanme...
bueno, o te ríes de ti mismo por
crédulo.
Efectivamente, con dinero pú-
blico se construye un puerto, pero
inmediatamente lo absorbe, diría-
mos (por llamar de alguna manera)
el ENTE y lo privatiza, sin pudor
alguno. Privatizar, explico, es val-
lar los muelles, cercenar las escalas
de acceso de la mar a tierra y pese
a mis denuncias aquí y en puertos
del ENTE, no solamente no han
rectificado sino todo lo contrario
ya que ahora, como verán por fotos
adjuntas, han sellado "La Rampla"
(ay querida Almena, también
engullida) con una valla cerrada
con un candado, y el otro día un
"paisano" que no paga por atracar
(vamos, que no paga), no podía
echar a la mar la lancha... y tuvo
que llamar a la Guardia Civil para
poder hacerlo. Increíble... Y
nosotros aquí "paraos"... es nues-
tro.
Seguimos con el "espíritu can-
dasín". Como el personal no es
tonto, ve (me imagino que "aton-
tao" en ocasiones, hombre), que en
el puerto de embarcaciones de
recreo (recordemos náutica de
recreo) que han convertido esto, se
necesitan mas pantalanes, se cons-
truyen: hay dinero. Que se necesi-
ta un local y una cafetería de paso,
pues se echan a los que estaban y
se construye. Hay dinero. Que por
protestas se busca acomodo a los
expulsados, pues nada, se rehabili-
tan las antiguas lonjas y ya está,
hay dinero.
Pero claro, el problema viene
cuando hay que construir el local
para la Banda de Música y su
Escuela y no se hace; no hay
dinero. Están volviéndose locos
con la antigua fábrica de Ortiz...
pero no se hace nada. No hay
dinero. Arrolla el monte frente a
Candás 2011. Portfolio Edición XLVI 77
78 Candás 2011. Portfolio Edición XLVI
Palmera, no solamente no se
arregla, sino que se "mata al men-
sajero", colocando maderas y flo-
res. No hay dinero.
Claro, ante todo esto (y otras
cosas por supuesto, que el pino es
muy alto como para darse a estas
alturas un "sapiazo") la gente dice,
tradiciones marineras, que coño de
pesca... sí aquí lo que manda es el
poder y el dinero y tira por sotaven-
to todo lo que mamó de niño y ale, a
cantar... ¿de dónde procederá la can-
ción? ya que marinera no va a ser.
Pero hombre, que como estamos
(cuando esto se publique) en El Cris-
to, o cerca, vamos a hablar de un
hombre que naufragó y que partici-
pa como actor principal, además,en
una tradición... que no nos la
quitarán... pero, oigan, andemos los
candasinos y carreñenses con
cautela, por si las moscas.
Agustín Rodríguez Rodríguez
salió a la mar el 23 de Abril 1954
embarcado en el pesquero
“Aranzazuko Ama”, que mandaba
su propietario Antón de Pano (casi
nada) e iban hacia Lastres a
"toliñar". Ya en la Higüera casi les
embiste un pesquero de Avilés, el
Goitia, pero se safaron justo justo y
el que sí les embistió fué el
“Aurelio”, una embarcación de
Pravia, que salió mal parada ella, y
tras pasar la Higüera, Agustín se
puso al timón, ya que se lo ordenó
Antón, rumbo a Lastres.
Al llegar a Lastres ya vieron que
allí había barcos como borra y fue el
propio Antón el que cojió el timón,
pero cual no sería su sorpresa cuan-
do vieron que por babor venía a toda
pastilla un pesquero fuerte, el
"Yoyu", y que llevaba como timonel -
anécdota- un paisano tan pequeño
que iba colocado sobre un cajón.
Pero no solo eso, sino que debía ir
dormido, ya que desde el
“Aranzazuko Ama” les hacían señas,
que cambiara de rumbo, que parara,
qué tal, pero nada; les embistió por
babor y prácticamente les serró,
atravesándoles.
El pesquero se hundió rapida-
mente, “dando tiempo” éso sí, a que
parte de la tripulación saltara al
“Brisas del Sella”, y tras sacar "literal-
mente" del puente a Antón, éste,
Agustín y un par mas de marineros
fueron recojidos por el propio
"Yoyu"... no si cierto temor por parte
de este. Volvieron a Candás en otro
pesquero mandado por Manolo de
Pano.
Y ahora toca nuestra historia
tradicional. Conservamos, ya dije,
aún la Procesión del Encuentro, y
aquí nuestro Agustín tiene un
papel primordial: desde el año
2000 es el encargado de arriar la
bandera nacional. Sucedió a Félix
Hevia (insiste que lo diga) que lo
venía haciendo durante cerca de
55 años.
Como sabemos, esta ceremonia
es seguida por miles de personas,
bien por la radio, personalmente y a
veces la TV. A mí el momento del
Encuentro, su ceremonia, me parece
de gran dificultad. Se necesita una
maña especial y tiene que buscarse
"sus trucos": por ejemplo, cuando
suben las autoridades del Muelle
hacia la Iglesia hay que fijar con un
nudo la altura exacta a la que tiene
que colgar la bandera en el momen-
to del Encuentro, previniéndose por
si llueve y se crean problemas.
Se toma la bandera por una de
las esquinas inferiores en el
momentonde arriarla y cuando la
Banda de Música toca el Himno
Nacional se va izando con lentitud.
Previamente hay que calcular con
exactitud que el emblema cuelgue
a la altura del Palio. Asimismo,
nunca se arriará si antes no se con-
sigue quitar el velo a la Virgen a la
tercera venia (reverencia) para que
haya una compenetración entre las
dos acciones.
Como verán, sencillo, sencillo.
¡Ya! Enhorabuena Agustín, y
muchísimas gracias por tu ayuda y
colaboración. Y ya para hacer una
de cal y otra de arena, una refle-
xión: hemos leído que en Gijón
andan buscando arena para
regenerar su playa, que dicen mal-
trecha, y claro, quieren de calidad,
y a mí se me ocurre que igual
vienen a por la nuestra. Oigan, lo
que íbamos a fardar: su playa con
nuestra arena, su superpuerto
(además, de verdad) también con
parte de nuestra arena. Y aquí
adjunto una foto de la Draga holan-
desa Man 316 en nuestra costa de
Xivares trabajando incluso por la
noche, me decían, metida práctica-
mente en la playa. Hay que con-
tribuir ¿o no?
Candás 2011. Portfolio Edición XLVI 79
Draga gigante holandesa “trabajando” en la playa de Xivares
Puerta-corredera acceso a la “Rampla”, cerrada con un candado
Mientras la directiva del Candás no se enteraba
de la fiesta, en el año 1953, el Aboño tiene el
honor de proclamarse campeón de Asturias
Aficionados.
Y, Carreño, por segunda vez, tres años después, con-
quista de nuevo este trofeo por un Candás pletórico de
canteranos que, a los que figuran en la alineación,
habría que agregar otros en sazón como el defensa cen-
tral Julián, de mucha clase; el comodín Armandín y el
de Yayo, sobrio y eficaz; el veloz y goleador Panín;
Peque, fino y positivo delantero; el embrujo de Lolo; o
el genial Abelardo, y muchas más promesas que tuvieron
la suerte de contar con el entrenador Sirio que culminó lo
que otros, fatalmente, no quisieron o supieron ver.
80 Candás 2011. Portfolio Edición XLVI
David Pérez Sierra González
De fútbol Tres trofeos importantes para Carreño
David, primer medio centro del Candás (25-12-49)
Temporada 1955-56: Candás, Campeón de Asturias de Aficionados: Manolín, Pantiga, Pachín, Agudín, Armando, Wences, Corral yJulián, y Luco, Félix, Iriondo, Tivo y Ramiro
Peque: jóven,fino y eficazdelantero deesta tempora-da
En esta segunda copa carreñina, disputada en
Buenavista, ante un Condal de Noreña, en categoría
superior, se impuso el Candás desde el minuto inicial:
Saca de centro Iriondo a Félix, éste le da un toque para
Tivo que la prepara para lanzar a Ramiro por la banda
izquierda, y el extremo la alcanza para propiciar un cen-
tro que Iriondo remata de cabeza de forma espectacular,
para dejar temblando el larguero de la portería de
fondo. Y no hubo más como en la próxima tercera edi-
ción, ya que esta victoria, como la última de la reciente
final, tuvieron cierta similitud por el ambiente, el juego
de altura que desarrolló el Candás y la satisfacción que
proporcionó a los centenares de seguidores candasinos.
¡De apoteosis!
Candás 2011. Portfolio Edición XLVI 81
Equipo titular del Aboño que quedó Campeón de Asturias Aficionados: Jaime, Lalo, Tino el Candasu, Mariano, Baragaño, Morán (dePrendes), y Piano, y Bis, Rizos, Máximo, Peña y Ferino
En el campo de La Cruz de Candás: Arriba el filial del RealOviedo, el Vetusta o el Juvenil de Trubia. Temporada 1956-1957. Arriba: el último de los azules es Agustín Iriondo junto aPanín. Abajo: ¿Abadín?, Armandín, Lolo, Julián, Pachín, Félix,Pantiga, Agudín (de pie), Tivo, ¿Juan? y Wenceslao
En disputa del primer puesto de la clasificación en el mayorlleno en el campo de La Cruz. Día de Navidad de 1949. Últimoencuentro de la primera vuelta. El Candás rompe la imbatibili-dad del Cimadevilla. De izquierda a derecha, de pie: David,Casal, Cholo, Pedro, Peláez II, Tamón, Nozal y Cundo (depaisano); sentados: el pequeño Chuchi, Saturno, Braña, Pito,Plácido y Peláez I.
82 Candás 2011. Portfolio Edición XLVI
Existió hace tiempo un gran barrio llamado la Jun-
quera de Aboño, el cual ocupaba toda la marisma
desde Veriña hasta la playa de Aboño. Era un par-
que natural, una especie de pequeño Doñana. Muchas fa-
milias de animales de distintas especies lo escogían para in-
vernar, y otras tenían allí su domicilio fijo. Grupos de nu-
trias alegraban las noches de quien con amor contemplaba
la naturaleza. Organizaban grandes pesquerías, acorralan-
do a los bandos de muiles con agudos silbidos y divertidos
chapuzones. Y después, salían a tierra para escamar y co-
mer la pesca.
Grandes bandadas de hermosos patos reales de colores
diversos. Montones de agachadizas o gachas, tan difíciles
de abatir por su salida con vuelo en zigzag. Una enorme va-
riedad de gallinetas. Las había negras con la cresta blanca,
y otras de azul verdoso y cresta roja.
En la pesca también encontrabas todas las especies pro-
pias de estas zonas: furagañas, truchas, suellos, camarones
y angulas.
La industria comenzó a enterrar este paraíso con el re-
lleno en la falda oeste del monte para fabricar el ferrocarril
de Langreo que transportaba el carbón de las minas hasta
el puerto de Gijón, perforando dicho monte por la parte de-
recha de la playa para lograr el acceso al Musel. Seguida-
mente, los sindicatos hicieron lo propio por la margen iz-
quierda del río para dar entrada al ferrocarril del norte has-
ta Aboño. Desde aquí, la Junta de Obras del Puerto tenía
su propio transporte con un haz de vías y varias locomo-
toras. Y el monte volvió a ser perforado.
Y es que la industria, aún siendo necesaria, no deja de
ser una grave enfermedad que con calma va dañando poco
a poco todo el entorno de nuestra naturaleza.
La térmica y el parque de carbones canalizan el río y
dejan en su parte derecha una gran porción de metros cua-
drados en la que se fabrica un gran parque de carbón y mi-
neral, y una central térmica, provocando la total desapari-
ción de la angula en ese lugar.
Por aquel entonces, éramos unos veinte pescadores en
posesión de la necesaria y obligada licencia de pesca de
angula. Tras demandar a la central, tras varias pruebas y
consultas, incluso varios análisis y medidas de la tempe-
ratura del agua, nuestra causa fue desestimada por no
encontrar un motivo que confirmase su culpa. Sin embar-
go hoy llegamos a una conclusión que nos parece total-
mente acertada. Dicha central necesita para su refri-
geración una cantidad de agua mayor que la del caudal del
río, obtenida con unas potentes bombas a través de un
túnel que la traía desde el puerto. Al cumplir su cometido,
el caudal del río aumenta, mezclando el agua dulce con la
salada, haciendo imposible la vida de las angulas, que se
desarrolla en el agua dulce que bajaba antaño por el río.
Hoy podemos contemplar con nostalgia, rabia y pena el
mayor azote que la industria dio al gran paraíso que era la
Junquera de Aboño y sus inmediaciones. La hermosa playa
de fina arena, con los encantos naturales de que disponía
de un gran arenal de unos quinientos metros desde el
monte hasta el río. Un agradable merendero con unas
quince o veinte mesas techadas de grandes ramas de
eucalipto que además de dar sombra perfumaban el aire.
Las tardes de pesca, capturando pequeñas lubinas, o una
sabrosa especie de muiles sabrosísimos, finos y dorados.
Hoy, enormes pilas de carbón de miles de toneladas, así
como almacenes de llenado de butano, son su losa sepul-
cral.
Emilio Quirós González “Milúas”
La Xunquera
84 Candás 2011. Portfolio Edición XLVI
En octubre de 1885, y cuan-
do llevaba poco más de un
año al frente de la diócesis
ovetense, fray Ramón Martínez
Vigil adopta las primeras medidas
para llevar a cabo el arreglo parro-
quial del obispado de Oviedo. El
nuevo prelado asumía la ejecución
del arreglo parroquial de la dióce-
sis de Oviedo como un compro-
miso ante la que será su primera
visita ad limina para presentar en
Roma el preceptivo informe quin-
quenal de los obispos ante la Santa
Sede. Contemplado, como el de las
demás diócesis españolas, en el
Concordato de 1851, el arreglo pa-
rroquial se había retrasado unas
veces por causas políticas, como la
sucesión de gobiernos de distinto
signo y cambios revolucionarios
que se producen desde entonces en
España, y otras por razones de
índole interna, como los períodos
de sede vacante que afectan al
obispado de Oviedo.
Con el arreglo parroquial se
trataba de adaptar la demarcación
eclesiástica a los cambios pobla-
cionales y a las necesidades pas-
torales de las diferentes diócesis.
En un obispado como el de
Oviedo, que incluía entonces terri-
torios en las provincias de Lugo,
Santander, León y Zamora, el
arreglo debía atender tanto a la di-
seminación de las parroquias que
tal configuración territorial con-
llevaba como a la dispersión del
poblamiento en Asturias. Arci-
prestazgo por arciprestazgo, hasta
completar los 78 en que quedó
dividida la diócesis, se mantu-
vieron como parroquias los
núcleos equidistantes una hora de
camino dentro del territorio cuyas
feligresías les estaban encomen-
dadas.
Pese a la general aceptación de
la nueva demarcación, que empezó
a regir el 1 de febrero de 1892 y
que le permitiría al obispo infor-
mar en su visita ad limina de 1893
de la confección del nuevo mapa
parroquial de la diócesis, en segui-
da se pusieron de manifiesto algu-
nas de sus insuficiencias. Aunque
para subsanarlas se abrió un plazo
de reclamaciones que se
resolvieron en el mes de mayo
aceptando parte de las agrega-
ciones y desmembraciones solici-
tadas, todavía a finales de año,
además de erigir dos nuevas parro-
quias, las de San José y San
Lorenzo, para atender el cre-
cimiento demográfico de Gijón,
Martínez Vigil funda varias cape-
llanías para suplir las deficiencias
del arreglo parroquial. La mayor
parte de estas capellanías –20 de
las 38 incluidas en la dotación del
presupuesto de culto y clero y 19
de las 22 sostenidas con fondos
procedentes de la redención de
cargas piadosas– eran coadjutorías
para atender las celebraciones en
los días festivos en antiguas igle-
sias parroquiales que con el arreglo
habían perdido la condición de
tales. A ellas se sumaban, entre las
del primer tipo, tres capellanías
“con cargo de misa de alba” en
Luanco, Candás y Lastres, donde,
como se argumenta en su disposi-
ción fundacional, los “feligreses,
por su modo especial de vivir, sólo
pueden utilizar las primeras horas
del día” para cumplir con el pre-
cepto dominical.1
Entre las sostenidas con fondos
procedentes de la redención de car-
gas piadosas se incluyen otras dos
capellanías de misa de alba en
Noreña y Luarca y una de “postre”
en Cudillero para atender a la
numerosa concurrencia a su merca-
do del domingo. Pese a que para
entonces ya funcionaba en
Jesús Jerónimo Rodríguez González
La fundación de la Capellanía de Misa de
Alba de la Parroquia de San Félix de Candás
Cudillero una Sociedad de
Mareantes, esas fundaciones se
diferenciaban de las de Luanco,
Candás y Lastres, villas en las que la
función religiosa de sus antiguos
gremios y cofradías gremiales tam-
bién se había incorporado, amplian-
do sus fines de ayuda mutua, a las
entonces recién fundadas asocia-
ciones que reunían a la gente de
mar. De ellas destaca la originalidad
de la Sociedad de Mareantes
Nuestra Señora del Rosario de
Candás, que, desde 1880, incluía
entre sus objetivos la formación
musical de los hijos de sus afiliados,
encomendándola al organista parro-
quial, con el encargo de dirigir tam-
bién la Banda de la localidad.
El 31 de marzo de 1893, el obis-
po Martínez Vigil, a quien corres-
pondía “con carácter de perpetuidad
[la] libre provisión” de estas capel-
lanías, convoca la oposición para
cubrir el cargo de capellán de Misa
de Alba de la parroquia de Candás,
cuyo “agraciado” debería asumir
también el de organista de la parro-
quial. Así, además de celebrar la
Misa de Alba todos los domingos y
fiestas de precepto, “aplicando ocho
misas por la intención de los fun-
dadores”, el nuevo capellán debía
“tocar el órgano, sin retribución, en
todas las misas de pueblo, si el
Párroco así lo dispusiere, en la
Pascua de Resurrección, Corpus,
Patrono [y] Novena del Stmo. Cristo
de Candás”. A su cargo quedaban
también, junto a los “ejercicios y
novenas de devoción”, la cele-
bración del “funeral anual de los
socios difuntos del gremio de
Mareantes”, con la obligación de
“instruir en música y canto a cuatro
niños”, preferentemente hijos de
miembros del gremio. La dotación
de la capellanía, la misma que la
que correspondía de media a un
párroco en su primer destino, era de
mil pesetas anuales, compatibles
con “los honorarios que se le
señalen por su asistencia a las fun-
ciones del culto que sean de devo-
ción de los fieles”.2
Así definida la capellanía de
Misa de Alba fue ocupada en 1896
por el recién ordenado sacerdote
D. Medardo Carreño Suárez, naci-
do en Oviedo en 1873, que man-
tendrá una ininterrumpida vincu-
lación con Candás hasta el punto
de volver a desempeñar en 1930,
después de casi 20 años de vida
monástica con los benedictinos, el
cargo de organista de la parroquia
de San Félix, y estar enterrado en
la panteón de la familia Alfageme
en el cementerio de San Bernardo.
Candás 2011. Portfolio Edición XLVI 85
1Pastorales del Rmo. P. Martínez Vigil. De la Orden de Predicadores. Obispo de Oviedo, conde de Noreña, etc. Tomo III. Instrucciones ycomunicaciones (1884 a 1898), Madrid, 1898, pp.452-456.2 Boletín Oficial Eclesiástico del Obispado de Oviedo, XXX (1893), 116.
86 Candás 2011. Portfolio Edición XLVI
En un cajón mohoso y carcomido,
donde guardaba los versos de mi infancia,
un ratoncito con todos mis recuerdos
se deleitaba.
Eran de los primeros,
con fuerza y esperanza,
en un papel turgente a doble raya,
pero él goloso los iba consumiendo
sin importarle la rima o la palabra.
Y en aquel caldo de hojas y excrementos
alguno de sus pelos en tildes se tornaban
y junto a todo esto brillando en una esquina
mi primera medalla,
ganada con un cuento que en verso titulaba
“El cuélebre y la Xana”;
de lo recopilado cual puzzle sobre tabla
pude sacar dos hojas, que de ellos así hablaban,
y vuelvo a reescribirlo
mas en honor al premio ni sé cómo empezaba
ni cómo terminaba.
...Quiero seguir con el hecho
de un cuélebre y su Xana,
que todos sabéis que son
mitología asturiana.
Una sierpe se acercaba
hacia una fuente clara
y mientras lo iba haciendo
ella gemía, lloraba...
Y la Xana que lo vio
le preguntó: ¿Qué te pasa?
Él muy triste le contó
el dolor que le aquejaba.
Hace muchos años ya
que murió mi antepasada,
era una linda culebra
brillante y contorneada.
Su morada era un edén
con árboles en terrazas
y sólo era habitado
por un señor con su dama.
El lugar era de ensueño
dos ríos la bordeaban
y el clima era tan tierno
que a los hombres desnudaba.
Un intruso se insertó
en su piel verde esmeralda
y con engaño fingido
le dio a Eva una manzana.
Ella la comió primero
y a Adán le dio que probara
y desde entonces nos vemos
las serpientes arrastradas.
Eduardo Román García
La cueva oscura
Hoy me duele hasta los huesos
por un reuma que me mata
y eso que ando despacio
pues me caen las escamas.
¡Oh qué pena! Le decía,
mientras ella se peinaba
sus largos cabellos de oro
reflejados en el agua.
Con los años que tú tienes
casi sin usar las alas
de guardar el gran tesoro
que en la Cueva Oscura estaba.
Tesoro que fue del moro
que quedó sin esperanza
de poder llevarlo un día
para su hermosa Granada.
Esto la Xana decía
mientras un ungüento usaba
frotando con éste al cuélebre
desde la cola a las alas.
Espero que sea remedio
El romero con castañas
Y cuides mil años más
El tesoro de la Xana...
Candás 2011. Portfolio Edición XLVI 87
Tal vez esta expresión corrió de
boca en boca por Candás hace
poco más de seiscientos años.
Y es que de eso trata un documento
que, referente a dos vecinos de Can-
dás, he localizado en el Archivo de la
Real Chancillería de Valladolid, en el
que se conservan las sentencias dic-
tadas por el tribunal supremo de la
monarquía castellana, archivo que
resulta de una enorme riqueza en lo
que a número de decumentos con-
servados, pero, sobre todo, porque al
tratarse de pleitos, las declaraciones
de los litigantes suelen ser muy ex-
presivas tanto en sus descripciones
como en sus apreciaciones persona-
les.
El pleito pone de manifiesto una
vez más, lo que era la gran riqueza
de Candás, su vida marinera, en este
caso de tráfico mercante, y también
el hecho de que para comienzos del
siglo XVI –nuestra historia se desa-
rrolla entre los años 1517 y 1519– los
candasinos que poseían barcos de
gran porte –navíos, como los deno-
minaban en aquella época– se veían
obligados a tener su base fuera del
puerto de la villa, en el que aún ape-
nas se habían iniciado las obras de
los dos diques que facilitarían su uso
por algo más que traineras, que vara-
ban, como nos dicen los documen-
tos, en la sable de la mar, es decir, en
la arena.
Y por este documento sabemos
que un vecino del puerto de Candás,
llamado, Fernando de Valdés, era
propietario, a medias con un tal Juan
de Mieres, de un navío, y que para
su manejo habían contratado como
maestre a otro candasín, Juan Alonso
del Busto. Bustos y Valdeses, apelli-
dos de gran renombre local.
No sabemos desde cuando esta-
ban en relación los propietarios del
navío con Diego Alonso del Busto,
pero el hecho es que el pleito que
nos ha permitido conocerlos se ini-
cia, como ya dije, en 1517, cuando
Fernando de Valdés se querella ante
Rodrigo González Hurtado contra
Diego Alonso diciendo que “teniendo
él y Juan de Mieres un navío a medias,
se lo dieron y entregaron aparejado al
dicho Diego Alonso para que fuese
maestre dél, y le dieron el dicho navío
aparejado e aperçevido de mástil e ve-
las e áncoras e batel e todos los otros
aparejos neçesarios para navegar por la
mar, para que lo truxiese; e de lo que
ganase con el dicho navío como tal
maestre, sacados sus dineros de maes-
traje, les acodiese con la ganançia e yn-
terese que Dios diese, segund la parte
que cada uno oviese en el dicho navío.
Y que el dicho Diego Alonso del Busto,
contramaestre, reçibió el dicho navío
con sus aparejos y navegó en él çierto
tiempo. Y estando en el puerto de Avi-
lés, en el pozo e torno que se dize de La-
viana, donde estava a seguro con otros
navíos que allí estavan y estando carga-
do, le sacó de allí e le puso en otra
parte, ante San Juan, que es costa bra-
ba, e lo dexó solo, syn gente e a mal re-
caudo; e por estar en logar non seguro
e syn gente e a mal recaudo, se quebró
el dicho navío en la costa por culpa e
negligençia del dicho Diego Alonso; e
por lo adobar gastaron quarenta duca-
dos, de que heran obligados a pagarle
los quinze, poco más o menos. E de la
quebradura del dicho navío quedó algo
maltratado”. Añade también una in-
teresante información referente a
que el barco acababa de llegar a Avi-
lés en un viaje desde Sevilla, en el
que había traído al puerto pipas de
88 Candás 2011. Portfolio Edición XLVI
María Josefa Sanz Fuentes
¡Lo que valeun barco!
Candás 2011. Portfolio Edición XLVI 89
vino y de aceite, y que aún le debía
de las ganancias de ese viaje 50.000
maravedís. Le reclama que debe dar-
le unos setenta mil maravedís de pér-
didas e incluso le reclama 20.000
maravedís de intereses, porque el
barco estaba cargado para ir a Irlan-
da y ha perdido el viaje.
Como es lógico Diego Alonso del
Busto se defiende y alega. Dice que
él llevó el navío frente a San Juan
porque ya estaba cargado y allí se
agrupaban los de su porte que iban a
salir de la ría; que antes de poder
salir “vino mal tiempo, e porque non
pareçiese, quél por su persona y los
marineros le hecharan las amarras e
cables e marras quanto en el navío
abya e se puso la diligençia que se
debya poner, mediante la qual se
guareçió que del todo non se perdiese,
el qual, segund la grand tempestad, del
todo se perdiera”. Alega también que
había traido el barco “cargado y afle-
tado para fazer la descarga en la villa
de Avillés, y fecha, él le amarró a la
puente de la dicha villa, lugar donde
comunmente los navíos se amarran,
lugar en el que aunque hubiera una
tempestad que durara tres años, el
navío no su hubiera hundido. Y
estando él enfermo, el dicho Fernando
de Valdés e Juan de Mieres dieron
cargo del dicho navío a otra persona
para que le adobase e afletase e fuese
con él para el lugar donde lo afleytasen,
al qual dieron dineros e brea e sebo
para lo adobar e reparar; e la tal per-
sona por su mandado, se hizo cargo de
él y le desamarró del lugar en el que él
lo tenía, y lo sacó al monte para lo ado-
bar, y luego al lugar donde se perdió.
Por ello alega que no sólo él no les tiene
que pagar nada, sino que a él le deben
el ochavo del navío, que es suyo y que
vale 6.000 maravedís”. Alega igual-
mente que lo tenía equipado para ir
a Yrlanda el anno siguiente.
Pero el juez de Candás acepta
como válidas las alegaciones de Juan
de Valdés. Condena a Diego Alonso a
pagarle 21.875 maravedís por la
mitad que le corresponde del barco y
otros 3.850 como intereses. Desecha
en cambio el que tenga que pagarle
los beneficios del viaje a Sevilla, pues
piensa que le han sido pagados ya
que en los almacenes de su casa hay
vino y aceite procedente de aquel
viaje. La sentencia se pronuncia el 6
de abril de 1517.
En Valladolid Diego Alonso
amplía su declaración. Allí dice su
procurador que estando el barco -“en
el puerto de Avilés armado en flota con
otros, tenían neçesidad de ponerse en
seco para le adobar, porque hera viejo
e non podía nabegar syn se adobar. Y
en el dicho tiempo, estando en Candás
el dicho su parte malo de una pierna,
dixo que non quería más andar en el
dicho navío; e sobrello amas las dichas
partes, a causa de lo susodicho, obieron
çiertas dyferençias. E luego escribieron
el dicho Fernando de Valdés a Juan de
Mieres a un Alonso de Luarca, vezino
de Avilés, que tomase cargo del dicho
navío, de ser maestre dél, e le enviaran
dineros e se bolbiere para que lo pusye-
se en seco para lo adobar e que fuese a
buscar flete para ello.” Y por eso Alon-
so de Luarca había desamarrado el
barco de donde estaba e lo llevara “a
donde se suelen llevar los navíos seme-
jantes para adobarlos”, sin que Diego
Alonso del Busto tuviera conoci-
miento de ello. “E sacado en seco,
commo el navío hera viejo e delicado,
antes que los carpinteros pusyesen ma-
no en él, se abrió por un lado e se
perdió allí. El dicho su parte no se halló
allí nin le fizieron saber lo susodicho,
salbo quel dicho Alonso de Luarca por
mandado de los dichos Fernando de
Valdés y Juan de Mieres, entendió en el
dicho navío e lo tomó de donde su parte
lo había dejado. Y que si el dicho navío
se quebró fue porque era viejo e flaco.”
Yo no sé si Diego Alonso del Bus-
to pensó que en la Real Chancillería
no iban a leer detenidamente la sen-
tencia dada en primera instancia por
el juez de Carreño, y, por lo tanto, la
declaración que había hecho en Can-
dás, ni llego a comprender por qué
su procurador admitió esta nueva
declaración. Porque según ella Diego
Alonso no es ya aquél marinero que
fondeó un barco, fijándolo con fuer-
tes amarras, en el lugar en el que se
solía hacer en San Juan de Nieva, si-
no que es un pobre enfermo que no
estuvo en el barco en ese momento.
Por otra parte el barco, según su
declaración, ya no estaba en condi-
ciones de viajar.
La verdad es que los oidores de la
Real Chancillería fallaron de nuevo
contra él tanto en su primera senten-
cia –en grado de vista– pronunciada
el 3 de agosto de 1518, como en la
segunda –en grado de revista– ya
inapelable, pronunciada el 22 de oc-
tubre del mismo año, en la que ade-
más ampliaban su condena a pagarle
o devolverle a Juan de Valdés, ciertos
aparejos del barco –velas, sogas, etc.–
que tenía en su poder.
La sentencia se hizo firme
cuando estando en Toro, el 28 de
febrero de 1519, Juana I y su hijo
Carlos I expiden la carta ejecutoria
por la que se hace de obligado
cumplimiento la sentencia. De
nada le valieron sus argucias de
Diego Alonso del Busto y Juan de
Valdés pudo recuperar parte del
capital perdido.
90 Candás 2011. Portfolio Edición XLVI
Aunque no se haya publicado
en el álbum de las fiestas de
2010, por no celebrarse los
Encuentros en Candás, cabe añadir
una reseña de los actos celebrados
en 2009 junto con el material gráfi-
co realizado.
En el año 2009 el Concejo mi-
nero invitado para los Encuentros
ha sido el de Caso y Ribadesella el
concejo marinero.
Como de costumbre es la plaza
del Ayuntamiento el lugar de reu-
nión para dar comienzo los actos
institucionales de los que Carreño
ejerce como anfitrión.
Al igual que el año pasado han
asistido los alcaldes de los cuatro
Concejos acompañados de varios
miembros de cada corporación que
desfilan en dirección al monumen-
to de la Mina y la Mar para hacer
la ofrenda floral en honor de nues-
tros mineros y marineros.
Después de descubrir la placa
que perpetua los nombres de Caso
y Ribadesella como concejos ho-
menajeados en el año 2009, se ha-
ce la fotografía al pie de un monu-
mento que ya acusa el paso de los
años en su estructura de madera.
La segunda parte de los actos se
desarrolla en el Teatro Prendes.Los
participantes desfilan por las calles
de Candás hasta llegar a las puer-
tas del Teatro.
Armando Velasco Monreal (Mandy)
XIII Encuentro “La mina y la mar”
Ya en el escenario, los repre-
sentantes de los cuatro ayun-
tamientos se intercambian diver-
sos recuerdos de sus concejos y
dirigen unas palabras al público,
que llena el aforo del teatro.
Los actos se cierran con la
intervención del Coro “San Pedro”
de Cudillero, en primer lugar, que
interpretó varias canciones de
diferentes estilos.
El Coro Local “Aires de
Candás”, con su habitual atuendo
marinero puso el broche final.
RECONSTRUCCIÓN DEL
MONUMENTO “LA MINA
Y LA MAR”
Enero 2011
El año 2010 se caracterizó por
dos importantes situaciones. La
primera, que se suspendieron los
“Encuentros de La Mina y La Mar”
por las dificultades que el ayun-
tamiento viene acusando para
sacar adelante las diferentes activi-
dades del concejo.
La segunda situación se debió
al lamentable estado en que estaba
la madera del monumento de la
Mina y La Mar. Levantado en el
año 1999 por la Brigada de
Salvamento ha aguantado los
embites del agua y el aire que le
azotaban del nordeste además del
sol y la humedad del terreno.
El parón de las actividades se
aprovechó para que todos los
implicados en el desarrollo de los
Encuentros se pusieran en marcha
Candás 2011. Portfolio Edición XLVI 91
El Director-Gerente del Teatro Prendes, Alaín Fernández, muestra a los asistentes laexposición de las imágenes premiadas y seleccionadas del Concurso Fotográfico “LaMina y La Mar”
92 Candás 2011. Portfolio Edición XLVI
para realizar las gestiones oportu-
nas para salvar el monumento.
Quien esto escribe se puso en con-
tacto con la Dirección de Hunosa y
responsables del Ayuntamiento de
Carreño para encontrar una solu-
ción. Después de varias reuniones
en las que participé con ambas
partes tengo que hacer constar la
buena disposición que en todo
momento han mantenido para sal-
var el monumento.
Hunosa se ofreció a aportar la
madera necesaria y el Ayuntamien-
to corrió con los gastos que impli-
caba la elaboración de los postes de
madera. Los componentes de la
Asociación de Entibadores del Valle
del Nalón se ofrecieron a realizar el
trabajo. Se da la circunstancia que
varios de ellos habían participado
en 1999 a construir los cuadros que
ahora se acaban de derribar.
En un desapacible día de Enero
de 2011 se pusieron manos a la
obra. Desde primeras horas de la
mañana tuvieron que soportar el
azote del viento y el agua que llega-
ban racheados desde el nordeste. A
esto había que añadir el intenso
frío y la dureza del trabajo.
Los ocho componentes se
fijaron el objetivo de terminar todo
el trabajo en el día sin importarles
las horas que les llevaría. Un
empleado del ayuntamiento les
auxiliaba en el manejo de la
madera y el aportarles las herra-
mientas que necesitaban.
A medida que iba anocheciedo
los trabajos se iban complicando
por falta de luz y hubo que recurrir
a un generador con unos focos que
iban alumbrando los diferentes
pasos de trabajar la madera, ajus-
De izquierda a derecha: El Presidente de Festejos de San Pedro de La Felguera, Elalcalde de Caso, el alcalde de Ribadesella, el alcalde de Carreño, la concejala de Culturade Langreo y el Director-Gerente del Teatro Prendes.
tarla y colocarla. Por fin hacia las 9
y media de la noche pudieron te-
nerlo todo terminado y hacer una
fotografía para el recuerdo.
Por último solo queda agrade-
cer y dar testimonio de que sigue
en pie el monumento para conti-
nuar celebrando los Encuentros de
la Mina y la Mar gracias a que la
Empresa HUNOSA, el Ayunta-
miento de Carreño y la colabo-
ración de la Asociación de Entiba-
dores del Valle del Nalón aunaron
esfuerzos para que se sigan home-
najeando y recordando a nuestros
mineros y marineros.
Candás 2011. Portfolio Edición XLVI 93
En la fotografía se aprecian las espe-ciales condiciones en que estabandesarrollando los trabajos.
En esta fotografía se aprecia el esfuerzoque supone manejar y colocar las difer-entes piezas de madera.
94 Candás 2011. Portfolio Edición XLVI
Leer un diario perteneciente a
otra persona resulta ser un
acto irreverente, violarnos la
confidencialidad que asiste a todo
escrito privado, dirigido en exclusi-
va a un lector: el propio autor. Pero
también es de reconocer que tal
curiosidad queda absuelta por el
deber que preside el acto de
escribir historia. En este caso el
hecho histórico que lo permite es
la celebración del centenario del
nacimiento de nuestro Artista.
Sus anotaciones son la mani-
festación de las ansias de vivir por
y para el Arte. La imposibilidad de
tener para su deleite el conjunto de
obras que tan vivamente le habían
impresionado desde siempre, su
voluntad le empuja a recrearlas
proponiendo las salidas de sus
manos. El fin último siempre es la
contemplación.
De ahí el dolor que manifiesta
es consecuencia del reconocimien-
to del valor intrínseco que posee
toda obra de arte y de la falta de
respeto observada y no sólo por
parte de los brutos.
El deseo de embeleso ante lo
artístico no se resuelve en ensoña-
ción. La razón obliga tanto a dar
publicidad de lo creado como, y es-
to es aún más importante de
resaltar, la necesidad de enrique-
cimiento y formación. Antón sabe
lo que quiere pero también sabe
que necesita de todos los medios
para conseguirlo. Pide educación y
se pone en manos de auténticos
maestros: aquellos que al saber
conducen al discípulo desde el
mirar al ver, o sea, los que como
las parteras ayudan a dar a luz, no
hacen sino que aptitudes previas
florezcan adecuadamente.
Fruto de esta educación son los
dibujos que forman parte de la
exposición. A veces incompletos, a
veces con ausencia de logro, pero
siempre con atino y afán de
superación.
La exposición se exhibe en el
Centro de Escultura de Candás
Museo Antón, desde el 30 de junio
hasta el 18 de septiembre. El
horario de visitas es de martes a
domingo de 12 a l4 y de 18 a 21
horas.
Dolores Villameriel Fernández
Desde Madrid, Antonio
Rodríguez García, "Antón"
96 Candás 2011. Portfolio Edición XLVI
Un adiós
Mª Sol Viña Martínez
Demasiado cerca del mar, sobre el acantilado,
próxima a un bosque de árboles que con su fres-
cor perfuman el ambiente, hay, en Candás, una
pequeña ermita dedicada a San Antonio. Actualmente
está descuidada, deslucida, como abandonada por sus
devotos. Tal vez sea porque ahora no se acude a él para
implorarle protección o la solución de problemas per-
sonales.
El paso del tiempo, la lluvia, el viento y la mar,
actuando conjuntamente de forma constante e inexora-
ble, van socavando el terreno sobre el que se asienta y,
cualquier día, cabalgando sobre uno de esos argayos, tan
frecuentes en los acantilados asturianos, se desplomará
y será engullida por el bravo mar Cantábrico, sirviendo
luego para contrarrestar el fuerte oleaje al pie del preci-
picio.
Recientemente parece que desde el Ayuntamiento se
pusieron en contacto con profesionales especializados
que la desmontarán y numerarán sus piedras adecuada-
mente con el objetivo de reubicarla en un nuevo lugar.
¿Cuánto tiempo tardará éso en suceder? ¿Cuál será el
lugar elegido para su instalación? ¿Dará permiso el mar
y respetará el acantilado ese anhelo hasta que se pongan
manos a la obra? O bien nos despertaremos un día y
comprobaremos que la ermita ya no está?
Tantas cosas queridas, tantos lugares amados, tantas
personas conocidas desaparecen de pronto y, sólo cuan-
do eso sucede, nos damos cuenta de que algo dentro de
nosotros también se va.
Si eso le sucediera a la ermita de nada valdría que
después nos invadiera la nostalgia, la melancolía, ni que
las lágrimas inundaran nuestros ojos porque ya no ten-
dría remedio... Pero algo del "Candás de siempre" se
habría ido con ella.
98 Candás 2011. Portfolio Edición XLVI
Wifredo
Tuve un sueño
A la memoria de Tula, la perra de mi nieta.
Mala suerte has tenido
sólo has sido un capricho,
te ha abandonado el destino.
Quien te compró almohadones
y te acostó en la cama
tiene malas intenciones.
Espera las vacaciones,
en una solitaria carretera
te abandonarán, sus hijos lloran.
Miserable, no tiene sentimientos,
en sus conciencia tendrá un infierno.
Vagas sin rumbo, te has perdido,
se acerca la noche, tienes miedo
mirando al infinito, hambrienta y herida.
Eres inteligente, fiel y leal,
mucho de lo que nosotros carecemos,
algo me hace pensar cuál será tu final.
Un sinvivir en la perrera,
con la tristeza de tu mirada
o la muerte en la carretera.
Al perro
abandonado
Anoche tuve un sueño:
Tenía poderes para viajar en el tiempo,
una espiral me eleva llevado por el viento.
Retrocedo a mi niñez, a correr y jugar,
estoy en la Baragaña, el corazón del pueblo,
cuantos recuerdos, qué feliz, me hace soñar.
Más triste es despertar,
en la Baragaña he vuelto a pensar
parte de mi niñez me han quitado,
la han derribado, ¿a quién preguntaron?
Los progres dirán que es cubismo, llamado arte,
es el modernismo, los sentimientos aparte.
Del país de Confucio granito importaron
con el que la Baragaña remodelaron,
con granito autóctono el Escorial se construyó,
de las manos de Herrera una maravilla salió.
Quien la ha tirado, en ella no ha jugado.
Dios nos coja confesados, esto no ha terminado.
El subsconciente me lleva a la Tenderina,
con ternura contemplo la casa donde nací,
la calle que tanto amé, y las broncas de la vecina.
Feliz era siendo niño, viajé en el tiempo,
nunca podré olvidar la noche que tuve un sueño.
Candás 2011. Portfolio Edición XLVI 99
La vida huye y nos va dejando
suaves caligrafías en el
corazón, textos y recuerdos
sobre los que han ido pasando la
lluvia del tiempo. Así ha ocurrido
con el personaje que hoy vamos a
entrevistar.
Son los últimos días de febrero,
el último domingo de una hoja de
calendario fría y corta, y nos dirigi-
mos (ya bajo un sol de tarde muer-
ta) hacia la calle que nos conduce
hasta la fuente de Santarúa y al
lavadero, lugares que uno sigue- o
quiere seguir viendo- con los ojos
de la infancia. Llevamos papel,
pluma y grabadora, y caminamos
despacio hacia la casa/piso de
Milita de Concha Pin donde ella,
impaciente, nos espera.
Nacer frente a la Rula candasi-
na el año 1916 es ya, de mano,
tener delante de los ojos todo un
espectáculo fascinante, rico en
imágenes, colores, olores y so-
nidos; toda una suerte para quien
sabe mirar y sentir. Nacer de una
madre con fuerte personalidad -
Concha Pin- (de la Tenderina),
oriunda de Perlora (de los de
Flecha), y de un padre fogonero, es
recibir toda una marca de la casa y
un reto.
Con su señorial galantería y un
poco nerviosa, Milita abre la puer-
ta de su casa. Nos manda pasar a
un amplio salón, sobrio y fina-
mente decorado con muebles
antiguos y un retrato grande de sus
padres. Enciende una lámpara, y el
dulce rostro de Milita se ilumina y
muestra con más intensidad su
palidez tostada, fina y noble. Un
rostro sin arrugas, sobre el que
destaca la negrura azabache de sus
hermosos ojos. Y comienza a
hablar: - Fui sólo 3 meses al cole-
gio, a la escuela de D. María y a la
de Joaquina. Éramos 12 hermanos,
la mar delante y el cielo arriba.
¡Había tanto que lavar y planchar!
Lavar sábanas, ropa de la mar, todo
el mahón duro de aquella época, y
hacer recados, y obedecer sin
rechistar. En aquellos tiempos- y
todavía hasta hace muy poco- las
mujeres estábamos para eso.
Milita de Concha Pin
TODA UNA VIDA...
Coordinación y texto: Hermenegildo Fdez. y José Marcelino García.
Pausa..., Milita parece tender su
mirada hacia tiempos lejanos e ir
hacia el encuentro de una niña que
ve ir camino de la bodega... Sigue:
- Once años tenía cuando comencé
a trabajar en la fábrica de Albo y
luego en la de Herrero. Once años
cuando uno de los jefes, un ga-
llego, me abofeteó. Entonces, mi
padre me prohibió ir más a la
fábrica, pero eso no podía ser. Y así
llegó aquella maldita guerra en la
que perdí al novio y en la que, de
trabajar en la fábrica, pasé a ser
miliciana atendiendo heridos. Yo era
una mocita que llamaba la atención,
y con la guerra sufrí mucho.
Mi madre se puso a vender
"pescao" en la plaza, porque mi
padre enfermó: quedo "baldao"
durante tres años, y al final murió
con 43. Luego, además de planchar
para afuera, mi santa madre puso
una tiendina en el bajo de la casa a
la que fuimos a vivir, que era de un
hombre de Tamón. Una casa al
lado del Paseín, cerca de la fuente
y del río que iba a morir a la
Pregona. El viento del nordeste
subía de la mar soplando con
fuerza por delante de nuestra casa,
pero también venía la primavera
con el ruido de las motoras, el tra-
jín de la rula llena de pescado, los
carros subiendo y bajando, todos
cargados de redes encascadas,
adornadas con boyas, bolas de
cristal, plomos y jaretas. Redes
adobadas con primor y maestría
por aquellas rederas que teníamos
en el pueblo, tan hábiles y atentas
a su labor. Redes como collares,
que se tendían por los prados o se
izaban entre dos mástiles igual que
si fueran telones de un escenario.
Por aquellos entonces, venían
muchos vascos a fondear al muelle
de Candás durante tres meses, los
llamaban los vizcaínos. Eran altos,
fuertes, cetrinos, grandes marine-
ros. Nos llevábamos muy bien con
ellos. Algunos se casaron con moci-
nas de Candás y se quedaron aquí
para siempre.
Milita, toda voz y mirada, va
repasando el campo de su vida:
sueños de juventud, agonías y
cuchillos. Retorna a los tiempos en
los que creía que las cuevas esta-
ban encantadas y que las golondri-
nas venían en primavera a quitar
las espinas de la corona de Cristo.
Calla y habla. Nosotros la miramos
y respetamos sus silencios. - Lo
que más me gustaba, cuando era
una chavalita, era el baile del
Palermo (que lo llevaba Pipi, el hijo
de Flora), y aquella pandilla de
"Mil Hombres", de Saturno el de
Lolo (que estaba por mí), de Josefa
la Tamborina ... No había San
Fermín que igualara a las fiestas
del Cristo, ni las Fallas de Valencia.
Venían limpiabotas, caballitos, rati-
tas, casetas de tiro al blanco. Venía
D. Paquito y alquilaba el teatro
Marina. Traía 7 preciosas chicas de
piernas largas, caderas anchas y
cintura estrecha, todas vestidas de
lentejuelas y batas de cola de co-
lores y lunares. Todos los hombres
casados bailaban ese día con las
chavalitas, y se comía pollo de corral,
100 Candás 2011. Portfolio Edición XLVL
Candás 2011. Portfolio Edición XLVI 101
arroz con leche y luego, con sus
mujeres y sus hijos, iban los ma-
rineros a la confitería de Avelina a
comer pasteles y beber moscatel.
Se ha ido echando la noche sobre
este barrio situado bajo San Roque,
al pie de la Forca, en los umbrales de
los cinco viejos caños más amados
de este pueblo; esos que dieron y
seguirán dando de beber agua del
paraíso a miles y miles de genera-
ciones candasinas.
Milita, sentada con elegancia en
un sillón alto y clásico, se ha ido, a lo
largo de la conversación, tras-
mutando en niña, en joven, en hija y
madre, en hermana y amiga.
-Desde que nací, siempre me
gustó leer, sobre todo historia; y
cuando estoy disgustada o muy triste
leo a nuestros clásicos: Valle Inclán,
Pío Baroja, Blasco Ibáñez, Palacio
Valdés, sobre todo su hermosa no-
vela "José", donde describe el
Candás marinero, que el autor
conocía tan bien. Mi madre tenía
una voz muy dulce. Era muy fan-
tasiosa y nadie como ella sabía con-
tar cuentos e historias. Veías todo lo
que explicaba. Y sin embargo, mi
padre no sabía casi escribir, se llam-
aba Emilio y era sobrino de Rosario,
la del estanco.
-Yo escuchaba el viento, las cam-
panas de la iglesia, los gatos maullar
sobre los tejados, la voz del rapacín
de barco en medio del silencio de la
madrugada. Observaba con interés
lo que ocurría a mí alrededor, y así
fui conociendo aquel mundo de
pobreza y desigualdades, el hambre
y las enfermedades que mataban a
tantos pobres, sobre todo a los
niños. Por eso digo que no hay nada
más grande que la democracia. Es lo
que más vale y lo que mejor hace
progresar a los pueblos. Figuraos
que cuando yo nací no había escuela
pública. Compré una enciclopedia
y fui a unas clases nocturnas
durante un poco de tiempo. Fue
una pena, porque una de las cosas
que más me gustaba era leer y
escribir. Escribía una y otra vez
cartas a amigas que yo, en mi fan-
tasía, imaginaba. Todas las empe-
zaba con esa frase tan bonita:
"Querida amiga"... Y sí, tuve una
amiga, Fina la de Corredor, con la
que me llevaba muy bien.
Memoria de las cosas y las per-
sonas. Memoria de esta mujer
malva y rosa, cansada y dulce, con
un rostro de 94 años aún lleno de
belleza. La miramos con respeto,
con cariño, cuando nos dice que
habla con los árboles, cuando dice
que reza y llora, y que quiere creer
que hay Dios. La miramos con ter-
nura cuando dice que se acuerda
de su madre, de sus hermanos, de
las flores de antes, y del Calvario,
un lugar muy hermoso y triste con
su cementerio lleno de niños muer-
tos y retratos de jovencitas. La
miramos con pena cuando nos dice
que no tiene miedo morir, pero sí a
la soledad y al dolor. Milita de
Cocha Pin, mujer niña, caudal de
recuerdos y arboleda de palabras,
nos despide con gesto cortés y la
infancia de la vejez en sus bellos
ojos llenos de la marca de la vida.
Fuera, la noche está ya descendida.
Los cinco caños de Santarúa siguen
manando eternamente sus ángeles
cálidos y fríos de agua del paraíso.
102 Candás 2011. Portfolio Edición XLVI
En este pueblo ballenero, ma-
reante, pescador y bonitero,
de viudas y madres de ahoga-
dos, de niños y hombres descalzos,
torsos desnudos, de mujeres desa-
fiando el destino de mármol cantan-
do en medio de su pobreza, su sal y
su saco, siempre en ronda por entre
sus callejones de viento, casca, ham-
bre y redes, y al que Neptuno le me-
tió muchas veces el tridente por el
alma. En este pueblo del Cristo y de
San Félix, galante, agudo, mordaz y
emprendedor nació David Pérez-Sie-
rra González, un hombre que, sin ha-
ber sido propiamente marinero (salió
sólo dos veces a galdiar con Panín el
Mozo, una de ellas llovió y dieron la
vuelta), siempre ha sido un aliado de
la mar, de sus gentes, de su historia y
de sus leyendas. Un enamorado y
estudioso de su original forma de
hablar, de sus fiestas, deportes, su
gracia y su cultura.
Nace David en la calle llamada
de la Escuela, luego Angel García
Rendueles, un 11 de febrero del 28,
cuando la luna del chicharrón y la
palometa es la más fría del año, el
pueblo sufre más hambre, la mar
está más blanca y traidora, y todo lo
que de ella sale lo entrega con más
esfuerzo y peligro en medio del viejo
rugido del lobo candasín: el
nordeste. Cuenta su padre (al nacer
David), 53 años (una edad muy avan-
zada para aquellos tiempos), así que,
como David suele decir, su veterano
progenitor fue para él, abuelo y
padre a la vez. Un padre muy lector
y muy entendido en música, tauro-
maquia y fútbol, descendiente de
una de las familias más antiguas de
Candás: hijo de Jenaro Calera, gestor
de la Agencia Postal, en su propia
casa de la calle de la Escuela, y éste,
a su vez, hijo de José Pérez-Sierra,
barrilero, y éste, de Lorenzo Pérez-
Sierra diputado, síndico y mayordo-
mo del entonces puerto de Candás,
en el último cuarto del siglo XVIII.
Tiene pues David un genuino "pedi-
grí" candasín, mezclado con el
gijonés de su madre, Sara, hermana
de aquel querido y entrañable
Angelín, el de la Notaría de Migoya,
amigo íntimo de Pipi, Ángel
Rodríguez y de cuantos candasinos
recabáremos su ayuda o consejo.
David tenía prohibido terminan-
temente por su padre jugar al fútbol,
pero, escondido, escucha conversa-
ciones en las tertulias de su casa, y se
va entusiasmando y aficionando a
este deporte.
Pero, además, estalla la guerra,
tiene 8 años, y sin tebeos para
entretenerse, con papeles y una
media de su hermana Eladia, hace
pelotas para jugar con sus amigos en
la Baragaña, lugar de reunión de mar
y tierra, como a David le gusta decir.
Y también recuerda aquello que su
padre le aconsejaba: "Que no había
que decir a sus amigos de juegos lo
que sus padres habían hecho".
Jugaba en la Baragaña, frente al bar
"Kiko", que estaba preso, y que regía
Dionisia, su hermana.
David Pérez-Sierra
González
TODA UNA VIDA...
Coordinación y texto: Hermenegildo Fdez. y José Marcelino García.
Candás 2011. Portfolio Edición XLVI 103
Ocho años cuando estalla la gue-
rra, y David patea las aldeas de Ca-
rreño llevando cartas de gente que
estaba por el frente. A veces, con las
cartas, lleva también un besugo para
cambiarlo por "fabes", por "panoyes"
o "patates". Y así, comiendo mucha
boroña y muches "papes" (tenía gran
ilusión por comer dos huevos fritos),
David consigue no pasar hambre en
aquellos años de penuria y miseria,
en la que había mucha gente escon-
dida por el monte que te podía quitar
la molienda, cuando venías con ella
del Pielgo.
Fue a la escuela de Ramón de
Xuan, pero perdía casi todas las cla-
ses de por la mañana, porque tenía
que repartir la prensa a los suscrito-
res. En aquellos periódicos de guerra
y de postguerra David empezó a leer
informaciones, artículos, opiniones
que muchas veces no coincidían con
lo que su padre le decía. Y así llega
David a los 17 años, cuando ya su pa-
dre contaba 70, y éste, poco a poco,
le va trasfiriendo el trabajo que él
desempeñaba como Agente Postal y
Corresponsal Administrativo de
Prensa.
Y lo que tuvo que pasar, pasó. Y
así, un cinco de Mayo del 45, David,
que tenía terminantemente prohibi-
do jugar al fútbol, juega con una se-
lección candasina frente a otra selec-
ción de "Manolo Nora" en un “prao”
del arrabal de Candás. Con el barro
hasta las trancas, llega a casa tem-
blando de miedo, preocupadísimo de
que su padre lo viese entrar de aque-
lla guisa. Lo salvó la visita de Celes-
tino Muñiz, que lleno de emoción le
estaba contando a su padre la victo-
ria de España contra Portugal, en la
Coruña. Victoria de 4-2 y que David,
escondido, escucha con deleite y
admiración.
Y lo que irremediablemente
tuvo que llegar, llegó. Y así, de esta
forma, el 12 de Marzo del 48 David
perdía a su padre, a su abuelo, a su
amigo, el hombre que le contesta-
ba a todas las preguntas, por ino-
portunas que fueran, el hombre al
que, como dice David, nada le era
ajeno, incluso el fútbol, al que
parecía ser indiferente.
Desde ese momento David toma
el relevo de su padre en el Servicio
de Correos, hasta que, en febrero del
año 1955, lo deja (como tantos ma-
rineros la mar), para trabajar en
ENSIDESA. Fueros 133 años los que
habían transcurrido desde los lejanos
días en que su bisabuelo se había
hecho cargo de la Agencia Postal de
Candás. Ciento treinta y tres años
que imprimieron carácter y perso-
nalidad en David, merecedor por esa
razón del honroso título de "David el
del Correo".
Pasión también y carácter de
104 Candás 2011. Portfolio Edición XLVI
futbolista, como jugador del
Candás, desde su fundación. En
ese Racing de su pueblo, David
(del que decían que jugaba muy
bien y que Amadeo, entrenador
del Sporting, esperaba por él) dis-
frutó muchísimo jugando a tope
unas cuantas temporadas.
Pero desde que, en vida de su
padre, había mandado un escrito
(omitiendo su nombre) al diario
VOLUNTAD pidiendo la reapari-
ción del "Canijo" y citando a algu-
nas jóvenes glorias y muchas
promesas, David comienza a sentir
el gusto, la afición y la vocación de
escribir cosas de su pueblo, de su
historia, sus costumbres, de sus
tradiciones y vida marinera. Aquel
grupo de genuinos y notables can-
dasinos, tertulianos todos del
entrañable Café de Braulio:
Higinio Barón, los dos hermanos
(candasinos de muchos quilates),
José y Constante Bolero, "Pepe el
Che", uno de los hombres más cul-
tos que tuvo Candás, José Serrano,
el sin par "Fotingo" y otros, le
decían al joven David que escri-
biese, que escribiese más. Y sí que
escribió David: en el ABC, en el
Blanco y Negro, en el As, en todos
los periódicos asturianos. Y se con-
vierte en editor de sus escritos
durante los años 1966/69 con:
Biografía de Candás y su concejo
de Carreño, y con el Vocabulario
candasín, el año 1973, en edición
de bolsillo. Toda una vida escri-
biendo, escudriñando en la historia
antigua y contemporánea de este
pueblo. Miles de horas de trabajo
silencioso recopilando datos, con-
feccionando fichas, seleccionando
información han ido haciendo de
David Pérez-Sierra a lo largo de los
años nuestro historiador más y
mejor informado y completo. Ahí
queda su Historia General de
Candás y su Concejo de Carreño,
sus trabajos sobre el erudito can-
dasín Carlos González de Posada,
del que es un experto biógrafo, su
estudio de la novela "José", que
resuelve la controversia entre
Candás y Cudillero, en palabras
del profesor Martinez Cachero,
definitivamente a favor de Candás
como el escenario de esta novela.
Ahí quedan su “Candás Alegre" y
su "Siempre Candás" y el “Candás
y sus mayores penalidades y trage-
dias". Y aquí sigue David caminan-
do con paso rápido y escribiendo
sobre su pueblo con entusiasmo y
fervor. Con unas hermosas pa-
labras suyas terminamos este
breve paseo por su vida. "Bello
mar candasín de nostalgias y trage-
dias, al que nunca se llevará desde
aquí a los tribunales en demanda
de reparaciones".
1956. D. Casimiro, Margallo, Fermín el mecánico, Manolo la Galga y Guila.
1956. Don José Muniello, Arturo Rila, Graciano y otro, santiguandose antes de comer.
1956. Gervasio, Liriato, Galipo, Gabriel, Corsino y Guila, entre otros.
1957. D. José el párroco y Manuel Pérez con los Reyes Magos.
1957. Ramón de Corsino, Guila, Abel el Chulo, Antonín, Máximo Ponteo.
1957. Guila bailando una rumba.
1957. Sara Pascual con lo más florido del Coro Parroquial.
1958. D. Manuel el médico, Alfonsito Albo, Manuel Pérez, José Manuel el médico, RamónBigotes, Ponteo, José María, Gervasio, Nicomedes Cosgaya y Guila, entre otros.
1960. Marcelo Boquina, Manuel Pérez y Bernabé.
1960. Anselmo Cagüete, Genaro Bombita y Pepe el Mameo.
1960. El violinista Beltrán, acompañado de acordeón y guitarra, amenizando el baile.
1960. Antonín, Franxute el Cervero, Máximo Ponteo y Juaco el Cho.
1960. Segundo el Polaco, El Camuño y Antón de Coleta.
1960. Genaro el Xurro y Falo Regata, entre otros.
1960. Silvino el de Enriquin y Adolfo el de Magdalena, entre otros.
1960. Sara Pascual y Manuel Pérez acompañados del Coro Parroquial.
1960. Pedro Isidro Chicote, Alcalde de Carreño, saludando a Manuel Pérez.
1961. Pepín Pérez, D. Manuel, Manuel Pérez, García, Margallo, Félix Moré, Pepe el Che, el Pritoy Silvino
112 Candás 2011. Portfolio Edición XLVI
Pasados han sido ya cien años, Antón, y como un
Fénix, tú, lo tuyo y los tuyos, aquí siguen en pie:
escoplos, gubias, pinceles, pinturas, carbones...,
y aquel elenco de amigos y compañeros, de amigas y
hermanas tuyas a las que hiciste surgir de la madera, del
marmol, de los metales y lienzos, con su palpitar
humano y candasín, con su brillante mirada de azahar,
de instantes y colores, sueños, sombras, embriagueces,
rezos y desamparos.
Tú, que viviste niñez y mocedad en este nido cer-
cano al monte y a la flor, al susurro de los cinco caños.
Tú, niño absorto, jóven predestinado a la gloria, perci-
biendo el poder inspirador de la mar, la luz de los faros,
el viento oreando las calles rederas anegadas de llantos,
voces y cantares. Tú, Antón, hermano, maestro, amigo,
perdónanos por haberte derribado cuando subías a la
cumbre. Perdona a esta España escopetera y cainita. No
reniegues de nosotros, Candás respira con lo tuyo y
sostiene tu memoria. Aquí, al mismo pie de la mar,
junto a los prados bellos de San Antonio, en el
entronque de los caminos, está todo cuanto tu habías
hecho, amado y alumbrado.
Tenga tu cuerpo paz, Antón, y que tu alma viva alber-
gada entre nosotros, más viva cada día, y por los siglos.
Marce Medero
Los cien años de Antón
Sobrinos y otros familiares de Antón.