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    POLTICAS SOCIALES Y AC-CIN LOCAL. 10 ESTUDIOS DECASO

    Carlos H. Acua, Elizabeth Jelin yGabriel Kessler (bajo la direccin de),CLASPO, Buenos Aires, 2007,349 pginas.

    A partir de la dcada de los 90 la Ar-gentina se vio sumergida en un procesode profunda transformacin de su es-

    tructura social, econmica y poltica,que se tradujo, entre otras cosas, en unaradical redefinicin de la orientacin delas polticas sociales, la cual a su vez es-

    tuvo vinculada a los cambios en la ma-triz Estado-sociedad. Debido a que laspolticas sociales revisten una importan-cia central a la hora de comprender lasdinmicas de inclusin y exclusin de

    una sociedad, y debido a las profundastransformaciones recin aludidas, la tem-tica cobr un renovado inters dentro delos crculos polticos y acadmicos.

    En este sentido, y en el marco delGrupo Interinstitucional CLASPO-Ar-

    gentina (conformado por el Programa deInvestigaciones Socioculturales del IDES,la Maestra de Administracin y Polticas

    Pblicas de la Universidad de San Andrsy el rea de Sociologa del Instituto deCiencias de la UNGS, en convenio conel Center for Latin American Social Policy(CLASPO) de la Universidad de Texas),se llev a cabo la investigacin que luegofue plasmada en este libro.

    El libro propone bsicamente unamirada sobre las complejidades de la

    relacin Estado-sociedad civil en la Ar-gentina actual a la luz del anlisis de cier-

    tas problemticas sociales, abordadas apartir del estudio de una serie de accio-nes locales de distinto tipo y abarcando

    diversas reas de la accin social, y con-centrndose principalmente en el reaMetropolitana de Buenos Aires. El libroplantea una serie de interrogantes vin-culadas en particular con las cuestionesde la participacin quin participa,cmo, para qu, quin queda afuera tan-

    to de los procesos de participacincomo de los beneficios de la poltica

    social y la relacin entre el Estado ylas organizaciones de la sociedad civil(OSC). A la luz de estos interrogantesprincipales, los diez estudios de caso seproponen aportar a la comprensin delas polticas sociales, las dinmicas de in-clusin y exclusin, y la relacin entre elEstado y la sociedad argentinos actuales.

    Ms all de la diversidad entre los diez

    casos, pueden discernirse entre stos dos grupos: aquellos centrados en las pro-blemticas de la participacin y aquelloscentrados en las problemticas de la re-lacin entre Estado y las OSC. En pri-mer lugar y a partir de los anlisis de loscasos del Centro de Atencin Primariade la Salud Doctora Miranda Norgrendel Programa Remediar, del Centro de

    Promocin del Joven como proyecto deatencin y promocin de salud sexual yreproductiva de los adolescentes, de lasiniciativas de accin cultural llevadas acabo por militantes comunitarios de unbarrio de sectores populares del GranBuenos Aires, y de la experiencia en elnodo El Trueque de los clubes de true-que iniciados en los 90, surge una visin

    doble, en mayor o menor grado com-partida en todos los casos expuestos,

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    acerca de la deseabilidad de la participa-cin comunitaria, por un lado, y las difi-cultades de la misma, por el otro, desta-

    cndose dos problemticas: las imposi-ciones que surgen desde [un] arribaexterno y la derivacin en prcticasclientelares de un arriba local (85), quejaquean el empoderamiento real de la co-munidad en los procesos participatorios.Por su parte, cuando s se logra la efecti-

    va participacin de la comunidad, se re-saltan a su vez algunos peligros de estas

    dinmicas en cuanto a que pueden deri-var en el fortalecimiento de ciertas lgi-cas de exclusin, ya que la reafirmacinde la identidad, al ser un fenmenorelacional, implica necesariamente laconsolidacin de un juego de diferenciasentre nosotros-ellos (198, 214-215).Sin embargo y por el contrario, los pro-blemas de la experiencia del trueque sur-

    gieron justamente por el fenmeno con-trario, esto es, la ausencia de identidad yaccin comunes, y la heterogeneidad deexperiencias aglutinadas bajo un mismofenmeno (242). En este sentido, loscasos sealados se complementan parareflejar de manera equilibrada las pro-blemticas y virtudes de la cuestin de laparticipacin en la instrumentacin de las

    polticas sociales.En segundo lugar y en cuanto a loscasos focalizados en la comprensin dela problemtica de la relacin entre elEstado y las OSC, el anlisis de los ca-sos del Consejo de Planeamiento Estra-

    tgico (COPE) de la Ciudad Autnomade Buenos Aires, de la implementacinde la ley 24.417 de proteccin contra la

    violencia familiar, de las relaciones delCentro de Estudiantes y Residentes Bo-

    livianos (CERB) de La Plata tanto conlos organismos oficiales locales comocon otras instituciones de inmigrantes

    bolivianos, y el Programa de Apoyo aGrupos Comunitarios en la Ciudad deBuenos Aires, muestran algunas de las

    ventajas y de las problemticas de larelacin entre Estado y OSC, siempreen vinculacin con el objetivo primor-dial de comprender la relacin Estado-sociedad y las dinmicas de inclusin-exclusin. En este sentido, la idea

    compartida por sendos anlisis se re-sume en que la participacin de lasOSC no es garanta de inclusin social(en el sentido de empoderamiento dela comunidad y de democratizacin delas deliberaciones pblicas), en particu-lar debido a que la inclusin de los ex-cluidos origina incertidumbre y conflic-

    tos entre los incluidos, porque ven ame-

    nazados sus intereses y amenazada ladistribucin del poder existente, tor-nando los espacios de participacin enuna farsa (32). Para lograr una partici-pacin social efectiva, coinciden los di-

    versos anlisis de los distintos casos, esnecesario fortalecer la capacidad de

    gestin pblica del Estado (33, 347-348). En otras palabras, estos estudios

    retoman el Estado para garantizar unaparticipacin efectiva, esto es, una in-clusin real de la ciudadana en cada unade las etapas de las polticas sociales. Porotro lado y ms all de lo antedicho, loscasos de la ley de proteccin contra la

    violencia familiar y del CERB reflejan lasdificultades de coordinacin tanto en-

    tre las OSC y los organismos estatales

    como la triangulacin en el caso de laCERB entre las OSC, los organismos

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    oficiales locales (que gracias a sus vn-culos histricos podan mantener rela-ciones aceitadas entre s), y las otras ins-

    tituciones de inmigrantes bolivianos.De los casos estudiados centradosen la problemtica de la relacin entreOSC y Estado se extraen dos ensean-zas principales: por un lado, para que laparticipacin de las OSC en las diversasetapas de las polticas sociales resulteen procesos inclusivos de la sociedad,es necesario un Estado con capacidad

    de gestin que pueda limitar la inciden-cia parcial de estos grupos en desme-dro de la comunidad en general. Porotro lado, y a pesar de esta deseabilidad,es necesario comprender las dificulta-des tanto en la coordinacin entre agen-cias estatales y OSC, como las trabas quela participacin de ciertas OSC puedensignificar para la representacin de cier-

    tos sectores de la sociedad civil con me-nor poder para hacer or sus demandas.En definitiva, este libro es un impor-

    tante aporte para comprender las difi-cultades de la participacin, de la inter-

    vencin de las OSC en las distintas eta-pas de las polticas sociales, y de la cre-ciente focalizacin de las mismas. Eneste sentido, se destaca el rol del Esta-

    do y la necesidad de fortalecerlo paralograr una participacin efectiva y la in-clusin democrtica de los ciudadanos.

    Dadas las tensiones entre intereses in-dividuales y colectivos, y las contradic-ciones en la distribucin de poder en el

    seno de la sociedad civil, la intervencinefectiva del Estado se vuelve indispen-sable, no como mera arena de lucha depoder, sino como actor, heterogneo,con sus complejidades y dificultades in-

    ternas. Por consiguiente, el aporte delanlisis de estos diez casos radica encomprender que existen diversos tiposde participacin as como de

    involucramiento de las OSC en las eta-pas de las polticas sociales; por ende,para garantizar una mayor inclusin real,es necesario un tipo de participacinque conlleve el empoderamiento de laciudadana de manera democrtica, ascomo la intervencin de las OSC demanera mediada por un Estado fortale-cido en su capacidad de gestin, tal que

    pueda equilibrar las disputas de poderhacia adentro de la sociedad. En estesentido, resulta un libro muy til paracomprender ciertas complejidades yheterogeneidades del concepto de par-

    ticipacin, que con frecuencia quedansepultadas bajo este nico concepto,contribuyendo de este modo a la com-prensin de los procesos de inclusin y

    exclusin en la instrumentacin de po-lticas sociales, as como de la matriz msgeneral Estado-sociedad civil.

    Dborah Dietl

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    POLTICA. CUESTIONES YPROBLEMAS

    Luis Aznar y Miguel De Luca(compiladores), Ariel, Buenos Aires,2006, 362 pginas.

    Esta es una obra para ser consulta-da, fundamentalmente, por los alumnosde la treintena de carreras y departamen-

    tos de Ciencia Poltica y Gobierno queexisten hoy en da en la Argentina (...)

    Tambin puede resultar provechosacomo material de consulta para mate-rias similares que forman parte de losplanes de estudios universitarios de otrascarreras por lo comn pertenecientes ala Facultad de Ciencias Sociales, o bien,a las de Derecho y Ciencias Econmi-cas. De esta forma, quiz excesivamen-

    te modesta, los compiladores inician la

    Presentacin del libro recientementepublicado y que rene nueve captulosredactados por distintos autores espe-cializados en ciencia poltica, egresadosde la Universidad de Buenos Aires conactuacin como docentes en la mismacasa de estudios. El temario abarcado esamplio y prcticamente cubre todos losasuntos que normalmente se incluyen

    dentro de la ciencia poltica. La obra su-ministra, adems, recursos para profun-dizar el estudio de los temas tratados.Cada captulo enumera los sitios de la

    web en los cuales se ofrece informacinsobre ellos. Como apndices se agregaun listado extenso de obras de referen-cia general y una nmina de las principa-les revistas de ciencia poltica publicadas

    en castellano, portugus, italiano, fran-cs e ingls.

    Como acertadamente dice CarlosFloria en el Prefacio, el lector que abralas pginas de este libro tendr en sus

    manos una suerte de mapa (...) para in-ternarse en los meandros del fenmenopoltico. Mapa porque, como el ttulorecuerda, se ofrece una relacin de lascuestiones y problemas ms importan-

    tes en el actual anlisis cientfico de lapoltica y porque, como todo mapa, ofre-ce la informacin en forma concisa queorienta y lleva hacia donde cada uno quie-

    re llegar. El libro, adems, es un testimo-nio de la calidad intelectual que en nues-tro pas han alcanzado las ciencias socia-les en general, y la poltica en particular,en las ltimas dos dcadas, a pesar delestado de crisis permanente en el quehemos desarrollado su actividad todosaquellos que vivimos en este pas. Un r-pido recorrido por los distintos captu-

    los puede servir de muestra de los asun-tos tratados a lo largo de la obra.En el captulo inicial Poltica y ciencia

    poltica, Luis Aznar, luego de sealar quelas investigaciones de ciencia polticason estudios sustantivos y metdicos,destinados a lograr grados apreciablesde comprensin y explicacin de los sis-

    temas de relaciones de poder y domi-

    nacin en una sociedad determinada,concluye, sentada la autonoma de la po-ltica, que en condiciones de pobrezaextrema las discusiones sobre orden, r-

    gimen poltico, eficacia decisional ygobernabilidad pareceran valer y pesarpoco y nada.

    Santiago Rotman (Metodologa de lainvestigacin en ciencia poltica) advier-

    te la necesidad de mantener un equili-brio entre la informacin emprica, por

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    un lado, y la conceptualizacin y la cla-sificacin previas, por otro lado, parasu anlisis. Quien trabaja en ciencia po-

    ltica debe combinar la creatividad ne-cesaria para mirar la realidad con sen-tido crtico superando las propias cons-trucciones de sentido comn, junto ala rigurosidad metodolgica indispen-sable para poder cimentar nuevosaportes que prediquen sobre una rea-lidad crecientemente compleja.

    Un captulo que adquiere inters

    para un universo ms amplio de lecto-res es el que Mara Soledad MndezParnes y Juan Javier Negri escribieronsobre Democracia. Luego de discutir lasdefiniciones del significado que encie-rra la hoy tan usada palabra y los tipos ymodelos que histricamente han exis-

    tido de ella, se preocupan en mostrarcmo la democracia ha ascendido, en

    los perodos de democratizacin, y hadescendido, en los perodos de crisis,en las valoraciones compartidas. Cadargimen democrtico es el resultado dela accin de quienes contribuyeron a suestablecimiento, evitando las alternati-

    vas no democrticas, y de quienes dia-riamente han contribuido a su consoli-dacin y desarrollo. Toda poca abre

    nuevos desafos que el rgimen polticodebe responder para su preservacin.Mara Pegoraro y Florencia

    Zulcovsky (Gobierno) pasan revista a losclsicos temas de distribucin de po-der y organizacin del gobierno quedan lugar a los gobiernos unitarios, fe-derales y confederales para luegointroducirse en la distincin de las for-

    mas de gobierno parlamentaria y pre-sidencial. Se describen las tradiciona-

    les crticas al presidencialismo, con sutendencia a la inestabilidad y la parlisis y las defensas ensayadas en base a la

    reforma de los presidencialismos y laintroduccin de formas intermedias.Luciana Cingolani se introduce en el

    trascendente tema de Partidos polticos ysistemas de partidos. En su desarrollo re-cuerda las ms recientes novedades te-ricas como la introduccin de la catego-ra de partido atrapatodo, un partidoms pragmtico, profundamente pre-

    ocupado por la imagen de sus lderes ypor adquirir ventajas en el espacio cons-tituido desde los medios de comunica-cin, o la llamada cartelizacin de lapoltica partidaria, en la que las organi-zaciones cobran mayores vnculos conel aparato estatal que con la estructurasocial. La ltima parte del captulo estdedicada al anlisis del sistema de parti-

    dos y su importancia para el funciona-miento de la democracia, recordndoseen los ltimos prrafos que no existedemocracia exitosa sin ellos.

    Miguel De Luca nos brinda un actua-lizado estudio de Elecciones y sistemaselectorales. En la primera parte pasa re-

    vista al tema de las reglas bsicas de laselecciones que hoy en da es un tema

    que la ciencia poltica ha rescatado comoesencial para asegurar la competenciaentre partidos. Ms adelante describecon claridad el intrincado asunto de lossistemas electorales, campo preferidopara los ensayos de la llamada ingenie-ra institucional, aunque advierte quelas modificaciones en las reglas electo-rales no son una panacea.

    Federico Rossi ( Movimientos socia-les) trata un tema novedoso que ya tie-

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    ne su lugar asegurado en la ciencia pol-tica y que ha cobrado singular importan-cia en la vida poltica de la Amrica Lati-

    na contempornea. Martn DAlessandro(Liderazgo poltico), despus de desarro-llar tericamente la cuestin, concluyediscutiendo las virtudes y peligros parala vida institucional sealando que enlos actuales regmenes democrticos(...) se han creado fuertes lmites paraque los lderes polticos sean responsa-bles ante sus seguidores. En el ltimo

    captulo, Elsa Llenderrozas se ocupa delas Relaciones internacionales en las cu-les recientes elaboraciones reclamannuevas aproximaciones que permitansuperar los lmites rgidos entre los m-bitos de la poltica intraestatal y lainterestatal.

    Mario Justo Lpez

    ENSAYOS SOBRE EL FASCISMO

    Norberto Bobbio, Prometeo, Buenos

    Aires, 2006, 176 pginas.

    Esta obra rene ocho ensayos escritosentre 1964 y 1975 por el filsofo italianofallecido en 2004. El autor se limita a abor-dar exclusivamente la expresin fascista desu propio pas, es decir, el movimiento queinstal y mantuvo a Mussolini en el poderdurante ms de dos dcadas hasta su cada

    en 1944. Por lo tanto, no extiende el an-lisis a movimientos de semejantes caracte-rsticas que surgieron en Europa en formaposterior a la Primera Guerra Mundial yciertamente no propone incluirlo dentrodel conjunto de regmenes totalitarios que

    generalmente suele cerrarse con la Alema-nia nacional-socialista y la Unin Soviticaestalinista. Esta seleccin, realizada por Luis

    Rossi (a cargo adems de la traduccin eintroduccin), permite vislumbrar dosgrandes cuestiones a las que Bobbio pre-tende dar respuesta: en primer lugar, cules la naturaleza o esencia del fascismo suideologa, su doctrina, su ubicacin dentrode la historia italiana ; y en segundo lugar, siexisti o no una cultura propia del fascis-mo. El primer debate se inserta en, y

    reaviva, un complejo debate historiogrficorespecto de la excepcionalidad del fas-cismo: es, como sostuvo Croce (yconvalida Bobbio), un parntesis, una ex-periencia nefasta que no puede ser remon-

    tada a las falencias de la expresin particu-larmente italianadel liberalismo que lo an-

    tecedi, consagrada en el estatutoalbertiano, o es ms bien una consecuen-

    cia de largo plazo de tales acontecimien-tos? Otro abanico de debates que propo-

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    ne, en trminos del balance entre conti-nuidad y cambio presente en cualquier es-

    tudio institucional, es cules son las facetas

    de la vida italiana que cambiaron con el fas-cismo, y cules aquellas que se mantuvie-ron inafectadas?

    Como suele suceder cuando se renentextos de un mismo autor sobre un temaespecfico escritos en un perodo conside-rable, hay frases recurrentes que atravie-san ms de un captulo y, como es de espe-rar de un pensador coherente, sus argu-

    mentos por lo general estn conectados,lo cual induce su reiteracin. De todos mo-dos, eso no hace que la lectura de todosellos no sea relevante: adems de ser ame-na, brinda el anlisis de una experiencia anti-democrtica relatada, con su caractersti-ca lucidez, por un intelectual que ha vivido

    y participado activamente de ella aunque,por supuesto, no en su defensa .

    El primer ensayo, El rgimen fascis-ta, revela algunos de los antecedentes li-terarios y acadmicos que prepararon elterreno para la arremetida poltica del fas-cismo, aunque ciertamente no fueroncondicin suficiente para el surgimientodel mismo. Tal ascendencia se percibe endiscursos e ideologas como el nacionalis-mo o el futurismo, ambos manifestantes

    de un rasgo determinante del fascismo: elirracionalismo. La segunda parte del en-sayo destaca a Gentile como el mayorcontribuyente doctrinario del fascismo

    tornado rgimen aunque con las debili-dades filosficas que Bobbio posterior-mente remarca , y a Alfredo Rocco, comoel jurista encargado de varias de las refor-mas concretas que siguieron a la llegada

    del fascismo al poder. Claramente, sealaBobbio, el fascismo marc la transicin del

    rgimen liberal, parlamentario y democr-tico (aunque con sufragio limitado) crea-do por el estatuto albertiano en el siglo

    XIX a uno anti-liberal, anti-parlamenta-rio y anti-democrtico, que instaura elcorporativismo como mecanismo de re-solucin de conflictos sociales, y en el queslo permanecen, como larvas sin tras-cendencia alguna , dos instituciones origi-nales: el rey y el Senado.

    El segundo ensayo, La ideologa delfascismo, distingue entre la ideologa ne-

    gativa y positiva de este movimiento, des-cartando la opcin de considerarlo anti-ideolgico. Respecto a lo primero, Bobbiodestaca al fascismo como una ideologaprimordialmente anti-democrtica, puesesta negacin se manifiesta de modo di-recto, mientras que la oposicin al socia-lismo es indirecta y deriva de la posibili-dad de que esta corriente poltica llegue

    al poder por va electoral. Segn el autor,el fascismo articul un ataque a la demo-cracia en cinco planos diferentes: filosfi-co, tico, cientfico, sociolgico y polti-co. Todos estos embates tienen como

    vector comn el anti-igualitarismo, sea pormedio de un ordenamiento cualitativo yno cuantitativo de la sociedad, o califican-do a la democracia como la moral de los

    esclavos; asimismo, la internacionalizacinde este orden jerrquico es justificativodel imperialismo. Por otra parte, tambinrecrimina a la democracia ser forjadorade un espritu materialista dando margena las posteriores agresiones contra los ju-dos , racional y pacifista (por ende, dbil

    y flcida), en contraposicin a un fascis-mo vital, potente y espiritual. Ya en este

    apartado se perciben las diferentes ver-siones del fascismo, que Bobbio denomi-

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    na moderado y radical, y que se vin-culan no slo con un perodo temporaldeterminado el primero al primer dece-

    nio (1925-1935) y el segundo a la dcadafinal (1935-1945), sino tambin con lasposiciones a partir de las cuales se articu-la la ideologa positiva del rgimen: la pri-mera, promovida por los conservadoresasustados (65), que ve al fascismo comola forma de restaurar el orden; la segun-da, un fascismo imperial y revolucionario,que primero comparte un enemigo con

    el bolchevismo para luego enfrentarlo enla batalla final; finalmente, existe una ver-sin intermedia, del fascismo como ter-cera va sntesis del liberalismo y el socia-lismo , expresado en el Estado Corpora-

    tivo y al servicio de un inters superior: laNacin.

    El tercer ensayo, Fascismo yantifascismo, demuestra cmo las dife-

    rentes caras del fascismo se reproducenen sus detractores y, por consiguiente, enel lugar que se le asigna dentro de la his-

    toria poltica italiana. La crtica desde laderecha percibe al fascismo como unmovimiento extrao a la historia de Italia,justificando por qu varios de sus miem-bros lo apoyaron en su momento al des-cribirlo como una enfermedad pasajera

    y benfica, pero oponindose a su ata-que contra las libertades individuales. Porel contrario, la izquierda lo considera unepifenmeno de la lucha de clases y unareaccin de la burguesa frente al crecientepeligro socialista, de modo que no lo per-cibe meramente como una dictadura sinocomo una dictadura de clase. Entre loscrticos que buscaron una sntesis de am-

    bos enfoques liberal y socialistase ubicel grupo al que perteneci el propio

    Bobbio: el Partido de Accin. Sin embar-go, ante el imperativo implcito que pesasobre l de dar un juicio sobre el fascismo

    en su conjunto, el autor se abstiene, re-conociendo no slo que no es la funcindel historiador formular juicios sino queadems no le corresponde por haber sidoparte, y como tal uno de los responsa-bles, del proceso que describe.

    En el cuarto ensayo, La cada del fas-cismo, el autor intenta mostrar que stano se debi slo a una conjura palaciega

    ideada por el Consejo y el monarca sinoque hubo una genuina participacin, o almenos aceptacin, popular en la destitu-cin de Mussolini y el final del rgimen.Bobbio, que no esconde su compromisopoltico y emotivo con el antifascismo,compara la cada del dictador italiano conla de Hitler, atribuyndole a sta ltima lasemblanza de una tragedia wagneriana y a

    la primera un final propio de una burda co-media grotesca (un derrocamiento quehubiera sido impensable para el caso ale-mn). Se debe destacar adems el anlisisrespecto de la capacidad que tiene un r-

    gimen dictatorial de generar consenso. Se-gn el autor, se puede hablar de consen-so slo cuando el consenso es la conse-cuencia de una libre eleccin entre con-

    senso y disenso (93) lo cual no exista eneste caso , afirmacin que sin duda puedesuscitar complejas discusiones.

    A partir del quinto ensayo, GiovanniGentile, comienza la discusin sobre la cul-

    tura o inexistencia de la mismadel fascis-mo. Si bien no critica a Gentile desde unaposicin moral, el autor no se abstiene endecir que considera la suya simplemente una

    mala filosofa. Las razones que aduce se ba-san en la falta de inters de Gentile por los

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    filsofos polticos clsicos, su carencia deoriginalidad, y la poca solidez lgica de susargumentos. Indudablemente, Gentile re-

    presenta la primera lnea de apoyo del fas-cismo, su expresin moderada, que inclusocrey que el fascismo era la mxima expre-sin del liberalismo. Sin embargo, su expe-riencia no slo muestra los escasos funda-mentos que poseen quienes reclaman queexisti una cultura propia del fascismo (pueslas mejores obras de Gentile fueron escri-

    tas antes de su ascenso al poder), sino que

    son un ejemplo de las consecuenciasdeplorables al menos en un sentido in-telectual que tiene para la calidad de laobra de un acadmico una participacindemasiado activa en la poltica y el poder.

    Los dos ensayos siguientes, Cultura yfascismo y Existi una cultura fascista,brindan diferentes argumentos para susten-

    tar su respuesta negativa a la pregunta que

    constituye este ltimo ttulo. La marcadaconvergencia de estos ensayos hace msapropiada su referencia conjunta. Bobbioentiende la cultura fascista tanto porquehubiese sido producida por fascistas comopor tener contenido especficamente fascis-

    ta; adems, se restringe a ciertas (y no to-das) las expresiones de la denominada altacultura, principalmente, a la produccin

    acadmica en libros y revistas. Aduce que,culturalmente, existi una continuidad en-tre lo que precedi y lo que sucedi al fas-cismo, sobre todo por la persistencia de cier-

    ta tradicin liberal previa, tanto a favor comoen contra del rgimen. A la vez, seala quela inutilidad del fascismo en generar una cul-

    tura propia se manifiesta en la facilidad conque se acuaron nuevas corrientes de pen-

    samiento desde otros pases de Europa ensus ltimos aos; particularmente, el neo-

    positivismo y el existencialismo. Su veredic-to se apoya, adems, en el pobre nivel deproduccin de los intelectuales que se su-

    maron al fascismo y, como sugiere en el l-timo ensayo (Filosofa italiana durante el fas-cismo), en cierta impermeabilidad de va-rios crculos acadmicos al control estatal.En referencia a la revista La Critica,por ejem-plo,seala que continu imperturbable du-rante todo el fascismo, como si el fascismono existiera (169). Finalmente, pese a quese intent convertir a Gentile en el filsofo

    oficial del rgimen, Bobbio aclara que nun-ca se puede lograr una completa identifica-cin entre ideologa y filosofa (afirmacin ala que no escapa el idealismo gentilliano), locual no deja de revelar la frecuente manipu-lacin que se efecta desde la ltima en prodel sustento de la primera.

    De estos ltimos tres ensayos puedeinferirse cierta desidia por parte de Bobbio

    respecto del rgimen, como si ms all detodo lo detestable del mismohubiese sidouna experiencia intrascendente en la his-

    toria italiana; peligroso punto de vista si esque se aspira a que dichos sucesos no sereiteren. De todos modos, esto se restrin-

    ge principalmente a la incapacidad del fas-cismo de generar una cultura propia, en elsentido de una obra que perdurara ms all

    de su existencia como rgimen poltico, loque no implica en absoluto que Bobbioquiera restarle seriedad a un fenmeno que

    tuvo consecuencias nefastas, demasiadoconocidas, con las que l mismo estuvo fa-miliarizado. Esta proximidad, sin embargo,no le ha impedido desmenuzarlo con ex-

    tenso rigor histrico-analtico y concretaruna obra reflexiva y valiosa.

    Hernn Flom

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    LA POLTICA DESPUS DE LOSPARTIDOS

    Isidoro Cheresky (compilador),Prometeo, Buenos Aires, 2006,437 pginas.

    En su totalidad el texto resultadodel trabajo de un equipo de investiga-cin tiene como objetivo actualizar losconceptos que se utilizan al momento deestudiar la democracia argentina. Una

    democracia que parecera estar transi-tando una etapa de profundos cambios.Desde una democracia de estilo repre-sentativo, hacia una democracia conotras caractersticas y otros problemas.Una mutacin que, en rasgos generales,estara tendiendo hacia lo que BernardManin denomina una democracia de au-diencia. Estilo de democracia donde la

    identidad partidaria es tan dbil que lospartidos polticos tienen una relevanciamarginal, y donde los ciudadanos son tanautnomos que el voto expresa slo suestado de nimo. Y donde el estadode la opinin pblica es el punto de refe-rencia de la vida poltica y la base de apo-

    yo de los lderes.Dividido en tres grandes bloques, el

    libro comienza con una introduccin acargo de Isidoro Cheresky (La polticadespus de los partidos). All el autordefine y diferencia a la democracia departidos de las prcticas democrticasque estn teniendo lugar actualmente.Para ello, partiendo desde el contextode surgimiento, hace hincapi en el rolde los partidos polticos ayer y hoy; en el

    peso diferenciado de la ciudadana comoelectores y como conformadores de la

    opinin pblica, y en los tipos de vncu-los que unen a representantes y repre-sentados. Como resultado de la combi-

    nacin de dichos parmetros, tambin seexponen las distintas expresiones con- tenidas en el voto, y los tipos deliderazgos resultantes. Es aqu dondeaparecen nociones como: partidosinstrumentales, autonoma ciudadana,encuestas de opinin, relegitimacincontinua, liderazgos de popularidad,liderazgos de personalidad, sumados a

    un contexto de desinstitucionalizacin.Y es a la luz de estos y otros conceptosque se buscar leer y estudiar los ejem-plos empricos subsiguientes, tanto a ni-

    vel nacional como subnacional.El primer bloque de artculos, titula-

    do El escenario nacional, se centra enlos rasgos distintivos del estilo de gobier-no del presidente Kirchner. En el texto

    inaugural de Isidoro Cheresky (Un sig-no de interrogacin sobre la evolucindel rgimen poltico) se plantea que lasalida de la crisis argentina de 2001 ins-

    tal un modelo de poder presidencialsustentado en la opinin pblica. Lo quele permiti a Kirchner gobernar de unmodo unipolar. Una unipolaridad quepuede ser explicada tanto por la debili-

    dad institucional, las disposicionesconcentradoras de poder y la debilidadde la oposicin poltica; y que se reflejaen la intencin presidencial de incidir enlas elecciones de 2005. Pero ese modode gobernar vino tambin acompaadopor una accin de gobierno particular,signada por el movimentismo y elvoluntarismo. El problema que esto

    genera es la continuidad en el tiempo,una vez superada la crisis inicial, de un

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    gobierno de excepcin. Este sera elrasgo clave que marcara que se est antea un escenario democrtico de transi-

    cin, donde el resultado que emergerfinalmente se encuentra todava abiertoa interrogantes.

    Complementando la visin deCheresky, aparece el artculo de HugoQuiroga (La arquitectura del poder en un

    gobierno de la opinin pblica). All seanaliza en profundidad el estilo con el queel presidente Kirchner ejerce el poder y el

    impacto institucional que ste trae consi-go. Un poder que, dado su contexto deorigen, tiene rasgos distintivos, como laconcentracin de poder, el decisionismo,

    y la vocacin hegemnica. Rasgos impul-sados por la cooptacin y erosin de iden-

    tidades polticas, y avalados por una cam-biante opinin pblica. Adems, Quirogaadvierte que, de persistir en el tiempo, este

    modo de ejercer el poder tendr conse-cuencias institucionales. Consecuencias ta-les que podran daar la calidad de la de-mocracia republicana, generando el des-equilibrio entre los poderes polticos, elempobrecimiento de la deliberacin p-blica, y el surgimiento de expresiones elec-

    torales que no llegan a conformarse enpartidos polticos.

    El segundo conjunto de trabajos se titula Los escenarios locales. Es aqudonde se encuentran estudios de dife-rentes casos subnacionales. Los mismosfueron seleccionados por su inters po-ltico y refieren tanto al mbito provin-cial como al municipal. Los encargadosde llevar adelante el anlisis son: DaroRodrguez (Buenos Aires y La Plata),

    Mara Dolores Rocca Rivarola (La Matan-za), Roco Annunziata (Morn), Mara

    Soledad Delgado (Rosario y Santa F),Sebastin Mauro y Federico Montero(Ciudad de Buenos Aires), Mara Isabel

    Silveti (Santiago del Estero) y DanielaSlipak (Mendoza).Para cada uno de los escenarios

    subnacionales se contempla e investiga,en las elecciones de octubre de 2005, elpeso de partidos polticos, tantooficialistas como opositores; las alianzaselectorales; el rol de los lderes en el jue-

    go electoral; las estrategias utilizadas en

    las campaas polticas y el grado de na-cionalizacin de las mismas; el compor-tamiento de los votantes, y los resulta-dos de las elecciones. Es decir, en las ex-posiciones se reconstruye el escenarioelectoral completo y desde sus orgenes.

    A pesar de que cada caso resulta te-ner una dinmica particular, se puedenrealizar ciertas generalizaciones. El pro-

    ceso electoral de 2005 muestra que, sibien hay un reconocimiento al presiden-te Kirchner, en las elecciones locales searman escenas diferenciadas. No siem-pre la popularidad presidencial se trasla-da a los candidatos oficialistas locales, ylas elecciones de carcter local no pue-den invariablemente ser nacionalizadas.

    Aunque esto no va en contra de la exis-

    tencia de liderazgos de popularidad lo-cales, de un electorado cada vez msautnomo de las identidades polticas

    tradicionales, ni de la idea de que los par-tidos polticos son cada vez ms instru-mentos, tambin a nivel subnacional.

    El libro se completa con una terce-ra seccin de artculos denominadaNormativa y calidad del acto electo-

    ral. El apartado a cargo de VirginiaOliveros y Gerardo Scherlis (Reformas

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    polticas: internas abiertas obligatoriasy unificacin electoral en las eleccionesde 2005) evala cmo funcionaron dos

    leyes que eran implementadas por vezprimera en las elecciones de 2005. Laprimera, la de internas abiertas y obli-

    gatorias, result tener un escaso impac-to en la configuracin de la oferta elec-toral y una incidencia marginal en el sis-tema poltico. Mientras que la segunda,la de unificacin de las elecciones, pro-dujo efectos significativos en el juego

    electoral. Este resultado no es sorpren-dente si se tienen en cuenta los rasgoscentrales, que se presentan en los pri-meros artculos, de las prcticas demo-crticas del momento.

    La seccin que cierra el libro, escritapor Daniela Slipak (Ritos y rutinas: unaaproximacin etnogrfica al Acto Electo-ral), presenta un informe de observacin

    etnogrfica del acto electoral en Rosario,Santiago del Estero (Capital y La Banda) yLa Matanza. La seleccin de estos distritosno es casual, ya que se corresponden conalgunos de los casos subnacionales estu-diados en el segundo bloque del libro mos-

    trando as un anlisis ms completo de losmismos. Las variables observacionales ele-

    gidas, iguales para todos los casos, contem-

    plan aspectos tanto al interior como en losalrededores del establecimiento electoral.De la comparacin y del contraste de es-

    tas es posible deducir ciertos fenmenosque caracterizan al acto electoral nacional,

    trascendiendo as al conjunto de particu-laridades que poseen las localidades pro-puestas.

    Sintetizando, el libro ofrece, tanto aacadmicos como polticos, una visinacabada de las mutaciones que tienen

    lugar en el sistema democrtico argen- tino. Especialmente, porque el anlisisse desarrolla a travs de distintos nive-les, neutralizando as la existencia de

    vacos. En primer lugar, un nivel ms terico donde se presentan y definenconceptos. Seguido por otros dos quese ocupan de utilizar esos conceptoscomo guas para analizar la realidad na-

    cional y subnacional. Una tercera esfe-ra que se encarga de las consecuenciasdel aspecto normativo- institucional. Ypor ltimo, una que se encarga de lacalidad y la significacin del acto elec-

    toral en el presente contexto de trans-formacin.

    Para concluir, los conceptos vertidosa lo largo del libro y probados en los ca-

    sos, parecen ser ms tiles que los ante-riores (aquellos que caracterizan a unademocracia representativa) para darcuenta de los fenmenos que ocurrenen el sistema poltico argentino. Y si biendemuestran su importancia al momentode analizar las ms recientes votaciones,como las de Tierra del Fuego y las de laCiudad de Buenos Aires, hay que espe-

    rar a las venideras elecciones para pro-bar si estos cambios se cristalizan comocaractersticas permanentes del sistemapoltico o no. Puede vislumbrarse un nue-

    vo escenario poltico en la Argentina,pero sin conclusiones o resultados defi-nitivos an, habr que continuar investi-

    gando y debatiendo sobre el tema.

    Valeria Antih

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    LA TENTACIN POPULISTA:UNA VA DE ACCESO AL PODEREN AMRICA LATINA.

    Flavia Freidenberg, Editorial Sntesis,Madrid, 2007, 287 pginas.

    El presente trabajo trae al fenmenodel populismo nuevamente al centro dela discusin al destacar la relevancia y per-

    tinencia de su estudio a la hora de inten- tar comprender de manera acabada la

    realidad poltica de Amrica Latina.El populismo en la regin ha sido estu-diado a partir de diversos enfoques, bus-cando responder a dos tipos de pregun-

    tas: cules son las razones que dan origena ste fenmeno y cul es la naturaleza quedefine al populismo de otros fenmenospolticos. En relacin a la primera de esaspreguntas, se sostiene que el populismo

    surge como resultado de la modernizacinde las sociedades, efecto de la transicinentre lo tradicional y lo moderno. Por otrolado, y como respuesta al enfoque de lamodernizacin, los tericos sostienen queel populismo se origina como consecuen-cia de las relaciones de dependencia entrecentro y periferia, asocindolo con la cons-

    titucin de una alianza interclasista donde

    se encuentran sectores populares, clasesmedias y burguesa contrapuestos a la oli-garqua. Una tercera aproximacin a estacuestin plantea que el populismo surgecomo resultado de la crisis de institucio-nes de la democracia representativa, es-pecialmente de los partidos polticos. Enrelacin a la segunda pregunta qu es elpopulismo se lo ha tratado como a un

    discurso ideolgico; una forma social deintervencin del Estado; un tipo especfico

    de polticas monetarias y de gasto pblico;un tipo de estrategia poltica o la manifes-

    tacin de una cultura poltica determinada

    que supone una forma de representacinpoltica especfica.El libro logra, en ese sentido, inser-

    tarse en la discusin ms contempor-nea sobre el populismo en Amrica La-

    tina, pasando revista al debate sobreeste tema a la vez que analiza diferen-

    tes casos de la realidad regional a la luzde la teora y en perspectiva compara-

    da. La autora define al populismo desdeuna visin neoinistitucionalista como unestilo de liderazgo, que se caracterizapor la relacin directa, personalista ypaternalista entre lder-seguidor.

    El vnculo entre lder y seguidor pue-de basarse tanto en una fuerte identifi-cacin emotiva como ser un resultadode las evaluaciones que los seguidores

    realizan y hacen que lo elijan como lamejor opcin de representacin polti-ca y de sus intereses. Sus valores, ex-pectativas y discursos son tan relevan-

    tes como la creencia en la superioridadde ese lder, lo que convierte al anlisisen deudor de la perspectiva de la elec-cin racional, ya que la manera en quelos seguidores perciban al lder y a la

    relacin que mantienen con l, en tr-minos de maximizacin de sus benefi-cios, resulta clave para comprender lasrazones que los motivan a brindarle apo-

    yo. Este modo de interrelacin entrelder y seguidores se caracteriza funda-mentalmente por tener lugar en un con-

    texto de marginacin y pobreza.Esta obra se estructura en veintin

    captulos distribuidos en cinco partesseguidas de una reflexin final. En la

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    primera, la autora realiza un esfuerzoterico con el objetivo de conceptualizarel fenmeno del populismo a la vez que

    destaca los obstculos que dificultan di-cha tarea. En las partes siguientes, se pro-pone una clasificacin temporal segn lacual se estructurar el resto de la obra yclasifica a diversos liderazgos latinoame-ricanos en tres grupos: los viejos populis-tas (Mxico, Brasil, Argentina, Ecuador,Panam, Chile, Per, Colombia y Uru-

    guay), los nuevos neoliberales (Menem en

    Argentina, Fujimori en Per, Collor deMello en Brasil y Bucaram en Ecuadoras como las experiencias de Palenque yFernndez en Bolivia) y los contempor-neos, que son los que obligan a un anli-sis actual del fenmeno con el que se

    vuelve patente la vigencia del populismoen Amrica Latina y se evidencia la per-

    tinencia de su estudio. Los casos analiza-

    dos demuestran que la manera de hacerpoltica en la regin se sigue dando a tra-vs de un vnculo estrecho entre lderes y pueblo, con un discurso personalistaque busca incorporar a sectores exclui-dos, generando una nueva forma de re-presentacin populista. En ese sentidose estudian las experiencias de Chvezen Venezuela, Morales en Bolivia y, final-

    mente, los casos de Noboa y Correa enEcuador.Finalmente, el inters de la autora es

    mostrar cmo algunos liderazgos quesuelen ser presentados como idnticosen realidad se comportan de manera di-ferenciada con respecto, por ejemplo, ala relacin lder-seguidor, en el tipo demovilizacin empleado o al contenido de

    las polticas implementadas. Liderazgoscomo el de Morales y el de Chvez pre-

    sentan ms diferencias que semejanzasy la autora puntualiza en las mismas y susconsecuencias para la democracia.

    Una cuestin debe ser destacada yes la relevancia del anlisis de la comple-ja relacin entre populismo y democra-cia. Cabe enfatizar que no existe con-senso en la disciplina a la hora de deter-minar de qu tipo es esta relacin (264)

    y esto vuelve an ms interesante su es-tudio. Las visiones respecto a este temasuelen ser contrapuestas. Por un lado,

    hay quienes observan en el populismoun obstculo para el desarrollo y la con-solidacin democrtica y, por el otro,quienes lo ven como un elemento msque puede convivir con la democracia yque no reviste nocividad alguna en tantopermite la incorporacin de sectoresexcluidos. Al respecto, Freidenberg tomaposicin y destaca aportes positivos y

    negativos del populismo para la demo-cracia y sostiene que ste ha sido unafuerza fundamental en la democratiza-cin de Amrica Latina y en la incorpo-racin simblica y efectiva de sectoresque se encontraban excluidos tanto po-ltica como econmicamente. De todasmaneras, la autora destaca el elementodecisionista caracterstico de los

    populismos y que permite la configura-cin de democracias delegativas en tr-minos de ODonnell (273) en detrimen-

    to de las representativas.La obra concluye con una discu-

    sin sobre lo que puede suceder unavez que el lder populista deja el po-der. As, entra en juego la variable dela consolidacin democrtica como

    determinante de los resultados que losgobiernos populistas produzcan sobre

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    el sistema poltico. En democraciasinstitucionalizadas se lograr procesar elpopulismo y absorber las demandas de

    los sectores representados por el mis-mo. En cambio, en las democracias d-bilmente institucionalizadas parece msdifcil que el sistema logre sobrevivir alpopulismo (277).

    El libro da cuenta de que el debatesobre el populismo contina vigente ycumple en establecer un dilogo entre

    teora y realidad presentndole al lector

    una visin completa sobre la evolucin yla vigencia del populismo en Amrica La-tina. En este sentido, La tentacin populis-ta constituye un valioso aporte al estudiode los sistemas polticos de la regin ascomo una herramienta de aproximacina los acontecimientos ms recientes de lapoltica latinoamericana cuya lectura per-mite reflexionar, de manera comparada y

    a travs de casos concretos.Margarita Batlle

    METODOLOGA DE LASCIENCIAS SOCIALES

    Alberto Marradi, Nlida Archenti yJuan Ingacio Piovani, Emec, BuenosAires, 2007, 322 pginas.

    Este libro es un excelente manual demetodologa, indispensable para toda per-sona que encare un trabajo de investiga-cin en el mbito de las ciencias sociales.Los tres autores realizan un recorrido

    minucioso por la historia y evolucin delas tcnicas de investigacin en las cien-cias sociales, explicando a su vez todoslos pasos y elementos intervinientes enun proceso de investigacin. A pesar deque el lenguaje utilizado es por momen-

    tos sumamente tcnico, la redaccin estal que la lectura y comprensin del textoson sencillas y amenas. El trabajo es un

    gran aporte tanto para los estudiantescomo para los investigadores y docentes,ya que brinda las herramientas necesariaspara realizar una investigacin, lograndouna combinacin justa de contenidos te-rico- filosficos, y ejemplos prcticos.

    Metodologa en las ciencias sociales esun trabajo que en diecinueve captulos lo-

    gra presentar de manera ordenada y

    metdica todas las instancias que inter-vienen en un proceso de investigacin. Apesar de que los captulos no estn agru-pados en mdulos, en el texto se revelauna cierta estructura temtica. Bsicamen-

    te son cuatro grandes temas que puedendefinirse de la siguiente manera: funda-mentos tericos y filosficos de la inves-

    tigacin social (captulos 1 a 3); la investi-

    gacin su diseo, objetivos, propiedadesy operacionalizacin (captulos 4 a 9); tc-

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    nicas de recoleccin de datos e informa-cin (captulos 10 a 14); y anlisis de da-

    tos e informacin (captulos 15 a 19).

    Los primeros 3 captulos describen elorigen de la ciencia, explicando los con-ceptos y distintos mtodos de investiga-cin, destacando las diferencias existen-

    tes entre la experimentacin en las cien-cias naturales y las ciencias sociales. Sepresentan all las alternativas de experi-mentacin en las ciencias sociales, esta-bleciendo sus orgenes y presentando los

    debates metodolgicos contemporneosal respecto. A pesar de que los captulosno estn escritos por los tres autores con-juntamente, se percibe una slida relacinentre ellos tanto en la redaccin como enel contenido, al mantenerse el hilo con-ductor a lo largo de todo el libro. AlbertoMarradi trata aquellos temas ms de n-dole terico, demostrando en cada pgi-

    na su profundo conocimiento acerca delos orgenes, evolucin y discusin tantodel mtodo, como de la metodologa ylas tcnicas de investigacin de las cien-cias sociales.

    Del captulo 4 al 9, los tres autoresexplican cmo se lleva a cabo una investi-

    gacin. All se presenta la fusin entre lateora y la prctica, concretamente entre

    la teora y los datos. Tanto Nlida Archenticomo Juan Ignacio Piovani explican cmose empalma la teora con el trabajo emp-rico en una investigacin. Ambos autoresdan una explicacin acabada acerca decules son los pasos a seguir durante elproceso de investigacin, explicando lanecesidad de respaldar el trabajo con ele-mentos tericos slidos, as como la bs-

    queda de un tema y dentro de este la de-limitacin de un problema concreto, para

    poder desarrollar un plan de trabajo co-herente y viable.

    La definicin de los conceptos est

    a cargo de Marradi, quien de manerasencilla explica el significado y la im-portancia de los distintos elementosintervinientes en el proceso de investi-

    gacin. Con respecto al objeto de estu-dio o de investigacin, Marradi diferen-cia de manera explcita la unidad de an-lisis del universo, de la poblacin y de lamuestra, conceptos que habitualmente

    se utilizan de manera incorrecta. Para ellodefine cada concepto estableciendo larelacin que se da entre ellos y lo hace a

    travs de la crtica y cuestionamiento delmanejo de la terminologa existente.Marradi utiliza el mecanismo de la crti-ca para poner de manifiesto sus ideas,cuestionando costumbres muy arraiga-das en las ciencias sociales.

    Los captulos 7, 8 y 9, bsicamenteintroducen al lector en la tarea deimplementacin de los elementos con-ceptuales analizados anteriormente. Allse presentan los conceptos de hiptesisyvariable junto con sus definicionesoperativas. Con respecto a la variablepro-piamente dicha, sus propiedades, funcin,clasificacin y medicin son explicadas de

    manera detallada en el captulo 8. Los tr-minos utilizados en este captulo sonnovedosos e introducen un manto de cla-ridad sobre conceptos que habitualmen-

    te podran generar confusiones. El cap- tulo 9 explica cu es el proceso deoperacionalizacin de las variables segnsu nivel de medicin, introduciendo tr-minos como indicadores e ndices, expli-

    cando a su vez el proceso de construc-cin de estos ltimos.

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    En los captulos siguientes (del 10 al14), Archenti y Piovani presentan diver-sas tcnicas de recoleccin de datos e in-

    formacin, entre las que se destacan: laobservacin, el sondeo, la entrevista condetenimiento, las entrevistas grupales o

    focus groupsy el estudio de caso/s. Cadauna de ellos es presentada en profundi-dad, diferenciando sus caractersticas,destacando sus ventajas y desventajas,utilizando para ello diversos ejemplos. En

    todos los casos se explica cul es el obje-

    tivo especfico de cada tcnica, la dinmi-ca del procedimiento de recoleccin deinformacin, sus caractersticasmetodolgicas y las alternativas de reco-leccin dentro de cada una de las tcni-cas analizadas. Este mdulo del libro esde gran importancia para los lectores yaque presenta de manera clara y detalladalas distintas tcnicas de recoleccin de

    informacin, herramientas claves dentrodel proceso de investigacin.El anlisis, procesamiento e interpre-

    tacin de los datos es explicado en lostres ltimos captulos, dando as un cie-rre al proceso de investigacin. Se pre-sentan aqu tres tipos de anlisis de da-

    tos: el bivariado, el trivariado y otrasmaneras de anlisis de datos ms ligadas

    a los mtodos cualitativos. Tanto en laexplicacin del proceso de anlisisbivariado como en el de tres o ms va-riables, los autores utilizan diversos cua-dros y frmulas matemticas introdu-ciendo nuevos conceptos como el de co-eficientes de correlacin, asociacinyme-didas de tendencia central. A pesar del gra-do de complejidad que pueden significar

    estos temas para muchos, las explicacio-nes brindadas por los autores son de f-

    cil comprensin para los lectores inex-pertos y con escaso conocimiento ma-

    temtico. Con respecto al anlisis de da-

    tos cualitativos (captulo 17), se destacael anlisis de contenido, el anlisis de dis-curso y el mtodo comparado. No obs-

    tante se hace poca referencia a la triangulacin, es decir al anlisis de losdatos producto de la combinacin dems de un mtodo de recoleccin de in-formacin, cuestin que de estar presen-

    te en el texto enriquecera an ms el

    trabajo.En lneas generales, el libro logra es-tablecer de manera clara y ordenada losdiversos pasos de un proceso de investi-

    gacin en ciencias sociales, brindando allector novato o especialista los elemen-

    tos necesarios e indispensables para po-der llevar adelante una investigacin. Lamanera en que se presentan los concep-

    tos tericos, as como las explicacionesque se dan acerca de los distintos mto-dos y tcnicas es detallada y exhaustiva.La utilizacin de ejemplos para sellar lasdiversas explicaciones es un elemento cla-

    ve que ayuda a la compresin y buen en- tendimiento de los distintos temas porparte del lector. Es un manual indispensa-ble para todo aquel que desee formarse

    en cuestiones de ndole metodolgica ypara quienes tengan intenciones de iniciarun trabajo de investigacin en el mbitode las ciencias sociales. La experiencia tan-

    to profesional como docente de los tresautores se plasma en cada palabra del tex-

    to, haciendo del libro una excelente dereferencia sobre la Metodologa de lasciencias sociales.

    Mara Eugenia Tesio

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    LAS DERECHAS. LA EXTREMADERECHA EN LA ARGENTINA,EL BRASIL Y CHILE (1890-1939)

    Sandra McGee Deutsch, UniversidadNacional de Quilmes, Bernal, 2005,527 pginas.

    Mientras que los estudios sobre losavatares que definieron el devenir de lasdiferentes fuerzas revolucionarias ennuestra regin ocupan buena parte de

    las bibliotecas acadmicas, los anlisissobre las fuerzas conservadoras yantirrevolucionarias no parecen habercorrido la misma suerte. En efecto, supresencia es mucho ms espordica e in-cluso en los casos en los que se logre darcon alguna obra sobre el tema en cues-

    tin, lo ms probable es que la mismacarezca de la sistematicidad y la rigurosi-

    dad esperadas. Y esta ausencia resultaparadjica, principalmente en contextoscomo los latinoamericanos, donde los lla-mados movimientos de derecha ejercie-ron una influencia decisiva sobre las con-figuraciones socio-polticas que adopta-ron en este ltimo siglo un nmero nomenor de los gobiernos de nuestro con-

    tinente.

    As entonces, con el objeto de darcuenta de este vaco, y atender a estaparadoja, Sandra McGee Deutsch nospresenta un anlisis en clave comparati-

    va de los movimientos de extrema dere-cha constituidos en Argentina, Brasil yChile durante buena parte de la acciden-

    tada e intensa primera mitad del sigloXX. Este anlisis es presentado, por un

    lado, sobre la base de indagar cmo va-riaron en el tiempo las composiciones de

    clase, de gnero y las definicionesprogramticas de los diferentes agrupa-ciones; y por el otro, con el objeto de

    estudiar las relaciones de las mismas conactores centrales del espacio pblico,tales como la Iglesia, el Ejrcito y los par- tidos polticos. A su vez, el estudio seorganiza partiendo de la pregunta sobrela manera en que el pasado de estos pa-ses moldea sus respectivos presentes. Seplantea as la pregunta por el legado deestos movimientos, buscando identificar

    por qu su desarrollo fue mayor en uncaso que en otro.A los fines de abordar estos objeti-

    vos, la autora propone un estudio de netaimpronta histrica dividido en tres eta-pas que habran marcado el devenir deestas fuerzas polticas. En la primera deellas, que va desde la irrupcin de la cri-sis econmico-financiera en 1890 hasta

    los albores de la Primera Guerra Mun-dial en 1914, son presentados los ante-cedentes de la extrema derecha moder-na en el marco de un escenario definidopor el establecimiento de las repblicasoligrquicas basadas en los modelos dedesarrollo econmico agroexportador.En este perodo, formativo de la idea denacin y marcado por el ingreso masivo

    de los inmigrantes, las ideas derechistasinician su circulacin mediante la plumay la palabra de diferentes escritores quehacen pblicas sus crticas a los modelosliberales, aunque todava de forma muydesarticulada. En la segunda etapa, quese remonta hasta los ltimos aos de ladcada de 1920, la clase obrera militan-

    te se transforma en el principal cataliza-

    dor de las acciones de los grupos de de-recha que pasan a organizarse en dife-

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    rentes ligas tales como la Liga Patri- tica Argentina o las ligas patriticas deChile, y se agudizan las crticas contra

    el liberalismo tanto en su carcter eco-nmico como en el poltico. La irrupcinde la Gran Depresin y el desencanto

    generalizado respecto de la economa li-beral y los regmenes democrticos ope-ran como contexto marco que define ala tercera y ltima etapa analizada.En la misma, se aborda cmo las dife-rentes agrupaciones bajo la influencia del

    fascismo europeo se presentan comoprincipal alternativa a la izquierda esbo-zando ideas sobre la necesaria regene-racin del orden imperante. Luego de estelargo recorrido, en el que son presenta-das las diferentes configuraciones polti-co-ideolgicas que definieron al universode las derechas, la autora aventura la hi-ptesis de que en la Argentina los movi-

    mientos reaccionarios alcanzaron unamayor expansin e incidencia que en losotros pases analizados, y que las razonesde este fenmeno habra que buscarlas

    tanto en el influjo que ejercieron las co-rrientes de izquierda, notoriamente influi-das por la presencia de la mano de obrainmigrante en las primeras dcadas del si-

    glo pasado, como en la forma especfica

    que adopt el rgimen poltico originadoen el golpe de Estado de 1930, en el cualse anim la inclusin de muchos repre-sentantes de estos movimientos en las fi-las del propio gobierno.

    Ahora bien, creemos que la impor-tancia del estudio aqu analizado reside,en primer trmino, en atender al trata-miento de una temtica raramente abor-

    dada cumpliendo con las exigencias deun abordaje acadmico; esto por un lado.

    Pero a su vez, resulta destacable la in-tencin que profesa la autora de propo-ner un principio de lectura de las dere-

    chas que rompe con el molde de los es-tudios ms tradicionales en tanto se de-tiene y busca identificar las complejas ar-ticulaciones y las propias tensiones quedefinieron a estos movimientos. En estesentido, se ven desarticulados muchos delos mitos que aparecen anclados en elimaginario social sobre las fuerzas con-servadoras o reaccionarias, tales como

    la inexistencia en este universo de unaatencin a las desigualdades sociales ocomo la afinidad de estas fuerzas con laspolticas de libre mercado, o tambin laausencia de movilizacin y el elitismo quedefinira a las mismas. La autora atacaestos lugares comunes desde una ubica-cin bien definida en el registro de lo his-

    trico para indagar las configuraciones

    especficas que estos movimientos adop-taron en cada una de las etapas del pe-rodo seleccionado. De este modo, elestudio cobra inters al evitar abordajesms afectos a develar los caminos nece-sarios y las esencias de los procesos po-lticos y caer entonces en posiciones deimpronta ms determinista. No obstan-

    te, esta decisin lleva a que Sandra

    McGee Deutsch presente un estudio quepor momentos se reduce al imperio delmero relato de los acontecimientos quefueron marcando los procesos analiza-dos, en detrimento de una visin msinterpretativa.

    En definitiva, podemos decir que laobra analizada cumple en buena partecon los objetivos propuestos y aporta

    interesantes elementos para enfrentarlos desafos de una era de lo poltico

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    que se reconfigura sobre la base delapaciguamiento de la intensidad polti-ca (ahora inscripta y desplegada en el

    campo democrtico) y que nos inter-pela en la necesidad de articular unpensamiento, que siendo alternativo alaqu abordado, se organice, al mismo

    tiempo, sobre la base de la referenciaa una determinada comunidad de per-

    tenencia en tanto sede de la moviliza-cin pblica y el debate poltico.

    Daro Rodrguez

    LA CONSTRUCCIN DEL CON-SENSO. GESTIN DE LA COMU-NICACIN GUBERNAMENTAL

    Luciano Elizande, Damin FernndezPedemonte y Mario Riorda, La Cruja,Buenos Aires, 2006, 317 pginas.

    La persistencia del rgimen democr-tico en la Argentina, ms all de las dificul-tades ampliamente sealadas en el abani-co de estudios sobre institucionalidad y

    calidad democrtica en la regin, ha per-mitido una paulatina institucionalizacin yprofesionalizacin de la ciencia polticacon la estructuracin de reas disciplinares,siendo la de la comunicacin poltica unade ellas. Pero a su vez las particularidadesdel problema habilita la interseccin desaberes, donde confluyen la comunicacinsocial, el periodismo como prctica

    comunicacional, la lingstica y las propiasestrategias del marketingempresarial.Por su parte, los trabajos incluidos

    en este libro poseen la particularidad defundarse en la experiencia argentina,siendo sus propios autores sujetos pri-

    vilegiados de los procesos que anali-zan, ya que en sus prcticas profesiona-les el asesoramiento a los gobiernos y

    el trabajo en campaas electorales lesha permitido desplegar una especialreflexividad fundada doblemente desdeel mundo acadmico y el trabajo deconsultora.

    Los tres trabajos ahondan en elproblema de la comunicacin polticaen el contexto de sociedades demo-crticas complejas en varios sentidos.

    Por un lado la presin de un mundoque cambia constantemente, donde las

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    impermeabilidades del Estado nacinceden frente al nuevo crisol de

    globalizacin, principalmente meditico.

    Por el otro la comunicacin en socie-dades desiguales, donde la exclusinsocial y la violencia requieren de vncu-los comunicacionales entre el espacio

    gubernamental y una sociedad civildesdibujada y fragmentada. He aqu lavirt de la obra colectiva, el permitirseanalizar la comunicacin poltica desde

    y para la Argentina actual, permitiendo

    un anlisis que a su vez es deudor denumerosos estudios internacionales conslida fundamentacin bibliogrfica. Noslo desde el propio mbito de la co-municacin sino tambin desde losplanteos de la tradicin de la filosofapoltica occidental, tendiendo puentesentre Maquiavelo y Hannah Arendt; losque nos permiten luego interrogarnos

    sobre los discursos sobre el poder delos gobiernos de De la Ra y Kirchner,los sobornos en el Senado o la apari-cin meditica del falso ingenieroBlumberg a partir de las oleadas de vio-lencia y la inseguridad.

    El libro est dividido en tres partes.En la primera Mario Riorda aborda elproblema nodal de la comunicacin po-

    ltica gubernamental y la construccin delconsenso basada en la necesidad de co-municar y de estar comunicado, heaqu el mito que suele construirse en

    torno al fenmeno. Pasando revista porlas dimensiones de intercepcin entre

    gestin, retrica y persuasin, da revistapor la necesidad de un proyecto generalde gobierno en torno a la comunicacin

    sin perder la tensin irresoluble entre de-mandas ciudadanas y polticas pblicas

    para su solucin. Es cierto que una reflexinacabada nos deja un sabor amargo, Riordalo objetiva en su undcima reflexin: cabe

    una afirmacin final. Se trata de abordarherramientas imperfectas para contextoso situaciones imperfectas. Esa es la mag-nitud del desafo al que se obliga quienpiense, aplique, cuestione o acuerde coneste modelo de comunicacin guberna-mental que busca, definitivamente, modosde llegar al consenso (129).

    Esta necesidad de comunicar en

    complejidad le permite a Riorda siste-matizar una tipologa en el estudio com-parativo de los modelos de comuni-cacin estatal y comunicacin guber-namental. Analiza en detalle diferen-

    tes situaciones empricas como las es-trategias comunicacionales de RicardoLagos en Chile y el caso del gobiernode la ciudad de Rosario, el que obtuvo

    el premio PNUD en 2003, comparan-do sus mitos con los casos de HongKong y Barcelona.

    El trabajo que nos propone LucianoElizalde nos introduce en los laberintosde la teora de la comunicacin cruza-dos por los razonamientos ms agudosde la teora social del ltimo tercio delsiglo XX. Elster, Habermas, Luhmann,

    Elias, Giddens, Goffman, entre otros,son algunas de las referencias que sonutilizadas por el autor para construir unmodelo analtico para el abordaje de lacomunicacin gubernamental, definin-dola como: el proceso de influenciaque el gobierno de turno intenta reali-zar sobre la opinin pblica general, laprensa, la oposicin, los grupos socia-

    les de protesta, los diplomticos y lde-res de otros pases, los jueces, los legis-

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    ladores, etctera, para hacer ms eficien-te la gestin poltica (146). La propues-ta de Elizalde aborda el fenmeno bajo

    un contexto social por el cual lasobreexposicin pblica, la sensibilidadsocial y poltica de los ejecutivos son elengarce sobre el que se montan las es-

    trategias comunicacionales, siendo stasuno de los ejes de la posible eficacia delas propias polticas pblicas que los go-biernos implementan; de esta forma la

    gestin de la comunicacin es una herra-

    mienta estratgica central de todo go-bierno democrtico.La poltica argentina ms reciente es

    un ejemplo interesante para el estudiode las estrategias de los gobiernos fren-

    te a noticias que sacuden escenariospolticos, aquellas que se constituyencomo situaciones lmites, momentosde crisis donde las decisiones marcarn

    rumbos de inflexin. Bajo esta situacinDamin Fernndez Pedemonte nos pro-pone un anlisis sobre las prerrogativasdel discurso de poder en los discursosde asuncin de los presidentes De la Ra

    y Kirchner, junto a otros acontecimien-tos fuertemente mediados por el fen-meno comunicacional como el affaire delas coimas en el Senado Nacional y la

    explosin meditica de la inseguridadpblica condensado en el fenmenoBlumberg. Luego de un estudio detalla-do Pedemonte afirma que los mediosinstalan ms cuestiones de fondo quelas instituciones polticas. Los presiden-

    tes y sus funcionarios tendran que vol-ver a conectar sus acciones de gobierno

    con el espritu fundacional del discursoinaugural, sabiendo que este esfuerzo delncleo del mensaje de largo plazo debe

    ser coherente con la actuacin, y acer-carse a los medios en perodos normalescon mensajes que recuerden el plan delargo plazo (313).

    Este libro instala el problema de lacomunicacin poltica tanto en el cen-

    tro de la ciencia poltica y los estudiosde la comunicacin de masas, como enlas propias prerrogativas de todo gobier-

    no democrtico que pretenda la cons- truccin de consensos ms o menosestables. En el prlogo de la obra, eldestacado politlogo espaol IsmaelCrespo seala que la gestin de la co-municacin gubernamental no puedeser abordada sin una concepcin estra-

    tgica. En este sentido, la necesidad degenerar consensos para mantener cier-

    tos niveles de gobernabilidad no es unaopcin entre otras. La necesidad decrear las condiciones para el buen go-bierno () es un requisito bsico nopara la perdurabilidad, que ya parece

    garantizada, sino para la propiasostenibilidad de la democracia (13).

    Construccin de consensos, com-plejidad social en situaciones de dete-

    rioro y exclusin, son el contexto de unaconcepcin de la comunicacin guber-namental que insiste en un ideal de afian-zamiento democrtico a largo plazo.Posiblemente sus autores compartan laconcepcin de que el tiempo es msfuerte que el espacio si de poltica (conmaysculas) de trata.

    Pablo Alberto Bulcourf