Ppt Construyendo Equipos de Campeonato 1 1
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CONTRUYENDO EQUIPO DE CAMPEONATO
NOTA TECNICA
6 LECCIONES DE MANAGEMENT MUNDIAL
El futbol es un juego de equipo
Primera lección: Los partidos se ganan en equipo; lo mismo sucede en las empresas,
en donde no puede haber personalismos ni egoísmos...
Un par de semanas antes del Mundial, Nike estrenó un comercial impactante y efectivo.
Titulado Write the Future y dirigido por el ya célebre Alejandro González Iñárritu, el spot
narra en tres minutos la hipotética historia durante el Mundial de ocho grandes figuras
de futbol: Didier Drogba, Fabio Cannavaro, Wayne Rooney, Franck Ribéry, Kaká,
Ronaldihno y Cristiano Ronaldo son semidioses a ser santificados por sus hazañas en
el Mundial. Curioso que ninguno de ellos figuró ya en la cancha en semifinales, pues
sus selecciones fueron eliminadas en cuartos de final (¡o antes!).
¿La razón?
El futbol se juega en equipo. Ésta es, quizás, la gran lección del Mundial: el equipo
debe trabajar para dar un resultado, no para enaltecer a los seres con talento. Si éstos
se convierten en la “razón de ser” de las acciones del equipo, éste termina por verse
afectado, limitando su potencial y quedando eliminado. Si algo caracterizó a los
equipos que terminaron por ocupar los cuatro primeros puestos (España, Holanda,
Alemania y Uruguay) es que entendieron que la única manera de alcanzar las metas es
el verdadero trabajo en equipo.
• ¿Cómo se comportan “las estrellas” en tu equipo de trabajo?
• ¿Cómo las perciben los demás?
• ¿Entienden que su verdadero valor radica en hacer crecer a un “todo” para
alcanzar un bien común o están obsesionados con meter su “gol”?
Quizás sea momento de reflexionar en torno a estas figuras y al modo en el que
pueden inspirar o limitar a los demás.
Es fundamental estudiar al rival
Segunda lección: No importa qué tan fuerte parezca, tu rival también tiene
debilidades. Estúdialas, entiéndelas y aprovéchalas a tu favor.
Alemania parecía invencible. Aunque tuvo un tropiezo en contra de Serbia en la
primera ronda (0-1), le pasó por encima a Inglaterra (4-1) y a Argentina (4-0) de un
modo contundente. Todo indicaba que los germanos conseguirían estampar la cuarta
estrella en su uniforme en este Mundial. Pero Vicente del Bosque, director técnico del
equipo español, se dio el tiempo necesario para estudiar al rival, entender sus
fortalezas, aprovechar sus debilidades y enfrentarlo con valor.
Durante 90 minutos el equipo alemán esperó la oportunidad de un contragolpe –su
principal arma-, pero España no lo permitió. Sin cansarse de atacar, pero manteniendo
siempre el orden en su formación y la posesión del balón, la furia roja logró anotar el
gol que los colocó por vez primera en la historia en la final de la Copa del Mundo.
Las declaraciones de del Bosque al finalizar el partido revelan la preparación previa al
juego: "Hemos buscado el escenario que más nos convenía y lo hemos encontrado.
Hemos tenido la posesión balón, no dejamos que se abriera el partido y hemos
controlado la situación de una forma magnífica. El triunfo nos engrandece por la
categoría del rival les superamos en el dominio general del partido, en el cómputo del
juego".
La lección es clara y contundente: el único modo de ser mejor que tu competencia es
estudiarla y conocerla. Aceptar sus fortalezas, entiende sus debilidades y
aprovechándolas a tu favor. Traza tu estrategia de ataque, manteniendo siempre el
orden y la disciplina en tu equipo de trabajo. Y aunque ganes una, dos o tres batallas:
sigue estudiando, entendiendo y atacando de acuerdo a las debilidades de tus rivales.
La importancia del buen “coaching”
Tercera lección: El rol del director técnico como coach activo es fundamental para el
buen funcionamiento del equipo. En las empresas es igual. La visión es distinta fuera
del campo de batalla que dentro de él. Lo mismo sucede en el campo de futbol.
A nivel cancha, no es fácil que los jugadores identifiquen los huecos que el rival
permite, ni los errores en los que ellos mismos incurren, poniendo en riesgo su propio
marco. En el roce propio de un encuentro, es relativamente fácil que los jugadores se
“enganchen” con un rival o que, cegados por el orgullo, pretendan resolver el partido
ellos solos con un acto de genialidad.
Es entonces cuando el coaching del director técnico se vuelve fundamental.
Su labor en esos momentos, observando y sufriendo desde la banca, es lograr que
cada pieza se mueva para que el equipo funcione. El director técnico debe ser capaz
de identificar las fortalezas y deficiencias del rival y ajustar su alineación para sacarles
provecho. Los jugadores, claro está, deben saber escuchar y reaccionar a los
comentarios de director técnico. En este Mundial vimos a Aguirre, Dunga, Maradona y
Capello desgarrarse a gritos, tratando de comunicarles a sus jugadores las posibles
áreas de mejora en el juego; otros, como Löw o del Bosque, guardaban silencio a
momentos, para observar y luego comunicar. Pero indiscutible es que su labor resultó
fundamental.
En una empresa puede ser similar. Los directivos deberían observar, analizar, “revelar”
las oportunidades a su equipo y obtener de ellos el máximo potencial. El “coacheo” del
director general hacia el equipo es indispensable si éste pretende que sus jugadores
cumplan con el objetivo. Y fundamental es que tengan la habilidad de saber
comunicarse con los miembros de su equipo; la visión del director pierde sentido si no
es permeada a la totalidad de los jugadores que conforman al equipo.
Velocidad + precisión: la combinación
Cuarta lección: es bueno ser veloz, pero si careces de precisión, no llegarás muy
lejos.
La selección de Ghana terminó por representar al continente africano entero en los
cuartos de final del Mundial de Sudáfrica. Y si algo caracterizó a sus jugadores fue la
velocidad. Atacando en línea de cuatro, el equipo ghanés metió en aprietos a Alemania
en la primera ronda (aunque al final perdió el partido con marcador 0-1) y eliminó a
Estados Unidos en los octavos de final. En el cardiaco partido contra Uruguay, los
ghaneses no cesaron y cuando la escuadra charrúa yacía devastada por el
agotamiento físico, ellos seguían atacando tan rápido como en el primer minuto de
juego.
Pero la precisión faltó.
Ghana falló un tiro penal en el último minuto del segundo tiempo extra y otros dos en la
definición por penalites, quedando eliminada del Mundial. Si sus jugadores hubieran
sido más precisos, un equipo africano hubiera llegado a semifinales por vez primera en
la historia.
Cierto, nuestros equipos de trabajo deben ser veloces, pero igual de importante es que
sean precisos. La velocidad por sí misma no los llevará a ningún lado si no hay
atención a los detalles que, al final, hacen la diferencia. Es normal que los directivos
deseen que la velocidad sea uno de los principales atributos de su equipo, pero deben
poner énfasis en la precisión con que cada labor es desempeñada. De nada nos sirve
ser rápidos si perdemos las grandes oportunidades por falta de precisión.
Juega limpio o terminarás en el vestidor
Quinta lección: Las reglas claras motivan el juego limpio en el mundo deportivo. En las
empresas debe suceder lo mismo...
El brasileño Kaká se perdió el juego contra Portugal tras ser amonestado una segunda
vez en el partido contra Costa de Marfil. Thomas Müller, piedra angular de la escuadra
alemana, se perdió la semifinal ante España por acumulación de tarjetas, condenando,
quizás, a su equipo a la eliminación en semifinales. El uruguayo Luis Suárez “salvó” a
su equipo en los cuartos de final al evitar un evidente gol con la mano, pero fue
expulsado y se perdió la semifinal contra Holanda, además de opacar lo grandioso de
su actuación durante la primera mitad del torneo. Amonestaciones y expulsiones
contundentes de consecuencias determinantes y apegadas –todas— al reglamento del
juego. Ninguno de estos jugadores puede argumentar que no sabía lo que hacía y,
menos aún, que desconocía las consecuencias que sus actos tendrían.
Las reglas claras motivan el juego limpio y en las empresas debe suceder lo mismo.
Los integrantes de tu equipo de trabajo deben saber que existen reglas, conocerlas y
respetarlas. El reglamento debe ser aplicado con equidad, siguiendo el mismo criterio
para todo mundo y sin excepción. Es importante que los que cometan una falta reciban
retroalimentación precisa de lo que hicieron (tarjeta amarilla) y que conozcan a la
perfección las consecuencias de reincidir (tarjeta roja). No se trata de crear un
ambiente de terror, pero si de respeto hacia el mismo juego que tu empresa pretende
ganar.
Cabe mencionar que parte fundamental del juego limpio es el arbitraje justo, evita
cometer errores de criterio como aquellos en los que incurrieron algunos de los
silbantes de la Copa Mundial, restándole autoridad a su figura (el más lamentable, sin
duda, el claro gol anotando por Frank Lampard en el partido entre Alemania [4] e
Inglaterra [1]) y afectando el desempeño y la moral del equipo.
No olvidar: Sólo gana el que mete gol
Sexta lección: Si pretendes ganar en el juego de los negocios, en algún momento
tendrás que meter el gol que haga la diferencia.
Enormes jugadas que no terminaron en gol. Grandes futbolistas que estrellaron una y
otra vez el balón en el arco.
Y la frase que repitieron decenas de veces los cronistas: “Iba a hacer el gol del
Mundial”. Pero no lo hizo y decenas de veces los espectadores recordamos que en el
juego del futbol sólo gana aquel que anota más goles que su rival. Seguro: habrá
imponderables y cosas que no parezcan justas (sí, nos referimos al fuera de lugar que
no se marcó en el México vs. Argentina, dándole a Carlitos Tévez un gol que no lo era
como legítimo), pero el equipo que pretenda coronarse debe ser capaz de
sobreponerse a la adversidad y hacer siempre el tanto que marque la diferencia.
En el partido de la gran final tanto España como Holanda tuvieron oportunidades. Fue
un juego cerrado entre dos potencias que no querían permitir que el otro se fuera
adelante. Al final, la diferencia la hizo un solo gol, el de Andrés Iniesta: pero eso bastó
para que fuera España quien se coronara campeón.
En los negocios sucede lo mismo: las marcas que ganan marketshare y lealtad del
cliente son aquellas que aciertan, impactan y cautivan al consumidor. No aquellas que
casi lo hacen. Un equipo de trabajo debe de ser capaz de cumplir con los objetivos
planteados y anotar el “gol” que le permita siempre seguir jugando. No importa qué
tanto te acerques, hasta que no anotes el gol que te ponga arriba en el marcador, el
objetivo no habrá sido cumplido.
Por: E.S. Zawadzk http://www.altonivel.com.mx/index.php?id=4954