Práctica 1. Teorías Antropológicas II. Comesaña, Jesús.García, Manuel.Muñoz, Paloma.

Herder y la Ilustración- El dios venidero (Frank, M).

Arquitectura argumental.

1. Herder considera que cada periodo y los sucesos que tienen lugar en ellos tienen un carácter propio de la época en la que transcurren, no se puede hablar de leyes universales intemporales.

1.2. Proposición de métodos diferenciados y en continua revisión para el estudio de las ciencias naturales y de las ciencias sociales.

2. Necesidad de transformar la mitología de modo que se adapte a la realidad de la época del individuo.

2.1. No se puede rechazar completamente el contenido de la mitología, puesto que en cada época los individuos consideran como real y verdadero aquello que encaja en su marco cognitivo.

2.2. Los relatos mitológicos extraen su contenido de la historia de su propio pueblo, es decir, reinterpreta su propia realidad. Una mitología dice verdades en función de cuanto refleja la realidad del momento.

TemaDefensa del particularismo frente al nacionalismo.

ResumenHerder en oposición a la tradición francesa, defiende la existencia de una validez histórica para las leyes. Herder defiende la forma de reciclar el contenido de la mitología.

ComentarioEnmarcado en los principios de la corriente idiográfica, Herder comienza a tratar los problemas que supone trabajar los objetos de estudio de las Ciencias Sociales con los métodos de las Ciencias Naturales.Estipula que las Ciencias Sociales, para llevar a término sus objetivos, necesita un método separado, negando la utilidad del racionalismo para estudiar las pautas sociales.Por su forma de entender los sucesos históricos, dotándolos de un carácter único, específico del momento, podemos hablar de sucesos particulares, es decir, de los inicios de estudios idiográficos, alejados de la búsqueda de leyes generales basadas en patrones universales.Defiende la condición única de los pueblos, de su identidad colectiva desarrollada a lo largo de la historia, y que estos colectivos no permanecen inalterados a lo largo de la historia, sino que su estructura se ve alterada por su trayecto histórico. Defiende su carácter orgánico (Volkgeist).Otros asuntos a los que dedica su tiempo es a la defensa de la utilidad de la mitología como “recurso histórico”, como registro de la identidad nacional en tiempos clásicos, y defiende que su actualización puede ser útil para los hombres, dotándoles de un fondo histórico común, de un referente unificador para los contemporáneos, si bien parte de su

contenido debía ser cuestionado por motivos de veracidad.Pensamos que para entender la labor de Herder como filósofo, hay que tener en cuenta sus otras labores. Herder era teólogo y crítico literario, por lo que entendía la necesidad de separar el material religioso de los mitos del material histórico, y explorar sus otras funciones. Diseccionando los escritos, comprendió su validez para los análisis sociales, y una vez más, reafirmaba que estos escritos, este material, era válido en cuanto a su actualidad, es decir, cuanto más bebieran los mitos de los sucesos contemporáneos, más útiles serían para explicar su realidad histórica.Concluyendo, Herder sienta las bases para los que vendrán después, desarrollando las ideas particularistas, comenzando a hablar de “culturas”, en lugar de una única cultura, de que no se puede examinar a un pueblo de forma objetiva mientras se estudie desde la perspectiva de otro pueblo, chocando todo ello con las ideas imperantes de la Ilustración francesa, de tendencias unificadoras, defensores a capa y espada de la razón como método. Es, en definitiva, uno de los primeros precursores de la corrientes particularistas.