Práctica Proactividad

Nieves González Deza Ascensión Jiménez Val Carmen Luzón Solanas Mª Jesús Martín Pardos

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Nuestro primer paso para abordar la práctica de Proactividad es intentar aclarar dicho

concepto. Aunque somos conscientes de que “Wikipedia” no es la fuente que utilizaríamos

para, por ejemplo, un artículo de investigación, en esta ocasión consideramos factible recurrir

al citado recurso ya que, la claridad en la exposición, nos ha permitido, además de conocer su

procedencia, entender claramente el significado.

Proactividad es un término acuñado por Viktor Frankl, un neurólogo y psiquiatra

austriaco que sobrevivió a los campos de concentración nazis, en su libro Man's Search

for Meaning (El hombre en busca de sentido, 1946). Años después el término se

popularizaría en muchos libros de autoayuda, desarrollo personal y empresarial gracias

al best-seller Los siete hábitos de las personas altamente efectivas del autor Stephen R.

Covey. (Wikipedia, consultado el 04.11.2010)

Proactividad es una actitud en la que el sujeto asume el pleno control de su conducta

vital de modo activo, lo que implica la toma de iniciativa en el desarrollo de acciones

creativas y audaces para generar mejoras, haciendo prevalecer la libertad de elección

sobre las circunstancias de la vida. La proactividad no significa sólo tomar la iniciativa,

sino asumir la responsabilidad de hacer que las cosas sucedan; decidir en cada momento

lo que queremos hacer y cómo lo vamos a hacer. (Wikipedia, consultado el 04.11.2010)

En la misma página descubrimos qué características tiene una persona proactiva y con

qué cualidades no deben confundirse:

Se mueven por valores cuidadosamente meditados y seleccionados: pueden pasar

muchas cosas a su alrededor pero son dueñas de cómo quieren reaccionar ante esos

estímulos. Centran sus esfuerzos en el círculo de influencia: se dedican a aquellas cosas

con respecto a las cuales pueden hacer algo. Su energía es positiva, con lo cual amplían

su círculo de influencia. (Wikipedia, consultado el 04.11.2010)

La proactividad no tiene nada que ver con el activismo o la hiperactividad. Ser proactivo

no significa actuar de prisa, de forma caótica y desorganizada, dejándose llevar por los

impulsos del momento. Las personas que tienen el hábito de la proactivad no son

agresivas, arrogantes o insensibles, como defienden algunos tópicos, sino todo lo

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contrario: se mueven por valores, saben lo que necesitan y actúan en consecuencia.

(Wikipedia, consultado el 04.11.2010)

Para llevar a cabo la práctica escogemos un centro de Enseñanza Secundaria Obligatoria

situado en el barrio Oliver de Zaragoza, ya que tenemos facilidad para acceder al mismo. Se

trata de un instituto en el que se imparten enseñanzas de Educación Secundaria Bilingüe en

inglés y no bilingüe, PCPI de Calderería y Mecanizado y diferentes ciclos formativos de grado

Medio y Superior. El alumnado de Educación Secundaria es mayoritariamente de etnia gitana

(un 60%), seguido de una proporción cada año más elevada de alumnado inmigrante,

principalmente del Magreb, pero también de Europa del Este y en un porcentaje muy bajo de

alumnado “payo” que se encuentra en los grupos bilingües y en el segundo ciclo de la ESO. Los

alumnos que acuden a los ciclos formativos proceden de otros barrios de Zaragoza.

El alumnado de ESO se caracteriza principalmente por la falta de hábitos de trabajo y de

estudio, desfases curriculares, problemas de autocontrol y de habilidades sociales, baja

autoestima y niveles de frustración muy bajo. También, cada vez, es mayor el número de casos

de alumnos con problemas de salud mental que sobrepasan nuestra acción y que se derivan al

hospital Clínico. De ahí que la educación para la salud sea un eje transversal que se trabaja en

todas las áreas y en todos los niveles, buscando igualmente la implicación de las familias que,

por ahora, solo responden cuando se les llama para entrevistas individuales y que no siempre

son posible debido a la desestructuración familiar. Las actividades más destacadas se centran

en el autocontrol, las habilidades sociales, la prevención de drogodependencias, la toma de

decisiones, la educación afectivo-sexual y la prevención de enfermedades y accidentes

domésticos y de seguridad vial, la higiene, la alimentación y la autoestima.

Aunque el eje central de la práctica es conocer qué competencias manifiestan tener los

orientadores, hemos querido aprovechar la oportunidad de aproximación al campo para

conocer algunos aspectos más sobre la profesión del orientador. Por este motivo, hemos

pasado el cuestionario de “Monografía Profesional” (aunque ligeramente adaptado a nuestras

necesidades) que nos parece muy completo y apropiado para dirigir la práctica con la

Orientadora. En una primera entrevista personal, se le explica el objetivo y fin de nuestra

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visita, para lo cual, acordamos una cita dentro de su horario de trabajo pero en el que pueda

atendernos.

A continuación, analizamos las respuestas facilitadas por la Orientadora del centro y que

pueden consultarse en el Anexo 1.

Las respuestas que nos facilita la orientadora nos dejan algo desilusionadas. A simple

vista se observa que el contenido de las respuestas es demasiado breve y que está poco

elaborado. De 14 preguntas solo son contestadas la mitad, lo que se justifica “… no te relleno

más porque esto no es una empresa”. Sin embargo, consideramos que es posible que ni

siquiera haya terminado de leer todas las preguntas, pues pueden ser contestadas tanto desde

la empresa privada como desde una institución pública.

Consideramos que es muy significativo que lleve 27 años en la profesión, lo que, es de

suponer, le ha dotado de una gran experiencia. Estudió Psicología en la Universidad

Complutense de Madrid, sin embargo, considera que no hay ninguna relación profesional

entre sus estudios y su profesión, aunque, a nivel personal sí considera que aprendió mucho.

De las competencias necesarias para el trabajo destaca el conocimiento del trabajo y las

funciones así como tener habilidades sociales, considerando, que son estas últimas las más

valoradas.

Al preguntarle por lo mejor y lo peor de su profesión, la orientadora asegura tener

ilusión a la hora de desempeñar su trabajo aunque siente que no es ni valorado ni aceptado

por otros compañeros, lo que daría una imagen solitaria del profesional orientador. El aspecto

positivo es una motivación intrínseca reconocida por la realización del trabajo en sí mismo.

En cualquier caso, consideramos oportuno poder pasar el cuestionario a otro orientador

que pueda darnos una visión más amplia de la profesión y demás competencias. Acudimos al

CEPYME.

La Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (CEPYME) es una

Organización Profesional de carácter confederativo e intersectorial, de ámbito nacional, para

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la defensa, representación y fomento de los intereses de la pequeña y mediana empresa y el

empresario autónomo. CEPYME está reconocida como Organización Empresarial más

representativa en el ámbito estatal. Entre las funciones de CEPYME se encuentran la atención

a las necesidades de información, asesoramiento, asistencia técnica, investigación y

perfeccionamiento de las Organizaciones, empresas y empresarios afiliados, estudiando y

divulgando cuantos temas puedan afectar a la potenciación de la pequeña y mediana empresa.

En concreto, la Confederación de la Pequeña y Mediana Empresa Aragonesa (CEPYME-

ARAGÓN) es una organización empresarial, de ámbito regional, creada el 18 de abril de 1989

con el fin de representar y defender los intereses de las pequeñas y medianas empresas

aragonesas en un clima de diálogo social permanente para fomentar el crecimiento económico

estable y con ello la mejora de la calidad de vida en la región. Así, CEPYME-ARAGON es una

Confederación de organizaciones empresariales donde, además de las Confederaciones

Provinciales de Zaragoza, Huesca y Teruel, se integran casi un centenar de organizaciones

empresariales sectoriales aragonesas, que en su conjunto representan, actualmente, los

intereses de más de 25.000 empresas.

Las respuestas dadas por esta segunda orientadora, y que pueden consultarse en el

Anexo 2, arrojan más datos sobre algunos aspectos relevantes de la profesión del orientador.

En primer lugar, las competencias que destaca son empatía, objetividad, asertividad, don de

gentes y profesionalidad, considerando que todas son igual de importantes.

Nos parece especialmente relevante la observación que realiza esta orientadora sobre

el problema de ´”no poder hacer un seguimiento sobre ellos” (los alumnos), ya que

consideramos que podría ser similar a tener un campo fértil, que cuidamos, abonamos y

sembramos con las mejores semillas que encontramos, pero luego no tenemos posibilidad de

regarlo y debemos abandonarlo. Si afortunadamente llueve, será posible que las semillas den

buenos frutos. Si, por el contrario, no llueve, posiblemente, no llegarán a desarrollarse. En

ningún caso, estaremos para poder hacer una mínima supervisión. En el caso que nos ocupa, el

problema es todavía más grave, ya que trabajamos con personas que se encuentran en una

etapa de la vida bastante compleja en la que todavía no se han adquirido las herramientas

necesarias para la vida adulta.

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Otro aspecto que se subraya es la necesidad de estar actualizado diariamente a través

de “charlas sobre el sistema educativo, entrevistas individuales, leer la legislación, artículos de

revistas especializadas, la prensa, noticias de la universidad…” así como la importancia de

tener que adaptarse a las exigencias de un mercado que cada vez es más cambiante.

Por último, señalar la idea manifestada de que la profesión de Orientador debe tener

un alto componente vocacional puesto que el progreso tanto profesional como personal se

consigue a través de las interrelaciones personales, más que por otro tipo de motivaciones

extrínsecas como puedan ser salario, estatus social, jerarquía profesional…

Estudio y valoración de las competencias por el grupo de trabajo

En primer lugar, y dado que la práctica está centrada en las competencias profesionales

del Orientador, consideramos ineludible aportar una definición del término:

Una competencia es una capacidad de acción eficaz frente a un conjunto de

situaciones, que uno logra dominar porque dispone, a la vez, de los conocimientos

necesarios y de la capacidad para movilizarlos positivamente en un tiempo oportuno,

con el fin de identificar y resolver verdaderos problemas (Perenoud, 1999).

En el libro blanco y el proyecto Tuning se clasifican las competencias transversales en:

• Competencias instrumentales: capacidad de comprender y manipular ideas, organizar

el tiempo y las estrategias de aprendizaje, tomar decisiones o resolver problemas, uso de

tecnologías, comunicación oral y escrita, y de una segunda lengua.

• Competencias interpersonales, de interacción social y cooperación: habilidades críticas

y de autocrítica, habilidades de relaciones interpersonales, capacidad de trabajo en equipo,

compromiso social y ético.

• Competencias sistémicas, integradoras de los dos niveles de competencias anteriores:

capacidad para diseñar nuevos sistemas, y planificar los cambios y mejoras de un sistema.

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Los colectivos encuestados en el libro blanco (empleadores, titulados y profesores)

alcanzan un alto grado de coincidencia al ordenar las competencias transversales según su

importancia. Para los tres grupos, las cuatro capacidades principales, del total de diecinueve,

son las siguientes:

Capacidad para resolver problemas

Capacidad de análisis y de síntesis

Trabajo en equipo

Capacidad de organización y planificación

Por otro lado, siguiendo los cuatro pilares de aprendizaje propuestos por Delors (1996)

en su informe para la comisión europea –aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a

convivir y aprender a ser–, el nuevo Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) otorga un

lugar destacado a la competencia ética, al considerar necesaria la formación en cuatro grandes

competencias: competencia cognitivas (saber), competencias técnicas (saber hacer),

competencias sociales (saber estar) y competencias éticas (saber ser profesional). Es decir, ya

no son sólo importantes los saberes conceptuales y técnicos sino también los sociales y éticos,

aspectos fundamentales en la labor profesional del orientador.

Tras haber realizado un análisis teórico sobre competencias y una vez analizadas las

respuestas aportadas por las orientadoras encuestadas, tenemos la impresión de que el

término “competencias” todavía no está del todo interiorizado entre los profesionales (quizá

debido a que es relativamente novedoso) y aunque en su trabajo diario aplican muchas de

ellas (interpersonales, sistemáticas, instrumentales), al ser preguntados, les cuesta

verbalizarlas.

Una vez pasados los cuestionarios y a través de conversaciones personales que hemos

tenido con otros profesionales que pertenecen al mismo equipo de orientación y al primer

centro al que hemos tenido acceso, hemos llegado a las siguientes conclusiones:

Consideramos que los cuatro pilares de trabajo del orientador son:

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Estar informado y actualizado.

Estar bien formado.

Saber asesorar.

Inserción laboral.

Estas cuatro vertientes deben estar muy unidas aunque en ocasiones pueden darse en

solitario. Así, por ejemplo, cuando informamos a un alumno sobre salidas profesionales,

resulta necesario que éstas sean viables, es decir, que exista un acceso real a las mismas, de lo

contrario, la orientación no habrá cumplido con su principal objetivo que es el de ser funcional.

La figura del orientador debe ser aparecer como protagonista en el proceso de

enseñanza-aprendizaje, introduciéndose en la realidad del aula diaria, evitando ser un mero

formador de formadores. De esta forma, cuando un profesor acude al orientador porque tiene

una necesidad con un determinado alumno, el orientador ya tendrá conocimiento directo de la

realidad sobre dicho alumno, ya que también ha sido parte del proceso, no sólo desde su

departamento, sino también como parte activa, entrando con los tutores en las horas

destinadas a tutoría. Así, el orientador no solo contribuye a la elaboración y conocimiento del

Plan de Acción Tutorial (PAT), sino que forma parte de su aplicación gracias a esta

participación.

Con respecto a la orientación, un aspecto clave es la contextualización a tres niveles:

Académica.

Personal y social.

Profesional.

Por otro lado, queremos destacar que la profesión sufre un punto de inflexión a partir

de la LOGSE, donde, por primera vez, se reconoce la importancia de la figura del orientador, de

hecho, no es hasta entonces cuando se constituye como “Departamento” en Secundaria o

“Equipos Orientadores” en Educación Primaria.

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La LOCE y la LOE mantienen la importancia dada por la ley anterior. En la actualidad la

contratación de orientadores profesionales parece que va a aumentar considerablemente, lo

que hace pensar que pueda haber una repercusión en los centros tanto de formación formal

como no formal.

El orientador se enfrenta a tareas como: resolución de conflictos entre alumnos,

profesores y alumnos, la formación para grupos entre iguales, comunicación entre familias y

con las familias… con lo que debe estar en continua alerta para poder estar actualizado y

formado permanentemente, o lo que es lo mismo, Live Long Learning (3L).

La comunicación entre todos los miembros de la comunidad educativa (familias,

profesores, dirección, instituciones, los propios alumnos…) es fundamental para que se dé una

retroalimentación o feedback permanente, algo así como “unos vasos comunicantes”, que

aportan una visión más fiel de la realidad de tal manera que la orientación resulta más

enriquecedora para todo el grupo, consiguiendo así, una orientación más rica y personalizada.

La fundamentación teórica es muy importante, ya que sin ésta no es posible orientar.

Aunque luego en el trabajo diario aparecen realidades que no han sido estudiadas

teóricamente, pero que para lograr solventarlas es necesario partir de esos conocimientos

teóricos previos.

Con respecto a las competencias destacamos (independientemente del orden en el

que son citadas, consideramos todas igual de importantes):

Habilidades Sociales.

Aplicación de la Inteligencia Emocional.

Capacidad de autocrítica.

Aplicación práctica de los conocimientos, es decir, saber extrapolar los conocimientos

a la realidad.

Una comunicación efectiva y bidireccional.

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Diálogo.

Empatía.

Alteridad.

Trabajo en equipo.

Considerar al alumno desde una perspectiva holística.

Merece también especial atención la Asociación Aragonesa de Psicopedagogía, que es

una plataforma de contacto que permite a los orientadores progresar y desarrollarse, basada

en el intercambio de información.

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Referencias bibliográficas

Clemente, P.J., Gómez, A., González, J., Sánchez, H. y Sosa, E. Una propuesta de primer curso

de programación basada en competencias transversales.

http://nevada.ual.es:81/ufid/archivos/Una%20propuesta%20de%20primer%20curso%

20de%20programacion%20basada%20en%20competencias%20transversales.pdf.

Consultado el 25. 11.2010.

Delors, J. (1996). La educación encierra un tesoro. París. UNESCO.

Ley Orgánica 1/1990 de 3 de octubre de Ordenación General del Sistema Educativo. (LOGSE)

Ley Orgánica 10/2002 de 23 de diciembre de Calidad de la Educación. (LOCE)

Ley Orgánica 2/2006 de 3 de mayo de Educación. (LOE)

Perenoud, P. (1999). Construire des compétences, tout un programme!, revue vie Pedagogique,

112. 16-20.

Wikipedia

http://www.google.es/search?source=ig&hl=es&rlz=1W1SUNC_es&q=wikipedia+proac

tividad&aq=f&oq=. Consultado el 04.11.2010.

Práctica Proactividad

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Anexo I

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CUESTIONARIO MONOGRAFÍA PROFESIONAL

¿Qué competencias son las más necesarias en su trabajo?

Tener conocimiento del trabajo y de nuestras funciones y tener habilidades sociales.

Entre ellas, ¿cuáles se valoran más?

Las habilidades sociales

¿Cómo es un día en su trabajo?

Bueno si no tienes ningún altercado

Aproximadamente, ¿cuánto tiempo lleva practicando esta profesión?

27 años

¿Dentro de tu competencia profesional, qué es lo mejor y lo peor? Lo mejor es la satisfacción

que te da el trabajo cuando es reconocido y lo peor es trabajar con ilusión y que los

compañeros rechacen o desvaloren tu trabajo.

¿Existe relación entre las competencias que se estudian y las que aplicas en el trabajo? En mi

caso nada; he de hacer constar que terminé en el año 1983 y este trabajo en ese momento no

existía pero en la carrera aprendí muchas cosas que me han servido a nivel personal. Estudié

Psicología en la Universidad Complutense de Madrid, cursé los cinco años.

¿Qué procedimientos utiliza la empresa para seleccionar trabajadores? Esto no es una

empresa es un I.E.S. En la empresa la selección se hace a través de la entrevista personal y el

currículum. En el I.E.S. se hace por medio de Concurso Oposición.

¿Qué posibilidades de progresar y de desarrollarse existen dentro de la empresa?

***** No relleno más porque esto no es una empresa.

Esto no es una empres

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¿Qué recomendaciones haría para las personas jóvenes que quieran dedicarse a esta

profesión?

¿Qué lugar ocupa el profesional en el organigrama de la empresa?

Salario medio y características más significativas del convenio colectivo.

¿Existe la posibilidad de realizar prácticas?

¿Cómo han evolucionado las tareas a realizar y qué previsión existe al respecto cara al futuro?

¿Qué formación complementaria se requiere para “estar al día”?

¿Qué áreas profesionales tienen mayores posibilidades de futuro?

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Anexo 2

Práctica Proactividad

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CUESTIONARIO MONOGRAFÍA PROFESIONAL

¿Qué competencias son las más necesarias en su trabajo?

Empatía, objetividad, asertividad, don de gentes, profesionalidad………..

Entre ellas, ¿cuáles se valoran más?

Todas son muy importantes

¿Cómo es un día en su trabajo?

Realizar charlas sobre el sistema educativo, entrevistas individuales, leer la legislación,

artículos de revistas especializadas, la prensa, noticias de la universidad ……………

Aproximadamente, ¿cuánto tiempo lleva practicando esta profesión?

12 años

¿Dentro de tu competencia profesional, qué es lo mejor y lo peor?

Lo mejor ayudar a los alumnos en su toma de decisiones, informándolos y lo peor no poder

hacer un seguimiento sobre ellos.

¿Existe relación entre las competencias que se estudian y las que aplicas en el trabajo?

Depende, no siempre coinciden.

¿Qué procedimientos utiliza la empresa para seleccionar trabajadores?

Valoración de curriculum y entrevistas individuales

¿Qué posibilidades de progresar y de desarrollarse existen dentro de la empresa?

De progresar ninguna, eres y serás Técnico, de desarrollarte muchas ya que existen otros

servicios de orientación en la empresa, te puedes reciclar y conocer otros ámbitos.

Práctica Proactividad

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¿Qué recomendaciones haría para las personas jóvenes que quieran dedicarse a esta

profesión?

Que sea vocacional, que lo tengan claro que es esto en lo que quieren desarrollarse

profesional mente. Que tienen que estar actualizados totalmente

¿Qué lugar ocupa el profesional en el organigrama de la empresa?

Técnico

Salario medio y características más significativas del convenio colectivo.

1500e , convenio de oficinas y despachos

¿Existe la posibilidad de realizar prácticas?

Si

¿Cómo han evolucionado las tareas a realizar y qué previsión existe al respecto cara al futuro?

Todos los cursos, nos modernizamos y nos adaptamos a las exigencias del mercado ,

evolucionamos . Tenemos un convenio que se renueva todos los años

¿Qué formación complementaria se requiere para “estar al día”?

Máster en orientación, foros , congresos , cursos ………

¿Qué áreas profesionales tienen mayores posibilidades de futuro?

En estos momentos, por la crisis, la orientación laboral.