Practicas Letradas en El SXXI
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Prácticas letradas en el s. XXI: un desafío para que las aulas legitimen Ignacio Romero Universidad Pedagógica, Buenos Aires Pensar que hoy en día existe una sola manera de leer y escribir parece ser cada vez más inadmisible si miramos el mundo en que nos situamos. Un mundo altamente globalizado, en el que las nuevas tecnologías han transformado la manera en que ejercemos nuestra vida diaria, frente a los distintos ámbitos; desde los laborales, hasta los más personales o cívicos. En la actualidad desde un solo dispositivo podemos pagar impuestos por internet, recibir un correo electrónico, comprar una entrada de cine o vender un automóvil. Estos sucesos han logrado que nuestra cultura esté situada de artefactos letrados, conformando así, una comunidad muy distinta a la que ha sido hace unos veinte años atrás. Tomando distancia de las perspectivas cognitivas para situarse desde una mirada más sociocultural, Daniel Cassany asevera que “cada una de las maneras recurrentes y habituales de usar estos artefactos letrados en nuestra comunidad constituye una práctica letrada, un tipo de lectura y escritura particular ”. (Cassany, 2009). La forma en que nos dirigimos a una persona varía según la situación comunicativa en la que estamos; la manera en la que hablamos en nuestro trabajo es distinta a como lo h acemos con nuestro grupo de amigos. Un chat compartido con un grupo familiar es totalmente distinto al de un grupo de trabajo. El uso que hacemos del lenguaje varía según el entorno en el que se desarrolla. ¿Qué ocurre en la escuela? El papel de la escuela frente al conocimiento ha sido legítima hasta que éste comenzó a diversificarse por fuera de ella. En este sentido, las nuevas tecnologías han tomado el papel antagónico en esta enemistad histórica. Walter Ong advierte que: “las mismas objeciones comúnmente impugnadas hoy en día contra las computadoras fueron dirigidas por Platón contra la escritura, en el Fredo (247-277) y en la Séptima Carta. La escritura, según Platón hace decir a Sócrates en el Fredo, es inhumana al pretender establecer fuera del pensamiento lo que en realidad sólo puede existir dentro de él. Es un objeto, un producto manufacturado.” (Ong, 1987). Las escrituras que los niños realizan “fuera de la ley” -en palabras de Cassany- no son traídas al aula habitualmente. Los pocos registros que tenemos de ellas, suelen ser producidos de manera ocasional, esporádicos y gravemente corregidos por estar mal escrito. Si proponemos a nuestros niños una actividad de escritura en donde produzcan un diálogo de chat con su mejor amigo, encontraremos marcas textuales propias de ese objeto escrito; “#”, “!!!!!!!”, “XD”, “ ”, “q”, “?”. Notaremos casos muy recurrentes como la utilización de los signos de cierre tanto de exclamación e interrogación, lo cual está convencionalmente aceptado para ese tipo de escritura. Lo cual, no significa que esté mal escrito ya que son propios de ese ámbito. La mirada de la escuela ante estos eventos muchas veces es despectiva por pensar que se tratan de una mala escritura ortográfica. ¿Acaso son escrituras propias de los niños? ¿Los adultos no escribimos de esta forma en nuestros círculos más íntimos fuera del ámbito escolar? Si bien es cierto, que en estos últimos años, se han incluido el uso de computadoras y acceso a internet a las aulas, asumiendo que son instrumentos de uso necesarios para democratizar el conocimiento, la tarea parece apenas comenzar. Por un lado, los libros escolares siguen reproduciendo una mirada de lectura y escritura única. Es comprobable si
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7/26/2019 Practicas Letradas en El SXXI
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Prácticas letradas en el s. XXI: un desafío para que las aulas legitimen
Ignacio RomeroUniversidad Pedagógica, Buenos Aires
Pensar que hoy en día existe una sola
manera de leer y escribir parece ser cada vez
más inadmisible si miramos el mundo en que nos
situamos. Un mundo altamente globalizado, en el
que las nuevas tecnologías han transformado la
manera en que ejercemos nuestra vida diaria,
frente a los distintos ámbitos; desde los laborales,
hasta los más personales o cívicos. En la
actualidad desde un solo dispositivo podemos
pagar impuestos por internet, recibir un correoelectrónico, comprar una entrada de cine o
vender un automóvil. Estos sucesos han logrado
que nuestra cultura esté situada de artefactos
letrados, conformando así, una comunidad muy
distinta a la que ha sido hace unos veinte años
atrás.
Tomando distancia de las perspectivas
cognitivas para situarse desde una mirada más
sociocultural, Daniel Cassany asevera que “cada
una de las maneras recurrentes y habituales de
usar estos artefactos letrados en nuestra
comunidad constituye una práctica letrada, un
tipo de lectura y escritura particular ”. (Cassany,
2009). La forma en que nos dirigimos a una
persona varía según la situación comunicativa en
la que estamos; la manera en la que hablamos
en nuestro trabajo es distinta a como lo hacemos
con nuestro grupo de amigos. Un chat
compartido con un grupo familiar es totalmentedistinto al de un grupo de trabajo. El uso que
hacemos del lenguaje varía según el entorno en
el que se desarrolla.
¿Qué ocurre en la escuela?
El papel de la escuela frente al
conocimiento ha sido legítima hasta que éste
comenzó a diversificarse por fuera de ella. En
este sentido, las nuevas tecnologías han tomado
el papel antagónico en esta enemistad histórica.
Walter Ong advierte que:
“las mismas objeciones comúnmente
impugnadas hoy en día contra las
computadoras fueron dirigidas por Platón
contra la escritura, en el Fredo (247-277) y
en la Séptima Carta. La escritura, según
Platón hace decir a Sócrates en el Fredo,
es inhumana al pretender establecer fuera
del pensamiento lo que en realidad sólo
puede existir dentro de él. Es un objeto, un
producto manufacturado.” (Ong, 1987).
Las escrituras que los niños realizan
“fuera de la ley” -en palabras de Cassany- no son
traídas al aula habitualmente. Los pocos registros
que tenemos de ellas, suelen ser producidos de
manera ocasional, esporádicos y gravemente
corregidos por estar mal escrito. Si proponemos
a nuestros niños una actividad de escritura en
donde produzcan un diálogo de chat con su mejor
amigo, encontraremos marcas textuales propias
de ese objeto escrito; “#”, “!!!!!!!”, “XD”, “”, “q”,“?”. Notaremos casos muy recurrentes como la
utilización de los signos de cierre tanto de
exclamación e interrogación, lo cual está
convencionalmente aceptado para ese tipo de
escritura. Lo cual, no significa que esté mal
escrito ya que son propios de ese ámbito. La
mirada de la escuela ante estos eventos muchas
veces es despectiva por pensar que se tratan de
una mala escritura ortográfica. ¿Acaso son
escrituras propias de los niños? ¿Los adultos no
escribimos de esta forma en nuestros círculos
más íntimos fuera del ámbito escolar?
Si bien es cierto, que en estos últimos
años, se han incluido el uso de computadoras y
acceso a internet a las aulas, asumiendo que son
instrumentos de uso necesarios para
democratizar el conocimiento, la tarea parece
apenas comenzar. Por un lado, los libros
escolares siguen reproduciendo una mirada delectura y escritura única. Es comprobable si
7/26/2019 Practicas Letradas en El SXXI
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observamos las actividades que proponen los
manuales antes diversos tipos de textos; una
misma serie de preguntas y actividades tituladas
con el nombre de “Comprensión lectora”, parecen
encuadrar del mismo modo en una poesía, una
obra de teatro, un cuento, una leyenda o una
noticia. Ahora bien, ¿tenemos la misma
disponibilidad para leer un diario que una novela?
¿Leemos una poesía de la misma forma que una
receta de cocina?
Por otro lado, habituarse a este uso de
instrumentos requiere un tiempo necesariamente
extenso para vislumbrar resultados. No se trata
de un cambio que se notará de un año a otro.
También es necesario desmitificar ciertascreencias que las nuevas tecnologías vienen
para reemplazar lo anterior. Es una herramienta
más que contribuye a lo que ya estaba.
A modo de c ierre
Considero que el uso de estas
tecnologías nos enriquecerá para que podamos
traer al aula estas prácticas de lectura y escritura
que ocurren fuera de ella. Elsie Rockwell (2001)
define que leer es un acto social en el que el
docente establece puentes entre los niños y los
textos:
“Maestros y alumnos construyen
interpretaciones cruzadas por
convenciones escolares y saberes
cotidianos, que rinden el texto más, o
menos, accesible. Al acercarnos a la
práctica real en las aulas, necesitamos
conceptos que permitan apresar la
diversidad de formas de leer.” (Rockwell,
2001, p.13)
La lectura y escritura son prácticas
multimodales que la escuela y los docentes
deben asumirlas y legitimarlas, ya que estamos
contribuyendo a la construcción no sólo de la
identidad de los niños sino que los hacemos
protagonistas de lo que ocurre en el aula.
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Referencias bibliográficas
CASSANY, Daniel. (2009). Prácticas letradas contemporáneas: claves para su desarrollo. Encongreso del Centro Virtual Leer.es. Madrid: Círculo de Bellas Artes de Madrid. Disponible en <https://www.youtube.com/watch?v=lsHc3SWiWEQ > [Última consulta: 24-05-2016]
ONG, Walter (1987). Oralidad y escritura. México: Fondo de Cultura Económica.
ROCKWELL, Elsie (2001). “La lectura como práctica cultural: conceptos para el estudio de los librosescolares”, Educação e Pesquisa, vol. 27, núm. 1, enero-junio. Disponible en <http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=29827102 >
