Práctico vegetación. Geografía de España

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1 Ejercicio de Selectividad. Junio 2011. Mapa de la distribución de la vegetación natural en España. A. Aspectos generales. El ejercicio práctico consiste en un mapa de corocromas en el que se representa la distribución geográfica de la vegetación natural en el conjunto del territorio español. Este mapa está elaborado a partir de las investigaciones de los profesores Elena Chicharro Fernández y de Juan Córdoba Ordóñez y pertenecen al libro Azcárate Luxán, M.V., Chicharro Fernández; E., Aguilera Arilla, M.J., Borderías Uribeondo, Córdoba Ordoñez, J., Rodríguez Rodríguez, V., y González Yanci, M. P. (1988): Geografía. Universidad Nacional de Educación a Distancia. El espacio geográfico representado es España y el fenómeno que se representa es la distribución espacial de los grandes dominios de vegetación natural según la clasificación que realizan los autores. Así, se pueden apreciar ocho grandes dominios vegetales que se agruparían de la siguiente forma: el dominio oceánico se subdivide en atlántico de clima oceánico y atlántico de clima suboceánico; el dominio mediterráneo continental, submediterráneo, mediterráneo de interior y mediterráneo (propiamente dicho). B. Comentario En función de la clasificación biogeográfica que llevan a cabo los autores, los dominios de vegetación natural que se pueden encontrar en España son: El dominio alpino, que se localiza principalmente en la zona de los Pirineos y, en menor medida, en la parte oriental de la Cordillera Cantábrica, en el Sistema Ibérico (Por un lado, en la Sierra de la Demanda y los Picos de Urbión y, por otro lado, en los Montes Universales), en el Sistema Central (Sierras de Guadarrama, Somosierra y de Ayllón) y en Sierra Nevada. En cuanto a los Pirineos, en la parte alta de esta cordillera pueden distinguirse tres pisos que son: el piso subalpino, alpino y nival. El piso subalpino se dispone entre los 1200-1600 m. y los 2300-2400 m. El clima es húmedo, lo que da lugar a un paisaje de vegetación densa, básicamente de coníferas: abeto y pino negro. El bosque de abetos se suele localizar, sobre todo, entre los 1200 y los 2000 m. y los árboles son altos (40-50 m), tienen el tronco muy recto y ramas altas, formando una copa más o menos cónica. Suele mezclarse con el haya, constituyendo bosques mixtos. Los bosques de pino negro se hallan desde los 1600 hasta los 2300 m. aproximadamente. Este tipo de pino no es muy alto, tiene el tronco grueso y una copa cónica capaz de soportar condiciones muy duras. Constituye en ciertos sectores bosques muy densos con sotobosque arbustivo. El piso alpino se sitúa en los Pirineos desde los 2300-2400 m. de altura, hasta los 3000 m. aproximadamente. Corresponde al dominio de los prados, que tienen un periodo vegetativo corto, ya que pasa 7 u 8 meses cubierta por la nieve. En este piso abundan los sectores constituidos por rocas desnudas y canchales poblados por pequeñas plantas rupícolas que crecen aprovechando el escaso suelo de las rendijas. El piso nival corresponde a los sectores situados aproximadamente por encima de los 3000 m. En los sectores de topografía plana o pendiente reducida, la vegetación superior es inexistente debido a las nieves perpetuas y en las zonas de fuerte pendiente hay pequeñas plantas rupícolas. El dominio atlántico de clima oceánico, en este mapa, ocupa el norte y noroeste de la Península Ibérica con una ramificación en dirección sur que atraviesa la cabecera del Ebro y llega hasta el Sistema Central, bordeando las Sierras de la

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Ejercicio práctico de Geografía de España de 2º de Bachillerato. En él se analizan los distintos tipos de vegetación que se localizan en España

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Ejercicio de Selectividad. Junio 2011. Mapa de la distribución de la vegetación natural en España.

A. Aspectos generales. El ejercicio práctico consiste en un mapa de corocromas en el que se representa

la distribución geográfica de la vegetación natural en el conjunto del territorio español. Este mapa está elaborado a partir de las investigaciones de los profesores Elena

Chicharro Fernández y de Juan Córdoba Ordóñez y pertenecen al libro Azcárate Luxán, M.V., Chicharro Fernández; E., Aguilera Arilla, M.J., Borderías Uribeondo, Córdoba Ordoñez, J., Rodríguez Rodríguez, V., y González Yanci, M. P. (1988): Geografía. Universidad Nacional de Educación a Distancia.

El espacio geográfico representado es España y el fenómeno que se representa es la distribución espacial de los grandes dominios de vegetación natural según la clasificación que realizan los autores. Así, se pueden apreciar ocho grandes dominios vegetales que se agruparían de la siguiente forma: el dominio oceánico se subdivide en atlántico de clima oceánico y atlántico de clima suboceánico; el dominio mediterráneo continental, submediterráneo, mediterráneo de interior y mediterráneo (propiamente dicho).

B. Comentario En función de la clasificación biogeográfica que llevan a cabo los autores, los

dominios de vegetación natural que se pueden encontrar en España son: El dominio alpino, que se localiza principalmente en la zona de los Pirineos y,

en menor medida, en la parte oriental de la Cordillera Cantábrica, en el Sistema Ibérico (Por un lado, en la Sierra de la Demanda y los Picos de Urbión y, por otro lado, en los Montes Universales), en el Sistema Central (Sierras de Guadarrama, Somosierra y de Ayllón) y en Sierra Nevada.

En cuanto a los Pirineos, en la parte alta de esta cordillera pueden distinguirse tres pisos que son: el piso subalpino, alpino y nival.

El piso subalpino se dispone entre los 1200-1600 m. y los 2300-2400 m. El clima es húmedo, lo que da lugar a un paisaje de vegetación densa, básicamente de coníferas: abeto y pino negro.

El bosque de abetos se suele localizar, sobre todo, entre los 1200 y los 2000 m. y los árboles son altos (40-50 m), tienen el tronco muy recto y ramas altas, formando una copa más o menos cónica. Suele mezclarse con el haya, constituyendo bosques mixtos.

Los bosques de pino negro se hallan desde los 1600 hasta los 2300 m. aproximadamente. Este tipo de pino no es muy alto, tiene el tronco grueso y una copa cónica capaz de soportar condiciones muy duras. Constituye en ciertos sectores bosques muy densos con sotobosque arbustivo.

El piso alpino se sitúa en los Pirineos desde los 2300-2400 m. de altura, hasta los 3000 m. aproximadamente. Corresponde al dominio de los prados, que tienen un periodo vegetativo corto, ya que pasa 7 u 8 meses cubierta por la nieve. En este piso abundan los sectores constituidos por rocas desnudas y canchales poblados por pequeñas plantas rupícolas que crecen aprovechando el escaso suelo de las rendijas.

El piso nival corresponde a los sectores situados aproximadamente por encima de los 3000 m. En los sectores de topografía plana o pendiente reducida, la vegetación superior es inexistente debido a las nieves perpetuas y en las zonas de fuerte pendiente hay pequeñas plantas rupícolas.

El dominio atlántico de clima oceánico, en este mapa, ocupa el norte y noroeste de la Península Ibérica con una ramificación en dirección sur que atraviesa la cabecera del Ebro y llega hasta el Sistema Central, bordeando las Sierras de la

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Demanda y de Urbión. Su vegetación se caracteriza por la presencia de formaciones vegetales como el bosque caducifolio, la landa y el prado.

La vegetación clímax de esta región es el bosque templado de hoja caduca, constituido por formaciones arbóreas frondosas de gran densidad y altura, con hojas anchas y planas que facilitan una intensa transpiración y se caen en otoño.

Los árboles más representativos son: Por un lado, las hayas, que se sitúan preferentemente en suelos calizos y

elevados, pues no soportan el calor y exigen mucha humedad. Su área principal esta en la Cordillera Cantábrica.

Por otro lado, los robles, que ocupan los suelos silíceos de las zonas más bajas, pues toleran mal los fríos y las nieves. Las áreas más extensas de robledal se encuentran en Galicia y la Cordillera Cantábrica.

Otras especies como los castaños, fresnos, olmos o tilos tienen un carácter secundario pero se han visto favorecidos por la actuación humana gracias a la repoblación.

En el sotobosque predominan los helechos, musgo, espinos, el boj o los arándanos en un ambiente sombrío creado por las copas de los árboles.

A lo largo del tiempo han ido desapareciendo extensas áreas del bosque caducifolio debido a la explotación industrial en leña, muebles o construcción. El pastoreo, las roturaciones para ganar terreno para la agricultura y los incendios son otros enemigos del bosque caducifolio.

En tiempos recientes se han repoblado grandes extensiones con árboles de rápido crecimiento y buen aprovechamiento económico como el pino y el eucalipto. Estas especies colaboran al empobrecimiento del suelo (acidificación) y favorecen la propagación de los incendios forestales.

Donde no existe el bosque, como resultado de su degradación debido a la acción humana o a condiciones ambientales más pobres pueden aparecer las landas, que es un matorral muy denso formado de brezos, enebros, tojos y retama. Cuando la landa desaparece, en su lugar nos encontramos con los prados naturales, grandes extensiones de terreno, que ocupan las laderas y el fondo de los valles.

El dominio atlántico de clima suboceánico se correspondería con la Cordillera Cantábrica y las sierras catalanas al sur de los Pirineos.

En el caso de la primera, desaparece el piso subalpino o de grandes coníferas. Por encima del bosque de hayas, a unos 1900 m. aparece el piso supraforestal, condicionado por un clima de montaña oceánica con gran importancia de las precipitaciones nivales. La vegetación se reduce a matorrales de pequeños arbustos afines a la landa atlántica, y a mayores altitudes aparece el prado alpino.

El dominio continental se extiende, según el mapa, por las tierras de la Submeseta Norte hasta el Sistema Central y el Ibérico, con dos pequeñas islas, una en el Sureste de Galicia (SE de El Bierzo) y la otra en los Montes de Toledo. Se trataría de un área de transición a la región mediterránea continental, en el que se encuentra como árbol dominante el roble denominado rebollo, quejigo o marojo (Quercus Pyrenaica), con otras plantas parecidas al de los robledales gallegos, pero en los que empiezan a aparecer encinares silíceos. Se trata de árboles de hoja marescente, que las mantienen hasta que surgen los nuevos brotes en primavera. En las zonas próximas a la Cordillera Cantábrica y a los Montes de León, el rebollo se alterna con manchas de bosque atlántico de carvallo, que ocupa los sectores bajos y las umbrías, mientras que en las zonas más meridionales, el marojo adquiere mayor importancia.

El dominio submediterráneo constituye el extremo suroriental de la región eurosiberiana. En el mapa se extiende al sur del Sistema Central, por la región central de la Submeseta Sur y asciende hacia el noreste sin sobrepasar el Sistema Ibérico, ocupando el tercio norte de la Depresión del Ebro y el sur de los Prepirineos. Presenta como característica más importante el que las especies y asociaciones vegetales sean unas de carácter eurosiberiano, las predominantes, y otras de carácter mediterráneo. En el sur de la vertiente pirenaica, la vegetación clímax es la del bosque mixto de roble pubescente y roble albar, acompañados a veces de pino silvestre y boj, como

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formaciones secundarias. En los suelos silíceos el robledal ha sido reducido por el hombre, que ha introducido el castaño en importantes sectores. En otros casos se dan matorrales que recuerdan a la landa y pastizales secos.

En gran parte de la Submeseta Norte y el Valle del Ebro, se extiende el quejigo o rebollo. A medida que aumentan las temperaturas y aparece la sequía estival, los quejigales comparten el territorio con los encinares y con los pinos negros, que predominan en las zonas más áridas.

El dominio mediterráneo interior se extiende por la región de la Submeseta Sur comprendida entre Extremadura y La Mancha, incluyendo el tercio oriental de la Depresión del Guadalquivir, y asciende hacia el noreste, extendiéndose por el Valle del Ebro y terminando en la costa catalana septentrional.

El paisaje característico es el bosque esclerófilo mediterráneo, el encinar, que está presente en casi toda la Península. Es un bosque perennifolio, adaptado a la sequía estival y cuyos árboles principales son la encina, el alcornoque y los pinos.

Al norte del río Llobregat, se extiende la asociación conocida como encinar provenzal y está acompañado por un sotobosque de madroños, lentiscos y coscojas. En zonas silíceas puede alternar con alcornoques. El área donde se da este tipo de paisaje ha sido muy alterada por el hombre y la vegetación en las zonas más bajas se ha degradado, dando lugar a una formación de matorral denso denominada garriga, con predominio de la coscoja. En las zonas aún más degradadas se desarrollan matorrales de jaras, brezos en los suelos silíceos y de romero en los calcáreos.

En la Depresión del Ebro, la zona centro-oriental de la Meseta y la Depresión del Guadalquivir, la asociación predominante es el carrascal. La carrasca es un árbol adaptado a las grandes amplitudes térmicas de esas zonas y a una aridez moderada. El área del carrascal ha sido profundamente alterada por la acción humana. Sobre todo en los sectores llanos porque ha sido sustituida por campos de cultivo donde las tierras son buenas, o la vegetación original se ha destruido y han surgido tomillares y espartales. Los tomillares son formaciones xerófilas constituidas principalmente por pequeñas matas de tomillo y otras como la genista. Son la etapa final del proceso regresivo de la vegetación forestal.

En la región del Oeste peninsular se desarrolla junto con el encinar, un área de alcornocales, que comparte características con el anterior, pero el alcornoque tiene tiene como corteza una capa gruesa de corcho y no puede desarrollarse en suelos ricos en calcio. El sotobosque de los alcornocales suele estar formado por brezos, genistas, tojos, jaras, etc.

El dominio mediterráneo, tal como lo define el mapa, se extiende por la Costa mediterránea desde Huelva hasta el río Llobregat en Cataluña. Debido al elevado grado de aridez, el encinar no puede desarrollarse y la vegetación se limita a matorrales como la maquia. Esta es una formación xerófila y presenta claros de vegetación. Se pueden distinguir diferentes áreas como la maquia oriental, el espinal murciano-almeriense, la maquia meridional y la maquia continental.

Desde el Llobregat hasta Alicante se extiende la maquia oriental, se trata de una formación densa en la que predominan especies como el acebuche, el algarrobo y el palmito.

En el sureste, en los llanos y vertientes marítimas de Murcia y Almería, entre las Cordilleras Béticas y el mar, la vegetación presenta características propias de la transición al desierto, tiene carácter extremadamente xerófilo, con plantas espinosas para evitar la transpiración. La asociación predominante serían las del palmito, el espino, el cambrón, los espárragos, etc. También especies como el araar o alerce africano, en la zona de Cartagena.

En el área comprendida entre el Estrecho de Gibraltar y Andalucía suroccidental, se desarrollan el palmito, el helecho común y varios tipos de jaras.

El dominio macaronésico se corresponde con la vegetación de las Islas Canarias. La influencia del alisio provoca la aparición de una fachada húmeda a Barlovento en las islas con suficiente altitud. En ellas se desarrollan:

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El piso basal, hasta los 500 m, está marcado por la aridez predominando especies xerófilas bien adaptadas a la aridez como chumberas, esparto, cardones y tabaibas.

El piso intermedio, hasta los 500 m, está condicionado por el descenso térmico y el aumento de la humedad. Aquí aparecen la sabina, el drago o la palmera.

En el piso termocanario hasta los 1200 m., la vegetación se adapta a las nieblas causadas por el alisio. Está constituido por dos formaciones boscosas: el bosque de laurisilva, muy denso y compuesto por más de 20 especies y el bosque de fayal brezal, resultante de la degradación de la laurisilva.

El piso canario, hasta los 2200 m, está dominado por el bosque de coníferas con en el bosque de pino canario, más resistente a la aridez y al frío.

El piso supracanario, por encima de los 2200 m, está ocupado por matorral de montaña como retamas y codesos. En las cumbres más altas se asientan especies rupícolas, como la violeta del Teide.

B. Conclusión. Como suele ocurrir con la elaboración de muchos mapas, los criterios que utilizan sus autores no tienen por qué ser los mismos que utilizan otros. En este caso, la distribución geográfica de la vegetación se ha clasificado a partir del establecimiento de subdivisiones de los dominios más grandes. El problema es que dicha clasificación no siempre es compartida por todos los miembros de la comunidad geográfica. No obstante, debido a la incesante intervención del ser humano en la naturaleza, con toda probabilidad, la vegetación natural se transformará y se degradará continuamente, alterando notablemente la situación actual de la misma.