Precedente Vinculante: Pueblo de Saramaka v

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1 Precedente vinculante: Saramaka v. Surinam de la Corte Inter-Americana de Derechos Humanos Procedente en la Consulta Previa, Conflictos, Encuentros Obligación ética del abogado de conocer la normativa e informar sus clientes indígenas Normativa diversa, rica, aplicable a obras y proyectos de todo escala Mónica Yriart Abogada uruguaya, especializada en Derecho Constitucional, Derechos Humanos, Derechos de los Pueblos Indígenas y Antropología. Juris Doctor, George Washington University School of Law, EE. UU.; Bachelor of Arts, Anthropology, Swarthmore College, EE. UU. I. Introducción El 28 de noviembre de 2007, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) estableció una serie de normas fundadas en el derecho de los pueblos indígenas y tribales de“otorgar o abstenerse de otorgar su consentimiento previo, libre e informado, respecto de los proyectos de desarrollo o inversión que puedan afectar su territorio”. 1 La Corte elaboró un preciso e intelectualmente sutil sistema de normas interdependientes en su sentencia de 2007 y en una sentencia interpretativa, del 12 de agosto de 2008, que clarificó el “sentido y alcance” de los principios contenidos en la primera decisión. 2 El presente trabajo es producto de un detallado estudio de las dos sentencias y otras fuentes interamericanas. Presenta normas poco vistas que están claramente sentadas en la jurisprudencia. Estas implican que la gran mayoría de intervenciones en territorios indígenas deben de ser analizadas a la luz de la jurisprudencia de Saramaka. Se han documentado las investigaciones minuciosamente en las notas de pie para que la extensiva jurisprudencia de Saramaka, que tiene implicancias vastas para los pueblos indígenas, esté más al alcance, y para que la 1 Caso del Pueblo Saramaka. vs. Surinam. (Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas.) Corte IDH, 28 de noviembre de 2007. (“Sentencia Saramaka), párrs. 192, 194 (a) (d), Puntos Resolutivos 5, 8. 2 Caso del Pueblo Saramaka. vs. Surinam. (Interpretación de la sentencia de excepciones preliminares, fondo, reparaciones y costas.) Corte IDH, Sentencia de 12 de agosto de 2008 (“Sentencia Interpretativa”).

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Precedente Vinculante: Pueblo de Saramaka vPrecedente vinculante: Saramaka v. Surinam de la Corte Inter-Americana de Derechos Humanos
Procedente en la Consulta Previa, Conflictos, Encuentros
Obligación ética del abogado de conocer la normativa e informar sus clientes indígenas
Normativa diversa, rica, aplicable a obras y proyectos de todo escala
Mónica Yriart
Pueblos Indígenas y Antropología. Juris Doctor, George Washington University School of Law, EE. UU.;
Bachelor of Arts, Anthropology, Swarthmore College, EE. UU.
I. Introducción
El 28 de noviembre de 2007, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) estableció una
serie de normas fundadas en el derecho de los pueblos indígenas y tribales de…
“otorgar o abstenerse de otorgar su consentimiento previo, libre e informado, respecto de
los proyectos de desarrollo o inversión que puedan afectar su territorio”. 1
La Corte elaboró un preciso e intelectualmente sutil sistema de normas interdependientes en su sentencia
de 2007 y en una sentencia interpretativa, del 12 de agosto de 2008, que clarificó el “sentido y alcance”
de los principios contenidos en la primera decisión.2 El presente trabajo es producto de un detallado
estudio de las dos sentencias y otras fuentes interamericanas. Presenta normas poco vistas que están
claramente sentadas en la jurisprudencia. Estas implican que la gran mayoría de intervenciones en
territorios indígenas deben de ser analizadas a la luz de la jurisprudencia de Saramaka. Se han
documentado las investigaciones minuciosamente en las notas de pie para que la extensiva jurisprudencia
de Saramaka, que tiene implicancias vastas para los pueblos indígenas, esté más al alcance, y para que la
1 Caso del Pueblo Saramaka. vs. Surinam. (Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas.) Corte IDH, 28 de noviembre de 2007. (“Sentencia Saramaka”), párrs. 192, 194 (a) (d), Puntos Resolutivos 5, 8.
2 Caso del Pueblo Saramaka. vs. Surinam. (Interpretación de la sentencia de excepciones preliminares, fondo, reparaciones y costas.) Corte IDH, Sentencia de 12 de agosto de 2008 (“Sentencia Interpretativa”).
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normativa deslindada aquí pueda ser comparada con los textos originales. Se sugiere que la no
implementación de estas normas es parte de la catastrófica eliminación y degradación de territorios
indígenas. Frente a un estado que sistemáticamente, a través de todos de sus poderes, actúa con el fin de
privar de este derecho a todos los pueblos indígenas del país, creando una brecha en el estado de derecho,
se necesita que las fuerzas diplomáticas internacionales den visibilidad al proceso para dar vigencia
efectiva al derecho aquí tratado. Ver sobre este punto la discusión en el trabajo señalado en la nota de
pié.3 Sobre el asunto de territorios carentes de demarcación y título, véase infra, sección IV. 3.
1. Código de Ética del Abogado del Colegio de Abogados del Perú: el deber de informar sobre los
derechos, el deber de defender los derechos, el deber de consolidar el estado de derecho
El contenido de Saramaka en su totalidad es poco conocido. Su normativa protectora es más rica y
diversa de lo que reflejan las citas y descripciones del caso normalmente. Con escasas excepciones, sus
normas no son aplicadas. Los pueblos indígenas, y a fortiori, los representados por asesoría legal, tienen
el derecho de ser informados explícitamente sobre todos los derechos que puedan tener aplicación en sus
casos. Tienen el derecho de que estos, con su permiso, sean promovidos y defendidos. Ocultar el derecho
al consentimiento, donde aplica sería un problema con implicancias muy profundas. Los primeros
principios del Código de Ética del Abogado del Colegio de Abogados del Perú, requieren que “en la
defensa del interés del cliente, el abogado, debe mantenerse actualizado en cuanto al conocimiento del
derecho, principalmente en el área de su especialidad”. El derecho al consentimiento, en la práctica,
significaría la diferencia entre salvaguardar o perder o destruir territorios ancestrales. El perjuicio a las
comunidades indígenas en juego es incalculable. Por ende, el cumplimiento los deberes éticos del
abogado es un asunto muy grave. El abogado tiene la obligación ética de “mantenerse informado al
cliente de todo asunto importante que surja en el desarrollo del patrocinio”. El abogado está prohibido a
preferir sus intereses ideológicos o políticos a los derechos de sus clientes. O sea, no puede preferir la
consulta sobre el consentimiento, por razones políticas o filosóficas, y corresponden las reglas sobre
conflicto de interés cuando el abogado vela por intereses o valores adversos a los derechos de su cliente
durante su representación de él. El abogado también el deber ético de impulsar “la consolidación del
estado de derecho” cuando el estado está fallando en este sentido.4 Los dos casos Saramaka enseñan en
3 Mónica Yriart, Urge concertar acciones a favor del derecho al consentimiento previo, libre e informado (El derecho al consentimiento previo, libre e informado: La necesidad de acción concertada) Servicios en Comunicación Intercultural Servindi, 19 de marzo 2015, http://servindi.org/actualidad/125551, págs. 4-8. Monica Yriart, Indigenous Peoples Right to Free, Prior and Informed Consent: The Peruvian case, Global Policy Forum (GPF), May 28 2015, https://www.globalpolicy.org/component/content/article/270-general/52768-indigenous-peoples-right-to-free-prior-and- informed-consent-the-peruvian-case.html 4 Código de Ética del Abogado, Junta de decano de los colegios de abogados del Perú, 2013, artículos 3, 4; 8, 9, 14, 28, 29, 38- 44.
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una lectura completa que casi todos los conflictos socio-ambientales significativas indígenas dan lugar a
uno u otro de sus normas que dan procedencia al derecho al consentimiento. Todo conflicto debe de ser
analizado para determinar su estatus relativo a Saramaka. Esto es una obligación, en nuestra opinión, que
surge del “conocimiento del derecho, principalmente en el área de su especialidad.”
Los pueblos indígenas de Perú, tratándose de Consultas Previas o en Conflictos o Encuentros Territoriales
tienen el derecho de ser plenamente informados sobre el derecho al consentimiento libre, previo, e
informado. Como se demuestre en este estudio, casi toda ocasión de esta índole merece por lo menos un
análisis para determinar si procede el derecho al consentimiento. Una omisión en esta labor por los
abogados es una violación de los derechos humanos de los pueblos indígenas.
La normativa de Saramaka forma “parte del derecho nacional” 5 en el Perú y, por ende, de la estructura
integral del estado de derecho. Los artículos 88 y 89 de la Constitución Política de 1993 garantizan a
los pueblos indígenas “el derecho de propiedad sobre la tierra” y que ellos sean “autónomos [en] el uso
y la libre disposición de sus … tierras”, respectivamente.
La jurisprudencia de Saramaka tiene puntos de conexión directos con los derechos constitucionales
indicados, por ejemplo, el derecho interamericano al “uso y goce permanente de dicha tierra
[indígena]”6 y a “la permanencia del control y uso de los recursos naturales” en los territorios
indígenas.7 Tratándose de la misma materia, es obligatorio, en Perú, interpretar estos derechos
constitucionales de acuerdo a la Convención Americana de Derechos Humanos (CADH), interpretada
por la Corte IDH. Los derechos de Saramaka radican en el artículo 21 (el derecho a la propiedad), y el
artículo 1.1 (el deber del estado de garantizar el libre y pleno ejercicio de los derechos de la Convención
Americana).8 El Tribunal Constitucional (TC) del Perú ha sostenido una jurisprudencia constante, incluso
en precedente vinculante,9 que “[L]as sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos son
vinculantes para todos los poderes públicos…”10 Esto, dice el TC, es “por imperio del canon
constitucional”.11
5 Artículo 55, Disposición Final y Transitoria Cuarta, Constitución Política del Perú de 1993 (Const. Perú 1993). 6 Sentencia Saramaka, párr. 115. 7 Ibid., párrs. 122, 115. 8 Disposición Final y Transitoria Cuarta, Const. Perú 1993; Artículo V, VII Código Procesal Constitucional, Ley Nº 28237, Promulgado 28-05-2004, El Peruano 31-05-2004. 9 Caso Miguel Cornelio Piura EXP. N.° 3771-2004-HC/TC, Recurso Extraordinario, Hábeas Corpus, 29 de diciembre de 2004, Fundamentos 3, 4. Pedro Andrés Lizana Puelles c/ Corte Superior de Justicia de Piura, Amparo , EXP. N.° 5854-2005-PA/TC, Tribunal Consitucional de Perú, 8 nov. 2005, Fundamentos, 35. 10 Caso Colegio de Abogados Del Callao c. Congreso de la República, N. ° 007-2007-PI/TC, 19 de junio Del 2007, Tribunal Constitucional de Perú. Fundamentos, 36. 11 Ibid., Fundamentos 12, 14.
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II. La normativa de Saramaka, y su derecho al consentimiento
1. Tipología de las normas en la jurisprudencia de Saramaka vs. Surinam
La normativa de Saramaka y su derecho al consentimiento tienen una cualidad abierta y una procedencia
con respecto a una variedad de tipos de represión de los pueblos indígenas por razones de provecho
económico. Los desplazamientos,12 el almacenamiento o el desecho de materiales tóxicos,13 y la presencia
de fuerzas militares en los territorios,14 que dan lugar al consentimiento a través de otros instrumentos,
son todos plenamente consistentes con el derecho al consentimiento de acuerdo a la estructura de la
normativa del Saramaka, pero no son presentados en una lista taxativa en el caso, si no que están sujetos
a su matriz de criterios. Sin embargo, la Corte considera “otros tratados” y “otros instrumentos” de
derechos humanos como fuentes legítimas del corpus juris que informa su jurisprudencia, y de derechos
no derogables en los casos en que aplica el principio pro homine.15
Saramaka establece un claro énfasis sobre la vinculación entre “proyectos de gran escala” y el derecho al
consentimiento libre, previo e informado.16 Consideramos argumentos sobre si esta asociación es per se, o
si constituye una fuerte presunción, o si requiere el mismo análisis y pruebas que requieren otros
categorías de proyectos que indica la Corte que no son de “grande escala” pero que sí dan procedencia al
derecho al consentimiento. El punto de vista mejor apoyado por la jurisprudencia es que el tratamiento de
los proyectos de “gran escala” combinan una presunción de que el consentimiento es obligatorio, con el
requisito de analizar si la “supervivencia cultural, económica y social” de un pueblo es vulnerado.
La Corte analiza cuatro concesiones madereras que, a pesar de no ser denominadas explícitamente “de
grande escala,” dan lugar a la implicancia de que lo son, dado el “daño masivo en un área sustancial del
12 Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes, Ratificación por Resolución Legislativa N.° 26253 de 1992, El Peruano, 5 de diciembre de 1993 (Convenio 169 del OIT) art. 16.2: Declaración de las Naciones Unidas de los Derechos de los Pueblos Indígenas, A/RES/61/295, voto de aprobación por Perú, 13 de septiembre de 2007 (DNUDPI) art. 10.
13 Artículo 29.2 DNUDPI. 14 Ibid, Artículo 30. 15 Artículo 29(b) CADH: Corte IDH, Opinión Consultiva OC-16/99, Solicitada por los Estados Unidos Mexicanos, El derecho a la información sobre la asistencia consular en el marco de las garantías del debido proceso legal. 1 de octubre de 1999, párrs. 114, 115; Corte IDH, Opinión Consultiva OC-1/82, Solicitada por el Perú,“Otros tratados” objeto de la función consultativa de la Corte, párrs. 9, 14-18.
16 Sentencia Saramaka, párrs. 134-137.
5
bosque del pueblo Saramaka y en las funciones ecológicas y culturales que ésta proporcionaba.”17 De
esta manera, la capacidad de “sobrevivir social, cultural, y económicamente”18 de los Saramakas fue
lesionada. Esto es un estándar decisorio con respecto a la permisividad de un proyecto o la procedencia
del derecho al consentimiento en circunstancias definidas.19 Cuando la capacidad de un pueblo indígena
o tribal de sobrevivir de acuerdo a su modo de vida tradicional, considerado íntegramente en todas sus
dimensiones físicas y culturales, es amenazado o perjudicado, surge, de acuerdo a la normativa del caso,
la prohibición del proyecto propuesto y/o el derecho al consentimiento.
La Corte también analiza minería aurífera, que denomina de “pequeña escala”. 20 La Corte enfatiza que
se requiere usar “el mismo análisis” que se usó para las concesiones madereras “o cualquier otra
concesión” en territorio de los Saramakas. La Corte observa:
“que toda actividad de exploración o extracción en el territorio Saramaka podría afectar, a
mayor o menor grado, el uso y goce de algún recurso natural utilizado tradicionalmente
para la subsistencia de los Saramakas,”21 (énfasis es nuestra).
Antes de analizar la normativa sobre proyectos de gran escala, nos detenemos a estudiar una colección de
reglas independientes que cruzan las fronteras de “escalas” o “tipo” de proyectos, pero de los cuales
procede directa y textualmente el derecho al consentimiento. Estas normas olvidadas son poderosas y
vitales para la “supervivencia cultural, económica y social” 22 de los pueblos indígenas.
Su conocimiento y utilización por los pueblos indígenas y sus asesores podrían contribuir a evitar nada
menor que catástrofes jurídicas y humanas para el movimiento indígena. Son herramientas que deben ser
activadas lo antes posible para evitar daños irreparables. Obviamente esto involucraría actos de resistencia
frente al estado, y no se minimiza la seriedad de esto. Pero el derecho de elegir esta vía corresponden a los
pueblos indígenas., siendo ellos plenamente informados. Es una vía jurídica. Sería una contribución legal
a otros medios de resistencia democráticas. Detallamos, abajo, como el asunto de territorios sin título, en
vez de presentar un obstáculo, crea una oportunidad de inmensa importancia.
17Ibid., párr. 150. 18 Sentencia Saramaka, párr. 121; Sentencia Interpretativa, párr. 37. 19 Sentencia Saramaka, párrs. 86, 90, 91, 93, 95,120, 121, 123, 126, 130, 131, 135, 145, 148, 155, 178, 194 (e), Puntos Resolutivos 7, 9; Sentencia Interpretativa, párrs. 32, 38, 40. 20 Sentencia Saramaka, párr. 156; Sentencia Interpretativa, párr. 54. 21Sentencia Saramaka, párr. 156. 22 Sentencia Saramaka, párr. 121; Sentencia Interpretativa, párr. 37.
6
La Corte en Saramaka sienta cuatro normas, o reglas, confiriéndoles un estatus independiente. Estas
normas las denominamos derechos “transversales” dado su alcance, brindando el derecho al
consentimiento, con respecto a “actos” “planes” y “proyectos” sin condición de que estos sean de una
escala indicada o sean de cualquier índole específica. Por ende, siempre son potencialmente aplicables en
cualquier proyecto de cualquier entidad o parte, grande, mediana o pequeña.
Estos derechos surgen: (1) de la existencia de riesgos ambientales o de salubridad (2) de medidas que
afectan actividades económicas con significado cultural (3) de actos que afectan el uso y goce de un
territorio previa su debida demarcación y titulación, (4) de proyectos que puedan provocar un alto nivel
de impacto sobre los territorios y/o recursos de pueblos indígena. Son herramientas listas y útiles,
ligadas directa y textualmente al derecho al consentimiento libre, previo e informado. Son aplicables a
una gran variedad de imposiciones estatales o por terceros sobre territorios indígenas.
Notamos una salvedad, para utilizar la mejor y mayor cautela práctica. Estas cuatro normas (con la
excepción de la número 3), a pesar de su relación expresa e independiente al derecho al consentimiento
de las mismas, respectivamente, no definen propiamente cuál es el nivel de interferencia en las vidas
indígenas o del daño inminente o actual a sus territorios o recursos que se requiere para establecer una
infracción de cualquiera de ellas.
En este sentido, las reglas podrían ser vistas como ligadas a la norma principal de la jurisprudencia. La
norma rectora del caso “garantiza la supervivencia cultural, económica y social” de pueblos indígenas.23
Por ende, cuando se cumple con los requisitos de uno de los derechos “transversales”, es aconsejable
añadir, además, documentación del actual o inminente daño a las actividades culturales del grupo y sus
descendientes, daño espiritual, a la estructura económica tradicional, al modo de vida tradicional, o a la
estructura social, o a la salud, o al territorio y recursos que forman parte de la vida tradicional integral.
Estos elementos corresponden nítidamente a estas normas independientes, y satisfacen el criterio
definitivo, indiscutible, y dispositivo de la jurisprudencia.
Antes de analizar los cuatro derechos “transversales”, cabe aclarar vocablos centrales utilizados por la
Corte para calificar “actividades” “planes” y “proyectos” de “inversión y desarrollo”.
23 Sentencia Saramaka, párr. 121; Sentencia Interpretativa, párr. 37.
7
III. La definición de “planes” y “proyectos” “de inversión o desarrollo”
El derecho, y añadimos, en nuestra opinión, el poder indígena que sienta la Corte, es el…
“derecho de otorgar o abstenerse de otorgar su consentimiento previo, libre e informado,
respecto de los proyectos de desarrollo o inversión que puedan afectar su territorio”.24 (El
énfasis es nuestro.)
Ahora bien, ni la sentencia original ni la interpretativa definen lo que es un “proyecto de desarrollo o
inversión de grande escala”. El derecho citado arriba se refiere únicamente a “proyectos de desarrollo o
inversión” sin mencionar ninguna calificación sobre escala. Este concepto sí es esmeradamente definido
en el caso Saramaka y luego indicado en la sentencia interpretativa.
“Al utilizar el término (plan de desarrollo o inversión) la Corte supone cualquier
actividad que pueda afectar la integridad de las tierras y recursos naturales dentro del
territorio Saramaka, en particular, cualquier propuesta relacionada con concesiones
madereras o mineras”.25 (Los paréntesis son originales.)
En la definición anterior, la frase “plan de inversión o desarrollo” se refiere tanto a las concesiones
madereras que causaron “daños masivos” a los bosques, como a las concesiones mineras auríferas,
denominadas de “pequeña escala” por la Corte. 26 Un examen de las sentencias, leídas en su extensión,
demuestra sin dar lugar a duda, que los vocablos “plan” y “proyecto” (y “actividad” inclusive) son
usados intercambiablemente, y ocupan el mismo lugar jurídico en la estructura decisoria del caso. Los
términos son usados para referirse a proyectos futuros y presentes, en la gama de sus fases, y con respecto
a conceptos abstractos de la jurisprudencia. 27
Entonces, de la definición explícita que proporciona la Corte, sabemos que el uso de “planes de
desarrollo e inversión”, o “proyectos de desarrollo e inversión”, sin calificación de escala, no es casual.
Cuando la escala no es indicada:
24 Sentencia Saramaka, párr. 192, 194 (a) (d), Puntos Resolutivos 5, 8; Sentencia Interpretativa, párrs. 16 n.9, 56. 25 Sentencia Saramaka, párr. 129 n. 124; Sentencia Interpretativa, párr. 52. 26 Sentencia Saramaka, párrs. 129 n. 124, 156. 27 Uso de la frase “planes de desarrollo o inversión”, Sentencia Saramaka, párrs. 129, 133, 134, 136-138, 140; Uso de la frase “proyectos de desarrollo o inversión”, Sentencia Saramaka, párrs. 135, 140, 143, 192, 194 (d) (e), 201, 208, Punto Resolutivo 8; Uso del vocablo “actividades” para designar proyectos y planes de inversión o desarrollo; Sentencia Saramaka, párrs. 126, 131, 150, 155,158, 192, 194 (f), 199.
8
“[L]a Corte supone cualquier actividad que pueda afectar la integridad de las tierras y
recursos naturales dentro del territorio Saramaka”.28
Este elemento de la estructura de la normativa del caso Saramaka aclara la naturaleza
“transversal” de los cuatro derechos indicados en la próxima sección, y otras normas y órdenes
que surgen de la jurisprudencia.
IV. Normas transversales que crean el derecho al consentimiento independientemente de la
escala de proyecto
Una lectura atenta del caso Saramaka revela cuatro normas autoestables. Las denominamos normas
“transversales” por ser reglas independientes, de las cuales procede el derecho al consentimiento
textualmente, y que se aplican a “planes” y “proyectos” y “actividades” libres de barrera de escala o tipo
de una obra.
Sin embargo, nos referimos a la advertencia que indica que para demostrar un nivel nocivo impermisible,
inminente o actual, consecuente de la brecha estatal de una de estas normas, es aconsejable mostrar,
posibles o reales perjuicios a la “supervivencia cultural, económica y social” de los pueblos indígenas.
Ver infra sección VI. 3.
Normas transversales:
1. La presentación de posibles riesgos ambientales o de salubridad
2. Medidas que alteran actividades económicas con significado cultural
3. Hasta que no se lleve a cabo la demarcación y otorgamiento de título, actos que puedan
afectar la existencia, valor, uso o goce del territorio

1. La presentación de posibles riesgos ambientales o de salubridad
Los pueblos indígenas no solo tienen el derecho de participar en la elaboración de un Estudio de Impacto
28 Sentencia Saramaka, párr. 129 n. 124; Sentencia Interpretativa, párr. 52.
9
Ambiental y Social (EISA); tienen el derecho de otorgar o abstenerse de otorgar su consentimiento
relativo a los riesgos ambientales y de salubridad que revela tal estudio.29 Tal estudio debe ser realizado
mediante entidades técnicamente capacitadas e independientes y, con la participación del pueblo indígena,
previo al otorgamiento de concesiones. 30
Esta norma está establecida en el párrafo primordial 133 de la sentencia Saramaka de 2007. Se repite en
las medidas de reparación del párrafo 194 (e), los órdenes en los Puntos Resolutivos 5 y 9 del caso, y
luego en el párrafo 41 de las consideraciones de la sentencia de 2008. En 2012 se repite la norma en la
sentencia de la Corte IDH, El Pueblo Kichwa Sarayaku vs. Ecuador.31 El párrafo 133 utiliza la frase,
“planes de desarrollo o inversión” definida explícitamente por la Corte (véase, supra, sección III)
como, “cualquier actividad que pueda afectar la integridad de las tierras y recursos naturales dentro
del territorio” de grande a pequeña escala. 32 El párrafo 133 es el primer apartado en la sentencia bajo
el título “E.2. a) Derecho a ser consultado y, en su caso, la obligación de obtener consentimiento”,
y sienta su principio o eje fundamental antes de que la Corte aborde el tema de “proyectos de grande
escala”.
Reza el párrafo 133:
“Primero, la Corte ha manifestado que al garantizar la participación efectiva de los
integrantes del pueblo Saramaka en los planes de desarrollo o inversión dentro de su
territorio, el Estado tiene el deber de consultar, activamente, con dicha comunidad,
según sus costumbres y tradiciones … El Estado, asimismo, debe asegurarse que los
miembros del pueblo Saramaka tengan conocimiento de los posibles riesgos, incluido
los riesgos ambientales y de salubridad, a fin de que acepten el plan de
desarrollo o inversión propuesto con conocimiento y de forma voluntaria”. (El
énfasis es nuestro.)
El párrafo 41 de la sentencia interpretativa de 2008 y el párrafo 205 de Sarayaku vs. Ecuador de 2012,
presentan el principio en una voz:
29 Sentencia Saramaka, párr. 133. 30 Ibid, párr. 129. 31Sentencia Saramaka, párrs. 129, 133, 194 (e), Puntos Resolutivos 5, 9; Sentencia Interpretativa, párr. 41; Sarayaku v. Ecuador, párr. 205.
32 Sentencia Saramaka, párr. 129 n. 124; Sentencia interpretativa, párr. 52.
10
“El objetivo de los EISA no es sólo tener alguna medida objetiva del posible
impacto sobre la tierra y las personas, sino también, como se señaló en el párrafo 133
de la Sentencia [Saramaka], “asegura[r] que los miembros del pueblo Saramaka
tengan conocimiento de los posibles riesgos, incluidos los riesgos ambientales y de
salubridad, a fin de que acepten el plan de desarrollo o inversión propuesto con
conocimiento y de forma voluntaria”. 33
El caso Sarayaku, en discusiones generales sobre la naturaleza de la participación indígena nos
refiere a metodología para realizar el derecho al consentimiento en el “Informe del seminario
internacional sobre metodologías relativas al consentimiento libre, previo e informado y los pueblos
indígenas,” proveniente del Consejo Económico y Social de la ONU,34 autoridad interpretativa del
Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, que está jurídicamente vigente
en el Perú.35
La norma del artículo 133 del caso Saramaka armoniza con la prohibición del almacenamiento o
desecho de tóxicos sin el consentimiento del pueblo establecido en el Artículo 29.2 de la DNUDPI.36
a. El elemento de consentimiento libre, previo e informado es parte del proceso de la
participación indígena en el EISA
Entonces, se establece claramente que el elemento de consentimiento libre, previo e informado es
parte del proceso de la participación indígena en el EISA.
Esto es fundamental, de implicancia muy extensa.
Desde el punto de vista ético, es obvio que esta regla sería una pieza fija e independiente en el
marco normativo del caso Saramaka. Es una premisa moral universal.
33 Sarayaku v. Ecuador, párr. 205; Sentencia Interpretativa, párr. 41.
34 Naciones Unidas, Consejo Económico y Social, Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas, Informe del Seminario internacional sobre metodologías relativas al consentimiento libre, previo e informado y los pueblos indígenas, E/C.19/2005/3, 17 de febrero de 2005. 35 Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC), Adoptado y abierto a la firma, ratificación y adhesión por la Asamblea General en su resolución 2200 A (XXI), de 19 de diciembre de 1966. Para el Perú: Aprobado por Decreto Ley N° 22129 de 28 de marzo de 1978. Instrumento de adhesión de 12 de abril de 1978. Depositado el 28 de abril de 1978. Fecha de entrada en vigencia el 28 de julio de 1978. Sobre el derecho a la auto determinación en el uso y goce de territorios indígenas y sus recursos en el marco del PIDESC, véase, Sentencia Saramaka párr. 93. 36 Véase supra, sección II. n. 13.
11
En toda clase de encuentros o conflictos territoriales con efectos ambientales o de salubridad, los
pueblos indígenas pueden referirse y/o recurrir a este derecho.

Sobre este punto, cabe notar un importante precedente establecido en el Perú sobre el principio de
participación de los pueblos indígenas en la elaboración del Estudio de Impacto Ambiental (EIA) en
el proceso de la consulta previa. Se trata de una consulta en curso que concluyó una etapa de
diálogo inicial el 22 de septiembre de 2015. Trata de un proyecto de gran escala, denominado la
“Hidrovía Amazónica”, que propone, entre otras cosas, el dragado de los ríos amazónicos Marañón,
Huallaga, Amazonas y Ucayali, los cuales son primordiales elementos territoriales de importancia
cultural, económica, social y espiritual para un número de comunidades étnicas indígenas. El
objetivo es convertir los ríos en pistas de tráfico fluvial de alta velocidad, volumen, y estatura.
El Instituto de Defensa Legal (IDL) entre otras ONG (DAR, IDLADS, y CAAAP) fueron asesores de
las comunidades nativas y sus federaciones, incluso el pueblo nativo Kukama, y la Asociación
Cocama de Desarrollo y Conservación de San Pablo de Tipishka (ACODECOSPAT) entre otros.
Lograron acuerdos vinculantes reconocidos por el Ministro de Transporte y Comunicaciones
(MTC), la Agencia de la Promoción de la Inversión Privada – Perú (ProInversión) y el Ministerio de
Cultura (MINCU). 37
Estos comprenden el compromiso de consultar con los pueblos sobre el EIA si es que se encuentran
impactos significativos, y establecen un programa de monitoreo y vigilancia indígena independiente,
con respecto a este. Se establece la consulta informada sobre el EIA, la cual consiste en el derecho
de los pueblos a decidir, luego de conocer todos los impactos del proyecto. En este caso, el gobierno
ha reconocido la posibilidad de una segunda consulta luego de conocer los resultados del EIA. Pero
en adición, y de suma importancia, el Estado ha reconocido, que no tiene que esperar que acabe el
EIA para presentárselo a los pueblos indígenas, sino que ha admitido su participación en el proceso
de elaboración de los EIA, aceptando la participación de sabios indígenas en el equipo encargado de
hacer el EIA. Se estima que en los futuros proyectos de infraestructura que el Estado planea no
podrá ignorar las reglas que este proceso de consulta ha realizado, y en tal sentido se ha creado un
37 Juan Carlos Ruiz Molleda, ¿Éxito completo, parcial o fracaso? Balance preliminar de la consulta del Proyecto Hidrovías, 25 septiembre 2015, Servicios en Comunicación Intercultural: Servindi, http://servindi.org/actualidad/140111#more-140111
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precedente importante.38
Sin embargo, un estudio de información accesible públicamente sobre este caso sugiere que los ríos
son centrales para la supervivencia cultural, económico y social de un número de pueblos indígenas,
y que no solo el dragado de los ríos, que tendrá impactos ambientales fuertes, pero el eventual
ocupación de los ríos por mucho tráfico de alta velocidad, vulnerará dicha supervivencia integral.
Por ende parece que corresponde el derecho al consentimiento, que puede surgir en el contexto de
participación en el desarrollo del EIA. Los pueblos tienen el derecho de ser informados plenamente
de los posibilidades y desempeños necesarios.
b. El nivel del impacto nocivo registrado por el EISA
Como se ha indicado en la sección anterior, supra, secciones IV.1, IV.2, la norma de párr. 133 no
indica de qué nivel de riesgo procede el derecho al consentimiento. Empero, la Corte interpretativa
indica:
“[E]l principal criterio con el cual se deben analizar los resultados de los EISA es que el
nivel de impacto no niegue la capacidad de los miembros del pueblo Saramaka a
sobrevivir como un pueblo tribal”.39
Esta frase se refiere a la norma central del caso, que como constatamos, es utilizada
intercambiablemente con la frase, lesionar la “supervivencia cultural, económica y social” de un
pueblo indígena, y produce el resultado de prohibir un proyecto o requerir que los pueblos indígenas
afectados otorguen su consentimiento para permitirlo. Véase infra, secciones V, VII.3, VII.4, VII.B,
VIII.
2. Medidas que alteran actividades económicas con significado cultural
Este derecho surge de la sentencia de 2007 en su discusión del contenido de la norma medular
que prohíbe la denegación de la “supervivencia cultural, económica y social” 40 de un pueblo
indígena. La salvaguarda de los artículos 21 y 1.1 de la CADH, aseveran que:
38Ruiz Molleda, supra n. 37. 39 Sentencia Interpretativa, párr. 43. 40 Sentencia Saramaka, párrs. 86, 90, 91, 93, 95,120, 121, 123, 126, 130, 131, 135, 145, 148, 155, 178, 194 (e), Puntos Resolutivos 7, 9; Sentencia Interpretativa, párrs. 32, 38, 40.
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“[…] el objetivo y el fin de las medidas requeridas en nombre de los miembros de los
pueblos indígenas y tribales es garantizar que podrán continuar viviendo su modo de vida
tradicional y que su identidad cultural, estructura social, sistema económico, costumbres,
creencias y tradiciones distintivas serán respetadas, garantizadas y protegidas por los
Estados”.41
En este contexto de protección, la Corte, en el apartado 129 del caso Saramaka, reconoce la
posibilidad de una “aceptación” voluntaria por parte de pueblos “de las medidas que afecten o
interfieran con las actividades económicas con significado cultural”. Esto es siempre que “han tenido
la oportunidad de participar en el proceso de la toma de decisión en relación con dichas medidas” y
“si continuarán beneficiándose de su economía tradicional”. 42 Esta norma independiente se enfoca
clara y textualmente en la afectación de medidas y sin mencionar las características del proyecto que
causa tales efectos.
El uso del vocablo “aceptación” no podría significar otra cosa que un requisito de “consentimiento”,
lo cual es subrayado en la correspondiente nota de pie n. 125.43
Lo que nos dice este apartado es que no se puede interferir “con las actividades económicas con
significado cultural” sin la “aceptación” y “consentimiento” del pueblo indígena. Esto es otro
estándar independiente con alcance transversal. Empero, la norma es totalmente consistente y ofrece
la manera de implementar la garantía central de que no se puede perjudicar la “subsistencia cultural,
económica y social” de los pueblos indígenas en ausencia de su consentimiento.
3. Hasta tanto no se lleve a cabo [la] delimitación, demarcación u otorgamiento de título
colectivo respecto del territorio Saramaka, Surinam debe abstenerse de realizar actos que
podrían dar lugar a que agentes del propio Estado o terceros, actuando con
consentimiento o tolerancia del Estado, puedan afectar la existencia, valor, uso o goce del
territorio al cual tienen derecho los integrantes del pueblo Saramaka, a menos que el
Estado obtenga el consentimiento previo, libre e informado de dicho pueblo. 44
41 Sentencia Saramaka, párr. 121; Sentencia Interpretativa, párr. 32. 42 Sentencia Saramaka ,párr. 130 43 Ibid, , párr. 130, n. 125. 44 Sentencia Saramaka, párrs. 194 (a), Punto Resolutivo 5; Sentencia Interpretativa , párr. 56; Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Derechos de los pueblos indígenas y tribales sobre sus tierras ancestrales y recursos naturales:
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Esto es un derecho de enorme consecuencia. Es el derecho fundamental de personas y pueblos
indígenas de conocer y utilizar este derecho, y de que su asesoría jurídica lo defienda.
a. La importancia de autodemarcación de territorios a base de los conocimientos tradicionales
Este derecho subraya el importantísimo trabajo que llevan, y han llevado a cabo, algunas
comunidades indígenas, de demarcar sus propios territorios tradicionales de acuerdo a estándares de
derechos humanos internacionales. Aún cuando se reconoce que este proceso puede ser social,
político, histórica y técnicamente complejo, se sugiere que esto no debe obstaculizar el goce pleno
del derecho al consentimiento libre, previo e informado.
Los pueblos indígenas conocen cuales son los territorios que habitan y usan tradicionalmente para
mantener su supervivencia cultural, económica y social. Una autodemarcación preliminar puede
estar seguida de una técnica cuando esta sea conveniente. Los territorios que traslapan entre distintos
pueblos son reconocidos en el derecho.45 En cuanto a terceros invasores o instalados, “la
subsistencia física y cultural del pueblo” tiene precedencia sobre “derechos de propiedad privada”. Estos
últimos, según derechos humanos internacionales pueden ser “restringidos”.46 Por ende, los territorios
ocupados por terceros no deben ser excluidos de una demarcación, llevado a cabo de tal forma que los
pueblos puedan “continuar viviendo su modo de vida tradicional y que su identidad cultural,
estructura social, sistema económico, costumbres, creencias y tradiciones distintivas serán respetadas,
garantizadas y protegidas”,47 y, además para que mantengan “la permanencia del control y uso de los
recursos naturales”.48 El estándar analizado en esta sección contundentemente prohíbe actividades
estatales en territorios sin títulos jurídicamente correctos, y requiere que el estado no permita la
presencia de terceros.49
La Corte IDH y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) han reiterado que el
“derecho al consentimiento libre, previo e informado” es una precondición a la aprobación de
Normas y jurisprudencia del Sistema Interamericano de Derechos Humanos, OEA/Ser.L/V/II. Doc. 56/09, (CIDH 2009) párr. 103. 45 CIDH 2009, supra n. 44, párr. 115. 46 Sentencia Saramaka, párr. 157. CIDH 2009, supra n. 44, párrs. 113- 115, F. Seguridad efectiva frente a reclamos o actos de terceros, et seq. 47Sentencia Interpretativa, párr. 38. 48 Sentencia Saramaka, párrs. 115, 122. 49 Sentencia Saramaka, párrs. 194 (a), Punto Resolutivo 5; Sentencia Interpretativa , párr. 56: CIDH 2009, supra n. 44, párr. 103.
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cualquier “tipo de actividades de desarrollo o inversión” a falta de “la demarcación u otorgamiento
de título” en territorios indígenas y tribales. La norma se dio en el caso de la CIDH, Mayas del
Distrito de Toledo (Belice) de 2004.50 Surgió como norma pro futuro las dos sentencias de Saramaka de
2007 y 2008.51 En 2009-2010 surgió como párrafo 103 en una recopilación oficial de normas y doctrina
Interamericanas sobre territorios indígenas.52
Interpretando el “sentido y alcance” de las disposiciones de la sentencia de Saramaka de 2007, la
Corte interpretativa de 2008, demuestra la universalidad de aplicación de la norma. Declara en el
párrafo 55:
[E]l Tribunal reitera que, en el proceso de otorgamiento de concesiones que estén
dentro o que afecten el territorio Saramaka, o cualquier otro territorio indígena o tribal,
el Estado tiene el deber de cumplir con sus obligaciones bajo la Convención
Americana y conforme a lo interpretado por la Corte en su jurisprudencia,
particularmente a la luz del Caso del Pueblo Saramaka y de otros casos …v (El
énfasis es nuestro)
“En ese sentido, la Corte observa que […],
[h]asta tanto no se lleve a cabo [la] delimitación, demarcación u otorgamiento de
título colectivo respecto del territorio Saramaka, Surinam debe abstenerse de realizar
actos que podrían dar lugar a que agentes del propio Estado o terceros, actuando con
consentimiento o tolerancia del Estado, puedan afectar la existencia, valor, uso o goce
del territorio al cual tienen derecho los integrantes del pueblo Saramaka, a menos que
el Estado obtenga el consentimiento previo, libre e informado de dicho pueblo.
Respecto de las concesiones ya otorgadas dentro del territorio tradicional Saramaka, el
Estado debe revisarlas, a la luz de la presente Sentencia y la jurisprudencia de este
Tribunal, con el fin de evaluar si es necesaria una modificación a los derechos de los
50 Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Informe No. 40/04, Caso 12.053, Comunidades Indígenas Mayas del Distrito de Toledo (Belice), 12 de octubre de 2004, (Caso Mayas Distrito de Toledo) párr. 194 51 Sentencia Saramaka, párr. 194 (a), Punto Resolutivo 5; Sentencia Interpretativa, párrs. 55, 56. 52 CIDH 2009, supra n. 44, párr. 103.
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concesionarios para preservar la supervivencia del pueblo Saramaka.”53 (El énfasis es
nuestro)
Al recibir un interrogatorio sobre la permisividad de actividad turística en el territorio Saramaka, la Corte
interpretativa de 2008, negó resolver una nueva cuestión de hechos, pero indicó que la norma de
referencia que correspondía era esta.54
Indicamos que esta norma contiene una regla única y especial estándar sobre el nivel de daño que le da
procedencia al derecho al consentimiento en el marco normativo del caso. Esto surge no solo de la
vulneración social, económica y cultural, pero de una norma mucho más amplia. El derecho al
consentimiento surge explícitamente frente a cualquier propuesta de “actos … que puedan afectar la
existencia, valor, uso o goce del territorio”. Así, la mera afectación del “uso y goce” del territorio y sus
recursos requiere el pleno consentimiento de los pueblos. El nivel de control y poder decisorio de los
pueblos es amplificado por esta norma. Véase la discusión sobre territorios no demarcados, supra,
sección IV. 3.
Para implementar la norma, la Corte ordenó al estado a…
“adoptar las medidas necesarias para delimitar, demarcar y otorgar títulos de las
tierras tradicionales y recursos del pueblo Saramaka de acuerdo con su derecho
consuetudinario y valores; adoptar o modificar las medidas legislativas,
administrativas o de otra índole que sean necesarias para reconocer y asegurar el
derecho del pueblo Saramaka a otorgar o abstenerse de otorgar su consentimiento
libre, previo e informado para aquellas actividades que afecten sus tierras, terrenos y
recursos.”55 (El énfasis es nuestro.)
b. El nivel de impacto sobre la integridad del territorio
La Corte interpretativa, en su párrafo 17, declara:
53 Sentencia Interpretativa, párr. 55, 56. 54 Sentencia Interpretativa, párrs. 45, 48, 55, 56; para la explicación en su entereza, véase párrs. 48-56. 55 Sentencia Saramaka, párr. 192.
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“El Estado tiene el deber, desde el inicio de la actividad que se propone, de consultar
activamente con el pueblo Saramaka, de buena fe, y con el objetivo de llegar a un
acuerdo, lo cual a su vez requiere que el Estado acepte y brinde información al respecto
en un formato entendible y públicamente accesible. Además, dependiendo del nivel de
impacto que tendrá la actividad que se propone, el Estado podría ser requerido a obtener
el consentimiento del pueblo Saramaka.” (El énfasis es nuestro.)
En sintonía con la subsecuente jurisprudencia de la Corte Constitucional de Colombia, la Corte IDH
enseña que el “nivel de impacto,” de cualquier “actividad” en territorios indígenas, puede dar lugar al
derecho al consentimiento.56 Pero, ¿cuál es la calidad, o el grado de un “nivel de impacto” que da
procedencia al indicado derecho al consentimiento? La sentencia interpretativa aclara:
No obstante, el principal criterio … es que el nivel de impacto no niegue la capacidad de
los miembros del pueblo Saramaka a sobrevivir como un pueblo tribal 57 (El énfasis es
nuestro.)
Esto liga un impermisible “nivel de impacto” al principio rector de la jurisprudencia, una frase
que se refiere a la “garantía de la supervivencia social, económica y cultural” de un pueblo
indígena o tribal.58
El estado es el encargado de “garantizar” este derecho a la sobrevivencia étnica integral y
permanencia territorial en toda circunstancia, incluso frente a actos de terceros, bajo los artículos
1.1 y 21 de la CADH. Cualquier actividad que puede producir un impacto territorial, ambiental,
o sobre recursos naturales, que niegue la capacidad de un pueblo de sobrevivir cultural,
económica o socialmente (véase, secciones IV.1-4, V., VI, VIII) sobre el contenido completo de
esta norma) 59 encuentra el impedimento del derecho del pueblo indígena de otorgar o
abstenerse de otorgar su consentimiento libre, previo e informado con respecto a la propuesta
actividad.
56 Corte Constitucional de Colombia Sentencia T-1080/2012, 12 diciembre 2012, MP Jorge Ignacio Pretelt. Consideraciones, párr. 4.3.2.4.; Corte Constitucional de Colombia Sentencia T-376/2012, MP María Victoria Calle Correa, 18 mayo 2012, El derecho fundamental a la consulta previa, reiteración de la jurisprudencia párrs. 9, 47. Corte Constitucional de Colombia. Sentencia T-172/2013, MP Jorge Iván Palacio Palacio, 1 abril 2013, Consideraciones 4. 57Sentencia Interpretativa, párr. 43.
58 Sentencia Saramaka, párrs. 120, 121, 148, 194(d), (e) Punto Resolutivo 9; Sentencia interpretativa , párrs. 42, 42 n. 22., 43. 59 Sentencia Saramaka, párrs. 120, 121, 148, 194(d), (e), Punto Resolutivo 9; Sentencia interpretativa párrs. 42, 42 n. 22., 43.
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Este estándar también es “transversal”, un sentido especial, con un alcance aún más extenso y
general que las normas que hemos tratado hasta este punto. Basado en la norma principal del
caso, “la supervivencia social, económica y cultural” de un pueblo, esta regla que marca el límite
del permitido “nivel de impacto” de un proyecto o actividad, es de utilidad complementaria con
las demás normas transversales (con la excepción de la número 3). En adición, esta norma abre la
puerta para defender a los pueblos de “impactos” que son no solo los ambientales, de salubridad,
y económicos: los impactos sociales, por ejemplo, resultado de invasiones de los territorios por
personas foráneas.
En la siguiente sección veremos el contenido de la norma rectora de la jurisprudencia que
garantiza la “supervivencia social, económica y cultural” de un pueblo indígena o tribal”,60 y de
que procede el derecho al consentimiento, cuando tal supervivencia es vulnerada.
IV. La garantía de la “supervivencia social, económica y cultural”
1. El contenido de la norma principal de la jurisprudencia
Primero, es menester notar que los términos (1) “supervivencia” y (2) “subsistencia”, seguidos por las
frases “cultural, económica y social” o “cultural y física”, o “como pueblo tribal” o “como pueblo
indígena”, o “de un pueblo tribal (o indígena), como tal” son todos utilizados para indicar la norma que
protege la existencia de un pueblo, su vida tradicional, su identidad cultural y étnica, y su control
permanente sobre sus territorios y recursos naturales. No hay evidencia en los textos jurisprudenciales de
que la Corte asigna diferentes valores jurídicos a los vocablos “supervivencia” y “subsistencia” o a las
otras expresiones aquí citadas. La Corte lo explica:
“… [L]a frase ‘supervivencia como una comunidad tribal’ debe ser entendida como
la capacidad de los Saramaka de ‘preservar, proteger y garantizar la relación especial
que [ellos] tienen con su territorio’, de tal forma que puedan ‘continuar viviendo su
modo de vida tradicional y que su identidad cultural, estructura social, sistema
económico, costumbres, creencias y tradiciones distintivas serán respetadas,
60 Sentencia Saramaka, párrs. 120, 121, 148, 194(d), (e), Punto Resolutivo 9; Sentencia Interpretativa, párrs. 42, 42 n. 22., 43.
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garantizadas y protegidas […]’ Por tanto, el término ‘supervivencia’ significa, en este
contexto, mucho más que supervivencia física”.61 (El énfasis es nuestro.)
La Corte enfatiza la naturaleza medular del principio, y la relación entre él y las otras normas
enunciadas en la jurisprudencia:
“[E]l objetivo y el fin de las medidas requeridas en nombre de los miembros de los
pueblos indígenas y tribales es garantizar que podrán continuar viviendo su modo de
vida tradicional y que su identidad cultural, estructura social, sistema económico,
costumbres, creencias y tradiciones distintivas serán respetadas, garantizadas y
protegidas por los Estados”.62
Desplegando una lógica insoslayable, la Corte continúa:
“[L]a estrecha relación que los indígenas mantienen con la tierra debe de ser
reconocida y comprendida como la base fundamental de sus culturas, su vida
espiritual, su integridad y su supervivencia económica”. 63
(El énfasis es nuestro.)
Por ende:
Para las comunidades indígenas … la tierra [es] … un elemento material y espiritual
del que deben gozar plenamente … para preservar su legado cultural y transmitirlo a
las generaciones futuras. 64
(énfasis es nuestra)
Sobre esto se sienta el irrefutable corolario que demanda “garantizar el uso y goce permanente
de dicha tierra”, y “la permanencia del control y uso de los recursos naturales por su parte, lo
que a su vez, mantiene ese estilo de vida”.65 Esta premisa refleja un línea de jurisprudencia
de la Corte,66 reiterada también en el caso Sarayaku. 67 Erige una muralla jurídica muy
61 Sentencia Interpretativa, párr. 37, Sentencia Saramaka, párr. 121. 62Sentencia Interpretativa, párrs. 37, 32, citando en n. 17. Sentencia Saramaka, Puntos Resolutivos 5, 7 y 9, y párrs. 81, 86, 90, 91, 103, 120-123, 126-129, 139-141, 146, 148, 155, 157, 158, 194(a), 194(c) y 194(e). 63 Sentencia Saramaka, párr. 90. 64 Ibid. 65 Ibid, párrs. 122, 115. 66 Caso de la Comunidad Mayagna (Sumo) Awas Tingni Vs. Nicaragua. (Fondo, Reparaciones y Costas.) Sentencia de 31 de agosto de 2001, párr. 153; Caso Comunidad Indígena Yakye Axa Vs. Paraguay. (Fondo, Reparaciones y Costas). Sentencia de 17 de junio de 2005, párrs. 143, 215; Caso de la Comunidad Moiwana Vs. Surinam. (Excepciones Preliminares, fondo, Reparaciones y Costas.) Sentencia de 15 de junio de 2005, párr. 209.
20
significativa frente al estado que produce implicancias acerca de la interpretación de la
constitución y de la validez de normas inferiores.
En adición, esta norma armoniza con la prohibición del desplazamiento de los pueblos sin su
consentimiento reconocido por el artículo 16.2 convenio 169 de la OIT y artículo 10 de la
DNUDPI. 68
Con esto se completa la reseña de la envergadura de lo garantizado y protegido por el caso
Saramaka, la jurisprudencia interamericana que la precede, y el caso El Pueblo Kichwa Sarayaku vs.
Ecuador. 69
2. Recursos protegidos
Como veremos en la sección VI. 4, infra, la Corte refina este estándar, distinguiendo entre recursos
protegidos, que figuran en el modo de vida tradicional de los pueblos, o que lo afectan, en contraste a
recursos que no tengan parte en la subsistencia cultural y física de los pueblos indígenas, como tal. De ahí
avanza el análisis sobre si un plan de inversión o desarrollo pone en peligro los elementos protegidos por
la norma que hemos elaborado en esta sección.
V. Proyectos de inversión o desarrollo de grande escala
1. La regla general
La Corte, en el caso de Saramaka, no define qué califica como un “plan” o “proyecto” de “inversión o
desarrollo” de “grande escala”. Pero la Corte sostiene:
“ cuando se trate de planes de desarrollo o de inversión a gran escala que tendrían un
mayor impacto dentro del territorio Saramaka, el Estado tiene la obligación, no sólo de
consultar a los Saramakas, sino también debe obtener el consentimiento libre, informado
y previo de éstos, según sus costumbres y tradiciones”.70 (El énfasis es nuestro.)
67 Sarayaku vs. Ecuador, párr. 146. 68 Véase supra, sección II, n. 12. 69 Sarayaku vs. Ecuador, párr. 146. 70 Sentencia Saramaka, párr. 134.
21
Se subraya la frase calificadora de “de gran escala” que es: “que tendrían un mayor impacto
dentro del territorio Saramaka”. El párrafo citado presenta el cuestionamiento, ¿si la vinculación
entre un proyecto a gran escala y el derecho al consentimiento es per se, o si representa una gran
presunción entre los dos preceptos, o en cambio, si el “mayor impacto dentro del territorio” es
algo que los pueblos deben demostrar? Como veremos, se puede encontrar sustento para cada
una de estas posiciones en las dos sentencias.
Empero, en base a una abundancia de caución, se aconseja que a cualquier argumento sobre
derecho al consentimiento que procede de un proyecto de grande escala, se añade que 1) la
proposición que ha dado o dará un “mayor impacto dentro del territorio”, y que esto significa
precisamente que hay o habrá 2) una denegación de “la supervivencia cultural, económica y
social de un pueblo indígena” y 3) una privación del “uso y goce permanente de su tierra” y 4)
una privación de la “la permanencia del control y uso de los recursos naturales … y su …
estilo de vida,” y 5) en caso no haya título para el territorio, que el proyecto afectará, “la
existencia, valor, uso o goce del territorio”.
2. El argumento de proyectos a gran escala da lugar al derecho al consentimiento per se
Encontramos texto jurisprudencial que sustenta el argumento que la garantía de la “supervivencia cultural,
económica y social” requiere que proyectos de inversión o desarrollo de grande escala siempre sean
precedidos por el consentimiento libre, previo e informado de los pueblos indígenas.
Citando al (ex) “Relator Especial de la ONU sobre los derechos humanos y las libertades fundamentales
de los pueblos indígenas”71, la Corte declara una realista, amplia e históricamente comprobada y re-
comprobada observación:
“Siempre que se lleven a cabo [proyectos a gran escala] en áreas ocupadas por pueblos
indígenas, es probable que estas comunidades tengan que atravesar cambios sociales y
económicos profundos que las autoridades competentes nos son capaces de entender,
mucho menos anticipar. [L]os efectos principales […] comprenden la pérdida de
territorios y tierra tradicional, el desalojo, la migración y el posible reasentamiento,
agotamiento de recursos necesarios para la subsistencia física y cultural, la
destrucción y contaminación del ambiente tradicional, la desorganización social y
71Sentencia Saramaka, párr. 135
comunitaria, los negativos impactos sanitarios y nutricionales de larga duración [y], en
algunos casos, abuso y violencia”.72 (El énfasis subrayado es nuestro, los corchetes son
originales.)
La Corte sienta la regla en forma incondicional,
“En consecuencia, el Relator Especial … determinó que “[e]s esencial el
consentimiento libre, previo e informado para la protección de los derechos humanos de
los pueblos indígenas en relación con grandes proyectos de desarrollo” 73
3. La Corte diferencia entre las causas por procedencia de la consulta y las del
consentimiento
A pesar de los buenos argumentos de la sección anterior, es imposible ignorar que la Corte anuncia que
aclarará la “diferencia entre la ‘consulta’ y el ‘consentimiento’ ”, 74 y que esto lo hace en base a las
diferentes condiciones que dan lugar a uno o el otro. la Corte nos dice que el "nivel de consulta que se
requiere es obviamente una función de la naturaleza y del contenido de los derechos de la tribu en
cuestión". 75 Dice la Corte, “grandes planes de desarrollo o inversión que puedan tener un impacto
profundo en los derechos de propiedad de los miembros del pueblo Saramaka a gran parte de su
territorio” crean “la obligación de obtener el consentimiento libre, previo e informado del pueblo
Saramaka”. (El énfasis es nuestro.)
La Corte reconoció “un daño masivo en un área sustancial del bosque del pueblo Saramaka y en las
funciones ecológicas y culturales” de los pueblos, producidos por cuatro concesiones madereras
(inconsultas) en el territorio. 76 Pero la Corte arribó a esta conclusión solo después de haber conducido un
minucioso análisis de la “afectación” de la industria maderera en la vida cultural, económica y social de
los Saramakas. Esto la llevo a determinar que el bosque era protegido por los artículos 1.1 y 21 de la
CADH. Por ende le correspondió al estado otorgar reparaciones, y a futuro, “garantizar el derecho del
pueblo Saramaka a ser efectivamente consultado, según sus tradiciones y costumbres, o en su caso, el
72 Ibid. 73 Sentencia Saramaka,, párr. 135 74 Ibid, párr. 134. 75 Ibid, , párr. 137. 76 Ibid, , párr. 150.
23
derecho de otorgar o abstenerse de otorgar su consentimiento previo, libre e informado respecto de los
proyectos de desarrollo o inversión que puedan afectar su territorio”.77
No está declarado explícitamente, pero se entiende que las concesiones madereras eran de grande escala.
Tenían un “mayor impacto dentro del territorio Saramaka” y, la Corte constata, afectaron virtualmente
todas las dimensiones de la vida tradicional de los Saramaka que son amparadas por las garantías de la
CADH. Pero, el análisis de las concesiones es post hoc, mientras que las órdenes de consultar o “en su
caso” obtener consentimiento son pro futuro. En el caso de las concesiones de minería aurífera que la
Corte denomina expresamente de “pequeña escala”,78 se enfatiza que estas deben de ser sometidas al
“mismo análisis” que “se aplica respecto de otras concesiones dentro del territorio Saramaka que
involucren recursos y tradiciones”.79 Lo notable es que hay una sola metodología analítica normativa,
independientemente del tamaño del proyecto: “one size fits all”.
En conclusión, como veremos con más detalle aún en la próxima sección, la jurisprudencia pone de
relieve que la Corte tiene la expectativa, en cuanto a todos los trabajos que afectan territorios y
comunidades indígenas, una demostración de una significativa afectación sobre la supervivencia
tradicional, cultural, económica o social del pueblo, antes de dar lugar al consentimiento. Si estos
derechos no son perjudicados ahora o más adelante, de acuerdo a cómo la Corte diferencie entre la
“consulta” y el “consentimiento” , solo surgirá el derecho a la consulta.
Ahora bien, el análisis presentado en este trabajo asevera con confianza que cualquier labor cuyo impacto
lesiona o lesionará la supervivencia cultural, económica o social de un pueblo, da lugar al derecho al
consentimiento. Sin embargo, el texto de la jurisprudencia de 2007 (especialmente si se leen solo los
párrafos 134-137, y 155-158, y no todos los 214 párrafos, los 14 Puntos Resolutivos y la Sentencia
Interpretativa de 2008) podría dar la impresión que las concesiones de “pequeña escala” dan lugar solo a
la consulta, sin importar la extensión de impacto ambiental, de salubridad, sobre la estructura económica
o social, o impedimentos culturales que puedan ocasionar. Delante de un juez, o cualquier autoridad o
parte que sostiene esta posición, es aconsejable recurrir a los derechos “transversales” – siempre es
aconsejable recurrir a ellos – que dan lugar al derecho al consentimiento explícitamente, sin referencia a
escala. Estos surgen en base a: 1) la presentación de posibles riesgos ambientales o de salubridad; 2)
medidas que alteran actividades económicas con significado cultural; 3) actos que puedan afectar la
existencia, valor, uso o goce del territorio hasta que no se lleve a cabo la demarcación y
77 Sentencia Saramaka, párrs.154, 192, 194 (d), Puntos Resolutivos 5, 7, 9. 78 Sentencia Saramaka, párr. 156. 79 Ibid, párrs. 155, 156-157.
24
otorgamiento de título; 4) un nivel de impacto sobre la integridad del territorio que afecta la
supervivencia cultural y física del pueblo. Véase sección IV, supra.
En su análisis de la concesiones madereras y mineras en la próxima sección, la Corte establece cuatro
niveles de requisitos con los cuales el estado debe cumplir para legalmente restringir el “uso y goce” de
los territorios indígenas, en una manera que evita lesionar su supervivencia cultural y física, y su control
permanente sobre sus tierras y recursos naturales. Como veremos en la sección VI. 4, infra, la estrategia
de la Corte es distinguir entre recursos naturales protegidos, que son los que figuran en la vida tradicional
de los pueblos, y los recursos que no son parte del modo de vida consuetudinario, y por ende son
explotables. Pero, el análisis de la Corte se acaba con su reconocimiento de que la explotación de un
recurso en aislamiento es hipotético, y en realidad la explotación de uno suele afectar la ecología y un sin
número de recursos vitales para el modo de vida tradicional de los Saramakas.
VI. Los límites al uso y goce de sus territorios y sus recursos naturales por parte de
los pueblos indígenas de acuerdo a la jurisprudencia de Saramaka
1. Los cuatro niveles de requisitos que debe cumplir el estado para poder legalmente restringir
el uso y goce de territorios indígenas o tribales y sus recursos naturales
Siempre que un territorio indígena o tribal ha sido demarcado y titulado de acuerdo a los estándares
de derechos humanos definidos por la jurisprudencia de la Corte IDH,80 el estado está autorizado a
restringir el uso y goce de territorios indígenas y los recursos naturales que ellos contienen si el
estado cumple con una serie de condiciones que proceden en cuatro grupos de normas, presentadas
sucesivamente, en el orden de su cumplimiento.
2. El primer nivel de requisitos: establecimiento jurídico, interés social, legitimidad en una
sociedad democrática
El primer nivel de requisitos es el establecido por la Corte IDH respecto a la restricción del goce y
uso de la propiedad privada en general, bajo el artículo 21 de la CADH. Se permite, “que la ley
podrá subordinar uso y goce de los bienes a los intereses de la sociedad.” Cumplidas estas
80 Sentencia Interpretativa, párrs. 55, 56.
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condiciones, las restricciones deben ser: a) previamente establecidas por ley; b) necesarias; c)
proporcionales; y tener d) el fin de lograr un objetivo legítimo en una sociedad democrática”.81
Una restricción del derecho indígena de usar y gozar de su territorio y controlar sus recursos
naturales que rompe con el estado de derecho, por no aplicar la jurisprudencia Interamericana que es
conexa a los derechos constitucionales de los pueblos indígenas, no puede considerarse como “tener
un objetivo legítimo en una sociedad democrática”.
3. El segundo nivel de requisitos: las restricciones son permitidas “únicamente … cuando no
implique una denegación de su subsistencia como pueblo tribal”
El segundo nivel de requisitos aplica el artículo 21 a los derechos de pueblos indígenas, refiriéndose
a, “restricciones sobre el derecho de los miembros de los pueblos indígenas y tribales, en especial al
uso y goce de las tierras y los recursos naturales que han poseído tradicionalmente”. 82 Esto se refiere
a la norma rectora que hemos visto sobre la “supervivencia cultural, económica y social.”83 Una
restricción es permisible solo si no, “implica una denegación de las tradiciones y costumbres de un
modo que ponga en peligro la propia subsistencia del grupo y de sus integrantes”.84 Para una
explicación del contenido protegido de esta norma, véase, secciones V., VII. 3, VII. 4.
4. El tercer nivel de requisitos: la distinción entre recursos explotables y no explotables en
territorios indígenas, por parte del estado o terceros
El tercer nivel de requisitos: en aras de prevenir la “denegación de las tradiciones y costumbres de
un modo que ponga en peligro la propia subsistencia del grupo y de sus integrantes”,85 define cuales
recursos naturales están sujetos a exploración y explotación por el estado o terceros y cuáles no lo
están, por interferir con la vida integral y tradicional de los pueblos:
“[L]os recursos naturales que se encuentran en los territorios de los pueblos
indígenas y tribales que están protegidos en los términos del artículo 21 son aquellos
81 Sentencia Saramaka, párr. 127, Sentencia Interpretativa, párr. 35. 82 Sentencia Saramaka, párr. 128; Sentencia Interpretativa , párrs. 36, 37. 83 Supra, sección V. 84 Sentencia Saramaka, párr. 128 ; Sentencia Interpretativa párrs. 35-37. 85 Sentencia Saramaka, párr. 128 ; Sentencia Interpretativa párrs. 35-37.
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recursos naturales que han usado tradicionalmente y que son necesarios para la
propia supervivencia, desarrollo y continuidad del estilo de vida de dicho pueblo”.86
Empero, en adición, los recursos que no figuran directamente en la vida de un pueblo pero cuya
explotación afecta a otros recursos, que sí son necesarios para su subsistencia integral, están
igualmente protegidos. Dice la Corte:
“El agua limpia natural, por ejemplo, es un recurso natural esencial para que los
miembros del pueblo Saramaka puedan realizar algunas de sus actividades
económicas de subsistencia, como la pesca. La Corte observa que este recurso
natural se verá probablemente afectado por actividades de extracción relacionadas
con otros recursos naturales que no son tradicionalmente utilizados o esenciales para
la subsistencia del pueblo Saramaka y, por lo tanto, de sus miembros”.87
5. El cuarto nivel: participación efectiva, participación en los beneficios, el correcto desarrollo del
EISA
El cuarto nivel consiste en tres requisitos que deben ser cumplidos por el estado “con miras a
garantizar la supervivencia como un pueblo tribal”. Estos están ligados a las circunstancias que dan
procedencia al derecho al consentimiento. 88 Los requisitos son,
a. asegurar la participación efectiva del pueblo en relación con todo plan de desarrollo,
inversión, exploración o extracción en el territorio.
b. garantizar que los miembros del pueblo Saramaka se beneficien razonablemente del plan
que se lleve acabo.
c. garantizar que no se emitirá ninguna concesión dentro del territorio Saramaka a menos y
hasta que entidades independientes y técnicamente capaces, bajo la supervisión del
Estado, realicen un estudio previo de impacto social y ambiental (EISA).
Nos detenemos en el apartado (a), participación efectiva, y en el (c), el estudio de impacto ambiental y
social (EISA). Es el “nivel de impacto ambiental y social” que determina cuando el “nivel de
86 Sentencia Saramaka, párr. 122, citando, Caso de la Comunidad Indígena Yakye Axa, supra n. 66, párrs. 124 y 137; Caso Comunidad Indígena Sawhoyamaxa Vs. Paraguay. (Fondo, Reparaciones y Costas.) Sentencia de 29 de marzo de 2006., párrs. 118 y 121. 87 Sentencia Saramaka, párr. 126. 88 Sentencia Saramaka, párr. 129; Sentencia Interpretativa , párr.39.
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participación” surge a la altura de obligar la obtención del consentimiento de los pueblos. Dice la Corte,
“dependiendo del nivel de impacto que tendrá la actividad que se propone, el Estado podría ser
requerido a obtener el consentimiento del pueblo Saramaka.” 89
A. Nota especial sobre los Estudios de Impacto Ambiental y Social (EISA) y el impacto
social de proyectos de inversión y desarrollo
Los Estudios de Impacto Ambiental y Social (EISA) sirven para evaluar el posible daño o impacto
que un proyecto de desarrollo o inversión puede tener sobre la propiedad y la comunidad indígena en
cuestión. Este último factor social es importante porque no es solamente la alteración del ambiente
biológico y químico que puede lesionar la “supervivencia cultural, económica, y social” de un
pueblo, sino también es la alteración del ambiente social de los pueblos y territorios indígenas.
Aún cuando la Corte, en las sentencias del Pueblo de Saramaka, no trata el tema, es una extensión
lógica de su normativa tomar en cuenta la aplicación de sus estándares en el siguiente contexto. La
infiltración de un territorio indígena o tribal por el personal que inevitablemente traen los proyectos
de inversión o desarrollo -sean trabajadores, personal de seguridad, negociantes subsidiarios, colonos
colaterales, en fin, el aparecer de la sociedad mayoritaria- pueden dañar la subsistencia y
supervivencia cultural, económica y social de los pueblos indígenas, en una multitud de maneras.
Tras la mera presencia y ocupación, pueden alterar o destruir espacios de caza, pesca, recolección, y
agricultura; pueden alterar espacios de privacidad y familia, espacios de comunidad, estructuras de
organización política, y sitios y recursos de la vida espiritual. Pueden traer enfermedades foráneas.
La dimensión social del proyecto debe ser considerada como parte del nivel de impacto en el EISA,
tanto como la dimensión social del pueblo. En este sentido, hay que hacer hincapié en (véase supra,
sección IV.2) que “medidas que alteran actividades económicas con significado cultural” requieren la
“aceptación” y, por ende, el consentimiento de los pueblos.90

Sobre este punto, en Perú, a través de litigio constitucional estratégico, llevado a cabo con el Instituto
Internacional de Derecho y Sociedad (IIDS), la Comunidad Nativa Tres Islas en la región de Madre de
Dios, estableció en una sentencia del Tribunal Constitucional del Perú, en septiembre de 2012, que el
89 Sentencia Interpretativa, párr. 17 90 Sentencia Saramaka, párr. 130, 130 n. 125.
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pueblo indígena tenía justificación para ejercer su derecho autónomo y exclusivo a controlar su propiedad
tradicional. Por ende, tenía el derecho de excluir a personas foráneas de su territorio, a pesar de la
existencia de una vía, denominada “pública” por personas ajenas que deseaban entrar en el territorio
indígena por medio de ella.91
B. El EISA y el consentimiento libre, previo e informado
Como hemos señalado, las dos sentencias sobre el Pueblo de Saramaka, y la sentencia sobre los
derechos del Pueblo Kichwa de Sarayaku, son muy claras: cuando hay riesgos “ambientales y de
salubridad” el consentimiento informado es un requisito.
“El objetivo de los EISA no es sólo tener alguna medida objetiva del posible impacto
sobre la tierra y las personas, sino también, como se señaló en el párrafo 133 de la
Sentencia [de 2007] de, “asegura[r] que los miembros del pueblo Saramaka tengan
conocimiento de los posibles riesgos, incluidos los riesgos ambientales y de
salubridad, a fin de que acepten el plan de desarrollo o inversión propuesto con
conocimiento y de forma voluntaria”.92
Sin embargo, como hemos detallado, este estándar podría ser cuestionado acerca de qué nivel y qué
naturaleza del riesgo se requiere para dar procedencia al consentimiento. En cambio, cabe el
argumento de que (1) cualquier riesgo a la propia salud de las personas, y (2) al medio ambiente, que
pueda desencadenar efectos ecológicos desconocidos, es suficiente, en sí, para dar lugar a ese
derecho. Frente a una autoridad intransigente, se puede ligar el análisis de los riesgos a los
elementos culturales, sociales y económicas, y la subsistencia cultural y física de los pueblos para
cimentar el derecho al consentimiento, recurriendo también a los derechos “transversales”
analizados, supra, sección IV. Obviamente, la participación de los pueblos indígenas y sus sabios y
asesores es fundamental para la realización de este derecho.
91 Tribunal Constitucional del Perú, 11 septiembre 2012, STC Exp. N° 1126-2011-PHC/TC, Fundamentos 20-35. Instituto Internacional de Derecho y Sociedad (IIDS), sobre litigación en favor de la Comunidad Tres Islas de Madre de Dios, Perú, http://www.derechoysociedad.org/3-islas/183-tc.html
92 Sentencia Interpretativa párr. 40; Sentencia Saramaka, párrs. 133, referencias y nexo a la norma de párr. 133: 129, 143, 146, 148, 155, 158 y 194(e), Punto Resolutivo 9. Sarayaku v. Ecuador párr. 205; CIDH 2009, supra n. 44 párr. 103. .
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VII. Las concesiones de tala de madera y su “daño masivo”, y las concesiones de
minería aurífera de “pequeña escala”
1. La aplicación en la práctica del estándar de “supervivencia cultural, económica y social” de un
pueblo indígena o tribal.
Con respecto a los hechos del caso, la Corte se concentra en la pregunta ¿qué recursos naturales en el
territorio Saramaka pueden ser explotados sin que se niegue la supervivencia social, económica y cultural
y social de los Saramakas? Sobre este punto, se analizan 4 concesiones madereras, presumiblemente de
“grande escala”, dado el “daño masivo”. Estos proyectos son comparados con concesiones de minería
aurífera denominadas de “pequeña escala”. Se considera el rol del recurso explotado o de cualquier
recurso afectado por la explotación del primero en la vida de los Saramaka. Se considera la escala del
impacto de los proyectos.
2. Las concesiones madereras
La Corte pregunta acerca de cuatro concesiones de extracción de madera en el territorio de
Saramaka, “¿ha sido este recurso natural usado tradicionalmente por los miembros del pueblo
Saramaka de modo intrínsecamente relacionado con la subsistencia del pueblo?” 93
Los Saramakas, junto al antropólogo, Dr. Richard Price, presentaron ante la Corte un mapa con
cientos de marcas indicando la ubicación y la variedad de árboles que utilizaban para distintos fines.
Un tipo se usaba para construir botes a fin de transportar gente y bienes de un pueblo a otro.
Distintas especies de palmeras tenían una variedad de usos, incluidos el techo de sus hogares, y
aceite para cocinar. Se dependía de cosecha y animales en el bosque para subsistir y en el bosque
“para todo con lo que viven.” Los Saramaka también tradicionalmente vendían madera para
subsistir. La privación de los recursos de subsistencia del bosque causó “problemas espirituales y
sociales”94 dado que, como testificaron, “cuando ingresamos en el bosque por cualquier razón,
pensamos en lo que estamos haciendo, pensamos en proteger el ambiente” … “pensamos en nuestros
hijos y nietos, en las futuras generaciones”.95
93 Sentencia Saramaka, párrs. 144-146. 94Ibid, párr. 153 95 Ibid, párr. 144.
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La evidencia mostró “daño masivo en un área sustancial del bosque del pueblo Saramaka”,96
incluyendo el bloqueo de arroyos, 97 que son la fuente principal de agua potable, y como resultado
“no tienen acceso al agua necesaria para beber, cocinar, lavar, irrigar, regar y pescar”. 98 El señor
Hugo Jabini agregó que "no se puede seguir utilizando gran parte del bosque para cosechar y los
animales se alejan de éstas áreas. Se inundó el área y se convirtió en un pantano. Quedó inutilizable
y los espíritus están totalmente ofendidos”.99
La Corte concluyó que “los Saramaka han cosechado, utilizado, comercializado y vendido los
productos de madera” … “en forma tradicional”. La madera formaba parte de su “estructura
económica”. 100Además, “se ven afectados también una gran variedad de productos forestales no
derivados de la madera, que son utilizados por los miembros del pueblo Saramaka para subsistir y
comercializar”.101 Por ende:
"de conformidad con el análisis … respecto de la extracción de los recursos naturales
que son necesarios para la subsistencia del pueblo Saramaka …el Estado no debería
haber otorgado concesiones madereras dentro del territorio Saramaka a menos y
hasta que hubiese cumplido con las tres garantías de participación efectiva,
beneficios compartidos y evaluaciones previas de impacto ambiental y social”.102 (El
énfasis es nuestro.)
Se presume, basado en la evidencia, que las concesiones madereras han constituido:
“grandes planes de desarrollo o inversión que pueden tener un impacto profundo en
los derechos de propiedad de los miembros del pueblo Saramaka en gran parte de su
territorio”. 103
Siendo eso el caso:
“debe[n] [de] entenderse como requiriendo adicionalmente la obligación de obtener
96 Ibid, párr. 150. 97 Ibid. 98 Ibid, párr. 152 99 Ibid, párr. 150. 100 Sentencia Saramaka, párr. 145. 101 Ibid, párr. 148. 102 Ibid, párr. 146. 103 Ibid, párr. 137.
31
el consentimiento libre, previo e informado del pueblo Saramaka, según sus
costumbres y tradiciones”.104
Sin embargo, el “daño masivo”105 que ocurrió es objeto de un análisis post hoc, de lo cual surge la
cuestión de reparaciones.106 La Corte indica que los tres requisitos: participación efectiva, beneficios
compartidos, y la EISA, no fueron cumplidos. De este modo, el Estado violó el derecho de los
integrantes del pueblo Saramaka a la propiedad conforme al artículo 21 de la Convención, en relación
con el artículo 1.1 de dicho instrumento. . Con respecto a la participación efectiva sobre estos tipos de
concesiones, la Corte, anuncia, “[L]a cuestión no es si el Estado debe consultar con los Saramaka,
sino, más bien, si el Estado adicionalmente debe obtener su consentimiento”.107
A Surinam se le ordena:
“adoptar las medidas legislativas, administrativas o de otra índole que sean necesarias para
reconocer y garantizar el derecho del pueblo Saramaka a ser efectivamente consultado,
según sus tradiciones y costumbres, o en su caso, el derecho de otorgar o abstenerse de
otorgar su consentimiento previo, libre e informado, respecto de los proyectos de desarrollo o
inversión que puedan afectar su territorio”.108
3. Las concesiones de minería aurífera
La Corte afirma primero que la prueba demuestra que los integrantes del pueblo Saramaka no han
utilizado el oro tradicionalmente como parte de su identidad cultural o su sistema económico.109 Esto
propone inicialmente que puede ser que el oro no sea un recurso esencial a la supervivencia cultural,
económica y social de los Saramaka. Empero, a continuación, la Corte enfatiza que en el caso de
esta minería, que ella denomina de “pequeña escala”,110 corresponde…
“[e]l mismo análisis se aplica respecto de otras concesiones dentro del territorio
Saramaka que involucran recursos y tradiciones”. 111
104 Ibid, párr. 137. 105 Ibid, párr. 150. 106 Sentencia Saramaka, párr. 194, Puntos Resolutivos. 107 Sentencia Saramaka, párr. 149. 108 Sentencia Saramaka, párr. 194 (d), Punto Resolutivo 8, 109 Sentencia Saramaka, párr. 155. 110 Ibid, párr. 156. 111 Ibid, párr. 155.
32
Aún más, la Corte observa:
“es cierto que toda actividad de exploración o extracción en el territorio Saramaka podría
afectar, a mayor o menor grado, el uso y goce de algún recurso natural utilizado
tradicionalmente para la subsistencia de los Saramakas&