PREGÓN SEMANA SANTA BILBAO - 2015 Caritas CARMEL… · infancia. Pertenezco a una comunidad de...

PREGÓN SEMANA SANTA BILBAO – 2015 1

PREGÓN SEMANA SANTA BILBAO - 2015

Carmeo Corada – Cáritas Bizkaia

INTRODUCCIÓN:

Gabon denori – Buenas noches:

Quiero antes que nada agradecer a la Hermandad de Cofradías Penitenciales de

Bilbao haber pensado en mí como portavoz de Cáritas Diocesana de Bilbao para ser

el Pregonero de la Semana Santa 2015. Para mí es un gran honor y una gran

responsabilidad ser capaz de transmitirles mi ánimo y mi aliento para que vivan

estos días con recogimiento y hondura, pero sobre todo, intentar que todas las

personas que seguimos a Jesús –no solo los cofrades- vivamos desde su enseñanza y

desde su ejemplo durante todo el año.

También es un gran orgullo como bilbaíno y como miembro de la Quinta Parroquia,

lo que me ha hecho conocer muy de cerca la procesión de Lunes Santo por mi barrio

–San Francisco-BilbaoLa Vieja- y a la Cofradía que la organiza: Nuestro Padre

Jesús Nazareno.

No sé si mi pregón será típico o atípico, pero en cualquier caso espero que cumpla su

objetivo de animar a vivir todo el año con el ejemplo de Jesús resucitado.

Desde aquí, permitidme que me retire yo también a Getsemaní y entre olivos

rememoremos juntos esas últimas horas de Jesús desde diversos retazos de un Via

Crucis –extractado de otros preexistentes- que nos motive y nos interpele en clave

social y en clave evangélica… pero también en clave real. Cuenta además con

algunos textos bíblicos, otros de nuestro Papa actual –Francisco- y otros -la

mayoría- de personas voluntarias o acompañadas por Cáritas; ellas –los últimos-

deben ser nuestra motivación, nuestro eje central como cristianos y cristianas.


1ª ESTACIÓN: JESÚS ES CONDENADO A MUERTE

Pilato se lava las manos como quien no tiene nada que ver en el asunto. Jesús, en

cambio, vino a decirnos que lo más grande es Dios, y que para Dios, lo más querido

es nuestro hermano, nuestro prójimo.

Ana. 70 años. Voluntaria de una acogida parroquial, nos dice:

“Aquí en la acogida, cuando se abre la puerta no sabes lo que te va a

venir. O tienes las ideas muy claras o te vas a llenar de angustias. Me

parece ideal no perder la sensibilidad. Al grupo de voluntarias con el

que trabajo ahora les pongo ’14 sobre 10′: responsabilidad,

puntualidad, ganas de formarse, actitudes a la hora de recibir a la

gente… me parecen ‘chapeau’…”

¿En qué lugar nos ponemos nosotros? ¿Del lado de Jesús, del lado de Ana o

del de Pilato…?

¿Nos lavamos las manos ante la llamada de nuestros hermanos? ¿O somos

rápidos para condenarlos o ignorarlos?

¿En qué gastamos la vida?

¿Qué es para nosotros lo más grande que hay, lo más importante?...


2º ESTACIÓN: JESÚS CARGA CON SU CRUZ

Dice el profeta Isaías (53, 4-5): "Él soportaba nuestros sufrimientos y cargaba con

nuestras dolencias, y nosotros lo considerábamos golpeado, herido por Dios y

humillado. Él fue traspasado por nuestras rebeldías y triturado por nuestras

iniquidades. El castigo que nos trae la paz recayó sobre él y por sus heridas fuimos

sanados".

Morir en la cruz era morir de mala muerte. Había muertes "mejores" y "peores". La

peor era la cruz, que se reservaba para los hombres más despreciables.

Jesús nació sobre el pasto destinado a los animales y va a morir en la cruz reservada

a los que eran considerados como bestias. Se hizo el más pobre entre los pobres.

Isabel. 45 años. Persona Sin Hogar usuaria del proyecto de incorporación social

GILTZA, nos dice:

“Estoy acostumbrada a golpes muy fuertes. Como siempre he sido de

carácter, he salido adelante sola, y aunque he tenido ayuda también

he tenido que sufrir mucho para llegar donde he llegado. Yo me crié

en buen ambiente y tengo estudios, pero me fui apartando de todo lo

que me habían enseñado y llegaron los problemas. Siempre he sido

algo rebelde y surgían las desavenencias; y así te vas quitando de lo

que te rodea. Estuve siete años viviendo de alquiler pero cambiaron la

cerradura y me quedé en la calle, donde he estado durmiendo tres

meses. Estuve a punto de tirar la toalla, pero entré en Giltza, se está de

maravilla. Si quieres salir adelante, primero tienes que quererte a ti

misma. Ahora estoy muy tranquila conmigo misma, me encuentro con

alegría y tengo ilusión de hacer cosas…”

¿No nos hemos convencido que basta con ser persona para ser dignos y

respetables? ¿Estamos convencidos de que el que ofende a un hermano ofende

a Dios?

¿Nos damos cuenta de que la envidia, la soberbia, la superioridad que en

ocasiones creemos tener son causa de injusticia?


3ª ESTACIÓN: LA PRIMERA CAÍDA DE JESÚS

“Lo que hemos recibido gratis, gratis hemos de darlo”

Tenemos que darnos cuenta que ser cristiano es un trabajo largo y amplio, abarca

toda nuestra vida y todo lo que hacemos. Cada persona con la que nos encontramos

es una invitación a cumplir con la palabra de Jesús.

Nos dice Mari Luz, voluntaria en un taller prelaboral:

“He sentido que estaba haciendo algo grande, y he recibido

muchísimo cariño a cambio”

…y también Mertxe, voluntaria de la UP Sestao, nos da su testimonio:

Llevo 16 años en el voluntariado social y para ser voluntaria hay que

tener el corazón muy abierto a los demás, amor a los demás”

Durante unos instantes, en silencio, pensamos en las personas que necesitan

de nuestra entrega y de nuestro servicio; en aquellas que suponen para

nosotros dedicación y esfuerzo, y pedimos por ellas.


4ª ESTACIÓN: JESÚS SE ENCUENTRA CON SU MADRE Y OTRAS

MUJERES

Hoy nosotros y, de modo especial, los pueblos y las personas más empobrecidas,

tenemos que soportar el sufrimiento y las cruces impuestas por una sociedad

organizada injustamente. Como cristianas, seguidores de Jesús, hemos de asumir

estas cruces, comprometiéndonos a poner lo que esté de nuestra parte para que esas

situaciones cambien.

María entendió a Jesús mejor que nadie. Nosotros vamos a encontrar el mismo

consuelo que encontró Jesús de la compañía de su Madre.

Nekane, voluntaria, nos recuerda que su tarea consiste en:

“Dar tu tiempo, ilusión, esperanza… contribuir en la transformación

social, apoyar iniciativas, acompañar personas en situación de

dificultad”

Ella -María- puede ayudarnos mejor que nadie a entender a Jesús, y a seguirlo

en ese camino hacia el Calvario que terminará en Resurrección.

Ahora, le pedimos que nos ayude a mejorar las relaciones entre los pueblos,

a crecer en tolerancia, a acoger lo diferente y a trabajar positivamente para

que desaparezca la violencia, el terror, las guerras, el sufrimiento...


5ª ESTACIÓN EL CIRENEO AYUDA A JESÚS

Dice San Pablo: “Ayúdense mutuamente a llevar las cargas y así cumplirán la Ley

de Cristo. Si alguien se imagina ser algo, se engaña, porque en realidad no es nada.

Que cada uno examine su propia conducta, y así podrá encontrar en sí mismo y no

en los demás, un motivo de satisfacción".

Quien escucha la Palabra de Jesús, ya no puede hacerse el desentendido frente al

dolor de las demás personas. Ésa es la conversión que Jesús quiere: que dejemos de

mirar para actuar.

Jesús demostró que hasta Él necesitaba ayuda. Todas las personas la necesitamos y

todas debemos darla. A eso se llama solidaridad. Y es un valor cristiano.

Victor, 22 años (Ecuador) nos cuenta su historia de vida:

Llegué aquí en 2001 desde Ecuador, para estar con mi madre que ya estaba aquí. Además, la situación económica allí era muy mala; se gana poco y no había estabilidad.

Yo quería trabajar pero no me dejaban; vine a la parroquia y me dijeron que fuera a Cáritas. Estuve dos años en Hargindegi haciendo varios cursos de repostería, cocina… Saqué la ESO y luego estudié hostelería en Galdakao. Ahora estoy trabajando de ayudante de cocina en un restaurante, con contrato fijo.

En el futuro me gustaría aprender bien hostelería y -más adelante- llegar a jefe de cocina o incluso montar un negocio. Además, soy voluntario, ya que lo que he recibido quiero darlo yo, me parece recíproco, de justicia.”

¿Sabemos ayudar?

¿Sabemos y estamos dispuestos a reunirnos para, juntos, ayudarnos entre

todos unos a otros y ayudar a los demás?...


6ª ESTACIÓN: UNA BUENA MUJER (“LA VERÓNICA”) LIMPIA EL

ROSTRO DE JESÚS

Nos dice Jesús en el Evangelio de Mateo (5, 43-45): "Habéis oído que se dijo:

Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros

enemigos, rogad por sus perseguidores; así seréis hijos del Padre que está en el cielo,

porque él hace salir el sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e

injustos".

Todos hemos tenido ganas, alguna vez, de conocer la cara de Jesús. Esa cara que la

Verónica limpió de tanta sangre y sudor. No conocemos la cara, pero conocemos sus

sentimientos y hemos oído sus palabras. Y sabemos cómo actuaba. Era el hermano

de todos, y nada había para El tan importante como la gente. Y hasta murió pidiendo

perdón para los que lo mataban.

El rostro de Jesús es también el rostro de nuestros enemigos. Es la cara de quien nos

traicionó, del que habla mal de nosotros; del que no nos deja en paz, del que es

injusto con nosotros. Necesitamos superar las diferencias y las enemistades. Es

preciso que nos reconciliemos.

Pedro. 31 años (Bilbao), nos dice:

He venido aquí, a este piso de acogida, porque en mi situación carcelaria me propusieron salir con el Art. 182 y acepté, para así poder seguir luchando por recuperar a mi hijo y demostrar que estoy en condiciones de estar con él. Aquí te enseñan el camino a elegir, siempre que lo quieras hacer. Estoy aprendiendo que se puede confiar en la gente y -sobre todo- voy dándome cuenta que si consigo ser yo mismo conseguiré lo que me proponga, porque hasta hace poco no me valoraba. He logrado una estabilidad que no tenía, aprender a convivir y valorar las cosas… Estoy muy agradecido, esto es como un hogar.

¿Somos capaces de aclarar las cosas sin recurrir a ningún tipo de violencia?

¿Somos capaces de reconciliarnos con nuestros adversarios para trabajar junto

con ellos?


7ª ESTACIÓN: JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ

Dice San Pablo en su carta a los romanos (8,18-19): "Yo considero que los

sufrimientos del tiempo presente no pueden compararse con la gloria futura que se

revelará en nosotros.”

Toda persona humana es débil de nacimiento, y para sostenerse, ha de buscar la

ayuda de los demás. Nadie debe pensar que puede llegar hasta Dios por su cuenta.

Jesús, para llevarnos hasta el Padre, nos quiere reunidos. Para eso funda la Iglesia.

Para eso insiste en que seamos uno. Para eso se junta Él mismo con todos nosotros.

Izaskun voluntaria de un proyectos de Apoyo Socio Educativo (Bilbao), nos cuenta

cómo empezó en esto:

No sé cómo he llegado hasta aquí, supongo que Dios me tendió su mano en

un momento de mi vida y me animó a estar trabajando en un proyecto de

infancia. Pertenezco a una comunidad de jóvenes de la Parroquia del Buen

Pastor, en la Peña. Llevo toda la vida en los grupos de esta parroquia.

Siempre hemos sido bastante activos y activas en compromisos del barrio:

sociales y parroquiales.

Nunca me había planteado estar en este proyecto, no me atraía, e incluso

pensaba que yo no era capaz de ayudarles. Pero tampoco me lo pensé

mucho y quise probar. Pensé que yo he tenido la suerte de nacer en un

entorno familiar en el que no me ha faltado casi nada, sobre todo en lo

afectivo, que es uno de los aspectos en el que constatamos carencias. A

veces siento que es mucho el esfuerzo y veo pocos resultados, que la

paciencia se acaba. Pero sé que algo siempre se logra. y no solo ellos

aprenden, sino que yo he aprendido y sigo aprendiendo mucho de cada uno

de ellos.

Hoy no puedo olvidarme de todas las personas voluntarias que han estado y

están conmigo en este caminar, y de las niñas y niños que han pasado por

mi vida y me han dejado huella.

¿Entendemos que nuestra fuerza está en vivir juntos?

¿Aprovechamos para reunirnos en todas las circunstancias de la vida?

Cuando buscamos juntos alimento, vestido, salud, educación, trabajo…

¿estamos encontrando a Jesús que dijo: "Donde hay gente reunida en mi

nombre, yo estoy con ellos"…?


8ª ESTACIÓN: JESÚS CONSUELA A UNAS MUJERES QUE LLORAN POR

ÉL

¡Cuántos motivos tenemos para ponernos a llorar! Personas sin posibilidad de

trabajo, inmigrantes sin posibilidad de residencia y legalización, familias

desestructuradas, violencia contra mujeres, hombres y mujeres en la calle, violencia,

soledad, etc...

A Jesús no hay que tenerle lástima. Más vale abrir los ojos y los oídos para ver y

escuchar lo que nos dice. Espera de nosotros que le ayudemos en su tarea: Él vino a

librarnos del pecado. Todos los males que sufrimos tienen nido en el corazón de la

gente, y allí hay que poner el remedio.

Clara Persona mayor acompañada por una voluntaria desde Cáritas, comparte su

testimonio:

Empezamos a salir a pasear los miércoles hace ahora algo más de un

año. Yo estaba enferma y me encontraba muy sola. El médico me

había mandado andar, me dijo que “lo mejor era llevar en una mano

una muleta y en la otra apoyo humano”; pero yo no tenía con quién

salir a pasear… Como tengo tele-asistencia, les llamé y les pregunté a

ver qué podía hacer y ellos me hablaron de Cáritas.

Ahora espero que llegue la tarde del miércoles para pasear, charlar,

estar con ella; sentirse bien acompañada da mucho ánimo, no sólo me

encuentro mejor físicamente, sino que me ha dado mucha vida.

Estoy muy feliz de saber que hay este tipo de personas que apoyan a

las que estamos peor; además, saber que su tiempo me lo dedica a mí

es emocionalmente increíble. Estamos muy a gusto. Para mí es ya una

amiga… Estoy muy agradecida a ella y a todo Cáritas por hacer cosas

así… ¡Qué suerte haber conocido a esta persona!

Andar desunidos cuando necesitamos solidaridad... ¿No es como para llorar?

Más que llanto se necesita el trabajo de todxs…


9ª ESTACIÓN: ESTACIÓN JESÚS CAE POR TERCERA VEZ

Dice Jesús en el Evangelio de Juan (10,14-15): "Yo soy el buen Pastor: conozco a

mis ovejas y mis ovejas me conocen a mí, -como el Padre me conoce a mí y yo

conozco al Padre- y doy mi vida por las ovejas".

Este Jesús cuyo cuerpo se ha golpeado nuevamente contra las piedras del camino es

el mismo que nos contaba la historia del hijo derrochón y vicioso que, un día, quiso

levantarse y buscar el perdón de su padre. Y también nos contó la historia de la

oveja que se extravió. Y la de la señora que tuvo que revolver toda la casa para

encontrar una perla que se le perdió.

Este Jesús caído es el mismo al que algunos que se creían sabios miraban con

desconfianza, porque era amigo de los pecadores, aceptaba la charla con los

recaudadores de impuestos, y no rechazaba a las prostitutas ni a la gente más

despreciada. El mismo que quería a los caídos porque para ellos había venido.

Óscar. Persona sin hogar que acude al Centro de noche Hontza, nos dice:

“Tuve problemas con la familia, tuve que abandonar el domicilio

familiar, luego me dio un paro cardiaco y me vi forzado a buscar un

refugio. Ahora vengo al centro Hontza, de Cáritas, en San Antón”

+[Recordamos también hoy a Alex, ciudadano bilbaíno de origen

polaco fallecido hace unos días en una cajero automático de Bilbao y

al que BesteBi homenajeará pasado mañana jueves a las 11 en la

plaza de la Convivencia de Bilbao].”


10ª ESTACIÓN: SE REPARTEN LOS VESTIDOS DE JESÚS

Dice la Palabra de Dios (Jn. 19, 23-24): “Después que los soldados crucificaron a

Jesús, tomaron sus vestiduras y las dividieron en cuatro partes, una para cada uno.

Tomaron también la túnica, y como no tenía costura porque estaba hecha de una sola

pieza de arriba a abajo, se dijeron entre sí: 'No la rompamos. Vamos a sortearla para

ver a quién le toca'. Así se cumplió la Escritura que dice: Se repartieron mis

vestiduras y sortearon mí túnica".

Jesús ha perdido todo. Hasta la ropa. Lo único que tiene ahora es un cuerpo que

duele por todas partes. Mientras los tres crucificados braman de dolor, los soldados

están muy ocupados en el reparto de la ropa. Eso es todo lo que les interesa. Vale

más una túnica que un hombre que agoniza.

Se mata a personas por una idea, por un pedazo de tierra, por droga, por celos o por

petróleo. Una persona vale menos que los beneficios, menos que un aplauso, menos

que un puñado de euros…

Reflexionemos sobre nuestros valores:

En nuestra vida, ¿a qué le damos más valor? ¿a la comodidad o al vecino que

me necesita? … ¿Al ascenso en el puesto de trabajo o el compañerismo?… ¿a

la persona que sufre o está empobrecida o al dinero?

Jesús desnudo predica desde el Calvario la suprema dignidad de la persona

por encima de cualquier otro valor…

…porque…:

‘DIGNIDAD se escribe con “D” de DERECHOS’

‘DUINTASUNAREN BIDEA, ESKUBIDEAK’


11ª ESTACIÓN: JESÚS ES CLAVADO EN LA CRUZ

“Condujeron a Jesús al Gólgota (que significa “La Calavera”) y le ofrecieron vino

con mirra, pero él no lo tomó. Era media mañana cuando lo crucificaron.

Crucificaron con él a dos bandidos, uno a la derecha y el otro a la izquierda” (Mc 15,

22-28).

El dolor, la enfermedad, el fracaso, la muerte... Realidades por las que tarde o

temprano todos tendremos que pasar, porque forman parte de la vida. Cristo en la

cruz nos invita a entregarlo todo, sin quedarnos nada, porque en eso consiste la vida,

la verdadera vida, en darnos. Y así, cuando nuestra hora llegue, podremos depositar

lo que nos quede de vida en las manos del Padre, sin desesperación, con confianza.

El Papa Francisco, en la “Evangelii Gaudium”, nos recuerda que:

“La humanidad vive un giro histórico (…) Son de alabar los avances que contribuyen al bienestar (…) Pero no podemos olvidar que la mayoría de los hombres y mujeres vive precariamente el día a día (…) El miedo y la desesperación se apoderan del corazón de numerosas personas, incluso en los llamados países ricos”

En medio del dolor que estamos viviendo en el mundo, ¡qué falta nos hace ver

a Jesús en ese que sufre a nuestro lado! ¡Qué necesidad tenemos de

reconciliarnos, de perdonamos unos a otros, de decidirnos a trabajar juntos!


12ª ESTACIÓN JESÚS NOS ENTREGA SU VIDA POR AMOR

Mientras Jesús llegaba al desenlace, clamó mirando al gentío y dijo: "Perdónalos,

Padre mío, porque no saben lo que hacen".

Frente a la muerte, solemos decir: 'no somos nada'. Lo que pasa es que nos jugamos

la vida por cosas de tan poco valor que la muerte, como un viento enfurecido, nos

quita todo. Gracias a la muerte de Jesús, vivimos la vida del amor, la vida de Dios

que es inmortal. Desde esta experiencia ya no podemos decir: 'no somos

nada'. Somos todo para Dios, tan queridos por Él, que muere su Hijo por nosotros.

La muerte es lo peor que tenemos que enfrentar, lo que nos da más miedo.

También Jesús tuvo que enfrentarla. Porque quería estar con nosotros y ser

como nosotros en todo, menos en el pecado. Contemplando a Jesús muerto,

pidamos entenderlo, practicar su Palabra, tener la vida nueva.

13ª ESTACIÓN: LA VIRGEN VELA EN SUS BRAZOS EL CUERPO DE

JESÚS

(Lc. 11, 27-28): "Cuando Jesús terminó de hablar, una mujer levantó la voz en

medio de la multitud y le dijo: ¡Feliz el seno que te llevó y los pechos que te

amamantaron! Jesús le respondió: 'Felices más bien los que escuchan la Palabra de

Dios y la practican".

Querida María: Nos recuerdas a todas las madres doloridas: ojos enrojecidos, tez

pálida. Con tu Hijo en los brazos te acuerdas cuando era un niño, cuando trabajaba

con José, cuando comía en la mesa que servías. Después se despidió y ya andaba por

ahí, hablando de su Padre con el mismo lenguaje de los pobres, comiendo lo que

hubiera y durmiendo bajo las estrellas junto con el grupito de sus seguidores.

Oración a María:

¡Qué parecido a nosotros resultó ser el Hijo de Dios, tu Hijo! Tú lo entendiste

mejor que nadie. ¡Ninguna fe como la tuya, nadie con tanto amor! Por eso, no

somos nosotros quienes te hemos de consolar. Más bien queremos darte

gracias por habernos traído este hermano que nos dio la vida de Dios y porque

tu Hijo te dejó como Madre nuestra. Tú entendiste que en esta muerte nos

llega la vida grande. Ayúdanos a entenderlo.


14ª ESTACIÓN: ENTIERRAN A JESÚS

También para Jesús hay una tumba, una mortaja y el velatorio sencillo de los que lo

quisieron y se animaron a ir. En los velatorios solemos recordar la vida del que ha

muerto. Ahora nos acordamos del Evangelio, de toda la vida de Jesús, dedicada a

enseñarnos que Dios nos ama y nos quiere en su familia.

¡Qué suerte que esté aquí, con nosotros, el apóstol Juan! Por su boca, Jesús

nos sigue hablando. Dice san Juan: "Dios nos ha dado la vida eterna, y esa

vida está en el Hijo". "El que ama conoce a Dios, porque Dios es Amor".

"Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida porque amamos a

nuestros hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en la muerte".

¿15ª ESTACIÓN: …?

Falta la última estación, no del Via Crucis, sino de la Semana Santa, sin la cual no se

entiende todo lo anterior: ni la Cuaresma, ni la pasión y muerte tienen sentido si

luego Jesús no resucita; mejor dicho, si luego no resucitamos con Jesús.

Es en la Vigila Pascual, cuando se cierra el Triduo y comienza la alegría de la

Pascua: ESTÁ AQUÍ; HA RESUCITADO.

Ése debe ser el espejo en que nos miremos todas las personas cristianas: Jesús vive y

está entre nosotros. Con ese Espíritu tenemos que salir a las encrucijadas a anunciar

la buena nueva y a ayudar a construir el Reino de Dios, aquí y ahora; ayer hoy y

mañana, todos los días. Con nuestras familias, amistades, compañeros de trabajo o

de la cofradía… pero también con todos nuestros hermanos y hermanas a quienes no

conocemos, especialmente con quienes peor lo pasan por soledad, enfermedad,

carencias materiales, falta de expectativas, etc.

Desde ahí, salgamos pues a vivir intensamente esta Semana Santa y también la

Resurrección de Jesucristo día a día, todos y cada uno de los días: ¡¡¡HA

RESUCITADO!!!

Muchas gracias – Mila esker bihotz-bihotzez!

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