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música y el folclore castellano-manchego

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La música y el folclore

castellano-manchego

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INTRODUCCIÓN

Entre los bailes folclóricos de Castilla-La Mancha destaca la seguidilla, considerada como la matriz de las danzas de la región y cuyo origen se disputan Andalucía y La Mancha. De ella se derivan el fandango y el bolero. Estos tres bailes, castellanizados, se han extendido a toda la península (en especial a Castilla y León) a la par que Castilla-La Mancha ha recibido la influencia de las danzas de otras comunidades, las cuales han sido adaptadas a su idiosincrasia (la llamada jota castellana y la jota manchega, por ejemplo).

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DANZAS

Entre las danzas castellanas hay seis que sobresalen entre las demás:

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La jota castellana

se suele acompañar con guitarras, bandurrias, laúdes, dulzaina y tamboril. Todo mientras la pareja de bailarines danza manteniendo las manos encima de la cabeza, ocasionalmente acompañándose de castañuelas. La jota castellana, se baila con los característicos pasos saltados, un poco picada, y es más sobria y menos movida y airosa que la de Aragón. La música va frecuentemente acompañada por canciones que reciben el nombre de coplas. Éstas a veces tratan del amor, de las bodas, de la vida o de su religiosidad, pero casi siempre se caracterizan por su picaresca y gran sentido del humor.

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Las seguidillas,

más comunes en las provincias de la antigua Castilla la Nueva, esto es, en las actuales Castilla-La Mancha y Comunidad de Madrid, son canciones de ritmo ternario y movimiento animado, con acompañamiento de castañuelas, guitarras, bandurrias, laúd, almirez y botella de anís con llave, aunque también se tocan con la dulzaina y el tamboril. En compás de 3/4, está distribuida habitualmente en estrofas de cuatro versos alternativos de siete y cinco sílabas con asonancia en los pares, seguidas de estribillos de tres versos de cinco sílabas el primero y tercero y de siete el segundo. El contenido de sus letras suele ser de tema amoroso, pero también las hay de temática pícara o jocosa.

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El fandango

Danza ejecutada por una pareja, de movimiento vivo es otra danza tradicional castellana. El compás ternario, los versos octosílabos y el frecuente empleo de castañuelas marcan un estrecho parentesco con la jota.

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Villancico

Un villancico es una composición musical, y la forma poética asociada, tradicional de España, Latinoamérica y Portugal. Estas piezas fueron populares entre los siglos XV y XVIII. Los villancicos eran originariamente canciones profanas con estribillo, de origen popular y armonizadas a varias voces. Posteriormente comenzaron a cantarse en las iglesias y a asociarse específicamente con la Navidad. Compositores notables de villancicos fueron entre otros Juan del Enzina, Pedro de Escobar, Francisco Guerrero, Gaspar Fernandes y Juan Gutiérrez de Padilla.

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Canto de ronda

El canto de ronda, o ronda simplemente, es una costumbre folclórica española, sobre todo castellana y extremeña, en la cual los jóvenes o mozos del lugar salen de celebración y a cantar por las calles de los pueblos por las noches por varios motivos, como la llamada a filas o fiesta de los Quintos, las fiestas patronales del lugar, la Festividad de los Mayos o el cortejo de alguna muchacha. También, en la provincia de Cuenca, eran costumbre las rondas por parte de los Quintos o mozos que eran llamados a filas. Las rondas se celebran recorriendo todas las calles del pueblo acompañados de la orquestina y de los instrumentos más insólitos.

Al final de las rondas, en que recogían de todo por las casas (dinero y especie), mataban un cordero y con lo recogido estaban de "zangona" varios días.

Otro tipo de ronda era la que se hacía en honor de los forasteros y funcionarios. Estos quedaban obligados a invitar "generosamente" a los rondadores y a los componentes de la orquestina. Ésta solía ir formada por un par de laúdes, una guitarra, un rabel, varias botellas de anís, un almirez, una caña y un cántaro.

Los cantos y bailes que acompañaban a estas celebraciones se conocen como Cantos de ronda, y son muy variados, dependiendo de la zona geográfica, variando desde la jota, la cascabelera, o la seguidilla.

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Los mayos

Esta celebración primaveral generalmente se hacía coincidir con el primer domingo de dicho mes y tenía antiguamente connotaciones rituales totémicas a la divinidad primaveral o de los árboles que se han ido perdiendo con el paso de los tiempos.

Se tienen noticias de celebraciones similares en Santa Cruz de la Zarza (Toledo) que tiene lugar en la actualidad la noche del 30 de abril. Las rondallas cantan el primer Mayo a la Virgen del Rosario y después recorren el pueblo cantando y tocando instrumentos de pulso y púa: guitarras, laudes, bandurrias, etc. durante toda la tarde-noche, y todas las chicas reciben su Mayo, dedicado por el novio, amigos, etc. Cada una de estas rondallas porta un farol que es una maqueta que representa a un personaje o figura alegórica de los acontecimientos de la vida social o política del momento. Antiguamente, los mozos salían a rondar por las calles del pueblo acompañados de un farol, debido a la carencia de iluminación y que les ayudaba en la interpretación musical. De ahí el nombre de farol que reciben las maquetas que portan en la actualidad. Algunas de las piezas que se cantan datan del siglo XVII. Esta fiesta está declarada como Fiesta de Interés Turístico Regional.

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Compositores y músicos de castilla la mancha

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Jacinto Guerrero Nació el 16 de agosto de 1895 en Ajofrín, Toledo. Inició sus estudios musicales en la Catedral de Toledo como infante de coro bajo la dirección del músico catalán Lluis Ferré. Gracias a una beca de la Diputación Provincial de Toledo pudo seguir estudiando en Madrid, donde fue alumno de Conrado del Campo en el Real Conservatorio. Algún tiempo después ingresó como músico en la Orquesta del Real Tetro Apolo hasta que alcanzó la dirección de su orquesta. En 1921 estrena en Barcelona su primera zarzuela importante La Alsaciana. Al año siguiente estrenó en Zaragoza La Montería y en 1923 estrena Los Gavilanes en el Teatro de la Zarzuela de Madrid. En 1926, El Huesped del Sevillano, estrenada en el Teatro Apolo y con texto de Juan Ignacio Luca de Tena y Enrique Reoyo tuvo un tremendo éxito. Continuó con obras como Martierra (1928), La Rosa del Azafrán (1930), La Fama del Tartanero (estrenada en Valladolid en 1931), Sole, La Peletera (1932) y El Ama (1933). Tras la Guerra Civil estrena Canción del Ebro (1941), Tiene Razón Don Sebastián (1944) y Los Países Bajos (1949). Además hace incursiones en la revista de la que destacan grandes éxitos como El Sobre Verde y Los Bullangueros (1927), Abajo las Coquetas y La Orgía Dorada (1928), Miss Guindalera (1931) ¡Gol! (1933), La Media de Cristal (1942), ¡Cinco Minutos Nada Menos! (1944), La Blanca Doble (1947), Tres Gotas Nada Más (1950) que estuvieron mucho tiempo en cartelera. En 1948 fue nombrado presidente de la Sociedad de Autores Españoles. Fue comendador de las Órdenes de Isabel la Católica y de Alfonso X el Sabio, y medalla del Trabajo de 1ª clase. Falleció en Madrid, el 15 de septiembre de 1951 a causa de una intervención quirúrgica.

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Jesus villa-rojo

El perfil de Jesús Villa Rojo, compositor, intérprete brillante, profesor viajero y autor de varios tratados teóricos fundamentales, se asemeja al retrato-robot del virtuoso del primer romanticismo; incluso en la concepción hedonista de la música, en absoluto ajena a los intentos idealistas de buscar una función social para un arte que parecía haberla perdido tras la Revolución Francesa. Su llegada a Roma en 1969 se produce en momentos de efervescencia revolucionaria en toda Europa en torno a una consigna: «La imaginación al poder», que tuvo la más inmediata consecuencia musical en la quiebra del serialismo integral y la recuperación de la sensualidad a través de propuestas como la del Grupo de Improvisación Nuova Consonanza, que «nunca permitió la inclusión de obras de ningún autor». Toda la música que se hacía era, en partes iguales, de todos los miembros. Se hacía un programa previo, en el que la base podían ser sonidos largos, cortos, agudos..., o este tipo de indicaciones, o bien el primer ataque de un instrumento era el elemento básico para el desarrollo y la elaboración de la pieza del concierto. «El material, los resultados sonoros eran de una gran riqueza, creo que difícilmente alcanzable», según explica Villa Rojo, que se integra en Nuova Consonanza en 1971 al tiempo que cierra su período de aprendizaje con la obtención del Premio Béla Bartók por Tiempos (1970), para cuarteto de cuerda. La partitura de este cuarteto de cuerda muestra una exquisita planificación que responde a una soberbia factura formal, característica común a toda la producción de Villa Rojo; el resultado sonoro procede de una explotación sistemática de las posibilidades de ataque.

El período experimental de Villa Rojo (1970-1983) está determinado por la búsqueda de nuevas posibilidades instrumentales virtuosas, tanto en el tratamiento individualizado como en las agrupaciones homogéneas y heterogéneas de instrumentos, e incluso en la simultaneidad de varias agrupaciones, así como por la consecución de una partitura rigurosamente planificada y plásticamente bella que, partiendo de la tradición, registre tanto las características de los sonidos individuales como las relaciones entre los instrumentos y permita al intérprete la lectura íntegra de, al menos, un acontecimiento de la obra. Sirva como ejemplo Formas y fases (1971) para clarinete y conjunto instrumental, obra que ganó el Premio Koussevitzki. La doble influencia de Bartók y de Nuova Consonanza se muestra en la enorme violencia sonora de las obras de este período que en la partitura se refleja en un creciente virtuosismo plástico. Ambos aspectos, plástico y sonoro, se unen por fin para el público gracias a las colaboraciones de Villa Rojo con artistas plásticos en 1984-85, auténtica síntesis y estación de destino del período experimental.