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Presentación del Manual “Somos parte de la emergencia” Viernes 30 de octubre, 3:00 p.m. (Miniauditorio antiguo edificio de Ciencias Sociales)

Cuando la Organización de las Naciones Unidas celebró sus setenta años, en julio, recordó cómo su fundación se basaba en equidad para todos, dignidad y valor de cada ser humano. En aquel entonces había información limitada sobre personas con discapacidad, y se le daba poca atención a los desafíos que tenían para integrarse en la sociedad. Años después se empezaron a visibilizar sus derechos y promover su empoderamiento en los distintos sectores de la población. Ese fue el caso de la apertura a la firma de la ‘Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad’ y su Protocolo Facultativo, en el 2007: nunca una convención de las Naciones Unidas había reunido un número tan elevado de signatarios en el día de su apertura a la firma. Este documento señaló un ‘cambio paradigmático’ de las actitudes y enfoques respecto de las personas con discapacidad, que ha servido de modelo para múltiples organizaciones regionales de integración. Todas y todos ellos son sujetos con derechos, capaces de reclamar esos derechos y de tomar decisiones sobre su vida basadas en su consentimiento libre e informado, además de ser miembros activos de la sociedad. Traigo este tema a colación para evidenciar que el tema de los derechos de las personas con alguna condición de discapacidad ha sido históricamente relegado. Las lecturas que explican este fenómeno pueden ser variadas según del contexto; hay sociedades que son naturalmente más inclusivas que otras, que han promovido políticas públicas equitativas y que basan su civismo en la diversidad. Pero afortunadamente, y en gran medida gracias a esta convención, los países del mundo reconocen la importancia que para las personas con discapacidad reviste su autonomía e independencia individual, incluida la libertad de tomar sus propias decisiones. El hecho que nos reúne hoy es una muestra de este reconocimiento. Desde su fundación, hace 75 años, la Universidad de Costa Rica se ha esforzado por modelarse a sí misma como ejemplo de un accionar democrático posible, una comunidad más inclusiva, equitativa y justa, consciente de su

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heterogeneidad y preocupada por el desarrollo integral de los distintos grupos que la componen. Por ello, la guía que hoy presentamos representa un aporte a esta corriente que se siente cada vez más fuerte, y que nos permite vernos cada vez con menos diferencias y con más riqueza en nuestra diversidad. Con el manual de atención de personas en condición de discapacidad en una emergencia, la UCR brinda una contribución esencial a la comunidad universitaria y a la comunidad nacional: este manual, pero esencialmente su comprensión y aplicación, podrán generar conocimientos y prácticas que salvarían vidas en caso de emergencia. Esta publicación se realizó bajo la coordinación de la Comisión Institucional en Materia de Discapacidad (CIMAD), el apoyo financiero de la Junta de Ahorro y Préstamo de la UCR, y la colaboración esencial de múltiples actores. Contiene los insumos básicos que toda persona debería conocer en una de estas situaciones; no solo porque la atención de emergencias debe ser de conocimiento amplio y extendido entre la población, pues todos estamos sujetos a ser víctimas de alguna situación imprevista. Sino porque debemos estar conscientes de que todos tenemos capacidades diversas. Quienes tienen una condición de discapacidad, que puede ser física, sensorial, intelectual o psicosocial, deben ser tomados en cuenta en todo momento. Minutos e incluso segundos pueden hacer la diferencia para asegurarnos que ni sus vidas ni las nuestras correrán peligro. Me complace que el CIMAD de la UCR, mediante la publicación de este manual, colabore con la dignificación de derechos de personas con discapacidad y la visibilidad que estas deben tener en la sociedad. Nos enorgullece también el hecho de que esta guía fuera elaborada desde la perspectiva y las experiencias de personas con distintos tipos de discapacidades; esto es una garantía de que la información que contiene el manual realmente brinda los apoyos requeridos y las conductas de asistencia apropiadas para cada condición. El manual que hoy presentamos no incorpora una visión o una dirección exclusivamente de personas sin discapacidad hacia personas con

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discapacidad. La innovación de esta guía radica en que las mismas personas con discapacidad puedan saber cómo actuar en caso de emergencia, y puedan brindar su ayuda a otras, independientemente de su condición. Precisamente por esto, nuestras luchas por la equidad social también deben traducirse en mayor seguridad ante situaciones de desastre, emergencia y conflicto. La equidad no significa ofrecer exactamente lo mismo a todas las personas, sino actuar en respuesta a la diferencia de cada condición en particular; solo así se puede garantizar la igualdad colectiva en el acceso a la seguridad y al bienestar. Más adelante se harán versiones accesibles del propio manual, con adaptaciones en braille y LESCO, así como con audios y videos que puedan ser comprendidos y accedidos libremente por personas con discapacidad. Este será el primer paso para propagar su contenido. Además, este manual será operativizado mediante capacitaciones que el personal y voluntarios del CIMAD brindarán a las distintas unidades académicas de la Universidad de Costa Rica. Desde la Rectoría promoveremos a que muchas unidades y sus comités de atención de emergencias respectivos asistan y transmitan estos conocimientos. Sin embargo, la universidad ofrecerá estas capacitaciones también a las instituciones externas que así lo requieran. Mediante iniciativas como estas, la UCR concreta su compromiso de coadyuvar en la transformación de la sociedad actual en dirección de una que sea más accesible e inclusiva, mejor informada sobre su diversidad, más efectiva al momento de garantizar a todas las personas el ejercicio de sus derechos y, por lo tanto, más capacitada para proteger y asistir de manera eficaz a los distintos grupos que la componen, de acuerdo con sus necesidades particulares. Quisiera terminar mi intervención citando el artículo 11 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, que Costa Rica firmó junto con su Protocolo Facultativo, para que sea de inspiración para todos quienes han colaborado y colaborarán con la puesta en práctica de este manual:

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Los Estados Partes adoptarán, en virtud de las responsabilidades que les corresponden con arreglo al derecho internacional, y en concreto el derecho internacional humanitario y el derecho internacional de los derechos humanos, todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad y la protección de las personas con discapacidad en situaciones de riesgo, incluidas situaciones de conflicto armado, emergencias humanitarias y desastres naturales.

Muchas gracias.