Presentación Mesa Trabajo
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Acción Católica Argentina
Sector Trabajadores
“Construyamos una Nación sin excluidos”
Encuentro Regional “La Pobreza Duele”
Mesa Temática: Trabajo
“La justa distribución de la riqueza en la Doctrina
Social de la Iglesia”
Buenos Aires 6 de agosto 2011
Hacia un “humanismo integral y solidario”
“La cuestión social actual es sin duda una
cuestión de justicia social mundial,… Es, además,
cuestión de distribución equitativa de los
recursos materiales e inmateriales, de
globalización de la democracia sustancial, social y
participativa.” (Benedicto XVI, mayo 16 de 2011)
“…hemos tomado conciencia que no hay democracia
estable sin una sana economía y una justa
distribución de los bienes (ICN, 129)”
(Conferencia Episcopal Argentina, Hacia un Bicentenario en
justicia y solidaridad, 4)
Todos somos iguales para Dios
“Dios no hace acepción de personas, porque todos
los hombres tienen la misma dignidad de criaturas a
su imagen y semejanza (Compendio de la Doctrina Social
de la Iglesia, 144)
“Todos los seres humanos nacen libres e iguales en
dignidad y derechos…” (Naciones Unidas, Declaración
Universal de los Derechos Humanos, Artículo 1°, 1948)
“La Nación Argentina no admite prerrogativas de
sangre, ni de nacimiento: no hay en ella fueros
personales ni títulos de nobleza. Todos sus habitantes
son iguales ante la ley, y admisibles en los empleos
sin otra condición que la idoneidad. La igualdad es la
base del impuesto y de las cargas públicas.”(Constitución Nacional, Artículo 16)
La Iglesia tiene algo que decir en lo social
“Con su enseñanza social, la Iglesia quiere
anunciar y actualizar el Evangelio en la compleja red
de las relaciones sociales. No se trata simplemente
de alcanzar al hombre en la sociedad - el hombre
como destinatario del anuncio evangélico, sino de
fecundar y fermentar la sociedad misma con el
Evangelio” (Cdio.,62)
La primacía del orden moral: el personalismo cristiano
“La persona humana no puede y no debe ser
instrumentalizada por las estructuras sociales,
económicas y políticas, porque todo hombre posee la
libertad de orientarse hacia su fin último.” (Cdio., 48)
“Todas las cosas de la tierra (están) subordinadas
como medios a la persona humana, para que por
medio del hombre encuentren todas las cosas su
referencia esencial al Creador.” (Pío XI, Divini
Redemptoris, 30)
El principio del destino universal de los bienes
“Dios ha destinado la tierra y cuanto ella contiene para
uso de todos los hombres y pueblos. En consecuencia,
los bienes creados deben llegar a todos en forma
equitativa bajo la égida de la justicia y con la compañía
de la caridad” (Concilio Vaticano II, Gaudium et Spes, 69)
“Dios ha dado la tierra a todo el género humano para
que ella sustente a todos sus habitantes, sin excluir a
nadie ni privilegiar a ninguno. He ahí, pues, la raíz
primera del destino universal de los bienes de la tierra.”(Juan Pablo II, Centesimus Annus, 31)
El principio del destino universal
de los bienes
Es un derecho natural prioritario
El derecho natural al uso universal de los bienes
“es prioritario respecto a cualquier intervención
humana sobre los bienes, a cualquier ordenamiento
jurídico de los mismos, a cualquier sistema y método
socioeconómico: «Todos los demás derechos, sean
los que sean, comprendidos en ellos la propiedad y
comercio libre, a ello (destino universal de los
bienes) están subordinados: no deben estorbar
antes al contrario facilitar su realización» (Paulo VI,
Populorum Progressio, 22) ” (Cdio. 172)
El principio del destino universal
de los bienes
Un principio básico de una
economía solidaria
“El principio del destino universal de los bienes
invita a cultivar una visión de la economía
inspirada en valores morales que permitan tener
siempre presente el origen y la finalidad de tales
bienes, para así realizar un mundo justo y solidario,
en el que la creación de la riqueza pueda asumir una
función positiva” (Cdio., 174)
La necesidad de normas que
reglamenten el ejercicio de los
derechos
“Si bien es verdad que todos los hombres nacen con
el derecho al uso de los bienes, no lo es menos que,
para asegurar un ejercicio justo y ordenado, son
necesarias intervenciones normativas, fruto de
acuerdos nacionales e internacionales, y un
ordenamiento jurídico que determine y
especifique tal ejercicio.” (Cdio.,173)
“Todos los habitantes de la Nación gozan de los
siguientes derechos conforme a las leyes que
reglamenten su ejercicio” (Constitución Nacional,
Art.14)
La propiedad privada también es
un derecho a preservar
“La propiedad privada es un elemento esencial de
una política económica auténticamente social y
democrática y es garantía de un recto orden social.”(Cdio.,176)
El principio destino universal de
los bienes como criterio para la
reglamentación del derecho de
propiedad
El principio del destino universal de los bienes “no
se opone al derecho de propiedad, sino que indica la
necesidad de reglamentarlo. La propiedad privada,
es, en su esencia, sólo un instrumento para el
respeto del principio del destino universal de los
bienes, y por tanto, en último análisis, un medio y no
un fin” (Cdio.,177)
La propiedad privada no hay que
limitarla
sino generalizarla
(Maritain, “Humanismo Integral”)
“La doctrina social postula que la propiedad de los
bienes sea accesible a todos por igual, de manera
que todos se conviertan, al menos en cierta medida,
en propietarios.” (Cdio.,176)
La caridad con los pobres es
también un acto de justicia
“El principio del destino universal de los bienes
exige que se vele con particular solicitud por los
pobres, por aquellos que se encuentran en
situaciones de marginación.” (Cdio.,182)
“Cuando damos a los pobres las cosas
indispensables no les hacemos liberalidades
personales, sino que les devolvemos lo que es suyo.
Más que realizar un acto de caridad, lo que hacemos
es cumplir un deber de justicia.” (Cdio.,184 citando a San
Gregorio Magno)
La riqueza tiene una función
social
“Las riquezas realizan su función de servicio al
hombre cuando son destinadas a producir beneficios
para los demás y para la sociedad” (Cdio., 329)
“La riqueza, explica San Basilio, es como el agua
que brota cada vez más pura de la fuente si se bebe
de ella con frecuencia, mientras que se pudre si la
fuente permanece inutilizada.” (Cdio.,329)
“Los bienes, aun cuando son poseídos
legítimamente, conservan siempre un destino
universal. Toda forma de acumulación indebida es
inmoral, porque se halla en abierta contradicción con
el destino universal que Dios creador asignó a todos
los bienes.” (Cdio.,328)
“La propiedad de los medios de producción … es
justa y legítima cuando se emplea para un trabajo
útil; pero resulta ilegítima cuando no es valorada o
sirve para impedir el trabajo de los demás u obtener
unas ganancias que no son fruto de la expansión
global del trabajo y de la riqueza social, sino más
bien de su compresión, de la explotación ilícita, de la
especulación y de la ruptura de la solidaridad en el
mundo laboral. Este tipo de propiedad no tiene
ninguna justificación y constituye un abuso ante Dios
y los hombres.” (Juan Pablo II, Centesimus Annus, 43)
La organización de la
economía:
la economía de mercado o de
la empresa
“El libre mercado es una institución socialmente
importante por su capacidad de garantizar resultados
eficientes en la producción de bienes y servicios.”(Cdio., 347)
“Un mercado verdaderamente competitivo es un
instrumento eficaz para conseguir importantes
objetivos de justicia: moderar los excesos de
ganancia de las empresas; responder a las
exigencias de los consumidores; realizar una mejor
utilización y ahorro de los recursos; premiar los
esfuerzos empresariales y la habilidad de
innovación; hacer circular la información, de modo
que realmente se puedan comparar y adquirir los
productos en un contexto de sana competencia.”(Cdio., 347)
Los factores de la producción y su
retribución:
matriz de la distribución primaria
del ingreso
El papel del empresario
“El papel del empresario y del dirigente revisten
una importancia central desde el punto de vista
social, porque se sitúan en el corazón de la red de
vínculos técnicos, comerciales, financieros y
culturales, que caracterizan la moderna realidad de
la empresa.” (Cdio., 344)
La retribución del empresario
propietario
“La doctrina social reconoce la justa función del
beneficio, como primer indicador del buen
funcionamiento de la empresa: «Cuando una
empresa da beneficios significa que los factores
productivos han sido utilizados adecuadamente»
(Juan Pablo II, Centesimus Annus, 35)”. (Cdio., 340)
La retribución de los trabajadores
“La remuneración es el instrumento más
importante para practicar la justicia en las relaciones
laborales. El «salario justo es el fruto legítimo del
trabajo» (Catecismo de la Iglesia Católica, 2.434). (Cdio., 302)
“El simple acuerdo entre el trabajador y el patrono
acerca de la remuneración, no basta para calificar de
«justa» la remuneración acordada, porque ésta «no
debe ser en manera alguna insuficiente» para el
sustento del trabajador: la justicia natural es anterior
y superior a la libertad del contrato.” (Cdio., 302)
La justa distribución de las
rentas como medida
fundamental del bienestar
económico
“El bienestar económico de un país no se mide
exclusivamente por la cantidad de bienes
producidos, sino también teniendo en cuenta el
modo en que son producidos y el grado de equidad
en la distribución de la renta, que debería permitir
a todos disponer de lo necesario para el desarrollo y
el perfeccionamiento de la propia persona.” (Cdio.303)
“Una justa distribución del rédito debe
establecerse no sólo en base a los criterios de
justicia conmutativa, sino también de justicia social,
es decir, considerando, además del valor objetivo de
las prestaciones laborales, la dignidad humana de
los sujetos que las realizan.” (Cdio. 303)
La necesaria redistribución de
la riqueza
“Un bienestar económico auténtico se alcanza
también por medio de adecuadas políticas sociales
de redistribución de la renta que, teniendo en
cuenta las condiciones generales, consideren
oportunamente los méritos y las necesidades de
todos los ciudadanos.” (Cdio. 303)
La redistribución comienza en
la propia matriz primaria de
distribución del ingreso
“Los empresarios y los dirigentes no pueden tener
en cuenta exclusivamente el objetivo económico
de la empresa, los criterios de la eficiencia
económica, las exigencias del cuidado del «capital»
como conjunto de medios de producción: el respeto
concreto de la dignidad humana de los trabajadores
que laboran en la empresa, es también su deber
preciso.” (Cdio.,344)
La Doctrina Social de la Iglesia
refuerza esta exigencia:
la primacía del trabajo sobre el
capital
“La doctrina social ha abordado las relaciones entre
trabajo y capital destacando la prioridad del primero
sobre el segundo, así como su complementariedad.”(Cdio., 277)
Un salto cualitativo: El trabajo,
título de participación en la
empresa.
“La relación entre trabajo y capital se realiza
también mediante la participación de los trabajadores
en la propiedad, en su gestión y en sus frutos. Esta
es una exigencia frecuentemente olvidada, que es
necesario, por tanto, valorar mejor: debe procurarse
que «toda persona, basándose en su propio trabajo,
tenga pleno título a considerarse, al mismo tiempo,
“copropietario” de esa especie de gran taller de
trabajo en el que se compromete con todo…»(Juan
Pablo II, Laborem Exercens, 14) ” (Cdio., 281)
El sindicato, promotor y custodio
del salario justo
y de la justicia social
“El Magisterio reconoce la función fundamental
desarrollada por los sindicatos de trabajadores,
cuya razón de ser consiste en el derecho de los
trabajadores a formar asociaciones o uniones para
defender los intereses vitales de los hombres
empleados en las diversas profesiones.” (Cdio., 305)
“Los sindicatos son propiamente los promotores de
la lucha por la justicia social” (Cdio., 306)
La redistribución generada en la
empresa mediante las relaciones
contractuales entre el capital y el
trabajo, por más justa que fuere,
no es suficiente: es necesario
reorientar el funcionamiento
del sistema económico
“La doctrina social de la Iglesia, aun reconociendo al
mercado la función de instrumento insustituible de
regulación dentro del sistema económico, pone en
evidencia la necesidad de sujetarlo a finalidades
morales que aseguren y, al mismo tiempo,
circunscriban adecuadamente el espacio de su
autonomía. (…) Ante el riesgo concreto de una «
idolatría» del mercado, la doctrina social de la Iglesia
subraya sus límites, fácilmente perceptibles en su
comprobada incapacidad de satisfacer importantes
exigencias humanas.” (Cdio 349)
La función fundamental del
Estado
“La responsabilidad de edificar el bien común
compete, además de las personas particulares,
también al Estado, porque el bien común es la
razón de ser de la autoridad política. El Estado, en
efecto, debe garantizar cohesión, unidad y
organización a la sociedad civil de la que es
expresión, de modo que se pueda lograr el bien
común con la contribución de todos los ciudadanos.(Cdio.,168)
“Para asegurar el bien común, el gobierno de cada
país tiene el deber específico de armonizar con
justicia los diversos intereses sectoriales.” (Cdio.,169)
En especial por los pobres,
los desocupados,
los excluidos
“Al considerar los problemas del desarrollo, se ha
de resaltar la relación entre pobreza y desocupación.
Los pobres son en muchos casos el resultado de la
violación de la dignidad del trabajo humano, bien
porque se limitan sus posibilidades (desocupación,
subocupación), bien porque se devalúan «los
derechos que fluyen del mismo, especialmente el
derecho al justo salario, a la seguridad de la persona
del trabajador y de su familia» (Juan Pablo II, Laborem
Exercens, 8)” (Benedicto XVI, Caritas in Veritatis, 63)
La necesaria intervención del
Estado,
a la vez subsidiaria y solidaria,
pero sin caer en el
intervencionismo y el
asistencialismo
“Los problemas de la ocupación reclaman las
responsabilidades del Estado, al cual compete el
deber de promover políticas que activen el empleo…
El deber del Estado no consiste tanto en asegurar
directamente el derecho al trabajo de todos los
ciudadanos, constriñendo toda la vida económica y
sofocando la libre iniciativa de las personas, cuanto
sobre todo en «secundar la actividad de las
empresas, creando condiciones que aseguren
oportunidades de trabajo, estimulándola donde sea
insuficiente o sosteniéndola en momentos de crisis»(Juan Pablo II, Centesimus Annus,48).” (Cdio., 291)
“El Estado del bienestar ha buscado “responder de
manera más adecuada a muchas necesidades y
carencias tratando de remediar formas de pobreza y
de privación indignas de la persona humana”. Pero,
“no han faltado excesos y abusos”. En este ámbito
también debe ser respetado el principio de
subsidiariedad. Una estructura social de orden
superior no debe interferir en la vida interna de un
grupo social de orden inferior, privándola de sus
competencias, sino que más bien debe sostenerla en
caso de necesidad y ayudarla a coordinar su acción
con la de los demás componentes sociales, con
miras al bien común” (Juan Pablo II, Centesimus Annus,
48)
“Al intervenir directamente y quitar responsabilidad a
la sociedad, el Estado asistencial provoca la pérdida
de energías humanas y el aumento exagerado de los
aparatos públicos, dominados por lógicas
burocráticas más que por la preocupación de servir a
los usuarios, con enorme crecimiento de los gastos.
Efectivamente, parece que conoce mejor las
necesidades y logra satisfacerlas de modo más
adecuado quien está próximo a ellas o quien está
cerca del necesitado.” (Juan Pablo II, Centesimus Annus,
48)
“El principio de subsidiaridad debe mantenerse
íntimamente unido al principio de la solidaridad y
viceversa, porque así como la subsidiaridad sin la
solidaridad desemboca en el particularismo social,
también es cierto que la solidaridad sin la
subsidiaridad acabaría en el asistencialismo que
humilla al necesitado.” (Benedicto XVI, Caritas in Veritatis,
58)
Las finanzas del Estado como palanca clave para la
justa distribución de las riquezas
“Los ingresos fiscales y el gasto público asumen
una importancia económica crucial para la
comunidad civil y política: el objetivo hacia el cual se
debe tender es lograr una finanza pública capaz de
ser instrumento de desarrollo y de solidaridad. Una
Hacienda pública justa, eficiente y eficaz, produce
efectos virtuosos en la economía, porque logra
favorecer el crecimiento de la ocupación, sostener
las actividades empresariales y las iniciativas sin
fines de lucro, y contribuye a acrecentar la
credibilidad del Estado como garante de los sistemas
de previsión y de protección social, destinados en
modo particular a proteger a los más débiles.”
(Cdio., 355)
En la redistribución de los recursos, las finanzas
públicas deben seguir los principios de la solidaridad,
de la igualdad, de la valoración de los talentos, y
prestar gran atención al sostenimiento de las
familias, destinando a tal fin una adecuada cantidad
de recursos.” (Cdio., 355)
El importante papel de la
sociedad civil en la
redistribución del ingreso
“La sociedad civil, organizada en sus cuerpos
intermedios, es capaz de contribuir al logro del bien
común poniéndose en una relación de colaboración y
de eficaz complementariedad respecto al Estado y al
mercado, favoreciendo así el desarrollo de una
oportuna democracia económica.” (Cdio.,356)
Llamado a la acción
“Por otro lado, hemos tomado conciencia que no hay
democracia estable sin una sana economía y una justa
distribución de los bienes aunque entre todos debemos
seguir trabajando a fin de hacerla realidad y que no
quede sólo en una consigna o en un plano teórico o
meramente emotivo” (Conferencia Episcopal Argentina)
“Ante el ingente trabajo que queda por hacer, la fe en
la presencia de Dios nos sostiene, junto con los que se
unen en su nombre y trabajan por la justicia” (Benedicto
XVI, Caritas in veritatis, 78)