Pretratamiento en Aguas Residuales
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Universidad de la Sierra Juárez
Ensayo
Tema IIPre-tratamiento
Leonardo Vásquez González
Ixtlán de Juárez Oaxaca, 27 de Junio del 2007
RESUMEN
Los tratamientos de aguas son muy variados y dependen del tipo de contaminación, en el
caso de aguas residuales y para algunas potabilizadoras, los tratamientos suelen incluir la
siguiente secuencia: pre-tratamiento, tratamiento primario, tratamiento secundario y
desinfección. En el pre-tratamiento se busca acondicionar el agua residual para facilitar los
tratamientos posteriores, y preservar la instalación de erosiones y taponamientos. Incluye
equipos tales como: rejillas, tamices, desarenadores, reguladores de flujo y
desengrasadores. El pre-tratamiento se justifica para tratar aguas de ríos o arroyos turbios,
y las aguas residuales del drenaje municipal u otras fuentes como las industrias y la
agricultura, donde existen variaciones horarias, diarias y estacionales en la cantidad y
calidad del agua. En este ensayo se hace un repaso de las operaciones de pre-tratamiento,
se analizan las tecnologías reportadas en la bibliografía especializada y se hacen
recomendaciones de tecnologías sencillas de bajo costo que los profesionales de ciencias
ambientales pueden tomar en cuenta para el diseño sistemas de tratamiento de aguas.
Palabras clave: caudal, desarenadores, rejillas, tratamiento de aguas, vertedores
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ÍNDICE
Introducción...................................................................................................................3Pre-tratamiento...............................................................................................................61. Desbaste o tamizado..................................................................................................72. Medidores de caudales...............................................................................................93. Homogeneización de caudales.................................................................................134. Desarenadores..........................................................................................................16Conclusiones................................................................................................................17Bibliografía..................................................................................................................19
Índice de Figuras
Figura 1. Canal Parshall, vista de planta y lateral........................................................11Figura 2. Vertedor triangular 90o, vista frontal y lateral..............................................12Figura 3. Vertedor rectangular, vista frontal y lateral..................................................13Figura 4. Hidrograma para la determinación del volumen requerido para el tanque..de regulación................................................................................................................15Figura 5. Desarenador horizontal vista en elevación seccionada y planta...................16
3
INTRODUCCIÓN
Comenzaré haciendo un recuento de las preocupaciones por el agua y las tecnologías para
ubicar el tema de pre-tratamiento en el contexto del tratamiento de aguas. En las
civilizaciones de nuestros antepasados se reconoció la importancia del abastecimiento de
agua y de las medidas sanitarias para las aguas residuales. Los hallazgos arqueológicos
Zapotecos en Mitla y Monte Albán así como otras civilizaciones lejanas como la romana y
la egipcia por ejemplo, muestran la existencia de acueductos, letrinas y drenajes en sus
construcciones, de igual forma se pueden observar todavía los acueductos de: San Felipe
en la ciudad de Oaxaca; Morelia y Querétaro, para el suministro del agua, más
recientemente muchos ríos y presas además de los pozos subterráneos y ojos de aguas estos
últimos cada vez con menos agua, son los que suministran el agua a las ciudades y pueblos
de nuestro país. Sin embargo el agua como recurso natural debe administrarse
cuidadosamente, ya que las poblaciones en desarrollo y los complejos industriales tienen
demandas de aguas cada vez más crecientes y por lo tanto producen cada vez más altos
volúmenes de aguas residuales que van a parar precisamente a los ríos, lagos y mares.
Por otro lado una de las preocupaciones es la salud pública ya que las enfermedades
diarreicas e infecciones gastrointestinales dependen de la calidad de las aguas para
consumo humano, así como el de las aguas residuales. En un reporte para los países en
desarrollo por ejemplo, se menciona que hay alrededor de 1,200 millones de muertes
anuales de enfermedades diarreicas relacionadas con el agua (Ford 1999). Aunque la
vigilancia sanitaria realizada por algunas brigadas de salud en nuestro país, han disminuido
los niveles de infección en algunos Estados y sus municipios los índices de defunciones
son todavía alarmantes.
4
Un componente fundamental del desarrollo lo constituye una buena prestación de los
servicios de abastecimiento de agua y saneamiento básico, tanto a nivel urbano como rural.
Sin embargo, según reportes oficiales de la CNA, del total de la población en México, el
11% carece de servicio de agua potable y el 25% de alcantarillado, localizándose los
mayores rezagos en el medio rural, donde el 40% no cuenta con servicio de agua potable y
el 70% con alcantarillado (CNA 2000). En el año 2005, se estimaba que el volumen de
aguas residuales de origen urbano era de 255 m3/s, de los que 203 m3/s se canalizaban a
drenajes (CNA 2005) y esto va aumentando principalmente en las zonas urbanas donde se
va concentrando más la población. Es en este ámbito donde las ciencias ambientales tiene
uno de sus múltiples campos, específicamente en lo que respecta a la aplicación de las
tecnologías de tratamiento de aguas para su potabilización y para el tratamiento de las
aguas residuales, que con su conocimiento e implementación contribuirá a la satisfacción
del derecho humano al agua, el cual otorga derecho a todos a contar con agua suficiente, a
precio asequible, físicamente accesible, segura y de calidad aceptable para usos personales
y domésticos, así como al saneamiento de las aguas de desecho.
Las tecnologías de tratamiento de aguas son un conjunto de operaciones unitarias de tipo
físico, químico o biológico cuya finalidad es la eliminación o reducción de la
contaminación o las características no deseables de las aguas, bien sean para el
abastecimiento para consumo humano, para procesos en la industria o residuales. Los
tratamientos de aguas son muy variados, según el tipo de contaminación, y pueden incluir
precipitación, neutralización, oxidación química y biológica, reducción, filtración,
adsorción, ósmosis, etc. La aplicación de la cantidad de procesos y operaciones depende
del agua que se va a tratar y de la calidad del agua que se quiera obtener, de los usos a que
se destinará o la normatividad a cumplir en un caso específico. En el caso de aguas
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residuales y para algunas potabilizadoras, los tratamientos suelen incluir la siguiente
secuencia: pre-tratamiento, tratamiento primario, tratamiento secundario y desinfección,
aunque existen otros mas avanzados (Hammer 1986, Weber 1999). La finalidad de cada
uno de estos tratamientos es:
- El pre-tratamiento, busca acondicionar el agua residual para facilitar los tratamientos
posteriores, y preservar la instalación de erosiones y taponamientos. Incluye equipos tales
como rejillas, tamices, desarenadores, reguladores de flujo y desengrasadores.
- El Tratamiento primario, busca reducir la materia suspendida por medio de la
precipitación o sedimentación, con o sin reactivos, o por medio de diversos tipos de
oxidación química.
- El tratamiento secundario, oxida de forma aerobia la materia orgánica —en sus diversas
variantes de lodos activados, lechos de partículas, lagunas de oxidación u otros sistemas—
o la elimina en forma anaerobia en digestores cerrados. Ambos sistemas producen lodos en
mayor o menor medida que, a su vez, deben ser tratados para su reducción,
acondicionamiento y destino final. Se emplea de forma masiva para eliminar la
contaminación orgánica disuelta, la cual es costosa de eliminar por tratamientos físico-
químicos.
- La desinfección tiene por finalidad la eliminación o reducción de los microorganismos
patógenos contenidos en el agua, que no han sido eliminados en las fases iniciales del
tratamiento del agua. La desinfección del agua es necesaria como uno de los últimos pasos
en la planta de tratamiento de agua potable y para el tratamiento de aguas residuales, para
prevenir que esta sea dañina para nuestra salud. Muchas veces, tratándose de agua de
manantiales naturales o de pozos, la desinfección es el único tratamiento para obtener agua
potable. Con este panorama me enfocaré al pre-tratamiento, que es tema de este ensayo.
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PRE-TRATAMIENTO
Las aguas de todo el mundo presentan amplias fluctuaciones de corriente y turbiedad,
siendo las altas turbiedades una consecuencia del acarreo de lodos en las estaciones
lluviosas, las concentraciones de lodos de miles de mg/l, no son raras durante las avenidas.
El pre-tratamiento adecuado en fluctuaciones altas puede reducir la carga en las unidades
subsecuentes y producir ahorros importantes en los costos de operación totales,
especialmente en cuanto a productos químicos y mantenimiento de equipo. En este
contexto el pre-tratamiento se refiere a las operaciones de tratamiento preliminares
diseñados para remover las partículas grandes y sedimentables del agua antes de que éstas
lleguen a las unidades de tratamiento iniciales. El pre-tratamiento se justifica para tratar
aguas de ríos o arroyos turbios, y las aguas residuales del drenaje municipal u otras fuentes
como las industrias y la agricultura. Además, las variaciones horarias, diarias y
estacionales en la cantidad y calidad del agua en las tomas hace necesario el pre-
tratamiento.
Diferentes autores clasifican los pre-tratamientos de formas que varían un poco, y también
a veces con otros nombres o los separan en más operaciones; por ejemplo algunos
prefieren separar el desbaste del tamizado, pero sólo es el tamaño de paso del tamiz lo que
hace la diferencia y sigue siendo la misma operación; otros incluyen necesariamente el
desengrasado, que sólo se aplica a plantas de tratamiento de aguas residuales pero tampoco
es general; otra variante son los medidores de caudal que a veces los podemos encontrar
antes del tren de pre-tratamiento o dentro de éste. En este último caso, hay argumentos
fuertes que apoyan que los medidores de caudal no estén al inicio del tren de pre-
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tratamiento ya que el material grueso que se remueve en las rejillas altera los flujos de
operación y hace ineficientes las operaciones subsecuentes.
Aunque en la bibliografía y en catálogos de empresas especializadas en esta área se puede
encontrar equipos para el pre-tratamiento muy sofisticados, automatizados y para
aplicaciones también muy especializadas, me centraré en las más comunes y básicas que
requieren de un mínimo, o que no necesitan automatización, esto debido a que el cálculo y
diseño de las unidades nos permiten entender el proceso y no depender de un manual del
usuario o de refacciones que no se consiguen con facilidad y por lo tanto, en la mayoría de
las ocasiones se tienen que parar los sistemas de tratamiento o funcionan con muy baja
eficiencia.
1.- DESBASTE O TAMIZADO
Es el primer nivel en el tratamiento preliminar, se efectúa una operación simple de cribado
o tamizado, para quitar los sólidos grandes en el tratamiento de aguas. Estos sólidos
pueden ser: cuerpos voluminosos, trapos, palos, hojas y animales muertos que llegan
flotando o en suspensión. Para este propósito se han usado una variedad de rejillas que
interceptan el flujo de la corriente del agua en un canal de entrada a la planta de
tratamiento, las cuales varían de tamaño en sus aberturas, así como las configuraciones
geométricas. Estas rejillas pueden ser fijas, donde el material retenido se remueve
manualmente o con dispositivos mecánicos que se mueven periódicamente de acuerdo un
flujo establecido o a determinado tiempo para la descarga del material removido.
Siguiendo la línea establecida, y para su aplicación en plantas de tratamiento de aguas en
nuestras localidades, me enfocaré a las rejillas de limpieza manual. Para éste tipo de
rejillas, el espaciamiento de los barrotes usualmente es de 50 a 100 mm para desbaste
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grueso y de 5 a 20 mm para desbaste fino y se montan en un ángulo de 30o a 75o con
respecto a la horizontal siendo los más típicos de 30o a 45o (Tebbutt 1990, Reynolds 1982).
El canal donde van sumergidas las rejillas debe estar diseñado con una sección trasversal
de acuerdo a un flujo máximo para evitar reboses que pudieran ocurrir. La velocidad de
paso del agua a través de las rejillas debe ser suficiente para que la materia en suspensión
se deposite en ella sin que se provoque una gran pérdida de carga ni atascamiento en los
barrotes, para esto se establece una velocidad mínima y máxima que generalmente oscila
entre 0.60 m/s y 1.00 m/s pudiendo llegar hasta 1.4 m/s como máximo (Reynolds 1982).
Uno de los parámetros importantes a medir es la pérdida de carga, que es la pérdida de
energía dinámica del fluido debida a la fricción de las partículas del fluido entre sí y contra
las paredes de la tubería o canal que las contiene. Las pérdidas de carga en las rejillas están
comprendidas entre 0.05 m y 0.15 m en aguas potables y entre 0.10 m y 0.40 m en aguas
residuales. Estas pueden calcularse de acuerdo al tipo de rejillas, generalmente las rejillas
son una serie de barrotes con las aberturas antes mencionadas, pero también existen lo que
son propiamente los tamices que son como una malla con diferentes tamaños de claro y
Metcalf & Eddy (1979) reportan una ecuación para el cálculo de la pérdida de carga a
través de tamices. Como las rejillas mas comunes son las de barrotes, la pérdida de carga
puede calcularse de acuerdo a la ecuación 1, propuesta por Reynolds (1982).
( )7.0
1
2
22
×−
=gvvh ab
L Ecuación 1
Donde
hL es la pérdida de carga, m
Va es la velocidad de aproximación m/s
9
Vb es la velocidad a través de los barrotes en m/s y
g es la aceleración de la gravedad m/s2.
2.- MEDIDORES DE CAUDALES
La medición del caudal o gasto puede ser al inicio del sistema de tratamiento de aguas
donde el principal objetivo es el dimensionamiento de las unidades y para el control de las
operaciones y procesos. Por otra parte, también puede estar localizado al final del sistema,
donde la medida del caudal se utiliza con el propósito de facturar un consumo y deberá ser
lo más preciso posible, teniendo en cuenta el valor económico del fluido que pasa a través
del medidor, y la legislación obligatoria aplicable en cada caso. Los medidores de caudales
son un elemento esencial en todo el sistema de tratamiento de agua de abastecimiento así
como en el de aguas residuales. Estos equipos están condicionados a una serie de
consideraciones propias del proyecto que se relacionan con el tipo de sistema, la capacidad
de la planta, las características del agua y de las fuentes de abastecimiento, así como las
condiciones del terreno en el que se va a instalar el sistema. Con estos dispositivos además
de determinar caudales, algunas veces se pueden medir velocidades del fluido, pérdidas de
carga y también funcionan como unidades de mezclado rápido para ciertos productos
químicos que se pueden agregar en este punto del sistema.
Aunque existe una gran cantidad de dispositivos para la medición de caudales para
líquidos, pocos son los aplicables al sistema de tratamiento de aguas debido a que las aguas
que entran a estos sistemas arrastran una gran cantidad de sólidos por lo que su flujo no
puede medirse con métodos convencionales ya que algunas partes móviles sufrirían
erosión y atascamiento.
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Existe cierto número de aparatos disponibles para la medición de los caudales tanto en
canales como en conducciones a presión. Según la clasificación de Metcalf & Eddy (1979),
existen los de método de descarga-directa y los de método de área-velocidad, no obstante
también se pueden clasificar en: medidores de flujo en tuberías y medidores de flujo en
canales abiertos según Hammer (1986) y flujo en lámina libre y conducciones en carga
según otros autores. Posiblemente de todos los que se encuentran en la bibliografía los
dispositivos más utilizados para la medición del caudal de agua residual son: el aforador
Parshall y los vertedores, por lo que me enfocaré sobre estos.
El canal Parshall es una estructura hidráulica que permite medir la cantidad de agua que
pasa por una sección de un canal y sus partes principales son: sección convergente;
garganta; sección divergente y pozo de quietud, un diagrama de este medidor se muestra en
la figura 1. En la sección convergente, el fondo es horizontal y el ancho va disminuyendo;
en la garganta el piso baja para terminar con otra pendiente ascendente en la sección
divergente; el pozo de quietud o de calma se llena a través de una abertura inferior en el
canal y es donde se registra el nivel.
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Figura 1. Canal Parshall, vista de planta y lateral.
Por medio de experimentación se ha determinado que en los canales Parshall hay una
relación gasto-profundidad, dependiendo del tamaño de garganta. El Instituto Mexicano de
Tecnología del Agua (IMTA) ha desarrollado un manual muy detallado para el diseño de
estos canales y su construcción que puede ser de material de concreto, madera, lámina o
plástico. (Pedroza et al., 2001). Una ecuación empírica para la determinación del caudal es
la expresada en la ecuación 2, propuesta por Hammer (1986) y que se puede aplicar en
canales Parshall con garganta de 1 a 8 pulgadas.
Ecuación 2
Donde: Q= Caudal en pies cúbico por segundo, ft3/s
B= Ancho de la garganta en pies, ft
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H= Tirante o nivel del agua en el pozo de quietud en pies, ft
Con esta ecuación se puede calcular el flujo en las unidades que expresa la ecuación y
posteriormente convertir el resultado al Sistema Internacional.
Los vertedores son dispositivos simples y eficientes también para el mezclado rápido, son
baratos y relativamente fáciles de instalar, no obstante en un vertedor hay una considerable
pérdida de carga y se deben limpiar periódicamente para retirar los depósitos corriente
arriba. Los vertedores se pueden construir colocando transversal al flujo una placa delgada
o una pared de concreto para forzar que el líquido pase a través de una abertura específica,
que puede tener diferentes formas geométricas. Las configuraciones más comunes son las
triangulares y las rectangulares, para determinar el caudal en los vertedores triangulares de
90º y rectangulares, se pueden usar las ecuaciones 3 y 4 reportadas en la bibliografía
(Munson et al., 1999, Schulz et al., 1990).
Vertedor triangular de 90º.
HQ 2
5
4.1= Ecuación 3
Donde:
Q= Caudal, m3/s
H= Tirante o nivel del agua, m
Figura 2. Vertedor triangular 90o, vistafrontal y lateral.
13
Vertedor rectangular.
Q=1.84bH3/2 Ecuación 4
Donde:
Q= Caudal, m3/s
b= ancho del vertedor
H= Tirante o nivel del agua, m
Figura 3. Vertedor rectangular, vistafrontal y lateral.
Hay que tener cuidado de medir el tirante H no tan cerca del vertedor, ya que como se
observa en las figuras 2 y 3, si se mide exactamente sobre el vertedor se incurriría en un
error. Estos vertedores muchas veces se instalan de forma temporal para determinar
caudales y no se aplican para el monitoreo continuo.
3.- HOMOGENEIZACIÓN DE CAUDALES
Se ha observado en diferentes plantas de tratamiento que los flujos de las aguas pueden
variar en cuanto a cantidad (caudal) y a calidad. En las plantas potabilizadoras muchas
veces esto no tiene importancia ya que es insignificante. Sin embargo en las plantas de
tratamiento de aguas residuales es muy importante ya que las variaciones no son regulares
ni a lo largo del día, ni a o largo del año, presentándose en el primer caso tres picos de
caudal (de 7:00 a 10:00, 13:00 a 16:00 y de 20:00 a 22:00 horas), y a lo largo del año
puede presentar importantes variaciones estacionales.
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La homogeneización consiste simplemente en amortiguar las variaciones del caudal, con el
objeto de conseguir éste sea constante o casi constante. Esta técnica puede aplicarse en
situaciones diversas, dependiendo de las características de la red de alcantarillado. La
aplicación de la homogeneización de caudales en el tratamiento del agua residual puede
estar en línea o en derivación. En la disposición que recibe el nombre de «en línea», la
totalidad del caudal pasa por el tanque de homogeneización, este sistema permite reducir
las concentraciones de los diferentes constituyentes y amortiguar los caudales de forma
considerable. En la disposición «en derivación», sólo se hace pasar por el tanque de
homogeneización el caudal que excede un límite prefijado. Aunque con este segundo
sistema se minimizan las necesidades de bombeo, la homogeneización de la concentración
de los diferentes constituyentes no es tan buena como con el primero. Las principales
ventajas que produce la homogeneización de los caudales son las siguientes: mejora del
tratamiento biológico, ya que elimina o reduce las cargas de choque, se diluyen las
sustancias inhibidoras, y se consigue estabilizar el pH; mejora la calidad del efluente y del
rendimiento de los tanques de sedimentación secundaria al trabajar con cargas de sólidos
constantes; reducción de las superficies necesarias para la filtración del efluente,
mejorando los rendimientos de los filtros; en el tratamiento químico, el amortiguamiento
de las cargas aplicadas mejora el control de la dosificación de los reactivos y la fiabilidad
del proceso.
La ubicación óptima de las instalaciones de homogeneización debe determinarse para cada
caso concreto. Dado que la localización óptima variará en función del tipo de tratamiento,
de las características de la toma o fuente y de la red de alcantarillado, es preciso llevar a
cabo un estudio detallado de las diferentes posibilidades. En ocasiones, puede resultar más
interesante situar la homogeneización después del tratamiento primario y antes del
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biológico, pues así se reducen los problemas originados por el lodo y las espumas. Algunas
veces se debe tener en cuenta la provisión de un grado de mezclado suficiente para
prevenir la sedimentación de sólidos y variaciones de concentración otras veces también se
requieren dispositivos de aireación suficientes para evitar los problemas de olores.
El dimensionamiento del tanque requerido para la homogeneización depende de qué tanto
y cómo varíe el flujo y se puede determinar en base al caudal o en base a la materia
orgánica expresada como DBO (demanda bioquímica de oxígeno), Eckenfelder (1989)
tiene todo un tratamiento para esto, sin embargo, uno de los cálculos más usados para este
fin es el reportado por los autores Reynolds (1982) y Hammer (1986). Para un caso
hipotético, una gráfica de la variación horaria del caudal estaría representado en la figura 4,
y el promedio de los caudales (Qpromedio) es la suma de los caudales dividido entre el número
de éstos, al trazar la línea de Qpromedio sobre el diagrama horario se obtiene un área que
representa el volumen requerido para el tanque de homogeneización.
Figura 4. Hidrograma para la determinación del volumen requerido del tanque deregulación.
16
4.- DESARENADORES
El material removido por estas instalaciones consiste de arenas, grava fina, algunos
minerales, así como semillas y otros materiales orgánicos sedimentables. Si estos
materiales no se remueven, las instalaciones de las operaciones subsecuentes sufren
atascamiento de bombas, azolve en tuberías, canales de conducción y tanques lo cual
produce desgaste excesivo en el equipo e interfiere con la operación de la planta de
tratamiento.
En la actualidad se dispone de una amplia gama de desarenadores modernos de patente que
ofrecen varias casas comerciales con implementos adicionales como aireadores y remoción
automática de sedimentos, también existen ecuaciones complejas para el diseño de
desarenadores aireados como la propuesta por Jerzy (2004). En nuestro contexto son más
adecuadas las cámaras desarenadores horizontales con remoción manual o automática de
sedimentos. Los desarenadores horizontales generalmente se diseñan para mantener una
velocidad de flujo constante, usualmente 0.3 m/s ya que con esta velocidad sedimentarán
arenas principalmente, esta velocidad se controla por vertederos de descarga o el canal
Parshall situado a la salida de la cámara y la longitud depende de la profundidad del canal,
el área de la sección transversal será gobernada por la velocidad de flujo y el número de
canales, y el tiempo de residencia en el desarenador debe ser de 30 segundos a un minuto
(EPA 2003).
En la figura 5, se muestran dos desarenadores horizontales, como se ve, éstos generalmente
se construyen en pares para cuando uno de ellos se tenga que sacar de operación para su
mantenimiento. Algunos desarenadores llevan instalado el canal Parshall al final para
regular el flujo de salida, otras veces se usan vertedores con aberturas geométricas
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diseñadas para regular el flujo como el vertedor “sutro” que también es uno de los más
usados.
Figura 5.- Desarenador horizontal vista en elevación seccionada y planta.
CONCLUSIONES
En el campo de la ingeniería sanitaria y ambiental se han desarrollado una amplia variedad
de tecnologías para el tratamiento de agua para consumo humano y el tratamiento de aguas
residuales y muchos autores concuerdan en clasificar estas tecnologías en: pre-tratamiento,
tratamiento primario, tratamiento secundario y tratamiento terciario o avanzado. En el caso
del pre-tratamiento, éste también varía en cuanto a operaciones, tipos de equipos utilizados
en las mismas, y en menor grado a la secuencia de operaciones en el sistema. Actualmente
gran parte de la información bibliográfica y las aplicaciones a nivel de campo coinciden en
que el pre-tratamiento incluye las operaciones en el siguiente orden: desbaste o tamizado,
desarenadores, reguladores de flujo y medidores de flujo. Aunque algunos pueden incluir
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desengrasadores, la mayoría no lo considera o lo incluyen en los equipos desarenadores
automatizados y con aireación, ya que éste ayuda a que la grasa flote con mayor facilidad.
En las rejillas utilizadas en el desbaste o tamizado debe cuidarse la selección del tamaño de
abertura, ya que si ésta es demasiada pequeña, se taparán muy rápido, habrá una
considerable pérdida de carga y las arenas sedimentarán antes de llegar al desarenador.
En los desarenadores la eliminación de las arenas antes de los subsecuentes tratamientos es
importante para prevenir desgaste y atascamientos pero también porque con esta operación
se eliminan sólidos que demandarían mayor potencia o reactivos químicos. Es importante
respetar el tiempo de residencia en esta operación ya que se pueden generar malos olores si
el agua permanece estancada más tiempo del necesario.
Los reguladores de flujo son importantes para la estabilidad del sistema de tratamiento,
sobre todo cuando hay operaciones o procesos automatizados que están calibrados para
cierto flujo. Y es más recomendable el regulador de flujo en línea ya que se obtiene una
mayor homogeneidad que con los de derivación.
Para la medición de flujo, aunque en el mercado existe una gran variedad y para
aplicaciones especializadas, muchas plantas de tratamiento de aguas en campo están
usando el canal Parshall por su facilidad de construcción y operación, además, también por
su versatilidad, muchas veces sirve para adicionar los reactivos químicos en este punto y
en algunos sistemas sirven para regular el flujo de salida de los desarenadores.
Muchas veces no se le da la importancia que tiene el pre-tratamiento, sin embargo, si se
aplica con una buena eficiencia, se pueden reducir muchos costos y se pueden eliminar
tratamientos subsecuentes. En muchas industrias el pre-tratamiento es el más importante ya
que elimina materiales que se desechan en grandes volúmenes para su posterior descarga
del agua al drenaje o a sus plantas de tratamiento, y en algunos países como los Estados
19
Unidos de América se tienen programas nacionales de pre-tratamiento para evitar
sobrecargar las plantas de tratamiento de aguas residuales públicas.
Cuando se trata del agua y el saneamiento, el mundo está plagado de un exceso de
conferencias y padece de un déficit de acciones creíbles, por lo que para un especialista en
ciencias ambientales el conocimiento de estas tecnologías es importante para la selección y
aplicación adecuada de éstas al tratamiento de aguas y también para su adecuación a la
orografía y nivel económico de las ciudades o comunidades, lo que promoverá la equidad y
sostenibilidad a partir de tres ideas principales: en primer lugar el agua para la vida, como
prioridad indiscutible, para garantizar el acceso de todos a asignaciones básicas de aguas
de calidad y como un derecho humano; en segundo lugar, el agua para actividades de
interés general, para satisfacer la demanda de los servicios urbanos de agua y saneamiento,
como una cuestión de interés general de la sociedad y un derecho de ciudadanía; y en
tercer lugar, el agua para el desarrollo, respetando el derecho legítimo de cualquier persona
para realizar actividades productivas para mejorar su nivel de vida.
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