Principios Constitucionales Que Rigen El Amparo

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DERECHO DE AMPARO I 1. PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES QUE RIGEN EL AMPARO. Son los que hacen posible la existencia del juicio de amparo como institución jurídica procesal, que tiene a su cargo la protección de la esfera de garantías individuales que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos otorga al gobernado. Estos principios constitucionales se identifican con los principios constitucionales del juicio de amparo, pero se diferencian entre sí: Los principios constitucionales propiamente dichos, son principios propios y exclusivos de la Constitución. Esto es, principios que rigen y asignan a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos características y peculiaridades distintivas y exclusivas. En cambio los principios constitucionales del juicio de amparo, son principios propios de esta figura jurídica procesal, sus fundamentos están destinados a regular el funcionamiento, desarrollo y tramitación del juicio de amparo. 1.1. Antecedentes históricos. El juicio de amparo, entre otras muchas cosas, es un medio de control de poder de los órganos del Estado. A) Factores externos . Son los que provienen de países diferentes a México, se dividen en cuatro grandes bloques: a) Los que provienen del derecho inglés. b) Antecedentes que tiene su origen en el derecho público de los Estados Unidos de Norteamérica.

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Derecho de Amparo

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DERECHO DE AMPARO I

1. PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES QUE RIGEN EL AMPARO.

Son los que hacen posible la existencia del juicio de amparo como institución jurídica procesal, que tiene a su cargo la protección de la esfera de garantías individuales que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos otorga al gobernado.

Estos principios constitucionales se identifican con los principios constitucionales del juicio de amparo, pero se diferencian entre sí:

Los principios constitucionales propiamente dichos, son principios propios y exclusivos de la Constitución. Esto es, principios que rigen y asignan a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos características y peculiaridades distintivas y exclusivas.

En cambio los principios constitucionales del juicio de amparo, son principios propios de esta figura jurídica procesal, sus fundamentos están destinados a regular el funcionamiento, desarrollo y tramitación del juicio de amparo.

1.1. Antecedentes históricos.

El juicio de amparo, entre otras muchas cosas, es un medio de control de poder de los órganos del Estado.

A) Factores externos. Son los que provienen de países diferentes a México, se dividen en cuatro grandes bloques:

a) Los que provienen del derecho inglés.

b) Antecedentes que tiene su origen en el derecho público de los Estados Unidos de Norteamérica.

c) Antecedentes provenientes de España, y

d) Antecedentes de la tradición jurídica francesa.

Entre el primer tipo de antecedentes sobresalen aquellos que hacen alusión “(…) al reconocimiento en distintos instrumentos jurídicos de los derechos del hombre, dentro de los antecedentes externos más importantes se encuentra la Carta Magna que el Rey Juan Sin Tierra otorga en 1215, instrumento jurídico tendiente a limitar el poder arbitrario del rey. El pacto celebrado entre el rey y

los barones tenía como finalidad el reconocimiento de ciertos derechos muy específicos que el rey había violado.Particularmente interesante resulta la cláusula 39 del texto de la Carta Magna, conocida en la actualidad como garantía de audiencia y que establecía que “Ningún hombre libre deberá ser puesto en prisión, detenido o desposeído de sus bienes sin previo juicio”, dichas disposiciones iban dirigidas únicamente a ciertos estamentos de privilegio, por lo que no tenían una observancia general; sin embargo, resulta relevante que reconoce varios derechos a los cuales se les ha dado un marco jurídico.”

Entre los antecedentes provenientes de Norteamérica sobresale la llamada revisión constitucional, que se dio a conocer en la obra de Alexis de Tocqueville, llamada “De la démocratie en Amerique”, ocurriendo esto por los años de 1835 a 1836.

Otra influencia norteamericana en el juicio de amparo es la institución es el habeas corpus, que fue incorporada al juicio de amparo, aunque sin su nombre tradicional.

La influencia norteamericana fue a tal grado, que no sólo se reflejó en la institución del amparo, sino en la nomenclatura usada para identificar a los tribunales federales que conocen del amparo.

Así, la primera constitución de la época del México independiente recibió el nombre de “Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos”, y en su artículo 123 estableció: “El poder judicial de la federación residirá en una Corte Suprema de Justicia, en los tribunales de circuito y en los juzgados de distrito.”

La influencia que tuvo el juicio de amparo de origen español se ubica en distintos instrumentos jurídicos, uno de ellos está representado por los llamados “Fueros Aragoneses”, los que estuvieron vigentes en Castilla y fueron aplicados y acatados en la Nueva España durante la época de la colonia española.

Estas garantías se conocieron como "procesos forales", que eran básicamente cuatro: de aprehensión, de inventario, de firma de derecho y de manifestación. Las acciones se intentaban ante la máxima autoridad denominada "Justicia Mayor". Los procesos aragoneses desaparecen formalmente en 1707.”

Los antecedentes del juicio de amparo provenientes del derecho francés derivan en una primera instancia de la Declaración de los derechos del hombre y el ciudadano, que da a conocer los principios de la Asamblea Nacional Constituyente Francesa del 26 de agosto de 1989. El contenido de esta declaración en su parte medular, no es otra cosa sino lo que hoy en día se conoce con el nombre de “Garantías Individuales”.

B) Factores internos. El segundo bloque de antecedentes se deriva de la evolución histórica del derecho mexicano, específicamente del derecho constitucional, siendo algunos de ellos los siguientes:

a) La constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos de fecha 4 de octubre de 1824. En este ordenamiento legal, se contemplaron las instituciones jurídicas que tuvieron como finalidad llevar a cabo la tutela de las normas constitucionales. Así es como se le atribuye al Congreso Federal la facultad de reprimir las violaciones a la Constitución. Esta misma facultad le fue conferida a la Suprema Corte Federal. (Como consecuencia de la influencia de los contenidos de la Constitución de Cádiz de 1812. La Constitución de 1824 determino en su artículo 137 fracción V, inciso sexto, que la Suprema Corte de justicia podía conocer de “las infracciones de la Constitución y leyes generales según se prevenga en la ley. Este precepto se inspiró en el artículo III, sección 2, de la Constitución Norteamericana, en la que se prescribió que el poder judicial se extenderá a todos los casos de ley y equidad que dimanen de esa Constitución, de las leyes de los Estados Unidos de Norteamérica. Véase; FIX ZAMUDIO, Héctor; Ensayos sobre el Derecho de Amparo; Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM; México; 1993; p.22. ss.).

b) En las Siete Leyes Constitucionales del año de 1836, fueron de corte centralista y unitario. Se dio el primer intento por establecer un órgano protector de la Constitución, que era de carácter político y al que se le llamo “Supremo Poder Conservador.”

A partir de este momento los antecedentes del amparo se sintetizan en lo siguiente:

“Según esta evolución, el juicio de amparo mexicano fue introducido en tres etapas: en primer lugar en la Constitución del Estado de Yucatán expedida en mayo de l84l, inspirada en el pensamiento de Manuel Crescencio Rejón; posteriormente, y en el ámbito nacional, en el documento llamado "Acta de Reformas", promulgado a iniciativa de Mariano Otero y, finalmente, en la Constitución Federal de 5 de febrero de l857, en la cual se consagró de manera definitiva.”

En la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos del año de 1857, se prescribe de manera clara y exacta, la figura del amparo mexicano contemporáneo. Si bien es cierto que con anterioridad a este cuerpo de leyes constitucionales se dieron muchos intentos legislativos y proyectos para la creación del amparo, es hasta ese momento de la historia cuando el amparo queda perfectamente delineado.

“Los artículos l0l y l02 de la mencionada Constitución de l857 consagraron el juicio de amparo ante los tribunales federales para la protección de las llamadas "garantías individuales", es decir, los derechos de carácter individual establecidos por la misma Constitución, respecto de leyes y actos de cualquier autoridad que afectaran dichos derechos, inclusive en los supuestos de invasión, por parte de la Federación, de la esfera jurídica de los Estados, o a la inversa.”

Antes de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917, estuvieron vigentes dos leyes de amparo, la de 1861 que prácticamente no tuvo vigencia por la intervención francesa y la ley del 20 de enero de 1869. En el siglo XX la primera ley reglamentaria de los artículo 103 y 107 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos han sido dos: la del 18 de octubre de 1919 y la segunda del 10 de enero de 1936. (Esta ley ha sido reformada en varias ocasiones, en 1939, 1940, 1943, 1949, 1951 febrero y marzo, 1957, 1963, 1968, 1974 diciembre 4 y 23, 1974, 1976 junio, julio, diciembre, 1980, 1982, 1984 enero y febrero, 1986, 1988 enero, febrero 1 y 22, 1994, 1999, 2000, 20001, 2005, 2006.)

1.2. Principio de Supremacía Constitucional.

Este principio propio y exclusivo de la constitución, consiste en que ésta última es la norma fundamental y primaria del sistema jurídico mexicano, y con fundamento en ella se establece un orden jerárquico de validez de las normas jurídicas y un sistema de fuentes del derecho positivo mexicano. Esto es, ella prescribe como deben de ser y realizarse los tratados internacionales, los reglamentos, las leyes y los decretos; incluso, dentro de que parámetros deben de legislarse los contenidos de las Constituciones Políticas de cada una de las entidades federativas que conforman la República Mexicana.

Por otra parte, en base a este principio constitucional se determina cuáles son los órganos del Estado que están facultados y son competentes para dictar esas leyes. Pero no sólo esto, sino que también este principio determinan el conjunto de actos que conforman el procedimiento que esos órganos deben de satisfacer para crear este tipo de productos legislativos. En caso de infracción a estas exigencias, la sanción que traerá aparejada será la carencia de su validez.

“El constitucionalismo norteamericano, es el primero que le otorga a la Constitución el valor normativo de ley suprema y rompe con la idea y concepción de contemplar a la Constitución como un conjunto de ideas políticas sin vinculación jurídica, otorgándole un verdadero valor jurídico exigible ante los tribunales en caso de su transgresión. En América latina el primer antecedente de control de la constitucionalidad por parte de los jueces, fue en la Constitución del Estado de Yucatán (México) en 1841, donde la revisión judicial se estructuró a través del proceso de amparo ante la Suprema Corte de Justicia. (Art. 62. I de la Constitución del Estado de Yucatán)”

El motivo de ese estatus privilegiado que le otorga a la Constitución este principio sobre los demás productos legislativos, se fundamenta básicamente en que su conformación y creación no se lleva a cabo a través de procesos legislativos ordinarios. Por otra parte, el surgimiento de una Constitución no se da en un momento común y corriente en la vida de un Estado, sino que se surge dentro de un ambiente social especial y diferente a aquel en que se crean los tratados internacionales, los reglamentos, las leyes ordinarias, etcétera. La Constitución es la fuente de todas fuentes del derecho del Estado en donde está vigente.

El poder que crea una Constitución es de carácter extraordinario e irrepetible, porque es detentador de un derecho soberano e ilimitado, que se ha derivado del otorgamiento que los ciudadanos depositan en sus representantes. Este poder no tiene una vida permanente, sino que es delegado única y exclusivamente para crear la Constitución.

El principio de Supremacía Constitucional está preceptuado en el artículo 133 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que a la letra dice:

“Esta Constitución, las leyes del Congreso de la Unión que emanen de ella y todos los tratados que estén de acuerdo con la misma, celebrados y que se celebren por el Presidente de la República, con aprobación del Senado, serán

la Ley Suprema de toda la Unión. Los jueces de cada entidad federativa se arreglarán a dicha Constitución, leyes y tratados, a pesar de las disposiciones en contrario que pueda haber en las Constituciones o leyes de las entidades federativas”. Artículo reformado DOF 18-01-1934, 29-01-2016

1.3. Principio de Rigidez Constitucional.

Este principio constitucional tiene su origen en una clasificación doctrinaria de las Constituciones, que adopta como criterio el alcance y el contenido de las reformas que es posible hacer a la Constitución. Esta sistematización y ordenación doctrinaria de las Constituciones es aplicable a todas las Constituciones modernas que regulan la vida jurídica de un Estado contemporáneo.

De conformidad con tal criterio clasificador, las Constituciones de dividen en dos grandes grupos: las flexibles y las rígidas.

A) Constituciones flexibles. Serán aquellas que son reformadas por el Poder Legislativo Federal sin la intervención de las legislaturas de los Estados miembros de la Federación. Sin que para ello sea necesaria la implementación y el seguimiento de procedimiento especial y extraordinario.

En esta variante, el órgano del Estado –legislativo- que modifica las leyes comunes, ordinarias o secundarias, es el mismo que reforma las normas constitucionales.

B) Constituciones rígidas. A diferencia de las Constituciones flexibles en donde hay agilidad en la reforma y por tanto, adecuación rápida del derecho a la dinámica social, este tipo de Constituciones generan estabilidad y continuidad. La acción de reformar se realiza a través de diversos procedimientos, entre otros: el plebiscito, el referéndum o la exigencia de una mayoría especial y extraordinaria de votos aprobatorios de los integrantes del órgano reformador.

A este último tipo pertenece la Constitución que tenemos en México y en ello descansa el Principio de Rigidez Constitucional, como se desprende de artículo 135 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que dice así:

“La presente Constitución puede ser adicionada o reformada. Para que las adiciones o reformas lleguen a ser parte de la misma, se requiere que el Congreso de la Unión, por el voto de las dos terceras partes de los individuos presentes, acuerden las reformas o adiciones, y que éstas sean aprobadas por la mayoría de las legislaturas de los Estados y de la Ciudad de México. Párrafo reformado (se suprime la última oración, la cual se reforma y adiciona para quedar como segundo párrafo) DOF 21-10-1966. Reformado DOF 29-01-2016

El Congreso de la Unión o la Comisión Permanente en su caso, harán el cómputo de los votos de las Legislaturas y la declaración de haber sido aprobadas las adiciones o reformas”. Párrafo adicionado DOF 21-10-1966

1.4. Control de la constitución.

El control de la Constitución se hace de conformidad con sus mismos contenidos. Las leyes atacadas de inconstitucionalidad son aquellos productos legislativos que forman el principal objeto de la jurisdicción constitucional. Deben de estar sometidos al control de la constitución todos los actos que tengan forma de leyes en sentido amplio del término-, aún si sólo contienen normas individuales, por ejemplo, el presupuesto. Sucede lo mismo con todos los tratados internacionales,Reglamentos y demás disposiciones a que se refiere el artículo 107 de la ley de Amparo.

Artículo 107. El amparo indirecto procede:

I. Contra normas generales que por su sola entrada en vigor o con motivo del primer acto de su aplicación causen perjuicio al quejoso.

Para los efectos de esta Ley, se entiende por normas generales, entre otras, las siguientes:

a) Los tratados internacionales aprobados en los términos previstos en el artículo 133 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; salvo aquellas disposiciones en que tales tratados reconozcan derechos humanos;

b) Las leyes federales;

c) Las constituciones de los Estados y el Estatuto de Gobierno del Distrito Federal;

d) Las leyes de los Estados y del Distrito Federal;

e) Los reglamentos federales;

f) Los reglamentos locales; y

g) Los decretos, acuerdos y todo tipo de resoluciones de observancia general;

II. Contra actos u omisiones que provengan de autoridades distintas de los tribunales judiciales, administrativos o del trabajo;

III. Contra actos, omisiones o resoluciones provenientes de un procedimiento administrativo seguido en forma de juicio, siempre que se trate de:

a) La resolución definitiva por violaciones cometidas en la misma resolución o durante el procedimiento si por virtud de estas últimas hubiere quedado sin defensa el quejoso, trascendiendo al resultado de la resolución; y

b) Actos en el procedimiento que sean de imposible reparación, entendiéndose por ellos los que afecten materialmente derechos sustantivos tutelados en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte;

IV. Contra actos de tribunales judiciales, administrativos, agrarios o del trabajo realizados fuera de juicio o después de concluido.

Si se trata de actos de ejecución de sentencia sólo podrá promoverse el amparo contra la última resolución dictada en el procedimiento respectivo, entendida como aquélla que aprueba o reconoce el cumplimiento total de lo sentenciado o declara la imposibilidad material o jurídica para darle cumplimiento, o las que ordenan el archivo definitivo del expediente, pudiendo reclamarse en la misma demanda las violaciones cometidas durante ese procedimiento que hubieren dejado sin defensa al quejoso y trascendido al resultado de la resolución.

En los procedimientos de remate la última resolución es aquélla que en forma definitiva ordena el otorgamiento de la escritura de adjudicación y la entrega de los bienes rematados, en cuyo caso se harán valer las violaciones cometidas durante ese procedimiento en los términos del párrafo anterior;

V. Contra actos en juicio cuyos efectos sean de imposible reparación, entendiéndose por ellos los que afecten materialmente derechos sustantivos tutelados en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte;

VI. Contra actos dentro o fuera de juicio que afecten a personas extrañas; VII. Contra las omisiones del Ministerio Público en la investigación de los delitos, así como las resoluciones de reserva, no ejercicio, desistimiento de la acción penal, o por suspensión de procedimiento cuando no esté satisfecha la reparación del daño; y

VIII. Contra actos de autoridad que determinen inhibir o declinar la competencia o el conocimiento de un asunto.

El control de la regularidad no puede ser confiado a ninguna instancia más que a la jurisdiccional. Si el objeto de control son los actos subordinados a la Constitución, el criterio que se aplicará será su constitucionalidad o no; pero si el objeto de control son aquellos actos que están indirectamente subordinados a la Constitución, entonces lo que se tiene que controlar es la legalidad de esos actos, o sea, la conformidad de esas acciones con los contenidos de las normas de grado superior; esto es lo que se debe de verificar.

Hay diversas clases de garantías que permiten esto, un ejemplo de ellas está representado por las garantías de regularidad, las que al decir de Hans Kelsen son aquellas que:

“Constituyen los medios generales que la técnica jurídica moderna ha desarrollado con relación a la regularidad de los actos estatales en general.”

Este tipo de garantías son preventivas o represivas, y además personales y objetivas. Las preventivas tienen como objeto detectar los actos irregulares; en cambio las represivas, son las que reaccionan contra un acto irregular una vez que fue ejecutado enfocándose a impedir su futura realización, y en caso de que se hubiere gestado algún daño, se encargarán de repararlo, desaparecerlo y en algunos casos, a reemplazar ese daño por un acto regular.

El control constitucional se logra a través de la observancia de la misma constitución. De esta manera, la Constitución no puede ser utilizada fuera de sus propios lineamientos y fronteras, que se infieren de lo que prescriben los artículos del 103, 105, 107, 133 a 136, vinculados con los contenidos de sus primeros veintinueve preceptos jurídicos.

Artículo 103. Los Tribunales de la Federación resolverán toda controversia que se suscite

I. Por normas generales, actos u omisiones de la autoridad que violen los derechos humanos reconocidos y las garantías otorgadas para su protección por esta Constitución, así como por los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte;

II. Por normas generales o actos de la autoridad federal que vulneren o restrinjan la soberanía de los Estados o la autonomía de la Ciudad de México, y

Fracción reformada DOF 29-01-2016

III. Por normas generales o actos de las autoridades de las entidades federativas que invadan la esfera de competencia de la autoridad federal.

Fracción reformada DOF 29-01-2016 Artículo reformado DOF 31-12-1994, 06-06-2011

Artículo 105. La Suprema Corte de Justicia de la Nación conocerá, en los términos que señale la ley reglamentaria, de los asuntos siguientes:

I. De las controversias constitucionales que, con excepción de las que se refieran a la materia electoral, se susciten entre:

Párrafo reformado DOF 08-12-2005, 15-10-2012 a) La Federación y una entidad federativa;

Inciso reformado DOF 29-01-2016

b) La Federación y un municipio;

c) El Poder Ejecutivo y el Congreso de la Unión; aquél y cualquiera de las Cámaras de éste o, en su caso, la Comisión Permanente;

Inciso reformado DOF 29-01-2016

d) Una entidad federativa y otra; Inciso reformado DOF 29-01-2016

e) Se deroga. Inciso derogado DOF 29-01-2016

f) Se deroga. Inciso derogado DOF 29-01-2016

g) Dos municipios de diversos Estados;

h) Dos Poderes de una misma entidad federativa, sobre la constitucionalidad de sus actos o disposiciones generales;

Inciso reformado DOF 29-01-2016

i) Un Estado y uno de sus municipios, sobre la constitucionalidad de sus actos o disposiciones generales;

j) Una entidad federativa y un Municipio de otra o una demarcación territorial de la Ciudad de México, sobre la constitucionalidad de sus actos o disposiciones generales, y

Inciso reformado DOF 11-06-2013, 29-01-2016k) Se deroga.

Inciso reformado DOF 11-06-2013. Derogado DOF 29-01-2016

l) Dos órganos constitucionales autónomos, y entre uno de éstos y el Poder Ejecutivo de la Unión o el Congreso de la Unión sobre la constitucionalidad de sus actos o disposiciones generales. Lo dispuesto en el presente inciso será aplicable al organismo garante que establece el artículo 6o. de esta Constitución.

Inciso adicionado DOF 11-06-2013. Reformado DOF 07-02-2014

Siempre que las controversias versen sobre disposiciones generales de las entidades federativas, de los Municipios o de las demarcaciones territoriales de la Ciudad de México impugnadas por la Federación; de los Municipios o de las demarcaciones territoriales de la Ciudad de México impugnadas por las entidades federativas, o en los casos a que se refieren los incisos c) y h) anteriores, y la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación las declare inválidas, dicha resolución tendrá efectos generales cuando hubiere sido aprobada por una mayoría de por lo menos ocho votos.

Párrafo reformado DOF 29-01-2016

En los demás casos, las resoluciones de la Suprema Corte de Justicia tendrán efectos únicamente respecto de las partes en la controversia.

II. De las acciones de inconstitucionalidad que tengan por objeto plantear la posible contradicción entre una norma de carácter general y esta Constitución.

Párrafo reformado DOF 22-08-1996

Las acciones de inconstitucionalidad podrán ejercitarse, dentro de los treinta días naturales siguientes a la fecha de publicación de la norma, por: a) El equivalente al treinta y tres por ciento de los integrantes de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, en contra de leyes federales;

Inciso reformado DOF 29-01-2016

b) El equivalente al treinta y tres por ciento de los integrantes del Senado, en contra de las leyes federales o de tratados internacionales celebrados por el Estado Mexicano;

Inciso reformado DOF 29-01-2016

c) El Ejecutivo Federal, por conducto del Consejero Jurídico del Gobierno, en contra de normas generales de carácter federal y de las entidades federativas;

Inciso reformado DOF 10-02-2014

d) El equivalente al treinta y tres por ciento de los integrantes de alguna de las Legislaturas de las entidades federativas en contra de las leyes expedidas por el propio órgano;

Inciso reformado DOF 22-08-1996, 29-01-2016

e) Se deroga. Inciso reformado DOF 22-08-1996. Derogado DOF 29-01-2016

f) Los partidos políticos con registro ante el Instituto Nacional Electoral, por conducto de sus dirigencias nacionales, en contra de leyes electorales federales o locales; y los partidos políticos con registro en una entidad federativa, a través de sus dirigencias, exclusivamente en contra de leyes electorales expedidas por la Legislatura de la entidad federativa que les otorgó el registro;

Inciso adicionado DOF 22-08-1996. Reformado DOF 10-02-2014, 29-01-2016

g) La Comisión Nacional de los Derechos Humanos, en contra de leyes de carácter federal o de las entidades federativas, así como de tratados internacionales celebrados por el Ejecutivo Federal y aprobados por el Senado de la República, que vulneren los derechos humanos consagrados en esta Constitución y en los tratados internacionales

de los que México sea parte. Asimismo, los organismos de protección de los derechos humanos equivalentes en las entidades federativas, en contra de leyes expedidas por las Legislaturas;

Inciso adicionado DOF 14-09-2006. Reformado DOF 10-06-2011, 29-01-2016

h) El organismo garante que establece el artículo 6° de esta Constitución en contra de leyes de carácter federal y local, así como de tratados internacionales celebrados por el Ejecutivo Federal y aprobados por el Senado de la República, que vulneren el derecho al acceso a la información pública y la protección de datos personales. Asimismo, los organismos garantes equivalentes en las entidades federativas, en contra de leyes expedidas por las Legislaturas locales; e

Inciso adicionado DOF 07-02-2014. Reformado DOF 29-01-2016

i) El Fiscal General de la República respecto de leyes federales y de las entidades federativas, en materia penal y procesal penal, así como las relacionadas con el ámbito de sus funciones;

Inciso adicionado DOF 10-02-2014

La única vía para plantear la no conformidad de las leyes electorales a la Constitución es la prevista en este artículo.

Párrafo adicionado DOF 22-08-1996 Las leyes electorales federal y locales deberán promulgarse y publicarse por lo menos noventa días antes de que inicie el proceso electoral en que vayan a aplicarse, y durante el mismo no podrá haber modificaciones legales fundamentales.

Párrafo adicionado DOF 22-08-1996

Las resoluciones de la Suprema Corte de Justicia sólo podrán declarar la invalidez de las normas impugnadas, siempre que fueren aprobadas por una mayoría de cuando menos ocho votos.

III. De oficio o a petición fundada del correspondiente Tribunal Unitario de Circuito o del Ejecutivo Federal, por conducto del Consejero Jurídico del Gobierno, así como del Fiscal General de la República en los asuntos en que intervenga el Ministerio Público, podrá conocer de los recursos de apelación en contra de sentencias de Jueces de Distrito dictadas en aquellos procesos en que la Federación sea parte y que por su interés y trascendencia así lo ameriten.

Fracción reformada DOF 10-02-2014

La declaración de invalidez de las resoluciones a que se refieren las fracciones I y II de este artículo no tendrá efectos retroactivos, salvo en materia penal, en la que regirán los principios generales y disposiciones legales aplicables de esta materia.

En caso de incumplimiento de las resoluciones a que se refieren las fracciones I y II de este artículo se aplicarán, en lo conducente, los procedimientos establecidos en los dos primeros párrafos de la fracción XVI del artículo 107 de esta Constitución.

Artículo 107. Las controversias de que habla el artículo 103 de esta Constitución, con excepción de aquellas en materia electoral, se sujetarán a los procedimientos que determine la ley reglamentaria, de acuerdo con las bases siguientes:

Párrafo reformado DOF 25-10-1993, 06-06-2011

I. El juicio de amparo se seguirá siempre a instancia de parte agraviada, teniendo tal carácter quien aduce ser titular de un derecho o de un interés legítimo individual o colectivo, siempre que alegue que el acto reclamado viola los

derechos reconocidos por esta Constitución y con ello se afecte su esfera jurídica, ya sea de manera directa o en virtud de su especial situación frente al orden jurídico.

Tratándose de actos o resoluciones provenientes de tribunales judiciales, administrativos o del trabajo, el quejoso deberá aducir ser titular de un derecho subjetivo que se afecte de manera personal y directa;

Fracción reformada DOF 06-06-2011

II. Las sentencias que se pronuncien en los juicios de amparo sólo se ocuparán de los quejosos que lo hubieren solicitado, limitándose a ampararlos y protegerlos, si procediere, en el caso especial sobre el que verse la demanda. Cuando en los juicios de amparo indirecto en revisión se resuelva la inconstitucionalidad de una norma general por segunda ocasión consecutiva, la Suprema Corte de Justicia de la Nación lo informará a la autoridad emisora correspondiente.

Cuando los órganos del Poder Judicial de la Federación establezcan jurisprudencia por reiteración en la cual se determine la inconstitucionalidad de una norma general, la Suprema Corte de Justicia de la Nación lo notificará a la autoridad emisora. Transcurrido el plazo de 90 días naturales sin que se supere el problema de inconstitucionalidad, la Suprema Corte de Justicia de la Nación emitirá, siempre que fuere aprobada por una mayoría de cuando menos ocho votos, la declaratoria general de inconstitucionalidad, en la cual se fijarán sus alcances y condiciones en los términos de la ley reglamentaria.

Lo dispuesto en los dos párrafos anteriores no será aplicable a normas generales en materia tributaria. En el juicio de amparo deberá suplirse la deficiencia de los conceptos de violación o agravios de acuerdo con lo que disponga la ley reglamentaria.

Cuando se reclamen actos que tengan o puedan tener como consecuencia privar de la propiedad o de la posesión y disfrute de sus tierras, aguas, pastos y montes a los ejidos o a los núcleos de población que de hecho o por derecho guarden el estado comunal, o a los ejidatarios o comuneros, deberán recabarse de oficio todas aquellas pruebas que puedan beneficiar a las entidades o individuos mencionados y acordarse las diligencias que se estimen necesarias para precisar sus derechos agrarios, así como la naturaleza y efectos de los actos reclamados.

En los juicios a que se refiere el párrafo anterior no procederán, en perjuicio de los núcleos ejidales o comunales, o de los ejidatarios o comuneros, el sobreseimiento por inactividad procesal ni la caducidad de la instancia, pero uno y otra sí podrán decretarse en su beneficio. Cuando se reclamen actos que afecten los derechos colectivos del núcleo tampoco procederán desistimiento ni el consentimiento expreso de los propios actos, salvo que el primero sea acordado por la Asamblea General o el segundo emane de ésta;

Fracción reformada DOF 02-11-1962, 25-10-1967, 20-03-1974, 07-04-1986, 06-06-2011

III. Cuando se reclamen actos de tribunales judiciales, administrativos o del trabajo, el amparo sólo procederá en los casos siguientes:

a) Contra sentencias definitivas, laudos y resoluciones que pongan fin al juicio, ya sea que la violación se cometa en ellos o que, cometida durante el procedimiento, afecte las defensas del quejoso trascendiendo al resultado del fallo. En relación con el amparo al que se refiere este inciso y la fracción V de este artículo, el Tribunal Colegiado de Circuito deberá decidir respecto de todas las violaciones procesales que se hicieron valer y aquéllas que, cuando proceda, advierta en suplencia de la queja, y fijará los términos precisos en que deberá pronunciarse la nueva resolución. Si las violaciones procesales no se invocaron en un primer amparo, ni el Tribunal Colegiado correspondiente las hizo valer de oficio en los casos en que proceda la suplencia de la queja, no podrán ser materia de concepto de violación, ni de estudio oficioso en juicio de amparo posterior.

La parte que haya obtenido sentencia favorable y la que tenga interés jurídico en que subsista el acto reclamado, podrá presentar amparo en forma adhesiva al que promueva cualquiera de las partes que intervinieron en el juicio del que emana el acto reclamado. La ley determinará la forma y términos en que deberá promoverse.

Para la procedencia del juicio deberán agotarse previamente los recursos ordinarios que se establezcan en la ley de la materia, por virtud de los cuales aquellas sentencias definitivas, laudos y resoluciones puedan ser modificados o revocados, salvo el caso en que la ley permita la renuncia de los recursos.

Al reclamarse la sentencia definitiva, laudo o resolución que ponga fin al juicio, deberán hacerse valer las violaciones a las leyes del procedimiento, siempre y cuando el quejoso las haya impugnado durante la tramitación del juicio mediante el recurso o medio de defensa que, en su caso, señale la ley ordinaria respectiva. Este requisito no será exigible en amparos contra actos que afecten derechos de menores o incapaces, al estado civil, o al orden o estabilidad de la familia, ni en los de naturaleza penal promovidos por el sentenciado;

Inciso reformado DOF 10-08-1987, 06-06-2011

b) Contra actos en juicio cuya ejecución sea de imposible reparación, fuera de juicio o después de concluido, una vez agotados los recursos que en su caso procedan, y

c) Contra actos que afecten a personas extrañas al juicio;

Fracción reformada DOF 25-10-1967

IV. En materia administrativa el amparo procede, además, contra actos u omisiones que provengan de autoridades distintas de los tribunales judiciales, administrativos o del trabajo, y que causen agravio no reparable mediante algún medio de defensa legal. Será necesario agotar estos medios de defensa siempre que conforme a las mismas leyes se suspendan los efectos de dichos actos de oficio o mediante la interposición del juicio, recurso o medio de defensa legal que haga valer el agraviado, con los mismos alcances que los que prevé la ley reglamentaria y sin exigir mayores requisitos que los que la misma consigna para conceder la suspensión definitiva, ni plazo mayor que el que establece para el otorgamiento de la suspensión provisional, independientemente de que el acto en sí mismo considerado sea o no susceptible de ser suspendido de acuerdo con dicha ley.

No existe obligación de agotar tales recursos o medios de defensa si el acto reclamado carece de fundamentación o cuando sólo se aleguen violaciones directas a esta Constitución;

Fe de erratas a la fracción DOF 14-03-1951. Fracción reformada DOF 25-10-1967, 06-06-2011

V. El amparo contra sentencias definitivas, laudos o resoluciones que pongan fin al juicio se promoverá ante el Tribunal Colegiado de Circuito competente de conformidad con la ley, en los casos siguientes:

Párrafo reformado DOF 10-08-1987, 06-06-2011

a) En materia penal, contra resoluciones definitivas dictadas por tribunales judiciales, sean éstos federales, del orden común o militares.

b) En materia administrativa, cuando se reclamen por particulares sentencias definitivas y resoluciones que ponen fin al juicio dictadas por tribunales administrativos o judiciales, no reparables por algún recurso, juicio o medio ordinario de defensa legal;

Inciso reformado DOF 10-08-1987

c) En materia civil, cuando se reclamen sentencias definitivas dictadas en juicios del orden federal o en juicios mercantiles, sea federal o local la autoridad que dicte el fallo, o en juicios del orden común.

En los juicios civiles del orden federal las sentencias podrán ser reclamadas en amparo por cualquiera de las partes, incluso por la Federación, en defensa de sus intereses patrimoniales, y

d) En materia laboral, cuando se reclamen laudos dictados por las Juntas Locales o la Federal de Conciliación y Arbitraje, o por el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje de los Trabajadores al Servicio del Estado;

La Suprema Corte de Justicia, de oficio o a petición fundada del correspondiente Tribunal Colegiado de Circuito, del Fiscal General de la República, en los asuntos en que el Ministerio Público de la Federación sea parte, o del Ejecutivo Federal, por conducto del Consejero Jurídico del Gobierno, podrá conocer de los amparos directos que por su interés y trascendencia así lo ameriten.

Párrafo adicionado DOF 10-08-1987. Reformado DOF 31-12-1994, 10-02-2014 Fracción reformada DOF 25-10-1967, 06-08-1979

VI. En los casos a que se refiere la fracción anterior, la ley reglamentaria señalará el procedimiento y los términos a que deberán someterse los Tribunales Colegiados de Circuito y, en su caso, la Suprema Corte de Justicia de la Nación para dictar sus resoluciones;

Fracción reformada DOF 25-10-1967, 06-08-1979, 10-08-1987, 06-06-2011

VII. El amparo contra actos u omisiones en juicio, fuera de juicio o después de concluido, o que afecten a personas extrañas al juicio, contra normas generales o contra actos u omisiones de autoridad administrativa, se interpondrá ante el Juez de Distrito bajo cuya jurisdicción se encuentre el lugar en que el acto reclamado se ejecute o trate de ejecutarse, y su tramitación se limitará al informe de la autoridad, a una audiencia para la que se citará en el mismo auto en el que se mande pedir el informe y se recibirán las pruebas que las partes interesadas ofrezcan y oirán los alegatos, pronunciándose en la misma audiencia la sentencia;

Fe de erratas a la fracción DOF 14-03-1951. Fracción reformada DOF 25-10-1967, 06-06-2011

VIII. Contra las sentencias que pronuncien en amparo los Jueces de Distrito o los Tribunales Unitarios de Circuito procede revisión. De ella conocerá la Suprema Corte de Justicia:

Párrafo reformado DOF 31-12-1994

a) Cuando habiéndose impugnado en la demanda de amparo normas generales por estimarlas directamente violatorias de esta Constitución, subsista en el recurso el problema de constitucionalidad.

Inciso reformado DOF 25-10-1993, 06-06-2011

b) Cuando se trate de los casos comprendidos en las fracciones II y III del artículo 103 de esta Constitución.

La Suprema Corte de Justicia, de oficio o a petición fundada del correspondiente Tribunal Colegiado de Circuito, del Fiscal General de la República, en los asuntos en que el Ministerio Público de la Federación sea parte, o del Ejecutivo Federal, por conducto del Consejero Jurídico del Gobierno, podrá conocer de los amparos en revisión, que por su interés y trascendencia así lo ameriten.

Párrafo reformado DOF 31-12-1994, 10-02-2014

En los casos no previstos en los párrafos anteriores, conocerán de la revisión los tribunales colegiados de circuito y sus sentencias no admitirán recurso alguno;

Fe de erratas a la fracción DOF 14-03-1951. Fracción reformada DOF 25-10-1967, 08-10-1974, 10-08-1987

IX. En materia de amparo directo procede el recurso de revisión en contra de las sentencias que resuelvan sobre la constitucionalidad de normas generales, establezcan la interpretación directa de un precepto de esta Constitución u omitan decidir sobre tales cuestiones cuando hubieren sido planteadas, siempre que fijen un criterio de importancia y trascendencia, según lo disponga la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en cumplimiento de los acuerdos generales del Pleno. La materia del recurso se limitará a la decisión de las cuestiones propiamente constitucionales, sin poder comprender otras;

Fracción reformada DOF 25-10-1967, 10-08-1987, 11-06-1999, 06-06-2011

X. Los actos reclamados podrán ser objeto de suspensión en los casos y mediante las condiciones que determine la ley reglamentaria, para lo cual el órgano jurisdiccional de amparo, cuando la naturaleza del acto lo permita, deberá realizar un análisis ponderado de la apariencia del buen derecho y del interés social.

Dicha suspensión deberá otorgarse respecto de las sentencias definitivas en materia penal al comunicarse la promoción del amparo, y en las materias civil, mercantil y administrativa, mediante garantía que dé el quejoso para responder de los daños y perjuicios que tal suspensión pudiere ocasionar al tercero interesado. La suspensión quedará sin efecto si éste último da contragarantía para asegurar la reposición de las cosas al estado que guardaban si se concediese el amparo y a pagar los daños y perjuicios consiguientes;

Fe de erratas a la fracción DOF 14-03-1951. Fracción reformada DOF 25-10-1967, 06-06-2011

XI. La demanda de amparo directo se presentará ante la autoridad responsable, la cual decidirá sobre la suspensión. En los demás casos la demanda se presentará ante los Juzgados de Distrito o los Tribunales Unitarios de Circuito los cuales resolverán sobre la suspensión, o ante los tribunales de las entidades federativas en los casos que la ley lo autorice;

Fracción reformada DOF 25-10-1967, 10-08-1987, 31-12-1994, 06-06-2011, 29-01-2016 XII. La violación de las garantías de los artículos 16, en materia penal, 19 y 20 se reclamará ante el superior del tribunal que la cometa, o ante el Juez de Distrito o Tribunal Unitario de Circuito que corresponda, pudiéndose recurrir, en uno y otro caso, las resoluciones que se pronuncien, en los términos prescritos por la fracción VIII.

Si el Juez de Distrito o el Tribunal Unitario de Circuito no residieren en el mismo lugar en que reside la autoridad responsable, la ley determinará el juez o tribunal ante el que se ha de presentar el escrito de amparo, el que podrá suspender provisionalmente el acto reclamado, en los casos y términos que la misma ley establezca;

Fe de erratas a la fracción DOF 14-03-1951. Fracción reformada DOF 25-10-1967, 31-12-1994

XIII. Cuando los Tribunales Colegiados de un mismo Circuito sustenten tesis contradictorias en los juicios de amparo de su competencia, el Fiscal General de la República, en asuntos en materia penal y procesal penal, así como los relacionados con el ámbito de sus funciones, los mencionados tribunales y sus integrantes, los Jueces de Distrito, las partes en los asuntos que los motivaron o el Ejecutivo Federal, por conducto del Consejero Jurídico del Gobierno, podrán denunciar la contradicción ante el Pleno del Circuito correspondiente, a fin de que decida la tesis que debe prevalecer como jurisprudencia.

Párrafo reformado DOF 10-02-2014

Cuando los Plenos de Circuito de distintos Circuitos, los Plenos de Circuito en materia especializada de un mismo Circuito o los Tribunales Colegiados de un mismo Circuito con diferente especialización sustenten tesis contradictorias al resolver las contradicciones o los asuntos de su competencia, según corresponda, los Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, los mismos Plenos de Circuito, así como los órganos a que se refiere el párrafo anterior, podrán denunciar la contradicción ante la Suprema Corte de Justicia, con el objeto de que el Pleno o la Sala respectiva, decida la tesis que deberá prevalecer.

Cuando las Salas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sustenten tesis contradictorias en los juicios de amparo cuyo conocimiento les competa, los ministros, los Tribunales Colegiados de Circuito y sus integrantes, los Jueces de Distrito, el Fiscal General de la República, en asuntos en materia penal y procesal penal, así como los relacionados con el ámbito de sus funciones, el Ejecutivo Federal, por conducto del Consejero Jurídico del Gobierno, o las partes en los asuntos que las motivaron, podrán denunciar la contradicción ante el Pleno de la Suprema Corte, conforme a la ley reglamentaria, para que éste resuelva la contradicción.

Párrafo reformado DOF 10-02-2014

Las resoluciones que pronuncien el Pleno o las Salas de la Suprema Corte de Justicia así como los Plenos de Circuito conforme a los párrafos anteriores, sólo tendrán el efecto de fijar la jurisprudencia y no afectarán las

situaciones jurídicas concretas derivadas de las sentencias dictadas en los juicios en que hubiese ocurrido la contradicción;

Fe de erratas a la fracción DOF 14-03-1951. Fracción reformada DOF 25-10-1967, 31-12-1994, 06-06-2011

XIV. Se deroga;

Fracción reformada DOF 25-10-1967, 17-02-1975. Derogada DOF 06-06-2011

XV. El Fiscal General de la República o el Agente del Ministerio Público de la Federación que al efecto designe, será parte en todos los juicios de amparo en los que el acto reclamado provenga de procedimientos del orden penal y aquéllos que determine la ley;

Fracción reformada DOF 10-02-2014

XVI. Si la autoridad incumple la sentencia que concedió el amparo, pero dicho incumplimiento es justificado, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de acuerdo con el procedimiento previsto por la ley reglamentaria, otorgará un plazo razonable para que proceda a su cumplimiento, plazo que podrá ampliarse a solicitud de la autoridad. Cuando sea injustificado o hubiera transcurrido el plazo sin que se hubiese cumplido, procederá a separar de su cargo al titular de la autoridad responsable y a consignarlo ante el Juez de Distrito. Las mismas providencias se tomarán respecto del superior jerárquico de la autoridad responsable si hubiese incurrido en responsabilidad, así como de los titulares que, habiendo ocupado con anterioridad el cargo de la autoridad responsable, hubieran incumplido la ejecutoria.

Si concedido el amparo, se repitiera el acto reclamado, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de acuerdo con el procedimiento establecido por la ley reglamentaria, procederá a separar de su cargo al titular de la autoridad responsable, y dará vista al Ministerio Público Federal, salvo que no hubiera actuado dolosamente y deje sin efectos el acto repetido antes de que sea emitida la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

El cumplimiento sustituto de las sentencias de amparo podrá ser solicitado por el quejoso al órgano jurisdiccional, o decretado de oficio por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, cuando la ejecución de la sentencia afecte a la sociedad en mayor proporción a los beneficios que pudiera obtener el quejoso, o cuando, por las circunstancias del caso, sea imposible o desproporcionadamente gravoso restituir la situación que imperaba antes de la violación. El incidente tendrá por efecto que la ejecutoria se dé por cumplida mediante el pago de daños y perjuicios al quejoso.

Las partes en el juicio podrán acordar el cumplimiento sustituto mediante convenio sancionado ante el propio órgano jurisdiccional.

No podrá archivarse juicio de amparo alguno, sin que se haya cumplido la sentencia que concedió la protección constitucional;

Fracción reformada DOF 31-12-1994, 06-06-2011

XVII. La autoridad responsable que desobedezca un auto de suspensión o que, ante tal medida, admita por mala fe o negligencia fianza o contrafianza que resulte ilusoria o insuficiente, será sancionada penalmente;

Fracción reformada DOF 06-06-2011

XVIII. Se deroga.

Fracción derogada DOF 03-09-1993 Artículo reformado DOF 19-02-1951

Artículo 133. Esta Constitución, las leyes del Congreso de la Unión que emanen de ella y todos los tratados que estén de acuerdo con la misma, celebrados y que se celebren por el Presidente de la República, con aprobación del Senado, serán la Ley Suprema de toda la Unión. Los jueces de cada entidad federativa se arreglarán a dicha

Constitución, leyes y tratados, a pesar de las disposiciones en contrario que pueda haber en las Constituciones o leyes de las entidades federativas.

Artículo reformado DOF 18-01-1934, 29-01-2016

Artículo 134. Los recursos económicos de que dispongan la Federación, las entidades federativas, los Municipios y las demarcaciones territoriales de la Ciudad de México, se administrarán con eficiencia, eficacia, economía, transparencia y honradez para satisfacer los objetivos a los que estén destinados.

Párrafo reformado DOF 07-05-2008, 29-01-2016

Los resultados del ejercicio de dichos recursos serán evaluados por las instancias técnicas que establezcan, respectivamente, la Federación y las entidades federativas, con el objeto de propiciar que los recursos económicos se asignen en los respectivos presupuestos en los términos del párrafo precedente. Lo anterior, sin menoscabo de lo dispuesto en los artículos 26, Apartado C, 74, fracción VI y 79 de esta Constitución.

Párrafo adicionado DOF 07-05-2008. Reformado DOF 29-01-2016

Las adquisiciones, arrendamientos y enajenaciones de todo tipo de bienes, prestación de servicios de cualquier naturaleza y la contratación de obra que realicen, se adjudicarán o llevarán a cabo a través de licitaciones públicas mediante convocatoria pública para que libremente se presenten proposiciones solventes en sobre cerrado, que será abierto públicamente, a fin de asegurar al Estado las mejores condiciones disponibles en cuanto a precio, calidad, financiamiento, oportunidad y demás circunstancias pertinentes. Cuando las licitaciones a que hace referencia el párrafo anterior no sean idóneas para asegurar dichas condiciones, las leyes establecerán las bases, procedimientos, reglas, requisitos y demás elementos para acreditar la economía, eficacia, eficiencia, imparcialidad y honradez que aseguren las mejores condiciones para el Estado.

El manejo de recursos económicos federales por parte de las entidades federativas, los municipios y las demarcaciones territoriales de la Ciudad de México, se sujetará a las bases de este artículo y a las leyes reglamentarias. La evaluación sobre el ejercicio de dichos recursos se realizará por las instancias técnicas de las entidades federativas a que se refiere el párrafo segundo de este artículo.

Párrafo reformado DOF 07-05-2008, 29-01-2016

Los servidores públicos serán responsables del cumplimiento de estas bases en los términos del Título Cuarto de esta Constitución.

Los servidores públicos de la Federación, las entidades federativas, los Municipios y las demarcaciones territoriales de la Ciudad de México, tienen en todo tiempo la obligación de aplicar con imparcialidad los recursos públicos que están bajo su responsabilidad, sin influir en la equidad de la competencia entre los partidos políticos.

Párrafo adicionado DOF 13-11-2007. Reformado DOF 29-01-2016

La propaganda, bajo cualquier modalidad de comunicación social, que difundan como tales, los poderes públicos, los órganos autónomos, las dependencias y entidades de la administración pública y cualquier otro ente de los tres órdenes de gobierno, deberá tener carácter institucional y fines informativos, educativos o de orientación social. En ningún caso esta propaganda incluirá nombres, imágenes, voces o símbolos que impliquen promoción personalizada de cualquier servidor público.

Párrafo adicionado DOF 13-11-2007

Las leyes, en sus respectivos ámbitos de aplicación, garantizarán el estricto cumplimiento de lo previsto en los dos párrafos anteriores, incluyendo el régimen de sanciones a que haya lugar.

Párrafo adicionado DOF 13-11-2007 Artículo reformado DOF 28-12-1982

Título Octavo De las Reformas de la Constitución

Artículo 135. La presente Constitución puede ser adicionada o reformada. Para que las adiciones o reformas lleguen a ser parte de la misma, se requiere que el Congreso de la Unión, por el voto de las dos terceras partes de los individuos presentes, acuerden las reformas o adiciones, y que éstas sean aprobadas por la mayoría de las legislaturas de los Estados y de la Ciudad de México.

Párrafo reformado (se suprime la última oración, la cual se reforma y adiciona para quedar como segundo párrafo) DOF 21-10-1966. Reformado DOF 29-01-2016

El Congreso de la Unión o la Comisión Permanente en su caso, harán el cómputo de los votos de las Legislaturas y la declaración de haber sido aprobadas las adiciones o reformas.

Párrafo adicionado DOF 21-10-1966

Título Noveno De la Inviolabilidad de la Constitución

Artículo 136. Esta Constitución no perderá su fuerza y vigor, aun cuando por alguna rebelión se interrumpa su observancia. En caso de que por cualquier trastorno público, se establezca un gobierno contrario a los principios que ella sanciona, tan luego como el pueblo recobre su libertad, se restablecerá su observancia, y con arreglo a ella y a las leyes que en su virtud se hubieren expedido, serán juzgados, así los que hubieren figurado en el gobierno emanado de la rebelión, como los que hubieren cooperado a ésta.

Artículo original DOF 05-02-1917

1.5. Concepto de Autoridad responsable y acto reclamado.

La primera es una figura procesal del amparo que se ubica como una de las partes que intervienen activa y pasivamente durante toda esa secuela procesal. Si se quisiera utilizar un símil con el procedimiento ordinario, sería algo así, como la parte demandada.

La Suprema Corte de Justicia de la Nación, ha formulado una definición de ella, al decir que:

“Es el órgano del Estado investido de facultades de decisión o de ejecución que dicta, promulga, publica, ordena, ejecuta o trata de ejecutar la ley o el acto reclamado como violatorio de garantías o del sistema de distribución de competencias entre la Federación y los Estados, que está obligado a rendir el informe justificado correspondiente y a defender la constitucionalidad de dicha ley o acto.”

La Autoridad responsable está contemplada en un sinnúmero de preceptos de la Ley de Amparo, debido a la trascendencia de su papel en el juicio de garantías. El artículo 5º de la Ley de Amparo dice:

Son partes en el juicio de amparo:

I. El quejoso, teniendo tal carácter quien aduce ser titular de un derecho subjetivo o de un interés legítimo individual o colectivo, siempre que alegue que la norma, acto u omisión reclamados violan los derechos previstos en el artículo 1o de la presente Ley y con ello se produzca una afectación real y actual a su esfera jurídica, ya sea de manera directa o en virtud de su especial situación frente al orden jurídico.

El interés simple, en ningún caso, podrá invocarse como interés legítimo. La autoridad pública no podrá invocar interés legítimo.

El juicio de amparo podrá promoverse conjuntamente por dos o más quejosos cuando resientan una afectación común en sus derechos o intereses, aun en el supuesto de que dicha afectación derive de actos distintos, si éstos les causan un perjuicio análogo y provienen de las mismas autoridades.

Tratándose de actos o resoluciones provenientes de tribunales judiciales, administrativos, agrarios o del trabajo, el quejoso deberá aducir ser titular de un derecho subjetivo que se afecte de manera personal y directa;

La víctima u ofendido del delito podrán tener el carácter de quejosos en los términos de esta Ley.

II. La autoridad responsable, teniendo tal carácter, con independencia de su naturaleza formal, la que dicta, ordena, ejecuta o trata de ejecutar el acto que crea, modifica o extingue situaciones jurídicas en forma unilateral y obligatoria; u omita el acto que de realizarse crearía, modificaría o extinguiría dichas situaciones jurídicas.

Para los efectos de esta Ley, los particulares tendrán la calidad de autoridad responsable cuando realicen actos equivalentes a los de autoridad, que afecten derechos en los términos de esta fracción, y cuyas funciones estén determinadas por una norma general.

III. El tercero interesado, pudiendo tener tal carácter:

a) La persona que haya gestionado el acto reclamado o tenga interés jurídico en que subsista;

b) La contraparte del quejoso cuando el acto reclamado emane de un juicio o controversia del orden judicial, administrativo, agrario o del trabajo; o tratándose de persona extraña al procedimiento, la que tenga interés contrario al del quejoso;

c) La víctima del delito u ofendido, o quien tenga derecho a la reparación del daño o a reclamar la responsabilidad civil, cuando el acto reclamado emane de un juicio del orden penal y afecte de manera directa esa reparación o responsabilidad;

d) El indiciado o procesado cuando el acto reclamado sea el no ejercicio o el desistimiento de la acción penal por el Ministerio Público;

e) El Ministerio Público que haya intervenido en el procedimiento penal del cual derive el acto reclamado, siempre y cuando no tenga el carácter de autoridad responsable.

IV. El Ministerio Público Federal en todos los juicios, donde podrá interponer los recursos que señala esta Ley, y los existentes en amparos penales cuando se reclamen resoluciones de tribunales locales, independientemente de las obligaciones que la misma ley le precisa para procurar la pronta y expedita administración de justicia.

Sin embargo, en amparos indirectos en materias civil y mercantil, y con exclusión de la materia familiar, donde sólo se afecten intereses particulares, el Ministerio Público Federal podrá interponer los recursos que esta Ley señala, sólo cuando los quejosos hubieren impugnado la constitucionalidad de normas generales y este aspecto se aborde en la sentencia.

Los actos que la Autoridad responsable realiza de conformidad con su definición, se encuentran fundamentados legalmente en el artículo 9 de la aludida ley, que dice así:

“Es Autoridad responsable, la que dicta, promulga, publica, ordena, ejecuta o trata de ejecutar la ley o el acto reclamado”

Artículo 9o. Las autoridades responsables podrán ser representadas o sustituidas para todos los trámites en el juicio de amparo en los términos de las disposiciones legales y reglamentarias aplicables. En todo caso podrán por medio

de oficio acreditar delegados que concurran a las audiencias para el efecto de que en ellas rindan pruebas, aleguen, hagan promociones e interpongan recursos.

El Presidente de la República será representado en los términos que se señalen en el acuerdo general que expida y se publique en el Diario Oficial de la Federación. Dicha representación podrá recaer en el propio Consejero Jurídico, en el Procurador General de la República o en los secretarios de estado a quienes en cada caso corresponda el asunto, en términos de las leyes orgánicas y reglamentos aplicables. Los reglamentos interiores correspondientes señalarán las unidades administrativas en las que recaerá la citada representación. En el citado acuerdo general se señalará el mecanismo necesario para determinar la representación en los casos no previstos por los mismos.

Los órganos legislativos federales, de los Estados y del Distrito Federal, así como los gobernadores y jefe de gobierno de éstos, procuradores General de la República y de las entidades federativas, titulares de las dependencias de la administración pública federal, estatales o municipales, podrán ser sustituidos por los servidores públicos a quienes las leyes y los reglamentos que las rigen otorguen esa atribución, o bien por conducto de los titulares de sus respectivas oficinas de asuntos jurídicos.

Cuando el responsable sea una o varias personas particulares, en los términos establecidos en la presente Ley, podrán comparecer por sí mismos, por conducto de un representante legal o por conducto de un apoderado.

En materia de criterios jurisprudenciales, se ha definido que el término autoridades para los efectos del juicio de amparo comprende a todas aquellas personas que disponen de la fuerza pública, en virtud de circunstancias, ya legales ya de hecho, y que, por lo mismo, estén en posibilidad material de actuar como individuos que ejerzan actos públicos, por la razón de que la fuerza que poseen es de carácter público. Y que tales autoridades son, no únicamente la autoridad superior que ordena el acto violatorio de garantías individuales, sino también sus subalternos, quienes son los que ejecutan esa orden.

De lo anterior se infiere que hay diversos tipos de Autoridades responsables, entre ellas las que ordenan y las que ejecutan. La primera

“Es el órgano del Estado investido de facultades de decisión que expide la ley o dicta una orden o mandato que se estima violatorio de garantías o del sistema de distribución de competencias entre la Federación y los Estados, y sobre el cual está obligado a rendir un informe previo o justificado dentro del término legal, en el cual expresará si son o no ciertos los actos que se le imputan.”

AUTORIDAD ORDENADORA Y EJECUTORA PARA EFECTOS DEL AMPARO DIRECTO. La fracción II del artículo 5o. de la Ley de Amparo, contempla como parte en el juicio de garantías a la autoridad responsable, sin precisar sobre la naturaleza de ordenadora o ejecutora que ésta puede tener en virtud de su vinculación con el acto reclamado, por ello es menester atender a la etimología de la palabra autoridad "auctoritas" que en su origen excluía totalmente la idea de poder y de fuerza, propias de los vocablos latinos "potestas" e "imperium".

Así, para los fines de la materia de amparo, es evidente que la palabra autoridad tiene el matiz de poder o fuerza consubstancial tanto a entidades como a funcionarios para hacer cumplir sus determinaciones.

La autoridad en nuestros días se entiende como el órgano del Estado investido de facultades de decisión o de ejecución que dicta, promulga, publica, ordena, ejecuta o trata de ejecutar la ley o el acto reclamado, como violatorio de garantías o del sistema de distribución de competencias entre

la Federación y los Estados, que está obligada a rendir el informe justificado correspondiente y a quien corresponde defender la constitucionalidad de dicha ley o acto.

Hasta mil novecientos noventa y siete, en el sistema jurídico mexicano se sostuvo que el concepto de autoridad para efectos del amparo comprendía a todas aquellas personas que disponían de la fuerza pública, en virtud de circunstancias legales o de hecho y que, por lo mismo, estaban en posibilidad material de obrar como individuos que ejercieran actos públicos, por el hecho de ser pública la fuerza de que disponían; este criterio fue interrumpido por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, para ahora establecer que en cada caso se debe analizar si se satisfacen o no los presupuestos para determinar cuándo una autoridad puede ser considerada o no, como autoridad responsable para efectos del amparo, porque con independencia de que pueda ejercer la fuerza pública de manera directa o por conducto de otras autoridades, como órgano de Estado perteneciente a la administración pública centralizada o paraestatal, ejerce facultades decisorias que le están atribuidas en la ley, de manera unilateral, a través de los cuales crea, modifica o extingue situaciones jurídicas que afectan la esfera de los gobernados.

Así, las características distintivas que debe tener una autoridad a fin de ser considerada como tal para los efectos del amparo, son:

1) La existencia de un ente de hecho o de derecho que establece una relación de supra a subordinación con un particular; 2) Que esa relación tenga su nacimiento en la ley, lo que dota al ente de una facultad administrativa, cuyo ejercicio es irrenunciable, al ser de naturaleza pública la fuente de esa potestad;

3) Que con motivo de esa relación emita actos unilaterales a través de los cuales cree, modifique o extinga por sí o ante sí, situaciones jurídicas que afecten la esfera legal del particular; y

4) Que para emitir esos actos no requiera acudir a los órganos judiciales ni precise del consenso de la voluntad del afectado.

Como puede observarse, estas características no restringen el concepto de autoridad a aquellos organismos que forman parte de la administración pública en sus distintos órdenes (federal, estatal o municipal); se trata de cualquier ente público, en donde se incluyen organismos centralizados, paraestatales, autónomos, cualquiera que sea su denominación. También puede observarse que no siempre los entes que conforman directamente la administración pública serán autoridad para los efectos del amparo ya que para determinar la calidad de autoridad responsable es indispensable analizar las características particulares de aquel a quien se le imputa el acto reclamado y la naturaleza de éste.

No todo acto, aun emitido por una autoridad, puede ser considerado como acto de autoridad para los efectos del juicio de amparo, porque los titulares de organismos públicos realizan cotidianamente acciones que pueden afectar a un particular, sin generar necesariamente una relación de supra a subordinación.

Luego, dado que la ley de la materia no establece algún concepto de autoridad responsable ordenadora, se recurre a las raíces etimológicas de la palabra ordenadora, la que proviene del latín "ordinator-ordinatoris", es el que pone orden, el que ordena, el que arregla; es un derivado del verbo "ordinare", ordenar, poner en regla, regular; el sufijo "-dor", indica al sujeto o agente que realiza la acción del verbo; así, para los efectos del amparo la autoridad ordenadora será el órgano del Estado investido de facultades de decisión que expide la ley o dicta una orden o mandato que se estima violatorio de garantías o del sistema de distribución de competencias entre la Federación y los Estados y sobre el cual está obligado a rendir un informe previo o justificado, dentro del plazo legal, en el que expresará si son o no ciertos los actos que se le imputan.

Esto es, se trata de aquella autoridad del Estado que por razón de su jerarquía tiene la facultad para emitir un mandato o una orden que debe cumplirse por la autoridad subalterna y en contra de un gobernado. Por otra parte, la ley de la materia tampoco proporciona el concepto de autoridad ejecutora para los efectos del amparo, por lo que se recurre al origen de la palabra ejecutora, que proviene del latín "exsecutio-exsecutionis", acabamiento, ejecución, cumplimiento [en especial de una sentencia], ya constatado en español hacia el año mil cuatrocientos treinta y ocho; este vocablo se compone de la preposición latina "ex", que indica origen, procedencia; también puede usarse como un refuerzo que añade idea de intensidad; y el verbo "sequor", seguir; el verbo "exsequor" significa seguir hasta el final, seguir sin descanso, acabar, terminar totalmente una tarea.

Así, la autoridad ejecutora es aquella que cuenta con autoridad propia para cumplir algo, ir hasta el final; luego, para los efectos del amparo, será la que ejecuta o trata de ejecutar la ley o el acto reclamado, es decir, aquella que lleva a cabo el mandato legal o la orden de la autoridad responsable ordenadora o decisoria, hasta sus últimas consecuencias porque es la que tiene el carácter de subalterna que ejecuta o trata de ejecutar o ya ejecutó el acto reclamado dictado por la autoridad ordenadora, ya que conforme a las facultades y obligaciones que la ley le confiere le corresponde el cumplimiento de la sentencia, esto es, la actuación inmediata tendente a acatar el fallo definitivo acorde a las consideraciones y resolutivos que contenga.

Por ello, cuando la autoridad señalada en la demanda de amparo directo no es el órgano jurisdiccional que emitió la sentencia definitiva, laudo o resolución que puso fin a juicio, sólo puede considerársele autoridad responsable si tiene el carácter de ejecutora formal y material del acto que se reclame de acuerdo con la ley o con los términos del acto ordenador. Si una autoridad es señalada como responsable y no tiene conforme a la ley funciones de ejecutora formal y material y los actos que se le atribuyen no están ordenados en el mandato del órgano jurisdiccional que dictó la sentencia definitiva, laudo o resolución que puso fin a juicio, debe considerarse que no obró en cumplimiento de éste, sino que lo hizo de propia autoridad; de ahí que no tenga el carácter de autoridad responsable ejecutora, para los efectos del juicio de amparo directo.

TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO. Amparo directo 700/2008.—**********.—18 de diciembre de 2008. —Unanimidad de votos. —Ponente: Víctor Francisco Mota Cienfuegos. —Secretaria: Greta Lozada Amezcua. Amparo directo 792/2008. —José Gerardo de la Garza Morantes y otra. —12 de febrero de 2009. —Unanimidad de votos. —Ponente: Víctor Francisco Mota Cienfuegos. —Secretaria: María Estela España García.

Amparo directo 734/2008. —Claudia Esther Moreno Gallegos y otro. —19 de febrero de 2009. —Unanimidad de votos. —Ponente: Víctor Francisco Mota Cienfuegos.—Secretaria: Socorro Álvarez Nava. Amparo directo 802/2008. —Superservicio Bosques, S.A. de C.V. —26 de febrero de 2009. —Unanimidad de votos. —Ponente: Víctor Francisco Mota Cienfuegos. —Secretaria: Socorro Álvarez Nava. Amparo directo 665/2008. —Arcosky México, S.A. de C.V. —12 de marzo de 2009. —Unanimidad de votos. —Ponente: Víctor Francisco Mota Cienfuegos. —Secretaria: Socorro Álvarez Nava. Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXIX, mayo de 2009, página 887, Tribunales Colegiados de Circuito, tesis I.3o.C. J/58; véase ejecutoria en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXIX, mayo de 2009, página 890.

En cambio, segunda

“Es la que ejecuta o trata de ejecutar la ley o el acto reclamado, es decir, aquella que lleva a cabo el mandato legal o la orden de la autoridad responsable ordenadora o decisoria hasta sus últimas consecuencias.”

La noción de autoridad que dicta, promulga o pública, va vinculada a los amparos que se promueven en contra de leyes, decretos o reglamentos, por tanto, las autoridades que tengan facultades materiales para legislar podrán ser autoridades responsables para los efectos del amparo. Dentro de ellas estarían el Congreso de la Unión, el Presidente de la República, los Gobernadores de los Estados y los Congresos Estatales, entre otros.

Entre las obligaciones que tienen las Autoridades Responsables como parte en el juicio de amparo, está la rendición de los informes con justificación y previo. El primero es rendido en el juicio principal del amparo y el segundo en el incidente de suspensión del acto reclamado. El informe con justificación debe de rendirse dentro de los 5 días siguientes al momento en que la Autoridad responsable fue notificada – artículo 117 de la Ley de Amparo-. En cuanto al informe previo, la obligación de rendirlo será dentro de las 24 horas siguientes a la notificación – artículo 140 de la Ley de Amparo- Por cuanto se refiere al acto reclamado, la noción que de él ha formulado la Suprema Corte de Justicia de la Nación dice así:

“Es la conducta, activa o pasiva, de la autoridad federal, estatal o municipal, presuntamente considerada como violatoria de garantías individuales o de la distribución competencial entre la Federación, los Estados o el Distrito Federal, reclamable a través del juicio de amparo, independientemente de que adolezca o no del vicio de ser contraria a la Constitución Federal.”

Acto reclamado: La existencia del acto reclamado como requisito sine qua non, de la procedencia del amparo, como verdadera justificación del ejercicio de la acción y toda vez que se configura que la autoridad, ocasiona un perjuicio en detrimento de los derechos sustantivos tutelados del gobernado a través de los actos reclamados; estos “actos reclamados” consisten en un hacer o en un no hacer, mismos que el agraviado, atribuye a la autoridad responsable, como violatorios en su esfera jurídica de derechos.

Concepto: A fin de determinar la mejor acepción de acto reclamado, a continuación se citan algunas definiciones de importantes juristas.

Definición Eduardo Pallares, define el acto reclamado como: “el acto que el demandante en juicio de amparo imputa a la autoridad responsable, y sostiene que es violatorio de garantías individuales o de la soberanía local o federal respectivamente...” (Ruiz H. E., 2009)

Arturo González Cosío, sostiene que el acto reclamado: Es la conducta imperativa, positiva u omisiva, de una autoridad estatal, nacional. Federal, local o municipal, presuntivamente violatoria de garantías individuales o de la distribución de competencias entre la Federación y los Estados de la República, a la que se opone el quejoso. (Ruiz H. E., 2009) Aunado a lo anteriormente expuesto, podemos definir como acto reclamado, aquella conducta, activa o pasiva que puede consistir en un hacer o en un no hacer; que se le atribuye a la autoridad, que tiene el carácter de responsable y que el gobernado estima violatoria de sus garantías individuales.

Actos reclamados en el amparo: Los actos reclamados, impugnables en materia de amparo, implican una clasificación, de acuerdo a su especial naturaleza y mismos que nuestro más alto Tribunal, jurisprudencialmente ha clasificado; en lo sucesivo expondremos a manera de síntesis, los actos que son impugnables en amparo, así como sus principales características de acuerdo al modo en que se clasifican, a saber: Por su naturaleza Actos positivos: son los que dada su naturaleza consisten en la decisión o ejecución de un hacer, es decir, en un actuar de la autoridad responsable, en ejercicio de sus atribuciones; estos actos, se reparan cuando se da cumplimiento a

la sentencia protectora, pues sólo se requiere que se deje sin efectos, el acto que se ha decretado inconstitucional. Actos negativos: a contrario sensu, los que consisten en una omisión, implican un no hacer, por parte de las autoridades, se rehúsan a satisfacer las pretensiones de los gobernados, en otras palabras, consisten en no querer o no aceptar, lo que solicita el gobernado.

Actos prohibitivos: como su acepción lo implica, los actos prohibitivos, son los que imponen al gobernado, un no hacer, esto es que, fijan una limitación u obligación que impida su actividad, y en consecuencia implican una actuación de la autoridad por la cual se ordena al gobernado que no realice cierta conducta.

Actos declarativos: son los actos, por los que la autoridad constata una situación jurídica determinada, a través de ellos no se crean, ni se modifican, extinguen o transmiten derechos u obligaciones.

Por su consumación: Actos consumados de modo reparable: son los actos que ya se han ejecutado y han producido sus consecuencias de afectación en el gobernado, pero en virtud de la impugnación en el juicio de amparo, puede repararse la afectación. Actos consumados de modo irreparable: a contrario sensu, son aquellos actos, que la afectación ya se ha consumado y que no se puede reparar aunque la sentencia sea favorable, puesto que se trata de actos que producen consecuencias que no pueden ser reparadas física o materialmente.

Por su acreditamiento: Actos existentes: son los actos que el quejoso acredita fehacientemente que le causaron un perjuicio en su esfera de derechos sustantivos, por lo tanto, su existencia es aceptada por la autoridad responsable.

Actos inexistentes: son los que niega llanamente la autoridad a la que se atribuyen y mismos que el quejoso, no ha podido demostrar su existencia.

Actos presuntamente existentes: los constituyen, aquellos actos, que se tienen por ciertos, toda vez que la autoridad a la que se le imputan, no rindió su informe previo y justificado, o bien, que al rendirlo, no desvirtúa sobre la existencia de esto

Por el momento en que producen sus efectos: Actos instantáneos: como implica su alcance, son aquellos que se agotan en un sólo momento.

Actos de tracto sucesivo: son los actos que la autoridad a la que se le atribuye, no los agota por su sola emisión, sino que requieren de etapas sucesivas de actuaciones o de hechos, esto es, actúa de forma continua, permanente e ilimitada, con el propósito de que siga produciendo efectos, con el transcurso del tiempo.

Por su temporalidad, Actos pasados: son aquellos que al momento en que se impugnan en juicio de amparo, se han llevado a cabo plenamente y han producido todos sus efectos.

Actos presentes: son los que al momento en que se promueve el amparo, éstos se encuentran en ejecución, su realización se encentra en curso.

Actos futuros inciertos o probables: se constituyen como aquellos que no se han realizado, en el momento en que se demanda el amparo, pues no existe la certeza de que éstos realmente se realicen.

Actos futuros ciertos o inminentes: son aquellos que aunque no se han ejecutado, existe evidencia de que lograran su cometido, esto como consecuencia legal futura o resultado de otros actos existentes.

Por su permanencia o conservación, Actos subsistentes: son aquellos que ya se han efectuado por la autoridad a la que se le imputan, y que aún existen.

Actos insubsistentes: son aquellos que ya han concluido sus efectos, pues fueron revocados o inaplicados por la autoridad responsable o bien por otra autoridad competente.

Por la actuación del quejoso, Actos expresamente consentidos: se consideran aquellos que el quejoso, ha manifestado su voluntad de someterse a ellos, a pesar de causarle un perjuicio, pues son acatados por este de manera consiente.

Actos tácitamente consentidos: son aquellos que no se impugnan por el medio que la ley establece, o no se ejercita la acción de amparo, en el término que la ley establece.

Actos derivados de consentidos: son los actos que agravian al quejoso y que son secuela de otros que son consentidos por él.

Actos no consentidos: son aquellos que el quejoso no ha manifestado su voluntad de someterse a ellos y que ha impugnado a través de los casos que la ley prevé para tales efectos.

CONCLUSIÓN: De los alcances antes expuestos; podemos inferir en contra de quien será procedente el juicio de amparo, puesto que como ya se han precisado los tipos de autoridad responsable, y que esta a su vez puede ser de carácter auxiliar, de derecho o de facto, se concluye enfatizando que esta variación de autoridad, sólo tendrá el carácter de responsable, cuando estén en posibilidad de ejercer actos públicos, por ser fuerza pública y atendiendo las circunstancias de hecho o de derecho. Por lo que respecta a los actos reclamados de las autoridades en su carácter de responsables, se concluye, partiendo de la premisa de que aquella conducta, activa o pasiva que puede consistir en un hacer o en un no hacer y que el gobernado estima violatoria de sus garantías individuales, puede ser considerada de acuerdo a la naturaleza propia de la misma, al momento en que surte efectos, a su temporalidad etc. Y que dado actuar por la autoridad responsable en agravio de la esfera jurídica de derechos del gobernado, implicara una conducta que es susceptible de reclamar mediante el juicio de amparo. De esta manera el concepto de acto reclamado, está estrechamente ligado con el vocablo autoridad, pues si relacionamos uno con el otro, tendremos como resultado que todo acto reclamado, debe por fuerza emanar de un órgano de ciertas naturalezas o características para que así se actualice algunos de los supuestos previstos en el artículo 103 de la Carta Magna

Acto reclamado: Es aquella conducta, activa o pasiva que puede consistir en un hacer o en un no hacer; que se le atribuye a la autoridad que tiene el carácter de responsable y que el gobernado estima violatoria de sus garantías individuales.

Autoridad: Es un órgano del Estado, al que la ley misma le ha dotado de facultades, que llevan implícitas un poder de decisión y ejecución, que inciden en la esfera jurídica del gobernado, y que este poder es impuesto aun en contra de su voluntad.

Autoridad de derecho: Es el órgano del Estado cuyas facultades, organización y existencia, como característica primordial, se encuentran determinadas en la ley.

Autoridad de facto: Es aquella que cuyo actuar, no se encentra legalmente determinado, esto es que ningún ordenamiento jurídico prevé su creación, organización o funcionamiento.

Órgano autoridad: Aquellas autoridades, cuya facultad de decisión y ejecución es propia de sus atribuciones.

La Suprema Corte de Justicia de la Nación ha emitido diversas ideas respecto a esta figura jurídica del amparo en las ejecutorias y tesis jurisprudenciales. Una de ellas es la siguiente:

“Registro IUS: 321648Localización: Quinta Época, Segunda Sala, Semanario Judicial de la Federación, Tomo LXXXIX, p. 41, aislada, Común.Rubro: ACTO RECLAMADO, NATURALEZA DEL.Texto: Por acto reclamado debe entenderse el hecho ejecutado por la autoridad, independientemente de que adolezca, o no, del vicio de ser contrario a la Constitución Federal, razón que no puede alegarse para sostener que el amparo relativo carece de materia.

Precedentes: Amparo administrativo en revisión 8840/46. "Isca", S. A. de C. V.1o. de julio de 1946. Unanimidad de cinco votos. La publicación no menciona el nombre del ponente”

En el campo del juicio de amparo, cuando se hace mención del acto reclamado, necesariamente se hace referencia a la autoridad responsable, porque todo acto reclamado debe de provenir o emanar forzosamente de este tipo de autoridades. Sin el acto reclamado no hay prácticamente razón para que se inicie la instancia de amparo.

Artículo 117. La autoridad responsable deberá rendir su informe con justificación por escrito o en medios magnéticos dentro del plazo de quince días, con el cual se dará vista a las partes. El órgano jurisdiccional, atendiendo a las circunstancias del caso, podrá ampliar el plazo por otros diez días.

Entre la fecha de notificación al quejoso del informe justificado y la de celebración de la audiencia constitucional, deberá mediar un plazo de por lo menos ocho días; de lo contrario, se acordará diferir o suspender la audiencia, según proceda, a solicitud del quejoso o del tercero interesado. Los informes rendidos fuera de los plazos establecidos en el párrafo primero podrán ser tomados en cuenta si el quejoso estuvo en posibilidad de conocerlos. Si no se rindió informe justificado, se presumirá cierto el acto reclamado, salvo prueba en contrario, quedando a cargo del quejoso acreditar su inconstitucionalidad cuando dicho acto no sea en sí mismo violatorio de los derechos humanos y garantías a que se refiere el artículo 1o de esta Ley.

En el informe se expondrán las razones y fundamentos que se estimen pertinentes para sostener la improcedencia del juicio y la constitucionalidad o legalidad del acto reclamado y se acompañará, en su caso, copia certificada de las constancias necesarias para apoyarlo.

En amparos en materia agraria, además, se expresarán nombre y domicilio del tercero interesado, los preceptos legales que justifiquen los actos que en realidad hayan ejecutado o pretendan ejecutar y si las responsables son autoridades agrarias, la fecha en que se hayan dictado las resoluciones que amparen los derechos agrarios del quejoso y del tercero, en su caso, y la forma y términos en que las mismas hayan sido ejecutadas, así como los actos por virtud de los cuales aquéllos hayan adquirido sus derechos, de todo lo cual también acompañarán al informe copias certificadas, así como de las actas de posesión, planos de ejecución, censos agrarios, certificados de derechos agrarios, títulos de parcela y demás constancias necesarias para precisar los derechos de las partes.

No procederá que la autoridad responsable al rendir el informe pretenda variar o mejorar la fundamentación y motivación del acto reclamado, ni que ofrezca pruebas distintas de las consideradas al pronunciarlo, salvo las relacionadas con las nuevas pretensiones deducidas por el quejoso.

Tratándose de actos materialmente administrativos, cuando en la demanda se aduzca la falta o insuficiencia de fundamentación y motivación, en su informe justificado la autoridad deberá complementar en esos aspectos el acto reclamado. En esos casos, deberá correrse traslado con el informe al quejoso, para que en el plazo de quince días realice la ampliación de la demanda, la que se limitará a cuestiones derivadas de la referida complementación. Con

la ampliación se dará vista a las responsables así como al tercero interesado y, en su caso, se emplazará a las diversas autoridades que en ampliación se señalen. Para tales efectos deberá diferirse la audiencia constitucional.

Artículo 140. En el informe previo la autoridad responsable se concretará a expresar si son o no ciertos los actos reclamados que se le atribuyan, podrá expresar las razones que estime pertinentes sobre la procedencia o improcedencia de la suspensión y deberá proporcionar los datos que tenga a su alcance que permitan al órgano jurisdiccional establecer el monto de las garantías correspondientes. Las partes podrán objetar su contenido en la audiencia.

En casos urgentes se podrá ordenar que se rinda el informe previo por cualquier medio a disposición de las oficinas públicas de comunicaciones.

1.- ¿QUÉ ES UN INFORME JUSTIFICADO?

El informe justificado es el documento con el cual las autoridades responsables sostienen la constitucionalidad de los actos que se les reclaman.

2.- ¿QUÉ DEBE EXPRESAR UNA AUTORIDAD RESPONSABLE EN SU INFORME JUSTIFICADO?

Las causales de improcedencia y sobreseimiento del juicio. Las razones y fundamentos legales que estimen pertinentes para sostener la constitucionalidad del

acto reclamado. Acompañar copias certificadas que sean necesarias para apoyar su informe.

Asimismo, las autoridades responsables podrán acompañar a su informe justificado las copias certificadas de los documentos necesarios para apoyar su dicho.

Lo anterior de acuerdo a lo dispuesto por el artículo 117, quinto párrafo:

Artículo 117.- En el informe se expondrán las razones y fundamentos que se estimen pertinentes para sostener la improcedencia del juicio y la constitucionalidad o legalidad del acto reclamado y se acompañará, en su caso, copia certificada de las constancias necesarias para apoyarlo.

3.- ¿CUÁL ES EL TÉRMINO PARA PRESENTAR EL INFORME JUSTIFICADO?

Se deberá presentar el informe justificado dentro del término de quince días, plazo que podrá ampliarse hasta por otros diez días, si el Juez de Distrito lo estimara pertinente.

En ese sentido, dicho informe justificado deberá ser rendido con ocho días de anticipación a la fecha de la audiencia constitucional, ello para que el quejoso tenga conocimiento de dicho oficio y pueda presentar si lo cree pertinente un escrito de manifestaciones donde señale lo que a su interés convenga en relación con dicho informe justificado.

Lo anterior es así, de acuerdo a lo dispuesto por el artículo 117, párrafos I y II de la Ley de Amparo:

Artículo 117. La autoridad responsable deberá rendir su informe con justificación por escrito o en medios magnéticos dentro del plazo de Quince días, con el cual se dará vista a las partes. El órgano jurisdiccional, atendiendo a las circunstancias del caso, podrá ampliar el plazo por otros diez días.

Entre la fecha de notificación al quejoso del informe justificado y la de celebración de la audiencia constitucional, deberá mediar un plazo de por lo menos ocho días; de lo contrario, se

acordará diferir o suspender la audiencia, según proceda, a solicitud del quejoso o del tercero interesado.

4.- ¿QUÉ PASA SI EL INFORME JUSTIFICADO NO SE PRESENTA EN LOS 8 DÍAS DE ANTICIPACIÓN A LA FECHA DE LA AUDIENCIA CONSTITUCIONAL?

La audiencia constitucional deberá diferirse o suspenderse a petición del quejoso o del tercero perjudicado, de acuerdo a lo dispuesto por el párrafo segundo del artículo 117 de la Ley de Amparo.

Sin embargo, si los informes rendidos fueron presentados fuera del plazo establecido – con 8 días de anticipación a la audiencia -, podrán ser tomados en cuenta únicamente si el quejoso estuvo en posibilidad de conocerlos, esto de acuerdo a lo dispuesto por el párrafo cuarto del artículo 117 de la Ley de Amparo.

Artículo 117.- Los informes rendidos fuera de los plazos establecidos en el párrafo primero podrán ser tomados en cuenta si el quejoso estuvo en posibilidad de conocerlos. Si no se rindió informe justificado, se presumirá cierto el acto reclamado, salvo prueba en contrario, quedando a cargo del quejoso acreditar su inconstitucionalidad cuando dicho acto no sea en sí mismo violatorio de los derechos humanos y garantías a que se refiere el artículo 1o de esta Ley.

5.- ¿QUÉ PASA SI LA AUTORIDAD RESPONSABLE NO RINDE SU INFORME JUSTIFICADO?

En caso de que no se rinda o presente el informe justificado, se tendrá por cierto el acto reclamado y el quejoso quedará obligado a probar los hechos que determinen la inconstitucionalidad cuando el acto no sea violatorio de garantías en sí mismo, sino que su constitucionalidad o inconstitucionalidad dependa de los motivos, datos o pruebas en que se haya fundado el propio acto.

Además de lo anterior, cuando la autoridad responsable no rinda su informe justificado, el Juez de Distrito le impondrá dentro de la sentencia, una multa de 100 a 1,000 días de salario, lo mismo sucede en caso de no remitir copia certificada de los documentos en que apoye sus manifestaciones, lo anterior, de acuerdo a lo dispuesto por el artículo 260, párrafo II de la Ley de Amparo:

Artículo 260. Se sancionará con multa de cien a mil días a la autoridad responsable que:

(…)

II. No rinda el informe con justificación o lo haga sin remitir, en su caso, copia certificada completa y legible de las constancias necesarias para la solución del juicio constitucional u omita referirse a la representación que aduzca el promovente de la demanda en términos del artículo 11 de esta Ley;

1.- ¿QUÉ ES UN INFORME PREVIO?

El informe previo es un oficio a través del cual las autoridades responsables expresarán si son ciertos o no los hechos que se les atribuyen, además de ello, determinarán la existencia del acto reclamado y en algunas ocasiones, la cuantía del asunto que lo haya motivado.

En el informe previo, también se pueden señalar ciertas razones respecto a la procedencia o improcedencia de la solicitud de suspensión del acto reclamado. Siendo honestos, rara vez una autoridad responsable señalará que es procedente tu juicio de amparo.

2.- ¿CUÁL ES SU FUNDAMENTO LEGAL?

Es el artículo 140 de la Ley de Amparo, que señala lo siguiente:

Artículo 140. En el informe previo la autoridad responsable se concretará a expresar si son o no ciertos los actos reclamados que se le atribuyan, podrá expresar las razones que estime pertinentes sobre la procedencia o improcedencia de la suspensión y deberá proporcionar los datos que tenga a su alcance que permitan al órgano jurisdiccional establecer el monto de las garantías correspondientes. Las partes podrán objetar su contenido en la audiencia.

En casos urgentes se podrá ordenar que se rinda el informe previo por cualquier medio a disposición de las oficinas públicas de comunicaciones.

3.- ¿QUIÉN REALIZA UN INFORME PREVIO?

Las Autoridades Responsables, recordemos que en el Juicio de Amparo se interpone en contra de Leyes y Actos que consideras contravienen tus derechos y garantías constitucionales, por lo que los únicos que pueden contravenir tus garantías son las Entidades Públicas, independientemente de su nombre y cómo estén conformadas.

4.- ¿QUÉ PASA SI LA AUTORIDAD RESPONSABLE NO TIENE SU RESIDENCIA EN LA MISMA CIUDAD DONDE INTERPUSISTE LA DEMANDA DE AMPARO?

Es importante recordar que el informe previo solamente se solicita cuando se interponga un incidente de suspensión de lacto reclamado en un juicio de amparo, por lo que no se resuelve sobre la constitucionalidad o inconstitucionalidad del acto reclamado en el amparo (el fondo) sino únicamente sobre el proceso de la suspensión (forma).En ese sentido, al resolverse la forma y no el fondo, el Juzgador puede resolver en diferentes audiencias incidentales cada uno de los incidentes previos según vayan siendo recibidos, tal y como se puede observar en el artículo 141 de la Ley de Amparo:

Artículo 141. Cuando alguna autoridad responsable tenga su residencia fuera de la jurisdicción del órgano que conoce del amparo, y no sea posible que rinda su informe previo con la debida oportunidad, por no haberse hecho uso de los medios a que se refiere el artículo anterior, se celebrará la audiencia incidental respecto del acto reclamado de las autoridades residentes en el lugar, a reserva de celebrar la que corresponda a las autoridades foráneas. La resolución dictada en la primera audiencia podrá modificarse o revocarse con vista de los nuevos informes. 5.- ¿QUÉ TÉRMINO TIENE LA AUTORIDAD RESOPNSABLE PARA PRESENTAR SU INFORME PREVIO?

El término que tienen las autoridades responsables para presentar su informe previo es de 24 horas una vez notificado el acuerdo en que se le solicite, sin embargo, al no establecerse un artículo que mencione una sanción por no presentar a tiempo un informe previo, en ese sentido, no existe una sanción por presentarlo de forma extemporánea. Lo anterior, queda señalado en el criterio 208481. I.4o.A.107 K. emitido por nuestros Tribunales Colegiados de Circuito. Octava Época. Semanario Judicial de la Federación. Tomo XV-2, Febrero de 1995, Pág. 369:

INFORME PREVIO. LA LEY DE AMPARO NO PREVE NINGUNA SANCION SI ES RENDIDO FUERA DEL TÉRMINO DE VEINTICUATRO HORAS.

Ninguno de los preceptos de la Ley de Amparo que regulan la suspensión de los actos reclamados en el juicio constitucional, establece que si las autoridades responsables no rinden el informe previo en el término de veinticuatro horas, perderán ese derecho, ni tampoco que por ello se debe tener por no rendido ni mucho menos que se tengan por presuntivamente ciertos los actos reclamados, tal consideración se debe a la prontitud en la que el incidente de suspensión debe resolverse; por tanto, el informe previo rendido antes de la celebración de la audiencia incidental debe tomarse en cuenta, y la determinación de tener por presuntivamente ciertos los

actos se prevé en el tercer párrafo del artículo 132 de la Ley de Amparo; pero sólo si la autoridad responsable omite rendir dicho informe, mas no por presentarlo fuera del término de veinticuatro horas, ya que el artículo 131 de la Ley de Amparo expresamente dispone que si las autoridades no rinden el informe previo dentro del término de veinticuatro horas, transcurrido éste con informe o sin él, se celebrará la audiencia en la fecha y hora señaladas en el auto inicial para su celebración.

CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL PRIMER CIRCUITO. 6.- ¿QUÉ PASA SI LA AUTORIDAD RESPONSABLE NO PRESENTA SU INFORME PREVIO?

Se le tendrán por ciertos los actos que le estás reclamando para efectos de que el Juzgado de Distrito o Tribunal Colegiado te otorgue la suspensión del acto reclamado que solicitaste.

Algunos pensarían que la autoridad Juzgadora le impondrá una sanción, a todas las autoridades responsables que no presenten su informe previo, sin embargo esto no es así, pues no se le impone sanciones a las autoridades legislativas tal y como lo puedes apreciar en el tercer párrafo del artículo 142 de la Ley de Amparo:

Artículo 142. La falta de informe previo hará presumir cierto el acto reclamado para el sólo efecto de resolver sobre la suspensión definitiva.

Tratándose de amparo contra normas generales, las autoridades que hayan intervenido en el refrendo del decreto promulgatorio de la norma general o en su publicación, únicamente rendirán el informe previo cuando adviertan que su intervención en el proceso legislativo o de creación de la norma general, se impugne por vicios propios.

La falta del informe previo de las autoridades legislativas, además de lo señalado en el párrafo anterior, no dará lugar a sanción alguna.

Ahora bien, para el caso de las demás autoridades responsables, sí existe una sanción económica, como lo podrás observar en el artículo 260, párrafo primero:

Artículo 260. Se sancionará con multa de cien a mil días a la autoridad responsable que:1. No rinda el informe previo;

7.- ¿QUÉ INFORMACIÓN DEBERÁ CONTENER LA RESOLUCIÓN QUE RESUELVA UN INCIDENTE DE SUSPENSIÓN?

Una vez que se llevaron las audiencias incidentales sobre cada uno de los informes previos, la autoridad Juzgadora emitirá una resolución que contenga la siguiente información: fijación clara y precisa de lacto reclamado, valoración de las pruebas, consideraciones y fundamentos legales para conceder o negar la suspensión y finalmente, los puntos resolutivos en los que se exprese el acto o actos que se concedan o niegue la suspensión y por supuesto, los efectos para su cumplimiento. Lo anterior, tal y como lo establece el artículo 146 de la Ley de Amparo:

Artículo 146. La resolución que decida sobre la suspensión definitiva, deberá contener:

I. La fijación clara y precisa del acto reclamado;II. La valoración de las pruebas admitidas y desahogadas;

III. Las consideraciones y fundamentos legales en que se apoye para conceder o negar la suspensión; y 

IV. Los puntos resolutivos en los que se exprese el acto o actos por los que se conceda o niegue la suspensión. Si se concede, deberán precisarse los efectos para su estricto cumplimiento.

1.6. Naturaleza jurídica del juicio de amparo.

Lo primero es contar con una definición del juicio de amparo considerando a este como:

“Una institución que se tramita y resuelve por los órganos del Poder judicial Federal, y excepcionalmente por los órganos jurisdiccionales locales, a instancia del gobernado que considera que un acto de autoridades le afecta su esfera jurídica por ser contrario a las garantías que en su favor consagra la Constitución, después de haber agotado contra él los medios de defensa ordinarios, con el objeto de que el mismo se deje insubsistente y sin efecto en el caso especial sobre el que versa la demanda, y se le mantenga o restituye en el goce de la garantía que estima infringida”

El segundo paso es realizar un análisis comparativo de lo que implica un juicio y de lo que constituye un recurso, todo esto en términos jurídico procesales, para que aplicando el método comparativo se deriven elementos de diferenciación o de similitud entre estas dos visiones y se puede determinar la naturaleza del juicio de garantías.

Un primer criterio se basa en la finalidad tuteladora del juicio y del recurso en relación al amparo. Si el amparo fuera un recurso, tendría como objeto específico determinar si la resolución que fue objeto de impugnación y de inconformidad, está apegada a lo prescrito por los contenidos jurídicos normativos de una ley ordinaria o secundaria. Pero evidentemente que esto no es así, ya que el amparo siempre y en cualquier asunto va a tener como finalidad principal que se verifique si el acto reclamado es directamente o indirectamente violatorio o no de preceptos constitucionales –garantías del gobernado-.

El amparo no tiene por finalidad resolver de forma específica y directa si el acto reclamado está o no ajustado a la ley secundaria, lo que realmente le interesa y constituye su razón de ser, es proteger al interés público cumpliendo con ello una función social, que no es otra sino garantizar la existencia y permanencia del orden constitucional.Un segundo criterio diferenciador entre el recurso y el juicio, consiste en que el primero representa únicamente una segunda o tercera instancia del mismo asunto.

Esto es, con el recurso se prolonga la primera instancia para los efectos de que se modifique, revoque o confirme un acto jurisdiccional. Esto no sucede del todo en el amparo, ya que en su tramitación se genera un verdadero juicio con todas sus etapas procedimentales. Lo expresado se demuestra de la simple lectura de los artículos 73 al 124 de la Ley de Amparo.

Un tercer criterio se vincula a las relaciones procesales que se dan al interior del juicio de amparo y del recurso. En éste último, las partes activa y pasiva de la relación jurídica contenciosa son las mismas que en la primera instancia. En cambio, en el amparo no sucede así, ya que la autoridad que emitió el acto reclamado se convierte en parte demandada y no en autoridad que orden, ejecuta o trata de ejecutar un acto.

El Amparo es un recurso o un juicio?

Se entiende como naturaleza jurídica, a la esencia de una institución; para efectos de poder establecer la naturaleza jurídica de la institución de amparo como medio de control constitucional, si éste tiene el carácter de recurso o si es un juicio; es necesario precisar la naturaleza de ambos, para poder determinar la naturaleza propia y esencia de aquel.

Recurso, es un acto procesal a través del cual se busca que un tribunal superior enmiende conforme a Derecho la resolución del inferior; su resultado consiste en confirmar dicha resolución o en sustituirla total o parcialmente; si es procedente, su resolución sustituye lisa y llanamente a la recurrida.

Escriche lo define como “la acción que queda a la persona condenada en juicio, para poder acudir a otro juez o tribunal en solicitud de que se enmiende el agravio a que cree habérsele hecho” (Ruiz T. H.; 2009, s.p.) El recurso, deviene siempre de un procedimiento anterior y su interposición origina o da pauta a una segunda e incluso tercera instancia, esto es, con su interposición se inicia un segundo procedimiento ante el órgano superior jerárquico con la finalidad de que éste revise la resolución atacada, que estudie si ésta es conforme a Derecho, o contraviene la ley que regula el juicio de referencia, constituyendo esta revisión, un acto por virtud del cual se vuelve a ver una resolución, mediante el análisis que se haga entre la concordancia de la ley adjetiva y la ley subjetiva que se aplicó según sea la materia.

Este acto procesal, tiene como objeto la revisión especifica de la resolución atacada, ello implica que se considere al recurso como un medio de control de legalidad.

Entre las diversas clases de recurso, podemos acotar dos, a saber: El ordinario y el extraordinario; el primero de ellos, se configura cuando impugna violaciones a leyes procesales secundarias y el segundo se impugna por violaciones que van más allá de lo ordinario, es decir, contravenciones a la Constitución; de ahí que la Suprema Corte de Justicia de la Nación en varias ejecutorias lo define como extraordinario.

Podemos inferir que por juicio se entiende una serie de actos concatenados a seguir, que van de una demanda a una sentencia; dentro del juicio, se configuran diversas figuras procesales o instituciones jurídicas, como puede ser el recurso y que en última instancia viene a formar parte del mismo juicio.

Naturaleza jurídica de amparo, A menudo existe una confusión entre diversas instituciones y juristas que afirman que el amparo es un juicio, aun cuando otras personas lo identifican como un recurso; por lo que atendiendo los conceptos y aspectos de las instituciones jurídicas del recurso y el juicio, así como de la forma que se promueva el amparo, podrá determinarse la naturaleza jurídica de éste.

La institución de amparo, a diferencia del recurso, que su fin directo es revisar el acto que se ha reclamado o atacado; es constatar si el acto de autoridad implica o no violaciones constitucionales, como lo expresa la regla general de procedencia de amparo prevista en el artículo 103 de la ley fundamental; es decir, su estudio no se limita a revisar si el acto autoritario de que se trate, se apega a la ley que lo rige, puesto que se avoca al estudio de si ese acto de autoridad se encuentra contraviniendo o no, el orden constitucional, hecho que lo caracteriza como un medio de control constitucional a diferencia del recurso, que como ya se ha expresado configura un medio de control de legalidad.

Derivado de esta diferencia, se denomina al juicio de amparo como un medio extraordinario y al recurso como un medio ordinario.

Ahora bien, para efectos de determinar cuál es la naturaleza jurídica del amparo, es de inferirse; que, dependiendo la forma en que se promueva el amparo, se determinará su esencia propia y naturaleza jurídica, como se precisará en lo continuo.

Cuál es la Naturaleza Jurídica del Amparo directo e indirecto?

Amparo indirecto, La naturaleza jurídica del amparo indirecto o también conocido como biinstancial, por las dos instancias en que puede substanciarse, se constituye como la de un verdadero juicio, puesto que implica una contención entre la persona que lo promueve como parte actora y que se encuentra conculcada y la autoridad que se considera responsable por los actos que ha emitido como parte demandada, por lo que se ejercita esta acción ante el órgano competente (jueces de distrito) con la presentación de la demanda, formándose un expediente, en el que se desarrollaran diversos actos procesales entre las partes contendientes, como lo es el ofrecimiento y el desahogo de las pruebas en la audiencia en la que se dirime la controversia planteada, hasta en tanto se logre se dicte la resolución que proceda.

Amparo directo, Por lo que ocupa al amparo directo o uniinstancial, que como ya sabemos se tramita ante los tribunales colegiados de circuito, éste tendrá la naturaleza jurídica, de un recurso extraordinario, puesto que su fin primario es anular el acto que se considere que ha vulnerado las garantías individuales tuteladas en la Carta Magna, para lo cual se debe de estudiar el apego que utilizó el juzgador hacia la Constitución; lo anterior en virtud del control de la legalidad, donde el tribunal de amparo, se convierte en un tribunal revisor, puesto que analiza las violaciones a las leyes secundarias

En este orden de ideas, y tomando en consideración que el amparo directo, es procedente contra laudos, sentencias definitivas y resoluciones que pongan fin al juicio; el tribunal colegiado, se limita a analizar la sentencia recurrida, si hubo apego a la ley o si con el acto que se reclama, se contravino a la garantía de legalidad prevista en los artículos 14 y 16 de la Constitución Federal, esto es, el amparo directo constituye una instancia más del juicio en que se pronunció la sentencia definitiva que se reclama en vía constitucional, a partir de esta premisa, se concluye que la naturaleza jurídica del amparo directo, es la de un recurso extraordinario.

Finalidades; Que constituye el fin primordial del juicio de amparo

Objetivo; El juicio de amparo como institución jurídica, su origen emana de la Constitución Federal, cuyo objetivo primordial lo constituye la protección de las garantías individuales y los derechos humanos reconocidos del gobernado, respecto de los actos autoritarios que se consideren violatorios a esos derechos sustantivos.

Como medio de control constitucional, su finalidad tiende a anular o invalidar todos aquellos actos de autoridad que en perjuicio de los gobernados, sean contarios a lo que estatuye la Norma Suprema, de este modo, se tiende a mantener un Estado de Derecho, donde prevalezca el principio de supremacía constitucional y orillando a todas las autoridades a que sus actos, se encuentren siempre dentro del marco de la Constitución, procurando así el verdadero Estado de Derecho.

El tribunal colegiado de circuito sostuvo jurisprudencialmente como finalidad y naturaleza del juicio de amparo, lo que es del tenor siguiente:

AMPARO, FINALIDAD Y NATURALEZA DEL. El juicio de amparo es el instrumento procesal creado por nuestra Constitución Federal para que los gobernados puedan hacer proteger sus garantías constitucionales de las violaciones que al respecto cometan las autoridades. Y ese instrumento no sólo debe ser motivo académico de satisfacción, sino que también en la vida real y concreta debe otorgar a los ciudadanos una protección fácil y accesible para sus derechos más fundamentales, independientemente del nivel de educación de esos ciudadanos, e independientemente de que tengan o no, abundantes recursos económicos, así como del nivel de su asesoría legal. Esto es importante, porque la protección que el Poder Judicial Federal hace de

las garantías constitucionales de los gobernados debe funcionar como un amortiguador entre el poder del Estado y los intereses legales de los individuos, y en la medida en que ese amortiguador funcione, en vez de sentirse un poder opresivo, se respirará un clima de derecho. Luego los jueces de amparo no deben hacer de la técnica de ese juicio un monstruo del cual se pueda hablar académicamente, pero que resulte muy limitado en la práctica para la protección real y concreta de los derechos constitucionales real y concretamente conculcados. De donde se desprende que las normas que regulan el procedimiento constitucional deben interpretarse con espíritu generoso, que facilite el acceso del amparo al pueblo gobernado. En un régimen de derecho, lo importante no es desechar las demandas de amparo que no están perfectamente estructuradas, sino obtener la composición de los conflictos que surgen entre gobernados y gobernantes, y resolver judicialmente sobre el fondo de las pretensiones de éstos.

Concepto actual y estructura; Cuales son las características del concepto de juicio de amparo?

Ignacio Burgoa Orihuela al encuadrar el amparo dentro del concepto de medio de control constitucional afirma que se traduce en: Un medio jurídico que preserva las garantías constitucionales del gobernado contra todo acto de autoridad que las viole; que garantiza a favor del particular el sistema competencial existente entre las autoridades federales y la de los Estados y que, por último, protege toda la Constitución, así como toda la legislación secundaria, con vista a la garantía de legalidad consagrada en los artículos 14 y 16 de la Ley Fundamental y en función del interés jurídico particular del gobernado.

Definición: El Juicio de Amparo es un medio de control constitucional cuyo objeto es restituir o resarcir al gobernado en el pleno goce y disfrute de sus garantías conculcadas por cualquier acto de autoridad, o que en su perjuicio, vulneren el régimen competencial que existe entre la Federación y los Estados o el Distrito Federal; es decir tiene como finalidad regresar al estado jurídico en que se encontraba el gobernado antes de la afectación.

Características de la estructura del concepto; Medio de control constitucional: por ser un medio de defensa, le corresponde proteger el orden constitucional; toda vez que se trata de la Ley Suprema, y existe en materia de amparo una dualidad de funciones que a la postre se delimitan en la protección al gobernado en sus garantías individuales y a la vez garantiza el cumplimiento de los derechos fundamentales que como garantías individuales y sociales consagra la Carta Magna.

Jurisdiccional: toda vez que existen autoridades específicamente determinadas para conocer y principalmente resolver en materia de amparo, además porque el amparo reviste todas las características de un verdadero proceso que inicia con una demanda concluyendo con la sentencia respectiva; lleva implícito el juicio por que dirime una controversia que es de carácter meramente constitucional.

Busca resarcir al gobernado en el pleno goce de sus garantías conculcadas: ello en virtud de que la sentencia que concede el amparo tiene el efecto de anular, en el caso concreto, el acto de autoridad que contraría a la Norma Suprema, con la finalidad de restituir al quejoso en el pleno goce de sus garantías individuales violadas.

Principio de la iniciativa o instancia de parte agraviada; Como se configura la instancia de parte agraviada? El juicio de amparo es regido por reglas o principios que lo estructuran, algunos de los cuales sufren excepciones atendiendo particularmente a la índole del quejoso, a la naturaleza del acto reclamado y aun a los fines del propio juicio.

Como lo deduce la denominación de este principio, sólo habrá lugar para el juicio de amparo, cuando exista un gobernado que se estime conculcado en sus derechos humanos reconocidos, o en sus garantías individuales tuteladas; es decir, se configura y será procedente cuando así lo solicite la persona agraviada por el acto de autoridad, por lo que solicita del órgano jurisdiccional de amparo, su protección; como es sabido, el juicio de garantías, es un medio de control

constitucional, que se ejercita en la vía de acción, por lo que los tribunales encargados de conocer de este juico, no podrán actuar oficiosamente aunque tengan el conocimiento de violaciones de garantías en detrimento de algún particular.

El principio de instancia de parte agraviada, se contempla en términos del numeral 107 fracción I de la Constitución Federal, donde se reafirma que el juicio de amparo únicamente puede promoverse por la persona que aduce ser titular de un derecho o de un interés legítimo individual o colectivo, persona que teniendo la calidad de gobernado, resiente en su esfera jurídica de derechos, los efectos de un acto de autoridad que le perjudica.

Este principio, constituye una condición necesaria, para que el juicio de amparo, como medio de control constitucional pueda desarrollarse; principio que desde la creación del amparo a los tiempos actuales, se encuentra vigente; por lo que se reitera que el amparo no puede substanciarse de oficio; así también es dable enfatizar que para este principio, no existen excepciones.

Principio de prosecución judicial; ¿En qué consiste el principio de prosecución judicial? Por lo que respecta al principio de prosecución judicial, éste consiste en que, el trámite y substanciación de las controversias que puedan originar el juicio de amparo, deberá tener el carácter de un verdadero proceso judicial, pues se sujetara a las formas y procedimientos jurídicos que determine la ley; lo anterior como lo establece el artículo 107 constitucional fracción I y que constituye la base fundamental que rige el procedimiento de amparo, así como lo establece la Ley de Amparo en su artículo 2 que nos refiere del juicio, que se deberá decidir con arreglo a la propia ley aplicándose supletoriamente el Código de Federal de Procedimientos Civiles.

Vale señalar, que de acuerdo a este principio, si se trata de un amparo indirecto, el juicio de garantías, debe ventilarse por medio de un procedimiento jurisdiccional que inicia con la presentación de la demanda, la contestación, para este caso el informe que rinda la autoridad responsable, el ofrecimiento, admisión y desahogo de las pruebas, presentación de alegatos y el pronunciamiento de la sentencia; si se está, ante el amparo directo, se aplica el procedimiento consistente en: la presentación de la demanda por conducto de la autoridad responsable (artículo 176 de la ley de Amparo), la cual la remite al Tribunal Colegiado de Circuito, órgano competente para conocer de la procedencia o en su defecto improcedencia de esa instancia, si la admite, dará vista al Ministerio Publico para que exprese su pedimento, hecho lo anterior, se turnara el expediente al magistrado para proyecte la sentencia, por lo que se deberá votar y resolver así el juicio.

De manera tal, que las partes que en el juicio intervengan, así como las autoridades que sean competentes de conocerlo, deberán enfocar su actuación a la legislación aplicable. Cabe señalar que al igual que el principio de instancia de parte agraviada; este principio que se estudia, tampoco contempla casos de excepción.

Principio de la relatividad de la sentencia de amparo; Artículo 107 fracción II y Artículo 73 de la Ley de Amparo , El principio de relatividad de la sentencia, se desprende de los artículos 107 fracción II primer párrafo Constitucional y 73 de la Ley de Amparo, que para efectos de estudio, es del tenor siguiente: Las sentencias que se pronuncien en los juicios de amparo sólo se ocuparán de los individuos particulares o de las personas morales, privadas u oficiales que lo hubieren solicitado, limitándose a ampararlos y protegerlos, si procediere, en el caso especial sobre el que verse la demanda.

Dicho principio, considerado uno de los más importantes y característicos del juicio de amparo, su efecto consiste en que la sentencia que se dicta del juico de garantías, no constituye efectos de generalidad; puesto que sólo se limitará a la protección o beneficio de quien lo haya solicitado y hecho valer la acción, ante el órgano jurisdiccional.

Este principio rector de las sentencias en materia de amparo, constriñe a los tribunales a otorgar la protección de la justicia Federal, si así lo procediera, sólo del quejoso que interpuso la demanda de

amparo y respecto del acto de autoridad que creo la materia del juicio; puesto que las sentencias que se dictan en un juicio de amparo, constituyen un acto jurídico, por lo que dichas sentencias no deberán trascender a sujetos que no formaron parte del procedimiento constitucional, ni tampoco deberán de hacer su cometido, en situaciones que no versaron sobre la materia de la controversia; a este principio, aplica una excepción; por ejemplo, las autoridades que tienen como funciones, intervenir en la ejecución del acto reclamado, estás se obligan a acatar la sentencia de amparo, aunque no hayan sido partes, en el juicio en que dicha sentencia se pronunció.

Muchas veces criticado este principio, por lo que atañe a que sólo limita la protección de la Justicia Federal, al caso particular; a manera de ejemplo, en el caso de amparos contra leyes, aunque se declare la inconstitucionalidad de alguna ley y esta se deje insubsistente, esto sólo aplicara en relación al quejoso; pero seguirá vigente para los que no solicitaron el amparo, lo anterior, le resta la característica de generalidad a las leyes, pues al declararse insubsistente para algunos, seguirá surtiendo sus efectos para otros.

De lo anterior, podemos inferir que la naturaleza jurídica de nuestro medio de control constitucional; radica en la forma propia que este ha de substanciarse, ya sea por la vía directa o la indirecta, por lo que a la primera respecta, tendrá el carácter de recurso, y en vía indirecta revestirá el carácter de un juicio.

Por las consideraciones expuestas a lo largo del presente trabajo, es menester inferir que la institución de amparo reviste las características de un verdadero juicio, en tratándose de cualquier controversia construccional que se suscite, en agravio de los derechos fundamentales y garantías constitucionales tuteladas por la Carta Magna, exceptuando lo anterior y cuando se atiendan violaciones a las garantías de legalidad consagradas en los artículos 14 y 16 de la Constitución Federal, el juicio de amparo adquirirá todas las cualidades de un recurso, puesto bajo estos supuestos, los órganos de amparo correspondientes, se convertirán en meros revisores de esas controversias.

Es a todas luces, concluir, que los principios que rigen la institución de amparo, constituyen un grupo de postulados y mismos que derivan de la regla general de procedencia o base fundamental del amparo consagrada en el artículo 107 Constitucional; y que estos regulan aspectos tales como el ejercicio de la acción, la forma en que debe tramitarse y las características que deben revestir las sentencias pronunciadas.

Instancia: Solicitud, petición o súplica; cuando se dice que el juez debe proceder a instancia de parte, se da a entender que debe proceder previa petición de parte, y no de oficio.

Juicio: Serie de actos concatenados a seguir, que van de una demanda a una sentencia.

Juicio de amparo: Un medio jurídico que preserva las garantías constitucionales del gobernado contra todo acto de autoridad que las viole; que garantiza a favor del particular el sistema competencial existente entre las autoridades federales y la de los Estados y que, por último, protege toda la Constitución, así como toda la legislación secundaria, con vista a la garantía de legalidad consagrada en los artículos 14 y 16 de la Ley Fundamental y en función del interés jurídico particular del gobernado.

Principio de amparo: Son los que representan las reglas que dan forma al juicio de garantías, regulan los aspectos de procedencia del amparo, competencia para conocer de él, forma de tramitarlo, reglas de resolución y efectos de la sentencia que en ese juicio se dictan.

Recurso: Es un acto procesal a través del cual se busca que un tribunal superior enmiende conforme a Derecho la resolución del inferior; su resultado consiste en confirmar dicha resolución o en sustituirla total o parcialmente.

Sentencia: Resolución judicial que decide definitivamente un proceso o recurso o cuando la legislación procesal lo establezca.

Por tanto, se llega a la conclusión de que el juicio de amparo es un verdadero juicio. Aunque hay que aceptar, que cuando se trata de amparos directos que son promovidos en contra de actos reclamados violatorios de las garantías individuales de legalidad en materia civil, penal o administrativa, el tribunal de amparo se convierte en mero revisor de esos actos, para determinar si la ley ordinaria o secundaria fue correctamente aplicada o interpretada. Pero – a favor de la posición de considerar al amparo un juicio-, no hay que olvidar que esa función de revisión del tribunal de amparo, tiene como única finalidad proteger de forma indirecta el marco constitucional a través del cumplimiento de los artículos 14 y 16 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Artículo 14. A ninguna ley se dará efecto retroactivo en perjuicio de persona alguna.

Nadie podrá ser privado de la libertad o de sus propiedades, posesiones o derechos, sino mediante juicio seguido ante los tribunales previamente establecidos, en el que se cumplan las formalidades esenciales del procedimiento y conforme a las Leyes expedidas con anterioridad al hecho.

Párrafo reformado DOF 09-12-2005

En los juicios del orden criminal queda prohibido imponer, por simple analogía, y aún por mayoría de razón, pena alguna que no esté decretada por una ley exactamente aplicable al delito de que se trata.

En los juicios del orden civil, la sentencia definitiva deberá ser conforme a la letra o a la interpretación jurídica de la ley, y a falta de ésta se fundará en los principios generales del derecho.

Artículo 16. Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones, sino en virtud de mandamiento escrito de la autoridad competente, que funde y motive la causa legal del procedimiento.

Toda persona tiene derecho a la protección de sus datos personales, al acceso, rectificación y cancelación de los mismos, así como a manifestar su oposición, en los términos que fije la ley, la cual establecerá los supuestos de excepción a los principios que rijan el tratamiento de datos, por razones de seguridad nacional, disposiciones de orden público, seguridad y salud públicas o para proteger los derechos de terceros.

Párrafo adicionado DOF 01-06-2009 No podrá librarse orden de aprehensión sino por la autoridad judicial y sin que preceda denuncia o querella de un hecho que la ley señale como delito, sancionado con pena privativa de libertad y obren datos que establezcan que se ha cometido ese hecho y que exista la probabilidad de que el indiciado lo cometió o participó en su comisión.

Párrafo reformado DOF 01-06-2009. Fe de erratas DOF 25-06-2009

La autoridad que ejecute una orden judicial de aprehensión, deberá poner al inculpado a disposición del juez, sin dilación alguna y bajo su más estricta responsabilidad. La contravención a lo anterior será sancionada por la ley penal.

Cualquier persona puede detener al indiciado en el momento en que esté cometiendo un delito o inmediatamente después de haberlo cometido, poniéndolo sin demora a disposición de la autoridad

más cercana y ésta con la misma prontitud, a la del Ministerio Público. Existirá un registro inmediato de la detención.

Sólo en casos urgentes, cuando se trate de delito grave así calificado por la ley y ante el riesgo fundado de que el indiciado pueda sustraerse a la acción de la justicia, siempre y cuando no se pueda ocurrir ante la autoridad judicial por razón de la hora, lugar o circunstancia, el Ministerio Público podrá, bajo su responsabilidad, ordenar su detención, fundando y expresando los indicios que motiven su proceder.

En casos de urgencia o flagrancia, el juez que reciba la consignación del detenido deberá inmediatamente ratificar la detención o decretar la libertad con las reservas de ley.

La autoridad judicial, a petición del Ministerio Público y tratándose de delitos de delincuencia organizada, podrá decretar el arraigo de una persona, con las modalidades de lugar y tiempo que la ley señale, sin que pueda exceder de cuarenta días, siempre que sea necesario para el éxito de la investigación, la protección de personas o bienes jurídicos, o cuando exista riesgo fundado de que el inculpado se sustraiga a la acción de la justicia. Este plazo podrá prorrogarse, siempre y cuando el Ministerio Público acredite que subsisten las causas que le dieron origen. En todo caso, la duración total del arraigo no podrá exceder los ochenta días.

Por delincuencia organizada se entiende una organización de hecho de tres o más personas, para cometer delitos en forma permanente o reiterada, en los términos de la ley de la materia.

Ningún indiciado podrá ser retenido por el Ministerio Público por más de cuarenta y ocho horas, plazo en que deberá ordenarse su libertad o ponérsele a disposición de la autoridad judicial; este plazo podrá duplicarse en aquellos casos que la ley prevea como delincuencia organizada. Todo abuso a lo anteriormente dispuesto será sancionado por la ley penal.

En toda orden de cateo, que sólo la autoridad judicial podrá expedir, a solicitud del Ministerio Público, se expresará el lugar que ha de inspeccionarse, la persona o personas que hayan de aprehenderse y los objetos que se buscan, a lo que únicamente debe limitarse la diligencia, levantándose al concluirla, un acta circunstanciada, en presencia de dos testigos propuestos por el ocupante del lugar cateado o en su ausencia o negativa, por la autoridad que practique la diligencia. Las comunicaciones privadas son inviolables. La ley sancionará penalmente cualquier acto que atente contra la libertad y privacía de las mismas, excepto cuando sean aportadas de forma voluntaria por alguno de los particulares que participen en ellas. El juez valorará el alcance de éstas, siempre y cuando contengan información relacionada con la comisión de un delito. En ningún caso se admitirán comunicaciones que violen el deber de confidencialidad que establezca la ley.

Exclusivamente la autoridad judicial federal, a petición de la autoridad federal que faculte la ley o del titular del Ministerio Público de la entidad federativa correspondiente, podrá autorizar la intervención de cualquier comunicación privada. Para ello, la autoridad competente deberá fundar y motivar las causas legales de la solicitud, expresando además, el tipo de intervención, los sujetos de la misma y su duración. La autoridad judicial federal no podrá otorgar estas autorizaciones cuando se trate de materias de carácter electoral, fiscal, mercantil, civil, laboral o administrativo, ni en el caso de las comunicaciones del detenido con su defensor.

Los Poderes Judiciales contarán con jueces de control que resolverán, en forma inmediata, y por cualquier medio, las solicitudes de medidas cautelares, providencias precautorias y técnicas de investigación de la autoridad, que requieran control judicial, garantizando los derechos de los indiciados y de las víctimas u ofendidos. Deberá existir un registro fehaciente de todas las comunicaciones entre jueces y Ministerio Público y demás autoridades competentes.

Las intervenciones autorizadas se ajustarán a los requisitos y límites previstos en las leyes. Los resultados de las intervenciones que no cumplan con éstos, carecerán de todo valor probatorio.

La autoridad administrativa podrá practicar visitas domiciliarias únicamente para cerciorarse de que se han cumplido los reglamentos sanitarios y de policía; y exigir la exhibición de los libros y papeles indispensables para comprobar que se han acatado las disposiciones fiscales, sujetándose en estos casos, a las leyes respectivas y a las formalidades prescritas para los cateos.

La correspondencia que bajo cubierta circule por las estafetas estará libre de todo registro, y su violación será penada por la ley.

En tiempo de paz ningún miembro del Ejército podrá alojarse en casa particular contra la voluntad del dueño, ni imponer prestación alguna. En tiempo de guerra los militares podrán exigir alojamiento, bagajes, alimentos y otras prestaciones, en los términos que establezca la ley marcial correspondiente.

Principios constitucionales del juicio de amparo

1. ¿Qué se entiende por “principio”?

La expresión “principio jurídico” se emplea al menos

1) Para nombrar a las pautas de segundo grado que sirven a los operadores jurídicos para justificar sus decisiones o pretensiones;

2) Para aislar ciertas características que se estiman definitorias de un orden jurídico, “que no podrían faltar en una descripción suficientemente informativa de él”, como el principio de separación de poderes en un régimen republicano, democrático y representativo;

3) “para expresar generalizaciones ilustrativas obtenidas a partir de las reglas del sistema”, tales como el principio de buena fe en materia contractual;

4) Para describir o enunciar la ratio legis de una norma o de un conjunto de normas;

5) “para designar pautas a las que se atribuye un contenido intrínseca y manifiestamente justo”, como la prohibición de discriminar por razón de raza o credo;

6) para referirse a los requisitos formales del orden jurídico, como la irretroactividad de la ley o la exigencia de claridad en su redacción;

7) para designar directrices, es decir, “guías dirigidas al legislador que solo tienen un carácter meramente exhortatorio”;

8) para enunciar valores morales positivos;

9) para nombrar a las sentencias, aforismos y máximas de la tradición jurídica;

10) “para designar a una misteriosa fuente del derecho”, y

11) para referirse a enunciados que “derivan de una enigmática esencia de los conceptos jurídicos considerados como entidades”.

Los principios en sentido estricto son normas, explícitas o implícitas, que establecen la obligación, permisión o prohibición de realizar una cierta acción —que se entiende expresa alguno de los valores superiores de un ordenamiento jurídico, de un sector del mismo, de unaInstitución—, dirigidas a los operadores jurídicos a fin de indicar cómo seleccionar la norma aplicable o cómo interpretarla; cómo ha de sistematizarse el orden jurídico o una parte de él, o hacia dónde ha de ir la conducta de la gente, que en su formulación lingüística se hace uso de conceptos jurídicos indeterminados y de naturaleza categórica, y están formulados como mandatos del tipo “Siempre que sea el caso, entonces Z debe (o puede o tiene prohibido) realizar

la conducta Y”. La directriz es una norma programática, que establece la obligación de perseguir ciertos fines que se estiman valiosos en sí mismos. Su estructura es esta: “Siempre que sea el caso, Z debe (puede, tiene prohibido) alcanzar el estado de cosas F”. Al igual que los principios en sentido estricto, la configuración del caso es abierta, pues cobran la forma de enunciados categóricos; hay, sin embargo, algo que las distingue: “este tipo de pautas configuran de forma abierta tanto sus condiciones de aplicación como el modo de conducta prescrito”. En verdad no es que ordenen o prohíban acciones; ordenan o prohíben la consecución de objetivos.

2. ¿Qué principios constitucionales dan forma al amparo como instituto procesal?

1. Principio de supremacía de la Constitución. Los actos de los órganos del Estado y en especial las normas generales deben adecuarse al contenido de las normas de carácter constitucional, so pena de ser nulificados.

2. Principio del carácter exclusivo y obligatorio de la función jurisdiccional del Estado. Setraduce en la prohibición de la justicia privada y en la obligatoriedad de las decisiones judiciales.

3. Principio de la obligatoriedad de los procedimientos establecidos en la ley. Los procedimientos que han de seguirse para el desarrollo del proceso o para la obtención de determinada declaración judicial están establecidos en ley y ni las partes ni los jueces pueden modificarlos, obviarlos o desconocerlos aun existiendo acuerdo entre ellos.

4. Principio de reserva de ley. Cuando una norma constitucional reserva expresamente a la ley la regulación de una determinada materia, excluye la posibilidad de que sea regulada por disposiciones de naturaleza distinta a la ley en sentido formal y material, de modo que la materia reservada no puede regularse por reglamentos, circulares, bandos, etcétera, que no tienen rango ni fuerza de ley.

5. Principio de seguridad jurídica. Los gobernados deben tener certeza de cuáles son las consecuencias jurídicas de sus actos y omisiones.

6. Principio de justicia pronta. Las autoridades jurisdiccionales tienen el deber de resolver lasControversias ante ellas planteadas dentro de los plazos que para tal efecto se establezcan en lasLeyes.

7. Principio de expeditez de la justicia. La impartición de justicia debe estar libre de estorbos, lo que significa que el poder público —en cualquiera de sus manifestaciones: Ejecutivo, Legislativo o Judicial— no puede supeditar el acceso a los tribunales a la satisfacción de condiciones innecesarias, excesivas y carentes de razonabilidad o proporcionalidad.

8. Principio de imparcialidad. El juzgador debe emitir sus resoluciones apegada al Derecho y nada más que al Derecho, sin favorecer torcidamente a alguna de las partes o con arbitrariedad.

9. Principio de justicia completa. El juez que conoce del asunto debe emitir pronunciamiento respecto de todos y cada uno de los aspectos debatidos, cuyo estudio sea necesario.

10. Principio de gratuidad de la justicia. Los órganos del Estado encargados de la impartición de justicia, así como los servidores públicos a quienes se les encomienda dicha función, no cobrarán a las partes en conflicto emolumento alguno por la prestación de ese servicio público.

11. Principio de motivación de las sentencias. Las resoluciones judiciales deben estar fundadas y motivadas.

12. Principio de cosa juzgada. Una vez decidido el litigio, las partes deben acatar la resolución que le pone término sin que les sea permitido plantearlo de nueva cuenta.

13. Principio de instancia de parte agraviada. El juicio de amparo no puede iniciar oficiosamente, sino que comienza siempre con el ejercicio de la acción por parte de un sujeto legitimado; además, se requiere por regla general que ese sujeto impulse el procedimiento. Este principio no es sino una aplicación del principio dispositivo.

14. Principio dispositivo. El juez tiene vedado tomar iniciativas encaminadas a iniciar el proceso ya establecer la verdad (las pruebas) para averiguar a qué parte asiste la razón en su afirmación de los hechos.

15. Principio del agravio personal y directo. El sujeto legitimado para ejercer la acción es quien resiente en forma directa un agravio por parte de un acto de autoridad. El agravio, gravamen o daño es la carga u obligación que pesa sobre alguno de ejecutar o consentir una cosa.

Este agravio puede ser anterior a la presentación de la demanda, estarse produciendo al momento de presentarla o ser de realización inminente (directo), pero no incierto, eventual ni hipotético, y debe ser susceptible de destrucción (no irremediable).

16. Principio del interés para intervenir en los procesos. Se limita el derecho a intervenir en los procesos a las partes que tienen un interés jurídico, económico, familiar.

17. Principio del interés para pedir o contradecir una sentencia (legitimación en la causa).Quien formula peticiones dentro del proceso debe tener un interés legítimo, serio y actual en la declaración que se persigue, y por ende ser susceptible de obtener una resolución que establezca derechos u obligaciones.

18. Principio de relatividad de las sentencias de amparo (fórmula Otero). Los efectos de la sentencia estimativa sólo pueden beneficiar a la parte que ejerció la acción, de modo que no aprovecha a terceros la declaración de inconstitucionalidad del acto reclamado. En cambio, la sentencia sí produce efectos contra las autoridades responsables y todas aquellas vinculadas al cumplimiento, hayan sido llamadas a juicio o no.

19. Principio de congruencia. Debe existir identidad jurídica entre lo resuelto (en cualquier sentido) y las pretensiones y defensas de las partes.

20. Principio de definitividad. Los actos de autoridad que causan agravio a los particulares deben encontrar remedio en la vía ordinaria; sólo si esto no ocurre, y en la base del agravio se hace valer la contravención a una norma constitucional, puede acudirse al remedio extraordinario, que es el juicio de amparo. Así, éste sólo procede respecto de actos definitivos, es decir, que no susceptibles de modificación, revocación o anulación en sede ordinaria.

21. Principio de estricto derecho. La constitucionalidad o inconstitucionalidad del acto reclamado sólo puede determinarse a la luz de los argumentos esgrimidos por el agraviado.

22. Principio de reformatio in beneficio (suplencia de la queja en oposición al estricto derecho). La constitucionalidad o inconstitucionalidad del acto reclamado puede determinarse a la luz de los argumentos esgrimidos por el agraviado, pero también a la luz de argumentos introducidos oficiosamente por el juzgador.

23. Principio de igualdad procesal. Las partes deben gozar de igualdad de oportunidades para la demostración de sus pretensiones, excepciones y defensas, pero una igualdad real y no teórica, lo que implica la posibilidad de que se prevean normas que privilegien los derechos procesales de la parte débil o que obliguen al juez a realizar conductas en su apoyo.

24. Principio inquisitivo. El juez tiene el deber de averiguar la verdad aun ante la inactividad de las partes, y también a iniciar el proceso y a dirigirlo en forma oficiosa.

25. Principio de impulsión oficiosa del proceso. El juez tiene el deber de impulsar y mantener el proceso oficiosamente.

26. Principio de economía procesal. Debe obtenerse el mayor resultado con el mínimo de actividad procesal (esto se traduce en el rechazo de la demanda, la exigencia de su aclaración, la acumulación de pretensiones, las restricciones de procedencia de los recursos).

27. Principio de concentración del proceso. El proceso debe realizarse sin solución de continuidad, evitando que cuestiones incidentales entorpezcan el estudio de lo fundamental (esto se traduce, por ejemplo, en la existencia de audiencias en las que se sanea el proceso, los plazos breves, la reducción de las cuestiones de previo y especial pronunciamiento).

28. Principio de inmediación. Debe existir una inmediata comunicación entre el juez y las personas que obran en el proceso, y relación directa de conocimiento entre el juez y los hechos y pruebas.

29. Principio de la buena fe y de la lealtad procesal. La ley procesal debe sancionar la mala fe de las partes o de sus representantes y permitir la vigilancia del juez sobre su actividad.

30. Principio de impugnación. Por regla general, debe permitirse la impugnación de todo acto del juez que pueda lesionar los intereses o derechos de cualquiera de las partes.

31. Principio de las dos instancias. Por regla general, el proceso debe ser conocido por dos jueces de distinta jerarquía.

32. Principio de humanización de la justicia. Dado que los procesos son mecanismos de resolución de disputas entre seres humanos, y que quien resuelve evidentemente también lo es, el juez debe compensar la ignorancia y pobreza de las partes, que obstaculicen su adecuada defensa, mediante la inmediación, el uso de sus facultades inquisitivas, de dirección del proceso, del control de la buena fe y la lealtad procesal; debe acelerar al máximo los procedimientos e impedir que se dilaten.

De estos, el Ministro José de Jesús Gudiño Pelayo ha hecho una síntesis en siete principios Constitucionales.

1. Carácter jurisdiccional de la protección de las garantías individuales2. Procedencia exclusiva contra actos de autoridad3. Procedencia contra toda clase de actos de autoridad4. Carácter eminentemente individualista5. No es un mecanismo de defensa integral de la Constitución6. Es un instrumento de defensa en vía de acción7. Es un medio extraordinario de defensa

3. ¿En qué preceptos constitucionales se plasman estos principios o en cuáles de ellos puede verse su manifestación?

Artículo 133.- Esta Constitución, las leyes del Congreso de la Unión que emanen de ella y todos los Tratados que estén de acuerdo con la misma, celebrados y que se celebren por el Presidente de la República, con aprobación del Senado, serán la Ley Suprema de toda la Unión. Los jueces de cada Estado se arreglarán a dicha Constitución, leyes y tratados, a pesar de las disposiciones en contrario que pueda haber en las Constituciones o leyes de los Estados.

Artículo 103.- Los tribunales de la Federación resolverán toda controversia que se suscite:

I.- Por leyes o actos de la autoridad que viole las garantías individuales.

II.- Por leyes o actos de la autoridad federal que vulneren o restrinjan la soberanía de los Estados o la esfera de competencia del Distrito Federal, y

III.- Por leyes o actos de las autoridades de los Estados o del Distrito Federal que invadan la esfera de competencia de la autoridad federal.

Artículo 107.- Todas las controversias de que habla el Artículo 103 se sujetarán a los procedimientos y formas del orden jurídico que determine la ley, de acuerdo a las bases siguientes:

I.- El juicio de amparo se seguirá siempre a instancia de parte agraviada.

II.- La sentencia será siempre tal, que sólo se ocupe de individuos particulares, limitándose a ampararlos y protegerlos en el caso especial sobre el que verse la queja, sin hacer una declaración general respecto de la ley o acto que la motivare.

En el juicio de amparo deberá suplirse la deficiencia de la queja de acuerdo con lo que disponga la Ley Reglamentaria de los Artículos 103 y 107 de esta Constitución.

Cuando se reclamen actos que tengan o puedan tener como consecuencia privar de la propiedad o de la posesión y disfrute de sus tierras, aguas, pastos y montes a los ejidos o a los núcleos de población que de hecho o por derecho guarden el estado comunal, o a los ejidatarios o comuneros, deberán recabarse de oficio todas aquellas pruebas que puedan beneficiar a las entidades o individuos mencionados y acordarse las diligencias que se estimen necesarias para precisar sus derechos agrarios, así como la naturaleza y efectos de los actos reclamados.

En los juicios a que se refiere el párrafo anterior no procederán, en perjuicio de los núcleos ejidales o comunales, o de los ejidatarios o comuneros, el sobreseimiento por inactividad procesal ni la caducidad de la instancia, pero uno y otra sí podrán decretarse en su beneficio. Cuando se reclamen actos que afecten los derechos colectivos del núcleo tampoco procederán el desistimiento ni el consentimiento expreso de los propios actos, salvo que el primero sea acordado por la Asamblea General o el segundo emane de ésta.

III.- Cuando se reclamen actos de tribunales judiciales, administrativos o del trabajo, el amparo sólo procederá en los casos siguientes:

a).- Contra sentencias definitivas o laudos y resoluciones que pongan fin al juicio, respecto de las cuales no proceda ningún recurso ordinario por el que puedan ser modificados o reformados, ya sea que la violación se cometa en ellos o que, cometida durante el procedimiento, afecte a las defensas del quejoso, trascendiendo al resultado del fallo; siempre que en materia civil haya sido impugnada la violación en el curso del procedimiento mediante el recurso ordinario establecido por la ley e invocada como agravio en la segunda instancia, si se cometió en la primera. Estos requisitos no serán exigibles en el amparo contra sentencias dictadas en controversias sobre acciones del estado civil o que afecten al orden y a la estabilidad de la familia;

b).- Contra actos en juicio cuya ejecución sea de imposible reparación, fuera de juicio o después de concluido, una vez agotados los recursos que en su caso procedan, y

c).- Contra actos que afecten a personas extrañas al juicio.

IV.- En materia administrativa el amparo procede, además, contra resoluciones que causen agravio no reparable mediante algún recurso, juicio o medio de defensa legal. No será necesario agotar éstos cuando la ley que los establezca exija, para otorgar la suspensión del acto reclamado, mayores requisitos que los que la Ley Reglamentaria del Juicio de Amparo requiera como condición para decretar esa suspensión.

V.- El amparo contra sentencias definitivas o laudos y resoluciones que pongan fin al juicio, sea que la violación se cometa durante el procedimiento o en la sentencia misma, se promoverá ante el tribunal colegiado de circuito que corresponda, conforme a la distribución de competencias que establezca la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, en los casos siguientes:

a).- En materia penal, contra resoluciones definitivas dictadas por tribunales judiciales, sean éstos federales, del orden común o militares.

b).- En materia administrativa, cuando se reclamen por particulares sentencias definitivas y resoluciones que ponen fin al juicio dictadas por tribunales administrativos o judiciales, no reparables por algún recurso, juicio o medio ordinario de defensa legal.

c).- En materia civil, cuando se reclamen sentencias definitivas dictadas en juicios del orden federal o en juicios mercantiles, sea federal o local la autoridad que dicte el fallo, o en juicios del orden común.

En los juicios civiles del orden federal las sentencias podrán ser reclamadas en amparo por cualquiera de las partes, incluso por la Federación, en defensa de sus intereses patrimoniales, y

d).- En materia laboral, cuando se reclamen laudos dictados por las Juntas Locales o la Federal de Conciliación y Arbitraje, o por el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje de los Trabajadores al Servicio del Estado.

La Suprema Corte de Justicia, de oficio o a petición fundada del correspondiente Tribunal Colegiado de Circuito, o del Procurador General de la República, podrá conocer de los amparos directos que por su interés y trascendencia así lo ameriten.

VI.- En los casos a que se refiere la fracción anterior, la ley reglamentaria de los artículos 103 y 107 de esta Constitución señalará el trámite y los términos a que deberán someterse los tribunales colegiados de circuito y, en su caso, la Suprema Corte de Justicia, para dictar sus respectivas resoluciones.

VII.- El amparo contra actos en juicio, fuera de juicio o después de concluido, o que afecten a personas extrañas al juicio, contra leyes o contra actos de autoridad administrativa, se interpondrá ante el juez de Distrito bajo cuya jurisdicción se encuentre el lugar en que el acto reclamado se ejecute o trate de ejecutarse, y su tramitación se limitará al informe de la autoridad, a una audiencia para la que se citará en el mismo auto en el que se mande pedir el informe y se recibirán las pruebas que las partes interesadas ofrezcan y oirán los alegatos, pronunciándose en la misma audiencia la sentencia.

VIII.- Contra las sentencias que pronuncien en amparo los Jueces de Distrito o los Tribunales Unitarios de Circuito procede revisión. De ella conocerá la Suprema Corte de Justicia:

a) Cuando habiéndose impugnado en la demanda de amparo, por estimarlos directamente violatorios de esta Constitución, leyes federales o locales, tratados internacionales, reglamentos expedidos por el Presidente de la República de acuerdo con la fracción I del Artículo 89 de esta Constitución y reglamentos de leyes locales expedidos por los gobernadores de los Estados o por el Jefe del Distrito Federal, subsista en el recurso el problema de constitucionalidad;

b) Cuando se trate de los casos comprendidos en las fracciones II y III del artículo 103 de estaConstitución.

La Suprema Corte de Justicia, de oficio o a petición fundada del correspondiente Tribunal Colegiado de Circuito, o del Procurador General de la República, podrá conocer de los amparos en revisión, que por su interés y trascendencia así lo ameriten.

En los casos no previstos en los párrafos anteriores, conocerán de la revisión los tribunales colegiados de circuito y sus sentencias no admitirán recurso alguno.

IX.- Las resoluciones que en materia de amparo directo pronuncien los Tribunales Colegiados deCircuito no admiten recurso alguno, a menos de que decidan sobre la inconstitucionalidad de una ley o establezcan la interpretación directa de un precepto de la Constitución cuya resolución, a juicio de la Suprema Corte de Justicia y conforme a acuerdos generales, entrañe la fijación de un criterio de importancia y trascendencia. Sólo en esta hipótesis procederá la revisión ante la Suprema Corte de Justicia, limitándose la materia del recurso exclusivamente a la decisión de las cuestiones propiamente constitucionales.

X.- Los actos reclamados podrán ser objeto de suspensión en los casos y mediante las condiciones y garantías que determine la ley, para lo cual se tomará en cuenta la naturaleza de la violación alegada, la dificultad de reparación de los daños y perjuicios que pueda sufrir el agraviado con su ejecución, los que la suspensión origine a terceros perjudicados y el interés público.

Dicha suspensión deberá otorgarse respecto de las sentencias definitivas en materia penal al comunicarse la interposición del amparo, y en materia civil, mediante fianza que dé el quejoso para responder de los daños y perjuicios que tal suspensión ocasionare, la cual quedará sin efecto si la otra parte da contrafianza para asegurar la reposición de las cosas al estado que guardaban si se concediese el amparo, y a pagar los daños y perjuicios consiguientes.

XI.- La suspensión se pedirá ante la autoridad responsable cuando se trate de amparos directos promovidos ante los Tribunales Colegiados de Circuito y la propia autoridad responsable decidirá al respecto. En todo caso, el agraviado deberá presentar la demanda de amparo ante la propia autoridad responsable, acompañando copias de la demanda para las demás partes en el juicio, incluyendo al Ministerio Público y una para el expediente. En los demás casos, conocerán y resolverán sobre la suspensión los Juzgados de Distrito o los Tribunales Unitarios de Circuito.

XII.- La violación de las garantías de los artículos 16, en materia penal, 19 y 20 se reclamará ante el superior del tribunal que la cometa, o ante el Juez de Distrito o Tribunal Unitario de Circuito que corresponda, pudiéndose recurrir, en uno y otro caso, las resoluciones que se pronuncien, en los términos prescritos por la fracción VIII.

Si el Juez de Distrito o el Tribunal Unitario de Circuito no residieren en el mismo lugar en que reside la autoridad responsable, la ley determinará el juez o tribunal ante el que se ha de presentar el escrito de amparo, el que podrá suspender provisionalmente el acto reclamado, en los casos y términos que la misma ley establezca.

XIII.- Cuando los Tribunales Colegiados de Circuito sustenten tesis contradictorias en los juicios de amparo de su competencia, los Ministros de la Suprema Corte de Justicia, el Procurador

General de la República, los mencionados Tribunales o las partes que intervinieron en los juicios en que dichas tesis fueron sustentadas, podrán denunciar la contradicción ante la Suprema Corte de Justicia, a fin de que el Pleno o la Sala respectiva, según corresponda, decidan la tesis que debe prevalecer como jurisprudencia.

Cuando las Salas de la Suprema Corte de Justicia sustenten tesis contradictorias en los juicios de amparo materia de su competencia, cualquiera de esas Salas, el Procurador General de la República o las partes que intervinieron en los juicios en que tales tesis hubieran sido sustentadas, podrán denunciar la contradicción ante la Suprema Corte de Justicia, que funcionando en pleno decidirá cuál tesis debe prevalecer.

La resolución que pronuncien las Salas o el Pleno de la Suprema Corte en los casos a que se refieren los dos párrafos anteriores, sólo tendrá el efecto de fijar la jurisprudencia y no afectará las situaciones jurídicas concretas derivadas de las sentencias dictadas en los juicios en que hubiese ocurrido la contradicción, y (sic)

XIV.- Salvo lo dispuesto en el párrafo final de la fracción II de este artículo, se decretará el sobreseimiento del amparo o la caducidad de la instancia por inactividad del quejoso o del recurrente, respectivamente, cuando el acto reclamado sea del orden civil o administrativo, en los casos y términos que señale la ley reglamentaria. La caducidad de la instancia dejará firme la sentencia recurrida.

XV.- El Procurador General de la República o el Agente del Ministerio Público Federal que al efecto designare, será parte en todos los juicios de amparo; pero podrán abstenerse de intervenir en dichos juicios, cuando el caso de que se trate carezca a su juicio, de interés público.

XVI.- Si concedido el amparo la autoridad responsable insistiere en la repetición del acto reclamado o tratare de eludir la sentencia de la autoridad federal, y la Suprema Corte de Justicia estima que es inexcusable el incumplimiento, dicha autoridad será inmediatamente separada de su cargo y consignada al Juez de Distrito que corresponda. Si fuere excusable, previa declaración de incumplimiento o repetición, la Suprema Corte requerirá a la responsable y le otorgará un plazo prudente para que ejecute la sentencia. Si la autoridad no ejecuta la sentencia en el término concedido, la Suprema Corte de Justicia procederá en los términos primeramente señalados.

Cuando la naturaleza del acto lo permita, la Suprema Corte de Justicia, una vez que hubiera determinado el incumplimiento o repetición del acto reclamado, podrá disponer de oficio el cumplimiento substituto de las sentencias de amparo, cuando su ejecución afecte gravemente a la sociedad o a terceros en mayor proporción que los beneficios económicos que pudiera obtener el quejoso. Igualmente, el quejoso podrá solicitar ante el órgano que corresponda, el cumplimiento substituto de la sentencia de amparo, siempre que la naturaleza del acto lo permita.

La inactividad procesal o la falta de promoción de parte interesada, en los procedimientos tendientes al cumplimiento de las sentencias de amparo, producirá su caducidad en los términos de la ley reglamentaria.

XVII.- La autoridad responsable será consignada a la autoridad correspondiente, cuando no suspenda el acto reclamado debiendo hacerlo, y cuando admita fianza que resulte ilusoria o insuficiente, siendo en estos dos últimos casos, solidaria la responsabilidad civil de la autoridad con el que ofreciere la fianza y el que la prestare.

Artículo 14.- A ninguna ley se dará efecto retroactivo en perjuicio de persona alguna.

Nadie podrá ser privado de la libertad o de sus propiedades, posesiones o derechos, sino mediante juicio seguido ante los tribunales previamente establecidos, en el que se cumplan las formalidades esenciales del procedimiento y conforme a las Leyes expedidas con anterioridad al hecho.

En los juicios del orden criminal queda prohibido imponer, por simple analogía, y aún por mayoría de razón, pena alguna que no esté decretada por una ley exactamente aplicable al delito de que se trata.

En los juicios del orden civil, la sentencia definitiva deberá ser conforme a la letra o a la interpretación jurídica de la ley, y a falta de ésta se fundará en los principios generales del derecho.

Artículo 16.- Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones, sino en virtud de mandamiento escrito de la autoridad competente, que funde y motive la causa legal del procedimiento.

Artículo 17.- Ninguna persona podrá hacerse justicia por sí misma, ni ejercer violencia para reclamar su derecho.

Toda persona tiene derecho a que se le administre justicia por tribunales que estarán expeditos para impartirla en los plazos y términos que fijen las leyes, emitiendo sus resoluciones de manera pronta, completa e imparcial. Su servicio será gratuito, quedando, en consecuencia, prohibidas las costas judiciales.

Las leyes federales y locales establecerán los medios necesarios para que se garantice la independencia de los tribunales y la plena ejecución de sus resoluciones.

La supremacía constitucional

La supremacía constitucional. El imperio de la Constitución sobre cualquier otra ley encuentra su origen en el constitucionalismo de Estados Unidos de América, es el primero que le otorga a la constitución el valor normativo de ley suprema y rompe con la idea y concepción de completar a la constitución como un conjunto de ideas políticas sin vinculación jurídica. Con la famosa sentencia Marbury vs Madison, se afirmó el principio de supremacía constitucional, es decir, se consagró el principio que el poder judicial ejerce el control de constitucionalidad. En México, el primer antecedente de control de constitucionalidad se localiza en la Constitución del Estado de Yucatán en 1841, donde la revisión judicial se estructuró a través del proceso de amparo ante la Suprema Corte de Justicia (Art. 62.I de la Constitución del Estado de Yucatán). Así, se puede

entender a la Supremacía Constitucional como un principio del Derecho constitucional que postula, originalmente, ubicar a la Constitución en particular en un peldaño jerárquicamente por encima de todas las demás normas jurídicas, internas y externas, que puedan llegar a regir en ese país. El principio de supremacía de la Constitución y el control de la constitucionalidad, tienen un estrecho vínculo, ya que la primera se encarga de ser parámetro para que ningún acto de autoridad, ley o tratado pueda contravenir la ley fundamental, el control o la jurisdicción constitucional se encarga de hacer efectivo dicho principio, al otorgar mecanismos para garantizar la supremacía constitucional. En este orden de ideas, en México, el principio de supremacía constitucional se encuentra previsto en el artículo 133 de la Carta Magna. Al respecto, es conveniente señalar que en la reciente reforma a la Constitución del 9 de junio del año 2011, en el artículo 1º. Se menciona: “En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte…”. Por lo que se puede decir, que los derechos humanos reconocidos por México en los tratados internacionales, se han constitucionalizado y tienen el mismo rango que los que ya están en la primera parte de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos.

EL PRINCIPIO DE RIGIDEZ CONSTITUCIONAL

A. Exposición del principio

La supremacía no opera sola para conseguir el aseguramiento o la efectividad de la Constitución, sino que, con vista a este objetivo, se complementa con otro principio: el de rigidez. Este principio se opone al llamado de flexibilidad constitucional, que significa que la Ley Fundamental es susceptible de ser reformada, modificada y adicionada por el legislador ordinario, siguiendo el mismo procedimiento que se adopta para la creación y alteración de la legislación secundaria.

Por el contrario, el principio de rigidez constitucional indica que para llevar a cabo alguna modificación o reforma a la Constitución, es necesario seguir un procedimiento especial, en el que las diversas autoridades y organismos que tienen injerencia integran un "poder" extraordinario, sui géneris, al que se ha denominado, por algunos autores, "constituyente permanente". Como se ve, pues, el principio de rigidez constitucional evita la posibilidad de que la Ley Fundamental sea alterada en forma análoga a las leyes secundarias, esto es (refiriéndonos ya a nuestro orden jurídico), por el Congreso de la Unión cuando se trate de leyes federales o para el Distrito Federal, o por las legislaturas de 105 Estados cuando sean locales, poniendo de esta manera a la Constitución General a salvo de la actividades legislativas del poder ordinario respectivo.

El principio de que tratamos se encuentra contenido en el artículo 135, que expresa: "La presente Constitución puede ser adicionada o reformada. Para que las adiciones o reformas lleguen a ser parte de la misma, se requiere que el Congreso de la Unión, por el voto de las dos terceras partes de los individuos presentes acuerde las reformas o adiciones, y que éstas sean aprobadas por la mayoría de las legislaturas de los Estados. El Congreso de la Unión o la Comisión Permanente hará el cómputo de los votos de las legislaturas y la declaración de haber sido aprobadas las

adiciones o reformas" (art. 127 de la Constitución del 57). Al precepto, como puede verse, compone al poder en argado de llevar a cabo las modificaciones, alteraciones o reformas a la Constitución, con el Legislativo Federal (Congreso de la Unión) y las legislaturas locales de las entidades federativas.

El principio de rigidez de una Constitución, opuesto al de flexibilidad, garantiza la efectividad de la supremacía de la misma, como ya dijimos. En efecto, de nada serviría que una Ley Fundamental fuera suprema, si fácilmente y siguiendo el procedimiento común establecido para la alteración de una ley secundaria, pudiera modificarse, ya que, en el supuesto de que el legislador insistiera en que rigiera una ley opuesta a las normas constitucionales, podría sin ningún inconveniente realizar su objetivo, reformando simplemente la disposición de la Constitución que fuese contraria al contenido de la ley secundaria. Son, por tanto, los principios de supremacía y rigidez constitucionales los que deben concurrir para hacer efectivo el imperio de la Constitución.

A propósito de la facultad de adicionar o reformar la Constitución con que el artículo 135 inviste conjuntamente al Congreso de la Unión y a las legislaturas de los Estados, surge una cuestión importante que se plantea en la siguiente forma: ¿los mencionados órganos legislativos federales y locales -a los cuales hemos denominado, de acuerdo con algunos tratadistas, "Poder Constituyente" únicamente para el efecto de distinguirlos del Poder Legislativo ordinario en sus respectivas funciones -pueden ad libitum, sin ninguna restricción, alterar totalmente la Constitución, cambiando los principios jurídicos y sociales que la inspiraron y que la informan, sustituyendo, verbigracia, un régimen federativo por uno centralista o uno republicano por uno monárquico?

De acuerdo con la interpretación gramatical del artículo 135 constitucional (127 de la Constitución del 57), se desprende que, teniendo el Congreso de la Unión y las legislaturas de los Estados la facultad de "reformar" la Constitución, sin restricción o salvedad alguna, es lógico que pueden modificarla totalmente, desde el momento en que una reforma, en el sentido amplio de la palabra, implica toda alteración.

Sin embargo, nosotros no estamos de acuerdo con esta interpretación meramente gramatical de los términos relativos del precepto constitucional aludido, en primer término, porque la interpretación de tal Índole es la menos idónea de las interpretaciones y, en segundo lugar, porque las conclusiones a que nos conduce están desmentidas por diversas consideraciones, tanto de índole constitucional como doctrinal.

En efecto, el concepto de "reforma" implica necesariamente una modificación parcial, puesto que si fuere total, se trataría de una sustitución o transformación. Una reforma es algo accesorio o anexo a algo principal, que es precisamente su objeto; por consiguiente, cuando se elimina lo principal, la reforma no tiene razón de ser. Por tanto, la facultad reformativa que el artículo 135 confiere al Congreso de la Unión y a las legislaturas de los Estados equivale sólo a una alteración parcial de la Constitución, por las razones ya dichas. Una reforma implica la adición, la disminución o la modificación parcial de un todo, pero nunca su eliminación integral, porque entonces no sería reforma, ya que ésta altera pero no extingue. En otras palabras, reformar significa lógicamente alterar algo en sus accidentes sin cambiar su esencia o sustancia. De ahí

que la reforma se distingue claramente de la transformación, la cual opera la mutación esencial o sustancial de una cosa.

Por otra parte, el único soberano, o el único capaz de alterar o modificar la forma de gobierno (que sería el caso de una alteración total o transformación) es el pueblo, como lo dispone el artículo 39 constitucional en su norma respectiva, que textualmente dice o: "El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de modificar o alterar la forma de su gobierno". Interpretando, pues, los artículos 135 y 39 constitucionales, en la relación lógica que entre ambos debe existir, resulta que el primero de ellos no se refiere a ninguna facultad de alterar el régimen gubernativo que el pueblo ha elegido como titular real del poder soberano, posibilidad que concede el segundo a la nación, por lo que debemos concluir que las atribuciones de modificar y reformar la Constitución con que están investidos el Congreso de la Unión y las legislaturas de los Estados, en manera alguna involucran la de sustituir los principios políticos que informan a dicho ordenamiento, los cuales en su conjunto integran la forma de gobierno, o sea, la representativa, democrática y federal (Art. 40).

Además, siendo propia de la soberanía popular la facultad de alteración del régimen de gobierno, y teniendo aquélla por característica la inalienabilidad, tal como lo declara el artículo 39 constitucional, es lógico y evidente que el pueblo no pudo haberse despojado o desposeído de ella para conferirla al Congreso de la Unión y a las legislaturas de los Estados, órganos que sólo son titulares del ejercicio del poder público, limitado por la propia Constitución y por la legislación ordinaria en general.

Doctrinalmente, casi todos los autores están contestes con la idea de que las atribuciones que la Ley Fundamental imputa a los poderes legislativos federales y locales, en el sentido de llevar a cabo reformas y adiciones a la Constitución, de ninguna manera equivalen a la posibilidad jurídica de alterar a ésta sustancialmente en sus principios esenciales y característicos y, menos aún, abrogarla, pues siendo aquéllos entidades autoritarias engendradas por ella, es ilógico que la destruyan sin destruirse ellos mismos.

Así, Recasens Sichess, refiriéndose a la cuestión que preocupa nuestra atención, sostiene que "el caso de reforma constitucional está limitado por barreras infranqueables. La reforma, para que merezca la calificación de tal y no caiga bajo el concepto de otra alteración totalmente distinta, 710 puede llegar a cambiar la esencia de la Constitución, no puede comprender la modificación del supremo poder del Estado; esto es, por ejemplo, no puede transformar un régimen democrático en un régimen autocrático, ni viceversa; tal alteración no puede ser contenido de una reforma, sino que requiere un acto primario del Poder Constituyente, uno, indiviso e ilimitado. Esto es así sencillamente por la siguiente consideración, harto clara y fundamental. El órgano o poder autorizado para reformar la Constitución es tal porque recibe su competencia de la Constitución; de ella, por consiguiente, podrá modificarse todo aquello que no se refiere esencialmente a la titularidad del supremo poder (que es la soberanía, agregamos nosotros), pero de ninguna manera este punto, pues en el momento en que tal hiciese, negaría la fuente de su propia existencia, y competencia, y lo que resultase representaría la fundación originaria de un nuevo sistema jurídico sin conexión ni apoyo en el anterior; representaría una ruptura total con el orden jurídico anterior, aunque se produjese pacífica e incruentamente".

Por su parte, León Duguit afirma que sobre la potestad reformadora y legislativa de los poderes públicos, existen ciertas ideas, principios y tradiciones jurídicas y sociales, que no pueden ser vulneradas por las autoridades. Se expresa así dicho autor: "Dondequiera que haya un legislador, incluso en los países que no practican el sistema de constituciones rígidas, estará siempre limitado por un poder supremo al suyo. En la propia Inglaterra, donde la omnipotencia del Parlamento está considerada como un principio esencial, hay ciertas reglas superiores que la conciencia misma del pueblo inglés se resiste a dejar violar por el Parlamento."

Más claramente resuelve el problema que nos hemos planteado el tratadista alemán Carl Schmitt, aseverando: "que la Constitución puede ser reformada no quiere decir que las decisiones políticas fundamentales que integran la substancia de la Constitución puedan ser suprimidas y substituidas por otras cualesquiera mediante el Parlamento" (en nuestro Derecho, por el Congreso de la Unión y las legislaturas de los Estados). "Los límites de la facultad de reformar la Constitución resultan del bien entendido concepto de reforma constitucional. Una facultad de "reformar la Constitución, atribuida por una normación legal-constitucional, significa que una o varias regulaciones legal-constitucionales pueden ser sustituidas por otras regulaciones legal-constitucionales; pero sólo bajo el supuesto de que queden garantizadas la identidad y la continuidad de la Constitución, considerada como un todo. La facultad de reformar la Constitución contiene, pues, tan sólo la facultad de practicar, en las prescripciones legal--constitucionales, reformas, adiciones, refundiciones, supresiones, etc.; pero manteniendo la Constitución, no la facultad de dar una nueva Constitución, ni tampoco la de reformar, ensanchar o sustituir por otro el fundamento propio de esta competencia de revisión constitucional".

Por su parte, el eminente jurisconsulto mexicano don Emilio Rabasa al interpretar el artículo 127 de la Constitución de 1857, que equivale al 135 de la vigente, abunda en la idea de que la facultad de reformar y adicionar la Ley Fundamental no es absoluta, sino que está limitada por los principios políticos y jurídicos sustanciales que caracterizan a un régimen constitucional.

Se expresa así el distinguido maestro al tratar la cuestión relativa a la erección de territorios en Estados: "Es mal fundamento, para apoyar la erección de territorios el artículo 127, que dice la manera de hacer las reformas de la Constitución en general. Las reglas del artículo 72, especiales para lo que se refiere a modificación de la división territorial, son las que rigen la materia y tienen precisamente por objeto exceptuarla de los procedimientos comunes del artículo 127. De admitirse tal fundamento, éste sería igualmente aceptable para declarar territorio un Estado entero, y si esto fuese posible habría que aceptar que con los procedimientos reformatorios del artículo 127 se puede cambiar la forma de gobierno, lo que está en contradicción con el sentido común, además, de estarlo con el mismo artículo 127, que sólo consiente adiciones j' reformas, pero no destrucción constitucional de la Constitución; y con el 39, que reserva al pueblo el derecho de modificar la forma de gobierno.”

Al tratar la misma cuestión relativa al alcance y extensión de las facultades reformativas de la Constitución con que se acostumbra investir a determinados órganos en ella previstos, don Felipe Tena Ramírez sostiene conclusiones opuestas de las que se derivan de las teorías esbozadas con antelación.

Asienta el citado autor que el error de tales teorías (como las de Schmitt y Recaséns Siches principalmente) "consiste en considerar como constituido al órgano revisor (o sea, el Congreso de la Unión y las legislaturas de los Estados en nuestro sistema constitucional), cuyas funciones son en verdad de constituyente", y que "cuando el poder creador, autor de la Constitución, funda un órgano capaz de alterar la Constitución le transmite, total o parcialmente, sus propias facultades constituyentes", agregando que "Nada importa que ese órgano sea creación del Constituyente; no por ello es un poder constituido, pues carece de facultades de gobernar y sólo las tiene para alterar la Constitución, que es fuente de facultades para los Poderes gobernantes. Ese poder revisor es, pues, continuación del constituyente que lo creó."

La consideración que formula Tena Ramírez en el sentido de que el "poder revisor" no es un poder constituido, sino una prolongación o emanación funcional del Constituyente, no nos parece acertada. En efecto, el llamado "poder revisor" en nuestro orden constitucional no se traduce sino en el Congreso de la Unión y en las legislaturas de los Estados, según lo previene el artículo 135 de la Constitución; en otras palabras, dicho "poder" no es un organismo unitario, no es una entidad autoritaria con sustantividad propia, por lo que no se puede decir que en nuestro sistema constitucional la facultad reformativa de la Ley Suprema esté encomendada a un órgano especial. Lo que sucede es que el artículo 135 instituye una colaboración o cooperación entre el Poder Legislativo Federal y los poderes legislativos de los Estados para alterar la Constitución, circunstancia que no autoriza a presumir siquiera que el ordenamiento fundamental sea reformable por un órgano especial, con personalidad propia, distinto de los organismos anteriormente aludidos.

Si las reformas a la Constitución se realizan por la colaboración antes mencionada, es evidente que tales acto no se ejecutan sino por poderes constituidos, como son el Congreso de la Unión y las legislaturas de los Estado, órganos que, por tal motivo, no actúan ilimitadamente, sino conforme a sus facultades constitucionales, que en lo tocante a la alteración de la Ley Suprema ya quedaron connotadas. Si las legislaturas de los Estados y el Poder Legislativo Federal son poderes constituidos, ¿cómo es posible que Tena Ramírez afirme que dichas entidades legisladoras integran el llamado "poder revisor" al que dicho distinguido autor le atribuye el carácter de constituyente?, ya que lo poderes constituidos no pueden, en último análisis, sino componer otro poder constituido, porque lógicamente la naturaleza del todo e establece en razón directa de la naturaleza de las partes.

En conclusión, teniendo el llamado "poder revisor" el carácter de poder constituido, es evidente que no puede ser también poder constituyente, ya que de lo contrario se infringirá el principio lógico de la no contradicción. Por tanto, si el Congreso de la Unión y las legislaturas de los Estados no deben estimarse funcionalmente, desde el punto de vista del artículo 135 constitucional, como un "organismo constituyente", resulta que la función específica de reformar y adicionar la Constitución tiene los límites que esta misma fija los cuales quedaron apuntados con antelación.

Resuelto ya el anterior problema, fácilmente se puede dar solución también a aquel que consiste en la cuestión de si puede haber dentro del mismo articulado constitucional preceptos o disposiciones que sean inconstitucionales. El asunto se puede decidir en el sentido de que, si las adiciones o modificaciones preceptivas o normativas de la Constitución pugnan con el espíritu

general que informan a la Ley Fundamental, están evidentemente afectadas de inconstitucionalidad, por las razones y argumentos ya expuestos, no obstante que la Suprema Corte de Justicia ha establecido la tesis de que dentro del texto mismo de la Constitución no puede haber o surgir la oposición entre dos o más disposiciones de la misma, porque unas consignan la regla general y otras la especial y viceversa, tesis que fue sustentada con motivo de la aparente antinomia que existe entre el artículo 27 constitucional, en la parte relativa a la procedencia de la expropiación por causa de utilidad pública y el segundo párrafo del artículo 14. No obstante, la inconstitucionalidad a que nos acabamos de referir se establece desde el punto de vista del contenido de los preceptos en pugna, ya que en cuanto a su rango normativo formal todas las disposiciones constitucionales participan del mismo carácter primario (en oposición al secundario que ostentan los preceptos de las leyes ordinarias) y sería un paralogismo afirmar que de dos o más artículos de la Constitución unos fuesen constitucionales y los otros no.

Es lamentable que la Suprema Corte no se haya aún preocupado del problema que tratamos anteriormente, o sea, el de la fijación de los límites y restricciones que deben establecerse en relación con las facultades de reforma y adición constitucionales que otorga el artículo 135 al Congreso de la Unión y a las legislaturas de los Estados. No obstante, la tesis a que acabamos de hacer alusión, es decir, la que asienta que no puede existir jurídicamente una disposición de la Constitución que a su vez sea inconstitucional, implícitamente contiene la idea de que el poder o actividad que desarrollan los mencionados organismos legislativos es omnímoda y no encuentra barreras en la Ley Fundamental, al insinuar la posibilidad de que nunca puedan llegar a existir preceptos constitucionales que pugnen con la Constitución. Sin embargo, nuestro máximo tribunal federal debe abordar el problema planteado y resolverlo atingentemente, en el sentido de fijar la extensión al alcance del artículo 135 constitucional, delimitando las facultades que confiere al 'Congreso de la Unión y a las legislaturas de los Estados, máxime que para su resolución no tendría que acudir a nociones extrañas y ajenas a la Constitución, pues, como antes afirmamos, en ésta se encuentra la propia solución, al establecer la relación interpretativa entre los artículos 39, 40 y 135 constitucionales.

Por otra parte, en la realidad política de México el principio de rigidez constitucional ha sido inoperante, pues la Constitución se ha reformado con demasiada frecuencia y omino a facilidad. Es público y notorio que el número de reformas que se le han practicado desde que entró en vigor (primero de mayo de 1917) excede de trescientas. Algunas han ido necesarias por haberlo exigido las transformaciones sociales, económicas, culturales y políticas del pueblo, otras han sido útiles y las demás incongruentes con los principios fundamentales que forman el alma de nuestra Ley Suprema. Las mencionadas reformas han provenido de sendas iniciativas del Ejecutivo Federal que el Congreso de la Unión ha aprobado con obsecuencia por no decir servilismo. Esta antidemocrática situación ha obedecido a la circunstancia de que en las Cámaras integrantes de este organismo legislativo han predominado, en mayoría aplastante, lo senadores y diputados afiliad al partido oficial así como los miembros de las legislaturas locales con análoga pertenencia. Si en el Senado y en la Cámara de Diputados hubiese habido importantes minorías que hubiesen impedido la formación de la votación necesaria para reformar y adicionar la Constitución (dos terceras partes de los individuos presentes en la sesión respectiva) a que se refiere su artículo 135 ya transcrito, las modificaciones constitucionales hubiesen sido mucho menos frecuentes e inconsultas. En consecuencia, el número excesivo de reformas

constitucionales proviene de una especie de "cuasi-unipartidismo" que implica un signo contrario a la democracia y que se evitaría mediante un equilibrado sistema pluripartidista.

B. Gestación parlamentaria del artículo 135 constitucional

Por vía de referencia histórica recordemos que el artículo 135 de la Constitución vigente corresponde al artículo 127 de la Constitución de 1857, coincidiendo ambos preceptos en su texto.

Este artículo 127 provino del artículo 125 del Proyecto constitucional elaborado por la Comisión respectiva, que establecía: "La presente Constitución puede ser adicionada o reformada. Más para que las adiciones o reformas lleguen a ser parte de la Constitución, se requiere: que un congreso por el voto nominal de dos terceras partes de sus miembros presentes, acuerde qué artículos deben reformarse; que este acuerdo se publique en los periódicos de toda la República tres veces antes de la elección del congreso inmediato; que los electores al verificarla, manifiesten si están conformes en que se haga la reforma, en cuyo caso lo harán constar en los respectivos poderes de los diputados; que el nuevo congreso formule las reformas, y éstas se someterán al voto del pueblo en la elección inmediata. Si la mayoría absoluta de los electores votase en favor de las reformas, el ejecutivo las sancionará como parte de la Constitución."

El texto transcrito "fue devuelto a la Comisión porque se creyó que establecía inútiles moratorias que hacían casi imposible todo cambio reclamado por la opinión", habiéndose presentado en su lugar uno más sencillo, según el cual la reforma constitucional debía ser votada "por dos tercios del congreso y aceptada por la mayoría de los electores que nombren a los diputados del congreso siguiente, al que toca decretar el resultado".

El nuevo precepto proyectado fue impugnado por Zarco, quien argumentó que por virtud de la representación política de la ciudadanía que dentro de todo régimen democrático tienen los diputados reunidos en asamblea, sería ocioso acudir a la votación popular para que se aceptara o rechazara alguna reforma ~ la Constitución, máxime que, por lo general, las modificaciones a ésta entrañan cuestiones políticas, sociales o de la otra índole que escapan muchas veces a la apreciación del pueblo. "Si el pueblo delega su soberanía en el legislador, decía tan insigne constituyente, a éste toca dar toda clase de leyes sin recurrir al cuerpo electoral, y sin la reforma de la Constitución es un punto grave en que debe evitarse toda precipitación, bien puede establecerse que iniciada y votada una reforma por un congreso, corresponde decretarla como ley al congreso siguiente. Esta será garantía suficiente, y así de una manera indirecta, en las elecciones, el pueblo se ocupará de la reforma, escogiendo a los que sobre ella han de resolver.

"Las reformas constitucionales, continuaba Zarco, pueden recaer sobre cuestiones políticas o administrativas que requieran ciertos conocimientos prácticos, y sin hacer el menor agravio al buen sentido del pueblo, puede asegurarse que serán superiores a la inteligencia de los electores. Hay también la dificultad de la computación de votos de todos los electores, y esta dificultad puede aún retardar las medidas más útiles. El principal defecto del artículo consiste en que una vez establecido el sistema representativo, se apela a la democracia pura hasta donde cabe en el sistema de la comisión."

Don José María Mata, en defensa del referéndum de los electores como medio para introducir enmiendas constitucionales, sostuvo que Zarco partió "de un supuesto falso", pues "no habiendo elección directa sino indirecta en segundo grado, y no exigiéndose para la reforma el voto de todos los ciudadanos sino el de los electores, no se apela a la democracia, sino al sistema representativo en más o menos grados, puesto que el elector es un delegado del pueblo. En los demócratas no hay inconsecuencia n ir a buscar la opinión del pueblo como fuente de acierto. Si se diera valor al argumento de que el pueblo no sabe y es ignorante, sería preciso quitarle el derecho de elegir, porque no sabrá escoger a los hombres capaces de velar por sus intereses".

En apoyo del pensamiento de Mata, don Melchor Ocampo insistió en la tesis postulada por el artículo 125 del proyecto, en el sentido de que las reformas a la Constitución debían someterse al voto de los electores, y reafirmando su confianza en éstos y en el pueblo que los designa, el distinguido michoacano afirmaba: "Si considerando la cuestión en abstracto se puede exagerar la ignorancia del pueblo, hablando de reformas constitucionales, de cuestiones políticas y administrativas cuando se desciende a la práctica se ve que la dificultad no es tan grave como se presenta. Una vez iniciada la reforma, la explicarán la prensa y la tribuna, la imprenta sobre todo la pondrá al alcance del espíritu de los electores, se las presentará ya digeridas, por decirlo así, para que ellos resuelvan por ejemplo si es conveniente que el primer magistrado del país sea electo por muchos o por pocos. Entonces para fallar sobre las reformas bastará lo que los franceses llaman grueso buen sentido y nada más.

"Cuando el orador no sabía lo que era triángulo, agrega Ocampo, ni hipotenusa, ni catetos, no comprendía cómo era que el cuadrado de la hipotenusa fuera igual al de los catetos; pero cuando se le explicó lo que esto quiere decir, le pareció casi verdad de Pero Grullo. Así en las reformas, cuando se explique lo que en ellas importan, el elector será apto para resolver y no hay que exagerar la dificultad presentando la cuestión en abstracto.”

A quien debe considerarse como incorporador al sistema mexicano y con variantes vernáculas de la forma para modificar la Constitución imperante en los Estados Unidos, es a don Guillermo Prieto. Al combatir el artículo proyectado y refutar las ideas expresadas por sus defensores, se ostentó como implacable enemigo del referéndum popular en la .cuestión concerniente a las reformas constitucionales.

"Consultar el voto de los electores, decía, ofrece gravísimos inconvenientes", agregando que "Los ciudadanos no sabrán si serán o no nombrados electores. Cuando lo sean, ignorando de qué se trata se encontrarán obligados sin discutir, sin razonar, sin instruirse, a contestar sí o no. El Sr. Ocampo, que ciertamente merece el nombre de sabio, ha creído que para dar esta respuesta bastará el sentimiento del bien, pero su señoría convendrá en que para resolver cuestiones constitucionales se necesitan conocimientos que no han de reunir todos los electores. No es fácil resolver, por ejemplo, con un sí o un no la cuestión del senado, que si ha parecido importuna en esta asamblea, dividió en Francia lo pareceres de hombres eminentes, poniéndose de un lado Lamartine y del otro Odilon Barrot. Los electores, por más que diga el señor Ocampo, no tienen ciencia infusa, ni alguna inspiración extraña que los ilumine. El buen sentido y el talento por sí solo no harán que un hombre pueda preparar una lámina para el daguerrotipo; el buen sentido y el talento no bastarán para que otro tomando un telescopio, pueda hacer cálculos astronómicos. Pero el Sr. Ocampo, refiriéndose al teorema del cuadrado de la hipotenusa y de los catetos, ha

dicho que basta una sencilla explicación para comprender las verdades científicas. Esto es cierto, pero entonces en cada colegio electoral debe haber un catedrático que dé explicaciones, y este maestro será una rábula, un tinterillo, que si se trata del teorema geométrico, enseñaría que la hipotenusa es una figura cuadrada o redonda. ¿A dónde vamos a parar con e tos absurdos que se quieren derivar del sentimiento del bien? A la insurrección contra la razón y el sentido común.

"Iniciada la reforma, prosigue Prieto, habrá electores que la quieran más o menos amplia, más o menos restringida, que la quieran con ciertas restricciones, y ¿cómo cabe todo esto en el sí o no en el único monosílabo que les permite articular la comisión? Queremos seguir la voluntad del pueblo, se dice, queremos conocerla para que a ella se sujete el legislador; proclamamos la libertad de la discusión para la reforma, pero a nuestras preguntas sólo se ha de responder sí o no. Esto es una burla, es una ironía un plagio de la libertad de imprenta de Beaumarchais. Esta no es libertad, es el atrás de un centinela, es el grito de un pedagogo, y no hay soberanía con consigna, no hay libertad con mordaza, no hay discusión con gendarmes. Cuando la opinión pública quiera una reforma con ciertas modificaciones, no encontrará ni la fórmula para expresar su pensamiento, porque tiene un candado en la boca que sólo le deja decir sí o no.

"Si los electores, concluye dicho diputado constituyente, quedan reducidos a máquinas de decir sí o no, no es menos triste la condición del segundo congreso, que sólo tiene facultad para contar los votos. Los representantes del pueblo, aunque en ellos se ha delegado la soberanía del pueblo, tienen que guardar silencio en muchas cuestiones, porque sus credenciales están truncas, porque hay eclipses en sus poderes, porque tienen en la cámara una manzana velada, la cuestión resuelta por los electores. El congreso no es ya legislador, es la máquina que da la última manipulación química a productos ajenos.

"Si no se quiere seguir el antiguo sistema, sométase la reforma al examen y al voto de las legislaturas, verdaderos representantes de los Estado, y así se seguirá el principio federal, y sobre todo se tendrá un homenaje a la razón y al saber, al saber que hoyes el blanco del epigrama y del sarcasmo como si fuera posible renegar de la ciencia y de la sabiduría, como si la Humanidad, anhelando sumergirse en las tinieblas de la barbarie, pudiera sublevarse contra el entendimiento, contra la más preciosa facultad que plugo conceder el Ser Supremo, para entregarse ciega al yugo del instinto salvaje y brutal."

Con base en las ideas expuestas por Prieto, la Comisión presentó un nueve texto que, aprobado en el Congreso Constituyente por sesenta y siete votos. contra catorce, se convirtió en el artículo 127 de la Ley Fundamental de 1857 y que corresponde, según dijimos, al artículo 135 de la Constitución vigente.

En el Congreso de Querétaro, el proyecto del mencionado precepto, tomado casi textualmente del citado artículo 127, se aprobó sin discusión, debiendo recordar, por último, que el artículo 135 se adicionó en octubre de 1966 en cuanto que el cómputo de los votos de las legislaturas en lo que atañe a las reformas o adiciones constitucionales y la declaración de que éstas queden incorporadas a la Ley Suprema, pueden formularse tanto por el Congreso de la Unión, cuando esté reunido, como por la Comisión Permanente durante sus periodos de receso.

EL CONTROL DE LA CONSTITUCIONALIDAD, ANÁLISIS DEL ARTÍCULO 105 CONSTITUCIONAL

PRIMERA PARTE

I. INTRODUCCIÓN

En nuestro país el control de la constitucionalidad es generalmente asociado al amparo, el cual por sus características especiales se configura como un medio jurídico que simultáneamente limita o impide los abusos del poder y preserva el ordenamiento jurídico. Pensar en realizar algunas consideraciones sobre el control de la constitucionalidad en México, implica retomar algunos conceptos básicos relativos a la Constitución y al significado de la defensa de la constitucionalidad.

Un análisis a través la historia del derecho nos permitiría descubrir desde sus inicios casi rastros o intentos, de encontrar medios que permitan controlar el ejercicio del poder, puesto que desde tiempos remotos es un hecho conocido que quien detenta el poder, tiende a abusar de él y a desconocer y violar los derechos de aquellos que se encuentran sujetos a su potestad.

Independientemente de intentos aislados de establecer por medio de instituciones jurídicas el control de dicha posibilidad, podemos decir que actualmente el control del ejercicio del poder cuenta con tres supuestos básicos. El primero de ellos es la existencia de un ordenamiento jurídico organizado jerárquicamente en cuya cúspide se encuentra la Constitución como norma suprema que determina los procesos de creación y validez del resto del ordenamiento jurídico. Es su función configurarse no solamente como norma organizadora del ejercicio del poder y de la vida en sociedad y como garante de derechos fundamentales, sino también como límite del ejercicio del poder, en su cualidad de norma que establece sistemas de control del ejercicio del poder, tanto interorgánicos como intraorgánicos.

El segundo supuesto resulta de la teoría clásica de la división de poderes elaborada por Montesquieu, que pretende lograr un equilibrio y balance del ejercicio del poder mediante su división y repartición entre los tres órganos que realizan las funciones del Estado. Esta teoría, no logra su cometido a menos que se contemple como una distribución funcional, controlable por medios jurídicos que impidan la invasión de esferas competenciales o la realización de actos de autoridad en ausencia de, o excediéndose en el ejercicio de sus facultades.

Un tercer supuesto, de gran relevancia principalmente para el amparo, es el reconocimiento por los Estados modernos de los derechos fundamentales de los individuos, derechos oponibles frente a la actuación del Estado, que podrían considerarse inherentes a la persona humana en virtud de su dignidad y autonomía personal. Sin embargo, debe mediar el reconocimiento y tutela de dichos derechos para poder hacerlos exigibles frente a la actividad del Estado. Es innegable, que el reconocimiento por sí mismo no se convierte en garantía del ejercicio de dichos derechos, ni para impedir los abusos de autoridad. Por ello, deben articularse en el ordenamiento jurídico medios de protección de dichos derechos, que por ser fundamentales y estar contenidos en la Constitución, los convierten en garantías del orden constitucional al mismo tiempo.

Es fundamental que en todo ordenamiento se establezca la posibilidad de solicitar la intervención de órganos especializados para la resolución de los conflictos que pudieran surgir entre las autoridades y los gobernados, y que al mismo tiempo se impida que las normas que violentan el orden constitucional continúen aplicándose. Si un ordenamiento tiene pretensiones de validez sistemática, debe procurar evitar la aplicación de normas que atentan contra la norma suprema y el orden jurídico mismo.

II. EL CONCEPTO Y FUNCIÓN DE LA CONSTITUCIÓN

Realmente no se puede hablar de una verdadera Constitución como norma organizadora de las relaciones sociales y del poder del Estado, sino hasta la aparición de la Constitución francesa de 1789. Sin embargo, según el constitucionalismo francés, no estamos ante una Constitución en sentido estricto, si ésta no contiene además de un sistema de división de poderes, un catálogo de derechos fundamentales, como elementos esenciales.

Históricamente no podemos pensar en un control de la constitucionalidad, sino hasta que surge el concepto de Constitución como norma. Esto significa en primera instancia, un abandono de la concepción tradicional de la Constitución como documento político, concepción que deriva principalmente de la ideología de la Revolución francesa y que asimila a la Constitución con cierta forma de organización política, que garantice la libertad individual frente a la actividad de los gobernantes limitándolos. Esto ha sido así, al grado de que la expresión "régimen constitucional" significa una forma de gobierno en que las prerrogativas del poder están limitadas. Por lo tanto podemos decir, que el adjetivo de constitucional corresponde más bien a una determinada forma de Estado o de Gobierno, que al hecho de que un Estado tenga o no una Constitución, ya que esto último es un presupuesto de todo Estado moderno. El término Constitución en sentido político evoca ideas tales como libertad, igualdad, democracia, garantía de los derechos de los ciudadanos y sobre todo, limitación del poder.

En cuanto a la teoría clásica de la división de poderes que todos bien conocemos, debemos destacar que su verdadera importancia no radica en el establecimiento de un esquema organizacional del ejercicio del poder político, sino más bien en que habiendo cumplido su fin, terminar con el absolutismo y crear mecanismos jurídicos y políticos de control del ejercicio del poder, abre paso a una posibilidad de crear un esquema de distribución de funciones que permite hacer eficiente el ejercicio de las atribuciones del Estado en la medida en que los órganos que ejercen el poder ya no se caracterizan por su pertenencia a un "poder" determinado (entendido éste como órgano), sino más bien por la función que ejercen preponderantemente. Es dicha función la que califica al órgano y no es indispensable ubicarlo dentro del esquema tradicional de división de poderes, cuya ruptura se manifiesta patentemente en la realidad a través de la creación de órganos constitucionales autónomos que ejercen las funciones que la propia Constitución les atribuye. Dicha ruptura se produce sobre todo a raíz de la conceptualización de la Constitución como norma, y puesto que ha dejado de ser un concepto político ya no es necesario que opere como sistema de equilibrio de poderes, mediante frenos y contrapesos. El control de funciones se realiza por medio del control de la legalidad y la constitucionalidad, en virtud de la distribución funcional.

Por lo que a los derechos fundamentales se refiere, es una verdad reconocida y aceptada a partir de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano que toda Constitución debe garantizar el ejercicio de dichos derechos. Convicción que se ve reforzada especialmente tras la Segunda Guerra Mundial. Aun cuando en un principio el reconocimiento de derechos fundamentales lo hace el derecho positivo en documentos distintos, podemos ya hablar de una Constitución a pesar de que no la podamos configurar como un todo homogéneo. Tampoco es relevante si está escrita o no, en el sentido de tener un texto unificado, basta tan sólo que la Constitución cumpla con su función de limitar el ejercicio del poder y de configurar el orden político y social.

III. LA CONSTITUCIÓN COMO NORMA JURÍDICA

El gran paso hacia la posibilidad de realizar un control de la constitucionalidad radica en el tránsito de una concepción política de la Constitución hacia un concepto normativo. Dicho tránsito no es simple y deriva de diversas consideraciones en cuanto a la forma y la estructura interna de la Constitución como norma jurídica.

Una de las grandes ventajas que representa la posibilidad de elaborar un concepto jurídico de Constitución es que podemos dar una definición neutra, independiente de cualquier valor que se considere trascendental en determinado momento histórico o de cualquier ideología subyacente.Hablar de Constitución en sentido jurídico, significa asumir que la función legislativa, como función creadora de normas, queda sujeta a las normas constitucionales que se configuran como su fundamento y límite de su validez. Por lo tanto la Constitución se identifica más bien por su relación con la legislación, es decir, como creación normativa.

Podríamos en consecuencia, decir que la Constitución es, como la define Ignacio de Otto, un conjunto de normas a las que está sujeta la creación de normas por los órganos superiores del Estado. Una definición en este sentido, nos hace reconsiderar los criterios de validez de las normas, y por lo tanto podríamos establecer dos niveles de determinación de la validez:

1. El nivel formal: donde la validez de la norma depende del seguimiento de los procesos de creación normativa establecidos en la norma superior y de la competencia del órgano emisor de la misma, y

2. El nivel material: en el cual, el contenido de la norma inferior tiene que adecuarse al contenido de la norma a la que se encuentra jerárquicamente subordinada y así sucesivamente, pero en todo caso debe ser conforme a la norma suprema.

Al hablar de jerarquía estamos asumiendo la existencia de una determinada estructura del ordenamiento donde la validez de toda norma tanto en sentido formal, como material, depende de la Constitución, lo que implica en cierta forma considerarla como presupuesto de la concepción de la Constitución como norma suprema. Podríamos decir que la jerarquía es definitoria de la Constitución, por la posición que las normas constitucionales ocupan en el ordenamiento, no por su contenido, el destinatario de dichas normas es el legislador y los órganos que la aplican.

La jerarquía formal por su parte permite asignar rangos distintos a las normas según la forma que la norma adopte, independientemente de su contenido, por lo tanto se configuran como reglas de validez y se produce un efecto derogatorio de la norma inferior en caso de contradicción con la superior. Es por ello que se le llama fuerza activa, a la eficacia derogatoria de la norma superior y fuerza pasiva a la resistencia de la norma superior frente a la inferior.3 Las normas de mismo rango tienen fuerza activa, pero no tienen fuerza pasiva y por ello pueden ser derogadas. La derogación es consecuencia de la contradicción entre la norma superior y la norma inferior, aunque debemos de tener en cuenta el principio general de que solamente un acto del mismo rango y procedente de la misma fuente puede derogar otro. La distinción entre rango y fuerza de ley de las normas es imprescindible para aclarar un poco cuales podrían ser los resultados del enfrentamiento de dos normas, puesto que en tanto el primero se refiere a la posición que ocupa en el ordenamiento, es decir, a su jerarquía formal, la fuerza de ley se refiere a su capacidad derogatoria y su resistencia, la cual deriva de la existencia de ámbitos materiales delimitados.

La distribución de materias se traduce en un criterio de ordenación horizontal del sistema de fuentes, que es complementario y corrector del de jerarquía formal, el cual responde a un criterio de ordenación puramente vertical. El primero se refiere básicamente a que la relación entre las normas depende de su contenido, lo cual se materializa a través de la distribución competencial y la reserva de ley. De tal modo que si atendemos a dichos criterios, la validez de nuestras normas dependería no solamente de su jerarquía sino también del contenido de las normas, lo cual debe de servir para la resolución de conflictos entre normas de igual rango, pero que tienen materias reservadas.

Considerar a la Constitución como norma implica principalmente reconocer que produce efectos jurídicos, y que por lo mismo es necesario determinar su posición en el ordenamiento jurídico, que no puede ser otra que ser la norma suprema del ordenamiento de la cual deriva cadenas de validez de producción normativa.

IV. SUPREMACÍA Y SUPRALEGALIDAD DE LA CONSTITUCIÓN

Debemos recordar también que para poder considerar a la Constitución como norma, el ordenamiento debe establecer que el cumplimiento de sus preceptos es obligatorio y por lo mismo su infracción es antijurídica. Pero hasta ahora no hemos hablado sino de la supremacía material de la Constitución como parte de su esencia, debido a que todo el ordenamiento reposa en ella, y dado que hace la distribución de las competencias, necesariamente es superior a los órganos creados y a las autoridades investidas por ella.

La supremacía formal en cambio se refiere a la forma de elaboración de la misma Constitución, entendida sobre todo como el establecimiento de procesos de revisión de la norma constitucional. Esto conlleva a la distinción entre norma fundamental y la ley ordinaria, y por lo mismo podríamos decir que la forma de la norma, es decir, su proceso de creación o modificación, determina su naturaleza de constitucional. Así podríamos agregar que la supremacía formal se convierte en un refuerzo de la supremacía material.5 Por lo tanto, en los casos en que nos enfrentamos a una norma escrita, la forma constitucional lleva aparejada la supremacía, es decir,

todo lo que está en la Constitución es supremo, pero no solamente eso, sino que es igualmente supremo, o sea, que todas las normas de la Constitución tienen el mismo rango. A menos que la propia Constitución haga una diferenciación expresa respecto de sus contenidos.

Al hablar de la Constitución como norma suprema de un ordenamiento jurídico, no solamente nos referimos a su posición en el mismo, sino también y sobre todo a su eficacia y su fuerza derogatoria.

Si de la Constitución en principio no podemos predicar validez en sentido estricto, debido a que no existe una norma superior a ella que establezca ni el procedimiento de su creación, ni la forma de configurar el órgano competente para elaborarla, tendremos que recurrir entonces al concepto de eficacia para determinar que es una norma válida y que debe ser obedecida, pues no podemos presuponer su validez, ni apelar a la existencia de una norma superior no escrita.

También podemos hablar de eficacia de la Constitución en relación a su operatividad. El presupuesto a considerar a la Constitución como norma jurídica, para poder afirmar que tiene eficacia directa respecto de los órganos que deben aplicar las normas, principalmente el Poder Judicial cuando aplica o interpreta las normas constitucionales; y por lo tanto no requiere de un desarrollo legislativo.

La otra alternativa es pensar que las normas constitucionales solamente tienen eficacia indirecta, en el sentido de que la norma fundamental es un mandato al legislador y produce efectos jurídicos solamente en la medida en que las leyes desarrollan sus preceptos. Esta segunda opción se traduce en que el control de la constitucionalidad sólo es posible por medio de la ley. Aceptar esta posibilidad de optar entre dos tipos de eficacia no afecta la normatividad de la Constitución, sino su operatividad y la adecuación del ordenamiento a ella, así como los medios de control de la constitucionalidad.

Que la Constitución tenga eficacia directa significa que los jueces y los que aplican el derecho deben tomar la Constitución como premisa de su decisión. Esto implica la necesidad de analizar la conformidad de la ley a la Constitución, aplicarla para la determinación de situaciones jurídicas, e interpretar el ordenamiento conforme a ella, lo cual posibilita el control de la constitucionalidad. Pero esta no es la única consecuencia, dado que si la Constitución tiene eficacia directa además de ser norma sobre normas, será norma aplicable, y además de ser fuente de producción normativa, es también fuente del derecho. Considero de gran importancia, hacer estas aclaraciones dado que si pensamos en un control de la constitucionalidad de las normas debemos aceptar que la Constitución no actúa en el ordenamiento solamente a través de la ley y el control de la constitucionalidad, puesto que "eficacia directa" significa que la Constitución se aplica junto a la ley e incluso frente a ella. La Constitución atribuye derechos por sí misma, sin necesidad de que intervenga el legislador, es decir, que los derechos constitucionales son inmediatamente operativos, aun sin desarrollo legislativo.

Cabe señalar que la eficacia directa de la Constitución sólo es posible si no partimos de un concepto material de Constitución como norma cuyo objeto es regular la creación de normas,

sino que debemos partir de su posición jerárquica como norma superior, que debe aplicarse según el principio de jerarquía normativa. En otras palabras, la superioridad significa que la Constitución no es un mandato al legislador,7 sino una norma a aplicar.

Por otra parte, la normatividad de la Constitución, o en otros términos, la positividad de una norma jurídica no puede tener su fundamento en ella misma. Podemos referirnos a dos criterios básicos por medio de los cuales podemos identificar su normatividad, por su pertenencia al ordenamiento jurídico, si se sujeta a las normas de creación de derecho, o bien por su jerarquía. En el caso de la Constitución el criterio aplicable es el de jerarquía normativa, por lo tanto si la Constitución es una norma, todos sus preceptos también lo son y eso posibilita en última instancia el control de la constitucionalidad.

Una de las características de la normatividad de la Constitución, es que como norma jurídica posibilita la derivación de cadenas de validez de creación normativa. La supremacía constitucional se traduce en la subordinación del orden jurídico a la Constitución, la cual tiene dos aspectos: como superioridad política o como supremacía legal o supralegalidad.

La supralegalidad consiste en la subordinación y aplicación del orden jurídico. Es la cualidad que le presta a una norma su procedencia de una fuente de producción, y modificación, jerárquicamente superior a la ley. La supralegalidad se configura así, como la garantía jurídica de la supremacía. Toda Constitución debe pretender transformar la supremacía en supralegalidad, la legitimidad o pretensión de legitimidad de la supremacía sólo puede operar a través de la supralegalidad. Ahora bien, la única forma en que dicha supralegalidad puede ser garantizada, es mediante el establecimiento de un procedimiento especial de revisión de la Constitución, esto sin embargo, no quiere decir que la rigidez sea una condición de la supralegalidad.

Es una consecuencia fundamental de la supralegalidad que una Constitución rígida no puede ser modificada por una ley ordinaria, por lo que para poder hablar de supralegalidad, debemos presuponer la existencia de diferentes fuentes de producción para la Constitución y la ley; órganos distintos, poder constituyente frente a poder constituido.

Otro concepto relevante para sustentar el control de la constitucionalidad es el de fuerza normativa de la Constitución elaborado por Konrad Hesse, en el sentido de su capacidad de adaptación a los cambios que se dan en la realidad que regula, es decir, la Constitución si pretende ser la norma fundante de un ordenamiento jurídico debe contemplar la posibilidad y los procedimientos para su modificación. Una Constitución estática está condenada a desaparecer, como debieran desaparecer las normas que pierden su eficacia. Sin embargo, la norma suprema tiene vocación de permanencia y atemporalidad y en la medida en que sea modificado lo menos posible, mayor será su fuerza normativa, dado que ésta es una condición de su eficacia.

V. ORÍGENES DEL CONTROL DE LA CONSTITUCIONALIDAD

Es difícil encontrar los orígenes de una jurisdicción constitucional, pero dejando a un lado antecedentes históricos de apariencia tal, que podrían remontarnos a la antigua Grecia, podríamos decir, que la justicia constitucional aparece de manera natural en la medida en que en las colonias británicas en América comienzan a surgir conflictos de jerarquía entre el nuevo

derecho colonial y la Constitución británica que continúan aplicando los jueces, pues parece lógico que la ley no debe contradecir a la Constitución.

La categoría de norma superior la obtiene la Constitución de los Estados Unidos de 1787, principalmente por el hecho de ser rígida. Es el documento que consolida no solamente la unidad e independencia de los Estados Unidos, sino también el criterio de que la Constitución federal es jerárquicamente superior a las Constituciones locales. Por lo tanto, podemos ver en el federalismo una razón de apoyo de la superioridad de la Constitución. Posteriormente aparece un sistema de control de la constitucionalidad de leyes federales a raíz de la sentencia del juez Marshall de 1803 que determina que "la ley contraria a la Constitución es inaplicable".

En Europa durante el siglo XIX prevalecen las ideas de codificación y la primacía del derecho escrito, y la ley es la norma fundamental. En Francia sin embargo, surge el debate entre elaborar una Constitución o un conjunto de leyes fundamentales, en virtud de lo cual finalmente se establece un procedimiento específico de reforma. Por ello es que a diferencia de los Estados Unidos, el control de la constitucionalidad no nace naturalmente, debido a la existencia de decretos que impedían al juez controlar al Ejecutivo o al Legislativo, obligándolo a aplicar la ley.Al estar subordinado el juez a la ley, se produce una desvirtuación del concepto de Constitución, puesto que no existe un sistema de control o garantía. Esto se debe a que la Constitución se considera un documento político y no jurídico. Consecuencia de ello, es que las leyes inconstitucionales son aplicables sin que exista un remedio legal. Existía sin embargo, un control legislativo que se traducía en autocontrol, convirtiendo al legislador en juez y parte. También existió un órgano político de control de la constitucionalidad dentro del Parlamento, el Senado Conservador, funcionando como órgano político. Por otra parte, se conforma el Conseil Constitutionnel que reaparece en la IV República, pero no existe ninguna institución similar al judicial review como en Estados Unidos. La misma situación predomina en el resto de Europa en virtud de que la Constitución no es considerada derecho.

El control jurisdiccional de la constitucionalidad, ya no por órgano político, aparece en Europa a partir de 1920 en las Constituciones austriaca y checoslovaca con la creación de los primeros tribunales constitucionales con competencia para verificar la constitucionalidad de la ley con efectos anulatorios.

A partir de este momento se puede hablar de que existe una jurisdicción constitucional en sentido estricto, sin embargo, no debemos olvidar que en México desde 1840 existe una conciencia de la necesidad y posibilidad de realizar un control jurídico del ejercicio del poder y de la constitucionalidad a través del amparo; institución que queda consolidada en la Constitución mexicana de 1857.

El primer antecedente en México de control de la constitucionalidad, aunque como bien sabemos fue inoperante; fue un sistema de control político establecido en la Constitución centralista de 1836 llamada "las Siete Leyes Constitucionales", que organizaban el "Supremo Poder Conservador". Sin embargo, el control político ha sido excepcional, tradicionalmente se atribuye al Poder Judicial el control de la constitucionalidad, como corresponde en virtud de la función que ejerce y de su tradicional carácter de órgano de equilibrio.

La creación del amparo se atribuye a don Manuel Crescencio Rejón, en la Constitución yucateca de 1841, durante los breves momentos en que estuvo separada de la Federación. La fórmula del amparo es perfeccionada por don Mariano Otero al establecer la relatividad de los efectos de la sentencia, y desde su constitucionalización en 1857 podemos afirmar que existe en México un verdadero sistema de control jurídico de la constitucionalidad.

Generalmente se divide el control de la constitucionalidad en dos categorías que sirven de referencia a los diversos sistemas existentes:

a) El sistema americano, cuyo nombre deriva no solamente del hecho de haberse establecido a partir de la Constitución de los Estados Unidos, sino por haber servido de modelo a la mayoría de los sistemas de control de los países americanos. Éste se caracteriza por la facultad atribuida a todos los jueces para declarar en un proceso concreto la inaplicabilidad de las disposiciones legales secundarias que contravengan la Constitución. En este caso se habla de un control difuso de la constitucionalidad, dado que cualquier órgano judicial puede realizarlo. La cuestión respectiva es planteada por las partes, o también por vía de excepción, de oficio por el juez respectivo con motivo de una controversia concreta. Los efectos de la sentencia se limitan al caso concreto, ya que el fallo afecta únicamente a las partes.

b) El modelo europeo o también llamado austriaco en cambio, atribuye a un órgano específico, llámese Corte o Tribunal Constitucional, facultades para revisar todas las cuestiones relativas a la constitucionalidad de las leyes, las cuales de manera excluyente no pueden ser conocidas por los jueces ordinarios, razón por la cual deben plantearse en la vía principal o en la vía de acción, por los órganos del Estado afectados por las normas inconstitucionales. Este tribunal especializado podrá declarar la inconstitucionalidad con efectos generales, lo cual se traducirá en la eliminación de la ley respectiva a partir del momento en que se publique la resolución de inconstitucionalidad. Esto se debe a que el fundamento de este modelo se encuentra en la teoría de las nulidades de Hans Kelsen. Por lo tanto, podemos hablar de un control concentrado de la constitucionalidad, en virtud de que el control es realizado por un órgano jurisdiccional independiente, que puede no pertenecer al Poder Judicial, y que se coloca por encima de todos los órganos del Estado.

Podemos apreciar como los sistemas de control de la constitucionalidad se dividen en dos grupos dependiendo de la forma en que se resuelven los conflictos, a decir, por inaplicación de la norma inconstitucional, como en los Estados Unidos, o mediante la declaración de nulidad de la misma, como el sistema europeo. Paralelamente se pueden clasificar dependiendo de los efectos que producen las resoluciones, si éstos son relativos como en los casos de inaplicación, o si las resoluciones producen efectos generales como consecuencia de una declaración de nulidad.

El sistema de inaplicación significa que tras la declaración de inconstitucionalidad del juez, la norma inconstitucional aplica directamente la norma superior al caso respectivo ignorando la norma que ha sido estimada como inconstitucional. Optar por este sistema re-presenta una adhesión incondicional al principio de separación de poderes y al respeto de las esferas competenciales delimitadas, puesto que al preferir la inaplicación a la nulidad, se asume que ningún órgano puede colocarse por encima de otro, ya que quien anula, está rectificando

decisiones ajenas. Este tipo de control jurisdiccional es realizado por un órgano que no es representativo, respecto del legislativo que si lo es, subordinándolo a sus decisiones.

VI. DE LOS TIPOS DE CONTROL DE LA CONSTITUCIONALIDAD

El tema central del presente trabajo es analizar los tipos de control de la constitucionalidad que existen en el sistema mexicano y determinar si sus efectos nos permiten no solamente garantizar el orden constitucional, sino también producir un efecto de saneamiento del mismo al eliminar las normas que se declarasen inconstitucionales, reforzando así la validez sistemática de nuestro ordenamiento y también su eficacia.

Básicamente existen dos formas de control de la constitucionalidad:

a) Abstracto, como recurso contra leyes, es una operación sin límites materiales, se trata de un control sin vinculación a la aplicación de la norma; la legitimación generalmente es objetiva. La impugnación directa no requiere ningún tipo de relación subjetiva entre los legitimados y la norma, ya que se atacan vicios formales. El objeto de este recurso de inconstitucionalidad es la ley, entendida en términos genéricos, es decir, en relación con su rango normativo. Por ello es que la resolución del Tribunal que revise la constitucionalidad de la norma será de nulidad, y

b) Concreto, que se refiere a una consulta que el juez o tribunal puede presentar, para determinar si se aplica o no la ley dependiendo de su constitucionalidad, es decir, no es necesario que la parte agraviada se inconforme, sino que basta con que la autoridad que debe aplicar la norma se percate de la inconstitucionalidad de la misma, para que inicie el procedimiento de declaración de constitucionalidad de la norma en cuestión. En este caso se trata de un control concreto, relacionado con el aspecto material de la ley.

Generalmente se configura como un control indirecto, pero como un medio directo de impugnación. Debemos aclarar que solamente el juez puede iniciar esta consulta o cuestión de inconstitucionalidad, cuando durante un proceso considere que la norma que debe ser aplicada es inconstitucional. Pero el juez no puede aplicar directamente la Constitución, sino hasta que medie resolución del tribunal competente en materia constitucional que autorice la inaplicación de la norma al caso. Por lo tanto, no puede tener efectos suspensivos respecto de la ley, pero sí del acto de dictar sentencia, la cual se verá afectada por la resolución de inconstitucionalidad que de ninguna manera podrá surtir efectos erga omnes.

Una de las formas de operar es como control preventivo, el cual deriva del principio de supremacía de la Constitución frente a las leyes, pues en este caso el control es directo, dado que se establece un autocontrol de la ley fundamental, circunscribiendo la actuación de los poderes públicos a su esfera competencial preestablecida, con el fin de evitar interferencias recíprocas o con los derechos fundamentales; como en el caso del control de tratados internacionales en las Constituciones alemana o española. Como controla posteriori, funcionan los controles que tienen por objeto restablecer el estado del derecho violado debido a la no adecuación de las normas o actos de autoridad a la Constitución, como podría ser el amparo.

El control de la constitucionalidad puede dividirse en dos categorías dependiendo del alcance de los efectos que producen las resoluciones de los tribunales competentes para analizar las cuestiones que se presenten, los cuales pueden ser relativos, es decir que la resolución solamente surte efectos entre las partes; o bien, pueden ser generales, o erga omnes si la resolución hace declaraciones generales, dependiendo de si se trata de una resolución de inaplicación o de nulidad de la norma declarada inconstitucional respectivamente.

Otro aspecto importante que debemos tomar en consideración es la vinculación de las sentencias que declaran la inconstitucionalidad de alguna norma respecto de las autoridades, dado que pueden ser generales, obligando a todas las autoridades, o bien, solamente a aquellas que intervienen en el acto reclamado por las partes. En el caso de las resoluciones con efectos particulares, éstas solamente vinculan a la autoridad que realizó el acto que ha sido impugnado, puesto que sólo tendrá efectos para la persona que ha interpuesto el recurso y respecto de aquello que se haya considerado violatorio de los derechos fundamentales. Por el contrario, una declaración con efectos generales es vinculante para todas las autoridades, aun aquellas que no intervinieron en el acto y puede configurarse como un deber general de no aplicación, o como una declaración de nulidad, dependiendo de si se trata de un recurso o de una cuestión de inconstitucionalidad.

Existe una clasificación más en la doctrina que se refiere a la naturaleza del órgano que ejerce el control de constitucionalidad. Este puede ser realizado:

a) Por órgano político, cuando se trata de un órgano distinto del Legislativo, Ejecutivo y Judicial, que tiene como función principal y exclusiva conservar la pureza de la Constitución frente a las leyes y actos de autoridades, declarando la constitucionalidad o inconstitucionalidad de dichos actos. Dicho sistema tiene como características:

1. Que se confiera el control a un órgano distinto al Legislativo, Ejecutivo o Judicial, aunque también puede encomendarse a alguno de ellos, como en el caso del Consejo Constitucional francés antes mencionado.

2. La solicitud de declaración de inconstitucionalidad la formula un órgano estatal o un grupo de funcionarios públicos en contra de la autoridad que puede resultar responsable.

3. El procedimiento de revisión de la constitucionalidad, no tiene las características propias de un verdadero procedimiento contencioso y se caracteriza en cambio, por la recopilación y análisis de elementos, estudios y consideraciones no sujeta a regulación jurídica previa, sino encomendada a la discreción del órgano conocedor.

b) Por órgano neutro: éste es realizado por el Estado a través de uno de sus órganos constituidos, en principio tampoco habría ningún problema en el sentido de que se creara un órgano especialmente para ello, que ejerciendo las funciones que le fueron atribuidas dentro de su competencia, esencialmente actos políticos, tales como la disolución del Parlamento, promover plebiscitos, refrendar y promulgar leyes, etcétera, lleva a cabo una actividad que no es de imperio, sino simplemente mediadora, tutelar o reguladora de la vida jurídica del país. Este

sistema procede del pensamiento jurídico europeo, basado en las ideas expuestas por Benjamín Constant, respecto de las funciones esenciales del monarca.

c) Por órgano jurisdiccional: su principal característica radica en confiar a los jueces el control de la constitucionalidad. Esto representa una gran ventaja, la atribución de la función controladora de la constitucionalidad a un órgano que se caracteriza por el ejercicio de la función judicial, es decir, la resolución de conflictos y la interpretación de las normas. Dicho órgano judicial goza, por otra parte, de una independencia que se caracteriza por su imparcialidad y su conocimiento del ordenamiento jurídico, convirtiéndose así en un órgano idóneo para realizar dicho control.

Este se realiza de conformidad con las normas de un verdadero proceso y bajo estricto apego a la Constitución.

Este sistema de control puede a su vez dividirse en dos especies más dependiendo de la jerarquía del órgano jurisdiccional, ya que puede ser realizado por tribunales ordinarios, o bien, por un tribunal especial. En el primer caso la función del control de la constitucionalidad se atribuye a determinados órganos del propio Poder Judicial, ya sea federal o local, los cuales además de sus competencias inherentes, tendrán una competencia especial para ejercer el control de la constitucionalidad de las leyes. En el segundo caso, el control se realiza por un órgano especial; no se atribuye a un órgano del Poder Judicial, sino a un tribunal creado para ejercer una función específica y se diferencia de los demás tribunales en razón de su competencia que es el control de la constitucionalidad de las leyes, como en el caso del control concentrado.

d) El control por órgano mixto: en este caso la defensa de la Constitución se efectúa por medio de un órgano cuya naturaleza es tanto política como judicial, o bien, por la acción conjunta de un órgano político y uno judicial, de tal manera que parte de la Constitución es defendida políticamente frente a ciertos actos de autoridad y parte, judicialmente, frente a otra clase de actos.

Esto nos conduce de nuevo, a la posibilidad de separar en dos clases más el control de la constitucionalidad dependiendo de las materias o disposiciones que puede examinar, así tenemos:

1. Los sistemas de protección total, que son los únicos que llevan a cabo un control completo de la Constitución, puesto que pueden examinar las violaciones efectuadas respecto de cualquier precepto constitucional, o

2. Los sistemas de control parcial que protegen sólo algunos de los aspectos, o determinados ámbitos de la Constitución, por ejemplo la parte relativa a los derechos fundamentales, o respecto de la distribución competencial entre órganos públicos, o cualquier otra que se determinará específicamente.

Podríamos afirmar ahora que aun cuando podemos establecer distintos criterios de clasificación de los medios de control de la Constitución, el que verdaderamente puede conducirnos a diferenciar los modos de realizar dicho control, es el que hace referencia a los órganos. La distinción entre control concentrado y control difuso no solamente nos permite hacer una

separación de los órganos judiciales distinguiéndolos por la competencia, sino que también permite identificar al órgano con la función que realiza al deslindar los diversos ámbitos competenciales. Así vemos cómo es claro en un sistema de control concentrado que solamente existe un órgano que ejerce el control del orden constitucional, lo cual debe reforzarse mediante la autonomía e independencia en la actuación de dicho órgano.

El control difuso, en cambio, es un tanto más disperso en la medida de que por ejemplo, en un Estado federal, puede darse el caso de que un órgano jurisdiccional local ejerza competencias de orden constitucional, pudiendo dictar una resolución que prejuzgue la constitucionalidad de una norma en un sentido distinto al que podría haber interpretado un órgano jurisdiccional del orden federal, o del que el órgano federal, al cual se hubiese atribuido dicha competencia en última instancia, pudiera establecer.

SEGUNDA PARTE

I. EL CONTROL DE LA CONSTITUCIONALIDAD EN EL ORDENAMIENTO JURÍDICO MEXICANO

En cuanto a las formas de control de la constitucionalidad en el ordenamiento mexicano, debemos considerar que existen otras formas de controlar la constitucionalidad de las normas de nuestro ordenamiento jurídico además del amparo, por otra parte desde hace tiempo se lleva a cabo entre los doctrinarios un debate profundo en cuanto a la necesidad de cambiar uno de los principios que actualmente rige el amparo, que se refiere al hecho de que la resolución de inconstitucionalidad debe surtir efecto entre las partes únicamente, para sustituirla por una fórmula de declaración con efectos generales.

Considero que sabiendo que existen otras posibilidades para determinar la inconstitucionalidad de una norma, no sería indispensable modificar el amparo, sino más bien hacer eficaces los medios de impugnación que permitan dentro del propio Poder Judicial la obtención de una declaración de nulidad, con efectos generales.

En virtud de que al amparo se han dedicado innumerables estudios, nos avocaremos al análisis del artículo 105 constitucional, el cual ha permanecido en nuestro sistema jurídico como una posibilidad poco utilizada para lograr la anulación de normas inconstitucionales. Las formas de control previstas en dicho artículo, las controversias constitucionales, han sido ampliadas y además complementadas con la acción de inconstitucionalidad.

Cada una de las formas de control que prevé nuestra Constitución reflejan características distintas en relación a las diferentes tipologías que mencionábamos anteriormente, por lo que se complementan otorgando mayor seguridad jurídica y una protección más completa del orden constitucional.

II. LAS REFORMAS AL ARTÍCULO 105 CONSTITUCIONAL

La iniciativa para las reformas al artículo 105 en materia de control de la constitucionalidad presentaba dos aspectos, por una parte, una justificación débil por lo que se refiere a las razones

por las cuales es modificado, que reflejó no solamente numerosas contradicciones, sino también ignorancia respecto de la operatividad del precepto constitucional; y por la otra, una innovación en cuanto a la acción de inconstitucionalidad.

La iniciativa de reforma se presentó en el marco del fortalecimiento del Poder Judicial de la Federación, en virtud de lo cual se modificaron su organización y competencias. Por el tipo de funciones que la Corte ejerce no es exclusivamente un órgano que resuelve conflictos, sino que debe operar como factor de equilibrio entre los Poderes de la Unión para resolver las controversias de carácter litigioso que pudieran suscitarse entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo, garantizando el principio de división de poderes. También le corresponde velar por la unidad de los elementos integrantes de la Federación resolviendo las controversias entre Estados, municipios, el Distrito Federal y la Federación, así como de velar por la constitucionalidad de los actos de autoridad en virtud del principio de supremacía constitucional.

Las funciones que realiza la Suprema Corte de Justicia reflejan su carácter de órgano del orden constitucional, lo cual significa que no opera como un órgano federal, sino que en virtud de la competencia constitucional que ejerce se coloca por encima de los órganos en conflicto como órgano neutro, lo cual le permite vigilar la conformidad de los actos de la Federación, los estados y los municipios a la Constitución.

Las reformas de 1994 hacen que la Suprema Corte de Justicia de la Nación se parezca más a un tribunal constitucional, ya que sus funciones se concentran en la protección de la Constitución. Se modificó su composición reduciendo el número de sus integrantes con el objeto de facilitar la deliberación y su carga administrativa fue disminuida. La función de control de la constitucionalidad de los actos de la autoridad es la principal garantía de la supremacía de la Constitución y del Estado de derecho, ya que no basta con que se establezcan límites al ejercicio del poder público mediante una distribución funcional, sino que se requiere de un órgano que vigile que los mismos se acaten o, en su caso, los haga cumplir.

La propia dinámica del derecho hace necesaria la revisión de sus instituciones y la adecuación de las mismas a las nuevas estructuras sociales, principalmente cuando los esquemas regulatorios han demostrado su ineficacia. La escasa o poco frecuente aplicación del artículo 105 en relación a las controversias constitucionales, se debe en parte a la forma errónea en que se comprendía la operatividad de la Constitución, ya que en muchos casos ha llegado a negarse su eficacia directa, por lo que los actores correspondientes consideraron que al no existir una ley reglamentaria el procedimiento no podía accionarse.

Un cambio relevante se dio en la forma de participación en el control de la constitucionalidad, ya que las minorías de las Cámaras del Congreso de la Unión, de las legislaturas locales y de la Asamblea de Representantes del Distrito Federal fueron legitimadas, al igual que el Procurador General de la República, para plantear la inconstitucionalidad de leyes en el ámbito de sus competencias, previéndose que las resoluciones puedan anular con efectos generales la norma que sea declarada inconstitucional.

Las modificaciones al artículo 105 son congruentes en materia de control de la constitucionalidad en el sentido de que no se modifica el juicio de Amparo como tal, salvo la

fracción XVI, del artículo 107, en relación a la ejecución de sentencias y responsabilidad de los funcionarios con el fin de dotar a la Suprema Corte de las atribuciones necesarias para permitirle valorar el incumplimiento de las sentencias, lo cual le permite incluso apreciar si el mismo es excusable o no. Por lo tanto, se mantiene la distinción que el Constituyente originario pretendió, la de establecer dos sistemas de control que cumplieran con fines distintos. Las controversias del 105 pretenden mantener la vigencia del principio de división de poderes y de la distribución competencial entre los distintos niveles de la Federación, permitiendo la anulación general de actos de autoridad, y que el Amparo como control concreto garantizara el ejercicio de los derechos fundamentales a los individuos, en virtud de lo cual las resoluciones tienen efectos relativos. Por otra parte, al adicionar la acción de inconstitucionalidad como medio de control, se genera un sistema de depuración del sistema normativo.

Cabe señalar que la declaración general de inconstitucionalidad de las normas no es una innovación. Haciendo una interpretación sistemática de ambos procedimientos de control, no cabe duda de que la intención del Constituyente fue establecer un procedimiento distinto en el artículo 105, por lo cual no se le pueden atribuir efectos relativos a las resoluciones que se emitieran en dicha materia ya que de otra forma el Constituyente no hubiese actuado de manera racional, y la reproducción de dichos artículos se convertiría en una redundancia.

La declaración de nulidad de la norma con efectos generales permite depurar el sistema ya que elimina las normas que contravienen a la Constitución reforzando su supremacía. La declaración de invalidez de la norma no puede tener efectos retroactivos en perjuicio de persona alguna. Tras las reformas se establece de manera expresa dicho principio, ya que los efectos de las declaraciones de inconstitucionalidad no podrán ser retroactivos, salvo en materia penal y de conformidad a las reglas establecidas en el artículo 14 constitucional, es decir siempre y cuando no causen un perjuicio a persona alguna.

El cumplimiento de las resoluciones emitidas por controversia o acción de inconstitucionalidad se asimila en lo conducente al del juicio de Amparo por tratarse de formas de control de la constitucionalidad, por lo que las reformas hicieron la remisión expresa en caso de incumplimiento a los dos primeros párrafos de la fracción XVI del artículo 107 de la Constitución, misma que fue reformada como parte de la iniciativa en cuestión.

Un aspecto positivo de las reformas ha sido el hacer consciente al Legislativo de la obligación de emitir una ley reglamentaria del artículo 105, ya que los procedimientos se tenían que sustanciar de conformidad con el Código Federal de Procedimientos Civiles a falta de una ley que estableciera un procedimiento especial.

Por otra parte, cabe recordar que no se requiere un mandato expreso al legislador para que un precepto constitucional sea desarrollado, es más, tratándose de un procedimiento era indispensable la expedición de una ley que lo reglamentara a menos que se pretendiera su asimilación al procedimiento de sustanciación del juicio de Amparo ya que se trata de un juicio de constitucionalidad a pesar de sus diferencias específicas, o simplemente la aplicación supletoria del Código Federal de Procedimientos Civiles.

La Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación de 5 de enero de 1988 en su artículo 11, fracciones I, II y IV, al establecer las competencias del Pleno de la Suprema Corte, hacía un reconocimiento de la eficacia directa de la Constitución, puesto que las mismas deben ser ejercitadas.

Los medios de control de la constitucionalidad que prevé el artículo 105 constitucional son las controversias constitucionales y las acciones de inconstitucionalidad.

III. LA CONTROVERSIA CONSTITUCIONAL

Las controversias constitucionales tienen por objeto conocer de asuntos entre los miembros de la Federación y sus órganos de gobierno cuando tengan carácter controversial, excepto cuando versen sobre materia electoral. Como órganos no se incluye al Poder Judicial, ya que éste dirime el conflicto, los incisos a) a g) que se refieren a todo tipo de controversias, los incisos h) a k) en cambio, se refieren específicamente a la constitucionalidad de los actos de la autoridad.

La iniciativa pretendía ampliar el supuesto de la controversia constitucional, así se amplían las competencias de la Corte para conocer de las controversias que se susciten entre la Federación, los Estados y los municipios; entre el Ejecutivo Federal y el Congreso de la Unión; entre los poderes de las entidades federativas; o entre los órganos de gobierno del Distrito Federal, lo cual se traduce en una ampliación de la legitimación para promover la controversia constitucional. La legitimación para plantear una controversia constitucional corresponde a dichos miembros de la Federación, puesto que a ellos corresponde la titularidad de los derechos que se pueden controvertir. Así lo ha sostenido la jurisprudencia de la Suprema Corte al sostener que no puede ser presentada la controversia por particulares.

Quedan excluidas de dicho supuesto las controversias relativas al territorio de carácter "amistoso" cuya competencia es del Congreso de la Unión de conformidad con el artículo 73, fracción IV, constitucional. Otra excepción es la declaración de la desaparición de todos los poderes constitucionales de un Estado y los conflictos de orden político que surjan entre los poderes de un Estado, que son competencia del senado, de conformidad con el artículo 76, fracciones V y VI constitucional respectivamente.

En la fracción primera, el artículo 105 hace una remisión a la ley para la regulación de la sustanciación de las controversias constitucionales, las cuales pueden versar sobre cualquier materia excepto la electoral, siguiendo el principio de nuestra tradición jurídica conforme al cual la Suprema Corte no conoce de cuestiones electorales.

La controversia constitucional se centra en la posible invasión de esferas competenciales. A diferencia del amparo no se requiere del agravio de un derecho fundamental como en el caso de las fracciones II y III del artículo 103, y puede referirse tanto a actos concretos de autoridad como a disposiciones generales.

Por otra parte, implica la revisión de la constitucionalidad de actos y disposiciones generales de los diferentes órganos de gobierno. Al hablar de actos se refiere al sentido más amplio de la palabra, es decir, a todos los actos realizados por la autoridad en ejercicio de sus funciones, sean

administrativas, legislativas o judiciales, salvo en los casos en que se haya previsto expresamente un procedimiento especial. El término disposiciones generales permite dejar abierta la puerta para la impugnación de todo tipo de actos normativos independientemente de su rango o del órgano emisor, siempre y cuando no se trate de normas individualizadas.

La fracción I del artículo 105 establece además que en los casos en que las controversias versen sobre disposiciones de carácter general de los Estados o de los municipios impugnadas por los Federación, de los municipios impugnadas por los Estados, o en los casos de los incisos c), h) y k), que se refieren a conflictos entre órganos, para que la resolución tenga efectos generales deberá ser votada la resolución por una mayoría calificada, de por lo menos 8 votos. De conformidad con el artículo 42 de la ley reglamentaria en las controversias respecto de normas generales en que no se alcance la votación el Pleno de la Suprema Corte declarará desestimada la controversia, por lo que la resolución no surtiera efectos ni siquiera entre las partes. En los demás casos a que se refiere la fracción I del artículo 105, la resolución surtirá efectos solamente entre las partes en la controversia.

El artículo 21 de la Ley Reglamentaria del artículo 105 Constitucional establece los plazos para la interposición de la demanda de controversia constitucional, en el caso de actos es de treinta días contados a partir del día siguiente a aquel en que surta efectos la notificación de la resolución o acuerdo, que haya tenido conocimiento de ellos o de su ejecución, o se ostente como sabedor de los mismos.

La acción deberá ejercitarse dentro de los treinta días contados a partir del día siguiente a la fecha de su publicación o del primer acto de aplicación de la norma que dé lugar a la controversia, y dado que en el caso de la fracción I, la Constitución delegó la determinación del plazo en el legislador, éste hace una interpretación sistemática a coherencia y establece el mismo plazo que para las acciones de inconstitucionalidad, lo cual es congruente dado que se trata de medios de control de la constitucionalidad similares.

En el caso de conflictos de límites territoriales entre los Estados el plazo es de sesenta días contados a partir de la entrada en vigor de la norma general o de la realización de los actos que los origine.

IV. LA ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD

La parte verdaderamente innovadora se refiere a las acciones de inconstitucionalidad, que tienen por objeto plantear la posible contradicción entre una norma de carácter general y la Constitución. Es un medio de control a posteriori que pretende preservar la supremacía de la Constitución, el cual podríamos llamar también un control de tipo abstracto, ya que no requiere de la existencia de un agravio.

El primer problema que plantea esta disposición en su fracción segunda, es el significado del término contradicción, ya que puede ser utilizado en el sentido lógico de afirmación y negación simultánea, pero también puede referirse la incompatibilidad material o procedimental de las normas respecto de una misma cuestión jurídica. Hacer esta distinción es relevante

principalmente en el segundo caso, ya que no se trata de una contradicción entre normas sino de un conflicto normativo derivado de la violación de una regla procedimental.

Otro problema de tipo semántico es que en el encabezado de la fracción II del artículo 105 se habla de la posible contradicción de una norma general, cuyo significado debe ser el de cualquier norma general, independientemente de quien sea el órgano emisor o el rango de la norma. Sin embargo, los incisos de la misma, legitiman para el ejercicio de la acción a órganos legislativos que hayan participado en su emisión, lo cual parece que limita la acción a normas con rango de ley. Incluso en el caso del procurador general parece que se limita a leyes y tratados internacionales, en virtud de lo cual el supuesto se cierra a normas de rango de ley dejando un vacío en relación a la posible inconstitucionalidad de otro tipo de normas generales que no pueden ser impugnadas por esta vía teniendo que recurrir a la controversia constitucional en los casos en que los supuestos se adecuaran.

La ley en su artículo 60 habla de la publicación de leyes y tratados internacionales, con lo cual parece delimitar el alcance del término "disposiciones generales" a que se refiere la Constitución, en virtud de lo cual podríamos hablar, de la inconstitucionalidad de dicha disposición, ya que restringe los derechos que la Constitución confiere, o bien, de una confirmación de la limitación del supuesto que contiene el encabezado de la fracción segunda a través de la especificación hecha por los incisos de la misma. Considero que se debe interpretar en el sentido restringido ya que si el órgano reformador hubiera pretendido limitar el supuesto, lo hubiera hecho de manera expresa, por lo que debemos entender que esa fue la intención del órgano reformador al precisar en los incisos los actores legitimados para ejercer la acción, simultáneamente el tipo de disposiciones impugnables.

En el caso de la materia electoral, se presenta por primera vez la posibilidad de que la Suprema Corte conozca de asuntos electorales que no tienen carácter político. Es importante que las leyes electorales sean revisables, sin embargo, las reglas establecidas no limitan su posible declaración de inconstitucionalidad aun cuando la verificación de los procesos electorales sea inminente, sin tomar en cuenta razones de seguridad jurídica o de oportunidad y violentando de dicha manera derechos constitucionales.

Este es el único procedimiento por medio del cual se puede impugnar la inconstitucionalidad de leyes electorales. Curiosamente el órgano reformador estableció una regla no procedimental en esta fracción, ya que se traduce en un mandato al legislador de vigilar que las leyes electorales sean federales o locales se promulguen y publiquen al menos noventa días antes de que inicie el proceso electoral en que vayan a aplicarse, prohibiendo al legislador la realización de reformas fundamentales. Lo anterior deja la duda de qué podrían ser estas modificaciones fundamentales y de quién es competente para calificarlas como tales. Por otra parte, no se configura como limitación al procedimiento ya que si la ley respectiva se publica noventa días antes de iniciar un proceso electoral que regula y dentro de los primeros treinta días se ejerce la acción de inconstitucionalidad se puede o no declarar su nulidad antes de que se verifique el proceso. En el primer caso se deberá organizar el proceso electoral conforme a las disposiciones anteriores o bien posponerlo por la dificultad de implementar los cambios en corto tiempo. Si no se obtiene una resolución antes de que se inicie el proceso implica que éste puede verificarse de

conformidad con una disposición inconstitucional, lo cual podría traducirse en una violación de derechos fundamentales.

La regla establecida debería ser una limitación para los plazos de impugnación estableciendo de manera paralela una regla que obligue a la Suprema Corte a emitir la resolución dentro de un tiempo determinado. De esta forma se confiere muy poca seguridad jurídica por lo que se refiere a la realización de procesos electorales.

Los órganos legislativos podrán impugnar sus propias disposiciones, sin embargo el derecho pertenece a las minorías. En contra de leyes federales o del Distrito Federal expedidas por el Congreso de la Unión, corresponde al equivalente al treinta y tres por ciento de la Cámara de Diputados o de Senadores. En el caso de tratados internacionales celebrados por el Estado mexicano solamente podrá ejercitarla el treinta y tres por ciento de la Cámara de Senadores, o el procurador general de la República, en contra de leyes de carácter federal, estatal y del Distrito Federal, así como de tratados internacionales.

En el caso de los órganos legislativos estatales en contra de las leyes expedidas por el propio órgano, corresponde dicho derecho al equivalente al treinta y tres por ciento de los integrantes de alguno de ellos. Asimismo podrán ejercer la acción de inconstitucionalidad, el treinta y tres por ciento de los integrantes de la Asamblea de Representantes del Distrito Federal en contra de las leyes expedidas por la propia Asamblea.

La acción de inconstitucionalidad podrá ser ejercitada por las dirigencias nacionales de los partidos políticos con registro en el Instituto Federal Electoral, en contra de leyes electorales federales o locales; y las de los partidos políticos con registro estatal en contra de leyes electorales expedidas por el órgano legislativo del Estado que otorgó el registro.

Solamente podrán impugnarse las disposiciones recientes, ya que la acción debe ejercitarse dentro de los treinta días naturales siguientes a la fecha de publicación de la norma, es decir, desde que se da a conocer al público, por lo que se puede incluso llegar a impedir su entrada en vigor. La intención es que si llegara a declararse inconstitucional puede darse el caso de que jamás causara un perjuicio.

Las resoluciones de la Suprema Corte sólo podrán declarar la invalidez de las normas impugnadas cuando sean aprobadas por una mayoría de por lo menos ocho votos. De conformidad con el artículo 72 de la ley reglamentaria, en los casos en que no se alcance dicha votación el Pleno de la Suprema Corte desestimará la acción y ordenará el archivo del asunto.

V. CONCLUSIÓN

Nuestra Constitución contiene diversos medios jurídicos de control de la constitucionalidad, desde las formas de autocontrol previstas en los artículos 128 y 133 constitucional, hasta las formas más elaboradas de control jurisdiccional como son el amparo, las controversias constitucionales y la acción de inconstitucionalidad. Encontramos en ellos, rasgos del control concentrado y difuso, concreto o abstracto, con efectos generales o particulares, que como

procedimientos son excluyentes, pero complementarios ya que permiten una protección total de la Constitución.

Sin embargo, a lo largo de la historia de dichas instituciones hemos podido darnos cuenta de que el remedio al problema de la constante transgresión de las disposiciones constitucionales no se debe a una falta de medios de control, sino a la ineficacia de las resoluciones que los órganos competentes emiten en cada caso. Por lo tanto no se trata de seguir reformando la Constitución para precisar sus supuestos o adicionar nuevas formas de control, sino de encontrar la manera en que la autoridad cumpla con sus deberes constitucionales, que conozca y comprenda a la Constitución como lo que es, la norma suprema del ordenamiento jurídico.

El concepto de “autoridad responsable” en la nueva ley de amparo

La “fuerza pública”

La nueva Ley de Amparo define de modo diferente el concepto de “autoridad responsable”. Sin duda, de los cambios que éste sufrió, el más importante fue el de admitir que un particular pueda concebirse como “autoridad”. Pero al lado de éste se hallan otros que también son dignos de observar.

El artículo 11 de la anterior legislación expresó simplemente que la “autoridad responsable” era aquella que “dicta, promulga, publica, ordena, ejecuta o trata de ejecutar la ley o el acto reclamado”, dando por supuesto su concepto esencial y dejando su cabal definición a la jurisprudencia. Con una mejor técnica, porque ya define en un solo precepto a todas las partes del juicio de amparo, el artículo 5o., fracción II, de la nueva Ley establece que tiene tal carácter quien “con independencia de su naturaleza formal… dicta, ordena, ejecuta o trata de ejecutar el acto que crea, modifica o extingue situaciones jurídicas en forma unilateral y obligatoria; u omita el acto que de realizarse crearía, modificaría o extinguiría dichas situaciones jurídicas”.

Esta nueva fórmula mantiene y otorga expresión legal a los caracteres esenciales del acto de autoridad que han reconocido la doctrina y la jurisprudencia, y conforman la moderna definición de ese concepto. Sin embargo, ésta fue soslayada por la irreflexiva aplicación del antiguo criterio que data de 1919.

Según éste, son “autoridades” quienes “disponen de la fuerza pública, en virtud de circunstancias, ya legales, ya de hecho, y que, por lo mismo, están en posibilidad material de obrar como individuos que ejerzan actos públicos, por el hecho de ser pública la fuerza de que disponen”.  Una de las muchas jurisprudencias notables que formuló Guillermo Guzmán Orozco intentó leer este criterio de manera diferente a la tradicional —o como veremos, dándole su sentido original— para extender los alcances del juicio de amparo;  pero en términos generales, la idea que imperó durante prácticamente todo el siglo XX fue tomar la disposición de la “fuerza pública” como rasgo distintivo de la “autoridad”.

El criterio de la “fuerza pública” fue criticable incluso en su momento. Se dice que el cuarto precedente que integró esa jurisprudencia, correspondiente al amparo promovido por Mauricio

Sandi, “no se refiere en absoluto al problema de quiénes deben entenderse como ‘autoridades’ para los efectos del amparo”, y en tal virtud “propiamente no existe jurisprudencia al respecto”; aunque la constante reiteración de ésta por décadas habría terminado por establecerla, un tema sobre el que no cabe discutir más aquí. Asimismo, dicha jurisprudencia también pudo deberse a una descuidada lectura de Vallarta, a quien proverbialmente se atribuye esta doctrina, junto a “otros constitucionalistas”.

Para establecer con claridad el debate sobre la “incompetencia de origen”, al publicar su voto el jurista jalisciense reprodujo los alegatos del abogado del quejoso —aparentemente Jacinto Pallares—.  En éstos se decía que una autoridad ilegítima no es competente “ni nada, sino un simple individuo que abusa de la fuerza pública indebidamente usurpada”; siendo “autoridad” sólo quien tenga “la facultad… por voluntad de la ley, para ejercer ciertos poderes públicos”. Vallarta rebatió esto diciendo que como el amparo no procede contra particulares, “ocurrir [a él] para probar… que la autoridad no es más que un particular… basta para hacer [lo] improcedente”.

Quizá por no distinguirse entre los alegatos y la opinión del entonces magistrado, se atribuyó a este último la relación entre el concepto de “autoridad” y la “fuerza pública”. De cualquier manera, por el contexto de ese caso se advierte que tal expresión no se refiere a un “poder material coactivo” sino al “poder de imperio (ius imperii)” que tiene el Estado para afectar jurídicamente la esfera del gobernado”. Esto significa que el acto de “autoridad” interviene en la esfera jurídica de una persona creando, modificando o extinguiendo derechos u obligaciones, de una manera unilateral y vinculante, independientemente de que su eficacia se imponga inmediata o eventualmente por los medios más diversos.

¿Por qué la nota de “coercitividad” no es esencial en el concepto de “autoridad” para efectos del amparo? El acto susceptible de reclamarse por este medio es el que interviene de la manera indicada en el párrafo anterior en la “esfera jurídica” de una persona, en su “cúmulo de derechos y obligaciones”; y ahora, con base en el “interés legítimo”, también cuando simplemente la afecta de una manera muy amplia, por ejemplo: obstaculizando su ejercicio o menoscabándola de otra manera.  Los efectos del acto reclamado han de darse principalmente en el plano jurídico, lo que no impide que también se produzcan simultánea o ulteriormente en el material, y aun puedan ser impuestas en él mediante la “fuerza pública” en sentido estricto.

Con un significativo precedente, el Pleno de la Suprema Corte interrumpió la jurisprudencia que habla de la “fuerza pública”, y adelantó los perfiles que hoy aparecen en la nueva definición legal de “autoridad responsable”.

Aspectos

Ya dijimos que en la vigente definición legal de “autoridad” para efectos del juicio de amparo destacan como características materiales esencialísimas del acto de autoridad la unilateralidad y la obligatoriedad, con las cuales se establece una relación de “supra a subordinación” entre la “autoridad” y la persona a quien se dirige su acto; y en virtud de la cual se crea, modifica o extingue una situación jurídica respecto de la última. También es un acierto que la nueva Ley de Amparo aluda a los actos omisivos, ya reconocidos desde el artículo 103 constitucional, con que

se impiden estos últimos efectos jurídicos, pues de esa manera se logra una mayor precisión y concordancia en su texto.

En esta nueva definición general también cabe la procedencia del juicio de amparo contra autoridades “de facto”, que sólo se previó jurisprudencialmente y que constituye un supuesto de necesaria consideración.  El concepto primigenio de “autoridad de hecho” corresponde a la carente de legitimidad política, y sirvió a Vallarta para ir contra la llamada “incompetencia de origen”  con que se pretendió dar forma jurídica a impugnaciones políticas dirigidas a los titulares de los órganos estatales. Presidida por el jurista jalisciense, la Corte cerró esta vía admitiendo impugnaciones sólo en relación con la “competencia” jurídicamente entendida, y no por aquel defecto.

De esta manera, una “autoridad de facto” puede ejercer funciones públicas y al hacerlo cometer violaciones a los derechos fundamentales; contra éstas procederá el juicio de amparo, sin importar que aquélla sea ilegítima o no, sin que en este proceso se estudie el último aspecto. Hoy la doctrina de la “incompetencia de origen” quizás admita un muy ligero matiz ante la creación de autoridades que deben reputarse de facto; pero en esta hipótesis debe observarse que no es posible reclamar un acto por el solo hecho de que la autoridad que lo emitió es ilegítima, sino que dicha reclamación habrá de dirigirse contra la irregularidad de la creación del órgano cuyo acto ocasiona perjuicio inmediato, quedando en tal caso dicha reclamación como una mera cuestión de “competencia”.

Asimismo, tiene importancia que este precepto ya concibe a la autoridad responsable “con independencia de su naturaleza formal”, lo que deja fuera de duda que los organismos descentralizados tengan ese carácter cuando emiten actos unilaterales y obligatorios. Este problema se superó tiempo atrás en algunos casos claros, en los cuales también produjeron dificultades la especial naturaleza y la distinta personalidad jurídica de estos entes públicos. Pero actualmente, pese a esta nueva definición legal, persisten zonas grises a su respecto, para las cuales podrían ser útiles las respuestas a las cuestiones que suscita el carácter de “autoridad” que en algunos casos puede tener un particular, tema al que nos referiremos enseguida, y que finalmente resolverá la sistematización de la jurisprudencia sobre este concepto.

Actos de particulares

La restricción del juicio de amparo en relación con actos de particulares era absoluta. Por ninguna causa dichos actos podían impugnarse a través de este proceso constitucional bajo la idea de que únicamente los órganos del Estado constituyen una “autoridad”, imperante al principio del siglo XX, antes del desarrollo estatal y de la actividad administrativa que se dio en esta centuria —de la que fueron parte los organismos descentralizados—. Con base en esta opinión, era lógico que se haya concluido que las personas privadas y sus actos carecían de “autoridad”.

La improcedencia del amparo contra particulares parece deberse a la autoridad de Ignacio Vallarta y la doctrina sobre la “fuerza pública” como elemento definitorio del concepto de “autoridad”.  Este jurista afirmó que el juicio de amparo “sólo procede contra los actos de las autoridades y nunca contra los de los particulares”, para refutar la incompetencia de origen y

sostener que su sola invocación hacía improcedente el amparo, porque entonces habría de admitirse que la demanda se dirigía contra un mero particular usurpador.

No parece probable que en la época de Vallarta, la “autoridad de facto” significara una persona distinta del Estado que se hallara investida por la ley para decidir unilateral e imperativamente, sobre todo en el contexto del caso en que dicho jurista expresó su opinión. En tales circunstancias, esa especie se refería a las autoridades con “título putativo o colorado”, que por su ilegitimidad sólo aparentan tener una “jurisdicción política legal” que usurpan al Estado, como dijo al parecer Pallares en su alegato en que pidió a la Suprema Corte que las desconozca. Evidentemente, al contradecir este argumento y señalar que, sin juzgar sobre su legitimidad, el amparo defiende “al individuo contra… la autoridad, aun de facto y que sólo tiene un título colorado o putativo”,  Vallarta se refirió a aquellas personas que ilícitamente ejercen funciones del Estado cubriéndose con su ropaje, sin que pudiera prever las sofisticadas figuras autoritativas que tenemos hogaño.  Tampoco pudo hacerlo nadie de su época o del tiempo inmediato a él, por lo que su ascendiente llevó a que la tesis de que el amparo era improcedente contra particulares, fuera aceptada y repetida a pie juntillas.

Hubo ocasiones en que se intentó promover el juicio de amparo contra actos de particulares y cuyas demandas siempre fueron rechazadas. Los dos casos significativos en relación con los particulares como autoridad: el del Jockey Club y la Barra Mexicana Colegio de Abogados.

En el primero, siendo juez de distrito, Genaro Góngora Pimentel admitió una demanda de amparo contra dicha asociación civil con base en “un decreto presidencial que daba atribuciones al Jockey Club para regular la actividad hípica de México”, lo que desde luego “causó revuelo en la comunidad jurídica”.

En el segundo caso, la Suprema Corte resolvió que la Junta de Honor de dicha asociación profesional no actuó como autoridad al sancionar a uno de sus integrantes, haciendo un estudio del origen jurisprudencial y doctrinal —Vallarta— de dicho concepto.  Lo interesante de la discusión de este caso fue la diferencia entre los ministros que sostuvieron que dicha sanción sí constituía un acto de “autoridad”, pues resulta toral para comprender la actual definición de ese concepto en relación con los particulares: uno de ellos sostuvo que la Barra sí era autoridad debido a la eficacia horizontal de los derechos humanos, y el otro que esa calidad se debía a que dicha asociación realizó actos de autoridad delegados por ley.

Actualmente hay acuerdo en que los derechos fundamentales tienen eficacia entre particulares, pero aún se discute “cómo y en qué medida” lo hacen.  En nuestro país ya se aceptó la Drittwirkung —término que adquirió carta de naturaleza y no sólo en México—, y en los últimos años son cada vez más numerosos y claros los pronunciamientos judiciales en el sentido de que la supremacía constitucional lleva a que tales derechos también deban ser observados por los particulares en sus relaciones de coordinación.  Sin embargo, en nuestra opinión, la procedencia del juicio de amparo contra particulares cuando sus actos son “equivalentes a los de autoridad… afecten derechos [unilateral y obligatoriamente], y cuyas funciones estén determinadas por una norma general”, como dice el segundo párrafo de la fracción legal que comentamos; no deriva de una eficacia horizontal de los derechos fundamentales.

La Drittwirkung se actualiza cuando las personas privadas se encuentran en un mismo plano jurídico, y las autoridades estatales están (inmediatamente) obligadas a proteger —como dice el artículo 1o. constitucional— que el gobernado disfrute el contenido objetivo de sus derechos fundamentales frente a sus semejantes también (mediatamente) obligados a respetarlo.  Esta vía mediata, como se vio ya reconocida en México, se usa en España para tutelar los derechos fundamentales frente a ataques de los particulares en su contra; que refuerza a su protección jurisdiccional ordinaria, la cual constituye de facto un “amparo contra particulares” en el más estricto sentido.  En cambio, cuando una persona privada ejerce funciones públicas, equivalentes a las estatales con base en una habilitación jurídica para ello, supuesto imprevisto explícitamente en España hasta donde sabemos —más podría considerarse tácitamente, por inferencia casuística—;  dicha persona privada se encuentra inmediatamente vinculada —como el Estado— al respeto de los derechos fundamentales, pues entonces sus actos se asimilan a la acción estatal, lo que origina un concepto parecido a la eficacia horizontal, mas no idéntico.

La Suprema Corte estadounidense desarrolló la doctrina de la state action, que consiste en un “examen de formalidad estatal” cuyo objeto es determinar si las actividades de un sujeto privado “involucra suficiente acción estatal, de manera que estén sujetas a los valores y limitaciones reflejados en la Constitución”.  Una de las maneras en que se produce esta “acción estatal”, la cual en el derecho estadounidense trae como consecuencia que los derechos fundamentales obliguen a un determinado particular, es que el Estado “delegue su autoridad al actor privado”.

El nuevo concepto de “autoridad” para efectos del juicio de amparo —que también podría influir sobre el proceso contencioso-administrativo— no permite que se reclamen a través del juicio de amparo todos los actos particulares que vulneren los derechos fundamentales, sino sólo aquellos “equivalentes a los de autoridad” y que estén “determinad[o]s por una norma general”. En este supuesto, la “autoridad particular” se ubica en una relación de supra a subordinación respecto de un gobernado y ejerce una “fuerza pública”, por supuesto entendida en el sentido de “imperio” y no poder coactivo material, cubriéndose de un “ropaje” estatal y actuando como si fuera una entidad pública; y sin hacerlo por un impulso arbitrario de su parte, sino en virtud de una autorización del propio Estado a través de una ley en sentido amplio. Al actuar “como si fuera” el poder público, un particular está “directamente” obligado por los derechos fundamentales en una típica relación jurídica subjetiva, no por una derivada de la dimensión objetiva de esos derechos.

Un reparo frente a la procedencia del amparo contra actos de particulares que actúan de manera “equivalente” a la “autoridad”, es que la Constitución nunca habla de ellos como demandados en el juicio de amparo. Esta discusión se basa en la equivocidad del término “autoridad” y estriba en una anfibología. Entre los sentidos formal y material de ese concepto, debe elegirse el que proporcione una mejor tutela —en especial considerando el otorgamiento de medidas cautelares— de los derechos fundamentales en la sociedad democrática a que aspira a ser la nuestra. Sin duda, el último sentido es el que mejor satisface este principio.

Contra lo que pudiera pensarse, la procedencia del amparo contra ciertos actos de particulares tiene en México antecedentes doctrinales y jurisprudenciales. Entre los últimos destaca el caso Diario de Yucatán (amparo en revisión 4220/31), en el cual la Segunda Sala de la Suprema Corte efectuó un juicio que corresponde a una visión muy moderna de las funciones de los

derechos fundamentales. En dicha ocasión, sin saberlo, el máximo tribunal aplicó una modalidad de la doctrina de la state action, extendiendo el deber de observar la libertad de prensa a personas cuya filiación partidista las relacionaba estrechamente con el gobernante Partido Socialista del Sureste; señalando que se violó esa libertad de cualquier manera: ya sea en virtud de dicha “acción estatal” —que no se ajusta fácilmente a la idea de la nueva Ley de Amparo—, o bien por la ilícita omisión de la autoridad de proteger la indicada libertad, contraria al relativo deber que reconoció el máximo tribunal y ahora establece claramente el artículo 1o., párrafo tercero, constitucional.

Para finalizar, la definición de “autoridad” de la nueva Ley de Amparo expresa un concepto muy cercano, según expusimos, al que aparentemente sostuvo Jacinto Pallares patrocinando el amparo Dondé en que Vallarta acabó con la incompetencia de origen. Ella mira al “campo del ser” y no a la “teoría del derecho público” que pertenece al plano del “deber ser”, para permitir que se combatan todos los posibles desvíos de poder. El particular que en virtud de la ley se convierte en “auxiliar de la administración pública”, figura que reconoció la jurisprudencia desde hace casi 30 años,  “por una ficción… dejó de ser tal para convertirse en autoridad auxiliar de la administración pública”, y no una de facto sino de iure por hacerlo con el aval de la ley.

Vallarta no pudo barruntar los organismos descentralizados, que los particulares desempeñen funciones públicas, ni que el Estado o sus extensiones recurran a ellos para cumplir sus cometidos. Para él, la improcedencia del juicio de amparo contra actos de particulares constituía incluso una razón para afirmar su superioridad respecto del habeas corpus, porque resultaba de “que las condiciones de nuestro Estado social no han hecho necesaria tal institución”.  Pues bien, hoy precisamente las condiciones de nuestro Estado social han hecho necesaria la procedencia del juicio de amparo contra ciertos actos provenientes de una persona privada: aquellos por los que con autorización de la ley desempeñe funciones públicas de modo unilateral y con efectos obligatorios, y por tanto equivalentes a los de la “autoridad” en sentido formal; no los que pueden entablarse entre particulares involucrados en relaciones jurídicas de coordinación.

En nuestro tiempo no es tan insólita esta nueva hipótesis de procedencia del amparo; y para asegurar que su actualización respete los derechos fundamentales, y no dejar éstos a la buena interpretación de los tribunales —que no funcionó en el pasado—, el legislador formalizó los términos que definen la “autoridad” para efectos del juicio de derechos fundamentales, y los llevó más allá del entendimiento que se les dio en el siglo XX bajo una superada concepción de lo público. La finalidad de ampliar el concepto de “acto de autoridad” que contiene la nueva Ley de Amparo fue “dar prioridad a la naturaleza propia del acto por encima del carácter de quien lo emite”.

No obstante, la clara procedencia del juicio de amparo respecto de actos de particulares que ejercen autoridad, mantiene la interrogante crucial sobre su contenido: los alcances de la “unilateralidad” y “obligatoriedad” que determinarán el resultado positivo o negativo del examen de su calidad. La Suprema Corte ha señalado que pese a la analogía que puedan tener con la función estatal, cuando el gobernado se ha sometido voluntariamente a los actos de particulares, éstos no tendrán calidad autoritativa. Sin perjuicio de lo anterior, consideramos que será prudente realizar un estudio casuístico de cada tema, velando siempre por la rigurosa coherencia entre los precedentes que se dicten; pues aunque el quejoso se haya puesto voluntariamente en manos de

un particular para determinados efectos, no necesariamente habría consentido estarlo para otros en que este último actúa “como si fuera” un órgano del Estado.

Hay diferencia entre la ejecución de un pacto comisorio, el despido de un trabajador, la negativa discriminatoria de un servicio, la expulsión de una agrupación privada a raíz de un procedimiento ad hoc, y la retención tributaria que efectúa un fedatario público. Y todo ello, además, sin contar con las circunstancias precisas en que pueda darse cada uno de estos supuestos, pues para comenzar no todos están “determinados” por normas generales, aunque estén regulados por una. No es fácil de establecer dónde termina la actividad privada en que opera la Drittwirkung y comienza la función pública en que aplica la state action. Por eso mismo y conforme al principio pro actione, deberá ser la audiencia constitucional el momento para resolver el dilema sobre la naturaleza autoritativa de los actos provenientes de un particular.

A pesar de su nimiedad, no debe olvidarse el cambio que la procedencia del amparo contra ciertos actos de particulares ocasiona en la práctica forense. El artículo 108, fracción III, de la nueva Ley de Amparo requiere la formalidad de señalar en la demanda correspondiente al particular como “autoridad responsable” y a su acto como “reclamado”.

Amparo contra normas generales

Para finalizar con el concepto de “autoridad responsable”, comentaremos brevemente otra cuestión práctica: la supresión de las autoridades que “promulgan” o “publican” el acto reclamado en la “definición” de dicho concepto, con lo que retornamos a la fórmula original del artículo 11 de la anterior Ley de Amparo, inútil y confusamente alterada por la reforma publicada el 5 de enero de 1988.

En los amparos contra normas generales se estiló señalar como responsables a las autoridades que refrendaron el decreto correspondiente y las encargadas de la dirección del órgano oficial de difusión en que el mismo apareció. Este uso continuó pese a que la jurisprudencia ya eximía de dirigir la demanda contra dichas autoridades cuando sus actos no se reclamaban por vicios propios,57 por un lado porque el artículo 11 de la anterior Ley de Amparo las tenía como “responsables”, y por otro quizá como una práctica abusiva que propiciaba dilaciones.

Aclarando esta situación, el artículo 108, fracción III, de la nueva ley reglamentaria, señala que en la demanda correspondiente a dichas autoridades “deberá[n] señalar[se] con el carácter de… responsables, únicamente cuando [se] impugne[n] sus actos por vicios propios”, por lo que fuera de este caso no habrán de figurar más en esta clase de procesos; sin que obste a la taxatividad de lo anterior lo dispuesto en el segundo párrafo de los artículos 142 y 260 de la nueva Ley de Amparo, disposiciones que se tendrá que considerar redundantes, pues de lo contrario quedaría sin efecto aquella fracción legal y se mermaría el principio de economía procesal.

Concepto de Acto reclamado.

De acuerdo con lo dispuesto por los artículos 103 fracción i constitucional, y 1o., fracción I de la ley reglamentaria; los tribunales de la federación resolverán toda controversia que se suscite: por

leyes o actos de la autoridad que violen las garantías individuales. La expresión "leyes o actos de autoridad" recibe el nombre de acto reclamado, que puede traducirse en una disposición o hecho autoritario concreto y particular. Es decir, puede entenderse por acto de autoridad, cualquier hecho voluntario e intencional, negativo o positivo imputable a un órgano del estado, consistente en una decisión o en una ejecución o en ambas conjuntamente, que produzcan una afectación en situaciones jurídicas o de hecho determinadas, que se impongan imperativa, unilateral o coercitivamente. Dentro de tales característica, destaca el elemento voluntariedad que lo distingue de un acontecimiento cualquiera, el de intencionalidad que estriba en la causación de una afectación, esto es que tiende a la obtención de un fin determinado, así como la índole decisoria o ejecutiva del acto dotado de imperatividad, unilateralidad y coercitividad, que le imprimen naturaleza autoritaria y que por ello puede producir una afectación en bienes o derechos del particular. Por lo tanto, el acto de autoridad reclamable a través del juicio de garantías, necesariamente debe inferir un agravio o lesión a cualquier derecho o bienes del gobernado, para que le asista interés jurídico en reclamarlo.

Segundo tribunal colegiado del sexto circuito.Amparo en revisión 480/92. Odilón González bello. 30 de septiembre de 1992. Unanimidad de votos. Ponente: Gustavo Calvillo Rangel. Secretario: José Mario machorro castillo.Semanario judicial de la federación, octava época, tomo xiv, julio de 1994, primera parte, p. 390.

EL JUICIO DE AMPARO

Definición de juicio de amparo.

Es un procedimiento judicial federal creado en los artículos 103 y 107 Constitucionales, para que el individuo particular, persona física o moral se defienda o impugne las leyes o los actos de las autoridades que violen sus garantías individuales.

¿Cuáles son las piedras angulares del Juicio de Amparo?

quejoso o agraviado, por un acto de autoridad responsable, viola sus garantías individuales

Concepto de quejoso

Individuo particular, persona física o moral, que por una ley o un acto emanado y ejecutado por una autoridad, violan sus garantías individuales.

Concepto de Autoridad Responsable

Es el órgano del Estado investido de imperio y decisión para ordenar o ejecutar actos en contra de particulares, pero principalmente aquella que se hace valer de la fuerza pública al hacer obedecer sus determinaciones.

10.

11. Concepto de Acto reclamado12.

Es la acción u omisión provenientes de una autoridad dirigida contra un particular que le viola sus garantías individuales.

Tiene como características

La unilateralidad (acto que provoca la autoridad y deriva de una sola voluntad)

Imperatividad (mandato que se tiene que hacer)

Coercitividad (se vale de la fuerza pública para obligar a los particulares a la ejecución del acto)

13.14. ¿Cuáles son las partes del juicio de amparo?

1.2. El agraviado o agraviados o Quejoso3.4. La autoridad o autoridades responsable5.6. El tercero o terceros perjudicados7.8. El ministerio público

15.16. Concepto de tercero perjudicado

Persona física o moral (puede ser la autoridad) que tiene intereses opuestos a los del quejoso, se beneficia con la ejecución del acto reclamado, en el Juicio de amparo es la contraparte del quejoso, siempre y cuando no sea materia penal.

17. Ofendido es.- Aunque no es parte del juicio de amparo, podrá ser llamado como tercero perjudicado, y promover amparo a su nombre , cuando el acto que se reclame provenga del incidente de reparación civil, exigible a terceras personas, del aseguramiento del objeto material del delito en todo lo referente a la reparación del daño.

18.19. Ministerio Público Federal.20.

Es el representante de la sociedad y del Procurador General de Justicia de la Nación que puede intervenir en todos los juicios de amparo en los cuales se afecte el orden público e intereses sociales, y por ende puede interponer los recursos establecidos en la ley de amparo.

21.22. Término es .- Lapso de tiempo que la ley establece para ejercitar algún derecho o interponer

algún recurso.23.24. Sentencia es .- La resolución judicial que pone fin a la contienda resolviendo el fondo del

asunto.

25. Causas del sobreseimiento.1.2. Por desistimiento expreso del quejoso3.4. por muerte del quejoso cuando la violación es personal5.6. Por causas de improcedencia7.8. Por no existir o no comprobarse el acto reclamado9.10. Por inactividad procesal, cuando en primera instancia deja de actuarse o

promoverse por 300 días continuos y caduca la instancia cuando estando en revisión no se promueve por ese mismo término.

26. Procedencia del juicio de amparo contra leyes

Autoaplicativa; Es aquella que causa el perjuicio reclamado en el juicio de amparo, desde el momento mismo que entro en vigencia, y el término para reclamarse es de 30 días a partir de su vigencia.

Heteroaplicativa; Es aquella que produce el perjuicio jurídico reclamado, hasta que el individuo que se encuentra dentro del supuesto jurídico de la norma, una autoridad le exija su cumplimiento.

27. Motivos de procedencia en el juicio de amparo

Procede contra leyes o actos de una autoridad que vulnere o restrinja sus garantías individuales, estos es, cuando a un particular, persona física o moral se le aplica una ley o un acto por cualquier autoridad, que viole sus garantías individuales.

Contra leyes o actos de una autoridad federal que invada la soberanía o las facultades de una autoridad del Estado, esto es, cuando un particular persona física o moral se le aplica una ley o un acto de carácter federal que violando sus garantías individuales invada la soberanía del Estado.

Contra leyes o actos de una autoridad estatal que invada la soberanía de la federación, esto es, cuando a un particular, persona física o moral se le aplica una ley o un acto de carácter estatal que violando sus garantías individuales, invada la soberanía del Estado.

28. El principio de iniciativa o de parte ofendida.29.

Consiste que solamente aquel individuo que presente prejuicio en sus intereses jurídicos podrá promover y proseguir un juicio de amparo.

30. Principio de existencia de agravio personal y directo.31.

Consiste en que la ley o el acto autoritario deberá de causar perjuicio directamente en la esfera jurídica del agraviado.

32.33. En que consiste el principio de definitividad34.

Consiste en el adaptamiento previo en el juicio ordinario del acto autoritario antes de presentar el juicio de amparo.

35.Consiste en que antes de ocurrir al juicio de amparo debemos promover los recursos o medios de defensa establecidos por la ley que rige el acto.

36.37. principio de relatividad38.

Consiste en que nadie que no haya sido quejoso en el juicio podrá beneficiarse por sentencia en la que se concedió el amparo.

39.40. Principio de estricto derecho41.

Consiste en que nada que no haya sido alegado como concepto de violación, puede ser matera de la sentencia que se pronuncie.

42.43. Principio de indivisibilidad44.

La demanda de amparo debe ser admitida o rechazada en su integridad, no se puede admitir por unos actos y rechazarse por otros actos reclamados.

45.46. Cuáles son las sanciones por no respetar el principio o de no agotar los recursos

ordinarios.

La sanción es el sobreseimiento del juicio, sobreseer la causa, quiere decir dejarla sin efecto mientras se resuelve el juicio de amparo.

47.Esta sanción es perjudicial, fatal en los intereses del quejoso, porque el quejoso lo que quiere es que se le conceda la protección de la justicia federal, que se le revoque el acto autoritario es una de las finalidades.

48.49. A través de que va a lograr que se le conceda la protección de la justicia federal?

Demostrar las violaciones en los conceptos de violación50.51. ¿Qué son los conceptos de violación?52.

Son los razonamientos lógico jurídico que buscan un objetivo fundamental, que es convencer al juzgador del amparo de la existencia a las violaciones de las garantías individuales.

53. Qué efecto produce al quejoso cuando no se agoten los recursos ordinarios54.

Causal de improcedencia, que se encuentran dentro de las fracciones del artículo 73 del juicio de amparo.

55.La consecuencia es el sobreseimiento, y si se hace se logra la inexistencia del actor reclamado, se perjudican los intereses del quejoso y del tercero perjudicado.

56. A través de que va a lograr que se le conceda la protección de la Justicia Federal57.

De los conceptos de violación

58. Cuáles son las excepciones de este principio.59.

En materia penal existe la posibilidad del quejoso en el acto de formal prisión de poner el recurso ordinario o irse directamente al juicio de amparo.

60. juez de distrito en lo que se respecta al conocimiento del juicio de amparo tiene una doble función:

61.Es un organismo de control constitucional, porque es el competente para conocer aquellos juicios de amparo donde se reclama la inconstitucionalidad de la ley.

62.El juicio de amparo procede contra actos de autoridades, El juicio directo o bi-instancial se podrá impugnar aquellos actos autoritarios donde tenemos la inconstitucionalidad de una ley.

El juez de distrito se vuelve organismo de control constitucional pero fuera de este tipo de actos autoritarios no lleva inmersa una actuación de tipo constitucional , aquí lo que se va a impugnar al acto autoritario es la inexacta aplicación de la ley partimos de que el punto de vista es que la ley está bien , lo que está mal es el funcionario que aplica la ley , no se impugna la ley , sino las irregularidades cometidas por las autoridades cuando aplican la ley , el juez de distrito se vuelve en un organismo de control de la legalidad y decimos que aparte el juez de distrito tiene una función tiene control jurisdiccional porque es el competente para conocer de pequeños delitos de orden federal.

63.64. Requisitos de la demanda de amparo65.

procedimiento del J. amparo indirecto o bi-instancial art. 11666.

Cuando iniciamos una acción constitucional en defensa de nuestras garantías individuales, vamos a presentar una demanda ante una oficialía de partes del tribunal donde se va a remitir un acto autoritario que puede ser en tres formas

67.

Auto admisorio es el que queremos que se dicte pero si el acto adolece de requisitos se va a prevenir para que aclare el quejoso, art. 146, 3 días para que aclare de no hacerlo se tiene por no interpuesta.

Aclaraciones

Desechamiento de la demanda porque sea notoriamente improcedente.

La demanda debe formularse por escrito y deberá contener:

El nombre y domicilio del quejoso o de quien promueve en su nombreEl nombre y domicilio del tercero perjudicado.La autoridad o autoridades responsables; el quejoso debe señalar los órganos de Estado a los que la ley encomiende su promulgaciónLa ley o actos de autoridad se reclame ; el quejoso , bajo protesta de decir verdad, cuáles son los hechos o abstenciones que le constan y que constituyen antecedentes del acto reclamado o fundamentos de los conceptos de violaciónLos preceptos constitucionales que contengan las garantías individuales que el quejoso estime violadas, así como concepto o conceptos de las violaciones.

Si el amparo se promueve con fundamento en la fracción II del artículo 1o de esta ley, deberá precisarse la facultad reservada a los Estados que haya sido invadida.

CUESTIONARIO CÁTEDRA DE AMPARO II

1.- ACCIÓN DE GARANTÍAS:

1.1.-Concepto de juicio de amparo:

Es una institución jurídica por la que una persona física o moral denominada quejosa, ejercita el derecho de acción ante un órgano judicial federal o local, para reclamar un acto de autoridad llamada responsable, que el citado quejoso estima que ha violentado alguno de sus derechos tutelados en la constitución, a efecto que se le restituya el goce de dicho derecho violentado, previo al agotamiento de los recursos ordinarios previstos por la ley que rige el acto que se reclama”.

1.2.- Concepto de gobernado.

Es la persona que puede ser agredida en su patrimonio por un acto de autoridad.

1.3.-Concepto de gobernante o autoridad.

De acuerdo a la suprema corte de justicia el término autoridad para los efectos del amparo, comprende a todas aquellas personas que disponen de la fuerza pública en virtud circunstancias, ya legales, ya de hecho y que, por lo mismo, estén en posibilidad material de obrar como individuos que ejerzan actos públicos, por el hecho de ser pública la fuerza que disponen.

Cuando el órgano del estado realiza sus actos en forma unilateral, imperativa y coercitivamente, estaremos frente a una autoridad, siendo esa precisamente la que debe de considerarse como tal, para los efectos del juicio de amparo.

1.4.-Concepto de acto reclamado:

Es aquel acto de autoridad que se precisa en una demanda de garantías y que se imputa como violatorio de garantías individuales; desde luego, que para poder distinguirlo, dicho acto debe provenir de una autoridad considerada como tal para los efectos del amparo, consecuentemente, con los atributos de unilateralidad, imperatividad y coercitividad.

1.5.-Concepto de juicio de contraposición a un recurso.

1.6.- Concepto de control constitucional por órgano político.

La defensa de la constitución por órgano político tiene las siguientes características:

La protección de la carta magna se encomienda a un órgano creado exprofesamente para desarrollar esta tarea. Actualmente el control constitucional se encomienda a la suprema corte de justicia, sin actuar como tribunal propiamente tal.

Al órgano de defensa constitucional, lo insta otro órgano de gobierno o un grupo de servidores públicos o un ente público, no el afectado por el acto que se tilda de contrario a la constitución.

En este sistema, no se ventila un juicio si no un procedimiento en que no hay contienda.

La sentencia que se dicta en este procedimiento, tienen efectos absolutos o erga -omnes (beneficie a todas las personas afectadas por el acto impugnado).

Ejemplo la acción de inconstitucionalidad.

1.7.- Sistema control por órgano jurisdiccional-

En este tipo de defensa de la carta magna, la conservación de la pureza de la constitución se presenta merced a la actuación de los órganos jurisdiccionales, quienes dirimen una controversia diciendo el derecho contra las partes litigantes.

El control jurisdiccional por el órgano jurisdiccional, se identifica por la presencia de las siguientes características:

La defensa constitucional está encomendada a los tribunales del estado.

En este sistema se requiere de la instancia de la persona afectada en la esfera jurídica quien demanda la nulidad del acto de autoridad respectiva.

Ante el orégano de control Constitucional se sustancia un juicio propio tal.

La sentencia que se dicte, tiene efectos relativos, es decir, favorece o perjudica exclusivamente a quien se inconformo con el acto tildado de inconstitucional.

Ejemplo: juicio de amparo.

1.8.- Sistema control difuso o autocontrol:

El autocontrol constitucional ésta representado por la serie de facultades con que están investidas las autoridades estatales para que en su momento ellas mismas puedan revocar sus propios actos, cuando el estudio de que ellos hagan, aprecien que violaron la constitución.

Este tipo de defensa de la constitución, no tiene injerencia algún órgano de gobierno distinto al mismo que dio nacimiento al acto de autoridad que contravino la ley suprema.

2.- TRIBUNALES DE LA FEDERACIÓN:

2.1.- Como se integra la Suprema Corte.-

La suprema corte de justicia se encuentra integrada actualmente por los 11 ministros, bastando la presencia de siete de ellos para que pueda funcionar y uno de ellos es el presidente, Contará con dos salas las cuales se compondrán de cinco ministros cada una, bastando la presencia de cuatro de ellos para que funcione, cada sala será presidida por un presidente que será designado entre los propios miembros de la sala, y el cual será el responsable de la organización y buen funcionamiento, en todos los aspectos, para lo cual emitirá acuerdos de trámite en torno a los asuntos de su competencia, al igual que loa harán los presidentes de las salas.

Normalmente se identifica a las salas como: primera sala y segunda sala, la primera conocerá de materia civil y penal, y la segunda de laborar y administrativo.

2.2.- Los dos niveles de conocimiento de la Suprema Corte.-

Funciona en pleno y en salas.

2.3.-Competencia de las Salas de la Suprema Corte:

Ver apuntes

2.4.- Integración y radicación de los Tribunales Colegiados de Circuito.

Se encuentran conformados por tres magistrados, de entre los cuales uno funge como presidente, el cual será el responsable de la organización y buen funcionamiento, en todos los aspectos, para lo cual emitirá acuerdos de trámite en torno a los asuntos de su competencia. Son de circuito atendiendo al ámbito territorial en que desarrollen su tarea, entendiendo por circuito a la circunscripción o demarcación territorial donde tiene competencia el tribunal de circuito.

Conocen del juicio de amparo directo.

2.5.- Jurisdicción territorial de los Tribunales Colegiados de Circuito de la Republica.

Se entiende por circuito, una delimitación territorial en la que se ha dividido el País por parte del Poder Judicial Federal, para el ejercicio de la función jurisdiccional, precisamente a través de los Tribunales Colegiados de Circuito. En cada circuito pueden existir dos o más tribunales colegiados, donde existen dos o más, se identifican comúnmente como: Primer Tribunal Colegiado, Segundo Tribunal Colegiado, etc. Michoacán ocupa el décimo primer circuito.

2.6.- Integración Juzgados de Distrito, y razones de ubicación necesaria de estos Tribunales.

Los juzgados de distrito se compondrán de un juez y de un número de secretarios, actuarios y empleados que determine y se autorice en el presupuesto. El juez será el responsable directo de la organización y buen funcionamiento del tribunal a su cargo. Conocen del juicio de amparo indirecto.

Son de distrito atendiendo al ámbito territorial en realizan sus tareas. Lo mismo que el circuito, el distrito implica también una delimitación territorial, pero dentro de un circuito, es decir, más reducida, en la que los jueces de distrito habrán de ejercer su función jurisdiccional. Los juzgados también se identifican como Juzgado Primero de Distrito en el Estado, Juzgado Segundo… etc.

2.7.- Carácter y jurisdicción de los Tribunales Unitarios de Circuito; su ubicación.

Los tribunales unitarios están conformados por un solo magistrado, que es el responsable de la organización y buen funcionamiento del propio tribunal que preside, apoyado por el personal necesario autorizado. Conocen del juicio de amparo indirecto. Son de circuito atendiendo al ámbito territorial en que desarrollen su tarea, entendiendo por circuito a la circunscripción o demarcación territorial donde tiene competencia el tribunal de circuito, En cada circuito pueden existir dos o más tribunales unitarios, donde existen dos o más, se identifican comúnmente como: Primer Tribunal Unitario, Segundo Tribunal Unitario, etc.

2.8.- Jurado popular federal.

Está conformado por siete ciudadanos designados por sorteo, en los términos previstos en el Código Federal de procedimientos Penales. Su competencia lo es para resolver, por medio de un veredicto, las cuestiones de hecho que le sean sometidas por los jueces de distrito, con arreglo a la ley. Pero fundamentalmente, el jurado conocerá de los delitos cometidos por medio de la prensa contra el orden público o la seguridad exterior o interior de la Nación, y los demás que determinen las leyes.

2.9.- Tribunales de los Estados y del Distrito Federal para tramitación de los casos previstos por el artículo 107, fracción XII de la Constitución.

Son órganos que ejercen el Poder Judicial de la Federación, teniendo competencia en amparo siempre y cuando se encuentren dentro del supuesto previsto por el Art. 107, frac. XII de la Constitución (competencia o jurisdicción concurrente). Conocen exclusivamente del juicio de amparo, en materia penal, contra actos de autoridades judiciales, por lo que el precepto legal invocado trata de las salas penales de dichos órganos jurisdiccionales, las que se integran atendiendo a las disposiciones reglamentarias de cada entidad federativa.

Es la facultad que tiene el gobernado de elegir de entre el juez de distrito y el superior jerárquico para que conozca del juicio de amparo

3.- DEMANDA:

3.1.- Requisitos de la forma y fondo de una demanda de amparo indirecto o bi-Instancial, en los términos del artículo 116 de la Ley de Amparo.

Artículo 116.- La demanda de amparo deberá formularse por escrito, en la que se expresarán:

I.- El nombre y domicilio del quejoso y de quien promueve en su nombre;

II.- El nombre y domicilio del tercero perjudicado;

III.- La autoridad o autoridades responsables; el quejoso deberá señalar a los titulares de los órganos de Estado a los que la ley encomiende su promulgación, cuando se trate de amparos contra leyes;

IV.- La ley o acto que de cada autoridad se reclame; el quejoso manifestará, bajo protesta de decir verdad, cuáles son los hechos o abstenciones que le constan y que constituyen antecedentes del acto reclamado o fundamentos de los conceptos de violación;

V.- Los preceptos constitucionales que contengan las garantías individuales que el quejoso estime violadas, así como el concepto o conceptos de las violaciones, si el amparo se pide con fundamento en la fracción I del artículo 1o. de esta ley;

VI.- Si el amparo se promueve con fundamento en la fracción II del artículo 1o. de esta Ley, deberá precisarse la facultad reservada a los Estados que haya sido invadida por la autoridad federal, y si el amparo se promueve con apoyo en la fracción III de dicho artículo, se señalará el precepto de la Constitución General de la República que contenga la facultad de la autoridad federal que haya sido vulnerada o restringida.

3.2.- Requisitos de la forma y fondo de la demanda de amparo directo o uni-instancial, en los términos del artículo 166 de la ley de amparo.

Artículo 166.- La demanda de amparo deberá formularse por escrito, en la que se expresarán:

I.- El nombre y domicilio del quejoso y de quien promueva en su nombre;

II.- El nombre y domicilio del tercero perjudicado;

III.- La autoridad o autoridades responsables;

IV.- La sentencia definitiva, laudo o resolución que hubiere puesto fin al juicio, constitutivo del acto o de los actos reclamados; y si se reclamaren violaciones a las leyes del procedimiento, se precisará cuál es la parte de éste en la que se cometió la violación y el motivo por el cual se dejó sin defensa al agraviado.

Cuando se impugne la sentencia definitiva, laudo o resolución que hubiere puesto fin al juicio por estimarse inconstitucional la ley, el tratado o el reglamento aplicado, ello será materia únicamente del capítulo de conceptos de violación de la demanda, sin señalar como acto reclamado la ley, el tratado o el reglamento, y la calificación de éste por el tribunal de amparo se hará en la parte considerativa de la sentencia;

V.- La fecha en que se haya notificado la sentencia definitiva, laudo o resolución que hubiere puesto fin al juicio, o la fecha en que haya tenido conocimiento el quejoso de la resolución recurrida;

VI.- Los preceptos constitucionales cuya violación se reclame y el concepto o conceptos de la misma violación;

VII.- La ley que en concepto del quejoso se haya aplicado inexactamente o la que dejó de aplicarse, cuando las violaciones reclamadas se hagan consistir en inexacta aplicación de las leyes de fondo. Lo mismo se observará cuando la sentencia se funde en los principios generales de derecho.

Cuando se trate de inexacta aplicación de varias leyes de fondo, deberá cumplirse con esta prescripción en párrafos separados y numerados.

VIII. (Se deroga).

3.3.- Consecuencias jurídicas para el quejoso, por la manifestación de los hechos que narra en su demanda y bajo protesta de decir verdad.

Artículo 211, fracs I, LA.- Se impondrá sanción de seis meses a tres años de prisión y multa de diez a noventa días de salario:

I.- Al quejoso en un juicio de amparo que al formular su demanda afirme hechos falsos u omita los que le consten en relación con el amparo, siempre que no se reclamen algunos de los actos a que se refiere el artículo 17;

3.4.- Número de copias de la demanda y documentos presentados, tomando en cuenta las partes del juicio y suspensión a petición de parte.

Amparo indirecto:

Artículo 120, LA.- Con la demanda se exhibirán sendas copias para las autoridades responsables, el tercero perjudicado si lo hubiere, el Ministerio Público y dos para el incidente de suspensión si se pidiere ésta y no tuviera que concederse de plano conforme a esta ley.

Artículo 121, LA.- Cuando el amparo se pida en comparecencia, el juez de Distrito, o la autoridad ante quien se haya promovido, mandará expedir las copias a que se contrae el artículo anterior.

Amparo directo:

Art. 167 LA - Con la demanda de amparo deberá exhibirse una copia para el expediente de la autoridad responsable y una para cada una de las partes en el juicio constitucional; copias que la autoridad responsable entregará a aquéllas, emplazándolas para que, dentro de un término máximo de diez días, comparezcan ante el Tribunal Colegiado de Circuito a defender sus derechos.

3.5.- Contenido del auto adquisitorio de la demanda.

3.6.- Casos en que se debe rechazar una demanda.

Si se encuentra motivo manifiesto e indudable de improcedencia. Art. 145 AI y 177 AD de la L.A

Artículo 145.- El juez de Distrito examinará ante todo, el escrito de demanda; y si encontrare motivo manifiesto e indudable de improcedencia, la desechará de plano, sin suspender el acto reclamado.

Artículo 177.- El Tribunal Colegiado de Circuito examinará, ante todo, la demanda de amparo; y si encuentra motivos manifiestos de improcedencia, la desechará de plano y comunicará su resolución a la autoridad responsable

3.7.- Que contiene una prevención, termino para suplirla.

Art. 146 AI y 178 AD de la L.A

Artículo 146.- Si hubiere alguna irregularidad en el escrito de demanda, si se hubiere omitido en ella alguno de los requisitos a que se refiere el artículo 116 de esta ley; si no se hubiese expresado con precisión el acto reclamado o no se hubiesen exhibido las copias que señala el artículo 120, el Juez de Distrito mandará prevenir al promovente que llene los requisitos omitidos, haga las aclaraciones que corresponda, o presente las copias dentro del término de tres días, expresando en el auto relativo las irregularidades o deficiencias que deban llenarse, para que el promovente pueda subsanarlas en tiempo.

Si el promovente no llenare los requisitos omitidos, no hiciere las aclaraciones conducentes o no presentare las copias dentro del término señalado, el juez de Distrito tendrá por no interpuesta la demanda, cuando el acto reclamado sólo afecte al patrimonio o derechos patrimoniales del quejoso.

Fuera de los casos a que se refiere el párrafo anterior, transcurrido el término señalado sin haberse dado cumplimiento a la providencia relativa, el juez mandará correr traslado al Ministerio Público, por veinticuatro horas, y en vista de lo que éste exponga, admitirá o desechará la demanda, dentro de otras veinticuatro horas, según fuere procedente.

Artículo 178.- Si hubiere irregularidad en el escrito de demanda, por no haber satisfecho los requisitos que establece el artículo 166, el Tribunal Colegiado de Circuito señalará al promovente un término que no excederá de cinco días, para que subsane las omisiones o corrija los defectos en que hubiere incurrido, los que se precisarán en la providencia relativa.

Si el quejoso no diere cumplimiento a lo dispuesto, se tendrá por no interpuesta la demanda y se comunicará la resolución a la autoridad responsable.

3.8.- Razón y requisitos de la demanda presentada por correo o telégrafo.

Artículo 23 Tercer Párrafo, LA: para los efectos de esta disposición, los jefes y encargados de las oficinas de correos y telégrafos estarán obligados a recibir y transmitir, sin costo alguno para los interesados ni para el gobierno, los mensajes en que se demande amparo por alguno de los actos enunciados, así como los mensajes y oficios que expidan las autoridades que conozcan de la suspensión, aun fuera de las horas del despacho y aun cuando existan disposiciones en contrario de las autoridades administrativas. La infracción de lo prevenido en este párrafo se castigará con la sanción que el Código Penal aplicable en materia federal señala para el delito de resistencia de particulares y desobediencia.

Artículo 25, LA.- Para los efectos del artículo anterior, cuando alguna de las partes resida fuera del lugar del juzgado o tribunal que conozca del juicio o del incidente de suspensión, se tendrán por hechas en tiempo las promociones si aquélla deposita los escritos u oficios relativos, dentro de los términos legales, en la oficina de correos o telégrafos que corresponda al lugar de su residencia.

3.9.- Cuando el agraviado se encuentre imposibilitado para promover el amparo, podrá hacerlo otra persona?, en qué casos y bajo qué condiciones.

Artículo 16, LA.- Si el acto reclamado emana de un procedimiento del orden penal, bastará, para la admisión de la demanda, la aseveración que de su carácter haga el defensor. En este caso, la autoridad ante quien se presente la demanda pedirá al juez o tribunal que conozca del asunto, que le remita la certificación correspondiente.

Si apareciere que el promovente del juicio carece del carácter con que se ostentó, la autoridad que conozca del amparo le impondrá una multa de tres a treinta días de salario y ordenará la ratificación de la demanda. Si el agraviado no la ratificare, se tendrá por no interpuesta y quedarán sin efecto las providencias dictadas en el expediente principal y en el incidente de suspensión; si la ratificare, se tramitará el juicio, entendiéndose las diligencias directamente con el agraviado mientras no constituya representante.

Artículo 17, LA.- Cuando se trate de actos que importen peligro de privación de la vida, ataques a la libertad personal fuera de procedimiento judicial, deportación o destierro, o alguno de los actos prohibidos por el artículo 22 de la Constitución Federal, y el agraviado se encuentre imposibilitado para promover el amparo, podrá hacerlo cualquiera otra persona en su nombre, aunque sea menor de edad. En este caso, el Juez dictará todas las medidas necesarias para lograr la comparecencia del agraviado, y, habido que sea, ordenará que se le requiera para que dentro del término de tres días ratifique la demanda de amparo; si el interesado la ratifica se tramitará el juicio; si no la ratifica se tendrá por no presentada la demanda, quedando sin efecto las providencias que se hubiesen dictado.

4.- AMPARO CONTRA LEYES:

4.1.- Ley heteroaplicativa, efectos, consecuencias, términos y oportunidades para el ejercicio de la acción de garantías.

Es la que para dañar o agraviar al gobernado, requiere de un acto concreto de aplicación.

Por leyes heteroaplicativa se entiende a los actos de autoridad de observancia general, personal y abstracta que requieren de un acto concreto de aplicación para dañar al gobernado.

Este tipo de actos se impugnan en amparos dentro de los 15 días siguientes al en que surten efectos la notificación del primer acto de su aplicación con relación al quejoso, (artículo 21 y 73 fracción XII de la L.A) atacándose también al acto concreto de aplicación de la ley por ser este el causante de la existencia del agravio personal y directo del quejoso.

Artículo 21 de la L.A.- El término para la interposición de la demanda de amparo será de quince días. Dicho término se contará desde el día siguiente al en que haya surtido efectos, conforme a la ley del acto, la notificación al quejoso de la resolución o acuerdo que reclame; al en que haya tenido conocimiento de ellos o de su ejecución, o al en que se hubiese ostentado sabedor de los mismos.

Artículo 73, Fracción XII, LA.- Contra actos consentidos tácitamente, entendiéndose por tales aquel contra los que no se promueva el juicio de amparo dentro de los términos que se señalan en los artículos 21, 22 y 218.

No se entenderá consentida tácitamente una Ley, a pesar de que siendo impugnable en amparo desde el momento de la iniciación de su vigencia, en los términos de la fracción VI de este artículo, no se haya reclamado, sino sólo en el caso de que tampoco se haya promovido amparo contra el primer acto de su aplicación en relación con el quejoso.

Cuando contra el primer acto de aplicación proceda algún recurso o medio de defensa legal por virtud del cual pueda ser modificado, revocado o nulificado, será optativo para el interesado hacerlo valer o impugnar desde luego la ley en juicio de amparo. En el primer caso, sólo se entenderá consentida la ley si no se promueve contra ella el amparo dentro del plazo legal contado a partir de la fecha en que se haya notificado la resolución recaída al recurso o medio de defensa, aun cuando para fundarlo se hayan aducido exclusivamente motivos de ilegalidad.

Si en contra de dicha resolución procede amparo directo, deberá estarse a lo dispuesto en el artículo 166, fracción IV, párrafo segundo, de este ordenamiento.

A hora bien, cuando contra el primer acto de aplicación proceda un recurso ordinario y se haga valer, podrá impugnarse la ley en amparo dentro de los quince días siguientes al en que la notificación de la resolución del recurso mismo haya surtido efectos (Artículos 73, Fracción XII Y XXI de la L.A), en el entendido en que debe de impugnarse tanto la ley como la resolución recaída en el recurso ordinario o medio legal de defensa. La procedencia de amparo en este último caso es absoluta a pesar de que no se haya esbozado motivos de inconstitucionalidad (atacado la ley) en el recurso.

4.2.- Autoridades que deben señalarse:

Autoridad que expidió la ley

Autoridad que promulgo la ley

Autoridad que aplico el acto legislativo.

4.3.- Su fundamentación y actual procedencia

Artículo 103 Constitucional: Los tribunales de la Federación resolverán toda controversia que se suscité:

Fracción I.- Por leyes o actos de la autoridad que violen las garantías individuales.

Artículo 114 de la L.A.- El amparo se pedirá ante el juez de Distrito:

I.- Contra leyes federales o locales, tratados internacionales, reglamentos expedidos por el Presidente de la República de acuerdo con la fracción I del artículo 89 constitucional,

reglamentos de leyes locales expedidos por los gobernadores de los Estados, u otros reglamentos, decretos o acuerdos de observancia general, que por su sola entrada en vigor o con motivo del primer acto de aplicación, causen perjuicios al quejoso:

4.4.- Principio de la relatividad de la sentencia en amparo contra leyes:

Una de las características del amparo consiste en que la sentencia en que se declare la inconstitucionalidad del acto de autoridad impugnado, solo beneficia a quién demando la nulidad de ese acto, siendo este el contenido del principio de la relatividad de los efectos de las sentencias del amparo o formula Otero. Artículo 107 Fracción II constitucional y 76 de la L.A

4.5.- Procedimiento:

Amparo contra leyes auto aplicativas

Procede desde que las referidas leyes entran en vigor, contándose con un término de 30 días para interponer la demanda de amparo (Art. 22 Frac. I, LA), en la inteligencia de que esta oportunidad para demandar el amparo está dada exclusivamente a favor de quienes se encuentran dentro del supuesto legal impugnado al momento de entrar en vigor la ley.

Si el agraviado no hace valer el amparo dentro del tiempo mencionado, tiene una segunda oportunidad para inconformarse con la mencionada ley, la que puede atar de inconstitucional dentro de los 15 días siguientes al en que se haya aplicado por primera vez en contra del gobernado, debiendo impugnarse tanto la ley, como el acto de aplicación de ellas (Art. 73 frac. XII y 21, LA).

Por último, el afectado por este tipo de actos legislativos, puede promover demanda de amparo dentro de los 15 días siguientes al en que haya surtido efectos la notificación de la resolución del recurso ordinario que haya hecho valer en contra del acto de aplicación de la ley, contados a partir del día siguiente al en surta efectos la notificación de mérito, procediendo el amparo contra la ley y la resolución impugnada.

En los dos últimos casos se equipara a la ley heteroaplicativa.

Amparo contra leyes heteroaplicativas

Por leyes heteroaplicativa se entiende a los actos de autoridad de observancia general, personal y abstracta que requieren de un acto concreto de aplicación para dañar al gobernado.

Este tipo de actos se impugnan en amparos dentro de los 15 días siguientes al en que surten efectos la notificación del primer acto de su aplicación con relación al quejoso, (artículo 21 y 73 fracción XII de la L.A) atacándose también al acto concreto de aplicación de la ley por ser este el causante de la existencia del agravio personal y directo del quejoso.

A hora bien, cuando contra el primer acto de aplicación proceda un recurso ordinario y se haga valer, podrá impugnarse la ley en amparo dentro de los quince días siguientes al en que la

notificación de la resolución del recurso mismo haya surtido efectos (Artículos 73, Fracción XII Y XXI de la L.A), en el entendido en que debe de impugnarse tanto la ley como la resolución recaída en el recurso ordinario o medio legal de defensa. La procedencia de amparo en este último caso es absoluta a pesar de que no se haya esbozado motivos de inconstitucionalidad (atacado la ley) en el recurso.

4.6.- Suspensión:

La suspensión procedente es a petición de parte, por lo que debe ser solicitada por el quejoso (Artículo 124 Fracción I) de la Ley de Amparo, debiendo reunirse los demás requisitos que exige la ley de amparo para que se otorgue esta medida cautelar (que con la concesión de la suspensión no se sigan perjuicios al interés social ni se contravengan disposiciones de orden público. Por tanto, el quejoso debe proporcionar elementos a través de los cuales se acredite, aunque sea presuntivamente, su interés jurídico para que se le conceda la suspensión del acto reclamado.

4.7.- Recurso contra la sentencia constitucional y la incidental:

Artículo 83.- Procede el recurso de revisión:

IV.- Contra las sentencias dictadas en la audiencia constitucional por los jueces de Distrito, o por el superior del tribunal responsable, en los casos a que se refiere el artículo 37 de esta Ley. Al recurrirse tales sentencias deberán, en su caso, impugnarse los acuerdos pronunciados en la citada audiencia.

4.8.- Ley auto aplicativa, sus características y diferencias frente a una ley heteroaplicativa.Ley auto aplicativa es el acto de autoridad que emana de un órgano legislativo con las características de ser obligatorio, general, impersonal y abstracta, que impera y obliga al gobernado desde el momento mismo en que entra en vigor.

Ley heteroaplicativa es la que para dañar o agraviar al gobernado, requiere de un acto concreto de aplicación. Por tanto, la ley por sí misma no lo afecta.

4.9.-Un ejemplo de una ley auto aplicativa.

Puede señalarse a las leyes fiscales, porque desde que se promulga ya está dirigida a cierto sector de la población. Ley del ISR

4.10.-Ejemplo de una ley heteroapliacativa.

Las leyes civiles, pues para causar una lesión requieren de un acto concreto de aplicación de la ley, sin que por su sola entrada en vigor afecten al gobernado.

4.11.- ¿Para los efectos del amparo se consideran leyes los reglamentos administrativos expedidos por el Presidente de la República, Gobernadores de los Estados y Bandos Municipales?

Si, como lo establece el artículo 114 de la L.A Fracción I.

Artículo 114.- El amparo se pedirá ante el juez de Distrito:

I.- Contra leyes federales o locales, tratados internacionales, reglamentos expedidos por el Presidente de la República de acuerdo con la fracción I del artículo 89 constitucional, reglamentos de leyes locales expedidos por los gobernadores de los Estados, u otros reglamentos, decretos o acuerdos de observancia general, que por su sola entrada en vigor o con motivo del primer acto de aplicación, causen perjuicios al quejoso:

4.12.- Procede la suspensión en amparos contra leyes.

Sí, pero la suspensión surte sus efectos solamente por lo que hace a la paralización del acto concreto de aplicación de la ley, sin que ésta sea susceptible de ser suspendida.

4.13.- Término para interponer el juicio de amparo contra leyes:

Si se trata de una ley auto aplicativa son 30 días a partir de la vigencia de la ley, a partir del momento en que haya entrado en vigor, artículo 22 Fracción I de la L.A. y si es heteroaplicativa 15 días después de producido el primer acto de aplicación de la ley en su perjuicio, artículo 21 de la L.A

4.14.- Se requiere señalar como autoridades responsables a los Secretarios de Estado que refrendan las órdenes, mandamientos y reglamentos expedidos por el Presidente de la República.

Si se trata de amparo contra leyes auto aplicativas no es necesario señalar como autoridad responsable al servidor público que refrendo la ley.

Si se trata de amparo en estricto sensu no es necesario señalar como autoridad responsable al servidor público que refrendo la ley.

5.- QUEJOSO:

5.1.- A quien se considera:

De acuerdo al artículo cuatro de la ley de amparo se establece que solamente puede ser quejoso aquél a quien perjudique el acto que se reclama por su parte la S.C.J ha entendido como quejoso a todo aquél que haya sufrido un agravio, esto es una ofensa, daño o perjuicio en sus derechos o intereses protegidos por la constitución.

5.2.- El estado Mexicano puede ser quejoso, en qué casos, bajo qué condiciones y cuál es la materia del reclamo:

De acuerdo al Artículo 9o.- Las personas morales oficiales podrán ocurrir en demanda de amparo, por conducto de los funcionarios o representantes que designen las leyes, cuando el acto o la ley que se reclame afecte los intereses patrimoniales de aquéllas.

Las personas morales oficiales estarán exentas de prestar las garantías que en esta ley se exige a las partes.

5.3.- Se puede hablar de capacidad procesal, goce o ejercicio en materia de amparo?

Sí.

La capacidad de goce es la facultad de ser titular se derechos y de obligaciones. Esta capacidad se adquiere incluso antes del nacimiento.

La capacidad de ejercicio: es la posibilidad de ejercitar derechos y obligaciones por parte de una persona. Legalmente, solo los mayores de edad tienen capacidad de ejercicio; sin embargo no toda persona física puede ejercitar sus derechos y obligaciones si no, tan solo quien sea mayor de edad y goce de salud mental.

Junto a las capacidades de goce y de ejercicio existe la capacidad procesal, que importa la facultad jurídica de intervenir en un juicio, ya sea en nombre propio como representante de una de las partes en el mismo. En todo caso, para gozar de esta capacidad (procesal) es menester gozar de la capacidad de ejercicio.

Como requisito que debe reunirse para que un acto jurídico tenga validez, es indispensable que en su celebración y perfeccionamiento intervenga personas con capacidad de ejercicio; de lo contrario, ese acto será nulo. Así, solamente quien tenga capacidad de ejercicio puede motivar que substancie un juicio de amparo, para que éste se substancie en todas sus partes.

5.4.- Qué es la personalidad en materia de amparo:

Es la representación por disposición de la ley o por el juez, vr. Represento a mi hijo., capacidad para estar en un juicio.

5.5.- Como se prueba la capacidad y la personalidad?

De acuerdo al Artículo 12 L.A: En los casos no previstos por esta Ley, la personalidad se justificará en el juicio de amparo en la misma forma que determine la ley que rija la materia de la que emane el acto reclamado; y en caso de que ella no lo prevenga, se estará a lo dispuesto por el Código Federal de Procedimientos Civiles.

Artículo 13, LA.- Cuando alguno de los interesados tenga reconocida su personalidad ante la autoridad responsable, tal personalidad será admitida en el juicio de amparo para todos los efectos legales, siempre que compruebe tal circunstancia con las constancias respectivas.

Artículo 14, LA.- No se requiere cláusula especial en el poder general para que el mandatario promueva y siga el juicio de amparo; pero sí para que desista de éste.

5.6.- Consecuencia y efecto jurídicos de la falta de personalidad o personería:

Artículo 16, 2do párrafo, LA: Si apareciere que el promovente del juicio carece del carácter con que se ostentó, la autoridad que conozca del amparo le impondrá una multa de tres a treinta días de salario y ordenará la ratificación de la demanda. Si el agraviado no la ratificare, se tendrá por no interpuesta y quedarán sin efecto las providencias dictadas en el expediente principal y en el incidente de suspensión; si la ratificare, se tramitará el juicio, entendiéndose las diligencias directamente con el agraviado mientras no constituya representante.

5.7.- ¿Puede promoverse un incidente de falta de personería o personalidad en materia de Amparo?

Sí,

Este incidente se promueve pretendiendo hacer ver al juez que una de las partes que interviene en el juicio, está mal representada en el mismo, ya que la persona que se ha ostentado como su apoderado, mandatario o representante legal carece de esa calidad.

5.8 Puede tener el carácter de quejoso: En cada caso señale los requisitos y las condiciones.

Persona física nacional: siempre y cuando acredite su personalidad.

Persona moral nacional: si, siempre y cuando acredite su personalidad: Artículo 8, LA.- Las personas morales privadas podrán pedir amparo por medio de sus legítimos representantes.

Persona moral extranjera: si de acuerdo al artículo 1 y 3 constitucionales con la condición que acrediten su legal internamiento y estancia en el país.

Persona física extranjera: si de acuerdo al artículo 1 y 3 constitucionales con la condición que acrediten su legal internamiento y estancia en el país.

Persona moral del derecho público: si, de acuerdo al artículo 9, L.A- Las personas morales oficiales podrán ocurrir en demanda de amparo, por conducto de los funcionarios o representantes que designen las leyes, cuando el acto o la ley que se reclame afecte los intereses patrimoniales de aquéllas.

Las personas morales oficiales estarán exentas de prestar las garantías que en esta ley se exige a las partes.

5.9.- ¿Podrá pedir amparo el menor de edad, sin la intervención de su legítimo representante? En qué casos y en qué condiciones.

Artículo 6, LA.- El menor de edad podrá pedir amparo sin la intervención de su legítimo representante cuando éste se halle ausente o impedido, pero en tal caso, el juez, sin perjuicio de dictar las providencias que sean urgentes, le nombrará un representante especial para que intervenga en el juicio.

Si el menor hubiere cumplido ya catorce años, podrá hacer la designación de representante en el escrito de demanda.

5.10.- Podrá pedir amparo la persona sujeta a estado de interdicción?, en qué casos, condiciones y procedimiento.

Por si mismos no pueden por que no tienen capacidad de ejercicio, más sin embargo podrán ejercitar este derecho por medio de un representante legal.

6.- AUTORIDAD RESPONSABLE:

6.1.- Concepto:

Artículo 11 de la L.A.- Es autoridad responsable la que dicta, promulga, publica, ordena, ejecuta o trata de ejecutar la ley o el acto reclamado.

6.2.- Con facultades de decisión.

Es la autoridad ordenadora y es la que da nacimiento al acto, (Lo ordena).

6.3.- Con facultades de ejecución:

Es la autoridad que materializa (ejecuta) el acto dictado por la autoridad ordenadora.

6.4.- Elementos:

6.5.- Pueden ser representadas en juicio, forma y alcances:

Artículo 19, L.A.- Las autoridades responsables no pueden ser representadas en el juicio de amparo, pero sí podrán, por medio de simple oficio, acreditar delegados para que hagan promociones, concurran a las audiencias, rindan pruebas, formulen alegatos y promuevan los incidentes y recursos previstos en esta Ley.

6.6.- Representación de Presidente de la Republica:

Articulo19, II párrafo, LA.- No obstante lo dispuesto en el párrafo anterior, el Presidente de la República podrá ser representado en todos los trámites establecidos por esta Ley, en los términos que determine el propio Ejecutivo Federal por el conducto del Procurador General de la República, por los Secretarios de Estado y Jefes de Departamento Administrativo a quienes en cada caso corresponda el Asunto, según la distribución de competencias establecidas en la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal.

En estos casos y en los juicios de amparo promovidos contra los titulares de las propias dependencias del Ejecutivo de la Unión, éstos podrán ser suplidos por los funcionarios a quienes otorguen esa atribución los Reglamentos interiores que se expidan conforme la citada Ley Orgánica.

En los amparos relativos a los asuntos que correspondan a la Procuraduría General de la República, su titular podrá también representar al Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, y ser suplido por los funcionarios a quienes otorgue esta atribución el Reglamento de la Ley Orgánica de dicha Procuraduría.

6.7.-Inexistencia:

6.8.- Que debe entenderse por autoridad responsable para los efectos del amparo:

El término de autoridad responsable para los efectos de amparo, comprende toda aquellas personas que disponen de la fuerza pública en virtud de circunstancias, ya legales, ya de derecho, y que por lo mismo, estén en posibilidad material de obrar como individuos que ejerzan actos públicos, por el hecho de ser pública la fuerza de que disponen, agregando, que tales autoridades lo son, no solamente la autoridad superior que ordena el acto, sino también las subalternas que lo ejecuten o traten de ejecutarlo, y contra cualquiera de ella procede el amparo.

6.9.- Es autoridad responsable la que dicta, promulga, pública, ordena, ejecuta o trata de ejecutar la ley o el acto reclamado, es correcta esta enunciación?

Si de acuerdo al artículo 11 de L.A

6.10.- Puede ser autoridad responsable la Iglesia Católica?

No.

Únicamente si la ley que le da vida, la faculta a ordenar o a ejecutar por sí misma, sin tener que acudir al auxilio de otra autoridad el acto impugnado.

6.11.- Podrá considerarse como autoridad responsable a particulares, con aparentes facultades de decisión y de ejecución, como puede ser la Federación mexicana de fútbol, árbitros, paneles, convenidos en tratados, autoridades universitarias, cámaras de comercio?

Sí, pero será autoridad responsable, únicamente si la ley que le da vida, la faculta a ordenar o a ejecutar por sí misma, sin tener que acudir al auxilio de otra autoridad el acto impugnado.

6.12.- Se considera como tal al que asesore o aconseje la resolución reclamada?

No de acuerdo al artículo 11 de la L.A.

7.- TERCERO PERJUDICADO:

7.1.- Concepto.-

En términos generales es quien resulta beneficiado con el acto que el quejoso impugna en el juicio de amparo y tiene, por lo mismo interés en que tal acto subsista y no sea destruido por la sentencia que en el mencionado juicio se pronuncia.

Es la persona física o moral a quien, en su carácter de parte, la ley o la jurisprudencia, le permita contradecir las prestaciones del quejoso en el juicio de amparo.

7.2.- En materia civil.-

El tercero perjudicado es la contraparte del quejoso (artículo 5 Fracción III, inciso a, de la L.A)Artículo 5o.- Son partes en el juicio de amparo:

III.- El tercero o terceros perjudicados, pudiendo intervenir con ese carácter:

a).- La contraparte del agraviado cuando el acto reclamado emana de un juicio o controversia que no sea del orden penal, o cualquiera de las partes en el mismo juicio cuando el amparo sea promovido por persona extraña al procedimiento;

Así, si la demanda es promovida por el demando el actor en juicio de origen comparece al juicio de amparo como tercero perjudicado.

7.3.- En materia laboral:

Igual que en materia civil.

El tercero perjudicado es la contraparte del quejoso (artículo 5 Fracción III, inciso a, de la L.A)

7.4.- En materia Penal:

En el amparo penal, existe el tercero perjudicado siempre y cuando se impugne una resolución emitida dentro de algunos de los siguientes incidentes:

Artículo 5, fracción III inciso b de la L.A:

b).- El ofendido o las personas que, conforme a la ley, tengan derecho a la reparación del daño o a exigir la responsabilidad civil proveniente de la comisión de un delito, en su caso, en los juicios de amparo promovidos contra actos judiciales del orden penal, siempre que éstas afecten dicha reparación o responsabilidad;

7.5.- En materia Agraria:

Igual que el civil.

7.6.- En materia Administrativa:

El sujeto que haya gestionado la emisión del acto reclamado tiene la condición de tercero perjudicado en amparo en materia administrativa Artículo 5 fracción III inciso c, LA.

c).- La persona o personas que hayan gestionado en su favor el acto contra el que se pide amparo, cuando se trate de providencias dictadas por autoridades distintas de la judicial o del trabajo; o que, sin haberlo gestionado, tengan interés directo en la subsistencia del acto reclamado.

Ejemplo cuando una persona solicita una concesión y se le otorga, quien considere que con esa concesión se afectan sus intereses podrá entablar una demanda de amparo (teniendo la calidad de quejoso), y deberá de designar como tercero perjudicado, (interesado) a quien obtuvo la concesión de mérito.

7.7.- En amparo contra leyes:

Si se ataca una ley auto aplicativa con motivo de su sola entrada en Vigor en ese juicio de garantías no habrá tercero perjudicado.

La existencia del tercero perjudicado del amparo contra leyes está condicionada a la emisión de un acto de aplicación de la ley, actualizando la calidad de tercero perjudicado solamente por lo que hace al acto concreto de aplicación legal, por lo que para determinar quién es el tercero perjudicado será indispensable estudiar los supuestos en que se actualiza este sujeto en el amparo a tendiendo a las diversas materias de especialización de él.

7.8.- Consecuencias por su falta de designación e intervención en un juicio:

Artículo 16, LA.- Si el acto reclamado emana de un procedimiento del orden penal, bastará, para la admisión de la demanda, la aseveración que de su carácter haga el defensor. En este caso, la autoridad ante quien se presente la demanda pedirá al juez o tribunal que conozca del asunto, que le remita la certificación correspondiente.

Si apareciere que el promovente del juicio carece del carácter con que se ostentó, la autoridad que conozca del amparo le impondrá una multa de tres a treinta días de salario y ordenará la ratificación de la demanda. Si el agraviado no la ratificare, se tendrá por no interpuesta y quedarán sin efecto las providencias dictadas en el expediente principal y en el incidente de

suspensión; si la ratificare, se tramitará el juicio, entendiéndose las diligencias directamente con el agraviado mientras no constituya representante.

7.9.- En qué condiciones se puede considerar como tercero perjudicado en una controversia del orden penal, requisitos y condiciones para poder ser considerado con tal carácter.

Solo hay tercero perjudicado hasta que se constituya en parte civil para reclamar el daño, hasta que este probado el cuerpo del delito (auto de formal prisión o sujeción a proceso).

Hay tres vías para constituirse en parte civil:

constituirse en el propio proceso penal para reclamar el daño al propio acusado.

cuando el agraviado promueve un juicio civil conexo para el pago de la reparación del daño, en otro expediente formando parte de la causa penal.

Promover ante el juez civil la reparación del daño con base en una sentencia condenatoria y ahí se determine la responsabilidad.

Se promueve juicio de responsabilidad objetiva ante el juez civil, el cual se llevara a cabo el proceso civil conexo al proceso penal.

7.10.- Puede considerarse como tercero perjudicado al Ministerio público, cuando se declaren actos provenientes de un proceso penal:

No

8.- MINISTERIO PÚBLICO FEDERAL:

8.1.- Razón para ser parte.

Para procurar la pronta y expedita administración de justicia. (Art. 5, Frac. IV, LA).

IV.- El Ministerio Público Federal, quien podrá intervenir en todos los juicios e interponer los recursos que señala esta Ley, inclusive para interponerlos en amparos penales cuando se reclamen resoluciones de tribunales locales, independientemente de las obligaciones que la misma Ley le precisa para procurar la pronta y expedita administración de justicia. Sin embargo, tratándose de amparos indirectos en materias civil y mercantil, en que sólo afecten intereses particulares, excluyendo la materia familiar, el Ministerio Público Federal no podrá interponer los recursos que esta ley señala.

8.2.- Puede dejar de intervenir por decisión propia, casos y efectos.

Art. 107, frac. XV, Const. El Procurador General de la República o el agente del Ministerio Público que al efecto designare, será parte en todos los juicios de amparo; pero podrá abstenerse

de intervenir en dichos juicios cuando el caso de que se trate carezca, a su juicio, de interés público.

8.3.- Puede suplir el Ministerio Público Fuero Común, el Federal en el juicio de amparo.

No, de acuerdo a los Art. 107, frac. XV y 124 de la Constitución.(Es una facultad otorgada a la autoridad federal)

8.4.- Facultades, función y atribuciones

Presentar escrito denominado pedimento, en el que expone sus consideraciones acerca de la Litis planteada.

Desahogar la vista que le dé el juez de Distrito con la demanda de amparo penal, cuando el quejoso no haya observado la prevención que se le haya hecho por ser obscura la demanda (Art. 146, LA).

Velar porque ningún juicio quede paralizado en su trámite (Art. 157, LA).

Vigilar que no se archive un expediente, mientras no se haya dado cumplimiento a la ejecutoria respectiva (Art. 113, LA).

Cuidar que las sentencia de amparo en materia agraria en que se conceda la protección de la Justicia de la Unión a un núcleo de población ejidal o comunal, queden debidamente cumplidas (Art. 232, LA).

Cuando subsiste una responsabilidad penal en el juicio de amparo, ésta tendrá que hacerse efectiva mediante la consignación de hechos al Ministerio Publico y mediante el ejercicio de éste de la acción penal ante la autoridad competente (Aras. 208 y 210, LA).

Presentar alegaciones por escrito ante la Suprema Corte de Justicia o ante los Tribunales Colegiados de Circuito (Art. 180, LA).

Exponer su parecer en relación a los procedimientos de contradicción de tesis jurisprudenciales, ya sean tesis de las salas (Art. 197, LA) o de los Tribunales Colegiados de Circuito (Art. 197-A, LA).

Denunciar la contradicción de tesis jurisprudenciales de las salas (Art. 197, LA) o de los Tribunales Colegiados de Circuito (Art. 197-A, LA).

8.5.- El ministerio público podrá intervenir en todos los juicios de amparo e interponer los recursos que señala la ley de la materia?

No, la ley lo limita en los siguientes casos:

Art. 5, frac. IV, LA. Tratándose de amparos indirectos en materias civil y mercantil, en que solo afecten intereses particulares, excluyendo la materia familiar, el ministerio Público Federal no podrá interponer los recursos que esta ley señala.

8.6.- Puede intervenir en amparos penales cuando se reclamen resoluciones de tribunales locales?

Si, de acuerdo al Art. 5 frac. IV, LA

8.7.- Puede intervenir en tratándose de amparos indirectos en materia civil y mercantil, en que solo afecten intereses particulares en qué casos y en qué condiciones.

No puede de acuerdo al Art. 5 Frac IV, LA

8.8.- Puede intervenir en negocios en que se afecten intereses de la materia familiar, en qué casos y en qué condiciones.

Si, de acuerdo al Art. 5 frac. IV, LA

9.- LOS SUPUESTOS COMPETENCIALES:

9.1.- Primer supuesto competencial: Amparo directo e indirecto.

9.2.- Segundo supuesto competencial: Competencia entre el Pleno de la Suprema Corte y sus Salas, individualmente consideradas.

9.3.- Tercer supuesto competencial: Competencia entre los diversos Tribunales Colegiados de Circuito de la Republica, por territorio y materia.

9.4.- Cuarto supuesto competencial: Competencia entre los diversos Tribunales Unitarios de Circuito de la Republica, por territorio y materia

9.5.- Quinto supuesto competencial: Competencia entre los diversos Juzgados de Distrito de la Republica, por territorio y materia

9.6.- Sexto supuesto competencial: Competencia auxiliar desarrolladora por los jueces de Primera Instancia del fuero común, su razón de existencia, elementos, trámite y requisitos

9.7.- Séptimo supuesto competencial: La competencia concurrente que desarrollan los señores Magistrados o Salas de los Supremos Tribunales de Justicia del Fuero Común, procedimiento, requisitos, facultades y trámite.

10.- IMPROCEDENCIAS:

10.1.- Improcedencia general de la acción de amparo, consideraciones previas y razón de existencia.

La improcedencia en el juicio de amparo, es la institución jurídica procesal en la que, por razones previstas en la Constitución, en la Ley de amparo o en la jurisprudencia, se desecha la demanda o se decreta el sobreseimiento, sin resolver la cuestión constitucional planteada.

10.2.- Improcedencia constitucional consagrada por el articulo 60 in fine.

Contra actos del tribunal electoral:

Sostiene que las resoluciones del Tribunal Electoral son definitivas e inatacables y contra ellas no procede juicio o recurso alguno sin importar que el Tribunal Electoral actúe por medio de las Salas Regionales o de la Sala Superior.

10.3.- Improcedencia constitucional por declaraciones en resoluciones de ambas Cámaras del Congreso de la Unión, en los términos del artículo 110, parte última.

Contra resoluciones dictadas en los Juicios Políticos:

Se refiere a que las declaraciones y resoluciones de las Cámaras de Diputados y Senadores, en el juicio político contra servidores públicos, son inatacables, por eso es improcedente el juicio de amparo contra ellas.

10.4.- Improcedencia legal por razón de la categoría de autoridad, fracción I del artículo 73.

I.- Contra actos de la Suprema Corte de Justicia.

10.5.- La improcedencia por razón de la naturaleza política de los actos emanados de determinadas autoridades, fracción VII y VIII del artículo 73.

VII.- Contra las resoluciones o declaraciones de los organismos y autoridades en materia electoral;

VIII.- Contra las resoluciones o declaraciones del Congreso Federal o de las Cámaras que lo constituyen, de las Legislaturas de los Estados o de sus respectivas Comisiones o Diputaciones Permanentes, en elección, suspensión o remoción de funcionarios, en los casos en que las Constituciones correspondientes les confieran la facultad de resolver soberana o discrecionalmente;

10.6.- La improcedencia en razón de la Litis dependencia, fracción III de artículo 73.

III.- Contra leyes o actos que sean materia de otro juicio de amparo que se encuentre pendiente de resolución, ya sea en primera o única instancia, o en revisión, promovido por el mismo quejoso, contra las mismas autoridades y por el propio acto reclamado, aunque las violaciones constitucionales sean diversas;

10.7.- La improcedencia en razón de la cosa juzgada. Fracción IV del artículo 73.

IV.- Contra leyes o actos que hayan sido materia de una ejecutoria en otro juicio de amparo, en los términos de la fracción anterior;

10.8.- La improcedencia por carencia de razón de la consumación irreparable del acto reclamado, fracción IX y X del artículo 73.

IX.- Contra actos consumados de un modo irreparable;

X.- Contra actos emanados de un procedimiento judicial, o de un procedimiento administrativo seguido en forma de juicio, cuando por virtud de cambio de situación jurídica en el mismo deban considerarse consumadas irreparablemente las violaciones reclamadas en el procedimiento respectivo, por no poder decidirse en tal procedimiento sin afectar la nueva situación jurídica.

Cuando por vía de amparo indirecto se reclamen violaciones a los artículos 19 o 20 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, exclusivamente la sentencia de primera instancia hará que se considere irreparablemente consumadas las violaciones para los efectos de la improcedencia prevista en este precepto. La autoridad judicial que conozca del proceso penal, suspenderá en estos casos el procedimiento en lo que corresponda al quejoso, una vez cerrada la instrucción y hasta que sea notificada de la resolución que recaiga en el juicio de amparo pendiente;

10.10.- La improcedencia por cesación de los derechos del acto reclamado y por insubsistencia de la materia de éste, fracciones XVI y XVII del artículo 73.

XVI.- Cuando hayan cesado los efectos del acto reclamado;

XVII.- Cuando subsistiendo el acto reclamado no pueda surtir efecto legal o material alguno por haber dejado de existir el objeto o la materia del mismo;

10.11.- La improcedencia por consentimiento tácito o expreso del acto reclamado, Fracciones XI y XII del artículo 73.

XI.- Contra actos consentidos expresamente o por manifestaciones de voluntad que entrañen ese consentimiento;

XII.- Contra actos consentidos tácitamente, entendiéndose por tales aquellos contra los que no se promueva el juicio de amparo dentro de los términos que se señalan en los artículos 21, 22 y 218.No se entenderá consentida tácitamente una Ley, a pesar de que siendo impugnable en amparo desde el momento de la iniciación de su vigencia, en los términos de la fracción VI de este artículo, no se haya reclamado, sino sólo en el caso de que tampoco se haya promovido amparo contra el primer acto de su aplicación en relación con el quejoso.

Cuando contra el primer acto de aplicación proceda algún recurso o medio de defensa legal por virtud del cual pueda ser modificado, revocado o nulificado, será optativo para el interesado

hacerlo valer o impugnar desde luego la ley en juicio de amparo. En el primer caso, sólo se entenderá consentida la ley si no se promueve contra ella el amparo dentro del plazo legal contado a partir de la fecha en que se haya notificado la resolución recaída al recurso o medio de defensa, aun cuando para fundarlo se hayan aducido exclusivamente motivos de ilegalidad.

Si en contra de dicha resolución procede amparo directo, deberá estarse a lo dispuesto en el artículo 166, fracción IV, párrafo segundo, de este ordenamiento.

10.12.- La improcedencia por incumplimiento al principio de definitividad, fracciones XIII, XIV y XV del artículo 73.

XIII.- Contra las resoluciones judiciales o de tribunales administrativos o del trabajo respecto de las cuales conceda la ley algún recurso o medio de defensa, dentro del procedimiento, por virtud del cual puedan ser modificadas, revocadas o nulificadas, aun cuando la parte agraviada no lo hubiese hecho valer oportunamente, salvo lo que la fracción VII del artículo 107 Constitucional dispone para los terceros extraños.

Se exceptúan de la disposición anterior los casos en que el acto reclamado importe peligro de privación de la vida, deportación o destierro, o cualquiera de los actos prohibidos por el artículo 22 de la Constitución.

XIV.- Cuando se esté tramitando ante los tribunales ordinarios algún recurso o defensa legal propuesta por el quejoso que pueda tener por efecto modificar, revocar o nulificar el acto reclamado;

XV.- Contra actos de autoridades distintas de los tribunales judiciales, administrativos o del trabajo, que deban ser revisados de oficio, conforme a las leyes que los rijan, o proceda contra ellos algún recurso, juicio o medio de defensa legal por virtud del cual puedan ser modificados, revocados o nulificados, siempre que conforme a las mismas leyes se suspendan los efectos de dichos actos mediante la interposición del recurso o medio de defensa legal que haga valer el agraviado, sin exigir mayores requisitos que los que la presente ley consigna para conceder la suspensión definitiva, independientemente de que el acto en sí mismo considerado sea o no susceptible de ser suspendido de acuerdo con esta ley.

No existe obligación de agotar tales recursos o medios de defensa, si el acto reclamado carece de fundamentación;

10.13.- La improcedencia por razón de la materia del acto, Fracción II del artículo 73.

II.- Contra resoluciones dictadas en los juicios de amparo o en ejecución de las mismas;

10.14.- Las causales de improcedencia deben ser invocadas por las partes o puede hacerlas valer de oficio el Juez de amparo?

Son a petición de parte y de oficio.

Art. 73 último párrafo, LA.- Las causales de improcedencia, en su caso, deberán ser examinadas de oficio.

10.15.- Las enumeraciones que hace el artículo 73 de la Ley de Amparo señalando las causales de improcedencia, son limitativas o enunciativas?

10.16.- Pueden invocarse y aplicarse oficiosamente las causales de improcedencia?

Si, de acuerdo al Art. 73 último párrafo, LA.- Las causales de improcedencia, en su caso, deberán ser examinadas de oficio.

10.17.- Consecuencias jurídicas por la existencia de causales de improcedencia.

Dependerá del momento en que se advierta que existe; así. Tenemos que puede haber dos momentos procesales en los que puede sancionarse:

Cuando la causal es notoria y el juez la descubre al recibir la demanda de garantías, la sanción será el desecamiento de la misma.

Durante el desarrollo procesal del juicio de amparo, cuando sobreviene una causal de improcedencia y el quejoso la hace del conocimiento del juez, la sanción será el sobreseimiento en el juicio de amparo.

11.- SOBRESEIMIENTO:

11.1.- Concepto y razón.

Es una institución de amparo, mediante la cual se pone fin al juicio, sin resolver la cuestión de fondo o problema de inconstitucionalidad.

11.2.- Resuelve la materia del acto reclamado.

No, porque el sobreseimiento es una resolución judicial que sin dirimir la controversia que fue planteada por el quejoso, da por terminado el juicio de garantías.

11.3.- Desistimiento expreso o tácito de la demanda.

Artículo 74, LA.- Procede el sobreseimiento: I.- Cuando el agraviado desista expresamente de la demanda;

El desistimiento es la institución por medio de la cual el actor en un juicio, decide abandonar el trámite del mismo. Es necesario que el desistimiento sea expreso y que se ratifique ante el juez del conocimiento.

La inactividad procesal podría considerarse como desistimiento tácito del quejoso respecto de su amparo o recurso, al no mostrar durante ese tiempo interés en que se resuelva.

11.4.- Muerte del quejoso, casos, efectos y ejemplos.

Art. 74, frac. II, LA. Cuando el agraviado muera durante el juicio, si la garantía reclamada solo afecta a su persona;

Este supuesto de sobreseimiento únicamente se da, cuando el quejoso demando la protección de la justicia federal por violación a sus derechos estrictamente personales, como podrían ser la vida, la libertad, la integridad física, la integridad moral, o el derecho de habitación; pero no se dará el sobreseimiento cuando en el amparo se reclama la violación a derechos de carácter patrimonial, pues de ser así, fallecido el quejoso, su representante continuará con dicho juicio en tanto no intervenga la sucesión que tiene interés en la prosecución.

11.5.- Existencia de causales de improcedencia.

Art. 74, frac. III, LA.- Cuando durante el juicio apareciere o sobreviniese alguna de las causas de improcedencia a que se refiere el Capítulo anterior;

El sobreseimiento se declara cuando aparezca o se descubra una causal de improcedencia existente con anterioridad a la promoción del juicio de amparo, pero que había pasado inadvertida o que surja o se produzca durante la tramitación del mismo.

11.6.- Inexistencia de los actos reclamados.

Art. 74, frac. IV.- Cuando de las constancias de autos apareciere claramente demostrado que no existe el acto reclamado, o cuando no se probare su existencia en la audiencia a que se refiere el artículo 155 de esta ley.

Para evitar la declaratoria de sobreseimiento por inexistencia del acto reclamado, el quejoso debe aportar pruebas tendientes a demostrar que ese acto es existente.

11.7.- Cesación de los actos reclamados.

Art. 74, frac IV, 2do párrafo, LA: cuando hayan cesado los efectos del acto reclamado o cuando hayan ocurrido causas notorias de sobreseimiento, la parte quejosa y la autoridad o autoridades responsables estén obligadas a manifestarlo así, y si no cumplen esa obligación, se les impondrá una multa de diez a ciento ochenta días de salario, según las circunstancias del caso.

11.8.- Inactividad procesales, termino, efectos tanto en primera como en segunda instancia.

Art., 74, frac. V, LA: En los amparos directos y en los indirectos que se encuentren en trámite ante los Jueces de Distrito, cuando el acto reclamado proceda de autoridades civiles o administrativas y siempre que no esté reclamada la inconstitucionalidad de una ley, si cualquiera

que sea el estado del juicio, no se ha efectuado ningún acto procesal durante el término de trescientos días, incluyendo los inhábiles, ni el quejoso ha promovido en ese mismo lapso.

En los amparos en revisión, la inactividad procesal o la falta de promoción del recurrente durante el término indicado, producirá la caducidad de la instancia. En ese caso, el tribunal revisor declarará que ha quedado firme la sentencia recurrida.

En los amparos en materia de trabajo operará el sobreseimiento por inactividad procesal o la caducidad de la instancia en los términos antes señalados, cuando el quejoso o recurrente, según el caso, sea el patrón.

Celebrada la audiencia constitucional o listado el asunto para audiencia no procederá el sobreseimiento por inactividad procesal ni la caducidad de la instancia.

11.9.- Caducidad de la instancia, diferencias con el sobreseimiento.

Es La institución jurídica procesal que se origina por la inactividad de las partes, quejoso u órgano judicial que conoce del amparo y que implica para el juzgador, el abstenerse de resolver sobre la legalidad del recurso de revisión, manteniendo firme la sentencia recurrida.

Diferencias:

El sobreseimiento por inactividad procesal solamente se puede dar en primera instancia.

La caducidad de la instancia sólo se da en segunda instancia (revisión), por inactividad procesal.1ra instancia: sobreseimiento2da instancia: caducidad.

El sobreseimiento termina con el juicio.

La caducidad de la instancia declara firme la sentencia recurrida.

12.- TÉRMINOS:

12.1.- Prejudiciales, concepto y razón de existencia;

Es el tiempo que corre antes de la presentación de la demanda; por tanto, es el tiempo con que cuenta el agraviado por un acto de autoridad para demandar el amparo y la protección de la justicia federal, transcurrido ese tiempo o periodo que marca la ley de amparo (Artículos 21,22 y 218) sin que se entable la demanda, se entenderá consentido tácitamente el acto reclamado, tornándose improcedente el juicio de garantías (artículo 73 Fracción 12 de la ley de A.)

12.2.- Términos para el ejercicio de la acción de garantías, explíquelos y ejemplifique;

Amparo Indirecto y directo, regla general: artículo 21, LA. 15 días.

Amparo indirecto contra leyes autoaplictivas: Art. 22, frac. I, LA. 30 días. Amparo indirecto contra leyes heteroaplictivas: Art. 21. 15 días. Cuando se esté en el caso de amparo penal: Artículo 22 Fracción II de la L.A. en cualquier

tiempo. Amparo promovido por tercero ajeno al juicio si reside en la misma localidad donde se lleva el

juicio: Artículo 21 de la L.A. 15 días. Amparo promovido por agraviado si reside en una ciudad diversa donde se lleva el juicio pero

dentro de la Republica: Artículo 22 Fracción III. 90 días. Y 180 días si reside fuera de la Republica.

Si se promueve contra sentencia definitiva, laudo o resolución que ponga fin al juicio. Artículo 22 Fracción III. 90 días

Si se promueve por un núcleo de población ejidal Artículo 217. Si es promovido por un ejidatario o comunero individual en defensa de sus derechos agrarios

Articulo 218 L.AEstudiar los artículos 21 y 22, LA.

12.3.-Días y horas hábiles;

Artículo 23 L.A.- Son días hábiles para la promoción, substanciación y resolución de los juicios de amparo, todos los días del año, con exclusión de los sábados y domingos, el 1o. de enero, 5 de febrero, 1o. y 5 de mayo, 14 y 16 de septiembre, 12 de octubre y 20 de noviembre.

Puede promoverse en cualquier día y a cualquiera hora del día o de la noche, si se trata de actos que importen peligro de privación de la vida, ataques a la libertad personal, deportación, destierro o alguno de los actos prohibidos por el artículo 22 de la Constitución Federal, así como la incorporación forzosa al ejército o armada nacionales, y cualquiera hora del día o de la noche será hábil para tramitar el incidente de suspensión y dictar las providencias urgentes a fin de que se cumpla la resolución en que se haya concedido.

Para los efectos de esta disposición, los jefes y encargados de las oficinas de correos y telégrafos estarán obligados a recibir y transmitir, sin costo alguno para los interesados ni para el gobierno, los mensajes en que se demande amparo por alguno de los actos enunciados, así como los mensajes y oficios que expidan las autoridades que conozcan de la suspensión, aun fuera de las horas del despacho y aun cuando existan disposiciones en contrario de las autoridades administrativas. La infracción de lo prevenido en este párrafo se castigará con la sanción que el Código Penal aplicable en materia federal señala para el delito de resistencia de particulares y desobediencia.

La presentación de demandas o promociones de término podrá hacerse el día en que éste concluya, fuera del horario de labores de los tribunales, ante el secretario, y en casos urgentes y de notorios perjuicios para el quejoso, los jueces podrán habilitar los días y las horas inhábiles, para la admisión de la demanda y la tramitación de los incidentes de suspensión no comprendidos en el segundo párrafo del presente artículo.

12.4.- Computo para todas las materias, menos cuando se reclaman las garantías del 22 constitucional;

Artículo 24 de la L.A y 26 de la L.A

Artículo 24.- El cómputo de los términos en el juicio de amparo se sujetará a las reglas siguientes:

I.- Comenzará a correr desde el día siguiente al en que surta sus efectos la notificación, y se incluirá en ellos el día del vencimiento;

II.- Los términos se contarán por días naturales, con exclusión de los inhábiles; excepción hecha de los términos en el incidente de suspensión, los que se contarán de momento a momento;

III.- Para la interposición de los recursos, los términos correrán para cada parte desde el día siguiente a aquel en que para ella haya surtido sus efectos la notificación respectiva.

IV.- Los términos deben entenderse sin perjuicio de ampliarse por razón de la distancia, teniéndose en cuenta la facilidad o dificultad de las comunicaciones; sin que, en ningún caso, la ampliación pueda exceder de un día por cada cuarenta kilómetros.Artículo 26.- No se computarán dentro de los términos a que se refiere el artículo 24 de esta ley, los días hábiles en que se hubiesen suspendido las labores del juzgado o tribunal en que deban hacerse las promociones.

12.5.- Habilitación de días y horas hábiles;

Articulo 23 Segundo Párrafo y el último. Puede promoverse en cualquier día y a cualquiera hora del día o de la noche, si se trata de actos que importen peligro de privación de la vida, ataques a la libertad personal, deportación, destierro o alguno de los actos prohibidos por el artículo 22 de la Constitución Federal, así como la incorporación forzosa al ejército o armada nacionales, y cualquiera hora del día o de la noche será hábil para tramitar el incidente de suspensión y dictar las providencias urgentes a fin de que se cumpla la resolución en que se haya concedido.

12.6.- Términos comunes en la tramitación del amparo indirecto;

Se entiende al período o lapso que la ley procesal respectiva, da a una parte en un juicio o a un tercero dentro del mismo, para desarrollar una determinada conducta. Así pues, los términos comunes imperan en relación a las partes (quejoso, tercero perjudicado, autoridad responsable y ministerio Público Federal), al juez, a los testigos y peritos.

12.7.- Términos comunes en el procedimiento del amparo directo;

Se entiende al período o lapso que la ley procesal respectiva, da a una parte en un juicio o a un tercero dentro del mismo, para desarrollar una determinada conducta. Así pues, los términos

comunes imperan en relación a las partes (quejoso, tercero perjudicado, autoridad responsable y ministerio Público Federal), al juez, a los testigos y peritos.

12.8.- Consecuencias y efectos, por falta de cumplimiento;

Términos para la acción de amparo causa improcedencia Artículo 73 Fracción XII Términos Comunes causa sobreseimiento de acuerdo al artículo 74 fracción V.

12.9.- Para reclamar una ley o decreto; a partir de qué momento de contabiliza?

En el caso de leyes auto aplicativas artículo 22 Fracción I y dentro de 15 días de acuerdo al artículo 73 Fracción XII.

Si es una ley heteroaplicativa dentro de los 15 días siguientes a cualquiera de los siguientes eventos:

Que se haya aplicado por vez primera a la ley, impugnándose tanto esta como el acto de aplicación.

Que se haya promovido un recurso ordinario o medio de defensa contra el acto de aplicación de la ley, y resuelto que sea, procederá entablar la demanda de amparo contra la ley y la resolución recaída al recurso, independientemente que no se hayan aducido motivos de inconstitucionalidad de la ley dentro del recurso mismo.

12.10.- Término para interponer juicio de garantías contra sentencias, laudos o resoluciones que pongan fin al juicio, cuando el agraviado no ha sido citado legalmente para el juicio.

Artículo 22 Fracción III de la L.A.- Cuando se trate de sentencias definitivas o laudos y resoluciones que pongan fin al juicio, en los que el agraviado no haya sido citado legalmente para el juicio, dicho agraviado tendrá el término de noventa días para la interposición de la demanda, si residiera fuera del lugar del juicio, pero dentro de la República, y de ciento ochenta días, si residiere fuera de ella; contando en ambos casos, desde el siguiente al en que tuviere conocimiento de la sentencia; pero si el interesado volviere al lugar en que se haya seguido dicho juicio quedará sujeto al término a que se refiere el artículo anterior.

No se tendrán por ausentes, para los efectos de este artículo, los que tengan mandatarios que los representen en el lugar del juicio; los que hubiesen señalado casa para oír notificaciones en él, o en cualquiera forma se hubiesen manifestado sabedores del procedimiento que haya motivado el acto reclamado.

12.11.- Puede concederse el término de 90 a 180 días para la interposición del juicio de amparo, en tratándose de ausentes, cuando estos tengan mandatarios o representantes en el lugar del juicio?

No, de acuerdo al segundo Párrafo de la Fracción III del artículo 22 de la L.A

13.- NOTIFICACIONES:

13.1.- Concepto:

Por notificación se entiende al acto procesal que desarrolle un servidor público (actuario, o empleado del juzgado) merced al cual hace del conocimiento de las partes en el juicio el contenido de una resolución, a fin de que sepan cual es el avance del juicio o proceso.

13.2.- Personales:

Es aquella que se practica precisamente con la persona interesada en el asunto o con quien ésta ha autorizado para que reciba notificaciones en su nombre (artículo 27 de la L.A). La notificación personal se realiza entregando a la parte procesal a quien se práctica, copia de la resolución o un extracto de la misma dentro de un papel que se llama cedula.

13.3- Por lista.

Es la publicación de una síntesis en que se publica toda resolución emitida en cada en juicio de amparo.

Artículo 28 Fracción III.- A los agraviados no privados de la libertad personal, a los terceros perjudicados, a los apoderados, procuradores, defensores, representantes, personas autorizadas para oír notificaciones y al Ministerio Público, por medio de lista que se fijará en lugar visible y de fácil acceso, del juzgado. La lista se fijará a primera hora de despacho del día siguiente al de la fecha de la resolución. Si alguna de las partes mencionadas no se presenta a oír notificación personal hasta las catorce horas del mismo día, se tendrá por hecha, poniendo el actuario la razón correspondiente.

En la lista a que se refiere el párrafo anterior, se expresará el número del juicio o del incidente de suspensión de que se trate; el nombre del quejoso y de la autoridad o autoridades responsables y síntesis de la resolución que se notifique.

13.4.-Por cedula.

Se hace a la autoridades responsables, importando la cedula un documento en que se contiene el texto de la resolución que ha de notificarse. La notificación por cedula se hace exclusivamente a las autoridades que tienen su residencia en la misma ciudad en que se ubica el tribunal de amparo. Artículo 28 Fracción I y 29 Fracción I.

13.5.- Por correo.

En esta clase de notificación debe hacerse por medio del correo certificado teniéndose por practicada la fecha en que sea entregada la pieza de correos en el domicilio de la parte por notificar, glosándose al expediente el talón respectivo.

La práctica de este tipo de notificaciones es obligatoria para la oficina de correos de acuerdo al artículo 23 de la ley de Amparo.

13.6.- Por edictos.

Cuando se desconoce el domicilio de una parte no obstante su búsqueda, no se tienen datos sobre el mismo, el emplazamiento respectivo deberá de hacerse por edictos, que son publicaciones en periódicos de circulación en la Ciudad donde se lleva a cabo delante el juicio y se tiene la presunción de que ahí vive esa persona. Artículo 30 Fracción II

13.7.- Notificaciones al quejoso.

Artículo 28 Fracción II. Si el quejoso esta privado de su libertad personal.

Artículo 28 Fracción III. En qué caso de no estar detenido.

13.8.- Notificaciones a la autoridad responsable.

Artículo 28 Fracción I, LA.-. Las notificaciones en los juicios de amparo de la competencia de los juzgados de Distrito, se harán:

I.- A las autoridades responsables y a las autoridades que tengan el carácter de terceros perjudicados, por medio de oficios que serán entregados en el domicilio de su oficina principal, en el lugar del juicio por el empleado del juzgado, quien recabará recibo en el libro talonario cuyo principal agregará a los autos, asentando en ellos la razón correspondiente; y fuera del lugar del juicio, por correo, en pieza certificada con acuse de recibo, el cual se agregará a los autos. Cuando no existiere el libro talonario, se recabará el recibo correspondiente;

Artículo 27, último párrafo, LA.- Las notificaciones al titular del Poder Ejecutivo se entenderán con el Secretario de Estado o Jefe de Departamento Administrativo que deba representarlo en el juicio de amparo, o, en su caso, con el Procurador General de la República, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 19 de esta ley, de manera que una vez que se haya cumplimentado tal disposición las subsecuentes notificaciones se harán directamente a los funcionarios designados, quienes igualmente intervendrán en las actuaciones procesales procedentes. Las notificaciones al Procurador General de la República le deberán ser hechas por medio de oficio dirigido a su residencia oficial.

13.9.- Notificaciones al tercero perjudicado.

Si es un órgano de gobierno la notificación se hará por medio de cedula o de oficio, de acuerdo al artículo 28 Fracción I, LA

Si no es un órgano de gobierno la notificación se hará personalmente de acuerdo al artículo 30 Fracción I, LA

Y si se desconoce su domicilio se hará por edictos de acuerdo a la fracción II del artículo 30, LA

13.10.- Notificaciones al Ministerio Público.

Se le notifica por medio de lista de acuerdo al artículo 28 Fracción III, LA- A los agraviados no privados de la libertad personal, a los terceros perjudicados, a los apoderados, procuradores, defensores, representantes, personas autorizadas para oír notificaciones y al Ministerio Público, por medio de lista que se fijará en lugar visible y de fácil acceso, del juzgado. La lista se fijará a primera hora de despacho del día siguiente al de la fecha de la resolución. Si alguna de las partes mencionadas no se presenta a oír notificación personal hasta las catorce horas del mismo día, se tendrá por hecha, poniendo el actuario la razón correspondiente.

En la lista a que se refiere el párrafo anterior, se expresará el número del juicio o del incidente de suspensión de que se trate; el nombre del quejoso y de la autoridad o autoridades responsables y síntesis de la resolución que se notifique.

13.11.- Notificaciones a terceros extraños al procedimiento.

Artículo 30 fracción I, LA.- se deben notificar personalmente:

I.- Cuando deban hacerse al quejoso, tercero perjudicado o persona extraña al juicio, con domicilio o casa señalados para oír notificaciones en el lugar de la residencia del juez o tribunal que conozca del asunto, el notificador respectivo buscará a la persona a quien deba hacerse, para que la diligencia se entienda directamente con ella; si no la encontrare, le dejará citatorio para hora fija, dentro de las veinticuatro horas siguientes; y si no se espera, se hará la notificación por lista.

El citatorio se entregará a los parientes, empleados o domésticos del interesado, o a cualquier otra persona que viva en la casa, después de que el notificador se haya cerciorado de que vive allí la persona que debe ser notificada; de todo lo cual asentará razón en autos. Si la notificación debe hacerse en la casa o despacho señalado para oír notificaciones, el notificador entregará el citatorio a las personas que vivan en esa casa o se encontraren en el despacho, asentando razón en el expediente. El citatorio contendrá síntesis de la resolución que deba notificarse.

13.12.- Notificaciones por telégrafo:

Deben practicarse acudiendo el empleado del juzgado federal a la oficina de telégrafos de la población donde tenga su asiento el tribunal del conocimiento del juicio, a depositar la pieza de autos correspondiente, teniéndose por practicada la notificación correspondiente el día en que la parte a quien se vaya a notificar, reciba el telegrama. Establecido en el artículo 23 Tercer Párrafo y 31 de la L.A

13.13.- Sanción, consecuencias y efectos por la falta de notificación:

Artículo 32 de la L.A:.- Las notificaciones que no fueren hechas en la forma que establecen las disposiciones precedentes, serán nulas. Las partes perjudicadas podrán pedir la nulidad a que se refiere este artículo, antes de dictarse sentencia definitiva, en el expediente que haya motivado la

notificación cuya nulidad se pide, y que se reponga el procedimiento desde el punto en que se incurrió en la nulidad.

Este incidente, que se considerará como de especial pronunciamiento, pero que no suspenderá el procedimiento, se substanciará en una sola audiencia, en la que se recibirán las pruebas de las partes, se oirán sus alegatos, que no excederán de media hora para cada una y se dictará la resolución que fuere procedente. Si se declarare la nulidad de la notificación, se impondrá una multa de uno a diez días de salario al empleado responsable, quien será destituido de su cargo, en caso de reincidencia.

Las promociones de nulidad notoriamente infundadas se desecharán de plano y se impondrá al promovente una multa de quince a cien días de salario.

13.14.- Requisitos que contiene la notificación por lista en amparo indirecto:

Artículo 28, Fracción III, 2do Párrafo, LA. En la lista se expresará el número del juicio o del incidente de suspensión de que se trate; el nombre del quejoso y de la autoridad o autoridades responsables y síntesis de la resolución que se notifique.

Aunando a esos puntos debe mencionarse la fecha de la resolución por notificar y al final de la lista la fecha de la misma a fin de determinar cuándo se practicó la notificación correspondiente.

13.15.- Requisitos de las notificaciones en amparo indirecto.

Art. 28 LA.- Las notificaciones en los juicios de amparo de la competencia de los juzgados de Distrito, se harán:

I.- A las autoridades responsables y a las autoridades que tengan el carácter de terceros perjudicados, por medio de oficios que serán entregados en el domicilio de su oficina principal, en el lugar del juicio por el empleado del juzgado, quien recabará recibo en el libro talonario cuyo principal agregará a los autos, asentando en ellos la razón correspondiente; y fuera del lugar del juicio, por correo, en pieza certificada con acuse de recibo, el cual se agregará a los autos. Cuando no existiere el libro talonario, se recabará el recibo correspondiente;

II.- Personalmente, a los quejosos privados de su libertad, ya sea en el local del juzgado o en el establecimiento en que se hallen recluidos, si radican en el lugar del juicio; o por medio de exhorto o despacho si se encontraren fuera de él.

Lo anterior se observará, salvo el caso de que los quejosos hubiesen designado persona para recibir notificaciones o tuviesen representante legal o apoderado;

También deberán notificarse personalmente a los interesados los requerimientos o prevenciones que se les formulen.

III.- A los agraviados no privados de la libertad personal, a los terceros perjudicados, a los apoderados, procuradores, defensores, representantes, personas autorizadas para oír

notificaciones y al Ministerio Público, por medio de lista que se fijará en lugar visible y de fácil acceso, del juzgado. La lista se fijará a primera hora de despacho del día siguiente al de la fecha de la resolución. Si alguna de las partes mencionadas no se presenta a oír notificación personal hasta las catorce horas del mismo día, se tendrá por hecha, poniendo el actuario la razón correspondiente.

En la lista a que se refiere el párrafo anterior, se expresará el número del juicio o del incidente de suspensión de que se trate; el nombre del quejoso y de la autoridad o autoridades responsables y síntesis de la resolución que se notifique.

13.16.- Requisitos de las notificaciones por cédula.

1. La resolución que se notifica,2. El día que se notifica, Sello de la autoridad, Número de amparo, Nombre del quejoso.

13.17.- ¿Puede promoverse incidente de nulidad de actuaciones por indebida notificación o por notificarse de manera diversa a la prevista por la ley?

Si, y se llama incidente de nulidad de actuaciones o de notificaciones, como lo establece el artículo 32 de la L.A

13.18.- Como se realizan las notificaciones de la competencia de los juzgados de Distrito: a las autoridades responsables, a las autoridades que tengan el carácter de terceros perjudicados, a los quejosos privados de su libertad, a los terceros perjudicados, a los apoderados jurídicos, procuradores, defensores, representantes y personas autorizadas para oír notificaciones.

Articulo 28 y 30 de la L.A

13.19.- Como se realizan las notificaciones de amparo del conocimiento de la Suprema Corte de Justicia o Tribunales Colegiados de Circuito.

Artículo 29 de la L.A

13.20.- Cuales son las reglas que deben de seguirse para que sean válidas las notificaciones personales, en los términos de lo dispuesto por el artículo 30.

Artículo 30 Fracción I, II, y III, LA:

I.- A las autoridades responsables y a las autoridades que tengan el carácter de terceros perjudicados, por medio de oficio, por correo, en pieza certificada con acuse de recibo, cuando se trate de notificar el auto que admita, deseche o tenga por no interpuesta la demanda; el que admita, deseche o tenga por no interpuesto cualquier recurso; el que declare la competencia o

incompetencia de la Suprema Corte de Justicia o de un Tribunal Colegiado de Circuito; los autos de sobreseimiento; y la resolución definitiva pronunciada por la Suprema Corte de Justicia o por un Tribunal Colegiado de Circuito, en amparo del conocimiento de ellos. En todo caso, al oficio por el que se haga la notificación se acompañará el testimonio de la resolución. El acuse de recibo postal deberá agregarse a los autos.

Los jueces de Distrito al recibir el testimonio del auto que deseche o tenga por no interpuesto cualquier recurso o de la sentencia de segunda instancia pronunciada por la Suprema Corte de Justicia o por un Tribunal Colegiado de Circuito, en juicios de amparo promovidos ante dichos jueces, notificarán esas resoluciones a las autoridades responsables por medio de oficio remitido por correo, en pieza certificada con acuse de recibo, acompañándoles copia certificada de la resolución que tenga que cumplirse. El acuse de recibo será agregado a los autos;

II.- Al Procurador General de la República se le notificará por medio de oficio el primer auto recaído en los expedientes de la competencia de la Suprema Corte de Justicia.

Al Agente del Ministerio Público Federal adscrito a los Tribunales Colegiados de Circuito se le notificará por medio de oficio el primer auto recaído en los expedientes de la competencia de dichos Tribunales.

Las demás notificaciones al Ministerio Público Federal, se le harán por medio de lista.

III.- Fuera de los casos a que se refieren las fracciones anteriores, las notificaciones, en materia de amparo, en la Suprema Corte de Justicia o en los Tribunales Colegiados de Circuito, se harán con arreglo a las fracciones II y III del artículo precedente.

13.21.- En qué condiciones y porque causas deben notificarse por la línea telegráfica resoluciones judiciales.

Artículo 23, 3er Párrafo y 31de L.A.-

Artículo 23, 3er Párrafo. Para los efectos de esta disposición, los jefes y encargados de las oficinas de correos y telégrafos estarán obligados a recibir y transmitir, sin costo alguno para los interesados ni para el gobierno, los mensajes en que se demande amparo por alguno de los actos enunciados, así como los mensajes y oficios que expidan las autoridades que conozcan de la suspensión, aun fuera de las horas del despacho y aun cuando existan disposiciones en contrario de las autoridades administrativas. La infracción de lo prevenido en este párrafo se castigará con la sanción que el Código Penal aplicable en materia federal señala para el delito de resistencia de particulares y desobediencia.

Artículo 31.- En casos urgentes, cuando lo requiera el orden público o fuere necesario para la mejor eficacia de la notificación, la autoridad que conozca del amparo o del incidente de suspensión, podrá ordenar que la notificación se haga a las autoridades responsables por la vía telegráfica, sin perjuicio de hacerla conforme al artículo 28, fracción I, _de esta ley. El mensaje se transmitirá gratuitamente, _si se trata de cualquiera de los actos a que se refiere el párrafo segundo del artículo 23 de esta ley, y a costa del interesado en los demás casos. Aun cuando no

se trate de casos urgentes, la notificación podrá hacerse por la vía telegráfica, si el interesado cubre el costo del mensaje.

13.22.- El incidente de nulidad de actuaciones de notificaciones, puede hacerse valer hasta que momento procesal; si suspende el procedimiento y cuál es el trámite contra este.

Artículo 32, LA.- Las notificaciones que no fueren hechas en la forma que establecen las disposiciones precedentes, serán nulas. Las partes perjudicadas podrán pedir la nulidad a que se refiere este artículo, antes de dictarse sentencia definitiva, en el expediente que haya motivado la notificación cuya nulidad se pide, y que se reponga el procedimiento desde el punto en que se incurrió en la nulidad.

Este incidente, que se considerará como de especial pronunciamiento, pero que no suspenderá el procedimiento, se substanciará en una sola audiencia, en la que se recibirán las pruebas de las partes, se oirán sus alegatos, que no excederán de media hora para cada una y se dictará la resolución que fuere procedente. Si se declarare la nulidad de la notificación, se impondrá una multa de uno a diez días de salario al empleado responsable, quien será destituido de su cargo, en caso de reincidencia.

14.- INCIDENTES:

14.1.- Concepto y razón de existencia;

Procedimiento legalmente establecido para resolver cualquier cuestión que, con independencia de la principal, surja en un proceso.

El incidente implica la presencia de una controversia anexa a la principal es decir, de una Litis accesoria a la de fondo, la cual puede ser resuelta en la misma sentencia definitiva o en una sentencia especial.

14.2.- Interpretación del artículo 35 de la L.A.

Artículo 35.- En los juicios de amparo no se substanciarán más artículos de especial pronunciamiento que los expresamente establecidos por esta ley.

En los casos de reposición de autos, el juez ordenará la práctica de certificación en la que se hará constar la existencia anterior y la falta posterior del expediente. Queda facultado el juzgador para investigar de oficio la existencia de las piezas de autos desaparecidas, valiéndose para ello de todos los medios que no sean contrarios a la moral o al Derecho. Si la pérdida es imputable a alguna de las partes, la reposición se hará a su costa, quien además pagará los daños y perjuicios que el extravío y la reposición ocasionen y quedará sujeta a las sanciones previstas por el Código Penal. Contra la interlocutoria que dicten los jueces de Distrito en el incidente de reposición de autos, procede el recurso de revisión.

Los demás incidentes que surjan, si por su naturaleza fueren de previo y especial pronunciamiento, se decidirán de plano y sin forma de substanciación. Fuera de estos casos, se fallarán juntamente con el amparo en la sentencia definitiva, salvo lo que dispone esta ley sobre el incidente de suspensión.

14.3.- suspensión;

14.4.- Incompetencia;

Artículo 53, LA.- Luego que se suscite una cuestión de competencia, las autoridades contendientes suspenderán todo procedimiento, hecha excepción del incidente de suspensión que se continuará tramitando hasta su resolución y debida ejecución.

14.5.- Nulidad de actuaciones;

Es un incidente de previo y especial pronunciamiento, que tiene una forma especial de substanciarse y que prevé el artículo 32 de la L.A.

14.6.- Incidente de daños y perjuicios para hacer efectiva la fianza o contraafianza otorgada en la suspensión.

Artículo 129, LA.- Cuando se trate de hacer efectiva la responsabilidad proveniente de las garantías y contragarantías que se otorguen con motivo de la suspensión, se tramitará ante la autoridad que conozca de ella un incidente, en los términos prevenidos por el Código Federal de Procedimientos Civiles. Este incidente deberá promoverse dentro de los seis meses siguientes al día en que se notifique a las partes la ejecutoria de amparo; en la inteligencia de que, de no presentarse la reclamación dentro de ese término, se procederá a la devolución o cancelación, en su caso, de la garantía o contragarantía, sin perjuicio de que pueda exigirse dicha responsabilidad ante las autoridades del orden común.

Artículo 125, L.A.- En los casos en que es procedente la suspensión pero pueda ocasionar daño o perjuicio a tercero, se concederá si el quejoso otorga garantía bastante para reparar el daño e indemnizar los perjuicios que con aquélla se causaron si no obtiene sentencia favorable en el juicio de amparo.

Cuando con la suspensión puedan afectarse derechos del tercero perjudicando que no sean estimables en dinero, la autoridad que conozca del amparo fijará discrecionalmente el importe de la garantía.

Artículo 126, LA.- La suspensión otorgada conforme al artículo anterior, quedará sin efecto si el tercero da, a su vez, caución bastante para restituir las cosas al estado que guardaban antes de la violación de garantías y pagar los daños y perjuicios que sobrevengan al quejoso, en el caso de que se le conceda el amparo.

14.7.- Tramitación de los incidentes; tipos de sentencia y recursos que admiten.

Sentencia interlocutoria.- Cuando el incidente es resuelto por una sentencia distinta a la definitiva y sentencia incidental: cuando se dicta la sentencia del incidente en la sentencia definitiva debiendo diferenciarse concretamente de la sentencia definitiva.

Y admite el recurso de revisión de acuerdo al artículo 83 Fracción II, III.

14.8.- Los incidentes en el amparo se substanciaran en el de especial pronunciamiento.

Artículo 35, LA.- En los juicios de amparo no se substanciarán más artículos de especial pronunciamiento que los expresamente establecidos por esta ley.

Los demás incidentes que surjan, si por su naturaleza fueren de previo y especial pronunciamiento, se decidirán de plano y sin forma de substanciación. Fuera de estos casos, se fallarán juntamente con el amparo en la sentencia definitiva, salvo lo que dispone esta ley sobre el incidente de suspensión.

14.9.- Señale el procedimiento del incidente de reposición de autos.

Cuando alguna de las pieza de autos o todo el expediente se ha perdido, se inicia este incidente pendiente a reintegrar las piezas pérdidas o a confeccionar nuevamente todo el expediente.

Artículo 35 de la L.A:

En los casos de reposición de autos, el juez ordenará la práctica de certificación en la que se hará constar la existencia anterior y la falta posterior del expediente. Queda facultado el juzgador para investigar de oficio la existencia de las piezas de autos desaparecidas, valiéndose para ello de todos los medios que no sean contrarios a la moral o al Derecho. Si la pérdida es imputable a alguna de las partes, la reposición se hará a su costa, quien además pagará los daños y perjuicios que el extravío y la reposición ocasionen y quedará sujeta a las sanciones previstas por el Código Penal. Contra la interlocutoria que dicten los jueces de Distrito en el incidente de reposición de autos, procede el recurso de revisión.

14.10.- Que incidentes se tramitan de previo y especial pronunciamiento.

El de acumulación de expedientes, El de reposición de autos, El de nulidad de actuaciones.

14.11.- Que incidentes se deciden de plano y sin formar substanciación:

Artículo 35 último párrafo, LA.- Los demás incidentes que surjan, si por su naturaleza fueren de previo y especial pronunciamiento, se decidirán de plano y sin forma de substanciación. Fuera de estos casos, se fallarán juntamente con el amparo en la sentencia definitiva, salvo lo que dispone esta ley sobre el incidente de suspensión.

15.- SUSPENSIÓN:

15.1.- Qué es la suspensión del acto reclamado en un juicio de amparo.

La suspensión del acto reclamado es la institución jurídica que obliga a las autoridades estatales señaladas como responsables en una demanda de amparo, a detener su actuar, durante el tiempo en que está en trámite el juicio de garantías, evitando con ello que se consume el acto con efectos irreparables y que el juicio quede sin materia.

La suspensión en el juicio de amparo es la paralización, la detención del acto reclamado, de manera que si este no se ha producido, no nazca, y, si ya se inició, no prosiga, no continúe, que se detengan temporalmente, que se paralicen sus consecuencias o resultados, que se evite que éstos se realicen.

15.2.- Objeto de la suspensión:

El objetivo de esta medida cautelar es la de mantener viva la materia del juicio de garantías, para evitar que se consume de modo irreparable el acto reclamado

15.3.- Efectos de la suspensión del acto reclamado:

Los efectos de la suspensión de oficio únicamente consistirán en ordenar que cesen los actos que directamente pongan en peligro la vida, permitan la deportación o el destierro del quejoso o la ejecución de alguno de los actos prohibidos por el artículo 22 constitucional; y tratándose de los previstos en la fracción II de este artículo, serán los de ordenar que las cosas se mantengan en el estado que guarden, tomando el juez las medidas pertinentes para evitar la consumación de los actos reclamados.

Frac II.- Cuando se trate de algún otro acto, que, si llegare a consumarse, haría físicamente imposible restituir al quejoso en el goce de la garantía individual reclamada.

15.4.- Procedencia de la suspensión según la naturaleza del acto reclamado: de particulares, positivos, prohibitivos, negativos con efectos positivos, Consumados, declarativos, tacto sucesivo, futuros inminentes y probables.

15.5.- Alcances y efectos de la suspensión cuando se reclama una ley como inconstitucionalSolamente los actos que de ella emanen son susceptible de ser suspendidos, y no la propia ley. La suspensión procedente en este caso es la suspensión a petición de parte, por lo que debe ser solicitada por el quejoso, debiendo reunir los demás requisitos del Artículo 124, LA.

15.6.- Se otorga la suspensión contra la promulgación, publicación, vigencia y aplicación de una ley? Explique

Solo se otorga en cuanto a la aplicación o ejecución del acto emanado de la ley, y no la expedición de la ley.

Así pues, la promulgación, publicación y vigencia de la ley no es susceptible de suspensión, toda vez que tiene procedencia distinta del amparo, debiendo ser impugnadas por medio de la acción de inconstitucionalidad y la controversia constitucional establecidas en el artículo 105 constitucional.

15.-7.- Suspensión de oficio: causas, procedimientos y efectos:

Artículo 123, LA.- Procede la suspensión de oficio:

I.- Cuando se trate de actos que importen peligro de privación de la vida, deportación o destierro o alguno de los prohibidos por el artículo 22 de la Constitución Federal;

II.- Cuando se trate de algún otro acto, que, si llegare a consumarse, haría físicamente imposible restituir al quejoso en el goce de la garantía individual reclamada.

15.8.-Tiene efectos restitutorios la suspensión?

15.9.- En la suspensión de oficio: diferencia entre ordenar que cesan los actos y el de ordenar que las cosas se mantengan en el estado que guardan,

Si el acto reclamado importa peligro de privación de la vida, deportación, destierro, o la aplicación de una de las penas prohibidas por el artículo 22 constitucional (tortura), los efectos de la suspensión consistirán en que tales efectos cesen en cuanto a su ejecución (Art. 123 último párrafo, LA)

Cuando el acto reclamado consiste en algún acto que de ejecutarse, haga físicamente imposible restituir al quejoso en el goce de la garantía individual violada, la suspensión tendrá como efecto que las cosas se mantengan en el estado que guarden, hasta en tanto no se resuelva el juicio de amparo. En estos casos, el juez tomará las medidas necesarias para que el acto no se materialice (Art. 123 último párrafo, LA)

15.10.-En la suspensión de oficio debe otorgarse fianza?

15.11.-La suspensión de oficio se concede de plano y se tramita dentro del mismo juicio principal o en cuerda por separado.

Artículo 123, penúltimo párrafo de la Ley de Amparo. La suspensión a que se refiere este artículo se decretará de plano en el mismo auto en que el juez admita la demanda, comunicándose sin demora a la autoridad responsable, para su inmediato cumplimiento, haciendo uso de la vía telegráfica, en los términos del párrafo tercero del artículo 23 de esta ley.

15.12.-Con que requisitos se concede la suspensión a petición de parte:

Artículo 124, LA.- Fuera de los casos a que se refiere el artículo anterior, la suspensión se decretará cuando concurran los requisitos siguientes:

I.- Que la solicite el agraviado;II.- Que no se siga perjuicio al interés social, ni se contravengan disposiciones de orden público.III.- Que sean de difícil reparación los daños o perjuicios que se causen al agraviado con la ejecución del acto.

15.13.- Para qué casos procede la suspensión a petición de parte:

15.14.- Que se entiende por perjuicio al interés social y contravenciones a disposiciones de orden público, para que no proceda la suspensión a petición de pare.

Art. 124, LA. Se considera, entre otros casos, que sí se siguen esos perjuicios o se realizan esas contravenciones, cuando de concederse la suspensión:

Se continúe el funcionamiento de centros de vicio, de lenocinios, la producción y el comercio de drogas enervantes;

Se permita la consumación o continuación de delitos o de sus efectos;

Se permita el alza de precios con relación a artículos de primera necesidad o bien de consumo necesario;

Se impida la ejecución de medidas para combatir epidemias de carácter grave, el peligro de invasión de enfermedades exóticas en el país, o la campaña contra el alcoholismo y la venta de sustancias que envenenen al individuo o degenere la raza;

Se permita el incumplimiento de las órdenes militares;

Se produzca daño al medio ambiente, al equilibrio ecológico o que por ese motivo afecte la salud de las personas, y

Se permita el ingreso en el país de mercancías cuya introducción esté prohibida en términos de Ley o bien se encuentre en alguno de los supuestos previstos en el artículo 131 párrafo segundo de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; se incumplan con las normas relativas a regulaciones y restricciones no arancelarias a la exportación o importación, salvo el caso de las cuotas compensatorias, las cuales se apegarán a lo regulado en el artículo 135 de esta Ley; se incumplan con las Normas Oficiales Mexicanas; se afecte la producción nacional;

15.15.- Porque no se puede conceder la suspensión, cuando sea difícil la reparación del daño y perjuicios que se causen al agraviado con la ejecución del acto.

15.16.- Procedimiento de la suspensión a petición de parte; enumerando todas sus etapas, incluyendo la segunda instancia.

Auto inicial del incidente suspencional:

Al iniciarse el incidente de suspensión, el juez de Distrito emite un auto, en el que Se otorga o niega la suspensión provisional; de otorgar la suspensión, establece el estado en que han de quedar las cosas (los efectos de la suspensión); requiere a la responsable la rendición de un informe previo; y Fija fecha y hora para que tenga verificativo la audiencia incidental dentro de la 72 horas siguientes a la en que dé inicio el incidente

Informe previo:

Documento en que la autoridad responsable expresa si son o no ciertos los hechos que se le atribuyen.

Audiencia incidental:

Consta de tres etapas: Probatoria De alegatos Sentencia interlocutoria

Artículo 131, LA.- Promovida la suspensión conforme al artículo 124 de esta ley, el juez de Distrito pedirá informe previo a la autoridad responsable, quien deberá rendirlo dentro de veinticuatro horas. Transcurrido dicho término, con informe o sin él, se celebrará la audiencia dentro de setenta y dos horas, excepto el caso previsto en el artículo 133, en la fecha y hora que se hayan señalado en el auto inicial, en la que el juez podrá recibir únicamente las pruebas documental o de inspección ocular que ofrezcan la partes, las que se recibirán desde luego; y oyendo los alegatos del quejoso, del tercero perjudicado, si lo hubiera, y del Ministerio Público, el juez resolverá en la misma audiencia, concediendo o negando la suspensión o lo que fuere procedente con arreglo al artículo 134 de esta ley.

15.17.- Que recurso admite el acto que niega la suspensión provisional.

Artículo 95, LA.- El recurso de queja es procedente:

XI.- Contra las resoluciones de un juez de Distrito o del superior del Tribunal responsable, en su caso, en que concedan o nieguen la suspensión provisional.

15.18.- Qué es la suspensión provisional

La suspensión provisional, es aquella que se dicta al admitirse la demanda de garantías y su duración es temporal, hasta en tanto se emita la definitiva;

Ver Art. 130, LA

15.19.- Que es la suspensión definitiva y en qué momento se otorga

La suspensión definitiva, es aquella que se pronuncia en base a los informes previos y a las pruebas que obren en el incidente y su duración es hasta en tanto se emita la sentencia ejecutoria en el juicio de amparo.

Ver Art. 130, LA

15.20.- Que recurso admite la resolución que otorga la suspensión definitiva o la niega.

Artículo 83, LA.- Procede el recurso de revisión:

II.- Contra las resoluciones de los jueces de Distrito o del superior del Tribunal responsable, en su caso, en las cuales:

a) Concedan o nieguen la suspensión definitiva;

15.21.- Cuando se debe otorgar garantía por parte del quejoso para que sea procedente la suspensión.

Artículo 124 bis, LA.- Para la procedencia de la suspensión contra actos derivados de un procedimiento penal que afecten la libertad personal, el juez de amparo deberá exigir al quejoso que exhiba garantía, sin perjuicio de las medidas de aseguramiento que estime convenientes.

15.22.- Con qué propósito se fija fianza al quejoso para concederle la suspensión de los actos que reclama.

Artículo 125, LA.- En los casos en que es procedente la suspensión pero pueda ocasionar daño o perjuicio a tercero, se concederá si el quejoso otorga garantía bastante para reparar el daño e indemnizar los perjuicios que con aquélla se causaron si no obtiene sentencia favorable en el juicio de amparo.

Cuando con la suspensión puedan afectarse derechos del tercero perjudicando que no sean estimables en dinero, la autoridad que conozca del amparo fijará discrecionalmente el importe de la garantía.

15.23.- Criterios para la fijación del monto de la fianza fijada al quejoso para que surta efectos la suspensión.

Artículo 124 bis, LA.- Para la procedencia de la suspensión contra actos derivados de un procedimiento penal que afecten la libertad personal, el juez de amparo deberá exigir al quejoso que exhiba garantía, sin perjuicio de las medidas de aseguramiento que estime convenientes.

El juez de amparo fijará el monto de la garantía, tomando en cuenta los elementos siguientes:

I. La naturaleza, modalidades y características del delito que se impute al quejoso;

II. La situación económica del quejoso, y

III. La posibilidad de que el quejoso se sustraiga a la acción de la justicia.

15.24.- En que casos se debe otorgar una contraafianza en un incidente de suspensión, quien lo solicita y que presupuestos deben de existir para su concesión.

Artículo 126, LA.- La suspensión otorgada conforme al artículo 125, quedará sin efecto si el tercero da, a su vez, caución bastante para restituir las cosas al estado que guardaban antes de la violación de garantías y pagar los daños y perjuicios que sobrevengan al quejoso, en el caso de que se le conceda el amparo.

Para que surta efectos la caución que ofrezca el tercero, conforme al párrafo anterior, deberá cubrir previamente el costo de la que hubiese otorgado al quejoso. Este costo comprenderá:

I.- Los gastos o primas pagados, conforme a la ley, a la empresa afianzadora legalmente autorizada que haya otorgado la garantía;

II.- El importe de las estampillas causadas en certificados de libertad de gravámenes y de valor fiscal de la propiedad cuando hayan sido expresamente recabados para el caso, con los que un fiador particular haya justificado su solvencia, más la retribución dada al mismo, que no excederá, en ningún caso, del cincuenta por ciento de lo que cobraría una empresa de fianzas legalmente autorizada;

III.- Los gastos legales de la escritura respectiva y su registro, así como los de la cancelación y su registro, cuando el quejoso hubiere otorgado garantía hipotecaria;

IV.- Los gastos legales que acredite el quejoso haber hecho para constituir el depósito.

15.25.- Cuando el tercero da una contrafianza a que tiende su otorgamiento.

Artículo 126, LA.- La suspensión otorgada conforme al artículo 125, quedará sin efecto si el tercero da, a su vez, caución bastante para restituir las cosas al estado que guardaban antes de la violación de garantías y pagar los daños y perjuicios que sobrevengan al quejoso, en el caso de que se le conceda el amparo.

Es decir, la contragarantía es la cantidad de dinero que otorga el tercero perjudicado, a fin de que el juez permita la ejecución del acto reclamado, y para el caso de que se otorgue la protección federal al quejoso, se le indemnice por los daños y perjuicios que le hayan sido causados con motivo de la ejecución de mérito.

15.26.- Que gastos, costos y demás deben de incluirse en los momentos de la contrafianza otorgada por el tercero perjudicado.

Art. 126, LA.

I.- Los gastos o primas pagados, conforme a la ley, a la empresa afianzadora legalmente autorizada que haya otorgado la garantía;

II.- El importe de las estampillas causadas en certificados de libertad de gravámenes y de valor fiscal de la propiedad cuando hayan sido expresamente recabados para el caso, con los que un fiador particular haya justificado su solvencia, más la retribución dada al mismo, que no excederá, en ningún caso, del cincuenta por ciento de lo que cobraría una empresa de fianzas legalmente autorizada;

III.- Los gastos legales de la escritura respectiva y su registro, así como los de la cancelación y su registro, cuando el quejoso hubiere otorgado garantía hipotecaria;

IV.- Los gastos legales que acredite el quejoso haber hecho para constituir el depósito.

15.27.- En qué casos no se admite la contraafianza del tercero perjudicado.

Artículo 127, LA.- No se admitirá la contrafianza cuando de ejecutarse el acto reclamado quede sin materia el amparo, ni en el caso del párrafo segundo del artículo 125 de esta ley.

15.28.- Quien fija las fianzas y las contraafianzas en el juicio de amparo.

Artículo 128, LA.- El juez de Distrito fijará el monto de la garantía y contragarantía a que se refieren los artículos 125 y 126.

15.29.- Que autoridades faculta la ley para tramitar ante ellas la suspensión, tanto en el amparo directo como en el indirecto.

Amparo directo: Juez de DistritoAmparo directo: La autoridad responsable. Art 170, LA.

15.30.- Con que requisitos pueden hacerse efectivas las fianzas y las contraafianzas. Señale el procedimiento y tramite.

15.31.- Alcance de la sentencia pronunciada en un incidente de responsabilidad de daños y perjuicios para hacer efectiva una fianza o contrafianza.

El juez federal no va a dictar sentencia dentro de ese incidente condenando la entrega de la garantía o contragarantía respectiva, en su integridad, sino tan solo por el importe de los daños y perjuicios que hayan sido acreditados como los generados.

15.32.- Puede exigirse la responsabilidad de daños y perjuicios ante autoridades del orden común, por daños causados por una suspensión del acto reclamado?

15.33.- En qué casos procede la suspensión con la sola presentación de la demanda de amparo.

Artículo 130, LA.- En los casos en que proceda la suspensión conforme al artículo 124 de esta ley, si hubiere peligro inminente de que se ejecute el acto reclamado con notorios perjuicios para el quejoso, el juez de Distrito, con la sola presentación de la demanda de amparo, podrá ordenar que las cosas se mantengan en el estado que guarden hasta que se notifique a la autoridad responsable la resolución que se dicte sobre la suspensión definitiva, tomando las medidas que estime convenientes para que no se defrauden derechos de tercero y se eviten perjuicios a los interesados, hasta donde sea posible, o bien las que fueren procedentes para el aseguramiento del quejoso, si se tratare de la garantía de la libertad personal.

15.34.- Que debe de contener un informe previo.

Artículo 132.- El informe previo se concretará a expresar si son o no ciertos los hechos que se atribuyen a la autoridad que lo rinde, y que determinen la existencia del acto que de ella se reclama, y, en su caso, la cuantía del asunto que lo haya motivado; pudiendo agregarse las razones que se estimen pertinentes sobre la procedencia o improcedencia de la suspensión.

15.35.- Que pruebas pueden ofrecerse en la audiencia incidental.

Artículo 131, LA.-juez podrá recibir únicamente las pruebas documental o de inspección ocular que ofrezcan las partes.

Cuando se trate de alguno de los actos a que se refiere el artículo 17 de esta ley, podrá también el quejoso ofrecer prueba testimonial.

Artículo 17.- Cuando se trate de actos que importen peligro de privación de la vida, ataques a la libertad personal fuera de procedimiento judicial, deportación o destierro, o alguno de los actos prohibidos por el artículo 22 de la Constitución Federal, y el agraviado se encuentre imposibilitado para promover el amparo, podrá hacerlo cualquiera otra persona en su nombre, aunque sea menor de edad.

15.36.- La falta de informe previo que presunción establece.

Artículo 132, último párrafo, LA.- La falta de informes establece la presunción de ser cierto el acto que se estima violatorio de garantías, para el solo efecto de la suspensión; hace además incurrir a la autoridad responsable en una corrección disciplinaria, que le será impuesta por el mismo juez de Distrito en la forma que prevengan las leyes para la imposición de esta clase de correcciones.

15.37.- Alcances de la suspensión en materia fiscal, cuando se trate del cobro de contribuciones. Amplié la contestación como pregunta de tema.

Artículo 135, LA.- Cuando el amparo se pida contra el cobro de contribuciones y aprovechamientos, podrá concederse discrecionalmente la suspensión del acto reclamado, la que surtirá efectos previo depósito del total en efectivo de la cantidad a nombre de la Tesorería de la Federación o la de la entidad federativa o municipio que corresponda, depósito que tendrá que cubrir el monto de las contribuciones, aprovechamientos, multas y accesorios que se lleguen a

causar, asegurando con ello el interés fiscal. En los casos en que se niegue el amparo, cuando exista sobreseimiento del mismo o bien cuando por alguna circunstancia se deje sin efectos la suspensión en el amparo, la autoridad responsable hará efectivos los depósitos.

15.38.- Puede concederse la suspensión de un procedimiento judicial?

15.39.- Cuando el acto reclamado afecte la libertad personal del quejoso, en qué términos se concede la suspensión, según las hipótesis de artículo 136 de la ley de la materia.

Artículo 136, LA.- Si el acto reclamado afecta la libertad personal, la suspensión sólo producirá el efecto de que el quejoso quede a disposición del juez de Distrito únicamente en cuanto a ella se refiera, quedando a disposición de la autoridad que deba juzgarlo, cuando el acto emane de un procedimiento del orden penal por lo que hace a la continuación de éste.

15.40.- Como se da cumplimiento y ejecución a un auto de suspensión?

Artículo 139, LA.- El auto en que un juez de Distrito conceda la suspensión surtirá sus efectos desde luego, aunque se interponga el recurso de revisión; pero dejará de surtirlos si el agraviado no llena, dentro de los cinco días siguientes al de la notificación, los requisitos que se le hayan exigido para suspender el acto reclamado.

Cuando se ha concedido la suspensión del acto reclamado en su etapa de suspensión definitiva, el juez de distrito notifica dicha resolución a la autoridad responsable, para que ésta la acate y en caso de que no cumpla con esa sentencia, el quejoso podrá promover un incidente de cumplimiento de la interlocutoria suspencional.

15.41.- Trámite y procedimiento de la suspensión en el amparo directo, señalando la autoridad, términos y formas de producirse y causar efectos para las partes.

Artículo 170, LA.- En los juicios de amparo de la competencia de los Tribunales Colegiados de Circuito, la autoridad responsable decidirá sobre la suspensión de la ejecución del acto reclamado con arreglo al artículo 107 de la Constitución, sujetándose a las disposiciones de esta ley.

La suspensión en amparo directo puede ser: de oficio o a petición de parte

15.42.- Como se da el trámite de la suspensión en amparo directo.

15.43.- Cuando procede la suspensión de oficio y que requisitos se deben llenar?

Artículo 171, LA.- Cuando se trate de sentencias definitivas dictadas en juicios del orden penal, al proveer la autoridad responsable, conforme a los párrafos primero y segundo del artículo 168 de esta ley, mandará suspender de plano la ejecución de la sentencia reclamada.

Artículo 168, LA.- Cuando no se presentaren las copias a que se refiere el artículo anterior, o no se presentaren todas las necesarias en asuntos del orden civil, administrativo o del trabajo, la

autoridad responsable se abstendrá de remitir la demanda al Tribunal Colegiado de Circuito, y de proveer sobre la suspensión, y mandará prevenir al promovente que presente las copias omitidas dentro del término de cinco días. Transcurrido dicho término sin presentarlas, la autoridad responsable remitirá la demanda, con el informe relativo sobre la omisión de las copias, a dicho Tribunal, quien tendrá por no interpuesta la demanda.

En asuntos del orden penal, la falta de exhibición de las copias de la demanda de amparo no será motivo para tenerla por no interpuesta. En este supuesto, el tribunal que conozca del amparo mandará sacar las copias oficiosamente.

15.44.- Podrá concederse la suspensión por comparecencia del quejoso?

15.45.- Requisitos para conceder la suspensión a petición de parte y efectos.

Artículo 173, LA.- Cuando se trate de sentencias definitivas o de resoluciones que pongan fin al juicio, dictadas en juicios del orden civil o administrativo, la suspensión se decretará a instancia del agraviado, si concurren los requisitos que establece el artículo 124, o el artículo 125 en su caso, y surtirá efecto si se otorga caución bastante para responder de los daños y perjuicios que pueda ocasionar a tercero.

Artículo 124, LA.- La suspensión se decretará cuando concurran los requisitos siguientes:

I.- Que la solicite el agraviado;II.- Que no se siga perjuicio al interés social, ni se contravengan disposiciones de orden público.III.- Que sean de difícil reparación los daños o perjuicios que se causen al agraviado con la ejecución del acto.

15.46.- En que consiste el informe previo?

Es el documento en que la autoridad responsable hace saber al Juez de Distrito dentro del cuaderno incidental, los pormenores sobre la existencia del acto reclamado y su injerencia en el mismo. En este informe, la autoridad responsable no justifica su actuar, simplemente pone en conocimiento del juzgador si el acto reclamado existe o no se ha emitido.

15.47.- Qué es la audiencia incidental, para que se concede y como se da el trámite correspondiente.

La audiencia incidental es una diligencia judicial en que las partes y el juez tienen contacto, a fin de permitir a éste resolver la cuestión incidental planteada, previo conocimiento total de la Litis incidental.

Esta audiencia consta de tres etapas, a saber: probatoria, de alegatos y del dictado de la sentencia interlocutoria y debe tener verificativo dentro de las 72 horas siguientes a la en que se dicte el auto inicial dentro de este incidente (art. 131, LA), dentro del que se señala la fecha y hora de la misma, la que se celebra de oficio, es decir, independientemente de que asistan las partes al Juzgado en esa fecha o no lo hagan.

15.48.- Qué pruebas son admisibles en la audiencia incidental?

Documental (pública y privada); La de inspección ocular; y La testimonial

15.49.- Que pruebas no son admisibles en la audiencia incidental?

La confesional y la pericial

15.50.- El auto que niegue la suspensión definitiva deja expedita la jurisdicción de la autoridad responsable para la ejecución del acto reclamado, aun cuando se interponga el recurso de revisión?

Artículo 139, 2do párrafo, LA.- El auto en que se niegue la suspensión definitiva deja expedita la jurisdicción de la autoridad responsable para la ejecución del acto reclamado, aun cuando se interponga el recurso de revisión; pero si el Tribunal Colegiado de Circuito que conozca del recurso revocare la resolución y concediere la suspensión, los efectos de ésta se retrotraerán a la fecha en que fue notificada la suspensión provisional, o lo resuelto respecto a la definitiva, siempre que la naturaleza del acto lo permita.

16.- VIOLACIONES A LAS LEYES DEL PROCEDIMIENTO:

Artículos 159, 160 y 161, LA.