Prisma Paz

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LETRAS LIBRES ABRIL 2015 40 O CTAVIO PAZ VIVIó su vida con una curiosidad insaciable, una lucidez y una pasión que ali- mentaban su pensamiento, poe- sía y prosa. Tenía una capacidad notable para ver las cosas desde ángulos diferentes, aportando una profunda comprensión y perspectivas nuevas a su significado. Su ojo percibía el mundo como a través de un calidosco- pio o un prisma. De la misma manera que la luz blanca pasa por un prisma y hace visible el espectro de los colores que la componen, Paz revelaba las gamas y los matices ocultos que constituyen las bases de la cultura. Además, como si estuviera viendo por la lente de un calidoscopio, descubría una variedad infinita de facetas, contornos y patrones de imágenes, sig- nos y símbolos, haciendo evidentes los ritmos, rimas y aso- ciaciones entre arte y poesía. Así revelaba las sorprendentes correspondencias y enlaces entre ambas disciplinas. BRIAN NISSEN En sus ensayos sobre arte, Paz no asumió la voz del crítico profesional o del historiador sino la del polemista. En la tradición de Baudelaire, supo describir la tensión que producen los opuestos y los vínculos ocultos entre arte y poesía. Prisma y calidoscopio: el ojo de Octavio Paz Ilustración: LETRAS LIBRES / Fernanda Gavito

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    Octavio paz vivi su vida con una curiosidad insaciable, una lucidez y una pasin que ali-mentaban su pensamiento, poe-sa y prosa. Tena una capacidad notable para ver las cosas desde ngulos diferentes, aportando una profunda comprensin y

    perspectivas nuevas a su significado.Su ojo perciba el mundo como a travs de un calidosco-

    pio o un prisma. De la misma manera que la luz blanca pasa por un prisma y hace visible el espectro de los colores que la componen, Paz revelaba las gamas y los matices ocultos que constituyen las bases de la cultura. Adems, como si estuviera viendo por la lente de un calidoscopio, descubra una variedad infinita de facetas, contornos y patrones de imgenes, sig-nos y smbolos, haciendo evidentes los ritmos, rimas y aso-ciaciones entre arte y poesa. As revelaba las sorprendentes correspondencias y enlaces entre ambas disciplinas.

    BRIAN NISSEN

    En sus ensayos sobre arte, Paz no asumi la voz del crtico profesional o del historiador sino la del polemista. En la tradicin de Baudelaire, supo describir la tensin que producen los opuestos y los vnculos ocultos entre arte y poesa.

    Prisma y calidoscopio: el ojo de Octavio Paz

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    Paz apoyaba sus ideas sobre el arte en las opiniones de Charles Baudelaire, el primero en acoplar los valores pic-tricos de una imagen con las ideas que transmite, obvian-do los cnones de belleza aceptados y reconociendo otros valores intrnsecos en la pintura. El primero en articular una sinestesia entre las artes mediante la bsqueda de corres-pondencias y paralelismos entre los elementos de la pintu-ra (lnea, color, composicin y ritmo) y los que dan forma a la poesa, la msica y la danza. Baudelaire afirm adems que todas las manifestaciones del arte deberan considerar-se como un lenguaje: un concepto revolucionario.

    Segn Paz, Baudelaire inserta la crtica en la creacin, inventa el arte crtico. Antes la crtica preceda o suceda a la creacin; ahora la acompaa y es, dira, su condicin. Del mismo modo que la crtica se vuelve creadora por la analo-ga, la creacin tambin es crtica por ser histrica.

    En Losprivilegiosdelavista, Paz elabor sus pensamientos y reflexiones sobre el arte, sintetizados en su aforismoEn esto ver aquello: un mantra que expres constantemente y que ratifica su percepcin de la dualidad. Nunca preten-di ser crtico ni historiador ni un experto en el tema. En un texto sobre la obra de Pablo Picasso aclara: No es un juicio ni un retrato: es una impresin. Sus ensayos sobre arte son en efecto meditaciones, contemplaciones: evaluaciones venidas de una tradicin polmica en la que el concepto de dualidad, esa tensin que se produce entre los opuestos, constituye un componente bsico que recorre toda su obra.

    Aunque abarcan distintas culturas y pocas, en las observaciones de Paz sobre arte destacan tres fuentes prin-cipales: el pantesmo precolombino cuyas deidades estn dotadas de mltiples representaciones, el libre albedro del surrealismo y su afinidad con las culturas sagradas de la India y Oriente.

    La visin cosmolgica de las culturas precolombinas conformaba un mundo donde el hombre se senta sujeto a las imponentes fuerzas de la naturaleza, fuerzas que solo podan ser controladas apaciguando, mediante ofrendas y hechizos rituales, a los dioses y diosas que las representa-ban. La cultura precolombina sigue siendo una presencia viva en la vida cotidiana de la ciudad de Mxico, donde la gente radica en un palimpsesto de tres culturas: precolom-bina, colonial y moderna. El mundo precolombino tuvo una presencia importante en la infancia de Octavio Paz: l recuerda un paseo con sus primos cerca de su casa en Mixcoac en el que descubrieron las ruinas de una pirmi-de que result ser el santuario del dios Mixcatl. Su pasin por la historia y las races culturales del Mxico antiguo tuvo un comienzo temprano.

    En 1951 Octavio Paz public guilaosol?, del cual coment: Es un pequeo libro en el que aflora el mundo precolombino como parte de mi propio subsuelopsico-lgico. guilaosol? hace referencia a la accin de echar volados con una moneda para resolver un reto o una dis-puta. Una cara de la moneda muestra un guila, la otra la Pirmide del Sol: dos aspectos de una sola cosa, a la vez dis-tintas y complementarias.

    Imgenes opuestas pero recprocas como Atl-tlachinolli (agua quemada en la lengua nhuatl) son recurrentes en las antiguas culturas de Mxico, en donde las deidades estn

    dotadas de mltiples representaciones a menudo antagni-cas o contradictorias.

    Un poema clave en guilaosol?se llama Mariposa de obsidiana. Se refiere a Itzpaplotl, diosa de la guerra pero a la vez diosa del parto. La deidad ha sido representada como una mariposa con garras de jaguar: una imagen extraordi-naria y formidable. El poema incorpora dos mitos asociados con la obsidiana. Uno referente al oscuro vidrio volcnico que se us como espejo y se crea el alma cristalizada en roca y cado del cielo, y otro a los cuchillos de obsidiana utili-zados en sacrificios rituales. En el poema, Paz juega con la interaccin de estos distintos atributos.

    Entre los ensayos que Paz escribi sobre las antiguas cul-turas de Mxico encontr uno que me interes particular-mente. En l reflexiona, con una analoga admirable, sobre la manera en que el contexto define y altera la percepcin de una obra de arte. Una de las esculturas ms grandes e impresionantes del mundo es la gran Coatlicue, una esta-tua azteca descomunal, imponente, una piedra de unas veinte toneladas coronada por dos grandes cabezas de ser-piente cara a cara y una falda de serpientes entrelazadas. Representa, entre otras cosas, a la gran Madre Tierra. Su presencia es a la vez visual y conceptual; su superficie talla-da con signos y smbolos precisa que se lea como un texto. Lo que me sorprendi fue la interpretacin que Paz asig-na a la historia del monolito: cmo sus metamorfosis estu-vieron sujetas al contexto en que apareci, trazando sus diversas encarnaciones desde diosa, demonio y curiosidad cientfica hasta una obra de arte. Para los aztecas era una diosa; para los conquistadores espaoles, una demonola-tra profana; en la Colonia era una monstruosa curiosidad arqueolgica y hoy da se le aprecia como una obra maes-tra del arte: una escasa traduccin visual del original. Paz hace con esas diversas encarnaciones una potente metfo-ra de cmo el contexto transforma y altera el significado y cmo la interrelacin entre tiempo y contexto son determi-nantes en una obra de arte.

    Octavio Paz qued cautivado por el surrealismo desde su juventud. A travs de revistas y publicaciones tuvo cono-cimiento de obras surrealistas y pelculas como Laedaddeoro de Luis Buuel, y de ese movimiento que propona no solo una nueva visin del arte sino tambin una mane-ra de vivirlo.

    En 1938 Andr Breton, profeta y fundador del movi-miento surrealista, estuvo cuatro meses de visita en Mxico. Durante la estada se le ocurri calificar al pas como surrea-lista, una opinin que, si bien responda a su credo, sospe-cho que fue una percepcin teida de exotismo. Ms que surrealista, Mxico es, si acaso, un pas mtico.

    Pero Paz no conoci a Andr Breton durante su estancia en Mxico sino a finales de 1945, cuando en plena posguerra ocup un puesto en la embajada de Mxico en Pars. Breton lleg a ser un buen amigo suyo y una influencia inspiradora.

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    Pese a que el movimiento surrealista ya se haba disuelto en su mayor parte, Breton segua abrazando nuevas ideas y adeptos, y en 1951 public Mariposa de obsidiana de Paz en el Almanaquesurrealistademediosiglo.

    El surrealismo fue una piedra de toque para Octavio Paz, que se sinti atrado por su defensa de la libertad y sus ideas iconoclastas. Una herencia en parte del movimiento Dad, cuyo objetivo era subvertir los valores burgueses, morales y estticos asociados a la carnicera de la desastrosa Primera Guerra Mundial. Aunque Paz estuvo de acuerdo con los surrealistas y adopt muchas de sus teoras, nunca se hizo miembro oficial del movimiento.

    Menos nihilista que el dadasmo, el surrealismo defen-di y adopt actos de transgresin, ruptura y provoca-cin al mismo tiempo que exaltaba el deseo, el erotismo y el reino de la imaginacin. Sus mtodos eran el automa-tismo, el azar y la ambigedad. Alab expresiones pict-ricas de culturas universales y valid las de las personas desquiciadas y aquellas hechas bajo la influencia del tran-ce alucingeno.

    Paz acopl estos preceptos de los surrealistas a su con-cepto de dualidad profundamente arraigado, asimilado de las culturas precolombinas, y que ms tarde cuajaron en su apego a las religiones orientales.

    Los ensayos que Paz dedica al arte son bsicamente de dos tipos: unos de carcter histrico o especulativos y otros sobre la obra de artistas que admiraba, conjunto en donde es posi-ble incluir sus poemas-tributos.

    Durante su visita a Pars en 1937, Paz vio el Guernica de Picasso en el pabelln de la Repblica Espaola en la Exposicin Internacional: una obra motivada por el bom-bardeo del pueblo de Guernica, una agresin deliberada-mente diseada para matar y aterrorizar a su poblacin civil. La rabia que este acto de barbarie provoc en Picasso lo motiv a pintar esa obra maestra. Lejos de ser una obra que lleva un mensaje poltico, moral o antiblico, como algunos intentan atribuirle, es en realidad un grito huma-no: una expresin de dolor y sufrimiento. Un potente ejem-plo que luego valida la antipata que senta Paz frente a las imgenes nacionalistas y demaggicas de los muralistas mexicanos. Aunque apreci sus talentos individuales, Paz rechaz obras con mensajes ideolgicos y dio un enftico apoyo a Rufino Tamayo, criticado por los muralistas por segn ellos hacer una pintura afrancesada y extranje-rizante que no coincida con sus ideas polticas. Tamayo haba asimilado tendencias contemporneas internaciona-les en su pintura y Paz lo reconoci como el pintor mexi-cano ms importante del momento, brindando tres largos ensayos en su defensa.

    La misin del arte moderno ha consistido en expresar y revelar su propia naturaleza a travs de la introspeccin, cuestionando en qu consiste la esencia del arte y su ver-dadera funcin en la sociedad. Siempre atento a las nuevas

    tendencias en el arte, Octavio Paz sintetiza: Lo que distin-gue el arte moderno del de otras edades es la crtica.

    Esta conviccin llev a Paz a escribir dos extensos ensa-yos sobre la obra de Marcel Duchamp, posiblemente el artista ms influyente de nuestro tiempo. Sin duda, Paz encontr en Duchamp un alma gemela: un pintor de ideas que rechaz la nocin de arte como un propsito exclusi-vamente visual o manual. Entre los numerosos textos que se han dedicado a Duchamp, los de Paz son los ms perspi-caces y originales. La mayora de los crticos e historiadores de arte que han analizado sus obras se centran en sus aspec-tos tericos y filosficos, atenuando la agudeza juguetona y el humor concupiscente que impregna su trabajo. Tal vez faltaba la visin de un poeta para adentrarse de otra mane-ra en sus atributos enigmticos y crpticos y desentraar las fuentes de inspiracin de Duchamp arraigadas en la irona, el deseo ertico y los juegos de palabras transformados en metforas visuales. Paz coincide y alaba ese arte que osci-la en un recurrente ciclo de afirmacin y negacin, y que abraza la contradiccin y la ambigedad como instrumen-tos de expresin.

    Una de las principales preocupaciones de Octavio Paz fue la direccin hacia donde vio que se diriga el arte, conver-tido en una mercanca que existe en un contexto disea-do por las exigencias del mercado. Vio cmo el mercado, no el artista, decide qu tendencias y qu tipo de arte llega al pblico.

    Una y otra vez Paz habl sobre esa influencia negativa y ese efecto nocivo que condiciona la creacin de obras de arte. El tiempo en el arte siempre ha sido circular, pasan-do por ciclos de renovacin, establecimiento, decadencia y reinvencin. En el siglo xx, los movimientos de vanguar-dia crearon lenguajes visuales nuevos e ideas radicales res-pecto a la naturaleza misma del arte. Paz vio que el papel de la crtica, crucial para el bienestar del arte, era desvirtuado cada vez ms por el poder del mercado con su capacidad de absorber cualquier reto contencioso o rebelde y explo-tarlo como un producto que acta dentro de su aura; vio las vanguardias cooptadas, su sustento crtico aplaudido como novedad o moda y sus obras vendidas tambin como nove-dades. Pese a esto, pienso que siempre habr buenos artistas trabajando al margen del comercio y otros que saben nave-gar en sus corrientes sin ahogarse.

    Pero la preocupacin de Paz no carece de fundamento, ya que el contexto en que se crea el arte afecta su poten-cia expresiva. El talento es una semilla que si se siem-bra en tierra frtil da un resultado robusto. Queda por ver si los cambios en los terrenos del arte venidos de la era digital, el consumo masivo y el culto a la celebridad sern fecundos, o si los involucrados en el arte se conver-tirn, ms que en participantes comprometidos, en turis-tas culturales.

    Sea como sea, la obra de Octavio Paz seguir siendo una fuente de inspiracin y un potente ejemplo para los que guardan y cultivan los espacios ntimos en donde se fragua el arte. ~