Procesos de transformación urbana del RMBA

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| 361 Intersecciones en Antropología 7: 361-374. 2006. ISSN 1666-2105 Copyright © Facultad de Ciencias Sociales - UNCPBA - Argentina María Florencia Girola. CONICET. Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. Serrano 374, piso 4, Dpto 13. (1414) Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina. E-mail [email protected] Procesos de transformación urbana en la Región Metropolitana de Buenos Aires: una mirada sobre el avance de la ciudad-negocio 1 María Florencia Girola Recibido 30 de Junio 2005. Aceptado 1 de Junio 2006 RESUMEN Este trabajo propone una exploración comparativa de dos procesos de mutación urbana que tienen lugar en áreas centrales y periféricas de la Región Metropolitana de Buenos Aires. En el contexto de la centralidad se concentrará la atención en torno a la transformación de la zona portuaria de la Ciudad de Buenos Aires a través de la denominada operación Puerto Madero; en el ámbito de la periferia se focalizará en el surgimiento de las urbanizaciones cerradas localizadas en el eje norte del Gran Buenos Aires. Para llevar adelante el objetivo de este artículo se recurrió a la noción de paisaje urbano. De este modo, en la primera sección se reconstruirán dos dinámicas diferenciales de constitución de paisajes urbanos nuevos. En el segundo apartado se analizarán los casos propuestos como productos de procesos de recualificación anclados en las estrategias de la cultura-natu- raleza y en la producción de seguridad. El artículo se nutre de un trabajo de campo etnográfico en desarrollo en cada uno de los escenarios urbanos mencionados. Palabras claves Paisaje urbano; Procesos de recualificación; Región Metropolitana de Buenos Aires; Puerto Madero; Urbanizaciones cerradas. ABSTRACT PROCESSES OF URBAN RENEWAL IN THE AREA OF METROPOLITAN BUENOS AIRES: A LOOK THROUGH THE ADVANCE OF BUSINESS-CITY. The main objective of this article is to analyze two processes of urban renewal from a comparative perspective, one in a downtown area of Metropolitan Buenos Aires and the other on the periphery of Buenos Aires. The first case focuses on the transformation of Puerto Madero, and in the second case, attention is brought to bear on the gated urban areas located in Greater Buenos Aires. Both cases are analyzed through the concept of urban landscape. A comparative analysis enables certain characteristics to be reflected upon which have been adopted by these new urban phenomena, characteristics which are related to urban recycling processes based on complementary culture/nature strategies, and the production of security. This article is based on a fieldwork carried out in these urban spaces. Keywords: Urban landscape; Urban renewal processes; Area of Metropolitan Buenos Aires; Puerto Madero; Gated communities. INTRODUCCIÓN En los últimos años, el Área o Región Metropolita- na de Buenos Aires (de ahora en adelante AMBA o RMBA, respectivamente) ha sido testigo de diversos cambios socio-espaciales que han reconfigurado el te- rritorio de esta gran aglomeración 2 . El objetivo del pre- sente trabajo consiste en explorar una perspectiva com- parativa de análisis de dos procesos de mutación ur- bana que se vienen desarrollando en áreas centrales y

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Artículo de Florencia Girola sobre la ciudad-negocio de Buenos Aires.

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Intersecciones en Antropología 7: 361-374. 2006. ISSN 1666-2105Copyright © Facultad de Ciencias Sociales - UNCPBA - Argentina

María Florencia Girola. CONICET. Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. Serrano 374, piso 4, Dpto 13.(1414) Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina. E-mail [email protected]

Procesos de transformación urbana en la RegiónMetropolitana de Buenos Aires: una mirada sobre el

avance de la ciudad-negocio1

María Florencia GirolaRecibido 30 de Junio 2005. Aceptado 1 de Junio 2006

RESUMEN

Este trabajo propone una exploración comparativa de dos procesos de mutación urbana que tienen lugar enáreas centrales y periféricas de la Región Metropolitana de Buenos Aires. En el contexto de la centralidad seconcentrará la atención en torno a la transformación de la zona portuaria de la Ciudad de Buenos Aires a través

de la denominada operación Puerto Madero; en el ámbito de la periferia se focalizará en el surgimiento de lasurbanizaciones cerradas localizadas en el eje norte del Gran Buenos Aires. Para llevar adelante el objetivo deeste artículo se recurrió a la noción de paisaje urbano. De este modo, en la primera sección se reconstruirán dosdinámicas diferenciales de constitución de paisajes urbanos nuevos. En el segundo apartado se analizarán loscasos propuestos como productos de procesos de recualificación anclados en las estrategias de la cultura-natu-raleza y en la producción de seguridad. El artículo se nutre de un trabajo de campo etnográfico en desarrollo encada uno de los escenarios urbanos mencionados.

Palabras claves Paisaje urbano; Procesos de recualificación; Región Metropolitana de Buenos Aires; PuertoMadero; Urbanizaciones cerradas.

ABSTRACT

PROCESSES OF URBAN RENEWAL IN THE AREA OF METROPOLITAN BUENOS AIRES: A LOOK THROUGHTHE ADVANCE OF BUSINESS-CITY. The main objective of this article is to analyze two processes of urban renewalfrom a comparative perspective, one in a downtown area of Metropolitan Buenos Aires and the other on theperiphery of Buenos Aires. The first case focuses on the transformation of Puerto Madero, and in the second

case, attention is brought to bear on the gated urban areas located in Greater Buenos Aires. Both cases are analyzedthrough the concept of urban landscape. A comparative analysis enables certain characteristics to be reflectedupon which have been adopted by these new urban phenomena, characteristics which are related to urbanrecycling processes based on complementary culture/nature strategies, and the production of security. This articleis based on a fieldwork carried out in these urban spaces.

Keywords: Urban landscape; Urban renewal processes; Area of Metropolitan Buenos Aires; Puerto Madero;Gated communities.

INTRODUCCIÓN

En los últimos años, el Área o Región Metropolita-na de Buenos Aires (de ahora en adelante AMBA o

RMBA, respectivamente) ha sido testigo de diversos

cambios socio-espaciales que han reconfigurado el te-rritorio de esta gran aglomeración2. El objetivo del pre-sente trabajo consiste en explorar una perspectiva com-

parativa de análisis de dos procesos de mutación ur-bana que se vienen desarrollando en áreas centrales y

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periféricas del AMBA. En el contexto de la centralidadse focalizó la mirada en la transformación de la zonaportuaria de la Ciudad de Buenos Aires (Figura 1) -por

largos años abandonada y hoy reconvertida para usosdiversos- conocida bajo el nombre de Puerto Madero.En el ámbito de la periferia se concentró en la emer-gencia de nuevos espacios residenciales que, bajo laforma de urbanizaciones cerradas, se consolidaronen partidos del eje norte del Gran Buenos Aires, másespecíficamente en las localidades de Tigre y Pilar (Fi-gura 1).

Con vistas a la consecución del propósito de esteartículo se recurrió a la noción de paisaje urbano para

dar cuenta de los espacios–procesos que han sidoconstruidos como objetos de estudio. Retomando aZukin (1996), se entiende al paisaje como aquel orde-namiento espacial impuesto o ambiente socialmenteconstruido que combina poder político y económicocon legitimación cultural. De este modo, en una pri-mera sección del artículo se contrastan dos dinámicasdiferenciales de constitución de paisajes urbanos nue-

vos, prestando especial atención al rol desempeñadopor las agencias estatales correspondientes, ya sea ensu calidad de promotoras o facilitadoras del desarrollometropolitano. En un segundo apartado se analizan loscasos propuestos a la luz del concepto de recualifica-ción, atendiendo a la reconfiguración de estos espa-cios anteriormente degradados a través de las estrate-gias complementarias de la cultura-naturaleza (Laca-

rrieu 2005) y de la producción de seguridad.

La elección de los casos que sustentan la presente

aproximación comparativa no ha sido azarosa y se

justifica por diferentes razones. En primer lugar, tantola transformación de Puerto Madero como el surgimien-to de los emprendimientos privados se produjeron

concomitantemente hacia mediados de los años ’90,volviéndose dos ejemplos altamente representativos delas modalidades de planeamiento y gestión urbanaprevalecientes durante aquel decenio. Asimismo, am-bos procesos se convirtieron en los símbolos por ex-celencia de una metrópolis que se modificaba al com-pás de la aplicación de medidas neoliberales, en losemblemas de una urbe reconfigurada principalmente

-aunque no de modo exclusivo-, para el disfrute de lossectores sociales más acomodados.

Por tratarse de un trabajo exploratorio y confronta-tivo producto de una investigación en curso, se estimanecesario asentar claramente las aproximaciones me-todológicas puestas en práctica. En cada uno de losreferentes empíricos recortados como locus de la in-vestigación (Puerto Madero y urbanizaciones cerradas),se ha desarrollado una estrategia cualitativa -de corteetnográfico- tendiente a recuperar las construcciones

de sentido de los diversos actores sociales involucra-dos en la constitución de estos espacios-procesos es-cogidos, atendiendo a sus apropiaciones diferencialesy conflictivas del territorio.

En el ámbito de Puerto Madero, la investigación seencuentra en una fase inicial que al momento de ela-boración de este artículo ha incluido: recorridos ob-servacionales y entrevistas abiertas con miembros dela Corporación Puerto Madero, con vendedores inmo-biliarios y con residentes de la zona. Asimismo, se ha

realizado una amplia recolección de fuentes secunda-rias y una búsqueda de antecedentes deinvestigaciones sobre este singular proce-so de recuperación urbana. Luego de estaetapa de apertura se pasará a una etapade focalización, la cual estará centrada enla realización de entrevistas en profundidadcon vecinos de la zona -con el fin de pro-

fundizar en sus experiencias del habitar-.

En el ámbito de los conjuntos cerra-

dos bonaerenses, en cambio, la indaga-ción socio-antropológica se encuentra enuna fase avanzada. Desde hace cincoaños se viene desarrollando un trabajo enterreno que ha llevado a realizar observa-ciones de campo y entrevistas etnográfi-cas con residentes de urbanizaciones ubi-cadas en Pilar y Tigre -los municipios con

Figura 1. Mancha Urbana del Área Metropolitana. Se observan la CiudadAutónoma de Buenos Aires y los Municipios de Tigre y Pilar a los que seha referido en este trabajo. Fuente: Plan Estratégico Buenos Aires 2010.

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el avance de la ciudad-negocio

un mayor desarrollo de este tipo-, como así tambiéncon ciertos interlocutores seleccionados por su rele-vancia (funcionarios técnicos de los partidos mencio-

nados, representantes de la Federación Argentina deClubes de Campo -entidad que nuclea a todos los em-prendimientos privados del país- y administradores deurbanizaciones cerradas). En el período 2004-2005, seha concentrado la atención en la gestación de unamega-urbanización localizada en Tigre y conocida bajoel nombre de Nordelta. Durante todos estos años, elenfoque propuesto se ha enriquecido con la profun-

dización teórica en torno a la temática en cuestión, conel análisis de los suplementos especializados que po-seen los principales diarios argentinos (La Nación yClarín) y con el relevamiento de las publicidades di-fundidas en torno a los emprendimientos (folletos, re-vistas, videos)3.

NUEVOS PAISAJES URBANOS EN EL ÁREAMETROPOLITANA DE BUENOS AIRES

Desde la década de 1970 se asiste a la consolida-ción de una “nueva economía” mundial basada en

transformaciones tecnológicas asociadas a la era de lainformación y en el surgimiento de espacios de flujos(Castells 2000), como así también a la generalizaciónde políticas neoliberales que han colocado al merca-do como estructurante de lo social (Lechner 1999). Ensimultaneidad con la gestación de este modelo posfor-dista de producción, las ciudades grandes, medianasy pequeñas de los cinco continentes experimentaron

un conjunto de cambios territoriales que incluyeron -entre otras manifestaciones-: una dispersión urbanainusitada (productiva, comercial, residencial, etc.), laaparición de nuevas centralidades, una creciente des-integración socio-espacial y la reducción de las deci-siones e inversiones públicas en materia de planifica-ción y desarrollo metropolitano (Tella 2005). Muchosautores situaron en 1973 -año de la crisis internacio-

nal del petróleo- el inicio de esta fase de expansiónalternativamente conceptualizada como ciudad global(Sassen 1999), ciudad posmoderna (Amendola 2000)o ciudad contemporánea (Donzelot 1999, 2004), conel propósito de diferenciarla de la compacta ciudadmoderna-industrial que creció durante buena parte delsiglo XX en función del eje centro-periferia.

Las metrópolis desempeñaron un rol central en estenovedoso contexto: en calidad de productoras de ri-

queza e innovación, comenzaron a revalorizar sus

recursos como parte de una forma de planeamientovinculada a la city marketing y a la constitución deciudades creativas. Así, la globalización agudizó la

competencia por la producción de imágenes legítimasy por la atracción de las corrientes transnacionales deinversiones, bienes y personas entre ciudades de unpaís, de una región y del mundo (Torres Ribeiro y Sán-chez García 1996).

Como era de suponerse, el AMBA no permanecióal margen de estos influjos globales y de reconfigura-ción socio-territorial. Sin embargo, a pesar de su co-nexión con estos procesos, las transformaciones de laaglomeración Buenos Aires no han sido el simple re-

flejo de tendencias externas. En la Argentina, las ini-ciativas neoliberales comenzaron en tiempos de la úl-tima dictadura militar (1976-1983) y se acentuaronagresivamente en los ’90, engendrando una estructurade relaciones sociales inéditas por sus niveles de des-igualdad y polarización socio-económica, desempleo,pobreza e indigencia.

En este marco, la RMBA experimentó procesos derenovación urbana que se registraron simultáneamen-te en sus áreas centrales y periféricas, poniendo en

juego la convergencia de intereses públicos y priva-dos. Muchas de estas transformaciones respondierona una modalidad de producción del espacio conocidacomo la política de diseño del fragmento, una estrate-gia de intervención que apuntó a la recomposición de“porciones” que suponían ventajas diferenciales parala concreción de negocios urbanos (Ríos 2005). Así,una nueva forma de “hacer ciudad” se fue abriendo

paso: una ciudad-negocio que convirtió sus espaciospúblicos y su infraestructura en objeto de especulacióny rentabilidad inmobiliaria (Gorelik 1997).

La renovación de Puerto Madero, o cuandolo nuevo nace de lo viejo4

La transformación de Puerto Madero permitió larecuperación de un área extensa situada en el frentesudeste de la ciudad de Buenos Aires, un polígono de

170 ha que contaba con tres valiosos recursos: unaubicación privilegiada a pasos del casco histórico dela ciudad, la presencia de la ribera del Río de la Platay la contigüidad de la Reserva Ecológica Costanera Sur.Construida entre 1887-1897 bajo el mando del inge-niero Eduardo Madero, esta zona portuaria había sidodiseñada como un conjunto de diques cerrados e in-terconectados con depósitos destinados al almacena-

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je de granos. La obra se reveló tempranamente insufi-ciente para el porte de los barcos de principios del sigloXX y en el período 1911-1925 se construyó un puerto

nuevo en forma de dársenas abiertas (situado al nortede la estructura primigenia, funciona allí hasta el día dehoy). El viejo puerto Madero pasó, así, de la subsidia-riedad a la obsolescencia, fracasando los sucesivos pro-yectos que procuraron reinsertarlo al tejido urbano.

La renovación del área se concretaría recién bajoel gobierno del presidente Carlos Menem (1989-1999),cuando una serie de reformas estructurales otorgaronel sustrato legal que posibilitó la cesión de tierras pú-blicas a la Corporación Antiguo Puerto Madero Socie-dad Anónima -CAPMSA de ahora en adelante-: “…elEstado nacional y el Estado de la comuna se juntan, yen el paraguas de la ley de Reforma del Estado que eslo que le permite desprenderse de las empresas y pri-vatizarlas, es entonces a partir de la ley de reforma delEstado y de la ley de convertibilidad que se conformael marco jurídico-legal para crear esta empresa…” (In-tegrante de la CAPMSA, comunicación personal, 13 dejunio de 20045).

La entidad responsable de transformar el antiguopuerto fue producto de la articulación de intereses delEstado Nacional -más concretamente del Ministerio deObras y Servicios Públicos y del Ministerio del Inte-rior- con intereses del gobierno municipal -representa-do por la Secretaría de Planeamiento de la ciudad-;inaugurando una modalidad de gestión mixta, unaempresa pública que lideró un proyecto urbano degran escala actuando bajo el marco del derecho pri-vado. Vale la pena citar lo que explicaba un integrantede la CAMPSA para visualizar este rol del Estado comopromotor del desarrollo urbano: “…los accionistas deesta empresa están representados en un 50% por elgobierno de la ciudad y 50% el gobierno nacional, lamesa de directorio está conformada en partes iguales,su capital original eran tierras fiscales, cuando se jun-tan el Estado nacional y la ciudad, el primero aporta latierra (170 ha) y la segunda aporta la norma…” (Inte-grante de la CAPMSA, comunicación personal, 13 dejunio de 2004).

Con facultades para “vender, conceder, permutar,arrendar, total o parcialmente los inmuebles incorpo-rados a su dominio”, la naciente empresa público-pri-vada se propuso reurbanizar una extensión abando-nada mediante la recuperación de espacios públicos,la ampliación de predios verdes, la conservación deedificios patrimoniales, la instauración de usos residen-ciales y comerciales en un área despoblada. Su modus

operandi se basó en la venta de tierras a terceros pormedio de licitaciones públicas. La firma del boleto depropiedad suponía obligaciones para cada uno de losinvolucrados: por un lado, la construcción de la obraproyectada por parte de los compradores; por otro, elcompromiso de la Corporación para la provisión deinfraestructura y espacios públicos con el dinero pro-veniente de las ventas. En este sentido, los miembrosentrevistados de la CAMPSA han resaltado que nuncarecibieron partida presupuestaria alguna y que la ope-ración no representó un desembolso de dinero parael ciudadano porteño ni un aumento de sus impues-tos, invistiendo a esta modalidad de gestión de uncarácter modelo.

El objetivo principal de toda la operatoria no fue laexpansión de la ciudad hacia un centro nuevo sino lareconversión de un área deteriorada que -aún en des-uso- condensaba dos símbolos contundentes de lacentralidad urbana: su localización estratégica junto alcorazón político-económico de la ciudad y los emble-mas del pasado agro-exportador del país (el puerto ysus depósitos de granos). La rehabilitación de PuertoMadero implicó la reabsorción de estos componentesvernáculos dentro de un paisaje urbano (Zukin 1996)que se construyó sobre la cáscara de una ciudad tra-dicional preservada y valorizada como envoltorio(Amendola 2000). Se verán, a modo de ejemplo, algu-nos procedimientos de constitución de lo nuevo apartir de lo viejo.

En primer lugar, las vías de acceso al área reconver-tida se hicieron a través de la prolongación de callesdel centro histórico, oportunamente rebautizadas connuevos nombres (un aspecto sobre el que volveremosmás adelante): “…en consonancia con la red vial de laciudad se trazaron dos boulevares de penetración queson Azucena Villaflor, que si ves un plano de la ciudadcoincide con Av. Belgrano, y el boulevard MacachaGüemes que coincide con la calle Sarmiento…” (Arqui-tecto de la CAPMSA, jueves 16 de junio de 2004). Ensegundo lugar, el Plan Maestro de Puerto Madero sediseñó sobre la imagen de la ciudad contigua:

“…lo que ellos propusieron [se refiere a los arquitec-tos responsables del masterplan] son cuatro escena-rios en correspondencia con los espejos de agua queson los diques uno / dos / tres / cuatro, la idea fuecopiar lo que sucede en la enfrente, por ejemplo,blanco sobre negro para que lo entiendas, el escena-rio correspondiente al dique dos lo que permite ma-yoritariamente es la construcción de vivienda, por qué,porque lo que está enfrente en la ciudad es San Tel-mo, un barrio residencial. En contraposición en el área

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el avance de la ciudad-negocio

de dique cuatro lo que prevalece son las oficinas por-que enfrente en la ciudad está el área central…” (Ar-quitecto de la CAPMSA, comunicación personal, 16de junio de 2004).

Por último, en una de sus iniciativas más promo-cionadas, la Corporación vendió y supervisó la restau-ración de 16 docks de arquitectura inglesa (antiguossilos portuarios), una operación de reciclaje de altovalor patrimonial que se prolongó a otras tipologíasedilicias.

Con frecuencia se ha recurrido a la noción de gen-trificación (del latín gentry, nobleza) para aludir al re-posicionamiento de áreas urbanas deterioradas a par-

tir de procesos de apropiación cultural dirigidos por elmercado y con efectos sobre la atracción de clasesmedias en ascenso (O’ Connor y Wynne 1997). Si bienen Puerto Madero se produjo un remozamiento arqui-tectónico e infraestructural y un reordenamiento deimágenes que apuntan al consumo visual de este nue-vo paisaje, se estima que la aplicación del menciona-do concepto presenta sus limitaciones. Por un lado, el

área permaneció por años inhabitada de modo que nofue necesaria la expulsión de la población previa -porlo general de origen popular-, una maniobra frecuenteen los procesos de ennoblecimiento. Por otro lado, eluso residencial de Puerto Madero es aún muy restrin-gido -casi la mitad de las viviendas disponibles han sidoadquiridas por inversores-. Finalmente, lejos de un rolpasivo, el Estado asumió el liderazgo de una opera-

ción que transformó un fragmento de ciudad en desu-so en ciudad-negocio (Gorelik 1997), insertando aBuenos Aires en la red de competencia global entremetrópolis portuarias. En el plano local, la transforma-ción de Puerto Madero debe contextualizarse junto aotros proyectos que tienen por objeto la revitalizaciónde la ribera rioplatense (algunos curiosos, tales comola postulación de la costa porteña a la categoría de

Paisaje Cultural de la Humanidad de la UNESCO)6.

El surgimiento de las urbanizacionescerradas, o cuando lo nuevo nace de lovacío

El término urbanizaciones cerradas designa aque-

llos espacios residenciales que incorporan como prin-cipal componente el cerramiento y privatización de unárea de uso exclusivo donde se concentran las vivien-das y su entorno inmediato, y cuyo acceso es restrin-gido por medio de diversos mecanismos de vigilancia(por lo general una barrera de ingreso, un puesto con

guardias armados y un muro perimetral que rodea todala superficie del predio). Los emprendimientos bonae-renses abarcan una gran variedad de modalidades y

tamaños: desde los mini-barrios con su única callecentral bordeada de casas a las mega-obras de 1000ha promedio; de los barrios cerrados (principales pro-tagonistas del auge registrado en los ’90) a los countries

(viejos clubes de campo que mutaron de vivienda defin de semana a permanente); de los clubes de cha-cras (con terrenos individuales de 3 ha) a las estanciasprivadas. Todos estos emprendimientos se han situa-

do en áreas periféricas del AMBA, más concretamenteen las denominadas segunda y tercera corona del GranBuenos Aires, a una distancia de 30-70 km de la ciu-dad central7.

La expansión local del fenómeno se produjo veloz-mente desde sus inicios a mediados de los años ’90 yfue el resultado de diversos factores: la afluencia decapitales externos y su asociación con desarrolladoresnacionales para la gestación de nuevos productos in-mobiliarios, la ampliación de la red de autopistas que

conectan el conurbano con la ciudad-centro, la emer-gencia de una clase media ascendente ligada a la eco-nomía de servicios con novedosas expectativas depo-sitadas en el habitar, el aumento de la tasa de motori-zación individual, entre otras causas relevantes.

A diferencia de Puerto Madero, la instauración deemprendimientos cerrados en el Gran Buenos Airesimplicó la expansión de los municipios hacia terrenosvacíos. Tanto en Tigre como en Pilar, las urbanizacio-nes crecieron en la proximidad de las autopistas y en

los intersticios que había dejado vacantes el patrón desuburbanización popular experimentado entre 1940 y1970. El testimonio de un entrevistado es ilustrativo deesta disponibilidad de tierras: “…Tigre es inmenso,pensá que el 60% de la superficie de Tigre eran baña-dos, tierras que no le reportaban nada al partido…”(Residente del barrio cerrado Laguna del Sol-Tigre,comunicación personal, 8 de junio de 2005). En esta

reciente fase de dispersión, el elemento vernáculo pre-vio -extensiones amplias clasificadas como rurales osemi-rurales y con un uso productivo de baja rentabi-lidad- fue subsumido dentro de un nuevo paisaje ur-bano (Zukin 1996) caracterizado por la parcelación,el cerramiento y la oferta de servicios (seguridad las 24 h,infraestructura, espacios recreativos y deportivos). Deeste modo, se produjo una revalorización de estos te-

rrenos desocupados, proceso que favoreció su entra-da a un mercado inmobiliario destinado a clases me-dias y medias-altas (Ríos 2005)8.

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La emergencia de Nordelta Ciudadpueblo, un em-prendimiento de 1600 ha, resulta ejemplificadora dela constitución de paisajes urbanos a partir de la “con-

quista” de espacios vírgenes: “…cuando yo llego acáno existía nada, no estaban los caminos, estaba sim-plemente el trazado de la ruta troncal y estaban empe-zando a mover el suelo para uno de los barrios perono había absolutamente nada…” (Integrante del equi-po de marketing y residente de Nordelta-Tigre, comu-nicación personal, 2 de agosto de 2005). Los compra-dores de lotes que se aventuraron a invertir en un pro-

yecto en gestación adquirieron un status cuasi-heroi-co, continuamente exaltado por las publicidades de laurbanización: “…el espíritu de los pioneros y el corajede los colonizadores logró fundar una comunidad allídonde antes crecían pastos duros…” (Video de promo-ción de Nordelta). En compensación por las precariascondiciones iniciales, la desarrolladora premió a los‘adelantados’ con algunas facilidades: un plus de 5000

dólares por casa construida, descuentos en los futuroscolegios y en el club Nordelta. Por último, cabe seña-lar como otro indicador inequívoco de conformaciónde lo nuevo sobre lo vacío, el surgimiento de nuevascentralidades que se consolidaron como espacios deconsumo y esparcimiento para los residentes de lasurbanizaciones cerradas: el KM 50 de Pilar y el NuevoTigre (o corredor Bancalari-Pacheco).

No cabe duda que el crecimiento de estos empren-dimientos se produjo, principalmente, bajo el accio-

nar de actores privados (arquitectos, financistas, em-presarios de la construcción -en su mayoría de origennacional-). Sin embargo, el fenómeno nunca hubierasido posible sin la anuencia de las instancias públicascorrespondientes. Los municipios bonaerenses alenta-ron el proceso, tentados por los beneficios económi-cos que derivarían de la ocupación de tierras en des-uso por parte de sectores acomodados: “…las urbani-

zaciones cerradas dotaron a Pilar de una infraestruc-tura que no tenía, generaron empleos, revitalizaron elcomercio. No nos olvidemos que Pilar es un partidomuy pobre. El municipio no pone un peso en las ur-banizaciones…” (Funcionario municipal de Pilar, co-municación personal, 30 de marzo de 2005). En lamisma dirección se explayaba otro entrevistado: “Lasurbanizaciones cerradas son el medio, no el fin, es el

medio que encontró este partido para desarrollarse…”(Funcionario municipal de Tigre, comunicación perso-nal, 29 de marzo de 2005). Las autoridades tigrenseshan mantenido relaciones estrechas con el directoriode Nordelta S.A.: el emprendimiento homónimo fue de-

clarado de interés municipal y provincial; asimismo, elestado local no ha dudado en derivar fondos públicospara apoyar la obra -aunque sea indirectamente-. Así

debe entenderse la repavimentación de una ruta pro-vincial lindera y la prolongación de un acceso zonal.El interés por seducir a futuros moradores parece ha-ber estimulado una singular competencia local: mien-tras que cada partido busca explotar sus encantos paraatraer nuevos vecinos-contribuyentes; los emprendi-mientos cerrados compiten entre sí por la atracción depotenciales clientes-compradores.

El arribo de los emprendimientos privados ha sidovalorado por la revitalización zonal que produce, por

el aumento de puestos de trabajo, por la realizaciónde obras hidráulicas (Tigre es un partido históricamen-te inundable) y -fundamentalmente- por el incrementode la recaudación impositiva. Los nuevos vecinos pa-gan a las intendencias bonaerenses permisos de cons-trucción, una tasa de alumbrado, barrido y limpieza(aunque la provisión de este servicio dentro de lospredios es privada) y un impuesto de rentas al Gobier-

no de la Provincia de Buenos Aires. Las intendenciasbonaerenses han intentado “oxigenar” sus cuentasmediante el desarrollo de estas urbanizaciones, inclu-so a costa de la cesión de tierras públicas, y aun cuandono queda claro si los beneficios se tradujeron en unmayor bienestar de la empobrecida población preexis-tente. Todo lo apuntado hasta aquí lleva, entonces, acomplejizar la divulgada noción sobre el retiro del

Estado en favor de una visión que permite dar cuentade su rol como acondicionador y facilitador de lasinversiones privadas -nacionales o extranjeras- que seprodujeron en el Gran Buenos Aires en materia urba-no-residencial.

Se ha especulado mucho sobre la posibilidad deextender la ya mencionada noción de gentrificaciónhacia las iniciativas de renovación desplegadas en lossuburbios. Sin embargo, se estima que el término noresulta pertinente para el caso local: lejos del retorno

a una centralidad ennoblecida, la expansión de urba-nizaciones cerradas ha impulsado un movimiento cen-trífugo, una “huida” de los sectores medios-altos des-de barrios prestigiosos de la ciudad de Buenos Aires(Belgrano, Núñez, Caballito) hacia una periferia tradi-cionalmente ocupada por sectores populares. Por talmotivo, se considera más fecunda la noción de periur-banización acuñada por Donzelot (1999, 2004) para

hacer referencia a la ocupación residencial de subur-bios remotos por parte de grupos favorecidos. Deacuerdo con este autor, las formas periurbanas del

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el avance de la ciudad-negocio

habitar deben analizarse en relación a una serie de ejesentre los cuales destacan: la búsqueda de seguridadcomo principal motivo residencial, la constitución de

una específica modalidad del entre-sí (el denominadourbanismo afinitario) y la de-solidarización respecto delos sectores populares del entorno.

PROCESOS DE RECUALIFICACIÓN URBANAENTRE LA CULTURA, LA NATURALEZA

Y LA SEGURIDAD

Tanto la operación Puerto Madero como el desa-

rrollo de urbanizaciones cerradas implicaron la gesta-ción simultánea de nuevos paisajes urbanos en elAMBA, ya sea a través de la recuperación de una cen-tralidad antigua o de la expansión de la periferia haciaextensiones vacías, tal como se ha consignado en laprimera sección. A continuación, se analizan ambastransformaciones como producto de procesos de re-cualificación tendientes a la puesta en valor de frag-

mentos urbanos mediante la apelación a recursospropios de un urbanismo de corte escenográfico(Amendola 2000)9. Interesa, entonces, referirse a laconstitución de ciertos lugares “únicos” que se dis-tinguen en el continuum metropolitano por la sobre-carga de valores simbólicos asociados a las estrate-gias de la cultura-naturaleza (Lacarrieu 2005) y a laproducción de seguridad10.

La “cultura” como estrategia derecualificación en los paisajes urbanos de lacentralidad

La reconversión del área portuaria gestionada porla CAMPSA se llevó a cabo mediante un Plan Maestro

que apuntó a la mixtura de usos residenciales, labora-les y recreativos. En estos términos lo describía unentrevistado: “…lo que planteaban los arquitectos eraalejarse de la idea del zoning que predominó en los60-70 retomando las propuestas de Le Corbusier, quienproponía sectorizar las ciudades tipo acá se trabaja, acáse duerme, acá se vive, acá lo que intentamos es re-crear la vida ciudadana en el espacio público…” (Ar-

quitecto de la CAPMSA, comunicación personal, 16 dejunio de 2004). El reconocimiento oficial que corona-ría este proceso se produjo en 1996, cuando una or-denanza municipal incorporó a Puerto Madero al lis-tado de 46 barrios porteños11.

Los folletos publicitarios de las torres de lujo sonelocuentes respecto del perfil de compradores que se

pretende atraer al flamante barrio: “Los turistas quedanseducidos con su encanto, los empresarios por suubicación y los inversores por su potencial. Un nuevo

estilo de vida lo espera. Adelántese” (Torres Le Parc

Puerto Madero, el subrayado es de la autora). Sin em-bargo, las observaciones de campo han puesto de re-lieve un abanico de apropiaciones territoriales más am-plias, alejadas incluso de estas figuras ideales de usua-rios-modelo.

Por un lado, se ha observado un importante apro-vechamiento de los espacios públicos de Puerto Ma-dero -especialmente de los ribereños con fines depor-tivos-, usos que se incrementan los fines de semana

con la llegada de visitantes provenientes de otros rin-cones de la ciudad y el conurbano (de hecho, la satu-ración de automóviles en el área es notable). Los itine-rarios realizados nos han permitido constatar la nume-rosa presencia de obreros de la construcción que uti-lizan las plazas del barrio como lugar de almuerzo y/o descanso entre turnos de trabajo; como así tambiénel establecimiento de personas sin techo en los ban-

cos de algunos boulevares y el pedido de alimentos -por parte de cartoneros- en las puertas traseras de loselegantes restaurantes. Los usos populares del área seintensificaron desde marzo de 2006, a raíz de la aper-tura de un comedor comunitario en el corazón de estebarrio top12. Por último, se ha registrado la frecuenteutilización del lugar como estudio de filmación a cieloabierto para publicidades y programas de ficción13.

La Secretaría de Turismo presenta a Puerto Maderocomo uno de los principales atractivos de la ciudad y

la Secretaría de Educación ya realiza visitas guiadas conlos alumnos de sus escuelas públicas; no obstante, seestima que el barrio todavía carece de varios elemen-tos que le permitirían adquirir un “pulso” similar al desus homólogos porteños. Puerto Madero no cuentacon escuelas (se prevé recién para 2007-2008 uncomplejo educativo dependiente del Arzobispado deBuenos Aires) ni con supermercados, los locales co-

merciales para las compras diarias son escasos y porsus calles no transitan transportes públicos (solamentetaxímetros y autos particulares).

La extensión del barrio se circunscribe a las fronte-ras marcadas por la costa rioplatense y tres avenidas(Huergo-Madero, Córdoba, Brasil), evidenciando unageografía que difiere de la trama cuadricular recurren-te en la aglomeración; pero ésta no conforma su únicasingularidad. La recualificación puesta en marcha tuvo,desde los inicios, una orientación específica: “…que-

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remos que Puerto Madero sea un barrio cultural. Poreso proyectamos varios museos y universidades y pu-simos en valor numerosos edificios históricos…” (Pre-

sidente de la CAMPSA, Diario La Nación, 28 de enerode 2001). La intervención estatal fue de gran relevan-cia para concretar el objetivo citado: en 1995 el Con-sejo Deliberante de la ciudad aprobó la propuesta dela Secretaría de Cultura de bautizar las calles de Puer-to Madero con el nombre de mujeres argentinas y fijóel ocho de marzo -día internacional de la mujer- comodía del nuevo barrio14.

Este sesgo concuerda con las iniciativas privadasde otros actores sociales comprometidos en la reno-

vación del área. El diseñador textil devenido en em-presario inmobiliario Alan Faena, por ejemplo, estáempeñado en la construcción de su propio art district,un barrio dentro del barrio que contará con comple-jos residenciales, centros comerciales, un hotel y trescentros culturales. La impronta que pretende marcar asus proyectos está vinculada a la memoria y la exalta-ción del pasado; en relación a la adquisición y trans-

formación de un viejo depósito en el denominadoPorteño Building el empresario sostenía: “Esto es otraBuenos Aires (…) Es como recapturar la belle epoque

de la Argentina, cuando éramos la séptima u octavaeconomía del mundo y todo el país era un gran silocomo este edificio…” (Revista Noticias, 13 de diciem-bre de 2003). Una reciente declaración resulta elocuen-te de su compromiso con intervenciones propias de

un urbanismo escenográfico que apuntan al reencan-tamiento de ‘porciones’ de la ciudad: “No somos de-sarrolladores inmobiliarios. Queremos ofrecer una ex-periencia entremezclada con la cultura. No importa sihacés un show, un hotel, un edificio, un barrio. Loimportante es producir en el otro la emoción” (Revista

Fortuna, 9 de enero de 2006).

El barrio cuenta actualmente con el Museo de Te-lecomunicaciones y el Museo de Calcos y EsculturaComparada, el Paseo de las Esculturas, la fuente de Las

Nereidas de Lola Mora, varios edificios de valor patri-monial, numerosas salas de arte y el Anfiteatro PuertoMadero -propicio para el desarrollo de festivales al airelibre-. Solamente entre fines de 2005 y comienzos de2006 fue sede de los siguientes eventos culturales: unacaravana de autos históricos organizada por la Asocia-ción de Anticuarios, la Cow Parade (exposición inter-nacional que consiste en la exhibición de esculturas

de especies vacunas en espacios públicos urbanos) yla realización de Estudio Abierto (traslado de losateliers de los artistas porteños hacia espacios emble-

máticos de la ciudad), un actividad que lleva el sellode la Secretaría de Patrimonio del gobierno local.

Como se observa, las agencias públicas y privadasinvolucradas en la recualificación de Puerto Maderobuscan dotar al área de una “imagen positiva” que se

extienda al resto de la ciudad -recordar que el sloganoficial “Buenos Aires capital latinoamericana de la cul-tura” persiste como lema de cara al bicentenario de2010-, desplegando poder material y simbólico en posde la constitución de este nuevo barrio como un lugarúnico.

La “naturaleza” como estrategia derecualificación en los paisajes urbanos de laperiferia

Así como en Puerto Madero la gestación de unaidentidad barrial anclada en la oferta cultural es el re-curso que permite la estetización de la vida cotidiana(Zukin 1996), en el ámbito de las urbanizaciones ce-rradas la naturaleza es la estrategia utilizada para la

recualificación de la periferia y para la atenuación delos conflictos que se generan dentro de estos espaciosdel habitar (Lacarrieu 2005).

Las calles laberínticas de los emprendimientos lle-van siempre nombres que remiten a un rasgo ambien-tal del lugar: ya sea la arboleda, la presencia de ciertosanimales, la práctica de algún deporte (en el countryclub Aranzazu -donde el golf tiene gran aceptación-las casas se identifican por el número de hoyo). Estas

designaciones también prevalecen a la hora de bauti-zar a las mismas urbanizaciones (Laguna del Sol, Pa-checo Golf Club, Pilar del Lago, Soles de Pilar, LasAcacias) o a los sectores que integran una mega-obra(Los Castores, Condominios de la Bahía, Las Glorietas,son algunos de los barrios cerrados que integran Nor-delta). Huelga señalar que los espacios cuidadosamenteplanificados de estos conjuntos contrastan con los

barrios del conurbano que han quedado fuera del pro-ceso recualificador: las calles públicas que se encuen-tran en sus inmediaciones, las viviendas asociadas al“no-progreso” de los sectores medios-bajos y popula-res, las calles-frontera que dividen municipios.

Como se ve, ya desde las nominaciones impuestaspor los desarrolladores la naturaleza deviene un nú-cleo de referencia ineludible a la hora de caracterizarestos emprendimientos, pero también un componentecentral de las expectativas de los mismos habitantes

(Girola et al. 2004): “…yo creo que la gente tiene ne-

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el avance de la ciudad-negocio

cesidad de verde, ver el verde, el verde te da más se-renidad, más felicidad, ver el jardín, las plantas, loscolores eh... es lindo, es lindo, sentís que el aire esdistinto que la ciudad…” (Residente del barrio cerradoLos Laureles-Pilar, comunicación personal, 19 de sep-tiembre de 2003). En relación a este punto, llama laatención el rechazo que muchos habitantes desarro-llan hacia la ciudad de Buenos Aires con posteriori-dad a la mudanza, una actitud que marca un fuertedistanciamiento respecto de la urbe donde ha trans-currido buena parte de sus vidas y que se mantieneaún cuando conserven allí familiares, amigos y servi-cios (médicos, por ejemplo).

Se atribuye esta “intolerancia” a la eficacia simbó-lica que los residentes confieren a la naturaleza a lahora de purificar las relaciones sociales internas y re-establecer el equilibrio personal: “...ver a mi nieto ju-gando con pasto, con florcitas, me parece fantástico,que no necesite juguetes, que pida una colcha y dospalos y haga una casita eso para mí es lo más natural,no el chico de ciudad y nada de televisión...” (Resi-dente del barrio cerrado Senderos-Pilar, comunicaciónpersonal, 22 de enero de 2003). En un tono semejan-te respondía otra entrevistada: “F_ ¿qué es lo que tegusta de la naturaleza? J_ la tranquilidad, conectarmecon lo que es la tierra y eso también me va llevando aconectarme con el otro...” (Residente del barrio cerra-do Ayres de Pilar, 14 de septiembre de 2002).

Esta presencia de lo “natural” no remite necesaria-mente a una preocupación ambiental por parte de losresidentes, sino que refiere a la domesticación de unanaturaleza devenida en apariencia (Lacarrieu 2005): “elaire libre es una maravilla, el contacto cotidiano conla naturaleza te hace valorar la verdad. La maravilla depoder levantarte y solamente con ver el espectáculo amí me gratifica plenamente” (Residente del barrio ce-rrado Los Laureles-Pilar, 21 de noviembre de 2003).La exaltación de la naturaleza-artificio es notoria en losdetalles cromáticos que ofrecen las publicidades, re-velando que el uso instrumental del color es un ingre-diente privilegiado de las nuevas estéticas urbanas: “Sushectáreas de verde junto al río hacen de Las Caletasun barrio distinto. La proximidad al canal y la típicavegetación del Delta con sus formas, texturas y colori-dos le dan al lugar una personalidad y un carácterincomparables…las arboledas que recorren las callesnos maravillarán con su colorido otoñal” (Folleto delBarrio Las Caletas, Nordelta-Tigre).

La descripción realizada hasta aquí no debe indu-cir a pensar -de modo rígido- que el recurso a la cul-

tura y a la naturaleza configura dos estrategias exclu-yentes. Por el contrario, los cruces son comunes. EnPuerto Madero la naturaleza-espectáculo se cuela de

la mano de un rasgo distintivo de la zona, la contigüi-dad del Río de la Plata y de la Reserva Ecológica Cos-tanera Sur. Así, las viviendas del barrio destacan supresencia en promociones dignas de una urbanizaciónbonaerense: “Le Parc Puerto Madero significa contras-te entre el confort y lo agreste. Infraestructura y tecno-logía enmarcadas en un ambiente natural. Sol, río, airepuro, calidad y calidez. Le Parc Puerto Madero signi-

fica paisajes abiertos hacia infinitas gamas de azules yverdes” (Torres Le Parc Puerto Madero, folleto delemprendimiento)15.

Por el contrario, la apelación a la cultura penetraen el dominio de los emprendimientos cerrados cuan-do se recurre a la tradición rural del conurbano paranombrarlos (El Molino, La Tranquera, Fincas del Lago);o cuando se preserva el casco patricio de una estan-cia para aumentar el valor simbólico de las nuevasresidencias a través de la puesta en escena de la me-

moria y la distinción social (la inauguración de la sedeprincipal del Club de Campo Abril a partir del recicla-je de la antigua casa de los Pereyra Iraola -familia dela élite terrateniente- es un ejemplo claro). Asimismo,se puede destacar la firme voluntad del responsablede Nordelta de otorgar al emprendimiento una identi-dad cultural basada en el arte16.

La producción de seguridad en los paisajesurbanos recualificados

Las reflexiones anteriores llevan a considerar quela interposición de recursos urbano-escenográficos enlos espacios recualificados del AMBA, tales como laestrategia de la cultura-naturaleza, permite invisibilizary/o atenuar una dimensión recurrente en este tipo deintervenciones: la producción de seguridad a través dediversos mecanismos. Analizada desde la perspectiva

de los actores, esta noción admite definiciones diver-sas y en disputa. Aquí sólo se limitará a indagar entorno al sentido dominante otorgado a la seguridad enlos procesos de transformación escogidos; vale decir,a la seguridad como conjunto de procedimientos queintentan contrarrestar el temor de los sujetos a la vio-lencia delictiva, a ser agredidos en sus personas o bie-nes (Amendola 2000).

En Puerto Madero, ciertas características geográfi-cas del barrio -puntualmente los ingresos y egresos

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reducidos a un número limitado de avenidas-, juntocon la combinación de agencias privadas y públicasde seguridad, refuerzan una imagen de la zona que la

CAMPSA se ha encargado de apuntalar: “…es un lu-gar realmente seguro en el que están controlados losaccesos. Además, tiene la particularidad de que es ju-risdicción de la Prefectura…” (Entrevista concedida ala Revista Noticias Urbanas por el Presidente de laCAMPSA, 21 de septiembre de 2004).

En efecto, las observaciones de campo han permi-tido constatar los controles llevados a cabo por la Pre-fectura Naval Argentina sobre los vehículos que tran-sitan el barrio, como así también sobre los vendedores

ambulantes (por lo general de comida al paso) y otrasformas de trabajo precario (especialmente los cuida-dores de automóviles durante los fines de semana).Asimismo, se ha observado una gran presencia decustodios privados en los complejos de vivienda y enlos edificios corporativos (de hecho se ha experimen-tado la interpelación de estos agentes durante nuestrorecorrido fotográfico), y la existencia de cámaras de

seguridad que -desde las diferentes edificaciones- apun-tan hacia los espacios públicos externos.

La garantía de seguridad se ha presentado, enton-ces, como uno de los valores estratégicos del nuevobarrio, un argumento de venta en boca de los promo-tores inmobiliarios con quienes se ha conversado y enlas fuentes secundarias relevadas17. Los medios deprensa, siempre afectos a las estadísticas, han señala-do que en 2003 hubo sólo dos delitos y que sus auto-res fueron detenidos (Revista Noticias Urbanas, 21 de

septiembre de 2004).

Estas primeras constataciones nos llevan a coinci-

dir con Amendola (2000) cuando señala que en lasáreas centrales reconstituidas, el “espacio” público hasido reemplazado por una “imagen” pública, una fic-ción que no logra disimular los fuertes dispositivos decontrol -público y privado- que se despliegan en lazona. Queda como objetivo de la investigación encurso indagar, desde la lógica de los actores, sobre lasmotivaciones que orientan la mudanza al nuevo ba-

rrio y sobre el lugar que reviste la búsqueda de segu-ridad en esta elección residencial.

Indudablemente, la demanda de “seguridad” se havuelto un argumento reiterado en el ámbito de las ur-banizaciones cerradas, ya sea en el discurso estereoti-pado de los desarrolladores y los medios de comuni-cación, como en los testimonios de sus habitantes: “…amí me encanta la seguridad, bueno, por algo vine acá,

busco estar sin esa preocupación permanente… Estoes producto de la inseguridad en que vivimos...” (Resi-dente de Nordelta-Tigre, comunicación personal, 22 de

julio de 2005). La oferta de “seguridad” de los empren-dimientos incluye siempre un servicio convencional deguardias (en los puestos de entrada/salida y en las ca-lles internas), dispositivos electrónicos (cables y sen-sores que recorren el perímetro detectando el másmínimo movimiento, sistemas de alarmas y de comu-nicación a cada lote) y marcadores territoriales queoscilan entre la “liviandad” (cerco vivo) y la “solidez”

(alambre y muro). Muchas urbanizaciones poseen en-tradas diferenciadas para tres categorías de personas:moradores (por lo general, portadores de una tarjetamagnética), visitantes (identificados al ingresar con unacédula que se adhiere al parabrisas del auto) y provee-dores (empleadas domésticas, obreros de la construc-ción, jardineros, plomeros, pileteros, etc.). El control esparticularmente estricto con estos últimos, realizándo-

se frecuentes requisas al azar de sus autos o pertenen-cias cuando abandonan el lugar.

Sin embargo, en base a la experiencia adquirida enterreno, se estima que aquellas miradas que explicanel fenómeno en cuestión únicamente como reacciónfrente al aumento de la sensación de “inseguridad” -focalizando así en sus aspectos externos más visibles-deben ser problematizadas.

En primer lugar, la partida hacia este tipo de urba-nizaciones constituye siempre una decisión complejaen la que intervienen muchos factores (oportunidadeslaborales, trayectoria residencial del grupo familiar,

nacimiento de los hijos, voluntad de ampliar la super-ficie y el valor de la vivienda, etc.) que no pueden re-ducirse a la búsqueda de “seguridad”. En segundolugar, las visiones de los residentes sobre los serviciosbrindados por las agencias privadas presentan matices,e incluso, contradicciones: “…la verdad estos tipos delas empresas de seguridad (…) a mí me parece que esuna seguridad un poquito virtual…” (Residente del

barrio cerrado Boulevares-Pilar, comunicación perso-nal, 2002). En este sentido, la protección ofrecida sepresenta como una atenuación del peligro que no lle-ga a convertir la urbanización en una zona de riesgocero: “…es interesante la seguridad que tiene, sé queacá es difícil que te pase algo, ojo sé que en otrosbarrios han ocurrido hechos delictivos pero... tampo-co… o sea... robaron pero no hubo violencia…” (Re-

sidente de Nordelta-Tigre, comunicación personal, 10de agosto de 2005)18.

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el avance de la ciudad-negocio

Por último, las situaciones conflictivas vinculadasa las medidas de seguridad son frecuentes entre losresidentes, resquebrajando lo que se supone un nú-

cleo homogéneo de sentidos: “...estoy acá por seguri-dad pero si yo no transo con ellos [se refiere a los vi-giladores] tengo miedo de que me hagan algo y eso esporque yo no estoy de acuerdo cómo la comisión deseguridad está organizada y las órdenes que les dan...”(Residente del club de campo Aranzazu-Pilar, comu-nicación personal, 2002). En un tono similar comen-taba otra entrevistada: “…lo que no estoy conforme es

que revisen a las muchachas. En mi caso particular yotengo una persona de confianza…yo trato de evitar losexcesos con ella, yo la llevo afuera y le digo, mirá, yaestá, no la revises. Trato de evitar las humillaciones...“(Residente de Nordelta-Tigre, comunicación personal,julio de 2005).

A MODO DE CIERRE

En este artículo se han analizado dos procesos detransformación urbana que se desarrollan simultánea-mente en la centralidad y la periferia de la RMBA, es-tableciendo similitudes y diferencias entre ambos.

Por un lado, se han contextualizado los casos pro-puestos dentro de procesos globales vinculados aladvenimiento de una ciudad contemporánea de pensa-

miento único (Fiori Arantes et al. 2000) -modelada entorno al planeamiento de la city marketing y a inter-venciones estético-escenográficas; pero también se hatenido en cuenta el contexto nacional y la históricaconfiguración socio-territorial de la aglomeración Bue-nos Aires. Así, se sostiene que ni la reconversión dePuerto Madero ni el auge de las urbanizaciones cerra-das pueden ser explicados exclusivamente como con-

secuencias automáticas de la globalización, como elproducto de inversiones de capitales externos quebuscan nuevas opciones de rentabilidad inmobiliariaen el marco de una reestructuración económica trans-nacional.

Por otro lado, la aproximación comparativa haposibilitado visualizar el importante papel asumido porel Estado en las mutaciones estudiadas, un desempe-ño que va desde su rol de promotor de las iniciativasde renovación ocurridas en la ciudad-centro al respal-

do tácito o laissez faire de los municipios bonaeren-ses. El análisis efectuado obliga a ser cautos respectode un rasgo que suele atribuirse mecánicamente a losprocesos de gentrificación y peri-urbanización: la

primacía absoluta del mercado en estas reapropiacio-nes socio-espaciales protagonizadas por sectores me-dios y altos (Donzelot 1999, 2004; Zukin 1996). Comose ha visto, tanto en la re-urbanización de Puerto Ma-dero como en la emergencia de emprendimientos ce-rrados se pusieron en juego mecanismos de planifica-ción y gestión que supusieron la concurrencia de in-tereses privados y públicos. En consecuencia, se juz-ga necesario complejizar la divulgada noción sobre elretiro del Estado en favor de una mirada que permitacomprender las articulaciones que se construyen encontextos específicos. Solamente una aproximación si-tuada puede dar cuenta de la retracción del Estado enciertas esferas y de su rol activo en otros dominios.

Por último, se han desagregado los recursos de lacultura-naturaleza (Lacarrieu 2005) y la producción deseguridad como estrategias de recualificación de frag-mentos urbanos degradados, lo que ha redundado enla constitución de paisajes urbanos nuevos que vienena reforzar los procesos de segregación espacial y des-igualdad socio-económica preexistentes en el AMBA.

De este modo, la conclusión no puede más quellevar a abrir nuevas líneas de indagación que perma-necen como desafíos a futuro. En primer lugar, seránecesario profundizar la perspectiva comparativa a tra-vés del trabajo etnográfico en los contextos escogidos,un acercamiento que permitirá reconstruir los efectosde la recualificación urbana en los procesos de ciuda-danización vigentes en la RMBA19. En segundo lugar,se considera que ambos paisajes urbanos deben seranalizados en términos de los vínculos complejos es-tablecidos con los espacios próximos que han que-dado al margen del proceso recualificador. En el casode Puerto Madero, el contra-paisaje de los sin-poder(Zukin 1996) perdura en la Villa Rodrigo Bueno, unpredio ocupado por 400 familias cuyo desalojo espromovido por operadores del gobierno porteño bajoel “intachable” propósito de recuperar espacios pú-blicos. En el ámbito de la periferia, interesa indagarsobre las relaciones sociales que se tejen entre loshabitantes de las urbanizaciones cerradas y los sec-tores populares que pueblan sus entornos, quienessuelen revestir como proveedores de servicios y comodepositarios de la beneficencia privada que se pro-mueve dentro de los emprendimientos.

Agradecimientos

Agradezco a María Carman y María Eugenia Cro-vara, colegas en proyectos colectivos de investigación,

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los aportes realizados para la elaboración de este artí-culo.

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NOTAS

1 Este artículo constituye una versión sustancial-mente modificada del trabajo titulado “Procesos de

recualificación urbana desde una perspectiva compa-rativa: análisis de casos en la centralidad y la perife-ria del Área Metropolitana de Buenos Aires”; el cualfuera presentado en las III Jornadas de Investigaciónen Antropología Social, Sección de Antropología So-cial, FFyL-UBA, llevadas a cabo los días 3, 4 y 5 deagosto de 2005. Se ha tomado de Adrián Gorelik(1997) la sugerente expresión de ciudad-negocio a la

que se hace referencia en el título y en el desarrollode este trabajo.

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el avance de la ciudad-negocio

2 Las siglas AMBA y RMBA aluden a una exten-sión urbana conformada por: a) la Ciudad Autónomade Buenos Aires -núcleo central del área y capital del

país-, b) los 25 municipios o partidos del Gran Bue-nos Aires o conurbano bonaerense; más allá de loscuales se extiende el interior de la provincia de Bue-nos Aires. Es en virtud de esta delimitación territorialque se calificarán de centrales y periféricos a los espa-cios urbanos referidos en este artículo.

3 La construcción de un problema de investigaciónen antropología social implica un proceso de trabajoque se retroalimenta a través de las siguientes activida-des: a) la búsqueda y revisión de antecedentes, valedecir, de investigaciones sobre la temática escogida; b)la sistematización de bibliografía teórica que permiteafinar los referentes conceptuales de la investigación;c) el conocimiento empírico de la problemática a tra-vés del trabajo de campo; d) el relevamiento y análisisde fuentes secundarias (Achilli 2005:48). Si bien encada uno de los espacios urbanos seleccionados, esteproceso de trabajo se encuentra en etapas diferentes,se estima que la perspectiva comparativa explorada eneste escrito se ha revelado fecunda y estimula a prose-guir la investigación.

4 En esta sección se aludirá indistintamente a loscambios registrados en Puerto Madero a través de lasdiversas categorías analíticas encontradas en la biblio-grafía relevada (reconversión, rehabilitación, transfor-mación estratégica, etc.), sin ser el objetivo de este ar-tículo sistematizar sus significados semejantes o dife-renciales.

5 Por respeto al acuerdo de privacidad establecidocon los interlocutores se han omitido sus nombres. Sinembargo, se hace referencia a las características quese estiman relevantes en virtud del objeto de investiga-ción: residente, funcionario municipal, vendedor inmo-biliario, desarrollador, etc.

6 Puerto Madero cuenta hoy con hoteles cincoestrellas, un importante polo gastronómico, institucio-nes culturales y educativas, edificios corporativos paramultinacionales, residencias de lujo, boulevares, ma-lecones, puentes, plazas, etc. Su población se ha esti-mado en 8.500 vecinos con probabilidad de ascendera 14.000 en 2007. Las viviendas del barrio oscilan entrelos 1.800 y 3.000 dólares por m2 (La Nación, 2 de juliode 2005).

7 Según el censo nacional de 2001 se estima queexisten en el país 600 urbanizaciones cerradas (de lascuales el 90% se ubican en el Gran Buenos Aires) que

albergan a 200.000 residentes en aproximadamente50.000 casas construidas. Los emprendimientos ocu-pan una superficie de 320 km, casi el doble de la ciu-

dad de Buenos Aires. A grandes rasgos, los valores deventa de las propiedades rondan los 560 dólares porm2 construido, mientras que la tierra cotiza, aproxima-damente, a 180 dólares el m2 (Clarín, 4 de marzo de2006).

8 La investigadora M. F. Prévôt Schapira (2002) haseñalado la existencia -durante los ’90- de procesosde competencia por las tierras vacías del Gran BuenosAires, requeridas simultáneamente por diferentes acto-res sociales. Por un lado, han sido terrenos ocupados

por sectores populares sin acceso a la vivienda; porotro lado, han sido codiciados por inversores priva-dos para el desarrollo inmobiliario.

9 La noción refiere a una modalidad contemporá-nea de diseño que viene a sustituir -aunque no de lle-no- al rígido planeamiento funcionalista predominan-te en el siglo XX. En contraposición a esta estrategiaque dejó construcciones estandarizadas y sin adornos(tales como los grandes conjuntos habitacionales), elurbanismo escenográfico apunta a la reconfiguración

de espacios en base a los principios de placer, belle-za, evasión y distinción social.

10 La estrategia complementaria de la cultura-na-turaleza (Lacarrieu 2005) constituye una valiosa cate-goría analítica elaborada por la autora para aludir a losprocesos de apropiación socio-espacial que se preten-den generar -desde iniciativas públicas y privadas-sobre los espacios recualificados del AMBA. En estasección, se retomarán sus desarrollos a fin de iluminaralgunas características de los casos propuestos.

11 Los barrios integran la división administrativa dela ciudad. En la documentación oficial se definen como

espacios locales con límites fijados por organismostécnicos según la historia, la cultura y la idiosincrasiade sus habitantes. Según las investigaciones históricasde A. Gorelik (1998), el barrio designa un dispositivopolítico y sociocultural que surgió en la década de1920, de espaldas a la ciudad-centro que se erigía entorno al eje integrado por Plaza de Mayo - Avenida deMayo - Plaza Congreso. La gestación de este espacio

público local no fue el resultado automático de la ex-pansión de la ciudad hacia los suburbios, sino un pro-ducto de la intervención de los sectores populares yde toda una serie de instituciones que mediatizaron lasrelaciones entre el Estado y la sociedad civil (escuela,sociedad de fomentos, biblioteca, club, cooperativas).

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| M. F. Girola - Intersecciones en Antropología 7 (2006) 361-374374

12 En revancha por maniobras de la CAMPSA quecalificó de “corruptas”, el empresario Miguel Doñatecedió en comodato un pequeño local de su propie-

dad a Raúl Castells, líder del Movimiento Independientede Jubilados y Desocupados. Con banderas del CheGuevara, fotos desgarradoras de niños desnutridos,souvenirs piqueteros (llaveros, diarios, videos, etc.) yun cartel que reza “Luchamos por un país en el quelos perros de los ricos no estén mejor alimentados quelos chicos de los pobres”; el emprendimiento llama laatención de todos los paseantes y ha levantado encen-

didas polémicas.

13 Según datos de la Asociación Civil de Vecinos

de Puerto Madero, 55.000 personas se desplazan losdías hábiles por las calles del barrio, cifra que se elevaa 90.000 los fines de semana.

14 La peculiar nomenclatura -que apela a la figurade mujeres destacadas por su rol en la emancipaciónnacional, la docencia, la ciencia, el arte o la militan-cia- intenta revertir el amplio predominio de nombresmasculinos en el listado de calles porteñas, situacióndiscriminatoria que se planteó en ocasión de la refor-ma constitucional de 1994.

15 La utilización de la naturaleza como premisa deventa del producto inmobiliario Puerto Madero tam-

bién fue avalada por un directivo de la Reserva: “…yosiempre planteé que la estrategia debía ser, a la Reser-va Ecológica venderla como un valor agregado dePuerto Madero. Cualquier persona que va y comprala torre ésa, qué más quiere que tener vista a la Reser-va Ecológica…ver el río y los pájaros que vuelan. En-tonces tiene que ser un valor agregado de la ciudad y

del propio Puerto Madero, definitivamente…” (Ex-fun-cionario de la Reserva Ecológica Costanera Sur, 21 deabril de 2005).

16 El empresario-desarrollador de Nordelta es unreconocido coleccionista de arte que ha devenido en

fundador del Museo de Arte Latinoamericano de Bue-nos Aires (MALBA).

17 Los folletos de promoción de las torres de vi-vienda suelen incluir un listado de sus servicios y de-talles exclusivos, el cual siempre está encabezado porlos dispositivos de vigilancia del emprendimiento: rejaperimetral, sistema de seguridad y control de accesoslas 24 h, circuito cerrado de TV.

18 Los episodios de raterismo y vandalismo infan-til son moneda corriente dentro de las urbanizaciones,igual que las huelgas del personal de vigilancia o sufalta de capacitación. En Nordelta, por ejemplo, se han

producido robos en su centro comercial. Asimismo, lospuestos de vigilancia que se disponen en su caminode acceso no han logrado evitar los ataques con pie-dras que sufren los automóviles al entrar o salir de laciudadpueblo, y cuyos resultados incluyen vidrios ro-tos, carrocerías abolladas y conductores con heridascortantes.

19 Se hace referencia concretamente a la constitu-ción de ciudadanía en base a demandas de belleza,seguridad, evasión y distinción; y en detrimento del

derecho a la vivienda, del acceso a bienes y serviciosurbanos. En los términos gráficos de Amendola (2000),se trataría del predominio de la conformación de ciu-dadanía en términos de la estética y no de la ética.

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el avance de la ciudad-negocio