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© 2015 ARQUEOLOGÍA IBEROAMERICANA S1: 3–15. ISSN 1989–4104. http://www.laiesken.net/arqueologia/. ARQUEOLOGÍA ARGENTINA Recibido: 9-XII-2014. Modificado: 30-XII-2014/7-I-2015. Aceptado: 7-I-2015. Publicado: 19-I-2015. Suplemento/Supplement. Editor/Publisher: Pascual Izquierdo-Egea. Todos los derechos reservados. All rights reserved. PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS Y DIFERENCIACIÓN SOCIAL EN EL VALLE DE AMBATO, CATAMARCA, ARGENTINA (SIGLOS VI AL XI D. C.). UNA CONTRIBUCIÓN A LA PROBLEMÁTICA A TRAVÉS DEL ESTUDIO DE SILICOFITOLITOS Food Production and Social Differentiation in the Ambato Valley, Catamarca, Argentina (6th-11th centuries AD): A Contribution to the Problem through the Study of Silicophytoliths Germán G. Figueroa, * Mariana Dantas ** y Andrés Laguens ** * IAC, Museo de Antropología, UNC, Argentina; ** IAC, Museo de Antropología, CONICET, UNC, Argentina egalitarian social context. The results suggest that maize (Zea mays) crop, associated with the breeding of domestic animals (Lama glama), was performed exclusively in these structures. In a context such as Aguada, Ambato Valley, which was marked by in- creasing social inequality, intensive and localized production of this crop could have been one of the strategies for establishing and maintaining inegali- tarian relations. KEYWORDS: Microfossils, Silicophytoliths, Agri- cultural structures, Aguada Culture, Argentina. INTRODUCCIÓN E N EL NOROESTE DE LA ARGENTINA, A PARTIR DE INI- cios del primer milenio d. C., se comienzan a registrar diversos procesos que implican una serie de transformaciones locales en distintas zonas, cada una con sus propias características y temporali- dad. En general, estas significaron un cambio sus- tancial en los modos de vida, constituyéndose defi- nitivamente en nuevas formas de organización social, más complejas y diferenciadas que sus antecesoras (Laguens 2006). Un lugar que destaca, por lo ade- lantado en el tiempo que ocurrió este proceso, es el Valle de Ambato, en la provincia de Catamarca. Allí, alrededor del siglo V d. C., se consolida una nueva organización social, política y religiosa, conocida ar- RESUMEN. En este artículo se presenta la infor- mación obtenida de los estudios fitolíticos efectua- dos en el sedimento de dos estructuras agrícolas pre- hispánicas, situadas en la vertiente occidental del Valle de Ambato, Catamarca, Argentina. Los traba- jos realizados se focalizaron en tratar de determi- nar las especies vegetales cultivadas y en evaluar la importancia que pudieron tener estos cultivos en un contexto social no igualitario como el registrado en la región estudiada. Los resultados logrados permi- ten plantear que en dichas estructuras se practicó el cultivo exclusivo de maíz (Zea mays) asociado a la cría de animales domésticos (Lama glama). La pro- ducción intensiva y localizada de este tipo de culti- vo, en un contexto como el de Aguada de Ambato, signado por una desigualdad social creciente, pudo haber constituido una de las estrategias a la hora de establecer y reproducir en el tiempo relaciones no igualitarias. PALABRAS CLAVE: microrrestos, silicofitolitos, estructuras agrícolas, Valle de Ambato, Argentina. ABSTRACT. In this article we present information from studies of phytoliths from sediment collected from two pre-Hispanic farming structures located on the western side of the Ambato Valley, Catamarca, Argentina. The work focused on trying to determine what plant species were cultivated and assess the importance that these crops may have had in a non-

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© 2015 ARQUEOLOGÍA IBEROAMERICANA S1: 3–15. ISSN 1989–4104. http://www.laiesken.net/arqueologia/.

ARQUEOLOGÍA ARGENTINA

Recibido: 9-XII-2014. Modificado: 30-XII-2014/7-I-2015. Aceptado: 7-I-2015. Publicado: 19-I-2015.

Suplemento/Supplement. Editor/Publisher: Pascual Izquierdo-Egea. Todos los derechos reservados. All rights reserved.

PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS Y DIFERENCIACIÓN SOCIAL ENEL VALLE DE AMBATO, CATAMARCA, ARGENTINA (SIGLOS VI

AL XI D. C.). UNA CONTRIBUCIÓN A LA PROBLEMÁTICAA TRAVÉS DEL ESTUDIO DE SILICOFITOLITOS

Food Production and Social Differentiation in the Ambato Valley,

Catamarca, Argentina (6th-11th centuries AD): A Contribution

to the Problem through the Study of Silicophytoliths

Germán G. Figueroa,* Mariana Dantas** y Andrés Laguens**

* IAC, Museo de Antropología, UNC, Argentina; ** IAC, Museo de Antropología, CONICET, UNC, Argentina

egalitarian social context. The results suggest thatmaize (Zea mays) crop, associated with the breedingof domestic animals (Lama glama), was performedexclusively in these structures. In a context such asAguada, Ambato Valley, which was marked by in-creasing social inequality, intensive and localizedproduction of this crop could have been one of thestrategies for establishing and maintaining inegali-tarian relations.

KEYWORDS: Microfossils, Silicophytoliths, Agri-cultural structures, Aguada Culture, Argentina.

INTRODUCCIÓN

EN EL NOROESTE DE LA ARGENTINA, A PARTIR DE INI-cios del primer milenio d. C., se comienzan aregistrar diversos procesos que implican una

serie de transformaciones locales en distintas zonas,cada una con sus propias características y temporali-dad. En general, estas significaron un cambio sus-tancial en los modos de vida, constituyéndose defi-nitivamente en nuevas formas de organización social,más complejas y diferenciadas que sus antecesoras(Laguens 2006). Un lugar que destaca, por lo ade-lantado en el tiempo que ocurrió este proceso, es elValle de Ambato, en la provincia de Catamarca. Allí,alrededor del siglo V d. C., se consolida una nuevaorganización social, política y religiosa, conocida ar-

RESUMEN. En este artículo se presenta la infor-mación obtenida de los estudios fitolíticos efectua-dos en el sedimento de dos estructuras agrícolas pre-hispánicas, situadas en la vertiente occidental delValle de Ambato, Catamarca, Argentina. Los traba-jos realizados se focalizaron en tratar de determi-nar las especies vegetales cultivadas y en evaluar laimportancia que pudieron tener estos cultivos en uncontexto social no igualitario como el registrado enla región estudiada. Los resultados logrados permi-ten plantear que en dichas estructuras se practicó elcultivo exclusivo de maíz (Zea mays) asociado a lacría de animales domésticos (Lama glama). La pro-ducción intensiva y localizada de este tipo de culti-vo, en un contexto como el de Aguada de Ambato,signado por una desigualdad social creciente, pudohaber constituido una de las estrategias a la hora deestablecer y reproducir en el tiempo relaciones noigualitarias.

PALABRAS CLAVE: microrrestos, silicofitolitos,estructuras agrícolas, Valle de Ambato, Argentina.

ABSTRACT. In this article we present informationfrom studies of phytoliths from sediment collectedfrom two pre-Hispanic farming structures located onthe western side of the Ambato Valley, Catamarca,Argentina. The work focused on trying to determinewhat plant species were cultivated and assess theimportance that these crops may have had in a non-

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queológicamente como cultura Aguada de Ambato.Esta tuvo una permanencia duradera en el tiempo,hasta el siglo XI d. C. aproximadamente; llegando ainteractuar con distintas poblaciones de regiones ve-cinas y a integrarse con estas en una misma esferasociopolítica e ideológica de carácter suprarregional(Pérez Gollán 1991).

En este marco, uno de los ejes de indagación secentró en entender la desigualdad social a partir delanálisis de las relaciones de las personas con las co-sas y sus contextos de interacción mutua y, en parti-cular, cómo ello participó en la configuración propiade la sociedad Aguada en Ambato (Laguens 2006).Entre las múltiples dimensiones que abarca este pro-blema, las relaciones de las personas con las plantasy los animales fue uno de los focos de interés (Dan-tas 2010; Figueroa 2012; Laguens y Gastaldi 2008)con el fin de comprender, por un lado, las relacionessociedad-naturaleza y, por el otro, cómo las prácti-cas productivas para la subsistencia y su materiali-dad contribuyeron a la consolidación y reproducciónde relaciones no igualitarias entre las personas.

En relación a esto último, presentamos aquí losresultados de análisis de silicofitolitos y materia or-gánica en terrazas de cultivo ubicadas en el flancooccidental del valle, orientados a determinar las es-pecies cultivadas a través de microrrestos; con el finde contribuir al entendimiento de la organización dela producción de especies vegetales para la subsis-tencia. Estos resultados se integran con otros análi-sis previos de silicofitolitos (Zucol et al. 2012) e isóto-pos estables (Dantas et al. 2014; Izeta et al. 2010) endistintos contextos materiales, los cuales contribu-yen en conjunto a dilucidar este tema y han permiti-do postular la integración de actividades productivasagrícolas y ganaderas en una única práctica agropas-toril (Dantas et al. 2014; Figueroa et al. 2010), comodetallaremos más adelante.

ANTECEDENTES LOCALES SOBREEL TEMA

Varios años de trabajos de campo en Ambato die-ron cuenta de que la mayor concentración de sitiosse encuentra en el fondo del valle, donde se registranalrededor de 300 unidades de vivienda y, al menos,tres sitios ceremoniales. Estas diversas clases de si-tios se hallan distribuidas en cantidades y combina-ciones variadas, siendo posible identificar, por su or-denamiento y jerarquización espacial, que se agrupanen tres grandes unidades de asentamiento, a la mane-

ra de aldeas (Assandri y Laguens 2003). Sobre am-bas cadenas montañosas que delimitan el valle, másprecisamente entre los 1.122 y 1.580 m de altitud, seubica un extenso espacio destinado a la producciónagroganadera. Este se halla estrechamente vincula-do, desde el punto de vista espacial y funcional, conlos núcleos aldeanos emplazados en el fondo del va-lle, conformando una serie de unidades estructuralesde producción y asentamientos a lo largo de las sub-cuencas hídricas que tributan hacia el fondo del va-lle. La infraestructura que compone estos espaciosde producción comprende corrales, viviendas, silos,represas, canales y numerosas terrazas de cultivo, quese repiten sistemáticamente en cada una de las cuen-cas tributarias (Figueroa 2008, 2012). Funcionalmen-te, estos sistemas productivos integraban, en una solaestrategia agropastoril, prácticas de producción degranos en las terrazas agrícolas con la cría simultá-nea de llamas en corrales ubicados entre los aterra-zamientos, las cuales eran alimentadas con los pro-ductos y subproductos agrícolas (Dantas et al. 2014;Figueroa et al. 2010). Todas estas actividades esta-ban a cargo de grupos que residían en unidades do-mésticas junto a estas áreas productivas (Figueroa2012). De una de estas unidades agropastoriles, LosVarela, provienen las muestras de sedimentos utili-zadas para el análisis que se presenta aquí.

Entre las especies cultivadas a través de macro-rrestos vegetales recuperados en unidades de vivien-da del fondo del valle, se ha determinado la presen-cia de marlos y granos aislados de maíz (Zea mays),así como restos de poroto (Phaseolus vulgaris); y,entre las especies recolectadas, frutos de algarrobo(Prosopis sp.), de chañar (Geoffreoa decorticans) ymistol (Ziziphus mistol) (Gordillo 2003; Pochettino2000). A través de microrrestos, se ha detectado lapresencia de almidones de solanáceas en artefactosde molienda (Pazzarelli 2012) y de maíz en sedimen-tos de terrazas agrícolas (Figueroa 2012; Zucol et al.2012.). A esto se le suman las determinaciones pre-sentadas aquí a través de análisis de silicofitolitos enel sedimento recuperado de las excavaciones de dosterrazas de cultivo (TLVS1 y TLVS6) emplazadasen la ladera occidental del valle.

MATERIALES Y MÉTODOS

El sedimento con el que se llevó a cabo el análisisde silicofitolitos fue obtenido a partir de excavacio-nes realizadas en dos clases diferentes de estructurasagrícolas en la misma unidad productiva: una terraza

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Figura 1. Excavación de TLVS1.

de ladera recta (TLVS6) y una terraza de ladera decontorno (TLVS1), considerando la posibilidad devariaciones en los tipos de cultivo en función de laclase y emplazamiento de las mismas. La primeraestructura presenta como principal característica quesus muros de contención son esencialmente lineales,los cuales cortan transversalmente las pequeñas que-bradas de los cerros (fig. 1); mientras que las de con-torno poseen como rasgo característico que sus mu-ros continúan o se aproximan a las oscilaciones delterreno, localizándose siempre en los relieves positi-

vos (fig. 2). Para la extracción de las muestras se uti-lizó un muestreo de tipo vertical (Zucol y Passeggi2008) y se extrajeron a una equidistancia de 5 cmdesde el piso al techo del perfil. La extracción se rea-lizó mediante espátula y/o cucharín, tomándose en-tre 300 y 500 gramos de depósito pedosedimentariopor cada una de ellas. El procesamiento de las mues-tras fue realizado en el Laboratorio de Arqueobotá-nica del Instituto de Arqueología y Museo, Facultadde Ciencias Naturales e Instituto Miguel Lillo, Uni-versidad Nacional de Tucumán, Argentina. Las siete

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Figura 2. Panorámica de TLVS6.

muestras analizadas fueron procesadas siguiendo elmétodo denominado «análisis múltiple de microfó-siles» (Coil et al. 2003; Kornstanje 2005; Kornstan-je y Cuenya 2008).1 Esta metodología posee la ven-taja de que se encuentra ligada a un protocolo deextracción de bajo impacto químico, permitiendo asíla conservación y el posterior análisis de una diversi-dad de microvestigios que resultan relevantes en lainvestigación de temas agrícolas, tales como gránu-los de almidón, fitolitos, esferulitas, diatomeas, en-tre otros. Para la clasificación morfométrica de losfitolitos (forma, tamaño y ornamentación), se siguió

la propuesta del ICPN 1.0 (Madella et al. 2005). Entanto, para el recuento e identificación de las formasfitolíticas, se trabajó con una muestra mínima repre-sentativa de 200 elementos. Todas las muestras fue-

1 De manera sintética, a continuación se describen los prin-cipales lineamientos del protocolo utilizado para el procesa-miento de las muestras:

a) Se higieniza todo el instrumental con agua y detergente.b) Se vuelcan 5 g de cada muestra en vasos precipitadores

de 500 ml.c) Se desagregan los sedimentos, usando Calgon (SHP) al 5

%. Cabe aclarar que la cantidad empleada dependerá, funda-

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ron observadas en el Laboratorio de Arqueobotánicadel Instituto de Antropología de Córdoba, utilizán-dose para ello un microscopio Motic BA 200 y unalupa trinocular SMZ-168 TL, con aumentos de 200xy 400x.

Los análisis de materia orgánica y carbono orgáni-co fueron realizados por personal especializado en elLaboratorio de Suelos y Aguas (LABSA), Facultadde Ciencias Agropecuarias (UNC), empleando elmétodo de Walkley y Black. Finalmente, debe seña-larse que estas muestras también fueron analizadas

con el objetivo de identificar gránulos de almidón,resultando esta búsqueda infructuosa (Figueroa2012).

EXCAVACIÓN Y RESULTADOS DELOS ANÁLISIS

La primera extracción de muestras se realizó enun sondeo en una terraza de ladera de contorno,TLVS1, que se halla situada a 1.261 m de altitud. Apartir de su excavación, se consiguieron definir tresniveles naturales. El nivel 1 (0-5,5 cm) correspondea la superficie del sitio y se halla compuesto por unsedimento húmico de grano fino suelto; su color espardo mediano oscuro y no presenta inclusiones. Aquíse logró identificar silicofitolitos correspondientes ensu mayoría a la tribu Aristideae y la subfamilia Pooi-deae. En cuanto a los morfotipos, predominan losbilobate short cell, parallelepipedal, saddle, rondel,cuneifom, etc. (tabla 1). El nivel 2 (5,5-15 cm) poseeun sedimento limo-arenoso suelto, su color es pardomediano y se encuentra libre de toda clase de inclu-siones. Los silicofitolitos identificados son similaresa los reconocidos en el nivel anterior, pero con lasalvedad que también se registraron morfotipos enforma de cruces (tabla 1 y fig. 3). La presencia decruces en el grupo conformado por los morfotiposde afinidad panicoide permite plantear la presenciade maíz (Inda y Del Puerto 2008; Korstanje 2005;Pearsall 1978; Pearsall y Piperno 1990; Pearsall etal. 2003).2 Además, la fuerte pérdida de los valoresde materia orgánica en este nivel potenciaría la ideade que se estaría ante la presencia de un suelo agrí-cola (fig. 4). Finalmente, el nivel 3 (15-53 cm) sehalla conformado por un sedimento limoso suelto decolor pardo mediano oscuro y se encuentra despro-

2 Numerosos investigadores enfocaron sus estudios en dis-tinguir, a partir de los silicofitolitos, el maíz de las gramíneassilvestres, fundamentalmente de aquellas del género Zea (Mul-holland y Rapp 1992; Pearsall 1978; Piperno 1988; Russ yRovner 1989). Tal como señalan Inda y Del Puerto (2008), ladiscriminación generalmente se centró en varios atributos co-rrespondientes a los fitolitos en forma de cruz, ya que estosson producidos únicamente en gramíneas de la subfamilia Pa-nicoideae y en algunas Bambusoideae, y a que, principalmen-te, conforman el morfotipo más frecuente en el maíz, siendomucho más común en este que en las gramíneas silvestres. Deeste modo, la forma, más allá de que aún subsistan debatesacerca de la posibilidad de definir un morfotipo de uso univer-sal, el tamaño, el porcentaje total de fitolitos panicoides y laestructura tridimensional constituyen en la actualidad algunosde los criterios más utilizados para determinar la presencia deZea mays en un contexto arqueológico (Inda y Del Puerto 2008).

mentalmente, del volumen de la muestra y de su nivel de arci-lla. Por ejemplo, para muestras arenosas de 10 a 20 g alcanzacon 10 o 15 ml.

d) Se deja descansar la muestra por un lapso superior a 12horas.

e) Se retira el sobrenadante y se vuelve a mezclar con aguadestilada.

f) Se efectúan lavados para la extracción de la fracción arci-lla. Aquí, se pasa el sedimento a tubos de ensayo, se agregaagua destilada y se centrifuga a 200 r. p. m. durante un minuto.Luego se quita el sobrenadante y se repite la operación cuantasveces sea necesaria.

g) Una vez extraída la arcilla, todas las muestras se tamizanen húmedo para extraer la fracción arena (i. e. mayor a 50 µm).Para esta tarea, se emplea un tamiz de 0,150 mm. El materialque queda depositado en la malla es secado y guardado para suposterior observación microscópica, ya que allí pueden identi-ficarse microfósiles de grandes dimensiones.

h) El material que pasa con el agua por el tamiz pertenece ala fracción limo (i. e. menor a 50 µm), la cual debe seguir sien-do procesada. Ya tamizadas, las muestras se lavan nuevamentede acuerdo a lo explicado en el punto 6.

i) Una vez limpias, las muestras se secan en un horno a bajatemperatura (i. e. a menos de 40 ºC) y luego se estandariza elpeso de todas ellas con el propósito de efectuar el procedi-miento de flotación.

j) La preparación del líquido pesado para la flotación —i. e.yoduro de zinc (ZnI

2)—, se realiza a menor densidad de los

microfósiles que se quieren extraer. En este caso, la densidadadecuada es de 2,3 segundos, permitiendo así que almidones,diatomeas, crisofaceas, polen, esferulitas y oxalatos de calciotambién floten. La densidad se logra mezclando el polvo deZnI

2 con 10 ml de agua destilada de manera que la muestra

llegue a pesar 23,5 g. Todo este procedimiento debe efectuar-se bajo campana de extracción de gases.

k) Posteriormente, se coloca este líquido en tubos de ensa-yo y se centrifugan a 900 r. p. m. durante 10 minutos. Despuésse pasa el sobrenadante a nuevos tubos de ensayo previamenterotulados. Este último paso debe realizarse con sumo cuidado,ya que lo que flota (i. e. el sobrenadante) es lo que debe recu-perarse porque allí es donde se encuentran los microfósiles.

l) Luego se enjuaga varias veces el sobrenadante pipeteadoen otros tubos de ensayo con agua destilada a 300 r. p. m. du-rante 10 minutos. Se extrae y guarda lo que decanta abajo.

m) Lo que queda en el recipiente corresponde a la fracciónlimo, que es precisamente donde se encuentran los microfósi-les, quedando así listos para secar, pesar y guardar.

n) Finalmente, los concentrados se montan en aceite de in-mersión, encontrándose así aptos para la observación en mi-croscopio.

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Tabla 1: Número de silicofitolitos por muestra.

visto de inclusiones. Los silicofitolitos aquí registra-dos no se diferencian en demasía de los identifica-dos en los niveles anteriores (tabla 1) y los porcenta-jes de materia orgánica vuelven a incrementarsenotoriamente (fig. 4).

El segundo sondeo estratigráfico se realizó en unaterraza de cultivo de ladera recta (TLVS6). Esta es-tructura se localiza a 1.286 m de altitud. A través desu excavación se pudo determinar la existencia decuatro niveles naturales. El nivel 1 (0-25 cm) perte-nece a la superficie y se halla constituido por un se-dimento húmico de grano fino suelto, su color espardo mediano oscuro y no presenta inclusiones. Aquíse pudieron reconocer silicofitolitos correspondien-

tes a la tribu Aristideae y la subfamilia Pooideae,representados por morfotipos como bilobate shortcell, rondel, square scrobiculate, ovate scrobicula-te, cuneifom, etc. (tabla 1). El nivel 2 (25-55 cm) tie-ne un sedimento integrado por arena fina y limo muycompacto. Su color es pardo mediano claro y se en-cuentra libre de toda clase de inclusiones. Los fitoli-tos identificados en este nivel siguen el mismo pa-trón, en lo que respecta a subfamilias y morfotipos,que en el nivel 1; pero con la novedad que aparecenmorfotipos en formas de cruces de afinidad panicoi-de, las cuales, de acuerdo con su morfología, tamañoy estructura dimensional, serían asignables a maíz(Korstanje 2005; Pearsall 1978; Pearsall y Piperno

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Figura 3. Fitolito de maíz (izquierda) y otras clases de fitolitos (derecha) registrados en TLVS1. Escala gráfica: 20 µm.

1990; Pearsall et al. 2003) (tabla 1). Asimismo, si seconsidera la abrupta caída de los valores de materiaorgánica, se puede concluir que en este nivel se ha-brían desarrollado tareas agrícolas (fig. 4). El nivel 3(55-90 cm) se halla conformado por un sedimentoareno-limoso suelto, de color pardo mediano claro ycon inclusiones de mica en un 15 %. Los fitolitosaquí presentes son escasos y pertenecen en su mayo-ría a la subfamilia Pooideae y a los morfotipos squa-re scrobiculate (tabla 1); mientras que, tal como pue-de observarse en la figura 4, los niveles de materiaorgánica descienden marcadamente. Por último, elnivel 4 (90-150 cm) posee un sedimento areno-limo-so suelto, de color pardo mediano y con inclusionesde mica en un 15 %. En este nivel, aumenta nueva-mente la cantidad de silicofitolitos, entre los cualespredominan la tribu Aristideae y la subfamilia Pooi-deae y los morfotipos bilobate short cell, rondel,square scrobiculate, cuneifom, paralellepipedal, etc.(tabla 1). En tanto, resulta significativo señalar quela existencia de morfotipos en forma de cruces deafinidad panicoide y el bajo nivel de materia orgáni-ca registrado permiten sostener que en este nivel sehabría cultivado maíz (figs. 5 y 6).

En síntesis, podemos decir que los análisis reali-zados sobre las muestras de sedimentos arqueológi-cos han permitido la observación y registro de unaconsiderable cantidad y variedad de morfotipos. Es-tos resultados ayudan a afirmar que en los sistemasagropastoriles de la ladera occidental del valle se prac-

ticó el cultivo de maíz, sin que haya diferencias enlas dos clases de terrazas agrícolas analizadas (tabla2). Esto enriquece los resultados ya obtenidos paraesta ladera del valle, donde en trabajos previos tam-bién se pudo determinar únicamente la presencia demaíz en estructuras similares (Zucol et al. 2012).

DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

Como dijimos más arriba, estas determinacionesapuntaron no solo a identificar especies cultivadas através de microrrestos, sino también a entender cómolas prácticas productivas y su materialidad contribu-yeron a la consolidación y reproducción de relacio-nes no igualitarias entre las personas.

Mencionamos ya que la producción estaba organi-zada en torno a la cría de animales y el cultivo deplantas en una misma unidad productiva, cuyas prác-ticas se articulaban en una sola estrategia de produc-ción de alimentos, a cargo de gente residiendo en ellugar. Cabe agregar que a partir del registro arqueo-lógico de estas unidades, la producción agrícola ob-tenida habría sido procesada y almacenada en el lu-gar, para luego ser transportada a distintos puntosdel valle. Dicha hipótesis encuentra sustento en lapresencia de artefactos líticos confeccionados paratales propósitos (i. e. morteros, conanas y manos demoler) en los sitios residenciales de los sistemas agrí-colas, en la identificación de almidones afines al maíz

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Figura 4. Distribución de materia orgánica y carbono orgánico en profundidad (%)en unidades estratigráficas de TLVS1 y TLVS6.

en una conana móvil (Pazzarelli 2012) y en la exis-tencia de estructuras aptas para el almacenamientosituadas en estrecha proximidad a las terrazas de cul-tivo (Figueroa 2012). En tanto, la identificación de

marlos y granos de maíz en contextos residenciales yceremoniales del fondo del valle (Gordillo 2003;Pochettino 2000), sumado a la ausencia de terrenosdedicados al cultivo en dichos sectores, permite

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Figura 5. Fitolito de maíz (izquierda) junto a otras clases de fitolitos (derecha),identificados en TLVS6. Escala gráfica: 20 µm.

arriesgar que este recurso provendría de los sistemasagropastoriles emplazados en ambas vertientes delvalle, los cuales llegan a cubrir aproximadamente 800hectáreas.

Un fenómeno a destacar es el hecho de que estamisma producción era utilizada para la cría de lla-mas, una de las especies ganaderas sudamericanas.Estudios de análisis de isótopos estables de d13C handemostrado la alimentación de esta especie con maíz(Dantas et al. 2014; Izeta et al. 2010; ver Finucane etal. 2006 para un caso similar en Perú), el alimentoandino humano por excelencia. Esta práctica gana-dera se integraba con la producción agrícola en lasterrazas de cultivo en una única práctica agropasto-ril, que combinaba en un mismo ciclo económico yun mismo espacio construido la producción de plan-tas y animales, mutuamente reforzadas a través delabono de las tierras por parte de los animales y laalimentación de estos con el rastrojo y quizás el gra-no utilizado como forraje.3 Ante esta extensa super-ficie para el cultivo, con mayor cantidad de poten-ciales consumidores humanos que de productores, yen un contexto social internamente diferenciado, se-ría pertinente preguntarse acerca de la existencia dealgún sistema, organización o mecanismo que con-trolase la producción y/o el almacenamiento de losproductos agrícolas y pastoriles, así como quizás sudistribución —de acuerdo con los modelos habitua-les vigentes—. Ello podría haber sido una estrategia

de envergadura a la hora de establecer y/o mantenerrelaciones no igualitarias con el resto de la pobla-ción por parte de un número limitado de individuoso de grupos de individuos. Sin embargo, no conta-mos aún con datos parar sostener tal posibilidad. Detodos modos, creemos que, más allá de la existenciao no de formas de control de la producción, distribu-ción y consumo de bienes para la subsistencia poten-cialmente centralizadas, cabe preguntarse antes so-bre las posibilidades de una producción excedentaria,tanto agrícola como ganadera, para luego, recién en-tonces, pensar de qué manera esta participó en la con-solidación y reproducción de una forma de vida es-tructurada en torno a las desigualdades entre laspersonas (Laguens 2006, 2014).

Considerando la extensión de los sistemas agro-pastoriles en el valle, se realizaron cálculos de capa-cidad de carga sobre las terrazas de cultivo que dancuenta de la posibilidad de una alta productividadanual (Figueroa 2012). Solo con la producción de

3 Las evidencias que sustentan este modelo se basan no soloen los resultados de isótopos estables, sino también en la pre-sencia de corrales adosados o en estrecha proximidad a las te-rrazas de cultivo, junto con la identificación de silicofitolitosde maíz en los sedimentos a nivel del piso de ocupación de doscorrales y altos valores de materia orgánica en los perfiles se-dimentarios de las terrazas, que posiblemente se deban a lafertilización de estos terrenos mediante el uso de guano (paramayor detalle ver Figueroa 2008, 2012).

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Figura 6. Fitolito de maíz (izquierda) y fitolito de palmera (derecha) registrados en TLVS6. Escala gráfica: 20 µm.

maíz (esto es, sin considerar la producción de poro-tos, la otra especie hallada en el registro), en óptimascondiciones ambientales se habrían alcanzado valo-res suficientemente elevados como para ser conside-rada excedentaria en función de los cálculos de po-blación del valle (Figueroa 2012). De tal manera, secalculó una productividad de 346.680 kg anuales parauna población de 1.752 habitantes; estimada a partirde la cantidad, tamaño y superficie techada de lossitios de habitación; y se estimó un consumo anualpromedio de 150.462 kg, lo que resulta en un exce-dente de 196.218 kg (Figueroa 2012). Con esta altaproducción, vale pensar que además de ser emplea-da como medio para la subsistencia, parte de la mis-ma pudo tener valor como un capital acumulable yutilizable como forma de poder y negociación.

Hasta la actualidad no ha sido factible identificarespacios que concentrasen la producción en grandesvolúmenes como para pensar en un poder centraliza-do que acopiara la producción y la distribuyera, comoya mencionamos. Lo que sí se registró es que los tresgrandes agrupamientos residenciales o aldeas poseenuna organización y jerarquización interna del espa-cio concordantes con un acceso marcadamente dife-renciado en la superficie del espacio de asentamien-to y en el volumen de diversos recursos acumulables,comestibles y no comestibles (Laguens 2007, 2014).Todo ello, en tanto conjunto de capitales en pose-sión o incorporados de manera diferente por los in-dividuos, marcarían distintas posiciones en el espa-

cio social, inscritos como diferencias institucionali-zadas entre las personas. Y es precisamente en lossitios representativos de estas distintas posiciones re-lativas del espacio social donde se han encontradovasijas de almacenamiento de granos en distinta can-tidad y asociaciones. Se registra allí que en los asen-tamientos de mayor tamaño hay una capacidad deacumulación de recursos vegetales por encima delconsumo promedio de los residentes potenciales deestos sitios (Pazzarelli 2012). Asimismo, también sepudo constatar allí que parte de la producción eradestinada a la elaboración de chicha, la cerveza an-dina de maíz; una bebida consumida actualmente enocasiones rituales o de festividades y usualmente aso-ciada en el pasado andino a demostraciones de podery de intercambio de dones y contradones (Hastorf2003). Es decir, el maíz cumplió un rol fundamentalen el desenvolvimiento y reproducción de esta so-ciedad, no solo como alimento o bien de subsisten-cia humana y producción animal, sino también comobien de prestigio y diferenciación.

La desigualdad social es un fenómeno relacionalde múltiples dimensiones, en el cual participan si-multáneamente distintas clases de recursos o capita-les bajo variadas formas, volumen, estructura y pesorelativo (Laguens 2007). Justamente con respecto aesto último, cabe mencionar que a partir del análisiscualitativo-cuantitativo de los recursos o capitales enjuego en la sociedad Aguada de Ambato, hemos en-contrado que la capacidad (en términos de infraes-

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Tabla 2. Síntesis de los estudios e interpretaciones de los análisis de sueloy fitolíticos en las terrazas excavadas.

y Tecnología de la Universidad Nacional de Córdo-ba, FONCyT (PICT 19-34552) y CONICET.

Sobre los autores

GERMÁN FIGUEROA ([email protected]),Doctor en Historia por la Universidad Nacional deCórdoba (2010), es investigador del Instituto de An-tropología de Córdoba de la Facultad de Filosofía yHumanidades (UNC) y Profesor Adjunto del Áreade Arqueología del Departamento de Antropología,Facultad de Filosofía y Humanidades, UniversidadNacional de Córdoba.

MARIANA DANTAS ([email protected]),Doctora en Historia por la Facultad de Filosofía yHumanidades, Universidad Nacional de Córdoba(2010), actualmente es investigadora del CONICETy Profesora Adjunta en el Departamento de Antro-pología, Universidad Nacional de Córdoba.

ANDRÉS LAGUENS ([email protected]), Li-cenciado en Ciencias Antropológicas y Doctor de laUniversidad de Buenos Aires (1995), es Profesor Ti-tular en el Departamento de Antropología, Univer-sidad Nacional de Córdoba, investigador del CONI-CET y Director del Instituto de Antropología de Cór-doba (CONICET-UNC).

tructura) y el volumen (en términos de especiesacumulables) de almacenamiento de los recursosagrícolas surgen como dos de los elementos de im-portancia en la definición de distintas posiciones enel espacio social, posiciones que definían las dife-rencias entre los grupos de personas (Laguens 2014).

Surge así de los estudios realizados que la produc-ción agrícola y el manejo posterior de la especie iden-tificada, el maíz, fue un elemento de importancia enel mantenimiento de la desigualdad social. Si bienno creemos que haya sido el elemento clave en ello,ni que pueda ser aislado de otros aspectos con loscuales se entrelaza (por ejemplo, la estrategia pro-ductiva integral del agropastoralismo, el almacena-miento, etc.), sí consideramos que fue un factor depeso. Junto con otros elementos, con mayor o menorpeso e incidencia relativa, convergieron todos ycoadyuvaron a la materialización de la desigualdadcomo un modo de vida socialmente incorporado.

Agradecimientos

A Alejandra Korstanje, Pilar Babot y al pueblo deLos Varela, Catamarca, Argentina. Este estudio fuefinanciado por subsidios de la Secretaría de Ciencia

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