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Diócesis de Orihuela-Alicante anexos CURSO 2001-2002 Programación diocesana 5

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PLANEACION PASTORAL CONCEPTOS Y FUNDAMENTOS

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  • 1Dicesis de Orihuela-Alicante

    anexos

    CURSO 2001-2002

    Programacin diocesana

    5

  • 2

  • 3PASTORAL POR OBJETIVOS

    Introduccin

    Desde el ao 1990 nuestra dicesis intenta hacer una pastoralpor objetivos. Ante los muchos retos y tareas que tenemos plan-teados, hemos procurado seleccionar lo ms conveniente parael conjunto de la dicesis y nos hemos ido marcando metas progresi-vas. Ha sido un trabajo que intentaba obedecer las indicaciones del Es-pritu para el momento concreto de nuestra dicesis. Todos, poco a poco,hemos ido aprendiendo a trabajar as.

    Durante estos aos alguna vez nos hemos preguntado: merece lapena trabajar por objetivos?, no estaremos intentando encorsetar laaccin imprevisible del Espritu?, no estaremos buscando cinco pies algato?, qu necesidad tenemos de trabajar de esa manera?

    La historia reciente de nuestra dicesis, las experiencias de la mayo-ra de las dicesis espaolas y el testimonio y sugerencias de Juan Pa-blo II (cf. TMA, NMI 29) nos muestran sobradamente la validez de nues-tro empeo. Por eso, recordamos aqu el sentido y la pretensin de loque llamamos pastoral por objetivos o planificacin pastoral.

    LA PLANIFICACIN PASTORAL(Extracto del libro, de Miguel Pay, La planificacin pastoral al servicio

    de la evangelizacin, Ed. PPC, Madrid.)

    QU ENTENDEMOS POR PLANIFICAR?Diremos, en primer lugar, qu no es la planificacin. En efecto, cuan-

    do algunos sacerdotes o laicos oyen hablar de pastoral planificada ode pastoral por objetivos, sienten una especie de incomodidad inte-rior. Puede venir de una de esta tres ideas equivocadas de la cuestin:

    1. La planificacin es una complicacin innecesaria.Con ello se quiere decir que, por una parte, resulta muy difcil y

    compleja; y, por otra, que no vale la pena porque sus resultados sonmuy problemticos.

    1

  • 4Es claro que la planificacin exige trabajo, dedicacin y responsabi-lidad. Pero no es algo tan complicado que no pueda ser entendido porcualquier persona normal. Y, en cuanto al rendimiento, es la mejor ma-nera de sembrar adecuadamente, es decir, de hacer llegar la propuestade la salvacin.

    2. La planificacin es una simple moda.Se quiere con ello tildarla de simple mimetismo respecto a las tcni-

    cas sociales de hoy, y acusarla de novedad absoluta en la tradicin de laIglesia.

    Naturalmente, la Iglesia est muy atenta a todos los avances de lasciencias humanas. Pero la planificacin, en su contenido esencial, hasido practicada siempre por la Iglesia.

    3. La planificacin distorsiona la misin sobrenatural de la Iglesia.Se le acusa as de olvidar que el agente principal de la salvacin es el

    Espritu Santo y que la salvacin se recibe como don gratuito de Dios.Lejos de olvidar estas verdades fundamentales, lo que hace la plani-

    ficacin es dar seriedad a nuestra colaboracin a la obra de la gracia,hacernos instrumentos ms dciles y disponibles del Espritu.

    Qu es, pues, la planificacin pastoral?

    La planificacin es un modo de trabajar responsable,

    solidario y organizado.

    Ante todo, es un modo de trabajar en la Iglesia. Se subraya as elpapel activo y disponible que debe desempear todo cristiano paracumplir con la misin que ha recibido, superando las perezas y lasrutinas.

    Es un modo de trabajar responsable, es decir, serio, pensado, com-prometido. Como de quien tiene conciencia de que el Reino de Dios esel asunto ms importante de su vida.

    Es tambin un modo de trabajar solidario, que tiene en cuenta quela Iglesia y su misin es asunto de todos los bautizados. Se contraponeas a todo tipo de individualismos, de liderazgos y de clericalismos.

    Por ltimo, es un modo de trabajar organizado, porque determinabien lo que hay que hacer, el modo de hacerlo y las responsabilidadesde cada uno, dentro de una distribucin adecuada del trabajo.

  • 5Ahora bien, para lograr un trabajo as, es necesario, ante todo, sabera dnde vamos, qu es lo que queremos conseguir. Por eso, el punto departida de una buena planificacin consiste en fijar bien los objetivos ylas metas a alcanzar. Y as llegamos a una segunda definicin, que acla-ra y concreta la primera:

    La planificacin consiste en determinar los objetivos

    que se han de conseguir y en organizar los medios para

    alcanzarlos.

    Si hablamos de objetivos que se han de conseguir es porque noestamos satisfechos con la realidad que tenemos y queremos mejorarla.Aplicada al caso de nuestra accin en la Iglesia, esta afirmacin suponelas siguientes operaciones:

    a) Hemos analizado la situacin actual de nuestra Iglesia, parroquia,movimiento o grupo.

    b) Constatamos que esta situacin nos resulta totalmente insatisfac-toria.

    c) La insatisfaccin nace del hecho de comprobar la distancia queexiste entre lo que deberan ser y hacer, y lo que en realidad sony hacen.

    d) Planificamos una serie de cambios para conseguir acortar esa dis-tancia.

    De este modo, hemos descubierto que la planificacin es un instru-mento para renovar la Iglesia, un factor de cambio.

    Y de todo esto deducimos que no basta con proponernos algunosobjetivos aislados, ni con promover algunos cambios haciendo partici-par a los ms posibles. Para hacer crecer la Iglesia, es necesario proyec-tar y hacer vivir un proceso, en el que, dentro de una continuidad, serecorren etapas sucesivas y crecientes, dando unidad a todas las accio-nes que intervienen en este cambio. Y esto nos lleva a formular unaltima definicin:

    La planificacin es un medio para renovar la Iglesia a

    travs de un proceso de crecimiento en el que partici-

    pan todos los miembros de la comunidad.

  • 6PASOS METODOLGICOS DE LA PASTORALPOR OBJETIVOS O PLANIFICACIN PASTORAL

    QU queremos hacer

    Expresin de lo que pensamosrealizar, incluido el cunto es loque queremos hacer.

    Formulando lo que se conocecomo objetivos particulares yespecficos, como metas precisasa alcanzar.

    Se enuncia a modo de: propues-tas (de accin), iniciativas, acti-vidades, expresiones, actitudes,gestos, comportamientos, etc.

    POR QU lo hacemos

    No vivimos el proyecto comu-nitario por capricho o veleidad;tampoco por impulso ciego ymucho menos forzado.

    De ah la importancia de explici-tar lo que hacemos acogiendollamadas de Dios y tratando decorresponderlas.

    Conviene expresar de algunamanera en cada objetivo pro-puesto el grado de sensibili-dad que nos mueve o motiva yel nivel o capacidad de respues-ta que queremos dar.

    QUINES lo realizamos

    En principio, todos los miem-bros comunitarios somos invita-dos a vivir el proyecto en susdiferentes aspectos.

    Si bien hemos de hacerlo de ma-nera orgnica y diferenciada,como sucede con el entramadodel cuerpo integrado por miem-bros (1 Cor 12,4-11).

    No perder de vista el sentido delos carismas, que se conviertenen estmulo mutuo y testimo-nial.

    CMO lo hacemos

    Es cuestin de definir, detallar yprecisar lo ms concretamenteposible la modalidad y el alcan-ce de las propuestas, iniciativas,comportamientos, etc.

    Y es cuestin tambin de indi-car y sealar los medios (perso-nales y materiales) que vamos aemplear.

    Que es tanto como precisar conqu recursos humano y materia-les vamos a contar.

  • 7CUNDOvamos a desarrollarlo

    Delimitar o secuenciar en eltiempo el desarrollo, duracin yalcance de las propuestas, acti-vidades, etc.

    Sealando en cada una de ellassi es de actuacin inmediata(desde ya mismo) o si es deconfiada y paciente espera (alargo plazo).

    DNDElo realizamos

    Indicar el lugar, sitio, espacio,institucin, contexto, etc., don-de las propuestas han de reali-zarse.

    Puntualizando, si acaso, conquin se va a contar, colaborar,estar en relacin, coordinarse,etc.

    Sin dejar de mencionar tampo-co, si parece oportuno, a qui-nes se dirigen u orientan las di-versas actividades.

    SEGUIMIENTO Y EVALUACIN

    Atencin peridica a la marcha, mejor o peor, de los aspectos anterio-res, ms que nada por si detectan fallos, deficiencias, obstculos, difi-cultades...

    El seguimiento peridico ofrece la ocasin de poner remedio, si es po-sible, a las deficiencias que se van notando.

    La evaluacin final ha de servir, adems, para constatar la consecucinde lo propuesto, para advertir el nivel de proporcionalidad racionalentre los factores que estn en juego.

  • 8QU ES UNAPASTORAL POR OBJETIVOS?

    (Extracto del folleto del Secretariado de la Comisin Episcopal dePastoral, Pastoral por objetivos, Madrid.)

    Pastoral por objetivos es, ante todo:

    1. Un proceso educativo que lleva una comunidad (grupo, pa-rroquia, movimiento, institucin, etc.) para repensar su finalidad ymetas en una situacin global que est viviendo el pueblo, y a par-tir de ah establecer la accin y las actividades.

    Este proceso educativo postula:

    No planificar en funcin de las estructuras o tareas existentes,sino en funcin de la realidad circundante.

    No planificar a partir de unos principios o verdades, sino en fun-cin de la personalizacin de la fe y de la transformacin de losambientes. El horizonte nos viene dado por la revelacin, peroestamos ante un camino a recorrer, personal y comunitariamente,en el que entran las personas situadas en una historia y con unamentalidad colectiva.

    2. Un proceso que implica a toda la comunidad: todos deben es-tar asociados en la definicin de las metas que han de conseguir. Nobasta con que unos establezcan las lneas y otros ejecuten lo pensadopor unos pocos.

    Es preciso suscitar nuevas actitudes en:

    Los obispos y presbteros, quienes deben ejercer su ministerio eny con la comunidad, y no slo para la comunidad.

    El pueblo de Dios, todo l llamado a ser Sacramento de Salva-cin, a travs de la corresponsabilidad eclesial y accin testimo-nial, en medio de la historia, en camino hacia el Reino de Dios.

  • 93. Un proceso vivido en el dinamismo del Misterio de la Encar-nacin: es necesario entrar en la fragilidad y ambigedad humanapara, desde dentro, conducirla ms fcilmente a la unin con el Pa-dre y a la unin de los mismos pueblos entre s. Partir de la realidad,sin querer hacer todo desde el primer momento.

    Esto implica:

    Entrar en un proceso disciplinado y de autocrtica permanente,por parte de toda la comunidad y de los responsables principalesde la accin.

    Que la solucin ya no est en la integracin uniforme o en la dis-persin, sino en la comunin e implicacin con la realidad eclesialy con los dinamismos de nuestra sociedad.

    4. Un proceso que obliga a redefinir nuestras opciones: Toda pla-nificacin que parte de unos objetivos nos cuestiona desde dndenos situamos y a dnde queremos llegar. Esto, sin duda, planteariesgos, pero permite avanzar con verdad en la comunin.

    Podemos concluir que una pastoral por objetivos no se reduce abuscar el efecto multiplicador de nuestros esfuerzos e instituciones.Tampoco se reduce a una mera tcnica o a una novedad importada delas ciencias empresariales o pedaggicas. Su propsito es mucho msradical: se trata de marcar nuevos rumbos a nuestro quehacer pastoral,aunque de momento puedan producirse desajustes. La pastoral porobjetivos intenta orientar, canalizar y llevar a convergencia los esfuer-zos de todas las partes de la dicesis personas, grupos, institucioneshacia la unidad misionera. Es una forma comunitaria de buscar y se-cundar la voluntad de Dios. Qu quieres de nosotros, Seor?

    La pastoral por objetivos no es la solucin para todos los malesexistentes; es un instrumento de trabajo que la dicesis utiliza para ca-minar comunitariamente hacia la santidad-unidad que Cristo le pide.Su ausencia favorece la dispersin de energas con la consiguiente in-eficacia pastoral y frustracin de la propia funcin de cada uno en laIglesia.

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    CONSECUENCIAS PARA LOS AGENTES DE PASTORAL

    En la pastoral por objetivos no se trata tanto de organizarse bien,cuanto de planear un futuro significativo para nuestras comunida-des y nuestro pueblo en obediencia al Espritu Santo.

    Si aceptamos este planteamiento, los responsables de la pastoral:

    1. Debern cuidar de manera especial los siguientes aspectos:

    Renovacin de la mentalidad colectiva de los agentes de la pasto-ral.Esto implica desarrollar:

    Una manera de hacer comunitaria y no individualista. Una apertura a la realidad sin prejuicios y abordndola desde

    abajo y no desde arriba. Una redefinicin de la condicin de pastor. Una aceptacin de la especificacin ministerial.

    Sensibilizacin permanente del pueblo para que asuma su respon-sabilidad.

    En la iglesia nadie puede delegar sus responsabilidades sacerdotales,profticas y reales. Todo esto supone que se toma muy en serio elproceso de motivar al pueblo fiel.

    Seriedad para evaluar y proseguir la dinmica de la programacin.No basta con programar, es necesario ejecutar y esto requiere ME-DIOS (personales y materiales), tiempo, autocrtica y realimentacinconstante de los mismos programas, a travs de una evaluacin con-tinuada.

    Animacin y coordinacin.Es preciso descubrir nuevos caminos del ejercicio de la autoridadpastoral. Si queremos dialogar con las nuevas culturas y situaciones,necesitamos entrar sin miedos en la coordinacin y acompaamien-

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    to de respuestas inditas. La autoridad se ejercer a travs de undiscernimiento, como Jess la vivi en el camino de Emas y no atravs de dictados u rdenes. De ah, la importancia del ConsejoPresbiteral y de los Consejos Pastorales.

    2. Debern tener en cuenta las siguientes cuestiones doctrinales:

    Espritu Santo y racionalidad.Es evidente que el protagonista principal de la accin pastoral de laIglesia es el Espritu. La pastoral por objetivos est al servicio deese protagonismo, pretende aplicar la racionalidad de las cienciasde la accin a la accin pastoral. Implica un dilogo interdisciplinarentre la teologa y las ciencias humanas implicadas en toda accin.

    La Iglesia misterio y la Iglesia organizacin.Sin duda que la dimensin mistrica de la Iglesia puede oscurecerseen una programacin rgida, pero la pastoral por objetivos puedey debe afirmar el misterio, al establecer las metas originales y con-cretas de la Iglesia organizacin. Facilita, adems, un dilogo autn-tico sin caer en el riesgo de la privatizacin de la fe. A nuestro enten-der, es un camino de realismo de la Iglesia tal y como hoy es: obrade Dios a travs de la obra de los hombres.

    La Iglesia Pueblo de Dios y la Iglesia comunidad.Juan Pablo II nos invita a hacer de la Iglesia la casa y la escuela de lacomunin (NMI 43). La Iglesia, nacida de la Trinidad, se juega mu-cho si no asume la sensibilidad progresiva por unas comunidadesde talla humana. Pero las comunidades han de pensarse y vivirseen el rico pluralismo y complejidad del Pueblo de Dios, inserto enculturas y pueblos tan diversos. La Pastoral por objetivos facilitala comunin e interpelacin de las comunidades entre s, con todo elpueblo de Dios y con los pueblos de la tierra.

    Estas notas, excesivamente breves, no tienen ms pretensin queponer de relieve, la originalidad e importancia de una pastoral por

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    objetivos. Objetivos que, explcita o implcitamente, existen siempreen toda accin eclesial. Pero se trata de buscar una accin de futuro ycon futuro, sin caer en la simple adecuacin de estructuras y tareas. Setrata de ser ms fieles, en el hoy y ahora, a la accin del Espritu, supe-rando los reformismos o rupturas, provenientes de nuestra buena vo-luntad o de nuestras inseguridades. Pero toda programacin reclamapersonas renovadas, de ah que tengamos que insistir tambin en laconversin pastoral de las comunidades y agentes de la pastoral.

    CONDICIONANTES EN LA ACCIN PASTORALPOR OBJETIVOS

    Dos son los principales condicionantes entre otros posible que ac-tan y sesgan la elaboracin de toda planificacin de la pastoral porobjetivos:

    1. El enfoque teolgico.Los planes y programas pastorales tienen presente, explcita o im-

    plcitamente, un modelo eclesial coherente con los documentos delConcilio Vaticano II, con una eclesiologa de comunin en la que losrasgos comunitarios y de corresponsabilidad adquieren su justo relie-ve. Podemos decir, pues, que la pastoral se programa y analiza a partirde unos presupuestos teolgicos bajo los que subyace un enfoqueeclesiolgico determinado o prevalente y, en definitiva, una cristologa.

    Por consiguiente, tener claro un modelo de Iglesia (el Proyecto deIglesia Diocesana) es el punto de partida principal de toda programa-cin.

    2. La situacin sociolgica.El punto de partida sociolgico hace relacin tanto a las situaciones

    concretas del Pueblo de Dios, cuyo rumbo pastoral se quiere trazar, comoa la situacin de la sociedad de la que la comunidad cristiana formaparte. En nuestro caso, el segundo trimestre del curso 2000-2001 estuvodedicado a analizar nuestra realidad social y eclesial.

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    La seleccin de los dispositivos prcticos depender de los doscondicionantes expuestos, ya que el punto de partida tcnico hace refe-rencia a la seleccin de los medios eficaces y adecuados para llevar acabo los objetivos pastorales. Es, por tanto, un proceso de racionalizacinsobre una instancia eclesial y social.

    MODELOS DE IGLESIA Y PROGRAMACIN

    Los programas pastorales deben reflejar una eclesiologa basada enel Concilio Vaticano II, que una veces se explicita abiertamente y otrasest implcita. En todos ellos existe una cierta comprensin de la Igle-sia.

    Los rasgos eclesiolgicos que deben estar presentes podran ser es-tos:

    1. Iglesia comunidad.La Iglesia se entiende como comunidad. La realizacin de este ideal

    comunitario se busca preferentemente en los niveles bsicos, que sonlos que mayores posibilidades tienen de promoverlo. Por eso se preten-de transformar la institucin parroquial en parroquia comunitaria oen Comunidad de comunidades. Todas las programaciones debenrevelar una voluntad de una Iglesia comunin y de una Iglesiaevangelizadora. En este sentido comunitario puesto al servicio de laevangelizacin, intenta promover la coordinacin de las distintas voca-ciones y grupos eclesiales en el sector de la pastoral parroquial oarciprestal. A travs de la coordinacin de una sana y necesaria diversi-dad se intenta llegar a la unidad de toda la comunidad pastoraldiocesana, presidida por el Obispo.

    2. Iglesia de participacin y de corresponsabilidad.En unos casos, los planes y programas manifiestan por su mismo

    origen una particular sensibilidad en este punto, pues han sido elabo-rados despus de asambleas parroquiales diocesanas; o bien de evalua-

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    ciones y cuestionarios; o bien tras deliberaciones de consejos pastoraleso presbiterales. Por ello tendra que intensificarse la creacin y adecua-do funcionamiento de organismos que estimulen y concilien la partici-pacin de todos.

    La aoranza de una incorporacin ms plena de religiosos y laicosen la programacin y accin pastoral es una constante en todos los pla-nes, signo, al mismo tiempo, de una eclesiologa saludable y de unarealidad deficiente de costosa superacin.

    3. Iglesia y pluralismo.El pluralismo de la realidad eclesial repercute en las lneas teolgicas

    de los planes y programas. No suele ser tratado de un modo directo yteolgico pero s hace acto de presencia.

    La pluralidad de mentalidades, dependientes de diferentes esque-mas teolgicos y vivencias eclesiales, es un dato comnmente reconoci-do como dificultad para el quehacer comn de la evangelizacin. Aveces, para evitar mayores divisiones, se eluden los planteamientosdoctrinales y se marcan slo lneas programticas en las que es posibleun mayor consenso. Sin embargo, parece que ha llegado el momento deacometer una cierta clarificacin de principios, pues de lo contrario elnecesario pluralismo puede atentar contra la comunin y fidelidad a lamisin mesinica de Jesucristo y de su pueblo.

    4. Iglesia y servicio al mundo.En las relaciones Iglesia-Mundo, los planes y programas se preocu-

    pan por concretar una voluntad de identificacin eclesial con las carac-tersticas evanglicas y cristianas en los individuos y en los grupos. Almismo tiempo se explicita el deseo de una presencia evangelizadoraque incluye la promocin y la liberacin temporal.

    Los ecos clarificadores de la Gaudium et Spes, de la ExhortacinEvangelii Nuntiandi de Pablo VI y del abundante y rico Magisteriode Juan Pablo II aparecen con frecuencia.

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    MTODOS PARA EL CONOCIMIENTODE LAS SITUACIONES

    Otro objetivo bsico para la programacin de la pastoral por objeti-vos es la respuesta fiel al hombre en su situacin social concreta. Pero,cmo llegar a conocer lo ms certeramente posible esta situacin?

    Hemos de procurar que todo lo que se haga (encuestas, reuniones...)para el anlisis de la situacin tenga como funcin principal, ademsdel conocimiento de la realidad, sensibilizar a los agentes de pastoralsobre determinadas situaciones y objetivos ya de alguna manera cono-cidos.

    Habr que combinar la aportacin de los estudios sociolgicos pu-blicados y el conocimiento directo de la situacin de las personas y gru-pos implicados en la accin pastoral.

    Presupuestos a todo anlisis de situacin

    Siempre que se realice un anlisis de la situacin social y religiosa,sea por encuestas o estudios sistemticos, o por medio de la interco-1municacin en grupos, convendra tener presentes las siguientes apor-taciones:

    Las encuestas y comunicaciones en grupo han de provenir no slode los sacerdotes o de los agentes de la pastoral, aunque stos seanseglares, sino de personas representativas de todo el Pueblo de Dios.

    En el mismo proceso de conocimiento y reflexin, los seglares hande intervenir como agentes activos.

    No es suficiente conocer la realidad, es necesario tener conciencia deella o interiorizarla si se quiere tener el puente hacia una actividadpastoral transformadora.

    La recogida de datos y reflexin sobre los mismos ha de hacerse te-niendo en cuenta sobre todo al barrio-pueblo-sociedad que debe-mos evangelizar. No basta una mirada con objeto de renovar la ac-cin pastoral de la Iglesia, pues esta renovacin debemos hacerla enfuncin de la respuesta evangelizadora a unas situaciones, necesi-dades y aspiraciones concretas.

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    Finalmente, todo procedimiento para acercarnos a la realidad, ha deestar marcado por el dinamismo de la contemplacin y discerni-miento, tendente a descubrir los signos del Espritu en las situacio-nes concretas que estamos llamados a evangelizar.

    ORGANISMOS, INSTITUCIONES Y DISPOSITIVOSPRCTICOS PARA LA ELABORACIN Y

    PLANIFICACIN PASTORAL POR OBJETIVOS

    Toda programacin reclama poner en marcha, al principio y a lo lar-go del proceso, una serie de organismos, instituciones y dispositivosprcticos encargados de la animacin, redaccin y evaluacin de losdiferentes planes.

    Las funciones de estas personas y de estos organismos colegiados,de apoyo y coordinacin de la accin pastoral, van creando una especiede derecho particular diocesano y merecen una permanente atencinpara:

    Simplificar los organismos, evitando cierto anonimato e indefini-cin en la toma de decisiones y sobre todo la sobrecarga de reunio-nes.

    Fomentar cada vez ms la colegialidad y la corresponsabilidad en lacomunidad de la Iglesia.

    Evitar la burocratizacin en la que puede, a la larga, caer el impulsopastoral y los carismas personales y grupales.

    1. Dnde se coloca la unidad pastoral?

    La eleccin del armazn o unidad base sobre la que cimentar la ac-cin pastoral, constituye una opcin pastoral-tcnica de capital impor-tancia. Tal armazn o unidad base, son normalmente las parroquias yarciprestazgos o sectores pastorales.

    En las grandes ciudades, con frecuencia, se piensa en la parroquia

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    como unidad pastoral. Por las posibilidades en agentes de pastoral, lo-cales y recursos materiales que pueden tener las grandes parroquia ur-banas.

    Sin embargo las parroquias rurales o pueblos pequeos no suelencontar con muchas posibilidades y precisan la ayuda de otras parro-quias u organismos supraparroquiales, por lo que se fijan con ms faci-lidad en el arciprestazgo como centro motor y coordinador de la reno-vacin pastoral.

    Deber, entonces, tenderse a crear equipos de sacerdotes y seglaresespecialmente vocacionados en acciones pastorales especficas y dedi-cados a promoverlas en los Arciprestazgos y zonas ms amplias de laDicesis, aunque estn radicados en una comunidad parroquial.

    2. El Arciprestazgo como unidad pastoral.

    Las nuevas condiciones de nuestra sociedad y su configuracin, tan-to en las grandes ciudades, como en las otras y en la zona rural, parecenaconsejar una plataforma o unidad pastoral coincidente con elArciprestazgo.

    De ah la importancia de facilitar el crecimiento y desarrollo de lapastoral del Arcipreste como claro animador y coordinador de la ac-cin pastoral. Tambin ser preciso que se organicen diferentes comi-siones de trabajo, respondiendo a la respuesta diferente y especializadade la accin pastoral.

    Esta coordinacin y animacin supondr que ponemos en funciona-miento encuentros de presbteros, de responsables de las diferentes co-misiones de trabajo y, sobre todo, una especie de consejo pastoralarciprestal, responsable de la animacin y coordinacin eficaz de todala accin pastoral.

    El anlisis de la realidad y la respuesta pastoral que se vayainstrumentalizando, ha de ser obra de todos y realizacin de todos.

    Las comunidades y parroquias seguirn teniendo su personalidaddentro de este marco. A la hora de los nombramientos todo deber te-nerse en cuenta, pero lo que debe determinar ha de ser la necesidad dela comunidad y el proyecto del Arciprestazgo.

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    OBJETIVOS SELECCIONADOS

    A la hora de determinar objetivos, uno de los problemas es seleccio-nar. Los planes y programas reflejan, a veces, esta dificultad; general-mente optan por quedarse con muchos objetivos. De ah, que resultanabrumadores para quienes en la base tienen que llevarlos a la prctica.

    Una dificultad ms, y real, es la recta orientacin de cada objetivopastoral, de modo que sin crear dispersin ni discontinuidad, est cadauno de ellos orientado en la misma direccin por un mismo sentido,dirigidos hacia la realizacin progresiva de un modelo eclesial cohe-rente.

    CRITERIOS DE SELECCIN

    1. Conviene proyectar los planes pastorales de modo que las parro-quia, los arciprestazgos y los diferentes movimientos, grupos o co-munidades puedan concretar en su realidad las opciones de fondode la dicesis.

    2. Para la determinacin de los objetivos pastorales, se ha de tener encuenta que sean: concretos, realizables, flexibles y evaluables.

    3. Como criterios de seleccin que han de tenerse en cuenta simult-neamente sugerimos los siguientes:

    Fidelidad al Evangelio y a la eclesiologa de comunin. Atencin a las necesidades sentidas de la base, entendiendo por

    tal no slo los agentes de pastoral, sino tambin al pueblo. Considerar los dinamismos reales del hombre y la sociedad, aun-

    que estas lneas de futuro no sean todava percibidas mayorita-riamente.

    Tener en cuenta los sectores menos evangelizados de la socie-dad: mundo obrero, juventud, alejados, marginados.

    Atender al principio pedaggico de elegir aquel objetivo que con-siga sumar ms esfuerzos e intereses de los distintos agentes depastoral.

    Corresponsabilidad en la eleccin de los objetivos por parte deaquellos que van a ser los ejecutores del programa de accin.

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    LA EVALUACIN PASTORAL

    Tal vez uno de los hallazgos ms valiosos de la Iglesia en los ltimosaos, alcanzado sin duda de la mano de los creyentes ms inquietos,haya sido el de la revisin.

    Revisar, accin llena de resonancias evanglicas, supone una actitudde profundo amor a la verdad. Supone un deseo explcito de buscar lafidelidad al Evangelio, al Seor, al Plan de Dios sobre la propia vida,sobre la vida de la Iglesia. Supone, adems, superar todo miedo, todainseguridad, toda duda, respecto a un hecho central de nuestra fe: nues-tro nico apoyo es Cristo Jess, vivo ayer, hoy y maana; l es nuestranica seguridad y, por tanto, no podemos temer el poner en tela dejuicio lo que hacemos, lo que pensamos, nuestras organizaciones, nues-tros proyectos. Ms an, l nos pide que, impulsados por su Espritu,vivamos en un continuo esfuerzo de desinstalacin, de crisis, de pobre-za, de xodo... Porque slo as viviremos en l, no admitiendo ms Ab-soluto que Dios.

    El paso del clsico Examen de conciencia fundamentalmenteintimista, cerrado al mbito de lo subjetivo, a una revisin que abra lafe y sus consecuencias a todo lo relacionado con el creyente (vida, en-torno, relaciones, comunidad, actitudes, sociedad...) fue una de las de-cisiones ms profundas del propio Concilio Vaticano II.

    Pues mientras Cristo, santo, inocente, inmaculado (Heb 7,26), noconoci pecado (Cf. 2 Cor 5,21), sino que vino nicamente a expiar lospecados del pueblo (Heb 2,17), la Iglesia encierra en su propio seno apecadores y, siendo al mismo tiempo santa y necesitada de purifica-cin, avanza continuamente por la senda de la penitencia y la renova-cin (LG 8).

    Y este proceso que ha llevado a la revisin como tarea clave del cris-tiano y de la comunidad, no slo no se ha detenido, sino que tiende aenriquecerse. Desde hace ya algn tiempo comienza a hablarse de eva-luacin, especialmente en lo que se refiere a las tareas pastorales. Talvez la razn ltima de la aparicin de esta nueva aspiracin haya queencontrarla, de una parte, en un deseo radical de superar todosubjetivismo en el examen de la realidad pastoral, todo juicio de valor,

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    anclado en apreciaciones personales; y de otra parte, en un deseo de su-perar toda tendencia de carcter marcadamente moralizante o norma-tivo, es decir, toda tendencia a juzgar la realidad pastoral desde catego-ras morales casi siempre construidas a partir de una determinada ti-ca de mandamientos, fuertemente impregnada de las ideologas vi-gentes en el grupo, ambiente o lderes de la colectividad de que se trate.

    Todo ello entraa una bsqueda de objetividad, un intento de some-ter a evaluacin no slo lo ms externo de la pastoral, sino englobar enun mismo intento la crtica cristiana, lo subjetivo y lo objetivo, motiva-ciones y esquemas de referencia, aspiraciones y tareas, proyectos y rea-lizaciones. En una palabra, supone un intento purificador de la totali-dad de la accin pastoral con todo lo que entraa, en referencia directaa la Palabra y desde una eclesiologa que integra una visin unitaria dela Iglesia como Sacramento de Salvacin, como servidora del mundo,como Misterio del Cuerpo del Seor, como levadura del Reino...

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    2

    Plantilla deProgramacin

    Curso 2001-2002

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    Qu vamos a hacer?

    Por qu lo vamos ahacer?

    Quines estamos con-vocados a hacerlo?

    Cmo lo vamos a ha-cer?

    Cundo lo vamos ahacer?

    Quin es el animador,el responsable de quese haga?

    Qu evaluacin tene-mos prevista?

    1. Recibir espiritual, intelectual y prcticamente

    el Proyecto de Iglesia Dio-cesana (PID).

    2. Redactar el nuevo PlanDiocesano de Pastoral

    La Asamblea Diocesanade Pastoral (30-06-01) nosregal el Proyecto de Igle-sia Diocesana: nos recor-d a dnde queremos ir?

    Todos los miembros, gru-pos e instituciones de ladicesis.CDP, CP, Colegio deArciprestes, Secretaria-dos...

    Trabajando el PID en reti-ros, reuniones, compromi-sos...

    A lo largo de todo el cur-so.Dos partes del PID cadatrimestre.Hacer Calendario.

    El representante-delega-do del Obispo en cada ins-titucin.

    Asamblea Diocesana dePastoral (29-06-02).

    Dicesis

    Orihuela-Alicante

    Parroquia

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    3

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    6

    7

    Plantilla de Programacin

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    Movimiento ColegioGrupo

    curso 2001-2002