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Esta es una copia privada

hecha sólo para fines

educativos.

PROHIBIDA SU VENTA

TRATADOS DELEGISLACIÓNC L y PENAL

Tomo VII

JEREMÍAS BENTHAM

TRIBUNAL SUPERiOR DE JusTicM DEL DisTRIo FEDERAL

DIRECCIÓN GENERAL DE ANALES DE JURISPRUDENCIA Y BOLETíN JUDICIAL

TRATADOS

DE LEGISLACIONCIVIL Y PENAL,

be 'jn$ c%eiitsatn,

TRADLJCWOS AL CASTELLANO p CON OO1ENTARlO,

POR RAMON SALAS.

Ehcion hecha bajo la direccion de ¡ose' Rene Mas son,

TOMO VII.

PARIS,MASSON Y HIJO CALLE DE ERrURTH , N 5.

1823.

( 309 )

INDICEDe tos Capítulos que contiene este

TOMO VII.

PÁG5.

CAPÍTULO XVI. Octavo titulo general delcódigo civil. -De los contra-tos . . ...........• J.

SECCION II. Division de los contratos . . . 7.COMENTARIO. • • . . . . . . * . . 12.

C. XVII. Nono titulo general del códigocivil. De los estados domésticosY civiles. . . . . . . . . . . . 37.

COMENTARIO ...... 4°.CAP. XVIII. Décimo titulo general del có-

digo civil. De las personas &—pacs de adquirir, de contratar 45.

COMENTARIO....... 46.CAP XIX. De los titulos particulares del

código civil ......... . 47.COME1TARIO. . ............. 6o.

CAP. XX. De los delitos políticos elemen-tales.............. 64.

COMENTARIO. . ....... • • . . 75.CAP. XXI. Continuacion. Poderes políticos

elementales . . . ...... . 8.COMESTARIO. • 91.

CAP. XXII. Plan del código politico . . . io3.COMENTARIO.................toS.

(3io)CAP. XX1J.l. Plan del código internacional 109.

Division de las leyes que componen un có-digo particular ........ 110.

COMENTARIO. . . . . . . . . . . . . . . 114-CAP. XXIV. Plan del derecho marítimo . 118-

COMENTARIO. ........ ...... 122.CAP. XXV. Plan del código militar. . . . 13.

COMENTAItIO...............128.CAP. XXVI. Plan del código eclesiástico . 132.

134.COMENTARIO. . . . . . . . . . . . . . .CAP. XXVII. Plan de las leyes reinunera

tonas * . . . . . . . * . . . . .36.COMFNTARIO....... . . . . . . . . 13.

CAP. 3(VJII. Economía política. . . . . 141.

coM:ENT&RIo.......... 7 . . . . 142.CAP. XXIX. Plan de un código de rentas 144.

CO1'tIENTARIO. . . . . . . . . . . . . . . 148.CAP. XXXI Plan de substanciacion. . . . 14.

COMENTARIO. . . . . . . . . . . . . 152.CAP. XXXI. De la integridad del cuerpo

de derecho..... •.... 161.

COMENTARIO. . . . . . . . . . . . . a 169.CAP. XXXII. De la pureza en la composi-.

cion de un cuerpo de derecho. 174.COMENTARIO . . . . . . . . . . . . 177.

CAP. XXXIII. Del estilo de las leyes. . . 178.COMENTARIO. . . . . . . ....... .

MEM0RIA Sobre un nuevo principio paraconstruir casas de inspeccion ,y especialmente casas de reclu-sion y trabajo forzado. . . . . i95.

(Su )ADVERTE1CIA.....

P A.NO'PTICO.

Establecimiento propuesto para guardar lospresos con mas seguridad y eco.norma, y para trabajar al mis-mo tiempo en su reforma moral,con medios nuevos de asegu-rarse de su buena conducta, yde proveer á su subsistenciadespues de su soltura . • . . 2010

Construccion del Panóptico. . . . . . . 2o6.Ventajas esenciales cíe1 Panóptico. . . . . 208.

Pormenores del Panóptico . . . . . . . . 212.

S}1GiI1DA PARTE.

De la administracion del Panóptico . . . 2211Rcglade dulzura .............223.

Regla de severidad .....Id.Regla de economía . . . . . ....... 224Comparacion (le los dos modos de adwinis-

tracion, el ubo por contrato, yel otro de confianza . . . . .

Separacon de los sexos ....... . . . 239.Separacion en clases y en compañías . . . íd.Del trabajo .......248.Del alimento, . . . . . . . . . . . . . 252.

Del vestido . . * ......... 255.Del aseo y de la salud .........• 256.De la instrucciofl y de la ocupacion del do-

ningo . . . . . . . . . . . . 261.

312

De los castigos . . . . . . . . . 265.Provision para los presos que salgan de la

cárcel ,.. ..........266.RISUMEN. Principios característicos del Pa

nóptico ............ 274.Custddia segura. . . ......... • 275.Sanidad y lirnpicza. . . . . . . . . 277.Economía ......• • • - . * . 279.Reforma. . . . . . . . . ..... 280.Precauciones para L soltura de los presos . 281.Restricciones coIltr2 ti interés personal del

gobernador . . . . . . . . . . 282.Otros usos del principio Panóptico . . . . 283.

C0MNTÁRIO............... 284.

Tratados de legislación civil y penal se terminóde imprimir en agosto de 2004, en Edigráfica,S.A. de C.V. La edición consta de 1000 ejempla-res, y la revisión y supervisión editorial estuvie-ron al cuidado de los licenciados Juan B. GómezMoreno y Aldo Francisco Rodríguez Gutiérrez.

CAPITULO XVI. Octavo título general delcódigo civil. -De los contra-

tos . . ........... e I.

SECCI0N IlE. Division de los contratos . . . 7.COMENTARIO. . . . . . . 0 0 . . . . . 12.

PRINCIPIOSDE LEGISLACION.

CAPITULO XVI.

Octavo título general del codigo civil. -De los contratos.

Los contratos son unos actos de colacion6 de investidura, son unas convenciones,unas leyes mas 6 menos efímeras que losparticulares proponen, y el soberano adop-ta con tal que sean válidas. ¿ Pero que`contratos debe el soberano confirmar conel sello de su poder? todos: hé aquí mirespuesta; porque todas estas convencio-nes privadas se hacen siempre con la mirade algun provecho recíproco, y no se laspuede limitar 6 restriñir, sin perjudicaren la misma proporcion á la felicidad delos individuos. Libertad eniera en los con-tra Los: esta será la regia general , y si hayalgunos á que el legislador deba negar su

TOMO VII. 1

(2)

sandon, será siempre por alguna razonparticular. Las razones para declarar in-válidos ¿ ilegítimos ciertos contratos, setomarán siempre de la naturaleza de lasconvenciones mismas, porque sean con-trarias al interés público 6 al interés deun tercero, 6 al de las partes contra-tantes.

Las excepciones deben indicarse en untitulo á parte, y en el código mismo debehallarse el catálogo (le los contratos á quela ley niega su sancion, ya sea absoluta-mente, ya sea condicionalmente.

La ley debe obrar con franqueza, ycuando concede su sancion á un contrato,no se la debe quitar secretamente con con-diciones no expresadas como tales.

Agravar los gastos de los pleytos, es vio-lar la promesa que se ha hecho de san-cionar los contratos; es hacer inaccessiblela justicia á los pobres, es decir, á los quemas necesidad tienen de ella. Esta es unaverdad que nadie se atreverá á negar,aunque sea vergonzoso el confesarla.

Me sirvo de la Palabra contrato 6 Iran-saccion para explicar indistintamente un

( 3 )acto de investidura, una conveucioii, ¿ unconjunto ó compuesto de convencionesformadas al mismo tiempo.

Esto supuesto, pueden dividirse lasobligaciones en originales y acijecticias:llamo originales á las que se mencionanexpresamente en el contrato mismo, y ad-jecticias á las que la ley tiene por conve-niente aííadir á las priméras. Las unas re-caen sobre acontecimientos que las partescontratantes han previsto , y las otras so-bre acontecimientos que no han podidopreveer (»• Así es como en todos los pai-ses la ley ha suplido la poca prevision delos individuos, haciendo por ellos lo queellos hubieran hecho por si mismos, si suiinaginacion hubiera sabido anticipar lamarcha de la naturaleza.

El legislador sábio, reconociendo estas

(ij) Empréstito de un caballo: cae enfermo: ¿ quiendebe pagar la cura, el que lo prestó ó aquel á quiu fuprestado? Un cuarto arrendado sin hacer mencion dtiempo, -- ¿ qué térniino se debe dar al locatario para de-jarlo despiies de haberle avisado que lo dejo? - Segun lavariedad de los contratos y ¿te las cosas que son materiade ellos, ea necesaria una variedad corroapondin(c doobligaciones adjeclicias.

( . )

obligaciones facticias por lo que son, esdecir, por obra de sus manos, las apoyarasobre razones sencillas y verdaderas, sa-cadas del principio de la utilidad. Los ju-risconsultos haii fundado estas obligacio-nes sobre algunas ficciones, es decir, sobrealgunos hechos que por corifesion de ellosmismos nunca han existido : donde no hahabido convencioxi, ellos la suponen: don-de no ha habido mas que una 6 dos, suponenmil, y tienen la desvergüenza 6 la sim-pleza de atribuirnos que hemos querido co-sas en que, segun ellos mismos, nunca he-mos pensado, y esto es lo que entre ellosse llama razonar.

Descomponer un tal contrato, desmontaruna á una todas las piezas que le forman,hacer ver el mouton de obligaciones en-cerradas en él, es una especie de mecánicadesconocida hasta aquí.

La ley impone obligaciones adjecticias nosolamente al autor de la convencion fun-damental, sino tambien á otras personasen virtud de alguna conexion 6 relacionque tienen con la persona principal; y asíes como las obligaciones pasan á los liere-

( 5 )deros, y algunas veces á los acreedores¿ por qué? porque sus derechos respectivossolamente se extienden al. valor liquido 6neto de los bienes del difunto.

Supongárnos que á un efecto que sola-mente está bajo mi custódia sucede unapérdida ¿seré yo responsable de ella?Este es un caso que se divide en una infi-dad de otros, el efecto puede ser un valorabstracto, una sima de dinexo, una cosaen especie, ¿ se creerá que está 6 no bajomi custódia7 ¿la tengo á título de emprés-tito, de depósito ¿ de prenda? y así de lodemás:::: Nótese que aunque en estos ca-sos se habla siempre de contrato, hay mu-chos en que yo puedo tener la cosa sinconvencion, sin promesa, sin algun actode voluntad que la concierna.

El legislador tiene dos escollos que evi-tar; el de estrechar los servicios, y el defavorecerla negligencia: si se da demasia-da extension á la responsabilidad, se correel primero do estos riesgos : si se la dádemasiado poca, se corre el segundo.

Yo no quiero entrar aquí en un examencritico de los contratos romanos: esta se-

( 6 )ría una obra que causaria un fastidiomortal, y aunque se piensen en su divi-sion y en su nomenclatura todos los defec-tos imaginables, seria difícil exagerar. Laidea de promesas recíprocas, de disposi-ciones mútuas, tan familiar á todo elmundo, se halla de tal modo obscurecidaen este funesto y absurdo sistema de ju-risprudencia, que los jurisconsultos quelo han explicado continuamente, conocensiempre la necesidad de nuevas explica-ciones: en vano amontonan volúmen so-bre volúmen: nunca de este cahos saldrála luz.

Todo en este punto está por hacer : hayque hacer olvidar una lengua que se dicesábia, y hay que enseiar una lengua sen-cilla y familiar; pero los que nada saben,tienen adelantado mas de la mitad sobrelos que tienen que olvidar lo que los ju-risconsultos llaman entre ellos ciencia.

( 7 )

SECCION II.

Dípision de los contra/os.

Existe un contrato entre dos partes ,cuando existe entre ellas una disposicion,sea de bienes, sea de servicios, 6 unapromesa legal hecha por la una en favor dela otra.

Una disposicion ó una trasiacion tic bie-nes, es un acto en virtud del cual se haceuna mudanza en los derechos legales de d03

6 muchas personas con respecto & un cier-to objeto.

Los contratos pueden ser, 6 moment-neo, ó permanentes.

Pueden dividirse en tres clases.j a Promesas.2a Disposicion 6 traslacion de bienes

de una parte á otra.3a Contratos mixtos que contienen dis-

posiciones y promesas.Las disposiciones y las promesas pue-

den ser uni-láterales 6 7)t,-lteraies , se-gun que haya 6 no reciprocidad de obli-gac.íon.

( 8 )

1° Promesas un¡-láteralej..

lo Fianza.20 Pacto simple de dorlacioli, etc.3° Promesa un¡-láteral de matrimonio.

110 Disposiciones uni-láterales.

la Donacion gratItita.P.a Legado.3a Empréstito gratuito en especie.4a Depósito gratiito para guardar.5a Hipotecacion infuturum.,

1110 Promesas 1)1-láterales.

lo Convenio sobre compra y venta.20 Convenio sobre permuta.3° Apuesta (1)

(i.) La especie de contrato llamado apuesta, debe serobjeto de una ateucion particular. Segun la aplicacionque se hace de él, puede encerrar en 5f toda la fuerza deuna iey.. y de una ley que oI,rarja con una doble sancion,la de las penas y la de las reconipenas. Se pue4e haceruso de este contrato á manera de soborno para todos losdelitos imaginables. Apostad, por ejemplo, que una per-sona no vivirá mas que tanto tiempo, y ved las conse-cuencias que una apuesta semejante puede producir.

En el caso de las pérdidas que pueden suceder por in-cendios ó por naufragios, el seguro no es otra cosa que

( 9 )4° Convenio de obligacion a celebrar

otro contrato cualquiera.50 Promesas bi-Iáterales de matrimonio

IVo Disposiciones bi-láterales.

i ° Permuta.o Compra y venta.

3° Cambios de moneda.4° Compra de letras de cmbio.5° Compra de renta sin hipoteca.6° Compra de renta con hipoteca.

Mixtas que contienen disposiciones ypromesas.

jO Empréstito de dinero gratúito ¿ coninterés.

una especie ¿te apuesta y son demasiado conocidos SUS

efectos como medio de soborno.Puede tarnbien hacerse un mal uso de la apuesta por su

aplicacion á la ley adjetiva .. esto es, á la substanciacionjudicial. En ci tiempo en que so dudaba del sexo de lacaballera ó del caballero de Eou, fué motivo de unaapuesta. Sobre ella se puso un pleylo en uno de los tri-bunales de Westminster, y fiirou citadas muchas per-sonas it comparecer y declarar en el asunto. A esta especiede apuesta se la podria dar el nombre de apuesta de inquisicion vejatoria.

(10)

2° Aseguracion gratiita ¿ por premio.30 Arriendo de casa, etc.40 Arrendamiento de casa y hacienda

de labor, etc.50 Dacion en prenda.60 Contrato de matrimonio.7° Contrato de aprendizage.80 Arr endo de criado: oficial de fábri-

ca 6 de economía rural ú otros trabajosproductivos; de mancebo de mercader.

90 Alistamiento voluntario.io. Donacion en fideicomiso.1. Legado en fideicomiso.

12. Contrato de sociedad en materia decomercio.

i3. Depósito por via de mandato.14. Contrato de sociedad en materia do

manufacturas.i5. Depósito á guardar por un precio

que el deponente ha de pagar infutururn.16. Empréstito de efectos por un pre-

cio á pagar infuturun.17. Adopcion.

Depósito. Especies.

Las especies se constituyen por los di-

( 11

)

ferentes fines, por los cuales se hace elContrato.

lo Por cuenta del deponente.

¡0 Guardar simplemente la cosa: por-te ro-mesonero.

2° Transportar simplemente de un lu-gar á otro : carruagero, —capitan de iiaviode transporte.

50 Mejorar: picador de caballos, - fin-turero, - molinero, -- sastre.

4° Emplear sin mejorar; pero sin con-sumir, es decir, sin destruccion entera:como herramientas, - capital fijo de fá-brica, - criados.

5° Consumir: como lefia para quemar,- drogas para teñir, - tinta para es-cribir.

110 Por cuenta del depositario.

60 Depósito de cosa prestada á titulogratúito.

70 Depósito de cosa arrendada por unprecio.

( 12 )

111.0 Por cuenta del deponente y del de-positario.

80 Asociado en cosas adquiridas por unco-asociado en beneficio de la sociedad.

IVo Por cuenta del uno d del otro, segunel suceso.

90 Prendista, 6 el que recibe en prenda.

COMENTARIO.

Bentham, que tiene siempre tanto placer enexagerarlos vicios de la jurisprudencia romana,se desencadena en este título contra el sistemade ella sobre los contratos; sistema que llamafunesto y absurdo, despues de haber dicho, queaunque se le atribuyan todos los defectos ima-ginables, será difícil ponderar. Yo pienso alcontrario, que el sistema de las leyes romanassobre los contratos, su division y su nomen-clatura, aunque no esté absolutamente exentode defectos, es sin embargo bastante sencillo yclaro, y esta al alcance de una inteligenciamediana; y que el de Bentliam es obscuro, com-plicadísimo, ininteligible, y dina absurdo, si nome detuviera ci respeto que por tantos títulosjustisimos se debe á este célebre jurisconsultofilósofo. Esta proposicion debe parecer muy

(i3)

osada , y yo no mc atrcveria . escribirla, si noestuviera en estado de sostenerla con pruebasirreplicables. Luego las verá el lector en ciexámen que pienso hacer de las divisiones ynomenclatura de Bentham ; pero ántes creoconveniente dar un compendio muy breve delsistema de la j urisprudencia romana sobre loscontratos ; para que teniendo á la vista uno yotro pueda coinpararlos y juzgarlos. Yo cies-confio mucho de mis luces ; porque precisa-mente me hallo en la posicion de aquellos dequienes dice Benthauit, que para entender sunueva doctrina, necesitan olvidar la que hanaprendido, y trabajar la mitad mas que losque riada saben.

Los contratos son convenciones , leyes masunos pasagcras, que los particulares ii°'y el legislador confirma con su sancion, con talque no sean contrarias al interés público, alde algun tercero, ó al de los contrayentes mis-mos. Los contratos opuestos á alguno de estosintereses, son los Únicos que el legislador nodebe adoptar estas son las excepciones; laregla general debe ser , dar libertad entera álos contratos, y dejar obrar al interés indivi-duaL Esta doctrina de Bentham es muy confor-me á la de los jurisconsultos romanos , y lo quees mas a la sana razon. La ley pues debe engeneral dar su saucion í todos los contratos,obrando con franqueza, y cuando la concede,no debe despues quitarla por medios indirectos

Toiio VIL 2

(i4)y torcidos, corno por ejemplo, agravando lascostas de los procesos, costas que hacen inac-cesible la justicia á los pobres, es decir, á losque mas la necesitan. Júzguese por aquí de losderechos de timbre, de registro, de papel sella-do, y otros parecidos que la rapacidad delfisco, que en todo halla una materia de impuesto,arranca á los desgraciados litigantes, como paraagravar su desgracia , y obligarlos á sufrirmas bien que se les despoje de lo que es suyo,que á recurrir ála justicia.

Despues de haber ¡ni autor dividido las obli-gaciones en principales, que son aquellas de quese hace expresa mencion en el contrato, yaccesorias 6 adjecticias, que son aquellas quela ley tiene por conveniente añadir á las pri-meras dice que los jurisconsultos han fundadoestas últimas sobre ficciones, es decir, sobreciertos hechos, que, segun ellos mismos, nuncahan existido. Suponen una obligacion dondeninguna hay donde hay una 6 dos, suponenmil, y tienen la impudencia ó la simpleza deatribuirnos una voluntad que nunca hemostenido, y esto es á lo que llaman razonar. Yono sé contra qué jurisconsultos se dirige estaamarga censura; pero sé de cierto que los ro-manos á lo ménos no la merecen, porque nohan fundado las obligaciones adjecticias sobreficciones, sino sobre la ley no suponen con-venciones que no hayan existido expresad táci-tamente, ni atribuyen á los contrayentes otra

( 15 )voluntad que la de hacer lo que las leyes y labuena fd piden que se haga, aunque expresa-mente no se haya pactado. Esta voluntad existerealmente , porque los que compran y venden,por ejemplo, tienen evidentemente la voluntadde celebrar un contrato firme y eficaz, de so-meterse i las condiciones que prescriben lasleyes, y de ligarse con las obligaciones que soninherentes é inseparables de la naturaleza delcontrato, aunque nada hayan dicho sobre esto.Estas obligaciones adj ecticias son consecuenciasprecisas de la obligacion principal, y quienquiere el principio, quiere las consecuenciasnecesarias de él. Los contrayentes no debenignorará qué se obligan por el contrato quecelebran, y si lo ignoran, justo es que seantratados corno si lo supieran , sin que puedandefenderse con una ignorancia inexcusable dederecho. Las leyes de España en ciertos con-tratos obligan i los escribanos que los autori-zan a instruir á los contrayentes en las obliga-ciones con que se ligan, y expresar en laescritura que así lo han hecho; y convendriaque esta providencia se generalizase mas, exten-diéndola ¿í todos los contratos, y velando sobrela observancia de ella entónces seria expresala voluntad de conformarse con todas las dispo-siciones de la ley sobre el contrato.

Todas las responsabilidades de que no se hahecho mencion en el contrato, y nacen de lanaturaleza de él, son obligaciones acijecticias,

( 16 )y á cerca de estas responsabilidades establecenlas leyes romanas unas reglas generales de fa-cilísima aplicacion. En aquellos contratos deque solamente resulta utilidad al deudor ó alobligado, este responde de todos los daños quecon una diligencia suma hubiera podido evitar:esto es una consecuencia del principio de justi-cia que enseña, que ci daño debe ser de quienes el provecho. Yo presto gL'at11itameute micaballo á Ticio: ci caballo perece por una muypequeña negligencia que un hombre diligentí-simo hubiera prevenido : ¿ de quién debe ser]a pérdida? De Ticio ; pero será mia, si, á pesarde haber tenido ci mayor cuidado, el caballo haperecido, como si lo ha muerto un rayo : eneste caso la regla es que las cosas perecen parasu señor. En aquellos contratos de que resultautilidad á los dos contrayentes, la responsabi-lidad no es ni debe ser tan fuerte, y basta cui-dar de la cosa que versa en el contrato comoun hombre ordinariamente diligente cuida delas suyas. Yo alquilo mi caballo por un ciertoprecio, el arrendatario antes ó despues de ser-virse de di, le pone en Ja cuadra con otro suyo,y cierra la puerta con llave : el caballo ha sidorobado ¿ para quién es la pdrdida? Para cidueño , porque el arrendador ha hecho porguardar el caballo arrendado lo mismo que porguardar ci suyo; y lo que hacen generalmentetodos los hombres por guardar sus caballos. Elrobo se hubiera evitado, si á mas de la llave,

('7)se hubiera asegurado Ja puerta con un cerrojo6 una barra , como lo habria hecho un hombrecuidadaso en sumo prado; pero ci arrendadorno está obligado á tanto. En aquellos contratosde que solamente resulta utilidad al acreedor6 al que tiene el derecho, aun es menor la res-ponsabilidad del deudor 6 del obligado; y estellena toda su obliacion con tal que no dé lugarmaliciosamente, ó por una negligencia crasa,que en los contratos equivale al dolo, á la pér-dida de la cosa que es materia del contrato. Yodoy á Ticio mi caballo para que me lo guardegratúitamente: Ticio lo pone en la cuadra conel suyo; pero es un hombre descuidado, masque lo sor regularmente los hombres, y dejaabierta la puerta, como siempre lo babia hecho:roban mi caballo : ¿ para quién es la pérdida?Para mi ; pues el robo no se ha ejecutado pormalicia ó por dolo de Ticio que ha custodiadomi caballo como el suyo, y como dice perfec-tamente un jurisconsulto zomano, el que confiaSUS cosas a un hombre tan descuidado, debeimputarse á si mismo las resultas de esta im-prudencia. Por estas reglas, que con una me-diana atencion pueden muy bien entenderse,no es difícil responder á la cuestion que pro-pone Bentharn un efecto que guardo tieneuna pérdida, ¿ soy yo responsable de ella?Basta saber por qué título ó contrato está lacosa en mi poder, y las reglas se aplican natu-ralmente y sin esfuerzo alguno. Digo lo mismo

2

( 18 )del caso del caballo prestado, de que Beathanihabla en una nota, y en cuanto á la cuestionsobre el término que debe darse al arrendadorde una casa despues de haberle prevenido que1a deje, esto depende de las convenciones, 6 delas leyes, ó de la costumbre particular de cadapais ; y el que toma en arriendo una casa, tienela voluntad de someterse, si no dice otra cosa,á lo que prescriben estas leyes ó estas costum-bres. Voy á acabar de desempeñar la promesaque he hecho á mi lector de darle un compen-dio muy abreviado del sistema de los juriscon-sultos romanos sobre los contratos, ciikiéndomesiempre í los primeros elementos; porque unaexplicacion circunstanciada de todo el sistema,exigiria muchos volúmenes.

Empecemos por definir el contrato, suplien-do la negligencia de nuestro autor, que, nopor qué, no nos ha dado una definicion precisade di: pues cuando se habla de una cosa, con-viene sobre todo saber de qué se habla. Es puesel Contrato un pacto 6 convencion que tiene unnombre especial, 6 sin di, una causa civil paraobligar; y supuesto que todo contrato es ur4pacto, para saber que sea un contrato, esindispensable saber que es un pacto. El pactoes el consentimiento 6 la voluntad de dos 6mas personas sobre una misma cosa, y es, 6desnudo, 6 vestido : el pacto desnudo 6 puro,es el consentimiento solo, nada mas que elconsentimiento, y no produce obligacion civil,

(t9)ni por Consiguiente accion , á no ser que seafiada inmediatamente a un contrato de buenafé, con el cual se incorpora y hace un todo, encuyo caso produce la obligacion y accion delcontrato mismo con que se ha incorporado; 6que la ley por una razon particular le dé, Jafuerza y eficacia del contrato, por lo que estepacto se llama legítimo, y tal es el pacto deesponsales. El pacto vestido es el que á mas delconsentimiento de los pactantes tiene un noin-bre especial, ó sin él una causa civil de obligar,y así el pacto vestido no es otra cosa que elcontrato. Llámase causa civil de obligar unacosa dada, 6 un hecho ejecutado por uno delos contrayentes, de lo que nace la obligaciondel otro.

Los contratos pues se dividen en nominadosé innominados; nominados , son los que tienenun nombre particular, como la compra y venta,la locacion y conducion, el depósito, etc.; perono se crea que deben al nombre su tuerza obli-gatoria: la deben ¿í la ley, que por la impor-tancia de ellos, 6 por su uso mas general yfrecuente que el de los otros, ha creido con-veniente darles un nombre especial. Los con-tratos innominados son aquellos que sin tenerun nombre particular, tienen una causa civilde obligacion, y son cuatro: do ut des, do utfacias, facio ut Jacias, facio ut des Loscontratos nominados producen una accion quetiene el mismo nombre que el contrato de que

(o)iiacuu actio e/npti et venditi , actio locaticonductt, actio depositi, etc. ; los contratosinnominados tambien producen una accion in-nominada como dios , y que se llama con unnombre general actio prescriptis verbs.

Los contratos nominados se distinguen enconsensuales, reales y verbales ya en otraparte hé dado razon de estas denomioacioncs,y solo inc queda que advertir que los contratosinnominados son todos reales 5 porque para queproduzcan obligacion y accion, no basta el con-sen tirniento de los contrayentes, sino que esnecesario que intervenga un hecho ó una cosa;pero si se reflexiona un poco, se verá que todoslos contratos se reducen en última analisis ála permuta , que es ci principio y origen deellos ; porque en todos se trata de cambiar ópermutar cosas por cosas , cosas por hechos,d hechos por hechos aun los contratos queparecen mas grat(iitos, son verdaderas permu-tas, ó dci servicio que se hace por el servicioque se espera, ó del servicio por ci placer queresulta de hacerlo, ó (lei servicio por el reco-nocimiento de la persona favorecida.

Los contratos nominados son ademas bi-lá-terales , d uni-láterales bi-hiterales, son losque obligan directamente í. todos los contra-yentes ; y un¡-láterales , los que solo obligandirectamente á una de las partes. Todos losconsensuales son bi-láterales, la compra y ven-ta, la locacion y couducion, la sociedad, d

( 21 )enfiteusis ; y por ci contrario todos los con-.tratos verbales y reales son iinj-látcrales laestipulacion , la fianza, ci comodato, el depó-sito , e. mttuo , la prenda. Estos ~tratos un'-Játerales pueden por accidente producir unaobligacion y accion que se llama contraria yodeposito una cosa en Ticio : solamente Ticio espor lo coiiun obligado por este contrato ; pero¿1 ha hecho algunos gastos para guardar la cosadepositada : yo tengo Ja obligacion de resar-círselos , y ¿1 puede demandármelos por laaccion que se llama depositi contraria.

Se dividen tambien los contratos nominados,en contratos de buena f, y contratos de rigo-.roso derecho, stricti juris; no porque en todos110 sea necesaria aquella buena fé que excluye cidolo, sino porque en algunos esta buena fé seextiende mas que en otros, y es necesaria deun modo mas particular : en los contratos debuena fé los contrayentes se obligan no solo álo que expresamente han pactado , sino tanibieni todo lo que exige la probidad y Ja equidadpero en bis (le rigoroso derecho los contrayentesá nada mas quedan obligados que á lo que hanconvenido, á lo que expresan las palabras delcontrato. hay entre ellos otra diferencia , y esque los pactos añadidos incontinenti á los con-tratos de buena fd,produccn obligacion y ac-CiOfl , y no los que se añaden i los contratos derigOrOs() (lerechO. Todos los contratos consen-suales son de buena fé 3 los verbales y reales

( 22 )son strieti juris; y á esta clase pertenecen porconsiguiente los contratos innominados.

Son á si mismos los contratos, ó principalesque existen por si mismos con independenciade cualquiera otra comivencion, ó accesorios queno pueden existir sin otros contratos tales sonla fianza y la prenda, que no son mas que unasgarantías 6 seguridades de los contratos en quese exigen, y que producen una obligacionaccesoria, que solo existe mientras existe laprincipal, y se acaba con ella.

Por el modo de contraerlos, se dividen igual-mente los contratos, cualquiera que sea la claseí que pertenezcan, en puros, condicionales, 6con dia, in diem : los primeros son los que secontraen sin circunstancia alguna que no sea dela naturaleza del contrato:¿ prometes darmeciento? prometo: los segundos son los que secontraen bajo de cierta condicion 6 calidad:¿prometes darme ciento si llega el nai4o dela Asia? prometo : y los contratos con dia 6in diem, son los que se celebran con sefiala-lamicnto del dia en que deben cumplirse.¿ Prometes darme ciento en el día primerode Mayo proximo ? prometo. Los contratospuros en el momento en que están - perfeccio-nados producen la obligacion, y una accioneficaz que puede deducirse en juicio; los con-dicionales no la producen hasta que se verificala condic ion, y nunca, si esta nunca se realiza;y los contratos in diem producen desde luego

( 23 )obligacion y accion; pero una accion que noes eficaz hasta que llega el (ha seaIado ,puede ántes ser repelida por una excepcion.Hay contratos que tienen la apariencia decondicionales, y soii puros, y. g. te daré cientosi maíana sale el sol; otros que parecen Con-dicionales, y son in diem te daré ciento sillega ci dia primero de Mayo; y otros en finque parecen in diem y son condicionales: tedaré ciento en el dia que el navío de la Asiallegue.

Estos son los elementos de la jurisprudenciaromana sobre los contratos, y estoy seguro deque cualquiera que los conozca podrá pronta-mente seialar al contrato que se le presente cilugar que le corresponde en las divisiones refe-ridas. Estas por otra parte son claras , soncompletas, porque contienen todo el dividendo,pues no hay contrato que no pueda clasificarseen alguna de ellas ; y no son redundantes, por-que nada contienen que no sea ci dividendo,es decir, que no sea contrato.

No tienen estas calidades las divisiones deBentham : contienen cosas que no son contra-tos: confunden í cada paso cosas que son muydiversas, y no siempre son claras. A estas divi-siones precede una máxima general que no meparece cierta. Un contrato existe entre dospartes, dice Bcntham, cuando existe entre ellasuna disposicioii ya sea (le bienes, ya sea deservicios, 6 una promesa legal hecha por la

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ui:a en favor de la otra ; pero lo primero,puede existir una disposicion de bienes sin queexista algun contrato, como cuando se disponetic alguna cosa por legado ó por donacion; ylo segundo, no toda promesa legal de una delas partes en favor de la otra es un contrato;para que lo sea es necesaria la aceptacion, puesque todo contrato es un pacto, y el pacto nopuede existir sin el consentimiento de dospersonas á lo menos. Bentham hubiera hechomuy bien en darnos una deíinicion general,claray precisa cte1 contrato, en vez de estas des-cripciones que carecen de exactitud , y que,para que parezcan verdaderas, necesitan sermuy explicadas y nujdificadas.

Divide Bcntham los contratos en tres clases1•a los que contienen promesas los quecontienen disposicion 6 traslacion de bienes deuna parte i otra : 3•a los que contienen dispo-siciones y promesas. De los tres miembros deesta division, los dos primeros contienen cosasque no son contratos, y el otro solo comprendeel dividido entero. Con efecto ya hemos vistoque las promesas por sí solas no son contratos;porque todo contrato es una conveucion, y cuuna convencion son necesarias á lo menos dospersonas. La misma voz convencion significaesto bien claramente, pues convenir es lo mis-mo que estar de acuerdo, estar conformes,corno contratar significa tratar uno con otro. El

t parecea primu ra v Sta UrIL promesa simple

( 25 )obligatoria ; pero el voto mismo no obligaria,si no fuera aceptado y consentido d lo innostcitamente; ?t mas (le que puede ser el votoun acto obligatorio,sin ser un contrato; porqueno todas las obligaciones vienen precisamentede contrato ¿ y no pudiera decirse también queci voto es una especie de permuta , un contratoinnominado ¿ facio ¿it des? El fraylc que hacesus votos se obliga i ciertos ejercicios y mor-tificaciones, porque Dios le dé el premio quepor ellas tiene prometido. Ni aun puede decirseque toda promesa aceptada sea un contratopues puede ser un pacto puro que no es obli-gatorio ; y si se me dice que no debe juzgarsede las divisiones de Bcntham por la doctrinade los jurisconsultos romanos que él mismocombate , yo diré que en cualquiera sistema,confundir cosas que tienen caratres esencialesmuy diversos, es un vicio que produce obscu-ridad, tinieblas impenetrables, y hace de unaciencia un embi ollo ininteligible.

Disposicion ¿ traslacion de bienes de unaparte á otra : pero ¿ qué entiende Bentliampor disposicion ó traslacion de bienes? ¿ entien-de el acto mismo de trasladar los bienes de unoá otro, de hacerlos pasar de una mano á otra,Cli una palabra, lo que se llama tradicion? Peroesta puede hacerse í consecuencia de un con-trato, como puede hacerse tambien sin d, y noes ella misma un contrato. La tradicioji por sisola no traslada ci dominio es necesario que

Tomo VII. 3

(26)sea precedida de un contrato d de otro titulolegítimo, y si Benthain llama disposicion alconvenio de entregar seguido de la entrega,esto es lo mismo que los romanos llaman con-trato consumado, y no forma una clase parti-cular de contratos, sino que los contiene todosen general, pues todos pueden ser consumadosó no consumados.

Contratos mixtos que contienen disposicio-nes y promesas. - Aquí sin duda entiendeBenthani por disposiciones una cosa distinta delas promesas; pero ¿ qué entiende ? ¿ entiendepor contratos mixtos aquellos en que la pro-mesa de trasladar se reune con el hecho dela traslacion? Entonces todo contrato consu-mado es un contrato mixto, y esta clase no esdistinta de la anterior, 8 por decirlo mejor, noes una clase , pues comprehende á todos loscontratos de cualquiera clase que sean. Enefecto todo contrato produce una obhigacion , ytoda obhigacion es una necesidad legal de dar8 hacer alguna cosa, y siempre es hablar conpoca exactitud, confundir el contrato mismocon la ejecucion 8 consurnacion de el.

Bcntham subdivide las promesas y las dis-posiciones en un¡-Líterales y bi-láterales, y nospresenta por ejemplos de las primeras la fianza,el pacto simple de donacion y la promesa uni-Literal de matrimonio. La fianza es mas que unasimple promesa, es un verdadero contrato queproduce una obligacion accesoria de otra obliga-

(27)cion sin la cual no puede existir. El pacto simplede donacion no aceptada ó consentida, ni escontrato, ni produce obligacion, y digo lo mis-mo de la promesa uni-láteral de matrimonio.En una division de los contratos, no debiancomprehenderse mas que contratos.

En la subilivision siguiente de las disposicio-nes un¡-híterales, se confunden los contratoscon cosas que no lo son : la donacion gratúitay el legado no son contratos; el empréstitogratáito y el depósito gratúito, son contratosverdaderos. No entiendo lo que es blp otecaclonin futurum, á n& ser que sea la promesa ó elpacto de hipotecar en cierto tiempo, y si esasí, no es un contrato, sino un pacto desnudoque no produce obligacion, y es muy diversode la hipoteca, que es un contrato real. el cualno es perfecto y obligatorio sin la intervencionó entrega de la cosa hipotecada. Si ]3enthamse hubiera tomado el trabajo de explicar la lo-cucion, hipotecacion infutururn, habría he-dio un gran servicio á los talentos como elmio. -

Ninguna de las promesas bi-láterales son ver-daderos contratos: ci convenio sobre compra yventa, el convenio sobre permuta, son sola-mente unos pactos desnudos la apuesta es unadonacion condicional como el juego: el conve-nio de hacer un contrato cualquiera , es tambienun pacto desnudo, y la promesa bi-láteral dematrimonio, es igualmente otro pacto desnu-

( 28 )do i pero de aquellos que la j urisprutienciaromana llama legitimos; porque la ley, ha-ciendo en ellos una excepcion d la regla general,ha querido que sean obligatorios sin elevarlos,no obstante, á la clase de contratos.

Las que Bentbain llama disposiciones bi-I.".terales , son verdaderos contratos hi-hiteralesci cambio ó permuta de una cosa poi' otra.,el contrato innominado do itt des, y las otrasdisposiciones bi-hiterales referidas por Ben-thain , no son mas que un contrato de compray venta. El cambio imsmo de la moneda no esotra cosa : pues realmente se reduce á compraruna moneda con otra moneda, doblones conduros, cte. Las compras de renta que se hacenperdiendo el capital son verdaderas ventas,ora sean hipotecarias, ora no lo sean ; porquela hipoteca que es, corno hemos dicho, un Con-trato accesorio, no muda la naturaleza del con-trato principal, como tampoco la muda la fianza;de manera, que no parece que Beritham hadebido hacer dos especies diferentes de la coin-pra de renta, con hipoteca y sin hipoteca , perosi la adquisicion de la renta se hace prestandosolamente el capital, y sin enageriarlo irrevo-cablemente , cntónces ci contrato es un niútuocon interés.

El catálogo de los contratos mixtos que con-tienen disposiciones y promesas es un cahos, unlaberinto de que no es ficiI salir ; porque prc.-cindiendo de que todos los contratos consu-

( 29 )inados son mixtos, es decir, contienen promesasy disposiciones en el sentido que puede darseá estas voces, como acabamos de verlo, se venmezclados en ci catálogo los contratos con tí-tulos de adquisicion que no son contratos; ypor otra parte, de una sola especie de contratose hacen dos. El empréstito gratúito de dinero,

con interés, es un mismo contrato, un inú-tuo ; y el empréstito de efectos por un preciopagable in futurum, si es tainbicn mutuo, nodebia componer una clase á parte ; porque delmismo modo que en dinero, puede el rnútuoconsistir en especies fungibles ( voz cuyo signi-ficado hemos dado en otra parte ), como trigo,vino, etc. Digo, si es tambien iuttuo, porquerealmenle yo no sé con bastante certeza, quéespecie de contrato sea; porque un xnútuo conprecio, sería una venta, á no ser que por pre-cio se entienda los interéses; pero esto seríahablar con demasiada inexactitud; ¿ por quéBentham no se tomará el trabajo de explicar-nos estas frases inusitadas?

No sé que los romanos conociesen el contratode aseguracion, que se ha hecho tan frecuenteen nuestros dias, y cuya utilidad en la vidacivil es tan evidente. El contrato de asegura-cion gratita, será una especie de donacioncondicional, si se pierde la cosa asegurada; yla aseguracion por premio, será un contratoinnominado, do ut des, el cual produce unaobligacion pura en el dueño de la cosa asegu-

3'

(3o)rada, que paga el premio en todo caso; y con-dicional en el asegurador, que nada tiene quedar sino en el caso de que se pierda la cosa.

El arriendo de una casa, y el arriendo deuna labranza, no debian formar dos especiesseparadas, como las forman en el catálogo deBentharn, pues que son una misma especie sindiferencia; 6 habriamos de hacer tantas espe-cies de contratos, cuantas cosas hay que pue-den arrendarse , venderse , etc.

La dacion en prenda es el contrato de pren-da que contiene disposiciones y promesas comotodos los contratos; y ci contrato de matrimo-nio ea un contrato de sociedad.

El contrato de aprendizage es el contratoinnominado do ut facias: el aprendiz dá unacierta cantidad al maestro para que este leenseñe el oficio: lo que se llama arriendo decriados, de oficiales de fábricas, de mancebosde comerciantes, es un contrato innominado,facio ut des, 6 do ut facias., y á la misma clasepertenece ci alistamiento voluntario del soldado6 del marinero.

La donacion en fideicomiso, y el legado enfideicomiso no son contratos, porque como liédicho, en el contrato se necesita la interven-cion y el consentimiento de dos personas á lomanos, y en la donacion como en el legado, quees tambien una especie de donacion , solamenteinterviene y consiente la persona del donante6 del testador, a no ser que yo no entienda las

(3i)

expresiones donacion en fideicomiso, legadoen fideicomiso, como podria muy bien suce-der; porque para mí son expresiones nuevas,que si no significan la donacion y el legado quese hace i uno para que entregue í otro la cosadonada ó legada, no sé que quieren decir. :I3en-tham ha debido explicárnoslo, y no creer queescribia solamente para hombres de gran ta-lento que entienden las cosas á media palabra.La obscuridad nace en gran parte de confundirla idea del legado con la del fideicomiso, quelos que hemos estudiado la jurisprudencia ro-mana no podemos confundir 5 porque el legadose hace con voces imperativas, doy, mando,ordeno, y el fideicomiso con voces suplicato.rias, ruego,pido, encargo.

Yo no sé por qué de la sociedad en materiade comercio, y de la sociedad en materia demanufacturas se han de hacer dos especies dife-rentes, cuando nada hay en la una, que nohaya en la otra, á excepcion de la materia;pero si la diversidad en esta bastára para hacerdiversas especies de sociedad, habria tantas es-pecies de esta, cuantas especies hay de materiassobre que puede contraerse : sociedad en ma-teria de agricultura: sociedad en materia depesca: sociedad en materia de caza, etc. , etc

El depósito de que alguno se encarga por unprecio pagable in futurum por el deponente,no es un verdadero depósito, que es por sunaturaleza un contrato gratttito. Si se permite

( 3 )al depositario el uso de la cosa depositada pa-gando un interés, el contrato es verdadera-mente un mútuo, si el depósito consiste endinero ó en cosas fungibles; ó un contrato delocacion y conducion , si la cosa depositada esde Ja clase de aquellas que no se consumen conel uso. Si el deponente promete pagar al depo-sitario un premio por la custodia, el negocio esun contrato innominado, do utfacias. Depósitocon precio es una implicancia en los términos,y es indiferente que el precio se pague de pre-sente, ó se haya de pagar en otro tiempo.

La adopcion entre los romanos era un con-trato de compra y venta; porque el padre na-tural, corno señor de su hijo, le vendia alpadre adoptivo. Aun despues que desaparecióla realidad de esta venta, quedó por muchotiempo la fórmula, y la adopcion se hacia peras et libram con intervencion del librependeÓ pe&.Jor, y un cierto número de testigos quedebian ser ciudadanos romanos. Ultimamente,vino d ser la adopcion un contrato innominado,do utfacias, ¿ fado ut des, el hijo adoptivo seobliga á hacer todos los servicios filiales al padreadoptivo, y este se obliga mútuamente á dartodos los derechos de hijo legitimo y natural ásu hijo de adopcion.

Trata al fin Eentharn del depósito y sus espe-cies, y dice que estas se constituyen por losdiferentes fines con que se hace el contrato;pero por desgracia en el catálogo que nos pre-

( 33 )senta de estas diferentes especies, no hay unasola que sea un verdadero depósito, á no serque sea el de la cosa prestada á titulo gratúito,ó de la cosa arrendada por precio. Aun en estono se entiende bien á Bentham, y yo á lo me'nosno percibo si quiere hablar de la cosa prestada6 arrendada al depositario por el deponente, 6de la cosa prestada ó arrendada á este por untercero, y puesta despucs por él en depósito;en cuyo caso solamente seria el negocio un ver,dadero depósito; porque en el otro, 6 seria unrnútuo, 6 un arriendo. En ninguno de los otroscasos referidos por nuestro autor hay depósito;ya porque el depósito es gratúito, y en muchosde estos casos media un interés; y ya porquetodo depósito se contrae en beneficio ó provechodel deponente solo, y Bentham cuenta algunosque se contraen en beneficio del depositariosolo; otros contraidos en beneficio del depo-nente y del depositario al mismo tiempo; yotros, que segun el suceso, pueden ser enbeneficio del deponente o del depositario. Elque quiera presentar á los lectores un ejemplode osbcuridacl y confusion, no tiene mas quepresentarles este catálogo de los depósitos yovoy á ver si puedo hacerle inteligible, y nonecesitaré impugnarle de otro modo.

Cinco especies nos cuenta Bentham del de-pósito contraicio por utilidad del deponentesolo i. el depósito que se hace para guardarsimplemente la cosa, como en ci portero y el

(34)mesonero; pero el portero y el mesonero reci-ben un precio por custodiar las cosas que seponen en su poder: luego el contrato que in-terviene con ellos, no es un verdadero depósitoque debe ser gratLiito, sino un contrato de lo-cacion , ó un contrato innominado,do itt facias:2•a depósito que se hace para transportar sim-plemente la cosa de un lugar á otro, como enun arriero, en un carretero, en un capitan denavío de transporte : digo sobre esta especie lomismo que he' dicho sobre la anterior : 3.' de-pósito que se hace para mejorar la cosa deposi-tada, como de un caballo en el picador paraque le dome y enseñe : de una ropa en untintorero para ten-irla : de trigo en un molineropara hacerlo harina : de una tela en un sastrepara hacer un vestido; pero tan lejos está deque esta especie de contrato sea un verdaderodepósito, que apdnas se le parece en algo; yaporque el depósito es por su naturaleza gra-túito, segun tantas veces hemos dicho, y yaporque el depositario esta obligado á. volver lacosa depositada en el mismo estado en que larecibió sin alguna alteracion. Este contrato noes pues otro que el contrato innominado, do utfacias : 4•a depósito que se hace para que seuse de la cosa depositada sin mejorarla, perosin consumirla, es decir, destruirla entera-mente, como el depósito de herramientas, deun capital fijo de fábrica, de un criado; pero¿cómo pueden confundirse estos contratos con

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el depósito? Si pongo en poder de un artesanoalgunas herramientas para que se sirva de ellassin mejorarlas y sin destruirlas, y me las vuelvaluego, este contrato, si es gratúlto, será unconmodato ; y si interviene precio, será unarriendo si entrego á un gefe (le una manu-factura un capital fijo para que use de él, y melo restituya sin aumento ni disminucion , elcontrato es un ¡nútuo regular: si doy un cria-do mio á un individuo, para que se sirva del por un tiempo, el contrato será un C01,11,110—

dato ¿ un arriendo, segun que intervenga ó noprecio en tI : 5•a depósito para consumir, comode leña para quemar, de drogas para teñir, detinta para escribir; pero ¿no es necesario hacerla mas evidente violencia á las palabras parallamar depósito á la entrega que se hace d unindividuo de ciertas cosas para que las consuma?Este contrato será un inúluo, ó una (ionacioji ,ó una venta; y si se le puede llamar depósito,no habrá contrato alguno á que no pueda apli-carse este nombre.

Del depósito por utilidad del depositarionos presenta Bentham (los especies 6•a el de-pósito de cosa prestada á título gratúito: .a eldepósito de cosa arrendada por un precio; perola entrega de una cosa prestada grattuitanicute,es un mútuo, si la cosa es fungible, ó de aquel-las que se consumen con el uso; y conmodato,si pertenece á la clase de las que pueden usarsesin consumirlas.

( 36 )Del th.pósito por utilidad del deponente y

del depositario al mismo tiempo, no hay masque una especie, el que se hace en un sócio decosas adquiridas por otro en beneficio de lasociedad pero si las cosas adquiridas por unsocio en beneficio de la sociedad se ponen enpoder de otro, no para que las administre ynegocie, ni use de ellas, sino únicamente paraque las guarde gratúitamente, este negocio esun depósito regular, como otro cualquiera, yno forma una especie a parte. El socio deposi—tario responde á la sociedad deponente de lascosas depositadas, y sus obligaciones son lasmismas que las de otro cualquiera depositario.

Por utilidad del deponente ó del depositario,segun el suceso, tampoco hay mas que unaespecie de depósito, el de la prenda que se poneen poder del que presta sobre ella; pero no sécómo puede Bentham llamar depósito á uncontrato que no tiene alguno de los caracteresdistintivos del depósito, y que es claramenteun verdadero contrato de prenda.

Ha visto el lector el sistema de la jurispru-dencia romana sobre los contratos al lado delde Bentbam, y si despues de comparados conatencion y con imparcialidad, no dí decidi-damente la preferencia al primero, yo no loslit examinado y comprendido bien : habrápocos que á primera vista no entiendan la doc-trina de los jurisconsultos romanos, y no seránmuchos los que entiendan la de Bentham por

(37)mas que trabajen y Ja estudien. Yo no estoyseguro de haber entendido bici) i mi autor eneste tratado de su obra: todo en él me parecedesórden, çonfusion y acirianiiento : no veomas en él que el furor de innovar, queriendoque los contratos sean lo que nunca han sido,y dándoles otros nombres que los que siemprehan tenido: ¿ y se gana algo en la novedad?Yo creo haber puesto d mis lectores en estadode poderlo juzgar por sí. Mi máxima sobre to—das las cosas es ]a de los jurisconsultos romanossobre las leyes: evidens esse utiJita3 debet, utrecedatur ab eo, quod diutus utile visumfuit;y no veo que en la clasificacion y nomenclaturade los contratos que Eentbam quiere substituirá la de los jurisconsultos romanos, se halle estautilidad evidente.

CAPITULO XVII.

Nono título general del código civil. Delos estados domésticos y civiles.

ESTE título general se establecerá paraservir corno de depósito de las leyes to-cantes á los diversos delitos contra estosestados respectivos. Aquí es donde debeballarse el catálogo de las clases de perso-nas que tienen algunos derechos, ó algu-

ToMo Vil

CAP. XVII. Nono titulo general del códigocivil. De los estados domésticosyciviles ..........• 37.

COM1NTARIO. .............. 40.

(37)mas que trabajen y Ja estudien. Yo no estoyseguro de haber entendido bien á ini autor eneste tratado de su obra: todo en él me parecedesórden, confusion y acirianiiento : no veomas en & que el furor de innovar, queriendoque los contratos sean lo que nunca han sido,y dándoles otros nombres que los que siemprehan tenido: ¿ y se gana algo en la novedad?Yo creo haber puesto á mis lectores en estadode poderlo juzgar por sí. Mi máxima sobre to-das las cosas es la de los jurisconsultos romanossobre las leyes: evidens esse utilitas debet, utrecedcuur ab eo, quod diutius utile visumfuit;y no veo que en la clasificacion y nomenclaturade los contratos que Bentbain quiere substituirá la de los jurisconsultos rornaiÓs, se halle estautilidad evidente.

CAPITULO XV II.

Nono título general del cddgo civil. Delos estados clonze'sticos y cipíles.

ESTE titulo general se establecerá paraservir corno de depósito de las leyes to-cantes á los disrersos delitos contra estosestados respectivos. Aquí es donde debeliallarse el catálogo de las clases de perso-nas que tienen algunos derechos, ¿ algu-

ToMo VII 4

( 38 )nas obligaciones particulares, como amos,criados, tutores, pupilos, padres, hijosmandatarios, etc. En cuanto á los estadospoliticos, esto es, i los que se fundansobre algun poder político, 6 alguna obli-gacion subordinada á él, se hará remi-sion al derecho constitucional.

Un estado dornstico 6 civil no es masque una base ideal, al rededor de la cualse colocan ciertos derechos y ciertas obli-gaciones, y á veces ciertas incapacidades.En todos los estados se debe distinguir laobra de la naturaleza, ¿ del hombre libre,de la obra de Ja ley. El estado natural esel fondo, la substancia, la base: el estadolegal son los derechos, las obligacionesque á esto aiiade la ley. Conocer pues unestado, es conocer separadamente los de-rechos y las obligaciones que se han reu-nido en él; ¿ pero cuál es el principio deunion que los junta para hacer de ellos lacosa facticia, que se llama un estado 6 unacondicion ?Es la identidad del aconteci-miento investitivo con respecto á la xse-sion de este estado.

Aquí es donde se puedeii ver los ejem-

(39)ilos mas palpables de la variedad y de laextension de las obligaciones adj ecticias.Un mozo y una moza se casan: ellos alprincipio solo vén en su union ci cum-plimiento del deseo que ha sido el motivode ella; pero en el momento mismo sobre-viene la ley, y les impone una multitudde obligaciones reciprocas, de que a casonunca se les ha presentado la idea.

Es verdad que esta distincion de lasobligaciones fundamentales y adjecticias,se debe únicamente á la negligencia dellegislador; porque si este tuviera cuidadode facilitar el conocimiento de las leyes,el ciudadano cuando tomase un estado,cotioceria todas las obligaciones anejas áél, y todas, fuesen principales 6 fuesenaccesorias, serian igualmente voluntarias.

En la noticia de los estados civiles secomprehenderáti todos los oficios, todaslas profesiones que tienen algunos dere-chos ú obligaciones particulares, 6 queestán sujetos á ciertas incapacidades.

Hé aquí el órden de las materias en elarticulo apropiado á cada estado: J me-dios de adquirirle: 20 medios de perderle:

(ff0)

30 derechos: 40 obligaciones: 50 incapa-cidades si las hay. Los derechos debenprecederá' las obligaciones, porque enmuchos casos son la fuente de ellas. Si hayun órden cronológico en los acontecimien-tos en que empiezan los derechos y lasobligaciones, debe seguirse este ¿rden, ylos efectos que nacen de cada aconteci-miento, deben ponerse separados de losque vienen de otro acontecimiento cual-quiera.

COMENTARIO.

Un estado doméstico ó civil, es un todo ideal,nioral 6 incorporal, si es lícito servirse de estavoz despues de haberla proscripto Bentbam,compuesto de ciertos derechos y ciertas obli-gacones que se reunen ó se agrupan, y cadauno de estos grupos es un estado. El estadode padre, por ejemplo, se compone de los de-rechos que tiene sobre su hijo y de las obli-gaciones que debe dcsernpefiar á favor de él.A los derechos y obligaciones afiade Bentharnlas incapacidades en algunos estados : el sacer-docio Y. g. en los pueblos católicos incapacitapara casarse, y no se puede dudar que estaincapacidad entra en la composicion ó el grupodel estado sacerdotal.

(4i)En todos los estados , dice Bentliam, se debe

distinguir la obra de la naturaleza 6 del hom-bre libre de la obra de la ley ; pero esto esmas fácil de decir que de ejecutar, y por miparte confieso que si se me pide que en el es-tado de padre separe lo que es obra de lanaturaleza de lo que es obra de la ley, incveré bien embarazado, no pudiendo sobre todorecurrir al derecho natural, ni debiendo con-fundir las inclinaciones naturales con las obli-gaciones. La obligacion de alimentar al hijo,es una de las que componen el estado de padre¿ esta obligacion es obra de la naturaleza, óde la ley? Cualquiera partido que se tome enesta cuestior, podrá defenderse con razonesigualmente plausibles. ¿ Y qué es la naturale-za, que ha puesto el fundamento y la base ála obra de la ley? Esto se nos debcria explicar;porque de otro modo será fácil venir á pararen una naturaleza legisladora, que tiene susleyes independientes de las leyes civiles, y áveces contrarias á ellas. Si lo que se quieredecir es , que ci legislador al seiialar los de-rechos y las obligaciones que han de componerun estado, debe tener consideracion á las in-clinaciones naturales, esto solamente puede ve-rificarse en poquísimos estados , porque los masde ellos nada tienen de la naturaleza. ¿ Quiénmc dirá cuál es la obra de la naturaleza en elestado del médico, del abogado, del sacerdote,del artesano , del comerciante, etc.?

( 42 )Por otra parte, si el estado no es otra COM

que un compuesto de derechos y obligacionesy á veces de incapacidades, y si la ley es, co-mo no puede dudarse, ci principio único de losderechos, de las obligaciones y de las incapa-cidades, ¿ cual puede ser en el estado la obrade la naturaleza, pues que no hay en di masque derechos, obligaciones d incapacidades ?Yo sé que un padre naturalmente y sin que laley se lo ordenase alimentaria á su hijo; perolo baria no en virtud de una obligacion, sitiopor una inclinacion que no es parte del estadodel padre un hombre fuerte podrá por unainclinacion de su natural proteger y guardaral hombre flaco que no puede protegerse á símismo, ¿pero lo hará en virtud de una obli-gacion? As estas inclinaciones naturales no en-tran en los estados como partes constitutivasde ellos, pues que pueden existir sin ellas. Unpadre desnaturado que verja con indiferenciamorir de hambre á su hijo ( y algunos mons-truos vemos de esta especie), no por eso dejade tener el estado de padre; un tutor que, ene1 estado del hombre libre, no se tomaria elmenor trabajo por proteger á su pupilo, tieneel estado de tutor , sin que en di haya nada dela naturaleza. Los estados pues son en ni¡ dictzmcn obra pura de la ley , y cuando Bentbamdice que el estado natural es e1 fondo lasubstancia , ¡a base del estado civil , sin dudal'' estado natural entiende otra cosa que un

( 43 )conjunto de ciertas obligaciones, de ciei tosderechos y de ciertas incapacidades entiendeun estado que no es un estado; y así las in-clinaciones naturales no forman un estado na-tural que sea la base, el fondo, la substanciadel estado legal, y este es enteramente criaturade la ley ; á no ser que Benthani nos pt''niitadecir (lo que no nos permitirá cierla'iieiilc )que los derechos que Ja ley de la naturalezadá á un padre, y las obligaciones que le im-pone son la base, ci fundamento, la substanciade los derechos que le dd, y tic las obligacionesque 'e impone la ley civil.

Pero, ¿ cual es el principio de uinon , ptc-gunta Bcnthaui , que reune estos derechos y es-tas obligaciones para formar tic todo ello la cosafacticia que se llama un estado ó una coiidi-cion? La identidad, responde, del aconteci-miento colativo con respecto á la posesion deeste estado. Esto es bien obscuro, y no indicalo que se quiere saber ; pues el que ha hechola pregunta quedará tan poco instruido despuesde haber oido la respuesta corno lo estaba áu-tes, y naturalmente volverá á preguntar; ¿ PCOqué especie de acontecimiento colativo es ciprincipio de union , que junta los dcrrchos ylos clebdrcs para componer de ellos un estado?Por otra parte , ¿ se entiende bien cjud quiredecir identidad de un acoiitcCiflhiduIo r&aJ ivocon respecto á la posesioii de un estado? Meparece que uto se traduciría en kugua inte-

( 44 )]igibk diciendo que el principio (le rcunion detodo lo que compone un estado, es la toma deposesion de él porque en ci momento en queun hombre toma posesion de un estado, porejemplo, del estado de marido, se reunen ensu persona todos los derechos, todas las obli-gaciones , todas las incapacidades que formaneste estado. Verdaderamente, y hablando conpropiedad, el principio de la reunion es la leyque crea los estados, haciendo varios gruposde derechos , obligaciones é incapacidades cadauno de estos grupos es un estado : el estadode marido es un grupo de ciertos derechos,y ciertas obligaciones que la ley ha queridodar é imponer al marido, y 10 mismo el estadomilitar, el estado del abogado, del sacerdote,cte. ; y ci acontecimiento colativo que hace to-mar al individuo este grupo, es el acto primerode posesion de este estado.

Con efecto, tomando la posesion de un es-tado se toman todos los derechos y todos losdeberes anejos á él, aun cuando no se conoz-can individualmente, ni se piense en ellos,como sucede con mucha frecuencia. i Cuántaspersonas se casan sin saber á qué se obliganSin embargo, esta inorancia no puede servirlesde excusa para faltar á sus obligaciones; porquesi no las conociaii cuando totuáron el estado,debiéron conocerlas, y nadie se excusa por laignorancia de lo que puede y debe saber. Siel legislador tuviera cuidado (le facilitar ci.

(L5)

conocimiento de las leyes por los medios deque en otra parte hemos hablado, ci ciuda-dano que toma un estado conoceria todas lasobligaciones anejas á di, y todas serian igual-mente voluntarias : si ahora no lo son, y mu-chos sin saberlo se hallan ligados con obliga-ciones que no habrian querido tornar sobre sí,la culpa es en parte dci ciudadano que tomóci estado, y en parte del legislador que no lefacilita el conocimiento de las leyes que creanlos estados , y ¡as obligaciones anejas á ellos.

CAPITULO XVIII.

JJe'cimo titulo general dei código civil. Delas personas capaces de adquirir, decontratar.

fl:r la palabra persona, y de otras deque se hace uso para representararla ,como un tal, un tercero, aquel_, el que,etc., se derivan un mouton de titulos quetendrán en este su centro comun.

¿A quién atribuirá la ley la capacidadde adquirir y de contratar? A todos, di-rá la regla general, y si hay algunas per-sonas á que se niegue, debe ser por algunarazon particular: así es que sin las ex-

CAP. XVIII. Décimo titulo general del có-digo civil. De las personas ra—paces de adquirir, de contratar 45.

COMTARIo.......46.

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conocimiento de las leyes por los medios deque en otra parte hemos hablado, ci ciuda-dano que toma un estado conoceria todas lasobligaciones anejas á di, y todas serian igual-mente voluntarias : si ahora no lo son, y mu-chos sin saberlo se hallan ligados con obliga-ciones que no habrian querido tornar sobre sí,la culpa es en parte dci ciudadano que tomóci estado, y en parte del legislador que no lefacilita el conocimiento de las leyes que creanlos estados , y ¡as obligaciones anejas á ellos.

CAPITULO XVIII.

JJe'cimo titulo general dei código civil. Delas personas capaces de adquirir, decontratar.

fl:r la palabra persona, y de otras deque se hace uso para representararla ,como un tal, un tercero, aquel_, el que,etc., se derivan un mouton de titulos quetendrán en este su centro comun.

¿A quién atribuirá la ley la capacidadde adquirir y de contratar? A todos, di-rá la regla general, y si hay algunas per-sonas á que se niegue, debe ser por algunarazon particular: así es que sin las ex-

( 46 )cepcioiies no se destinaria un lugar parala regla general : este lugar solo es nece-sario para colocar las excepciones.

Así la ley podrá no dejar á un judío elderecho de investidura de un beneficio,por temor de que abuse de él en perjuiciode Ja iglesia. - No concederá un derechosemejante en un bien inmueble, 6 en unasuma considerable & un menor por temorde que abuse de él en perjuicio suyo. -No concederá este derecho, ni aun el deocupaciori á un insensato por temor deque abuse d él en perjuicio suyo, & deotro.

COMENTARIO.

Por regla general la ley debe conceder átodas las personas el derecho de adquirir y decontratar; pero esta regla general tiene muchasexcepcíoncs fundadas en razon, es decir, enel principio de la utilidad. Toda persona in-capaz de conocer sus intereses , y de consentir,decidiéndose por la razon, es incapaz de con-tratar ; pues que en todo contrato es esencialCI consentimiento, y por esto son nulos los con-tratos celebrados por los niiios, y 1)01' los locos,

no sabiendo Jo que haccu, podrian hicil•.mente perjudicarse á si mismos, 6 perjudicar

( 47 )los otros. En el mismo caso se hallan aque-

llas personas que, por cualquiera razon que sca,cst2fl privadas por ci magistrado, prdvio cono-cimiento de causa, de la adniinistracion de susbienes: pero hay personas que siendo incapacestic contratar y de obligarse, no lo son de ad-quirir y (le obligar á otros : ci pupilo no puedecontratar de inoilo (IUC se obligue sin Ja au-toridad de su tutor; pero puede adquirir pordonacion, y aun por contrato, porque puedehacer que otro se obligue á di sin la inter-vencion del tutor ; de manera, que el contratoque celebrado con otro sería bi-kíteral, cele-brado con un pupilo , es un¡-hiteral, lo que losromanistas expresan harto bien , diciendo quelos contratos bi-Iáteralcs celebrados con un pu-pilo claudican , ó son cojos la ley solo ha que-rido preservar al pupilo de la seduccion, y delos artificios de las personas mas astutas, masformadas , y mas maliciosas que él, y no pri-varle de los medios de adquirir.

CAPITULO XIX.

De los títulos particulares del códigocivil.

Es muy fziil disponer bien los títulosen el código penal, porque el catálogo deellos corresponde al de los delitos pero no

GAP XIX. De los titulos particulares delcódigo ciyil ..........47.

C0ME1TARI0...............6o.

( 47 )los otros. En el mismo caso se hallan aque-

llas personas que, por cualquiera razon que sca,cst2fl privadas por ci magistrado, prdvio cono-cimiento de causa, de la adniinistracion de susbienes: pero hay personas que siendo incapacestic contratar y de obligarse, no lo son de ad-quirir y (le obligar á otros : ci pupilo no puedecontratar de inoilo (IUC se obligue sin Ja au-toridad de su tutor; pero puede adquirir pordonacion, y aun por contrato, porque puedehacer que otro se obligue á di sin la inter-vencion del tutor ; de manera, que el contratoque celebrado con otro sería bi-kíteral, cele-brado con un pupilo , es un¡-hiteral, lo que losromanistas expresan harto bien , diciendo quelos contratos bi-Iáteralcs celebrados con un pu-pilo claudican , ó son cojos la ley solo ha que-rido preservar al pupilo de la seduccion, y delos artificios de las personas mas astutas, masformadas , y mas maliciosas que él, y no pri-varle de los medios de adquirir.

CAPITULO XIX.

De los títulos particulares del códigocivil.

Es muy fziil disponer bien los títulosen el código penal, porque el catálogo deellos corresponde al de los delitos pero no

( 48 )es lo mismo en el código civil, en el cuallos titulos particulares, podrian colocarseigualmente bajo cada uno de los titulosgenerales que acabamos de ver.

No se puede redactar un código penal,sin haber determinado el plan dei códigocivil; porque para tener un código penalcompleto, es necesario que se encierre enl todo el cuerpo del derecho á lo manos

por remision: tan cierto es que la idea deun código penal completo, encierra en sila idea completa de todas las materias delos otros códigos; pero después de tenertodos los materiales, aun resta colocar ca-da uno en su lugar.

¿Cuál es el hilo que nos guiará en estadistribucion? Tambien el principio de lautilidad. ¿Por qué, dadas las leyes, lashace escribir el legislador? La respuestaes tan sencilla como incontestable: c para• que cada disposicion esté presente al• espíritu de todos los que tienen interés• en conocerla, en el momento en que• este conocimiento puede darles motivos• para arreglar su conducta. )) Ahorabien : para esto es necesario, 10 que el có-

( 49 )digo entero de las leyes esté redactadoen un estilo inteligible para lo general delos individuos; 20 que cualquiera puedaconsultarle y hallar la ley que necesita enel menor tiempo posible; 3o que á esteefecto las materias estén separadas unasde otras, de manera, que cada estado pue-da bailar lo que le toca, separado de loque toca á cada uno de los otros estados.

« Ciudadano, dice el legislador, ¿cuál• es tu condicion? ¿Eres padre? Abre el• titulo de los padres. ¿Eres labrador?• Consulta el titulo de los labradores.))

Esta regla es tan sencilla corno satisfac-toria.: una vez dicha, ¿puede dejarse deentender ? ¿ puede olvidarse? - Todoslos legisladores han debido seguir un mé-todo tan natural, dirá el filósofo. Nin-guno ha pensado en ello, responde ci juris-consulto.

El inventario de todos estos estados po-dna hallarse en el cuerpo de la legislacionen dos órdenes diferentes : en el titulo ge-neral de los estados ¿ condiciones civiles,puede hallarse en forma analítica y siste-inática para la instruccion de los juristas;

lOMO 1/iI. 5

(5o)y en el índice deberia hallarse por ¿n'denalfabtico para la comodidad de los ciu-dadanos.

Hay muchas materias que se podríanbuscar indiferentemente en muchos títu-los; pero en todos los casos en que pudieradarse al título un nombre concreto 6 unnombre abstracto, con-viene servirse uni-formemente en el texto de los nombresconcretos, y al índice relegar los nombresabstractos. Así se hallarían en el texto losttulos de los esposos y de las esposas, yno el de matrimonio: el título de los he-rederos, y no el de las sucesiones.

Pero todos estos títulos desechados deltexto, deben recogerse muy cuidadosa-mente en el indice; porque este apéndicedel libro debe hacerse de un modo muydiferente que el libro mismo; porque cuan-to mas voluminoso sea el indice; tantomas fácil será consultarlo.

Despues de los títulos sacados de laspersonas, vienen los de los entes materia-les, de las cosas. Tarnbien estos deben serpreferidos á los títulos abstractos por dosrazones: 1a porque se presentan mas na-

(5i )turahnente á los entendimientos niénosinstruidos: 2.1 porque el catálogo de elloses mas ániplio y mas uniforme.

Vienen en fin los ttu1os tomados de lasdiversas especies de contratos es verdadque los nombres de los contratos sonminos abstractos; pero los contratos soiiactos de personas, y ninguno hay que nodé un nombre particular á las personasque se obligan por ¿1. Para atenerse puesá los términos concretos, no hay mas quehacer que referirlos á las personas mis-mas y en vez de compra, venta, em-préstito, crédito_, decir comprador, ven-dedor, mutuante, mutuatario. Este me--todo conservará mejor la uniformidad delplan, y el grande objeto de la distribucion,que es presentará cada uno lo que le con-cierne, separado de todo lo que no le con-cierne; porque no todos los contratos tie-nen dos nombres correlativos, que corres-ponden á las dos partes contratantes, ylos mas de ellos no tienen mas que uno ,por ejemplo: depósito, aseguracion. Aiio-ra pues, á propósito de cada contratopuede suceder, que ademas de las obliga

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clones mútuas, las haya particulares áuna de las partes, y entonces cii vez deacumularlo todo en el titulo asegitranza ódeposito, vale mas hacer dos artículoszi parle, asegurador, asegurando; depo-nente, depositario.

Los títulos conlractuales mirados asíno serían mas que una continuacion, unasuhdivision de los títulos personales.

Cuestion que se debe aclarar. Hay po-cos contratos que no se refieran de un mo-do ¿ de otro á ciertas cosas : supuesto talcontrato, el texto de las leyes sobre él ,

¿deberá hallarse en el título de los con-tratos, ó en ci de las cosas?

Si se trata de las cosas en general y dedisposiciones generales, se pondrán lasmaterias en el título de los contratos; pe-ro si se trata de una especie particular decosas, y de una disposicion que solamentese aplica á esta especie, y no á otra algu-iia, se pondrán en el titulo de las cosas.Ejemplo. Venta de un caballo, el vende-dor obligado á responder de ciertas enfer-inedades, no habiendo pacto contrario. Noaplicándose esta garantia á otras especies

( 53 )

de animales, vale mas que esta obligacionse halle en el titulo de los caballos que enci de los vendedores, supuesto que no seimponen á alguna otra especie de vende-dor que al de caballos.

He aquí una idea de los títulos subordi-nados que podrian colocarse en un tituloreal. Tomo por ejemplo el de los caballos.

('1 encase presente que aquí miicamen-te miro á la colacion ¿ disposicion , y no ála materia : cito las leyes establecidas , 6que pueden establecerse sin juzgar si sonbuenas ¿ malas; son fidias de metal deque me sirvo para contar, y seria un tra-bajo muy importuno el de examinar aquíla calidad del metal.)

VD Personas incapaces de adquirir lapropiedad de ellos, ó á que está prohibi-da su adquisicion. Ejemplo. Católicos enIu.glaierra, por lo que respecta ái caballosde un cierto valor. Ley escrita inglesa. (De-lito contra la soberanía: delito preliminar.)

20 Medios particulares de adquirirlos:arrestacion de un salteador á caballo, yconviccion del delincuente: (Ley escritainglesa : ley remuneratoria.)

5

( 54 )30 Limitaciones del derecho de ocupa-

cion: crueldades prohibidas, - prohibi-ciones á los cristianos de servirse de ellospara montar. (Jurisprudencia usada enalgunas provincias de la Turquía.) Pro-hibiciones de exportar caballos propiospara la guerra. (Delito contra la fuerzapública.)

40 Actos de ocupacion ordenados. Mar-cas que hay que poner i los caballos dealquiler, para que así pueda conocerselos salteadores que se hayan servido deellos ¿ para hacer constar la individuali-dad del animal, con el objeto de sujetarloá una contribucion. - Remision á los tí-tulos personales, - alquiladores de ca-ballos , - carruageros, mesoiieros, etc.

50 Limitacion del derecho de propiedadexclusiva: derechos concedidos i los ofi-ciales públicos para emplearlos con ciertascondiciones, - de embargarlos para elservicio militar, - de hacerlos matar paracortar una epidémia, etc.

60 Limitacion del derecho de ¿lisposi-cion. EJeinploProliibicion de export ar,c tc

7° Obligaciones adj ecticias anejas á los

( 55 )derechos de ocupacioii. Ejemplos. Im-puestos que pagar periódicamente. 1111-

puestos que pagar ocasionalmente á lasentradas. - Obligaciones impuestas contitulo de empréstito, de alquiler, deprenda, de trabajos comunales, como ah-mentar, curar, etc. Remision á los títulosde los contratos, mutuatarios, mutuantes,alquiladores, viageros, etc.

8° Obligaciones adjeticias anejas al de-recho de disposicion. - Ejemplo. Garan-tía presunta contra enfermedad y otrosdefectos.

o Derechos adjecticios sobre serviciosanejos á los derechos de ocupacion. - De-rechos de hacer recibir y curar caballos ciilos mesones; casas de albéitares, etc. Re-mision al titulo personal ¿le los hombresque ejercen estos oficios, en el cual se ex-resarn las obligaciones que tienen de

ejercerlos en favor de cualquiera que lopide. (Delito de denegacion de servicio.)

io. Derechos adj ecticios anejos sobreservicios á los derechos de disposicion.Ejemplo. Derecho de hacerse dar un sitiopata su caballo en los mercados de cabal-

( 56 )los, por el empleado que esta encargadode guardarlos. (Delito de denegacion deservicio. )

Puede notarse que los títulos particu-.lares del derecho civil, no lo son en elmismo sentido que los del derecho penalen estos el punto de reunion es la identi-dad (le la especie de acto de que se trata;todo se refiere, por ejemplo, al hurto, alhomicidio, al adulterio; en los títulos delcódigo civil el punto de reunion es la iden-tidad de la persona, ¿ del estado, todo loque se refiere á los padres, á los esposos,á los amos, á los tutores, etc. Hay sinembargo un punto de vista mas distanteen que todas las distinciones desaparecen.Si se sigue hasta el cabo el principio dis-tintivo de los códigos personales, se hal-lara que les pertenecen los títulos parti-culares del código penal; porque cometeruna especie de delito, es hacerse una es-pecie de delincuente, ladron, seductor,asesino, falsario, etc. El acto puede dar alagente su denominacion.

Duda que debe aclararse. En los mas delos casos la misma ley recae sobre dos

( 57 )personas al mismo tiempo : la persona áque impone una obligacion, y la personaá la cual por consiguiente confiere un de-recho. No se dejará de hacer niencioli dela ley en estos dos tftulos; pero ¿en cuálde ellos seria mas cómodo expresarlo todocon extension? Esto depende de las cir-cunstancias, y la eleccion no importamucho.

El proceder mas natural parece el si-guiente: presentad la ley entera á la par-te que tiene el mayor interés en iustruirsede ella ¿cuál es pues esta parte? Gene-ralmente aquella á quien se ha impuestola obligacion por causa de las penas queacompañan á la infraccion de esta obliga-Cion; porque las penas que la ley estáprecisada á emplear, son generalmentemas fuertes que las recompensas 6 venta-jas que da.

Hay todavía otras razones para preferiresta colocacion.

o Hay muchos casos en que la partefavorecida es solo ci público entero, y noun individuos por ejemplo, los irnpue8-¿os. Todo cuanto es necesario dirigir al

( 58 )público en el código penal general sobreeste punto, se reduce á la definicion deldelito no pago , ó insolvencia de impues-tos con las remisiones convenientes : todolo que sirve para indicar los diversos im-puestos establecidos, las obligaciones ac-cesorias añadidas para prevenir el fraudede estos mismos impuestos, se remitirá tlos títulos particulares de las diversasclases de contribuyentes, y de las perso-nas encargadas de la recaudacion de losimpuestos.

O La parte á que se quiere imponer laobligacion, es necesariamente fácil de se-ía1ar y distinguir. Sin duda el legisladorno debe ignorar cuáles son las partesque quiere favorecer; pero puede habermuchas clases favorecidas por el mismoderecho, y ser mas dificil particulari-zarlas.

3° Podrian tambien hallarse algunasclases favorecidas en que el legislador niaun hubiese pensado. - Supongámos quese carga un impuesto sobre una especie detela. - El fin de este impuesto, como tal,no puede ser otro que el bien general del

( 59 )estado por las necesidades que hacen pre-cisas las contribuciones. La parte que ellegislador habrá querido favorecer sinpensar en otra alguna, sera el público engeneral, y sin embargo, puede haber unaclase de hombres que saque del impuestoun provecho mas inmediato; tales seránlas personas estabkcidas en una fabricarival, que trabajen otra especie de tela mas¿ ménos propia para los mismos usos.

He entrado en este pormenor solamentepara hacer mas claro el plan de la distri-bucio.n; porque por lo demas importa pocoque la ley se ponga en este ó en el otro ti-tulo, con tal que las remisiones sean bas-tantes y bien escogidas, y que la masaesté partida de manera que cada clase secargue solamente de las materias que lainteresan particularmente.

Este es el plan de distribucion que yopropondria para las materias del derechocivil. Me ha parecido que es el mas claro:que en él todas las moléculas de las leyesse colocan mas fácilmente cerca de su cen-tro particular, por una atraccion que pa-rece natural á fuerza de ser sencilla. La

(60)idea de este plan tio está bastante detalla-da para los que no tengan un cierto cono-cimiento de las materias de la jurispru-dencia; pero los que han estudiado lo quese honra con ci nombre de sistema; losque han penetrado en el laberinto de lasleyes civiles, verán desde luego cuán nue-vo es este plan de distribucion, y que sitiene algun mérito, es el de introducir unprincipio uniforme que preside á toda lacolocacion.

COMENTARIO.

El que se halle en ci caso tic redactar uncódigo civil, hallará en este capitulo todas lasreglas que debe seguir ca la distribucion ycolocacion de las materias pai a facilitar el co-nocimiento de las leyes, no solamente á losjuristas de profesion, sino tambicn á todas laspersonas que tienen interés en conocerlas. Elorden que prescribe Bcntharn es el mas natural,el mas sencillo : quiere que se trate primero delas personas, luego de las cosas, y despues delos contratos , y así es como lo hiciron losjurisconsultos romanos, añadiendo un tratadosobre las acciores de que no hiciion un códigoseparado; pero Bcntliam en la práctica se haapartado de los principios tcór1cís que aquí nos

(6i)explica tan perfccamc.nte pues en el caiituluundécimo de este tratado nos dijo que el pri-mer ttuIo general de] código civil debe Ser el(le las cosas J)Oi' la razon de que Robiiison Cru--soe vivió muchos años en su isla sin ejercerpoder alguno sobre otro individuo, y DO hu-biera podido vivir sin ejercerlo sobre las cosasLa con tradiccion es tan palpable que apenaspuede Creerse que l3entham haya caido en ella,y lo peor es que fiel á su primer plan, despuesde haber hablado de las cosas y de los contratoscon toda la extension que permite la naturalezade su obra , apnas nos dice dos palabras comode paso, sobre las personas.

Sea lo que quiera (le esta irregularidad, nose puede recomendar demasiado su doctrinasobre la importancia de la formacion de uníndice muy completo y muy extendido de lasleyes no se debe dejar punto que en él jio secomprehenda, y nada debe omitirse de cuantopuede contribuir Já que se halle con facilidad ysin mucho trabajo lo nue se busca y se necesitasaber. Segun esto, un indice tIc un código le-gislativo debe ser nccesariamci.itc difuso y mi-nucioso, y es una obra mas interesante y demas difícil ej ecuciou de lo que a primera vistapudiera parecer.

Pienso en general como mi autor , que encuanto sea posible deben darse nombres con-crelos ap los títulos del código civil , reservandolos abstractos para el índice ; pero SOfl indis-

ToMo Vii. 6

( 62 )pensables algunos titulos con nombres abstrac-tos que deben preceder 4 títulos con nombresconcretos. Muy bien está que se diga titulo delvendedor, titulo del comprador, titulo deldeponente, titulo del depositario; pero á éstosdeben preceder un titulo de la compra y ven-ta, y un titulo del depósito; porque sin saberqué es compra y venta, y qué es depósito,no puede saberse qué es vendedor y comprador,qué es depositario y deponente. Es necesariodefinir el contrato, dividirlo en todas sus espe-cies, caracterizar cada una de ellas explicandoen lo que convienen y en lo que se diferen-cian; y esto no puede hacerse oportunamenteen los títulos que tratan de las personas de loscontrayentes.

lid traducido las voces francesas emprunteury preteur por las de mutuatario y mutuante,aunque no me parecen muy españolas, pero nolas hé hallado mejores, y aun me parece quela una de ellas falta absolutamente en la lengua:podriámos llamar prestador al que da prestado;pero ¿ cómo llamarémos en buen español conuna sola palabra al que pide prestado? Y lopeor es que aun de la palabra mutuante no nospodemos servir sino hablando del empréstitode cosas que se consumen con el uso, y que losromanos llamaron fungibles, pues este es elemprdsito que se llama mútuo; pero para hablardel emprdsito de las cosas que nuestro Benthamllama empleables, y que se usan sin consumirse,

( 63 )como de un caballo, por ejemplo, no puedenservir las palabras de mutuante y mutuatario;y acaso á falta de otras mejores podrá en estaespecie de empréstitos hacerse uso de las vocescomodante y como dataTio, derivadas de como-dato, que es el nombre del contrato. Los pu-ristas serian bien injustos si sobre las mias, queson tantas, quisieran imputarme las faltas dela lengua.

Aunque en el modelo que Bentham nos pre-senta del tituló del código civil sobre los ca-ballos, hace mencion en algunos artículos delos delitos que proceden de la infraccion delas obligaciones que imponen las leyes relativasá los caballos, no por eso ha de creerse que enel mismo titulo deba tratarse extensamente deldelito y de su pena bastará una insinuacion,y una remision al código penal, cuya materiason los delitos y las penas. A cada paso que seadelante en la ciencia se verá mejor Ja conexioníntima entre el código civil y el penal; pero encuanto sea posible convendrá separar las ma-terias del uno y del otro, no economizando enúmbos las remisiones. Facilitar el uso, y escu-sar trabajo y confusion á los que tengan queconsultarlos, es Jo que tiene que proponerse elredactor de los códigos legales : lo demás, esdecir, la bondad intrínseca de las leyes, y lanecesidad de establecerlas toca peculiarmenteal legislador.

CAP. XX. De los delitos políticos elemen-tales .............64.

COMTARIO....... ....... . 76.

( 64 )

CAPITULO XX,

De los poderes políticos elementales.

EL código constitucional está principal-mente destinado á conferir á algunas cia-ses particulares de la sociedad, 6 i algunosu idivi duos, ciertos pode res, y prescribirlesciertas obligaciones.

Los poderes se constituyen 1)01' ciertasexcepciones de algunas leyes imperativasVoy á explicarme.

Toda ley completa es por su naturalezacoercitiva ó ciescoercitipa. La ley coerci-uva manda 6 prohibe: crea un delito, 6en otros términos, convierte un acto endelito no rnatarás, - no robarás. Laley descoercitiva crea una excepcionquita el delito, y autoriza á una ciertapersona á hacer una cosa contraria á estaprimera ley: el juez hará morir á tal ótal individuo. - El colector de contri bu-cicnes exigirá tal suma.

Las obligaciones se crean por algunasleyes imperativas, dirigidas á los que tic-

( 65 )nen los poderes: el juez impondrá talpena conformándose con tales formalida-des prescriptas.

El código constitucional cornprehendeáuna parte explicativa que sirva para in-dicar los acontecimientos, por los cualestales individuos han sido investidos de ta-les ¿ tales poderes: sucesion, nombra-miento, I1rese1tacio11. concesion, institu-

compra de empleo, etc.; ycion, elección los acontecimientos por los cuales talesindividuos son divestidos de tales ¿ talespoderes: dirnision, remocion, deposicion,abdicacion, abandono, resignacion, etc.

Analizar y numerar todos los poderespolíticos posibles, es un trabajo metafísicosumamente difícil, pero al mismo tiem-po importan tisimo. En general estos dere-chos, estos poderes, no se diferenciaránmucho de los derechos, de los poderes do-mésticos; y si estuvieran puestos en unasola mano no se diferenciarian mas quepor su extension, es decir, por la multi-tud de personas y de cosas sobre que de-ben ejercerse, pero su importancia hahecho ordinariamente dividirlos para re-

( 66 )partirlos en muchas manos; de manera,que para el ejercicio de una sola especiede poder, es necesario que concurran mu-chas voluntades.

Hasta aquí los poderes políticos de ungobierno son, con respecto á los poderespolíticos de otro gobierno, unos objetos queno tienen medida comun: no se corres-ponden mútuamente; solo hay para ex-presarlos denominaciones puramente lo~cal,es : tan pronto son los nombres mismoslos que se diferencian, tan pronto losmismos nombres expresan objetos del to-do diferentes: no hay almanak 6 guja deforasteros de una corte que pueda servirpara todas las córtes: no hay gramáticapolítica universal.

Los títulos de oficios son unos mixtos,unos agregados desemejantes, que es impo-sible comparar entre si, porque nunca seha probado á descomponerlos, porque nose conocen cii ellos los elementos primor—diales. Estos elementos, si se llegára á com-prehenderlos bien, serian la clave hastaaquí desconocida de tal sistema políticodado, y la medida comun de todos los sis-

( 67 )temas existentes y posibles; pero ahora¿ cómo podria yo hacer un plan uniformepara distribuir los poderes políticos de unestado cualquiera? ¿De qué lengua tomariael 'vocabulario de los oficios? Si usaba dela francesa, esta no me serviria para masque expresar la distribucion de los pode-res en el gobierno frances : ¿ qué semejan-za hay entre el primer cónsul de Franciay los cónsules de Roma, 6 los cónsules decomercio? ¿ Entre el rey de Inglaterra yel rey de Suecia y el rey de Prusia? ¿ En-tre el emperador de Alemania y el empe-rador de Rusia? ¿Entre el antiguo duquey par de Francia, el duque par de Ingla-terra, el gran duque de Rusia, el granduque de Toscana? ¿Entre el procuradorgeneral frances, el procurador general in-gles, y el procurador general de Rusia?¿Entre el maire ¿Le Bourdeaux y el mairede Londres, etc.? Un volumen no basta-ria para explicar estas disparidades.

Esta es la primera dificultad que ator-menta ti los que tienen que hablar de unaconstitucion extrangera; porque es comoimposible servirse de una denominacion ti

( 68 )que no atribuyan los lectores ideas dife-rentes de las que se quisiera darles.

Esta confusion cesaria si se pudiera ha-cer una no-menclatura nueva que rio secompusiese de nombres de oficios, sinoque expresase los poderes politicos ele-mentales incluidos en estos diferentesoficios.

Para hacer esta descomposicion se puedeproceder de ¿tos maneras: ia consideran-do el fin z que se dirigen los poderes polí-ticos : fin de seguridad interior ó exterior:fia de seguridad contra los delitos ó con-tra hs calamidades, etc.: 2a considerandolos diversos modos con que se puede obrarpara conseguir este fin : el modo de obrartiene por objeto las personas ¿ las cosas.Este método de analizar los poderes polí-ticos da los resultados siguientes.

° Poder inmediato sobre las personas.Es el que se ejerce sobre las facultadespasivas; es el poder de hacer por su pro-pia mano ciertos actos, cuyo efecto setermina en la persona de otro, sea al cuer-po, ¿ sea sobre el alma : es el poder de ha-cer alguno de aquellos actos que serian

((;9)delitos contra la persona, si se ejecutasenpor un individuo que no estuviese autori-zado á hacerlos. Dirigido á un cierto fin,es el poder de castigar: dirigido hácia otrofin, es el poder de ceñir y precisar: estepoder es la base de todos los otros.

° Poder inmediato sobre las cosas deotro. Es el poder de hacer servir al usodel público algunas cosas, cuya propiedadprincipal pertenece á los particulares: porejemplo, el poder de un ministro de lajusticia de hacerse abrir la casa de unapersona no acusada para buscar cii ella unacusado. - El poder de un correo públicopara hacer uso del caballo de un par ticu-lar en caso de necesidad.

30 Poder inmediato sobre las cosaspúblicas. Esto es, sobre aquellas cosasque no tienen otro propietario que el go-bierno.

4° Poder de mando sobre las personastomadas individualmente. Es el que seejerce sobre las cualidades activas, y tienepor base ordinaria el poder inmediato so-bre la persona, sin el cual, el que mandauo estaria seguro de hallar motivos para

(yo)hacerse obedecer. En el principio de 1asociedades poilticas estos dos poderes handebido estar reunidos en una misma ma-no, como aun lo están hoy en las socieda-des domésticas; pero establecido una vezel hábito de la obediencia, casi se ha per-dido de vista la dependencia que tiene elpoder mas elevado del otro que es la raízde él. El primero es el único que ejercenlos reyes y los ministros, que han dejadoel segundo á ciertos hombres que con élse envilecen mas. Ulises castigaba por sumano al petulante Tersite: Pedro primeroera tambien el ejecutor de sus propiassentencias, y con sus manos imperialescortaba con fiereza la cabeza de los des-graciados que liabian sido condenados porél : el oficio de verdugo no degrada á losemperadores de marruecos, y su destrezaen estos suplicios, es allí una de las pom-pas de la corona. En los estados civiliza-dos no depende ménos el poder noble delpoder innoble que en los paises bárbaros;pero estando una vez establecida la dis-posicion á la obediencia, todo se hace sin

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que se piense en la fuerza que es su pri-mera base.

50 Poder de mando sobre las personastomadas colectivamente. Sería necesarioque un estado fuese bien pequeiío parapoder gobernar á los individuos uno áuno, y solo puede esto hacerse en la so-ciedad doméstica. Una compañía de sol-dados solamente puede maniobrar en cuan-to un gefe hace de ella un todo. El poderde hacer obrar á los hombres por clase, esen él que consiste la fuerza del gobierno.

60 Poder de especificacion. Así llamoal poder de determinar á los individuos deque se compondrán las clases particularessobre las cuales se ejerce el mando. Estepoder, que es muy extenso, no es otra cosa,con respecto á las personas, que el poderde investidura, y el de divestidura conrespecto á tal 6 tal clase: clase de los no-bles, clase de los militares, clase de losjueces , clase de los marineros, clase de losciudadanos, clase de los extrangeros , clasede los delincuentes, clase de los aliados,clase de los enemigos.

El poder de especificacion se divide en

( 72 )dos ramas principales: especificacion delas personas, y especificacion de ]as cosas.El poder sobre las personas se subdivideen derecho (Te colocar en una clase, ó desacar de ella.

EL poder sobre las cosas consiste en asi-gnarlas alguri uso, y en erigir en delitotodo lo que se aparta de él.

Especificar un tiempo , un dia para quesea una fiesta religiosa en que esté prohi-bido trabajar.

Especificar un lugar corno consagradopor ejemplo, una iglesia, un asilo

Especificar un metal , corno moneda le-gal del pais.

Especificar un vestido como propio deun estado, etc. - El derecho de especifi-caejon sobre las cosas abraza la totalidadde las cosas.

(i) Si este poder no tuviese algunos limites ( el doespecificar por ejemplo algunos lugares como asilos) , no

se necesitaria mas para destruir el efecto de todas las leyes,que impusiesen alguna pena aflictiva considerable.

En otro tiempo los eclesiásticos iban á apoderarse detoda la Inglaterra, convirtiendo las tierras en cementerios;pero la legislatura contuvo esta meLamorfosis. Véase áBlarkstone Cona.

( 73 )Conviene tener presente que cada uno de

estos poderes puede subdivirse indefinida-mente segun el nimero de las manos enque se pone, y el de voluntades, cuyoconcurso es necesario para que sea legiti-mo el ejercicio de él. De aquí viene el de-recho iniciativo ¿ derecho de proponerun poder: el derecho negativo , ó derechode desechar. Los co-poseedores puedenformar un cuerpo solo, 6 tantos cuerposseparados cuantos se quiera. - El con-curso de muchos cuerpos puede ser nece-sario para la validacion de un acto de man-do, del mismo modo que el concurso demuchos individuos en un solo cuerpo.

Todos estos poderes pueden poseerse, 6en gefe, 6 en una clase mas 6 ménos su-bordinada.

La subordinacion de un poder políticoá otro consiste: lo en la facultad que tie-ne el superior de anular los actos del su-bordinado: -20 en la sujecion de este á lasórdenes que recibe de aquel.

o Poder atractivo. Llamo así al poderde recompensar, 6 de no recompensar: -poder de influencia, que es, en parte re-

Tomo VIL 7

( 74 )muneratoria, y en parte penal. La in-fluencia es una fuente de motivos.

Se constituye en el gobierno.i° Por el poder de ¿lar empleos ú ofi-

cios apetecibles. Recompensa.20 Por el poder de privar de empleos

apetecibles. Pena.30 Por el poder de dar oficios que no se

desean. Pena.4° Por el poder de destituir de empleos

que no se desean. Recompensa.Hay otras tres fuentes de influencia

menos directa.o Uso libre de las riquezas.

20 Poder de hacer ¿ no hacer toda es-pecie de servicios libres.

30 Influencia fundada sobre la reputa-cion de sabiduría.

El poder atractivo que se ejerce pormedio de las recompensas, es mas arries-gado que el poder coercitivo, porque estámas sujeto á la arbitrariedad. Todo hom-bre rico tiene su parte en él en virtud deu riqueza, sin poseer poder alguno polí-

tico con titulo de tal., y solamente en uncorto número de casos ha podido sujetarse

( 75 )el ejercicio de este poder á reglas fijas. Lasleyes contra la corrupciou activa son unejemplo de esto, y todo el mundo sabecuán difíciles SOfl de ejecutar las leyescontra la compra de los votos en las elec-ciones, y contra la venalidad de los eni-pleados. Mas se consigue por medios ¡ti-directos, que por medios directos; y loque debe procurarse, es hacer mas difícilel delito, disminuir la teiitacion de él,quitarle los medios de ocultarse, cultivarlos sentimientos de honor, etc.

Resumen. Anahisis de los poderes pol -ticos elementales abstractos.

° Poder inmediato sobre las personas,2° Poder inmediato sobre las cosas de

otro.3° Poder inmediato sobre las cosas pú-

blicas.4° Poder de mando sobre las personas

tomadas individualmente.5° Poder de mando sobre las personas

tomadas colectivamente, ó sobre las clases6° Poder de especificacion, ó de c.lasi-

ficaciort.

(76 )i Con respecto á personas.20 Con respecto á cosas.3° Con respecto á lugares.4° Con respecto á tiempos.5° Poder atractivo: poder de conceder

6 no conceder recompensas.

COMENTARIO.

Este capítulo me parece uno de los mas pre-ciosos de la obra de Bentbam en la cual haytantos capítulos preciosos. Su analísis de lospoderes políticos es excelente en si misma, yesta presentada del modo mas claro, por loque ninguna explicacion es ciertamente nece-saria ; pero yo no hé querido privarme delPlacer de detenerme un poco en una materiaque siempre estudio y trato con predileccion ;porque me parece la mas importante que puedeocupar á mi hombre, como que su bien y sumal en la sociedad dependen del estableci-miento y ejercicio de los poderes, de los dere-chos , y de los deberes políticos.

Hé dicho de los derechos por prevenir conla adiccion de una sola palabra, una equivoca-cion á que podria ciar Jugar el principio de estecapitulo; equivocacion que no haria honor ílos principios políticos de nuestro autor. Elcódigo constitucional dice, se ocupa princi-palmente en conferir poderes , y prescribir

( 77 )obligaciones d ciertas clases particulares de Jasociedad, á ciertas personas : así es; pero estono impide que se emplee tambien en declarar,establecer y asegurar los derechos de los ciu-dadanos. Mas me atrevo á decir : este debe serel objeto principal pues los poderes que seconfieren, y los debres que se prescriben i losque gobiernan, tienen por objeto proteger yasegurar el ejercicio de los derechos del ciu-dadano. Los poderes se han establecido, nopor la utilidad de las clases ó personas que losejercen, no por el provecho de los gobernan-tes, sino por la utilidad y provecho de los go-bernados : son derechos ó poderes fiduciarios,corno en otra parte los ha llamado Bentham,semejantes al que tiene un padre sobre su hijo,un tutor sobre su pupilo. Así pues un códigoconstitucional, una carta constitucional, ó unaconstitucion política, que es lo mismo, no debeocuparse menos de los derechos de los súbdi-tos, que de los poderes y obligaciones de losque mandan; estas son sin duda las ideas demi autor, que tal vez ha creido debia supo-nerse, que hablando de las obligaciones de losque mandan, no se podia dejar de hablar delos derechos de los que obedecen; pues aquellasobligaciones son relativas y subordinadas áestos derechos. A.qui puede tambien aplicarse,sin violencia, el principio general de que nohay obligacion alguna que no tenga un derechocorrespondiente.

( 78 )Los poderes políticos se constituyen 6 esta-

Mecen por excepciones de leyes imperativa,6 lo que es lo mismo, por leyes descoercitivasque hacen excepciones en las leyes coercitivasque mandan ó prohiben ciertos actos: no ma-tarás : no quitarás á otro lo que es .suyo: liéaquí la ley coercitiva que crea un delito, ó quedá á un acto la calidad y nombre de delito:el juez condenará d muerte al asesino elcolector de contribuciones exigirá tal suma:lié aquí la ley descoercitiva que crea una exccp-cion en la regla general, que quita un delito,6 quita á un acto la calidad y nombre de de-lito. El poder pues político del juez y del co-lector de contribuciones están fundados en dosexcepciones de dos leyes imperativas CÍ coercitivas.

Los poderes políticos cn un gobierno, nocorresponden í los poderes políticos en otrogobierno, aun cuando tengan el mismo nom-bre; y esto es probablemente lo que Benthamentiende cuando dice que estos poderes sonobjetos que no tienen una medida comun. Asíes: el poder político del emperador de la China,es ciertamente muy diferente del poder delemperador de Alemania, del emperador deRusia, 6 del emperador de Marruecos, aunquelos cuatro sean y se llamen emperadores; y elpoder del rey de Espafia mas que al poder delrey de Inglaterra 6 de Francia, aunque lostres sean y se llamen reyes, se parecia al delemperador de Rusia y de Marruecos. No hay

( 79 )pues una gramática política universal, ni puedehaberla, á no ser que los gobiernos se pongande acuerdo cii conferir los mismos poderes,prescribir las mismas obligaciones , y dar losmismos nombres á los mandatarios (le la auto-ridad ; y así, los que tengan que hablar de unaconstitucion extrangera, si quieren ser enten-didos , necesitarán explicar las denominacionestic los empleos á que están atribuidos los pode-res polítcos : si se habla en Madrid del corre-gidor de Londres, se habrán de expresar lasatribuciones de este magistrado para que no sele confunda con ci corregidor de Madrid, y seforme una idea falsa no hay otro medio deevitar los errores y las equivocaciones.

El diccionario político pues , será siemprenecesariamente un diccionario nacional que con-tendrá los nombres de todos los empleados del

gobierno con las funciones d atril)ucioncs, yobligaciones de cada uno; y si se afiaden losmodos tic adquirir y perder los empleos públi-cos este diccionario será una parte muy prin-cipal de la lugislacion constitucional, como encualquiera ciencia su diccionario es una parteimportantísima de ella, si no es la ciencia mis-iiia; obscrvacion de que inc confieso deudoral abate Condillac. No basta que se COflOZCafl

y especifiquen todas las especies de poder :poder inmediato sobre las personas, el poderinmediato sobre las Cosas de otro, etc.menester tambien darle LIII nombre á la per-

(8o)sona ó á la clase que ejerce cada uno de estospoderes, de otro modo sería imposible enten-derse importa muy poco cuál sea el nombre,una vez que se conozca y se fije su significa-cion.

Bentbam analiza los poderes políticos, em-pezando por el poder inmediato sobre las per-sonas, que es el que se ejerce sobre las facul-tades pasivas, y la. base de todos los otrospoderes. Los que los ejercen pueden abusar deellos en perjuicio de aquellos á cuyo favor sehan establecido, y con efecto abusan siempreque los emplean en su provecho personal, envez de emplearlos en provecho público. Poresto es tan necesario determinar cu el códigoconstitucional la cxtension, y arreglar el ejer-cicio de estos poderes, que en cuanto sea posi-ble , deben dividirse en muchas personas dcorporaciones; porque reuniendo muchos po-deres en una sola persona, se corre muchoriesgo de hacer de ella un tirano. Reuniendoen su persona las magistraturas de la repúblicaromana, y los poderes que ellas conferían, fudcomo los emperadores de Roma acabáron con larepública y la libertad, estableciendo sobresus ruinas el depotismo que ejercieron contanta impudencia y tanta ferocidad los Tibe-rios, los Nerones, los Calígulas y los Constan-tinos. El abuso es casi inevitable, silos poderesson perpetuos, y mas aun si son hereditarios:Roma solamente fue libre midntras tuvo rnagis-

trados temporales, y no conocernos alguna re-pública antigua cuyos magistrados hayan sidoperpetuos. Los Estados Unidos, el único pue-blo moderno verdaderamente libre, tiene ma-gistrados temporales , y es de creer que lasrepúblicas que se forman hoy en la Américameridional, sigan este ejemplo saludable de laAmérica del norte.

Sobre todo, es muy de temer para la libertadin magistrado perpetuo que ejerza el poder

atractivo, que es el poder de recompensar óno recompensar, poder penal en parte, y enparte remuneratorio; porque dar á un ciuda-dano un empleo gravoso y desagradable, escastigarlo darle uno provechoso y agradable,es recompensarle quitarle un empleo que ledesagrada, es una recompensa quitarle unoque le agrada, es un castigo. El que ejerce unpoder semejante, tendrá siempre en los nego-cios públicos una influencia incompatible conla libertad; porque podrá presentar á los hom-bres, para que obren del modo que quieran,motivos fuertísimos á que hay muy pocos que seansuperiores. En los gobiernos que ostentan for-mas las mas liberales , vernos lo que es enrealidad la libertad, cuando el gefe de la admi-nistraciou dispone á su arbitrio de los empleoshonoríficos y lucrativos, y de las rentas públi-cas; pero yo me he distraido: ni &ntharn sepropuso darnos en el texto los principios delderecho político, ni yo en el cornentário debo

( 8 )A tanto del texto. El autor no se propusomas que hacernos conocer los elementos de quese compoilen los poderes políticos, y solamentede paso nos insinúa cuán arriesgado es que seanilimitados, sirvindose del ejemplo del poderde cspecificacion sobre los lugares; pero no nosenseña cómo deben lirnitarse estos poderes;Porque no se ha propuesto hacer de este capi-tulo un tratado de derecho público, sino indi-car las materias que debe comprehender uncódigo constitucional. En el capitulo siguienteCøflfltjjiúa el mismo asunto.

CAPITULO XXI.

Continuacion. Pderes políticos elemen-tales.

EsTa numeracion de los poderes polí—ticos presenta una nomenclatura iiueva,que es necesario justificar, lo que no puedehacerse sin hacer ver que las divisionesmas generalmente adoptadas hasta el día,dejan á todos estos poderes cii un estadode confusion y de desórden.

Algunos escritores dividen los podereselementales en dos clases : i Poder le-gisatiyo ° Poder ejecutivo otros auia-

CAP. XXI. Continuacion. Poderes políticose1emeutales ...... . . . . 82.

COMENTARIO ........ • 4 • • • 91.

( 82 )akjarmc tanto del texto. El autor no se propusomas que hacernos conocer los elementos de quese componen los poderes políticos, y solamentede paso nos insinúa cuán arriesgado es que seanilimitados, sirvidudose del ejemplo del poderde cspccificacion sobre los lugares; pero no nosenseija cómo deben lirnitarse estos poderes;porque no se ha propuesto hacer de este capí-tulo un tratado de derecho público, sino indi-car las materias que debe comprehender uncódigo constitucional. En ci capítulo siguienteCoflfltjriúa el mismo asunto.

CAPITULO XXI.

Continuacion. Px/eres políticos elemen-tales.

Esta numeracion de los poderes polí-ticos presenta una nomenclatura nueva,que es necesario justificar, lo que no puedehacerse sin hacer ver que las divisionesmas generalmente adoptadas hasta el dia,dejan á todos estos poderes en un estadode corifusion y de desórden.

Algunos escritores dividen los podereselementales en dos clases i° Poder le-gisiatio ° Poder ejecutivo otros aña-

( 83 )den una tercera rama. Poder de exigir losimpuestos y otros una cuarta, poderjudicial.

Cando alguno ha adoptado uno de estosplanes, tal vez sin pararse mucho en sudiferencia, ya cree haber definido bastante,y se pone ú razonar; pero yo voy á de-mostrar cudu vagos y obscuros son estostérminos.

Por cada uno de ellos tan pronto se en-tiende una cosa y tan pronto otra, y aunhay algun poder que no se sabe á cualdebe referirse. Nadie hace entrar las mis-mas ideas en lo que se llama poder legis-lativo, d poder ejecutivo.

Hay una conexion natural entre el es-tado de la ciencia y el estado de la nomen-clatura sin embargo, con la nomenclaturamejor ordenada, se puede razonar mal;pero con una nomenclatura tan mal or-denada como esta, no es posible razonarbien.

Poder legislativo.

Todo el mundo esta de acuerdo en en-tender por poder legislativo, el poder de

( 84 )mandar, y se hace ménos escrúpulo enusar de esta expresion, cuando este poderse ejerce solamente sobre algunas especies,mayormente si la extension de estas es-pecies es considerable. Se dá de mejor ganaeste titulo & un poder cuyas órdenes soncapaces de durar siempre, que á un podercuyas órdenes son perecederas por su pro-pia naturaleza. Todos convienen en supo-ner que el ejercicio de este poder está librede las trabas que caracterizan al poderjudicial. A. veces se supone que se ejerceen jefe, y á veces se usa de la misma vozen casos en que solo se ejerce subalterna-mente. En lo general se llama poder le-gislativo el que se vé que ejerce un cuerpopolítico; y poder ejecutivo., el que seque ejerce un individuo solo.

Poder judicial.

Entre los autores que han consideradoeste poder, como distinto del poder legis-lativo , ninguno hallo que haya manifes-tado conocer la diferencia de ellos.

Las órdenes del legislador recaen almismo tiempo sobre una cbse numerosa de

( 85 )ciudadanos - pero, ¿no sucede lo mismoá las del juez? ¿acaso no se juzga á co-munidades y t provincias?

Las del legislador son capaces de unacluracion perpetua 1 pero las del juez, ¿ nolo son tambien?

Las del juez recaen sobre individuos;¿ pero entre los actos del poder legislativo,no hay también algunos de esta especie?

Para que el juez pueda dar algunas ór-denes como juez, es necesario que con-curran algunas circustancias que no soniiececesarias para legitimar los actos del le-gislador.

i° Es necesario que una parte intere-sada venga á pedir al juez que dé la órdende que se trata. llé aqui pues un indivi-duo á quien pertenece la iniciativa, elderecho de poner en actividad al poderjudicial (1)

o Es necesario que las partes que pue-den ser perjudicadas por las órdenes del

(i) Esta primera condicion puede fallar en el caso enque el juez procede de oficio, por ejemplo, si hicieraprender á un particular que en la audiencia le hubieseperdido el respeto.

Tomo VIL 8

( 86 )juez, puedan oponerse á ellas. Tenernosaquí otros individuos que tienen una es-pecie de poder negativo, el poder de sus-pender los actos del poder judicial.

30 Es necesario que haya una pruebadada sobre algun hecho particular en queeste fundada la queja, y que se admita áhacer pruebas contrarias á la otra parte.He aquí pues la persona acusada, cuyoconcurso es preciso.

40 Donde reyna la ley escrita, es nece-sario que la 6rden del juez sea conformeá lo que prescribe esta ley órden paracastigar si se trata de un caso penal: órdenpara investir á la parte de tal derecho, 6para divestirla de él, si se trata de un casocivil (1)

Poder ejecutivo.

Pueden distinguirse doce ramas á loménos de este poder.

10 Poder subordinado de legislacion,

(i) Esta cuarta condicion puede faltar en el caso enque no hay ley escrita, y se sigue el uso por conjetura.En los casos nuevos no hay uso que seguir, y todos locasos han sido nuevos en el principio.

( 8 )sobre algunos distritos particulares, sobrealgunas clases de ciudadanos, y un so-bre todos, cuando se trata de una fundoiiparticular del gobierno. Cuanto ménosextendido es el distrito, tanto méi1& dn-racion tiene la órden; cuanto menos con-siderable es la cosa , tanto mas fundamentoparece haber para sustraer este poder dela especie legislativa, y transportarle ála que se llama ejecutiva. Cuando el podersupremo no se opone á estas ordenau'zassubalternas, es como si las adoptára: es-tas órdenes particulares se dán, por de-cirio así, en ejecucion de su voluntadgeneral. Como quiera que sea, este es elpoder de mando.

0 Poder de conceder á ciertas clasesde hombres, á una cofradía, á una corpo-racion, algunos poderes de legslacion,el poder de hacer algunas leyes inferio-res. - Tambien este es un poder de mando;porque decir yo liare observar las leyesque haga fulano, es lo mismo que hacerlasyo mismo.

30 Poder de conceder privilegios, titu-os de honor etc. á los individuos. Este es

( 88 )el poder de especificaciort in individuos.

40 Poder de perdonar. Si se ejerce conconocimiento de causa, es poder negativosobre el poder judiciario. Si se ejerce ar-bitrariamente, es poder de legislacion. -Poder de mando ejercido en oposicion álas órdenes judiciales.

50 Poder de dar empleos, y de quitar-los á los empleados subordinados. Estepoder es una rama del poder de especifi-cacion.

60 Poder de acuíiar moneda, de legiti-marla, y de fijar el valor de ella. Especi-ficacion in res.

70 Poder militar: el de alistar y licen-ciar es una rama del poder de especifica-cion in personas. El de emplear á losmilitares es una rama del poder de mando:lo que hace de él un poder distinto es eluso para que está establecido.

80 Poder fiscal: este poder en si mismono se diferencia del que tiene el cajero deun particular, con respecto al dinero quele está confiado. Lo que hace de él un Po-der público es la fuente de que provieneeste dinero, y el objeto á que se le destina.

( 8 )90 Poder de aclmiiiistracion en los al-

macen es, municiones de guerra y otrascosas públicas. Es como la mayordomía dede una casa: el objeto solo es el que hacede a un poder politico.

io. Poder de policía: (especificacion ,-mando.)

Obsérvese que para ejercer los poderesmilitares, los de policia, y aun los de ad-ministracio n, es necesaria una cierta can-tidad de poder inmediato sobre las per-sonas y sobre las cosas de los ciudadanosen general. Para poder usar de un podercualquiera es necesario que el empleadosuperior tenga un poder inmediato so-bre sus inferiores, ya sea por la facultadde destituir, ya sea por cualquiera otromedio.

u. Poder de declarar la guerra,y de ha-cer la paz. Es una rama del poder de espe-cificacion porque declarar la guerra, esconvertir una clase de extrangeros amigosen una clase de extrangeros enemigos.

12. Poder de hacer tratados con las po-tencias extrangeras. Las obligaciones deltratado se extienden á la masa de los

8

(90)

ciudadanos: luego el magistrado que haceun tratado, ejerce un poder de legislacion.Cuando promete á otro soberano que sussúbditos no navegarán en un cierto parage,prohibe á sus súbditos que naveguen eny de este modo las convenciones entre lasnaciones vienen á ser leyes internas. (1)

Yo no sé basta donde podria llevarseesta subdivision de las ramas del poderejecutivo: la relaciori de cada una de es-tas ramas no está aun ni con mucho de-terminada. Siempre se le suponen 11'mite3fijos, y nunca se le seiiaian.

Esta expresion poder ejecutivo no pre-senta mas que una idea clara, que es lade un poder subordinado á otro, que seexpresa por la apelacion correlativa depoder legislativo.

¿Deberá extraíarse pues que haya tantaoposicion entre los escritores políticos,cuando todas sus obras no han tenido otrofundamento que unos términos tan vagosy tan mal definidos, y los cuales se su-

() Los que colocan esto poder entro los atributos delpoder ejecutivo, no han considerado que es puramente unpoder de mandar, un poder do Icgislacion.

( 91 )ponen algunas ideas miiit.ras se les ha-llan?

No se trata absolutamente de excluirestas palabras adoptadas en el vocabulariode todas las naciones de la Europa 3 perome ha parecido conveniente demostrarcuán lejos están de representar los verda-deros elementos de los poderes políticos.

La nueva analísis que me he" probado¿ hacer, es sin duda bastante defectuosa;esta materia está aun casi por crear. Yono lié hecho mas que bosquejar la obra,y se necesitaria mucho trabajo y muchapaciencia para acabarla.

COMENTARIO.

Bentham ha escrito este capítulo para jus-tificar la analísis de los poderes políticos quenos did en el anterior, poniendo á la vista losvicios de las divisiones antiguas del poder po-lítico. El piensa que la suya, aunque imper-fecta , vale infinitamente mas, porque á lo md-nos es mas clara, y caracteriza mejor las di-versas ramas del poder político; pero la divisionde l3entharn, no es incompatible con la anti-gua, que tampoco di quiere desterrar absolu-tamente , y puede muy bien considerarse cornouna subdivision de ella. Con efecto, dividido

( 92 )el poder politico; segun la doctrina vulgar enlegislativo, ejecutivo y judicial , puede decirseque el poder ejecutivo se divide en poder in-mediato sobre las personas, poder inmediatosobre las cosas, poder de especifleacion, etc.el poder legislativo puede subdividirse casi delmismo modo, y en cierta manera y hasta ciertopunto tambien el poder judicial, como podráverlo cualquiera que intente hacer por si mis-mo estas subdivisiones. Por otra parte , por masque quiera decirse, no es demasiado defectuosala antigua division capital del poder político enlegislativo, ejecutivo y judicial; porque alfin es innegable que el poder de hacer las leyes,es distinto del poder de hacerlas ejecutar, ydel poder de aplicarlas á los casos particularesque ocurran. No puede negarse que á vecesno es fácil fijar los límites que separan á estastres ramas del poder; pero de este vicio tam-poco están libres las divisiones de Bentham,que con dificultad podrá señalar una linea claraque separe siempre ci poder inmediato sobrelas personas, del poder de mando sobre lasper-sonas tomadas individualmente y colectiva-mente. En todas las divisiones de un objetocualquiera, los miembros de ellas se tocan poralgunos puntos, como que son partes de unmismo todo, y de aquí nace la dificultad deseñalar el punto fijo de separacion entre unmiembro y otro; pero tambien á veces tienenalgunos caractres peculiares y distintivos tan

( 93 )avultados, que no es fácil confundirlos, auncuando convengan en algunas cosas menos esen—ciales. Nada mas fácil que distinguir el poderlegislativo del poder ejecutivo, y del judicial,por solas sus definiciones: tampoco es difícil engeneral distinguir si un acto del gobierno pro-cede del poder legislativo, del ejecutivo ó deljudicial ; y no es verdad que, como dice Ben-tham, nadie haga entrar las mismas ideas enlo que se llama poder legislativo y poder eje-cutivo; a lo mtnos que yo sepa, no hay enesto discordancia alguna en los escritores dederecho público.

Para hacer triunfar su opinion y su amorlo nuevo, se guarda muy bien nuestro autorde definir las tres ramas de la division comun(lel poder; gasta su tiempo y su trabajo, por-que así conviene á sus miras, en mostrar al-gunos caracte'res, 6 mas bien algunos actos dealguno de los tres poderes que pueden conveniry atribuirse a los otros, y huye al parecer concuidado, de hablar de los caracteres particu-lares que los distinguen, y que no convienenmas que á uno, con exciusion de los otros,conducta que no me parece tan franca comoconvendria d un filósofo que busca de buenafé la verdad, y razona con imparcialidad.Ante todas cosas, yo no conozco publicista al-uno que, del poder de establecer y cobrar con-

tribuciones , haga un poder distinto del legislativo y ejecutivo en todos los libros que h

ivisto el poder fiscal es considerado como unarama del poder ejecutivo, si se trata solo deexigir los impuestos ; y si se trata de estable-cerlos, es una rama del poder legislativo. Ex-pliqudmos ahora los tres tnicos miembros dela division del poder político, adoptada en todaJa Europa, y por todos los escritores de dere-cho constitucional.

El poder legislativo es , como su mismo nom-bre lo indica, ci poder de hacer la ley, queno es otra cosa que la expresion de la voluntadgeneral. La corporacion pues 6 la persona enquien reside el poder legislativo, no es masque órgano de la voluntad general, que se ma-nifiesta de diversos modos segun las diversasformas y constituciones de los gobiernos; y áesta persona ó corporacion á quien toca el es-tablecimiento de la ley, toca tambien exclu-sivamente derogarla si deja de ser conveniente;porque el poder legislativo seria ilusorio, siotro que ci legislador pudiera derogar las leyesestablecidas por este Las funciones pues dellegislador se han acabado luego que ha dadola ley, es decir, que ha expresado la volun-tad general.

Esto es lo que verdaderamente caracterizaal poder legislativo, y no el ser un poder demando: pues tambicn son poderes de mandoci poder ejecutivo y el poder judicial, si porpor poder de mando se entiende ( y no puedecnteudcre otra cosa ) la facultad legal de dar

( 95 )ciertas órdenes y hacerlas obedecer. Tampocoes un carictcr bien distintivo del poder legis-lativo el que se ejerza sobre especies de mas 6n'iios extension ; lo primero porque el poderlegis1atio puede ejercerse alguna vez sobreindividuos determinados ; y lo sc gund o porqueel poder ejecutivo puede igualmente ejercersesobre especies de mas 6 tDflOs cxtcnsion , yaun tambien ci poder judicial, corno observaBcntham.

Dar con preferencia el título de legislativoal poder, cuyas órdenes son capaces de durarsiempre, y no darle á un podcr, cuyas ór-denes son por su naturaleza perecederas, tam-poco es caracterizar bien los poderes porqueci poder legislativo puede dar leyes tempora-les, y el poder ejecutivo puede hacer actosque duren siempre , y mas aun el poder judi-cial , cuyas sentencias tienen efectos perpetuos.Yo no conozco autor alguno que aplique ciepíteto legislativo á un poder subalterno ; perosi aguflo lo hace, habla con mucha iilcxac-t.itrtd. La exprcsion poder legislativo subal-terno envuelve una manifiesta cont.radiccioiien los términos ; porque el poder legislativoes el poder soberano, y poder soberano suba!-erno es un poder soberano que 110 CS soberano.

Yo no Sé, aunque me inclino mucho d. creerlosi es esencial al poder legislativo el que le ejerzael pueblo, sea por si mismo , 6 sea por mediode representantes ; pero sé perfectamente que

( 96 )no es esencial al poder ejecutivo que su ejer-cicio esté encargado á una sola persona; puesen muchas repúblicas antiguas y modernas seha ejercido y se ejerce por corporaciones; y así,ci que dijera que el poder legislativo es el quese ejerce por un cuerpo político, y ci ejecutivoel que se ejerce por una persona sola, no carac-terizaria bien estos dos poderes. Parece que depropósito ha buscado Bentham estos caractéresequívocos y variables, dejando los esencialesy constantes para probar la necesidad de sunueva teoría sobre los poderes políticos.

El poder ejecutivo es, como su nombre loindica tambien, el poder de ejecutar y hacerobservar las leyes dadas, de manera que lasfunciones del poder ejecutivo empiezan dondeacaban las del poder legislativo. Decir, cornodice Bentham, que una de las i'arnas del poderejecutivo, es el poder subordinado de 1egisa_cion, es confundir los dos poderes, y contra-decirse en los tdi'minos, corno lo acabarnos dever. El poder ejecutivo nunca puede hacerleyes , á no ser que muy impropiamente se déeste nombre á los reglamentos y providenciasque tenga por conveniente dar para la ejecu-cion de las leyes; pero claro está que estosreglamentos y estas providencias, lejos de serunas verdaderas leyes , siempre han de tenerpor objeto la ejecucion de una ley, de la cualno puede separarse. Si ci depositario del poderejecutivo traspasa los límites de él , y usurpa

( 97 )ci derecho de hacer leyes, el poder sobcranó ylegislativo podrá contenerle en la esfera de susderechos y de sus deberes , pues que el poderejecutivo es responsable de su conducta al po-der legislativo. Regla general sin excepcionel abuso de un poder nunca puede conside-rarse como una parte de él.

Entre las ramas del poder ejecutivo cuentaBcntham el poder de perdonar de que en otraparte vuelve á hablar con mas extension. Yodudo mucho de la legitimidad de este derecho;porque si existe es un derecho de dispensar dela ley, y el que lo ejerce será mas poderosoque la ley, pero, ¿no podrá el poder legis-lativo dar al poder ejecutivo la facultad de per-donar? No; porque esto sería hacer á un hom-bre ó á un cuerpo político superior á la ley,y el poder legislativo no puede quitarla susoberarda. Si las leyes son tales que hagan útil6 necesario un poder semejante, las leyes sonmalas, y es menester reformarlas, en vez depretender remediar un mal con otro mal ma-yor. El que ejerce el poder de perdonar puedehacer ilusorios todos los actos del poder legis-lativo y del poder judicial, y realmente reuneen su mano todos los poderes; ¿ qué le faltapues para ser el déspota mas absoluto? Yo sque este poder existe de hecho, y que todoslos soberanos lo ejercen y lo aprecian como laprerogativa mas preciosa de la corona; peroel hecho no es ci derecho; y por otra parte se

TOMO VIL 9

( 98 )hallarán pocos soberanos que en el ejerciciode este derecho no sigan mas las inspiracionesde sus inclinaciones naturales, que las del amoral bien del pueblo, que en nada puede tenermas interés que en que se observen y ejecutenlas leyes que le protegen. Cuando se tratárasolamente de un delito contra la persona delsoberano, no considerado como tal , sino comoun ciudadano particular, parece que sin granriesgo podría concedérsela el derecho de per-donar una ofensa que á él solo se habia hecho,y aun esto deberia expresarse en las leyes quetratasen de esta especie de delitos.

El poder de colocar y destituir á los em-pleados públicos , puede ser una rama del poderejecutivo; pero cuando lo sea, será necesarioexceptuar de la regla general á los jueces quedeben ser independientes é inamovibles. Si sequiere, podrá el poder ejecutivo nombrarlos;pero nunca los podrá destituir, y aun así con-servará demasiada influencia sobre los actosjudiciales, si se le da la facultad de recom-pensar á los jueces, adelantándolos en su car-rera ó por otros medios. El poder atractivo esci mas temible de todos los poderes para unpueblo que quierre ser verdaderamente libre, yno se contenta con que los ministros le diganque lo es ; sin embargo, parece que el poderatractivo es inseparable del poder ejecutivo.

El poder de conceder privilegios, títulos dehonor, etc. á los indiyiduQs, solamente podrá

ser una rama del poder ejecutivo en un go-bierno en que Ja ley no haga á todos los ciu-dadanos iguales en derechos y en obligaciones:de otro modo el poder ejecutivo sería superior

la ley, y la igualdad constitucional seriailusoria. No tiene duda que si en Francia, porejemplo, el rey concediese d una persona, óuna clase una cxenc ion del servicio militar, óde contribuciones, ó un derecho exclusivo áciertos empleos , traspasaría los límites del po-der ejecutivo.

El poder militar ,dice Bentham, siempre estáunido al poder ejecutivo ( tanto peor para cipoder legislativo y para el pueblo) ; pero estepoder militar es mayor Ó menor, segun laconstitucion política de cada nacion. En algu-nos estados fija la ley el número de tropas,y para aumentarlas es necesaria otra ley. Tain-bien determina Ja ley e1 modo de formar elejército, y de reemplazarlo, y á veces pro-hibe al poder ejecutivo el servirse de tropasextrangeras; pero una desgraciada experienciade todos los siglos ha hecho ver que todas es-tas precauciones son insuficientes para prevenirlos abusos de la fuerza armada. Un mando mi-litar perpetuo siempre amenazará i la libertadpública.

El empefiar zi una nacion contra su voluntaden una guerra, tal vez desastrosa, no puedeser un atributo del poder ejecutivo, que cuan-do mas podrá tomar por de pronto las medidas

( mo)urgentes para defender al estado de un ataqueimprevisto y repentino, caso que en nuestrostiempos será muy raro, si no es imposible porJa facilidad y frecuencia con que se comunicanunos pueblos con otros ; ci comercio ha hecho,entre otros muchos, el bien á la humanidad,de que las sorpresas sean casi imposibles; por-que una nacion no puede levantar un regi-miento ó armar un nayio, sin que al instantelo sepan las otras naciones interesadas en ob-servarla. Si el poder ejecutivo no puede de-clarar la guerra, tampoco podrá hacer una pazdifinitiva sin consultar la voluntad de la na-cion, que es la que tiene el mayor interés enci negocio: solamente podrá pactar treguas ósuspensiones de armas mas ó ménos duraderas,que preparen la paz, y que permitan consul-tar á la nacion.

El poder fiscal será hasta cierto punto, co-mo ya lo hemos visto , una rama del poderejecutivo; pero ci determinar la cantidad delimpuesto , y el modo de establecerlo corres-ponde sin duda al poder legislativo. La recan-dacion y la inversion de él, en los objetossciialados también por la ley, toca al poderejecutivo; y solamente así será cierto que elpoder fiscal no se diferencia , como dice &n-tharn , del poder del cajero de un particular,con respecto al dinero que se le confia.

Si los tratados con las potencias extraugerasson también leyes internas (porque cuando un

(ioi )soberano pacta con otro que sus súbditos nonavegarán en tal parage, prohibe á sus súbditosnavegar en di) ; ci magistrado que hace un tra-tado semejante ejerce un poder de legislacion,pues que hace una ley. Pienso pues como Ben-tham , que contra la opmion de otros muchospublicistas , cree que el poder de hacer tra-tados con las potencias extrailgeras no es unarama (le! poder ejecutivo, sino que perteneceexclusivamente al poder legislativo. Los hechosson sin embargo contrarios á nuestra opinionpues en casi todos los estados que conocemos,el magistrado revestido del poder ejecutivoes ci que ejerce ci poder de hacer tratadoscon las potencias extrang eras; pero razonandopor los principios y no por los hechos, por loque debe hacerse, y no por lo que se hacenuestra opinion, es decir, la opinion de Ben-tbain es la verdadera.

Los publicistas varian mucho sobre las atri-buciones del poder ejecutivo, y así debe serporque este poder no tiene otros limites niotras atribuciones que las scfiaiadas p°' ci de-recho constitucional , que es diverso en los di-versos estados. Así las atribuciones del poderejecutivo en Francia, son otras que las atrí-bUCiOIICS del mismo poder en Inglaterra, enSuecia, 6 cu los Estados-Unidos. La coiisti-tucion que mas limite estas atribuciones, prin-cipalmciitc la del poder militar, y la del poderatractivo será la que nias mire por Ja libertad

( 102 )

de los ciudadonos, y yo no puedo concebirlibertad en un estado en que hay un magis-trado perpetuo y hereditario que dispone a suarbitrio de Ja fuerza armada, y de los empleoshonorificos y lucrativos, y por consiguientede las recompensas y de los castigos. No habriatanto riesgo en extender las atribuciones delpoder ejecutivo, si su ejercicio se confiase áuna junta de magistrados temporales que res-pondiesen de su gestion al poder legislativo;pero se dice que esto tiene inconvenientes gra-vísimos que yo no percibo, y de que no seríadel caso tratar aquí: los tales inconvenientesdeben ser con efecto muy graves para que losean mas que los que deben resultar de dejaren la mano de un magistrado perpetuo y he-reditario el ejercicio de un poder ejecutivomuy extendido.

Son muy fáciles de demarcar y ver los limitesque separan al poder judicial de los otros po-deres políticos. Las atribuciones del juez sereducen á aplicar las leyes á los casos que sele presenten, sin examinarlas : no es árbitrode la ley, sino únicamente su órgano y eje-cutor impasible. El poder judical es indepen-diente en sus funciones de los otros poderes,y para que puedan los jueces conservar estaindependencia, deben ser inamovibles, y aunconvendria que en esta carrera no hubieraascensos , y no pudiesen ser transferidos de unaplaza ú otra, ni pudiesen recibir pensiones,

( io3)

ni honores, ni condecoraciones, para que asíel poder atractivo del gobierno no pudieseobrar sobre ellos.

CAPITULO XXII.

Fkzn del código político.

Sii del cuerpo del derecho se separa unaparte que se llame derecho consLitucionallié aquí en pocas palabras las materias queeste debe contener.

to Los medios de adquirir los diversosoficios establecidos en el estado, y Cii se—guida los medios de perderlos. Cuanto ma-yor 8ea la parte que el pueblo tenga enel gobierno, tanto mayor será el espacioque ocupe este punto.

O La exposicion de los poderes anejosá estos oficios. Esta parte se parecerá ciila forma á las materias del derecho civil.

3° La exposicion de las obligacionesanejas á estos oficios. Esta parte se pare-cerá en la forma á las materias del clero-cito penal.

¡O La exposicion de las formalidadesque deben acompaíar al ejercicio de lospoderes anejos á estos oficios, cii ci caso

CAP. XXII. Plan del código político . . . io3.COIETÁRIO. • • • • • • • , . . . . io6.

( io3)ni honores, ni conctecoraciones, para que asíel poder atractivo del gobierno no pudieseobrar sobre ellos.

CAPITULO XXII.Plan del código político.

Sidel cuerpo del derecho se separa unaparte que se llame derecho constitucional,lié aquí en pocas palabras las materias queeste debe contener.

10 Los medios de adquirir los diversosoficios establecidos en ci estado, y en se-guida los medios de perderlos. Cuanto ma-yor 8ea la parte que el pueblo tenga enel gobierno, tanto mayor será ci espacioque ocupe este punto.

o La exposicion de los poderes anejosá estos oficios. Esta parte se parecerá ciila forma á las materias del derecho civil.

3° La exposicion de las obligacionesanejas á estos oficios. Esta parte se pare-cerá en la forma á las materias del dere-cho penal.

40 La exposicion de las formalidadesque deben acompafíar al ejercicio de lospoderes anejos á estos oficios, en ci caso

( io4)en que se ejerzan por algunos cuerpos po-líticos. Esta parte se presentará tan prontobajo un aspecto penal, tan pronto bajo unaspecto civil : bajo el primero, cuando sepronuncian algunas penas contra los indi-viduos: bajo el segundo, cuando no hayotra pena que la nulidad de los actos delcuerpo (1)

50 En este código se pondrán las leyesque tocan directamente al oficio del sobe~rano. Las leyes de esta especie exponencon claridad ciertos actos ,bajo el carácterde actos ordenados 6 prohibidos, y en estacualidad tienen un aspecto de leyes pena-les; pero por otra parte no es natural quearticulen pena alguna para el caso de con-travencion. - ¿ Quién haria imponer estapena? Esto contrasta con el derecho penal.

Entre estas leyes podrian distinguirselas especies siguientes:

(i) En Inglaterra el rey no pueda hacer acto algunosin que haya algun individuo ó algun empleado que res—ponda de ¿1: ni aun puede arrestar á un particular; yde este modo se limita el poder del gefe por la respon—sabilidad de aquellos que son sus instrumentos necesarios,y se impone la pena de nulidad á los actos que se quierenPrevenir.

( io5)lo Privilegios concedidos ¿reservadosla masa originaria de la nacion, cornó

libertad de culto, derecho de usar armasderecho de confederacioii.

20 Privilegios concedidos á las provin-cias adquiridas al tiempo de su reunional cuerpo del estado, sea por su sucesion,6 sea por union voluntaria., como el dere-cho de no poder imponérseles contribu-ciones sino por ellas mismas etc.

30 Privilegios concedidos á los distritosconquistados al tiempo de la capitulacion,y confirmados por tratado de paz.

40 Privilegios concedidos i distritos ce-didos por tratados, sin haber sido conquis-tados.

Aunque no sea fácil aplicar penas al-gunas positivas al soberano delincuente,sin embargo, no deben mirarse tales leyescomo si fueran inútiles y de ningun va-lor. Las penas naturales no dejan' detener mucha fuerza : penas inmediatas,deshonor del soberano, descontento deuna parte de sus súbditos pena, ulterior,rebe ¿ion, soberanía perdida. A. si vemosque en muchos estados de la Europa, los

( to6)soberanos respetan escrupulosamente losprivilegios de los súbditos ó de las pro-vincias.

COMENTARIO.

Este capítulo presenta un plan abreviadomuy natural y muy sencillo de un código po—lítico 6 constitucional, de una constitocion 6de una carta política, pues todo es lo mismo.Ya en el capítulo xx de este tratado hemoshablado por incidencia de este plai, y allísuplimos una omision de nuestro autor, quereduce el código constitucional principalmenteá conferir poderes á ciertas clases de ciuda-danos ó á ciertos individuos, y á prescribirlesobligaciones, sin hacer mencioit de los derechosy debóres de los ciudadanos, que deben decla—rarse y asegurarse en una constitucion politir.a.Aquí el mismo Benthain corrige en parte aquellaomision, y hace entrar en su plan del códigoconstitucional los privilegios concedidos ó re-servados a la masa originaria de la nacion, y

los distritos y provincias que posteriorincntcse han adquirido y reunido d ella por cual-quiera medio; pero para mí aun no es estobastante, porque él solo habla de privilegiosconcedidos 6 reservados por una autoridad,por un soberano que no es la nacion, y uncódigo político debe expresar los derechos, y

( 107 )no los privilegios que son de la nacion sin quenadie se los haya concedido; de los derechosM hombre que el pueblo ha tenido poi con-veniente conservar y no ceder cuando ha re-nunciado al ejercicio de otros para vivir bajoun gobierno y leyes tutelares; de manera, quehablando con exactitud, en vez de ser el sobe-rano el que concede derechos á la nacion, esesta la que los concede al soberano, cuya exis-tencia misma es obra de la naciori. De estosderechos pues y no de privilegios debe tratarel código constitucional, que precisamente nodebe contener otra cosa que las condicionesbajo las cuales ha consentido el pueblo en some-terse al gobierno que ha escogido.

El código constitucional debe sin duda expre-sar los medios de adquirir y perder todos losoficios establecidos en ci estado ; todos sinexcepcion, hasta el del monarca en una ino-llarquia constitucional, si no implica esto enlos t.5rminos, como lo recelo mucho. En estaparte se declarará si la monarquía es hereditariati electiva, y por qué Causas y motivos se pier-de. Si la monarquía es hereditaria se expresarási se sucede en ella por agnacion rigurosa, conexCIuS1Orl absoluta de las hembras, ó por agila-cion regular, dando solamente la preferenciaal varon sobre la hembra, pero admitiendo áesta en falta de varon; y se determinará todolo relativo d la menor edad del soberano, tu-tela, regencia etc, i corno igualmente lo que

( 108)

debe hacerse en ci caso de incapacidad de go-bernar por sí mismo, aunque sea por otro mo-tivo qne la menor edad ; y en el caso de quela soberanía sea electiva se arreglará el modode cleccion y se declararán las cualidades quedeben hallarse en los electores y cii los clegi-bies; corno asimismo se expresarán los derechosy los deberes anejos á cada empleo público,empezando por el del soberano, como el primeroy mas importante de todos.

La exposicion de las obligaciones anejas álos oficios se parecerá en la forma , dice Ben-tbam, á las materias del derecho penal i perolas leyes que hablen del soberano, aunque or-denen 6 prohiban algun acto, no pueden arti-cular alguna pena positiva para el caso decontravencion ; porque ¿ quién baria imponeresta pena.? No seria imposible responderá estapregunta, ¿y no es cstraio que la haga uningles qne conoce ciertamente la historia y elderecho público de su pais? Pero aunque nopueda imponerse pena al soberano, aunqueeste sea inviolable, porque por una ficcionmas extraordinaria que otra que Bcntham cen-sura, se le cree perfecto d incapaz del mal,pueden ser castigados sus ministros y agentes,y esto basta para que las leyes que señalan lasobligaciones del soberano, se parezcan en laforma á las materias del código pena!.

En ci código constitucional se expresaránigualmente las formalidades que deben acomn-

( 109 )

panar al ejercicio de los derechos anejos áestos oficios, en el caso de que se ejerzan poralgunos cuerpos políticos, dice nuestro autor;pero ¿por qué no será lo mismo cuando seejercen por individuos? ¿ se deberá dispensar

estos (le las formalidades á que se ha creidonecesario sujetar á los cuerpos políticos? Elobjeto de estas formalidades es prevenir losabusos en el ejercicio de los poderes, y el abusoes mas fácil en un individuo que en un cuerpopolítico 5 porque los miembros de este se obser—van, se instruyen y se contienen mI.tuamente,en vez de que el individuo se determina porsola su voluntad y por solas sus luces, lo quehace en di mas temible el error y la malicia.

CAITULO XXIII.

Flan del código internacional.

EL código internacional deberia ser lacole ccion de los deberes y derechos de unsoberano para con otros soberanos. Puededividirse en código universal, y en códigosparticulares.

El primero abrazarla todos los debresque el soberano se hubiese impuesto, to-dos los derechos que se hubiese atribuido

TOMO VIL 10

CAP.XXIII. Plan del código internacional 109.Division de las leyes que componen un có-

digo particular . ....... 1 io.COMENTARIO . . . . . . . . . . 114.

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panar al ejercicio de los derechos anejos áestos oficios, en el caso de que se ejerzan poralgunos cuerpos políticos, dice nuestro autor;pero ¿por qué no será lo mismo cuando seejercen por individuos? ¿ se deberá dispensar

estos (le las formalidades á que se ha creidonecesario sujetar á los cuerpos políticos? Elobjeto de estas formalidades es prevenir losabusos en el ejercicio de los poderes, y el abusoes mas fácil en un individuo que en un cuerpopolítico 5 porque los miembros de este se obser—van, se instruyen y se contienen mI.tuamente,en vez de que el individuo se determina porsola su voluntad y por solas sus luces, lo quehace en di mas temible el error y la malicia.

CAITULO XXIII.

Flan del código internacional.

EL código internacional deberia ser lacole ccion de los deberes y derechos de unsoberano para con otros soberanos. Puededividirse en código universal, y en códigosparticulares.

El primero abrazarla todos los debresque el soberano se hubiese impuesto, to-dos los derechos que se hubiese atribuido

TOMO VIL 10

( iio)con respeto ti todos los otros soberanossin distincion. Haria en l un código par-ticular para cada estado con respecto alcual, ya cii virtud de convenciones ex-presas, ya por algunas razones de utilidadrecíproca, reconoce el soberano tener al-gunos deberes y derechos particulares queno tiene con respecto á otros estados.

El código universal contendrá por unaparte ciertas concesiones, y por otra cier-tas pretensiones, y ordinariamente tendrálugar la reprocidad.

Estos debéres y estos derechos entresoberanos no son propiamente mas quedeberes y derechos morales; porque casino se puede esperar que haya entre todaslas naciones del mundo convenciones uni-versales, y tribunales de justicia nacional.

Dipision de las leyes que componen uncódigo particular.

i Leyes ejecutadas, - leyes para eje-cutar. Las primeras son las que miran álos dos soberanos segun su cualidad delegisladores respectivos, cuando en virtudde sus convenciones recíprocas ponen al-

( ii )

gunas providencias conformes á ellas en lacoleccion de las leyes internas. Si un so-berano se obliga á prohibir á sus súbditosque naveguen en ciertos parages, es ne-cesario que haga una mudanza en lasleyes internas para prohibir esta nave-gacion.

Las leyes para ejecutar son; i° las quese cumplen Con abstenerse únicamente deestablecer tal 6 tal ley interua ° Las quese cumplen ejerciendo 6 absteniéndose deejercer una cierta rama del poder soberano, por ejemplo, de enviar 6 de abste-nerse de enviar socorros de tropas 6 dedinero á tal potencia extrangera. 30 Aque-llas cuyo cumplimiento mira únicarncnt.c

la conducta personal del soberano dado;por ejemplo, aquellas por las cuales seobliga a servirse 6 no servirse de un ciertoformulario, cuando trate con el soberanoextrati ge ro.

Segunda divisioii : leyes de paz,-le-yes de guerra, - son las que arreglan laconducta del soberano y de sus súbditos entiempo de paz 6 de guerra, respecto alsoberano extrangero y sus súbditos.

(112).

La misma distribuciori que se ha seguidoen las leyes internas ya penales, ya civi-les, puede servir de guia en la disposi-cion 6 colocacion de las leyes entre lasnaciones.

En lo civil por ejemplo, las demarca-ciones de los derechos de propiedad enbienes inmuebles, pueden ser las mismas.Hay propiedades que pertenecen en co-mun á [os súbditos del soberano dado, ylas puede haber que pertenezcan en comunal soberano dado y á otro soberano ex-trangero, como los mares, los grandesnos etc. De este modo habia adquiridola república de Holanda una especie deservidumbre negativa contra la Austria,sobre el puerto de Amberes, y así tam-bien la Inglaterra por la paz de Utrecht,babia adquirido una servidumbre seme-jante sobre el puerto ¿Le Dunkerque. Elderecho de hacer pasar tropas por el paisde un soberano etrangero, es una espe-cie de servidumbre positiva.

Puede considerarse la guerra como unaespecie de pleyto 6 de juicio en que lasdos partes tratan de ponerse en posesion

( ii3)de las utilidades que respectivarneute sehan adjudicado: es una especie de mandamiento de ejeducion contra todo un pue-blo. El soberano que ataca es el actor ódemandante: el soberano atacado es el reo6 el demandado; y el que sostiene unaguerra ofensiva y defensiva, se parece áun particular que empeñado en un pleytoreciproco, hace al mismo tiempo los dospapeles contrarios. Este paralelo de nadasirve para la forma 6 la d.isposieiori de lasleyes; pero puede sacarse de él algun par-tido para introducir algunos principios dehumanidad que mitigarian los males de laguerra.

Cuando dos soberanos están en guerra,el estado de sus súbditos se muda respec-tivamente, y de eitraiigeros amigos, sehacen extrangeros enemigos. Esta partedel derecho de gentes entra en el plan delos códigos particulares en que los sobe-ranos han podido estipular algunas clu-sulas relativas á esta mudanza.

10

( 114 )

COMENTARIO.

Yo no reconozco en este capítulo ci upirituexacto y analítico de mi autor habla (le uncódigo internacional como de un código deverdaderas leyes : define y divide estas leyesy dice que la misma hstribucion que se haseguido en las leyes internas, as1 civiles comopenales,puede servir de guia para disponer ycolocar las leyes entre las naciones; pero laverdad es que entre las ilaciones independientesno puede haber leyes verdaderas; lo mas quepuede haber , y hay con efecto, son tratadospactos, convenciones, que solamente , iabIaudomuy impropiamente , pueden ltaivarsc leyescomo á veces se llaman tanlbicn leyes los pactosde los particulares.

Al tratar en las observaciones sobre ci capi-tulo 1 de este tratado de las divisiones de1derecho, hd explicado largamente csa tioctri-ila, haciendo ver hasta la evidencia, si no meequivoco mucho, que ci derecho externo, elderecho internacional ó el derecho de gentes,ó entre las gentes , como quiera llamarse, noCS una coleccion de leyes á la manera que ciderecho civil, ó el derecliq penal no es Un

código legal , sino solamente una coleccion detratados y convenciones : que las naciones inde-pendientes existeli hoy cutre sí, comoron ó existirian los hoiiibrcs en un estado &irasocial que así CCiflO en aquel etado tui mdi-

( •i5)viduo no podria dar leyes L otro , pues cjuctodos serían iguales sin que hubiese entre ellos,superior é inferior; hoy una nacioii no puededar leyes á otra por la misma razon de quo,todas son iguales que así como cii aquel estadno ¡¡abría otras obligaciones ni otros derechosque los que viniesen de los pactos de los judi-vid nos , si pueden llaiiiarse obligaciones y de-recios los (luC no proceden (le la ley, tampocohay hoy otros cicb&cs y otros derechos ditte

las naciones; y i1iiinamentc, que así como enci estado extra social no Iiabria otro medio decompeler i in individuo i cumplir lo (ILLC habiapactado que la guerra privada, tamjoco hoy hayotro entre las naciones que la guerra pibiicaLos individuos han renunciado con su indepen-dencia á este medio feroz de hacerse justicia) yhan establecido en las sociedades políticas ivags-trados que la administren segun ciertas leyes dreglas; pero las naciones han conservado este tris-te derecho hasta ahora, y no parece fácil que1cnuucicn á él, y realicen ci sueño filan Lid jMCO

y honrado del abad de S. Pedro. Los tribunalesde las naciones son los campos de batalla susrazones son los cafioties y las bayone tas) y cijuez que sentencia estos sangrientos procesos esla fuerza, de manera , que no dice nial Bentbaui,que la guerra puede considerarse como un pleytuen que es actor el que ataca y reo el atacado.

El código interuiacional riodria dividirsesegun nuestro autor en cddigu uuiveizal ,, y

( iiG)códigos particulares. El código universal abra-zarja todas las obligaciones que el soberano sehubiera impuesto, y todos los derechos que sehubiera atribuido con respecto a todos losotros soberanos : : :::: obligaciones qu u'.omismo se impone: derechos que uno mismo seatribuye : obligaciones y derechos que no vie-nen de la ley ni de los pactos, es un lenguageinexacto y poco digno de Bentliam, y que unjurisconsulto que haya aprendido en el mismoBentham los principios de la legislacion, no po-drá entender con facilidad; porque quien diceobligacion, dice vinculo legal, y suponiendo queun soberano no quiere cumplir las obligacionesque se ha impuesto á sí mismo, ¿ cómo se leprecisará á que las cumpla? á cañonazos : sise ha atribuido á si mismo ciertos derechos queotro soberano no quiere reconocer, ¿ cómo leobligará á que los reconozca? á conoñazos.Entre soberanos independientes, no puede ha-ber verdaderas leyes , leyes que consten departe preceptiva y sancional : no hay mas leyesentre ellos, que los pactos y convenciones quevalen poco , si Ja fuerza no las sostiene, y esmuy absurdo decir que un soberano se imponeá si mismo obligaciones y se atribuye derechosCOU respecto al otros soberanos, sin la interven-cion de ellos.

Bentbam mismo se ve precisado á confesarque estas obligaciones y estos derechos entresoberanos, no son propiamente mas que obliga-

( 117 )

ciones y derechos morales, es decir, obliga-ciones y derechos que no tienen otro funda-mento que el interés, ni otro medio de hacerlaseficaces que la fuerza. Cualquiera podrá extra-fiar que lBentham despues de haber combatidotan victoriosamente la existencia de un derechonatural, recurra con tanta frecuencia á unamoral que es el mismo derecho natural con otronombre, y si el uno es una quimera, la otra noes mas. Seamos ingenuos y digamos la verdad:el hombre sin leyes no tendria obligaciones niderechos: obraria siempre del modo que creyc-ge convenir á su bien estar, y buscaria cons-tantemente el placer mientras una fuerza supe-rior no se lo estorbase, y á esto está reducidatoda la moral tan decantada, á seguir las incli-naciones naturales. Verdaderamente el hombreno tiene mas que una inclinacion natural quese presenta bajo de muchos y diversos aspectos,la inclinacion al placer ó á su bien estar : si enhacer el bien hallaba placer, baria el bien, ysi le hallaba en hacer el mal, baria el mal , sila ley no le impusiera verdaderas obligacionessancionadas con penas y recompensas.

Los códigos pues internacionales no puedenser otra cosa que unas compilaciones diploma-ticas, ó unas colecciones de tratados y pactosentre los soberanos, ó entre las naciones; pac-tos que ordinariamente no se creen obligato-rios, sino mientras no se pueden violar impune-mente, ó mintras hay un interés en observar-

( i18)los. Si estos pactos quieren llamarse leyespodrán las leyes internacionales dividirse comopropone Hentham; pero si á la palabra leyesse iubstituia la de convenciones, se hablariacon mas propiedad, y tambien las convencionespodrian dividirse en convenciones ejecutadas,y convenciones por ejecutar, en convenciones(le paz, y en convenciones de guerra. El dere-cho de Ja guerra, que mas bien que un derechoes en cierto sentido la cesacion de todo derecho,no es en otro sentido otra cosa que una colec-cion de estas convenciones expresas, ó tácitasque observa con religiosidad la parte que nopuede faltar á ellas impunemente; y si entrelos gefes de bandidos se hicieran semejantescolecciones, habria tambien un derecho de ban-didos que se pareceria mucho al derecho de laguerra. Conozco sin embargo un buen efectode este extraordinario derecho, el libro deGi ocio, sin ci cual probablemente no existirianlos libros de Montesquieu, de Beccaria y deBcntham.

CAPITULO XXIV.

Plan del derecho marítimo

EL derecho marítimo tiene muchas par-tes que se refieren al derecho penal, alderecho civil, al derecho militar, y alderecho de gentes.

Cti. XXIV. Plan del derecho marítimo . 11 S.COMENTARIO . . . . . . . 4 . . . . . . 122.

( i18)los. Si estos pactos quieren llamarse leyespodrán las leyes internacionales dividirse comopropone Hentham; pero si á la palabra leyesse iubstituia la de convenciones, se hablariacon mas propiedad, y tambien las convencionespodrian dividirse en convenciones ejecutadas,y convenciones por ejecutar, en convenciones(le paz, y en convenciones de guerra. El dere-cho de Ja guerra, que mas bien que un derechoes en cierto sentido la cesacion de todo derecho,no es en otro sentido otra cosa que una colec-cion de estas convenciones expresas, ó tácitasque observa con religiosidad la parte que nopuede faltar á ellas impunemente; y si entrelos gefes de bandidos se hicieran semejantescolecciones, habria tambien un derecho de ban-didos que se pareceria mucho al derecho de laguerra. Conozco sin embargo un buen efectode este extraordinario derecho, el libro deGi ocio, sin ci cual probablemente no existirianlos libros de Montesquieu, de Beccaria y deBcntham.

CAPITULO XXIV.

Plan del derecho marítimo

EL derecho marítimo tiene muchas par-tes que se refieren al derecho penal, alderecho civil, al derecho militar, y alderecho de gentes.

( 119

)

Penal. Cuando el salteamiento órobo con violencia se comete en el mar, ópor hombres que vienen por el mar á co-meterle, se le da en ciertos casos un nom-bre particular que es el de piratería; peroque estos delitos tengan por teatro la tierraseca, 6 un terreno cubierto de agua, ¿qué'importa? ¿y por qué darles nombres di-ferentes?

° Civil. De las revoluciones que pa-dece este elemento, y de las que ocasiolia,nacen muchos medios de adquirir y deperder. Costas abandonadas, - islas quedeja á descubierto, - efectos naufragadosy arrojados á la orilla:::::: De todo estoresulta un gran número de convencionesparticulares.

Los navíos son al mimo tiempo casasy carruages, y los navíos de guerra soncastillos flotantes. La mar, si se puedeusar de una expresion contradictoria enapariencia, es una especie de inmueble queestá siempre cii movimiento, y cuyo va-lor es cii ciertos parages muy considera-Me, y cii otros ninguno : aquí es fecunda,allá estéril ; aquí es un vivar, alli cubre

( 120 )

prados, y en todas partes es un camino,y un camino que se repara por sí mismo.A grandes distancias es un arenal de-sierto que á ninguna parte conduce, y quenada produce.

Aun no es esto todo el mar es dema-siadas veces un campo de batalla, y poreste respecto el derecho marítimo tieneuna parte comun con el derecho militar.

Al instante se vé la materia que el marofrece al derecho de gentes. El derecho decaza, el derecho de cosecha, ¿ como se lellama cuando se habla del mar, el derechode pesca no puede pertenecer en todaspartes á todo el mundo; y de aquí se sigueque podrian establecer ciertas propiedadessobre el mar como sobre tierra; pero porlo que hace al derecho de paso, este puedeser comun á todos, sin perjudicar á nadie.Resta examinar cómo deben arreglarse to-dos estos puntos por el bien comun.

El derecho marítimo viene á parar enel derecho político por los poderes que seconceden ó los oficiales militares, á losgefes de la marina, almirantes, capitanes,patrones de barcas etc.

( 121 )

Un navÇo es una pequeña provinciaambulante, coltEo la isla de Laputa, ynavío de guerra hay que contiene masgente que tiene ciudadanos la república deS. Marino.

Hasta aquí la distincion entre el dere-cho marítimo y el derecho terrestre_, sise puede usar de este término, no parecehaber estado apoyada sobre fundamentosmuy sólidos. Sin embargo, por las cir-cunstancias particulares en que se hallanlos marinos, conviene que haya leyesaparte, leyes distintas para ellos, y aunserá esto un medio de simplificacion en elcódigo.

Los navíos están expuestos á chocarse6 tropezarse; pero este no es mas que uncaso particular de dafio, 6 tala, en el cualpuede baber,como en cualquiera otro,malafé, culpa mas 6 ménos leve, 6 puro acci-dente. Se pueden hacer algunos reglamen-tos particulares sobre estos puntos, y re-mitir al código de los marinos, 6 contentarsecon recordar en el código general, al txa-tar de los daños, los acontecimientos mascomunes con respecto á los barcos.

TOMO VIL 11

( 122 )

La policía de los puertos puede naturalinente colocarse en este código parti-

cular.

COMENTARIO.

El derecho marítimo tiene una parte de de-recho penal, la ciuc seiala la pena á los delitosque se cometen en el nmr, como la pirateríauna parte de derecho civil, la que sciiala losmodos de adquirir y perder lo que ofrece cimar, como una isla nueva; una parte de dere-cho militar, la que trata de los poderes y obli-gaciones de los que hacen la guerra en el mar;una parte de derecho de gentes, la que señala,extiende d limita la facultad (le pescar ó nave-gar por ejemplo; y una parte tambien delderecho politico, la que confiere derechos yprescribe obligaciones á los que mandan y obe-decen en un navío, que puede considerarsecomo un pequeño estado que se gobierna porsus leyes, y en ci cual aun mas que en tierra,se necesita cuidar del ói-dcii, de la disciplinay de la subordinacion. Conviene PUCS formar!.ul código particular en que los marinos puedanhallar y estudiar fácilmente sus derechos y susobligaciones, y ya hemos dicho que en general,es muy conveniente dividir ci código legal enriiuehos códigos particulares.

Los jurisconsultos romanos creyrou que el

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mar es comun de todos los hombres por derechonatural, de modo que nadie puede apropiarseuna parte de él, ni estorbar la navegac ion y lapesca, y de esta opinion fue tainbien Grociopero Seldeno escribió un tratado lleno de crudicion, para .probar que el mar puede dividirseen propiedades como la tierra. Esta proposcionha sido tratada como una paradoja; pero losvenecianos, sin embargo, se han ercido muchotiempo sñorcs del mar Adriático, los dina-marqueses del Báltico, y los ingleses tienen hoymucho fundamento para creerse señores detodos los mares navegables esto lo que prueba,es la gran confianza que puede tenerse en lassupuestas leyes naturales, y la seguridad de losderechos que no tienen otro apoyo que ellas,y las razones de los jurisconsultos romanos y(le Grocio y Puffcndortf.

CAPITULO XXV.

Flan del código militar.

LAS funciones del militar representanlas de la justicia y las ¿le la policía; tanpronto se trata de prevenir Un mal, tanpronto de castigarlo, y á veces están reu-nidos los dos objetos,

En otros tiempos el derecho militar

CAP. XXV. Plan del código militar. . . . 123.COMENTARIO ..............128.

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mar es comun de todos los hombres por derechonatural, de modo que nadie puede apropiarseuna parte de él, ni estorbar la navegac ion y lapesca, y de esta opinion fue tainbien Grociopero Seldeno escribió un tratado lleno de crudicion, para .probar que el mar puede dividirseen propiedades como la tierra. Esta proposcionha sido tratada como una paradoja; pero losvenecianos, sin embargo, se han ercido muchotiempo sñorcs del mar Adriático, los dina-marqueses del Báltico, y los ingleses tienen hoymucho fundamento para creerse señores detodos los mares navegables esto lo que prueba,es la gran confianza que puede tenerse en lassupuestas leyes naturales, y la seguridad de losderechos que no tienen otro apoyo que ellas,y las razones de los jurisconsultos romanos y(le Grocio y Puffcndortf.

CAPITULO XXV.

Flan del código militar.

LAS funciones del militar representanlas de la justicia y las ¿le la policía; tanpronto se trata de prevenir Un mal, tanpronto de castigarlo, y á veces están reu-nidos los dos objetos,

En otros tiempos el derecho militar

( L2t)

tenia mas conexion que hoy con el civil.Así era en la época de las leyes feudales:los bienes teritorriales servian de sala-rios : la convencion sobre ciertos serviciosmilitares era el principal medio de adqui-rir estos bienes, y la no prestacion deestos servicios era uno de los principalesmedios de perderlos. Cada baron ejerciaun poder casi ilimitado sobre sus desgra-ciados vasallos : todos los derechos fluc-tuaban en la incertidumbre: ¿qué era enaquello; tiempos de anarquía un hombrepoderoso? se le debia llamar soberano 6súbdito, bandido ó militar, magistrado 6tirano? La suerte del pueblo estaba hartobien decidida: era la mas dura esclavitud.

Por muy libre que sea la constituciondel estado, siempre es necesario dar á losdefensores de la patria algunos poderes queejerzan en ciertas ocasiones sobre los pue-blos que tienen que proteger; pero estos po-deres, siempre temibles, lo son mucho mas,si son indefinidos. Se trata pues ante todascosas de encerrarlos dentro de los limitesmas estrechos que el destino de ellos puedapermitir, y de indicar despues estos mis-

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mos limites con la mayor claridad posible;y aunque deban ser ¡Ilimitados en algunoscasos, vale mas enunciar esto en la ley,que guardar un silencio timido. La ocasionmisma que hace nacer este poder, puedeservirle de limites, si no tiene otros : tes-tigo la dictadura de los romanos. Los mis-mos actos, que autorizados por las leyesno harian sensacion alguna, parecerian elcolmo de la tiranía, si fueran arbitrarios:cii el primer caso tendrá-ti un término, yqueda intacto el honor de la ley en elsegundo no se vé qué término deben tener,la autoridad de las leye se pisa y me-nosprecia, y en un sistema completo todopoder que no 'viene de las leyes, es unainfraccion de las leyes. Qui non sub mecontra me.

He aquí un ejemplo : se tendrá cuidadode proveer ái la subsistencia de las tropaspor disposiciones generales, de modo queno se grave ¿i. los individuos ; pero por milaccidentes imprevistos puede suceder, so-bre todo en tiempo de guerra, que falte lonecesario á este 6 al otro cuerpo de tropasgrande 6 pequeño : pues ahora bien, digan

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las leyes lo que quieran, nadie con lasarmas en la mano se dejará morir de hain-bre, si puede procurarse con que vivir.Vale mas mirar con valor esta necesidad,y dar al menor sargento el derecho de ha-cer las requisiciones convenientes, quecallar por miedo; y dejarlo todo á la ca-sualidad y á la violencia. Fuera de forma-lidades refinadas: conceder francamenteá los gefes militares un poder que ellos setomarian en desprecio de las leyes, y re-servaos el justificar los hechos para casti-gar el abuso, é indemnizar á las partesperjudicadas.

El mismo partido debe tomarse respectoá algunos poderes extraordinarios quepuede ser necesario confiar á los coman-dantes para la defensa, ya de los campos,ya de las poblaciones. Llevarse las provi-siones, romper los puentes, cortar los ár-boles, quemarlas casas, mondar las tier-ras: - todos estos extremos pueden sernecesarios, y no lo serian ni mas ni menospor haber sido permitidos auténticamente.No habiendo una permision clara y pre-cisa, tan pronto por despecho se traspasa-

( 17 )i'án los límites de Ja necesidad en detri-mento de los individuos, y tan prontopor temor se tomarán solamente medidasmedias con riesgo de la cosa pública.

He aquí los puntos por los cuales elderecho militar se encadena con el dere-cho penal, y con el derecho civil, y cual-quiera conoce que tiene una continua co-nexion con el derecho de gentes. Convendrápues demostrar estas relaciones con la ma-yor claridad por una serie de remisionesrecíprocas.

Si se trata de operaciones militares, esque hay una ley que ejecutar, una espe-cie de proceso contra los pertubadoresextrangeros del estado; y como el procesoordinario tiene su objeto principal, y SU

objeto accesorio, el proceso militar tieneasimismo los suyos; su objeto principales domar al enemigo: su objeto accesorioes no maltratar al ciudadano pacifico. Conrespecto al primero, indicar los mediosque á él se refieren, sería hacer un tratadodel arte de la guerra, trabajo de que creose me dispensará con gusto. Sin embargo,si en cuanto á las ideas pertenece esto á

( 128 )

los hombres de la profesion, en cuanto almétodo y al estilo, pertenece al legisladorordinario. Por lo que toca á los niediosde conseguir el objeto accesorio, el maseficaz es, como he indicado, el concederuna gran latitud de poderes, justificandotodos sus hechos, y haciendo responsablesá los gefes.

COMENTARIO.

El código militar tendrá una gran parte depolítico : expresará los diversos grados milita-res, sus nombres y distintivos, el uniforme,el tratamiento, los honores, etc. : señalai'& lasatribuciones , derechos, poderes y funcionesde cada oficial, y les prescribirá sus respectivasobligaciones. El poder de los comandantes mi-litares en tiempo de guerra, y en campaña,debe ser muy extendido; porque si se limitrademasiado, se expondria, muchas veces la saluddel ejército, y por consiguiente la de la patria,pero por grande que sea la extension de estepoder, la ley debe determinarlo expresamente,proponiendo en cuanto sea posible los casos ylas circunstancias en que puede tal d tal coman-dante hacer tales ó tales actos : talar las miesesy plantíos, inundar los campos, quemar lospueblos, hacer requisiciones, etc. La ley no

(129)

puede preveer todos los casos y todas las dr-cunstancias posibles ; pero puede dirigir laconducta de los militares por principios y reglasgenerales que se apliquen d todos los aconteci-mientos; y sobre todo convendrá que Ja res-ponsabilidad del comandante sea fuerte y efec-tiva, en proporcion de la extension de su poder,para que respete los límites de este y no abusede *11. Si los comandantes saben que se oirán lasquejas que se dieren contra ellos, que serecibirán informaciones y pruebas, y se harájusticia, buen cuidado tendrán de no abusardel poder y de la autoridad que la ley estáprecisada á darles. Hacer Ja guerra con elmenor daño posible, aun del enemigo, deberáser la primera máxima general que se inspire álos militares , y es un primer principio de lajusticia de la guerra, 6 en Ja guerra no habrájusticia.

Despiies de tratar de. los dre ches y obliga-ciones de los oficiales, tratará tambien el códi-go militar de las obligaciones del soldado y desus derechos, pues tambíen el soldado tienederechos. Parece que en esta parte debe tra-tarse de la disciplina y subordinaciori, y detodo lo que debe saber un soldado para desem-peñar su obligacion, y que en ella debentambien incluirse las leyes ó reglamentos depolicía, cuya ejecucion está encargada á losoficiales: hablo de aquella policía que previenelos delitos y las calamidades, y no de una

( i3o)policía suspicaz y minuciosa que sirve solamentepara hacer triste d insoportable la vida del sol-dado.

La parte penal del código militar debecomponerse con mucha atencion los delitos ylas penas deben caracterizarse de modo que noquede lugar i la arbitrariedad, y ya que elsoldado en campaña no pueda ser juzgado porlos tribunales ordinarios, y por las leyes gene-rales, ¿ por qué no podrá serlo por un jurymilitar? ¿ por qué el ciudadano que expone suvida por la patria ha de ser tratado mdnosfavorablemente que el ciudadano que goza ensu casa de los placeres de la sociedad, protegidoy defendido por el soldado, expuesto siempreá riesgos, penalidades y privaciones? En lainstruccion y substanciacion del proceso militardeben seguirse en cuanto sea posible las reglasmismas que en la instruccion y substanciaciondel proceso ordinario, y nada hallo mas inhu-mano que el derecho de vida y muerte conce-dido á los gefes militares sobre sus soldados.Sea enhorabuena necesaria particularmente laseveridad en el mando de los ejércitos : esto seconcibe fácilmente; pero la severidad que nová acompañada de la justicia, es una puraatrocidad. Fuera de campaña los soldados debenser juzgados par los tribunales ordinarios, ypor las leyes comunes en los delitos que no seanpuramente militares, y la justicia exige que sedestierren, para siempre, aquellas comisiones

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militares , aquellos consejos tic guerra pernialientes, aquellos tribunales axtraordinarios quehacen temblar a la humanidad.

El estilo de las leyes militares debe ser muyclaro, muy sencillo y proporcionado á lasluces comunes cici soldado, y el código militargeneral podria dividirse en códigos particularespara cada clase del ejército, lo que falicitariaá cada uno ci conocimiento de sus obligacionesy derechos peculiares. En fin, para la forma.-Cion de estos códigos, que generalmente sellaman ordenanzas, se debe consultar á milita-res sbios, que í los buenos principios unan laexperiencia, y aun así será muy difícil acertaren la ejecucion de una obra destinada á esta-blecer y conservar el órdcn en medio de losdesórdenes de toda especie, á ciar leyes en lacesacion y silencio de las leyes, y d introdtiirla justicia en ci conjunto (le todas las injusti-cias esto es la guerra. Domar al enemigo, yno maltratar al ciudadano pacifico son los dosobjetos de la guerra ; y las leyes militares sonlos medios de conseguir estos dos fines, 6 masbien las que señalan y prescriben estos medios,

XXXI. Plan del código eclesiástico . 132.

COMENTARIO. . . . . e • . . . . . 134.

(132)

CAPITULO XXVI.

Flan del código eclesiástico

LAS materias del derecho eclesiásticopueden referirse, parte al derecho penal,parte al derecho civil, parte al derechoconstitucional, y aun parte al derechointernacional.

En el catalogo de los delitos hémos vistoun orden compuesto de aquellos cuya ten-dencia es a abusar del motivo de la reli-gion, 6 debilitar su poder en los casos enque ella se emplea en servicio del estado.He aquí por lo penal.

En las mas de las religiones se ha es-tablecido una clase de hombres, cuyo es-tado consiste en cultivar y dirigir en laalma de los otros ciudadanos la influenciade este mismo motivo. Las personas reves-tidas de este estado tienen á veces por Sa-lario algunos bienes raices que, para quepuedan llenar su objeto, estiii sujetos áreglamentos diferentes de los de los otrosciudadanos. Por aquí es por donde el

( 133 )derecho eclesiástico se refiere al derechocivil.

Casi en todas partes se han hecho ane-jos í este estado algunos poderes políticos,ya sobre todo el cuerpo ¿[el pueblo, ya so-bre los miembros mismos de la herman-dad, 6 corporacion. He" aquí lo que toca alderecho constitucional.

Los principios que deben arreglar sussalarios son los mismos que los que debenarreglar todos los otros servicios del es-tado. Esto toca á las leyes remuneratorias.

Cocediendo i esta clase algunos dere-chos y poderes, y sometiéndola á ciertasobligaciones, se la ha podido sujetar tam-bien í ciertas incapacidades. Estas inca-pacidades son i veces civiles, como laprohibicion del matrimonio, y a veces po-líticas, como la exciusion de ciertos em-pleos militares, públicos 6 judiciales.

Puede suceder que la clase eclesiásticade un pais tenga un gefe extrangero, yque el soberano político permita estegefe extrangero ejercer algunos poderes enmateria de religion, y puede ser que estospoderes que ejercen algunos extrangeros,

Tomo Vi!. 12

( i34)estén entre las manos de un gran pontífice,ó residan en una asamblea como los con-cilios etc. etc. He aquí la conexion deeste código con el derecho internacional.

En esta parte, los principios que debenguiar al legislador, son en corto niimero,en el derecho penal tolerancia: en el de-recho político sumision :11 soberano: igual-dad con los otros ciudadanos, y si es po-sible entre ellos mismos; y por lo que miraá los salarios, economía.

COMENTARIO.

Yo no veo la necesidad de un código clesis-tico particular en un estado en que ci clérigosea lo que debe ser un ciudadano con losmismos derechos y las mismas obligaciones quelos demas ciudadanos, consagrado al serviciodel pueblo en cierto ramo de la administraciQu-pública , á la manera que un maestro, unmagistrado , etc. Un clero sin bienes y sinprivilegios, asalariado por el gobierno á quiensirve, como los otros mandatarios de la auto-ridad soberana, podria hallar sus derechos ysus obligaciones en ci código de las leyes, comolos hallan el maestro y el magistrado, paracuyas clases no se hacen códigos particulares.Estos códigos eclesiásticos han contribuido mu-

(i35)cho á fortificar la idea de que ¡os clérigoscomponen dentro de la nacion un cuerpo apar-te, exento de todas las cargas sociales, de lasleyes y de los tribunales que pesan sobre lociudadanos en general : un cuerpo que gozade todos los beneficios de la asociac.ion política,sin participar de los gravámenes : un cuerpoen fin que vive con los miembros del grancuerpo del estado en una especie de sociedadleonina.

Los delitos contra la religion, que son losactos por los cuales se abusa de los motivos dela religion, ó se debilita la fuerza de la sancionreligiosa, auxiliar de las sanciones política ypopular ; estos actos, digo, son delitos cornolos otros, porque son contrarios al principiode ¡a utilidad, y las penas de ellos deben estardeterminadas por las leyes penales comunes, yno por un código eclesiástico particular; por-que estos actos no pueden ser delitos, y porconsiguiente castigarse, siso por la influenciaque tienen sobre la suerte de los ciudadanos,por el mal que causan á la sociedad, porqueestán proscriptos por el gran principio de lautilidad que debe dominar exclusivamente so-bre toda la legislacion. Jo veo pues (vuelvoá decirlo) la necesidad de un código eclesiás-tico, y si se hace preciso, no deberán olvidarseen il los principios que Bentbam nos enseña alfin de este capítulo, tolerancia : sumision:igualdad: economía.

C'. XXVII. Plan de las leyes remunera-torias . . • . . , • • . . . . . i36.

CO3&TARIO . . . . . . e • • . . • • 159.

( i36)

CAPITULO XXVII

Flan de las leyes remuneratorias.

EL sistema de estas leyes no puedetener un plan que le sea peculiar. Se ha-llan sembradas aquí y allá en el códigepenal, sin alguna correspondencia regularcon los delitos; porque no se puede apli-car una recompensa á todas las leyes ,como se las aplica una pena. El placer,es decir, el que está á la disposicion dellegislador, es un móvil cuya fuerza esdemasiado precaria, y cuya cantidad dis-ponible es demasiado pequeia para hacerdepender de él unos objetos de primeranecesidad. Es un auxiliar útil, pero parael servicio de las leyes se necesita unafuerza regular y permanente, tal cual so-lamente puede hallarse en las penas. Larecompensa sola apénas puede servir paramas que producir algunos servicios ex-traordinarios, algunas obras de superero-gacion. A veces una misma ley principaltiene por apoyo dos leyes subsidiarias denaturaleza opuesta; la una punitiva en

( 137 )caso de desobediencia, la otra remunera-tiva en caso ¿te sumision, As¡ una ley sábiaque manda á cualquiera que tenga noticiade un delito, revelarlo al magistrado,amenaza con una pena al que le oculta, ypromete una recompensa al que le descu-bre. A veces es la recompensa la que se pre-senta al frente, y la pena está, por decirloasí, puesta en la retaguardia para sostener-la De este modo cuando se quieren licuarciertos empleos onerosos, se les señala unsalario, para mover i algunas personas áencargarse de ellos voluntariamente; perosi este medio no alcanza, es preciso usarde la fuerza. Para tener soldados y mar¡--neros se empieza por las gratificaciones,y se acaba por los alistamientos forzados.

Las leyes que adoptan y sancionan lasconvenciones y otras disposiciones de bie -nes entre particulares, son unas especiesde leyes remuneratorias, en los casos enque estas convenciones y estas disposicio-nes tienen por objeto algunos servicioshechos ¿ que deben hacerse.

Poi este respecto las leyes remunerato-rias pertenecen al derecho civil.

12

( i38)El campo mas vasto para el sistema

remuneratorio es la economía política.—La instruccion pública puede tambien ha-cer un grande uso de l. ¡ Cuán preferiblesson los medios, en la formacion de la ju-ventud, que elevan la alma, y dan al en-tendimiento la elasticidad del placer, á losque la entristecen, la acostumbran á obrarsolamente por miedo!

Las recompensas se distribuyen ya envirtud de leyes generales y permanentes,ya segun la voluntad de los que gobiernanlos fondos de ellas. Una recompensa quese da sin haber sido prometida, se pareceexactamente en la forma á lo que en lopenal se llama una ley ex post factum.Digo en la forma, porque en lo demas,todo el mundo conoce desde luego queuna ley penal dada despues del hecho, esuna injusticia horrible, y que una recom-pensa en el mismo caso es precisamente locontrario. Si se aplica bien, es un actotanto mejor entendido por el gobierno,cuanto se parece á una invitacion generalá todos los individuos á extender sus ser-vicios á todos los objetos de utilidad, sin

(139)temor de perder sus anticipaciones en elcaso de buen éxito.

COMENTARIO.

Para el sistcLna de las leyes remuneratoriasno puede darse un plan particular. Las recom-pensas se hallan esparcidas en el código penalen seguida de cada ley, cuando el legisladorha tenido por conveniente servirse de ellascomo medios auxiliarios de las penas. La recom-pensa entónces será una parte de la sancion,y una parte que puede ser muy útil; pero esimposible aplicarla como medio principal á to-das las leyes , así como se puede aplicar la pena;lo primero porque no es posible que el- legis-lador tenga medios para recompensar todas lasacciones conformes á la ley, como tiene paracastigar todas las acciones contrarias á ella; ylo segundo porque aun cuando fuera posible,aun seria mas difícil hallar la proporcion entreel servicio y la recompensa, que entre el de-lito y la pena , y la injusticia seria inevitable.La recompensa es placer, y la pena dolor; y esindudable que el legislador tiene á su dispo-sicion una cantidad mayor de dolor que deplacer, y que puede hacer á un individuo mu-cho mas mal que bien: Por otra parte, haymuchas leyes en cuya sancion no es posibleservirse de las recompciias, ni aun como me-

( i4o)dios auxiliatorios, y tales son todas las leyes quecrean algunos delitos positivos muy graves, óque ordenan abstenerse de actos perniciososmuy extraordinarios. La ley que prohibe ma—tar • por ejemplo, no es susceptible de sancionremuneratoria; porque siendo tan pocos loshombres homicidas en comparacion de ros queno lo son, sería imposible hallar recompensaspara todos estos, y la ley seria inejecutable. Locontrario sucede en las leyes que crean los de-litos negativos, los cuales consisten en no hacerun acto ordenado por la ley : en estos casos larecompensa puede ser muy útil, y mas si esacompafiada de una pena. Supongámos que laley ordena que todo ciudadano que tenga no—ticia de un asesinato lo denuncie al juez: notiene duda que en este caso podria ser muyútil ofrecer una recompensa al denunciador,y amenazar al mismo tiempo con una pena alque, teniendo noticia del delito, no la diese aljuez. Las recompensas son sobre todo utilísimaspara promover servicios muy extraordinariosy acciones de grande utilidad que no puedenejecutarse sin riesgo; y puede tambien sacarseun gran partido de ellas en favor de las artes,de la industria y de las ciencias, ofreciendopremios proporcionados á los que hagan en ellasprogresos y adelantamientos Ventajosos.

CAP. 3(VJII. Economía política. . . . . 141.

COMENTARIO . . 7 . . . 4 142.

(i4i)

CAPITULO XXVIIL

Economía política.

LA distincion expresada por la palabra8cofloTnha., se aplica mas bien í una ramade la ciencia de la legislacion, que á unadivision de las leyes, y es mucho mas fá-cil decir qué rama de esta ciencia se llamaeconomia politica, que decir qué leyesson leyes económicas.

Los medios mas poderosos para aumen-tar la riqueza nacional, son los que man-tienen la seguridad de las propiedades, yfavorecen suavemente su egalizacion. Estees el objeto del derecho civil y penal : lasprovidencias que se encamiuáran á au-mentar la riqueza nacional por otros me-dios que la seguridad y la igualdad, po-drian considerarse como pertenecientes ála clase de las leyes económicas, si lashay tales. Puede muy bien decirse quehay una ciencia distinta de cualquieraotra, llamada economía política; porqueel entendimiento puede considerar abs

( 142 )

tractamente todo lo que concierne á lariqueza de las naciones, y hacer de ellouna teoría general; pero yo no veo quepueda existir un código de leyes de eco-nomía política distinto y separado de todoslos otros códigos. La coleccion de las leyessobre esta materia no sería otra cosa queun monton de retazos imperfectos, saca-dos indistintamente de todo el cuerpo dela legislacion.

La economía política, por ejemplo, serefiere a las leyes penales que creanaquellas especies de delitos que yo hé lla-mado Milo8 contra la pobkzcion y deli-tos cantra la riqueza nacional.

La economía política se halla ligada conel derecho de gentes por los tratados decomercio : á las rentas públicas por losimpuestos, y sus efectos sobre la riquezanacional etc.

COMENTARIO.

Si por leyes económicas se entienden todaslas que contribuyen a aumentar la riqueza na-cional, es claro que no puede haber otro có-digo de leyes cconóinicts, que el código gene-

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ral de las leyes; porque todas, protegiendo lapropiedad y la seguridad, contribuyen mas ómenos al aumento de la riqueza pública, quees el resultado necesario de las riquezas indi-viduales. Propiedad, seguridad, libertad, igual.-dad, son los objetos de la ley en general ,y elpueblo que goce de estos bienes, será tan ricocorno sus circunstancias físicas se lo permitan.

Dejar libre y expedita la accion del interésindividual; facilitar medios de comunicacionpara los productos del trabajo ; dar al hombreseguridad de que lo que gane será exclusiva-mente para él; en una palabra, remover es-torbos físicos y morales, es todo lo que ungobierno puede hacer para aumentar la ri-queza nacional: las leyes directas son de pocautilidad, y frecuentemente producen un efectocontrario al que se busca.

Los delitos que en otra parte liemos llama-do delitos contra la poblacion., y delitos contrala riqueza nacional ,podian tainbienllamarse de-litos contra la economía política; porque atacandirectamente las fuentes de la riqueza; pero enrealidad todo acto que ataca la propiedad, laseguridad, la igualdad y la libertad, es undelito contra la riqueza nacional. Esto no es-torba que la economía política no sea unaciencia distinta de todas las otras, corno dicemuy bien nuestro autor; pero estorba que existaun código particular de leyes económicas, dis-tinto de los otros códigos. Si hubiera de for-

( i44)marse un código semejante , deberia estar re-ducido á estas dos leyes: i cualquiera ciuda-dano podrá entregarse al ramo de industria ótrabajo que le parezca mas provechoso : 2` todociudadano es dueño absoluto de lo que adquierepor un medio legitimo, y puede hacer de elloel uso que le parezca, con tal que no ofendalos derechos de los otros.

CAPITULO XXIX.

Flan de un código de rentas.

LA materia de este código tiene relacionen parte con el derecho civil, en partecon el derecho penal, en parte con el de-recho constitucional, y en parte con elderecho internacional.

Las condiciones á que se sujetan laspropieWoo 6 la industria por causa de losimpuesto, pertenecen al derecho civil. -Por lo que mira á las obligaciones de loscontribuyentes, el derecho de rentas serefiere al derecho penal, y á aquella espe-cie de delitos que yo llamo, no pago 6insolvencia de impuestos. - Por lo quetoca 1 108 derechos y obligaciones de losempleados en este ramo de la administra-

CAP XXIX. Plan de un código de rentas 144.COIIENTARJO. . . . . . . . . . . . . . . 148.

( i44)

niarse un código semejante , debería estar re-ducido á estas dos leyes: i cualquiera ciuda—dano podrá entregarse al ramo de industria 6trabajo que le parezca mas provechoso : f todociudadano es dueño absoluto de lo que adquierepor un medio legítimo, y puede hacer de elloci uso que le parezca, con tal que no ofendalos derechos de los otros.

CAPITULO XXIX.

Flan de un código de rentas.

LA materia de este código tiene relacionen parte con el derecho civil, en partecon el derecho penal, en parte con el de-recho constitucional, y en parte con elderecho internacional.

Las condiciones á que se sujetan laspropieWeo 6 la industria por causa de losimpuestos, pertenecen al derecho civil. -Por lo que mira á las obligaciones de loscontribuyentes, el derecho de rentas serefiere al derecho penal, y á aquella espe-cie de delitos que yo llamo, no pago 6insolvencia de impuestos. - Por lo quetoca ái los derechos y obligaciones de losempleados en este ramo de la administra-

( i45)cion el derecho de rentas esta ligado conel derecho constitucional, y algunas vecescon el derecho internacionaL

La percepcion de los impuestos es, conrespecto á su imposicion, lo que en losjuicios son las formas con respecto al dere-cho substantivo : lo uno corresponde alqué, lo otro al como, Las rentas tienensus leyes indirectas, como sus leyes di-rectas : estas consisten sencillamente endecir pagad tal impuesto en tal ocasion;las indirectas son relativas á las precau-ciones que se toman para impedir que losindividuos se substraigan al pago de losimpuestos Si las leyes fiscales son gene-ralmente tan complicadas, es por causade las que recaen sobre los delitos acce-sorios.

Por lo que toca d Jos principios quedeben seguirse en el arreglo de los impues-tos, estos son tina parte de Ja economíapolítica. Un tratado sobre las rentas pú-blicas deberia empezar por dos tablas

a tabla de todos los inconvenientes quepueden resultar de todas las especies po-sibles de impuestos: 2a tabla de todos los

TOMO VII. 13

( i46)impuestos colocados en el órden mas có-modo para facilitar la comparacion deellos, y manifestar las cualidades particu-lares de cada uno.

Primer objeto de las rentas : Hallardinero sin violencia, y sin hacer sentir ánadie la pena de pérdida y de privacion (»•

Segundo objeto: hacer de modo que estaperla de violencia y de privacion quedejeducida á su menor término posible. 7r—cer objeto: Evitar el producir males ac-cesorios á la obligacion de pagar el im-puesto.

Un objeto esencial en un tratado derentas, es simplificar su lenguage, des-terrar de él las expresiones falsas, metfo-ricas y obscuras, y reducirlo todo á laclaridad y á la verdad. Es increible cuantohan contribuido los términos técnicos ácubrir los errores, disfrazar la charlata-

(1 ( Muy raras veces se puede lograr este objeto. ElCanton do Berna no cobraba impuestos, y se nianteniacon sus propiedades; pero este era un caso casi único,y tal vez no deberia desearse que fuese general. Enaquellos gobiernos en que el pueblo ninguna parle tiene,la necesidad de conservar la solvencia de los contribu-yentes es para ellos una especie de salva—guardia.

( 1'I7

)

nería y limitar la ciencia & un pequeont'uneio de adeptos que han hecho de ellauna especie de monop6lio. El conocimientode esta gerigonza se ha hecho un signocabalístico por el cual se conocen eiitre slos asociados, y las obscuridades del len-guage han servido á los publicanosrcurentistas para engaiiar á los simples hastacierto punto sobre algunos actos horribles.Dicen por ejemplo, una re/encLoji, y nouu robo. Esta delicadeza de estilo estámuy bien en materias de cortesía masvale decir que un ministro se ha retirado,que no que ha sido despedido; pero cuandose trata de los principios de la legislacion,es menester usar de la palabra propia, dela palabra que expresa el verdadero he-cho sin algun rodeo.

¡Cuántas cuestiones hay que parecenmuy difíciles de resolver, y ami indiso-lubles, porque se usa cii ellas de vocesque nada expresan, ó solo expresan ideasfalsas!

( z48)

COMENTARIO.

El código fiscal 6 de rentas se compondráde leyes directas y de leyes indirectas: las di-rectas determinan la cantidad que cada con-tribuyente debe pagar, la época y el modo delpago; y las indirectas son las que establecenlas precauciones oportunas para que ninguncontribuyente deje de pagar lo que le corres-ponde. Entre estas últimas pueden contarse lasque seaan los poderes y las obligaciones delos oficiales ó empleados de rentas; y por estaparte pertenecen al derecho constitucional,como las que prescriben las obligaciones de loscontribuyentes pertenecen al derecho penal.

Ya que no es posible hallar el dinero nece-sario para desempeñar las cargas públicas sinimponer á los ciudadanos alguna privacion,deberá hacerse i lo ménos que esta privacionsea la menor posible, lo que se logrará esta-bleciendo un sistema de contribuciones claro,sencillo y económico, de manera que el con-tribuyente sepa lo que ha de pagar, cuándolo ha de pagar, y por qué lo paga; y á ex-cepcion de una pequeña parte absorvida porlos gastos indispensables de administracion,todo lo deinas se aplica á los objetos de uti-lidad general á que está destinado. Las leyesfiscales se propondrán tambien el objeto dePrevenir los males accesorios, ya que ci mal

( 149 )principal de pagar el impuesto sea inevitable,y esto lo conseguirán castigando con una justaseveridad las vejaciones y molestias gratüitasque los agentes del fisco causen á los contri-buyentes, los cuales aun sienten mas estos ma-les accesorios, que el principal, porque Cono-cen la necesidad de este , y que los otros po—drian evitarse.

CAPITULO XXX.

Flan de 8ubstanciacion.

PARA coordinar las materias de subs-tauciacion, se deben tener á la vista cuatroprincipios: lo órden de los delitos que setrata de combatir, 6 de los derechos nocumplidos que se trata de hacer cumplir.20 Orden de los fines que pueden buscarsecombatiendo los malos efectos de cada de-lito. 30 Orden cronológico de las diligen-cias que pueden hacerse por una parte yotra en la prosecucion de estos fines.4° Poder qi,ie debe ejercerse provisoria-mente para asegurarse de la ju8ticiabili-dad del acusado.

i° Se empezará pues por el sistemai3

CAP. XXXI Plan de substanciacion. . . . i49.COMENTARIO . • . . • • • . . . . . 152.

(149)principal de pagar el impuesto sea inevitable,y esto lo conseguirán castigando con una justaseveridad las vejaciones y molestias gratúitasque los agentes del fisco causen á los contri—buyentes, los cuales aun sienten mas catos ma-les accesorios, que el principal, porque Cono—cen la necesidad de este , y que los otros po—drian evitarse.

CAPITULO XXX.

Flan de 3ubstanciacion.

PARA coordinar 1a8 materias de subs-tancia clon, se deben tener á la vista cuatroprincipios: i órden de los delitos que setrata de combatir, 6 de los derechos nocumplidos que se trata de hacer cumplir.20 Orden de los fines que pueden buscarsecombatiendo los malos efectos de cada de-lito. 30 Orden cronológico de las diligen-cias que pueden hacerse por una parte yotra en la prosecucion de estos fines.4° Poder qie debe ejercerse provisoria-mente para asegurarse de la juetieiabili-dad del acusado.

i" Se empezará pues por el sistema

( iSo)de substauciacion que conviene á cadadelito.

° Detener, inc1emnizar, prevenir:estos tres objetos del legislador producentres ramas distintas : substanciacion adconzpescencluin (1) ad compensandurn,ad pre-'enienduin. Estas tres ramas notienen lugar en todo delito, como es fácilde ver ensayándolos uno á uno.

En cuanto á las precauciones para so-meter la parte á la justicia, pueden ha-cerse dos cosas; asegurarse de la personadel acusado 6 de sus bienes, - 6 admi-tirle zí dar fianza. La necesidad de estasprecauciones se mide por Ja intensidad dela pena; porque la pena aneja al delito deque se le acusa, puede ser tal que prefi-riera indemnizar á sus fiadores, ó dejarlospadecer en su lugar, á exponerse á ella.En este caso no puede haber otra segur¡-

(i) La famosa ley inglesa de habeas corpus es unejemplo ¿Le la substanciacion ad compescendum en losdelitos contra la persona. Lo que la hace famosa es quecomo los ministros que obran por órden del rey estánsujetos á ella como los otros, no hay prision arbitraria.La accion ad exhibendum del código Federico produceun efecto semejante con respecto á las cosas.

(i5i)dad que la de su persona; pero si es decreer, ya segun sus bienes, ya por losotros motivos de su residencia, que quer-ria mas exponerse á sufrir la suerte desu causa, que substraerse á ella por la fuga,entonces la prision sería un rigor inútil.No es tanto la naturaleza del delito cuantola responsabilidad del acusado lo que debedeterminar estas precauciones; se pren-derá á un hombre sin bienes, y sobre todo,. un extrangero, en el mismo caso en que

no deberia prenderse á un hombre rico, óun domiciliado; no porque el extrangero

deba ser mas maltratado que el naturaldel país, y el pobre mas que el rico, sinoporque las circunstancias de los unos ofre-cen una garantía, que no presentan la delos otros. Solamente la necesidad puedeautorizar aun el grado mas pequeño deviolencia.

La distincion entre juicio criminal, -juicio correccional y civil puede conser-varse ó expresarse en otros términosjuicio de rigor, - juicio de ménos rigor,- juicio sin rigor.

El código de substanciacio.n quedará

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bien abreviado por 812 distribucion en ti-tulos generales, y en en títulos particu-lares.

Todos los delitos en que pueda seguirsela misma substanciacion se pondrán jun-tos, y se designarán por un título comun.

La accion penal se refiere directamenteá algunos delitos: la accion petitoria, lla-mada comunmente accion civil, se re-fiere directamente & algunos derechos, éindirectamente & algunos delitos.

Se tendrá cuidado de componer algunasfórmulas para todas las cosas que son sus-ceptibles de ellas, es decir, para todo loque en el curso de la instruccion puedehacerse por una xegla general.

COMENTARIO.

El lector probablemente pensaba hallar eneste capítulo mas de lo que ha hallado; á loinnos á mí así me ha sucedido; porque yome prometía que Bentham me ensefiase í JonunoS algunos de los principios elementalesen que deben fundarse las leyes de substan-ciacion tan interesantes para la inocencia, ypara la administracion de la justicia, y se con-tenta con pasar sobre esta materia esencialisi-

i53)ma como sobre brasas d sobre espinas. Yo barcuanto pueda por suplir esta falta, y acaso so-lamente conseguiré hacer sentir mas t mis lec-tores ci descuido de l3entham : no importa.

Prescindiendo de si con efecto puede divi-dirse la substanciacion 6 el juicio en las tresramas ad compe.scendum, ad compensandum,ad puniendum, y de si este mal latin se po-dna traducir bien en una lengua corriente;Jo cierto es que el legislador debe proponersetres objetos en una ley penal, contener 6 pre-venir, indemnizar y castigar. Este es el tripleobjeto de la ley penal; pero la ley de subs-tanciacion no se propone mas que un objetoúnico y sencillo, que es la ejecucion, la ob-servancia 6 la aplicaciori de la ley penal enun caso dado. Entre una y otra hay esta grandiferencia, que la ley penal trata de un de-lito futuro, del delito que puede suceder, yla ley procesal 6 de substanciacion de un de-lito ya sucedido. Esto supuesto, ¿ qué mediosdeben emplearse para que la ley penal no seaeludida, y tenga su perfecta ejecucion? Es-tos medios son la materia del código de subs-tanciacion.

Este debe empezar por Ja organizacion delos tribunales que han de conocer de los deli-tos, determinando los poderes 6 los derechos,y las obligaciones de los jueces ;porque parecemuy natural que dntes de hablar del juicio sehable del juez que le ha de substanciar y con-.

( iM)cluir. Aqui se tratará de las diferentes especiesde jueces y tribunales, de sus respectivas atri-buciones ; pero nótese que mi autor solamentetrata de lo que debe contener el código de subs-tanciación, y yo no debo detenerme i tratarde lo que me parece mas conveniente en cadapunto, y me dci cudria muy fuera de propósitoá manifestar mi opinion sobre la organizacionde los juzgados criminales, del jury, de losjueces de instruccion, etc. y debe tambien te-nerse presente, que solamente se trata del pro-ceso ó juicio criminal, sin embargo de que lala inscripcion del capitulo, podria hacer pensarque iba en él d tratarse de substanciacion detoda especie de juicios.

El primer paso del juicio criminal, es laa'vcriguacion de la existencia del delito, que esJO que en la lengua del foro se llama cuerpodel delito, porque ántes de buscar un delin-cuente, es necesario tener la seguridad de queha habido un delito; por lo que dicen muybien los escritores de jurisprudencia penal, queel cuerpo del delito es la base y el fundamentodel juicio criminal. Nc bastará que haya algu-nos motivos mas ó menos probables para pen-sar que el delito se ha cometido; es necesariala certeza ; porque mas vale cxponorse al ries-go de dejar impune un delito, que al de mo-lestar á un ciudadano inocente por un delitoimaginario; y mas cuando en un delito noaveriguado, aunque haya existido, no puede

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la impunidad producir los malos efectos queproduce en un delito cuya existencia está bienprobada, sobre todo, si es conocido' su autor.Ud leido haber sucedido , que habiendo, desa-parecido un hombre, se le ha creido asesinado,teniendo por suyo un cadáver que se hallótodo desfigurado, y que presentándose fuertesindicios contra un individuo que se sabia serenemigo del muerto, el infeliz sufrió la penacapital; luego se presentó el que se creia ase-sii;ado, pero el mal hecho , ya no podia reme-diarse. Si esto no ha sucedido , no es imposibleque suceda, y la ley prevendrá estos aconteci-jnientos funestos, no solamente mandando queantes de proceder á otra cosa haya de constarel delito , sino determinando las pruebas y cir-cunstancias que deben intervenir para que eldelito se tenga por su(icientenente probado;de manera, que en este punto importantísimonada se deje á la arbitrariedad del juez, quepodria abusar de su autoridad,si se le permi-tiera proceder y molestar á los ciudadanos pordelitos supuestos ó inciertos.

Aunque esté recibido el juicio por jury, elmas sábio, el mas liberal de todos los juicios,y ci mas favorable á la inocencia, debe ponersemucho cuidado en no proceder contra un ciu-dadano , sin que preceda la averiguacion de laexistencia del delito; porque ci jury absolverásin duda al acusado cuando no conste la exis-tencia del delito de que se le acusa; pero en-

i56)tretanto ha sufrido muchos meses de una pri-sion que puede haberle producido la ruina desu salud d de sus bienes, y tal vez su múgery sus hijos inocentes han arrastrado una vidamiserable, si no han buscado en el delito losmedios de subsistir.

Una vez probada la existencia 6 el cuerpoM delito, se trata de buscar al autor de él:el juez toma todas las noticias y todos los infor-mes, y dá todos los pasos que pueden conducirleá este importante descubrimiento; pero sinsepararse una línea del camino y de los mediosque le indica la ley, porque no debe serlepermitido intentar averiguaciones caprichosasó parciales con que inquiete y moleste á losciudadanos. Cuando de estas averiguacioneslegales resultan contra algun individuo ciertosindicios, presunciones , 6 probabilidades de cul-pabilidad, el juez deberá asegurarse de supersona para no aventurar la ejecucion de laley; pero para asegurarse de un hombre, nosiempre es necesario reducirle á prision, ybasta muchas veces que dé la fianza que losjurisconsultos romanos llaman judicio sisti, etjudicatum solvere : esto es, de presentarse aljuez siempre que se le ordene, y someterse á lasentencia que se pronuncie en su causa.

Bentham explica perfectamente las circuns-tancias en que debe recibirse la fianza, lo quedepende, no tanto de la naturaleza del delito,cuanto de la responsabilidad del reo presu-

( 157 )mido, y de la calidad de la pena que se leha de imponer, si se le prueba el delito de quees sospechoso. En general siempre que sea cier-to que el procesado, substrayéndose al juiciopor la fuga, se impondria á sí mismo unapena mayor que la que ci juez podria impo-nerle por su sentencia, no se le debe privarde la libertad encerrándole en una prision;pero la ley debe expresar terminantementey con la mayor claridad las razones y circuns-tancias que deben concurrir para decretar laprisiori de un ciudadano; de modo que lalibertad individual de aste no dependa delcarácter, de la lógica, de los caprichos y delas pasiones del juez. Merece sin duda la apro-bacion del jurisconsulto filantrópico la ley deEspaia que ordena que un preso sea puestoen libertad bajo fianza, si despues de haberlerecibido la confesion aparece que al fin delnegocio no se le podrá imponer pena corporal.Esta ley parece fundada en el principio quedejarnos sentado, y aun en algunos casos cornoen el de estupro que no está acompañado deviolencia, podrá el acusado recobrar la libertadsin necesidad de dar fianza, si por sus circuns-tancias personales no puede hallarla,, y bastaráque ofrezca la seguridad que se llama caucionjuratoria, es decir, bastará que el reo prometacon juramento que comparecerá ante el juezsiempre que sea llamado, y cumplirá la sen-tencia. En esta parte del código de substancia-

TOMO VII.

( t58)cion, deberá tambien declarar el legislador losmotivos por qué un preso puede ser privadode comunicacion, el tiempo que puede duraresta privacion, que nunca debe prolongarseiiiucho, si alguna vez es necesaria , etc.; por-que nada en esta parte debe haber arbitrario;y nada hay mas inhumano que el confiarácarceleros desapiadados la suerte y el trata-miento de los hombres que deben guardar, yque aun no son delincuentes, aunque la leyhaya tenido motivo para desconfiar y asegu-rarse de ellos.

Puesto el proceso en estado de acusacion, esdecir, despues de haberse dado las pruebas,se oirá al acusador, cuyas funciones expresarála ley , y luego al acusado á quien se dejará todala latitud posible en su defensa. En España elfiscal, que es el acusador público, habla des-pues del acusado, de manera que este tieneque responder áutes que se le pregunte, y adi-yinar los argumentos que se propondrán contraél para darles solucion ántes que se le propon-gan. ¿ Qué nombre podrá darse á una formaque invierte de un modo tan absurdo el ordennatural? En Francia el último que habla es elacusado , y así las últiirias impresiones quereciben los jueces son favorables á él todo enel juicio favorece al acusado todas las dudasse deciden en favor de él; pero en España lasforuias del juicio criminal favorecen en generalal acusador hasta ci punto de concederle contra

159 )ci transcurso de los términos legales ci beneficiode la restitucion in integrum de que gozan losmenores de edad, y que se niega al acusado,concediéndole únicamente corno una especie degracia que pueda aprovecharse de las proroga-ciones de términos concedidas al acusador. Bas-ta insinuar estos absurdos para inspirar elhorror que merecen.

Las pruebas de los delitos deben estar deter-¡DiDadas por la ley, cuando los j ueces son legi s-tas que tienen por oficio juzgar : entonces laconviccion moral del juez no será lo mismoque la conviccion legal no bastará para con-denar que el delito esté probado de cualquieramodo, sino que es necesario que lo esté delmodo que las leyes quieren que se pruebe, yasí conviene que sea cuando la suerte del acu-sado depende de, un solo hombre, ó de un cortonúmero de hombres, que acostumbrados d veren cada acusado UU delincuente, no son escru-pulosos en condenar ; pero en ci juicio porjury, el convencimiento moral y el legal sonla misma cosa ci jurado convencido, no im-porta cómo, juzga segun su conciencia, y nosegun la conciencia de la ley que no necesitaconocer, y que acaso coriveiidria que nunca,conociese; la inocencia mas timida no puededesconfiar de tinos hombres de bien, que nojuzgan por oficio, que sienten verse en la ne-cesidad de juzgar, y que, no estando OCOSUITi-

(i6o)brados á pensar mal de los hombres, siempre seinclinan á favor del acusado. En esta parte delcódigo de substanciacion se tratará de los testi-gos, sus calidades, sus tachas, y se darán lasfórmulas del juramento ; de la declaraciondel acusado; de los reconocimientos y examenesde peritos; y en una palabra, de todo lo rela-tivo á la prueba, que es la parte mas importantedel juicio, como que de ella depende la suertedel acusado.

Sigue la sentencia que termina el juicio: laley expresará cómo debe pronunciarse cómo,á qué tribunal, y en qué término se puedeapelar de ella, y cómo debe ejecutarse. Lasentencia tendrá una fórmula determinada, yen general debe cuidar el legislador de com—poner fórmulas para todas las cosas que seansusceptibles de ellas ; porque estas fórmulascontribuyen á la brevedad, á la precision y ála claridad. No me ha parecido necesario expre-sar que los juicios deben ser públicos; porque¿ quién puede ignorar que cl secreto es ci ene-migo mas temible de la justicia y de la ¡o-cene¡¡? Nada puede dar mas seguridad á unacusado que la publicidad de los procedimien-tos contra él: el público lo toma bajo su pro-.teccion, y es juez incorruptible de sus jueces,que no podrán dejar de temerle todos losciudadanos tienen derecho á saber por quéuno de ellos es acusado, y tal vez condcnadn;

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y acaso no se equivocará quien piense que lapublicidad de los juicios criminales contribuyetanto como la pena a prevenir los delitos.

Hé concluido lo que me ha parecido deberdecir para suplir la inexcusable negligencia deentham en este articulo, y solo aadiré que

la ley debe fijar los términos de los procedi-mientos judiciales, haciéndolos lo mas brevesque sea posible , sin perjucio de la defensa delos acusados y de la verdad que se busca; y quesegun una observacion de Montesquieu, muydigna de di, vale mas que el legislador se excedaen multiplicar las formas de los juicios que enrninorarlas; porque encierran á la autoridaddel juez dentro de ciertos limites que no puedetraspasar, sin que el abuso se manifieste al ins-tante por la falta de forma que se echa deindnos, estorban la arbitrariedad y protegen ála inocencia sin perjuicio de la justicia y dala ley.

CAPITULO XXXI

De la integridad del cuerpo de derecho

No basta que un cuerpo de derecho estébien redactado con respecto á su exten-sion, sino que es necesario tambien quesea completo. Para esto era preciso que

Cu. XXXI. De la integridad del cuerpode derecho..... ..... 161.

COTXNTA1UO. .......... . . . . 169.

(i6i )y acaso no se equivocará quien piense que lapublicidad de los juicios criminales contribuyetanto como la pena á prevenir los delitos.

lié concluido lo que inc ha parecido deberdecir para suplir la inexcusable negligencia de&ntham en este articulo, y solo aüadird quela ley debe fijar los tdrminos de los procedi-mientos judiciales, haciéndolos lo mas brevesque sea posible , sin perjucio de la defensa delos acusados y de la verdad que se busca; y quesegun una observacion de Montesquieu, muydigna de di, vale mas que el legislador se excedaen multiplicar las formas de los juicios que enminorarlas; porque encierran á la autoridaddel juez dentro de ciertos limites que no puedetraspasar, sin que el abuso se manifieste al ins-tante por Ja [alta de forma que se echa deme'nos, estorban la arbitrariedad y protegen áJa inocencia sin perjuicio de la justicia y deJa ley.

CAPITULO XXXI

De la integridad del cuerpo de derecho

No basta que mi cuerpo de derecho estébien redactado con respecto á su eten-sion, sino que es necesario tambien quesea completo. Para esto era preciso que

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abrazase desde luego el conjunto ó el todode la legislacion, y nunca se había llenadoeste objeto principal, Yo me he atrevidoá emprenderlo, y he allanado, por decirloasí, la esfera de las leyes para presentarbajo de un solo aspecto todas sus partes.

La coleccion de las leyes compuestasobre este plan seria vasta, pero esta noes una razon para que en ella se omitanada. Que una ley esté escrita, 6 queno lo esté, no es menos necesario cono-cerla; y cerrar los ojos sobre la masa deun fardo que uno está obligado á cargar,no es un medio de aligerar elpeso. Ademas¿ qué parte seria la que debiese excluirse?¿ á qué obligaciones se debe sujetar alciudadano sin que lo sepa? ¡ qué lazo paraél, el de unas leyes que ignora! Esto se-ria en los gobiernos el mayor de los delitossi no fuera el efecto de la incapacidad yde la inepcia. Calígula puso muy altas lastablas de sus leyes para hacer mas dificilel conocimiento de ellas; ¡ cuántos estadoshay en que se hace aun peor que esto!Ni aun están en tablas las leyes, ni aunestán escritas, y se hace por indolencia

( 163 )Jo que el emperador romano hacia poi:tiranía.

Redaccion completa : bé aquí la pri-mera regla todo lo que no esté en cicuerpo de las leyes no será ley. Nada debereferirse al uso, ni á leyes extrange-ras, ni al supuesto derecho natural, iii alsupuesto derecho de gentes. El legisladorque adopta, por ejenipJo, el derecho ro-mano, ¿ sabe lo que hace? ¿ puede saberlo?¿ no es este un campo eterno de disputas?¿no es volver á la arbitrariedad, con unasola pa]abra,todo lo que se ha querido qui-tana ? Este amalgáma, ¿ no basta para cor-romper á todo un código? Si se juntandos cantidades, la una finita y la otra in-finita, la suma .de ellas será influiita: estees un axioma de matemática.

Yo no digo que si entre los estados deun soberano se hallara una provincia ó unaciudad que tuviese algunas costumbresó algunas leyes no escritas, á cuya con-servacion estuviese el soberano obligado,sea por algunas convenciones, sea por eluso, debiera abolirlas no por cierto peroconduciéndose con la prudencia necesaria

( i(4)podrá homologarlas, y fijarlas por escritosEsto fiié lo que hizo Carlos Y. con elHainaut.

Contra una .redaccion de leyes se arguyeque no es posible preveer todos los casosque pueden suceder. - Convengo en queno pueden preveerse individualmente

pero se pueden preveer en la especie:puede uno por ejemplo asegurarse de quetodos los géneros de delitos están comprehendidos ían las tablas ó catálogos in-cluidos en esta obra, aunque no se tengala seguridad de haber previsto todos losdelitos individuales posibles.

Con un buen método se previenen losacontecimientos en vez de seguirlos, y seles domina en vez deser el juguete de ellos.Un legislador limitado y tímido esperaque los males particulares hayan empe-zado á existir para prepararles un reme-ajo; un legislador sibio sabe preveerlos yprevenirlos con precauciones generales. Hasido ciertamente preciso empezar por ha-cer las leyes civiles 6 penales, á tientas yá medida que las circunstancias han he-cho verla necesidad de ellas. se han lic-

( i65nado las brechas con el cuerpo de las vic-timas; pero este proceder de las edadesde la barbarie no debe seguirse en la edaddo la civilizacion.

Entre todos los códigos que los legisla-dores han tenido por completos., ningunohay que lo sea. El mas antiguo es ci có-digo Dinamarqués, publicado en el ai5ode 1683 : el código Sueco es de 1734: elcódigo Federico es de 1751, y el códigoSardo de 1770.

En el prólogo del código Dinamarquésse declara expresamente que es completo,y sin embargo nada contiene de lo que con-cierne á los impuestos; riada sobre los re-glamentos de las profesiones; nada sobre lasucesíon á la corona; nada sobre los poderesde los empleados subalternos á excepcionde los de la justicia; nada sobre el dere-cho de gentes. No tiene formularios nipara los contratos, ni para las disposicio-nes de bienes, ni para las piezas del pro-ceso. - Sin embargo, es ci ménGs incom-pleto de todos los códigos.

Al código Sueco le faltan todas laspartes que al código Dinamarqués, y ade-

( i66)mas le falta el derecho político ó consti-tucional.

El código Federico que se anuncia enel ttu10 corno universal, está absoluta-mente limitado á la parte civil, y aun enesta parte le falta mucho para ser com-pleto; porque se habla en él de un dere-cho feudal que se piensa en redactar;despues, de una parte del derecho caiió-nico a que no se toca; de muchos estatu-tos de ciudades y de provincias, cuyoexamen queda reservado etc.

El código Sardo reconoce por su baseal derecho romano, y remite á ¿1 frecuen-temente bajo el nombre de derecho comun.No se necesita mas jara volverlo zi sumer-gir todo en la incertidumbre.

Nada digo del método seguido en estoscódigos la ciencia legislativa estaba muypoco adelantada en sus tiempos para daralgunos modelos de coordinacion y de dis-tribucion.

Estas observaciones nada menos tienenpor objeto que menospreciar los presentesque estos soberanos han hecho ái sus pue-blos. El que menos ha acertado en la com-

( i6 )posicion de un código, ha hecho un bieninmenso; y redactando un cuerpo de de-recho, han hecho desaparecer á lo menosen gran parte las leyes que se repiten, ylas leyes que se contradicen ; han li-brado á sus pueblos del derecho 110 escrito,de aquel derecho incierto por esencia,derecho sin principio y sin fin, derechopor el cual se gobierna á los animales, yque es indigno del hombre,

La ley escrita es la única que puedemerecer el nombre de ley: la ley no escritaes propiamente hablando una ley conje-tural, una ficcion de ley; para la ley es-crita hay una base segura y manifiesta;hay un legislador, hay una voluntad, hayuna expresión de esta voluntad, una épocaconocida de su origen; pero una ley noescrita nada tiene de todo esto; se ignorasu origen; va, siempre creciendo; nuncapuede estar acabada; se modifica sin per-cibirlo, y si tiene un legislador, es eljuez mismo : legislador cuyas leyes todasson particulares, y necesariamente ex postfacun: legislador que solamente pro-

( i68)mulga sus leyes para la ruina de los indi-viduos sobre que recaen.

La grande utilidad de la ley es la certi-dumbre que no hay ni puede haber en laley no escrita. No hallándola el ciudadanoen parte alguna, no puede tomarla por re-gla de su conducta, y está reducido á con-sultas y juntas de abogados: recoge cuan-tas opiniones puede permitirle su caudal, ytodas estas diligencias ruinosas vienen áparar las mas veces en crear nuevas dudas.

Solamente la mayor integridad de untribunal puede estorbar á los jueces elhacer de una ley no escrita un medio con—tinuo de favor y de corrupeion.

Pero donde quiera que exista, los le-gistas serin los defensores y admiradoresde ella, tal vez inocentemente; porquenaturalmente se ama un medio de poder,un medio de reputacion, un medio deriqueza se ama la ley no escrita por lamisma razon que los sacerdotes de egiptoamaban sus geroglíficos; por la mismarazon que los sacerdotes de todas lasriligiones aman los dogmas y los miste-rios.

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COMENTARIO.

Todo lo que no está escrito en ci libro de lasleyes, no es ley. Beiitharn consagra este capítuloá amplificar y á probar con razones y con ejem-plos esta iuáxima, cuya primera consecuenciaes que un cuerpo de leyes debe ser integro 6completo, es decir, que debe contener todoslos derechos y todas las obligaciones del ciuda-dano. Un cuerpo tal será necesariamente voluminoso; pero ¿ no será esto mtnos malo queabandonar al hombre en la sociedad, sin darleregias de conducta, 6 someterle á reglas que nopuede conocer? Son mas los casos que las leyes,dice un axioma de la jurisprudencia romana,y el axioma es cierto, si se entiende de casosindividuales, que es imposible que el legisladorprevea y comprehenda en sus leyes; pero es falsosi se aplica á los casos en especie, yen los catá-logos de los delitos,que hemos visto en esta obra,seguramente están comprehendidos en especietodos los casos posibles, lo que basta para laintegridad del código penal si no se puedepresentar un caso individual á que no se apli-quen los principios ó reglas generales que lasleyes dán para los casos en especie, nada masse necesita. No debe dejarse cosa alguna paraque se decida por un derecho extrangero , porun supuesto derecho natural, por un supuestoderecho de gentes, por el uso 6 la costumbre.

Tono VII. 15

( 170 )Esta es la doctrina de mi autor, y en todo

soy de su opinion, como no sea en lo que dicecontra la ley no escrita ; y á riesgo de serconfundido en la tropa de los juristas, quesegun dice, aman, admiran y defienden la leyno escrita, por la misma razon que los sacer-dotes egipcios amaban sus geroglificos, y lossacerdotes de todas las religiones aman losdogmas y los misterios, yo quiero presentar allector mis observaciones sobre este punto, aun-que con aquella desconGanza que debe tenerel que se atreve á contradecir á Bentham.

Yo no soy admirador de la ley no escrita, yme parece que conozco sus imperfeccSones; perono por esto creo que no sea una verdadera ley;porque, ¿ es otra cosa la ley que la expresionde la voluntad general? ¿y qué importa queesta voluntad se exprese por escrito, de palabra,ó por actos repetidos que la indican clara yconstantemente? Aristóteles, ( 3.° polt. cap.últ. ) piensa que es de mas valor y mas impor-tancia la ley no escrita que la escrita, y muchosjurisconsultos romanos son de la misma opinion.Yo por mi parte pienso que la ley consuetudi-naria ó no escrita es una cxpresiou mas segurade la voluntad general, que ]a ley escrita; por-que en esta puede expresarse otra cosa que loque el pueblo quici'a; pero cuando el pueblopor largo tiempo hace repetidas veces 6 tenaz-iriente, como se explica un jurisconsulto, unacosa siempre del mismo modo y sin altcraçion,

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)

es clara y evidente su voluntad de que as! sese haga, ¿ y qué cualidad falta á esta ley paraque sea una verdadera ley? Ella tiene un legis-lador conocido, el pueblo, el autor mismo dela ley escrita; hay una voluntad, la voluntadgeneral, y hay la expresion de esta voluntadpor la repeticiou de actos uniformes por largotiempo. Podrá tal vez suceder que no se co-nozca la época en que tuvo principio una leyno escrita; pero ¿qué importa esto? Tambiéná veces se ignora el origen de una ley escrita,y ninguna ley toma su fuerza obligatoria deltiempo, sino de la voluntad del legisladorantes de que los hombres supieran escribir,ántes de que se hicieran compilaciones escritasde leyes, ¿ no existían leyes?

Esto es evidente, á Jo menos en aquellosestados en que el pueblo es legislador; pero nodeja de ser tambien cierto en los gobiernos enque, como en las monarquías absolutas, soloel príncipe es ci legislador : entónces la costum-bre recibe la fuerza y calidad de ley de lavoluntad del soberano, que habiendo vistointroducirse la costumbre con la repeticion deactos uniformes en ci transcurso de un largotiempo ; no habiéndolo estorbado, manifiestacon harta claridad querer que se convierta enley. Por esto es menester que ci tiempo seabastante largo, y los actos uniformes en bas-tante nt'iinero, para que sin violencia puedasuponerse en el príncipe esta voluntad, y que

( 172 )tiene noticia de la costumbre que se vá tntro-duciendo. Uno de los grandes defectos que yoveo en la ley no escrita, viene de no habersefijado por una ley expresa el número de actos¡uniformes, y el tiempo que se necesitan paraque una costumbre se tenga por legítimamenteintroducida, y adquiera fuerza y eficacia deley ; porque sobre esto nada dice el derecho ysus intérpretes discordan mucho, y esta discor-dancia de opiniones dá motivo á pleytos y arbi-trariedades; pero nunca será cierto, como diceBentham, que si hay algun legislador de laley no escrita, es el juez mismo que la hace yla aplica ex post jactum.

Hay algunas costumbres contrarias á las leyesescritas, que al fin derogan á estas, y no tieneduda que en estas costumbres los primerosactos por donde empezaron , fuéron ilegítimoshasta que la tolerancia y la voluntad tácita dellegislador los legitimáron no puede decirselo mismo de las costumbres preter legem , quetocan á cosas sobre las cuales nada ha deter-minado la ley escrita, y claro está que estascostumbres pueden mas fácilmente convertirseen leyes, que las que luchan con leyes esta-blecidas.

El que alega á su favor una costumbre, debeprobarla del mismo modo que se prueba cual-quiera hecho dudoso; y así no es tan fácilcomo dice Bentham, que los jueces puedanhacer de una ley no ccrita un medio continuo

( 173de favor y de cori'upcion podrá un juez par-cial ó corrompido no conforniarse en su sen-tencia con una costumbre bien probada, ósuponer probada una costumbre que no lo esté;pero del mismo modo podrá no conformarsecon una ley escrita, y suponer probados en eljuicio hechos que no lo están. La ley no escritavá siempre creciendo, dice licutharii : ¿ quéquiere decir esto ? ¿ qué la ley no escrita

iciineic cada cija mas fuerza? Esto, lejos deser un inconveniente, seria una ventaja, y ojahíque todas las leyes fuesen creciendo de estemodo , en vez de debilitarse COil el tiemj)o.Nunca (prosigue) está acabada : ¿ cómo quéno? En ci momento mismo en que se hanrepetido bastantes actos uniformes, y se cumpleel tiempo necesario para que una costumbrese convierta en ley, está acabada y perfecta laley no escrita, que 130(1i'á modificarse como laley escrita por la voluntad expresa 6 tdcita dellegislador.

A pesar de esto es menester confesar que laley no escrita esta mas expuesta que Ja escritaá la incertidumbre, de lo que nacen las dis-putas y picytos que es preciso haya, cuandoalgunos afirman y otros niegan la existencia detina cierta costumbre , alegando los unos unasérie de actos conformes i Ja costumbre, y losotros un igual número de actos contrarios á ella,lo cine hace vacilante é incierta la decision deljuez en casos de esta especie. Por esto no dudo

15

( 174 )-que sci'a muy conveniente que el legisladorincluyese en el cuerpo del derecho las cosium-bres que mereciesen conservarse como leyes,y declarase que en adelante ninguna costumbretendria fuerza de ley por muy antigua que fuesey constantemente observada Así ya no podriaalegarse en apoyo de la ley no escrita la yo-Juntad tácita del legislador, desapareceria ladistincion entre el derecho escrito y no escrito,y seria íntegro el cuerpo de las leyes.

CAPITULO XXXII.

De la pureza en la comp osicion de uncuerpo de derecho. -

LLAMO pureza en la composicion deun cuerpo de derecho. á la ausencia detoda materia hetereogénea, de toda mez-cla extraña, de todo lo que no es ley,de todo lo que no es la expresion pura ysimple de la voluntad del legislador. Lasleyes hechas para los siglos deben ser su-periores á las pequeñas pasiones: debenmandar é instruir, y no deben ocupar laarena, y disputar con los individuos. Le-ges non decet esse disputan tes dice Bac-

CAP. XXXII. De la pureza en Ja composi—cion de un cuerpo de derecho. i74.

COMENTARIO ........• • • • . 177.

( 174 )-que sci'a muy conveniente que el legisladorincluyese en el cuerpo del derecho las cosium-bres que mereciesen conservarse como leyes,y declarase que en adelante ninguna costumbretendria fuerza de ley por muy antigua que fuesey constantemente observada Así ya no podriaalegarse en apoyo de la ley no escrita la yo-Juntad tácita del legislador, desapareceria ladistincion entre el derecho escrito y no escrito,y seria íntegro el cuerpo de las leyes.

CAPITULO XXXII.

De la pureza en la comp osicion de uncuerpo de derecho. -

LLAMO pureza en la composicion deun cuerpo de derecho. á la ausencia detoda materia hetereogénea, de toda mez-cla extraña, de todo lo que no es ley,de todo lo que no es la expresion pura ysimple de la voluntad del legislador. Lasleyes hechas para los siglos deben ser su-periores á las pequeñas pasiones: debenmandar é instruir, y no deben ocupar laarena, y disputar con los individuos. Le-ges non decet esse disputan tes dice Bac-

( 175 )

C011 , sed jubentes: y debió aiadir et do-centes.

Yo no puedo ver sin disgusto al redac-tor (1) del código de una gran ilacion ocu-pado continuamente en triunfar de losjurisconsultos. El cetro real en sus manosse convierte en un instrumento de com-bate. A cada momento se hallan estas fór-mulas: « Se ha puesto en duda, - algu-

nos jurisconsultos han defendido: -los unas lo han negado, los otros lo hanafirmado; pero nos queremos y orde-

» namc's : - abolimos por las presentes» estas distinciones, destituidas absoluta-» mente de fundamento, etc. ).

Los hombres, las cosa, las opiniones,todo debe verse en grande: la concilia-.cion y no el triunfo debe ser el objeto dellegislador, y debe elevarse sobre todas lasdisputas efirneras.

Otra forma no menos viciosa es la deenvolver la voluntad del legislador en unavoluntad extrangera. En el mismo códigose hallan frecuentemente estas expresio-nes : « las leyes civiles declaran: - las

(i) Cocceeji, Cckl. Federzco.

( 176 )» leyes excluyen: - las leyes han con-» cedido; » - pero ¿de qué leyes se ha-bla ? ¿ de quién son estas leyes? Y esta leyanteijor, esta ley natural a que el mismocódigo se refiere, y de que hace la basedel derecho, ¿ no es una fuente de obscu-ridad? ¿ no es un velo que intercepta lavoluntad de.l legislador positivo?

Los redactores del código Justinianohabian dado el ejemplo de todas estas fal-tas: en vez de hacer decir al legislador,yoquiero., le hacen decir ái cada instante,me parece. El emperador olvida su di-gnidad hasta el punto de decir: « as

ha pensado Tacio 6 Sempronio, » ymucho mas la olvida cuando llega hastael grado de quedar indeciso entre dos au-toridades contrarias : « así ha pensado• Tacio, pero Sempronio ha pensado lo• contrario. »

Las disertaciones históricas no debentener lugar en la compilacion general delas leyes. Io se debe citar lo que han he-cho los romanos; si es bueno lo que hanhecho, debe hacerse lo mismo; pero sinhablar de ellos.

('77 )La grande utilidad de un cuerpo de de-

recho es hacer olvidar, así los debates delos jurisconsultos, como las malas leyesde los tiempos anteriores.

COMENTARIO.

Ademas de cpresar la ley la voluntad dellegislador, debe tambien manifestar la razonde esta voluntad as! la ley será mejor obede--cida; porque los ciudadanos se convenceránde que obedecen á la razon, y no á un capricho.Las disputas científicas, las disertaciones his-tóricas, los rasgos de erudicion, son cierta-mente muy fuera de propósito en una ley, yanuncian un pedantismo ridículo : las fórmulasnos parece, creemos, pensamos, y otras queindican duda, timidez, incertidumbre y vaci-lacion son poco dignas del legislador; peroaun me repugnan mas las fórmulas despóticasque no dán otra razon de la ley que la volun-tad absoluda del legislador, como si los súb-ditos no mereciesen que se razone con ellos.En España la fórmula usada en las leyes es,porque así es nuestra voluntad, y siempre meha parecido un insulto que se hace á un reI)afiode esclavos : y ya que los hombres obedezcan,¿ por qué no han de saber á lo mdnos la razonporque obedecen? Es necesario que el hombreque se atreve á hablar así á otros hombres-,

(178 )presuma demasiado de si mismo, y demasiadopoco de los otros ; pero de esto hemos habladomas de propósito en otra parte.

CAPITULO XXXIII.

Del estilo de las leyes

EN el estilo de las leyes se deben dis-tinguir las perfecciones esenciales, de lasperfecciones secundarias.

Las primeras consisten en evitar losdefectos que le corrompen.

Las segundas en comprehender las bel-lezas que le convienen.

El fin de las leyes es dirigir la conductadel ciudadano, y para que esto se verifi-que son necesarias dos cosas: ° que laley sea clara, esto es, que ofrezca al en-tendimiento una idea que represente exac-tamente la voluntad del legisladorque la ley sea concisa para que se fijefácilmente cn la memoria. Claridad ybrevedad., son pues las dos cualidadesesenciales

Todo lo que contribuye á la brevedad,contribuye tambien á la claridad.

CAE. XXXIII. Del estilo de las leyes. . . 178.COMENTARIO . . . . . . . ....... .

(178 )presuma demasiado de sí mismo, y demasiadopoco de los otros; pero de esto hemos habladomas de propósito en otra parte.

CAPITULO XXXIII.

Del estilo de las leyes.

EN el estilo de las leyes se deben dis-tinguir las perfecciones esenciales, de lasperfecciones secundarias.

Las primeras consisten en evitar losdefectos que le corrompen.

Las segundas en comprehender las bel-lezas que le convienen.

El fin de las leyes es dirigir la conductadel ciudadano, y para que esto se verifi-que son necesarias dos cosas: i° que laley sea clara, esto es, que ofrezca al en-tendimiento una idea que represente exac-tamente la voluntad del legisladorque la ley sea concisa para que se fijefácilmente en la memoria. Claridad ybrevedad, son pues las dos cualidadesesenciales.

Todo lo que contribuye á la brevedad,contribuye tatnbien i la claridad.

('79)

Qaidquiclprcecipies esto bres: ut cito d/ckFercipiant anirni ciociles teneantque Jideles.

La voluntad del legislador no entraráen el espíritu del ciudad ano, ¿ 110 estaráen él exactamente: i cuando las palabrasde la ley no presentan mas que proposi-ciones ininteligibles: cuando solamentepresentan una parte de la idea que se- haquerido producir : 30 cuando presentanuna proposicion diferente de la que ellegislador tenia intencion de presentar:4° cuando encierran algunas proposicionesextrañas juntamente con la proposicionprincipal.

Los defectos pues del estilo se puedenreducir á cuatro artículos : proJosicionininteligible; propOSiCiOli equívoca; pro-posicion muy difusa; proposicion denia-siado concisa.

Me servirá de ejemplo una ley citadapor Pufl'endorff, la cual se habla hecho,si no me equivoco, para un país en que eldelito del asesiiiaio habla llegado á sermuy frecuente. « Cualquiera que haya

sacado sangre en las calles, dice la ley,

( i8o)seiá castigado con la pena de muerte.

Un cirujano halla en una calle á un hom-bre desmayado, y le hace una sangria.Este acaecimiento hizo ver la necesidadde interpretacion, es decir, puso en des-cubierto uno de los vicios de la ley.

Esta redaccion era viciosa por excesoy por falta: por exceso, en cuanto no ha-cía excepcion para los casos en que laaccion de sacar sangre en las calles era unacto inocente y útil: por defecto, cii cuan-to no se extendia á las Contusiones, y áotros modos de maltratar mas peligrososque algunas heridas que vierten sangre.

La intencion del legislador era de com-prehender en su prohibicion todas las espe-cies de injurias graves que pueden come-terse en las calles públicas; pero no habíasabido explicar con claridad esta inten-cion.

Un juez, atándose al texto, comprehen-de en 11 algunos accidentes ligeros, y aunalgunas obras de beneficencia.

Otro juez, igualmente fiel al texto,deja impúnes algunos actos de violencia

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)

mas dañosos que algunos golpes que hanhecho correr la sangre.

La ley que presenta al juez diferentessignificaciones, no puede ser mas clarapara los individuos.

Uno halla en la calle i un pasagero ata-cado de apoplEegía, y le deja morir porprudencia.

Otro en un caso semejante solamenteescucha á la humanidad, y socorriendo alenfermo con violacion de la letra de la ley,se expone á ser condenado por un juezinflexible.

Otro, confiándose en el sentido literal,deja á su contrario medio muerto á gol-pes, á la manera de aquel arzobispo quepara no verter la sangre cristiana se serviade una maza

Que se dignen reflexionar sobre esteejemplo aquellos sábios en legi1acion, quecreerian derogará los derechos del inge-nio, humillándose escrupulosamente á te-ner cuidado de las palabras. Tales son laspalabras, tal es la ley. ¿Acaso se hacenlas leyes de otro modo que con palabras?Vida, libertad, propiedad, honor, todo

Tomo VIL 16

( i8 )lo mas precioso que tenemos, depende dela eleccion de las palabras.

La claridad pues del estilo depende dela lógica y de la gramática: dos cienciasque es preciso poseer á fondo para haceruna buena redaccion de leyes.

En cuanto á la brevedad se debe dis-tinguir. Aunque el cuerpo de las leyes seredujese por un buen método á la menordimension posible, siempre será un volu-men bastante grande para no poderse fijarentero en la memoria de los ciudadanos.Convendrá pues dividir el código generalen códigos particulares, para el uso de lasdiferentes clases que necesitan conoceruna parte de las leyes mas especialmenteque todas las otras.

La brevedad, en el estilo de que aquíse trata, solo mira al texto de las leyes,y ¡i la composicion de las frases y de losparágrafos.

Las redundancias son particularmenteviciosas cuando se hallan en el lugar mis-mo en que el legislador debiera expresarsu voluntad.

Los defectos mas contrarios á la breve-

( i83)dad en un parígrafo son: i° las frases iii-cidentes, los paréntesis , que deberiaiformar artículos distinctos: 20 la tautolo-gía: por ejemplo, cuando se hacía decir alrey de Francia queremos, ordenamos yes nuestra voluntad: 30 la repeticion delas palabras especificas en lugar de la pa-labra genérica: 40 la repeticion de la de-finicion, en vez del término propio que sedebla definir una vez para todas : 5° laampliacioii de las frases, en vez de ser-virse de las elipses usuales; por ejemplo,cuando se hace mencion de los dos sexosen un caso en que el masculino los hubie-ra significado ambos, 6 cuando se pone elsingular y el plural en los casos en quebastaría uno de estos números: 6° por-menores inútiles, por ejemplo, con res-pecto al tiempo, cuando para seíalar unaépoca, en vez de limitarse al aconteci-miento de que para esto se hace uso, seinsiste sobre los acontecimientos ante-riores.

Por el conj unto de todos estos defectos,los estatutos ingleses tienen una proligi-

( i84)dad desmesurada, y la ley esta ofuscadaen la verbosidad de la redaccion.

Es esencial proporcionar al espíritufrecuentes descansos, 110 solamente pormedio de la distincion de los parágrafos,sino tambien por lo cortado de las frasesde que se compone el parágrafo.

Esta circunstancia es igualmente im-portante para la inteligencia y para lamemoria.

Este es tambien un defecto muy cho-cante de los estatutos ingleses: muchasveces es necesario recorrer páginas ente-ras para llegar á un sentido determinado,y ya se ha olvidado el principio de la fraseiíntes de que se llegue al medio.

No basta que los artículos sean cortos,sino que deben tambien estar numerados;porque siempre es necesario algun mediode separarlos y distinguirlos, y el de losnúmeros es el mas sencillo, el manos ex-puesto á equivocaciones, y el mas cómo-do para las citas y remisiones.

Las actas del parlamento británico sontambien defectuosas por este respecto. La

( 185 )division cii secciones, y los niuneros quelas seialan en las ediciones corrientes noson auténticos, y en el pergamino originalque es el texto de la ley, toda la acta esde una Bola pieza, sin distinciori de pár-rafo, sin puntuacion y sin cifra. ¿Cómose hace conocer el principio y el fin de unartículo? No puede ser de otro modo querepitiendo estas cláusulas introductorias,—y ademas se ordena) -y ademas estáordenado por la autoridad antes mencio-nada., ú otra frase del mismo g(3nero.Esta es, por decirlo así, una algebra ensentido contrario; porque en la álgebraverdadera una letra hace las veces de unalínea de palabras, y aquí un rengloii depalabras solo muy imperfectamente hacela funcion de una cifra. Digo imperfecta-mente, porque estas palabras sirven parala division; pero no pueden servir paralas remisiones; y si se quiere enmendar6 revocar un articulo de una acta, comoes imposible indicar este artículo por unaremision numérica, es preciso recurrir ialgunas perífrasis, y repeticiones siempreLargas, y por consiguiente obscuras. Así es,

( 186 )que una acta del parlamento británico esuna composicion ininteligible para los queno han adquirido por un largo hábito Jafacilidad de consultarlas.

Este es el efecto de una adhesion su-persticiosa á las antiguas costumbres. Lasprimeras actas del parlamento son de untiempo en que no estaba en uso la pun- -tuacion, ni eran conocidas las cifras ára-bes; y por otra parte, los estatutos en suestado de simplicidad y de imperfeccionoriginal, eran tan cortos y tan pocos queel defecto, de division no tenia inconve-niente sensible. Las cosas han quedadosobre el mismo pié por negligencia, porhábito, ó por una oposicion secreta é hite-resada á toda reforma. Hemos vivido si-glos enteros sin conocer los puntos, lascomas, y las cifras; ¿por qué adoptarlashoy? Parece que este es un argumento sinréplica.

Las perfecciones de segundo orden pue-den reducirse á tres: fuerza., armonía ynobleza. La fuerza y la armonía dependenen parte de las cualidades mecánicas de lalengua de que se hace uso, y en parte de

( 187 )la colocaciou de las palabras; y la noblezadepende principalmente de las ideas ac-cesorias que se cuida de evitar y de in-troducir.

Las leyes son susceptibles de una espe-cje de elocuencia, que es propia de ellas,y que 110 deja de tener su utilidad, aun-que 110 sea mas que porque las concilia elfavor popular. Solo con esta idea puede ellegislador colocar en 1a5 leyes algunassentencias morales, con tal que á una per-fecta oportunidad reunan el mérito de lla-mar fuertemente la atencion por su bre-vedad. Es también muy conveniente quelas leyes presenten la marca de la ternurapaternal, y que se dejen en ellas algunassedales sensibles de la benevolencia quelas ha dictado. ¿Por qué se avergonzaríael legislador de ser padre? ¿por qué miomanifestaria que sus severidades mismasson beneficios? Este género de belleza,que solamente pertenece al poder supre-lijo, se vé en las instrucciones de Cata-lina Ji, y en los preámbulos de algunosedictos de Luis xvi, siendo ministros dos

( i88)hombres que han honrado á la Francia yá la humanidad

IJespues de estas nociones generales,las reglas que deben dirigir la práctica sonlas siguientes.

i° No deben ponerse en un cuerpo deleyes, en cuanto sea posible, mas queaquellos términos de derecho que sean fa-miliares al pueblo.

2° Si hay necesidad de servirse de tér-minos técnicos, se debe tener cuidadode definirlos en el cuerpo de las leyesmismas.

3° Los términos de la definicion, debenser palabras conocidas y usadas 6 á loniénos la cadena de las definiciones mas 6ménos larga, siempre debe terminarse enun eslabonen que no se hallen mas quepalabras de esta especie

4° Para expresar las mi.smas ideassiempre se usará de las mismas pala—bras: nunca te sirvas mas que de la mis-ma palabra para expresar la misma idea.

Desde luego este es un medio de abre-viar porque la explicacion de un térmi-

( 189 )no, hecha una vez, puede servir para to-das; pero la identidad de las palabras auncontribuye mas á la claridad que á labrevedad; porque si las palabras varian,siempre es un problema el saber si se hanquerido expresar las mismas ideas; envez de que sirvindose de las mismas pa-labras, no queda duda de que la intenciones la misma. En fin cuanto menos pala-bras diferentes se empleen, mas exacti-tud y cuidado se podrá poner en ellas. Losque prodigan las palabras conocen bienpoco el peligro de las equivocaciones, yen materia de legislacion nunca puede serexcesivo el escrupnlo. Las palabras de laley deben pesarse como diamantes.

Tanto mas sábia será la composicion deun cuerpo de leyes, cuanto menos cienciase necesite para entenderlas. En las obrasde gusto, la perfeccion del arte consisteen ocultar el arte: en una legislacion quese dirige al pueblo y á la parte menos in-teligente del pueblo, la perfeccion de laciencia consiste en no dejarse percibir, yuna noble sencillez es su mas bello carácter.

Si en esta obra se halla alguna ciencia,

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y aun una ciencia espinosa y abstracta,debe reflexionarse, que yo tenia que com-batir una multitud de errores creados poruna ciencia falsa : que sentar algunosprincipios tau antiguos y ta.n nuevos, queLi la vista de unos ni aun parecerán des-cubrimientos, miéntras otros Tos miraráncomo paradojas; que desembrollar el ca-llos de las nomenclaturas en los derechos,los delitos, los contratos, y las obligacio-lies y qué substituir á una gerigonza in-coherente y confusa, una lengua muyimperfecta todavía, pero sin embargo masclara, mas verdadera y mas conforme á laanalogia. En una palabra, no temo de-cirlo: yo lié hallado que en la parte cien-tifica del derecho habla que olvidarlo todo,y volverlo hacer todo. ¿ Quién se atreve-ria á estar satisfecho de si mismo, com-parándose á un trabajo tan difícil y tannuevo? No lié tocado al blanco, pero creohaberle mostrado, y me liso ugeo de quela obscuridad, si aun queda alguna, de-pende de la novedad, en vez de que cii 103

libros de derecho, depende de lo absurdo.Aquellos libros están erizados de una

( 191

)

ciencia tan desagradable corno inexacta éinutil. Lo que hay dificil y abstracto enesta obra solo tiene por objeto allanar elcamino, y simplificar la investigacion dela verdad. Cuanto mas abunde este proyec-to en formulas cientificas, tanto mas pu-rificado estaria de ellas el texto de lasleyes: no se necesitarán escuelas de dere-cho para explicarlo, ni catedráticos paracomentarlo, ni glosarios particulares paraentenderlo, ni casuistas para desatar sussutilezas: él hablará la lengua familiar átodo el mundo: todos podriaii consultarlecuando tuviesen necesidad, y lo que ledistinguirá de los otros libros será unasencillez mayor, y una mayor claridad.El padre de familia, con el texto de lasleyes en la mano, podrá sin interpreteenseiiarlas por si mismo á sus hijos, y dará los preceptos de la moral privada lafuerza y la dignidad de la moral pública.

COMENTARIO.

La claridad y la brevedad son las des cuali—dades primarias ó principales del estilo de las1 eyes la primera es necesaria para que pueda

192 )

entenderse bien la voluntad del legislador; yla segunda para que la ley pueda facilmentegrabarse y retenerse en 'la memoria. Aun labrevedad es una cualidad subalterna de la cla-ridad de manera, que si son en algun casoincompatibles, debe sin detenerse sacrificarsela brevedad á la claridad; y no importa quela ley sea cntónces mas difícil de grabarse enla memoria ; pues cuando sea necesario consul-tarla siempre se hallará en el código de lasleyes. Debe tenerse cuidado de no hacerseobscuro por ser breve : la propiedad de las pala-bras la armonia, todas las bellezas del estilodeben sacrificarse á la claridad: una ley no esuna pieza de literatura y de gusto; y si yoredactor de una ley me viera alguna vez entreun solecismo ó un barbarismo, y la obscuridad,no dudaria un momento en preferir el solecis-ó barbarismo á la obscuridad. Lo esencial es quela voluntad del legislador se inanifEjeste demodo que no pueda haber duda ni disputa so-bre ella, y que pueda entenderla cualquierahombre dotado de una razon comun. Sin dudaque no deben sobrar las palabras en la ley,pero aun deben ménos faltar; y entre los dosextremos, que deben evitarse en cuanto seaposible, vale mas decir demasiado que no decirbastante un poco de redundancia 6 de ver-bosidad puede perdonarse al redactor; pero laobscuridad es siempre inexcusable

La propiedad de las palabras y s.u colocacion

( 193 )en el orden mas natural, harán el estilo claroy conciso. Las palabras deben presentarse en elorden que en el espíritu del legislador tienenlas ideas que por ellas quiere expresar, de¡nodo que la primera palabra de la frase seala cxpresion de la idea que mas le interesa yle ocupa en cuanto lo permita el genio ó meca-nismo de la lengua de que se sirve. La latinaes muy suceptible de la aplicacion de esta reglapor las inversiones que admite, y que otraslenguas no permiten.

La division de la ley en artículos cortos con-tribuye mucho a la claridad, ayuda zí la me-¡noria, y la numeracion de los artículos faci-lita las citas de ellos y las remisiones. En ge-neral las leyes que se han hecho en Franciadespues de su revolucion , pueden ofrecersecomo un modelo de redaccion, y la mismaforma de redaccion que en las leyes se sigue entodos los decretos y providencias de las auto-ridades, empezando por el gefe del gobierno.En el principio se colocan los que se llamanconsiderandos , que son los motivos y funda-mentes de la ley sigue esta dividida en ar-tículos numerados, y se concluye señalando laspersonas á que se encarga el cuidado de la eje-cucioli de ella. Mucho se ganaria en Españaadoptando este método sencillo, y suprimiendolos preámbulos eternos, insignificantes y mo-lestos de las pragmaticas sanciones, provisio-nes, etc. , que ocupan muchos pliegos de papel

TOMO VII. 17

(194)

para decir mal y obscuramente una cosa queen dos renglones podria decirse bien y conclaridad. No sería rne'nos útil que se imitaseen las sentencias judiciales la redaccion de lasleyes, en cuanto fuese posible, como se hace enFrancia, donde el juez nada manda sin ex-presar la razon por qué lo manda. Las ventajasde este método son palpables; pero la negli-gencia, el hábito , la pereza ,y á veces tambienel interés contribuyen á que se conserven lasfórmulas antiguas, solamente porque son anti-guas, y que se suponga , no se sabe por qué,que nuestros antepasados, aunque no supieranleer, sabian mas que, y nada nos de-.járon que corregir ni mejorar.

P ¿LNOP TICO.

MoRxA Sobre un nuevo principio paraconstruir casas de inspeccion,y especialmente casas de reclu-sion y trabajo forzado. . . . 15.

ADVERTICIA..... ......

PANÓPTICO.

MEMORIA

Sobre un nuevo principio para construircasas de inspecciOn y especialmentecasas de reclusion y trabajo forzado.

ADVERTENCIA.

EL autor ha compuesto sobre esta ma-teria tres tornos en dozavo, que se hanimpreso, pero no se han publicado, y quese componian de fracrnentos, adiciones ycorrecciones sucesivas segun se extendiansus ideas, y segun sus nuevas iiivcstig—cioiies le liabian subministrado nuevosdocumentos.

De aquellos tres tornos fue extractadaesta memoria en forma de discurso, yenviada por el señor Bentiiam en 1791 al

señor Garran de Coul.oii, miembro de laAsamblea legislativa y de una coinisionnombrada para la reforma de las leyes

( 196 )criminales. Conformándose con el dictá-men de esta junta ordenó la Asamblea laimpresion de esta memoria; pero luego losacaecimientos sucesivos no la dejaron lu-gar par pensar en ella.

El directorio del departamento de Paris,en que se reunieron tantas luces y tantoespiritu público, distinguió bien prontoeste proyecto entre los muchísimos quese le presentÁron para la reforma de lasprisiones y de los hospitales, y le pa-reció muy superior á los que hasta en-tónces habian merecido mas la aprobacion,tanto con respecto á la economía, cuantocon respecto á la seguridad pública; y queofrecia una garantía absolutamente nuevapara la custódia y conservacion de lospresos, y por la eficacia de los medios dereforma. Así es que fué adoptado unáni-memente, y ya se tomaban medidas paraponerlo en ejecucion cuando el departa-mento mismo fué arrastrado en el tras-torno de la constitucion y de la monar-quía.

Parece que una fatalidad contraria per-sigue á este plan. En Inglaterra, donde

( 197 )se delibera con tanta lentitud, y se eje-cuta con tanta perseverancia, fué estemismo Pan6ptico aprobado por el ministe-reno; el parlamento aplicó por un bilila suma necesaria para su construccion, ypor otro la que se necesitase para la com-pra de las tierras; pero á pesar de estos¿os bilis nada hay hecho: porque se ex-citáron dificultades legales de muchas es-pecies, pero de las cuales ninguna tieneconexion con el plan mismo, y el autorestá como el primer dia, á cxcepcion deltienpo y de los gastos perdidos en la des-graciada prosecucion de este objeto.

lié conservado aquí la memoria tal ualyo la babia compuesto para la Asambleanacional, con algunas adiciones sobre laadministracion interior de las prisiones.No me he detenido en los pormenores so-bre la con struccion del edificio, ni sobre lostrabajos en que se puede ocupar á los pre-sos; porque el primero de estos objetostoca á los arquitectos, y el segundo es ne-gocio particular de los empresarios; perolié' procurado no omitir nada de cuantopuede interesar á los hombres de estado;

17

(198)mas si se trata de la ejecucion deberá con-sultarse la obra original.

« ¿Queréis saber, decia el seior Ben-• tbam en su carta al señor Garran, hasta• qué grado llega mi persuasion de la• importancia de este plan de reforma, y• de los grandes resultados que se pueden• esperar de él? dejadrne construir una• prision con arreglo á este modelo, y• yo seré carcelero en ella. Ya veréis en• la memoria misma que este carcelero• 110 quiere salario, y riada costará á la• nacion. Cuanto mas pienso en ello, tanto• mas me afirmo en que este proyecto es• Uno de aquellos cuya primera ejecucion• debe ponerse en manos del inventor, y• si ahí se piensa del mismo modo tal vez• no habrá repugnancia en condescender• con mi capricho. Como quiera que sea,• mi libro comprehende las instrucciones• mas necesarias para el que se encargue• de esto; y como aquel ayo de un prín-

cipe de quien habla Fontenelle, yo lié• hecho lo que hé podido por hacerme• inútil. ))

Segun los testimonios de muchos ob-

('99)servadores dignos de crMito podemos pen-sar que las prisiones de Filadelfia han lle-gado á un grado de perfecciol] que apenasparecia posible, ¿pero deberá inferirse deesto que aquellos establecimientos debantomarse por modelos en otros países¿ nopor cierto porque para conseguir en otraparte los mismos efectos, seria necesarioante todas cosas transportar el instru-mento que los produce, es decir, aquellasociedad religiosa, aquella especie de car-tujos protestantes que ponen en todas susempresas un zelo, una paciencia y unaperseverancia infatigables, y un espíritude cuerpo que indemniza de todas las pri-vaciones. No debe olvidarse que los carce-leros europeos no son Cuakers, y que lejosde ejercer su profesion con una bondadsublime, los mas de ellos pierden en ellafrecuentisimamente los sentimientos mascomunes de humanidad.

Otra circunstancia muy importantehace ver tambien la necesidad de recur-rir á otros medios, quiero decir, el nú-mero de presos. Todos saben que apénasse conoce la indigencia propiamente dicha

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en los Estados Unidos de América, y queun mendigo es en muchos de ellos un ob-jeto de curiosidad. Por consiguiente losdelitos si allí muy raros, y muy pocovariados; y así el régimen doméstico ypaternal que puede producir buen efectocon un corto número de presos, no puedeconvenir á unos establecimientos en quese juntan millares de hombres infestadosde todas las especies de levaduras, quetermentaii en nuestras giandes capitales.

PANO'PTICO.

Estableciniento propuesto para guardar lospresos con mas seguridad y ceo-noniía, y para trabajar al mis—mo tiempo en su reforma moral,con medios nuevos de asegu—rarse de su buena conducta, yde proveerá su subsistenciadespues de su soltura . . . . 2010

Construecion del Panóptico. . . . . . . . 2o6.Ventajas esenciales del Panóptico. . . . . o8.Pormenores del Panóptico . . . . . .

PANÓPTICO.

Establecimiento propuesto para guardarlos presos con mas seguridad y econo-mía, y para trabajar al mismo tiem-po en su reforma moral, con mediosnuevos de asegurarse de su buena con-ducta,y de proveer á su subsistenciadespues de su soltura.

Si se hallara un medio de hacerse dueñode todo lo que puede suceder á un ciertonumero de hombres, de disponer todo loque les rodea, de modo que hiciese enellos la impreion que se quiere producir;de asegurarse de sus acciones, de sus co-nexiones, y de todas las circunstancias desu vida, de manera que nada pudiera ig-norarse, ni contrariar el efecto deseado,no se puede dudar que un instrumento deesta especie, seria un instrumento muyenérgico y muy útil que los gobiernos po -

( 202 )

driaii aplicar á diferentes objetos de lamayor importancia.

La educacion, por ejemplo, no es otracosa que el resultado de todas las circuns-tancias en que un niño se iré. Velar so-bre la educacion de un hombre, es velarsobre todas sus acciones, es colocarle ciiuna posicion en que se pueda influir sobreél como se quiera, por la eleccion de losobjetos que se le presentan y de las ideasque se hacen nacer en él.

Pero ¿cómo un hombre solo puede serbastante para velar perfectamente sobreun gran número de individuos? y auncómo un gran número de individuos po-drian velar perfectamente sobre un hom-bre solo? porque si se admite, como espreciso , una sucosion de, personas que Aereleven unas á otras, ya no hay unidaden sus instrucciones ni consecuencia ensus métodos.

Sin dificultad pues se confesará queseria una idea tan útil como nueva, la quediese á un hombre solo un poder de vigi-lancia que hasta ahora ha superado lasfuerzas reunidas de un gran número.

(o3 )Este es el problema que el seior Ben-

tham cree haber resuelto con la aplica-cion constante de un principio muy sen-cillo; y entre los muchos establecimientosá que podria aplicarse este principio, lascasas de reclusioii han parecido merecerlaprimera atencion del legislador. Impor-taiicia, variedad y dificultad son las ra-zones de esta preferencia. Para hacer laaplicacion sucesiva del mismo principio átodos los otros establecimientos, no liabriamas que hacer que despojar á este de al-gunas de las precauciones que exige.

Introducir una reforma completa en lasprisiones asegurarse de la buena conduc-ta actual, y de la enmienda de los presos:fijar la salubridad, la limpieza, el órden yla industria en estas mansiones infestadashasta ahora de corrupcion física y moral:aumentar la seguridad disminuyendo elgasto en vez de hacerlo mayor, y todoesto por una idea sencilla de arquitec-tura es el objeto de su obra.

El extracto de ella que voy á pre sen-taros está sacado del original ingles queaun no se hA publicado, y bastará para

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que se forme juicio de la naturaleza, yde la eficacia de los medios que se pro-ponen.

¿Qué debe ser una prision?Es unaman sion en que se priva á ciertos indivi-duos de la libertad de que han abusado,con el fin de prevenir nuevos delitos, ycontener á los otros con el terror delejemplo y es ademas una casa de correc-cion en que se debe tratar de reformar lascostumbres de las personas reclusas, paraque cuando, vuelvan á la libertad no seaesto una desgracia para la sociedad ni paraellas mismas

Los mayores rigores de las cárceles, losgrillos, los calabozos solo se emplean paraasegurar á los presos; y la reforma de el-los ha sido generalmente descuidada, 6sea por una indiferencia bárbara, 6 seaporque se ha desesperado de conseguirla.Algunos ensayos que se han hecho sobraesto no han sido felices, y otros proyectosse han abandonado porque exigian la an-ticipacion de gastos considerables. Ello esque las prisiones han sido hasta ahora Unanorada infecta, y horrible escuela ¿te to-

( 205 )dos los delitos, y acinamiento de todaslas miserias, que no se podian visitar sintemblar; porque un acto de humanidadera á veces castigado con la muerte, ycuyas iniquidades se consumarian todavien un profundo misterio, si el generosoHoward que murió mártir de las cárcelesdespues de haber vivido apóstol de ellas,no hubiera dispertado la atencion públicasobre la suerte de estos infelices sacrifica-dos á todos los géneros de corrupcion porla indiferencia de los gobiernos.

¿Cómo se podrá establecer un nuevoórden de cosas? Y establecido ¿cómo sepodrá tener seguridad de que no degene-rará?

La inspeccion: este es el principio úni-co para establecer el órden y para conser-varle; pero una inspeccion de un nuevogénero, que obra mas sobre la imaginacionque sobre los sentidos, y que pone á cen-tenares de hombres en la dependencia deuno solo, dando á este hombre solo unaespecie de presencia universal en el recin-to de su dominio.

TOMO VII.

(o6)

Construccion del Pan4p fico.

Una casa de penitencia, segun el planque os propongo, deberia ser un edificiocircular, ¿ por mejor decir, dos edificiosencajados uno eii otro. Los cuartos de lospresos formarian el edificio de la circun-ferencia con seis altos, y podemos figurar-nos estos cuartos como unas celdillasabiertas por la parte interior, porque unareja de hierro bastante ancha los exponeenteramente á la vista. Una galería encada alto sirve para la comunicacion, ycada celdilla tiene una puerta que se abrehácia esta galería.

Una torre ocupa el centro, y esta esla habitacion de los inspectores; pero latorre no está dividida mas que en tres al-tos, porque están dispuestos dem modo quecada uno domina de lleno sobre dos líneasde celdillas. La torre de inspeccion estátambien rodeada de una galería cubiertacon una celosía trasparente que permite áel inspector registrar todas las celdillassin que le vean; de manera que con unamirada vé la tercera parte de sus presos,

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y moviéndose en un pequeño espacio pue-de verlos á todos en un minuto; pero aun-que esté ausente, la opinion de su presen-cia es tan eficaz como su presencia misma.

Unos tubos de hoja de lata correspon-den desde la torre de inspeccion central ácada celdilla, de manera que el inspectorsin esforzar la voz y sin incomodarse pue-de advertir á los presos, dirigir sus tra-bajos, y hacerles ver su vigilancia. Entrela torre y las celdillas debe haber un es-pacio vacío, ó un pozo circular, que qui-ta á los presos todo medio de intentar algocontra los inspectores.

El todo de este edilicio es corno unacolmena, cuyas celdillas todas puedenverse desde un punto central. Invisibleel inspector reyna como un espíritu; peroen caso de necesidad puede este espíritudar inmediatamente la prueba de su pre-sencia real.

Esta casa de penitencia podria llamarsePanóptico para expresar con una sola pa-labra su utilidad esencial, que es la fa-cultad de ver con una mirada todo cuan-to se hace en ellas

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Ventajas esenciales del Panóptico.

La ventaja fundamental del panópticoes tan evidente, que quererla probar se-ria arriesgarse í obscurecerla. Estar ince-santemente á la vista de un inspector, esperder en efecto el poder de hacer mal, ycasi el pensamiento de intentarlo.

Una de las grandes ventajas colateralesde este plan es la de poner á los subins-pectores y á los subalternos de toda espe-cie bajo la misma inspeccion que á lospresos, de manera, que nada pueden ha-cer que no vea el inspector €n gefe. Enlas prisiones ordinarias un preso maltra-tado por sus guardas no tiene medio algu-no de apelar de esto á la humanidad desus superiores, y si es mal cuidado ú opri-mido tiene que sufrir con paciencia; peroen el panóptico los ojos del superior estánen todas partes; y affi no puede haber ti-ranía subalterna, ni vejaciones secretas.Los presos por su parte tampoco puedeninsultar ni ofender á sus guardas; y así seprevienen las faltas reciprocas, y en proporcion son raros los castigos.

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La admiklistraciou de la justicia interiores susceptible en este establecimiento deuna perfeccion sin ejemplo. Los delitos se-rán conocidos en el momento mismo ciique se cometati: el acusado, el acusador,los testigos, los jueces, todos están pre-sentes; y el proceso, la sentencia y la eje-cucion de ella pueden verificarse sin pre-cipitacion y sin injusticia en el intervalode algunos minutos. Las penas pueden sci'tanto menos severas cuanto meyor es sucertidumbre, y esta misma certidumbrehará muy raros los delitos.

Ved los reglamentos que se han hechoya en Inglaterra, ya en otras partes paralos hospitales, para las casas de trabajo, ypara las prisiones: reglamentos que anun-cian miras de humanidad y de prudencia,y en los cuales se vé una intcncibn siiicérade prevenir los inconvenientes inheren-tes á estas diferentes reclusiones, unainquietud manifiesta, un temor continuode que no se desempeñen las obligacionesque ellos prescriben. Los empleados debenir frecuentemente á las salas, y recibir ámenudo las quejas. - El director esta

(io)obligado á ver y examinar á los indivi-duos, presentarse á ellos en el momentocii que no le esperan, y verlos á lo menosuna vez cada semana; y diversos gober-nadores están encargados de visitar, depreguntar, de hacer que les presenten losvestidos y los alimentos, de observar lalimpieza, la nianutencion, las horas deltrabajo, etc. Estos reglamentos, respeta-bles en su objeto, no prueban mas que unatentativa infructuosa en muchos puntospara conseguir con grandes esfuerzos yenormes gastos una parte pequeñísima dlos buenos efectos que naturalmente pro-ducirla la inspeccion central.

No está todo reducido á esto: el prin-cipio panóptico facilita mucho ademas eldesempeño de la obligacion de los inspec-tores de un orden superior, de los magis-tradcs y de los jueces, que en el estadoactual de las prisiones desempeñan conrepugnancia una funcioii que contrastatanto con la limpieza, el gusto y la ele-gancia de su vida ordinaria. En los mejo-res planes formados hasta el día, por loscuales los presos están distribuidos en un

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)

gran mrnero de cuartos, es preciso queel magistrado se los haga abrir uno a uno:que se ponga en contacto con cada habi-tante : que le repita las mismas pregun-tas, y que gaste dias enteros en ver su-perficialmente algunos centenares de pre-sos; pero en el panóptico no es necesarioabrir los cuartoque están siempre pa-tentes a su vista.

Una causa bien natural de la repugnan-cia á visitar las cárceles, es la infeccion yfetidez de estas mansiones; de maneraque cuanta mas necesario seria visitarlas,tanto mas se huye de ellas; cuanto masfunestas son á sus habitantes , tanta ménosesperanza tienen estos de ser aliviados; envez de que en la casa de penitencia cons-truida sobre este principio no hay asco nipeligro: ¿ de dónde podria venir la infec-cion? ¿cómo podria durar? Luego veré-mos que se puede establecer en ellas unasco tan grande corno en los navíos delcapitan Cook, 6 en las casas de HoiandziDebe tambien advertirse que en las otrasprisiones, aunque sea inesperada la visitadel magistrado, y aunque sea tan pronta en

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sus movimientos como sea posible, siem-pre hay lugar para disimular el verdaderoestado de las cosas; porque iniéntras seexamina una parte, se compone y arreglala otra, y hay tiempo para prevenir yamenazar á los presos, y dictarles las res-puestas que deben dar; pero en el panóp-tico, en el momento que entra el magistra-do toda la escena se presenta á su vista.

Ademas de esto habrá curiosos, viage-ros, amigos 6 parientes de los presos, co-nocidos del inspector y de los otrospicados de la prision, que animados -todospor motivos diferentes vendrán á añadirhierza al principio saludable de la inspec-cion, y celarán á los gefes, como los ge-fes celarán á los subalternos. Esta grancomision del público perfeccionará todoslos establecimientos que estén sujetos ásu vigilancia y á su penetracion.

Pormenores del Panóptico.

La obra inglesa explica todos los por-menores necesarios para la constr ucciondel panóptico. El autor se ha entregado á

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un estudio infinito sobre todos los gradosde perfeccion que se puede dar á un edi-ficio de esta especie : ha consultado conarquitectos: se ha aprovechado de todaslas experiencias de los hospitales, y nadaha omitido para adaptar 4 su plan las in-vencioues mas recientes, prescindiendo deque la unidad del panóptico y su formaparticular han dado motivo á aplicacionesabsolutamente nuevas de muchos princi-pios de arquitectura y de economía; peroesta parte de la obra que compone un yo-lúmen no es susceptible de un extractoseguido. El plan del panóptico no ha dejuzgarse por estos pormenores, y si seaprueba el principio fundamental, bienpronto se convendrá en los medios de eje-cucion. Sin embargo, extractarémos deeste volúmen algunas observaciones suel-tas que ayuden ti entender la utilidad quepuede sacarse de este nuevo sistema.

El. primer objeto es la seguridad de lacasa contra las tentativas interiores y con-tra los ataques hostiles de fuera. La segu-ridad del interior está perfectamente es-tablecida, ya por ci principio mismo de

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la inspeccion, ya por la forma de las cel-dillas, ya por el aislamiento de la torre delos iiispectores, ya por lo estrecho de lospasos, y ya por otras mil precaucionesabsolutamente nuevas, que deben quitará los presos hasta la idea misma de unasublevacion y de un proyecto de evasion,porque no se forman proyectos cuando seve la imposibilidad de ejecutarlos : loshombres se acomodan naturalmente á susituacion, y una sumision forzada producepoco á poco una obediencia maquinal.

La seguridad de fuera se establece poruna especie de fortificacion que da á estaplaza toda la fuerza que debe tener con-tra una insurreccion momentánea y contrami movimiento popular: sin hacer de ellauna fortaleza peligrosa podrá resistir átodo como no sea al caion. Los pormeno-res en este pinito son tantos que es precisoremitirse á la obra original; pero aquí sedebe notar una idea nueva. Enfrente de laentrada del panóptico, y en todo lo largodel camino real, habrá un muro de pro-teccion que sirva de abrigo á todos los queen el momento en que Ja prision fuese

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atacada quisiesen pasar sin mezclarso enesta hostilidad de manera que así no searriesgaria el hacer una carniceria incon-siderada al defender la casa, y castigar alinocente con el culpado: porque solamentelos mal intencionados serían los que atra-vesasen la calle separada del camino pu-blico, por esta muralla de proteccion.

Por fin repito que esta prision nuncaseria atacada precisamente, porque no po-drá expresarse triunfar en el ataques Lahumanidad exige que se prevengan estosatentados haciéndolos impracticables; y sejunta. la crueldad á la imprudencia, cuan-do se hacen los instrumentos de la justi-cia bastante débiles en apariencia, paraprovocar á los destructores á una audaciacriminal.

El plan de la capilla no puede conce-birse bien sino por una larga descripcion.Basta decir aquí, que de la torre mismade los inspectores, haciéndose en ella losdomingos una transformacion con la aper-tura de las galenas, se hace una capilla ciique entre el público, y en que los presos

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sin salir de sus celdillas pueden ver y oiral sacerdote que oficie.

El autor responde á una objecion que sele ha hecho, y es, que exponiendo entón--ces los presos á la vista de todo el mundo,se les quitaria la vergüenza, y así se per-judicaiia al fin de la reforma moral.

Esta objecion puede no ser tan fuertecomo parece á primera vista; porque par-tida la atencion de los espectadores entretodos los piesos, no se fija individualmenteen alguno, y ellos encerrados en sus cel-das á una cierta distancia pensarán masen el espectáculo que tendrán á la vista,que en aquel de que ellos mismos seránlos objetos; pero por otra parte nada haymas fácil que darles una mascara, y así eldelito abstracto estará expuesto á la ver-güenza,y no se mortificará al delincuente:para este la humillacion no tendrá su pun-ta dolorosa, y en los espectadores se for-tificará mas que se debilitará la impresiondel espectáculo Una escena de esta espe-cie, sin darla colores demasiado negros, estal en si misma que se imprimiria en la

( 217 )irnaginacion, seria utilísima para lograrel grande objeto del ejemplo, y la prisionse convertiría en un teatro moral, cuyasrepresentaciones imprimirían el terror deldelito.

Es muy particular que la mas horriblede todas las instituciones presente en estepunto un modelo excelente. La inquisicioncon sus procesiones solemnes, sus vestidosemblernaticos y con sus decoraciones ex-pan tosas habia hallado el verdadero secre-to de mover la irnaginacion y de hablar áel alma. En una buena comision de leyespenales la persona mas esencial es la queestá encargada de combinar el efecto tea-tral.

Volviendo al panóptico, no debe olvi-darse que esta es la única ocasion que ten-drán los presos de parecer á la vista delpúblico. En cualquiera otro tiempo losvisitadores serán invisibles como los ins-pectores, y así no debe temerse que lospresos se acostumbren á despreciar la vis-ta del público y se hagan insensibles á lavergüenza.

Una capilla pública es de muchísimaTOMO VII. 19

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importancia en una casa de penitencia des-tinada al ejemplo; y es ademas un medioinfalible de asegurar la observancia de losreglamentos relativos á la limpieza, á lasalubridad y á la buena administraciondel panóptico.

La eleccion de los materiales para laconstruccion es tal que da la mayor segu-ridad contra el peligro de un fuego: elhierro siempre que puede emplearse: nin-guna madera; y el suelo de las celdas sies de piedra ¿ de ladrillo debe estar cu-bierto con una capa de yeso, para que noteniendo intersticios no encubra inmun-dicias ni principios de enfermedades, ypara que ademas sea incombustible.

Howard no sabiendo cómo determinarseen la eleccion de los inconvenientes noquiere ventanas en las celdas, porque laperspectiva del campo distrae á los presosdel trabajo, y solamente deja una aberturaalta, inaccessjble á la vista, con un col'-traviento de madera para evitar la nievey la lluvia. Tampoco les da fuego por elriesgo a que estaria expuesta la prision,y cree ocurrir a la diferencia de las esta-

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clones con la diferencia de los vestidosEn el paniptico se multiplican las venta-nas, porque con tantas precauciones nopuede temerse la evasion de los presos: yporque aun, cuando se escapasen a la vistade sus inspectores, tendrian aun que ven-cer fuera una multitud de obstáculosmuy poderosos. La xnultiplicacioii de lasventanas no es solamente un alivio iiece-sano en la cautividad, sino que es tam-bien un medio de sanidad y de industria;pues hay muchas especies de trabajos paralos cuales se necesita mucha luz, y quees necesario abandonar si no puede el tra-bajador substraerse 4 las variaciones deltiempo, que necesariamente se han desentir por una abertura hecha en lo altode una celda.

Quitar á un hombre su jibertad, no escondenarle i padecer el Mo ni á respirarun ayre fétido. Las estufas para calentarlas prisiones tendnian muchos inconve-nientes indicados en la obra inglesa perocon un gasto mediano se puede hacer quepasen por las celdas unos tubos que seanconductores del calor y sirvan al mismo

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tiempo para rerovar el ayre. Esta precan-tñon,dictada por la humanidad, es conformeá la economía, porque los presos podráncontinuar sus trabajos sin interrupcion.

Otros tubos pueden distribuir el aguaen las celdas, y así se ahorrará muchotrabajo Cii el servicio doméstico, y lospresos no estarán expuestos á padecer porel descuido 6 por la malicia de un carce-lero.

Aqui daremos fin al extracto sobre laconstruccion del panóptico; porque seríapreciso traducirlo todo para hacer ver quela atencion del autor se ha extendido áuna multitud de objetos omitidos, 6 im-posibles de lograr en las circeles ordi-narias.

El gran problema es dar á la aplicaciondel principio panóptico el grado de per-feccion de que es susceptible. Para esto esnecesario hacer de modo que pueda exten-derse á cada individuo de los presos, ácada instante de su vida, y por consi-guiente á cada porcion del espacio que leencierra. Este problema exige una granvariedad de soluciones, y el autor las ha

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dado todas. Esta parte toca principalmentei los arquitectos; y lo que toca entera-mente á los legisladores es la administra-cion interior de la casa, que es de lo quetrata la segunda parte de esta memoria

PARTE SEGUNDA.

De ¿a adininzstracion del panóptico

La administracion de las cosas de-peni-tencia es uno de los objetos sobre los cua-les es mas difícil reunir las opiniones;porque cada hombre, segun la diferenciade sus disposiciones, prescribe medidasdiferentes de severidad 6 de indulgencia.Algunos olvidan que un preso, encerradopor sus culpas, es un ente sensible; yotros no reflexionan que su estado es uncastigo: los unos quisieran quitarles todoslos pequeños goces que pueden mitigar sumiseria, al paso que los otros claman con-tra la inhumanidad sobre todos los puntosde esta diciplina penitencial.

Yo voy á sentar algunos principios fun-damentales, que por desgracia aun dejan

SEGUNDA PARTE.

De la administracion del Pandptico . . . 2211Rcglade dulzura .............223

Regla de severidad ..... Id.Regla de economía . . . . . ....... 224Comparacion de los dos modos de adwinjs_

tracion, el ubo por contrato, yel otro de confianza . . . . . 227.

Separacion de los sexos ......• • • 239.Separacion en clases y en compañías . . . íd.Del trabajo ....... 248.Del alimento . . . . . . . . . . . . . 252.Del vestido . . * ........• • . 255.Del aseo y de la salud .........De la instrucciOn y de la ocupacion del do-

mingo . . . . . . . . . . . 261

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dado todas. Esta parte toca principalmentei los arquitectos; y lo que toca entera-mente á los legisladores es la administra-cion interior de la casa, que es de lo quetrata la segunda parte de esta memoria

PARTE SEGUNDA.

De ¿a adininzstracion del panóptico

La administracion de las cosas de-peni-tencia es uno de los objetos sobre los cua-les es mas difícil reunir las opiniones;porque cada hombre, segun la diferenciade sus disposiciones, prescribe medidasdiferentes de severidad 6 de indulgencia.Algunos olvidan que un preso, encerradopor sus culpas, es un ente sensible; yotros no reflexionan que su estado es uncastigo: los unos quisieran quitarles todoslos pequeños goces que pueden mitigar sumiseria, al paso que los otros claman con-tra la inhumanidad sobre todos los puntosde esta diciplina penitencial.

Yo voy á sentar algunos principios fun-damentales, que por desgracia aun dejan

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en la aplicacion un campo muy vasto á laincert1umbre y á las opiniones contra-rias; pero que á lo ménos tienen la ven-taja de aclarar la cuestion, y poner á laspersonas que disputan en estado en en-tenderse.

Antes de todo conviene recordar suma-riamente los objetos á que debe mirarseen toda institucion de esta clase. Retraerde la imitacion de los delitos con el ejem-plo de la pella: prevenir los delitos de lospresos durante su cautividad : mantenerentre ellos la decencia : conservar su sa-lud y la limpieza, que es parte de ella:estorbar su fuga: procurarles medios desubsistencia para el tiempo de su soltura:darles las instrucciones necesarias: hacer-les adquirir hábitos virtuosos: preservar-les de todo mal trato ilegítimo: procurarlesel bien estar de que es susceptible su es-Lado, sin ir contra el objeto del castigo:y en fin, lograr todo esto por medios eco-nómicos, por una administracion intere-sada en el buen éxito, y por reglas desuhordinacion interior, que ponen á todoslos empleados bajo la mano del gefe, y ál

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gefe mismo bajo los ojos del público estosson los diversos objetos que se deben bus -car en el establecimiento de una carcel.

Todos los planes que se han propuestohasta ahora son defectuosos, 6 por un ex-ceso de severidad, 6 por un exceso de iii-dulgencia, 6 por una exageracion en losgastos, la cual ha hecho que todo se ma-logre. Las tres reglas siguientes serviránmucho para evitar estos diferentes er-rores.

Regla de dulzura.

La condicion ordinaria de un preso con-denado á un trabajo forzado por largotiempo no debe estar acornpaiada de ma-los tratamientos corporales, perniciosos6 peligrosos para su salud ó para su vida.

Regla de severidad.

Salvos los miramientos debidos á la vi-da, á la salud, y al bien estar físico, unpreso que sufre esta pena por delitos quecasi siempre se cometen por individuos dela clase mas pobre, no debe gozar de unacondicion mejor que la de los individuos

(24)de la misma clase que viven en un estadode inocencia y de libertad.

Regla de economía.

Salvo lo que se debe á la vida, á la sa-lud, al bien estar físico, á la instruccionnecesaria y á los recursos futuros de lospresos, la economía debe ser una conside-racion de primer ¿rden en todo lo queconcierne á la administracion; pero no sedebe admitir algun gasto público ni dese-char ganancia alguna por motivos de se-veridad 6 de indulgencia.

La regla de dulzura está' fundada enrazones de la mayor fuerza. Los rigoresque afectan la vida y la salud de lospresos encerrados en el secreto de una car-cel, son absolutamente pérdidos para elobjeto principal de las penas legales, quees el ejemplo. Por otra parte, como estosrigores se prolongan durante un largo pe-riodo, la prision se convierte en una pe-na mas rigorosa que otras penas que en laintencion de la ley deben ser mas severas.Así por un trastorno de la justicia, unos

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hombres menos culpados que otros se hal-lan condenados á un castigo mayor: y enfin como estos rigores abrevian la vida,son equivalentes á una pena capital, aun-que no se les dé este nombre. Si el poderejecutivo expone pues la vida de los pre-sos con severidades que el legislador noautoriza, comete un verdadero homici-dio; pero si el poder legislativo autorizaestas severidades, el resultado es que nocondena á un hombre á muerte, y que sinembargo le hace morir, no por un supli-cio de un instante, sino por un supliciolento y horrible, que dura a veces mu-chos afios: y resulta tambien que estospresos no son castigados con proporcion•á la enormidad de sus delitos, sino conproporcion á su fuerza mayor 6 menor,y á sus faculdades de resistir mas 6menosá los rigores del trato que se les

La regla de severidad no es menos esen-cial; porque una prision que ofreciese ilos delincuentes una situacion mejor quesu condicion ordinaria en el estado de ino-cencia, seria una tentacion para los hom-

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bres flacos y desgraciados, ¿ á lo menosno tendria el carácter de la pena que debeintimidar al que se siente tentado á co-meter un delito.

La regla de economía siempre impor-tante en si misma, lo es mucho mas en unsistema en que se ha querido remover laprincipal objecion que se ha puesto siem-pre contra la reforma de las prisiones; ásaber el excesivo gasto; y convenia hacerver que el sistema propuesto reunia todaslas otras ventajas á la de una economíasuperior.

¿Pero cómo podrá lograrse la economía?por los mismos medios que la hacen rey-nar en un obrador ó en una fábrica. Losestablecimientos públicos están expuestosá descuidos ó robos; pero los estableci-mientos particulares prosperan bajo lacustodia y vigilancia del interés personal:luego se debe confiar á la vigilancia del in-terés personal la economía de las casas de

jitencia. Este artículo es esencial, ypide una explicacion detenida y circuns-tanciada.

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Comparac ion de los ¿os modos de acbizinistracion el uno por contratQ, y elotro de conJ2anza.

Solamente se puede escoger entre estasdos especies de admimstracio.i : admi:nis-tracion por contrato, ó admiiiis traciwi deconfianza. La administracion por contratoes la de un lionibre que trata con el go-bierno, que se encarga de guardar y man-tener á los presos á tanto por cabeza, yque aplica el trabajo y la industria de el--los á su provecho personal, corno hace unmaestro con sus apreiidices. La administra-cion de confianza es la de un solo iidivi--duo, 6 de una junta que hace los gastosdel establecimiento á costa del público, ypone en el tesoro público los productos deltrabajo de los presos.

Para determinarse cii la eleccion de es-tos dos medios, bastaría al parecer propo-ner las cuestiones siguientes: ¿ de quién sedebe esperar mas zelo y vigilancia al fren-te de un establecimiento de esta naturaleza? ¿del que tiene mucho interés en que

(28)

prospere, 6 del que tiene muy poco, 6 nin-guno? ¿ del que participa igualmente delas pérdidas y de las ganancias, 6 del quetiene las ganancias sin las pérdidas? ¿ deaquel cuyas ganancias serán siempre pro-porcionadas á su buena conducta, 6 deaquel cuyos emolumentos están seguros, yson siempre los mismos, que administrebien 6 que administre mal?

La ecoiiomia tiene dos grandes enemi-gos, el peculado y la negligencia, y unaadministracion de confianza está expuestaal uno y al otro; pero una administracionpor contrato hace la negligencia improba-ble, y el peculado imposible.

No se dice que unos administradoresdesinteresados nunca desempeñasen losdeberes de sus empleos: el amor al poder,á la novedad y á la reputacion: el espfritupúblico y la benevolencia son motivos quepueden conservar su zelo é inspirarlesvigilancia; pero el empresario por contra-to, ¿ no puede también ser animado porestos diversos principios? El peso de unnuevo motivo, ¿ destruiria la influenciade los otros? El amor al poder está sujeto

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dormitar; el interés pecuniario nunca seduerme: el espíritu público se entibia, yJa novedad se borra; pero el interés pecu-niario se hace mas fuerte y mas ardientecon la edad.

Concedámos que los administradoresdesinteresados nunca serán culpables depeculado ni de negligencia grosera: ¿ po-drán nunca montar los resortes de la eco-nomía y del trabajo en el mismo punto queun hombre interesado personalmente en elbuen éxito de sus cuidados? Bueno ymalo son términos de comparacion: vues-tra administracion puede pare ceros flore-ciente y productiva, y sin embargo, nopodéis saber qué epiteto merece hasta quela hayáis visto en manos interesadas. Estees su verdadero criterio; pues puede serbuena en Comparacion de lo que ha sido. ,y mala en comparacion de lo que podria ser.

Hay aun mas: los administradores de-sinteresados, es decir, que no tienen comoel empresario los provechos de la casa,gozan sin embargo de un salario, hagansu obligacion ¿ no Ja hagan : pues ahorabien, un salario es un gran motivo para

TOMO VII. 20

( 230 )

tomar un empleo; pero no lo es para de-sempeiar exactamente sus funciones; yal contrario, debilita la union que debeexistir entre el interés y la obligacion.Cuanto mas considerable es este salario,tanto mas pone a un hombre sobre su em-pleo, tanto mas le lanza en medio delmundo y de los placeres, tanto mas ledisgusta de una atencion que le pareceservil y minuciosa; y si el salario es bas-tante grande, el funcionario público buscaal instante un oficial ¿ un diputado quehace todo el trabajo; de manera, que loque hace que éste marche, no es lo quedais al ge fe, sino lo que el gefe da á susubdelegado. El salario mismo en propor-cion de lo grande que es, tiene una ten-dencia funesta á no dejar eleccion paralos empleos sino entre los hombres masincapaces, porque las plagas muy dotadassiempre son para intrigantes acreditados,hijos mimados de la fortuna, que son, nolos coitesanos, sino los criados de los mi-nistros, y de cada ministro, cuyo méritoconsiste en su opulencia, al paso que suti tido con sis Le en sus necesidades, y cuyo

(3i )orgullo es tari superior i la aplicaciou delos negocios, como son inferiores sus ta-lentos.

Se hallarán sin duda algunos adminis-tradores que querrán servir sin interéspor el honor y el bien público; pero aun-que puedan trabajar mejor que los que tu-viesen sueldo, nunca trabajarian tambiencomo un empresario. Amar el poder y laautoridad de un empleo, no es siempreamar la fatiga y las incomodidades de él,

y aun amar las funciones miéntras tienenel barniz de la novedad, no da seguridadde que se amarán cuando la novedad hayapasado. Por otra parte, donde no se hallael zelo del interés, puede siempre faltarmucho á la actividad de la industria.

Pero la grande objecion contra los ad-ministradores gratúitos, es que cuantomas seguro está un hombre de obtener laconfianza pública, tanto ménos esfuerzoshace para merecerla. La envidia es la al-ma del gobierno; y la trasparencia de Jaadministracion, si puede decirse así, es laúnica seguridad durable; pero la traspa-rencia misma no basta, si no hay obser-

(232)

vadores curiosos que lo examinen todocon atencion. Véase al empresario porcontrato: todo el mundo le espia con des-confianza, todo el mundo le mira como unagente sospechoso, que es menester noperder de vista para que no tiranice yoprima á los presos; se ponderarian todasSUS faltas, y se publicarian todas sus in-justicias; pero el administrador gratúito,encantado de su propia generosidad, espe-ra de todo el mundo una estimacion casiciega, una deferencia casi ilimitada, yparece que desde la altura de sus virtu-des dice al piib1ico, «que un hombre co-

mo él, que sirve sin interés, y despre-cia el dinero, tiene derecho á la con-

» fianza y al respeto: que las sospechasle ofonderian; y que si se digna de dar

» cuentas, esta es una obra de superero-)) gacion á que nada le obliga mas que su

honor. » El público piensa del mismo¡nodo, y si alguno se atreve notar losabusos, los descuidos y aun las vejacio-nes de esta administracion generosa, selevanta contra él un grito general de iii-dignacion.

( 233 )Por lo que toca á los inconvenientes de

una administracion confiada á muchas per-sonas, todos los que tienen alguna expe-riencia los conocen. La multiplicidad delos administradores destruye la unidaddel plan, causa una fluctuacion perpetuaen las providencias, y acarrea la discor-dia: y después de una lucha larga y penosaentre los asociados, el mas fuerte ó el masporfiado queda dueño del campo de ba-talla. Si el poder es susctptible de parti-ci.on , los administradores se componenentre si para ser cada uno absoluto en suramo, y corno la naturaleza repara loserrores de un médico, un contrato tácitocorrige así el vicio de la ley en una juntade administracioii.

A. mas de todo esto, el público, quesiempre enamorado de la virtud y de lagenerosidad en teoria, querria mas perdercincuenta mil libias por negligencia, quever que un hombre gane mil por pecula-do, no dejará de gritar que el plan de po-ner á los presos entre las manos de unempresario, es un plan inhumano, una

2O

( 234 )usura bárbara, y que se expone á estosinfelices á todos los malos tratamientosque pueden resultar de la codicia de suamo, interesado en darles un mal ali-mento, y en sujetarlos á un trabajo exce-sivo. Una comparacion que se presentapor si misma con la esclavitud de los ne-gros, concluirá el cuadro, y hará muyodioso este proyecto.

Con todo este hermoso lenguage de hu-manidad, los presos han sido hasta ahoralos mas desgraciados de los entes: esto vie-ne de que todo se reduce á hacer regla-mentos, y los reglamentos serán siemprevanos hasta que se haya hallado el mediode identificar el interés de los presos, yel de su gobernador, lo que no puede lo-grarse sitio con la administracion por em-presa.

Están tan ligados en este estab1ecmientolos debéres del empresario, para con losindividuos confiados á su cuidado, con suinterés propio, que se verá precisado áhacer por su propia utilidad lo que noquerría hacer por la de ellos.

( 235 )El principio general es el mismo para

asegurar los debéres de la humanidad ylos de la economía.

Se le debe asignar un beneficio quecrezca en proporcion del bien que haga, ysujetarle a una pérdida proporcionada almal que resulte de la omision de sus de-béres.

Los seguros sobre la vida de los hom-bres son una hermosa invencion que puedeaplicarse á muchísimos usos; pero sobretodo, en el caso CII que se trata de ligarel interés de un hombre á la conservacionde muchos.

Supongámos trescientos presos, y quepor un cálculo medio de las edades, y ha-ciendo entrar en él las circunstancias par-ticulares de los habitantes de una prision.,se computa por ejemplo que cada año Mo-

rirá uno de veinte: dénse al empresariodiez libras esterlinas por cada hombre quedebe morir, es decir, en la suposicion quehémos hecho, ciento y cincuenta librasesterlinas; pero con la condicion de que alfin del año pagará diez libras esterlinaspor cada individuo que haya perdido, sea

( 236)por muerte, 6 sea por fuga. Se podrá si sequiere doblar esta suma para aumentar lainfluencia de su interés: y si se halla masrico al fin ¿(el año, si hace en cierto modouna economía de la vida humana, ¿ quédinero debe sentirse ménos que el que sehaya empleado en comprar la conservacioliy el bien estar de muchos hombres?

Pero no debe fiarse en este solo medio,cualquiera que sea su energía real, fun-dada en un interés fácil de calcular. Lapublicidad es la primera de las fianzas:ella lo perfecciona todo, y es el mejormedio de poner en accion todos los mo-tivos morales y todos los recursos inte-lectuales. Pues ahora bien una cárceledificada con arreglo al principio panóp-tico, es como transparente, y llena eldeseo de aquel virtuoso romano que hu-biera querido vivir en lo interior de sufamilia á la vista del público. El panópti-co es un espectáculo patente á todo elmundo, y basta en cierto modo una mi-rada para verlo todo entero. Cualquierapuede juzgar por si mismo si el empresa-rio cumple con las condiciones de su eni

(23'7)pleo, y él no tiene que esperar favor;porque el público mas propenso á la com-pasion que al rigor, siempre creerá quelas quejas de los presos merecen ser me-jor escuchadas que las razones del em-presario.

Para aumentar la fuerza de esta sancionse le obligará á publicar todas sus cuentas,todo lo que ha hecho, todos los pormeno-res de su gobierno, cii una palabra, todala historia de su prision; y esta cuentaserá jurada, y se someterá á un exárnencontradictorio.

Pero para alejar todo interés pecuniarioque pudiera moverle á disimular, es me-nester que su empleo le esté aseguradopor toda su vida, bajo las reservas ordina-rias de buena conducta; porque no seríani prudente ni justo, obligarle á publicartodos sus medios de ganar y sacar partidode esto contra él, ya sea para aumentarel precio de su contrato, ya sea para llamar otros concurrentes.

Pero bien se vé que, aunque las condi-ciones de estos contratos sean al principiopoco ventajosas, luego se liarán mejores

( 238 )para el gobierno, á medida que el interésparticular haya perfeccionado estas em-presas. Un hombre industrioso hará unaganancia legítima, tal vez considerable;pero el gobierno se aprovechará de esto enlos tratos subsiguientes.

Lo repito otra vez, porque convieneinsistir cuando se atacan preocupacionespúblicas, y sobre todo preocupaciones res-petables. Todo sistema de administracion,fundado en el desinterés real 6 presumido,es ruinoso en sus bases, y aunque puedatener en el principio un buen éxito mo-mentáneo., no será durable. El motivo conque se debe contar mas, es aquel cuya in-fluencia es mas poderosa, mas continua,mas uniforme y mas general, y este mo-tivo es el interés personal, corregido porla mayor publicidad.

Despues de haber probado que una ad-ininistracion por contrato promete masvigilancia y economia que cualquiera otraespecie de adrninistraciou, voy á entrar enel examen de los diferentes objetos delgobierno interior de estos asilos de peili-1 encia.

( 239 )

Separacion de los sexos-

El medio que desde luego se presentapara efectuar esta separacion, es tener dospanópticos; pero la razon de economía seopone á esto, tanto mas, cuanto en el nú-nero total de los presos no habrá un ter-cio de múgeres; y haciendo dos estableci-mientos para los dos sexos, se tendráncomparativamente pocos individuos parael uno, y demasiados para el otro, sin quese pueda acomodar el sobrante de modoque se establezca el nivel entre los dos.

En la obra inglesa se explica largamen-te cómo puede salvarse esta dificultad enel panóptico , poniendo en un lado las cel-das de los hombres, y en el otro las de lasmúgeres y como, con precauciones deestructura, de inspeccion y de discipli-na, puede prevenirse todo lo que pudieraofender a la decencia.

Separacion en clases y en compafu'as.

La mayor dificultad ha sido hasta aho-ra ci repartir los presos en lo interior dede las cárceles. El modo mas comun, y

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sin embargo el mas defectuoso en todo, esel confunuirlos juntos, poner á los jóve-nes con los viejos, á los ladrones con losasesinos, á los deudores con los delincuen-tes, y amontonarlos en una prision comoen una cloáca, en la cual lo que no estámas que medio corrompido, no tarda enser atacado de una corrupcion total, y enque la fetidéz del ayre es ménos dañosa ásu salud, que la infeccion moral es nocivaz. SU corazon.

Desde luego se conoce que el ruido, laagitacioli, el tumulto, y todas las escenasque continuamente ofrece el interior deuna cárcel en que están acinados los pre-sos, no dejan intervalo alguno en quepueda trabajar la reflexion, y en que elarrepentimiento puede brotar y fructi-ficar.

Otro efecto no menos palpable de unaasociacion semejante, es endurecer á loshombres contra la vergüenza. La ver-güenza es el temor de la censura de aque-llos con quienes vivimos; y el delito,¿puede ser censurado por delincuentes?¿cuál de ellos se condenará á sí mismo?

( 241 )

¿ cuál no procurará adquirir amigos masbien que enemigos entre aquellos con quie-nes está forzado á vivir? La opinion quenos sirve de regia y de principio es la ¿lelas gentes que nos rodean. Unos hombressecuestrados de este modo hacen un pú-blico á parte: su lengua y sus costumbresse asimilan, y por un consentimiento tá-cito é insensible se hace una ley local,cuyos autores son los mas abandonadosde los hombres; porque en una sociedadsemejante los mas depravados son los masaudaces, y los mas malvados se hacen te-mer y respetar de los otros. Este público,compuesto de este modo, apela de la con-denacion del público exterior, y revocasus sentencias; y cuanto mas numeroso eseste pueblo encerrado en este recinto,cuanto mas ruido hacen sus clamores,tanto mas fácil es ahogar en el tumultola dhi1 voz de la conciencia, el recuerdode aquella opinion pública que ya no seoye, y el deseo de recobrar la estimacionde los hombres que ya no se ven.

El modo mas opuesto á este es el con-finar á los presos en una soledad absoluta

ToMo VII. 21

( 242 )

para substraerlos enteramente al contagiomoral, y entregarlos á la reflexion y alarrepentimiento; pero el juicioso y buenHowrard, que ha hecho tantas observacio-nes acerca de los presos, vió y conoció per^fectarnente que la soledad absoluta, queproduce al principio un efecto saludable,pierde prontamente su eficacia, y hacecaer á un infeliz cautivo en la desespera-cion, en la locura 6 en la insensibilidad.En efecto, ¿ qué otro resultado puede es-perarse cuando se deja a una alma vacía,atormentarse á si misma por meses y porakios enteros? Esta es pues una penitenciaque puede ser Útil por algunos dias paradomar un espíritu, de rebelion; pero queno se debe prolongar, así como la quina yel antimonio no deben usarse como ali-mentos ordinarios.

La soledad absoluta, tan contraria á lajusticia y a la humanidad, cuando se ha-ce de ella un estado permanente, es taxn-bien por fortuna combatida por las masfuertes razones de economía, porque exigeun gasto enorme en edificios : dobla losgastos para alumbrar, conservar la lini-

(243)pieza, y renovar el ayre limita la ele c-don de los trabajos estrechando demasiadola extension de las celdas, y excluyendolas profesiones que exigen la reunion dedos ó mas trabajadores: perjudica tambiéná la industria, ya porque no hay mediode dar aprendices á ciertos artesanos ex-perimentados, y ya porque él abatimientode la soledad destruye la actividad y laemulacion que se extienden en un trabajohecho en compañía.

El tercer sistema consiste en agrandarlas celdas, y darlas bastante capacidadpara recibir a (los, tres, ó cuatro presos,y aun mas, asimilándolos, como muypronto diré, del modo mas convenientepor los caracteres y las edades.

La construccion misma del pan6pticodá tantas seguridades contra las subleva-ciones y conspiraciones entre los presos,que no debe temerse su reunion en peque-ñas compañías, porque iiada hay que pue-da favorecer su evasion, y hay muchosmedios combinados para hacerla imposible.

Se dirá tal vez que esta sociedad serámas bien un escuela de delitos en que los

( 244 )mnos perversos se perfeccionarán en elarte de la maldad con las lecciones de losque tienen una larga práctica de ella; perose puede prevenir este inconveniente dis-tinguiendo á los presos en diferentes cla-ses segun su edad, el grado de su delito,la perversidad que manifiestan, la aplica-cion al trabajo, y las señales que dan dearrepentimiento. El inspector debe serbien poco inteligente y bien inaplicado,si en poco tiempo no conoce el carácter desus presos; lo bastante á lo niiios paracombinarlos de manera que de su asocia-cion resulte un freno natural, y un mo-tivo de subordinacion y de industria.

No debémos dejarnos engañar por laspalabras : todos los que están presos sonculpados; pero no todos están perverti-dos. El libertinage, por ejemplo, no esla misma cosa que la violencia, y aque-llos cuyas culpas consisten en actos de unainiquidad tímida, como los rateros y losladrones mañosos, son mas de temer encalidad de corruptores y maestros de mal-dad, que en calidad de hombres peligrosospara la seguridad de la prision, y por l

(!i5)audacia de sus empresas. Los que pr laprimera vez se han abandonado al delitopor la tentacion de la pobreza y del ejem-plo, se distinguen muy fácilmente de losmalhechores endurecidos. La embriaguez,fuente de taitos delitos, no puede ense-íiarse en una casa de peintencia cii queno hay medio alguno de embriagarse. Tu-depend icntem ente de estas diferei ic iasesenciales, bien pronto se reconoce tulos que tienen Lilia disposicion inas visibleá refbrinarse, y contraer nuevos hábitosy todas estas observaciones serv:iráii paraformar las asimilaciones de las celdas, ylas compañías de los presos.

Despues de esta precaucion fundamen-tal, ¿ qué hay que temer? ¿ el libertiiiage?El principio, de la inspeccion le hace ini-posible. ¿Los arrebatos y las riñas? LosOJOS que lo ven todo descubren los prime-ros movimientos, y separan al punto álos caracteres irreconciliables. ¿ Dirá elcorruptor que no hay riesgo en el delito?La prueba de lo contrario está en su mis-ma situacion. ¿ Hará una pintura atrac-tiva de los placeres? Este placer se ex-

(246)tinguió, y el castigo, como salido de suscenizas, está siempre presente á su ima-ginacion por la memoria de lo pasado,por lo que padece actualmente, y por laperspectiva ¿e lo venidero : ¿dirá que nohay oprobio en el delito? Ellos están su-mergidos en la humillacion, y cada uno(le ellos no tiene por apoyo mas que dos¿ tres compañeros

Una materia de conversacion mas na-tural y mas consoladora se les presentanaturalmente, que es la mejora de su es-tado presente y futuro: ¿ qué harán parasacar mas partido de su trabajo? ¿en quéemplearán lo que ganan ahora que no pue-den dejar de trabajar, y que es imposibletoda disipacion? ¿ qué uso harán de su li-bertad cuando se haya acabado el términode su prision, y á qué podrán aplicar suindustria? Los que hayan acumulado ga-nancias inspirarán emulacion á los otros;como el interés del momento fué el quelos hizo caer en ci delito, el interés delmomento los restituye á una buena con-ducta: y así una reforma mútua es á lo

(27)

menos tau probable corno una corrupcioiiprogresiva.

Las pequeías asociaciones son favora-bles á la amistad, que es la hermana delas virtudes, y un afecto durable y hon-rado será muchas veces el fruto de unasociedad tan íntima y tau larga.

Cada celda es una isla, y los habitantesson unos marineros desgraciados que,arro-jados en una tierra aislada por un nau—fragio comun, son deudores el uno al otrode todos los placeres que puede dar la so-ciedad : alivio necesario, sin el cual sucondicion, que no es mas que triste, seharia horrible.

Si hay entre ellos algunos hombres vio-lentos y coléricos, se les reduce i la sole-dad absoluta hasta que se amansan, y seles priva de la sociedad para eiiseiiarles áconocer el valor de ella.

Este es un fondo de amistades que seles prepara para el tiempo en que vuel-van al mundo. Así se previene uno de losmayores inconvenientes que acompafianá las prisiones en las casas de penitencia;porque la desgracia de no tener ya amigos

( 248 )en el es Lado de libertad, los vuelve casisiempre á los excesos do su 11rne11 vida;pero al dejar la escuela de la adversidadserán corno unos antiguos camaradas queIban hecho juntos sus estudios.

Admitiendo la distribucion de los pre-sos en pequeñas compañías formadas segunlas conveniencias morales, se debe tenermucho cuidado de no apartarse jamas deeste principio, y de 110 permitir en casoalguno una sociedad general y confusa.,que podría destruir en un momento todoel bien que se hubiera hecho. La obra iii-glesa comprehende largos detalles sobre unplata para hacer pasear á los presos Sin

romper las divisiones v°' compañías; peroeste plan no es mas que un accesorio de]proyecto, pues que no sería necesario sinocii el caso en que no hiciesen bastanteejercicio en sus trabajos.

.Del trabajo.

Pasemos í la ocupacion del tiempo, ob-jeto de una importancia infinita, yarazones de economía, ya por principiosde justicia y de humanidad, para suavizai

(49)k suerte actual de los infelices, y paraprepararles los medios de vivir honrada-mente del fruto de su trabajo.

Ninguna razon hay para prescribir alempresario la especie de trabajo en quedebe ocupar á sus presos, porque su iiite--rs le descubrirá bien cuáles son los maslucrativos. Si el 1eislador se mete á re-glamentar, siempre se engafiará: si órdenatrabajos poco provechosos, su reglamentosson perniciosos si ordena los trabajos masútiles, sus reglamentos son superfluos ypor otra parte los trabajos útiles en. esteakío acaso no lo serán en el aíio siguiente;y nada es mas absurdo que el gobernarcon leyes la industria y ci interés, queespia esencialmente las necesidades.

Una falta que debe decirse porque escomuii, es imaginar que se debe condenari los presos á ciertos trabajos rudos y pe-iiosos , frecuentemente inútiles , solo porfatigarles. Howard habla de un carceleroque babia hecho un monton de piedras enuit extremo del palio de la cárcel, y mandaba á los P1!Sos llevarlas al otro extre-mo: despues necesitaban volver las á su

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primer lugar, y así continuaban todo eldia. Cuando se le preguntó el objeto deesta graciosa industria, dijo que era prhacer rabiar á todos aquellos pícaros.

Es una imprudencia muy funesta la dehacer odioso el trabajo, presentar en él unespantajo á los delincuentes é imprimirleuna especie de infamia. El horror de unaprision no debe recaer sobre la idea deltrabajo, sino sobre la severidad de la dis-ciplina, sobre un vestido humillante, so-bre un alimento grosero, sobre la privacionde la libertad. La ocupacion en vez de serun castigo para el preso debe concedérselecomo su consuelo y un placer, y con efec-to es dulce en sí misma comparada con laociosidad forzada, y su producto la daráun doble sabor. El trabajo, padre de la ri-queza; el trabajo, el mayor de los bie-nes.... ¿por qué pintarle como una mal-dicion?

El trabajo forzado no es hecho para lascirceles, y si hay necesidad de producirgrandes esfuerzos, esto se logrará con re-compensas y no con penas. La fuerza y laesclavitud nunca adelantarán tanto en la

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carrera como la emulacion y la libertad.¿Como se podrá obligar á un preso á lle-var el peso de que un ganapan se cargacon gusto por cuatro reales? fingiria queel peso le agoviaba: ¿y cómo podria des-cubrirse el fraude? Tal vez le agoviariaen efecto, porque la fuerza del cuerpo estáen razon de la buena voluntad; y cuandoesta carece de energía, los misculos notienen resorte.

El trabajo debe durar todo el dia, ex-cepto el intervalo de las co:nidas; peroserá conveniente que se sucedan trabajosdiferentes, y que los haya sedentarios ylaboriosos, á que se aplique á los hombresalternativamente; porque una ocupacionconstantemente sedentaria 6 constante-mente laboriosa produciria una melanco-lía sombría, sobre todo en un estado decautividad, ó arruina-ría la salud; pero laalternativa del uno al otro llena el dobleobjeto del descanso y del ejercicio. Lamezcla pues de las ocupaciones es una ideafeliz para la economía de las casas de pe-nitejicia.

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Del alimento.

Se deben evitar dos errores principalessobre el alimento de los presos. Los mashan creido que debe limitarse la cantidadde él dando medidas y pesos fijos; peroesto es un verdadero acto de inhumanidadpara todos aquellos que no tienen bastantecon la racion; y es un castigo muy desi-gual que ho se proporciona al grado deldelito, sino a la fuerza 6 á la flaqueza deun hombre, y muy cruel, porque no esuna injusticia de un dia ni de un mes,sino de muchos años. Si la hambre de undesgraciado no queda satisfecha luego queha comido, ciertamente no se desminuiráen eT intervalo, y así experimentará unaincomodidad perpetua, y una languidezque poco á paco arruinará sus fuerzas.Este es un tormento verdadero, con estadiferencia, que en este caso el tormentose aplica al interior del est6mago en vezde aplicarlo á los brazos y á las piernas.

¿Por qué aun no se ha dicho con pure-za que se debla alimentar á un preso se-

(253)gun la medida de su apetito? ¿no es estala idea mas sencilla, y lo primero que exi-ge la justicia?

El segundo error en que se ha caido poruna bondad mal entendida, es el proponerque haya variedad en los alimentos de lospresos, tanto que algunos reformadores, yentre otros el buen Hward, mas Indul-gente para los otros que para si mismo,han querido que se les dé carne á lo ninosdos veces por semana, sin reflexionar quelos mas de los habitantes del campo ymuchos de las ciudades no pueden adqui-nr este primer objeto del lujo. ¿Deberárealizarse para los, que por sus delitos hanperdido la Iibcrtad,el deseo de Enrique w,que no es todavía mas que una espe-ranza remota para tantos labradores vir-tuosos?

Este error se manifiesta en Inglaterrapor una graduacion curiosa en el alimentode los individuos, comparado con la cali-dad de estos. Los pobres mas honrados,aquellos que viven de su trabajo, apenascomen un poco de carne los doni,rtgos: lospobres que se mantieieji ái costa del pú-

TOMO VII. 22

( 254 )blico la tienen segun un cálculo mediocuatro veces por semana; y los malhe-chores presos por los delitos mas odiosos,la tienen todos los días; ¿ qué puede pen-sarse de esta diferencia?

El alimento de los presos debe ser elmas comun y el mas barato que dé el país;porque no deben ser mejor tratados quela clase pobre y laboriosa: ninguna mez-cla, porque no conviene excitar su ape-tito ¡ agua por única bebida, y nunca licoralguno fermentado: pan, si el pan es elalimento mas económico; pero el pan yaes un objeto de fabricacion, y la tierra nosdá alimentos abundantisimos y muy sanosque no necesitan ser manufacturados, ¿ esdébil y degenerada la raza de los irlan-deses que no comen mas que patatas? ¿ elmontañes de Escocia que no se alimentasino de harina de avena es tímido en laguerra?

Pero se debe dejar á cada preso la li-bertad de comprar alimentos mas variadosy mas suculentos con el producto de sutrabajo: porque la mejor especulacion,aun para la econrnuia, es excitar la indus-

( 255 )tria con una recompensa, y dar á cada unode ellos una cierta porcion de lo que ga-nan; pero para que la recompensa tengatoda su energía, debe ofrecerse bajo laforma de una gratificacion actual; y nadamas inocente puede pensarse, ni mas pro-pio para obrar en esta clase de hombres,pie un goce de tal naturaleza que adulaal mismo tiempo el gusto y la vanidad.Sin embargo, se deben siempre excep-tuar los licores fermentados; porque esimposible tolerar un uso moderado de el-los sin exponerse á excesos; pues la bebidaque no produce efecto sensible en un hom-bre, basta para que otro pierda la razon.Esta regla no es demasiado sevéra supuestoque hay muchos pobres industriosos yhonrados que nunca pueden proporcionarseeste gusto.

El vestido.

En este punto debe consultarse la economia en todo lo que no sea contrariola salud ó á la decencia. Para que el ves-tido pueda contribuir al ejemplo debe pre-sentar alguna señal de liumillacion. La

(i56)mas sencilla y la mas útil seria hacer lasmangas e1 vestido y de lá camisa de unalongitiid de4iguI para los doa baos. Estosería uia SeguriduA mas contra la eva-sion, y un medio de conocer á un presoque se hubiere óscapado, porque aun des-pues de un cierto tienipó bbria nna di-ferencia muy 'visible de color entre el bra-zo cubierto y el brazo desnudo.

Del aseo di kzsalud.

Lo pormenores en este purrtcí no sonnobles en si mismos, pero se ennoblecenpor el objeto á qué se dirigen.

La admision de un preso en su celdadebe ser precedida de una ablucion com-pleta;, y sería conveniente que se acom-pañase esta admision con algdna ceie-monja solemne, como algun rezo, unamúsica grave, un aparato capaz de ha-cer impresiou en almas groseras.¡Cuándébiles son los discursos en comparacionde lo que hiera á la imagiiacion por lossentidos!

El preso debe tener mi vestido groe-

(257 )ro, pero blanco y sin teñir, para pie nopueda' contraer alguna suicdál que w seadvierta al momento, y debe tener afeyta-da la cabeza, 6 cortado el pelo muy corto.El uso de los baños debe ser regular: no setolerará especie alguna de tabaco, ni cos-tumbre torrtraria á la práctica de las casasmas limpias, y se señalarán los dias enque se debe mudar ropa.

Toda esta délitadéza no es necesariapara la salud, pero corno una cárcel hasido casi en todas partes una rnansion dehotror, mas vale tomar precauciones ex-traordinarias que omitir alguna. Para en-derezar un arco, diñe el proverbio, es pre-ciso torcerle en sentido contrario.

Esta parte del régimen tiene ademas tuiobjeto superior; porque se ha observa-do que entre la delicadeza física y moralhay- una conexion que es obra de la ima-ginadoii, pero que no por esto es ménoscierta: Howard y otros lo han notadoM tiidado del aseo es un estiiiuiante

etilittft la pereza, acostumbra á la cireunspeccion y ensena t respetar la decenciaaun en las cosas mas pequellas; La purtza

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(258 )

moral y física tienen un Jenguage comun,y no se puede alabar una de estas virtudessin que una parte de la alabanza resaltesobre la otra. De aquí han venido aquellossistemas de purificaciones y de abluciones,á que han dado una importancia tan mi—nuciosa los fundadores de las religionesdel oriente, y aun los que no crean en laeficacia espiritual de estos ritos sagrados,no negarán su influencia corporal. Laablucion es un tipo ¡ ojalá que sea unaprofecía! ; ojalá que fuera tan fácil puri-ficar las almas de nuestros presos como suscuerpos!

El ejercicio al ayre libre es un preser-vativo para la salud; pero este ejerciciodebe, como todo lo demas, estar sujeto ála regla inviolable de la inspeccion: debeno ser incompatible con el grado de sepa-racion 6 de formacion en pequeñas socie-dades, que se haya tenido por convenien-te; y favorable á la economía, esto esproductivo si es posible y aplicado á untrabajo iatil. La obra inglesa comprehen-de muchos pormenores, de que resultaque el autor da la preferencia al uso de las

(59)grandes ruedas que se ponen en movi-miento por el peso de uno 6 de muchoshombres, y .dán una fuerza que puedeemplearse segun se quiera en mil objetosmecánicos. Este ejercicio desempefia to-das las condiciones que pueden desearse,y se puede proporcionar ti la fuerza decada individuo. Un preso perezoso no pue-de engañar al inspector, y un inspector nopuede hacer de esto un uso tiránico con-tra sus presos. Nada tiene de duro y deinhumano, pues no es mas que un mododiferente de subir por una colina, y elefecto se produce por el peso solo del cuer-po que se aplica sucesivamente á diferen-tes puntos. Por otra parte este trabajo escompatible con el plan de separacion, yaun con el de una soledad absoluta. Sepuede emplear en él á las múgeres, y nadaes mas fácil que arreglar los turnos delos presos, de modo que se les dé dos ve-ces al dia un ejercicio que no será niénosbueno para la salud, porque tenga ademasun objeto económico y útil. Estas precau-ciones son mas bien ideas susceptibles deperfeccionarse, que reglas perentorias.

(260)

Tompoco se quiere fijar la ditiibuciodel tiempo que puede variar segun clivet-SaS circunstancias, pero en un régimenque tiene por objeto la reforma de las cos-tumbres debe tenerse por principio evitartoda ociosidad, y seria una gran falta eldar 6. los presos mas de siete ú ocho horaspara dormir. La costumbre poltrona depermanecer en la cama estando despierto,es tan contraria 6. la constitucion delcuerpo, al cual debilita, como 6. la de laalma en que la indolencia y la' moliciefomentán todas las semillas de la corrur-clon. Las noches largas de Invierno debentambien tener sus ocupaciones arreg1adá,y cuando pudiera suponerse que el trabajofio valiera el gasto de las luces, aun habriatazones de humanidad y de prudencia,maig fuertes que las de la econamia, parano condenar á todas estos Infelices 6. doce6 quince horas de tristeza y de obscuridad.Nada es tan fácil como colocar las lucesfuera de las celdas, de modo que se evitetodo peligro de descuido 6 de malicia,y aun para mantener durante h noche la

( 261 )

principal fuerza del principio de h ms-peccion.

De la instruccion y de la ocupavion deldomingo.

Toda casa de penitencia debe ser unaescuela. Esto es necesario para los j5vene4encerrados en ella, pues que esta edadtierna no está exenta de los delitos que secastigan con estegénero de pena; ¿peroporqué se negaria el beneficio de la ms-truccion á unos hombres ignorantes, quepueden hacerse miembros útileg de la so-ciedad con una nueva educación? La lec-tura, la escritura, la aritmética puedenconvenir á todos; y si algunos de ellostienen principios de algim talento parti-cular, pueden cultivarse, y sacar de ellosun partido ventajoso. El dibujo es un ra-mo lucrativo de industria que sirve paramuchas artes, Y, la música podia tener Unautilidad especial llaniando mayor concu-réncia á la capilla. Si el gefe de una casasemejante juntaba á una idea exacta de suinterés una cierta medida de ardor 1 de

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inteligencia, bien pronto hallaria su ga-nancia en desenvolver las diferentes ca-pacidades de sus presos, y no podria hacersu bien particular sin hacer igualmente elde ellos. No hay maestro que tenga un in-terés tan grande como el empresario enlos. progresos de sus discípulos, pues, estosson sus aprendices y sus oficiales.

El domingo nos ofrece un espacio vacioque llenar. La suspension de los trabajosmecánicos nos conduce naturalmente á laenseianza moral y religiosa, conforme aldestino de este dia; pero como no se puedeocupar todo en estas instrucciones, que seharian inútiles, monot6nas y fastidiosassi fueran muy largas, conviene variadascon diferentes lecturas, á las cuales sepuede tambien dar un objeto moral ¿ reli-gioso con la eleccion de las obras en quese les ejercite á leer, á copiar, 6 á dibu-jar; y el cálculo mismo puede dar unadoble instruccion, presentándoles á resol-ver cuestiones que desenvuelven los pro-ductos del comercio, de la agricultura, dola industria y del trabajo.

Remito á la obra inglesa sobre el modo

( 263 )de colocar á los presos en un anfiteatrodescubierto mientras duran estos ejerci-cios, sin abandonar el principio de ]a ms-peccion y de la separacion, y sin compro-meter la seguridad de los maestros.

De los castigos.

En la prision misma se pueden cometerculpas, y por consiguiente es necesarioque haya en ella castigos. Se puede au-mentar el número de estos sin aumentarsu severidad, y se pueden diversificarútilmente segun la naturaleza del delito.

Un modo de analogía es dirigir la penacontra la facultad de que se ha abusado; yotro modo es disponer las cosas de suerteque la pena salga, por decirlo así, de lala culpa misma. Siguiendo estos principios,las palabras injuriosas pueden domarse ycastigarse con la mordaza: los golpes y lasviolencias con el vestido estrecho que sepone í los locos: y la resistencia al traba-jo con la privacion de alimento, hasta quese haya acabado la tarea. Aquí se ve lautilidad de no condenar habitualmente á

De los castigos .Provision para los presos que salgan de la

cárcel ,.. ..........266.RESUMEN. Principios característicos del Pa

nóptico ............ 274.Custddia segura. . ......... • 275.Sanidad y limpieza. . . . . . * . . . 277.Economía ......• • • • - . * . 279.ltcforrna. . . . . - . . . . . . ..... 280.

Precauciones para la soltura de los presos. 281.

Restricciones contra el interés personal delgobernador . . . . . . . . . . 282.

Otros usos del principio Parióptico . . . . 283.COMNTAR1O............... 284.

( 263 )de colocar á los presos en un anfiteatrodescubierto mientras duran estos ejerci-cios, sin abandonar el principio de ]a ms-peccion y de la separacion, y sin compro-meter la seguridad de los maestros.

De los castigos.

En la prision misma se pueden cometerculpas, y por consiguiente es necesarioque haya en ella castigos. Se puede au-mentar el número de estos sin aumentarsu severidad, y se pueden diversificarútilmente segun la naturaleza del delito.

Un modo de analogía es dirigir la penacontra la facultad de que se ha abusado; yotro modo es disponer las cosas de suerteque la pena salga, por decirlo así, de lala culpa misma. Siguiendo estos principios,las palabras injuriosas pueden domarse ycastigarse con la mordaza: los golpes y lasviolencias con el vestido estrecho que sepone í los locos: y la resistencia al traba-jo con la privacion de alimento, hasta quese haya acabado la tarea. Aquí se ve lautilidad de no condenar habitualmente á

( 264 )los presos á una soledad absoluta; porquela frecuencia haria perder su eficacia áeste instrumento útil de disciplina, quees un medio de obligar, tanto mas preciosocuanto no se puede abusar de I, y no escontrario á la salud, como los castigoscorporales: pero al gobernador no se debedar mas poder que el de condenar á lospresos á la soledad; y los otros castigossoLunente podrán imponerse en presenciay bajo Ja autoridad de algunos magis-trados.

Así es como Ja ley de la responsabilidadse muestra en toda su ventaja. Encerradadentro de las paredes de cada celda, nopuede traspasar los limites de la mas es-tricta ju*ticia: denunciar el ma&, cpcide-cer como cómplice de ¿1:

¿ qu artificio

puede eludir una. ley tan inexorable?quéconspiracion puede mantenerse contra el-la? La infamia que en todas las cárcelesse atribuye con tanta virulencia al crác-ter de delator, no hallaría .aquí base enque poder apoyarse; porque ninguno tienederecho para quejarse de lo que otro hacepor su propia conservacion. Tú me £chas

(65 )en cara mi inaikia, responderia el acu-sador; pero ¿ quJ debo yo pensar de latuya cuando sabes que seré castigado porlo que hagas., y quieres hacerme padecerpor tu gusto? Así en este plan hay tantosinspectores cuantos camaradas, y las per-sonas mismas que deben ser guardadas seguardan mútuarnente, y contribuyen á laseguridad general. Aquí puede tambiénobservarse otra ventaja de las divisionespor pequeñas compañías, porque en todaslas cárceles la sociedad de los presos es unafuente continua de faltas; pero en las celdasde los panópticos la sociedad es una fianzamas de su buena conducta.

Cubierta del herrumbre de la antigüe-dad, la ley de la responsabilidad múuaha cautivado siglos hace á los ingleses. Lasfamilias estaban divididas por decenas, ycada una respondia por todas las otras:¿y cuáles sin embargo el resultado de estaley célebre? Nueve inocentes castigadospor un delincuente. Para imprimir á estaresponsabilidad la equidad que la caracte-riza en el panóptico , ¿ qué seria necesario?

TOMO VIL 23

( 266 )Dar transpariencia á las paredes y á losbosques, y reducir á toda una ciudad enun espacio de dos toesas.

Provision para los presos que salgan dela cárcel.

Se puede creer con mucho motivo quedespués de un curso de algunos aíEios, yaun acaso solamente de algunos meses deuna educacion tan rigurosa, los presos,acostumbrados al trabajo, instruidos en lamoral y en la religion, y habiendo perdi-do sus hábitos viciosos por la imposibili-dad de entregarse á ellos, se habrán hechounos hombres nuevos; pero sin embargo,seria una grande imprudencia el lanzarlosen el mando sin custódia y sin auxilios enla época de su emancipacion, en que pue-den compararse á los muchachos, que, es-trechados mucho tiempo,acaban de quedarlibres de la 'vigilancia y cuidado de susmaestros.

No se debe poner á un preso en libertadsino cuando puede cumplir una de estascondiciones: desde luego si las preocupa.

( 267 )ciones no se oponen á esto, puede entraren el servicio del ejército 6 de la marinay esta tan acostumbrado á la obedienciaque sin mucho trabajo se haría de él unbuen soldado. Si algunos temen que seme-jantes reclutas manchain y envileceránel servicio, es porque no hacen atencion ála especie de hombres de que los engan-chadores llénan los ejércitos.

En el caso de que una nacion formecolonias, los presos estarían preparadospor su especie de educacion á ser súbditosmas útiles en estas nuevas sociedades,que los malhechores que se envian á el-las pero no se forzaria al preso que hu-biese cumplido su tiempo de prision á ex-patriarse, y solamente se le darian laeleccion y los medios de hacerlo.

Otro medio para ellos de volver á lalibertad seria bailar un hombre respon-sable que quisiese constituirse su fiadorpor una cierta suma, renovando esta cau-cion todos los años, y obligándose si no larenovaba á presentar la persona misma.

Los presos que tuvieran parientes yamigos, y los que hubieran adquirido re-

( 268 )pitaciori de juicio, de industria y de hon-radez en los aiios de prueba, no tendriandificultad en hallar fiador; porque aun-que no se toman personas de un caráctermanchado para él servicio doméstico, hayotros mil trabajos para los cuales no setiene el mismo escrúpulo, y ademas sepodriin promover las fianzas de muchos'iodos.

El mas sencillo de todos sería dar 4 quesaIite fiador el poder de hacer con el pre-so puesto en libertad un contrato 1ier unlaTgor tiempo, senrej ante al de un maestrocon Su aprendiz, de manera, que tuvieseci poder de recobrarlo, si se escapaba, yde óbteneT algunas indemnizaciones con-tra loe que hubiesen querido seducirle ytomarle á su servicio.

Esta condkion, que á primera vista pa-rece dura para el preso que ha recobradoa libertad, ts en realidad rin bien para

él, porque le asegura la éleccion entre unnúmero mayor de competidores que bus-carán el privilegio de tétier trabajadoresle que pueden estar segares.

No se entra en él ex&men de las pre-

( 269 )

cauciones necesarias para asegurarse de lasuficiencia de las fianzas. La mejor seriahacer responsable al gobernador de la cár-col de la mitad de la fianza en el caso enque esta fallase ; porque entónces tendriaun interés en conocer bien á las personascon quielt celebrase estas transaciones ju-diciales.

Pero examinéinos ahora el caso que de-be ser frecuente en que mi preso no tu-,,¡ese ni amigos ni parientes que no hal-lase fiador, y que no fuese admitido áalistarse ni á pasar á una colonia : ¿ se ledeberá abandonar á la aventura, y vol-verle así á la sociedad? Sin duda que no;porque esto seria exponerle á la miseria 6al delito; ¿ se le deberá retener sujeto co-mo ántes á una disciplina severa Tam-poco; porque esto seria prolongar su cas-tigo fuera del término señalado por la ley.

Lo que debe hacerse es tener un esta-blecimiento subsidiario , fundado sobre elmismo principio: un panóptico en el cualreynará mas libertad, donde ya no habráseñal humillante, donde podrán celebrarsematrimonios, donde los habitantes ajus-

23

(:270)

tarán su trabajo sobra el mismo pie, pocomas 6 menos que los oficiales ordinarios,donde en una palabra se puede dar tantacomodidad y tanta libertad, cuanta puedaser compatible con los principios de laseguridad, de la decencia, y de la sobrie-dad. Este establecimiento será un conven-to con reglas fijas, á excepcion de que enél no habrá votos, y de que las personasreclusas podrán dejarle luego que hallenfiador, ó desempeñen las condiciones de lasoltura.

Contra esto tal vez se propondrá unaohjecion: « el panóptico subsidiario, se• dirá, es un receptáculo para un cierto• número de oficiales que trabajan bajo• de un techo, y la experiencia ha pro-• bado que estos receptáculos son un se-• mulero de vicios. Las únicas manufac-» turas que no arruinan las costumbres,

son aquellas en que los trabajadores» están esparcidos, aquellas que, como la

agricultura, cubren toda la superficiede un país,¿ aquellas que se encierran

» en lo interior de las familias, en que' cada hombre puede trabajar en medio

(271)

de los suyos, en el seno de la inoceiicia» y del retiro. ))

Esta observacion es fundada pero no escontraria á nuestro plan; porque hay unagran diferencia entre una fábrica ordina-ria, y la que se estableceria en un panóp-tico ¿en qué casa pública ¿ particular sepuede hallar una seguridad igual para lacastidad del celibato, para la fidelidad delmatrimonio, y para la supresion de laembriaguez, causa de tanta miseria y detantos desórdenes?

Estas precauciones para los presos en laépoca de su soltura, son lo que deben serpara quitarles la tentacion y la facilidadde recaer en el delito. Se ha admiradomucho la idea de dar una cierta cantidadde dinero á los presos cuando se les poneen libertad, para que una necesidad inme-diata no los arroje en la desesperacion;pero este recurso es momentáneo, y aunpodrá ser un lazo para unos hombres quetienen tan poca medida y prevision; ydespués de un goce pasagero, tanto masirresistible, cuanto mas largas han sidolas privaciones, el dinero es perdido, la

(27)pbrea ks queda, y las seducciones 1erodean.

Esta exposleíóíi que fló cótnprhende masque las principales ideas del áútor, bastasin embargo para apreciar lo que se anun-cia en el principio de esta memoria.

Por ineho de los principios, la inspec-cioii central y la rgdrninistracion por con-trato ., se logra pbr resultado una reformaverdaderamente esencial en las prisiones:se adquiere la seguridad de la buena con-ducta actual, y de la emnienda futura delos presos: se aumenta la seguridad pú-blica haciendo una economía para el esta-do y se erea un nuevo instrtimnto degobierno, por el cual un hombre solose halla re-vestido de un poder muy glan-de para hacer el bien, y nulo para hacerel mal.

El principio panóptico puede adoptarsecon feliz éxito á todos los establecimien-tos en que se deban reunir la inspecciony la economía : no está necesariamenteligado á ideas de rigor: pueden suprimirselas rejas de hiero: se puede permitir co-inunicacion: y se puede liacr cómoda y

( 273 )nada moiesta la inspección. Una casa de m-dustria, una fábrica edificada por este plan,dá á un hombre solo, la facilidad de dirigirlos trabajos de un gran número, y pudien-do estar los cuar1xs abiertos 6 cerrados,permiten diferentes aplicaciones del prin-cipio. En un hospital pan6ptico no podriahaber abuso alguno de negligencia, ni enla limpieza, ni cilla te!wvacion del ayre,ni en la administraciorx de los rinedios:una division mayor de cuartos serviriapara separar mejor las enfermedades: lostubos de hoja de lata proporcionarian álos enfermos una comunicacion continuacon sus asistentes: una vidriera por den-tro, en vez de reja, dejaria á su eleccion elgrado de temperatura, y una cortina po-dría encubrirlos á la vista de todos. Enfin, este principio puede aplicarse con fa-cilidad y utilidad á las escuelas, á loscuarteles, y á todos los establecimientosen que un hombre solo está encargado delcuidado de muchos. Por medio de un pa-nóptico la prudencia interesada de un soloindividuo es una garantía mejor del acier-

( 274 )to,que no lo sería en cualquiera otro siste-ma la providad de muchos.

RESUMEN.

Principios característicos del panóptico.

° Presencia universal y constante delgobernador del establecimiento.

20 Efecto inmediato de este principioen todos los miembros del establecimien-to: la conviccion de que viven y obranincesantemente bajo la inspeccion perfectade un hombre interesado en toda su con-ducta.

3° Gobernador revestido de un poderdesconocido hasta ahora por el efecto deeste principio panóptico, e interesado porla constitucion misma del establecimien-to, lo mas que es posible, en la salud, enla industria, en la buena conducta, y enla reforma de las personas sujetas á él.

40 Facilidad que se da al legislador, ála nacion en general, y á cada individuoen particular, para asegurarse 4 todo mo-mento de la perfeccion del plan y de suejecucion.

( 275 )

Justódia segura.

io Edificio circular ó polígono.20 Celdas en la circunferencia para los

presos.30 Ilabitacion del inspector en el cen-

tro donde cada visitador puede ser reci-bido sin algun desorden.

4° Galerías inmediatas al deredor ¿le lahabitacion del inspector para los subins-pectores y los sirvientes.

5° Cierros exteriores de las celdas for-mados por la pared del edificio: cierrosinteriores formados por una reja de hierropara que, iiada se oculte á la inspeccion:divisiones entre las celdas por una paredde ladrillo que intercepte la comunicacionentre ellas.

6° Celosías en las ventanas de la habi-tacion y de las galerías para que los pre-sos, no pudiendo ver lo que pasa en lo in-terior, nunca estén seguros de que no seles mira.

70 Patrullas y faroles dirigidos hacialas celdas para dar á la noche Ea seguridaddel dia

( 276 )8° Espacio vacío entre las celdas y la

casa de inspeccion de alto á bajo, cubiertocii lo alto por una vidriera, y hondo porbajo, de modo que se impida toda comu-nicacion.

9 Pasos y escaleras en poco número,estrechas y guarnecidas de rejas de hierropara evitar las reuniones y no perjudicará la inspeccion.

io. Nirigun medio de llegar á los pre-sos como no sea por la habitacion del ins-pector.

i x. Foso circular en lo exterior deledificio rara hacer aun mas impracticablela fuga.

12. Espacio vacio al otro lado del fosopara diversos usos, rodeado de una paredcuadrangular.

3. Empalizada al otro lado de la mu-rella, la cual nadie podrá saltar sin ha-cerse culpado.

14. Dos cuerpos de guardia en dos án-galos opuestos entre el muro y la empali-zada.

15. Un solo camino formado por dosmuros, que vienen en ángulo recto desde

( 277 )el canino real á parar en la fachada deledificio, de manera que nadie puede acer-carse á este sin que se le observe.

G. Puertas de rejas de hierro á la en-trada del camino, pr medio de las cualesse pueda hacer fuego contra agresores malintencionados.

17. Enfrente de-esta puerta, y en ladirecciun del camino real, una pared bas-tante larga para proteger á los pasagerospacificos cii un momento de tumulto.

Sanidad y tunpieza.

i° Medios de ven tilacion perfecciona-dos: 10 por el espacio circular interior quese abre por arriba: 20 por la eStructurade las celdas, con ventanas hkia afuera,y una reja de hierro hácia adentro: 30 porlas estufas para el invierno, coustruidasde modo que renueven continuamente elayre.

20 Canales ejecutados en cada paredentre dos celdas, segun el principio in-gles, para evitar los malos olores y las su-ciedades.

Tomo VII. 24

( 278 )3° Depósito de agua al deredor de lo

alto del edificio, y tubos que la conducencdda celda.4° Suelos de piedra 6 de yeso, de ma-

nera que no haya intersticios que puedanocultar materias pútridas y porquerias.

50 Cuarto separado en que se visita átodos los presos cuando se reciben.

60 Alternativa de trabajos sedentariosy activos, estos al ayre libre.

j° Licores fermentados absolutamenteprohibidos, prohibido tambien el tabacode toda especie.

80 El pelo cortado muy corto: bañosfrecuentes y vestidos sin color, y lavadosá menudo.

9° Sanidad y limpieza aseguradas porla estancia del cirujano, del gobernador,y de los empleados que respiran el mismoayre que los presos; por la admisioii con-tinua de los visitadores, y por la concur-rencia pública á la capilla.

i o. Cuidado del gobernador interesadoen la conservacion de los presos por laconstitucion del establecimiento que lo

( 279 )obliga á pagar un tanto por cada uno quemuere.

Economia.

i Celdas que hacen las diversas fun-ciones de dormitorio, de refectorio, deobrador, y ocasionalmente de calabozo,de enfermería, de capilla y de divisionespara separar los dos sexos: establecimien-tos necesarios para llegar á poner un buenórden en cualquiera edificio distinto delpanóptico.

2° Las medidas necesarias hasta ahoraen las prisiones de paredes gruesas, yotros gastos de hierro se hacen inútiles porla imposbilidad de intentar abrir una bre-cha sin ser visto.

30 Administracion delegada al gober-nador con una peque fia suma para la ma-nutencion de cada preso, supuesto que eltrabajo de ellos le pertenece en propiedad:cuentas que se publicarán con el objeto deque sirvan para arreglar el precio en lasempresas siguientes, sin molestar al ph-

mer empresario en las diferentes tentati-

( 280 )

vas que quiera hacer pura aumentar SU

ganancia.4° Número de empleados y subinspec-

tores, disminuido asombrosamente por laperfeccion del principio panóptico, y conla ayuda de diferentes invenciones, comoi° tubos 6 vocinas de hoja de lata queatraviesan desde la habitacion del inspectorá cada celda : 20 los tubos que conducenel agua á todas partes 30 las puertas delas celdas que el inspector abre sin salirdel cuarto de inspeccion, etc.

5° Industria aumentada por la mezclay alternativa de trabajos sedentarios ylaboriosos , y por las precauciones toma-das contra los excesos de la temperatura,de manera que se ocupe todo el dia, i ex-cepcion de las horas de sueno y descanso.

Alimento aunque ilimitado en lacantidad, siempre el mas económico ysin variedad.

Reforma.

i° Los delitos comunes en todas las cár-celes,pre venidos por el principio panóptico.

20 Cuidado religioso que es constante

( 281 )con la estancia en la casa de un eclesiás-tico á cuya vista están siempre los presos.

3° Largo hábito de obediencia, de tem-planza, de tranquilidad, de limpieza yde industria, contraido bajo el régimendel principio panóptico.

4° Responsabilidad múLua entre loshabitantes de una misma celda.

50 Buenos efectos de la amistad quedebe resultar de esta asociacion prolon-gada.

° Influencia de la limpieza corpoalsobre la moral.

7° Domingo dedicado á toda especie deinstruccion que no sea contraria á los usosreligiosos.

Precaiwiones para la soltura de lospresos.

o1 Permiso de entrar en el servicio ini-litar en que basta la disciplina para ase-guiar su buena conducta.

2° Permiso de ajustarse para el servi-cio de un particular que dará fianza de labuena conducta del preso ó de volverlo ápresentar.

( 282 )30 Alicientes dados á los maestros para

que los tomen á su servicio, así como elderecho de tratar con ellos como con unosaprendices.

4° Responsabilidad del gobernador porla mitad de la fianza en el caso de queesta falle.

50 Permiso concecido al gobernador deestablecer por su cuenta un pan6ptico sub-sidiario para recibir á los presos en losmismos términos que otros maestros.

60 Prolongacion de estancia en la mismacasa, en defecto de otros establecimientosde caridad, para aquellos que por falta deindustria 6 de fuerza no hallen quienlos reciba.

Restricciones contra el intere's personal¿el gobernador.

i° Obligacion del gobernador ái publi-car todo el pormenor de su. administracioi.

2° Obligacion de recibir á todos los vi-sitadores hasta un cierto número al mismotiempo.

3° Obliga cion de dar á horas sefialadas

(283)una cantidad de alimento segun la nece-sidad del preso.

40 Prohibicion ¿le otro castigo fuera deld la soledad, sin que preceda la decisionde personas designadas por la legislaturapara los casos extraordinarios.

50 Cualquiera otra restriccion seríamuchas veces daíiosa, y seguramente su-perflua por el interés del gobernador enla conservacion de sus presos, á causa dela suma que tiene que pagar por la muertede cada uno

Otros usos del principio pandptico.

10 Aplicacion de este principio generalá todos los casos en que un gran númerode hombres debe estar constantementebajo la inspeccion de unos pocos, sea parael simple encierro de las personas acusa-das, sea para el castigo de los culpados,sea para reformar á los malos, sea paraforzar á los perezosos al trabajo, sea parafacilitar la asistencia de los enfermos, ósea para hacer fácil la enseíianza, y llevarel poder de Ja educacion á un punto incon-cebible hasta el dha.

(284)20 Establecimientos a que por consi-

guiente es aplicable: i° casas de seguridad:cárceles : 3° casas de correccion : 4° ea-

sas de trabajo: 50 hospitales : 6° nianu-facturas: 70 escuela.

3° Suficiencia de un solo hombre decoiifiana para estos establecimientos, Porgrandes que sean.

COMENTARIO.

Hace muchos aiios que la humanidad, exci-tada por la filosofía, no deja de clamar i los

. gobiernos por la reforma de las prisiones, ysus clamores no han sido del todo perdidospues no puede negarse que algo se ha mejoradola suerte de los presos ; pero esta mejora , queaun se debe mas al zelo bienhechor de losparticulares, que al cuidado de los gcfcs de lasociedad, está muy lejos de lo que podia ser. Lascárceles son todavía unas sentinas de corrup-ciun física y moral, que exhalan á veces un me-fiismo que lleva las enfermedades y la muerteá unas largas distancias de chas. El acnamientode tantos infelices encerrados en un recintoestrecho y sin ventilacion., su desaseo, su dcs-UUkZ, su escaso y mal sano alimento : todoesto reunido, solamente por una especie dprodigio ¡puede no producir una infeccion ge-.neral y mortífera. Nadie sin exponerse mucho

( 285 )

puede acercarse a socorrer y consolar á estasvictimas desgraciadas de la indolencia inhu-mana de los gobiernos, y no es solo el buenoy generoso Howard, el que despues de habersido el apóstol de las cárceles, ha muerto miar-tir de ellas.

Si la atmosfera física que se respira en lasprisiones es pestilencial para los cuerpos de lospresos, no lo es mnos para sus almas la at-rnósfera moral, si me es licito servirme de estaexprcsion: no pudiendo emplear el tiempo enocupaciones honestas lo pasan en instruirse mnt-tuamente en la ciencia funesta del delito: cadapreso presenta los adelantamientos que ha he-cho en ella como un titulo á la consideraciony respeto de sus compaixeros; y el que no eramas que estudiante ó aprendiz cuando entróen la cárcel , sale de ella maestro consumado,y con vivos deseos de saber si la práctica cor-responde á las teorías que ha aprendido enaquella escuela de perversidad y en las leccio-nes de los maestros mas zábios. Este inconve-niente es mas de bulto en las cárceles desti-nadas á custodiar presos que aun no han sidocondenados, entre los cuales hay muchos ino-centes , pues que hay muchos que serán absuel-tos, y será un milagro que estos inocentes con-serven algun tiempo su inocencia en la sociedadde tantos malvados de toda especie..

Así pues el filósofo filantrópico que halle elmodo de construir tina prision exenta de estos

( 286 )inconvenientes, y los gobiernos que &loptensus ideas , se harán acreedores al reconocimientoy á las bendiciones del género humano. Ben-tharn cree haber hallado este modo , y proba-blemente no se equivoca; pero para tener unaseguridad absoluta de ello seria necesario queSu plan se hubiese puesto en ejecucion, lo quetodavía no se ha hecho, sin embargo de ha-berle aprobado y adoptado los gobiernos deInglaterra y de Francia. El panóptico .de nues-tro autor reune i su parecer la seguridad, lasalubridad, la comodidad, la economia, y lafacilidad de corregir el carácter y los principiosmorales de los presos, es decir, de quitarlesla voluntad de volver á delinquir; y un planque presenta tantas ventajas, ¿no mereceriala pena de que se ensayase? ¿ no sería mejorgastado el dinero que se aplicase i este objeto,que el que se emplea en magnificencias inútilesde una córte? De lo que se gasta á veces enconstruir un palacio, que nunca ó rara vez seha tic habitar, sobraria dinero para hacer mu-chos panópticos.

Una prision, dice Bentham, debe ser unacasa en que vivan privados de su libertadciertos individuos que han abusado de ella,.para que ellos no cometan nuevos delitos y losotros se abstengan de imitarles por el terrordel ejemplo; y es al mismo tiempo una casade correccion., donde se debe trabajar en re-formar las costumbres de los presos, para que

(287)cuando recobren la libertad no sea este acon-tecimiento una desgracia para la sociedad ypara ellos mismos. Esta definicion hace ver queBentharn solamente habla de las cárceles enque se encierran personas ya condenadas porsus delitos, y no de la cárcel en que son de-tenidos hasta ser juzgados ciertos individuosque han dado motivo á que se les sospechedelincuentes y se examine su conducta ; de lacárcel que es una pena y no de la que es so—lamente custódia; pero muchas de las reglasque di aplica á la primera especie de prisiones,pueden aplicarse á la otra.

Hay sin ewbargo una diferencia muy notableentre ellas, y es que las últimas no tienenotro objeto que el de asegurar y tener siempreá la disposicion de la ley y del magistrado,ciertas personas de que hay motivo para re-celar la fuga; y de aquí se sigue que en ellasno debe tratarse al preso corno culpado ni ha-cerle 5ufrir alguna pena, alguna incomodidadque no sea necesaria para su seguridad, y paramantener la observancia de la disciplina y po-licía de la prision. La humanidad exige tam-bien que á presos de esta clase se les procurentodos los alivios, todos los consuelos, y todaslas comodidades que sean compatibles con ¡useguridad: que se les vista con ropas cómodasy limpias, aunque groseras : que se les dé unalimento abundante y sano, aunque comun yde poco precio : que sus encierros sean espa-

( 288 )ciosos y bien ayreados: que tengan una camaaseada en que puedan descansar : que se lesproporcione algun ejercicio corporal propiopara conservar su salud y sus fuerzas, y aunque se se les permita divertirse en pasatiemposhonestos.

Como no sería j tisto forzar á estos presos átrabajar por cuenta de otro, no pueden setmantenidos por un empresario aplicándole elproducto del trabajo, y es preciso que losmantenga el gobierno, ó mas bien la caja deindemnizaciones, ó de ascguracion de que he-mos hablado en otra parte. La experiencia de-muestra que no puede fiarse enteramente eltrato de los presos á los carceleros, hombres engeneral duros, y que á fuerza de ver pade-cer y de ser instrumentos de dolor han perdidotoda sensibilidad. En Espafia las cárceles sonvisitadas por los jueces dos ó tres veces al año ;pero estas visitadas son una pura ceremonía quenada remedia. Los jueces se fijan en una saladonde se presentan los presos que lo piden; y sino son muy imprudentes se guardarán muy biende quejarse del carcelero, de quien dependeabsolutamente su suerte ; pues la visita no se re-petirá hasta despues de pasado mucho tiempo.En lugar de estas visitas pomposas, insignifi-cantes y periódicas, que el carcelero sabe cuan-do ha de recibir, y á que por consiguiente estápreparado, podrian establecerse unas visitasdiarias sin hora fija, y estas visitas se harian

(289)dternativarncnte por un individuo del tribunal,donde hubiese un tibunal colegiado, de ma-ucra, que esta fuese una obligacion muy sa-grada de la magistratura: el juez oiria en se-creto á los presos, y ball4ria mil medios deremediar sus justas quejas sin comprometerlos;oiria tambien al carcelero, y castigaria corrcc-cionalmentc al preso que alterase la tranqui-Jidad y el buen orden en la prision, porqueel carcelero no deberia estar autorizado paraimponer estos castigos.

Si se piensa que estas visitas serían unaocupacion demasiado penosa para los jucces,nada es mas fácil que formar una junta coin-puesta de cierto número de personas respeta-bles del pueblo , dos de las cuales visiten diaria-mente las cárceles, alternando por meses ó porsemanas. En todos los pueblos de algun vecin-dario se hallan algunos habitantes honradosque viven sin necesidad de aplicarse sin in-terrupcion al trabajo, y de estos y de eclesiás-ticos, principalmente párrocos que el pueblomira con respeto y en quienes tiene confianza,deben componerse estas juntas; y para con-tentar el amor propio de los individuos que lascompongan y sacar partido de la vanidad ,pa_sion muy natural al hombre, y que puede serun instrumento muy útil en las manos de unlegislador que sepa servirse de él, los magis-trados los tratarian con mucha considcracion,escuchándoles siempre que quisiesen hablarles

Tomo \Tj

( 290 )y conflán(lolcs la policía de las prisiones con unacierta autoridad sobre los empleados en ellas ; yaun convcndria tal vez scialarles un lugar dis-tinguido en las funciones y ceremonias ptblicas:¿ quien sabe ci partido que un administrador fi-lósofb y prudente puede sacar de la vanidad bienmanejada? No hay una pasion por la cual se pue-da gobernar y conducir al hombre mas fácil.-mente y á mnos costa: las cosas que se hacenPo,. una cinta, una cruz ,un titulo vano y un tra-tamiento insignificante , son una buena pruebade la fuerza del resorte moral de la vanidad

Yo conozco algunas juntas de estas, estable-cidas con un feliz éxito para el cuidado de loshospitales , ¿ y por clud estos establecimientosaplicados á las cárceles no producirian los mis-mos efectos ? Los diputados ( llamdmolos así )visitarian las prisiones á horas en que no fuesenesperados : asistirian á las comidas de los pre-sos , visitariai sus ropas, sus camas y sus en-cierros , y cuidarian (le que en todo hubieramucha limpieza, sin la cual no puede conser-varse la salubridad oiriau en particular lasquejas de los desdichados, y cuando las halla-sen fundadas, las pasarian á Ja noticia del ma-gistrado activarian SUS procesos intercederianpor ellos: solicitarian á su favor la conmisera-cion publica: y los consolarian y sostendrianen su miseria por todos los medios que inspi-ran la religion y la humanidad : procurarianque se ocupasen en un trabajo compatible con

( 291 )

la seguridad y disciplina de la cárcel; y cui-darian de que el producto de este trabajo , quecleberia ser voluntario, se invirtiese en bene-ficio del que le hubiese hecho. No sé si me hgoilusion; pero me parece que estas juntas bienorganizadas, y que yo no hago mas que bos-quejar , mejorarian mucho el estado de las pri-siones, y las purificarian de la infeccion físicay moral que hoy rcyna en ellas.

Tal vez todos los principios del panópticode Benthain no podrian aplicarse á las cárcelesde pura custódia, que deben estar dentro delas poblaciones , y cerca cuanto se pueda dellugar en que el tribunal tiene sus audiencias;porque es necesario que los presos se presentenfrecuentemente á los jueces : pero se podrianaplicar muchos de aquellos principios , y sobretodo seria muy conveniente la division de clasesque ]3eutbam propone para su panóptico. Estedebe estar aislado y fuera de la poblacion;pero para hablar con conocimiento acerca de suforma y construccion, seria preciso tener á lavista un plan de él, sin el cual se presentansobre la ejecucion del edificio algunas dificul-tades que zt primera vista parecen invencibles,y que seguramente no lo serán para un hábilarquitecto : Bentham las tuvo todas presentes,y podemos fiarnos de sus luces.

Lo esencial es que el edificio esté construidode modo, que el gefe de la casa sin moversede su habitacion, tenga á la vista á todos los

(292)presos y a los empleados subalternos que cui-dan de ellos. Esto solo previene hasta la :Jeade evasion, porque la hace imposible ; puespara que un preso pueda evadirse de la prision,es necesario que pueda trabajar un cierto tiem-po sin ser observado : previene tambien tododesórden en la prision, y asegura el castigodel que intente violar la disciplina ; pues undelito no puede dejar de ser conocido desdeel momento en que empiece á ejecutarse: pro-porciona que pueda continuamente velarse so—bre las ocupaciones de los presos : asegura quenada falte á estos, y que sean bien tratadospor los sirvientes de Ja prision, que están sien i.

como los presos d la vista del gefe. hacerque la inspeccion se extienda a cada preso,á cada instante de su vida, y á cada puntodel espacio que ocupa, es el problema impor-tante, cuya solucion ha creído hallar nuestroautor en su pandptico. Los pormenores rela-tivos i la limpieza, á 13 ventilacion, i la co-modidad de los presos en todas las estaciones,i la coniunicacion de ellos entre sí y con elalcayde y sus subal terr!os, tocan á los arqui-.-lectos , y Bcntliani ha consultado í muchosque le han asegurado la posibilidad de la eje-cucion de su proyecto : lo que toca al legisladorpeculiarmente, es arreglar la administracioninterior de estas casas de correccion, y ahoravamos á tratar de esto.

Hemos dicho en su lugar que ci doble ob-

(293)Jeto, de la pena es quitar al delincuente elpoder 6 la voluntad de volver á delinquir, yhacer con el terror del ejemplo que otros seabstengan de imitarles; y pues la prision esuna pena, debe llenar estos dos objetos. He-mos dicho tambien que toda pena que no esnecesaria para producir estos dos efectos, y quehemos llamado dispendiosa, es un acto de cruel-dad y de violencia, y no de justicia, y queno debe hacerse sufrir á un delincuente ni unátomo de dolor que no sea necesario.

Estos principios son la base de la adminis-tracion de una casa de correccion, en la cualdeben evitarse cuidadosamente los dos extre-mos opuestos de la indulgencia y de la scveri-.dad; porque si la indulgencia es demasiada,la prision dejará de ser tina pena contra laintencion de la ley; y si lo es la severidad,el preso padecerá mas de lo que la ley ha que-rido que padezca. Deben pues mantenerse en-tre los presos la decencia, la salud y la lim-pieza, que tanto contribuye á esta no se Lesdebe privar de las comodidades y goces de quesu estado es susceptible, sin ir contra el ob-jeto del castigo : á los que solamente han sidocondenados á una prision temporal, convieneproporcionarles medios de subsistir honrada-mente cuando sean puestos en libertad ; y porúltimo es muy esencial que todo esto se hagapor medios económicos.

Bentharn establece tres reglas; una de da!-25

(94)zura, segun la cual no debe obligarse a unpreso á trabajos ó fatigas corporales que per-j udiquen ¿1 su salud, porque esto seria impo-nerle la pena de una muerte lenta y prolon-gada, mas dolorosa que una muerte pronta,contra la intencion del legislador, que sola-mente ha querido condenarle i una pena me'nosgrave. Esto es aplicable á la prision perpetuacorno á la temporal: el objeto de Ja primeraes quitar el poder de delinquir á un delincuenteque se tiene por incorregible : ci objeto de Jasegunda es quitar la voluntad de delinquiráun individuo susceptible de correccion ; y todolo que se haga sufrir i los presos, á mas de lonecesario para llenar estos dos objetos, cadauno en su caso, es una crueldad enteramentegratúita, pues ni aun puede servir para elejemplo.

La regla de severidad exige que no se hagagozar á un preso de mas comodidades en laprision que las que gozaria en su casa no ha-biendo delinquido; porque esto seria presentará los pobres, á cuya clase pertenecen ordina-riamente los delincuentes de cierta especie, unaliciente para delinquir. Regla general: el de-lincuente condenado á prision debe estar enella mas mal que estaria en su casa habiiidoseconservado inocente, con tal que esto no per-judique á su salud.

En fin, la regla de economia prescribe queno se haga nin gua gasto, ni se deje perder

(295)alguna ganancia por puros motivos de indul-gencia ó de severidad; ¿ pero cómo se puedeasegurar la economía en estos establecimientos?Como se asegura en los establecimientos parti-culares, poniéndolos bajo la direccion y vigi-lancia del interts individual.

Bentham compara aquí las ventajas y los in-convenientes de los dos modos conocidos deadininistracion, el uno por contrato, y el otrode confianza, y se decide fuertemente por elprimero. Si solo se trata de la economía y dela sencillez y facilidad de la adininistracion,todo el mundo será de su dictámen; pero sise ha tic tener tambien cuenta con el bienestar de los presos, tendrá muchos contradic-tores; y si yo no soy uno de ellos, tampocome atrevo á tornar decididamente el partidocontrario. No he visto casa alguna de corree-cion ó de trabajo administrada por contrato;pero he visto un hospital administrado por estemétodo, donde los desgraciados enfermos eranvíctimas de la codicia inhumana del empresa-rio. Tambien era libre para todo el mundo laentrada en este hospital, como lo deberia seren ci panóptico : tambien el público censurabalas operaciones inhumanamente mercantiles delempresario; pero á este le importaba poco lacensura, y solo trataba de enriquecerse á costade la humanidad doliente. El medio de hacerpagar al empresario ticl panóptico una canti-dad por cada preso que le falle, es mas iv ge--

nioso y seductor, que sólido; porque ci hombrepuede sufrir mucho, y no morir: un colonoamericano, dueio de un ¡ingenio de azucar,tiene sin duda un grande interés en que susnegros no mueran, y sin embargo los agdviacon trabajos excesivos y malos tratamientos; ydel mismo modo el empresario del panópticoim malaria á sus presos, pero sin matarlospodria hacerlos padecer mucho. Claro está quela publicidad de las cuentas del establecimiento,y de los gastos y ganancias del empresario noremédia este inconveniente; ¿ porque quiénpodrá asegurar la legalidad de las cuentas,cuando nadie interviene las entradas y las sa-lidas de los caudales? Podria haber unos ce-ladores que visitasen frecuentemente las pri-siones, y velasen sobre Ja conducta del em-presario; pero si estos celadores eran pagados,ocasionarian un gasto contrario á la regla deeconomía ; y si eran gratititos , ¿ por qué no seles podria aplicar lo que Bentharn dice de losadministradores de confianza?

Yo preferiria este último modo de adminis-tracion, poniendo al gefe de la casa bajo lavigilancia de una junta compuesta como ántcshé dicho, á la cual tendj'ia que dar sus cuentas.La junta podria nombrar un empleado quecuidase únicamente de los trabajos de los pre-sos , asignándole un tanto por ciento del pro-ducto de estos trabajos para interesarle enellos. Este empleado no podria agoviar d

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presos con un trabajo excesivo, porque teme-.ria al inspector y á sus dependientes, que po-driari dar noticia de ello á la junta : y ci ins-pector y este empleado, que podria llamarseveedor, serían unos celadores uno de otro, yse temerian mútuamente.

Las prisiones de Filadelfia, que son las me-jores que hoy se conocen , se administran porel método de con fianza; y lo que los quakershacen en ellas ; ¿ por qué en otras no podrianhacerlo otros hombres sensibles y bienhechoresque se hallan en todas las religiones? çorqucpor fortuna de la humanidad , la virtud noestá vinculada en una sola secta, aunque seala mas pura y respetable. Por otra parte, lasespeculaciones mercantiles sobre desdichados,presentan no sé qué de indecente y de inhu-mano que hace que el público las mire conhorror, y que desprecie d los que se enrique-cen en ellas, como personas en quienes la co-dicia es superior á la humanidad.

La division de los sexos en ci panóptico esnecesaria por la honestidad y las costumbres,y aunque en Ja memoria no se nos explicanpor menor los medios de efectuarla, no esdifícil de concebir, poniendo las celdas de lasniúgcrcs al lado opuesto de las de los hombres,y dirigiendo desde el edificio central algunostabiques interpuestos entre las habitaciones delas intgeres y los hombres, que por este mcdiiisQlluente podrian verse de lejos en aquellos

( 298 )dias de fiesta en que se abriese la capilla. Paraevitar todo lo que podria ser contrario á ladecencia, parece que no podia haber inconve-niente en que las miigeres fuesen servidas in-mediatamente por múgeres, como se hace enlos hospitales; y por otra parte, la inspeccioncontinua, y una buena disciplina establecidaen la casa, bastarían para prevenir toda especiede dcsórdcn.

La separacion de los presos en clases ó pe-queñas compañías en lo interior de tu prision,es algo mas difícil de conseguir, Sin Ser rniiosnecesaria; porque el amontonamiento de todos.los presos sin distincion de edades y de delitos,produce en ellos una corrupcion general en lofísico y en lo moral; por otra parte la soledadabsoluta es un tormento insoportable, que alcabo de algun tiempo conduce i Ja dcsespe-racion y al suicidio, consecuencia de ella. Nadaprueba tan bien que el hombre es nacido parala sociedad, como lo que padece en un estadode aislamiento absoluto. Una soledad de algu-nos dias puede producir efectos saludables parala correccion del condenado á ella; pero pro-longada por mucho tiempo no hay tormentocon que compararla.

A las observaciones del humano Jioward yopuedo añadir las de un alcayde antiguo de lainquisicion , « todos los presos que entran cii» las cárceles secretas del sancto oficio, me» decia este hombre, se muestran muy con-

(299)» tentos los primeros dias al ver el buen trato) que reciben en chas, y creen que sin violen-

cia podrian pasar muchos años en aquella) situacion que tiene á primera Vista muy poco» de desagradable ; pero ninguno he visto que» sufra con paciencia un mes de privacion de» toda sociedad. » En ningunas cárceles sontan bien tratados los presos como en las de lainquisicion: no hay grillos, no hay cadenas:cuartos bastante espaciosos y ventilados: bue-nos alirnentos , una cama cómoda y limpia,ropas convenientes, asistencia cuidadosa en lasenfermedades : de nada que sea necesario, niaun solamente cómodo, se les deja carecer, contal que no sea incompatible con la seguridady el secreto de la prision; y en esta parte se hacalumniado al santo oficio, zi quien pareciaimposible poder calumniar por mucho mal quese dijese de él : pues, á pesar de esto, en ningu-nas otras cárceles han sido tan frecuentes lossuicidios , la desesperacion y aquella tristezaprofunda que para en la locura , ó en la insensi-bilidad y abatimiento total de fuerzas.

Tiesta pues que los presos sean divididos enclases ó pequeñas compañías, poniendo en uncuarto á dos, tres ó mas, y en esta clasificacionse tendrá consideracion á la edad, al carácter,á la moralidad,á la especie de los delitos, yaun al género de trabajo en que han de ocu-parse los presos; pues hay unos trabajos queexigen la concurrencia de mas personas que

(3oo)otros. Un alcayde observador apénas podráequivocarse en esta operacion, y cuando seequivoque es muy fácil corregir luego el errorántes de que pueda ser muy perjudicial, puesque está siempre á la vista del alcayde la con-ducta de todos los presos. Convendria á miparecer que los condenados á prision perpetuano se mezclasen con ]os que solamente lo estáná prision temporal; porque los primeros tienenmenos motivo para aplicarse al trabajo, y cor-regirse, que los segundos.

Los trabajos en una prision deben ser lo masvariados que sea posible, alternando los seden-tarios Con los laboriosos; porque la uniformidadfastidiaria á los presos, y les haria caer en unamelancolía sombría, que conduce á la desespe-racion, en vez de que la variedad de ocupacio-nes los distraerá de la idea de su situacion; yasí el trabajo, en vez de ser una pena parachios, será un alivio y una recompensa; á masde que siendo para ellos una parte de Jo queganan, este interés les hará aplicarse al trabajoy descarto, de modo que la ociosidad será mi-rada como un castigo.

Cualquiera especie de trabajo que puedahacerse en una prision, sin exponer la seguri-dad de ella, es bueno para los presos; perociertos trabajos no serían forzados; los que exi-gen algun esfuerzo extraordinario nunca seharían bien por fuerza, y para esto siempre lasrecompensas producen mejores efectos que los

(3oi )medios coercitivos. En aquellas labores en quees necesario servirse de herramientas que fácil-mente pueden convertirse en armas homicidas,no se ocuparán aquellos presos de quienes puederecelarse que hagan mal uso de ellas; porquepodria suceder que un malhechor condenado áprision perpetua prefiriese al encierro la muer-te, y que para lograrla la diese ó otros Lasmúgeres trabajarán en labores propias de susexo, y si no las saben podrán aprenderlas deotras en ]a prision.

Los trabajos no se interrumpirán mas quedurante el tiempo de las comidas, que se ser-virán á los presos en Sus celdas, y serán abun-dantes y suficientes, para saciar su apetito,aunque compuestas de alimentos poco variados,baratos y los mas comunes y simples, pero sa-nos. Sobre esto no pueden darse reglas genera-les y fijas, pues las circunstancias locales debendictarlas; pero en general el arroz, las patatas,las habas y otras legumbres farinosas serán losalimentos ordinarios de los presos. Al que conlo que gana para si quiera comer mejor, no sele estorbará¡ y aun en ciertos dias del año po-ckia servirse á todos los que han trabajado conaplicacion ciertas comidas mejores que las dia-rias, excluyendo de ellas á los holgazanes, y álos que han incurrido en alguna otra faltadigna de este castigo. Yo, no veo inconvenienteen que en tales cijas se les diese tambien unpoco de vino flojo donde sea abundante y ha-

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rato; supuesto que los presos no podrían abusarde esta indulgencia, porque las raciones serianmuy moderadas, y se distribuirían y consu-mirían á la vista del inspector. Un pequeñovaso de vino de tiempo en tiempo pod.ria ser unaexcelente recompensa para el preso que se hu-biese distinguido en el trabajo d en la buenaconducta, y el gasto que ocasionasen estosregalillos sería bien recompensado por elaumento de aplícacion, y por consiguiente deproducto. Lo que Bcntbarn ha dicho en otraparte de] padre de familia , puede aplicarseun inspector que tiene a su disposicion unfondo inagotable de penas y recompensas; por-que apnas hay una concesion de que no puedahacerse un premio, ni una privacion que nopueda convertirse en un CaStig, que es la granventaja que tiene el gobierno domestico sobreel gobierno civil.

Los vestidos de los presos deben ser pobresy (le telas groseras, pero limpios, y que nomolesten. Bentham quiere que presenten algunaseñal de hurnillacion, y la idea de hacer lasmangas desiguales, es sin duda muy ingeniosa.

Debe cuidarse mucho en una prision de lalimpieza, no solamente por lo que contribuyeá la salud física de los presos, sino también porlo que puede contribuir a su reforma moral;acostumbrándolos i respetar la decencia hastaen las cosas mas pequeñas, y que parecen méuosimportantes; y es una especie de proverbio que

n

(3o3)la limpieza del cuerpo indica la pureza delalma. Un ejercicio moderado es necesario paraconservar la salud, y el que ha imaginado Ben-tham reune todas las circunstancias que puedenapetecerse. Como una persona no puede con-tinuar este ej ercicio por muchas horas seguidas,tres ó cuatro ruedas en una prision bast.arianpara ejercitar alternativamente á todos lospresos ; á mas de que el inspector conoceriafácilmente los que tuviesen mas necesidad deejercicio , y los dedicaria con preferencia áeste trabajo destinado á dar movimiento ámáquinas útiles en las manufacturas. Los pre-sos mismos deben barrer todos los dias, y auná cierta hora los cuartos y galerías de la prision,sacando la basura hasta un cierto sitio; y porestos medios las prisiones dejarán de ser unasmansiones infectas y asquerosas, y las perso-nas mas delicadas podrán visitarlas sin repu-gnancia. En este punto no es necesario encar-gar el cuidado al inspector y sus subalternos;porque como han de vivir en la misma prision,tienen el mismo interés que los presos en Jalimpieza, y en respirar un ayre sano y agra-dable.

El domingo es un dia de descanso de trabajosmateriales, y debe aprovecharse para la ms-truccion de los presos, que despues de haberoido las lecciones de religion y de moral queles dará un capehlan, podrán aplicarse á adqui-rir los conocimientos para los cuales se sientan

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mas inclinacion y talento, al dibujo, á la mú-sica, á la aritintica, á la lectura varia, etc.;permitiéndoles tambicn divertirse á juegosinocentes, la pelota ó las bochas por ejemplo,para los que pueden haber en la casa sitiosdestinados sin perjuicio de la inspeccion con-tinua. Hay tambien muchos juegos que se jue-gan sobre mesas a manera del villar; y meparece que sin inconveniente podia hacerse usode ellos en las casas de correccion; pero en estospormenores debe dejarse mucha latitud á laprudencia de un inspector.

En una prision, por muy buena y exacta quesea la disciplina de ella , siempre se cometeránfaltas que deben ser castigadas con penas aná-logas y proporcionadas á su gravedad : un gri-tador insoportable e insultante sufrirá la mor-daza: un bolgazan no comerá hasta que hayaacabado su tarea; pero por ligeros que parez-can estos castigos, no podrán imponerse sino enpresencia y con la autoridad de un magistrado,que oirá al inculpado y examinará los cargosy las pruebas que contra él se presenten : elinspector solamente podrá aplicar á un presoturbulento y peligroso la pena de la soledadabsoluta por pocos dias, y aun esto con lareserva de dar parte al magistrado; porquehasta la sombra de la injusticia y de la arbi-trariedad debe desterrarse de una casa de coy-reccion y de penitencia. Por fortuna no puedenmultiplicarse mucho las fdltas en un panóptico,

(3o5)en que los habitantes están siempre á la vistadel gefe y de sus dependientes : y por otraparte la responsabilidad mútua, que extendidaá todas las clases de los ciudadanos sería unamedida absurda, es muy saludable reducindola á los habitantes de una celda en un pa-nóptico, donde á lo ménos no se corre el riesgode castigar á un inocente; porque es imposibleque se corneta una falta en una celda, sin que laconozcan todos los que la habitan, y el silenciosolo es una culpa.

Es de creer que un hombre que ha pasadocierto tiempo en una Casa de penitencia orga-nizada y dirigida como acabamos de decir,saldrá de ella corregido y hecho un hombrenuevo, y que ademas habrá aprendido unmedio de vivir honradamente en libertad ; peropara no exponerlo á las tentaciones de la mise-ria, las mas fuertes de todas las tentaciones,convendrá que al salir de su encierro tengavariedad de destinos 6 trabajos en que escoger;porque no todos los destinos convienen indis-tintamente á todos los hombres, jóvenes 6 vie-jos, robustos 6 enfermizos. Por ejemplo, unviejo no puede destinarse al servicio de tierrani al de mar, ni puede transferirse con ventajaá una colonia, y con dificultad encontrará unparticular que quiera recibirlo por criado yresponder de él.

Para casos semejantes es excelente la ideade un panóptico subsidiario, donde todos los

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(3o6 )que salen del pandptico de correccion pudiesenhallar trabajo proporcionado á sus circunstan-cias; pero no seria justo forzar á ninguno zique entrase en él; porque un delincuente queha sufrido la pena que le ha impuesto la ley,ha satisfecho completamente la deuda que porsu delito había contraído con la sociedad, yrecobra todos los derechos que había perdido,y de que gozan sus conciudadanos. Forzar áeste hombre á encerrarse en el panóptico sub-sidiario, por muy suave que sea su disciplina,siempre sería privarle de su libertad, y pro-longar su castigo contra la intencion de la ley.

Tampoco creo que seria justo obligar d unpreso que ha cumplido su tiempo de reclusionzí dar una fianza, si la sentencia de condenacionno le obliga á hacerlo; porque la obligacion ádar fianza es una pena ; y una pena que no estáexpresada en la sentencia., es un acto de vio-lencia El inconveniente será aun mayor, si lafianza se ha de dar á satisfaccion del empre-sario, en el caso de que la pnision se administrepor contrato; porque entonces, si el que hacumplido su tiempo es un trabajador aplicadoy útil al empresario, nunca hallará una fianzaque contente á este.

En el panóptico subsidiario no entraran puessino los que quieran entrar, y en el serviciode tierra ó de mar no se alistarán sino los quequieran alistarse, así como no quiere Benthainque se fuerce á ninguno á pasar i las colonia

( 307 )no veo que haya mas razon para lo uno quepara lo otro; pues cualquiera fuerza, d es unapena, ó es un acto de violencia. Convendrá sinduda mucho aconsejar al preso que recobre lalibertad, el partido que debe tomar, y presen-tarle los medios honrados de vivir en que puedeescoger ; pero no se le debe forztr á tornar unodeterminadamente. La policía velará sobre él,y si le vé ocioso y sin medios conocidos de exis-tencia, le destinará á alguno de los estableci-mientos que debe haber para recoger á estosholgazanes vagamundos y peligrosos. Los viejosy enfermos imposibilitados de trabajar, serántratados corno los ciernas pobres que se hallanen este caso.

Esta bella memoria concluye con un resumende lo que se ha dicho en ella, y que sirve pararecordar al lector con pocas palabras todo lo queha leido. Se expresan los objetos que debenllenarse en la construccion del panóptico; yaunque en esta parte se presentan algunasdificultades, es de creer que todas se desvane-ciesen á la vista de un plan del edificio senumeran todas las ventajas que deben nacerdel panóptico se dán las reglas para su admi-nist.racion interior, tanto en lo que toca á lostrabajos, cuanto en lo que pertenece al trata-miento de los presos; y por ultimo, se hacever que la idea es aplicable, no solamente á lascasas de correccion, sino tambien á todos losestablecimientos en que un gran número de

(3o8)individuos deben estar bajo la vigilancia depocos, como hospitales, escuelas , fábricas, etc.Solo queda que desear que un gobierno filan—trópico adopte y ejecute ci plan, que no es masque para aquellas casas de correccion en quehayan de encerrarse muchos presos; porqueaquellas prisiones en que haya de haber pocos,como las de Filadelfia, pueden construirse ygobernarse por otros principios que den elmismo resultado.

El principio panóptico puede ejecutarse enlas prisiones de pura custódia como en las decorreccion ó penitencia, y solamente se tendrápresente que los presos en las primeras no de—ben aun ser tratados como delincuentes; pues,mkntras se examina silo son ó no, tienen de—recho á ser reputados inocentes; y así seriainjusto sujetarlos á una pena ni á otras inco—modidades que las que exige la seguridad deunas personas que han dado justo fliotivo paraque se desconfie de ellas, y se trate de averi-guar su conducta; pero los detenidos en lasprisiones de correccion están ya condenados áuna pena, y deben sufrirla. Todos sin embargoson unos entes desdichados, y acreedores poreste título á que se les trate con toda la dulzuraque sea compatible con ci objeto de su prision,y í que los gobiernos tornen en su suerte masnters del que hasta ahora han tornado.

1N DEL TOMO SÉPTIMO,