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Prólogo de seleccion de microcuentos

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PRLOGOHay libros cortos que,para entenderlos como se merecen,se necesita una vida muy larga.Francisco de Quevedo

En el microcuento es tan importante lo que se narra como lo que se silencia en una pequea y muy equilibrada proporcin. Y de ah que el lector deba ser capaz de restituir los elementos que falten. No es de extraar entonces que los mecanismos de construccin del microcuento contemplen el quiebre de expectativas del lector que lo empuja a seguir buscando el sentido, y no slo esto, sino adems otorgar el sentido al completar los significados que apenas se insinan apoyados en otro de los mecanismos propios de su construccin, "el doble sentido", es decir, la posibilidad de que lo dicho signifique no slo lo literal, sino otra cosa que el lector debe encontrar para completar la narracin, siendo de este modo lector y autor al mismo tiempo.En esta antologa ofrezco una seleccin de diez microcuentos cuyas piezas se relacionan entre s por un tema en comn: la muerte. Desde los inicios de la literatura, la muerte ha sido un tema recurrente desde diferentes perspectivas y gneros. A pesar de algunas diferencias, puede afirmarse que es un tema instalado en todas las literaturas, culturas y pocas, al ser un tema eterno e intemporal. Es evidente que la historia poltica y social hace que se vea de formas diferentes, pero, tal como manifest el poetaRilke(1875-1926), la muerte vive dentro de nosotros y est conectada indefectiblemente al da a da". El primer microcuento seleccionado se llama El pozo, su autor es Luis Mateo Dez y narra la historia de Alberto, un nio que a los cinco aos de edad se cay a un pozo y muri. Aunque veinte aos despus su hermano encontr en l una botella que tena un mensaje misterioso. El segundo microcuento seleccionado es El drama del desencantado cuyo autor es Gabriel Garca Mrquez. El mismo cuenta el drama de un hombre que se arroj a la calle desde el dcimo piso y a medida que caa iba observando por las ventanas del edificio aquellas cosas que nunca haba visto y que, de haberlas visto antes, podran haber hecho que cambie su opinin sobre la vida. Pertenece a la seleccin tambin La extranjera de Nuria Amat, el cual narra el momento en que dos jvenes enamorados atrados por el amor al vrtigo se encuentran en la baranda del faro. Ella piensa demasiado sin hablarle, mientras l le pide que la ame. Hasta que ella tambin se anima a pedir lo que desea.Tambin el microcuento Aniquilacin por Carlos Chacn Ramiro, se encuentra seleccionado. El mismo es narrado en primera persona por un hombre que recuerda a su madre muerta, y su imagen se le aparece en todas partes. El dolor de recordarla en esa forma le hace pensar en la desesperanza, lo maligno, la aniquilacin A pesar de la bondad que la caracterizaba en vida. En el final de autor annimo narra la historia de un hombre que en su lecho de muerte se encuentra con un Todopoderoso al que le era fiel y mantiene una conversacin filosfica con el sobre los males que acechan a la humanidad.Otro de los seleccionados es La crislida un microcuento escrito por Andreas. El mismo cuenta la historia de una madre que perdi a su hijo, y a pesar de haberse deshecho de todos los juguetes u objetos que le recordaran a l, no as de su gato con el cual jugaba el nio todo el da. Ese gato con sus ojos casi humanos, se encontraba siempre al acecho.Punto de vista es uno de los ms interesantes de la seleccin. Su autor es annimo, es narrado en primera persona por un hombre que cree estar muerto ya que nadie poda verlo, u orlo y poda atravesar por las paredes, pero luego se da cuenta de que todo depende del punto de vista que cada persona le da a esa situacin. Seleccionado tambin II, de Iman Tanouti cuenta la historia de un empleado que decide tirarse por la ventana de la oficina de trabajo, y cuando un compaero lo intenta ayudar, ste an decidido a morir no permite la ayuda y muerde la mano de quien lo sostena.

Otro de los ms interesantes de la seleccin es Ms all, un microcuento de autor annimo que relata la historia en primera persona de un hombre que acababa de morir y no saba si se encontraba en el cielo o el infierno. Luego encuentra a una pareja que estaba sentada en un banco charlando y stos le explican que cada uno perteneca a un lugar diferente. La muerte de Helder Amos, es uno de los mas importantes y destacados de la seleccin, ya que narra la vida de la muerte misma. Todo que ella est haciendo mientras espera por venir a buscar a los vivos.Todos estos microcuentos fueron seleccionados por su interesante modo de tomar el tema de la Muerte, ya sea los que todava no se encontraron con ella y recuerdan a los que la encontraron inesperadamente como los nios, los que la encontraron por decisin propia como los suicidas, los que ya estn en se otro mundo y todava no lo saben o no lo quieren ver, y los que tienen la duda de dnde pertenecen all.

Torres, MelodyEL POZOMi hermano Alberto cay al pozo cuando tena cinco aos.Fue una de esas tragedias familiares que slo alivian el tiempo y la circunstancia de la familia numerosa.Veinte aos despus mi hermano Eloy sacaba agua un da de aquel pozo al que nadie jams haba vuelto a asomarse.En el caldero descubri una pequea botella con un papel en el interior."Este es un mundo como otro cualquiera", deca el mensaje.Luis Mateo DezEL DRAMA DEL DESENCANTADOEl drama del desencantado que se arroj a la calle desde el dcimo piso, y a medida que caa iba viendo a travs de las ventanas la intimidad de sus vecinos, las pequeas tragedias domsticas, los amores furtivos, los breves instantes de felicidad, cuyas noticias no haban llegado nunca hasta la escalera comn, de modo que en el instante de reventarse contra el pavimento de la calle haba cambiado por completo su concepcin del mundo, y haba llegado a la conclusin de que aquella vida que abandonaba para siempre por la puerta falsa vala la pena de ser vivida.Gabriel Garca MrquezLA EXTRANJERASe han apoyado en la baranda del faro. Han llegado hasta aqu sin miedo.Atrados por el amor al vrtigo. Guiados por una flecha insolente de la noche. Ella mira hacia abajo. El mar la deslumbra. Olas hinchadas como venas patean su rabia contra la muralla de rocas. l le pide: mame.Ella no responde. Es joven y cierra los ojos como si estuviera viviendo muchas muertes. Ella teme saltar. l le reclama: Bsame. La luz del faro indaga por las cosas perdidas y los encuentra a ellos. Amantes de las sombras son el blanco del silencio. Ella quiere saltar porque en su garganta tiene un nudo de reproches. Como l no pregunta, tampoco ella le responde. Su pasado es un mapa deshecho. Viene de un pas hundido. No resulta fcil decir lo que se piensa. Y ella piensa demasiado. Ahora abre los ojos para ver el naufragio de su alma. l la abraza como si quisiera desnudar su rabia. Ella le pide: Mtame.Nuria AmatAniquilacinEs posible horrorizarse ante la aparicin de la madre muerta?Aquella tarde, fusionada con el gento en plena Gran Va madrilea, ella avanzaba de espaldas, entre la gente. Estatura infantil, con un extrao camisn blanco. De improviso gir bruscamente y observ su rostro infecto, inyectado con una maldad sobrenatural. Me miraba fijamente, se rea. Ca al suelo de la impresin, como un fardo.En la clnica me informaron de un sbito desvanecimiento atribuido a una bajada de tensin.Han pasado tres meses. Yo siempre am a mi madre. Era el paradigma de la bondad.Es en una tarde esplndida, calurosa y radiante de luz. En el jardn de mi casa campestre aparece bruscamente tras el tronco de un rbol. Su cara es odiosa, su mirada inexplicable, ms all del mal. No sonre.Soy incapaz de expresar lo horrible de la imagen. Sus ojos me transmiten una sensacin de perdicin, desesperanza, aniquilamiento total. Me informan que voy a morir y su perversidad estar eternamente, s, eternamente destruyndome sin final. Para siempre, sin escapeLogro relatar todo esto en la grabadora de mi IPod. Se me nubla la vista. No puedo narrar el horror que contemploCarlos Chacn RamiroLa crislida Una negligencia de Lara propici la muerte de su hijo. Se deshizo de todo lo que se lo recordara menos, sin saber por qu, del compaero de juegos de Mario, un gato pardo de ojos casi humanos que nunca se separaba de l. As pas el tiempo, Lara recobr la cotidianidad de su vida y apenas se fijaba en las idas y venidas del felino que, por otra parte, la observaba desde las sombras.Lara teja cada tarde. Dicha labor la evada de dolorosos recuerdos. El animal, siempre al acecho, siempre vigilante, observaba fascinado los gruesos ovillos de colores; luego la miraba a ella con sus ojos casi humanos. Esa tarde haca calor, Lara dej la labor y se abandon al sueo.Cuando el marido entr en el domicilio recel del silencio reinante y, cuando se asom a la habitacin, qued paralizado de terror: una gigantesca crislida de colores presida la estanciaEl gato desde un rincn contempla la escena satisfecho, con sus ojos casi humanosAndreasPUNTO DE VISTACuando ca en la cuenta de que nadie poda verme ni orme el corazn me dio un vuelco. Intent en vano tocar a los viandantes, descubriendo que atravesaba gente, muros, todo. Aterrado, pens que haba muerto de un infarto repentino, y que me haba visto condenado a vagar por el mundo como un espectro errante... Pronto me di cuenta de que la verdad era mucho menos terrible: no era yo el muerto sino todos vosotros, pobres fantasmas insustanciales.Annimo

MS ALLNo tena muy claro si haba llegado al cielo o al infierno: no vea ngeles, demonios ni de hecho nada ms que gente corriente realizando acciones cotidianas. Me dirig a una pareja que estaba sentada en un banco, charlando. Perdonen dije en voz baja- Tal vez podran indicarme... No estoy seguro de si mi comportamiento en vida me ha hecho merecedor del paraso o si en cambio... En fin, ya me entienden, no? Dnde estamos? Mientras hablaba no pude evitar darme cuenta de que el hombre pareca muy desgraciado, dirase que al borde del llanto, mientras que la mujer estaba sonriente y aparentemente muy feliz. El hombre me contest con voz grave: Es fcil de entender, aunque tan cruel... Esta mujer me amaba sinceramente, con todo su corazn, pero yo la ignoraba porque ya estaba casado y quera tiernamente a mi esposa. En vida comet mltiples actos de maldad, y tras morir mi castigo fue permanecer toda la eternidad junto a esta mujer, separado por siempre de mi adorada esposa. Yo estoy en el infierno, y.... Y yo estoy en el cielo le interrumpi la mujer, radiante l es mi ngel y yo soy su demonio. Busca a tu acompaante, recin muerto, y sabrs sin duda a dnde has ido a parar.AnnimoEn el final El Todopoderoso se apareci ante el ltimo de sus fieles, que agonizaba en solitario sobre su lecho de muerte.Tras una breve conversacin filosfica, en la que ambos se achacaron los males acaecidos a la humanidad, y por ende, a todas las criaturas que habitaban en el planeta tierra el hombre exhal un ltimo suspiro sonriendo, pues fue consciente al fin de su supremaca.AnnimoIIEn plena reunin de trabajo, el empleado se tir por la ventana, ante las miradas espantadas de sus colegas. Uno de ellos alcanzo a sujetarlo de una mano, haciendo un esfuerzo descomunal, pues el hombre gozaba de una corpulencia impresionante. El suicida se iz lo suficiente como para morder la mano que lo sostena y deslizarse definitivamente hacia el vaco. El colega, ofendido, no dudo en seguirle el paso.Iman TanoutiLA MUERTE Se toma un caf mientras nacemos, lee el diario mientras crecemos, se come una galleta mientras nos graduamos,se emociona cuando nos enamoramos,se aburre cuando nos hundimos en la rutina diaria, se toma otro caf cuando nos reproducimos, sus dedos empiezan a tamborilear cuando nos sale la primera arruga y all es cuando se levanta de su silla y sacude su tnica porque ya en este punto se ha cansado de esperar y al ver que no vamos haca ella, se dispone a venir por nosotros con paso lento, pero seguro.HELDER AMOSTorres, Melody.