Prolongación De Días Apóstol Sergio G. Enríquez O. Guatemala, 5 de mayo del Año De La Revelación

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Queremos dar seguimiento a algunos pensamientos que nos conducirán a poner en práctica la Palabra y entonces podamos ver resultados impresionantes en nuestra vida, tal como dice la Biblia que la palabra no regresa vacía, y cumple el propósito para el cual fue enviada. Si la palabra sale del corazón de Dios, pasa por nuestros oídos, luego por el alma y el espíritu, entonces hace una explosión de fe y es allí cuando no regresa vacía. Por ejemplo, el texto donde Abraham está hablando con el Señor acerca de la destrucción de Sodoma y Gomorra, pidiéndole que no destruyera la ciudad si habían justos en ella, nos hace meditar en qué clase de confianza tenía Abraham con el Señor para poder hablarle de la forma en que lo hizo, pero entonces al ver la historia completa de Abraham, vemos que era amigo de Dios. Pensemos en la forma en que tratamos a nuestros amigos, si los conocemos bien, entonces los tratamos con confianza. Ahora bien, Abraham al ser amigo de Dios, le plantea la situación respetuosamente, para poder llegar a salvar la vida de su sobrino Lot. En el oriente de nuestro país se pueden ver algunas costumbres bonitas, por ejemplo, dicen que se deben poner de pie al ver a una persona con canas, porque saben que éstas dan sabiduría. Ahora bien, sabemos que Abraham era amigo de Dios, pero tal vez él se arrodillaba delante del Señor, exponiendo el número de justos que podrían haber en esas ciudades, para salvar la vida de su sobrino. Por eso debemos entender en nuestro corazón que el Señor, además de ser el Señor, Alfa y Omega, el Todopoderoso, y todo lo que sabemos que es, también es nuestro amigo. Respetamos la forma en que algunos se dirigen al Señor, pues lo tratan en tercera persona, pero de usted, pero aquellos que tenemos en Él confianza y dependiendo del concepto que tengamos de Dios así nos dirigimos a Él; por ejemplo, como el amor de nuestra vida, como nuestro Padre; pero Dios también es nuestro amigo. Ahora bien, algo muy importante es que los amigos se conocen. David también era amigo de Dios, pero Dios le dijo que lo iba a castigar, entonces le dio a escoger entre tres opciones, una de ellas que cayera en Sus manos, y David eso fue lo que escogió, porque tenía conocimiento de amigo, y entonces sabía que Dios está lleno de misericordia. Abraham también tenía conocimiento de cómo era Dios, y por esto se atrevió a regatear la vida de su sobrino. Cuando vemos en la Biblia las muchas historias de siervos de Dios; encontramos a aquellas mujeres que no podían heredar, las hijas de Zelofehad, porque no eran varones, ni tenían esposos, ni hijos; vinieron delante de Moisés para exponerle que no les parecía justo que no teniendo varones en casa, no podían heredar. A este respecto Dios nos sorprende con las cosas que permite, pues aunque la misma Palabra dice qué se debe hacer en el caso de herencias, Moisés les dio la razón y le preguntó al Señor, entonces Dios le dio la razón a ellas también, dándole a entender a Moisés que el motivo de la ley era para que aquellos que le conocieran, fueran a Él y vieran que es un Dios flexible que puede cambiar lo que ha establecido; a tal extremo que en ese momento, Dios hizo una enmienda a la ley para que ellas pudieran heredar. Esto significa que Dios es un Dios que puede cambiar las cosas, si sabemos cómo pedirlas y cómo lograrlas. Tal vez en nuestro corazón hemos pensado que las cosas que están en la Palabra sean de otra forma, por ejemplo, el Señor Jesucristo le dijo al Padre, “si puedes, pasa esta copa de mí” , no

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estaba fuera de la voluntad de Dios, pero el Padre le explicó que si no pasaba por esa copa, la tendríamos que pasar los que íbamos detrás de Él. Vemos también el Salmo donde dice “aunque pase por el valle de sombra y de muerte”, lo cual significa que todos debemos pasar por ese valle, después dice también “preparas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores”, lo cual indica que también debemos pasar por angustia. También dice “cuando pases por las aguas…, cuando pases por el fuego…”, y entonces pensamos si es posible que esas cosas cambien y no tengamos que pasar por el valle de sombra de muerte o por la angustia o por el agua y el fuego. Por otro lado vemos que las Escrituras dicen que los hombres viven 70 años y los más vigorosos 80, pero recientemente vimos en las noticias que hace unos días murió el hombre más viejo de la tierra; tenía 140 años; entonces ¿dónde queda el versículo del Salmo 90:10? Probablemente a ninguno de nosotros se nos ha ocurrido decirle al Señor que no queremos morir y pedirle no morir, tal como le sucedió al rey Ezequías, a quien le dijeron que moriría y Dios le dio una oportunidad y le dio 15 años más, pero lo hizo porque el rey le empezó a recordar las cosas que había hecho y que había seguido los mandamientos. Podemos ver entonces que este hombre también tendía cierto grado de amistad con Dios, pues solo en una relación de amistad podemos recordar aquellos favores que nos hicimos mutuamente para poder pedir algo más. Hay cosas que nos pueden estar sucediendo que Dios las puede cambiar si tan solo nos acercamos al Señor como un amigo, según lo dice Hebreos 4:16 “acerquémonos confiadamente”, sabiendo que Dios es galardonador de los que le buscan. Entonces podríamos un día pedir al Señor que nos prolongue los días, pero esto solo un amigo lo puede creer. Vemos en la Biblia que Enoc y Elías no vieron muerte, y ellos no tenían el pacto que nosotros tenemos, entonces, podemos creer que Dios puede prolongarnos los días, o incluso que no veamos muerte. Estos son tiempos finales y tenemos una alta probabilidad de no morir, pues la misma Biblia dice en Juan 6:54 que el que come Su carne y bebe Su sangre tiene vida eterna. También dice la Escritura que Jesús dijo que algunos de los discípulos no verían muerte hasta que el reino de Dios viniera con poder. Esto significa que la largura de días puede venir de parte del Señor, aunque cada vez que el Señor Jesús habló de este tema se burlaban de Él, como en el caso de la hija de Jairo, cuando fue a resucitar a Lázaro. En la Biblia encontramos por lo menos catorce cosas que podemos hacer para prolongar nuestra vida: 1. Honra 2. Guardar estatutos 3. Guardar mandamientos 4. Andar en el camino 5. Temer al Señor 6. Humildad (asimilación del éxito) 7. Buena administración de lo recibido

8. Medida, buena apretada y remecida 9. Palabra del Señor (Rhema) 10. Siguiendo el ejemplo de David 11. Aborreciendo ganancias injustas 12. Muriendo 13. La sabiduría 14. La ofrenda y/o diezmo

La Biblia dice de la sabiduría que en su mano derecha hay larga vida y en la izquierda riquezas. En el caso del diezmo y la ofrenda, cuando lo hacemos, lo que ponemos en el alfolí es dinero, pero el que nos han pagado por el tiempo que trabajamos. Si trabajamos 160 horas en un mes (40

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semanales), entonces si damos nuestro diezmo, damos el equivalente a 24 horas de trabajo, es decir, 3 días de trabajo, entonces Dios ve esto y como no se queda con nada, nos da largura de días. Honra Éxodo 20:12 LBLA Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días sean prolongados en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da. Este es el primer mandamiento con promesa. Ahora que se acerca el día de la madre, debemos recordar que no podemos sacrificar la honra que le debemos dar a nuestro padre biológico, por darle honra a nuestra madre, porque ambos merecen honra. Aunque provengamos de un hogar disfuncional, porque el varón no fue responsable y además agredía a la mujer, esto es un tema que a nosotros como hijos no nos compete juzgar, pues no sabemos los problemas que tuvieron como pareja. Por ello, debemos honrar a nuestros dos padres, a nuestro padre y a nuestra madre, no importando lo que hicieron mal o bien en el tiempo que vivimos con ellos. No sabemos el tiempo que nos va a dar el Señor, pero lo que si sabemos es que nos lo quiere alargar, por ello, si nuestros padres están vivos, debemos aprovechar para honrarlos y también honrarlos con nuestros bienes. Nunca debemos levantar nuestra voz ni nuestra mano contra ellos, y si lo hemos hecho, pidamos perdón al Señor y a ellos para estar a cuentas. Recordemos que no solo hay padres biológicos, también los hay del alma, que pueden ser nuestros pastores y el Padre de los espíritus es el Padre Celestial, por lo cual a ellos debemos honrarlos también. Dios estableció cosas, una de ellas que todos tenemos que morir, y que la máxima edad es de 80 años, pero como somos amigos de Dios, podemos llegar ante Él y respetuosamente recordarle lo que hicimos para que nuestros días sean alargados. Rogamos al Señor que todos tengamos vida, porque el Señor vino a darnos vida y abundancia, y sacó a la luz la inmortalidad.