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PROPUESTA DE REFORMA LABORAL PARA “FLEXIBILIZAR EL EMPLEO”

Hernán Rivadeneira Játiva1

Algunas consideraciones teóricas sobre el empleo

Para subsistir el ser humano, a partir de la aparición de la propiedad privada y de la consecuente división de la sociedad en clases (propietarios y no propietarios), generalmente requiere vender su fuerza de trabajo para obtener una compensación económica, actualmente conocida como salario (o remuneración); es decir, necesita “emplearse”, pasar a un estado de dependencia económica, cuando no tiene la posibilidad de realizar una actividad independiente o “por cuenta propia”.

El trabajo, como actividad consciente del ser humano, puede ser entonces en relación de dependencia (empleo) o de carácter autónomo o independiente.

La Constitución vigente (2008) se refiere a alcanzar el “pleno empleo”, esto es, que todos quienes están en edad y capacidad laboral cuenten con un empleo, lo cual es prácticamente imposible en una economía capitalista, la misma que busca más bien “reducir el desempleo, en términos aceptables”, pero eliminarlo no corresponde a la realidad mercantilista y de inequidad en que nos desenvolvemos.

En efecto, dentro del proceso de “acumulación capitalista”2 se genera una paulatina exclusión de la mano de obra que tiende a formar una reserva permanente de personas3, que también aparece con la sustitución de trabajadores por maquinaria y con el despido de los trabajadores y la imposibilidad de conseguir empleo por parte

                                                                                                                         1 Asesor legal del FUT; ex Diputado y Magistrado de los Tribunales Constitucional y Supremo Electoral; Académico; Secretario General de la Asociación Americana de Juristas; Presidente del Tribunal de Honor del Colegio de Abogados de Pichincha. 2 La “acumulación” es un fenómeno económico propio del capitalismo; consiste en la concentración de la riqueza social en pocas manos (de los capitalistas, o dueños del capital), en base a la explotación y pauperización (empobrecimiento) de las masas trabajadoras, que son las verdaderas productoras y creadoras de la riqueza social. 3 El denominado “ejército industrial de reserva”, que son los desocupados o sub ocupados.  

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de los nuevos o jóvenes. Esto posibilita frenar la tendencia alcista de los salarios, pues, su aumento genera como contrapartida la pérdida de las ganancias para los capitalistas.

Cuando el ritmo de crecimiento comienza a ser menor que el de la población trabajadora y, por tanto, surge un excedente o sobrante de trabajadores, que tiende a ser mayor cuanto mayor es el ritmo de la acumulación capitalista.

La crisis económica y política actual afecta al empleo

Las crisis, como la actual, en el mundo y en el Ecuador, son propiciadas como el mecanismo propio del capitalismo para generar desempleo coyuntural, y así, bajar los salarios y mantener las ganancias.

Para los capitalistas (llámense empresarios o personeros gubernamentales) se hace necesario paliar la crisis sobre las espaldas de los trabajadores. Es sintomático el texto de un editorial de la prensa quiteña, que se refiere a que la propuesta del gobierno de RC en cuanto a la flexibilidad laboral “es la nueva realidad que impone la economía afectada por choques externos como el petróleo”, y agrega: varias empresas han “rediseñado planes y han proyectado acciones de austeridad”, como los despidos y la optimización de las horas extras “al mínimo indispensable”, y también la “reducción de la jornada” laboral o “la reformulación de las cuarenta horas en jornadas de cuatro días”; es decir, el aumento de la jornada laboral máxima de ocho horas diarias. Finalmente, señala: “En tiempos de crisis otros países han debido reducir (sic) jornadas laborales. Otras teorías hablan de ampliarlas […]”4.

Con la baja de los precios del petróleo a niveles que no solo afectan al ingreso de divisas sino que se produce una pérdida de recursos en el proceso de explotación, producción y distribución, lo cual ha provocado una disminución del dinero circulante, la apreciación del dólar y el modelo basado en el gasto público; pero también, y de manera dramática, el aumento de la tasa de desempleo abierto debido a los masivos despidos de trabajadores de los sectores público y privado en

                                                                                                                         4 Diario El Comercio, “Editorial: La realidad laboral”, 16.02.16, p. 10.

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los últimos meses, así como crecieron los niveles de pobreza en 20155, se configura la actual situación recesiva de la economía ecuatoriana, inserta en la “aldea global”.

Un analista6 señaló que la tasa de desempleo (de 4.7% que maneja el régimen) es una cifra que no refleja la precaridad del mercado laboral. “Cuando el gobierno destaca que Ecuador tiene una tasa de desempleo baja, puede tener razón si se analiza sobre esa tasa, pero creo que es un indicador un poco mentiroso si no se lo ve con el empleo inadecuado para saber cuál es el porcentaje real de personas que tienen problemas para tener un empleo adecuado”7.

Por su parte, el Director de “Análisis Semanal”, Walter Spurrier, comenta que las cifras actuales reflejan un ingreso masivo de personas al mercado laboral. “Ahora, de pronto, los inactivos van en busca de trabajo y el grueso lo ha encontrado en el mercado informal, entonces ha bajado la calidad del empleo”8.

Las propuestas gubernamentales de reforma laboral sobre el empleo

El día martes 23 de febrero del 2016, en la tarde, el Ministro de Trabajo, Leonardo Berrezueta y el Presidente del Consejo Directivo del IESS, Richard Espinosa, presentan a nombre del Gobierno a la Presidenta de la Asamblea Nacional el Proyecto de Ley Para la Optimización de la Jornada Laboral y Seguro de Desempleo, con la indicación de que el mismo busca “garantizar el empleo y proteger por un periodo a quienes lo han perdido […] (y) […] permite reducir la jornada laboral hasta 30 horas semanales, previo acuerdo entre trabajadores y empleadores. También viabiliza la modalidad de contrato juvenil, en el cual el Estado cubrirá el aporte patronal de la seguridad social […]; (por su parte, el seguro de desempleo) […] sería proporcionado por un período de 5 meses mediante una indemnización equivalente al 70% del promedio del sueldo percibido por el trabajador durante el último año…que no implicará ningún aporte adicional por

                                                                                                                         5 Ver: Vicente Albornoz Guarderas, “La pobreza subió”, en: Diario El Comercio, 07.02.16, p. 8. 6 El Director General de la Corporación de Estudios para el Desarrollo, José Hidalgo. 7 “Términos estadísticos cobijan una realidad laboral precaria”, en: Diario El Universo, Guayaquil, 14.02.16., p. 9. 8 Ibídem.

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parte del trabajador ni del empleador sino que se optimizarán los recursos que ya aportan los trabajadores en relación de dependencia […]”9.

Richard Espinosa citó como ejemplo que “con el nuevo fondo de desempleo, un trabajador que percibía un salario de 1.000 (dólares) tendría un 70% de cobertura o 700 (dólares) el primer mes, $ 650 el segundo, $ 600 el tercero, $ 550 el cuarto y $ 500 en el quinto. La solicitud se podría presentar luego de los tres meses de terminar la relación de dependencia, pues el ex trabajador percibe una liquidación por desahucio o despido intempestivo”10.

Este proyecto busca modificar cuatro leyes: Código del Trabajo, de Seguridad Social, de Pasantías y de Contratación Juvenil.

Se propone la reducción de la jornada ordinaria de trabajo, que es de un máximo de ocho horas diarias, lo cual si sería beneficioso para los trabajadores para evitar la sobre explotación, pero, a su vez, con tal medida lo que en realidad se desea es reducir la remuneración, lo cual es perjudicial, atentatoria a los derechos fundamentales reconocidos en la Constitución y en los Convenios Internacionales, abusiva y orientada a beneficiar exclusivamente a los empresarios, a los cuales este gobierno ha favorecido durante estos años.11

                                                                                                                         9 “El seguro de desempleo sustituirá a la cesantía”, en Diario El Telégrafo, Guayaquil, 24.02.16., p.07. 10 Ibídem. 11 Sin embargo, a más de anunciar la creación del seguro de desempleo, el Presidente Correa, en el enlace sabatino del 6 de febrero (2016), refiriéndose al sector de la construcción indicó que se podrá volver a contratos a plazo fijo por el tiempo de ejecución de la obra, cancelando el proporcional de los décimos, vacaciones y el desahucio en forma mensual; por su parte, en el sector agropecuario se plantea un contrato por un año renovable y puede ser discontinuo; y en el sector pesquero se prevé que la duración del contrato, la jornada laboral y la forma de pago sean acordados entre las partes, pero se reconocerán los beneficios de ley y se establecerá un salario mínimo sectorial; y también que el empleador tiene la obligación de llamar, si vuelve a reiniciar la labor pesquera, al mismo trabajador; y que “sólo en condiciones extremas” (¿?) se podría reducir la jornada diaria a seis horas y pagar un salario en relación a las horas laboradas para evitar perder el empleo; o, en su defecto, se podrían establecer jornadas “concentradas”, esto es, en cuatro días trabajar diez horas diarias.11

Más adelante, el 16.02.16., el Ministro de Trabajo, Leonardo Berrezueta11, cambia la propuesta inicial con un nuevo concepto: el “paro parcial”, al cual pueden acogerse las empresas en crisis11, “de

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Qué galimatías, engaño y desparpajo:

1. En la “Exposición de Motivos” del Proyecto, no se habla de “crisis” sino de “dificultades económicas”, lo cual no ameritaría que se propongan sacrificios ingentes a los trabajadores ecuatorianos quienes ya hemos sido golpeados por las innúmeras medidas de “flexibilización laboral” durante los años de este régimen: Los mandatos constituyentes 2, 4 y 8, que pusieron topes a las indemnizaciones laborales y a los beneficios para los servidores públicos, que destruyeron la contratación colectiva de trabajo en el sector público por medio de acciones burocráticas para eliminar conquistas laborales en aquellos instrumentos acordados libremente por las partes o que incluso fueron aprobados en sentencias; los decretos ejecutivos 1701 y 225 que reglamentaron el nefasto mandato número ocho en perjuicio de los trabajadores públicos; el decreto 813 que inventa una situación realmente ofensiva a la inteligencia como es la “renuncia obligatoria” para los trabajadores públicos; el decreto 16 que interviene en las organizaciones sociales del país, para controlarlas e incluso eliminarlas; la Ley denominada de “Injusticia Laboral”----, la enmienda constitucional en materia laboral---, y ahora este nuevo paquete de anti reformas laborales y de la seguridad social.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                   acuerdo a sus necesidades”. El Ministro dice que al acogerse al paro parcial una empresa podrá laborar en jornada reducida11. Explica que para (tal efecto), una vez establecido un acuerdo con los trabajadores, deberá firmarse un acta y solicitar a la autoridad de trabajo que legalice el paro parcial. Afirmó que “hasta un 50% se podrá reducir la jornada de trabajo (…).Es un acuerdo entre empleadores y trabajadores”, aunque será el Ministerio de Trabajo “el que determine las causales para declarar el paro parcial y que el mismo durará hasta dos meses renovables por una sola vez” (¿?). Señaló que el pago de las aportaciones al IESS serán calculadas como si se tratara de una jornada completa de ocho horas diarias y que incluso tal aportación deberá asumirla íntegramente el empleador; en cuanto a la remuneración será proporcional al tiempo trabajado, lo cual implica una disminución de la misma. Dijo también que este tipo de medidas será temporal, pues, deberá aplicarse sólo hasta el 2017.

Por otra parte, también se refirió a la posibilidad de establecer una “jornada prolongada”, esto es que “el horario de trabajo de una empresa se acople a su ciclo de producción; es decir, que se pueda trabajar más horas (no más de 10 horas) en menos días”; y que “todo esto se llevará a cabo siempre y cuando exista un acuerdo entre trabajadores y patronos. Asimismo se deberán respetar las 48 horas de descanso semanal y se pagarán las horas extras […]”.

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Pero también se dice que este proyecto se lo presenta para “proteger el empleo digno”, sin definirlo, y dejando en el ambiente el criterio de que puede existir un “empleo indigno”, pues, a lo mejor el que se está proponiendo con este mamotreto.

2. Se reforma la Ley de Pasantías en el Sector Empresarial con el objeto de disminuir el emolumento que perciben los estudiantes del pregrado (hasta ahora una RBU), aunque si se obliga a que se les afilie con aquel monto remunerativo.

3. Se reforma al Código del Trabajo en tres aspectos:

a) Para crear el “contrato de trabajo juvenil”, para quienes fluctúan en las edades de 18 a 24 años y que por primera vez se emplean. En este caso se establece que el Gobierno asumirá el pago de la aportación al IESS, siempre que la remuneración no exceda de dos RBU del trabajador en general, y que no supere el 20% del total de la nómina de la empresa. Lo interesante será que se explique si se pondrá al día en la deuda con esa institución. Si el trabajador joven gana más de las dos RBU, la aportación correrá a cargo del empleador. De esta manera está limitando la obligación gubernamental y, por lo tanto, la propia remuneración del trabajador. Una cuestión que debe anotarse es que se restituye la posibilidad de los contratos a plazo fijo, que fueron eliminados con la Ley de “Justicia Laboral”.

b) La jornada ordinaria de trabajo (de 8 horas) puede disminuirse “en casos excepcionales” (cuáles son éstos?, no se explicitan), previo acuerdo de las partes, hasta en 30 horas semanales. En principio, de manera alguna podemos estar en desacuerdo con la disminución de la jornada, pues, ésta precisamente es la tendencia en el mundo entero, para que los trabajadores tengan más tiempo libre y lo dediquen a su formación, al descanso, al deporte, a la recreación, al arte, etc.; pero de manera alguna que se disminuya su remuneración como ahora se pretende. Esta medida sería contraria a la Constitución y a la normativa internacional, en varios aspectos12.

                                                                                                                         12 El Art. 3.1. de la CR, que garantiza “sin discriminación alguna el efectivo goce de los derechos establecidos”; el 3.5., “erradicar la pobreza”; el 11.2. la igualdad de los derechos; el 11.6., “Todos los principios y los derechos son inalienables, irrenunciables, indivisibles, interdependientes y de igual jerarquía”; el 11.8., “El contenido de los derechos se desarrollará de manera progresiva […] Será inconstitucional cualquier acción u omisión de carácter regresivo que disminuya, menoscabe o anule injustificadamente el ejercicio de los derechos”; el A. 33, “El Estado garantizará a las personas

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Señala esta norma reformatoria que la disminución de la jornada debe autorizar la autoridad del trabajo, “previa verificación de que los ingresos del empleador han disminuido”. Muy buena prevención, pero lo difícil será aceptar que un inspector del trabajo, sin pericia ni experticia contable, financiera ni económica, pueda determinar esto. Aparte de lo atentatorio de la medida, confiar en un funcionario tal determinación puede ocasionar realmente mayores inconvenientes.

En declaraciones públicas que se han mencionado, se proponía una especie de “paro parcial”, que ahora se lo cambia directamente por una disminución de la jornada para reducir el salario, seguramente para evitarse el trámite del Paro previsto en la legislación laboral, a partir del artículo 525, en donde se establece que es la suspensión (en tal caso sería “parcial”) del trabajo acordada por el empleador, siempre y cuando un Tribunal establezca que “a consecuencia de una crisis económica general (cuestión que no aceptan los gobernantes) o por causas especiales que afecten directamente a una empresa o grupo de empresas, se imponga la suspensión del trabajo como único medio para equilibrar sus negocios en peligro de liquidación forzosa; y, por falta de materia prima si la industria o empresa necesita proveerse de ella fuera del país; y que la falta se debe a causas que no pudieron ser previstas por el empleador”. Es prácticamente imposible que los funcionarios públicos encargados apliquen alguna de las causales arriba indicadas, que sería lo justo, por tal motivo renunciaron al “globo de ensayo” del “paro parcial”.

Esta disminución de la jornada, que implica sobre todo disminuir los ingresos ya insuficientes del trabajador, no podrá durar más de 6 meses, renovables; es decir, un total de un año. En este caso, se vuelve a la contratación a plazo fijo, ya demagógicamente eliminada antes. El pago de los aportes al IESS deberá hacerse                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    trabajadoras el pleno respeto a su dignidad, una vida decorosa, remuneraciones y retribuciones justas […]”; A. 38.2., “El Estado tomará medidas de protección especial contra cualquier tipo de explotación laboral o económica […]”; A. 325, “El Estado garantizará el derecho al trabajo”; A. 326.1. “El Estado impulsará el pleno empleo y la eliminación del subempleo y del desempleo.”; A. 326.2., “Los derechos laborales son irrenunciables e intangibles. Será nula toda estipulación en contrario.”; A. 326.11., “Será válida la transacción (o el acuerdo) en materia laboral siempre que no implique renuncia de derechos […]”; A. 327, “Se prohíbe toda forma de precarización […]”; A. 328, “La remuneración será justa, con un salario digno que cubra al menos las necesidades básicas de la persona trabajadora, así como las de su familia […] El pago de las remuneraciones se dará en los plazos convenidos y no podrá ser disminuido ni descontado, salvo con autorización expresa […]”.

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tomando como base la última remuneración percibida, antes de la modificación inconveniente.

c) Se establece también una “jornada prolongada de trabajo”; esto es, en jornadas mayores de las 8 horas de jornada ordinaria, hasta un máximo de 10 y de 40 semanales, incluso con horarios irregulares en los cinco días de la semana. Volvemos a las etapas del capitalismo primitivo: la prolongación de la jornada de trabajo para la obtención de mayor beneficio o renta (plusvalía), sin tomar en cuenta las limitaciones físicas y psíquicas de la persona trabajadora. Esta gente se burla de la conquista histórica de la clase obrera de la jornada máxima de 8 horas diarias y se plantea un chantaje a la fuerza laboral: O se disminuye la jornada para pagarle menos, o se incrementa la jornada para pagarle lo mismo. Como los personeros gubernamentales que aparecen entregando este proyecto están relacionados con los empresarios y no tienen idea de la actividad laboral, no les importa proponer cualquier cosa para que en la Asamblea aprueben sin chistar en menos de 30 días, incluso suspendiendo su vacancia legislativa. ¿Para que sirva la proclama cínica de que el trabajo está por encima del capital?

4. Se reforma la Ley de Seguridad Social para la creación de un “seguro de desempleo” para los afiliados en relación de dependencia que se encuentren cesantes por cualquier motivo. Para acogerse a este “seguro” deben acreditar 24 aportaciones acumuladas y no simultáneas; y al menos 6 deberán ser continuas; debe estar desempleado durante 60 días y a partir del siguiente día presentará una solicitud, siempre que no esté jubilado y cumpla las demás condiciones que serán definidas por el CD del IESS. Se financia con el 2% del aporte personal y el 1% de aporte patronal que se convierte en “solidario”; es decir, que este 1% ya no formará parte del ahorro individual del trabajador. Se crea un sistema complicado para su pago: Que se lo hará en cinco meses tomando en cuenta la remuneración promedio del año anterior; en porcentajes que van del 70%, 65%, 60%, 55% y 50%, con un tope, hasta el monto equivalente a dos canastas básicas familiares establecida hasta diciembre del año anterior. Se iniciará el pago a partir del día 120 (luego de cuatro meses del cese de funciones). Puede darse por terminado el pago si el trabajador consigue otro empleo, si se han cumplido los 5 meses indicados, si se constata un fraude o si muere el titular (en este caso todo el beneficio, incluyendo el saldo, será

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parte del haber hereditario). Si queda algún saldo acumulado, éste sólo puede retirarlo en caso de jubilación.

Las disposiciones generales determinan que este seguro de desempleo sustituirá a futuro el fondo de cesantía; que las aportaciones pueden modificarse si así lo determina un cálculo actuarial, entre otros aspectos menores.

En definitiva, se plantea un “seguro de desempleo” utilizando los recursos ahorrados por los trabajadores para el seguro de cesantía que presta el IESS, como si fueran de ellos13, con el único propósito de congelar arbitrariamente en tal Instituto el valor de la cesantía al que tienen derecho los trabajadores que por cualquier motivo cesen en sus funciones (despido, desahucio, renuncia, visto bueno) y dividir su monto, que deben percibirlo en forma íntegra, en cuotas mensuales diferenciadas y descendentes por cinco meses. ¿Cuál es el propósito de estos señores? ¿Apoyar a los desempleados despojándolos de sus recursos ahorrados para cubrir el déficit actuarial del IESS?, o como se señala en el argot popular: sacar de un bolsillo para pasarlo al otro, aunque en este caso, quedándose con una parte del dinero; o también “desvestir a un santo para vestir a otro”. Qué demagogia más barata: Se aprovechan los ahorros de los afiliados para sus propósitos de cubrir la falta de liquidez o para aparentar que están apoyando a los desempleados, pero con su plata. Este es otro atraco a los fondos previsionales de propiedad de los afiliados y los jubilados. Las cuentas individuales de los trabajadores del fondo de cesantía, como ya ocurrió con los fondos de reserva, se las mutila, pues, el 1% de aporte patronal, que se convierte en “solidario”, ya no se lo considerará como ocurre hasta la actualidad. Se despoja a los trabajadores de un rubro que pertenece a sus derechos adquiridos. Se congelan los saldos y en el futuro los trabajadores sólo podrán obtenerlos al momento de su jubilación y no cuando queden cesantes por otro motivo, lo cual también perjudica sus derechos inalienables. Puede decirse que este proyecto no es más que una suma más de atropellos a los derechos de los trabajadores, que abona a la larga lista de perjuicios durante los gobiernos militares, los neoliberales y el régimen actual, que ha demostrado una vocación persecutoria a los sectores más vulnerables.                                                                                                                          13 Los aportes de los trabajadores afiliados y los fondos del IESS son distintos a los del Fisco y no pueden utilizarse discrecionalmente por los gobernantes de turno. Tal medida no solo es inconstitucional sino que constituye una estafa que debe sancionarse.

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¿En qué quedan entonces las normas constitucionales que obligan al Estado a garantizar y hacer efectivo el ejercicio pleno del derecho a la seguridad social? (A. 34 CR), que es público y universal, es decir para todos, sin discriminación; ¿por qué se viola la norma constitucional que impone:

“Las prestaciones en dinero del seguro social no serán susceptibles de cesión, embargo o retención, salvo los casos de alimentos debidos por ley o de obligaciones contraídas a favor de la institución aseguradora […]”?

Así como lo dispuesto en el Art. 372 de la CR:

“Los fondos y reservas del seguro universal obligatorio serán propios y distintos de los del fisco, y servirán para cumplir de forma adecuada los fines de su creación y sus funciones. Ninguna institución del Estado podrá intervenir o disponer de sus fondos o reservas, ni menoscabar su patrimonio”.

Es evidente que tanto la intervención gubernamental como de la Asamblea Nacional son contrarias a los preceptos constitucionales y merecen el rechazo de la ciudadanía toda.

Criterios de los empresarios y de los trabajadores

Obviamente los empresarios han manifestado su satisfacción con tal proyecto engañoso, arbitrario y atentatorio de los derechos fundamentales.

Uno de ellos por ejemplo opina que la solución más sensata para remediar la crisis sería la formulación de políticas enfocadas a “reactivar el aparato productivo ecuatoriano privado, el cual se encuentra en emergencia no solo por la contracción de la demanda y el crédito, sino también por las políticas tributarias y comerciales que mantienen asfixiado su accionar, (como:) reducir la carga impositiva del sector productivo; eliminar las salvaguardias y cualquier otra política comercial distorsionante; reducir el impuesto a la salida de capitales; aumentar la

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flexibilización laboral”14. Qué coincidencia de este señor con las orientaciones del régimen, pues, ya le toman la palabra con la anunciada suspensión de las salvaguardias y el anuncio de la enésima medida de “flexibilización laboral”, porque, como ha ocurrido históricamente, la crisis la pagan los trabajadores para beneficiar a los empresarios incapaces de afrontar la competitividad global.

Algunas empresas, aún antes de los anuncios del gobierno, han tomado medidas que ahora requieren una legalización precisamente a través de la ley que enviará en estos días: Han disminuido a tres las jornadas diarias en la semana, han suprimido las horas extras y los turnos de fin de semana; pero también han reducido el personal, han suspendido las nuevas contrataciones, así como se han limitado los incrementos salariales; y algo sintomático de la crisis: La invención del denominado “salario emocional”, que consiste en la entrega de incentivos no monetarios a los trabajadores: asesoría legal gratuita, en especial para madres solteras, un plan deportivo, tres días libres pagados adicionales a las vacaciones (uno de ellos por puntualidad), etc.15 Como en los últimos tiempos se ha disminuido sustancialmente la contratación colectiva en el sector privado y prácticamente está suprimida en el sector público, se ha perdido la noción de muchos de estos beneficios que estaban incorporados precisamente en aquellos instrumentos muy positivos para la paz laboral interna en las empresas y que contribuyen a su desarrollo, incluyendo al país en su conjunto. De todas maneras, es interesante que se encuentren medidas alternativas para superar los efectos de esta crisis no provocada por los trabajadores, sin que a ellos se les afecte en su estabilidad y en la percepción de sus ingresos.

Para Mauricio Pozo Crespo, ex Ministro, columnista y allegado a los círculos empresariales, si con la dolarización no puede manejarse el tipo de cambio para paliar los choques externos adversos como la caída del precio del petróleo, pues el país no cuenta con reservas ni ahorros, como tampoco aplica una política fiscal disciplinada, “[…] Lo obvio es que esta rigidez sea compensada con una flexibilidad

                                                                                                                         14 Santiago Bucarám Villacís, “El sector empresarial, el punto ciego de la revolución ciudadana”, en: Diario El Universo, 14.02.16., p. 7. 15 “La empresa realiza ajustes a su esquema laboral”, en: Diario El Comercio, 15.02.16., p. 4. (Las empresas son: Acruxza – de jabones y productos de aseo para el hogar-, Grupo Colineal, Hipertronics -ensambla celulares-, Ecasa -línea blanca-, René Chardón, Oriente Seguros).

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interna que recae en su mayor proporción en el empleo y en los salarios […]”16. Aunque él indica que esto debió hacerse antes, no deja de apreciarse la intencionalidad de apoyar al gobierno en su afán de atacar a la economía de las mayorías, en este caso los trabajadores, sector vulnerable y víctima de las políticas oficiales y de las acciones de una buena parte de empresarios desorientados.

En la Convención Nacional del FUT (Frente Unitario de los Trabajadores)17 efectuada el sábado 13 de febrero del 2016, se rechazaron los planteamientos gubernamentales de flexibilización laboral (disminución o aumento de la jornada laboral, el curioso “seguro de desempleo”, la diminución del pago por las pasantías, etc.) dado que afectan a sus derechos fundamentales, tomando en cuenta el crecimiento del desempleo, la falta de propuestas para generar nuevos puestos de trabajo, en medio de la crisis provocada por la equivocada política económica del régimen y la baja de los precios del petróleo.

Sólo la acción y lucha de los trabajadores, con el concurso de las demás organizaciones sociales y populares derrotará la actitud sistemática de este régimen para destruir las conquistas históricas en defensa de los intereses de los sectores mayoritarios de la población, víctimas de la persecución y de las medidas legislativas y políticas contrarias a la justicia social.

Quito, febrero 2016.

                                                                                                                         16 “Flexibilidad a destiempo”, en: Diario El Comercio, Quito, 14.02.16., p. 9. 17 Actualmente lo integran las centrales sindicales nacionales: CEOSL, CEDOCUT, CTE y UGTE.