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INFORME RELATIVO AL AÑO 2006, SOBRE LA PROTECCIÓN DEL MEDIO AMBIENTE, PATRIMONIO HISTÓRICO Y URBANISMO EN EL ÁMBITO DE LA FISCALÍA DE CÁDIZ.

Autor: Ángel M. Núñez Sánchez Fiscal de la Audiencia Provincial de Cádiz

1. ASPECTOS GENERALES

Como no puede ser de otra forma, y así se ha venido afirmando en anteriores memorias, es necesario una vez más comenzar poniendo de manifiesto las especiales características que desde el punto de vista ambiental, urbanístico y del patrimonio histórico ofrece la provincia de Cádiz. Una multiplicidad de factores de diversa naturaleza confluyen en su territorio.

1. 1. MEDIO AMBIENTE Destacar la variedad y riqueza de los ecosistemas de

la provincia, tanto terrestres como fluviales o marinos, y a su vez la de cada uno de éstos, constituye referencia obligada. Ello se traduce en la existencia de importantes espacios protegidos. Dentro de los que se recogen en la Red de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía (RENPA), creada con la Ley 2/1989, de 18 de julio, por la que se aprueba el Inventario de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía y se establecen medidas adicionales para su protección, aparecen los siguientes en la provincia de Cádiz:

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Figura legal de protección Nombre del Espacio Natural Superficie total

(ha) Zona núcleo

(ha) Zona periférica

(ha) Bahía de Cádiz 10.522 10.522 ----- De la Breña y Marismas del Barbate 5.077 5.077 -----

Del Estrecho 18.931 18.931 ----- Doñana 53.835 53.835 ----- Los Alcornocales 167.767 167.767 -----

Parque Natural

Sierra de Grazalema 53.411 53.411 ----- Dunas de San Antón 92 92 ----- La Barrosa 126 126 ----- Parque Periurbano La Suara 218 218 ----- Cola del Embalse de Arcos 120 120 ----- Cola del Embalse de Bornos 630 630 ----- Estuario del Río Guadiaro 27 27 ----- Isla del Trocadero 525 525 ----- Marismas de Sancti Petri 170 170 ----- Marismas del Río Palmones 58 58 -----

Paraje Natural

Playa de Los Lances 226 226 ----- Complejo Endorreico de Chiclana 567 49 518 Complejo Endorreico de Espera 438 59 379 Complejo Endorreico de Puerto Real 839 104 735

Complejo Endorreico del Puerto de Santa María 291 63 228

Lagunas de Las Canteras y El Tejón 210 10 200

Laguna de Medina 375 121 254

Reserva Natural

Peñón de Zaframagón 448 128 320 Reserva Natural Concertada Laguna de la Paja 40 40 -----

Corrales de Rota 110,00 110,00 ----- Duna de Bolonia 13,20 13,20 ----- Punta del Boquerón 74,50 74,50 ----- Monumento Natural

Tómbolo de Trafalgar 24,20 24,20 -----

A todo ello hay que añadir la circunstancia de tratarse de una provincia limítrofe en buena parte con el Parque Nacional de Doñana, con lo que ello supone de interrelación en cuanto a los problemas que afecten a éste o a aquélla y la dificultad de fraccionar las atenciones y medidas de prevención y cuidado en uno y otro caso.

Son muchas en este ámbito las conductas atentatorias

contra el medio ambiente a las que cabe aludir. Sin duda ha de mencionarse el problema de las construcciones ilegales en espacios protegidos, lo que tiene especial incidencia por el número de casos en el Parque Natural del

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Estrecho y, en menor medida, en el Parque Natural de Los Alcornocales. Pero también en otros espacios. Por ejemplo, en las Diligencias Previas nº 1.284/06 del Juzgado de Instrucción nº 1 de El Puerto de Santa María se investiga la significación penal de la conducta de responsables municipales en relación con construcciones ilegales en la Reserva Natural de Las Lagunas. En toda esta problemática resulta necesario poner de manifiesto la importancia de que de la manera más pronta se produzca la adopción de medidas cautelares. El Ministerio Fiscal, en cuanto tiene conocimiento de tales hechos, viene solicitando, como medida cautelar conforme al artículo 339 del Código Penal, que se ordene la inmediata paralización de cuantas obras están teniendo lugar, así como la prohibición de ocupación de las edificaciones ilegales y la prohibición de cualquier suministro público de agua, electricidad, gas, etc. en los términos del artículo 181 de la Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía. El control de dichas medidas –que, justo es decirlo, cada vez son más atendidas por los distintos Juzgados de Instrucción- se insta de las distintas fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y, de un tiempo a esta parte, del Cuerpo de Agentes de Medio Ambiente, a los que el artículo 6.q de la Ley 43/2003 de Montes, en la redacción conforme a la Ley 10/2006, de 28 de abril, por la que se modifica aquélla, les otorga la condición de policía judicial en sentido genérico tal como establecía el apartado 6.º del artículo 283 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal. Igualmente, se viene interesando que se exija a los denunciados afianzamiento de los costes de la demolición y de la restitución del terreno a su estado anterior al delito.

Es interesante el argumento empleado por la Sección

7ª de la Audiencia Provincial de Cádiz en el Auto 180/06 de 6 de noviembre que resolvió cuestiones referentes a medidas cautelares en el recurso planteado contra el Auto del Juez de Instrucción que las decidía, ya que especifica que “la medida acordada relativa a la paralización de la obra y la prohibición de ocupación es perfectamente ajustada a derecho. La referida paralización es la única manera de evitar que el daño al bien jurídico protegido se consolide, como la

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prohibición de ocupación trata de evitar que se continúe haciendo uso de una edificación cuya realización podría ser constitutiva de delito, y ello al margen de que quienes ocupen dicha edificación, sean, como dice el recurrente, familiares suyos, lo que desde luego no resta antijuridicidad a su conducta. De la misma manera se estima que la prohibición relativa a los suministros no es sino consecuencia necesaria de las medidas anteriores y por su naturaleza trata de asegurar en la medida de lo posible que efectivamente la no ocupación de la edificación ilegal va a ser efectiva.” Ello puede constituir un paso muy importante para conseguir que se consoliden este tipo de medidas judiciales.

El uso de cebos envenenados en el medio natural con

la intención de eliminar ejemplares de especies depredadoras continúa siendo un problema acuciante. En este orden de cosas la Delegación Provincial de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía envía a la Fiscalía de la Audiencia Provincial las diligencias abiertas por los Agentes de Medio Ambiente, así como los informes y documentación, referidos a la aparición de cebos envenenados pero la principal dificultad sigue siendo lo complicado de individualizar la autoría de unas conductas que tienen lugar en un marco de clandestinidad. Cabe citar en este punto las Diligencias Previas nº 385/06 del juzgado de Instrucción nº 1 de Chiclana de la Frontera, que concluyeron con archivo al no resultar posible acreditar la autoría de la conducta. En los casos en que, tras la investigación, no se logra determinar la autoría, la Administración autonómica actúa en el marco de la Ley de la Flora y Fauna Silvestre de Andalucía, que contempla la retirada del uso de aprovechamientos en los cotos y fincas en los que se detectan estos cebos, medida que ya ha sido adoptada en varios expedientes sancionadores. Cabe citar en este punto, por lo extraordinariamente grave de los hechos desde el punto de vista de la fauna protegida, las Diligencias Previas nº 1327/06 del Juzgado de Instrucción de Jerez nº 2, tramitadas por la aparición de tres águilas imperiales muertas por veneno en una finca de la zona.

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La existencia de importantes núcleos urbanos motiva uno de los problemas ambientales con el que nos enfrentamos, cual es el de los residuos de toda índole. En anteriores memorias ya se ha hecho referencia a este factor y se mencionaban los avances que en esta materia estaban teniendo lugar con la creación, a la luz del correspondiente plan, de nuevos vertederos con adecuadas instalaciones, así como el desarrollo en la creación y puesta en funcionamiento de depuradoras. Con todo, el problema de la depuración de aguas residuales subsiste. El objetivo de saneamiento integral no se ha alcanzado pues se hace necesaria la construcción de nuevas estaciones depuradoras, la puesta en funcionamiento de otras, así como la remodelación de aquellas plantas que están actualmente en servicio, pero que requieren de una ampliación al haberse incrementado la población que reside en su entorno. En muchas ocasiones son las propias depuradoras las que –cuando no funcionan adecuadamente, y ello, lamentablemente, no es infrecuente- se convierten en parte del problema. Por lo que se refiere a los residuos urbanos, aunque la situación ha mejorado, todavía se detectan, en el ámbito de intervención de la Fiscalía, casos de vertederos descontrolados, existiendo procedimientos penales en tramitación. Los existentes en las proximidades de zonas arboladas y boscosas se convierten además en un importante factor de riego de incendios. Precisamente ello motivó que por parte del Excmo. Sr. Fiscal de Sala Coordinador de Medio Ambiente se instara a las distintas Fiscalías a fin de que se requiriera a la policía judicial para que efectuaran un listado de tales vertederos ilegales, procediéndose después a ponerles de manifiesto a las distintas corporaciones locales en cuyos municipios se encontraran la ilegalidad de los mismos y el riego de producción de incendios forestales por fuego o combustión con la consiguiente responsabilidad penal de no adoptarse las medidas necesarias para la eliminación material de aquellos, lo que se hizo en las Diligencias Informativas nº 140/06.

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La tercera de las conductas que cabe reseñar en este ámbito, pues a los incendios forestales aludiremos más adelante, es la de los vertidos. Y una vez más hay que recordar que se siguen produciendo vertidos desde buques en tránsito o fondeados en la zona del Estrecho de Gibraltar con resultados muy negativos para espacios naturales de gran valor. Sería conveniente que por parte de las Administraciones se incrementaran las medidas de vigilancia y control para evitar tales conductas, pues una vez producidas –al tenerse conocimiento de ellas tiempo después, cuando los vertidos llegan a la costa- no resulta fácil determinar la autoría y se producen indeseables situaciones de impunidad. Las Diligencias Previas nº 1828/05 del Juzgado de Instrucción nº 4 de Algeciras se tramitan por un vertido de fuel efectuado por un barco de pabellón noruego en la Playa de Getares sita en Algeciras y las Diligencias Previas nº 762/06 del Juzgado de Instrucción nº 2 de San Roque por vertidos realizados desde un buque al mar. Durante 2006 se investigaron hechos de similar naturaleza, entre otras, en las Diligencias Previas nº 762/06 del Juzgado de Instrucción nº 2 de San Roque o en las Diligencias Previas nº 76/06 del Juzgado de Instrucción nº 3 de La Línea de la Concepción. Como ejemplo de procedimiento por vertidos al medio fluvial es posible mencionar las Diligencias Previas nº 65/06 del Juzgado de Algeciras nº 2, referentes a un vertido efectuado en el río Pícaro por falta de mantenimiento del sistema de bombeo de la red de saneamiento y las Diligencias Previas nº 1832/05 del Juzgado de Instrucción nº 4 de Algeciras por un vertido de gasóleo a través de una red de aguas pluviales hacia un arroyo sito en el Parque Natural de Los Alcornocales que afectó a animales y vegetación.

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También se producen vertidos al medio atmosférico y al medio terrestre. Así, por ejemplo, ejemplo de los primeros, en las Diligencias Previas nº 116/06 del Juzgado de Instrucción nº 6 de Algeciras se investiga un vertido atmosférico de dióxido de azufre procedente de instalaciones fabriles de la zona. Para el segundo caso cabe citar las Diligencias Previas nº 1165/05 del Juzgado de Instrucción nº 1 de Puerto Real.

1. 2. PATRIMONIO HISTÓRICO En lo que se refiere al Patrimonio Histórico, la de Cádiz

es, una provincia de especial significación. La ley 1/1991, de 3 de julio, de Patrimonio Histórico de Andalucía, en cuya actual fase de reforma ha tenido ocasión de participar la Red de Fiscales de Medioambiente de Andalucía aportando sus opiniones a los proyectos elaborados, establece que el Patrimonio Histórico de Andalucía se compone de todos los bienes de la cultura, en cualquiera de sus manifestaciones, en cuanto se encuentran en Andalucía y revelen un interés artístico, histórico, paleontológico, arqueológico, etnológico, documental, bibliográfico, científico o técnico para la Comunidad Autónoma.

Pues bien, la contribución de esta provincia a la

configuración de dicho patrimonio –y especialmente, en lo que ahora respecta, a su aspecto arqueológico- es de extraordinaria trascendencia. La riqueza en este orden de nuestros fondos marinos, por razones obvias de carácter histórico, está fuera de toda duda. Sin embargo, en los últimos tiempos se ha acelerado su deterioro como consecuencia de distintos factores entre los que cabe señalar, entre otros, la falta de una conciencia de que los objetos sumergidos de significación arqueológica forman parte de un patrimonio cultural común, lo enormemente lucrativo de este mercado ilícito, la falta de medios en las labores de protección y vigilancia y lo complejo de éstas, o la visión “aventurera” que a veces los medios de comunicación, la literatura y el cine ofrecen de la “caza de tesoros” (auténtica incitación al expolio).

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En este epígrafe hay que destacar la denominada “Operación Bahía”, que dio lugar a las Diligencias Previas nº 2281/05 del Juzgado de instrucción nº 4 de Cádiz en las que se investiga una organizada trama con ramificaciones internacionales dedicada al expolio de yacimientos arqueológicos subacuáticos.

Durante el año a que se refiere esta memoria alcanzaron especial relieve mediático las actividades que, sin cumplir con la normativa en materia de prospecciones arqueológicas establecida en la ley andaluza de patrimonio histórico, estaba llevando a cabo en aguas territoriales españolas un barco de la compañía americana Odyssey Marine Explorations Inc., al parecer con la intención de localizar y extraer el navío HSM Sussex que se supone hundido en las inmediaciones del Estrecho de Gibraltar. Las Diligencias Previas nº 13/06 del Juzgado de Instrucción de La Línea de la Concepción nº 3 se iniciaron por presunto delito de desobediencia y a ellas se les acumuló la denuncia que en relación con las actividades del buque “cazatesoros” había sido remitida a la Fiscalía por supuesto delito contra el patrimonio histórico por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.

Por su parte, ya en lo que se refiere al patrimonio

arqueológico terrestre, las Diligencias Previas nº 707/06 del Juzgado de Instrucción de Puerto Real nº 2, incoadas a raíz de una investigación del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil, se siguieron en relación con obras de construcción de la Planta de Transferencia de Residuos de la Bahía de Cádiz que podrían estar ocasionando daños en un yacimiento arqueológico romano, tratándose de lugar catalogado como zona arqueológica, esto es, espacio claramente delimitado en el que se ha comprobado la existencia de restos arqueológicos de interés relevante (artículo 27 de la ley 1/1991, de 3 de julio, de Patrimonio Histórico de Andalucía).

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En las Diligencias Previas nº 75/05 del Juzgado de Instrucción nº 3 de Algeciras se investiga un posible delito contra el Patrimonio Histórico por la demolición del Cuartel Fuerte Santiago, de todos sus edificios e instalaciones relativas al acuartelamiento. Las Diligencias Previas nº 224/06 del mismo Juzgado se siguen por los daños ocasionados en un bunker en el cerro Santa Catalina de la localidad de Tarifa, con la destrucción de una escalera de acceso. Dicho bunker se encuentra en trámites de inscripción como bien en el Catálogo General del Patrimonio Histórico.

Las Diligencias Previas nº 699/06 del Juzgado de

Instrucción n1 de Chiclana de la Frontera se tramitaron a partir de la localización, con ocasión de un control antiterrorista de la Unidad de Seguridad Ciudadana de la Guardia Civil, de piezas arqueológicas en el interior de un vehículo.

Muy avanzadas en su tramitación merced a lo actuado

durante 2006 están las Diligencias Previas nº 553/05 del Juzgado de Instrucción nº 3 de El Puerto de Santa María. Se refieren a la demolición del edificio conocido como la “Casa de las Cadenas”, inmueble catalogado o clasificado que forma parte de la delimitación legal del Conjunto Histórico Bien de Interés Cultural, conforme a lo establecido en la Disposición Adicional Primera de la Ley 16/85, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico y dentro de la delimitación legal del Conjunto Histórico-Artístico del Puerto de Santa María, declarado como tal por el R.D. 3038/80 de 4 de diciembre (BOE nº 24 de 28 de enero de 1.981), gozando, la totalidad del Edificio, de un Nivel de Protección Integral, en el Plan General Municipal de Ordenación Urbana aprobado definitivamente el 18 de diciembre de 1.991 y en vigor desde el 27 de marzo de 1.992. Se trata de un edificio construido en el siglo XVII que sirvió de alojamiento al Rey Felipe V y su familia en tres ocasiones y que en su origen fue construida como casa de cargadores a Indias, alojamiento y vivienda del cargador así como establecimiento de las oficinas y de los almacenes inherentes a la actividad a la que se dedicaba su propietario.

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Todo el edificio, formaba un conjunto arquitectónico completo e indivisible, desde los distintos puntos de vista; histórico, funcional, estructural y urbanístico.

Es obligado destacar en este punto la labor llevada a

cabo por la Dirección General de Inspección de Ordenación del Territorio, Urbanismo y Vivienda de la Consejería de Obras Públicas de la Junta de Andalucía, que ha remitido diversas denuncias en esta materia que han dado lugar ala incoación de diligencias de investigación.

A otras actuaciones de la Fiscalía en materia de

protección del Patrimonio Histórico se aludirá ulteriormente, tanto en el estudio de temas de interés surgidos durante el ejercicio de 2006, como cuando se aborden las diligencias de investigación tramitadas durante dicho periodo.

1. 3. ORDENACIÓN DEL TERRITORIO La ordenación del territorio es sin duda el bien jurídico

que sigue siendo sometido a los más intensos ataques, provenientes tanto de la urbanización ilegal aislada – pero que, al cabo, concluye en la creación de un núcleo de población -, como de la realizada de manera masiva omitiendo todo acatamiento a la normativa urbanística. Hasta el punto de que no resulta exagerado calificar la situación –que es enormemente preocupante- como de encontrarse fuera de control. Puede afirmarse que, a excepción de Cádiz, donde por razones obvias de falta de suelo tal conducta resulta difícilmente imaginable, existen causas por delitos contra la ordenación del territorio en tramitación en todos los partidos judiciales de la provincia.

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A mayor abundamiento, durante 2006 se ha incrementado respecto a años anteriores el número de investigaciones, tanto del Ministerio Fiscal, como judiciales, por supuestos de prevaricación urbanística en los que aparecen implicados autoridades y funcionarios públicos así como sobre delitos vinculados con el urbanismo, de lo que es ejemplo las Diligencias Informativas nº 345/06, tramitadas a partir de denuncia de representantes de la asociación Ecologistas en Acción por presuntos delitos contra los recursos naturales y el medio ambiente, delitos relativo a la protección de la flora y la fauna, delito sobre la ordenación del territorio, delito de prevaricación, delito de sustracción de cosa propia a su utilidad pública o social, delito societario, delito de malversación y delito contra el patrimonio histórico contra responsables municipales del Ayuntamiento de El Puerto de Santa maría y empresas públicas de éste.

Todo ello sucede además sin que las administraciones

a quienes corresponde velar por la disciplina urbanística ejerciten de la forma que sería de desear las funciones que les atribuye el ordenamiento. Esto trae como consecuencia que en la medida en que las construcciones desordenadas se imponen sobre el planeamiento, convirtiéndolo en un mero instrumento de regularización de lo ya dado, desaparece el urbanismo entendido como la disposición teórica y técnica que tiene como objetivo la ordenación del espacio urbano y su entorno, así como la previsión de los crecimientos futuros. Como tales administraciones practican una inaplicación generalizada de la demolición de construcciones, como medida de reposición de la realidad física alterada y disuasoria de posibles comportamientos infractores, con ello se fomenta la convicción de que una vez finalizada una construcción las irregularidades en las que se haya podido incurrir se van a poder legalizar en todos los casos. Además, aquellos infractores frente a los que no se ejercita con la debida diligencia la disciplina urbanística pasan inmediatamente a constituirse en grupo de presión para tratar de obtener las modificaciones del planeamiento que legitimen sus edificaciones. El deterioro del litoral –y, en menor medida, pero de forma creciente,

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de importantes zonas del interior- de nuestra provincia experimenta un proceso que hasta la fecha se revela como imparable.

Además, esta ineficacia de la Administración para

ejercer las responsabilidades que le corresponde provoca otro fenómeno muy negativo pues da también lugar, como consecuencia inevitable, a que muchas conductas delictivas por delitos contra la ordenación del territorio no sean puestas en conocimiento de la Fiscalía, generándose así del mismo modo bolsas de impunidad. En otras ocasiones, el traslado de la notitia criminis se produce demasiado tarde, cuando los ataques a la ordenación del territorio se han consolidado, por lo que la respuesta judicial pierde eficacia, o las conductas delictivas han prescrito, en cuyo caso no hay posibilidad de actuación.

Así pues, se continua detectando la incapacidad de las

Administraciones competentes, principalmente los Ayuntamientos, para hacer cumplir la legalidad en este ámbito.

Consecuencia de lo anterior es que las condiciones

negativas que ya se indicaban en años anteriores persisten y el grado de cumplimiento de la disciplina urbanística en cuanto a protección de la legalidad y especialmente en cuanto al restablecimiento del orden jurídico perturbado permanece en cotas bajísimas. Las construcciones ilegales proliferan y se extiende la sensación popular de que, en el peor de los casos se pagará una multa, pero que nunca se producirán demoliciones de lo ilícitamente construido, con lo que ello supone de efecto llamada para nuevas edificaciones ilícitas. A la consolidación de esa percepción contribuye sin duda el hecho –ya mencionado- de que una vez que el problema alcanza dimensiones importantes, porque no fue atajado en su debido momento, no se opta sino por modificaciones del planeamiento que permitan la legalización de estos núcleos de urbanización edificados al margen de la ley.

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Pero con ello no se resuelve la problemática planteada sino que, antes bien, los procesos de construcción ilegal continúan y la “regularización” o “legalización” se convierte en la aspiración a alcanzar por los nuevos infractores, objetivo que se presentará como más cercano en la medida en que se alcance un mayor deterioro de los suelos en los que las edificaciones ilícitas tienen lugar. De ello hay no pocos ejemplos en nuestra provincia.

Por otra parte, no se puede dejar de mencionar que en

la mayor parte de los delitos contra la ordenación del territorio en su modalidad de construcciones ilegales concurre a su vez una absoluta inobservancia de la reglamentación en materia de seguridad e higiene en el trabajo: se trata de edificaciones que se realizan sin proyecto ni dirección técnica, careciendo de medidas de seguridad, etc. Se pone así de manifiesto la relación existente entre estas figuras delictivas y la siniestralidad laboral, aspecto en el que la Fiscalía ha comenzado a incidir tanto desde el ámbito del servicio especial de Medio Ambiente, Urbanismo y Patrimonio Histórico, como desde el de Siniestralidad Laboral.

Durante el ejercicio de 2006 ha comenzado igualmente

a detectarse en algunas ocasiones que, tal vez por la impunidad con que habitualmente se asocia a estas conductas, la ejecución de construcciones ilegales se utiliza como medio para el blanqueo de capitales procedentes del narcotráfico. De entre algunas de las investigaciones que se han iniciado, y que aun se encuentran en curso, cabe citar las Diligencias Informativas nº 272/06.

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2. ASPECTOS DE INTERÉS Sin ánimo exhaustivo, se tratarán en este epígrafe

algunas de las cuestiones de interés que se han suscitado a lo largo del año a que se refiere esta memoria.

A.- Veníamos poniendo de manifiesto en anteriores

memorias cómo la renuencia judicial al dictado de órdenes de derribo de construcciones ilegales al amparo del artículo 319.3 del Código Penal favorecía la generación de una sensación de impunidad que provocaba que no se consiguieran los efectos preventivo generales a que la condena por delitos contra la ordenación del territorio debiera dar lugar. La inquietante tendencia a la apreciación de la concurrencia de supuestos de error vencible de prohibición, con la consiguiente rebaja de pena que ello implica, y la a veces escasa cuantía de las multas que se imponen en sentencia podía estar dando lugar a que los infractores llegaran a computar la condena, que en ningún caso implicará el ingreso en prisión, como un gasto más de la edificación ilegal.

Tanto el Excmo. Sr. Fiscal de Sala Coordinador de

Medio Ambiente y Urbanismo como la Red de Fiscales Medioambientales de Andalucía se han pronunciado reiteradamente en cuanto a la necesidad de que sean los Juzgados y Tribunales del Orden Penal los que decreten el derribo. Que esta es la cuestión clave lo demuestra el hecho de que en no pocas ocasiones los letrados de la defensa muestran su disposición a alcanzar conformidades en juicio admitiendo la condena a condición de que se retire la petición de demolición de lo ilícitamente construido o se sustituya por una remisión de testimonio al Ayuntamiento que corresponda para que, en su caso, proceda al restablecimiento de la legalidad y realidad física alterada.

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Tales prácticas son rechazadas por la Fiscalía y así se puso de manifiesto en la Nota de Servicio dictada al efecto. Además, en la medida en que en las resoluciones judiciales se remite la decisión sobre tal extremo a la Administración se consagra la evidente contradicción de que si en buena medida fue la ineficaz aplicación de la normativa urbanística por la Administración lo que justificó la aparición en 1995 de estos tipos penales, no tiene ningún sentido que, pudiendo los Juzgados y Tribunales penales decidir sobre el restablecimiento de la legalidad se abstengan de hacerlo, remitiéndole la decisión a aquella (la Administración) cuya falta de competencia dio motivo a la creación de estas figuras delictivas.

En realidad, ni siquiera hubiera sido necesaria una mención expresa de la posibilidad de acordar el derribo en la parte especial del Código Penal en la medida en que, como disponen los artículos 109 y siguientes, la ejecución de un delito obliga a reparar los daños y perjuicios por él causados –en los que, sin lugar a dudas, se incluyen los ocasionados a un bien jurídico de la colectividad como es la ordenación del territorio en su sentido constitucional de utilización racional del suelo orientada a los intereses generales- y ello supone la restitución, la reparación (con cualquier obligación de dar, hacer o no hacer a cumplir por el infractor o a ejecutar a su costa) y la indemnización. El que el legislador, sin embargo, haya optado por recoger expresamente dichas facultades en el artículo 319, lejos de considerarse como una mera redundancia habrá de ser interpretado en el sentido de expresar el interés de aquél en que, frente a los ataques que tipifica al bien jurídico señalado, efectivamente se produzca una respuesta integral de la Jurisdicción penal que abarque tanto el aspecto represivo-punitivo, como el restaurador. Lo que acredita lo incorrecto de los planteamientos que precisamente toman dicha mención del legislador como excusa para configurar las facultades de demolición como excepcionalísimas.

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Tratándose entonces de una medida tendente a la reparación del daño, siendo ésta una obligación legal, de ello se sigue que debe aparecer en las sentencias penales como una consecuencia necesaria derivada de la imposibilidad de legalización de las obras, siempre que dicho extremos resulte debidamente acreditado. De manera que si en el procedimiento penal se ha acreditado que se trata de construcción o edificación no susceptibles de legalización con arreglo al planeamiento vigente al momento de los hechos no queda sino el restablecimiento de la realidad física alterada por medio de la demolición porque la Administración, a la que defieren la decisión al respecto, tampoco tiene posibilidad de optar por otra distinta consecuencia. Como señala la Sentencia de la Audiencia Provincial de Burgos (Sección 1ª), de 29 marzo 2003, “la obra ejecutada no es, como se ha indicado y se ha acreditado pericialmente, una obra susceptible de regularización o legalización y, en consecuencia, la única forma presente de reestablecer la legalidad urbanística vulnerada al construir en terreno no urbanizable, es mediante la demolición de lo indebidamente construido”.

El artículo 319.3 del Código Penal está lejos de

suponer la concesión al Juzgador de unas facultades discrecionales de las que puede o no hacer uso con absoluta libertad. Como apunta la doctrina más autorizada se trata más bien de una medida cuya exclusión sólo se producirá excepcionalmente y en la que el legislador no optó por atribuirle un carácter imperativo sólo para respetar aquellos escasos supuestos en los que puede resultar desaconsejada. El hecho de que esta facultad haya accedido al Código Penal supone en este punto un principio de preferencia del orden jurisdiccional penal, sin que ello lógicamente excluya la posibilidad de que la Administración adopte dicha medida para restaurar el orden jurídico infringido. Más aun: si los Tribunales penales no ordenan la demolición, vista la proverbial falta de eficacia de la Administración en el ejercicio de las competencias de disciplina urbanísticas, ¿no se está permitiendo que el infractor consolide definitivamente los efectos del delito?

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La Sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid

(Sección 6ª) nº 92/2004 , de 19 de Febrero de 2004, recoge adecuadamente el sentido que debe tener este instituto cuando, con cita de la Sentencia de la Audiencia Provincial de Alicante (Sección 1ª), de 27 de diciembre de 1999, afirma que “el objetivo del legislador de preservar la ordenación del territorio quedaría frustrado, con el rigor que quiere hacerlo, dejando a las Leyes Administrativas la restauración del derecho perturbado, cuando es precisamente la extracción de ese orden y la incorporación al orden penal, lo que hace que el rigor de la reacción sea mayor ante el concreto ataque que el tipo en cuestión (art. 319) prevé. Es precisamente esta razón, que determinaría que se proceda a la demolición de la obra”. Esta es la interpretación que plasma de forma más atinada el sentido de la norma.

Durante 2006 han sido varias las sentencias de Juzgados de lo Penal, fundamentalmente de Algeciras, que ordenaban, a cargo del autor del hecho, la demolición de la obra ilegal, sin perjuicio de las indemnizaciones debidas a terceros de buena fe. No obstante, como pone de manifiesto en su informe la Iltma. Sra. Fiscal Dª Inmaculada Budiño, aún no es generalizada esta postura por parte de los Jueces. De entre las resoluciones de Juzgados de lo Penal que condenan y ordenan la demolición podemos citar las siguientes:

Juzgado de lo Penal nº 1 de Algeciras:

P. Abreviado nº 148/06 P. Abreviado nº 354/06

Juzgado de lo Penal nº 2 de Algeciras: P. Abreviado nº 144/06

De cualquier modo, la principal novedad en esta

materia durante el año 2006 ha sido la Sentencia de 16 de

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octubre de 2006 de la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Cádiz, dictada en el Rollo de Apelación nº 91/06. En ella, por primera vez, la Audiencia hace aplicación de las facultades de demolición y tras condenar a la acusada a la pena de un año de prisión y multa de trece meses con cuota diaria de diez euros, así como a la de inhabilitación especial para el ejercicio de profesión de promoción inmobiliaria durante seis meses la condena igualmente a la demolición de la obra ilegal a su costa.

Los hechos enjuiciados a que se refiere esta sentencia,

sucedidos en Barbate, fueron que “sin la correspondiente licencia municipal y a sabiendas de que no se podía construir la acusada construyó una vivienda unifamiliar tipo chalet”, siendo así que “de acuerdo con lo establecido en las normas de Planeamiento Municipal de Barbate la parcela sobre la que se asienta la edificación citada tiene la clasificación de suelo no urbanizable”. La sentencia de primera instancia absolvió a la acusada con base en dos razonamientos que la Audiencia considera “que no son de recibo”. El primero era el de que existía un proyecto de convenio urbanístico para cambiar la clasificación del suelo sobre el que se había construido el chalet. El segundo que “no se trata de una casa aislada, sino que en la zona hay más edificaciones y en la misma parcela se hicieron seis edificaciones de las mismas características, pertenecientes a distintos propietarios”. La sentencia de la Audiencia, haciendo suyos los argumentos empleados por el Fiscal en el Recurso de Apelación, rechaza una y otra alegación. En el primer caso, porque al momento de dictado de la sentencia el Juzgador deberá atender exclusivamente a la legalidad urbanística vigente al momento de cometerse el hecho en tanto que normativa de complemento del tipo penal y no a inciertas expectativas de modificación de la normativa. En el segundo, porque sostener ese criterio puede constituir un verdadero “efecto llamada” para la realización de construcciones ilegales de manera que serán de mejor derecho aquellos casos en los que se produce un brutal ataque al bien jurídico mediante múltiples construcciones que aquellos otros –menos gravosos para el

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bien jurídico tutelado-en los que únicamente se ha producido una construcción aislada.

Es de esperar que esta importante sentencia marque

un punto de inflexión en las posiciones de la Audiencia Provincial.

B.- Se constata durante el año 2006 un significativo

aumento en el número de denuncias –y procedimientos judiciales- por delitos de prevaricación urbanística del artículo 320 del Código Penal, tanto en su modalidad de autoridad o funcionario público que, a sabiendas de su injusticia, informa favorablemente proyectos de edificación o la concesión de licencias contrarias a las normas urbanísticas vigentes como en la de la autoridad o funcionario público que por sí mismo o como miembro de un organismo colegiado resuelve o vota a favor de su concesión a sabiendas de su injusticia. Igualmente es de destacar lo que se refiere a la torticera utilización del silencio administrativo, en los términos del artículo 172.5 de la Ley 7/2002, de 17 de diciembre, de Ordenación Urbanística de Andalucía, como instrumento para conceder licencias manifiestamente ilegales. La mayor parte de los procedimientos por tales conductas se encuentran en tramitación. A título de ejemplo se puede mencionar que con fecha 27 de septiembre de 2006 se formuló escrito de acusación en las Diligencias Previas nº 607/04 del Juzgado de Instrucción nº 1 de Sanlucar de Barrameda por delito de prevaricación urbanística contra quienes fueran Alcaldesa y concejales del Ayuntamiento de Chipiona que votaron favorablemente la concesión de una licencia contraria al planeamiento. Las Diligencias Previas nº 793/06 del Juzgado de Instrucción nº 3 de Algeciras se siguen por delito contra el Patrimonio Histórico y prevaricación urbanística en relación con daños ocasionados en el castillo de Santa Catalina de la localidad de Tarifa, con la destrucción de una escalera de acceso y foso, siendo así que dicho monumento se encuentra en trámites de inscripción como bien en el Catálogo General del Patrimonio Histórico.

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En las Diligencias Previas nº 797/06 del Juzgado de Instrucción nº 2 de San Roque se investigan delitos contra la ordenación del territorio y prevaricación urbanística referentes a la construcción de varias urbanizaciones ilegales en suelo no urbanizable común sito dentro del término municipal de San Roque. Especial trascendencia mediática tuvieron las Diligencias Previas nº 473/06 del Juzgado de Instrucción de Ubrique. Tal procedimiento se incoa a raíz de denuncia de la Fiscalía, ante la que a su vez había denunciado la Alcaldesa de Grazalema, y en la misma se investigan delitos de falsedad, cohecho y prevaricación, encontrándose imputados varios constructores y algún funcionario del Ayuntamiento de Grazalema.

Entre otras, las siguientes diligencias de investigación,

en las que se ha formulado denuncia, se han seguido por hechos de similar naturaleza: I.F. 2/06, tramitadas a raíz de denuncia de la Dirección General de Inspección, Ordenación del Territorio y Vivienda de la Junta de Andalucía referente a autorizaciones de derribos de edificios protegidos en Sanlucar de Barrameda, I.F. 36/06 referente a licencias concedidas en Sanlucar de Barrameda, I.F. 42/06 referente a concesión de licencia para construcción en parcela destinada a sistema general en El Puerto de Santa María, I.F. 81/06 tramitadas a raíz de denuncia de Delegación Provincial de la Consejería de Obras Públicas de la Junta de Andalucía referente a concesión de licencia contraria al planeamiento en Sanlucar de Barrameda, I.F. 159/06 tramitadas a raíz de denuncia de Delegación Provincial de la Consejería de Obras Públicas de la Junta de Andalucía referente a concesión de licencia contraria al planeamiento en Barbate.

C.- Se viene detectando desde hace algún tiempo un importante incremento en cuanto a las diligencias de investigación y procedimientos judiciales seguidos por la edificación en suelos no urbanizables o de especial protección de casas o cabañas de madera (incluso, como fue el caso de las Diligencias Previas nº 168/05 del Juzgado de Instrucción nº 1 de Algeciras, la instalación de

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contenedores metálicos sobre pilares de hormigón con fines residenciales). Tal vez ello sea consecuencia de una cierta confusión –que, por lo demás, sería fácilmente evitable demandando la oportuna información de las Administraciones Públicas- que genera la publicidad de los fabricantes en tanto que en ocasiones se mantiene que pueden ser instaladas sin necesidad de ningún tipo de licencia y con independencia del tipo de suelo de que se trate. Frente a eso es obvio lo que dispone el artículo 169 de la Ley 7/2002, de 17 de diciembre, de Ordenación Urbanística de Andalucía, cuando establece que están sujetos a previa licencia urbanística municipal, sin perjuicio de las demás autorizaciones o informes que sean procedentes con arreglo a esta Ley o a la legislación sectorial aplicable, como por ejemplo la de medio ambiente, los actos de construcción o edificación e instalación y de uso del suelo, incluidos el subsuelo y el vuelo, y, en particular, las obras de construcción, edificación e implantación de instalaciones de toda clase y cualquiera que sea su uso, definitivas o provisionales. Así las cosas, no cabe duda de que se trata de edificación en el sentido en que se emplea el término en el artículo 319 del Código Penal por cuanto además habitualmente sus instalaciones son las mismas que las de una casa construida con hormigón o ladrillo y suelen ir acopladas a redes de saneamiento, alcantarillado, electricidad, abastecimiento de agua, etc., esto es, necesitan una serie de instalaciones que las unen a la parcela con vocación de permanencia. De manera que al considerarse parte integrante de la edificación los elementos de urbanización que permanezcan adscritos al edificio, si estos son fijos o permanente, están confiriendo esa cualidad de permanencia a lo edificado. La jurisprudencia Contencioso-Administrativa ratifica de manera conteste que se trata de actos de construcción sometidos a licencia y, por tanto, cuando tengan lugar sin la misma en los suelos a que se refiere el artículo 319 del Código Penal los hechos serán constitutivos de delito.

En el orden penal la Audiencia Provincial de Jaén lo ha establecido en varias resoluciones. La sentencia de

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17 de junio de 2002 condena por la instalación de una cabaña de madera de sesenta metros cuadrados sobre plataforma de hormigón en un predio propiedad del condenado, sito en un espacio especialmente protegido como parque natural. Por su parte, la sentencia 210/2004 de la Audiencia Provincial de Jaén, Sección Segunda, de 26 de octubre, considera delito urbanístico –y, consiguientemente, condena por el artículo 319.1 del Código Penal- la construcción, dentro del espacio protegido del Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Viudas, de dos cabañas de madera elevadas sobre pilares de tipo “palafito”, considerando que efectivamente lo enjuiciado es una “construcción” en sentido penal. La Sentencia 318/04 del Juzgado de lo Penal nº 1 de Jaén, de 28 de julio, de la que trae causa la anterior, señala a este respecto que siendo necesaria la autorización para la ubicación de las cabañas y acreditado que no fue solicitada, resulta“indiferente a efectos penales, que la construcción sea de madera, hormigón u acero, pues en cualquier caso suponen la ocupación de un espacio público y es preceptiva la concesión de una autorización, según el Plan de Ordenación”. La Sentencia de la Audiencia hace suyos estos argumentos. Por su parte la Audiencia Provincial de Madrid, en sentencia de 15 de junio de 2004, condena por la construcción para centro de doma de caballos de un conjunto de 50 cuadras para caballos y oficinas, de madera sobre solera de hormigón y cubierta de chapa, en un espacio natural protegido. Y afirma que el que sea de madera no quiere decir que sea “móvil, provisional o desmontable”, pues tiene cimientos de hormigón y estructura metálica, puede ser desmontable pero no móvil. De hecho cualquier construcción incluso con ladrillo o piedra es perfectamente desmontable o derruible, pero no deja de ser una construcción.

A título de ejemplo puede señalarse que durante 2006, entre otros, se formuló escrito de acusación en el Procedimiento Abreviado nº 78/06 del Juzgado de Instrucción nº 3 de Sanlucar de Barrameda por la construcción de cabaña de madera sobre una base de bloque de hormigón en suelo no urbanizable. Se siguen,

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entre otros, los siguientes procedimientos judiciales: Diligencias Previas nº 3292/02 del Juzgado de Instrucción nº 1 de Algeciras por instalación de una casa de madera en un solar previamente preparado en la zona de Puente de Hierro dentro del término municipal de Los Barrios, construcción que se efectúa dentro del Parque Natural de Los Alcornocales, en terreno no urbanizable de especial protección; Diligencias Previas nº 711/04 del Juzgado de Instrucción nº 1 de Algeciras por construcción de un suelo de hormigón de setenta metros cuadrados sobre el que se ha colocado una casa de madera en suelo situado dentro del Parque Natural del Estrecho, siendo no urbanizable de especial protección; Diligencias Previas nº 1431/05 del Juzgado de Instrucción nº 2 de Algeciras por instalación de una casa de madera con quince pilares de hormigón en terreno situado en Tarifa dentro del Parque Natural del Estrecho, suelo no urbanizable de especial protección; Diligencias Previas nº 1448/05 del Juzgado de Instrucción nº 4 de Algeciras por instalación de una casa de madera en Torre La Peña, sita en la localidad de Tarifa, suelo no urbanizable; Diligencias Previas nº 1823/05 del Juzgado de Instrucción nº 6 de Algeciras por la construcción de cuatro viviendas de madera en el Parque Natural de Los Alcornocales, término municipal de Tarifa, siendo suelo no urbanizable de especial protección.

Igualmente, han sido varias las diligencias de

investigación tramitadas en esta materia. D.- Como en años anteriores, se han tramitado

algunas diligencias informativas en las que se ha terminado por formular denuncia contra arquitectos técnicos o peritos por la emisión de informes o certificados falsos en los que dan cuenta mendazmente –y previa entrega del precio pactado- de la supuesta antigüedad superior a cuatro años de edificaciones erigidas al margen de la legalidad urbanística con objeto de posibilitar su acceso al registro de la Propiedad y evitar el ejercicio de las facultades sancionadoras y de restablecimiento de la legalidad por parte del Ayuntamiento. El artículo 211 de la Ley 7/2002,

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de 17 de diciembre, de Ordenación Urbanística de Andalucía, dispone que las infracciones urbanísticas graves y muy graves prescriben a los cuatro años y, por su parte, el artículo 185 establece que –salvo en determinados casos- las medidas, cautelares o definitivas, de protección de la legalidad urbanística y restablecimiento del orden jurídico perturbado sólo podrán adoptarse válidamente mientras los actos estén en curso de ejecución, realización o desarrollo y dentro de los cuatro años siguientes a su completa terminación. De manera que de esta forma se pretende evitar las sanciones administrativas y el derribo de las edificaciones. En todos estos casos, además de ejercer la acción penal contra tales técnicos y, como cooperadores necesarios, contra los particulares que los contratan, por –entre otros- delitos de falsedad, se insta la nulidad de las escrituras públicas e inscripciones registrales que traen causa de los certificados falsos.

3. INCENDIOS FORESTALES Con objeto de impulsar la posición activa del

Ministerio Fiscal frente a la investigación de los incendios forestales y perfilar la nueva organización que en materia de medio ambiente se generalizará en las Fiscalías de los Tribunales Superiores de Justicia y en las Audiencias Provinciales se dictó la Instrucción 9/2005 , 28 de julio de 2005, sobre la designación de Fiscales Especialistas en materia de incendios forestales.

En ella se señalaba la necesidad de que el Ministerio Público impulse el agotamiento de las vías y medios de investigación respecto de estos delitos y la necesidad de que en todas las Fiscalías territoriales se designara un Fiscal encargado específicamente de coordinar la actuación del Ministerio Público en relación con los incendios forestales, de canalizar la comunicación con los órganos administrativos y las unidades policiales competentes y de

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centralizar la información policial y judicial sobre esta específica materia.

Paradójicamente, durante la campaña de incendios

forestales de 2006 y respecto de la campaña anterior se ha reducido el número de incendios producidos en un 32% si bien ha aumentado en un 90% la superficie forestal afectada (no hay que olvidar que 2005 fue un año especialmente bueno en el que se produjo una reducción del número de conatos de incendio, incendios y superficie de suelo afectada por el fuego, llegando la superficie dañada a disminuir en un 90% y los conatos de incendio en un 53% respecto del año 2004). Además, en la campaña de 2006 se ha aumentado ostensiblemente la superficie de arbolado afectado por el fuego. La incidencia de incendios, en cuanto el volumen de suelo forestal afectado, así como su trascendencia social, se ha concentrado en el espacio y en el tiempo. En Conil y Chiclana de la Frontera en el mes de Julio han acaecido una serie de grandes incendios forestales, algunos de ellos presumiblemente intencionados y otros podrían ser catalogados como imprudentes, en los que influyeron decisivamente factores climatológicos adversos. En segundo término, es de destacar el aumento del número de incendios y conatos en el Campo de Gibraltar (55), representando el 48 % del total provincial, cuando otros años no supera la tercera parte del total.

No se han planteado especiales problemas en cuanto a la coordinación de los cuerpos dedicados a la investigación de estos delitos, siguiéndose los criterios del Decreto dictado al efecto por el Excmo. Sr. Fiscal Jefe del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, de manera que la Unidad del Cuerpo Nacional de Policía Adscrita a la Comunidad Autónoma de Andalucía y la Guardia Civil llevan a efecto la investigación sobre la autoría de los incendios y elaboran los atestados y las Brigadas de Investigación de Incendios Forestales de los Agentes de Medio Ambiente elaboran el informe técnico sobre las causas materiales del incendio que se incorpora a aquél.

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De entre los procedimientos judiciales seguidos por incendios forestales acaecidos durante 2006 señalaremos por su importancia los siguientes.

En el Juzgado de Instrucción nº 4 de Chiclana de la Frontera se siguen las Diligencias Previas nº 1028/06, referentes al incendio sucedido el día 17 de julio de 2006 en la zona de los Pinares de Roche, en Conil de la Frontera. Se trata de un incendio que –según consta en el informe técnico- dañó a un total de 190 hectáreas de terreno forestal produciendo la afectación de 56 hectáreas de pastizal y 134 hectáreas de zona arbolada.

En el Juzgado de Instrucción nº 4 de Algeciras se siguen las Diligencias Previas nº 1158/06, referentes al incendio forestal ocurrido el 22 de julio de 2006 en el Monte de Utilidad Pública “Cucarrete”, dentro del Parque Natural de Los Alcornocales, en el término municipal de Los Barrios, en el que según el informe técnico ardieron un total de 132,9 hectáreas, de las que 15,5 fueron de pastizal, 54,1 de matorral, 46,5 de zona arbolada, 17,9 de infraestructuras.

4. DILIGENCIAS DE INVESTIGACIÓN DEL FISCAL Aun a riesgo de convertirlo en una fórmula de estilo,

un año más hay que reproducir la afirmación de las anteriores memorias en cuanto a que el numero de diligencias de investigación del Fiscal (también de causas penales en los distintos Juzgados de la provincia de Cádiz) en materia medioambiental, urbanística y de patrimonio histórico ha seguido un aumento progresivo.

Así las cosas, durante el año 2006 se completó la

tramitación de 15 diligencias de investigación que había sido incoadas en el año 2005. De ellas, 11 fueron por delitos contra la ordenación del territorio, 2 por delitos contra los recursos naturales y el medio ambiente y relativos a la protección de la flora y fauna y otras 2 por

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delitos sobre el Patrimonio Histórico. En 13 de ellas se formuló denuncia, archivándose las otras dos.

En 2006 han sido incoadas y tramitadas 101

diligencias en esta materia. De ellas 77 lo fueron por delitos contra la ordenación del territorio, 20 por delitos contra los recursos naturales y el medio ambiente y relativos a la protección de la flora y fauna y 4 por delitos sobre el Patrimonio Histórico. Teniendo en cuenta que durante el año 2005 se incoaron y tramitaron 77 diligencias en esta materia se aprecia el notable incremento en el volumen de asuntos investigados.

AÑO 2005 AÑO 2006

70 77 ORDENACIÓN DEL TERRITORIO

5 20 MEDIO AMBIENTE

2 4 PATRIMONIO HISTÓRICO

77 101 TOTAL Así pues, se ha incrementado en un 31 por ciento el

número de diligencias de investigación del Fiscal. El hecho del relativo menor aumento en las diligencias en materia de delitos contra la ordenación del territorio sin duda obedece a que muchas denuncias de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han sido remitidas directamente a la Autoridad Judicial.

El resultado de las tramitación de las diligencias

indicadas fue que se formuló denuncia ante los Órganos Jurisdiccionales competentes en 64 de ellas, archivándose otras y quedando algunas en tramitación.

En aquella referentes a delitos contra la ordenación del

territorio la mayor parte de las mismas se refieren a supuestos, muchos de ellos acompañados de delitos de desobediencia a la Autoridad por no acatar las órdenes de paralización, de construcciones ilegales, tanto en suelo no

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urbanizable genérico, como en suelos protegidos. Es de destacar, además de las ya apuntadas anteriormente de construcciones ilegales en espacios protegidos, lo que tiene especial incidencia por el número de casos en el Parque Natural del Estrecho y, en menor medida, en el Parque Natural de Los Alcornocales, la existencia de bastantes diligencias por construcciones en vías pecuarias y zona de servidumbre del dominio público marítimo-terrestre. Igualmente, las que se tramitan en relación con licencias otorgadas al margen de la legalidad urbanística.

Las tramitadas en materia de medio ambiente y

relativos a la protección de la flora y fauna se refieren a vertidos, empleo de cebos envenenados, vertederos ilegales, destrucción o alteración grave del hábitat de especies de flora amenazada, caza de especies amenazadas y empleo de artes prohibidas.

En lo referente al Patrimonio Histórico las diligencias

que se han tramitado lo han sido por destrucción o alteración de edificios protegidos y daños a yacimientos arqueológicos.

5. JUICIOS Y ESCRITOS DE ACUSACIÓN Aunque la falta de una adecuada aplicación informática

específica para la llevanza del control de estos asuntos –una larga reclamación que permanece inatendida- dificulta la absoluta verificación material y estadística de los procedimientos judiciales en curso, así como de las resoluciones que ponen fin a los procedimientos una vez celebrados los juicios, los datos referentes a 2006 que se han podido obtener tras ardua labor recopilatoria son los siguientes.

Durante dicho periodo se han celebrado 53 juicios en

materia de delitos contra la ordenación del territorio, contra los recursos naturales y el medio ambiente y relativos a la protección de la flora y fauna y sobre el Patrimonio Histórico. De ellos, en 39 casos se han dictado sentencias

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condenatorias y en 14 se ha producido la absolución (por prescripción del delito en 3 ocasiones). De entre las condenatorias en materia de delitos contra la ordenación del territorio, que han sido 29, en cinco de ellas –cuatro de Juzgados de lo Penal de Algeciras y una, ya mencionada, de la Audiencia Provincial-, han acordado la demolición de la construcción o edificación ilegal. De entre las dictadas en materia medioambiental cabe señalar la dictada por el Juzgado de lo Penal nº 3 de Algeciras el 13 de marzo de 2006 en el Procedimiento Abreviado nº 334/05. En ella se condena por un delito contra los recursos naturales, previsto y penado en el artículo 330 del Código Penal por la realización de conductas tales como instalación sin autorización de mallados cinegéticos, realización de desbroces, apertura de carriles y actuaciones con maquinaria pesada en una finca sita dentro del Parque Natural de Los Alcornocales, provocando la eliminación y daño de ejemplares arbóreos de especies de indudable valor botánico que forman parte del Catálogo Andaluz de Especies de la Flora Silvestre Amenazada y con efecto de fuerte impacto paisajístico, al hacerse con maquinaria pesada, así como sobre la fauna.

Igualmente, durante 2006 se formularon 97 escritos

de acusación, muchos de ellos con varios acusados y otros en los que se analiza una pluralidad de conductas, referentes a delitos contra la ordenación del territorio, contra los recursos naturales y el medio ambiente, relativos a la protección de la flora y fauna y sobre el Patrimonio Histórico y conexos con estos.

6. ASPECTOS ORGÁNICOS No resulta posible obviar – un año más – la necesidad

de reclamar para la Fiscalía de Cádiz una mejora de los medios personales y materiales que posibilitase el adoptar medidas con la urgencia que los problemas a que nos enfrentamos exigen. Una adecuada llevanza de la materia hace que resulte necesario poder contar con funcionarios de Secretaría que se dediquen a estas tareas con práctica

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exclusividad. También ha de ponerse de manifiesto, en otro orden de cosas, la cada vez más urgente exigencia de contar, ya desde la fase de investigación del Ministerio Fiscal, con adecuadas instancias periciales imparciales e independientes tanto en materia medioambiental como urbanística. Ejemplo de ello, pero no es el único, es que se han tramitado procedimientos cuyo objeto de investigación penal han sido los ruidos ocasionados por determinadas empresas dedicadas a actividades cuya realización obliga legalmente a observar determinadas medidas preventivas a fin de evitar las molestias a los vecinos. Por lo general, son empresas que comienzan su actividad sin licencia administrativa de apertura, observándose que es frecuente que la prueba fundamental en este tipo de procedimientos, como es la medición de las vibraciones y el aislamiento acústico a ruido aéreo, generalmente suele ser defectuosa. Sería muy conveniente contar con auténticos especialistas en todas las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para la práctica de este tipo de periciales, asimismo es igualmente importante que dichas Fuerzas tengan los medios materiales apropiados para practicar estas pruebas. La falta de medios y de personal cualificado ha provocado que en algunas ocasiones los procedimientos hayan tenido que ser archivados por falta de pruebas o incluso que se haya dictado alguna Sentencia absolutoria por aplicación del principio “in dubio pro reo”.

Igualmente resulta conveniente recordar –aunque ya

se ha anticipado- que hasta la fecha se carece de una apropiada y específica aplicación informática que permita el adecuado control material y estadístico de los procedimientos judiciales en curso, así como de las resoluciones que ponen fin a los procedimientos una vez celebrados los juicios. Atender tal reclamación, que viene siendo reiterada año tras año por la Red de Fiscales de Medioambiente de Andalucía, permitiría un mucho más eficaz desempeño de las funciones del Ministerio Fiscal en este ámbito.

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La Fiscalía de Cádiz demanda con urgencia una adecuación de la dimensión de su plantilla a la de los problemas, no solo en esta materia, a los que tiene que enfrentarse. Esta falta de medios personales se viene supliendo con un sobreesfuerzo de los Sres. y Sras. Fiscales pero las necesidades de ampliación de plantilla son acuciantes.

Tampoco es posible dejar de mencionar una vez más

la grave disfunción que supone el actual contenido del artículo 5 del Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal, en la redacción dada al mismo por la Ley 14/2003, de 26 de mayo, de modificación de la Ley 50/1981, en cuanto al tiempo de duración de las diligencias de investigación del Fiscal. Este precepto, al establecer que “la duración de esas diligencias habrá de ser proporcionada a la naturaleza del hecho investigado, sin que pueda exceder de seis meses”, se convierte en un elemento que dificulta el ejercicio de las funciones constitucionales del Ministerio Fiscal. La complejidad de las diligencias de investigación en esta materia, que requieren la práctica de muy diversas diligencias de naturaleza documental, pericial y testifical, hacen que difícilmente pueda ser posible terminarlas en el plazo de seis meses. Sucede así que transcurrido ese plazo han de ser judicializadas sin que en ocasiones –más allá del burocrático y restrictivo trámite de la prórroga que autoriza el Fiscal General del Estado- se cuente con la totalidad de elementos que permitirían una más adecuada decisión respecto de la procedencia de iniciar procedimientos judiciales de carácter penal. Además, con frecuencia se produce un efecto negativo por cuanto que tales diligencias se remiten a los juzgados competentes, juzgados muchos de ellos desbordados de trabajo y, en cualquier caso, sin que sus titulares sean especialistas en la materia, con lo que la investigación en curso deja de recibir en muchos casos la necesaria, urgente y especializada atención que la materia requiere, con resultados perjudiciales para el buen fin de aquélla. Así pues, sería de desear una modificación legal que suprimiera esa indeseable limitación a las posibilidades de pesquisa del Ministerio Fiscal. También resultaría necesaria una regulación de los supuestos en que

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las mismas, del mismo modo que los procedimientos judiciales, pudieran permanecer secretas para garantizar su desarrollo por cuanto que la previsión del artículo 5 del Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal de que el sospechoso podrá tomar conocimiento del contenido de las diligencias practicadas hace inviables algunas investigaciones.

7. ORGANIZACIÓN DEL SERVICIO Durante el ejercicio de 2006 la organización de la

Fiscalía de Cádiz en materia de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio y Patrimonio Histórico, para el mejor cumplimiento de los objetivos fijados en la Circular nº1/1990, de 26 de septiembre, de la Fiscalía General del Estado sobre Contribución del Ministerio Fiscal a la Investigación y Persecución de los Delitos Contra el Medio Ambiente, se adecua a los siguientes criterios:

1.- Los Señores Fiscales de los servicios de Permanencia y/o Guardia, tanto en la sede de la Fiscalía como en los Destacamentos, encargados del examen de los atestados, cuidan de hacer llegar aquellos referentes a delitos medioambientales al Fiscal encargado del Servicio de Protección del Medio Ambiente.

2.- Del mismo modo, los Señores Fiscales, tanto los establecidos en la sede de la Fiscalía como en los Destacamentos, informan - oralmente o por medio de escueta nota - al Fiscal encargado del Servicio de Protección del Medio Ambiente de aquellos asuntos referentes a presuntos delitos medioambientales cuya tramitación les haya correspondido por razón de la distribución de trabajo de los Juzgados, así como de aquellos asuntos referentes a la ordenación del territorio de especial trascendencia.

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3.- En todos estos casos - delitos medioambientales y delitos referentes a la ordenación del territorio de especial trascendencia - remitirán los Señores Fiscales al Fiscal encargado del Servicio de Protección del Medio Ambiente copia de los escritos de acusación o, en su caso, de los informes de sobreseimiento, así como, en los casos en que les corresponda la celebración del Juicio Oral, copia de las sentencias que recaigan y, en su caso, de los recursos que se interpongan. 4.- En la tramitación de los asuntos a que nos referimos, los Señores Fiscales mantienen la necesaria comunicación con el Fiscal encargado del Servicio de Protección del Medio Ambiente al objeto de conseguir la necesaria coordinación y unidad de criterio en la actuación del Ministerio Fiscal.

5.- Todo ello, bajo la superior coordinación y visado de la Jefatura.

Junto a lo anterior, el Fiscal encargado del servicio

instruye cuantas diligencias de investigación se tramitan en la Fiscalía referentes a esta materias. Es el titular de dicho servicio, que en su aspecto fundamental de protección de Medio Ambiente funciona en la Fiscalía de Cádiz desde 1990, quien suscribe la presente Memoria, el Fiscal D. Ángel M. Núñez Sánchez. Para el ámbito del Campo de Gibraltar la Fiscal Dª Inmaculada Budiño Granado. Ambos forman parte de la Red de Fiscales Medioambientales de Andalucía.

Es de destacar que la organización descrita sufrirá

importantes y beneficiosas modificaciones a partir de enero de 2007 de las que se dará cuenta en la correspondiente memoria del próximo año.

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8. RECONOCIMIENTOS No es posible, una vez más, pese a ser de sobras

conocido, dejar de citar la nunca bien ponderada labor que vienen desarrollando en el ámbito a que se refiere el presente informe el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil y la Unidad del Cuerpo Nacional de Policía Adscrita a la Comunidad Autónoma de Andalucía, a través de actuaciones enormemente diligentes y documentadas que hacen posible la adecuada fiscalización de los atentados ambientales que en la provincia tienen lugar. Igualmente, es de mencionar la tarea que desempeñan las Delegaciones Provinciales de las Consejerías de Medio Ambiente, Cultura y Obras Públicas de la Junta de Andalucía como fuente de denuncias que permiten el inicio de investigaciones penales y elementos clave a la hora de llevar a cabo el necesario deslinde entre los ilícitos administrativos y aquellas conductas que poseen relevancia penal.

En este punto se hace necesario destacar en relación

con el ejercicio de 2006 lo que se refiere a la actuación del cuerpo de Agentes de Medio Ambiente. Por una parte, porque, como ya se ha dicho, el artículo 6.q de la Ley 43/2003 de Montes, en la redacción que se le dio con la Ley 10/2006, de 28 de abril, por la que se modifica aquélla, les otorga la condición de policía judicial en sentido genérico tal como establecía el apartado 6.º del artículo 283 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal. Ello no ha supuesto sino consolidar una línea de trabajo que ya venía siendo recorrida por la Fiscalía. Los Agentes de Medio Ambiente han venido asumiendo una significativa labor de vigilancia del cumplimiento de las medidas cautelares adoptadas en los procedimientos judiciales en curso respecto de construcciones ilegales iniciadas en ámbitos no urbanos o de protección (vgr. el Parque Natural del Estrecho).

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Por otra parte, sus actuaciones son origen en la mayor parte de las ocasiones de las denuncias que remite a la Fiscalía la Delegación Provincial de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía y a través delas Brigadas de Investigación de Incendios Forestales elaboran informes técnicos sobre determinación de las causas de los incendios forestales que se incorporan a los atestados tanto de la Guardia Civil como de la Unidad del Cuerpo Nacional de Policía Adscrita a la Comunidad Autónoma de Andalucía.

Cabe subrayar que se va desarrollando entre la

ciudadanía –salvo en lo que se refiere al acatamiento de la normativa urbanística- una progresiva conciencia ambiental en la que la actuación del movimiento ecologista, especialmente organizado y activo en este territorio, en modo alguno es ajena. A su trabajo de campo y proximidad con los problemas que en este espacio se ocasionan debe la Fiscalía, en no pocas ocasiones, el conocimiento de los mismos. Por medio de las diligencias de investigación que son incoadas a raíz de las distintas denuncias se indagan los hechos, ejerciendo en su caso las acciones penales correspondientes u optando por el archivo o la remisión a las autoridades competentes, de tratarse de infracciones administrativas.