Protección de riesgos laborales de trabajadores que utilizan soplete ...

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Por CRISTINA BONNIN-ARIAS, EVA CHAMORRO-GUTIÉRREZ, GUILLERMO RAMÍREZ-MERCADO, LUIS-LUCIO LOBATO-RINCÏN, JUAN JOSÉ NAVARRO VALS y CELIA SÁNCHEZ-RAMOS. En el mundo laboral existen profesiones de especial riesgo en las que se realizan procesos de soldadura, que pueden deteriorar la retina. Los gremios más afectados son los trabajadores de empresas automovilísticas, siderometal~rgicas, instaladores de aire acondicionado y calefacción. Aunque la normativa vigente obliga a la empresa a proporcionar a sus empleados los elementos protectores frente a la radiación nociva emitida por el soplete, no los suelen utilizar debido al excesivo oscurecimiento de las lentes, ya que la falta de visión origina accidentes laborales por quemaduras o errores. Por ello, prefieren soldar sin protección, lo que les hace propensos a sufrir graves daños retinianos irreversibles, incluso escotomas absolutos de importancia relevante. Este trabajo propone nuevos filtros protectores que permitan, a la vez, la fotoprotección retiniana y la visibilidad del campo de trabajo. Para ello se ha analizado el espectro de emisión del soplete y se han diseñado los filtros necesarios para absorber las bandas nocivas emitidas por éste, dando lugar a un prototipo. Posteriormente se han evaluado varios aspectos de la percepción visual con la interposición del nuevo filtro propuesto por la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y de otro filtro convencional para soldadura. Los resultados obtenidos muestran que el filtro UCM es una lente de protección óptima para realizar trabajos de soldadura oxiacetilénica, siendo propuesto como filtro de referencia a los organismos competentes para su homologación. Para una mejor comprensión de este trabajo es preciso recordar algunos conceptos relacionados con la luz y otras radiaciones. Se denomina espectro electromagnético a la distribución energética del conjunto de las ondas que se extienden desde la radiación de menor longitud de onda, como los rayos gamma y los rayos X, pasando por la luz ultravioleta, la luz visible y los rayos infrarrojos, hasta las ondas electromagnéticas de mayor longitud de onda, como son las ondas de radio. Concretamente, se denomina luz visible a la región del espectro electromagnético que el ojo humano es capaz de percibir y que corresponde a un rango de longitudes de onda que va desde 380nm (longitud de onda corta) a 780nm (longitud de onda larga). Cercano al extremo de 380 nm se encuentran las radiaciones ultravioleta y próximos a los Protección de riesgos laborales de trabajadores que utilizan soplete autógeno HIGIENE INDUSTRIAL Año 31 N 124 4 trimestre 2011 FigXra 5a. Llama de luz emitida por un soplete. Puede apreciarse el color azul de la llama, lo que indica la emisiyn de grandes proporciones de longitudes de onda corta (muy energéticas y dañinas para el tejido).

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Por CRISTINA BONNIN-ARIAS, EVA CHAMORRO-GUTIÉRREZ,GUILLERMO RAMÍREZ-MERCADO, LUIS-LUCIO LOBATO-RINCÓN,

JUAN JOSÉ NAVARRO VALS y CELIA SÁNCHEZ-RAMOS.

En el mundo laboral existen profesiones de especial riesgoen las que se realizan procesos de soldadura, que puedendeteriorar la retina. Los gremios más afectados son lostrabajadores de empresas automovilísticas,siderometalúrgicas, instaladores de aire acondicionado ycalefacción. Aunque la normativa vigente obliga a laempresa a proporcionar a sus empleados los elementosprotectores frente a la radiación nociva emitida por elsoplete, no los suelen utilizar debido al excesivooscurecimiento de las lentes, ya que la falta de visiónorigina accidentes laborales por quemaduras o errores. Porello, prefieren soldar sin protección, lo que les hacepropensos a sufrir graves daños retinianos irreversibles,incluso escotomas absolutos de importancia relevante.Este trabajo propone nuevos filtros protectores quepermitan, a la vez, la fotoprotección retiniana y lavisibilidad del campo de trabajo. Para ello se ha analizado elespectro de emisión del soplete y se han diseñado losfiltros necesarios para absorber las bandas nocivasemitidas por éste, dando lugar a un prototipo.Posteriormente se han evaluado varios aspectos de lapercepción visual con la interposición del nuevo filtropropuesto por la Universidad Complutense de Madrid (UCM)y de otro filtro convencional para soldadura. Los resultadosobtenidos muestran que el filtro UCM es una lente deprotección óptima para realizar trabajos de soldaduraoxiacetilénica, siendo propuesto como filtro de referencia alos organismos competentes para su homologación.

Para una mejor comprensión de este trabajo es precisorecordar algunos conceptos relacionados con la luz y otrasradiaciones. Se denomina espectro electromagnético a ladistribución energética del conjunto de las ondas que seextienden desde la radiación de menor longitud de onda, comolos rayos gamma y los rayos X, pasando por la luz ultravioleta,la luz visible y los rayos infrarrojos, hasta las ondaselectromagnéticas de mayor longitud de onda, como son lasondas de radio. Concretamente, se denomina luz visible a laregión del espectro electromagnético que el ojo humano escapaz de percibir y que corresponde a un rango de longitudesde onda que va desde 380nm (longitud de onda corta) a780nm (longitud de onda larga). Cercano al extremo de 380nm se encuentran las radiaciones ultravioleta y próximos a los

Protección de riesgos laborales de trabajadores queutilizan soplete autógenoHIGIENE INDUSTRIAL

Año 31 Nº 124 4º trimestre 2011

Figura 5a. Llama de luz emitida porun soplete. Puede apreciarse el colorazul de la llama, lo que indica laemisión de grandes proporciones delongitudes de onda corta (muyenergéticas y dañinas para el tejido).

780nm están las radiaciones infrarrojas (figura 1).

Figura 1. Esquema de las radiaciones electromagnéticas,diferenciando en los distintos tipos de espectros según la longitud deonda.

La energía electromagnética de una onda con determinadalongitud de onda λ (en el vacío) tiene una frecuencia asociaday una energía de fotón. Por lo tanto, las ondaselectromagnéticas de alta frecuencia tienen una longitud deonda corta y mucha energía, mientras que las ondas de bajafrecuencia tienen longitudes de onda larga y poca energía(figuras 2 y 3).

Figura 2. Esquema que diferencia gráficamente radiaciones conlongitudes de onda larga y corta, respectivamente.

Figura 3. Diagrama de longitudes de onda de tres tipos deradiaciones.

Ya en 1966 Noell demostró que la luz ultravioleta y azul(longitudes de onda corta del espectro visible) afectannegativamente a los ojos (retina) debido a que, como seexplicó en el párrafo anterior, estas radiaciones poseen mayorenergía que las de mayor longitud de onda. Así, clásicamentese han diferenciado tres tipos de lesiones producidas por laluz: las fotomecánicas (efectos de choque de las ondasluminosas), las fototérmicas (calor local producido por lasondas) y las fotoquímicas (cambios en las macromoléculas).Actualmente se conocen con bastante precisión los cambios enla retina inducidos por la luz (Wenzel, 2005; Wu, 2006). Portanto, de todo lo anterior se deduce que la luz, si bien esnecesaria para la visión, puede dañar partes del sistema visualal ser absorbida por sus tejidos. La porción de energíaabsorbida en cualquier tejido depende de la transparencia de

Figura 5b. Trabajador metalúrgicorealizando soldadura.

Figura 9. Test de agudeza visualpróxima.

Figura 10. Test VCTS, parasensibilidad al contraste de cerca.

éste para radiación incidente y es un factor importante a lahora de determinar el tipo de efectos fotobiológicos queproduce. La acción mecánica subyace básicamente del impactorápido de energía en los melanosomas del epiteliopigmentario, que genera ondas de choque. Éstas causan undaño irreparable a los fotorreceptores y al epitelio pigmentario,denominado daño fotomecánico.

El efecto nocivo en el tejido puede resultar de unas fuerzasmecánicas compresoras o tensoras, que conducen a laformación de burbujas que son letales tanto para el epiteliopigmentario como para otras células. El efecto es causado por

altas irradiaciones (en el rango megawatios/ cm2) y cortosperiodos de exposición (en el rango nanosegundos apicosegundos) durante los cuales la energía es absorbida tanrápidamente por los gránulos de melanina en el epiteliopigmentario que la dispersión de calor no puede tener lugar.

Por otro lado, conviene definir el daño fototérmico. Un quantumde energía radiante (un fotón) puede ser absorbido por unamolécula solo si la energía del fotón equipara a la diferencia deenergía entre el nivel de energía normal de una molécula y elmáximo nivel de energía permitido. Los estados rotacionales yvibracionales de los quantum de las moléculas predominansobre los estados de excitación por las longitudes de ondamás largas en el espectro «visible» y en el infrarrojo cercano(700- 1400nm). La vibración de energía ganada por la moléculaes rápidamente disipada mediante colisiones con otrasmoléculas, aumentando de forma momentánea el nivel local dela misma energía cinética, un proceso que es visto como unaumento de la temperatura. Las lesiones térmicas no sonproducidas por el incremento de energía cinética hasta que lairradiancia de la radiación es suficientemente alta como paraaumentar la temperatura en, al menos, 10ºC por encima delnivel ambiental de la retina. Consecuentemente, la reaccióntérmica depende de los umbrales de irradiancia. El dañotérmico es mucho mayor en el centro de la lesión, donde elaumento de la temperatura es mucho más elevado.

Por último, es importante reseñar que el riesgo del dañofotoquímico, como una forma diferente de interacción entre laenergía radiante y las moléculas biológicas, tiene lugar cuandola radiación incidente tiene una longitud de onda en la porciónde alta energía del espectro «visible»: daño fotoquímico. Unelectrón en estado excitado puede volver al estado inhibidodisipando la energía extra, rompiendo una unión en otramolécula mediante un intercambio directo de electrones o unintercambio directo de hidrógeno, produciendo especiesreactivas de oxígeno. El proceso también puede ocasionarotros radicales libres, importantes en la producción de tejidodañado (Margrain et al., 2004). Ningún daño agudo tiene lugarpor debajo de un cierto umbral de nivel de irradiancia.

Por otro lado, y ya adentrándonos en el tema específico deeste artículo, pasaremos a hablar de «la soldadura». LaAmerican Welding Society (AWS) define la soldadura como unacoalescencia localizada de metales (o termoplásticos),producida mediante el calentamiento de los mismos a lastemperaturas de soldadura requeridas, con o sin aplicación depresión, o mediante la aplicación de únicamente presión y cono sin el uso de material de aportación. En lenguaje menostécnico, una soldadura se produce cuando las piezasseparadas de metal que se van a unir se combinan y formanuna sola pieza al ser calentadas a una temperatura losuficientemente alta como para causar la fusión (Jeffus, 2009).Se pueden distinguir dos tipos básicos de soldadura, laheterogénea y la homogénea, según sea el metal deaportación distinto o igual a los que se pretende unir;siguiendo el criterio del tipo de energía aportado para la unión,

Figura 11. Test Farnsworth-MunsellD-28, para evaluar la percepción delcolor.

Figura 12. Test de Titmus

Figura 14. Valores de agudeza visualpróxima con/sin la interposición defiltros protectores para soldadura: Sinfiltro (SF) vs Filtro convencional vsfiltro propuesto UCM, en escaladecimal.

se diferencian los soldeos por calor, por presión o por laconjunción de ambos, para lo cual se utilizan distintosdispositivos de soldadura. Este trabajo se centraespecíficamente en el soplete oxiacetilénico para soldadura agas. (figura 4).

Figura 4. Esquema de clasificación de los diferentes tipos desoldadura.

La soldadura a gas genera calor cuando arde una mezcla deoxígeno con un determinado gas, frecuentemente acetileno(C2H2), en la boquilla de la tobera de un mechero de soldar. Elcalor aportado en este tipo de soldadura se debe a la reacciónde combustión, que resulta ser fuertemente exotérmica, puesse alcanzan temperaturas del orden de los 3500º C. (MoleraSolá, 1992). Por otro lado, existen otros tipos de dispositivosde soldadura, como el de arco eléctrico o el de arco de plasma;este último genera una gama de alta temperatura de 10.000 a30.000º C. Esta emisión de energía puede resultar más dañinapara el cuerpo humano y causar más complicaciones ocularesque las técnicas convencionales de soldadura por arco eléctrico(Choi et al., 2006) (figuras 5a y 5b).

Según el instituto nacional de estadística, en el año2004 trabajaban en españa 1.200.000 personas en

los sectores más expuestos a los sopletes desoldadura

Ahora bien, teniendo en cuenta lo descrito en los párrafosanteriores y dentro del marco de los riesgos laborales,debemos destacar que existen profesiones, como lossoldadores, que se encuentran especialmente expuestas asufrir daños fototóxicos por la coincidencia de factoresfototérmicos, fotomecánicos y fotoquímicos. En general, laspersonas expuestas a la fototoxicidad de la luz desarrollaránuna incapacidad laboral, en un 90% absoluta, con el graveperjuicio que este hecho conlleva para su persona y para elresto de la sociedad. En concreto, este tipo de patologías sonirreversibles, siendo las más frecuentes el desprendimiento deretina, los agujeros maculares y la fotofobia.

Esto ocurre porque la llama de alta temperatura que se irradiadurante la soldadura emite una amplia serie de ondaselectromagnéticas (ultravioleta, longitudes de onda corta delespectro visible e infrarrojas) que, por la energía que

Figura 15. Valores deestereoagudeza sin filtro (SF), confiltro UCM y con filtro convencional.Los valores obtenidos con el filtroUCM son muy similares a losobtenidos sin interposición de filtro.En cambio, con el filtro convencionalaumenta la disparidad binocular loque se traduce en una disminución dela estereoagudeza.

Figura 16. Porcentaje de fallos en eltest de visión de color con/sin lainterposición de filtros protectorespara soldadura: sin filtro (SF) vs filtroconvencional vs filtro propuesto UCM.

transmiten, pueden producir daños oculares (Choi et al., 2006).Las radiaciones ultravioleta B (UVB) y ultravioleta C (UVC)pueden producir fotoqueratitis y fotoconjuntivitis, que secaracterizan por un dolor intenso, lagrimeo, sensación dearena en los ojos, fotofobia, etc. Estos efectos son agudospero reversibles. La luz o radiación visible puede producirlesiones térmicas y/o fotoquímicas en la retina, con pérdida devisión total o parcial (efectos agudos que pueden serirreversibles). La exposición repetida a radiaciones infrarrojas(IR) puede producir cataratas de origen térmico, por las altastemperaturas (efectos crónicos e irreversibles). El número depersonas expuestas, durante muchas horas al día, a la luzdañina emitida por los sopletes de soldadura es muy elevado,ya que entre las profesiones más afectadas sobresalen,precisamente por el tiempo de exposición, los obreros de laconstrucción y de las empresas siderometalúrgicas, así comolos instaladores de aire acondicionado y calefacción. Según elInstituto Nacional de Estadística (INE), el número de personasque trabajaba en este sector en España en el año 2004 era de1.200.000 (MCA-UGT).

La normativa vigente obliga a la empresa a proporcionar loselementos protectores frente a la radiación violetaazul para eltrabajo con sopletes. Si bien las gafas y las pantallas deprotección se encuentran a disposición de los trabajadores, ensu mayoría no son utilizadas. El motivo principal de su falta deuso es el excesivo grado de oscurecimiento de las lentes queincorporan los filtros protectores convencionales, los cualesabsorben no solo las bandas nocivas , sino también el 99% detodo el espectro visible. Es importante destacar este hechoporque ayuda a entender las manifestaciones de lostrabajadores que se quejan de que con las gafas protectorasconvencionales su visión es casi nula, lo cual aumentaexponencialmente el riesgo de quemaduras (Kim, 2007).(figura 6). En la gráfica correspondiente se observan las curvasde absorción de dos filtros de soldadura convencionales, de loscuales el de menor absorbancia transmite el 1% del espectrovisible (figura 7).

Figura 6. Diferencia de imagen al observar la escena con el filtropara soldadores propuesto en este trabajo (imagen izquierda) y conel filtro para soldadores tradicional (imagen derecha).

Figura 7. Curvas de absorción de filtros convencionales parasoldadura. Se exponen en este gráfico el de mayor absorbancia(línea roja) y el de menor absorbancia (línea negra).

Por tanto, en este trabajo se planteó como objetivo diseñar unnuevo filtro para soldadores que proporcione el mismo nivel deprotección que un filtro convencional para soldadores pero quepermita, a su vez, una buena percepción visual del área detrabajo.

MATERIAL Y MÉTODO

Para este trabajo se evaluó a 36 personas de ambos sexos,22 hombres y 14 mujeres, en edad laboral. La media de edadde la muestra fue de 44±14 años. Las medidas de absorbanciase realizaron con dos espectrómetros distintos: el Spectrapro-750 (SOPRA), para medir el espectro de emisión de la llama delsoplete oxiacetilénico, y el Humphey Lens Analyzer 350 (ZeissHumphrey Systems), para la caracterización de los filtros.Además se utilizaron distintos tipos de filtros ópticos: enprimer lugar, para el diseño del nuevo filtro protector UCM, seusaron filtros de absorbancia selectiva para longitudes deonda comprendidas entre 380 y 500nm con el fin dedeterminar la absorbancia requerida por el nuevo dispositivoprotector frente a la emisión del soplete oxiacetilénico.Posteriormente, para la valoración de los diferentes aspectosde la función visual, se usaron el filtro de nuevo diseño y unfiltro protector convencional, homologado, que se encuentra adisposición de los soldadores. (figura 8).

Figura 8. Curvas de absorción espectral de los filtros utilizados en eltrabajo. Línea negra: filtro convencional. Línea verde: filtro propuesto

UCM.

Se consideró conveniente evaluar la agudeza visual, lasensibilidad al contraste, la discriminación del color y laestereoagudeza. Para la valoración de estos aspectos de lafunción visual se utilizaron tests habitualmente empleadospara realizar estas evaluaciones según las indicaciones delfabricante y en visión próxima y en condiciones de iluminaciónfotópica. Concretamente, para valorar la agudeza visual seempleó el test Traditional Runge Pocket Near Vision Card(Precision Vision, USA) (figura 9); para evaluar la sensibilidad alcontraste se utilizó el test VCTS (Vistech Consultans, INC,1988, Stereo Optical Company) (figura 10); la discriminacióndel color fue evaluada mediante el test Farnsworth- Munsell D-28 HUE (figura 11), y, finalmente, para valorar laestereoagudeza se utilizó el test de Titmus (figura12).

Todas las valoraciones fueron realizadas de forma binocular.Los sujetos fueron examinados en las condiciones habitualesde trabajo, es decir, con la graduación óptica que utilizaranpara realizar trabajos en visión próxima, con independencia deque dicha graduación fuera o no la óptima. Cada uno de losparámetros de función visual se evaluó bajo tres condiciones:1) sin la interposición de filtros de protección, 2) con lainterposición de un filtro protector convencional parasoldadores, y 3) con la interposición del filtro de protecciónpropuesto por la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Elorden de las pruebas y la interposición o no de los filtros serealizó de forma aleatoria.

Se utilizó el programa Statgraphics Plus 5.0 ProfessionalEdition para realizar una estadística comparativa destinada aevaluar los efectos de los filtros interpuestos en las diferentesmedidas de función visual. Todas las comparaciones fueronrealizadas asumiendo un error de alfa de 0.05.

RESULTADOS

Medidas del espectro de emisión de soplete, sin y coninterposición de filtro X-450Realizadas las medidas del soplete oxiacetilénico, se exponena continuación 3 registros de la emisión de dicho soplete, en elrango de longitudes de onda de 380nm a 750nm. Como puedeobservarse en la figura 13a, la emisión del soplete esrelativamente estable aunque existen diferencias entre lastres curvas presentadas (figura13a).

En la gráfica 13b puede observarse el espectro de emisión dela llama oxiacetilénica, sin interposición de filtro (línea roja), yla emisión del mismo soplete, pero con la interposición del filtroX-450 (línea verde). En la medida realizada con filtro X-450 sepuede observar que, para las longitudes de onda cortacomprendidas entre 400 y 450 nm, se obtiene transmitancia 0(en unidades relativas), pero permite el paso de las demáslongitudes de onda (del espectro visible), por lo que posibilitala visión del campo de trabajo (figura 13b).

Figura 13a. Curvas de emisión del soplete oxiacetilénico en elrango de longitudes de onda de 380nm a 750nm, sin filtros, medidotres veces (después de apagarlo y volver a encenderlo).

Figura 13b. Curvas de emisión del soplete autógeno (línea roja) ydel mismo soplete oxiacetilénico pero con la interposición del filtroóptico de absorción de longitudes de onda fototóxicas (línea verde).Para esta gráfica comparativa se ha utilizado el registro denominado«soplete 2», de la figura 14 a.

El daño retiniano por exposición a la radiaciónemitida por un soplete de soldadura es, a la vez,

agudo y crónico, ya que la exposición a «luzintensa de forma aguda» se realiza a lo largo de

toda la vida laboral del trabajador

Resultados descriptivos y comparativos de la agudezavisualTras interponer los diferentes filtros de protección, observamosque el filtro propuesto UCM no inducía cambios significativos enlos valores de agudeza visual próxima (tabla 1 y figura 14). Sinembargo, con el filtro protector convencional sí se observó unaimportante disminución en los valores de agudeza visualpróxima (tabla 2 y figura 14).

Tabla 1. Valores de agudeza visual próxima, con/sin lainterposición del filtro protector propuesto UCM, expresadaen escala decimal.

AV Sin filtro FiltroUCM

Diferencias p-valor

Escaladecimal

0,88 ±0,35

0,82 ±0,34

0,06 ± 0,13 0,999

Tabla 2. Valores de agudeza visual próxima con/sin lainterposición del filtro protector convencional, expresada enescala decimal.

AV Sinfiltro

Filtroconvencional

Diferencias p-valor

Escaladecimal

0,88 ±0,35

0,37 ± 0,22 0,5 ± 0,3 0,000

Resultados descriptivos y comparativos de laestereoagudezaNo se observaron diferencias estadísticamente significativas enlos valores de estereopsis tras interponer el filtro propuestoUCM al comparar con los valores obtenidos de estereoagudezasin filtro. Sin embargo, al comparar la capacidad de percibir laprofundidad sin filtro y con el filtro convencional, los resultadosmostraron baja capacidad de discriminación de profundidad,con diferencias estadísticamente significativas (tabla 3 y figura15).

Tabla 3. Valores de disparidad binocular con/sin lainterposición de filtros protectores para soldadura: filtroconvencional vs filtro propuesto UCM.

Sin filtro (“de arco)

Filtro (“de arco)

Diferencias p-valor

Filtro UCM 97 ± 95 89 ± 78 8,5 ± 40 0.999

FiltroConvencional

97 ± 95 279 ± 531 -184 ± 470 0.000

Resultados descriptivos y comparativos de ladiscriminación del colorPara la determinación de este aspecto de la función visual seha utilizado el número de errores de orden en la disposicióndel test FM. Como puede comprobarse en la tabla 4, lainterposición de los dos filtros reduce la discriminación delcolor. Al compararse estos valores con los obtenidos en lavaloración sin filtro las diferencias son estadísticamentesignificativas. Para una mejor visualización de los resultados sehan transformado los datos en porcentaje de errores, que seexpresa en la figura 16 y en la tabla 5.Como se puede comprobar en la columna relativa a lasdiferencias, el porcentaje de errores con la interposición delfiltro tradicional es muy elevado, en torno al 43%. Sinembargo, con el filtro propuesto UCM, la pérdida dediscriminación del color es solo del 5%. Una de lascaracterísticas a reseñar en este apartado es la necesidad deuna explicación exhaustiva de la metodología para larealización correcta de la prueba. Se quiere aclarar quesiempre se realizó en primer lugar la valoración sin filtro, comofase de aprendizaje; en cambio, las dos pruebas posteriorescon la interposición del filtro fueron realizadas en ordenaleatorio.

Tabla 4. Número de errores obtenidos con el testFarnsworth-Munsell, con/sin la interposición de filtrosprotectores para soldadura: filtro convencional vs filtropropuesto UCM.

Nº Errores Sin Filtro Diferencias p-valor

Nº Errores Sinfiltro

Filtro Diferencias p-valor

Filtro UCM 5 ± 4 6 ± 4 1 ± 3 0,006 *

FiltroConvencional

5 ± 4 17 ± 3 12 ± 5 0 *

Tabla 5. Porcentaje de errores obtenidos con el testFarnsworth-Munsell, con/sin la interposición de filtrosprotectores para soldadura: filtro convencional vs filtropropuesto UCM.

% Errores Sin filtro Filtro Diferencias

Filtro UCM 18 24 5

Filtro Convencional 18 61 43

Resultados descriptivos y comparativos de lasensibilidad al contrasteTras interponer el filtro propuesto UCM se observó unadiminución estadísticamente significativa de los valores desensibilidad al contraste en visión próxima para las frecuenciasespaciales 6cpg y 18cpg. Por otro lado, al interponer el filtroprotector convencional, se observó una mayor pérdida de losvalores de sensibilidad al contraste en visión próxima paratodas las frecuencias espaciales. Las diferencias entre el filtroUCM y el filtro convencional fueron significativas para lasfrecuencias espaciales (tabla 6).

Tabla 6. Significancia estadística de la comparativa de losvalores de sensibilidad al contraste en visión próximacon/sin la interposición del filtro protector propuesto UCM yconvencional.

Frecuenciaespacial

p-valorSin filtro vsfiltroUCM

p-valorSin filtro vsfiltroconvencional

p-valorFiltro UCM vsfiltroconvencional

1,5cpg 0,999 0,000 * 0,000 *

3cpg 0,417 0,000 * 0,000 *

6cpg 0,028 * 0,000 * 0,000 *

12cpg 0,316 0,000 * 0,000 *

18cpg 0,022 * 0,000 * 0,000 *

Al comparar los valores obtenidos por el filtro UCM y el filtroprotector convencional se observan diferencias significativasen todas las frecuencias espaciales. Los valores del filtro UCMson sensiblemente más próximos a los obtenidos sin filtro quelos obtenidos con el filtro convencional (figura 17).

Figura 17. Valores de sensibilidad al contraste en visión próximacon/sin la interposición de filtros protectores para soldadura: sin filtrovs filtro convencional vs filtro propuesto UCM. *Significancia p<0,05entre los valores de SC sin filtro vs filtro analizado.

DISCUSIÓN

El daño fotoquímico retinal fue descubierto en 1965 por Noell,quien evidenció accidentalmente que las retinas de las ratasalbinas podían ser dañadas, de forma irreversible, medianteexposiciones de varias horas o días a luz ambiental, dentro delrango de intensidad de la luz natural. Este mismo dañotambién se produce en ratas pigmentadas cuando las pupilasson dilatadas. Otros trabajos, como el de Wu et al., de 2006,demuestran que el daño fotoquímico retiniano ocurre condiferentes tipos de morfología en diferentes animales.

Con el fin de analizar los efectos fototóxicos de la luz en laretina se han utilizado a menudo animales a los que se exponea luz intensa de forma aguda. Estos estudios handocumentado que la luz es capaz, en determinadascircunstancias, de producir la muerte de los fotorreceptores yde las células del epitelio pigmentario por apoptosis y por unmecanismo en el que está implicada la rodopsina (Reme et al.,2005; Wenze et al., 2005). Por otro lado, la exposición a luzpermanente (Noell et al., 1966; Lawwill, 1973; Tso, 1973; Tso yWoodford, 1983; Dureau et al., 1999) produce unadelgazamiento de la capa nuclear externa, indicativo de ladisminución de los receptores. El mecanismo exacto por el quese producen estos cambios no se conoce, aunque es probableque la lesión inicial se localice en los segmentos externos delos fotorreceptores (Organisciak et al., 1994).

En resumen, según la revisión bibliográfica de Wu, los factoresque refuerzan la susceptibilidad del daño por luz identificadoshasta ahora en estudios animales son: la longitud de onda(Grimm et al., 2000 ); la intensidad de luz y duración de laexposición (O’Steen et al., 1979); los efectos acumulativos dela luz (Noell, 1966; Organisciak et al., 2010); el ritmo circadiano(Duncan, 2002; Organisciak et al., 2010); el estado adaptativo:(Noell et al.,1966); la edad (O’Steen et al., 1982) y la genética(Noell et al., 1971).

Respecto al análisis de las longitudes de onda que producen elmayor nivel de daño retiniano, se han realizado diversos

estudios. Noell et al., en 1966, demostraron que el tejidoretiniano se deterioraba cuando era expuesto a longitudes deonda corta. Otros trabajos como el de Okuno et al., en 2002,repiten este mismo planteamiento y concluyen que el sol, lasoldadura por arco, el corte por plasma y las lámparas dedescarga presentan radiancias efectivas muy altas, contiempos de exposición permisibles de solo 0,6 a 40 s, lo quesugiere que la visualización de estas fuentes de luz es muypeligrosa para la retina.

Se debe reseñar, para la mejor comprensión de esta discusión,que se considera que la exposición a luz intensa de formaaguda causa un daño térmico, mientras que la exposición a luzno tan intensa pero de forma crónica produce daño fotoquímico(Margrain et al., 2004). El daño retiniano por exposición a laradiación emitida por un soplete de soldadura es, a la vez,agudo y crónico, ya que la exposición a «luz intensa de formaaguda» se realiza a lo largo de toda la vida laboral deltrabajador. Por este motivo, se ha iniciado esta discusión conla exposición de los trabajos más relevantes en el estudio delos procesos neurodegenerativos producidos por la luz. En lasegunda parte de esta discusión se comentan algunascaracterísticas del daño retiniano por la radiación emitida porlos dispositivos para soldar.

Así pues, las primeras referencias relativas a la lesión retinianainducida por soldadura figuran en trabajos realizados porTerrien en 1902 (Choi et al., 2006). En la bibliografíaencontrada se expresa que «(...) todos los procesos desoldadura implican los riesgos potenciales que puede conducira diversos daños y patologías oculares» (Arend, 1996; Tenkateet al., 1997; Okuno, 2001; Kim et al., 2007; Peng et al., 2007;Okuno, 2010). Se ha indicado que el 38,3% de los accidenteslaborales en la construcción corresponden a soldadura,demolición con martillos y pulverizaciones (Woo, 2006). Elelevado porcentaje de soldadores afectados se debe a queesta actividad causa daños y quemaduras en la piel y a que loshumos producidos al soldar causan el deterioro de la funciónpulmonar, como, por ejemplo, disnea, rinitis, asma, neumonía,cáncer de los pulmones, entre otros (Meo et al., 2003). Pero losdaños producidos por la soldadura incluyen, además,irritaciones oculares, fotoqueratitis, cataratas, pterigion, entreotros (Okuno et al., 2001; Meo et al., 2003). Por este motivo esimportante conocer el nivel de radiación emitida por losdispositivos de soldadura para evaluar los riesgos potencialesy tomar medidas de protección en contra de ella (Okuno et al.,2001). Además, los soldadores deben ser instruidos acerca dela posibilidad de sufrir daños en el segmento anterior yposterior y de la necesidad de usar gafas de protecciónadecuadas para evitar estos daños (Arend et al., 1996).

El estudio propone un filtro que protege altrabajador de las radiaciones nocivas pero que deja

pasar las longitudes de onda menos energéticaspara permitir la visión del campo de trabajo

Numerosos estudios coinciden en la necesidad de utilizar lasgafas o pantallas protectoras para el proceso de soldadura,puesto que los altos niveles de radiación UV provocan grandescomplicaciones oculares (Arend, 1996; Tenkate et al., 1997;Okuno, 2001; Kim et al., 2007; Peng et al., 2007; Okuno, 2010).Para ello los sistemas protectores deben proveer al trabajadorde la protección suficiente para realizar su trabajo diario sinsuperar la máxima exposición admisible (MPE). Para corroborarque los equipos de protección ocular cumplían con esterequisito, Tenkate, en 1997, midió, con una película de

polímero fotosensible, los niveles de exposición a la radiaciónultravioleta de un grupo de soldadores. El polímero se adjuntóa la superficie interna de la pantalla de protección ocular yreveló que la exposición media estimada ocular (en el interiordel casco) fue de entre cuatro y cinco veces la MPE. Estosresultados sugerían que era necesaria una protección ocularadicional para complementar los cascos convencionales desoldadura.

En concordancia con el trabajo de Tenkate, se publicaronestudios donde se reportaron casos de daños retinianos ensoldadores que utilizaban correctamente sus gafas deprotección. El examen posterior de los filtros protectores revelóque solo absorbían las longitudes de onda inferiores a 380 nm,y solo podrían ofrecer protección contra fotoqueratitis. (Arendet al., 1996; Choi et al., 2006). Esto demuestra la necesidad deun estudio pormenorizado de los requerimientos del sistemade protección según el tipo de radiación emitida.

Con posterioridad a estos trabajos, Maier et al., en 2005, yPeng et al., en 2007, analizaron diferentes filtros de proteccióny demostraron que éstos protegen a los trabajadores de laexposición de las radiaciones nocivas emitidas por losdispositivos para soldadura. Más aún, al finalizar el trabajo,Maier concluye que la maculopatía de soldadura parece sermás bien una consecuencia de la negligencia frente a lasnormas de seguridad. En el presente trabajo se ha medido laabsorbancia de diversos equipos de protección ocular parasoldadores y, en concordancia con los trabajos de Maier yPeng, se ha encontrado que la transmitancia del UV es nula.Pero, después del análisis de los resultados obtenidos en lavaloración de la percepción visual, se puede comprobar que elhecho de que los trabajadores no utilicen sus equipos deprotección no debería ser considerado como «negligencia»,sino como mecanismo de autodefensa para evitar quemadurasen las manos y brazos, ya que nuestros resultados indicanque, con los sistemas de protección convencionales, laagudeza visual disminuye hasta el 58% respecto a la noutilización de filtros. Teniendo en cuenta que el soplete emitellamas a más 3500º C, la exigencia de una visión óptima delcampo de trabajo es indispensable para evitar quemaduras enlas manos y errores en las soldaduras que se estánrealizando.

Otro trabajo destacado, presentado por Chou et al. en 1996,expone los resultados de un estudio realizado en una plantade ensamblaje de vehículos donde se presenta como uno delos principales riesgos del trabajo con soldaduras, además delas radiaciones emitidas por el soplete, los desprendimientosde partículas de metal fundido que son despedidos en todasdirecciones. Este hecho obliga al trabajador a protegerse delos residuos metálicos mediante la pantalla protectora, que,como es obvio, también incorpora el filtro ocular. Perofrecuentemente los soldadores deben trabajar en sitiososcuros y en espacios pequeños, lo cual reduce su percepciónvisual; en tales situaciones, algunos soldadores se quitan lasgafas protectoras para realizar su trabajo (Kim et al., 2007). Enconcordancia con los resultados de Kim, el presente estudiodemuestra que los elementos protectores convencionales queactualmente se encuentran a disposición de los trabajadoresdisminuyen considerablemente la percepción visual.

Para evitar la falta de visión sin necesidad de retirar la pantallaprotectora, en este trabajo se propuso un filtro óptico debanda selectiva que absorbe solo las longitudes de onda cortaen una alta proporción y que es atenuador para el resto de laslongitudes de onda del espectro visible; al tiempo, loselementos protectores bloquean la radiación UV. Finalmente,se propone un filtro que protege al trabajador de las

radiaciones nocivas pero que permite el paso de las longitudesde onda menos energéticas para propiciar la visión del campode trabajo.

El presente estudio demuestra que los elementosprotectores convencionales que actualmente se

encuentran a disposición de los trabajadoresdisminuyen considerablemente la percepción visual

Así pues, en este estudio se han valorado distintos aspectosde la percepción visual y se ha observado que tanto laagudeza visual como la sensibilidad al contraste se venapenas afectadas al interponer el filtro propuesto UCM,mientras que con el filtro convencional las pérdidas sonelevadas. La estereoagudeza no disminuye significativamentecuando se interpone el filtro propuesto por la UCM, pero sícuando se utiliza el filtro convencional, produciéndose pérdidasmuy importantes. Respecto a la percepción del color, ambosfiltros producen, de forma estadísticamente significativa, unadisminución en la capacidad de discriminación, siendo másacentuada para el filtro convencional (43%) que para el filtropropuesto (5%).

CONCLUSIONES

El soplete oxiacetilénico presenta una emisión dos vecessuperior para las longitudes de onda corta que para lasdemás longitudes de onda. El filtro X- 450 es suficientepara absorber las longitudes de onda corta emitidas porel soplete, llegando a transmitancia 0 en el rango de400-450 nm. Esto permite diseñar un filtro ópticoprotector de absorbancia selectiva que elimina al máximolas longitudes de onda corta y solo atenúa, en unporcentaje mínimo, el resto de las bandas del espectrovisible.

Para favorecer la utilización de los equipos de protecciónpara soldadura se requiere de un elemento protector queno disminuya la agudeza visual de los trabajadores. Elfiltro UCM mantiene sin cambios estos valores, mientrasque el filtro convencional disminuye en más de la mitad lacapacidad de resolución de los trabajadores.

Para evitar accidentes laborales por quemaduras en lapiel, producidos por una pobre percepción del entorno, sesugiere el uso del filtro para soldadura propuesto por laUCM, ya que permite una mejor percepción del contrasteen comparación con el filtro convencional.

Para realizar trabajos con mayor exactitud y precisión enprofundidad y relieve se sugiere el uso del filtro ópticopropuesto por la UCM, dado que no afecta a lapercepción de profundidad, mientras que el filtroconvencional disminuye la estereoagudeza de formasignificativa.

La interposición de ambos filtros protectores produce unadisminución en la capacidad de discriminación del color,siendo más acentuada para el filtro convencional quepara el filtro propuesto. No obstante, para los trabajosde soldadura, la discriminación del color no es unparámetro especialmente relevante en comparación conotros aspectos de la función visual, por lo que no seconsidera este factor como determinante en lacomparación entre ambos filtros protectores.

Los distintos aspectos de la percepción visual se vendrásticamente disminuidos cuando se utiliza el filtroprotector convencional evaluado. Por el contrario, la

interposición del nuevo filtro protector propuesto por laUniversidad Complutense de Madrid mantiene estables odisminuye levemente las capacidades perceptivasevaluadas, resultando ser un sistema protector óptimopara trabajos de soldadura, por lo que ha sido propuestocomo filtro de referencia a los organismos competentespara su homologación.

AGRADECIMIENTOS

Esta investigación ha sido financiada por FUNDACIÓN MAPFRE(Ayudas a la investigación 2010).

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Influencia del estado muscular en la capacidad de reacciónERGONOMÍA

Estudio sobre las respuestas del sistema motor del individuo

La presente investigación pretende comprobar la influencia del estado muscular en la respuesta motora rápida a una solicitación externa. Se sabe que la velocidad de ejecución de un movimiento balístico que incluye desplazamiento articular varía de acuerdo con el estado basal muscular. En este estudio razonamos que los tiempos motor y premotor pueden estar influenciados por el hecho de que el músculo haya estado antes en posición de reposo o manteniendo una contracción que origine fatiga.

Doctor en Medicina y Cirugía. Investigador titular, Instituto de Salud Carlos III, Madrid.

Ph.D. en Medicina. Investigadora contratada, Instituto de Salud Carlos III, Madrid.

Doctor en Medicina y Cirugía. Consultor senior del Hospital Clínic, Barcelona.

En ciertas ocupaciones, tales como trabajar en cintas transportadoras, cadenas de montaje o empaquetado, la exactitud en el gesto es un componente básico de la tarea. Son trabajos que requieren la ejecución de actividades físicas de baja intensidad pero repetidas en el tiempo. Está constatado por diferentes investigaciones que estos trabajos, si se realizan en condiciones de fatiga, pueden provocar dolor, sobrecarga o daño muscular. [1-4]

Los requerimientos de una tarea se comprenden mejor si se tiene una mayor comprensión de cómo la ejecutamos y de cómo nuestro sistema perceptivo colabora en el reconocimiento de cambios en las condiciones de ejecución –fatiga, atención, discriminación– para así adaptar el patrón automatizado a las nuevas condiciones. La fatiga o las alteraciones atencionales pueden por tanto conllevar fallos en la tarea y accidentes laborales. En el caso de la fatiga física, la prevención de dichos estados de fatiga es primordial, a los efectos de regular la cantidad de actividad a realizar en un trabajo, así como la adecuación de pausas de reposo oportunas. [5-7] La fatiga, al igual que otros factores, interfiere la ejecución de la actividad.

Con dichas premisas, consideramos de interés el comprobar tres fenómenos:

En situaciones críticas, cuando se necesita una reacción rápida, saber si hay diferencias en la respuesta motora entre músculos descansados y aquellos sometidos a una

Por J.M. CASTELLOTE.

MEL VAN DEN BERG.

J. VALLS-SOLE.

Año 31 Nº 124 4º trimestre 2011

contracción mantenida previa.

Saber si es relevante el nivel de fatiga previa.

Saber si la historia de contracción muscular influye en la ejecución de un programa motor.

Para responder a estas preguntas hemos examinado si los cambios en el patrón motor inducidos por fatiga previa tienen algún efecto en los componentes neurales o musculares en el patrón de respuesta balística en una condición de tiempo de reacción.

MÉTODOS

Sujetos y ámbito de estudio Dieciséis sujetos (9 mujeres y 7 hombres, de edades entre 27 y 52 años) tomaron parte en el estudio. Todos eran diestros, con visión normal o corregida.

Dispositivo Los sujetos se encontraban de pie delante de una pantalla de ordenador con los brazos colgando cerca del cuerpo. Seregistraron señales electromiográficas (EMG) en el brazo derecho mediante electrodos de superficie colocados sobre deltoides anterior (DA) y sobre tríceps braquial (TB). Se colocó un acelerómetro en el epicóndilo humeral para registrar movimientos del brazo y calcular variables cinemáticas.

Procedimiento Cada sujeto se estudió en una sesión. Se hicieron dos bloques de cada sujeto, de acuerdo con el tipo de contracción que hubiera que realizar tras ensayos control (EC), bien de larga duración (LD) o de corta duración (CD). El orden de pruebas fue aleatorio entre sujetos. El tiempo entre pruebas fue superior a 30 minutos.El experimento comenzó instruyendo a los sujetos sobre las condiciones de los ensayos. En los EC, los sujetos fueron instados a realizar un movimiento de abducción hasta la horizontal, como respuesta rápida tras la presentación de una señal imperativa(SI) en la pantalla del ordenador. Los ensayos fueron hechos siguiendo paradigmas de tiempos de reacción (TR) sencillos. [8-9] La señal imperativa se generó por el experimentador medianteuna señal en el teclado, sin aviso previo.

En cada bloque y tras los EC, los sujetos se colocaron de piejunto a una pared para realizar una contracción máxima contra ella con la muñeca derecha mediante un movimiento de abducción con el brazo, bien durante 30 segundos (LD) como fatiga prolongada o durante 10 segundos (CD) como contracciónbreve, mientras se mantenían en la misma posición. Fueron instruidos para realizar una contracción máxima. Al terminar la contracción, los sujetos debieron colocarse frente a la pantalla para realizar los ensayos de TR. Estos se realizaron a intervalos de tiempo específicos tras la contracción de 30 segundos hasta un intervalo de cinco minutos.

Antes del comienzo del estudio, los sujetos practicaron unnúmero suficiente de intentos, sin fatiga previa, con retroalimentación de los registros de EMG. Para la situaciónexperimental, los sujetos practicaron el gesto de apoyarse contra la pared, sin empujarla para evitar fatiga innecesaria. El registro de datos comenzó cuando los sujetos se sintieron cómodos con el procedimiento en cada condición. Se registraron 8-10 EC antes de comenzar los ensayos experimentales. Veinte minutos tras finalizar cada bloque de ensayos LD o CD se registraron 8-10 ensayos finales (EF) idénticos al control.

El estudio evalúa si los cambios en el patrón

motor inducidos por fatiga previa afectan a los componentes neurales o musculares en el patrón de respuesta balística en una condición de tiempo

de reacción

Registro y análisis de datos Para cada ensayo registramos las señales generadas por la SI, laactividad EMG y el movimiento. Los datos se recogieron en unordenador personal a una frecuencia de 2.000 Hz para posterioranálisis con software específico. Para registrar la actividad defondo de EMG, se midió la amplitud promedio de la señalrectificada de EMG, tanto de DA como de TB, y se midierondurante los 200 ms. que precedían a la presentación de la SI.

Para todas las condiciones en las señales registradas tras las SI,medimos las siguientes variables:

Comienzo de DA, como latencia de la actividad EMG en DA. En aquellos ensayos en que los músculos podían estar activos durante la SI, se consideró como el momento en que la actividad EMG rectificada cambiaba más de 10μV/ms en un lapso de 500 ms tras la SI.

Comienzo de TB, como la latencia de la actividad EMG en el TB. Los criterios de medición fueron como para el DA ya descrito.

Comienzo de movimiento (CM). Se mide desde la SI como el momento en que hay un cambio en la señal acelerométrica.

Retraso electromecánico (REM). Como la diferencia entre DA y CM.

Aspectos éticos El estudio ha seguido los requisitos éticos de la Declaración deHelsinki. Los sujetos fueron informados del estudio y dieron suconsentimiento para participar en el mismo.

Análisis estadístico Se utilizaron procedimientos paramétricos. La comparación entretareas y series se realizó mediante análisis de varianza demedidas repetidas, realizando análisis post-hoc cuando sehallaron diferencias. Las correlaciones entre tareas se calcularonmediante correlación de Pearson. La significancia estadística seestableció para p<0.05.

RESULTADOS

Todos los sujetos realizaron las pruebas adecuadamente. Hay quemencionar que la duración de cada estudio ha sido prolongada alrequerir, además de la instrumentación del sujeto, enseñarle aejecutar todas las partes de la tarea y valorar la recuperación trasel esfuerzo. Pese a ello el estudio ha permitido evaluar larespuesta por contracción mantenida breve y por contracciónmantenida prolongada (fatiga).

Las respuestas de deltoides anterior y de tríceps braquial comotiempos de reacción se observan en las figuras 1 y 2respectivamente. En ellas se comprueba que existe una reducciónde tiempos de reacción en ambos músculos para las dosintervenciones realizadas. Asimismo, se comprueba cómo serecuperan los tiempos de reacción y revierten a valores similaresa los valores control sobre el minuto cinco. De la misma forma, seobserva que hay mayor afectación cuando la contracción previaera prolongada. A efectos comparativos, de este análisisdescriptivo de datos, así como de la subsiguiente inferenciaestadística, se comprueba la mayor afectación de deltoides

anterior respecto a tríceps, presentando menores tiempos de respuesta, siendo más evidente tras contracción mantenida(p<0.05). Los resultados también muestran la mayorprolongación en la duración de la afectación de deltoides anterior respecto a tríceps en ese menor tiempo de respuesta tras contracción mantenida (figuras 1 y 2), (p<0.05). Las curvas en las figuras 1 y 2 exponen una similitud en la respuesta entre las condiciones de postcontracción sencilla y de fatiga (figuras 1 y 2), (p>0.05).

Figura 1. Tiempo de reacción promedio de todos los sujetos para deltoides anterior (en ms) desde 30 segundos hasta 300 segundos tras la contracción. El tiempo de reacción está expresado normalizado tomando como 100% el promedio de valores control. Triángulos rojos:condición de fatiga; rectángulos azules: condición de post-contracción moderada.

Figura 2. Tiempo de reacción promedio de todos los sujetos para tríceps braquial (en ms) desde 30 segundos hasta 300 segundos tras lacontracción. Normalización respecto a su control y leyenda similar a la figura 1.

El análisis de datos relativos a movimiento ha permitido comprobar que la situación muscular previa también ha afectadoal mismo. En la figura 3 se observa la afectación del movimiento, que se ha comprobado es también significativa (p<0.05) enparalelo a la afectación de deltoides anterior.

Figura 3. Tiempo de movimiento promedio de todos los sujetos (en ms) desde 30 segundos hasta 300 segundos tras la contracción. Normalización respecto a su control y leyenda similar a la figura 1.

Dentro del movimiento, se ha comprobado el valor del retraso electromecánico, que ha resultado no modificarse por el estado muscular previo (figura 4), careciendo de significancia estadística (p>0.05).

Figura 4. Duración del retraso electromecánico promedio de todos lossujetos (en ms) desde 30 segundos hasta 300 segundos tras la contracción. Normalización respecto a su control y leyenda similar a la figura 1.

Al participar deltoides anterior y tríceps en una misma cadena de movimiento en la tarea mandada, se ha valorado la correlaciónde sus tiempos de respuesta. Si bien en la situación control la correlación es alta (R2= 0.8), tanto en los casos de fatiga como de breve post-contracción se ha visto una menor correlación (R2=0.4 y 0.5 respectivamente). La correlación entre deltoides yel subsiguiente movimiento ha sido alta en todas las condiciones (R2 entre 0.8-0.9).

DISCUSIÓN

El presente estudio ha permitido ver la transición de respuestas musculares en dos umbrales progresivos de actividad muscular previa. Durante el primer minuto no se han observado diferencias en tiempo premotor, tiempo motor o retraso electromecánico, pero ha habido un acortamiento evidente de tiempo premotor y tiempo motor sin cambios en el retraso electromecánico entre los 90 y 150 ms en los ensayos respecto a las pruebas control. Las diferencias dejaron de ser significativas a los 300 segundos.

El estudio ha permitido evaluar la respuesta por contracción mantenida breve y por contracción

mantenida prolongada (fatiga)

La influencia del estado muscular sobre los tiempos de reacciónya ha sido estudiada bajo diferentes modelos, con resultados variables. Algunos estudios se han centrado en el tiempo premotor [10- 12], otros han descrito la ausencia de cambios [13-15], mientras que un tercer grupo ha encontrado reducciones en dichos tiempos [16-20]. Las diferencias pueden haber sido debidas a los diferentes protocolos utilizados. Aquellos que han observado reducciones en los tiempos premotores también han observado respuestas diferentes en el retraso electromecánico. Yeung et al. [20] han mostrado un retraso del mismo y lo consideran una compensación para mantener el fin de la tarea. Liet al. [19] usaron imaginería mental para condicionar la respuesta. Castellote et al. [17] emplearon un modelo en el queel músculo se hallaba ya en actividad isométrica o en oscilaciones rápidas. Etnyre y Kinugasa [18] usaron también un modelo de contracción isométrica previa pero de muy breve duración. En todos estos estudios las respuestas han sido medidas justo tras elacondicionamiento, mientras que en nuestro estudio hemos ampliado los tiempos de medición hasta que han vuelto a situaciones basales a los cinco minutos. Este fenómeno, consecuencia de la actividad previa, no ha tenido una relación directa con el nivel de la misma, lo que hace pensar que no es tanto el estado basal de partida, sino más bien la condición yestado tonal muscular los que influyen en la respuesta. Efectos similares se han observado tras estímulos vibratorios, lo que permite considerar que sea un estado funcional aferente mediado por la médula espinal el que condicione la respuesta cortical, voluntaria, de acción motora. El fenómeno se ha observado tanto en musculatura proximal como medial de la extremidad, aunque los efectos son más evidentes en aquella postural (deltoides anterior). Los fenómenos encontrados en movimiento han ido enparalelo, haciendo pensar que son secundarios al efecto premotor, habida cuenta de que no ha habido cambios en el retraso electromecánico considerado en su conjunto.

Por todo ello, consideramos de interés aplicado el prestaratención a las actividades de las personas que realizan trabajos de esfuerzo extenuante, que adoptan posturas incómodas, orealizan movimientos de forma rápida usando los mismosmúsculos por periodos prolongados de tiempo, ya que una falta en la precisión posterior puede originar resultados fatales en laocupación o puede ser causa de enfermedades ocupacionales. [21,22] Ciertas tareas en cintas transportadoras, tales como el portar productos de la cinta a cajas, limpieza de fruta, empaquetado o procesado de comida, no solo requierenmovimientos precisos y rápidos, sino también una interiorización de la acción a ejecutar, ya que la misma ha de realizarse con precisión en las coordenadas espacio-tiempo, requiere capturar y soltar objetos delicados y en ocasiones además necesita una decisión mental sobre la tarea (como en el caso de seleccionar fruta). El hecho de que los gestos sean repetidos ya reduce elestado óptimo basal muscular ante un evento como una respuesta requerida rápida. Un gesto sigue a otro, y aunque eltrabajo sea rutinario, existe poco tiempo para perder la atención, requiriendo cierta consciencia de la acción, consciencia que puede ser externamente modificada [23] por parte del sujeto; también se requiere una capacidad de reacción visual ante requerimientosexternos [24], capacidad que puede estar limitada en condiciones de fatiga muscular. Ejemplos extremos se observan en la operación de máquinas y conducción de vehículos. [25]

Debe prestarse atención a las actividades de personas con trabajos extenuantes, ya que una

falta en la precisión posterior puede originar resultados fatales en la ocupación o causar

enfermedades ocupacionales

Por todo ello, estos resultados sugieren que el sistema motor del sujeto modula las respuestas rápidas ulteriores. El sujeto no debe alcanzar en su ocupación estados de fatiga elevados, ya que debe estar preparado para responder a cualquier alteración interna o externa, de tal forma que pueda estar atento y anticipar adecuadamente un cambio en las condiciones o en la respuesta [17], tanto en términos de precisión como de rapidez. En lassituaciones de riesgo, una equivocación no solo puede originar un accidente, sino que puede tener consecuencias legales.

AGRADECIMIENTOS

Esta investigación ha sido financiada por FUNDACIÓN MAPFRE (Ayudas a la investigación 2010).

PARA SABER MÁS

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Bacterias resistentes a antibióticos en médios acuáticosMEDIO AMBIENTE

Estudio sobre su fortaleza en aguas residuales

El incremento de la resistencia bacteriana a los antibióticos provoca numerosos problemas sanitarios, aumentando las tasas de morbilidad y mortalidad de la población. Los mecanismos para reducir este aumento de resistencias implican tanto el uso racional de los antibióticos como la eliminación de las bacterias resistentes, que se excretan a través de las aguas residuales. Los objetivos de este proyecto son: 1- Caracterizar la abundancia de bacterias fecales resistentes a antibióticos en medios acuáticos que reciben aguas residuales de una industria productora de antibióticos y de una depuradora de aguas residuales. 2- Estudiar la capacidad de las depuradoras de aguas residuales para eliminar o potenciar la resistencia a antibióticos. 3- Estudiar las tasas de variación de la resistencia a antibióticos a lo largo del río. El estudio demuestra que los vertidos de las depuradoras de aguas residuales tienen un efecto significativo sobre el aumento de bacterias resistentes. Los vertidos de las plantas de tratamiento de aguas residuales presentan mayores porcentajes de bacterias resistentes a antibióticos que las aguas de entrada. En este estudio no se hallaron diferencias significativas en el incremento de resistencias cuando se comparan sistemas convencionales (fangos activados) con sistemas de bajo coste (humedales construidos). Las diferencias en el diseño de los humedales tampoco supusieron una diferencia significativa en la variación de bacterias resistentes presentes en sus efluentes.

Área de Ecología, Facultad de CC Biológicas y Ambientales, Universidad de León, 24071 León.

INTRODUCCIÓN

La resistencia a antibióticos como estrategia adaptativa de las bacterias La resistencia a antibióticos es uno de los aspectos de creciente interés en la sanidad humana. El rápido y constatado aumento de infecciones causadas por bacterias patógenas resistentes a antibióticos está produciendo una «carrera de armamento», evolutivamente hablando (Van Valen 1973), en la que el desarrollo de nuevas armas por el hombre (antibióticos) se encuentra por detrás de la capacidad de los microorganismos para evitar su efecto (aumento de resistencias).

La causa de la resistencia a antibióticos es natural, es decir, las propias bacterias han desarrollado mecanismos para inactivar las sustancias antibióticas producidas como elemento de defensa o estrategia competitiva con otros microorganismos (Martínez, 2009). Pero esta resistencia, o estrategia adaptativa de las bacterias, está potenciada por la actividad humana con el uso de antibióticos para el tratamiento de enfermedades humanas y animales. En este caso, el mecanismo selectivo impuesto por el

Por ELOY BÉCARES MANTECÓN, JAVIER MARTÍN VILLACORTA, MARÍA HIJOSA VALSERO, RICARDO SIDRACH-CARDONA MARTÍNEZ.

Figura 1. Distribución de los puntos de muestreo en el río (distancias acumuladas en metros).

Figura 2. Toma de muestras. Core de sedimento.

Año 31 Nº 124 4º trimestre 2011

hombre al aumentar la probabilidad de contacto de los antibióticos con las bacterias ha provocado una rápida selecciónde las poblaciones bacterianas, favoreciendo aquellas resistentes (Alonso et al., 2001). Aunque la resistencia a antibióticos puedeaparecer en ausencia de antibiótico por mutación genética(Henriques et al., 2006), ha sido el uso excesivo de antibióticoslo que ha provocado un incremento alarmante de resistencias que incluso ha llevado a adoptar medidas legales restringiendo sulibre adquisición (Kümmerer, 2004). Este uso de antibióticos y el consecuente incremento de bacterias resistentes conllevan un aumento en la excreción al medio ambiente, tanto de bacteriasresistentes como de antibióticos, a través fundamentalmente de las aguas residuales. La emisión de bacterias al medio acuático favorece también el intercambio genético con poblaciones previamente no resistentes, lo que aumenta la dispersión de estacapacidad resistente en las bacterias del medio ambiente(Davison 1999).

Supervivencia de las bacterias resistentes a antibióticos en medios acuáticos La bacterias resistentes llegan a los ríos a través de las aguasresiduales. Uno de los aspectos de interés es conocer lacapacidad de estas bacterias para sobrevivir en condiciones naturales así como para intercambiar material genético en dichosambientes. Aunque la mortalidad natural de las bacterias patógenas o sus indicadores es muy elevada en los mediosextraenterales, su gran abundancia (valores de 105-1010 UFC/ml en aguas residuales) (McFeters et al., 1990) y las condicionesambientales (turbidez, temperatura, etc.) pueden mantenerviables a estas poblaciones durante mucho tiempo (Davies-Colley et al., 1999).

En el presente trabajo se pretende estudiar la viabilidad de estasbacterias resistentes a antibióticos a lo largo de un río que recibedos vertidos de diferente naturaleza. Por un lado, el vertido de las aguas residuales domésticas ya tratadas, y por otro, el vertidode las aguas residuales de una industria productora de penicilinas y cefalosporinas. El objetivo será conocer las tasas a las que losprincipales grupos de bacterias fecales (coliformes totales, E. coli,enterobacterias y clostridios sulfito reductores) desaparecen con la distancia, y comparar si esta tasa de desaparición es paralela ala tasa de desaparición de la resistencia a antibióticos en lasbacterias supervivientes. A través de pruebas cruzadas condiferentes antibióticos se estudiará además la variación en la multirresistencia, una prueba de la existencia de intercambio genético dentro de las mismas poblaciones de bacterias fecalesdel río, tanto las suspendidas en el agua como las retenidas enlos sedimentos. Los estudios de resistencias irán acompañados del análisis químico de los antibióticos potencialmente presentes,tanto en las aguas residuales brutas como en el río.

Eliminación de bacterias resistentes a antibióticos. Papel de las depuradoras de aguas residuales Uno de los métodos para destruir bacterias patógenas, o susgrupos indicadores, de las aguas residuales es su tratamiento en plantas depuradoras. Las depuradoras presentan condiciones hostiles para la supervivencia de dichas bacterias debido a sutemperatura ambiente, las condiciones físico-químicas de los reactores y la gran abundancia de depredadores (organismosbacterívoros y virus). En general, las depuradoras reducen en 1-3 logaritmos la abundancia de bacterias del agua de entrada (Hirata et al., 2003). Sin embargo, esta reducción en laabundancia de bacterias no va acompañada de una reducción debacterias resistentes, sino al contrario. Las depuradoras convencionales de tratamiento de aguas residuales (fangos activados) tienden a aumentar el porcentaje de bacterias resistentes en su efluente como consecuencia de la granabundancia de bacterias en el reactor biológico y del tiempo decontacto entre ellas, lo que incrementa las tasas de intercambio genético (conjugación, transformación y transducción), y por tanto, el porcentaje de bacterias resistentes a antibióticos (DaCosta et al., 2006).

EL ESTUDIO COMPARA LOS DISEÑOS MÁS UTILIZADOS DE HUMEDALES CONSTRUIDOS

Figura 4. Vista del sistema experimental de humedales construidos en verano.

PARA ESTUDIAR SI ALGUNO DE ELLOS PUEDE AFECTAR A LA ELIMINACIÓN DE ANTIBIÓTICOS

Debido a su excesivo coste, los sistemas de fangos activados son sustituidos en zonas rurales por sistemas de bajo coste como filtros percoladores o sistemas extensivos, como lagunajes o humedales construidos.

Otro de los objetivos del estudio es comparar los sistemas convencionales de fangos activados con sistemas de bajo coste como los humedales construidos. Ambos sistemas se diferencian en los tiempos de retención celular, densidad de bacterias dentro de los reactores y exposición a condiciones ambientales (Ferrer et al., 2007).

En este estudio se pretende estudiar si los sistemas «naturales» de tratamiento de aguas residuales tienen la misma capacidad de incrementar las tasas de resistencia que los sistemas convencionales, y cuál es el papel de los diferentes elementos de diseño (tipo de planta utilizada, flujo hidráulico empleado) sobre dicho aspecto. Está demostrado que los sistemas naturales son más eficaces que los convencionales en la eliminación de bacterias indicadoras de contaminación fecal y patógenas (García y Bécares, 1997), pero no existen evidencias que cuantifiquen la capacidad para intercambiar genes resistentes a antibióticos dentro de dichos procesos.

Por otro lado, aunque la capacidad de los procesos convencionales para la eliminación de compuestos farmacéuticos como los antibióticos es ya bastante conocida (ej., Hijosa-Valsero et al., en prensa), las evidencias sobre el papel de los sistemas de bajo coste para eliminar antibióticos son aún inéditas.

MATERIAL Y MÉTODOS

Toma de muestras de agua y sedimentos del río Bernesga La zona de estudio estuvo situada al sur de la ciudad de León, en las inmediaciones del río Bernesga, zona en la que se encuentra la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de León y su alfoz, y el vertido de una industria productora de antibióticos (AB) dedicada a la elaboración de cefalosporinas y penicilinas, que en la actualidad también cuenta con su propia estación depuradora de aguas residuales.

En el río se fijó un punto de muestreo antes y después de cada vertido (AB y EDAR) (fig. 1), y dos puntos aguas abajo del último vertido, a diferente distancia, en los que se tomaron muestras tanto de agua como de sedimento, y en los que se midieron los diferentes parámetros físico-químicos. También se tomaron muestras y se hicieron mediciones de los dos vertidos.

Las muestras de agua y sedimentos se tomaron los días 24, 30 y 31 de agosto de 2010 (n=3), entre las 9.00 y las 13.00 horas. No se registraron lluvias durante la campaña de toma de muestras ni durante las dos semanas anteriores. Las localidades de muestreo se señalan en la figura 1. En las localidades Río 1 (punto 1), Río 2 (punto 2), Río 3 (punto 3), Río 4 (punto 4), Río 5 (punto 5) y Río 6 (punto 6) se recogieron muestras a lo largo de un transecto que cruzaba el río de orilla a orilla. En el caso de las muestras de agua, se cogían 1.000 ml en cada punto del transecto. En el caso de las muestras de sedimento, se utilizó un cilindro de metacrilato de 9 cm de diámetro y 50 cm de longitud para extraer el material. Después, todas las muestras correspondientes a la misma localidad se mezclaban para conseguir una muestra integrada, tanto de agua como de sedimento.

Las medidas de temperatura, pH, oxígeno disuelto, potencial redox y conductividad se realizaron in situ mediante el empleo de sondas de electrodos (WTW, Weilheim, Alemania).

Muestreo de las variables microbiológicas Tanto las muestras de agua como las de sedimentos fueron procesadas en el mismo día que fueron tomadas para su análisis

microbiológico. Se analizaron indicadores fecales, esto es, E. coli, coliformes totales (CT), Enterococcus y clostridios sulfitoreductores. Los medios de cultivo utilizados fueron: Chomocult coliform agar (Merck 1.10426.0500) para E. coli y CT, un medio cromogénico selectivo que discrimina en la misma placa esos dos grupos según el color de la colonia; para Enterococcus se usó agar SB (Membranefilter enterococcus selective agar acc. to Slanetz and Barley, Merck 1.05262.0500), y para clostridios, sulfitoreductores agar SPS (Agar selectivo para perfringens según ANGELOTTI, Merck 1.10235.0500).

Análisis de la resistencia a antibióticos El estudio de la resistencia a antibióticos se llevó a cabo mediante dos métodos diferentes: dilución en placa y difusión en agar.

Dilución en placa Mediante este método se analizaron las resistencias de cada grupo bacteriano (excepto clostridios) a dos antibióticos, amoxicilina (A) y cefalexina (C). El número de colonias que crecen en las placas con antibiótico se comparan con las placas control de medio sin antibiótico con el fin de conocer el porcentaje de bacterias resistentes. En el caso de los humedales construidos solo se probó la resistencia a amoxicilina, pero se aplicaron dos concentraciones diferentes al medio, 5 y 50 μg/ml (CT y E. coli) o 1 y 10 μg/ml (Enterococcus).

Difusión en agar (antibiograma) Los discos antibióticos utilizados fueron: dos β-lactamidos (penicilina, 10U y ampicilina, 10μg), dos tetraciclinas (doxiciclina, 30μg y tetraciclina, 30μg), dos macrólidos (eritromicina, 15μg y azitromicina, 15μg) y un aminoglucosido (streptomicina, 10μg), (BBL Sensi-Disc Antimicrobial Susceptibility Test Discs, BD).

Las colonias que mostraban un comportamiento «resistente» o «intermedio» fueron clasificadas como resistentes; de otro modo, como «sensibles» (Constanzo, 2005).

Eliminación de bacterias en sistemas naturales de tratamiento (humedales construidos) Además de los muestreos realizados a lo largo del río, se tomaron muestras de la planta depuradora de macrófitos acuáticos (humedales construidos) situada en las instalaciones de la EDAR de León y consistente en 8 tanques de 1 m2 cada uno con diferente tipo de planta y diseño (figuras 3 y 4). Cada tanque simula un sistema y condición diferente de diseño, tal como se indica a continuación:

H1 y H5: cultivos hidropónicos de espadaña (Typha angustifolia) y carrizo (Phragmites australis), respectivamente.

H2: Sistema de lámina de agua libre con flujo superficial (FWS) plantado con espadaña.

H3: Sistema de lámina de agua libre con flujo subsuperficial (FWSSF) plantado con espadaña.

H4: Sistema de lámina de agua libre con flujo superficial, sin plantar (control del H3).

H6: Sistema de flujo subsuperficial (SSF) plantado con carrizo y con triple carga que el resto de sistemas.

H7: Sistema de flujo subsuperficial (SSF) plantado con carrizo.

H8: Sistema de flujo subsuperficial sin plantar (control del H7).

Figura 3. Esquema de los tanques experimentales simulando diferentes diseños de humedales construidos.

El objetivo del estudio es comparar los diseños más utilizados dehumedales construidos con el fin de estudiar si alguno de ellos puede afectar a la eliminación de antibióticos, o a la generaciónde bacterias resistentes a antibióticos, y comparar ambosaspectos con un sistema convencional de tratamiento como el delos fangos activados.

RESULTADOS

Variables convencionales de calidad de las aguas Los valores de DQO, DBO5, SST y SSV medidos en las muestras acuosas se indican en la figura 5. Los valores de estos parámetros son constantes y similares en todas las localidades, con la excepción del vertido Antibióticos. Este vertido secaracteriza por presentar valores relativamente altos de DQO,SST y SSV (regulados por la Resolución de 20 de abril de 2009 de Castilla y León). A pesar de ello, la descarga de estas aguas residuales no hizo incrementar de manera notable las concentraciones de DQO, SST y SSV en el río (punto 2, figura 5). Esto se debe, en gran medida, al efecto de dilución que seproduce, dado que el caudal del río en el punto 1 (1,24-1,79 m3

s-1) es muy superior al caudal del vertido Antibióticos (0,09 m3

s-1). Por otra parte, el vertido de la EDAR de León es un vertido con una carga muy baja de DQO, DBO5 y sólidos en suspensión,ya que se trata del agua de salida de una EDAR que debe cumplir los requisitos de la Directiva 91/271/CE; y por ello, a pesar de sugran caudal (1,24 m3 s-1), no afecta de forma excesiva al cauce del río, al menos en lo concerniente a estos contaminantes (es decir, no se observa un gran aumento en las concentraciones del punto 4 con respecto al punto 3; véase la figura 5).

Figura 5. Concentraciones medias de los parámetros convencionales decalidad de las aguas (DQO, DBO5, SST y SSV) en el río Bernesga. Lasbarras de error indican el intervalo de confianza del 95%.

Comunidades bacterianas del río y resistencia a antibióticos Caracterización de la comunidad bacteriana Tras la realización de los conteos de bacterias en las placas sin antibiótico (controles), se puede observar cómo tanto la depuradora de antibióticos como la EDAR de León aportan bacterias al medio receptor, siendo la cantidad de bacterias detodos los grupos mucho mayor (de dos a tres logaritmos de diferencia) a partir del vertido de la EDAR (puntos Río 4, Río 5 y Río 6) (figura 6).

Figura 6. Log 10 de las Unidades Formadoras de Colonias por mililitroen cada punto de muestreo del río.

Estas diferencias se ven más claramente si la abundancia de bacterias se expresa en relación con el caudal del río y losvertidos (cargas de bacterias). Los caudales se midieron en el punto 1 (1,2 m3 seg-1) y en el punto 6 (3 m3 seg-1), los vertidos de AB y la EDAR son conocidos (0,09 y 1,2 m3 seg-1

respectivamente), y el resto de puntos del rio puede ser calculado (puntos 2 y 3: 1,8 m3 seg-1. Puntos 4 y 5: 3 m3 seg-1). De esta forma, se puede observar cómo el número de bacterias que pasan por cada punto del río es mayor a partir de losvertidos en casi 3 logaritmos de media (figura 7).

Figura 7. Carga bacteriana (UFCs/día) en cada punto de muestreo.

En el caso de los sedimentos también se observa un incremento sustancial en el número total de bacterias existentes de todos losgrupos según se avanza a lo largo del río y se van incorporandolos vertidos (figura 8).

Figura 8. Log 10 de las Unidades Formadoras de Colonias por mililitroen cada punto de muestreo de los sedimentos.

TANTO LA DEPURADORA DE ANTIBIÓTICOS COMO LA EDAR DE LEÓN APORTAN BACTERIAS

AL MEDIO RECEPTOR, SIENDO MUCHO MAYOR A PARTIR DEL VERTIDO DE eSTA

Estudio de resistencias por dilución en placa Las muestras de agua recogidas durante el periodo de muestreo presentan un patrón de resistencia a los antibióticos dispar. En el caso de la cefalexina, el grupo bacteriano que presenta mayor porcentaje de resistencia es el de los coliformes totales, alcanzando en determinadas muestras valores de hasta el 100% después del vertido de

antibióticos, aunque estos porcentajes van disminuyendo a lo largo del río (figura 9), al contrario de lo que pasaba con el número total de bacterias. En el caso de la amoxicilina, tanto los coliformes totales como E. coli muestran porcentajes de resistencia bastante elevados, decayendo también según se avanza en el curso del río. No se encontraron Enterococcus resistentes salvo en el vertido de la EDAR (figura 10). En el caso de los sedimentos los patrones son similares a los del agua: para cefalexina, las mayores resistencias se producen tras el vertido de antibióticos, disminuyendo a lo largo del curso del río, y el grupo bacteriano que mayor porcentaje de resistencias presenta es el de coliformes totales (figura 11), mientras que para la amoxicilina, tanto coliformes totales como E. coli presentan elevada resistencia, disminuyendo en general a lo largo del curso del río. Tampoco se encontraron Enterococcus resistentes a amoxicilina en los sedimentos (figura 12).

Estudio de resistencias múltiples mediante antibiogramas De los 14 puntos de muestreo realizados entre el río, los sedimentos y los vertidos, un total de 289 colonias de E. coli fueron aisladas y se analizaron sus patrones de resistencia a antibióticos. La tabla 1 muestra los patrones de resistencia obtenidos para las muestras de agua del río, así como de los vertidos de antibióticos y de la EDAR de León. En la tabla 2 se muestran los resultados de los sedimentos. Se puede observar cómo tanto la eritromicina como la penicilina tienen tasas de resistencia del 100% en todos los puntos, mientras que en el caso de la azitromicina el porcentaje de bacterias resistentes no supera el 35% en ningún punto. También se puede apreciar cómo el porcentaje de resistentes disminuye justo después del vertido de antibióticos (punto Río 2), para luego aumentar y mantenerse a lo largo del río. En el caso de los sedimentos las resistencias se mantienen bastante similares a lo largo del río.

Patrones de multirresistencia En la figura 13 se puede ver la distribución de estos porcentajes en los puntos del río y de los vertidos. Se observa que en todos los puntos el 100% de las bacterias son resistentes a 2 o más antibióticos, mientras que más del 80% presentan resistencia a 3 o más antibióticos. También se puede apreciar cómo a partir del punto 3 disminuye drásticamente el porcentaje de resistentes a 3 antibióticos, dejando paso a multirresistentes con más de 4 resistencias. En la figura 14 se reflejan los mismos datos para el caso de los sedimentos, siendo el patrón similar: en el punto 2 prevalecen en este caso los multirresistentes con 4 resistencias, para luego descender su número, aumentando el de resistentes a 5 o más antibióticos.

Tabla 1. Patrones de resistencia de las colonias aisladas de E. coli en el río y los vertidos.

Colonias de E. coli resistentes en cada punto de muestreo (%)

Antibiótico Concentración (μg)

Río 1 (n=20)

AB (n=5)

Río 2 (n=6)

Río 3 (n=19)

EDAR (n=22)

Río 4 (n=29)

Río 5 (n=29)

Río 6 (n=29)

Ampicilina 10 75,0 40,0 83,3 94,7 81,8 82,8 75,9 65,5

Doxiciclina 30 25,0 20,0 0,0 52,6 61,9 58,6 69,0 55,2

Tetraciclina 30 35,0 20,0 16,7 63,2 59,1 75,9 58,6 65,5

Streptomicina 10 40,0 100,0 0,0 63,2 52,4 65,5 55,2 34,5

Eritromicina 15 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0

Azitromicina 15 11,8 0,0 16,7 31,6 9,1 17,2 17,2 20,7

Penicilina 10 (U) 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0

Tabla 2. Patrones de resistencia de las colonias aisladas de E. coli en los sedimentos.

Estos datos hacen pensar que las resistencias cruzadas están ampliamente desarrolladas en el ecosistema, puesto que todas las colonias aisladas fueron resistentes al menos a 2 antibióticos, y muchas de ellas a más de 3 y más de 4, encontrándose también un número significativo de colonias resistentes a todos los antibióticos probados.

Figura 9. Porcentajes de resistencia a cefalexina en las muestras de agua del río.

Colonias de E. coli resistentes en cada punto de muestreo (%)

Antibiótico Concentración (μg)

Sedi- mentos 1 (n=25)

Sedi- mentos 2 (n=7)

Sedi- mentos 3 (n=15)

Sedi- mentos 4 (n=27)

Sedi- mentos 5 (n=27)

Sedi- mentos 6 (n=29)

Ampicilina 10 100,0 100,0 100,0 81,5 44,4 82,8

Doxiciclina 30 80,0 100,0 46,7 66,7 55,6 55,2

Tetraciclina 30 92,0 57,1 66,7 70,4 51,9 48,3

Streptomicina 10 40,0 28,6 46,7 51,9 40,7 34,5

Eritromicina 15 96,0 85,7 100,0 100,0 100,0 100,0

Azitromicina 15 16,0 0,0 7,1 33,3 14,8 3,4

Penicilina 10 (U) 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0

Figura 10. Porcentajes de resistencia a amoxicilina en las muestras deagua del río.

Figura 11. Porcentajes de resistencia a cefalexina en las muestras de sedimento del río.

Figura 12. Porcentajes de resistencia a amoxicilina en las muestras desedimento del río.

Figura 13. Distribución de los porcentajes de multirresistencia de lospuntos muestreados en el río (izquierda) y de los vertidos (derecha).

Figura 14. Distribución de los porcentajes de multirresistencia de lospuntos muestreados en el río (izquierda) y de los vertidos (derecha).

Eliminación de bacterias resistentes a antibióticos en humedales construidos Caracterización de la comunidad bacteriana En los efluentes de los humedales construidos se puede observar la dominancia de los CT como principal grupo bacteriano, seguido de E. coli, siendo los Enterococcus el grupo menos abundante(figura 15). En cuanto a la eliminación del número total de bacterias, todos los humedales, así como la EDAR, presentandiferencias estadísticamente significativas (Kruskal-Wallis, p<0,001) respecto del influente (Infl.) para todos los grupos

bacterianos. Asimismo, los humedales 3, 4, 7 y 8 eliminansignificativamente mejor (Kruskal-Wallis, p<0,05) que la EDAR todos los grupos bacterianos, siendo el H7 la configuración quemejor rendimiento de eliminación presenta.

Figura 15. Log 10 de las Unidades Formadoras de Colonias por mililitroen los efluentes de los humedales construidos (H#), el efluente de laEDAR (EDAR) y el influente de ambos (Infl.).

Análisis de las resistencias a antibióticos en los humedales construidos Al realizar los análisis de resistencias de los efluentes de loshumedales se comprueba que no presentan tasas de resistencia significativamente diferentes (Kruskal- Wallis, p>0,05) delefluente de la EDAR ni del influente. Los coliformes totales (figura 16) presentan tasas de resistencia muy altas, con valores medios en torno al 100%, y en algunos casos (H7) incluso se observanmayores crecimientos en la placa con antibiótico que en la control. También se advierte cómo un aumento en laconcentración de antibiótico se traduce en un menor porcentaje de resistentes. En el caso de E. coli (figura 17) se observanpatrones similares entre los diferentes sistemas, pero con tasas de resistencia algo menores, alrededor del 50%. En general, también se observa una disminución del porcentaje deresistencias con el aumento de la concentración de antibiótico, pero menor que en el caso de los CT. En los Enterococcus (figura 18) se puede apreciar una sensibilidad mucho mayor alantibiótico, siendo los porcentajes máximos menores del 10%.

Figura 16. Porcentajes de coliformes totales resistentes a amoxicilina en los efluentes de los humedales construidos (H#), el efluente de la EDAR (EDAR) y el influente de ambos (Infl.).

Figura 17. Porcentajes de E. coli resistentes a amoxicilina en los efluentes de los humedales construidos (H#), el efluente de la EDAR (EDAR) y el influente de ambos (Infl.).

Figura 18. Porcentajes de Enterococcus resistentes a amoxicilina en los efluentes de los humedales construidos (H#), el efluente de la EDAR (EDAR) y el influente de ambos (Infl.).

Aunque la mortalidad de las bacterias patógenas o sus indicadores es muy elevada en medios extraenterales, su gran abundancia (McFeters et al., 1990) y determinadas condiciones ambientales pueden mantenerlas viables durante mucho tiempo (Davies-Colley et al., 1999). Este hecho es especialmente relevante en los sedimentos, que actúan como reservorio de bacterias (Fernandes y Watanabe, 2008; Alm et al., 2003; Howel et al., 1995) debido a la disponibilidad de nutrientes (Davies et al., 1995), a la protección adicional que éstos proporcionan frente a la luz (Davies-Colley et al., 1999) y a la depredación de los protozoos (Davies y Bavor, 2000). Diversos autores han encontrado una elevada correlación entre la densidad bacteriana en los sedimentos y el agua de diferentes medios (playas y orillas de agua dulce) (Fernandes y Watanabe, 2008; Alm et al., 2003; Junco et al., 2005), lo que indica la existencia de un flujo continuo de microorganismos entre los dos medios, y por tanto, de su material genético (incluyendo los genes de resistencia). Todos estos factores pueden estar influyendo en el hecho de la elevada resistencia en los sedimentos de los puntos 2 y 3, que

van disminuyendo a lo largo del río.

En general, las depuradoras reducen entre 1 y 3 logaritmos laabundancia de bacterias del agua de entrada (Hirata et al., 2003; Reinthaler et al., 2003). Sin embargo, esta reducción no tiene porqué ir acompañada de una reducción en el número de bacteriasresistentes, sino al contrario, y por tanto aumentando el porcentaje de bacterias resistentes (Da Costa et al., 2006). Las bacterias cuantificadas en este estudio son indicadores fecales, ypor tanto, de fácil detección en efluentes de depuradoras de aguas residuales urbanas, donde la contaminación esmayoritariamente fecal; no así en las aguas residuales industriales, como es el caso del vertido de antibióticos, por loque, aunque en este efluente no se detecte un número demasiado elevado de indicadores fecales, es posible que seestén aportando genes de resistencia al medio a través de otrotipo de bacterias no detectadas, o incluso no cultivables (Roszak, 1987; Ash, 2002). En el caso de los humedales construidos (sistemas naturales), está demostrado que son más eficaces en la eliminación de bacterias indicadoras de contaminación fecalque los convencionales (García y Bécares, 1997), como tambiénse ha demostrado en este estudio.

EN LOS EFLUENTES DE LOS HUMEDALES CONSTRUIDOS DOMINAN LOS COLIFORMES

TOTALES COMO PRINCIPAL GRUPO BACTERIANO, SEGUIDOS DE E.COLI Y ENTEROCOCCUS

Los porcentajes de resistencia obtenidos en este estudio corresponden a los rangos de resistencia hallados por otros autores. Así, los Enterococcus han presentado resistencias muybajas (del 0% en la mayoría de los casos) a amoxicilina,coincidiendo con Fernandes y Watanabe (2008). Las resistenciasde E. coli y los CT a este mismo antibiótico también son comparables a las encontradas por otros autores (Carrol et al., 2005; Fars et al., 2005; Lefkowitz y Durán, 2009), aunque en el caso de los CT son un poco más altos los datos obtenidos en este estudio (cerca de un 20%). En el caso de los efluentes de loshumedales construidos, las resistencias de los CT obtenidas son más altas de lo observado por otros autores. Si comparamos losresultados obtenidos a partir de los antibiogramas, encontramos rangos de entre el 3 y el 66% de E. coli resistentes a ampicilina, el 100% de resistentes a eritromicina, entre el 15 y el 33% deresistentes a tetraciclina, el 30% resistente a streptomicina y el 70% resistente a penicilina (Reinthaler et al., 2003; Lefkowitz yDurán, 2009; Costanzo et al., 2005; Carrol et al., 2005; Schwartz et al., 2003), todos ellos valores comparables con losobtenidos en el presente trabajo.

La multirresistencia es otra caracteristica comúnmente estudiada. Chelosi et al. (2003) encontraron que más del 56% de las Gramnegativas de sedimentos marinos cultivadas tenían resistencia a 5 o más antibíoticos. Lefkowitz y Durán (2009) midieron lamultirresisencia de E. coli en plantas de tratamiento de aguasresiduales, obteniendo valores en el efluente de un 60% de multirresistentes a 2 o más antibioticos, y un 25% a 4 o más. Otros autores también lo han estudiado (Tendencia y de la Peña, 2001; Pillai et al., 1997; Lin y Biyela, 2005; Toroglu, 2005; Chapin et al., 2005), y los datos obtenidos en este estudio seencuentran en los mismos rangos.

CONCLUSIONES

El estudio demuestra que los dos vertidos estudiados, el de laindustria productora de antibióticos y el de la EDAR de León, contribuyen tanto al incremento de la contaminación bacteriana del río como al aumento en el porcentaje de bacterias resistentesa antibióticos en dicho río. Dichos vertidos también incrementanel porcentaje de bacterias resistentes simultáneamente a variosantibióticos (multirresistencia), aunque se observa que en el río ya existe un importante porcentaje de dichas bacteriasmultirresistentes antes del impacto de dichos vertidos.

En cuanto a la comparación de sistemas convencionales (EDAR de León) y sistemas extensivos (humedales construidos), secomprueba que los últimos son mas eficaces en la eliminación de bacterias fecales. Aunque no se observan diferencias estadísticasentre dichos sistemas en cuanto a la producción de bacterias resistentes a antibióticos, queda claro que una mayor eliminaciónde bacterias por los sistemas extensivos supone una menor cargade bacterias resistentes al medio ambiente.

La comparación entre los diferentes diseños de humedales indicadiferencias entre dichos diseños tanto en la eliminación de bacterias como en la producción de bacterias resistentes. Aunquelas diferencias no son estadísticamente significativas entremuchos de ellos, parece existir un mayor incremento de bacterias resistentes en los sistemas de flujo subsuperficial convencional, en comparación con los de flujo superficial o los sistemashidropónicos.

Queda evidente por tanto que las bacterias resistentes aantibióticos están presentes en los ríos incluso en ausencia de vertidos próximos, pero su abundancia incrementa drásticamentepor el efecto de dichos vertidos. Por otra parte se evidencia quelos humedales construidos son mejores que los fangos activados tanto en la eliminación de bacterias como en la carga de bacterias resistentes al medio ambiente.

AGRADECIMIENTOS

A FUNDACIÓN MAPFRE, que subvencionó el presente estudio. ARoberto Romero, de la Universidad de Almería, por sucolaboración en el análisis químico de los antibióticos. El Ministerio de Ciencia e Innovación subvencionó la construcción de las plantas piloto de humedales (proyectos CTM2005-06457-C05-03 y CTM2008-06676-C05- 03TECNO).

PARA SABER MÁS

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La acción preventiva en las Administraciones PúblicasNORMATIVA

La tutela jurídica de la seguridad y salud de los empleados del Estado

Las Administraciones Públicas constituyen el instrumento a través del cual se sirven con objetividad los intereses generales y se prestan los servicios públicos. Para llevar a cabo esta labor, se nutren de empleados que han de desarrollar su prestación laboral en condiciones que respeten la normativa sobre seguridad y salud laboral, lo que convierte a las Administraciones Públicas, en cuanto empleadores, en sujetos obligados en materia preventiva. Este estudio se dedica a exponer las particularidades más significativas de la acción preventiva en el ámbito de las Administraciones Públicas.

Doctor en Derecho. Profesor asociado Derecho del Trabajo y Seguridad Social U.C.M.

LA DETERMINACIÓN DE LA NORMATIVA APLICABLE AL EMPLEADO PÚBLICO EN MATERIA PREVENTIVA

La entrada en vigor del Estatuto Básico del Empleado Público (EBEP) supuso una importante novedad normativa, como se advierte ya al utilizarse la expresión de «empleado público» en la rúbrica que titula la propia ley, porque no va dirigido solo a los funcionarios públicos, sino también a aquellos que desarrollan su prestación de trabajo para las Administraciones Públicas con sujeción a un contrato laboral. De ahí que, en principio, a la hora de determinar las normas preventivas aplicables al empleado público se plantee la cuestión relativa a la posible existencia de dos normativas distintas para cada uno de los dos grandes tipos de empleado público.

En materia de seguridad y salud laboral, el EBEP contiene dos referencias dirigidas tanto al personal funcionario como al personal laboral, dado que los artículos en los que se insertan utilizan la genérica expresión de «empleado público». La primera, en el artículo 14 del EBEP, dedicado a los derechos individuales, en apartado l) prevé que los empleados públicos tienen derecho a «recibir protección eficaz en materia de seguridad y salud en el trabajo». La segunda, en el artículo 54 del EBEP, dedicado a los principios de conducta del empleado público, en su apartado 9º establece que éstos «observarán las normas de seguridad y salud». Se trata, por tanto, de dos referencias genéricas pero significativas, no tanto por su novedad respecto a la normativa preexistente al EBEP, sino por la intención de dispensar la misma tutela en materia de prevención de riesgos laborales al personal funcionario y al personal laboral. Intencionalidad que se deduce de ambos preceptos al formularse, tanto el derecho individual como el principio al que han de ajustar su actuación los

Por JUAN GIL PLANA.

Año 31 Nº 124 4º trimestre 2011

trabajadores públicos, con la expresión omnicomprensiva de «empleado público».

En el EBEP encontramos dos referencias más en materia preventiva, pero dirigidas únicamente a los funcionarios públicos, y concretamente a su esfera colectiva. Por un lado, el artículo 37.1.j) del EBEP señala que serán objeto de negociación, en su ámbito respectivo y en relación con las competencias de cada Administración Pública y con el alcance que legalmente procedaen cada caso, entre otras materias, las que se establezcan en la normativa de prevención de riesgos laborales; es decir, se posibilita la negociación colectiva sobre la seguridad y salud en el trabajo siempre y cuando exista habilitación legal previa. Por otro lado, el artículo 40.1.e) del EBEP prevé que las Juntas dePersonal y los Delegados de Personal tendrán, entre otras funciones, la vigilancia del cumplimiento de la normativa vigente en materia de prevención de riesgos laborales y ejercer, en su caso, las acciones legales oportunas ante los organismoscompetentes.

Si nos fijamos en el régimen jurídico al que se sujeta el personal laboral de las Administraciones Públicas, y en concreto en la legislación laboral aplicable, el artículo 19 del Estatuto de losTrabajadores (en adelante ET) ya contenía similares referencias en materia preventiva. Por lo tanto, puede concluirse que la aprobación del EBEP no introduce novedades respecto a la normativa laboral precedente.

Empleados públicos incluidos en la LPRL Dejando al margen las anteriores previsiones legales, la norma de cabecera en materia de seguridad y salud laboral es la Ley31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales (en adelante LPRL). En esta norma, al abordar la concreción desu radio de acción subjetivo, se establece que tanto la LPRL como sus normas de desarrollo serán de aplicación tanto en el ámbito de las relaciones laborales reguladas en el ET, como en el de las relaciones de carácter administrativo o estatutario del personal alservicio de las Administraciones Públicas, con las peculiaridades que, en este caso, se contemplen en el EBEP o en sus normas dedesarrollo (art. 3.1 LPRL).

A efectos aclaratorios, se señala que cuando en el EBEP se haga referencia a trabajadores y empresarios, se entenderán también comprendidos en dichos términos, respectivamente, al personal con relación de carácter administrativo o estatutario y a la Administración Pública para la que presta servicios, respecto a los preceptos de la LPRL que gozan del carácter de básico, siendo aplicable el resto de preceptos en defecto de normativa específica dictada por las Administraciones Públicas [art. 3.1 y DA 3ª.2.a) y c) LPRL]. No obstante, junto a la genérica inclusión de los empleados públicos en el ámbito de aplicación subjetiva de la LPRL, en ésta se efectúan una serie de matizaciones que, salvo lareferencia al personal doméstico (al que no se aplica la LPRL en virtud de lo dispuesto en su artículo 3.4), afectan a colectivos que trabajan en el sector público.

En primer lugar, en los centros y establecimientos militares seaplicará lo previsto en la LPRL junto a las singularidades que se recojan en la normativa específica (art. 3.3 LPRL). Tratándose del personal laboral, estatutario y de los funcionarios civiles alservicio de establecimientos dependientes de la Administración Militar, por mandato de la DA 9ª de la LPRL, el desarrollo normativo específico se circunscribe a la «adaptación» de las normas relativas a los derechos y obligaciones preventivas así como las referidas a la consulta y participación de los trabajadores en la prevención de riesgos laborales a las exigencias de la defensa nacional, a las peculiaridades orgánicasy al régimen vigente de representación del personal en losestablecimientos militares, incluidas las escuelas militares [tal y

como dispone la STS de 27 de julio de 2005 (RJ 8344)];adaptación que actualmente se encuentra recogida en el Real Decreto 1932/1998, de 11 de septiembre.

En relación al personal militar, de acuerdo con lo previsto en la DA 9ª bis LPRL, la regulación de los derechos y deberespreventivos, la consulta y participación de los trabajadores y el régimen de responsabilidades y sanciones se «aplicará» de conformidad con la normativa militar; aplicación singularizada de dichos aspectos que se contiene en el RD 1755/2007, de 28 de diciembre.

En segundo lugar, para quienes prestan su servicios para los establecimientos penitenciarios se contempla la «adaptación » de la LPRL a las actividades cuyas características justifiquen una regulación especial, con remisión a la Ley 7/1990, de 19 de julio,sobre negociación colectiva y participación en la determinación de las condiciones de trabajo de los empleados públicos (art. 3.3 LPRL); remisión que, actualmente, habrá de entenderse referida a la negociación colectiva prevista en los artículos 33 a 38 del EBEP. Por lo tanto, se aplicará la LPRL salvo a las actividades singulares que demanden una regulación particularizada. Actualmente, como advierte la doctrina, la seguridad y salud laboral no han sido objeto de una especial y significativa atención en la negociación colectiva desarrollada en este concreto ámbito funcional.1

En tercer lugar, la LPRL no será de aplicación a aquellas actividades cuyas particularidades lo impidan en el ámbito de una serie de funciones públicas, a saber: a) policía, seguridad y resguardo aduanero, b) servicios operativos de protección civil y peritaje forense en los casos de grave riesgo, catástrofe ycalamidad pública, y c) Fuerzas Armadas y actividades militares de la Guardia Civil. Sin perjuicio de lo anterior, la LPRL se convierte en norma de referencia para regular la seguridad y salud de estos colectivos al configurarla como fuente inspiradora de la normativa que proceda a regular la prevención de lostrabajadores en estas actividades (art. 3.2 LPRL).

Las medidas singulares adoptadas para la Policía Nacional vienenrecogidas en el RD 2/2006, de 16 de enero, y en relación a la Guardia Civil vienen previstas en el RD 179/2005, de 18 defebrero; se trata, por tanto, de medidas singulares promulgadas en el ámbito de la Administración General del Estado (AGE).

La interpretación comunitaria de la exclusión prevista en la LPRL No obstante la regulación estatal anteriormente mencionada, laexclusión en materia de seguridad y salud laboral para determinadas actividades prevista en el artículo 3.2 LPRL adquiere especial relevancia en la tutela preventiva de los empleados públicos, dado que estas actividades son prestadaspor personas al servicio de las Administraciones Públicas. Se plantean varias dudas. La primera, si la trasposición de la normativa comunitaria es correcta en este aspecto, dado que el artículo 2 de la Directiva 89/391/CEE señala que dicha norma comunitaria se aplicará a todos los sectores de actividades, públicas o privadas (actividades industriales, agrícolas,comerciales, administrativas, de servicios, educativas, culturales, de ocio, etc.), no siendo de aplicación cuando se opongan a ello de manera concluyente las particularidades inherentes adeterminadas actividades específicas de la función pública, por ejemplo, en las Fuerzas Armadas o la policía, o a determinadasactividades específicas en los servicios de protección civil; sin perjuicio de que se tutele, la seguridad y la salud de los trabajadores queden aseguradas en la medida de lo posible, habida cuenta los objetivos de la presente directiva. La segunda duda que se suscita se circunscribe a determinar si el alcance de la exclusión legal se refiere a los colectivos de trabajadores que

desarrollan esas actividades o solo al desarrollo de esas actividades consideradas en sí mismas, quedando los sujetos que las desarrollan sujetos a la LPRL en el resto de actividades que prestan.

La entrada en vigor del EBEP supuso una novedad normativa porque no va dirigido solo a los

funcionarios públicos, sino también a aquellos que trabajen para las administraciones públicAs con

sujeción a un contrato laboral

Estos interrogantes han sido resueltos por la jurisprudencia comunitaria, entre otros pronunciamientos, en la STJCE de 12 de enero de 2006, Comisión de las Comunidades Europeas contra España, asunto C-132/04 (TJCE 2006/12), dictada, precisamente, respecto a la exclusión anteriormente referenciada de la LPRL. En esta resolución se procede a enjuiciar el ajuste de la normativa española a la Directiva 89/391/CEE, utilizando la doctrina comunitaria ya consolidada en resoluciones precedentes.

En primer lugar, partiendo tanto del objeto de la Directiva 89/391/CEE, consistente en promover la mejora de la seguridad y la salud de los trabajadores en el trabajo, como del tenor literal de su artículo 2.1, del que se deduce que el ámbito de aplicación de esta directiva debe entenderse de manera amplia, se considera que las excepciones al ámbito de aplicación de la norma comunitaria, previstas en el artículo 2.2, párrafo primero, deben interpretarse restrictivamente [ver SSTJCE de 3 de octubre de 2000, Simap, C-303/98 (TJCE 2000/234); 5 de octubre de 2004, Pfeiffer y otros, asuntos acumulados C-397/01 a C-403/01 (TJCE 2004/272)]. En consecuencia, esta excepción al ámbito de aplicación de la Directiva 89/391, definido de manera amplia, debe recibir una interpretación que limite su alcance a lo que resulte estrictamente necesario para salvaguardar los intereses que según dicha directiva pueden proteger los Estados miembros.

En segundo lugar, se recuerda que el criterio utilizado por el legislador comunitario para determinar el ámbito de aplicación de la Directiva 89/391/CEE no está basado en la pertenencia de los trabajadores a los distintos sectores de actividades considerados globalmente, como las Fuerzas Armadas, la policía y el servicio de protección civil, sino exclusivamente en la naturaleza específica de ciertos cometidos especiales desempeñados por los trabajadores dentro de dichos sectores, que justifica una excepción a las normas dictadas por la citada directiva, en razón de la absoluta necesidad de garantizar una protección eficaz de la colectividad. Consecuentemente, se aplicará la Directiva 89/391/CEE a los colectivos que desarrollen esas y otras actividades, dado que dichos cometidos se realizan en condiciones habituales, conforme a la misión encomendada al servicio de que se trata, y ello aun cuando las intervenciones derivadas de dichas actividades sean, por su propia naturaleza, imprevisibles y puedan exponer a los trabajadores que las realicen a algunos riesgos para su seguridad y/o su salud; de suerte que la excepción prevista en el artículo 2.2 de la directiva únicamente puede aplicarse en el supuesto de acontecimientos excepcionales en los cuales el correcto desarrollo de las medidas destinadas a garantizar la protección de la población en situaciones de grave riesgo colectivo exige que el personal que tenga que hacer frente a un suceso de este tipo conceda una prioridad absoluta a la finalidad perseguida por tales medidas con el fin de que ésta pueda alcanzarse [ver auto de 14 de julio de 2005, Personalrat der Feuerwehr Hamburg, asunto C-52/04 (TJCE 2005/249)].

En tercer lugar, respecto a los acontecimientos excepcionales que

requieran la adopción de medidas indispensables para la protección de la vida, de la salud así como de la seguridad colectiva, y cuyo correcto cumplimiento se vería comprometido sidebieran observarse todas las normas contenidas en la Directiva 89/391/CEE, la necesidad de no poner en peligro las imperiosas exigencias de preservación de la seguridad y de la integridad de la colectividad, habida cuenta de las características que revisten algunas actividades específicas, debe prevalecer transitoriamente sobre el objetivo de la citada directiva, que es garantizar la seguridad y la salud de los trabajadores. Sin embargo, en unasituación excepcional de esta índole, la excepción comunitaria no exime a las autoridades competentes de velar por que laseguridad y la salud de los trabajadores queden aseguradas «en la medida de lo posible».

A tenor de estos razonamientos, el Tribunal de la Unión Europeaconcluye que la normativa española no ha traspuesto correctamente la normativa comunitaria y, en consecuencia, la exclusión formulada en la LPRL debe entenderse en el sentido de no referirse a los colectivos que desarrollan dichas actividades, sino al desarrollo de las actividades en sí de las mismas. Respecto de estas actividades, debe asegurarse la tutela preventiva con el alcance compatible con la situación que ponenen marcha dichas actividades, cediendo la tutela preventiva ante el interés de la salvaguarda de la colectividad.

Se ha de indicar que el Tribunal de la Unión Europea, al hilo de una cuestión de la ordenación del tiempo de trabajo, concretamente en el auto del TJCE de 14 de julio de 2005, Personalrat der Feuerwehr Hamburg, asunto C-52/04 (TJCE2005/249), ha establecido que las actividades ejercidas por las fuerzas de intervención de un servicio público de bomberos se encuentran incluidas en el ámbito de protección de la norma comunitaria, y, en consecuencia, debe entenderse incluida en el ámbito de aplicación de la LPRL. También al hilo de una cuestión relativa al tiempo de trabajo, la STJCE de 3 de octubre de 2000,Simap, asunto C- 303/98 (TJCE 2000/234), y el auto de 3 dejulio de 2001, Sergas, asunto C-241/99 (TJCE 2001/219), han señalado que el personal médico y enfermero que presta sus servicios en los equipos de atención primaria están comprendidos en el campo de actuación de la directiva marco, y, en consecuencia, no resultan comprendidos en ninguno de lossupuestos de exclusión previstos en dicha norma. Por el contrario, en la STJCE de 5 de octubre de 2004, Pfeiffer y otros, asuntos acumulados C-397/01 a C-403/01 (TJCE 2004/272), se ha concluido que la actividad de socorrista acompañante de una ambulancia o de un vehículo sanitario de emergencias, en unservicio de socorro a heridos o enfermos organizado por una asociación como la Cruz Roja alemana, no puede estarcomprendida en la exclusión mencionada en el apartado anterior

Otros colectivos no mencionados expresamente en la LPRL Existen una serie de colectivos de empleados públicos que no sonaludidos de forma singular y expresa en la LPRL, y respecto delos cuales la aplicación de la normativa preventiva puede suscitar problemática.

La primera duda se suscita respecto del personal integrado en laAdministración de Justicia, y se debe a su no integración dentro de la Administración Pública al amparo de lo previsto en elartículo 117 CE. Con independencia de su integración o no dentro del sector público, el silencio guardado por la LPRL respecto a este colectivo debe interpretarse en sentido de aplicabilidad de esta norma si tenemos en cuenta que la jurisprudencia comunitaria ha interpretado muy restrictivamente las exclusiones a la aplicación de la LPRL, al limitarlas no a colectivosdeterminados sino a determinadas actividades, e incluso ha sostenido que en el desarrollo de las mismas se deberá tutelar la

seguridad y salud laboral hasta donde la confrontación con elinterés colectivo permita, de suerte que solo cederá la normativa preventiva cuando ésta sea incompatible con la salvaguarda de ese interés. En línea con la aplicabilidad de la normativa preventiva a este colectivo, el Dictamen 6/2001, de 5 de diciembre, de la Dirección del Servicio Jurídico del Estado, concluye que no puede entenderse excluido del ámbito deaplicación de la LPRL al personal integrado en la Administración de Justicia, dado que no hay una referencia expresa a la exclusión de la actividad de este colectivo, debiendo considerarse, por tanto, que la expresión «AdministracionesPúblicas» utilizada por la LPRL no responde a su acepción jurídicaprevista en la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común, sino que obedece a una concepción amplia asimilable a la de empresario público que tenga a su cargo personal vinculado por un contrato de trabajo y/o personalvinculado en virtud de relación administrativa o estatutaria.

La segunda duda se suscita con el personal investigador en formación –los denominados becarios de investigación– cuando desarrollan su investigación dentro de las Administraciones Públicas, siendo uno de los supuestos más significativos losbecarios de investigación en universidades públicas.

El régimen jurídico del personal investigador en formación vieneestablecido en el Real Decreto 63/2006, de 27 de enero, quetiene por objeto establecer el régimen jurídico general del personal investigador en formación y su relación con las entidades públicas y privadas a las que estén adscritos (art. 1RDPI).2

Dentro del personal investigador se distinguen dos situaciones jurídicas en las que éste se puede encontrar, a saber: la situaciónde beca, que se extiende a los dos primeros años desde la concesión de la ayuda [art. 4.1.a) RDPI], y la situación decontrato, que, una vez superado el periodo de beca y obtenido el Diploma de Estudios Avanzados o documento administrativo que lo sustituya, comprenderá, como máximo, los dos años siguientes, en la que se formalizará un contrato laboral con el organismo, centro o institución al que esté adscrito el investigador [art. 4.1.B) RDPI].

La aplicación de la LPRL y su normativa de desarrollo no plantean problema alguno respecto del personal investigador en situación de contrato en tanto en cuanto se le reconoce el disfrute de los derechos de carácter laboral, así como los relativos a los deseguridad social que se deriven del contrato que formalice (art. 5.3 RDPI), entre los que se encuentra el derecho a la seguridad ysalud laboral.

Más problemática y difícil se presenta la aplicación de la normativa preventiva al personal investigador en situación de beca, respecto del que no se efectúa un reconocimiento similar al personal investigador contratado. Por lo tanto, la conclusión inicial sería la exclusión de este colectivo. Sin embargo, alconfigurarse los deberes que ha de observar cualquier personal investigador, se establece que deberán atenerse al régimen interno o de funcionamiento del organismo o institución en el quedesarrolle sus actividades, y como novedad frente a la anterior regulación, se hace referencia expresa a que deberán atenerse especialmente en lo relativo a las condiciones de trabajo y las normas de prevención de riesgos laborales [art. 6.d) RDPI], resultando, por tanto, obligados a observar la LPRL y demás normativa preventiva, lo que, en mi opinión, supone la inclusióndel personal investigador en situación de becario, dado que no es concebible obligar a este colectivo a sujetarse a las normaspreventivas si no se parte de una previa, aunque tácita, asunción de la aplicabilidad de dicha normativa a dicho colectivo.

El personal que desarrolla acciones de voluntariado a través de organizaciones públicas, cuyo régimen jurídico viene establecidoen la Ley 6/1996, de 15 de enero, del Voluntariado, es el tercercolectivo respecto del que la aplicación de la legislación preventiva se presenta problemática. En principio, este colectivo no estaría incluido en la aplicación de la normativa de seguridad y salud laboral al definirse al voluntario como aquél que desarrolla su acción de forma altruista y solidaria sin recibir contraprestación económica, sin perjuicio del derecho al reembolso de los gastos que el desempeño de la actividad voluntaria ocasione [art. 3.1.a) y c) LV]. Por lo tanto, al carecer de las notas de laboralidad quedarían excluidos de la tutelapreventiva.

No obstante, esta inicial conclusión se ve distorsionada al enumerarse los derechos del voluntario y establecerse que éstetiene derecho a realizar su actividad en las debidas condiciones de seguridad e higiene en función de la naturaleza y características de aquélla [art. 6.g) LV], al tiempo que se establece que la organización para la que desarrollan la acción de voluntariado debe garantizarles la realización de sus actividades en las debidas condiciones de seguridad e higiene en función de la naturaleza y características de aquéllas [art. 8.2.f) LV], lo que debe conducirnos a concluir que este colectivo, como mínimo, sebeneficiará de la acción preventiva que lleve a cabo la organización pública respecto a sus trabajadores. Al respecto seha indicado que como quiera que «es indudable que este derecho de los voluntarios se constituye a imagen y semejanza de loestablecido en la normativa laboral […], los voluntarios pueden exigir de las organizaciones para las que prestan sus servicios que pongan en marcha planes de prevención de riesgos en loslugares de desarrollo de la prestación en condiciones ciertamente parecidas a las previstas por la Ley 31/1995; puesto que en ambos casos el bien jurídico protegido es el mismo: la persona que realiza una actividad para un tercero (debiendo asumir el tercero la obligación de proteger la integridad física de quien trabaja para él). En su caso, las responsabilidades que sederivaran del incumplimiento de las obligaciones de respeto de la normativa relativa a seguridad e higiene en el trabajo tendrían,para las organizaciones infractoras, naturaleza penal (art. 316 y 147 del CP) y civil (1.101 del CC)».3

LOS SERVICIOS DE PREVENCIÓN

Régimen jurídico El capítulo IV de la LPRL se dedica a la regulación de los servicios de prevención encargados del cumplimiento del deber preventivo que pesa sobre el empleador, y, en consecuencia, sobre laAdministración Pública en su condición de empleador laboral y funcionarial. Su desarrollo reglamentario se encuentra en el Real Decreto 39/1997, de 17 de enero, por el que se aprueba el Reglamento de Servicios de Prevención de Riesgos Laborales (en adelante RSP).

En la configuración del servicio de prevención se contemplanhasta cuatro posibles modalidades a las que puede acudir la empresa: la asunción personal por el empleador de la acciónpreventiva; la designación de uno o varios trabajadores; la constitución de un servicio de prevención propio o la concertaciónde un servicio de prevención con una entidad especializada y ajena a la propia organización empresarial (art. 30 LPRL y art. 10 RSP).

De estas modalidades de organización preventiva, la asunción personal por parte del empleador se sujeta a un requisito previoconsistente en que la empresa no cuente con más de diez trabajadores y aquél desarrolle de forma habitual su actividad en el centro de trabajo, teniendo la capacidad en materia preventiva

en función de los riesgos existentes en la empresa (art. 30.5 LPRL), de suerte que esta modalidad de organización del servicio de prevención se prevé para entornos laborales muy reducidos desde el punto de vista del volumen de trabajadores y se sujeta auna presencia efectiva del empleador en el lugar de trabajo así como una formación suficiente en materia preventiva.

En el ámbito de las Administraciones Públicas, esta modalidad del servicio de prevención no se podrá constatar ni en laAdministración General del Estado, ni en las comunidades autónomas, ni en la mayoría de las entidades locales. Es más,como quiera que en las entidades locales con un número detrabajadores no superior a diez, donde sería posible la adopción de este tipo de servicio preventivo, dado que quien ejerce la posición del empleador es, al fin y a la postre, un cargo políticoelecto, en muchos supuestos no remunerado, que no está habitualmente en la entidad local ni cuenta con la formación especializada requerida, puede aventurarse que esta fórmula degarantizar el cumplimiento del deber preventivo no se dará en ninguna Administración Pública.

La elección del servicio de prevención por parte del empresario no se deja a su total discrecionalidad, dado que los supuestos enque se puede utilizar cada uno de ellos giran en torno a los supuestos en los que se ha de constituir un servicio de prevención propio, supuestos cuya verificación obliga de forma ineludible a constituir dicha modalidad de servicio de prevención. En efecto, el artículo 14 del RSP establece tres supuestos en losque no se puede constituir un servicio de prevención que no sea uno propio dentro de la organización de la empresa, a saber:

1. que se trate de empresas que cuenten con más de 500 trabajadores,

2. que, tratándose de empresas de entre 250 y 500 trabajadores, desarrollen trabajos con exposición a radiaciones ionizantes en zonas controladas, o trabajos con exposición a agentes tóxicos y muy tóxicos, y en particular a agentes cancerígenos, mutagénicos o tóxicos para la reproducción, de primera y segunda categoría, según el Real Decreto 363/1995 y el Real Decreto 1078/1993, o actividades en que intervienen productos químicos de alto riesgo y son objeto de la aplicación del Real Decreto 886/1988, o trabajos con exposición a agentes biológicos de los grupos 3 y 4, según la Directiva 90/679/CEE, o actividades de fabricación, manipulación y utilización de explosivos, incluidos los artículos pirotécnicos y otros objetos o instrumentos que contengan explosivos,

3. que, tratándose de empresas no incluidas en los apartados anteriores, así lo decida la autoridad laboral, previo informe de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social y, en su caso, de los órganos técnicos en materia preventiva de las comunidades autónomas, en función de la peligrosidad de la actividad desarrollada o de la frecuencia o gravedad de la siniestralidad en la empresa, salvo que se opte por el concierto con una entidad especializada ajena.

El tribunal de la unión europea estableció que las actividades de las fuerzas de intervención de un

servicio público o de bomberos están incluidas en el ámbito de protección de la norma comunitaria,

y por tanto, en el ámbito de la LPRL

Sobre los parámetros de constitución del servicio de prevención propio, la designación de uno o varios trabajadores emerge como una figura residual operativa cuando no se dan los supuestos de

constitución obligatoria del servicio de prevención propio o no se haya constituido un servicio de prevención ajeno (art. 12 RSP). Mientras que esta última modalidad se podrá adoptar cuando ladesignación de uno o varios trabajadores sea insuficiente para larealización de la actividad de prevención y no concurran las circunstancias que determinan la obligación de constituir unservicio de prevención propio, o cuando lo decida la autoridad laboral, previo informe de la Inspección de Trabajo, cuando no sehaya optado por la constitución de un servicio de prevención propio o cuando se haya producido una asunción parcial de la actividad preventiva por parte del empresario (art. 16.1 RSP).

La particularidad de las Administraciones Públicas en relación a la elección del servicio de prevención La cuestión controvertida que se suscita es si las Administraciones Públicas quedan sujetas a la configuración yregulación de los servicios de prevención expuesta y si, por ejemplo, una Administración Pública que supere los 500 trabajadores viene obligada a constituir un servicio de prevención propio, no pudiendo recurrir a la concertación con entidad especializada. En principio, parece claro que la respuesta ha de ser afirmativa. Sin embargo, la cuestión deja de estar claracuando se contemplan otras dos previsiones contenidas en el RSP.

En primer lugar, los artículos 11, 14 y 16.1 del RSP carecen de carácter básico respecto al personal civil con relación de carácter administrativo o estatutario al servicio de las Administraciones Públicas, tal y como expone el apartado 2.a) de disposición adicional primera del RSP.

Y en segundo lugar, la aplicación de la regulación sobre las posibles modalidades de servicio de prevención que se pueden adoptar queda sujeta a la inexistencia de normativa específica sobre la materia en el ámbito de las Administraciones Públicas,tal y como señala la DA 4ª del RSP, al prever que «en el ámbito de las Administraciones Públicas, la organización de los recursos necesarios para el desarrollo de las actividades preventivas y la definición de las funciones y niveles de cualificación del personal que las lleve a cabo se realizará en los términos que se regulen en la normativa específica que al efecto se dicte, de conformidadcon lo dispuesto en el artículo 31, apartado 1, en la disposición adicional tercera de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, yen la disposición adicional primera de este Reglamento, previa consulta con las organizaciones sindicales más representativas, en los términos señalados en la Ley 7/1990, de 19 de julio, sobre negociación colectiva y participación en la determinación de lascondiciones de trabajo de los empleados públicos [actualmente el EBEP]», concluyendo que solo «en defecto de la citada normativaespecífica, resultará de aplicación lo dispuesto» en el RSP.

Si tenemos en cuenta el art. 31.1 de la LPRL y las disposicionesadicionales 1ª y 4ª del RSP, debe concluirse que lasAdministraciones Públicas pueden dictar normativas específicas para regular, entre otras materias, la organización de losrecursos necesarios para el desarrollo de las actividades preventivas, pudiendo por tanto elaborar y publicar un reglamento, si se trata de la AGE, un decreto, si se trata de unacomunidad autónoma, o un decreto de alcaldía o resolución de la Diputación, si se trata de una entidad local, sobre la configuración de su servicio de prevención, que permita determinar la modalidad preventiva que mejor se ajuste a sus características. Por lo tanto, la obligatoriedad para adoptar un servicio de prevención propio, o lo que es lo mismo, la aplicación de lo dispuesto en el art. 14 del RSP, será exigible siempre queno exista un acuerdo dictado por el órgano competente queregule la organización de los recursos necesarios para eldesarrollo de las actividades preventivas de la forma que mejor se adapte a las necesidades de esta Administración Pública.

Esta conclusión viene acogida en el criterio interpretativo administrativo seguido por la Inspección de Trabajo, que se encuentra contenido en la respuesta de fecha 20 de marzo de 2009 de la Dirección General de Trabajo del Ministerio de Trabajoe Inmigración a una consulta sobre reconocimientos médicos a los policías locales, en la que se señala que tanto la LPRL como el RSP otorgan un tratamiento específico en determinadas cuestiones respecto del personal civil con relación de carácteradministrativo al servicio de las Administraciones Públicas. Entre las cuestiones que se consideran incluidas estaría «la organización de los recursos necesarios para el desarrollo de las actividades preventivas y el funcionamiento de los mismos». Aun cuando este criterio administrativo se refiere a los funcionarios públicos, no existe argumento obstativo alguno para su extensión al personal laboral de las Administraciones Públicas, dadas las previsiones normativas en las que se fundamenta, ya que éstasno hacen referencia a los funcionarios públicos sino a las Administraciones Públicas, referencia que engloba a todo su personal con independencia del vínculo jurídico.

Y ésta parece ser la solución dada por nuestra más alta instancia jurisdiccional, el Tribunal Supremo, respecto a unos hechos que se exponen a continuación. En el año 2000, la Junta de Castilla y León, así como su Gerencia de Servicios Sociales, siendo notorio que tenían cada uno de estos entes administrativos más de 500 trabajadores, no tenían constituido ni servicio de prevención propio ni ajeno, lo que es puesto en evidencia por larepresentación de los trabajadores en la Comisión Paritaria del primer Convenio Colectivo para el Personal Laboral de la Administración General de la Comunidad de Castilla y León. Ante dicha reclamación sindical, el presidente de la Comisión responde que en esos momentos se estaba trabajando en la elaboración de un decreto sobre la creación de los servicios de prevención, del cual se daría conocimiento a la representación social a través del Comité Intercentros.

Ante esta situación se plantea un conflicto colectivo por larepresentación de los trabajadores, cuando el decreto de organización de los servicios preventivos se había elaborado pero no se había publicado ni había entrado en vigor, en el que sesolicitaba que se declarase la obligación de la Junta de Castilla y León de constituir un servicio de prevención propio y suficiente.

Este conflicto colectivo fue resuelto por la sentencia del TribunalSuperior de Justicia de Castilla y León, fechada en Valladolid el 19 de junio de 2000 (AS 2000/2945), en atención a los siguientes razonamientos.

En primer lugar, si bien «en el art. 30 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, de 8 de noviembre de 1995 (Ley 31/1995), alreferirse a la protección y prevención de riesgos profesionales, se establece que el empresario designará uno o varios trabajadorespara ocuparse de dicha actividad y constituirá un servicio deprevención o concertará dicho servicio con una entidad especializada ajena a la empresa, es decir, se da opción a optarpor un servicio propio o un servicio de prevención ajeno», no es menos cierto «que el art. 14 del RD 39/1997, de 17 de enero, por el que se aprueba el Reglamento de los servicios de prevención, establece que habrá de constituirse un servicio de prevención propio cuando se trate de empresas que cuenten con más de 500 trabajadores o de empresas que teniendo entre 250 y 500 desarrollen algunas de las actividades incluidas en el anexo 1, que se caracterizan todas ellas por ser peligrosas, penosas o insalubres », de suerte que, a tenor de la literalidad de este último precepto, «parecería que la Junta de Castilla y Leónvendría obligada a constituir un servicio de prevención con medios propios».

Sin embargo, y en segundo lugar, partiendo de la muy

cuestionable aplicabilidad a la Junta de Castilla y León del Real Decreto 1488/1998, actualmente derogado y sustituido por el Real Decreto 67/2010, considera que «el art. 6 del RD 1488/1998 […] da opción a que se constituya un servicio de prevención propio o se recurra a un servicio de prevención ajeno, aunque se matiza también que puedan ser compartidos los cometidos por los servicios propios o ajenos», concluye que «si como hemos dicho la Junta de Castilla y León no ha constituido todavía los servicios de prevención para sus trabajadores (obviamente estaSala no puede pronunciarse sobre el colectivo de funcionarios), la demanda de conflicto colectivo ha de ser estimada, pero no enlos términos en que se plantea, es decir, que la Junta de Castilla y León haya de constituir un servicio de prevención propio, sinotambién que puede hacerlo a través de servicios ajenos, pues si no fuera así, es decir, si se la obligara a constituir un servicio propio como se pretende, estaríamos limitando las facultades organizativas que como tal empresa le corresponden y que además cuenta con el apoyo legal a que antes se hacía referencia; en esta línea se dirige el decreto en ciernes de la Junta de Castilla y León que va a regular la prevención de riesgos laborales de la Administración de la Comunidad de Castilla y León, y que obviamente afectará al personal funcionarial y al laboral de la misma».

La confluencia de empleados públicos y empleados privados en un mismo centro de

trabajo plantea una serie de interrogantes a la hora de desplegar la tutela de seguridad y salud

de los empleados públicos

Como quiera que la demanda de conflicto colectivo solicitaba quese declarase la obligación de la Junta de Castilla y León de constituir un servicio de prevención propio y la sentencia declara que la Administración autonómica tiene obligación de constituirun servicio preventivo propio o concertarlo con una entidad especialidad, se produce una discordancia entre lo solicitado y lo sentenciado. Esto llevó a la representación de los trabajadores a plantear recurso de casación ante el Tribunal Supremo, que fue resuelto por la sentencia de 24 de abril de 2001 (RJ 2001/5119), declarando que la Administración autonómica tiene la obligación de crear un servicio de prevención propio y suficiente, no admitiendo la posibilidad alternativa de acudir a un servicio de prevención ajeno.

No obstante, el contenido declarativo del fallo dispositivo de estasentencia del Tribunal Supremo, que parece contrario a la afirmada posibilidad de las Administraciones Públicas de libre determinación de la organización del servicio preventivo sostenida en este estudio, no puede extrapolarse a cualquier otrosupuesto de forma automática si tenemos en cuenta los argumentos utilizados en la sentencia.

De un lado, acierta la sentencia del Tribunal Supremo al criticar y desautorizar la aplicación no razonada a las Administraciones autonómicas del RD 1488/1998 que lleva a cabo la adaptación de la normativa preventiva a la Administración General del Estado,dado que dicha aplicabilidad «no puede mantenerse a la vista de los artículos 1 y 2 del citado Real Decreto, que fijan tanto el objeto como el ámbito de aplicación del mismo, ya que determina como único objeto del Decreto adaptar a la Administración General del Estado la Ley 31/1995 y el Reglamento 39/1997,silenciando por completo a las comunidades autónomas, exclusión que se confirma en el artículo 2, que determina el ámbito de aplicación en cuatro apartados que comprenden a: la Administración General del Estado y organismos públicosvinculados o dependientes de ella; centros y establecimientos

militares; establecimientos penitenciarios, policía, seguridad y resguardo aduanero o servicios operativos de protección civil y peritaje forense. Es pues claro que el recurso acierta cuando denuncia infracción por aplicación indebida de la citada norma legal».

De otro lado, revelándose como un razonamiento crucial para la cuestión controvertida, partiendo del artículo 31.1 y de la Ley DA 3ª de la LPRL, así como de las D.A. 1ª y 4ª del RSP, concluye el Tribunal Supremo que «es claro que las Administraciones Publicas pueden dictar normativas específicas para regular entre otrasmaterias la organización de los recursos necesarios para el desarrollo de las actividades preventivas», normativa específica que, por ejemplo, para la Administración General del Estado seconcreta en el Real Decreto 67/2010, pero que no existe respecto de la Administración autonómica ante la que se dirige el conflicto colectivo, lo que explica el fallo de la sentencia del Tribunal Supremo, como expresamente se reconoce al afirmar que «esta falta de regulación específica parece provisional ya que la propia sentencia recoge en el apartado sexto de hechos probados quehay constancia de que se ha elaborado un decreto sobre la materia que no ha sido todavía publicado; por ello, cuando esta normativa específica sea promulgada a ella, habría quizá que atenerse en lo que es objeto del presente litigio, pero en tanto llegue hay que aplicar lo dispuesto en el Reglamento 39/1997 como expresamente ordena el párrafo segundo de la disposiciónadicional cuarta del mismo, que dispone: «en defecto de la citada normativa específica, resultará de aplicación lo dispuesto en este Reglamento». Y como premisa de su fallo dispositivo, afirma que «en consecuencia de todo lo razonado precedentemente yaunque tenga una validez provisoria, la aplicación del Reglamento conduce a la estimación del recurso, pues conforme al mismo artículo 14, la Junta de Castilla y León ha de constituir un servicio de prevención de riesgos profesionales propio».

LA COORDINACIÓN DE ACTIVIDADES EN LAS ADMINISTRACIONES PÚBLICAS

Una de las tendencias que ha marcado y marca las relacioneslaborales es la dirigida a externalizar determinadas actividades del ciclo productivo, sean inherentes o no a la actividad principal de la empresa. El fenómeno de la descentralización productiva,aunque pudiera parecer lo contrario, no es exclusivo de la actividad productiva privada, no se verifica únicamente en el ámbito de las relaciones laborales privadas, sino que también se constata en el ámbito de las Administraciones Públicas, donde se recurre a la gestión indirecta de ciertos servicios públicos por medio de diferentes técnicas, siendo la más significativa laconcesión administrativa.

Si la descentralización productiva aparece en la década de los setenta del siglo pasado como solución a las exigencias del mercado y de la crisis económica, el origen de la concesiónadministrativa tiene su origen en el siglo XIX, dominado por la ideología liberal, y responde a la necesidad de acometer las demandas del desarrollo técnico sin abandonar los postulado de un Estado, y por ende, de una Administración no intervencionista; buscando en los sujetos privados los recursos financieros que los avances técnicos, como el ferrocarril, demandaban para su implementación. El distinto punto de partida no nos impide afirmar que, en la actualidad, la apariencia externa, la foto superficial, en los supuestos de descentralización productiva en el ámbito privado y en las concesionesadministrativas, nos expone imágenes muy parecidas: un centro de imputación jurídica (empresario privado o Administración Pública) traslada el desarrollo de una parte de su actividad, sea inherente o no, a otro centro de imputación jurídica (normalmente otro empresario privado, aunque no es descartable que se traslade hacia otra Administración Pública).

La gestión indirecta de servicios públicos, como fenómeno dedescentralización propio y particular de las Administraciones Públicas, puede generar la confluencia de empleados públicos y empleados privados en un mismo centro de trabajo, o la confluencia de empleados privados en centros de trabajo públicos o la confluencia de empleados públicos en centros de trabajo privados o, incluso, puede dar lugar a que se gestione un servicio público en centros privados construidos sobre terrenos detitularidad pública. Estas posibles interacciones qué duda cabe que plantean una serie de interrogantes a la hora de desplegar latutela de la seguridad y salud de los empleados públicos, asícomo a la hora de cumplir la obligación preventiva que pesa sobre la Administración Pública en su condición de empleador.

Distintas normas comunitarias e internacionales, que debíantrasponerse a nuestro derecho interno, han sido las directas inspiradoras del art. 24 de la LPRL que establece obligaciones genéricas de coordinación y que ha sido desarrollado mediante el RD 171/2004, de 30 de enero.

Supuestos de concurrencia El art. 24 de la LPRL y el RD 171/2004 distinguen tres supuestos de concurrencia de actividades empresariales, exigiendo diferentes obligaciones de coordinación en cada uno de ellos. En todo caso, dichas obligaciones son acumulativas, es decir, no se excluyen, sino que se superponen de manera gradual.

1. Concurrencia de trabajadores de varias empresas en un mismo centro de trabajo El primer supuesto de concurrencia empresarial contemplado en el art. 24 de la LPRL es la coincidencia física de trabajadores de varias empresas en un mismo centro de trabajo. Según dicho artículo, «cuando en un mismo centro de trabajo desarrollen actividades trabajadores de dos o más empresas, éstas deberán cooperar en la aplicación de la normativa sobre prevención de riesgos laborales. A tal fin establecerán los medios de coordinación que sean necesarios en cuanto a la protección y prevención de riesgos laborales y la información sobre los mismos a sus respectivos trabajadores en los términos previstos en el apartado 1 del artículo 18 de esta Ley. En este caso, resulta indiferente la relación o vínculo jurídico que une a las empresas, y cada una de ellas se encuentra «en la misma posición respecto de las demás». La obligación nace, por tanto, del hecho de compartir el mismo centro o el mismo espacio de trabajo. Si existía alguna duda sobre esta afirmación, el art. 4.1 del RD 171/2004 ha venido a zanjarla definitivamente al señalar que «el deber de cooperación será de aplicación a todas las empresas y trabajadores autónomos concurrentes en el centro de trabajo, existan o no relaciones jurídicas entre ellos». En relación con el deber de información, conviene señalar, en primer lugar, que, tras la entrada en vigor del RD 171/2004, este deber no se traduce exclusivamente en una obligación de las empresas hacia sus trabajadores – como prevé el art. 24.1 de la LPRL–, sino también de éstas entre sí. En efecto, el deber de cooperación exige, según dispone el art. 4.2 del RD 171/2004, la información recíproca entre las empresas concurrentes «sobre los riesgos específicos de las actividades que desarrollen en el centro de trabajo que puedan afectar a los trabajadores de las otras empresas concurrentes en el centro, en particular sobre aquellos que puedan verse agravados o modificados por circunstancias derivadas de la concurrencia de actividades». La información abarcará también a los accidentes de trabajo que hayan tenido lugar como consecuencia de los riesgos de las actividades concurrentes. El empresario, cuyo trabajador o trabajadores han sufrido el accidente, deberá informar a los demás empresarios presentes en el centro de

trabajo.

2. Concurrencia de trabajadores de varias empresas en un centro de trabajo del que un empresario es titular Respecto del empresario titular del centro de trabajo, el art. 24.2 de la LPRL establece la obligación de adoptar «las medidas necesarias para que aquellos otros empresarios que desarrollen actividades en su centro de trabajo reciban la información y las instrucciones adecuadas en relación con los riesgos existentes en el centro de trabajo y con las medidas de protección y prevención correspondientes, así como sobre las medidas de emergencia a aplicar, para su traslado a sus respectivos trabajadores». De nuevo aquí es indiferente la relación o vínculo jurídico que une a las empresas, aunque, a diferencia del supuesto anterior, en este caso una de ellas ocupa una posición preeminente al ser titular del centro de trabajo. Son dos las medidas específicas que debe adoptar el empresario titular del centro de trabajo cuyos trabajadores desarrollen actividades en él; cuando no tenga trabajadores en el centro, únicamente tendrá que cumplir la primera de las dos medidas señaladas a continuación relativas al deber de información, a saber:

Deberá informar a los otros empresarios concurrentes «sobre los riesgos propios del centro de trabajo que puedan afectar a las actividades por ellos desarrolladas, las medidas referidas a la prevención de tales riesgos y las medidas de emergencia que se deben aplicar» (art. 7.1 RD 171/2004). La información se refiere a los riesgos propios del centro de trabajo de la empresa titular y no a los riesgos específicos o derivados de la actividad concreta desarrollada por cada una de las empresas concurrentes. Y lo mismo sucede en relación con las medidas sobre las que debe informar, que serán las adoptadas por el empresario titular en relación con sus instalaciones, maquinaria, etc.

Deberá dar instrucciones a los empresarios concurrentes para la prevención de los riesgos existentes en el centro de trabajo y sobre las medidas que deben aplicarse cuando se produzca una situación de emergencia (art. 8.1 RD 171/2004). El empresario titular del centro de trabajo, con trabajadores que desarrollan actividades en él, recibirá, al mismo tiempo que facilitará a los demás, información sobre los riesgos específicos de las actividades que cada empresa desarrolla en su centro de trabajo. Una vez recibida esta información es cuando dará las instrucciones pertinentes al resto de los empresarios. El empresario titular conoce, por tanto, los riesgos propios de su centro de trabajo y además los riesgos específicos de las actividades desarrolladas en dicho centro. Con estos datos podrá realizar la evaluación de los riesgos del centro de trabajo, que pueden haberse incrementado como consecuencia de las actividades realizadas en él por distintas empresas, y poner en marcha las medidas correspondientes, incluyendo las de emergencia. Realizada la evaluación correspondiente, facilitará las oportunas instrucciones a los empresarios concurrentes con el fin de prevenir los riesgos existentes en el centro de trabajo.

3. Concurrencia de trabajadores de varias empresas en un centro de trabajo cuando existe un empresario principal El tercer supuesto de concurrencia regulado en el art. 24.3 de la LPRL hace referencia a la existencia de relaciones de subcontratación entre las empresas concurrentes. Según

dicho precepto, «las empresas que contraten o subcontraten con otras la realización de obras o servicios correspondientes a la propia actividad de aquéllas y que se desarrollen en sus propios centros de trabajo deberán vigilar el cumplimiento por dichos contratistas y subcontratistas de la normativa de prevención de riesgos laborales». Los deberes de seguridad de la empresa que contrata o subcontrata en relación con los trabajadores de las empresas contratistas o subcontratistas aparecen así especialmente reforzados para otorgar una protección a la seguridad y salud de los trabajadores afectados. Las obligaciones que corresponden al empresario principal se intensifican cuando realiza una contrata correspondiente a su propia actividad. En estos casos, el empresario principal, además de cumplir con su deber de cooperación con las empresas concurrentes en el mismo centro y con su obligación de información e instrucción en el supuesto de que sea también titular del centro de trabajo, debe vigilar el cumplimiento de la normativa en materia de prevención de riesgos laborales por los contratistas o subcontratistas. El RD 171/2004, en su art. 10, ha tratado de precisar el alcance de dicho deber de vigilancia. En este sentido, parece dejar claro que el deber de vigilancia consiste en comprobar que las empresas contratistas y subcontratistas cumplen con sus obligaciones en la prevención de riesgos laborales, y no en vigilar específicamente a los trabajadores de dichas empresas. Por otro lado, también matiza el alcance objetivo del deber de vigilancia al señalar las materias sobre las que expresamente el empresario principal deberá exigir a los contratistas y subcontratistas su cumplimiento. Así, el empresario principal, antes del inicio de la actividad en su centro de trabajo, exigirá a las empresas contratistas y subcontratistas que «le acrediten por escrito que han realizado, para las obras y servicios contratados, la evaluación de riesgos y la planificación de su actividad preventiva ». Asimismo, exigirá a dichas empresas que «le acrediten por escrito que han cumplido sus obligaciones en materia de información y formación respecto de los trabajadores que vayan a prestar sus servicios en el centro de trabajo». No se trata, por tanto, de velar por el cumplimiento de toda la normativa en prevención de riesgos laborales, sino exclusivamente de las obligaciones relativas a la evaluación de riesgos y planificación de la actividad preventiva e información y formación de los trabajadores.

Una sentencia del tribunal supremo obligó a la junta de castilla y león a crear un servicio de

prevención propio y suficiente, no admitiendo la posibilidad de acudir a un servicio de prevención

ajeno

La problemática aplicación de la normativa preventiva coordinadora en la Administración Pública La aplicación de la normativa preventiva en materia decoordinación de actividades a las Administraciones Públicas cuando éstas deciden prestar los servicios públicos mediante gestión indirecta no supone en la mayoría de los casos ningún problema. Piénsese en la contrata de la limpieza de los edificios municipales, donde es claro que la confluencia de empleadospúblicos y de trabajadores de la empresa de limpieza contratista obliga a la Administración Pública a observar las obligaciones preventivas en materia de coordinación en su calidad de empresario principal y titular del centro trabajo, así como empresario que tiene trabajadores en un centro de trabajo dondeconfluyen trabajadores de otras empresas.

No obstante, se puede dar un supuesto en el que la Administración Pública, sin poner empleados públicos en lagestión indirecta de un servicio, se limite a ceder el terreno donde éste se va a desarrollar, sin aportar ni siquiera unaedificación. Por ejemplo, un Ayuntamiento que cede unos terrenos para la gestión indirecta del servicio público de perrera municipal. ¿Cabe aplicar en este tipo de supuestos la normativa preventiva en materia de interacción empresarial?

La respuesta no es sencilla si nos atenemos a la literalidad de lasnormas. El art. 24 de la LPRL, así como su norma de desarrollo, el RD 171/2004, se refieren a la coordinación de actividades empresariales, y en este supuesto no se verifican dos actividades diferenciadas sino una sola, el servicio público gestionadoindirectamente, por lo que no serían de aplicación las obligaciones, lo que conduciría a concluir que no sería de aplicación la referida normativa. Sin embargo, la concreta regulación de la coordinación preventiva va más allá de laconcurrencia de actividades. Así, tanto el artículo 24.2 de la LPRL como los artículos 6 a 8 del RD 171/2004 establecen una serie de obligaciones hacia el empresario titular, que, aunque definido como quien tiene la capacidad de puesta a disposición y de gestión de centro, en el caso de las Administraciones Públicas no debe olvidarse que la titularidad del servicio público la mantienela Administración siempre y en todo caso, lo que permitiría una respuesta afirmativa al interrogante planteado.

Existe un pronunciamiento judicial que aborda esta problemática respecto de un trabajador, con categoría profesional de oficial 1ª, contratado por una empresa privada, que sufre un accidente de trabajo reparando el tejado de la entrada principal de uncementerio municipal, reparación contratada por un Ayuntamiento con la empresa del trabajador y en la que no se había instalado apuntalamiento alguno, no habiendo recibido tampoco cursos de formación. A consecuencia del accidentelaboral, el trabajador, declarado en situación de incapacidad permanente total, plantea una reclamación judicial indemnizatoria contra su empresa y contra al Ayuntamiento, que es estimada parcialmente al condenar a la empresa pero absolver a la entidad local.

Frente a la solución dada en instancia, el trabajador acude en suplicación solicitando, entre otros motivos, que se condenetambién al Ayuntamiento por infracción de lo previsto en el artículo 24 de la LPRL en materia de coordinación preventiva; desestimándose tal pretensión en la STSJ Extremadura de 2 de diciembre de 2004 (AS 2004/3170), argumentándose que los apartados 1º y 2º del artículo 24 de la LPRL parten de la premisa «de que en un mismo centro de trabajo desarrollen actividades trabajadores de dos o más empresas para, en tal caso, imponerles la obligación de cooperar en la aplicación de la normativa sobre prevención de riesgos laborales, y esa situación no se daba en el centro de trabajo donde se produjo el accidente de que tratamos, pues como tal no puede considerarse el cementerio municipal donde se realizaba la obra, sino solo donde radicaba la obra misma, es decir, el tejado de la puerta principal, que es lo que la empresa demandada estaba reparando, y en tal centro de trabajo no consta que desarrollasen actividades más que trabajadores de dicha empresa, la de construcción, pues en la reparación no participaban, o al menos no aparece tal cosa en el relato fáctico de la sentencia recurrida, trabajadores del Ayuntamiento también demandado. No se da, pues, la situación necesaria para la aplicación de los dos primeros números delartículo 24 de la Ley 31/1995, que parte de que en un mismo centro de trabajo presten servicios trabajadores de dos o másempresas, no bastando con que el lugar donde está establecidopertenezca a empresa distinta de la que ejecuta una obra o servicio. Así se deduce no solo del mismo precepto, sino también del Real Decreto 171/2004, de 30 de enero, dictado en su

desarrollo, que se basa en que todas las empresas a que se refieren desarrollen actividades en un mismo centro, lo cual determina riesgos no solo para los trabajadores de cada una de ellas, sino también para las demás que concurren en el mismo centro, por lo que se impone la coordinación entre todas a fin deprevenir y, en la medida de lo posible, evitar tales riesgos, y eso no sucede si la empresa titular del lugar donde se asienta el centro no realiza actividad alguna ni, por tanto, provoca riesgo para sus trabajadores, pues ninguno trabaja en el centro de trabajo, ni para los de la empresa o empresas que tienen trabajadores en el mismo».

También se descarta la aplicabilidad de las obligaciones comoempresario principal previstas en el art. 24.3 de la LPRL, en la medida en que si bien dicho apartado «impone a las empresas que contraten o subcontraten con otras la realización de obras o servicios correspondientes a la propia actividad de aquéllas y que se desarrolle en sus propios centros de trabajo el deber de vigilar el cumplimiento por los contratistas y subcontratistas de la normativa de prevención de riesgos laborales», la propia configuración de esta obligación preventiva «demuestra que para que operen los números anteriores se exige, además, que la empresa principal también desarrolle actividad en el centro […],pero tampoco en virtud de ello puede extenderse la responsabilidad al Ayuntamiento demandado, puesto que la juzgadora de instancia entendió que la obra que se desarrollaba en el centro de trabajo donde se produjo el accidente no correspondía a la propia actividad de la corporación municipal ». Y ahonda esta tercera posibilidad al afirmar que es cierto que la jurisprudencia ha establecido que «es, por tanto, el hecho de la producción del accidente dentro de la esfera de la responsabilidad del empresario principal en materia de seguridad e higiene lo que determina en caso de incumplimiento la extensión a aquél de la responsabilidad en la reparación del daño causado, pues no se trata de un mecanismo de ampliación de la garantía en funciónde la contrata, sino de una responsabilidad que deriva de laobligación de seguridad del empresario para todos los que prestan servicios en un conjunto productivo que se encuentra bajo su control», pero tampoco aparecen, a juicio del órgano de suplicación, «en el relato fáctico de la sentencia recurrida, ni elrecurrente formula alegación ni razonamiento alguno en tal sentido, datos que determinen que fuera el Ayuntamiento quien controlara la realización de la obra», o, como precisando más, nos dice también el Alto Tribunal en sentencia de 16 de diciembre de 1997 (RJ 1997/9320), que el trabajo se desarrollase en el centro de trabajo de la empresa principal con sus instrumentos de producción y bajo su control, caso en que sería «perfectamente posible que una actuación negligente o incorrecta del empresario principal cause daños o perjuicios al empleado dela contrata, e, incluso, que esa actuación sea la causa determinante del accidente laboral sufrido por éste y por ello en estos casos el empresario principal puede ser empresario infractor», añadiendo que «aunque esta conclusión se estableceen un caso claro de contrata para una obra o servicio correspondiente a la propia actividad, lo decisivo no es tanto estacalificación como el que el accidente se haya producido por unainfracción imputable a la empresa principal y dentro de su esfera de responsabilidad», lo cual, se insiste, «no aparece aquí ni elrecurrente nos razona que suceda en este caso».

En definitiva, en la escasa doctrina judicial existente se concluye que la aplicación de los supuestos contemplados en los apartados 1º y 2º de la LPRL, así como en los artículos 4 a 9 del RD 171/2004, está supeditada a la concurrencia de trabajadores de la Administración Pública con trabajadores de otrasAdministraciones o empresas privadas. Mientras que la operatividad del apartado 3º del artículo 24 de la LPRL y el artículo 10 del RD 171/2004 está condicionada no tanto a la existencia de concurrencia de trabajadores, sino a que la

Administración ejerza un verdadero, real y efectivo control en el desarrollo de la prestación del servicio público o de la actividad cuando ésta no constituya en sí misma considerada un servicio público.

Para las administraciones públicas no se contempla la imposición de sanciones económicas, sino la aplicación de medidas correctoras, solución

que debe ser objeto de crítica

LA PARTICULARIDAD EN EL ÁMBITO SANCIONADOR PREVENTIVO DE LAS ADMINISTRACIONES PÚBLICAS

Una última cuestión debe ser objeto de exposición, aun cuando no se trata de un asunto que suscite dudas interpretativas, lo cual no exime de los distintos pareceres críticos que se observan en la doctrina científica sobre la particular configuración de las medidas que se pueden adoptar ante la infracción por parte de la Administración Pública de la medida preventiva.

A diferencia de lo que acontece ante la infracción de la normativa de seguridad y salud laboral por parte de un empleador privado, sujeto al régimen de sanciones previsto en el Real Decreto Legislativo 5/2000, de 4 de agosto, por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley de Infracciones y Sanciones del Orden Social (LISOS), el artículo 45 de la LPRL dispone que en el ámbito de las relaciones del personal civil al servicio de las Administraciones Públicas, las infracciones serán objeto de responsabilidades a través de la imposición, por resolución de la autoridad competente, de la realización de las medidas correctoras de los correspondientes incumplimientos.

Por lo tanto, para las Administraciones Públicas no se contempla la imposición de sanciones económicas, sino la aplicación de medidas correctoras. Esta solución debe ser objeto de crítica dado que la imposición de sanciones pecuniarias se erige en un mecanismo mucho más efectivo que la adopción de medidas correctoras, de suerte que la reparación de las infracciones a la normativa preventiva por parte de las Administraciones Públicas mediante la técnica de la corrección y no la de la sanción pecuniaria puede suponer una quiebra en la tutela preventiva de los empleados públicos, dado que las Administraciones, ante la ausencia de sanciones, pueden considerar la posibilidad de contravenir la citada normativa frente a los costes que supone su cumplimiento voluntario, e incluso, la adopción de las medidas correctoras.

La adopción de las medidas correctoras se establecerá con sujeción conforme al procedimiento que al efecto se establezca, que para la Administración General del Estado se encuentra previsto en el Real Decreto 707/2002, de 19 de julio. No obstante, el artículo 45 de la LPRL establece que, en el ámbito de la Administración General del Estado, ese procedimiento deberá ajustarse a las siguientes pautas:

El procedimiento se iniciará por el órgano competente de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social por orden superior, bien por propia iniciativa o a petición de los representantes del personal.

Tras su actuación, la Inspección efectuará un requerimiento sobre las medidas a adoptar y el plazo de ejecución de las mismas, del que se dará traslado a la unidad administrativa inspeccionada a efectos de formular alegaciones.

En caso de discrepancia entre los ministros competentes

como consecuencia de la aplicación de este procedimiento, se elevarán las actuaciones al Consejo de Ministros para su decisión final.

Aunque el Real Decreto 707/2002 contempla el procedimiento administrativo para la imposición de medidas correctoras ante la infracción de la normativa preventiva por la Administración General del Estado, se establece su aplicación respecto alpersonal civil al servicio de las restantes Administraciones Públicas únicamente en defecto de normativa propia, de suerte que las competencias asignadas a los delegados del Gobierno, alos subsecretarios de los departamentos ministeriales y al Consejo de Ministros corresponderán, en todo caso, a los respectivos órganos de gobierno de cada Administración Pública(D.A.2ª RD 707/2002). Por lo tanto, se establece una aplicación subsidiaria de este Real Decreto para el resto de las Administraciones Públicas.

Al utilizarse en el artículo 45 de la LPRL la expresión «personal al servicio de las Administraciones Públicas» al delimitar el ámbito subjetivo de la imposición de medidas correctoras, surge la duda de si solo va dirigida a la infracción de la normativa preventiva que afecte a los empleados públicos sujetos a una relación funcionarial o estatutario o también se extiende a la afectación delos empleados públicos sujetos a una relación laboral, respecto de los cuales, en principio, la comisión de una infracciónpreventiva acarrearía una sanción pecuniaria.

Esta duda ha sido despejada expresa y directamente para laAdministración General del Estado, y subsidiariamente para el resto de Administraciones Públicas, por el Real Decreto 707/2002, al delimitar su ámbito de aplicación y señalar que dicha norma reglamentaria afectará «a todo el personal empleado en los distintos centros, dependencias o lugares de trabajo de los mismos, con independencia de que la relación que se mantenga sea de naturaleza laboral, estatutaria o funcionarial». En consecuencia, la imposición de medidas correctoras será la solución prevista ante la infracción de la normativa preventiva cometida por una Administración Pública, con independencia de si el empleado público afectado es un funcionario o un trabajadorlaboral.

Ahora bien, del mecanismo de imposición de medidas correctoras se excluyen una serie de colectivos o de materias.

En primer lugar, a las entidades públicas empresariales no lesserá de aplicación el presente reglamento, quedando, en consecuencia, excluidas de este procedimiento y sometidas al régimen ordinario derivado de la plena aplicación de la LISOS (art. 2.2 RD 707/2002).

En segundo lugar, se excluye a los centros y establecimientos militares y las actividades a que se refiere el artículo 3.2 de la LPRL, quedando sujetos a lo previsto en su normativa específica (art. 2.3 RD 707/2002).

En tercer lugar, no se aplicará a las cuestiones de prevención de riesgos laborales que se susciten respecto del personal de los contratistas, subcontratistas de obras o servicios o concesionarios de cualquier índole que realicen su actividad en instalaciones dela AGE o de sus organismos autónomos, respecto de los cuales se aplicará siempre el procedimiento ordinario. No obstante lo anterior, si de las actuaciones inspectoras realizadas o de lainformación previamente recabada se infiere que, de alguna forma, puede resultar afectado el órgano administrativo correspondiente, como titular de las instalaciones o en virtud de las responsabilidades de coordinación a que hace referencia el artículo 24 de la LPRL, se le pondrá en su conocimiento, tanpronto como sea posible, a los efectos que procedan (art. 2.4 RD

707/2002).

En cuarto lugar, no será de aplicación a los órganos de la AGEcuando actúen en la condición de promotor de obras de construcción, conforme al Real Decreto 1627/1997, de 24 de octubre, por el que se establecen disposiciones mínimas de seguridad y salud en las obras de construcción, que se regirán por sus normas específicas (art. 2.5 RD 707/2002).

(1) En el ámbito estatal, el IV Convenio Colectivo del personal laboral de la Secretaria General de Asuntos Penitenciarios dedica cinco artículos a la prevención de riesgos laborales en los que se establecen una serie de consideraciones muy genéricas que nada aportan respecto de la regulación contenida en la LPRL, entre otras: a) se recogen una serie de derechos del trabajador –a la protección eficaz de su integridad física y a una adecuada política de Seguridad e Higiene en el Trabajo, a la participación en la política preventiva y en el control de las medidas preventivas adoptadas–, así como el deber de observar y poner en práctica las medidas de prevención de riesgos que se adopten legal yreglamentariamente (art. 81. 1); b) se establecen las Unidades de Seguridad y Salud Laboral (art. 82); c) se contemplan supuestos de cambio de puestos de trabajo por accidente, enfermedad u otras circunstancias que disminuyan la capacidad laboral de los trabajadores (art. 83).

(2) Ver, entre otros, Cristóbal Roncero, R.: «El personal investigador en formación: un contrato común con peculiaridades», Revista Ministerio Trabajo e Inmigración, nº 83, 2009, págs. 323-352, Aguilera Izquierdo, R.: «El régimen jurídico del personal docente e investigador contratado por las Universidades Públicas de Madrid», Revista Española Derecho del Trabajo, 2003, nº 118, pág. 563-581.

(3) De Nieves Nieto, N.: «Voluntariado y empleo en el tercer sector», Revista Ministerio Trabajo y Asuntos Sociales, nº 33, 2001, págs. 294-295.

AGRADECIMIENTOS

Este trabajo ha sido financiado gracias a una ayuda a la investigación concedida por FUNDACIÓN MAPFRE. Mi agradecimiento también se extiende a Pilar Manzano Bayán.