Protocolo -Abrir Las Ciencias Sociales

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UNIVERSIDAD SEGIO ARBOLEDA ESCUELA DE HUMANIDADES Y FILOSOFÍA Prof.(a): Mónica Calero Elaborado por: Querens Asignatura: Pre-seminario

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UNIVERSIDAD SEGIO ARBOLEDA

ESCUELA DE HUMANIDADES Y FILOSOFÍA

Prof.(a): Mónica Calero Elaborado por: Querens

Asignatura: Pre-seminario

ABRIR LAS CIENCIAS SOCIALES –IMMANUEL WALLERSTEIN-

Nro Especificaciones generales

1 LUGAR: Bogotá, D. C.

2 FECHA: Lunes, 27 de abril de 2015

3 TEMA CENTRAL: Abrir las ciencias sociales

4 LECTURA BASE: Wallerstein, I. (1996). Abrir las ciencias sociales (Primera ed.). México, D. F.: siglo xxi editores.

5 CONTENIDO DEL PROTOCOLO:

1. Identificación de los roles o funciones a ejercer durante la sesión; 2. Proceso inicial de lectura, reflexión y preparación; 3. Descripción y argumentación; 4. Significación de las lecturas y comentarios intertextuales; 5. Cierre de reflexiones y consideraciones adicionales.

6 OBJETIVO DE LA SESIÓN:

En primer lugar, realizar una breve exposición sobre las ideas más importantes del libro "Abrir las ciencias sociales" de Immanuel Wallerstein; en este mismo orden y dirección, se desea propiciar una especie de debate entre los participantes del Seminario Alemán, por esta razón, se pretende crear un ambiente de confianza y cordialidad para que los participantes puedan manifestar los comentarios que deseen compartir sobre la temática central; asimismo, se busca resolver las preguntas o dudas que surjan sobre el tema anteriormente especificado.

7 GRUPO DE ESTUDIO: QUERENS

1. Identificación de los roles o funciones a ejercer durante la sesión

Con el objetivo de abordar de manera idónea los diferentes aspectos que Wallerstein

desarrolla en el libro “Abrir las ciencias sociales”, se estimó muy conveniente programar una sesión

exposición-debate por medio de la cual los diferentes grupos de estudio que integran la sección de

Pre-seminario puedan realizar una breve pero precisa exposición de las ideas principales que el

autor refleja en su obra; por otro lado, a fin de que la sesión sea productiva y, por lo tanto,

contribuya verdaderamente en la formación académica de cada uno de los estudiantes que

participarán en dicha sesión se consideró conveniente aplicar la metodología del “Seminario

Investigativo o Seminario Alemán” debido a los múltiples beneficios que se

obtienen a través de esta metodología de estudio, en efecto, a través de ella se

crea un ambiente ideal para «preparar al estudiante, no-solo para recibir los

frutos de la ciencia, sino fundamentalmente para hacerla» (Naluz, 1998).

ABRIR LAS CIENCIAS SOCIALES –IMMANUEL WALLERSTEIN-

Ahora bien, es necesario tener muy presente que no existe auténtica producción de

conocimiento ni verdadera formación académica sino se desempeñan cada uno de los roles o

funciones que propone dicha metodología con recto sentido de responsabilidad, pues, uno de los

objetivos fundamentales de dicha metodología es «contribuir en la formación integral del ser

humano hacia la libertad, por medio del desempeño permanente y continuo de los diferentes

papeles (Director, Coordinador, Relator, Correlator, Protocolante y Participantes o

Seminaristas)…» (Garzón, 2007, p. 3). Por ello, el grupo de estudio “Querens” atendiendo a este

principio y sin olvidar las cualidades o habilidades que poseen cada uno de sus miembros asignó

los roles o funciones de la siguiente manera:

Nro Funciones a desempeñar 1 DIRECTOR (A): Mónica Calero

2 COORDINADOR: Miguel Zambrano 3 RELATOR: Carlos Rincón 4 CO-RELATOR: Andrés Urbina 5 PROTOCOLANTE: Jesús Gordillo 6 PARTICIPANTES: Todos los estudiantes de la asignatura de "Pre-seminario"

2. Proceso inicial de lectura, reflexión y preparación

Iniciamos nuestro estudio realizando una lectura exhaustiva del libro “Abrir las ciencias

sociales” de Immanuel Wallerstein, de esta manera, obtuvimos una mayor comprensión de la

temática que el autor desarrolla en su obra; además, siendo muy conscientes de las exigencias

propias del “Seminario Alemán”, pues, tal como señala Garzón (2007) «el seminario investigativo

requiere dedicación, lectura, mucho análisis, reflexión y síntesis, en conclusión disciplina

académica y espíritu investigativo» (p. 2), por esto, cada uno de los miembros del seminario hizo

un análisis de una de las partes del libro, es decir, se ubicaron las ideas

principales, se hicieron anotaciones al margen, se elaboraron resúmenes, entre

otros métodos de estudio. Todo este trabajo intelectual tuvo como fruto la

obtención de un conocimiento más profundo y con fundamento sobre el tema

central que se evidenciará más adelante al tratar sobre la significación de las

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lecturas y comentarios intertextuales. Cabe resaltar, que hemos comprobado lo provechoso que es

trabajar en equipo, o lo que es lo mismo, de manera grupal; ciertamente hay más enriquecimiento,

mejor comprensión, mayor aprehensión de conocimiento cuando los integrantes del grupo buscan

no conformarse sino dar todo lo mejor de sí, dicho de otro modo, «cuando el grupo de estudio «no

recibe la información ya elaborada sino que la buscan por sus propios medios» (Garzón, 2007, p.

2).

Así mismo, con el propósito de poder enfocar el tema desde varios puntos de vistas, se llevó

a cabo un proceso de investigación de autores que hayan hablado sobre el libro “Abrir las ciencias

sociales” de Wallerstein con el fin de valorar sus apreciaciones y aportaciones.

3. Descripción y argumentación

Aunque no tuvimos la oportunidad de reunirnos todos los miembros del grupo debido a los

choques de horarios de estudio de la universidad y también por las múltiples actividades

extraacadémicas que realiza cada integrante del grupo, sin embargo, mantuvimos una estrecha

relación haciendo uso de la tecnología, es decir, a través del correo electrónico, de llamadas

telefónicas, y aprovechando los reducidos tiempos de espera mientras se iniciaba la clase de las

materias en las que coincidíamos todos.

De esta manera, nos distribuimos las partes que principalmente cada integrante del grupo

de estudio iba a leer de manera profunda e íntegra; a continuación plasmamos la división que

consideramos más conveniente para abordar la temática central expresada al inicio del presente

escrito:

La construcción histórica de las ciencias sociales desde el siglo XVIII hasta 1945 por Jesús

Gordillo.

Debates en las ciencias sociales, de 1945 hasta el presente por Andrés.

¿Qué tipo de ciencia social debemos construir ahora? por Miguel Zambrano.

Conclusión: La reestructuración de las ciencias sociales por Carlos Rincón.

Establecimos un tiempo de entrega de anotaciones, resúmenes, bitácoras,

entre otros, para dar lugar a un proceso de retroalimentación, en el cual cada

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integrante leyó las aportaciones de sus compañeros, dando cuenta de su propio trabajo y pidiendo

explicación sobre lo que consideraba todavía un poco confuso.

4. Significación de las lecturas y comentarios intertextuales

A continuación se deja en evidencia el trabajo intelectual que cada uno de los integrantes

del grupo de estudió llevó a cabo individualmente:

JESUS GORDILLO:

Resumen sobre la primera parte del libro “Abrir las ciencias sociales” de Immanuel Wallerstein: La construcción histórica de las ciencias sociales desde el siglo XVIII hasta 1945

Inicia esta primera parte del libro, indicando que la idea de reflexionar sobre el hombre, es decir,

sobre su comportamiento tanto en el plano individual como en el colectivo así como también sobre su aptitud innata de abrirse a la trascendencia es algo bastante antiguo, prueba de todo esto, son los números escritos que se han realizado a lo largo de la historia de la humanidad sobre esta temática. Ahora bien, las ciencias sociales son –para expresarlo de alguna manera- el fruto de todos esfuerzos que se han dado a lo largo de la historia por parte de algunos hombres para abordar un tema tan complejo como lo es “el hombre” en todas sus dimensiones. Sin embargo, la ciencia social ha querido ir más allá de todo lo que el hombre en el pasado le ha aportado, en este sentido, cabe recordar que «la ciencia social se definió conscientemente a sí misma como la búsqueda de verdades que fueran más allá de esta sabiduría recibida o deducida» (Wallerstein I. , 1996, p. 4). Asimismo, se resalta que el nacimiento de las ciencias sociales se sitúa en la línea del tiempo muy cerca de la actualidad, pues data desde el siglo XVI cuando el empirismo se introduce en el campo del saber como medio de validación del conocimiento, en este orden y dirección Wallertein (1996) afirma:

La ciencia social es una empresa del mundo moderno; sus raíces se encuentran en el intento, plenamente desarrollado desde el siglo XVI y que es parte inseparable de la construcción de nuestro mundo moderno, por desarrollar un conocimiento secular sistemático sobre la realidad que tenga algún tipo de validación empírica. (p. 4). Por otro lado, se exponen dos premisas desde las cuales se construye una visión clásica de la ciencia: Una era el modelo newtoniano en el cual hay una simetría entre el pasado y el futuro […]. La segunda premisa fue el dualismo cartesiano, la suposición de que existe una distinción fundamental entre la naturaleza y los humanos, entre la materia y la mente, entre el mundo físico y el mundo social/espiritual. (Wallerstein I. , 1996, p. 4) Más tarde, se empieza a abordar aquel periodo en el cual se da la ruptura entre la ciencia y filosofía «La ciencia pasó a ser definida como la búsqueda de las leyes naturales universales que se mantenían en todo tiempo y espacio» (Wallerstein I. , 1996, p. 5). La distinción entre filosofía y ciencia en el pasado no se había dado como tal, de aquí que, «los que intentaban establecer la legitimidad y prioridad de la búsqueda científica de las leyes de la naturaleza no hacían mayor distinción entre ciencia y filosofía» (Wallerstein I. , 1996, p. 7). Es con el surgimiento del empirismo cuando la línea divisoria entre ciencia y filosofía se comienza a trazar en el campo científico.

Por otra parte, la falta de claridad interna (en cuanto a su propia denominación) por parte de la filosofía (o como también se denominan: alternativa de la “ciencia”) fue otro factor que influyó positivamente en la ruptura mencionada, además de la incapacidad de presentar resultados “prácticos”.

Otros factores que contribuyeron a la separación de la filosofía y la ciencia fue «La necesidad del estado moderno de un conocimiento más exacto sobre el cual basar sus decisiones» (Wallerstein I. , 1996, p. 8). Todo esto deja en evidencia que los cambios sociales y culturales juegan un rol predominante en el campo intelectual. «Fue en ese contexto como la universidad […]. Revivió a fines del siglo XVIII y comienzos del XIX como principal sede institucional para la creación de

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conocimiento.» (Wallerstein I. , 1996, p. 9). Se dieron muchos cambios en las facultades, sobre en la de filosofía «donde se construyeron las modernas estructuras del conocimiento» (Wallerstein I. , 1996, p. 9).

Los filósofos atrajeron a los científicos naturales a la universidad con el interés de beneficiarse de sus resultados “fácticos”, esto trajo como consecuencia que «desde entonces las universidades pasaron a ser la sede principal de la continua tensión entre las artes o humanidades y las ciencias» (Wallerstein I. , 1996, p. 10). Entre algunos de los acontecimientos históricos que tuvieron no poca repercusión en la evolución de la ciencia se señala: el trastorno cultural provocado por la Revolución francesa lo cual impuso cierta clarificación del debate. «La presión por la transformación política y social había adquirido una urgencia y una legitimidad que ya no resultaba fácil contener mediante la simple proclamación de teorías sobre un supuesto orden natural de la vida social.» (Wallerstein I. , 1996, pp. 10-11). A continuación se señalan algunos de los aspectos más importantes a considerar en cuanto a la división dada entre filosofía y ciencia:

ANDRÉS URVINA:

Debates en las Ciencias Sociales, de 1945 hasta el presente.

Después de 1945, tres procesos afectaron profundamente la estructura de las

ciencias sociales.

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1. El cambio en la estructura política del mundo: La enorme fuerza de Estados Unidos, en

comparación con todos los demás estados a partir de 1945, la llamada guerra fría entre

Estados Unidos y la URSS y la reafirmación histórica de los pueblos no europeos del mundo.

2. La consiguiente expansión extraordinaria, tanto cuantitativa como geográfica, del sistema

universitario en todo el mundo.

3. En los años subsiguientes a 1945, el mundo tuvo la mayor expansión de su población y su

capacidad productiva jamás conocida, que incluyo una ampliación de la escala de todas las

actividades humanas.

Cada una de estas tres realidades sociales nuevas planteaba un problema para las ciencias sociales,

tal como habían sido institucionalizadas históricamente:

1. La enorme fuerza de Estados Unidos afectó profundamente la definición de cuáles eran los

problemas más urgentes a enfrentar, y cuáles los modos más adecuados para enfrentarlos.

Por otra parte, la reafirmación política de los pueblos no europeos significaba el

cuestionamiento de muchos supuestos de las ciencias sociales.

2. La expansión desenfrenada de los sistemas universitarios en el mundo entero tuvo una

implicación organizacional muy concreta: creó una presión social por el aumento de la

especialización debido simplemente al hecho de que los estudiosos buscaban nichos que

pudieran definir su originalidad o por lo menos su utilidad social. Esto produjo o estimulo

las intrusiones recíprocas de científicos sociales en campos disciplinarios vecinos,

ignorando en este proceso las varias legitimaciones que cada una de las ciencias sociales

había erigido para justificar sus especificidades como reinos reservados.

3. Una segunda implicación organizacional: La expansión económica mundial implico un salto

cuantitativo en su escala, tanto para las maquinarias estatales y las empresas económicas,

como para las organizaciones de investigación. Las principales potencias empezaron a

invertir en la gran ciencia y esa inversión se extendió a las ciencias sociales. Esa inversión

económica estimuló una cientificación ulterior y más completa de las ciencias sociales y su

resultado fue el surgimiento de polos centralizados de desarrollo científico con

concentración de información y de capacidad, y con recursos financieros proporcionados

ante todo por Estados Unidos. Así la expansión económica reforzó la legitimación mundial

en las ciencias sociales de los paradigmas científicos subyacentes a las realizaciones

tecnológicas que lo respaldaban.

Examinaremos las consecuencias de esos cambios en el mundo en relación con tres aspectos

sucesivos:

1.- La validez de las distinciones entre las ciencias sociales:

A fines del siglo XIX había tres líneas divisorias claras en el sistema de disciplinas erigido para

estructurar las ciencias sociales:

a.- La línea entre el estudio del mundo moderno/ mundo civilizado (historia más las

tres ciencias sociales nomotéticas) y el estudio del mundo no moderno (antropología

más estudios orientales)

b.- Dentro del estudio del mundo moderno, la línea entre el pasado (historia) y el

presente (las ciencias sociales nomotéticas).

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c.- Dentro de las ciencias sociales nomotéticas, las muy marcadas líneas entre el estudio del mercado

(economía), el estado (ciencia política) y la sociedad civil (sociología).

Después de 1945 fue la creación de los estudios de área como nueva categoría institucional para

agrupar el trabajo intelectual: Los estudios de área fueron entendidos como un campo tanto de estudios

como de enseñanza en el que podía reunirse gran cantidad de personas con base en un interés común de

trabajar en sus respectivas disciplinas en torno al “área” determinada, o en parte de ella. Los estudios de

área eran por definición “multidisciplinarios”. La idea básica de los estudios de área era muy sencilla: un

área era una zona geográfica grande que supuestamente tenía alguna coherencia cultural, histórica y

frecuentemente lingüística. La lista que se fue formando era sumamente heterodoxa: La URSS, China,

América Latina, el Medio Oriente, África, Asia Meridional, Asia Sudoriental, Europa Central y Centro

oriental, y también Europa Occidental.

Los estudios de área reunían en una estructura a personas cuyas afiliaciones disciplinarias cortaban

transversalmente las tres líneas divisorias que mencionamos antes.

Cualquiera que haya sido el valor intelectual de esta fertilización cruzada, las consecuencias

organizacionales que tuvo para las ciencias sociales fueron enormes:

a.-Los historiadores y los científicos sociales nomotéticos emprendieron por primera vez el estudio de áreas

no occidentales. Esa intrusión en el mundo no occidental de disciplinas antes orientadas hacia el estudio

del mundo occidental minó la lógica de los argumentos antes utilizados para justificar la separación de

campos llamados etnografía y estudios orientales. Parecía implicar que los métodos y los modelos de la

historia y de las ciencias sociales nomotéticas podían ser aplicados tanto a regiones no occidentales como

a Europa/Norteamérica.

b.- Los antropólogos empezaron a renunciar a la etnografía como actividad definitoria y buscaron otras

alternativas para su campo.

c.-Los orientalistas fueron más allá y abandonaron hasta el nombre, fundiéndose en diversos

departamentos de historia, filosofía, estudios clásicos y religión, departamentos de estudios culturales

regionales.

d.- Los estudios de área afectaron también la estructura de los departamentos de historia y las tres ciencias

sociales nomotéticas.

La desintegración de la segregación intelectual entre el estudio de Occidente y las áreas no

occidentales planteó una cuestión intelectual fundamental: Ontológicamente ¿las dos zonas

eran idénticas o eran diferentes?

La respuesta intelectual fue esencialmente un compromiso incierto, y podría resumirse argumentando

que analíticamente las áreas no occidentales eran iguales a las áreas occidentales, ¡pero no del todo!

Porque existe un camino modernizante común para todas la naciones/pueblos/áreas (es decir que son

todos lo mismo) pero las naciones/pueblos/áreas se encuentran en etapas diferentes de ese camino (por

lo tanto no son del todo iguales).

Desarrollo: término definido como el proceso por el cual un país avanza por

el camino universal de la modernización.

Modernización: camino universal por el cual un país llega a ser moderno.

Estos dos términos cuya característica esencial es de poder aplicarse también a

las zonas occidentales como no occidentales: produjo el intento de cerrar la brecha

entre la historia idiográfica y la ciencia social nomotética.

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Motivos que produjo el intento de cerrar la brecha entre la historia idiográfica y la ciencia social

nomotética:

a. La modernización/desarrollo.

b. En la historia ganó algún terreno la convicción de que el perfil recibido de la disciplina ya

no llenaba del todo las necesidades modernas.

c. Las ciencias sociales tenían instrumentos que podían contribuir al estudio de dimensiones

del pasado que estaban “por debajo” o “detrás” de las instituciones, ideas y

acontecimientos históricos, instrumentos que el historiador no tenía.

d. A veces la búsqueda de cambio en la disciplina histórica iba de la mano con el deseo de

emprender una crítica social y cultural.

e. A veces la actitud revisionista reforzó el viraje de los historiadores hacia las ciencias

sociales.

Esta realidad, la búsqueda de cooperación estrecha e incluso mezcla entre (partes de) la historia y

(partes de) las ciencias sociales, sólo llegó a ser un fenómeno muy notorio y notado en la década de 1960.

Esa expansión de las ciencias sociales nomotéticas hacia la historia adoptó formas muy diferentes:

a.-Surge la actividad definida como “historia ciencia social”: La aplicación de teorías, modelos y

procedimientos relativamente específicos y estrechos de las ciencias sociales a datos sobre el pasado.

Esos datos fueron manejados igual que otras variables o indicadores en las ciencias sociales empíricas,

es decir fueron uniformados, aislados y correlacionados.

Esos científicos sociales estaban expandiendo los territorios de los que extraían sus datos, pero

no consideraban necesario ni deseable modificar sus procedimientos en modo alguno, y ciertamente no se

transformaron en historiadores tradicionales. La mayoría de ellos no esperaba encontrar en el pasado nada

muy diferente. Más bien los datos sobre el pasado parecían corroborar o cuando mucho modificar

ligeramente las leyes generales que eran su principal interés. Sin embargo, a veces los resultados de ese

trabajo llegaron a ser muy importantes para los historiadores y contribuyeron a darles una mejor

comprensión del pasado.

b.- Paralelamente surge la “sociología histórica”: son científicos sociales que hacían un viraje muy diferente

hacia la historia, el trabajo que hacían era menos “cientista” y más “historicista”. Tomaban muy seriamente

contextos históricos específicos y colocaban el cambio social en el centro de la historia que relataban.

Había convergencia entre los escritos de los científicos sociales históricos (o historizantes) y los de

los historiadores “estructuralistas”, la cual alcanzó su máximo en la década de 1970, aunque generalmente

subsistían algunas diferencias de estilo.

c.- Por otra parte, además de la discusión entre historia y sociología parecía haber otras discusiones

separadas sobre la historia en cada una de las otras ciencias sociales:

La economía (por ejemplo la “nueva historia económica”), las ciencias políticas (por ejemplo el

“nuevo institucionalismo”), la antropología (“antropología histórica”) y la geografía (“geografía histórica”) En

todos esos campos parte de esa convergencia se produjo en la forma de una simple

expansión del campo de datos de una tradición particular de ciencia social, y una

parte de ella adoptó la forma de reapertura de problemas metodológicos

fundamentales.

La superposición creciente entre las tres ciencias sociales nomotéticas

tradicionales –economía, ciencia política y sociología- tenía una carga de

controversia menor.

ABRIR LAS CIENCIAS SOCIALES –IMMANUEL WALLERSTEIN-

El nivel de compromiso de las tres disciplinas con las técnicas cuantitativas e incluso con los

modelos matemáticos fue aumentando en los años inmediatamente posteriores a la guerra. Las múltiples

superposiciones entre las disciplinas tuvieron una consecuencia doble:

a.-Hizo cada vez más difícil hallar líneas divisorias claras entre ellas, en términos del campo de sus estudios

o el modo en que trataban los datos

b.- Las disciplinas se volvieron cada vez más heterogénea a medida que los límites de los objetos de

investigación aceptables se iban estirando.

Esto produjo un cuestionamiento interno considerable en torno a la coherencia de las disciplinas y

la legitimidad de las premisas intelectuales que cada una de ellas había utilizado para defender su derecho

a una existencia separada. De la cual una manera de manejar esto fue el intento de crear nuevos nombres

“interdisciplinarios”. Sobre la muy clara tendencia hacia el tema de la multidisciplinariedad se han emitido

muchos juicios, pero lo que hay que tomar muy en cuenta son las evidentes consecuencias

organizacionales que esto ha producido: Después de 1945 la curva se movió en dirección contraria con la

constante aparición de nuevos nombres que luego buscaban bases institucionales adecuadas.

2.- El grado en que el patrimonio heredado es parroquial.

Hacia el fin de la década de 1960, y luego claramente en la de 1970, pasaron al primer plano otras

dos cuestiones: el grado en que las ciencias sociales eran eurocéntricas y por lo tanto el grado en que el

patrimonio heredado de las ciencias sociales puede ser considerado parroquial. La otra será vista en el

siguiente número.

Las tres divisiones principales del conocimiento contemporáneo (humanidades, ciencias naturales

y ciencias sociales) así como las disciplinas que se consideran componentes de cada una de ellas, para

mantener sus distintas afirmaciones de universalidad han luchado continuamente en una serie de frentes

diferentes.

Ante todo esta multidisciplinariedad no puede faltar la justificación de todas las disciplinas

académicas es decir la afirmación de universalidad (relevancia universal, aplicabilidad universal,

validez universal), en efecto, todo el conocimiento institucionalizado avanza sobre la premisa de que las

lecciones del caso presente tienen importancia para el próximo caso y que la lista de casos potenciales es,

para cualquier fin práctico, interminable.

La expectativa de universalidad, no ha sido satisfecha hasta ahora en el desarrollo histórico

de las ciencias sociales. En los últimos años los críticos han denunciado severamente los fracasos y las

inadecuaciones de las ciencias sociales en esa búsqueda.

En muchas formas los problemas más severos han sido los relacionados con las tres ciencias sociales nomotéticas debido al hecho de que las ciencias sociales construidas en Europa y Estados Unidos

durante el siglo XIX son eurocéntrica. Esto significa que tienden a considerar todas las cuestiones ideológicas, históricas y culturales desde una perspectiva exclusivamente europea: eurocentrismo. Y a su vez estas se construyeron sobre la premisa de que las realizaciones sociales se pueden medir y que es posible el acuerdo universal sobre las medidas mismas. Por esta razón decir que las ciencias sociales nomotéticas eran capaces de producir conocimiento universal era realmente arriesgado:

ABRIR LAS CIENCIAS SOCIALES –IMMANUEL WALLERSTEIN-

a.- Las cuestiones que estudia las ciencias sociales al ser tratadas como conocimiento universal se está alegando que lo que las ciencias sociales presenta es aplicable al mundo entero pero en realidad representa sólo las opiniones de una pequeña minoría de la humanidad.

Sin embargo este desarrollo histórico del parroquialismo cultural de las ciencias sociales (oposición a su afirmación de representar el universalismo) no era tomado en cuenta porque Europa había conquistado el mundo tanto política como económicamente, pero, sólo empezó a ser tomado en serio cuando el dominio político de Occidente enfrentó los primeros desafíos significativos después de 1945, y cuando el Asia Oriental llegó a ser una nueva sede de actividad económica sumamente fuerte en la década de 1970. Surge por tanto el desafío al parroquialismo de la ciencia social desde fines de los años sesenta:

Los críticos sostuvieron que en realidad era parroquial. Esa crítica fue hecha por las feministas que

desafiaban el eurocentrismo y más tarde por muchos otros grupos que cuestionaban otras tendencias que

percibían como inherentes a las premisas de las ciencias sociales:

a.-Los detalles históricos diferían, pero la forma de los argumentos tendía a ser paralela: demostraciones

de la realidad del prejuicio; afirmaciones acerca de sus consecuencias, en términos de tópicos de

investigación y objetos estudiados; la estrechez histórica de la base social de reclutamiento de los

investigadores, y el cuestionamiento de la base epistemológica de los análisis. El desafío al

parroquialismo, sin embargo, ha ido más hondo que la cuestión de los orígenes sociales de los

investigadores.

b.- Las “voces” nuevas entre los científicos sociales planteaban cuestiones teóricas que iban más allá de

la cuestión de los tópicos o los temas de estudio legítimos, e incluso más allá del argumento de que las

evaluaciones son diferentes si se hacen desde perspectivas diferentes. El argumento de esas voces nuevas

era también que el razonamiento teórico de las ciencias sociales contenía prejuicios o modos de

razonamiento a priori que no tenían justificación teórica ni empírica, y que era preciso elucidarlos,

analizarlos y remplazarlos por premisas más justificables. En este sentido esas demandas formaban parte

de una demanda general para abrir las ciencias sociales. Eso no significa que todas las nuevas

proposiciones adelantadas en nombre de nuevas teorizaciones fueran correctas o justificables; lo que sí

significa es que la empresa de inspeccionar nuestras premisas teóricas en busca de supuestos a priori no

justificados es eminentemente válida y constituye, en muchos sentidos, una prioridad para las ciencias

sociales en la actualidad. Esos nuevos modos de análisis exigen el uso de la investigación, el análisis y el

razonamiento para emprender una reflexión en torno al lugar y el peso de la diferencia (raza, género,

sexualidad, clase) en nuestra teorización. El reclamo de inclusión, el reclamo de elucidación de las

premisas teóricas ha sido un reclamo de descolonización, es decir, de transformación de las relaciones de

poder que crearon la forma particular de institucionalización de las ciencias sociales que hemos conocido

hasta ahora. Si la ciencia social es un ejercicio en la búsqueda de conocimiento universal, entonces

lógicamente no puede haber “otro”, porque el “otro” es parte de “nosotros”, ese nosotros al que estudiamos,

ese nosotros que hace el estudio. En suma, universalismo y particularismo no son necesariamente

opuestos. LAS TENSIONES ENTRE UNIVERSALISMO Y PARTICULARISMO NO SON UN

DESCUBRIMIENTO NUEVO SINO EL CENTRO DE UN DEBATE QUE EN LOS ÚLTIMOS DOSCIENTOS

AÑOS HA REAPARECIDO DE MUCHAS FORMAS DIFERENTES EN LAS CIENCIAS SOCIALES.

Es un hecho que hay algunas cosas que son universalmente ciertas, el

problema es que los que tienen el poder social tienen una tendencia natural a ver la

situación actual como universal, porque los beneficia. Por lo tanto la definición de

verdad universal ha cambiado con los cambios en la constelación del poder.

La propia verdad científica es histórica: las ciencias naturales aceptan desde

hace mucho el hecho de que el que mido modifica lo medido. Sin embargo, esa

afirmación todavía es discutida en las ciencias sociales en las que, justamente, esa

realidad es aún más obvia.

ABRIR LAS CIENCIAS SOCIALES –IMMANUEL WALLERSTEIN-

Todos los universalismos son históricamente contingentes.

La cuestión que se nos presenta es cómo abrir las ciencias sociales de manera que puedan

responder adecuada y plenamente a las objeciones legítimas contra el parroquialismo y así justificar su

afirmación de validez universal o aplicabilidad universal. Partimos de una creencia muy fuerte en que

algún tipo de universalismo es el objetivo necesario de la comunidad de discurso, al mismo tiempo

reconocemos que cualquier universalismo es históricamente contingente en cuanto proporciona el medio

de traducción y al mismo tiempo establece los términos de la discusión intelectual y por lo tanto es una

fuente de poder intelectual. Reconocemos además que todo universalismo desencadena respuestas a sí

mismo, y que esas respuestas están en cierto sentido determinadas por la naturaleza del universalismo

dominante. Y creemos que es importante aceptar la coexistencia de interpretaciones diferentes de un

mundo incierto y complejo: Sólo un universalismo pluralista nos permitirá captar la riqueza de las

realidades sociales en que vivimos y hemos vivido.

3.- La realidad y la validez de la distinción entre las “dos culturas”

En este punto vemos el grado en que la arraigada división del pensamiento moderno, en las “dos

culturas”, era un modo útil de organizar la actividad intelectual.

Desde 1960 hasta la fecha ha habido dos acontecimientos sorprendentes en las estructuras

del conocimiento que provienen de los extremos opuestos que resultan de las divisiones

universitarias del conocimiento , pero ambos han cuestionado la realidad y la validez de la

distinción entre las “dos culturas”.

a.- Las ciencias naturales aparentemente comenzaban a acercarse a lo que había sido despreciado como

ciencia social “blanda”, más que a lo que se había proclamado como ciencia social “dura”: esto indujo que

las ciencias sociales modificarán el equilibrio de poder en las luchas internas de las ciencias sociales y

además sobre todo: sirva para reducir la fuerte distinción entre las ciencias naturales y ciencias

sociales como “supercampos”.

Eso último es evidente que implica la concepción de la naturaleza como activa y creativa:

Hoy día muchos científicos naturales afirmarían que la descripción del mundo debería ser muy

diferente, un mundo inestable. En cierto sentido se podría sostener que la inestabilidad desempeña, para

los fenómenos físicos, un papel análogo al de la selección natural de Darwin en la Biología. Del mismo

modo, la existencia de probabilidades y la ruptura de la simetría temporal es una condición necesaria de la

evolución. Las condiciones de un sistema que está lejos del equilibrio no son reversibles en el tiempo, como

aquellos en los que basta conocer la “ley” y las condiciones iniciales para predecir sus estados futuros. Más

bien, un sistema lejos del equilibrio es la expresión de una “flecha de tiempo” cuyo papel es esencial y

constructivo. En un sistema de ese tipo el futuro es incierto y las condiciones son irreversibles. Por lo tanto

las leyes que podemos formular solamente enumeran posibilidades, nunca certezas.

El marco conceptual que ofrecen los sistemas evolutivos complejos desarrollados por las

ciencias naturales ofrece a las ciencias sociales un conjunto coherente de ideas que concuerda con

visiones que existen desde hace tiempo en las ciencias sociales, particularmente entre los que se

resistieron a las formas de análisis nomotético inspiradas por la ciencia de los equilibrios lineales. El análisis

científico basado en la dinámica de no-equilibrios, con su énfasis en futuros

múltiples, bifurcación y elección, dependencia histórica y, para algunos,

incertidumbre intrínseca e inherente, tiene una resonancia positiva con tradiciones

importantes de las ciencias sociales. La importancia del análisis de sistemas

complejos para el análisis de las ciencias sociales tiene vastos alcances.

b.- El gran desafío a la división tripartita del conocimiento en tres grandes reinos

surgió del límite final “humanista” de la tensión entre las dos culturas. Ese desafío

provino de lo que genéricamente podríamos llamar “estudios culturales”

ABRIR LAS CIENCIAS SOCIALES –IMMANUEL WALLERSTEIN-

c.- El tercer elemento en la afirmación de los estudios culturales ha sido la expresión de escepticismo

acerca de los méritos del progreso tecnológico.

El ascenso de los estudios culturales tuvo un impacto en las ciencias sociales que en cierto modo

es análogo a algunos nuevos acontecimientos en la ciencia. Así como los nuevos argumentos de los

científicos naturales minaron la división organizacional entre los supercampos de las ciencias naturales y

de las ciencias sociales, del mismo modo los argumentos de los defensores de los estudios culturales

minaron la división organizacional entre los supercampos de las ciencias sociales y de las humanidades.

Antes de 1945 las ciencias sociales estaba interiormente dividida entre las dos culturas y había

muchas voces que afirmaban que las ciencias sociales debían desaparecer, fundiéndose ya sea con las

ciencias naturales o con las humanidades, según las preferencias de cada quien. En cierto sentido se pedía

a las ciencias sociales que aceptaran la realidad del concepto de dos culturas e ingresaran a una u otra en

sus propios término.

No se puede hablar de un verdadero acercamiento entre las múltiples expresiones de las dos (o

tres) culturas, pero los debates han hecho surgir dudas acerca de la claridad de las distinciones y parecería

que avanzamos en dirección a una visión menos contradictoria de los múltiples campos del conocimiento.

En una forma extraña los desplazamientos de los puntos de vista en todos los campos parecen más

acercarse que apartarse de los puntos de vista tradicionales de las ciencias sociales.

Lo que está claro es que la división tripartita entre ciencias naturales, ciencias sociales y humanidades ya no es tan evidente como otra era parecía. Además, parece que las ciencias sociales ya no son un pariente pobre, de alguna manera desgarrado entre los dos clanes polarizados de las ciencias polarizados de las ciencias naturales y las humanidades: más bien han pasado a ser el sitio de su potencial reconciliación.

MIGUEL ZAMBRANO:

Resumen Capítulo Tercero: ¿Qué tipo de ciencia social debemos construir?

Immanuel Wallerstein

1. Introducción En estas primeras líneas se puede observar que todo esto se encuentra ambientado por la finalización

de la Segunda Guerra Mundial. Respecto al tema va desarrollando la idea que la cuestión más inmediata en esta parte se refiere a la estructura organizacional de las propias ciencias sociales; ante todo eran disciplinas que se proponían conformar la preparación de futuros estudiosos, pero realizando un breve análisis la preparación de estudiantes no ha sido el medio de control más poderoso. Dentro de la formación de estos estudiosos se aconseja que mientras cursan el posgrado obtengan sus títulos en una disciplina estándar; mientras que en las últimas décadas han tendido a reclutar a sus participantes de acuerdo con el objeto de estudio concreto.

Dentro de este teme giran en su rededor tres problemáticas:

A la relación entre el investigador y la investigación.

Cómo reinsertar el tiempo y el espacio como variables constitutivas internas.

Cómo superar las separaciones artificiales eregidas en el siglo XIX.

2. Los seres humanos y la naturaleza Las convergencias entre las ciencias naturales y las ciencias sociales se hacen

mayores en la medida en que las vemos a ambas dedicadas al estudio de sistemas complejos, por lo tanto, la universidad no puede mantenerse aparte de un mundo en el cual, una vez excluida la certeza, el papel del intelectual necesariamente está cambiando y la idea del científico neutral está sometida a un cuestionamiento severo, como ya se ha documentado.

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3. El estado como bloque de construcción analítico En este tiempo aconteció el concepto de “desarrollo” que fue el concepto clave después de 1945, se

refería ante todo, y sobre todo, al desarrollo de cada estado tomado como entidad individual. Por otro lado, el conocimiento cierto que nos habían prometido por los científicos sociales aparareció como una consecuencia evidente de su fe en el progreso.

Y el lema principal de estos personajes es : “Pensar globalmente, actuar localmente” es un lema que muy deliberadamente excluye el estado, y representa una suspensión de la fe en el estado como mecanismo de reforma.

4. Lo universal y lo particular En este punto se cuestiona mucho el parroquialismo ya que son principios supuestamente

universalistas en una serie de casos singulares, y la posibilidad o deseabilidad del universalismo, y en su lugar han propuesto categorías cuasidisciplinarias definidas por grupos sociales.

Por lo tanto, las ciencias sociales deberían emprender un proceso de apertura muy amplio hacia la investigación y la enseñanza de todas las culturas en la búsqueda de un universalismo pluralista renovado, ampliado y significativo.

5. Objetividad El significado de objetividad ha estado muy vinculado a la intuición de que el conocimiento no es a

priori, de que la investigación puede enseñarnos cosas que no sabíamos, presentarnos sorpresas en términos de nuestras expectativas previas. El plantear la cuestión de la objetividad implicaba tomar una postura escepticista e incluso de la duda total acerca de la posibilidad de alcanzar un conocimiento objetivo. Desde el otro punto de vista el objetivismo se puede entender como el resultado del aprendizaje humano, que representa la intención del estudio y evidencia de que es posible.

CARLOS RINCÓN:

En este último capítulo, lo que Wallerstein pretende es realizar una breve recapitulación sobre los

tres momentos en los cuales se ha dividido la historia de las ciencias sociales, para luego formalizar una

propuesta en torno a la reconfiguración de las mismas.

Establece el autor que dicho proceso de reconfiguración encuentra dos inconvenientes esenciales.

Por un lado, deben realizarse esfuerzos magnos que busquen generar una clasificación o división

pertinente de las ciencias sociales; por otro, es un imperante la necesidad de adquirir recursos que

promuevan dicho proceso y el logro de tan ansiado cometido. Acerca del primer aspecto, el sociólogo

estadounidense determina que si bien es cierto que todas las disciplinas que hacen parte del ámbito social

deben poseer su aspecto de estudio delimitado, no será posible generar una separación, desfragmentación,

de las mismas, pues es evidente que en el proceso del estudio de la sociedad, será necesario que cada

una se soporte en la otra; lo que se debe buscar sobre esto, dice el autor, es buscar la manera de crear

nuevos vínculos entre las mismas disciplinas, para que así estas se ayuden en torno al conocimiento social.

Para ello, hace referencia al segundo aspecto.

Sobre esta cuestión (recursos), Wallerstein alude que, si bien es necesaria

una serie de inversiones, no solo económicas, en pro de una reconfiguración

adecuada de las ciencias sociales, existen un par de factores que se deben tener en

cuenta. El primer aspecto, quizá el principal, se remite al poco impulso ejercido por

instituciones, usualmente universitarias, para la promoción del estudio o

investigación en las ciencias sociales; quienes están en condiciones de favorecer

este tipo de progreso, arguyen respecto a la seguridad de invertir tiempo, dinero,

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esfuerzo, en algo (cualquier investigación social) que tiene a ser fluctuante y con un tinte de inseguridad;

en síntesis, dicen ellos, no son fiables las inversiones que atañen estudios sociales. Debido a ello, continúa

el autor, las universidades usualmente toman actitudes apáticas a la hora de financiar este tipo de procesos,

generando muy poco, por lo menos muy pausado, avance o evolución de estas ciencias en comparación

con las ciencias naturales.

A pesar de esta problemática aún latente acerca de la promoción del estudio de las diferentes

ciencias sociales en el mundo, Wallerstein menciona una serie de instituciones, organizaciones y países

que en épocas recientes se han dedicado a promover dicha carencia: Estados Unidos promocionando

estudios de tipo multicultural, así como étnicos; la Universidad Humboldt de Berlín siendo la primer

institución de educación superior en Alemania en promover estudios etnológicos europeos, así como el

fomento de algo denominado antropología histórica; la comunidad Europea tratando de fortalecer los

vínculos entre diferentes universidades, así como el desarrollo de estudios lingüísticos que favorezcan la

comprensión de las diferentes ciencias sociales; por último, se alude a la aparición de instituciones de tipo

independiente en África y en América Latina, que a pesar de sus grandes limitaciones, propenden por la

asociación entre ciencias sociales y naturales, todo en pro de determinar los bordes entre las distintas

disciplinas.

Cerca del cierre del capítulo, el autor, y tomando como referencia los ejemplos anteriormente

mencionados sobre el apoyo hacia las ciencias sociales, propone cuatro clases de procesos que según él,

podrían servir como vías para la reestructuración de las mismas: Primero, expandir las instituciones dentro

de las universidades, donde se agrupen investigadores para trabajar en común sobre temas específicos y

de carácter urgente. Segundo, propone establecer programas de investigación integrados dentro de las

instituciones universitarias, es decir, parar con las propuestas de índole transversal trabajados

tradicionalmente. Tercero, tendrá que haber un nombramiento conjunto obligatorio de profesores, donde

los docentes investigadores tengan la oportunidad de trabajar con más de un departamento, a manera de

que estos puedan ejercer mayor importancia, poder, en los trabajos de esta clase. Y cuarto, propone un

trabajo adjunto para estudiantes de posgrado, es decir, apreciar la importancia y el valor de estudiantes

que terminan su estudio posterior al pregrado, a fin de que sus trabajos puedan aportar al desarrollo en

estas cuestiones.

Cierra el capítulo Wallerstein diciendo que las propuestas atrás mencionadas distan de la utopía, y

que su realización, si bien requieren esfuerzos, cambios, sustanciales en ciertos sistemas, son viables de

llevar a cabo.

5. Cierre de reflexiones y consideraciones adicionales

A continuación se enuncia algunas conclusiones a las que se llegaron después de haber

realizado una revisión general del libro:

En cuanto al primer capítulo, nos llama bastante la atención el impacto

tan grande que ha tenido los diversos acontecimientos históricos en el campo

científico, en efecto, mucho de los cambios o transformaciones sociales han

tenido tal repercusión que no pocas veces se evidencia una cierta dependencia

del campo del conocimiento en relación a los hechos sociales que se dan a lo

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largo de la historia. En cierta forma, la vida social del hombre marca la pauta sobre muchas de las

disciplinas institucionales que se imparten dentro de la universidad. Por otro lado llama la atención

el hecho de que no pocas de las disciplinas sociales no tuvieron su nacimiento en dentro de la

universidad sino que después de un largo proceso llegan a ser incorporadas al campo del saber.

En relación a la segunda parte del libro, a partir de esta consecuencia principal que se

ocasionó en la 2da guerra mundial a nivel mundial: tras la segunda guerra mundial surge los

Estados Unidos como la fuerza dominante económica, política y culturalmente, por cerca de 10 o

15 años llega a ser de modo literal y numérico dominante también en el mundo de las ciencias

sociales.

Se produjo una división en la estructura de las ciencias sociales hasta entonces (antes 1945)

había estado definido: Resolución: Tenemos entonces que no sólo las demarcaciones entre las

ciencias sociales se están borrando, sino que la propia división tripartita — humanidades, ciencias

naturales, ciencias sociales— está siendo cuestionada.

En otro orden y dirección, creemos que el tercer capítulo apunta mucho: «al hecho de que

el conocimiento sea una construcción social también significa que es socialmente posible tener un

conocimiento más válido, por lo tanto, el reconocimiento de las bases sociales del conocimiento

no está en absoluto en contradicción con el concepto de objetividad» (Wallerstein, 2006, p. 101).

Dentro de esta propuesta que ha desarrollado el autor deja entrever desde nuestro punto de

vista que entra la Filosofía y las Ciencias hay como una competencia ardua y compleja; pero que

es necesario ver el nexo que existen entre estas dos ramas debido a que las ciencias del hombre

están particularmente vinculadas a la Filosofía, ya que estudian aspectos más inmateriales, cercanos

a la intelección metafísica. Por lo tanto, «las ciencias humanas parecen más formativas y auténticas

cuando, sin confundirse con la Filosofía o moral, son guiadas por correctas ideas filosóficas, y se

desnaturalizan sí admiten presupuestos filosóficos inexactos» (Sanguineti, 1989, p. 192).

De este modo es como se debe partir a la estructuración de las ciencias

sociales, es decir, desde presupuestos que realmente se encuentren bien

fundados, debido a que si se fundan en bases falsas de seguro esa

estructuración será inestable y dentro de poco tiempo se vendrá abajo, pero si

realmente se funda desde bases sólidas de ahí surgirá una estructuración firme

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y de seguro duradera y que convencerá a los demás, pero todo esto depende de que se funde desde

bases verdaderas y sólidas.

BIBLIOGRAFÍA

Garzón, A. (2007) El seminario investigativo o seminario alemán

Sanguinetti J. J. (1989). Lógica (Segunda ed.). Pamplona: Eunsa.

Wallerstein, I. (1996). Abrir las ciencias sociales (Primera ed.). México, D. F.: siglo xxi editores.

Marín, A. (2004). Introducción a la sociología. Para el estudio de la realidad social (Pág. 12 –

26). [Versión para lector digital]. ProQuest ebrary