Proyecto de ReligiónEducación Primaria

Un día Dios llamó a Abraham y le dijo: “Deja a tus padres y a tu familia y ve a la tierra que yo te indicaré. Serás padre de un gran pueblo. Tus descendientes serán tan numerosos como las estrellas del cielo”.

Abraham y Moisés responden a la llamada de Dios.

Abraham se dirigió hacia otras tierras. Confió en Dios, y a pesar de que su esposa, Sara, era mayor, concibió y dio a luz un hijo, a quien llamó Isaac.

Dios hizo un pacto de amistad con él. Pasaron muchos años, y los descendientes de Abraham eran ya muy numerosos y sufrían esclavitud en Egipto.

Dios salvó a Moisés de morir ahogado en las aguas del río Nilo, como morían todos los hijos varones de los israelitas.

Cuando Moisés fue mayor, Dios lo llamó para que sacara a su pueblo de Egipto y lo condujese a las tierras que había dado a Abraham. Moisés confió en Dios y consiguió la libertad para su pueblo.

Dios hizo este pacto con Israel:“Vosotros seréis mi pueblo y yo seré vuestro Dios”.

Lo mismo que Dios eligió a Abraham y a Moisés para ser sus amigos, nosotros también elegimos a nuestros amigos.

La amistad es muy importante. Los amigos guardan y cumplen las promesas y confían uno en el otro. No les importa el color de la piel.

Gracias, Señor, por estar conmigo; si estás a mi lado, no temeré.

Señor, confío en tu promesa y si me llevas de la mano contigo estaré.

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