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INSTITUTO NACIONAL DE ECOLOGÍA
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SINALOA
Primer informe técnico
Proyecto piloto de investigación para la rehabilitación hidrodinámica y restauración de manglar en algunas zonas del
Estado de Sinaloa
Responsable: Dr. Daniel Benitez Pardo
Profesor-Investigador T.C. Tit. B
Facultad de Ciencias del Mar, UAS.
Mazatlán, Sinaloa a 26 de mayo de 2008.
ÍNDICE ...................................................................................................................................... Pág. I. RESUMEN ...................................................................................................................... 1 II. INTRODUCCIÓN .......................................................................................................... 2 2.1. Algunos antecedentes de restauración de manglares ............................................... 3 III. DESCRIPCIÓN DEL MÉTODO PARA EL DIAGNÓSTICO ......................................... 5 3.1. Salidas de campo para la elaboración del diagnóstico ................................................ IV. RESULTADOS ............................................................................................................. 6 4.1. Diagnóstico del estado actual de la zona de estudio 1: Bahía de Navachiste .......... 6 4.1.1. Área de estudio ....................................................................................................... 6 4.1.2. Los manglares de la Bahía de Navachiste ........................................................... 11 4.2. Propuesta metodológica a seguir para cumplir con los objetivos
planteados en la zona de estudio 1 ....................................................................... 14 4.2.1. Salidas de campo ................................................................................................. 14 4.2.2. Selección de los sitios en la isleta ........................................................................ 14 4.2.3. Preparación de los sitios ....................................................................................... 14 4.2.4. Microtopografía ..................................................................................................... 15 4.2.5. Mantenimiento de los sitios ................................................................................... 16 4.2.6. Seguimiento de parámetros ambientales y biológicos ......................................... 16 4.2.6.1. Parámetros ambientales ................................................................................... 16 4.2.6.2. Parámetros biológicos ....................................................................................... 17 4.2.7. Análisis estadístico ............................................................................................... 17 4.3. Diagnóstico del estado actual de la zona de estudio 2: Sistema lagunario
Huizache-Caimanero ................................................................................................ 19 4.3.1. Área de estudio ..................................................................................................... 19 4.3.2. Los manglares de Huizache-Caimanero ............................................................... 21 4.4. Propuesta metodológica a seguir para cumplir con los objetivos Propuesta
metodológica a seguir para cumplir con los objetivos planteados en la zona de estudio 1 planteados en la zona de estudio 2 .......................................... 24
4.4.1. Salidas de campo .................................................................................................. 24 4.4.2. Proceso de reforestación ...................................................................................... 24 4.4.3. Instalación de un vivero ........................................................................................ 24 4.4.4. Selección de los sitios ........................................................................................... 24 4.4.5. Selección de las especies ..................................................................................... 25 4.4.6. Recolección y selección de la “semillas” .............................................................. 25 4.4.7. Problemas potenciale (plagas, mareas, etc) ........................................................ 25 4.4.8. Densidad de siembra ............................................................................................ 26 4.4.9. Inicio de la reforestación ....................................................................................... 26 4.4.10. Programa de seguimiento (manejo agronómico) ................................................ 26 VI. BIBLIOGRAFÍA .......................................................................................................... 28
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I. RESUMEN
El presente informe corresponde a los primeros tres meses de trabajo en las
localidades de la Bahía de Navachiste y Huizache-Caimanero las cuales están
consideradas como sitios RAMSAR y AICA´s. La primera se localiza al norte de
Sinaloa en el Municipio de Guasave y la segunda al sur entre los Municipios de
Mazatlán y Rosario, Sinaloa correspondiente al proyecto piloto “Rehabilitación
hidrodinámica y restauración de manglar en algunas zonas del estado de Sinaloa”.
Entre los logros obtenidos sobresalen los diagnósticos de las zonas de estudio y la
definición de las metodologías de trabajo a desarrollar para cumplir con los
objetivos planteados.
Otros resultados adquiridos se refieren a la construcción de aproximadamente 720
m longitudinales de canales en una de las isletas de la bahía de Navachiste, los
cuales son con el propósito de coadyuvar en la desalinización de algunas áreas.
Así como, inducir al repoblamiento natural del manglar con el fin de aumentar la
cobertura de esta vegetación en las isletas de dragado.
Por su parte, en lo que se refiere al sistema Huizache-Caimanero basado en el
diagnóstico, se definió que es necesaria la restauración del manglar del estero el
Ostial y Agua Dulce a través de la reforestación, por lo que será necesario la
reconstrucción de un vivero localizado en Mazatlán, Sinaloa. Cabe señalar que el
proceso de reforestación se iniciará en el estero el Ostial.
Como un logro especial es lo que se refiere a la formación de recursos humanos.
Se está brindando facilidades logísticas a dos estudiantes de Licenciatura en
Biología Pesquera para que realicen su trabajo de tesis. Uno por cada área de
estudio.
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II. INTRODUCCIÓN
En relación con la superficie de manglares, se sabe que, a nivel mundial, México
se ubica entre los países con mayor superficie, aunque hay discrepancia entre las
estimaciones. De acuerdo con la FAO en México en el 2000 los manglares
ocupaban 440,000 ha, cifra que contrasta con las cerca de 890,000 ha que para la
misma fecha reportó SEMARNAT. Sin embargo, en 2008 la CONABIO calculó
una superficie aproximada de 655,667 ha.
Desde un punto de vista biológico y socioeconómico, los manglares constituyen
uno de los ecosistemas costeros más productivos en la Tierra y por ende de los
más importantes de México. Los beneficios de los manglares y ecosistemas
lagunares-estuarinos comprenden una gran variedad de bienes, servicios, usos y
funciones de valor para la sociedad, la flora y fauna silvestre, así como para el
mantenimiento de sistemas y procesos naturales. Los ecosistemas de manglar se
caracterizan por una elevada producción pesquera, servir como hábitat de apoyo a
las pesquerías de la plataforma continental, son zonas de alimentación, refugio y
crecimiento de juveniles de crustáceos y alevines, así como refugio de flora y
fauna silvestre, incluyendo especies amenazadas y en peligro de extinción,
especies endémicas y migratorias, actuan como sistemas naturales de control de
inundaciones, barreras de huracanes e intrusión salina, control de erosión y
protección de costas, mejoran la calidad del agua al funcionar como filtros
biológicos removiendo nutrientes y toxinas, fuentes de energía (leña), vías de
comunicación, banco de genes, de valor estético y recreativo, en algunas regiones
tienen un importante significado cultural y educativo, contribuyen a la prevención
de la formación de suelos ácidos, generan condiciones de microclima, contribuyen
a mantener sistemas y procesos naturales como respuesta a cambios en el nivel
del mar, trampas de carbono, mantienen los procesos de acreción, sedimentación
y formación de turbas. Los manglares han sido utilizados por siglos como fuente
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de energía, material de construcción, extracción de sal, taninos y otros fines
incluso alimento.
No obstante, la importancia ecológica que representan estos humedales son
sujetos de una degradación y destrucción sistemática y acelerada por
contaminación, cambio de uso del suelo, deficientes obras hidráulicas, tala
inmoderada y sobre todo por la poca percepción o conocimiento de la población
sobre al aprovechamiento del recurso. Tan solo en los últimos 20 años se estima
una destrucción de aproximadamente 79, 236 ha (Tovilla, 1991).
En lo que se refiere al Estado de Sinaloa, este se ubica en una zona ecológica de
transición, al inicio del corredor costero noroccidental de México, tiene una
longitud de 656 km de litoral que converge en el Pacífico mexicano y con el inicio
del Golfo de California. Esta entidad cuenta con 608 km2 de superficie insular, 17,
751 km2 de plataforma continental, 221, 600 ha de lagunas litorales y 57, 000 ha
de aguas continentales (Gobierno del Estado de Sinaloa, 1992). En su territorio
alberga alrededor aproximadamente 73,974 ha., sin incluir los manglares de
Dimas y Mazatlán (DUMAC, 2003). Por su parte la CONABIO (2008) estimó para
todo el Estado una superficie aproximada de 71,225 ha.
2.1. Algunos antecedentes de restauración de manglares
En relación con el manejo de los manglares, Bashan (2000) indica que en el
continente Americano, Brasil fue el primer país que inició programas de
conservación de manglares en el siglo XVIII, a través de un decreto que imponía
una pena de 50,000 reales y cárcel por tres meses por talar árboles. También,
Snedaker y Araújo (2000) citan a Davis (1940) como uno de los pioneros en la
reforestación de manglares por medio de propágulos en la región de la Florida,
Estados Unidos.
En nuestro país, los trabajos encaminados a la reforestación de manglares han
sido pocos (Bojorquez y Prada, 1988) donde las investigaciones se han enfocado
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al transplante directo de hipocótilos y plántulas, pero no se ha encontrado
literatura donde hayan considerado los aspectos físicos de las mareas,
propiedades físicas y químicas del sustrato y el agua de los lugares por reforestar.
Estos aspectos fundamentales en la recuperación de áreas de manglares.
Flores et al. (2006) señalan que la restauración de manglares ha seguido tres
tendencias: la reforestación, la restauración hidrológica y la combinación de las
dos anteriores. Señala que la reforestación directa en zonas deforestadas es
factible, sin embargo, se debe tomar en cuenta el hidroperíodo debido a que la
distribución de los propágulos y plántulas es más restringida que la de los adultos
y está en función de las frecuencias de inundación (Benitez-Pardo, 2007).
Milano (2000) trabajó en la consolidación y estabilización de islas artificiales en
Florida a través de muros de rocas en combinación con manglares utilizando las
técnicas (pvc) de Riley (1999) asegura que las islas artificiales incrementan las
zonas de alimentación, refugio y hábitat para pesquerías y aumentan la
biodiversidad.
El hidroperíodo es determinante en el establecimiento de los mangles, el cual
según Flores et al. (2006) está determinado básicamente por el régimen de
mareas y la microtopografía. Los mangles prefieren aquellas planicies con
gradientes topográficos suaves (microtopografía), debido a que de manera natural
permiten que el agua salada o dulce penetre en los suelos del manglar, pero
además, determina un gradiente de inundación que resulta selectivo para cada
especie (Monroy Torres 2005). Esto a su vez permite la colonización de una o de
otra especie dando así la zonación, al ser desplazadas aquéllas que no toleran la
diferencia del nivel de salinidad que determina el exceso o déficit hídrico (Lugo y
Cintron, 1975; Flores-Verdugo, 1989). Por tales razones, para la restauración de
manglares es necesario el conocimiento básico del hidroperiodo de la región y
éste a su vez el régimen de mareas y de microtopografía (Flores-Verdugo et al.,
2006; Benitez-Pardo, 2007).
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Por otro lado Agraz (1999) menciona que las plantas desarrolladas en vivero
ofrecen una garantía de un mayor éxito en la reforestación, ejemplo de ello son los
trabajos realizados en Bangladesh, Tailandia, India, Australia, Vietnam Indonesia,
Arabia Saudita, Cuba, Colombia y Panamá. Asimismo, cita tres formas
importantes de reforestación en manglares: reforestación directo con propágulos,
transplante de plántulas y transplante con plantas de vivero; con resultados
aceptables.
Saenger (1997) asegura que el establecimiento de viveros se justifica cuando la
regeneración de plantación directa es difícil de lograr, o bien, cuando es necesaria
la producción de plántulas con cierto grado de desarrollo, así como una fuente
importante de plantas para los programas de reforestación.
Benitez-Pardo (2007) trabajo con plantas de vivero y extraídas de su medio natural
en la formación de nuevas áreas de manglar en isletas de dragado, obteniendo
como resultado que las plantas de vivero son mejores que las extraídas de su
medio natural al obtener el 76% y 33% de supervivencia respectivamente. Este
mismo autor señala que la salinidad es preponderante en el establecimiento de
nuevas áreas de manglar, la cual está determinada por el hidroperíodo, que a su
vez es ocasionado por la microtopografía y al régimen de mareas locales. Otras
investigaciones señalan que la utilización de canales artificiales para desalinizar
áreas de marismas y e isletas de dragados ofrecen resultados prometedores
(Zébadua, 2007; Martínez, 2007).
Para tener éxito en proyectos de restauración es importante considerar los
siguientes aspectos: objetivos bien claros, basar el programa de reforestación en
experiencias regionales, selección del sitio basado en el flujo y reflujo de las
mareas, protección del sitio (construir bordos, drenar las depresiones y los lugares
inundados y evaluación anual (Araujo, 2001).
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III. DESCRIPCIÓN DEL MÉTODO PARA EL DIAGNÓSTICO
3.1. Salidas de campo para la elaboración del diagnóstico. Con el propósito de conocer el estado actual de las áreas de estudio se han
realizado tres salidas de campo a cada una de las áreas.
En febrero del presente año se llevó a cabo la primera visita a la Bahía de
Navachiste, se hizo un recorrido por la bahía para visitar cada una de las isletas
de dragado con fin de ubicar la que se utilizaría con fines experimentales. Se
decidió por una isleta que se localiza a la entrada de un estero conocido como El
Caracol, por ser la menos deteriorada por la energía de oleaje y por ende la que
presenta mayor área sin efecto de las mareas. También, se tomaron datos de
parámetros ambientales y biológicos del manglar.
En marzo se realizó el segundo viaje a la bahía, en el cual se ubicaron los sitios
para la construcción de los canales. Se construyeron 720 m longitudinales de
canales de un metro de ancho y una profundidad que varió de 20 cm a 1 m., la
cual fue determinada por el nivel de zonación que guardan las especies de
mangles de las áreas adyacentes. Para realizar las actividades anteriores fue
necesario llevar a cabo el estudio microtopográfico, el cual se describe en
apartado de metodología propuesta para llevar a cabo el estudio. También se
tomaron datos de parámetros biológicos del manglar y ambientales de la bahía.
En abril se llevó a cabo el tercer viaje con el propósito de inspeccionar el estado
de los canales y tomar datos de los parámetros biológicos y ambientales. El resto
de la información recabada se presenta como parte de los resultados.
Para el caso del Sistema Huizache-Caimanero, al igual que a la Bahía de
Navachiste, se han realizado tres salidas de campo, correspondiendo a los
mismos meses de trabajo. Las salidas de campo han servido para recorrer el
sistema y conocer el estado actual de los manglares, ásí como del propio sistema.
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IV. RESULTADOS
4.1. Diagnóstico del estado actual de la zona de estudio 1: Bahía de Navachiste
4.1.1. Área de estudio
A lo largo del Estado de Sinaloa la zona costera sobresalen cinco grandes bahías:
Topolobampo, San Ignacio-Navachiste, Santa María-La Reforma, Altata,
Pabellones y Ceuta.
La bahía de Navachiste se localiza en el Municipio de Guasave, Sinaloa, entre los
25º 10´ y 25º 22´ N y 109º 00´ y 108º 40´ W. En la zona se presenta un clima de
transición que va desde el tipo semiseco muy cálido muy seco (BS h´), muy cálido
(BW h´), la temperatura promedio es de 18º C y los meses más cálidos son julio y
agosto, en los que se registran temperaturas máximas de 38º C y 45º C
respectivamente (García, 1980).
La bahía de Navachiste es un extenso cuerpo de agua de aproximadamente
33,500 ha. La planicie costera que rodea a la bahía está formada por depósitos
lacustres que datan del cuaternario. Al oeste de la laguna y en las islas que la
componen se encuentran afloramientos rocosos de andesita y roca volcánica
(basalto) formados durante el terciario superior. La erosión de estas rocas es una
fuente de sedimento; sin embargo, se pueden encontrar los tres principales
mecanismos de depositación: litoral, eólico y aluvial. Desde el punto de vista
geohidrológico, la zona está considerada como unidad de material no consolidado,
con espesor reducido y extensión limitada, dando como resultado que la recarga y
el almacenamiento sean mínimas, funcionando como trasmisores de agua hacia
costas más bajas (ECOPROYECTOS, S. A DE C. V., 2000). De acuerdo con el
INEGI-SEMARNAP (1997) los principales fenómenos metereológicos que afectan
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la región son los ciclones que se desarrollan en el Pacífico. El efecto de éstos en
la bahía se debe no tanto a que toquen tierra en este sitio, sino al oleaje que
generan.
La Bahía de Navachiste se encuentra semicerrada por la isla de San Ignacio; al
oeste se comunica con la bahía San Ignacio y al este con el golfo de California y la
Bahía de Macapule; se forman dos canales en este sector por la presencia de una
isla de arena.
La precipitación media anual que se presenta oscila entre los 365 y 450 mm,
siendo agosto y septiembre los meses más lluviosos, sin embargo, la evaporación
promedio anual es cercana a los 2,000 mm. Pertenece a la región hidrológica 10
(SEMARNAP, 2000). Esta región es una extensión de 3,858 km2 y abarca
porciones de cuatro Municipios de Sinaloa. Se encuentra limitada en la parte
noroeste por el río Fuerte, en la parte oriental por la cuenca río Sinaloa y en la
porción sudoeste por el Golfo de California (INEGI-SEMARNAP, 1997). Aunque
los aportes directos de agua dulce que recibe la bahía en cuestión, sólo se debe a
pequeños arroyos efímeros. Vergara et al. (1996) encontraron que los sedimentos
que cubren la superficie de la bahía de Navachiste, así como los de la plataforma,
son de origen continental y han sido transportados hacia la cuenca de depósito
principalmente por los ríos Fuerte y Sinaloa, al igual que los drenes agrícolas que
se localizan en esta zona.
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Bahía de Navachiste
Isleta experimental
Figura 1. Ubicación de la Bahía de Navachiste, Sinaloa, que incluye la isleta de
dragado indicada con la flecha.
La bahía de Navachiste está considerada como un sitios RAMSAR, se compone
de una serie de lagunas y esteros, los cuales albergan una gran diversidad
biológica que incluyen especies de interés comercial tales como camarón, lisa,
tiburón, pargo, róbalo, jaiba, ostión, almeja voladora y otras (SAGARPA-
CONAPESCA, 2002). Vicencio (1979) encontró 16 familias y 30 especies de
peces, no obstante, años después Díaz et al. (1999) determinaron 14 familias y
23 especies. .
Las bahías de Navachiste, Santa María y Pabellones están consideradas como
áreas de importancia para la Conservación de Aves Playeras y Migratorias
(AICA`s), por lo que se consideran uno de los humedales más importantes de
México para el mantenimiento a largo plazo de poblaciones de aves (Convención
RAMSAR, 1997-2002). Los humedales de Sinaloa albergan el 22.5 % de aves
acuáticas migratorias que se distribuyen en el país, de este porcentaje las bahías
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de Topolobampo, Navachiste, Ohuira y San Ignacio representan el 7.3 %
(DUMAC, 1990).
4.1.2. Los manglares de la Bahía de Navachiste
El Estado de Sinaloa cuenta con aproximadamente 73,974 ha., sin incluir los
manglares de Dimas y Mazatlán, por su parte la región que comprende la bahía de
Navachiste, Topolobampo, bahía de Ohuira y las Glorias conforman un área de
aproximadamente 17,490 ha (DUMAC, 2003) o según la CONABIO (2008) 71,225
ha. Particularmente la bahía de Navachiste cuenta con 10,365 ha (Monzalvo-
Santos, 2006). Sin embargo, la bahía de Navachiste presenta el deterioro de
manglares por la problemática que ocasiona la acuacultura. La SEMARNAP
(2000) señala que existen más de 25 granjas operando, con una superficie de
2,708 ha y un gasto de agua de 1’ 607 688 m3 al año, extraídos de la bahía y
devueltos a la misma cargados de materia orgánica y sedimentos, causando
serios problemas al manglar. A pesar de ello, se desconoce la superficie que ha
desaparecido por año.
Además, en la bahía de Navachiste, debido presiones antropogénicas, se
presenta un grado de deterioro evidente. Las causas principales son las descargas
de los drenes de la actividad agrícola que se desarrolla en su planicie costera,
principalmente la de Los Mochis (DUMAC, 2003), de las aguas negras sin
tratamiento de las ciudades de Los Mochis y Guasave, Sinaloa (SAGARPA-
CONAPESCA, 2002). Esto ha causado un serio problema de sedimentación
producto de los arrastres de sedimentos de las tierras de las zonas agrícolas y
tierras altas (751,433 ha de riego y 582, 433 ha de temporal) (Gobierno del Estado
de Sinaloa, 1990), conjuntamente con las descargas de agroquímicos. La elevada
sedimentación ha modificado los patrones de inundaciones en las zonas
intermareales, cambiando en muchos caso la vegetación prístina, debido a que la
reducción del cuerpo de agua ha traído como consecuencia la desaparición de
áreas de manglares (DUMAC, 2003).
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Debido a la problemática del deterioro de manglares y al azolve de la bahía en
cuestión con sus respectivas consecuencias en el abatimiento de las pesquerías,
en 2003 se decidió en concordancia con el Plan Nacional de Desarrollo 1995-2000
(PND) llevarse a cabo un programa de dragado consistente en extraer un volumen
de 709,024 m3 de lodos en una longitud de 23,922. m lineales que fueron
depositados (zonas de tiro) en una superficie de 76.13 ha, sin provocar daños a
las zonas de manglar, correspondiendo 25 ha a isletas (tarquinas), para con ello
rehabilitar aproximadamente 11,500 ha. (SAGARPA-CONAPESCA, 2002). Esta
misma dependencia particulariza que lo ideal para el correcto desazolve de la
bahía era tirar los lodos a mar abierto; sin embargo, no existía presupuesto viable,
por lo que se propuso como alternativa formar isletas de dragado (tarquinas) como
zonas de tiro y como condicionante que éstas fueran forestadas con manglares
para su establecimiento (CONAPESCA, 2001).
Sin embargo, la construcción de tarquinas e isletas ecológicas dentro de la bahía
generó una problemática nueva en torno a estos ecosistemas, por lo fue relevante
generar conocimientos que se integraran en el desarrollo de tecnologías
innovadoras propias, que permitieran contrarrestar, hasta donde fuera posible, los
potenciales problemas ecológicos y tener éxito en la formación de nuevas áreas
de manglar en los depósitos de dragado (isletas de dragado). Por lo que en 2004
se iniciaron una serie de estudios encaminados a determinar las técnicas de
repoblamiento y las condiciones más adecuadas para la formación artificial de
nuevas áreas de manglar en isletas de dragado con especies nativas de la bahía
de Navachiste. Si bien es cierto que se dilucidaron muchas incógnitas
relacionadas de cómo obtener éxito en la creación de nuevas áreas de manglar en
estos espacios. También es pertinente señalar que quedaron muchas por resolver,
está el caso de las áreas más altas de las isletas que no son bañadas por las
mareas (Benitez-Pardo, 2007).
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Por tales razones y con el propósito de cumplir con los objetivos del proyecto a los
que hace alusión el presente informe, se han realizado salidas de campo a la
bahía de Navachiste para conocer el estado actual de las isletas, donde se ha
encontrando que efectivamente existen algunas que fueron construidas de tal
manera que en la actualidad sólo el 40% es susceptible de forestar artificialmente,
debido a que gran parte de ellas presentan frentes con áreas de aproximadamente
el 25% en los que existen una fuerte energía de oleaje que no permite el
establecimiento de plantas con ninguna técnica. Además, otras donde
aproximadamente el 35% presentan superficie supralitoral que tiene una altura
que no permite la influencia de las mareas por lo que tampoco es posible el
establecimiento de mangles. Por tales razones, en el presente proyecto se
pretende a través de la manipulación hidrodinámica por medio de canales
artificiales de diferentes formas y tamaños para aumentar ésta superficie y
provocar condiciones ambientales que faculten el repoblamiento natural del
manglar. En este sentido se propone aplicar la metodología que a continuación
se detalla.
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4.2. Propuesta metodológica a seguir para cumplir con los objetivos planteados en la zona de estudio 1
4.2.1. Salidas de campo. Se realizarán 12 salidas de campo al lugar de estudio durante el mismo número de
meses.
4.2.2. Selección de los sitios en las isletas Los sitios se ubicarán en aquellas áreas de las isletas donde las mareas no tienen
influencia debido a la altura que presentan.
4.2.3. Preparación de los sitios (Construcción de los canales) Una vez seleccionados los sitios al interior de la isleta se procederá a construir 24
canales que conformarán el experimento. Éstos se ubicarán de la siguiente
manera: 8 en la parte norte, 8 en la parte oeste y 8 en la parte sur de la isleta. En
cada uno de los puntos cardinales se construirán dos canales en forma recta y
perpendicular a las mareas (Zebadúa, 2007 y Martínez, 2007). Los seis restantes
se construirán buscando obtener la forma de los que ya existe de manera natural
en los ecosistemas de manglar (S, T y Y), es decir, seis en forma de “S”; seis en
forma de “T” y seis en forma “Y”
Las dimensiones de los canales serán de 30 m de longitud con una separación de
10 m entre ellos, por un metro de ancho y la profundidad variará dependiendo de
lo que se tenga que cavar para encontrar el nivel (microtopográfico) que dará la
zonación natural donde se encuentran ubicados las especies de mangle de
manera natural. Es decir, para determinar la profundidad de los canales será
necesario determinar la zonación de las especies de mangle (Laguncularia
racemosa, Avicennia germinans y Rhizophora mangle) que se encuentran en la
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región por lo que será necesario como primer paso realizar un estudio
microtopográfico.
4.2.4. Microtopografía Este estudio consiste en conocer la zonación del manglar a través de un
levantamiento microtopográfico que considera básicamente en ubicar el nivel de
cada una de las especies, para inmediatamente llevarlos hasta la zona donde se
construirán los canales en la isleta.
Debido a que suman 720 m3 lineales será necesario recurrir al pago para su
construcción. Para identificar cada uno de los canales se les asignaran números
progresivos con sus respectiva forma (I, S, T y Y) por ejemplo 1I, 2I, 3I, 4I, 5I y 6I
(Figura 2) y así sucesivamente,
En la figura 2 se observa como quedaron distribuidos los canales en las diferentes
áreas de la isleta, con sus respectivas formas.
Figura 2. Muestra la forma y ubicación de los canales en la isleta de dragado
Forma y superficie aproximada de la isleta: 8 hectáreas
N
S
E W
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4.2.5. Mantenimiento de los sitios. Existe la posibilidad de que algunos canales sean azolvados por las mareas, por lo
que será necesario darles mantenimiento, para lo cual se utilizaran palas de 23 x
30 cm de hoja de acero cardioforme y un mango de madera de 1.5 m de longitud
y 1.5 pulgadas de diámetro y una mano de obra de dos a tres participantes por
canal con un esfuerzo total equivalente a 24 horas-hombre.
4.2.6. Seguimiento de parámetros ambientales y biológicos. Se establecerá un programa de monitoreo mensual durante un año para registrar
los parámetros ambientales (temperatura, salinidad, pH) y bimensual para
registrar los parámetros biológicos (supervivencia, altura de planta, diámetro y
número de ramas principales).
4.2.6.1. Parámetros ambientales Para determinar tanto la salinidad (ups) como el pH y la temperatura se
considerará tanto el agua superficial como la intersticial.
La salinidad. Se determinará mediante el uso de un refractómetro portátil modelo
80-124, marca Atago. Las muestras se obtendrán a través de pozos distribuidos
cada cinco metros a lo largo de cada canal a 0.5 m y a un metro de distancia del
canal. Los pozos de 30 cm de profundidad se harán de forma manual utilizando
una pala pocera de 30 cm de diámetro con un mango de madera de 1.5 m de
largo y 1.5 pulgadas de diámetro. Una vez hechos los pozos se esperará de 5 a 10
minutos para que trasmine el agua intersticial de la que tomará la lectura.
La Temperatura. Se determinará con un termómetro de mercurio marca Brannan
con precisión de ± 0.1º C. Las muestras se tomarán de los hoyos hechos para
determinar salinidad.
El pH. Se medirá con un potenciómetro portátil digital marca Hanna HI 9813. Las
muestras se tomarán de los hoyos hechos para determinar salinidad.
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4.2.6.2. Parámetros biológicos Estos se empezarán a tomar en cuanto se establezcan las primeras plantas en
los canales.
Supervivencia. Se contará el número de individuos que se vayan estableciendo
mensualmente, así como aquéllos que vayan pereciendo y se calculará en
porcentaje.
Altura de planta. Se determinará con la ayuda de un flexómetro de madera
graduado en mm; para ello se medirá a partir del cuello de la planta hasta la
inserción del último par de hojas de la rama principal para el caso de A. germinans
y, para R. mangle esta medida se hará a partir de la parte apical del hipócotilo, es
decir desde donde nace el tallo verdadero hasta donde se insertan el último par de
hojas (Benitez-Pardo, 2007).
Diámetro del tallo. Se tomará en el cuello de la planta, un centímetro arriba de la
superficie del suelo con un vernier de plástico. Para el caso de R. mangle se
tomará como cuello de la planta donde nace la rama principal en la parte apical del
hipócotilo (Benitez-Pardo, 2007).
Ramas principales. Como su nombre lo indica consiste en contar el número de
ramas principales que emergen del tallo principal y que se mantengan durante el
estudio.
4.2.7. Análisis estadístico Una vez obtenido los datos de campo se procederá a verificar si cumplen con los
supuestos estadísticos básicos de normalidad de Lilliefors y de homogeneidad de
varianzas Bartlett (Zar, 1986). Se observará si existe desviación de normalidad.
Para las variables altura y diámetro de la planta se aplicará regresión múltiple
respecto a la variable salinidad con su correspondiente Análisis de Covarianza
18
(ANCOVA). Para el caso de las variables número de ramas principales y
supervivencia (datos no paramétricos) se les aplicará la prueba estadística
Kruskal-Wallis (Mendenhall & Sincich, 1997). A las medias de los tratamientos que
resultaran con diferencias significativas se les aplicará la prueba de
comparaciones múltiples de Tukey al 5 % de probabilidad del error.
19
4.3. Diagnóstico del estado actual de la zona de estudio 2: Sistema Huizache-Caimanero
4.3.1. Área de estudio
El sistema Huizache-Caimanero se localiza en el Noroeste de México sobre la
planicie costera del sur de Sinaloa, entre los Municipios de Mazatlán y Rosario a
los 22º 40´ y 23º N y 106º 16´ W. Limita al norte con el río Presidio y al sur con el
río Baluarte, separado del mar por una barrera arenosa. Este sistema tiene una
superficie aproximada 17,000 ha y de acuerdo a Lankford (1977) se clasifica como
tipo III-A.
El clima de la región, según la clasificación de Koepen modificado para la
República mexicana (García, 1973) es del tipo Bsl (h) w (e) definido como
semiárido muy cálido caracterizado por una temperatura anual promedio superior
a 22º C y el mes más frío a 18º C, el régimen de lluvias es estacional,
registrándose el 80% de la lluvias durante el periodo de julio a agosto, presenta
mínimos de 25 mm en junio y el máximo mensual en septiembre cercano a los 450
mm.
Este sistema lagunar se comunica con el río Baluarte a través del canal de “agua
dulce” a una distancia aproximada de 500 m de la desembocadura en el mar,
mientras que con el río Presidio por medio del estero el Ostial. La boca del río
Presidio se cierra de abril a junio debido a la falta de escurrimientos y la
acumulación de sedimento en la playa debido al transporte litoral.
El estero El Ostial es una comunicación del sistema lagunar Huizache-Caimanero
con el mar y el río Presidio, que se extiende desde la boca de Barrón hasta el sitio
conocido como “Las Garzas” con una longitud aproximada de 7 km, una anchura
aproximada de 20 m y una profundidad de 2 m (Moore y Slinn, 1984).
20
Figura 3. Área de estudio correspondiente al sistema Huizache-Caimanero, con
las flechas blancas indica el estero el Ostial. Con la línea verde-caña muestra la
zona propuesta para su reforestación en la fase inicial.
21
El nivel medio de las mareas en las aguas marinas frente al sistema cambia
aproximadamente en 47 cm en el transcurso del año, teniendo su máximo en el
mes de agosto y el mínimo a mediados de abril. La media de la marea en la costa
adyacente es de 0.85 a 1.25 m. Esto es importante para el régimen hidrológico
lagunar, debido a que las mareas más altas del año coinciden con las
precipitaciones mayores a favor del llenado de las lagunas, constituyendo las
condiciones más favorables para la vida de la flora y fauna que habita en
Huizache-Caimanero.. El complejo varia de extensión entre secas y la temporada
húmeda. Caimanero tiene una superficie de 41 y 134 km2 mientras que Huizache
varía entre 14 y 67 km2 (De la Lanza y García Calderón; Chapa, 2008). La
salinidad varía desde 5 ups en época húmeda y 60 ups en la época seca.
4.3.2. Los manglares de Huizache -Caimanero Como ya se mencionó el Estado de Sinaloa cuenta con aproximadamente 73,974
ha., sin incluir los manglares de Dimas y Mazatlán (DUMAC, 2003). En cambio la
CONABIO (2008) estimó 71,225 ha. En particular, el sistema Huizache-
Caimanero incluye una importante área de manglar (428.09 ha), se distribuye
principalmente en los esteros que comunican al mar. El estero el Ostial cuenta con
aproximadamente 205.15 ha y el estero Agua Dulce con 191.72 ha. La laguna de
las Garzas es la única porción lagunar del sistema que cuenta con manglar (31.22
ha) (Ramírez, 2005).
Los manglares de Huizache-Caimanero son un componente de hábitat crítico para
las aves migratorias de la corriente del Pacífico y es hábitat de un gran número de
especies de valor comercial y ecológico. No obstante, está bajo presión
antropogénica constante, actividades como la extracción de madera, problemas de
tenencia de la tierra, caminos mal planeados, agricultura y ganadería están
causando deterioros irreversibles. Ruíz y Berlanga (1999) documentan que,
además de la actividad agrícola, la camoronícultura está modificando el paisaje y
disminuyendo la productividad natural de Huizache-Caimanero.
22
En conjunto todas estas actividades están provocando la pérdida de suelos en las
cuencas, originando la reducción de la capacidad de embalses de los cuerpos
lagunares costeros (Secretaría de Gobernación, 1994). Situación a la que no
escapa este sistema repercutiendo directamente en el descenso cada vez más de
las pesquerías y por ende la calidad de vida de la sociedad pesquera del área en
cuestión. El sistema presenta serios problemas de azolvamiento, en la década de
los 70´s ya se mencionaba de que las lagunas de Huizache y Caimanero eran
someras y el nivel del agua dependía totalmente de las lluvias estacionales y de
las avenidas de los ríos Baluarte y Presidio, incluso la laguna de huizache se
considerada como una marisma (Ayala-Castañares et al., 1970).
En este mismo sentido y ante la construcción de la presa Picacho (río Presidio) y
la construcción de la Santa María (río Baluarte) se espera un problema ecológico
aún más grave, debido a que la cuota de agua dulce que año con año alimenta al
sistema se reducirá más con sus respectivas consecuencias en el aumento de la
salinidad. Además, se dejará de aportar sedimentos en las bocas de los ríos, lo
que traerá consecuencias graves en la desestabilización de la línea de costa y la
entrada de la cuña salina.
Hace algunos años, el interés de algunas dependencias gubernamentales y
ambientalistas del País, consideraban la explotación de los recursos asociados a
los manglares basado en reglamentos oficiales (en la mayoría de los casos)
considerando tallas mínimas legales, capacidad de carga, entre otros (Jiménez,
1994). Estos esfuerzos por la planificación y manejo adecuado del manglar, en su
mayoría obviaban cuestiones fundamentales que deberían ser la base principal
para el establecimiento de políticas de manejo, por ejemplo el mantenimiento
ecológico del ecosistema de manglar y no la extracción directa de los productos
de interés comercial natural (no cultivados). Afortunadamente recientemente es la
prioridad que marca los esfuerzos de conservación y manejo de este ecosistema.
23
Bajo el contexto planteado anteriormente y debido a que en la actualidad
Huizache-Caimanero está siendo rehabilitado a través de dragados, en cierta
medida lo que corresponde a la hidrodinámica, razones por lo que se removieron
algunas áreas de manglar provocadas por las maniobras que realiza la maquinaria
y además, porque se están generado algunos espacios susceptibles de reforestar.
Se propone ejecutar un proyecto de investigación cuyo objetivo principal es la
restauración de los esteros el Ostial y Agua Dulce a través de la reforestación con
mangle blanco y negro (Laguncularia racemosa y Avicennia germinans) y que,
esto finalmente coadyuve en el mejoramiento del ecosistema y por ende en las
pesquerías regionales. Cabe señalar que por la falta de recursos económico solo
se iniciarán los trabajos en el estero Ostial. En este sentido se propone desarrollar
la metodología que a continuación se describe.
24
4.4. Propuesta metodológica a seguir para cumplir con los objetivos planteados en la zona de estudio 2.
4.4.1. Salidas decampo
Se realizarán 12 salidas al área de estudio para llevar a cabo los trabajos de
campo.
4.4.2. Proceso de reforestación. De acuerdo con el diagnóstico se decidió llevar a cabo la restauración del manglar
del estero el Ostial como parte del Sistema Huizache-Caimanero a través de la
reforestación con plantas de vivero. Como primera etapa se llevará a cabo un
levantamiento microtopográfico para buscar la zonación del manglar y posicionar
los niveles donde se plantarán los mangles. Se pretende implementar algunos
aspectos de los protocolos propuesto por (Snedaker y Araujo, 2000; Blasco, 1981
y Benitez-Pardo, 2007).
4.4.3. Instalación de un vivero.
La instalación de un vivero para la producción de plantas se justifica porque se
contaría con plantas de mejor calidad y tamaño más grande, que servirían en este
caso en singular para sustituir todas aquellas semillas o hipocótilos que no
prosperen, con esto no se perdería tiempo en volver a sembrar individuos en el
mismo estado biológico, es claro que esto aumenta la probabilidad de éxito en la
sobrevivencia y las posibilidades de una recuperación más rápida del bosque de
manglar (Benitez-Pardo, 2007). Las plantas que se utilizarán serán del vivero de
la CONAPESCA ubicado en las instalaciones de la Unidad Académica Mazatlán
de la UNAM.
4.4.4. Selección de los lugares. Para tener éxito en la restauración de manglares es primordial considerar
básicamente cuatro aspectos: hidroperíodo, topografía (zonación de especies),
25
sustrato y salinidad. El hidroperíodo es fundamental por lo que se tomará en
cuenta las mareas y sus períodos de inundación. Sitios cuya frecuencias de
inundaciones de las marea sea por lo menos del 50 % de los eventos anuales, un
mínimo de 15 inundaciones mareales por mes, que no presente inundaciones que
duren más de un mes, ya que la salinidad de un lugar también depende de la
penetración de las mareas, es decir, de su amplitud y la topografía local. Para
conocer esta situación se utilizarán los calendarios de mares.
4.4.5. Selección de las especies a utilizar. Consistirá en seleccionar la (s) especie (s) nativa (s) de acuerdo con los
microclimas y sustratos de los lugares seleccionados, influencia de las mareas, así
como las especies más dañadas. En este caso será Laguncularia racemosa
(mangle blanco), la selección de esta especie tiene que ver con las condiciones
ambientales del estero y la cobertura de las especies de mangle presentes en el
estero El Ostial.
4.4.6. Recolección y selección de la “semillas”. Se realizarán salidas de campo a los lugares donde se encuentren las
comunidades de manglares más sanas y homogéneas, para llevar a cabo la
recolección y preselección de semillas o de los individuos a utilizar en la
reforestación.
4.4.7. Problemas potenciales (fuertes mareas, manejo integrado de plagas, etc.).
El lugar específico donde se plantarán los individuos será buscando que el
hidroperíodo y los niveles topográficos se asemeje lo más posible al natural
(Flores et al., 2006), es decir buscar el nivel medio del espejo del agua, entre el
nivel más alto y el más bajo de la marea para evitar la inundación permanente y
evitar que el período de no inundación sea muy largo (Benitez-Pardo, 2007).
26
4.4.8. Densidad de siembra.
La densidad de plantación dependerá de los individuos, la especie y las
necesidades (grado de deterioro) de los lugares por reforestar. Sin embargo, se
puede adelantar que se basará en estudio de estructura que se han realizado en
la región. Con plantas de vivero se recomienda una densidad que va de 3,000 a
3,500 por ha para el caso de reforestación.
4.4.9. Inicio de la reforestación.
Preferentemente se recomienda que se lleve a cabo durante el inicio del período
de lluvias regional, por considerarse la mejor época del año para la forestación de
especies arbóreas en general, ya que se aprovechan las lluvias como riego
natural, y en este caso en particular la influencia de las lluvias disminuye la
salinidad y además, aumenta considerablemente el aporte de nutrientes, lo que
contribuye a una mayor disposición de los mismos y a su vez a un mayor
porcentaje de sobrevivencia de individuos (Benitez-Pardo et al., 2002).
4.4.10. Programa de seguimiento (manejo agronómico).
Se establecerá un programa de monitoreo durante un año, el cual consistirá en la
sustitución de organismos muertos (replantación), mantenimiento y mejoramiento
de los lugares en recuperación, así como la aplicación de algunos repelentes
naturales para ahuyentar a los herbívoros y así poder asegurar un alto porcentaje
de supervivencia de los individuos. También servirá para el registro de datos de
campo tales como: fecha de transplante y/o siembra, tamaño inicial de los
individuos, sobrevivencia o número de plantas establecidas, días al
establecimiento, altura de la planta, diámetro del tallo a la altura del cuello de la
planta, ramas principales y una evaluación anual donde se considere los
resultados obtenidos. Estos mismos datos se les tomarán a las plantas testigos
(control).
27
Finalmente reconocemos la colaboración del Instituto de Ciencias del Mar y
Limnología-Unidad Académica Mazatlán de la Universidad Nacional Autónoma de
México está colaborando con apoyos logísticos importantes a través del
Laboratorio de Conservación, Manejo y Restauración de Ecosistemas Costeros,
del cual es responsable el Dr. Francisco Flores Verdugo.
28
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