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  • 8/20/2019 Psique, Soma, Institución DURAN

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    Revista de PsicologíaUniversidad de Chile

    [email protected]

    ISSN: 0716-8039

    CHILE

    2003Cristóbal Durán Rojas

    PSIQUE, SOMA, INSTITUCIÓN. UNA LECTURA DE LA PSICOPATOLOGÍA DEL TRABAJORevista de Psicología, , año/vol. 12, número 001

    Universidad de ChileÑuñoa Santiago, Chile

    pp. 121-131

    mailto:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]://www.redalyc.com/mailto:[email protected]

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    Psique, soma, institución. Una lectura de lapsicopatología del trabajo

    Psyche, soma, institution. A lecture onLabour Psychopathology

    Cristóbal Durán Rojas1

    Resumen: 

    En el presente artículo se exponen y discuten algunas consideraciones sobre las re-laciones entre el trabajo y ciertos aspectos psíquicos, presentes en la obra del psicoa-

    nalista francés Christophe Dejours. Para trazar dicho recorrido se enfatizan aque-

    llas expresiones sintomáticas de esta relación que estarían haciendo visible un sufri-

    miento experimentado por el sujeto al verse enfrentado a la tarea de su puesto de

    trabajo. Allí, se considera de manera central el complejo vínculo que se establece

    entre la institución del trabajo y las exigencias que, por su parte, impone el propio

    psiquismo.

    Pal abras cl aves: sufrimiento psíquico, institución, afecciones psicosomáticas.

    Abstract: 

    The article expose and discusses some considerations on the relationships between

    the labour and certain psychic aspects, present in the works of French psychoanalyst

    Christophe Dejours. The symptomatic expressions of this relationship are

    emphasized that would be making visible a suffering experienced by the subject in

    the task of its work position. In a central way it is considered the complex bond that

    settles down between the institution of labour and the demands that, on the other

    hand, it imposes the own psyche.

    Keyw ords: psychic suffering, institution, psychosomatical affections.

    1 Psicólogo, Universidad Diego Portales. [email protected]. Profesor auxiliar de Investigación Social, Universi-

    dad de Viña del mar.

    Revista de Psicología de la Universidad de Chile, Vol. XII, Nº 1: Pág. 121-131. 2003

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    Introducción.

     Existen varias razones para considerarabsolutamente imprescindible llevar a cabouna reflexión en torno a los aspectos psíqui-

    cos involucrados en la actividad laboral. Pesea que ha sido un tema presente en todo elrecorrido de las tradiciones que comprendela llamada Psicología de las Organizaciones,ello no impide volver a hacer preguntas endicho ámbito, lo cual conllevaría nuevos al-cances y reposicionamientos conceptualesmúltiples.

    La cuestión general que aquí se proponedice relación con el intercambio conceptual

    que se puede efectuar entre dos instancias detrabajo. Bajo el supuesto de que las enferme-dades laborales son tales por tener su origeny sentido en el medio laboral, la propuestaque aquí se ensaya refiere a buscar en el psi-coanálisis, como mirada conceptual, una se-rie de herramientas para leer e interpretar losfenómenos presentes en las situaciones labo-rales. En este tránsito es legítimo interrogar-se si existe alguna adecuación entre la mira-

    da del psicoanálisis y aquello que es visiblepor la Psicología del trabajo.

    Si la Psicología del trabajo se encarga tam- bién de toda una serie de (psico)patologíasque en los distintos trabajos se hacen siem-pre notables, por qué no intentar considerarestas patologías -estrés laboral, afeccionespsicosomáticas, ansiedad, etc.- con la ópti-ca que ya se ha desarrollado en el terreno dela observación y la investigación conceptual

    del psicoanálisis, para desde allí intentar res-ponder de otro modo lo que se hace cotidianopara la sicopatología del trabajo.

    Una de las razones para intentar este vín-culo entre ámbitos de trabajo dice relacióncon aquello que en un primer momento po-dría ser llamado un sufrimiento del psiquismoexperimentado en el vínculo  con el trabajocotidiano de un sujeto. Es allí donde algofalla, donde se muestra una dolencia queinterrumpe la continuidad de la actividad

    laboral como actividad humana de susten-to, tanto psíquico como social y económico,que aparece el sufrimiento como una moda-lidad de relación -entre la actividad laboraly el psiquismo- que nos hace aparecerinterrogantes sobre la amplitud de este vín-culo y nuestras posibilidades de intentar res-ponder a aquellas.

    Uno de los terrenos que sin duda abreenorme cantidad de preguntas y que por lodemás requiere de urgentes e ineludibles ten-tativas de respuesta es el ámbito de lapsicopatología del trabajo. La relevancia deeste gesto señalado de una “vuelta a pregun-tar” yace en una necesidad de intentar ex-tender el terreno al que hacen referencias lasinvestigaciones de la Psicología laboral yreconducirlo hacia un campo de mayor al-cance y que lo compromete, a decir, la rela-ción entre las instituciones y los aspectospsíquicos que en ellas se ven involucradas.Pero esto último requiere de una explicaciónadicional.

    Sin el ánimo de intentar aclarar todo lopropuesto desde la entrada, se podrá decirque la institución es en un sentido ampliouna actividad normada bajo ciertos patronesmás o menos fijos y parcialmente estables.La actividad laboral que un sujeto desem-peña en su puesto de trabajo es así, por ex-celencia, una institución. Sometida a hora-rios, a distintos encuentros y obligaciones, oa una gama precisa de “comportamientosesperados y esperables”, esta institución seinvolucra absolutamente con aspectos psí-

    quicos. Así, en toda tarea sea del tipo quesea, hay una necesaria participación delpsiquismo.

    Causa, efecto, producción o condición deun registro sobre el otro, de la instituciónsobre el psiquismo y viceversa, pueden sermaneras de enfrentar el problema, pero sepuede mostrar como esto se volverá secun-dario al dar cuenta de la emergencia de cier-tas modalidades de relación entre lo psíqui-

    co y lo laboral que se presentarían, por ejem-

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    plo a través de fenómenos psicosomáticos,en los cuales se traba un compromiso excep-cional entre ambas dimensiones, cristalizán-dose el modo de funcionar la articulaciónpsique-soma en una actividad claramenteinstitucionalizada.

    La idea es volver, por medio de discusio-nes con otros alcances, a confrontar el hechoempírico que constituye los problemas sub-

     jetivos en situación laboral, sea ésta de la ín-dole que sea, esto es, no delimitada únicamen-te a la empresa o a la asistencia, como terre-nos más investigados por la Psicología con-vocada a los medios laborales. La cuestiónsería no detenerse en mostrar la “anormali-dad” que se puede ver en cierto vínculo comoel referido, sino ante todo otorgarle visibili-dad a aquello que él nos da para pensar delos límites de la relación entre el psiquismo yla institución. En este caso, y ello será impor-tante, la institución del trabajo.

    Dentro del transcurso de lo que se pre-tende exponer y discutir, tratar de detenerseen un autor podría parecer nada más queuna excusa para hablar de ciertos problemasaparentemente ya trazados. Para ir despun-tando nuestro recorrido, y como un estímu-lo para nuestros señalamientos y aseveracio-nes, nos detendremos especialmente en cier-tos textos del psicoanalista francésChristophe Dejours, quien en su obra “Tra-

     bajo y Desgaste mental. Una contribución ala psicopatología del trabajo” (1980) inaugu-raría un modo de visualizar el campo de laPsicología del trabajo con características bien

    específicas.En Dejours se daría un entronque entre

    un cierto psicoanálisis inspirado sobretodoen las teorizaciones de Melanie Klein y laexperiencia del trabajo (psíquico) en el me-dio laboral. Este sería un punto importantey podría acercarnos también a comprenderpor que existe un fuerte desconocimiento dellegado de Dejours en campos tanto clínicosy organizacionales como teóricos. El gesto

    es también el que recorre este artículo: dar

    pie a una apertura hacia otros alcances de lainvestigación psicoanalítica y psicosomáticay de la investigación en Psicología laboral,

     buscando contribuir a replantear ciertascuestiones que sólo podrían ser abordadassi existe una disposición hacia este diálogo.

    Para dilucidar nuestra hipótesis de unvínculo entre el psiquismo y la institucióndel trabajo, recurriremos a remarcar los lu-gares en los que dicha ligazón se establece.Ciertas patologías que en el texto se hacenobjeto de atención (las afecciones psicosomá-ticas, la ansiedad y la insatisfacción laboral),nos permiten hallar un compromiso entre elaparato psíquico del individuo y las situa-ciones en las que se define su trabajo de sus-tento. Allí es donde ciertos énfasis psicoa-nalíticos permiten dar una luz sobre el su-frimiento psíquico que un individuo sostie-ne en su puesto de trabajo.

    La i nst i t ución del t rabajo y 

    el vínculo subj et i vo.

    El hallazgo que Dejours pone sobre el ta-

    pete es un intento de mirar a través de untratamiento psicoanalítico las problemáticasintersubjetivas que se ponen en juego en eltrabajo, más precisamente, en la tarea espe-cífica que se desempeña en el día a día. Estehallazgo se ofrece, y será bueno sostenerlode antemano, a precio de una reducción fun-damental. La operación a discutir es una re-ducción en la cual la institución del trabajoes reducida a una situación de confrontaciónentre un medio social y lo psíquico. Hay dos

    registros, la institución y el psiquismo, queen su acercamiento se hacen temblar entresí, puesto que “en el enfrentamiento del hom-bre con su tarea, pone en peligro su vida men-tal.” (Dejours, 1992a, pág.9) Bajo este eje deanálisis, la psicopatología laboral se vuelvepunto importante de consideración al esta-

     blecer, a partir del hallazgo del sufrimientoen los individuos, una continuidad entre estesufrimiento, como ligazón del orden psíqui-co-somático que sustenta la subjetividad in-

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    dividual, y las condiciones que se estable-cen para llevar a cabo una tarea circunscritaen el medio laboral.

    Habría, de este modo, una “continuidad”

    de carácter bien particular. Este vínculo seestaría mostrando como pasaje entre lo in-dividual y lo social, allí donde la distanciade ambos parece generar un fenómeno nue-vo. En este marco, y desde nuestra particu-lar lectura, consideraremos a la tarea laboralcomo un caso excepcional de la introducciónde la norma en el devenir subjetivo, una se-rie de normas asociadas entre sí, con vistas amantener una actividad vital de sostén psí-quico y socioeconómico. Entonces, la situa-ción laboral como lugar excepcional parapesquisar el trabajo propio del psiquismo enel entorno social que es aquel que le da todosu sentido y su expresión.

    La operación que nos parece interesantede rescatar es el intento de localizar al “sín-toma” de este choque en un lugar descen-trado y no individualizable por entero,enfatizando la relación producida bajo un de-terminado entorno laboral. Este es también elproblema, en tanto se presenta como unejemplo de lo institucional, pero reduciéndo-lo al delimitarlo únicamente al ejemplo pre-sentado en la relación laboral. Esta determi-nación de un entorno que por excelencia searticula según sus funciones y operacionesprecisas hace parecer que de lo que se hablaes de una organización social específica y nodirectamente del peso que ella estaría impri-miendo sobre toda actividad, peso que es

    propiamente la institución y que actúa so- bre otras dimensiones además de la organi-zación social. Sin embargo, es la inserción dela normativa en lo subjetivo -una “normati-vización del psiquismo”- aquello que dacuenta de ciertos modos de atravesamientode la institución en el psiquismo y de la con-figuración de éste en virtud de la institucióndel trabajo, esto es, la configuración que reci-

     be el psiquismo en su contacto con un ciertoorden establecido según las tareas precisas

    que un sujeto debe desempeñar en un pues-to de trabajo. Es aquí mismo donde se abri-ría una puerta de entrada para definir unapsicología en términos liminares y no pura-mente centrada en el individuo.

    En el medio de la tarea que debe desem-peñar el trabajador en su puesto laboral, elénfasis de Dejours se establece sobre el en-cuentro entre el comportamiento y la ejecu-ción de la tarea, considerando la eventualflexibilidad o falta de ella en esta relación.El sufrimiento se sitúa en dichos movimien-tos que constituyen la tarea, la ligazón hom-

     bre-tarea. El sufrimiento es una ausencia,pero es ausencia de comportamiento libre(Ibíd., p.28), la cual en su permanencia y ensu continuidad -de la tarea que se lleva acabo- va a mantener el sufrimiento en estemedio. El sufrimiento, bajo esta mirada, vaa ser designado según un empobrecimientoen el compromiso de lo psíquico con la ins-titución del trabajo, allí donde ella no seflexibiliza frente a las capacidades de lo psí-quico, a la creatividad que el psiquismo im-prime al trabajo.

    Para hacer patente lo dicho hasta aquí,Dejours va a localizar su investigación en unsector específico, el de los trabajadores in-dustriales, para mostrarlo como lugar endonde el sufrimiento aparecería más marca-do y visible. En este grupo de trabajadoresla enfermedad mantiene una relaciónunívoca a la interrupción del trabajo: el cuer-po se hace visible sólo cuando es posible queéste hable desde un dolor. (Ibíd., p.36) Es en

    los trabajos más pesados -la construcción ylas industrias químicas son los ejemplos alos que el autor nos remite- donde se requie-re de un paso intermedio, un punto de me-diación de este dolor. Para ello, se constitu-ye una suerte de ideología defensiva, la cual“consiste en mantener alejado el riesgo de unagotamiento del cuerpo que lo aleje del trabajo”(Ibíd., p.38) Lo central en dicho mecanismoes que no se constituye como un mecanismode defensa individual -a la manera de los

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    comienza cuando la evolución de esta relación estábloqueada” (Ibíd., p.57) El bloqueo genera unadistancia entre el requerimiento del espaciolaboral y el requerimiento efectuado por elpsiquismo. En ese intermedio, el sufrimien-to anuda ambos espacios de un modo vio-lento; el psiquismo no se adapta a la norma-tiva impuesta por una exterioridad a él, nose adapta a sus deberes. Si la especificidadde lo psíquico es presentarse también como“ateniéndose a una cierta norma”, como di-rigido por un orden propio, asistimos aquí aun choque entre dos dimensiones normati-vas. Pero, en este choque, el trabajo del es-pacio psíquico es absorbido por la figura -

    las funciones- del trabajo que debe ser des-empeñado en un puesto de trabajo: Las nor-mas productivas son también normas men-tales. (Ibíd., p.145)

    En este “encuentro” ocurre una singularfigurabilidad del mismo. Lo que sobra, loexcedente, es la tarea impuesta  que se des-empeña en un puesto de trabajo y que mues-tra al psiquismo ordenado desde ciertos pa-trones exteriores a él. Este excedente perma-

    nece bajo la no-simbolización. En este senti-do, la incapacidad de simbolizar lo excesivode esta tarea para el psiquismo, su incapaci-dad de adecuación a la tarea, estaría mos-trando que no hay una apropiación delpsiquismo sobre la tarea en la cual se debedesenvolver: el significado del trabajo esaquello insimbolizable, sometido a las puer-tas exteriores de lo psíquico y generando unsufrimiento fundamental por la discordan-cia entre la tarea y su incapacidad de inte-

    grarla bajo una significación. En este puntose aloja un sufrimiento, como cruce entre eltrabajo del psiquismo y las condiciones delpuesto de trabajo.

    Este sufrimiento que se deja sentir en ladimensión psíquica, no actúa como oposi-ción frente a un posible placer absoluto ytotal en la tarea que se despeña. Este sufri-miento estaría dado por la incapacidad decambiar la tarea (Ibíd., p.60) que se desem-

    peña, tarea que se busca flexibilizar pero que

    nunca es totalmente adecuada para las exi-gencias del psiquismo: Hay algo que resistela articulación. Pareciera ser que lo psíquicoactuaría en gran medida como un flujo queno se deja aprehender por otra normativafuera de la suya. El error sería creer que estanormativa es algo natural: se puede intuirque es precisamente la presencia de estasimposiciones y ordenamientos aquello queda una cierta “identidad” al psiquismo, im-posiciones que no son sino el mismo movi-miento del principio de realidad, descritopor el psicoanálisis.

    Se trataría de mostrar esta movilizaciónde lo psíquico que hace imposible aprehen-derlo más que por sus propios y siempredesmarcatorios ritmos. Lo que reclama se-ría la sujeción, no la actividad que todo tra-

     bajo supone. Un respeto por el trabajo psí-quico con otro tiempo que el “otro” trabajo.De este modo, el sufrimiento mismo seríaíndice o indicador de la división del trabajo,del rango de distanciamiento entre las tareasque componen a un sector de la división yaquello que el psiquismo tolera. Habría una

    relación indisoluble entre el sufrimiento, eltipo de división del trabajo y el contenidode la tarea que se desempeña: si ésta es sus-ceptible de ser significado por el psiquismodel sujeto, y significativo afectivamente. Siel sufrimiento deviene a través de la incapa-cidad de modificación de la tarea en el tra-

     bajo, lo fundamental “no es tanto la importan-cia de exigencias mentales o psíquicas del traba-

     jo las que hacen aparecer el sufrimiento (por másque el factor aparezca como evidentemente im-

     portante) sino más bien la imposibilidad de todaevolución para aliviarlo.”(Ibíd., p.60)

    Sería la incapacidad de control de las exi-gencias efectuadas por el psiquismo aquelloque se traspondría como sufrimiento en laactividad que se desempeña. Sin embargo,no se trataría de reducir al psiquismo a aque-llo que a éste le sea soportable dado que pa-recieses haber aquí algo irreductible. Si lainscripción innegable y radical de un con-

    flicto es condición de su posibilidad de ser

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    psíquicamente integrable (Duez, 202 y s.),habría algo en el sufrimiento experimenta-do por el hombre al enfrentarse a su tareaque nos haría suponer una imposibilidad deasunción de un conflicto. Aquí se trataría dela imposibilidad de reconocimiento de unainstitución en el mismo psiquismo; institu-ción y ritmo de lo psíquico irreductible altrabajo que le es ajeno.

    Es el choque entre los dos registros men-cionados -un trabajo del psiquismo y un tra-

     bajo sometido al régimen del salario- aque-llo que define el sufrimiento. Allí donde ésteaparece, es porque yace la alteración entrela necesidad de gratificación y el cumpli-miento de dicha necesidad. En esta altera-ción, el sufrimiento no se somete meramen-te a lo psíquico. Su expresión también pue-de aparecer corporalmente, eso sí vía la me-diación del psiquismo. Lo social representa-do por la vivencia que impone al psiquismova a aparecer en el cuerpo orgánico (Dejours,1992a, p.71). El trabajo se acopla al cuerpo,constituyéndolo como tal.

    El contenido de la tarea, su capacidad deser significado o no por el sujeto que desem-peña la tarea, puede generar una insatisfac-ción debido al carácter de la tarea, el cual essiempre inadecuado a lo psíquico que másque por necesidades actuaría movido por eldeseo, o como dirían Deleuze y Guattari porun “deseo de deseo”, que al no cumplirsepuede llegar a ser aprehendido como insa-tisfacción que se moviliza en el espacio psí-quico. Sin embargo, este espacio psíquico se

    excede a sí mismo, al mostrarse indisocia- blemente ligado al cuerpo en tanto el sufri-miento de este tipo, “resultante de una frus-tración al nivel del contenido significativo de latarea puede igualmente conducir a afeccionessomáticas.”  (Ibíd., p.72) Pero no se trata deuna cuestión puramente unidireccional. Nosolo lo psíquico incide sobre lo somático. Ensu desborde, toda condición, y toda relaciónposible en el trabajo, se constituirá tambiénen “una carga de trabajo psíquico” (Ibíd., p.72),

    configurando al psiquismo en una difícil re-lación con la situación laboral.

    La afección que se expresa somáticamentey que nos conduce, en su origen, a ciertas

    condiciones bajo las cuales el aparto psíqui-co se vería afectado, se presenta como unlugar privilegiado para establecer la articu-lación entre los instrumentos conceptualesofrecidos por el psicoanálisis y las situacio-nes a las que se enfrenta la Psicopatologíadel trabajo en su quehacer cotidiano. Es asícomo ciertas enfermedades nerviosas, situa-ciones extremas de estrés laboral o inclusoel llamado Burn-out pueden llegar a ser ex-plicados según el esquema propuesto porDejours.

    Lo psicosomático sería, pues, lugar esen-cial para pesquisar algo así como el “desen-tendimiento” con respecto al sufrimiento enel plano de lo psíquico. En otro lugar, Dejoursseñala que las relaciones entre el psiquismoy el cuerpo conciernen “esencialmente a losefectos patogenosos de ciertos acontecimientos

     psíquicos sobre la salud del cuerpo”  (Dejours,1992b, p.104) La primacía sería, en este sen-tido, del ámbito del psiquismo. Lo psíquicopodría poseer una plasticidad tal que logra-ría esta desestabilización sobre lo somático.De algún modo, en este proceso, este desen-tendimiento de cierto sufrimiento psíquicoaparecería, por economía, en el cuerpo. Elsufrimiento se inscribiría en el cuerpo, sos-teniendo al sujeto y evitando su muerte físi-ca. En el trabajo la aparición de mareos,migrañas, problemas estomacales, y otras

    formas, estarían mostrando la resistencia delcuerpo frente a esta dificultad de concilia-ción de ambos registros mencionados. Unexceso de simbolización de ese malestar di-fuso, que al parecer no se puede designar nidesconocer.

    En la afección psicosomática se cristalizauna interrogación por los límites del víncu-lo psíquico al bordear toda institución, todoordenamiento para el psiquismo de un suje-

    to -el establecimiento de la norma, no im-

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    porta cual sea, sobre él. Por donde se abor-de, lo psicosomático es exposición a los lí-mites que se le imponen: indisociabilidadentre el cuerpo y la psique como dos órde-nes con leyes propias, e interrupción de lainstitución del trabajo en la intimidad delvínculo psique-soma. El cuerpo se ve satu-rado al no dejarse “equilibrar” con lo psíqui-co; pudiendo tratarse de una incapacidad depresentar algo en el nivel de lo psíquico pa-rece hacerse patente en otro nivel, en estecaso el cuerpo (Abraham, 1969) o bien, porun sentido que se hizo desmesurado para elpsiquismo, tal como la presión que se puedeejercer en una situación laboral que genera

    malestar y que se ve prolongada.La aporía de la afección psicosomática nos

    pone frente a aquello que nos hace imposibledecidir por la primacía de uno sobre otro, delo psíquico por sobre lo somático. No se trataentonces de una pérdida de la homeostasis,sino más bien en un conflicto que es indiso-luble y que en su máxima expresión constitu-ye lo psicosomático, como un desconocimien-to del cuerpo de un sujeto de parte de su pro-

    pia capacidad psíquica. Valga recordar aque-llo que Jacques Lacan viene a precisar: “La psicosomática es algo que no es un significante, pero que, sin embargo, sólo es concebible en lamedida que la inducción significante al nivel delsujeto ha transcurrido de un modo que no pone en

     juego la afánisis del sujeto.” (Seminario XI) Lopsicosomático se hace representable solo através del significante-síntoma, pese a queeste medio no le sea el más adecuado. Estomostraría de manera excepcional el hallazgo

    del psicoanálisis: un clivaje subjetivo que ins-tala en el seno de la subjetividad al descono-cimiento y el desarraigo. El análisis de la ac-tividad laboral -por ejemplo, de las frustra-ciones experimentadas en la tarea que se des-empeña en el puesto de trabajo-, propone serpensado como una difícil situación en la cualse compromete lo mas profundo del sujetoen su encuentro con las reglas que allí le sonimpuestas.

    b) La ansi edad como anti ci po al ri esgo 

    En el polo de la ansiedad, como otra for-ma de aparición del sufrimiento en relacióncon las condiciones de trabajo, se podría de-

    cir que, a diferencia de la insatisfacción, laansiedad se genera como una suerte de a

     priori frente al desempeño efectivo de la ta-rea asignada al psiquismo. La ansiedad essencillamente la incapacidad, colectiva, decontrolar el riesgo posible de toda situaciónlaboral (Dejours, 1992a, p.77). En la medidaen que nadie debería temer en su puesto detrabajo, en ello mismo reside el control porparte de una ideología defensiva que impi-de tocar cualquier tema relacionado con la

    inminencia de esta posibilidad, haciendoimpensable llevar a cabo un trabajo sobredicha ansiedad, la cual es vivida como efec-to irreparable e irreversible de las condicio-nes de trabajo específicas. En la medida enque se transforma en una presencia constantede lo propiamente irrepresentable -el des-pido, el accidente o, incluso, la muerte- seconstituye como un coeficiente que se mul-tiplica a sí mismo. La ansiedad actúa sobreese fondo vacío, el cual “aumenta también elcosto mental o psíquico del trabajo.” (Ibíd., p.79)

    La organización del trabajo logra pene-trar toda la vida y allí la ansiedad reina másque por la realización de sus promesas, porsu constancia. La ansiedad aparece como for-ma psíquica de sufrimiento anticipado fren-te a aquello que se avecina, aquello que pue-de ser posible de forma permanente. En unaconsideración económica, si aquello no apa-rece en el cuerpo, el riesgo y su posibilidadse vive como ansiedad. La ansiedad es ame-naza constante de lo por-venir, surtiendo susefectos antes de cualquier futuro. Parece serque mientras en la insatisfacción existe undejo de fracaso en la realización de la activi-dad que no puede ser absorbida del todo porlo psíquico, en la ansiedad se estaría ponien-do en juego la probabilidad inminente deque la tarea que se desempeña termine poreliminar la actividad del psiquismo, sea en

    una anulación metafórica como en los tra-

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     bajos repetitivos e inflexibles, sea en un sen-tido literal con el anticipo de la propia muer-te por alguna dolencia o enfermedad produc-to de la tarea.

    c) Defensa e i nst i t uci ón 

    Frente a ambas consideraciones sobre elsufrimiento en el espacio laboral -la insatis-facción y la ansiedad-, se constituye unaideología defensiva que, más que buscar lo-grar una superación o un tratamiento de di-chas formas y sus orígenes, se explota másallá de sí misma (Ibíd., p.124 y s.). Se trans-forma en un plus: Este sufrimiento cohesionaa través de sus defensas colectivas, pero asi-

    mismo, genera un excedente al usufructuarde la imposibilidad de su resolución efecti-va. En el uso de las defensas frente al sufri-miento, se desarrolla una posibilidad deunión de los trabajadores (Ibíd., p.183), locual daría cuenta de una función más posi-tiva sobre este sufrimiento.

    La institución misma, en este caso aque-llas tareas que el trabajador desempeña ensu puesto de trabajo, con todos los valores y

    aspiraciones que se ponen allí en juego, ac-túa como una defensa frente a algo más pri-mordial (Jaques, 1970). La institución es unadefensa contra la violenta irrupción delpsiquismo que amenaza con desbordarse sinnorma alguna sobre el campo social. Al po-nerse en común las fantasías que inspiran lasensación de posible ruptura, se puede de-cir que la defensa es por esencia colectiva.El sufrimiento en el trabajo es una situaciónlímite, puesto que, en tanto medio de sub-

    sistencia no es posible prescindir de él. Elloafirma la permanencia del sufrimiento en él.Frente a esto, se establece un modo de hacercolectivo este sufrimiento que compromete,de hacerlo sostenible en el espacio comúnpropio del trabajo.  Tal vez aquí se podríavislumbrar al sufrimiento como una cons-tante, en cierto grado, de toda la existenciasocial. En esta medida, el sufrimiento no sólosería un déficit.

    “Incluso cuando el sufrimiento es intenso, esbastante bien controlado por las estrategias de-

     fensivas para impedir que pase a adoptar formade patología.”(Dejours, 1992a, p.144) Esto dejaen claro que el sufrimiento mismo, por me-dio de sus defensas que aparecen colindan-tes a él, genera la ganancia de un cierta esta-

     bilidad a no pasar hacia la locura o la muer-te. Así, se termina con establecer la ideolo-gía defensiva que, en muchos casos, juegaen contra de la superación de este sufrimien-to. Muestra la imposibilidad total de la sa-tisfacción y frente a esa imposibilidad insta-la la simbolización extrema de lopsicosomático o la ansiedad flotante y per-

    manente, desconociéndose en ambas el ori-gen y la mantención del sufrimiento. En lamedida en que las defensas logran aneste-siar el sufrimiento, allí las defensas se pue-den llegar a transformar en radical resisten-cia al cambio (Ibíd., p.184).

    A esta altura, en el momento en que lainvestigación llevada a cabo por Dejours so-

     bre la relación entre el psiquismo y la insti-tución del trabajo logra replantear las rela-

    ciones entre el psiquismo y el orden de losomático, se puede llegar a considerar la in-tuición de un atravesamiento de la institu-ción en el psiquismo. Lo psicosomático y laansiedad como manifestaciones ligadas alsufrimiento en el trabajo, al choque entre elpsiquismo y el entorno laboral, no son nun-ca manifestaciones individuales, por muchoque sean identificables solo en la particula-ridad de cada individuo. La institución anu-da el trabajo al psiquismo, y en ello involucra

    muy de cerca al cuerpo. No es posible diso-ciar, salvo bajo una operación de análisis, elpar psique-soma: como ya se aludió, lo so-cial se inscribe en el cuerpo.

    En este atravesamiento, el sufrimiento setransforma en puente de articulación, en unnudo de cohesión frente a la situación extre-ma del sometimiento del psiquismo a la ins-titución del trabajo, sometimiento ineludibleen cierto sentido. Lo sufriente es la inadap-

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    tación cabal del “mundo” psíquico, el cualestá hecho en ciertos aspectos, “a imagen ysemejanza” del trabajo al cual es sometido.El psiquismo sufre por la imposibilidad deadecuación. El sufrimiento en esteatravesamiento es un permanente “estado deequilibrio inestable”  (Ibíd., p.182), en el cualreside alguna posibilidad de evitar la des-trucción total sobre la base de la formulacióny el mantenimiento de defensas que sosten-gan, en el sufrimiento, al propio psiquismo.

    Consi deraciones fi nal es. El apor t e de 

    Dej ours a l a comprensión de 

    la act iv idad laboral.

    En la Psicopatología laboral, el movi-miento que durante el enfrentamiento delsujeto a su tarea en un determinado puestode trabajo desprende algún tipo de malestarse puede ofrecer acaso como una instancia -teórica y empírica, por cierto- excepcionalpara lograr capturar una especial miradasobre el vínculo entre la institución y elpsiquismo. Antes que nada, habría que des-echar una cierta limitación del problema al

    campo específico de su emergencia, atenién-donos a los peligros que esto conllevaría deantemano.

    Tal vez el gesto de la mirada que Dejoursnos propone deba ser leído como unos apun-tes que intentan sugerir distintas herramien-tas de análisis que, en su puesta en discu-sión, busquen extender los problemas coti-dianos no sólo de la Psicología del trabajo,sino también de los propios trabajadores, a

    ser considerados como cuestiones que com-peten a todo el ámbito individual y social.

    Es así como la iniciativa de Dejours, quetrabaja ante todo un enfrentamiento del psi-cólogo a la experiencia vivida por los traba-

     jadores en sus lugares de trabajo, viene a ins-talarse como una alternativa legítima frentea las categorías más tradicionales de la Psi-cología y la Psicopatología del Trabajo. Porejemplo, allí donde se hace visible el estrés

    laboral, Dejours propone una articulaciónentre la ansiedad y la insatisfacción que eltrabajador experimenta al desempeñar sutarea.

    Las dilucidaciones de Dejours compro-meten una vía de investigación de sumo in-terés tanto para la Psicopatología del Traba-

     jo como para, en su posibilidad de encuen-tro, el psicoanálisis.

    Lo que el trabajo de Dejours viene a cues-tionar es el cierre que existe, en el trabajomismo del psicólogo al crearse áreas sepa-radas tajantemente. No se trata de aplicarcategorías del psicoanálisis para hacer clíni-

    ca psicoanalítica al interior de una organi-zación. Mas bien, lo que se propone Dejourses venir a enriquecer y a ampliar, por mediode estas categorías, la manera como se abor-dan los fenómenos psíquicos en las organi-zaciones. Allí puede ser entendido que la ex-periencia sobre la que Dejours fundamentasu análisis no sea distinta de la experienciaa la que se enfrenta cualquier psicólogo pre-ocupado de los fenómenos laborales y orga-nizacionales: se trataría sobretodo de propo-ner una integración y una amplitud frente auna serie de hechos complejos como son losque se ponen de manifiesto al examinar losaspectos psíquicos de la actividad laboral.

    Las consideraciones efectuadas con ante-rioridad apuntaban a dar la posibilidad a undiálogo que, tal vez sin haberse perfilado nienfatizado en el modo en que lo hemos he-cho, haga tratables distintas cuestiones so-

     bre el vínculo entre lo psíquico y la situa-ción laboral. Si la actividad humana es siem-pre enfrentamiento a ciertas tareas en lascuales se compromete el psiquismo, la situa-ción laboral debe ser no sólo un ejemplo deello, sino también una via regia que haría sur-gir aspectos que les son propios sólo a ella.Para ello baste con recordar las nuevas líneasde indagación que estarían sugiriendo unaconsideración de lo psicosomático, de la an-siedad o de la insatisfacción, como experien-

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    Psique, soma, institución. Una lectura de la psicopatología del trabajo , Vol. XII, Nº 1: Pág. 121-131. 2003

    cias producidas en y por el entorno laboral,obligándonos a echar una mirada sobre lascomplejidades del vínculo entre el trabajo yel psiquismo.

    Al verse alterada en alguno de sus polos,la ligazón psique-soma atestigua por lairrupción de la institución del trabajo, la cualotorga su carácter especifico al sufrimiento.Lo expuesto por la Psicología del Trabajo deDejours supone no sólo proyecciones parael trabajo empírico de intervención en la re-lación hombre-tarea, sino también una aper-tura para la discusión conceptual en torno acategorías no reductibles ni equiparablesentre sí: la relación entre el psiquismo y lainstitución, entre el individuo y la sociedad,y entre el psiquismo y el cuerpo.

    Se cumple entonces, en el recorrido queintentamos transitar desde nuestra lectura deChristophe Dejours, que este “diálogo” en-tre el psicoanálisis y la Psicología del Traba-

     jo, con todos sus posibles asertos y parado- jas, puede hacer visibles cuestiones no con-sideradas hasta el momento por estas ma-neras de concebir lo psíquico si se las consi-dera aisladamente. Este encuentro es un lu-gar excepcional para pensar la relación exis-tente entre el sufrimiento psíquico y la acti-vidad laboral, y, por supuesto, para conce-

     bir los modos de enfrentamiento de las co-munes inestabilidades que el sujeto experi-menta en su puesto de trabajo.

    Referencias 

    ABRAHAM

    , N. (1969). “Reflexiones fenomeno-lógicas sobre las implicaciones estructu-rales y genéticas del psicoanálisis”, enBloch, Piaget, y otros (1969). Las Nocionesde estructura y génesis.  Buenos Aires:Proteo.

    DEJOURS, C. (1992A). Trabajo y desgaste mental.Una contribución a la psicopatología del tra-bajo. Buenos Aires: Credal-humanitas.(orig: 1980)

    DEJOURS, C. (1992B).  Investigaciones psicoanalíticas sobre el cuerpo. Supresión ysubversión en psicosomática. México: SigloXXI Editores. (orig: 1989)

    DEJOURS, C. (1988). Plaisir et souffrance dansle travail. Paris: Ed. de l´AOCIP.

    DUEZ, B. “Psicopatología de lo imaginario ytratamiento de la figurabilidad. Elemen-tos para una práctica psicoanalítica en ins-

    titución”, en Kaës, R. y otros (1998). Su- frimiento y psicopatología de los vínculos ins-titucionales. Elementos de la práctica

     psicoanalítica en institución. Buenos Aires:Paidós. (orig: 1996)

     JAQUES, E. (1970). “Los sistemas sociales comodefensa contra las ansiedadespersecutoria y depresiva. Una contribu-ción al estudio psicoanalítico de procesosociales”, en Menzies, I. y E. Jaques, Los

    sistemas sociales como defensa contra la an-siedad. Buenos Aires: Paidós. Buenos Ai-res: Editorial Paidós. (orig: 1955)

    LACAN, J. (1995). El Seminario. Libro 2: El Yoen la Teoría de Freud y en la TécnicaPsicoanalítica. Buenos Aires: Paidós. (orig:1978)

    LACAN, J. El Seminario. Libro XI. Los cuatro con-ceptos fundamentales del psicoanálisis. Bue-nos Aires: Paidós.

    2 Véase a este respecto y para mostrar mas claramente la noción de mecanismo de defensa frente a lo por Dejours propuesto: Freud, Anna (1961). El Yo y los mecanismos de defensa. Buenos Aires: Paidós