¿Pueblo, Etnia o Nación- Hacía Una Clarificación Antropológica de Conceptos Corporativos...

Revista de Ciencias Sociales (Cl)ISSN: [email protected] Arturo PratChile

Larrain, HoracioPueblo, etnia o nacin? haca una clarificacin antropolgica de conceptos corporativos aplicables

a las comunidades indgenasRevista de Ciencias Sociales (Cl), nm. 2, 1993, pp. 28-53

Universidad Arturo PratTarapac, Chile

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REVISTA CIENCIAS SOCIALES 2 / 1993 28

PUEBLO, ETNIA O NACIN? HACA UNA CLARIFICACIN ANTROPOLGICA DE

CONCEPTOS CORPORATIVOS APLICABLES A LAS COMUNIDADES INDGENAS

Dr. Horacio Larran B. (Ph. D.)*

El trabajo discute el empleo de diferentes trminos grupales entre otros nacin, pueblo y etnia buscando el ms apto desde el punto de vista antropolgico, para ser aplicado, en forma corporativa, a las agrupaciones indgenas de Chile.

Despus de hacer un breve recorrido histrico observando el empleo de trminos para designar a los grupos tnicos, a partir de los griegos, se examina su uso durante la Colonia y se propone, despus de un detenido examen, el trmino etnia como el ms adecuado para ser usado por la legislacin y los propios lderes indgenas por carecer de las implicancias legales y polticas que hacen del trmino pueblo un concepto inconveniente, a pesar del amplio uso que ha tenido en el pasado.

Palabras Claves: Etnia - Comunidades - Indgenas.

This paper discusses, the use of different terms as nacin, pueblo and etnia trying to discover the most pertinent one from anthropological angle to be applied, in a corporative sense, to the present ethnic groups in Chile. After a historical review of the use of terms designating ethnic groups or tribes, begginning with the Greeks, the author examines its uso during the Colonial Period and propones, after a detailed discussion, the word etnia (or etna) as the most adecuate one to be used by Legislation as well as by Indian leaders because of its absence of negative legal, political and social connotation. The word peoples, widely used so far, has pro ved to be highly inconvenient for the purpose because of possible political miss interpretations.

Key Words: Etnia - Communities - Indians.

ANTECEDENTES

Se ha abierto, con motivo de la discusin acerca de la Nueva Ley de Indgenas, un debate acerca de la denominacin que merecen, en forma corporativa, nuestras comunidades indgenas tambin llamadas Minoras Etnicas o simplemente Grupos tnicos. Qu son realmente? Como se

* Antroplogo Cultural. Universidad Arturo Prat.

HORACIO LARRAIN B.PUEBLO, ETNIA O NACIN? HACA UNA CLARIFICACIN

ANTROPOLGICA DE CONCEPTOS CORPORATIVOS APLICABLES A LASCOMUNIDADES INDGENAS


les ha denominado a lo largo de la historia, tras el impacto aculturador propio de la conquista y sus secuelas inmediatas? Qu concepto sociolgico o antropolgico parece ser el ms pertinente para designarlos? Qu piensa el nuevo Proyecto de Ley al respecto? Qu piensan las propias agrupaciones indgenas? Y, por n, qu sugerencia concreta dar, a n de aplicar el trmino que menos problemas presente, pero, que a, a la vez, describa acertadamente el ser y el hacer de los grupos tnicos en nuestra patria? Si bien este trabajo se reere directamente a nuestra realidad indgena nacional, es obvio que es aplicable, mutatis mutandis, a todos los grupos indgenas en cualquier parte del mundo.

LOS ACTUALES GRUPOS TNICOS EN EL TERRITORIO DE CHILE

En nuestro pas, para los efectos de este trabajo, se ha detectado la presencia actual (persistencia hasta el presente) de nueve grupos tnicos. De Norte a Sur: aymaras, atacameos, collas, pascuenses o Rapa Nui, mapuches, pehuenches, huiliches (o huilliches) qawasqar (o alacalufes) y yaganes.

Los grupos de habla mapuche o araucana, se suelen englobar en una sola realidad tnica, la mapuche, por cuanto la lengua y la mayor parte de sus tradiciones y costumbres les son comunes. La Ley Indgena actualmente en trmite, as lo postula.

El punto podra discutirse, ya que ellos mismos, es decir los propios pehuenches y huiliches, se auto - identican como tales y son renuentes a ser tratados de mapuches.

El caso de los yaganes es peculiar, pues ya no se puede hablar, en la prctica, de comunidad yagana o pueblo yagn por cuanto los muy escasos individuos que se auto - reconocen como tales son ya demasiado pocos (probablemente no ms de 5 - 6) como para constituir una comunidad o una etnia en sentido estricto. Los yaganes son una etnia ya prcticamente extinguida.

Un caso ms complicado es el que presentan individuos de lengua y cultura quechua insertos en un pequeo rincn del NE de la II Regin (poblados de Toconce, Ayquina, Turi, Cupo, Panire, Ro Grande), donde se han mezclado con los descendientes de los atacameos y no se auto - denen, corporativamente, como quechuas, a pesar del uso (ya muy reducido) de su lengua. Estos migrantes (y no antiguos ocupantes) proceden de aldeas y




pueblos del SW de Bolivia, situadas al E. de las localidad chilena fronteriza de Oyage, por donde han solido penetrar subrepticiamente al territorio chileno, desde al menos hace unos 200 aos. Tal inmigracin es hoy muy escasa.

Detalles de la poblacin, cultura y ecosistema de nuestros diferentes grupos tnicos, pueden encontrarse en Larran, (1987: 229-241). Aqu ya se denomina a estos grupos como etnias, tal cual postulamos en este trabajo.

CMO DEBEMOS DENOMINAR A ESTOS GRUPOS TNICO - CULTURALES?

O, para ser ms precisos, cul sera la denominacin ms adecuada desde el punto de vista antropolgico y etnolgico? Problema aparte - al que nos referiremos despus, en el decurso de este artculo - es atacar el problema de la viabilidad concreta de un determinado trmino, en el sentido de su adopcin consciente por la intelligentsia indgena. En principio, aunque el trmino sea antropolgicamente preciso y apto, no quiere decir todava que haya de ser aceptado socialmente, esto es por las comunidades indgenas involucradas. Sin embargo, para su probable aceptacin, se requiere previamente un anlisis de su contenido etimolgico, as como de su carga sentimental, social, poltica o religiosa. Este ltimo aspecto es insoslayable, ya que los trminos o conceptos se van cargando de sentidos de acuerdo al uso que se ha hecho de ellos a lo largo de la historia.

LAS EXPRESIONES MS ANTIGUAS

Un buen procedimiento de aproximacin a nuestro tema podra ser buscar los trminos ms antiguos con los que se designaba a grupos humanos que se auto - denan como diferentes. Cmo designaban los griegos o los romanos a las agrupaciones humanas de distinta raza y cultura con las cuales entraban en contacto?

Los griegos del perodo clsico posean un trmino que aplicaban a los que no compartan sus costumbres y posean otra religin: ethnos Este trmino en Platn signica los gentiles, los paganos: (ta thne). O sea, aquellos grupos que poseen una diferente cultura y religin. El acento en el concepto de costumbre aqu es vital. En efecto, ethnos viene del verbo griego etho: acostumbrar. El participio thon signica ` segn su costumbre ` . Por lo tanto, lo que singulariza a los diferentes ethnos es el conjunto de sus costumbres.




Un ethnos, pues, es una agrupacin humana que presenta un conjunto de costumbres diferentes a las del pueblo que se reere a l.

Por extensin, la voz empieza a aplicarse, como en el lsofo Platn, a grupos de costumbres distintas, mxime religiosas. Por qu religiosas? Probablemente, porque la expresin ms notoria en la poca, de la diversidad de cultura era la expresin cltica. Profundicemos algo ms en el trmino ethnos. El diccionario griego - castellano de Jos Mara Pabn seala cuatro sentidos, todos muy interrelacionados, de la voz ethnos. El primero, designa banda, grupo, cuerpo, escuadrn. El segundo, rebao, enjambre, rerindose a agrupaciones animales ; el tercero, pueblo, raza, linaje, nacin ; y el cuarto, dase, casta. Es decir, el trmino se puede emplear entre agrupaciones humanas o animales. En nuestro caso, obviamente, nos interesan las acepciones tercera y cuarta, que acatan el signicado al grupo cultural. Pero sin duda la ms certera es la tercera acepcin: pueblo, raza, linaje, nacin.

Como podemos ver, la voz ethnos no tiene una acepcin unvoca, o nica, sino mltiple. En esta acepcin, hay varias ideas ntimamente conectadas: la de poblamiento, la de origen racial, la de descendencia o parentesco y, por n, la idea de grupo dotado de costumbres distintivas. El sentido de la frase determinaba qu aspecto quedaba destacado con la voz respectiva.

Como lo podemos apreciar, ya en la lengua griega existe un trmino preciso para designar grupos humanos de origen racial y cultural propio; incluso se seala la pertenencia a un grupo de descendencia comn, caracterstica muy propia de las comunidades primitivas: ste es ethnos

Sealemos, de paso, que el trmino etnia o etna, hoy en boga en el vocabulario antropolgico y lingstico viene directamente del griego ethnos y posee exactamente sus mismas connotaciones (Pabn; 1967: 173).Ya volveremos sobre este punto.

Los griegos, adems, posean el trmino brbaros para designar al extranjero, a aquel que no era griego. Los brbaros por excelencia para los griegos eran los persas, sus enemigos tradicionales. As Brbaros Plemos se llam a la guerra con los persas. Pero el trmino brbaro se refera ms bien al extranjero, al no-griego, sin describir para nada sus condiciones culturales, raciales o religiosas.




Los romanos adoptarn, a la letra, la acepcin del brbaro griego. En efecto, barbari-orum designa a todos los extranjeros, respecto de los griegos y romanos (Diccionario Valbuena Reformado, Martnez Lpez; 1880: 107-108).

En este sentido, para los romanos toda la gente fuera de Grecia y Roma (por hiptesis pases cultivados o cultos) eran brbaros y constituan una entidad comn que denominaban Barbaries. Esta barbaries romana haca especial referencia a la rudeza, incultura, y tosquedad en las costumbres y en habla (Diccionario Valbuena Reformado, Martnez Lpez; 1980: 107-108). Esta idea y concepto de barbarie, ser la que imperar entre los primeros antroplogos y en particular en Lewis Morgan (1877) cuando acua su concepto de las tres etapas de desarrollo de la humanidad: la primera, el salvajismo, la segunda, la barbarie; la tercera, la civilizacin. El brbaro hablaba y pronunciaba mal las lenguas cultas de la poca, el griego y el latn: careca de su civilizacin.

Ser el trmino brbaros, por extensin, el que utilizarn preferencia los espaoles, tanto en sus Crnicas como en sus Tratados referentes a la cuestin indiana. En efecto, a partir del 1534, y a pocos meses de la conquista del Tawantinsuyo por Francisco Pizarro, el telogo dominico Francisco de Victoria, una de las mximas lumbreras eclesisticas de Espaa, sealaba la injusticia de la guerra que se declaraba - so capa de conquista y poblacin - en los territorios de las Indias. Escuchemos este notable texto de Vitoria que maravillosamente coincidir con los planteamientos del tambin dominico y mximo defensor de la causa indgena, Bartolom de Las Casas en su Cuarta Proposicin:

Tampoco la demencia impide a los brbaros ser verdaderamente dueos. Se prueba considerando que en la verdad de los hechos no son amentes, sino que tienen, a su modo, uso de razn. Es maniesto que tienen cierto orden en sus cosas, puesto que tienen ciudades debidamente regidas, matrimonios reglamentados, magistrados, seores, leyes, artesanos, mercados, todo lo cual requiere uso de razn. Tienen tambin una especie de religin y no yerran tampoco en las cosas que para los dems son evidentes. Dios y la naturaleza no les faltan en lo que es necesario para la mayor parte de la especie.

Y poco ms all agrega:

De todo lo dicho resulta que los brbaros eran, sin duda alguna, verdaderos dueos pblica y privadamente, del mismo modo que lo son los cristianos de




sus bienes, y que tampoco por este ttulo pudieron (o debieron) ser despojados de sus posesiones como si no fueran verdaderos dueos los prncipes y las personas particulares. Y grave cosa sera negarles a ellos, que nunca nos inigieron injuria alguna, lo que no negamos a los sarracenos y judos, perpetuos enemigos de la religin cristiana.... (De Vitoria; 1947, 62-63).

El trmino brbaros, en boca de espaoles del siglo XVI no signica ausencia de cultura propia o de sabidura expresada en mltiples formas, como lo dice Vitoria: tienen cierto orden en sus cosas. Orden que ve Vitoria en sus ciudades, autoridades, magistrados, seores, leyes, mercados. Es obvio, entonces, que este trmino genrico designa grupos de cultura diferente, en su opinin inferior, pero fruto al cabo de la racionalidad que poseen.

El trmino brbaros, por n, involucra a todos los grupos tnicos culturales que los espaoles han encontrado, en distinto grado de desarrollo, en Amrica. Enfoca a la diferencia de la cultura trada por Espaa, pero seala que ella es fruto de razn y produce ordenamientos jurdicos y sociales notorios por los cuales no pueden ser tratados de amentes, como pretendera Gins de Seplveda, otro dominico espaol que jams conoci Amrica y propiciaba su esclavitud, apoyndose en la autoridad de Aristteles.

El trmino, pues, nada implica en el terreno de la diversidad racial, pero s apunta a la diversidad cultural de los grupos americanos respecto a los espaoles. Ms an, hay claros indicios de referencia a su organizacin social, ya que se seala existencia de seores, magistrados y artesanos entre ellos.

EL USO DEL TRMINO COLONIAL NACIN

Mucho antes de la constitucin de los estados nacionales o naciones modernas, nacidas al calor de las revoluciones sociales iniciadas en Europa con la Revolucin Francesa, las entidades tnicas llevaban, desde los albores de la Edad Media, una vida relativamente autnoma, pero siempre dentro de conglomerados polticos cambiantes que conocemos como reinos, o monarquas o principados.

El uso de la voz nacin para sealar especcamente a agrupaciones tnico-culturales, es muy anterior al empleo poltico del trmino en su connotacin actual. La aparicin, desde nes del siglo XVIII y comienzos del XIX de las Naciones o Estados modernos, empezar a desplazar rpidamente el empleo colonial del trmino, de carcter mucho ms antropolgico - cultural




y carente de connotaciones polticas en trminos de fronteras, constituciones y ejrcitos. As, habr distintas naciones en Espaa, Francia o Alemania, mucho antes de la constitucin de los Estados o Naciones modernas que portan estos mismos nombres.

Son los cronistas espaoles, especialmente Cieza de Len, Garcilaso de la Vega, Sarmiento de Gamboa o Santacruz Pachacuti, los que, para el rea peruana o ecuatoriana, nos entregarn informaciones bastante precisas acerca del uso del trmino naciones. Es harto interesante constatar que el uso de la voz nacin se extender hasta el ltimo cuarto del siglo XVIII en las descripciones geogrcas propias de los Diccionarios del jesuita Giandomenico Coleti. (1771) y de don Antonio de Alcedo y Herrera (1789). Durante todo este perodo, el empleo del trmino ser idntico y nada tendr que ver con el uso posterior o actual, propio de un perodo histrico de denicin de los estados modernos.

Algunos textos de Cieza de Len, cronista temprano del Per, nos ilustrarn al respecto.

Hablando de grupos indgenas del norte del actual territorio del Ecuador, seala:

Tambin comarcan con estos pueblos e indios de los Pastos, otros indios y naciones, a quienes llaman los Quillacingas. (Cieza de Len, 1947: 385).

Hay cosas tan secretas entre estas naciones de Indias.... (hace referencia a las costumbres rituales y funerarias de los grupos tnicos Pastos y Quillacingas) (Cieza, ibdem; subrayado nuestro).

Pastos y Quillacingas, grupos tnicos bien conocidos del Norte del Ecuador, que fueron las ltimas tribus septentrionales conquistadas poe el Incario, son, pues, descritas como naciones. Veamos dos descripciones de los historiadores, autores de los ms famosos diccionarios geogrcos del siglo XVIII que nos ilustran exactamente acerca del empleo de la voz naciones:

Carangues (Carangii): Nacin brbara que existi antiguamente al norte del Reino de Quito.... (Coleti; 1771: 1-96) .

Pimampiro: este pueblo de indios de la nacin Pimampiro, de quien tom el nombre. (Alcedo y Herrera; 1786-89: 196).




Por estos y similares textos, que se puede recoger por centenas, podemos concluir con claridad que naciones y grupos tnicas resultan ser prcticamente sinnimos. Curiosamente, a pesar del antiqusimo uso del trmino ethnos en formas sustantivadas o adjetivadas, que se remonta a la antigedad clsica, no hemos detectado su uso en el mundo colonial americano. En resumen, nacin designa para los cronistas y escritores espaoles de los siglos XVI al XVIII a grupos tnicos bien denibles en trminos de su equipamiento cultural, social y ritual-ceremonial, que se auto-distinguen de sus vecinos (otras naciones). Frecuentemente se distinguirn por su lengua, pero no necesariamente por su origen racial (raza). As, el mismo Cieza de Len seala la existencia de varias naciones entre los Quillacinga, lo que parece aludir a la existencia de distintas tribus, con seores y autoridades propias y, posiblemente, diferencias dialectales observables.

No piensa de modo distinto el cronista mestizo peruano, Garcilaso de la Vega (a mediados del siglo XVI). Al analizar a los grupos distintos

que pueblan las cinco provincias (como el dice) del Reino de Quito, seala all las existencia de tres naciones en dicho territorio: los Quitus, los Carangues y los Quilacus (Larrain; 1984). Garcilaso, pues, no constituye una excepcin en su poca en el modo de referirse a las agrupaciones indgenas, a las que siempre rotular naciones. Larrain (1984: 108-109) seala que entre los cinco cronistas consultados para escrutar y denir la existencia de grupos tnicos en la Sierra Norte del Ecuador, aparece el nombre de ocho naciones. Estos son los Quillacingas, Pastos, Tuzas, Miras, Quilacos, Carangues, Cayambes y Quitus. Estos son los grupos indgenas que jugarn un importante papel poltico en lo sucesos que tuvieron lugar en la sierra septentrional ecuatoriana en el siglo XVI. Todos los cronistas sealarn claramente que cada una de estas naciones tena pueblos o aldeas que formaban parte de las mismas. En la poca que nos ocupa, pues, no es la voz pueblos la que designa a las agrupaciones tnico - culturales, sino la voz naciones.

Por entonces, no se observa indicacin alguna acerca de la diferenciacin racial de las naciones. La raza es un concepto antropolgico que recin empezar a pensarse hacia nes del siglo XVIII o comienzos del siglo XIX, cuando los primeros socilogos y antroplogos, por las experiencias de terreno habidas en frica, Asia o Amrica, distinguirn a los grupos por sus rasgos morfolgicos. Recin hacia nes del siglo XIX se inicia un inters antropolgico por la diferenciacin racial de la especie humana en los diversos




continentes. Y sern los etnlogos y gegrafos los que propiciarn su estudio y anlisis.

En este mismo sentido, por razn de la poca en que escribe, Fray Bartolom de las Casas, dominico, gran defensor de los indios americanos, emplear la palabra naciones:

Nuestra religin cristiana es igual y se adapta a todas las naciones del mundo y a todas igualmente recibe, y a ninguna quita la libertad ni sus seoros, ni mete debajo de servidumbre so color ni achaques de que son siervos a natura, o libres, como el reverendo obispo [se reere a Juan Quevedo, obispo del Darin] parece signicar. (Hanke; 1958:31).

Sin la menor duda, el sentido que Las Casas otorga al trmino naciones coincide con el de grupos tnicos dotados de cultura y religin propia diferente de la cristiana que traen los espaoles. Naciones que poseen sus propias autoridades (seores) y forma de organizacin y que no pueden ser dominados por el sistema de conquista ni menos desposedos de sus bienes y seores. As lo sostendr Las Casas en la polmica teolgica de Valladolid que sostiene con Gins de Seplveda en 1550.

Las Casas se empea, en su famosa obra La Destruccin de las Indias, en demostrar la forma cmo los espaoles, en particular mediante el sistema de la Encomienda indiana, iban destruyendo las naciones indgenas, no slo en las islas de Caribe, sino tambin en Tierra Firme. Intentar, sin xito, en las costas de Venezuela, realizar su viejo sueo de cristianizar naciones indgenas, mediante la predicacin del Evangelio por misioneros especialmente seleccionados y motivados, y con prohibicin de acceso a los espaoles.

El nacimiento de las naciones modernas en Amrica a partir de la Declaracin de la Independencia de los Estados Unidos (1773) y la subsiguiente Declaracin, uno tras otro, de la Independencia en los paises latinoamericanos a partir de 1810, va creando una identicacin entre los nacientes Estados y la Nacin. Las respectivas Constituciones Polticas consagrarn el uso de la voz Nacin, como expresin de la gran unidad nacional. La constitucin de la nacin chilena apagar muy pronto la mantencin del concepto de naciones aplicado a las agrupaciones indgenas del pas, de lengua y cultura diferente. A partir de entonces, ser imposible hablar de varias naciones en un pas que ha logrado su soberana poltica y ha impuesto su unidad territorial en




1884, sobre las cenizas de las naciones indgenas al sur de los ros Malleco y Toltn. Las naciones araucanas ya no sern dueas de la tierra que

poblaron sus ancestros, se les conceder mercedes de tierras, cuyos lindes se jarn cuidadosamente por jefes de familias, y se destinar las tierras vacas para la colonizacin. (Lipschutz; 1956 y Bengoa; 1987).

EL USO MODERNO DEL TRMINO NACIN

Un breve recorrido tras el concepto de nacin, tal como lo trae el Diccionario de la Lengua Espaola, editado por la Real Academia Espaola (edic. 1984) no indica las siguientes acepciones: 1. Conjunto de los habitantes de un pas regidos por el mismo gobierno, 2. Territorio de ese mismo pas. 4. Conjunto de personas de un mismo origen tnico y que generalmente hablan un mismo idioma y tienen una tradicin comn (1984: letra N: 943).

En trminos muy semejantes, se expresa el Diccionario Ilustrado de la Lengua Espaola, de la Nueva Enciclopedia Sopena:

1. Conjunto o totalidad de los habitantes de un pas regido por el mismo gobierno. 2. Territorio del mismo pas 4. Conjunto de personas que tienen el mismo origen tnico, hablan generalmente la misma lengua y estn ligadas por una historia comn. (1958, IV: 103).

Lo interesante en ambos Diccionarios es que prima, indiscutiblemente, el concepto de Nacin como equivalente a Estado. Slo en cuarto lugar, aparece la acepcin antigua que veamos en uso durante todo el perodo colonial. En esta nocin de Estado-Nacin poco o nada interesa el origen tnico o la lengua o la religin que se profese. Lo que importa es la existencia de un gobierno nico que rige, en un territorio denido, al conjunto de sus habitantes, sin importar su origen, cultura, costumbres o religin.

Si comparamos la acepcin 1 con la acepcin 4 en ambos Diccionarios, veremos que en la primera no se acenta lo comn en trminos de historia, tradicin o cultura, mientras que en la acepcin 4 estos elementos son decisivos.

Aqu subyace, en nuestra opinin, el problema mismo de la falta identidad de los Estados-Naciones modernos. Con qu se identican sus habitantes si no tienen ancestro comn, historia comn, tradicin o culto comn, parentesco comn? Por eso resulta, en la historia ms reciente, el quiebre de la identidad en




los grandes Estados-Naciones, como lo hemos visto en Rusia, en Yugoslavia o en Checoslovaquia. El moderno Estado o Nacin sufre, hoy por hoy, de crisis de identidad. Cul ser el camino para lograrla?

No deja, pues, de ser muy sugerente el hecho de que las deniciones actuales de Nacin hayan omitido del todo el componente cultural comn, el origen histrico o la tradicin comn. Simplemente porque en la mayora de las Naciones, stos no existen o son extraordinariamente endebles.

Por lo tanto, es evidente que el trmino nacin ya no nos sirve para identificar a nuestras agrupaciones tnico-culturales por haber perdido totalmente su sentido primigenio y haber adquirido otro, de carcter eminentemente poltico administrativo. Las naciones en el sentido moderno del trmino, pareceran condenadas a desaparecer en el largo plazo, sea por efecto de la globalizacin o planetarizacin que se empieza a observar a nivel mundial con la aparicin de enormes conglomerados supranacionales, (Comunidad Econmica Europea y otros) sea por la bsqueda creciente de las identidades regionales o locales que estallan por todas partes destruyendo los Estados, muchos de ellos cticios creados como resultado de pactos o convenios tras guerras entre ellos.

Hasta hace no muchas dcadas, hablbamos de la nacin francesa o de la nacin alemana o de la nacin inglesa subentendiendo en buena parte la connotacin histrico -cultural que le serva de base. Hoy importa cada vez menos este basamento cultural comn; las enormes migraciones realizadas al interior de los pases a partir de pases ms pobres (caso de Alemania invadido por turcos, espaoles o griegos), tienden a aojar los vnculos histrico-culturales al desaparecer el ancestro comn tanto racial como culturalmente). Y la nacin deja cada vez ms de ser el lugar donde se nace para pasar a ser el lugar donde se est (Estado) o donde se vive. Ya no importa donde se nace ; importa donde se reside o vive. Y este cambio comporta enormes diferencias y plantea profundas interrogantes, en trminos de identidad o auto-armacin valrica.

EMPLEO DEL TRMINO PUEBLO, O PUEBLOS

1. El Uso del trmino Pueblos en la Antigedad

La voz pueblo viene del latn populus-i. El latn no recogi el sustantivo ethnos propio del griego, aunque lo acept en palabras derivadas como




ethnice: a modo de los gentiles. Acept por un tiempo la voz al ethnci-orum equivalente a gentil, pagano. Pero esta voz no se transri al sentido actual de pueblo, prerindose la voz de raz latina populus Porque los ethnici eran otros pueblos, diferentes del romano, dotados de una religin distinta.

La voz populus-i segn el Diccionario Valbuena, tiene, en la poca romana, varias acepciones. 1. pueblo, en el sentido de populacho, o masa humana no organizada ; 2. pueblo, en el sentido de tropel, multitud (Sneca); 3. el pueblo romano, como entidad opuesta al Senado romano en la famosa frase: Senatus Populusque Romanus). Aqu el Senado, como clase dirigente y legisladora, queda fuera del pueblo ; 4. El pueblo romano en su totalidad. 5. Los plebeyos o gente del pueblo en oposicin a los nobles del Senado 6. Enjambre de abejas. 7. Regin, pas, tierra.

Podemos as ver que se usa en numerosos sentidos, incluyendo el uso en agrupaciones animales (insectos). Solo la acepcin 4 se acerca a nuestro uso como cuando decimos un pueblo indgena como los mapuches. EI trmino se orienta, ms bien al sentido de populacho o gente plebeya, no noble. El latn, pues, no nos ayuda mucho en nuestra bsqueda del trmino ideal para designar a los grupos etno-culturales. Ms bien nos desva a otras signicaciones.

2. Empleo Colonial de la voz Pueblos

a) Ahora bien, qu sentido se dio durante la Colonia al trmino pueblos? Se le dio un sentido semejante al que hoy empleamos cuando decimos que en Chile de hoy conviven ocho pueblos indgenas junto al resto de los chilenos? O cuando en el mensaje del Presidente Aylwin a la Cmara de Diputados se dice que el Gobierno ha venido estudiando una legislacin sobre pueblos indgenas, fruto de las aspiraciones de los propios pueblos indgenas? Estudiemos el punto. Interesa mucho obtener claridad en la materia para poder decidir si este trmino es o no el ms adecuado o el ms apto para expresar lo que las agrupaciones indgenas son, o, si por el contrario, el trmino presenta problemas de interpretacin serios a nivel semntico o poltico, de suerte que sea aconsejable desecharlo o suplirlo, eventualmente, por otro mejor.

b) Cuando hablamos del poblamiento colonial, en territorios indgenas, los cronistas espaoles nos suelen ofrecer, adems del trmino comn naturales, otros trminos que se reeren ya a las formas especcas de poblamiento. Estos son: poblaciones, pueblos, caseros o nalmente, estancias.




El trmino poblaciones designa vagamente a reas pobladas. Como en este texto de Cieza de Len:

Y as.... haciendo abras y llamadas la sierras de los Andes y la Nevada, hay grandes poblaciones en las cuales hubo y hay mucha cantidad de gente. (1947:338).

En cambio, cuando los escritores espaoles quieren referirse a lugares poblados, esto es a aldeas sedentarias, de grupos generalmente agricultores o ganaderos, emplean siempre la voz pueblos. De ah saldr la famosa expresin,pueblo de indios. El trmino pueblo, designa, pues, poblacin concentrada, esto es una localidad poblada. Un par de citas del cronista Cieza de Len, referentes a la sierra norte del Ecuador, son ilustrativas:

Hacen sus pueblos concertados de piedra, la cobertura de paja (1947: 388), o esta otra:

Tambin comarcan con estos pueblos e indios de los Pastos, otros indios y naciones, a quienes llaman los Quillacingas, y tienen sus pueblos hacia la parte del oriente, muy poblados. Los nombres de los ms principales de ellos contar, como tengo de costumbre (1947: 385 subrayado nuestro).

Bartolom de las Casas, se reere tambin a sus pueblos

Los indios se estaban en sus pueblos y casas trabajando en sus labores y en su paz, como solan vivir y en su indelidad como de antes ; y reverenciaban y servan de su propia voluntad a algunos de los trescientos cristianos que estaban casados con sus seoras, o con las hijas de sus naturales seores. (De las Casas; 1951: 69).

O en este otro texto, igualmente claro:

enviados dos capitanes mandles que de los ms seguros y paccos indios que hallasen, como ovejas en corral, en sus casas y pueblos prendiesen y atasen... (De las Casas; 1951: 101).

a) Qu eran estos pueblos? Los podramos describir como concentraciones humanas, de un buen nmero de viviendas, sin calles ni ordenamiento aparente, donde viven agrupados, en la vecindad de sus sitios de trabajo o pastoreo, en forma evidentemente sedentaria. Las viviendas se encuentran prximas las unas a las otras, agrupadas, formando una unidad reconocible. Su forma depender del tipo de paisaje en el que encuentre.




Los grupos dispersos en un amplio paisaje, con presencia de muchos ranchos o viviendas ms o menos aisladas, sern ms bien sealadas como poblaciones, reservando el trmino caseros o estancias para pequeos conjuntos de viviendas donde viven muy pocas (o una sola familia) familias emparentadas entre s, dedicadas a sus actividades econmicas, al menos en forma transitoria.

Lo que nos importa aqu es que en tiempos coloniales pueblo designa, al igual que en Espaa, un grupo humano radicado en un paisaje, de cierta notoria poblacin, que realiza distintas actividades econmicas en su vecindad inmediata. En esta misma poca, los grupos etno-culturales no suelen ser designados como pueblos, sino como naciones - como queda ya explicado. Son estas naciones las que engloban en s numerosos pueblos los que portan por lo general el nombre de su cacique o kuraka. Estos pueblos sern llamados llakta en quechua, marka, en aymara.

Conocemos los esfuerzos realizados durante la administracin del Virrey Francisco de Toledo, en la ltima dcada del siglo XVI, por reducir a los indios de estancias alejadas, a vivir en pueblos organizados, donde pudieran recibir la doctrina, ser sometidos al recuento o censo peridico y al tributo colonial. De esta suerte, el control ejercido sobre ellos era mucho ms eciente (Mlaga Medina; 1974: 141 - 172).

En suma, estos pueblos corresponden bien a las aldeas del rea rural espaola que tambin eran denominadas, en la misma poca ; pueblos.

3. El trmino Pueblos al inicio de la Repblica

Durante toda la Colonia, los pueblos de indios, enclavados generalmente en Encomiendas particulares o de la Corona espaola, van disminuyendo notoriamente su poblacin por efecto del paulatino saqueo humano de los mismos por obra de los encomenderos que, sea para el trabajo de las minas, el trabajo de las ciudades o para su propio servicio personal (servicio domstico) van extrayendo de esta cantera humana a sus habitantes. Cuando don Ambrosio O Higgins, hacia nes del siglo XVIII decide suprimir las encomiendas, los pueblos de indios eran fantasmas casi carentes de poblacin.

De estos pueblos habla el Reglamento-Ley de 1813, emitido por la amante Junta de Gobierno de Chile, en uno de los primeros documentos relativos a la legislacin indgena de la nueva Repblica y que nos trae Alvaro




Jara en su estudio sobre la Legislacin Indigenista de Chile, Mxico, 1956. Dice textualmente:

I. Todos los indios verdaderamente tales y que hoy residen en los que se nombran pueblos de indios, pasarn a residir en villas formales, que se erigirn en dos, tres o ms de los mismos pueblos, designados por una comisin, gozando de los mismo derechos sociales de ciudadana que corresponden al resto de los chilenos. (Jara; 1956: 25).

En este documento, de los albores mismos de la Repblica, tenemos un interesante testimonio de una nueva reduccin a pueblos, al ms puro estilo toledano, impositivo y dictatorial, de las poblaciones indgenas del territorio patrio, so pretexto de civilizarlos y asimilarlos a la nueva Nacin recin emergente. Obedeca esta medida - como lo apunta el documento- al espritu liberalizante, herencia fresca de la Revolucin Francesa y de sus ideales de libertad, igualdad y fraternidad.

Pocos aos despus, un Decreto de don Bernardo O Hlggins, fechado el 4 de marzo de 1819, alude al nuevo trato que se quiere dar a los indgenas, promovido por el idealismo liberal:

El sistema liberal que se ha adoptado en Chile no puede permitir que esa porcin preciosa de nuestra especie (humana) contine en tal grado de abatimiento (Jara; 1956: 28)

Por estas fechas, en los inicios de la Repblica, nuevamente el trmino pueblos parece quedar reservado nicamente para localidades precisas, geogrcamente bien establecidas, donde nuestros indgenas vivan en los que se llam pueblos de indios. Se hablar de ellos- al igual que durante la Colonia - tal como se hablaba de pueblos de espaoles o de villas, segn su importancia y rango.

4. La voz Pueblos en su connotacin actual

El Diccionario de la Lengua Espaola, en su edicin de 1984, apunta los siguientes sentidos de la voz pueblo:

Pueblo, de latn populus. Ciudad o Villa// Poblacin de menor categora/ Conjunto de personas de un lugar, regin o pas// Gente comn y humilde de una poblacin // Pas con gobierno independiente (1984: 1118).




Si nos jamos bien, este concepto, como queda explicitado aqu, no calza con nuestra acepcin de pueblo indgena en el cual el aspecto tnico y cultural es de primordial importancia. En otras palabras, el trmino antropolgico, equivalente a etnia o grupo tnico-cultural, no gura en el Diccionario de la Real Academia. Por qu? Obviamente, es ste un indicio de que la connotacin antropolgica, ha cado es desuso. El concepto de nacin ha absorbido por completo el mbito del antiguo pueblo. Curiosamente la connotacin antropolgica que nos permite hablar de un pueblo mapuche o de un pueblo aymara, que supera incluso las fronteras nacionales, ha sido conservada, como ltima acepcin, en el Diccionario de la Lengua Espaola (edicin 1984) bajo la voz nacin. La acepcin nmero 4 indica:

Conjunto de personas de un mismo origen tnico y que generalmente hablan un mismo idioma y tienen una tradicin comn (1984: 943).

Por lo tanto, mientras la voz nacin, que ya adquirido predominantemente un sentido de Estado Nacional independiente, todava posee-aunque bastante aletargada, la acepcin antropolgica que sirve a nuestro propsito, la voz pueblo, la deja de lado de modo francamente inexplicable. Porque basta un somero anlisis de las acepciones que trae el Diccionario, para que veamos que la referencia inmediata es a localidad geogrca, o, a lo ms, a un conjunto de personas de una cierta regin o pas. Nada aqu que no indique identicacin con un conjunto de costumbres, tradiciones y lengua, en un territorio dado que se posee desde tiempos inmemoriales.

Este solo hecho, har del trmino pueblo una voz poco adecuada para nuestro propsito y no obligar a buscar uno ms claramente pertinente, limpio de otras connotaciones polticas o geogrcas perturbadoras.

No deja, sin embargo, de sorprendernos el hecho de que - en cambio - el ms importante de los diccionarios ingleses (el Webster Third International Dictionary of the English Language, edicin 1966) traiga explcitamente este sentido antropolgico, en su acepcin 6:

Un cuerpo de personas que se unen por una cultura comn, tradicin o sentido del parentesco, aunque no necesariamente por consanguinidad o lazos polticos y que presentan, en forma tpica, un lenguaje comn, instituciones y creencias. (Encyclopedia Britannica edition, 1966: II ; 1673. Traduccin nuestra).




Este sentido antropolgico es comn a la literatura etnolgica y geogrca de los pases de habla sajona. Un ejemplo signicativo es la coleccin de mapas editados por la National Geographical Society en Washington. Uno de ellos, editado en Julio de 1972, con el nombre de: Peoples of the Middle West (Pueblos del Oriente Medio), nos muestra, a todo color, los territorios de los diferentes grupos tnicos que histricamente han poblado la regin, donde sobreviven como pueblos culturalmente diferenciados, en el seno de 22 Estados modernos. Cincuenta pueblos, en tres continentes (Asia, frica y Europa) dotados de al menos cuatro sistemas etno-lingsticos, conforman 22 Estados nacionales de la actualidad.

En el Brasil, a comienzos de siglo, haba 270 pueblos indgenas conviviendo con los brasileros de reciente mestizaje. De ellos, 90 se han extinguido por el avance de la llamada civilizacin , al ser expuestos sus territorios de caza y recoleccin a la codicia de los blancos.

Muy recientemente, el Estado chileno cre el 17 de Mayo de 1990, la Comisin Especial de Pueblos Indgenas. Y el 8 de Octubre de 1991,- el Presidente de la Repblica don Patricio Aylwin A., present a la Cmara para su estudio, el Proyecto de Ley relativo a la proteccin, Fomento y Desarrollo de los Pueblos Indgenas (Boletn N 504-01). All sealaba el Presidente:

El Gobierno ha venido estudiando una legislacin sobre pueblos indgenas fruto de las aspiraciones de los propios pueblos indgenas...

Y en el mensaje, fechado el 8 de octubre de 1991 (Mensaje N 45-323), deca el Presidente a los miembros de la Cmara:

.... el Supremo Gobierno se ha comprometido en el avance de las directrices legales fundamentales tendientes a consagrar legislativamente materias que nos parecen de la mayor importancia. En primer lugar, el reconocimiento de los pueblos indgenas como parte de la diversidad de la sociedad chilena

Y ms adelante seala a ttulo precautorio:

Cabe hacer presente que la expresin pueblos que se utiliza en las normas que os propongo, no est considerada en el sentido de titular de la soberana nacional o de su ejercicio que le asignan el derecho poltico y el derecho internacional.




Aqu se propuso el siguiente proyecto de Reforma Constitucional:

Agrgase como inciso nal del artculo 1, el siguiente: El Estado velar por la adecuada proteccin jurdica y el desarrollo de los pueblos indgenas que integran la Nacin Chilena (Comisin Especial de Pueblos Indgenas (CEPI) Edicin especial 1991)

Ahora bien la disyuntiva de quin es el pueblo - al interior del Estado, si el pueblo chileno nico: el que va a las urnas y elige a sus representantes, o el pueblo aymara, mapuche o pascuense, es obvio que el legislador se inclinar por el primero, urgiendo a que estos ltimos busquen un nuevo trmino que los identique sin perjuicio - como se ha sealado - de la unidad nacional. Esta es la razn de fondo por la que la Cmara de Diputados descart, en el Proyecto de Ley de Indgenas presentado al Parlamento en 1991, el trmino Pueblos Indgenas, dejando all un vaco notorio. Nos preguntbamos, si la denominacin indgenas de Chile o cultura indgenas de Chile realmente representaba la idea contenida en el concepto pueblos que el primitivo Proyecto de Ley, presentado en el Mensaje del Presidente Aylwin del 8 de octubre de 1991. Es realmente lo mismo hablar de indgenas, comunidades indgenas, culturas indgenas o de pueblos indgenas?, Es posible borrar, de un paragazo - como se hizo el trmino pueblos indgenas como si tal trmino no tuviera un signicado y connotacin corporativa que desaparece totalmente al ser suprimido?

Qu consecuencias se seguiran de la extirpacin del trmino pueblos? Analicemos el punto.

En nuestra opinin, hay una diferencia sustancial entre decir indgenas, culturas indgenas y an comunidades indgenas y decir pueblos indgenas. En el primer caso (indgenas o culturas indgenas) es perfectamente dable pensar en Indgenas como seres individuales. Y su cultura podra venir a ser la sumatoria de las expresiones culturales de individuos. As, puede haber en un pas indgenas que no constituyan agrupaciones que reclamen derechos y exijan el respeto a su identidad.

En el caso hipottico propuesto en la modicacin aprobada por la Cmara de Diputados desaparecera la identidad grupal, el sentido de grupo, ms todava, su territorio; permanece tal vez la denominacin en un sentido biolgico o racial, incluso, probablemente, en un sentido cultural, vagamente global (cultura mapuche o cultura pascuense). Aqu veo suma de




individualidades y, - a lo ms, suma de manifestaciones culturales. Nuestras agrupaciones indgenas jams quedarn satisfechas con esta denicin. Porque ellas saben bien que son mucho ms que eso. Lo han sido a lo largo de su historia y continan sindolo. Y quieren seguir sindolo en el futuro.

El concepto de comunidad indgena es corporativamente ms rico. Encierra ya rasgos de actividades comunes, solidaridad grupal, territorio comn etc. Pero el concepto de comunidad, desde el punto de vista antropolgico, representa unidades pequeas, operativas, geogrcamente bien delimitadas, donde ejercen un dominio o control gracias a sus actividades agrcolas, ganaderas u otras. Redeld la deni como: un ente que 1) tiene conciencia de grupo, 2) pequeo, 3) homogneo, 4) auto-suciente. Si bien es cierto que estas comunidades indgenas existen entre nuestras agrupaciones o etnias indgenas, ellas mismas son solo parte de entidades ms grandes, de corporaciones ms fuertes por su auto-conciencia de grupo, nmero de personas tradiciones y memoria histrica reservada por siglos. Pero si aceptamos tan solo el trmino comunidades indgenas, dividimos y parcelamos su sentido de identidad grupal. Ya no tendran los aymaras, pascuenses, mapuches o atacameos algo (un ser corporativo) que los identique como tales. Habra comunidades de aymaras, atacameos, mapuches o pascuenses. Pero no habra una entidad pascuense, una entidad aymara, una entidad mapuche.

Una identidad se compone de varias entidades. Si omitimos el trmino pueblo indgena o algn equivalente, igualmente rico de contenido y signicacin, es obvio que destruimos la identidad grupal. Y esto es extraordinariamente grave. Les negaramos el derecho de auto-denirse, auto-identicarse, auto-agruparse, auto-organizarse. Estaramos negando un derecho fundamental humano: el derecho a la identidad. El cual es un derecho por ser una necesidad vital de los grupos humanos. Si no aceptamos el trmino pueblo indgena o algn sustituto igualmente signicante, estamos aplicando sagazmente -como lo hemos hecho a travs de la historia - el viejo adagio romano que tan til les fue en su expansin imperial: divide eta vinces (divide y vencers). En trminos modernos: divide a los indgenas, cercena sus agrupaciones y formas de auto-identicacin grupal y terminars por absorberlos (asimilarlos) en la comunidad nacional.

Por eso abogamos por la bsqueda de un trmino altamente signicante que no se preste a malentendidos polticos, legales o constitucionales y d a




las diversas agrupaciones indgenas una verdadera identidad grupal, base de sustentacin sustentacin de sus reclamaciones y derechos.

BREVE RECAPITULACIN

En las pginas que anteceden, hemos ido explicando, en su devenir histrico, el sentido y alcance de diversos trminos con los que, desde, los tiempos de los griegos, se ha denominado a las agrupaciones tnicas, o etnoculturales. Descartamos, por las razones que hemos expuesto, algunos trminos como brbaros, naturales, o naciones, que si bien han sido empleados histricamente, resultan hoy inaceptables, inconvenientes, sea porque resultan ambiguos o ambivalentes, sea porque no son corporativo. El trmino nacin en la poca de la Conquista y Colonia fue un buen trmino corporativo. Hoy, a causa del desarrollo poltico a nivel mundial, resulta francamente confusivo e incluso aberrante. Nos quedan los trminos ethnos (griego ethnos) que hemos discutido al principio, y el trmino pueblos que acabamos de discutir. Ambos son muy buenos para denir y englobar el ser y el tener de nuestras agrupaciones tnico-culturales. Pero hemos visto que el segundo ha llegado a poseer en nuestras historias nacionales una connotacin tal (pueblo chileno, pueblo boliviano, pueblo peruano) que su empleo estara continuamente chocando con el uso legal del trmino. En su doble acepcin de ` pueblo (la totalidad de los chilenos) o pueblo el grupo menos culto y carente de autoridad entre los chilenos, aquel que es depositario del folklore nacional), el trmino pueblo no parece ser el indicado para nuestro propsito. El trmino ethnos es excelente, pero es extranjerizante y no ha sido reconocido an, en su plenitud social y antropolgica, por el Diccionario de la Real Academia, patrn, para muchos-, del buen decir. Qu hacer entonces? Al parecer, estaramos en un callejn sin salida.

NUESTRA PROPOSICIN: DEL TRMINO ETHNOS AL TRMINO ETNIA

1. Existe una salida bastante decorosa a este impasse. El uso reciente en el mbito antropolgico, etnolgico y lingstico de una voz nueva, originaria del griego, pero ya inserta en nuestro vocabulario cientco antropolgico que no tiene los inconvenientes que sealbamos* recin, propios del trmino pueblo y que tiene la ventaja de poseer un idntico contenido, en cierto modo ms rico que el trmino pueblos. Posee, hay que reconocerlo, ciertos inconvenientes que nos parecen fcilmente superables.




La voz es ciertamente nueva. Slo en la ltima edicin del Diccionario de la Real Academia Espaola ha sido reconocida y aceptada. La voz, es cierto, no es conocida de las agrupaciones indgenas, las que no la han integrado a su vocabulario. Y esto -debemos aceptarlo- es un escollo en nuestro camino. Sin embargo, creemos que bien vale la pena intentar sugerirla, a falta de otra y ante la certeza de que la voz pueblos, omitida ya y descartada en la Cmara de Diputados, ser igualmente, ignorada en la Cmara Alta, esto es, en el Senado, y por las mismas razones.

La voz a que hacemos referencia es etnia o etnia, castellanizacin reciente del trmino griego ethnos que estudiramos al comienzo de este artculo.

2. El uso reciente del trmino etnia o etna. No sabemos a ciencia cierta de cundo data el uso antropolgico de este trmino. Lo hemos hallado en publicaciones de autores importantes en el campo de la Antropologa mexicana, peruana, boliviana y chilena. De aqu extraer algunas citas ilustrativas que muestran hasta qu punto el trmino es valioso para designar a nuestras agrupaciones tnico-culturales.

La ms antigua que he encontrado (sin duda habr anteriores) se debe a la etnohistoriadora peruana Mara Rostworowski de Dez Canseco. Su obra dedicada al estudio de las agrupaciones indgenas de la costa peruana prehispnica se rotula: Etna y Sociedad, y fue publicada por el Instituto de Estudios peruanos en enero de 1977. As, captulos de la obra se titulan Las etnas del valle del Chilln, o Poblacin y ubicacin de las etnas indgenas. A qu grupos se reere? A grupos tnicos que merecen el calicativo de seoros en el lenguaje antropolgico, o sea, agrupaciones que contaban con poblaciones fuertes, de varios miles de habitantes como los Colli (una waranka de mil tributarios), o los de Carabayllo, que formaban una poblacin de un hunu (diez mil tributarios), esto es, una poblacin de cerca de 50.000 habitantes. Son grupos tnicos de lengua y cultura particular, que all se discute largamente.

Poco despus, en 1979, en un sugerente artculo titulado: Etnas indgenas y cultura nacional mestiza, el antroplogo mexicano Miguel Len Portilla nos ofrece la siguiente denicin de etnia, que -como veremos- coincide perfectamente con el concepto antropolgico de pueblo: Por encima de diferencias y matices, parece posible describir la connotacin de etnia en cuanto signica un grupo, de magnitud variable, unicado linguistica y




culturalmente, consciente de su existencia y, ms precisamente, con un sentido de identidad... Y contina:

Si bien en toda etnia o unidad tnica, hay una propagacin hereditaria de lo biolgico y una continuidad de lo cultural, ocurren tambin en ella cambios que se van sucediendo y que pueden propiciar diversas formas de enriquecimiento del grupo, o, por el contrario, la prdida de su equilibrio dinmico, con consecuencias, en diversos grados, adversas (1979: 602).

Aqu, sobre la base admitida de un legado biolgico (lo racial, que no se seala como `puro), se insiste en la existencia de lo cultural, con la posesin de una lengua y cultura peculiar. Se admiten diferencias y matices que sin duda ataen a la lengua y a otras expresiones culturales, pero se enfatiza el sentido de identidad. Esta denicin nos parece valiosa, por cuanto une al sustrato biolgico que posee ya el ethnos, una clara y diferenciadora connotacin cultural en mltiples expresiones. El concepto de Etnia, pues, con toda evidencia, sobrepasa ampliamente la categora meramente biolgica o racial que s le sirve de basamento morfolgico-fsico.

Ya en el ao 1954, el etnlogo alemn Kunz Dittmer en su obra Allgemeine Volkerkunde (Braunschweig; 1954) haba dicho, en referencia el ethnos:

Seremos particularmente justicieros con respecto a los hechos etnolgicos (volkerkundilichen), si documentamos (belegen) a las formaciones grupales humanas (menschliche Gruppenbildungen) mediante el concepto neutral de unidades tnicas. Estas son de un tamao variable, unicadas linguistica y culturalmente, con matrimonio endogmico, y concientes de su existencia. En ellas, no solamente las condiciones hereditarias son transmitidas y modicadas (adaptacin biolgica) sino tambin transmitidos y formados nuevamente los bienes del espritu (adaptacin cultural).(Dittmer, 1954: 26-27). (traduccin nuestra)

Ethnos o unidad tnica es el trmino que a juicio de Dittmer, hace ms justicia a las agrupaciones humanas dotadas de raza y cultura peculiar. Estas unidades tnicas, corresponden muy exactamente a nuestras etnas (o etnias).

El uso del trmino etnia se ha ido haciendo ms y ms comn. As, un libro dedicado al estudio de las agrupaciones indgenas de Bolivia y sus lenguas, fue publicado por el Instituto Boliviano de Cultura, en La Paz (1985)




con el sugestivo ttulo de Etnias y Lenguas de Bolivia Junto con la lengua, se examina en l la totalidad de las expresiones culturales ms notables de los distintos grupos tnicos. Sus autores, Pedro Plaza Martnez y Juan Carvajal, usan indistintamente las voces minoras tnicas grupos tnicos o simplemente etnas a las agrupaciones tnicas de su pas, incluyen a las numerosas etnas quechua y aymara.

Finalmente, en 1989 fue publicado en Santiago una obra titulada: Grupos aborgenes chilenos. Su situacin actual y distribucin territorial. Sus autores, Manuel Dannemann (folklorlogo) y Alba Valencia (Lingista), usan de modo connatural el trmino etnias. En uno de sus prrafos sealan: Esta obra (se reere a Introduccin a Isluga, de Gabriel Martnez S.A.)... permite comprobar algunos considerables cambios en la cultura aborigen de esta localidad, tambin observable en toda el rea habitada por las etnias en referencia... (1989:14).

Poco despus, se referir a la etnia atacamea. Si bien, en primera instancia contempla el inters por la parte morfolgica-fsica, hay, en cada captulo consagrado a una etnia nacional, referencias al medio ecolgico, donde viven y a sus expresiones culturales y socio-comunitarias.

Sea que pronunciemos etna como los mexicanos y peruanos, sea que la pronunciemos etna (forma que parece consagrarse en nuestro pas), la voz se presta extraordinariamente bien para designar a nuestras unidades tnicas, como dira Dittmer, grupos tnicos -como generalmente se ha dicho- o grupos etnoculturales, en que se quiere enfatizar tanto el aspecto biolgico-racial como el propiamente cultural. Porque en este concepto intervienen los siguientes elementos distintivos:

a) Un origen racial indgena, aunque -como anota Len-Portilla- sea fuertemente mestizado;

b) Una lengua comn, cualquiera sea el estado de prdida o de decadencia en que se encuentre. Incluso en el caso de nuestros atacameos, la extincin de la lengua no es bice a la existencia de supervivencias lingsticas; toponmicas o rituales, como de hecho sucede;

c) Expresiones culturales comunes, compartidas por la mayor parte de la comunidad, mxime al nivel del rito y la ceremonia de origen ancestral;

d) Un territorio que usan en comn, sea porque emplean sus bofedales y vegas de altura, en forma comunitaria, sea porque mantienen en la familia




extensa, las tierras agrcolas que la sociedad chilena les ha obligado a poseer a ttulo privado, so pena de perderlas;

e) Una auto-conciencia de su ser propio, esto es, auto-conciencia de su identidad como pueblo. Auto-identicacin tnico-cultural.

f) Una tendencia, an perceptible, a la endogamia tnica, si bien el fuerte mestizaje* debilita ms y ms estos lazos de parentesco intra-tnico. La presencia de apellidos claramente reconocibles como originarios y propios de determinadas aldeas o caseros y su repeticin casi mecnica, en ellos revelan la fuerte dosis de endogamia an vigente.

g) La conservacin de algunas expresiones artsticas y artesanales propias de la etnia. Un caso es la presencia de alfarera en varios pueblos atacameos. Del trabajo textil o de cestera, segn los recursos disponibles, en otros pueblos.

CONCLUSIN

Sobre la base de todos los antecedentes aqu acumulados y en vista de las dicultades insalvables que ofrece el trmino pueblo en el caso de nuestras agrupaciones tnicas, minoras, o simplemente grupos culturales, proponemos el uso de la voz etnia o etna (como se preera), conscientes de su macizo contenido tanto biolgico, como, sobre todo, antropolgico-cultural. Sin presentar problemas de tipo legal, poltico o social, el trmino nos parece, de lejos, el ms adecuado para servir de alero a nuestros grupos aborgenes. Tal cosa hemos propuesto al Honorable Senado, en la Comisin especial conformada para la discusin y estudio de la Nueva Ley Indgena, el 22 de abril de 1993. El trmino -por lo que ha trascendido - ha sido aceptado por su clara y precisa connotacin antropolgica, por el uso ya consagrado en la literatura especializada y por la aceptacin de la voz, con el mismo sentido que hemos propuesto, en la ms reciente edicin del Diccionario de la Lengua Espaola, de la Real Academia Espaola.

Ofrecemos este estudio a los lderes y miembros de las comunidades indgenas de Chile con el objeto de claricar conceptos, aunar posiciones y luchar por la adopcin de un trmino que - como ningn otro- los identica y les otorga un contenido etnolgico y antropolgico-cultural, rme, libre de interpretaciones equivocadas.




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