Pueblo v. Rodríguez Aponte - 116 DPR 653 (1985)

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    Pueblo v. Rodrguez Aponte, 116 DPR 653 (1985)

    El Pueblo de Puerto Rico, apelado v. Catalino Rodrguez Aponte, acusado y apelante.El Pueblo de Puerto Rico, apelado

    v.Catalino Rodrguez Aponte, acusado y apelante.

    Nmero: O-84-833

    Resuelto: 14 de noviembre de 1985 Peticin de

    NOV 14, 1985

    En El Tribunal Supremo De Puerto Rico.

    Certioraripara revisar una Resolucin de Fernando Campoamor Redin, J. (Arecibo), que denegrevisar resolucin del Tribunal de Distrito que permite la presentacin por el imputado de ciertostestigos. Revocada.

    Roberto Schmidt Monge, Procurador General, Rose Mary Corchado Lorent, ProcuradoraGeneral Auxiliar, abogados de El Pueblo; Jos A. De La Texera, abogado del recurrido.

    El Juez Asociado Seor Negrn Garca emiti la opinin del Tribunal.

    **1 I

    Contra Catalino Rodrguez Aponte se presentaron cinco denuncias que le imputan los delitos detentativa de asesinato e infraccin a los Arts. 6 y 8 de la Ley de Armas. Para la vista preliminarsu abogado solicit la citacin de once (11) testigos, diez (10) de los cuales figuraban al dorso delas denuncias como testigos de cargo. El Tribunal de Distrito accedi.

    En la vista, el fiscal present el testimonio de cuatro (4) testigos. Fueron contrainterrogados porla defensa y se puso a su disposicin copia de sus declaraciones juradas. El fiscal se reserv parael juicio en su fondo los restantes seis (6) testigos y someti los casos.

    *659 Subsiguientemente,el abogado de Rodrguez Aponte procedi a llamar como testigo dedefensa a una de las testigos de cargo no presentada por el Ministerio Pblico. ste se opuso.Adujo que se trataba de una testigo de cargo. La defensa argument que la testigo haba sidocitada conforme su pedido. El fiscal replic para indicar que desconoca la existencia de esasolicitud y orden, y que era contraria a derecho. El tribunal sostuvo la presentacin de esostestigos en el balance de la justicia.

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    Inconforme, el Ministerio Pblico present un recurso de certiorari en el Tribunal Superior, Salade Aibonito. Le fue negado. Acudi a este foro. Concedimos al imputado Rodrguez Apontetrmino para que compareciera a mostrar causa por la cual no deberamos dejar sin efecto ladeterminacin del Tribunal de Distrito.

    IILa solucin del caso est enmarcada en los propsitos de la vista preliminar,NOTANOTA1segn visualizados en la Regla 23 de Procedimiento Criminal. Sin embargo, antes de realizar eseanlisis, la tesis del *660 imputado Rodrguez Aponte exige que previamente repasemos algunosprincipios elementales que sirven de basamento a nuestro procedimiento penal vigente.

    Primero, nuestra Constitucin establece en la etapa del juicio el derecho de todo acusado acarearse con los testigos de cargo y obtener la comparecencia compulsoria de testigos a su favor.Sec. 11, Art. II. El juicio en su fondo es el momento realmente culminante y crtico. All es quese adjudica en sus mritos su culpabilidad o inocencia.

    Segundo, el derecho a contrainterrogar y presentar prueba a su favor en una etapa anterior aljuicio, como lo es la vista preliminar, necesariamente debe evaluarse contra el trasfondo de lodispuesto en las Reglas de Procedimiento Criminal. Excepto limitadas excepciones, la normageneral es la dispuesta en la Regla 95, que slo autoriza el descubrimiento de prueba sobredeterminados objetos, libros, documentos y papeles que no fueren declaraciones juradas, conexcepcin de la declaracin del propio acusado despus de haberse presentado la acusacin.(nfasis suplido.)

    Tercero, la gnesis de la vista preliminar es estatutaria, no constitucional. Por tal razn no escorrecto ni jurdicamente apropiado como mtodo adjudicativo el anlisis terico que

    transtermina mecnicamente los preceptos constitucionales a las Reglas de ProcedimientoCriminal.

    **2 Cuarto, existen diferencias fundadas y legtimas en cuanto a la extensin y contenido de losderechos en el mbito procesal. La dinmica vara en atencin a las distintas etapas. Esta variantees evidente en el rea del derecho de un acusado a interrogar los testigos de cargo antes y duranteel juicio. Con anterioridad al juicio, el derecho del imputado a interrogar o entrevistar los testigosde cargo est circunscrito a slo la voluntad de los testigos.Hoyos Gmez v. Tribunal Superior,90 D.P.R. 201 (1964).NOTA2*661 Durante el juicio, ese derecho est limitado a que el fiscallos anuncie y no los presente. En estas circunstancias, de ordinario el Ministerio Pblico pone adisposicin de la defensa los testigos as renunciados pues de lo contrario, entrara en juego lapresuncin de la Regla 16(5) de Evidencia preceptiva de que toda evidencia voluntariamentesuprimida resultar adversa si se ofreciere. Vase Pueblo v. Campn, 34 D.P.R. 107 (1925).Renunciado el testigo de cargo, la defensa est en libertad de entrevistarlo y puede optar porpresentarlo como su testigo.

    Quinto, aparte de estas instancias (i.e., la entrevista voluntaria fuera de los procedimientos ante eltribunal y la presentacin del testigo de cargo renunciado en el juicio), no hemos reconocido

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    ninguna otra en que a un imputado le asista el derecho absoluto de poder interrogar los testigosde cargo antes del juicio en su fondo.

    Con esta perspectiva en mente concentremos en la vista preliminar. El inciso (c) de la Regla 23reza:

    Procedimiento durante la vista. Si la persona compareciere a la vista preliminar y no renunciare aella, el magistrado deber or la prueba. La vista ser privada a menos que al comenzar la mismala persona solicitare que fuere pblica. La persona podr contrainterrogar los testigos en sucontra y ofrecer prueba en su favor. El fiscal podr estar presente en la *662 vista y podrtambin interrogar y contrainterrogar a todos los testigos y ofrecer otra prueba. Al ser requeridopara ello el fiscal pondr a disposicin de la persona las declaraciones juradas que tuviere en supoder de los testigos que haya puesto a declarar en la vista. Si a juicio del magistrado la pruebademostrare que existe causa probable para creer que se ha cometido un delito y que la persona locometi, el magistrado detendr inmediatamente a la persona para que responda por la comisinde un delito ante la seccin y sala correspondientes del Tribunal de Primera Instancia; de lo

    contrario exonerar a la persona y ordenar que sea puesta en libertad. El magistrado admitir laprestacin de fianza por la persona o podr mantenerla en libertad bajo la fianza prestada alordenar su arresto. Despus de que terminare el procedimiento ante l, el magistrado remitirinmediatamente a la secretara de la seccin y sala correspondientes del Tribunal de PrimeraInstancia todo el expediente relacionado con dicho procedimiento, incluyendo cualquier fianzaprestada. En el expediente se har constar la fecha y sitio de la vista preliminar, las personas quea ella comparecieron y la determinacin del magistrado. (nfasis suplido.)

    **3 En la expresin recalcada ofrecer prueba a su favor se apuntala el reclamo del imputadoRodrguez Aponte. Analicmoslo.

    La vista preliminar no fue adoptada en Puerto Rico hasta el 1ro de julio de 1964. Sin embargo,desde finales de la dcada del 1950 era objeto de discusin en los foros jurdicos del pas. As, enla primera Conferencia Judicial de Puerto Rico el Comit de Procedimiento Criminal, por voz desu Presidente, Lic. Francisco Ponsa Feli, expuso de este modo su concepcin original:

    La Regla adoptada, habrn visto ustedes, est fundamentalmente inspirada, o basada, ms bien,en la Regla Federal. En una Regla que, como todas las disposiciones Federales de procedimientocriminal, est concebida en trminos generales, en trminos amplios, en trminos y conceptosabarcadores, sin el ms mnimo esfuerzo por puntualizar o recurrir al *663 detalle. La vistapreliminar, segn podemos ver de la disposicin (b) de la Regla 18, y de la disposicin (c) de laRegla 18, es una en la cual el acusado tendr derecho a estar representado por abogado, tendrderecho a repreguntar testigos contrarios y a ofrecer testigos a su favor, y la misin delmagistrado ser, a base de la prueba que escuche, determinar la existencia de causa probable.Concepto conocido por todos y cuyo contenido jurdico, naturalmente, las Reglas no intentandefinir, puesto que lo tiene ya a base de la doctrina jurisprudencial de existencia de causaprobable. Luego, el fiscal, naturalmente, no vendr obligado a ofrecer toda su prueba ni cosa quese parezca. Ofrecer prueba suficiente para que, a base de esa prueba, el magistrado pueda hacerdeterminacin afirmativa de causa probable. (nfasis suplido.) Memoria de la Primera SesinPlenaria de la Conferencia Judicial de Puerto Rico, 1958, pg. 144.

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    La ausencia de detalles en su redaccin ha dado margen a mltiples requerimientos forenses einterrogantes judiciales. Muchas han sido resueltas jurisprudencialmente. Esa casustica nos hapermitido pronunciarnos sobre su funcin bsica, a saber, limitada a la determinacin deexistencia o no de causa probable para creer que se ha cometido un delito y que el mismo ha sidocometido por el acusado. Tambin tiende a evitar que se someta a un ciudadano arbitraria e

    injustificadamente a los rigores de un proceso criminal.Pueblo v. Opio Opio, 104 D.P.R. 167,171 (1975); Pueblo v. Lpez Camacho, 98 D.P.R. 700, 702 (1970); Pueblo v. Figueroa Castro,102 D.P.R. 279, 284 (1974).

    En el descargo de esa encomienda, el Ministerio Fiscal debe presentar prueba que a juicio delmagistrado establezca la comisin de un delito y la probabilidad de que el imputado locometi.El propsito de la vista preliminar es tratar con probabilidades, tanto en lo referente a lacomisin de un delito como en cuanto al autor de dicho delito. [H]ay envuelta una doblesituacin de probabilidades: la de que determinado delito haya sido *664 cometido y la de quedeterminada persona lo haya cometido. N. Frattallone, La Vista Preliminar, 63 Rev. Der.Puertorriqueo 231, 234 (1977). No se trata de una adjudicacin final. Su funcin no es

    establecer la culpabilidad o inocencia del acusado, sino averiguar si en efecto el Estado tieneadecuada justificacin para continuar con un proceso judicial. En esta etapa, la prueba no tieneque evidenciar ms all de duda razonable la culpabilidad del acusado.

    **4 Corolario de esta visin, el Ministerio Fiscal no est en la obligacin de presentar toda laevidencia que posea en contra del acusado.Pueblo v. Lpez Pumarejo, 113 D.P.R. 349 (1982).Solamente aquella constitutiva del quantum necesario para establecer que existe causa probablesobre todos los elementos del delito y su conexin con el imputado. Vzquez Rosado v. TribunalSuperior, 100 D.P.R. 592 (1972). Por ende, aunque el peso de la prueba sobre causa probableincumbe al fiscal, sta no tendr que ser de tal manera convincente como para sostener unaconviccin.Pueblo v. Figueroa Castro, supra. Aun as, tiene que estar sostenida por pruebaadmisible, que establezca prima facie, un caso contra el imputado. Martnez Corts v. TribunalSuperior, 98 D.P.R. 652 (1970).

    Por la naturaleza de la vista preliminar, la evaluacin del magistrado sobre la credibilidad de lostestigos, est supeditada al quantum de la prueba requerida en esta etapa procesal. Si de la pruebapresentada no surge la probabilidad de que se haya cometido el delito o de que el acusadoprobablemente lo cometi, ser su deber exonerarlo y ordenar su libertad.Pueblo v. Tribunal deDistrito, 97 D.P.R. 241 (1969).

    La determinacin de causa probable goza, como todo dictamen judicial, de presuncin legal decorreccin.Pueblo v. Tribunal Superior, 104 D.P.R. 454, 459 (1975); Rabell Martnez v. TribunalSuperior, 101 D.P.R. 796, 798-799 (1973). Finalmente hemos resuelto que aunque el magistradohaya *665 determinado la existencia de causa probable para acusar, el fiscal no est obligado apresentar la acusacin correspondiente de as creerlo adecuado. Regla 24 de ProcedimientoCriminal; Pueblo v. Quiones Natal, 94 D.P.R. 582, 584 (1967).

    En resumen, nuestra jurisprudencia ha establecido que: (1) el objeto central de la vista preliminarno es hacer una adjudicacin en los mritos en cuanto a la culpabilidad o inocencia del acusado;(2) aunque se trata de una funcin propiamente judicial, no es un mini juicio; (3) el fiscal no

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    tiene que presentar toda la prueba que posea; (4) la vista est encaminada a proteger a la personaimputada a travs de un filtro o cedazo judicial por el cual el Estado tiene que pasar prueba, ydemostrar si est justificado o no a intervenir con la libertad de un ciudadano y someterlo a losrigores y contingencias de un juicio plenario, y (5) una vez se demuestra y se justifica estaintervencin, la vista ha cumplido su propsito de ley.NOTA3 Desde su concepcin original la

    nica modificacin que experiment fue la adoptada mediante Resolucin de este foro el 24 deenero de 1967, que en virtud de la Sec. 6, Art. V de la Constitucin ante la inaccin de laAsamblea Legislativa dispuso que al ser requerido, el fiscal pondra a disposicin del imputadolas declaraciones juradas que tuviera en su poder de los testigos sentados a declarar en dichavista.

    **5 Algunos estudios abogan porque a la misma se hagan extensivos los mecanismos dedescubrimiento de prueba.NOTA4

    *666 Enausencia de un planteamiento constitucional persuasivo de debido proceso deley,NOTA5 hemos resuelto que en cuanto a los medios de descubrimiento de prueba sitan al

    Pueblo en desventaja frente al acusado [o viceversa] y si conviene a una mejor administracin dejusticia penal que se equiparen es cuestin a ser determinada por las leyes y no mediante decisinjudicial. Pueblo v. Tribunal Superior, 99 D.P.R. 104 (1970).

    Al presente los estudiosos identifican dos modelos o tipos generales para enmarcar la razn deser de la vista preliminar: visin retrospectiva (backward-looking) y prospectiva (forward-looking).

    Como este trmino sugiere, la preocupacin primaria de la vista retrospectiva es con respecto a lalegalidad del arresto y la validez de la detencin. La pesquisa en la vista se manifiesta en lainvestigacin hacia el pasado, al momento del arresto. Est diseada para detectar detenciones

    ilegales de todas clases. Su inters se centra en una revisin de la legalidad de la detencin. Seenfatiza el aspecto de la naturaleza preliminar no determinante ni final del procedimiento. Elprocedimiento no es un juicio sino un mecanismo inicial para cotejar la validez del arresto. Elforo de la investigacin se concentra mayormente en los hechos que dieron lugar al arresto, encontraste con la posible inocencia o culpabilidad del acusado desde el punto de vista jurdico.

    *667 Elmodelo de visin prospectiva se orienta hacia el futuro: el juicio. El inters gira encuanto a la probabilidad de culpabilidad o inocencia del acusado. Se destaca una preocupacinpor evitar o prevenir ulteriores procedimientos inecesarios. Por el papel central y ms activo quejuega el magistrado, se enfatiza su carcter ms judicial, en contraste con el primer modelosealado. Puede apreciar la credibilidad de testigos y debe estar dispuesto a desestimar los cargosde estimar insuficiente la prueba presentada por el Estado. Este ltimo aspecto es fundamental enel modelo prospectivo.

    En Puerto Rico, segn hemos visto, nuestra doctrina jurisprudencial reconoce que la vistapreliminar tiene caractersticas de ambos modelos (eclctica). Se aproxima tmidamente hacia lavisin prospectiva. Bajo esta premisa, nuestra funcin adjudicativa no es irrestricta. Repetimos,excepto ante planteamientos constitucionales meritorios al amparo del debido proceso de ley, lareformulacin, ampliacin y orientacin de la vista preliminar es cuestin que cae en el mbito

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    del poder de reglamentacin (rule making power) de este foro conjuntamente con la AsambleaLegislativa. Sec. 6, Art. V de la Constitucin.

    Hechas estas aclaraciones, notamos que la peticin del imputado Rodrguez Aponte de reclamarpara s un derecho absoluto a presentar los testigos que el Ministerio Fiscal reserv para el juicio

    en su fondo, desnaturalizara el propsito de la vista preliminar. Hemos visto cmo en dichaetapa el Estado no viene obligado a usarlos todos, como tampoco demostrar ms all de dudarazonable la culpabilidad del imputado. La vista no es ni debe convertirse en un mini juicio ojuicio preliminar; menos usarse como medio para prematura e incidentalmente extender ms allde lo permisible el descubrimiento de prueba oral (y declaraciones juradas) de los testigos decargo. Para este fin el imputado tiene los mecanismos previstos en la Regla 95 de ProcedimientoCriminal.

    **6 *668 Porel carcter limitado de la vista preliminar, la prerrogativa del Ministerio Fiscal deno presentar en la misma toda la prueba que posea no activa la presuncin que la Regla 16(5) deEvidencia contempla para el juicio. En consecuencia, no puede estimarse que tiene que poner a

    disposicin de la defensa los testigos anunciados en la denuncia y no presentados en la referidavista.

    Aun cuando es cuestin sujeta a debate acadmico, en nuestro ordenamiento subsiste el enfoquede que el sumario fiscal no est sujeto a un descubrimiento total y absoluto. El derecho quereconoce la Regla 23 de Procedimiento Criminal al imputado a ofrecer prueba en su favor en lavista preliminar no tiene ese alcance. No es irrestricto. Uno de los lmites gira precisamente entorno a la accesibilidad a los testigos de cargo en esta etapa.

    Al trazar estas coordenadas procesales, estamos conscientes de los riesgos que presentan lasestrategias forenses susceptibles de ser desarrolladas por el Ministerio Fiscal o la defensa en

    torno al uso potencial de testigos. Tericamente, la ruta podra ser bidireccional: testigos decargo anunciados como de defensa o los de defensa como de cargo. Tal prctica, aunquereprobable, podra tener el deseado propsito de evitar que un adversario legtimamente pudierapresentarlos en la vista preliminar, o lograr incidentalmente descubrir prueba no accesible en esaetapa. La cuestin la hemos ponderado contra dos postulados recprocos y fundamentales queinspiran el proceso judicial: la bsqueda de la verdad y que todo testigo es deudor de ese ideal,independientemente de la caracterizacin que en las distintas fases del fenmeno procesal se leatribuya.

    La complejidad del dilema no debe dejar un vaco adjudicativo. Si bien rechazamos elautomatismo procesal que sirve de base al planteamiento de la defensa, no debemos cerrar laspuertas a situaciones meritorias y *669 excepcionales. Son remediables. Independientemente deque la defensa tiene el derecho a entrevistar los testigos de cargo segn lo pautado en HoyosGmez v. Tribunal Superior, supra, en contraste con la prohibicin que recae sobre elMinisterio Fiscal, Pueblo v. Tribunal Superior, supra resolvemos que en casos apropiados losmagistrados en la vista preliminar estn facultados discrecionalmente para atender cualquierreclamo genuino de un imputado, basado en que determinado testigo de cargo puede aportarevidencia que excluira la determinacin de causa probable. Ello es funcin inherentementejudicial. Ni la visin ms limitada como tampoco la ms abarcadora de vista preliminar es bice

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    para una determinacin remedial si el Ministerio Pblico ha actuado con mala fe al anunciarcomo suyo un testigo que, a sabiendas, slo podra beneficiar a la defensa.

    Esta prerrogativa debe estar precedida de una ponderada reflexin segn el contexto de cadacaso. Su ejercicio est condicionado. A tal efecto, cuando en la vista preliminar un imputado

    reclame un testigo consignado al dorso de la denuncia como testigo de cargo, deber hacer unademostracin prima facie de que ese testigo puede aportar prueba exculpatoria querazonablemente y con toda probabilidad, derrotara la estimacin de causa probable para acusar.Cf. Pueblo v. Cancel Hernndez, 111 D.P.R. 625 (1981). No basta una simple alegacin.[E]lacusado no tiene derecho a una expedicin de pesca en los archivos de fiscala.Pueblo v.Romero Rodrguez, 112 D.P.R. 437 (1982). Hecha esa demostracin, corresponder entonces almagistrado examinar en ausencia de las partes la declaracin jurada de ese testigo. Ms quesimples contradicciones u omisiones no esenciales cuestiones que corresponden propiamente alproceso de dirimir credibilidad en el juicio en su fondo el examen versar sobre los elementosdel delito y las probabilidades de que el imputado lo cometi. Si en efecto, con ese examenqueda convencido de que el testigo de cargo podra aportar prueba que exonere al imputado, por

    excepcin, ordenar que preste *670 testimonio. De no mediar esa circunstancia, el magistradodeclarar sin lugar el pedido de la defensa de usar los testigos de cargo.

    **7 III

    En el caso de autos, el rcord est hurfano en cuanto a demostracin prima facie de que lapresentacin de cualesquiera de los testigos del Ministerio Fiscal podra producir pruebaexculpatoria. La mocin de la defensa no contiene elementos de juicio en qu apoyar el dictamendel Tribunal de Distrito. En estas circunstancias, debemos revocarla y devolver el caso para quela defensa, sujeto al trmite aqu pautado, tenga la oportunidad de demostrar la procedencia de susolicitud.

    El Juez Asociado Seor Hernndez Denton concurre en el resultado sin opinin.

    NOTA1. En su perspectiva histrica la actual vista preliminar guarda alguna semejanza con elCoroners Inquest, de procedencia inglesa y cuyas races eran los estatutos de Philip andMary, de mediados del siglo 16. Nota, The Preliminary Hearing: an Interest Analysis, 51 IowaL. Rev. 164 n. 4, 165 n. 7 (1965); citando a: 1 Holdsworth, A History of English Law 295-296(3ra ed. 1922); 1 Stephen, A History of Criminal Law of England 217 (1883); Orfield, CriminalProcedure from Arrestto Appeal 49, 72-75 (1947). Bajo estos estatutos la pesquisa era ms biende naturaleza inquisitorial, diseada para detectar y exponer a un cuidadano al cual se lepresuma culpable. Stephen, op. cit., pgs. 221-222. Se conduca en secreto. El acusado no tenaderecho a estar representado por abogado. Con frecuencia era torturado. Se le negaba elexaminar los testigos en su presencia. Cualquier informacin obtenida le era comunicadasolamente al representante del Estado. Salvo la posibilidad de que durante el procedimiento,discrecionalmente se le fijara fianza, todo el trmite estaba diseado para favorecer o redundabaen beneficio de la parte acusadora. Para ms detalles histricos vanse: Nota, op. cit.; M. J.Godreau, La Vista Preliminar, 34 Rev. Jur. U.P.R. 77 (1965) citando a P. J. Kauper, JudicialExamination of the Accused, 30 Mich. L. Rev. 1224-1234.

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    NOTA2. All dijimos:Si los testigos aqu aludidos estn prestos voluntariamente a entrevistarse y conferenciar con elabogado del peticionario, no existe obstculo para ello y puede llevarse a efecto sin necesidad deorden judicial previa. Pero tenemos que resolver que bajo nuestro estado de derecho procesalpositivo al peticionario no le asiste la prerrogativa de obtener una orden mandatoria del Tribunal

    de instancia para que los testigos mencionados comparezcan a su Sala antes de la fecha del juicioa fin de ser entrevistados o interrogados por la defensa, y a invocar el poder coercitivo delTribunal a tal efecto. Pgs. 205-206.El reverso de esta norma la expusimos en Pueblo v. Tribunal Superior, 99 D.P.R. 98 (1970), enque resolvimos que un fiscal carece de autoridad para citar, so pena de desacato, y tomarlesdeclaraciones juradas a testigos anunciados por un acusado para sustanciar su defensa.

    NOTA3. Adems, es un mecanismo que sirve el propsito de impedir que acusaciones frvolas einsustanciales recarguen la labor del sistema de justicia, consumiendo el tiempo de los jueces,fiscales, jurados y dems funcionarios que han de intervenir en el juicio. Hernndez Ortega v.Tribunal Superior, 102 D.P.R. 765 (1974). El carcter privado de la vista, salvo renuncia del

    imputado, tiende a minimizar el impacto negativo publicitario de quien finalmente es exonerado.NOTA4. La Comisin para el Estudio de la Fiscala y Representacin Legal del Estado delConsejo Sobre la Reforma de la Justicia en Puerto Rico, de 26 de septiembre de 1974,recomend el que la defensa pueda obtener las declaraciones juradas de los testigos de cargo queaparecen en la denuncia en cualquier momento luego de determinarse la existencia de causaprobable para el arresto. Pgs. 133-135. Vase una recomendacin similar en el Informe delcomit sobre normas y objetivos para acelerar el trmite de casos en el Tribunal de PrimeraInstancia. Diciembre 1984, Vol. I.

    NOTA5. As, en Pueblo v. Ribas, 83 D.P.R. 386 (1961), reconocimos el acceso a las

    declaraciones juradas de testigos, luego que declararan en juicio, como parte del derecho alcontrainterrogatorio, y en Pueblo v. Quiones Ramos, 99 D.P.R. 1 (1970), permitimos la entregade las declaraciones juradas de testigos renunciados por el fiscal por resultar prueba acumulativa.Vase tambin Pueblo v. Daz Daz, 86 D.P.R. 558 (1962).