Qué es el carácter

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¿Qué es el carácter? El carácter se trata del conjunto de rasgos psíquicos que se manifiestan en los modos típicos de actuación de cada persona. Es una expresión de la personalidad afectiva total, es el resultado de la mezcla de los aspectos emocionales, intelectual y volitiva de la personalidad, aspectos que son rasgos del carácter. El carácter debe tener unidad y estabilidad. La unidad integra distintos dementes (tendencias, deseos, instintos, necesidades) y les da un sentido. La estabilidad es la permanencia de la unidad. Sin las dos condiciones no existe carácter pues las personas son inestables, caprichosas, cambian inesperadamente. El verdadero carácter aparece desde la niñez y dura toda la vida. Estructura del Carácter Los distintos aspectos y cualidades psíquicas del carácter están ligados entre sí, forman una organización relativamente integral, la cual es la estructura del carácter. Las cualidades del carácter no solo están interrelacionadas sino que tiene coherencia forman sistemas (complejos sintomáticos) que permiten, si se conocen algunas cualidades, deducir con certeza otras de ellas, por ejemplo, a la jactancia y agresividad le son afines cualidades como la ostentación, la insensibilidad y la falta de sinceridad. El carácter es una peculiaridad individual, en cada persona se presentan complejos sintomáticos, combinaciones de cualidades que resultan de la forma propia en que se formó el carácter. Clasificación del carácter Para Carl G. Jung (1875 - 1951) los caracteres se reducen a dos tipos principales: introvertidos y extrovertidos. Los introvertidos se orientan hacia lo que ocurre en su interior, meditan mucho antes de actuar, son vacilantes, desconfiados, miedosos. El extrovertido es atraído por las

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¿Qué es el carácter?

El carácter se trata del conjunto de rasgos psíquicos que se manifiestan en los modos típicos de actuación de cada persona. Es una expresión de la personalidad afectiva total, es el resultado de la mezcla de los aspectos emocionales, intelectual y volitiva de la personalidad, aspectos que son rasgos del carácter.

El carácter debe tener unidad y estabilidad. La unidad integra distintos dementes (tendencias, deseos, instintos, necesidades) y les da un sentido. La estabilidad es la permanencia de la unidad. Sin las dos condiciones no existe carácter pues las personas son inestables, caprichosas, cambian inesperadamente. El verdadero carácter aparece desde la niñez y dura toda la vida.

Estructura del Carácter

Los distintos aspectos y cualidades psíquicas del carácter están ligados entre sí, forman una organización relativamente integral, la cual es la estructura del carácter. Las cualidades del carácter no solo están interrelacionadas sino que tiene coherencia forman sistemas (complejos sintomáticos) que permiten, si se conocen algunas cualidades, deducir con certeza otras de ellas, por ejemplo, a la jactancia y agresividad le son afines cualidades como la ostentación, la insensibilidad y la falta de sinceridad.

El carácter es una peculiaridad individual, en cada persona se presentan complejos sintomáticos, combinaciones de cualidades que resultan de la forma propia en que se formó el carácter.

Clasificación del carácter

Para Carl G. Jung (1875 - 1951) los caracteres se reducen a dos tipos principales: introvertidos y extrovertidos.

Los introvertidos se orientan hacia lo que ocurre en su interior, meditan mucho antes de actuar, son vacilantes, desconfiados, miedosos. El extrovertido es atraído por las cosas externas, actúa rápido y después piensa, tiene iniciativa y es práctico, se compromete con lo nuevo y lo desconocido

Theodule Ribot (1839 - 1916) remite a tres caracteres básicos: sensitivos, activos y apáticos.

Los sensitivos: son dominados por la naturaleza afectiva, por el sentir; son muy impresionables, inquietos, pesimistas, contemplativos.

Los activos: viven para la acción, están llenos de energía, son optimistas y emprendedores.

Los apáticos: son de poca actividad y poca sensibilidad. Son indiferentes.

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El carácter de una persona influye mucho en el estudio, en el trabajo y en la vida diaria, o lo facilita o lo dificulta. Es importante que las personas conozcan su carácter. Que conozcan sus puntos fuertes y débiles, para que puedan saber qué pueden esperar de ellos. Y también, cómo deben ayudarse y estimularse en la vida.

LOS TIPOS DE CARÁCTER El nervioso:El sentimental:El Colérico:El Apasionado:El sanguíneo:

El Flemático:

El signo más característico del carácter flemático es su frialdad y su excepcional calma, es poco expresivo, franco y sencillo; su curiosidad es sin entusiasmo.

Su valor dominante está en la firme constancia con que lleva a cabo sus obras. Se aplica al trabajo con método y constancia; su actividad es fría y sin calor, pero profunda, vigorosa, tenaz y eficaz. Se propone fines determinados y precisos y no descansa hasta haberlos terminado. Actúa con convicción y en silencio.

Sus intereses son intelectuales, sus juicios incipientes, precisos y categóricos. El flemático es autónomo, circunspecto, tenaz, firme, puntual, regular y sistemático. Es ordenado y limpio. No está apegado ni al dinero, ni a las cosas, ni a los atractivos del mundo. Lleva una vida muy sencilla y aprovecha muy bien el tiempo.

Su principal cualidad es una calma especial que lo hace tener una templanza perfecta y una sabiduría sexual muy marcada. Son muy laboriosos debido a la tenacidad y constancia. Son adaptables en cualquier ambiente, no riñen.

La inteligencia del flemático es lenta, pero profunda; es de tipo conceptual, con buena aptitud para comprender lo esencial, ordenar, clasificar y sistematizar. Posee también buena memoria y capacidad de concentración; en cambio, tiene poca imaginación. Ama la lectura y se aplica seriamente al estudio.

En sus relaciones sociales, le falta espontaneidad y desenvoltura; es reservado, pero no tímido. Parece indiferente a los acontecimientos exteriores y por ello, lo juzgan como insensible. No le gusta participar en grupo, no se abre ante las personas. Le choca renunciar a sus puntos de vista, o aceptar lo que no había previsto. Posee un orgullo frío, duro, conscientemente fundado en su inteligencia, es un orgullo de indiferencia, como si los demás no existieran, de origen intelectual, sin nada de emotividad.

No ve que la religión se basa en el amor, para él es fría, árida, reducida a un esquema legislativo.

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El flemático no busca un corazón que lo comprenda ni alguien a quién imitar; para él, el formador tiene poca importancia. Lo que tiene mucha importancia, y por lo que va a la dirección espiritual, es para que se le sugieran ideas y el método para progresar espiritualmente. Él necesita un formador paciente, que le abra nuevas perspectivas apostólicas, para que su vida no se diseque en sus manías y en su frialdad. No hay que imponerle nada, sino presentarle nuevos horizontes. Para infundir calor en su vida espiritual hay que aconsejarle la oración, y el apostolado, para que nutra su vida exterior.

Hay que formarlo iluminando su inteligencia, haciéndole comprender la necesidad de ayudar a los demás, despertar en él la emotividad. Lo que le cuesta en definitiva es darse a los demás, considerarlos como personas en vez de cosas indiferentes a los que juzga duramente. Crearle disposiciones favorables que provoquen sentimientos de compasión y delicadeza.

No cambia por nada sus ideas: sólo después de un convencimiento personal y si va de acuerdo a sus intereses; por ello requiere suavidad y una dirección moral que no sea sólo de prohibiciones categóricas, sino motivaciones que pueda aceptar. Se necesita un procedimiento persuasivo y no coercitivo que crearía reacciones de oposición duras: la simpatía y el afecto no se imponen, sino que es necesario que nazcan casi espontáneamente.

Deberá esforzarse por sentir con el corazón lo que cree con la inteligencia y lo que práctica fríamente llevado por el razonamiento. Exponerle un ideal concreto, preciso y elevado. Conducirle para que abra su corazón a la caridad con el prójimo. Hay que combatir su orgullo (que sabe defender fríamente con mil razones), hacerle comprender los límites de sus posibilidades y que considere todos sus defectos bajo una luz sobrenatural.

Ama los cargos de organización o administración. Para el flemático todo trabajo ha de tener un sentido. No es la persona adecuada para crear o atender relaciones sociales, él mismo se reconoce como incapaz de ejercer una influencia inmediata sobre los demás. Cuando llega a ser administrador de una obra se vuelve conservador, poco flexible y sin espíritu de adaptación a las exigencias del momento o poco comprensivo con los demás.

Vitalizar su vida.

Es conveniente introducir en su vida la diversidad, abrir su carácter y su inteligencia, no tolerar que viva replegado sobre sí mismo, sin entregarse.

Hay que motivarlo continuamente para que pase de la comprensión abstracta, a la experiencia vivida. Que no se irrite por causa de las deficiencias ajenas. Tiene que acostumbrarse, por tanto, a la práctica de la comprensión, soportando los defectos de los demás, con el cual hará un servicio de amor.

Prevenirle contra el automatismo, que lo llevaría a la excesiva meticulosidad, a la dureza y al formalismo.

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Aconsejarle sobre la desconfianza en sí mismo; que no se crea nunca demasiado seguro, pues el orgullo es mal consejero y fácilmente puede jugarle una mala pasada.

El flemático es un carácter del cual se pueden obtener muchos elementos positivos, porque si es cierto que tiene graves deficiencias naturales, no por esto deja de poseer cualidades excelentes. Todo el trabajo de la formación en la vida sobrenatural del flemático deberá centrarse en dar vida a su psicología: que ponga sentimiento en su acción; que la luz de su inteligencia se convierta en fuego para el corazón.

Rasgos generales:

No Emotivo, Activo, Secundario.

Es una persona de hábitos, respetuosa con sus principios, puntual, objetiva y digna de crédito. En él prevalece el sentido del deber y el respeto a los demás. No improvisa, actúa con convicción y tenacidad, ysin altibajos afectivos. Rasgos difíciles:Parece impasible y poco expansivo, aunque eso no significa que no tenga sentimientos, simplemente le esdifícil exteriorizarlos. Para cambiar: Hay que intentar que sea más comprensivo que los demás y que cultive valores solidarios.

Más información:

Características del Flemático:

Extrovertido. Es el menos preocupado de los hombres. Hay introversión en los flemáticos anchos. En el colegio se muestra activo, cuidadoso, hábil en el razonamiento. En días festivos se dedicará a juegos propios prefiriendo los solitarios. Acepta sin protestas y sin entusiasmos las compañías. Es el escolar del trabajo exactamente hecho: ordenado en cuadernos, libros y pupitre. Su vida familiar se desliza exacta, sin historia, dócil y desprovista de efusión. Ama a sus padres por sentido del deber y del agradecimiento. No causa nunca inquietudes a su familia ni dificultades a sus profesores. Frialdad y mucha calma. De ahí que se le considere frío, distante, impasible y altanero. Estos chicos se aíslan gustosamente de vez en cuando. Les gustan los mecanos y las partidas de naipes. Notables jugadores de ajedrez. Poco habladores, francos, sencillos y naturales.Practican a veces el “humor en frío”. Son fácilmente adaptables, no innovadores. Son disciplinados. No son expansivos. Intereses intelectuales. Manía del orden. Extrema limpieza. Si se les encarga un trabajo de dirección lo cumplen con precisión fría. Voluntad de hacer bien los cosas, No temen el esfuerzo si se trata de intereses

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propios (intereses activos, profundos, penetrantes en los estrechos, múltiples y cambiantes en los anchos). Curiosidad intelectual. Relación. Poco deportivos. No son de grandes arranques (le falta emotividad), pero obra por convicción y con constancia.Ahorradores, puntuales, dignos de confianza. Ni vanidosos ni ambiciosos.Ejemplos de flemáticos ilusfres: Kant, Franklin, Bergson.

Tratamiento del Flemático: Despertarle la emotividad. No se conseguirá nada con tentativas violentas.

Flemático ancho: procurar contactos con él y el ambiente y los seres. No serán simpatías pero puede comenzar “comprendiendo a los demás. Le van bien los excursiones. El cree que los demás hacen comedia; hacerle ver que no. La familia tiene la misión de lanzarlo hacia la vida y abrirle las perspectivas de los demás.

Flemático estrecho: atacarle en su punto más débil: los argumentos. A veces se muestra alegre, cordial, casi afable. Recordarle luego estos momentos, rodearle de los compañeros que más le han gustado, cortar de raíz sus manías, introducir en su vida la novedad y lo inédito. No dejarle complacerse en sus meditaciones, en su separación, en sus dibujos complejos, geométricos y misteriosos. Ponerlo en contacto con lo naturaleza, que en principio no le dice nado. Hacerle ver, por ejemplo, la belleza de un paisaje. Intentar introducirle en juegos colectivos, participar en conversaciones. Su actividad triunfa (es su elemento positivo; en él hay que apoyarse). El ambiente debe ser motor e imán de esa actividad.

La inteligencia del Flemático: Es lenta, pero profunda. La favorece mocho el carácter y se adapta a todas las materias escolares. Es de tipo conceptual, con buena aptitud para comprender lo esencial, ordenar, clasificar y sistematizar lo que aprende. Muy bien dotado para las ciencias abstractas.Posee también buena capacidad memorística y de concentración. En cambio, tiene poca imaginación y un estrecho campo mental.Se adapta fácilmente a los horarios establecidos; trabaja de forma intensa y metódica; es regular y tenaz; tiene un claro sentido del deber; es dócil y puntual. Todo eso explica por qué siendo lento obtiene normalmente buenos resultados. Unicamente tiene incapacidad para la redacción. Está muy dotado para la geografía, historia, dibujo, matemática, filosofía y ortografía. Posee intereses matemáticos, sociales, filosóficos y políticos.

Cómo orientarle en el estudio: Al flemático hoy que sacarle del reducido marco en el que vive. Ello supone despertar en él nuevas inquietudes e intereses, llevándole del intelectualismo abstracto a la experiencia vivida; estimular hábitos de convivencia y participación; abrirle a nuevos conocimientos, ideas y puntos de vista; desarrollar en él virtudes altruistas (compañerismo, generosidad...); introducir en su vida lo diverso y lo desacostumbrado; estimular su creatividad.

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1. Es reposado y tranquilo. Es reflexivo y callado 2. Es muy ordenado. Le gusta trabajar solo. 3. Es puntual y se preocupa por la exactitud de todas las cosas. 4. La inteligencia del flemático es lenta, pero profunda. 5. Tiene una buena aptitud para comprender lo esencial de las cosas. 6. Es dócil y metódico.

El amorfo:

Tenemos que partir del hecho de que este carácter, junto con el apático, es el más pobre de todos porque le faltan los tres elementos positivos: no tiene la riqueza interior de la emotividad; no tiene el poder y la fuerza de la actividad y no tiene el equilibrio y la discreción de la secundariedad.

Su rasgo característico más fuerte es la pereza. No siente internamente su falta de actividad, más bien, ésta va acompañada de cierta alegría y satisfacción. Se deja arrastrar fácilmente por el ambiente, es indolente para todo y poco aseado. Su incapacidad de esfuerzo es modesta, pero no nula.

Carece de miras elevadas, se contenta con poco, se consuela enseguida ante las contrariedades, no tiene grandes aspiraciones, le basta con vivir al nivel ordinario. No tiene temor ante los peligros y las desgracias, por lo tanto es valiente al máximo. No es aprensivo, ni pesimista, está protegido contra las enfermedades nerviosas y mentales que en el mundo actual es una gran ventaja, es sociable en grado sumo. Es dócil y nada polémico, no resiste a la autoridad, es conciso y exacto, objetivo y observador. Este es su secreto de éxito en el trabajo y en la sociedad. Le gustan los deportes.

Se deja llevar por los deseos del cuerpo, es comelón, dormilón y fácilmente se deja llevar por sus bajos instintos; está sometido a las excitaciones del instante. Es indiferente a todo, aunque es inteligente no sobresale, a causa de su inercia y baja curiosidad. Razona con mucha lentitud y de forma superficial. Está incapacitado para el pensamiento abstracto. Se muestra indeciso, torpe, desordenado, abúlico e inadaptado.

No vibra por ningún ideal, ni se esfuerza ante una acción noble, no experimenta ningún sentimiento porque tiene un vacío interior, al no poseer nada de afectividad se deja llevar por el egoísmo. Vive en y del momento presente; es superficial, se deja llevar por el medio ambiente.

Carece de fervor religioso. Es él más frío de todos los caracteres. El sentimiento religioso es muy débil y superficial. No se inclina a la piedad. Cumple las prácticas cuando debe seguir a los demás. No siente deseo de perfeccionarse. No se preocupa del más allá. Está situado en las cosas de este mundo. El misterio y el sentido sobrenatural no encuadran en su psicología. Carece de vitalidad personal para comenzar por propia iniciativa un trabajo espiritual.

Escucha y acepta los consejos que se le dan, no pone resistencia alguna ni manifiesta ninguna reacción. La bondad y confianza, por una parte, y darle

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ánimos, por otra, con consejos oportunos impartidos con firme pero paternal insistencia, pueden dar efectos sorprendentes en el alma de un amorfo. Ante un formador fuerte y cariñoso cede y se deja formar. Dado que el amorfo es insensible y flojo, el formador debe poseer mucha fuerza de carácter y virtud para avivar su corazón en una actividad continua. No se deben esperar milagros, ni que se vaya a entusiasmar con ideales demasiado elevados, pero sí debe lograr un esfuerzo consciente y ordenado, a través de metas sucesivas y fáciles de alcanzar.

Al ser esclavo de su propio cuerpo, hay que empezar por el dominio de sus sentidos interiores y exteriores; que se ejercite en los pequeños sacrificios corporales para robustecer la voluntad.

Ayudarles a la entrega a los demás picándole su amor propio y aprovechando su capacidad intelectual; incluso que se sensibilice poco a poco con el dolor y las miserias humanas.

Como no le atrae el apostolado por su pereza y egoísmo, hay que insistir en dos aspectos: la motivación del sentido del deber y la necesidad y nobleza del trabajo por el prójimo. Motivarlo continuamente y ayudarle a organizarse, porque de lo contrario no hará nada. Se puede conseguir de él un esfuerzo consciente y ordenando, cuando se le propone algo atrayente y fácil de lograr.

Finalmente conviene anotar que este carácter no es para grandes empresas, porque le faltan elementos fundamentales positivos, pero no es un enfermo incurable. Debe ser valorado por el formador. La experiencia enseña cómo han existido ejemplos de carácter amorfo, de radical conversión psicológica, lo que demuestra que una naturaleza humana no está predeterminada.

Rasgos generales:

No emotivo, no Activo, Primario.

Optimista, bondadoso, imperturbable, sociable. Rasgos difícilesInactivo, pereza, incumplidor, impuntual, desordenado, sin iniciativa. Para cambiar Es necesario proponer actividad inmediata y concreta, deporte, puntualidad, evitar rutina, exigencia.

Más información:

Extrovertido inadaptado. Vago tónico acentuado. Su rasgo fundamental es la pereza. Pereza fácilmente visible (distinta de la del nervioso). Debilidad de la tensión psicológica. Personas bien equilibradas y que se adaptan fácilmente a todos los medios. Está entre el nervioso y el sanguíneo. Hay amorfos para nerviosos y amorfos para sanguíneos.Se abre pasivamente a las solicitudes del ambiente y a las tentaciones de la

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facilidad.Son más perezosos los para nerviosos. Manos vacías, cabeza vacía, brazos colgantes. Los para sanguíneos no aceptan el reproche de pereza (esto sirve para diferenciarlos). Estos cumplen dócilmente el trabajo impuesto si es exigido por una autoridad competente. Abandonados a sí mismos no harían nada. Nunca hacen más de lo pedido.Si tienen que esforzarse, “lo dejan para mañana”. Hacen las cosas a última hora (para que les ayuden los que han terminado). Es el menos puntual. Los para sanguíneos muestran una pereza electiva. A veces se desenvuelven bastante bien en lenguas vivas y en geografía (si se interesan por las matemáticas no son amorfos).Si come, duerme y juega como los demás, su pereza se debe a su carácter (si no es así es que es asténico). Comilón (el más lento y el que más come). Gran atracción por la cama y el sueño. Poco cuidadoso de su aseo. Hace gustosamente deporte (deportes colectivos). No gimnasia. Conformista (hacer como los demás). Le falta sentido práctico. Es el prototipo del “pasmado”. Es torpe. Siempre quiere acabar pronto: “ya está bien así”.Es desordenado (une torpeza y pereza). Se expresa mal. Tiende a hablar económicamente, acortar relatos, etc. Defectos sociales (poco servicial, etc.)Le gustan mucho, al que más, los juegos de azar. Sin gusto por la acción. Tiene más éxito en el trabajo que exige paciencia y poca imaginación y sentimiento. Ejemplo de amorfo ilustre: La Fontaine.

Tratamiento del AmorfoNecesita una clara y firme autoridad. Comprensiva firmeza. Una vigilancia exacta (contra la pereza). No le sirven planes para el futuro, ni resultados a largo plazo. Movilizar no su vanidad, sino el sentido de sí que ésta supone. Encerrarlo en un pasillo: a un lado, esfuerzo impuesto y recompensas prácticas o morales; al otro, debe presentir el reproche y la sanción. Realizará el esfuerzo. “Sanciones”: supresión de una golosina o de un postre, de una diversión o de un paseo; privarle de alguno de sus gustos. Revelación de sí. Señalarle su gusto por la inactividad, su negligencia en el trabajo, su fuerte tendencia a aplazar las cosas. Mostrarle que son tentaciones innatas en él y que las puede vencer. Hacerle ver que espara su éxito (con todo, los resultados serán pequeños). Procurar un trabajo colectivo. Si en éste se le confió un esfuerzo adecuado, lo cumplirá (tiene muy en cuenta las críticas, las burlas, los reproches de sus compañeros). Los ejercicios deben ser adecuados, nada de temas abstractos. Darle ocasión de unir el pensamiento a la actividad. Atraer constantemente su interés (en la familia y en el colegio) hasta que adquiera el hábito de interesarse y esforzarse.Ayudarle a tener un plan de pequeños sacrificios en torno a su sueño y a su comida.Deporte: hacerle notar la alegría en el deporte (de correr con estilo, de hacer un

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lanzamiento exacto, etc.). Esto le proporciona cierto gusto por el esfuerzo. Interesan las excursiones.Misión de la familia: no dejar que se confine en la tibia inercia del hogar. Darle ejemplo de energía, entusiasmo y actividad. Advertirle sus desfallecimientos. Encerrarle en una red de obligaciones firmes yconstantes. No admitirle pretextos para faltar a sus obligaciones (cumplir su horario). Hacerle que tenga orden en su habitación, se limpie los zapatos, etcétera.Hacerle que luche contra su falta de exactitud verbal, contra su tendencia a derrochar, su afán de pedir prestado y su poca puntualidad. Incitarle a que cada día haga algo por los demás.Le conviene cambio de aires.

La inteligencia del AmorfoSe encuentra muy condicionada por su carácter (el binomio inactividad-primariedad obstaculiza el desarrollo de las aptitudes intelectuales). Carece de tensión mental. Razona con mucha lentitud y de forma superficial. Está incapacitado para el razonamiento abstracto.Al alumno amorfo no le interesa ninguna materia y huye de cualquier esfuerzo. Suele aplazar y descuidar las tareas que se le encomiendan y tiende a aprovecharse del trabajo de sus compañeros. Se muestra indeciso, torpe, desordenado, abúlico e inadaptado. No se mueve si no le remolcan. La falta de curiosidad hace que no observe ni lea nada por su cuenta. No destaca en ninguna asignatura. Posee una capacidad aceptable solamente en geografía, historia, dibujo y música. Y está especialmente mal dotado para las matemáticas. Solo tiene un interés moderado hacia los cuestiones de tipo positivo: botánica y zoología. No sirve para preparar unas oposiciones largas y difíciles. Más bien le van cargos administrativos, etc.

Cómo orientarle en el estudio El amorfo necesita un control muy estrecho en el estudio diario, sin admitir excusas para su pereza. Hay que fomentar también el desarrollo de hábitos de orden y disciplina en la realización del trabajo.Conviene combinar el trabajo individual (para desarrollar actitudes de compromiso) con el trabajo colectivo (como estímulo para su falta de energía y pasividad).El método de enseñanza y estudio debe ser activo y práctico. Se trata así de aprender “haciendo”, partir de problemas y situaciones reales y por medio del descubrimiento personal.

1. Es perezoso. Su vida es dormir y comer 2. Es poco original, se deja llevar por el ambiente. 3. Es despilfarrador, impuntual y carece de entusiasmo. 4. Es social y extrovertido 5. Razona con mucha lentitud y analiza las cosas de forma superficial 6. Huye de cualquier esfuerzo. Suele aplazar las tareas. Es torpe y desordenado.

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El Apático:

El carácter apático goza de una objetividad e indiferencia poco comunes, es una persona de principios fijos y fríos; avaro, conservador. Sus valores principales son la disciplina, la fidelidad y la rica imaginación. Casi siempre es sincero, honrado y digno de confianza.

El apático suele caracterizarse por una pasividad habitual en un total sometimiento al pasado y a los hábitos que va adquiriendo. Su vida está apagada, carece de fuerza interior, entusiasmo y alegría. Es el tipo rutinario, conservador y esclavo de las tradiciones y costumbres. Es el más terco de todos los caracteres.

El apático es meditativo y lento; se separa de cuanto lo rodea para insistir en su pesimismo y carencia. Es un carácter pobre y está sometido a las necesidades orgánicas y al automatismo. La pereza es algo constitucional en el apático, es retraído y solitario, no se interesa por nada. No siente necesidad de trabajar. No tiene iniciativas.

En cuanto a la vida social tienen pocas cualidades, pues siente un atractivo especial por la soledad y el aislamiento. Le gusta la tranquilidad, la vida monótona. Es cerrado, independiente, insensible y egoísta. Su lema es: "Pensar en sí mismo y quejarse".

Carece del estímulo de la emotividad y de la ayuda de la actividad. Por está razón permanece casi en estado potencial, sin movilizar, prácticamente sin tensión. Es una inteligencia muy mal dotada para extraer lo esencial, para la abstracción y para el establecimiento de relaciones lógicas. El pensamiento es incoherente y pobre de ideas.

Su inactividad y la no emotividad lo debilitan para alcanzar ideales de orden superior. Lleva por dentro un gran vacío interior.

Comprende que la dirección espiritual es muy útil para conocerse y ser mejor, pero no ve su conveniencia ni concibe su necesidad, por estar aferrado a sus ideas. Esto es una dificultad para cambiar su manera habitual de vivir.

El formador puede tener mucha influencia en su formación, pues el apático necesita mucha simpatía, afecto y aliento. Muchas veces ha sido la falta de aliento y afecto durante su vida pasada lo que le ha causado una reacción de sombría tristeza. Una cara alegre, un corazón expansivo por parte del formador es la mejor manera de ganárselo. Esto le inducirá a la confianza y a la simpatía.

Con el apático hay que combinar la motivación con la exigencia. Estimularle en su trabajo, interesarse por lo que hace y proponerle metas de dificultad progresiva. Por otra parte, hay que fomentar hábitos de trabajo y actitudes de apertura y colaboración con sus compañeros de equipo.

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Sus dos grandes defectos son la insensibilidad y su inactividad. Conviene poner remedio a base de un trabajo serio y con mucha paciencia y constancia; pero además, con mucho afecto y firmeza.

Se le facilita por su sentido del deber, su sentido de disciplina y su honradez y lealtad. Hay que motivarle con el fin de suscitar un principio de inquietud por hacer algo. Así irá disminuyendo en él la dureza innata y la manera mecánica de comportarse. Conviene animarlo mucho y darle muestras de confianza, así irá saliendo de su inactividad y de su no-emotividad. Hacerle experimentar la satisfacción del esfuerzo y del éxito logrado realizado por iniciativa personal, no por automatismo o por hábito, sino como fruto de su deliberación.

Hacerle trabajar en equipo con otro de carácter equilibrado, para que se le abran la mente y el corazón a la emotividad y al trabajo. Sacar provecho de su inclinación a hacer las cosas por costumbre y de su tendencia a la terquedad, encauzándolas en una actividad fundada en el sentimiento y en la dócil colaboración.

El formador debe despertar el gusto y la satisfacción que proporciona la entrega a un ideal elevado. Hay que desarrollar las virtudes altruistas. Inducirle a considerar las necesidades del prójimo e interesarle por los demás.

Según su capacidad, poco a poco hay que irle insinuando maneras con las cuales puede poner en juego su emotividad y actividad en el plano natural y sobrenatural.

Rasgos generales:

No Emotivo, No Activo, Secundario.

Hermético, poco comunicativo. Es ecuánime, sincero y honesto, leal y digno de confianza, Disciplinado. Rasgos difíciles:Es poco flexible, le cuesta trabajo adaptarse a las circunstancias y se deja invadir por el pesimismo y la tristeza. Para cambiar: Necesita vencer la inercia, actividad, amistad, salir de sí, sociabilidad

Más información:

Características del Apático:

Imita bastante bien una riqueza interior; de la que carece totalmente. De pequeño suele ser enclenque, sin resistencia. Infancia sin vigor. Pubertad expuesta a reacciones de semioposición (fugas, pequeños hurtos, mentiras).Pereza. Carece de tensión y fuerza psicológica. Enfadizo. Irreconciliable, testarudo, niño de principios, ahorrador. Se divierte poco, responde parcamente, mantiene largos silencios. En el descanso se aísla o marcha entre los grupos sin quedarse en ninguno.Es muy rutinario. Es esclavo de su pasado. Piensa, habla y obra como ha

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pensado, hablado y ha obrado siempre. Esto da la impresión de fuerza y tenacidad, pero es simple inercia. Es quizá el carácter más desolador de todos. Le faltan los recursos de la energía. No se interesa por sí mismo ni por sus compañeros. Vive blanda y pasivamente. Es el menos charlatán de los niños. Permanece encerrado en sí mismo. Humor variable. Gusto por la soledad. Docilidad aparente (interiormente no acepta). El menos compasivo. Hostilidades frías y solapadas. Siente horror por la “novedad”. Crueldad paciente y fría. Ejemplo de apático famoso: Luis XVI.

Tratamiento del Apático:

Utilizar con él los métodos activos (solo manifiesta cierta curiosidad por los de tipo experimental). Integrarlo en un medio social comprensivo y vivificante.Forzarle a salir de sí mismo para volcarse hacia los otros; cultivar desde el principio las virtudes altruistas; hacer llamadas frecuentes a su interés. Para hacer surgir la actividad: revelarle las satisfacciones del esfuerzo personal; poner este esfuerzo al alcance de sus posibilidades. Sacarle de la rutina y del automatismo buscando un comportamiento autónomo y deliberado. Elevar sus aspiraciones.

La inteligencia del Apático:

Es, junto a la del amorfo, la que posee menos aptitudes. Carece del estímulo de la emotividad y de la ayuda de la actividad. Par esta razón permanece casi en estado potencial sin movilizar; prácticamente sin tensión. Se trata de una inteligencia muy mal dotada para extraer lo esencial, para la abstracción y para el establecimiento de relaciones lógicas. El pensamiento es incoherente y pobre de ideas. No le suele interesar ninguna actividad escolar, lo que unido a la falta de capacidad y de esfuerzo en todas las materias, origina malos resultados.

Cómo orientarle en el estudio:Es importante combinar la motivación con la exigencia. Por una parte, convendrá rodearle de un ambiente familiar estimulante para su trabajo, interesarnos por lo que hace y proponerle metas de dificultad progresiva. Por otra parte, hay que controlar estrechar ente sus deberes escolares y fomentar hábitos de trabajo y actitudes de apertura y colaboración con sus compañeros de estudios. Los métodos de enseñanza y de estudio deben ser activos y prácticos.

1. Es cerrado en sí mismo. Es melancólico 2. Es irreconocible y testarudo. 3. Es perezoso. Rutinario. Pasivo e indiferente 4. Carece de estímulo y actividad. 5. Es un pobre de ideas. 6. Es apático y poco interesado en actividades.