Qué quiso decir Fellini

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  • 5/28/2018 Qu quiso decir Fellini

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    Qu quiso decir Fellini?A diferencia de los surrealistas, Federico Fellini prefera apar-

    tar la realidad de los sueos, dice el autor del siguiente en-

    sayo, a 15 aos de la muerte del director italiano. Cuando se

    mezclan una y otra, ocurre lo fellinesco.TEXTO: HERIBERTOYPEZ

    cuarto de estudioELFONDOIMPORTA

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    Usualmente se entiende lofellinesco como la forma en

    que el director italiano FedericoFellini (20 de enero de 1920-31de octubre de 1993) haca apa-recer en sus pelculas elementosalucinantes, onricos o estramb-ticos en una vida, por lo dems,ordinaria. Lo fellinesco, se dice,

    es la invasin de esta realidadpor una realidad extraa.

    La dolce vita (1960), porejemplo, abre con la imagen deuna estatua de Cristo transpor-tada por un helicptero. Pero lofellinesco no es tan simple. Hayalgo en Fellini que no hemosan comprendido.

    A Fellini no se le entien-de sin el inujo que tuvo delpsicoanlisis. Fellini gustaba dedecir que el psicoanlisis debe-ra ensearse desde el kinder.La nocin psicoanaltica que ms

    inuy consciente (e inconscien-temente) en l es la de nima.

    Jung la dene como aquella par-te del inconsciente de un varnen que se guarda su visin de lofemenino y, por ende, la manera

    en que lo femenino lo persegui-r durante su vida. Para bien opara mal.

    En 8 (1963) es donde suexploracin del nima est mejorlograda. Pero La voce della luna(1990), su ltimo lme, todavase ocupa de la caza de una mu-jer que, asimismo, aparece en el

    deseo de los hermanos enloque-cidos de capturar a la luna!

    Fellini se rea de la cultu-ra italiana. Para l, Italia era unpas estancado en la niez y poreso rinde culto a la madre y ve ala mujer de modo cuarteado, ca-ricaturizndola, ya sea como san-ta o diablesa. En su lmografa,Fellini atribuye este estancamien-to de los italianos a la inuenciadeterminante que ha tenido laIglesia Catlica.

    Cualquier semejanza de Mxi-co con Italia es Fellini.

    Fellini saba de esta simili-tud. Tanto que en Noches deCabiria (1957), cada vez que laprotagonista una prostituta in-terpretada por Giulietta Masi-na, su esposa se hunde en la

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    ILUSTRACIN: LENBRAOJOS

    DIASIETE.COM 21

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    bobaliconera, se pone su su-ter favorito, con una mariachi yuna china poblana en la espalda

    y que dice Viva Mxico. Stiracruel de Fellini.

    Noches de Cabiriaes su pe-lcula ms entraable. Cabiria espayasita irnica y enamorada dela vida. Esta obra tiene la ven-taja dramtica de ser menos ex-perimental que otras pelculasde Fellini, que sola hacer obrasepisdicas o, inclusive, sin trama,paratcticas: hechas de fragmen-tos y saltos en su linealidad.

    Lo fellinesco, pues, es tambinlo episdico y lo paratctico. Peroesta estructura no es puro experi-mentalismo tcnico. Los episodios

    y lo paratctico ocurren para que

    en la trama central no irrumpa unorden venido de otra parte, desdelo ultramundando. Lo fragmen-tario y desordenado asegura queeste mundo no se vuelva otro, nose conecte con el siguiente.

    Roma(1972) no tiene tramaclara: es una orga de imgenesde Roma. En ese lme existe laoportunidad de entender qu eslo fellinesco ms profundamentede lo acostumbrado.

    Hay dos momentos clavesde Roma. Uno, cerca del inicio,en que en un saln de clases de

    una escuela religiosa, mientras semuestran unas diapositivas de lahistoria de Roma, sbitamentepor la travesura de un alumnoaparece la imagen de una mujermostrando las nalgas.

    En otra escena, los construc-tores del subterrneo se topancon una caverna y deciden ex-plorarla, sospechando que se tra-ta de ruinas romanas. Al entrar,acompaamos a los personajesa un espectculo emocionante:frescos romanos vvidos! Esospersonajes pintados parecen mi-

    rarnos. Avisarnos que llevan ah,en esa caverna, cientos de aos.Son clandestinos, impresionantes,sublimes. Pero de pronto, cuandola emocin est a su mximo,el aire que ha entrado en los

    ltimos dos minutos a la cavernacomienza a deshacer los frescos!Arruinndolos para siempre!

    Sin contagiosLo fellinesco, pues, no es sloque una realidad extraa invadaa esta vida, como la obsesin ita-liana (y de Fellini) por las nalgasinvade la historia ocial romana,o un caballo invade el trcourbano, como ocurre en otra desus pelculas, sino que notemos:lo fellinesco es tambin que laotra realidad la de la poesa,la ms all del orbe popular seainvadida por la realidad ordina-ria, como ocurri con los frescos.Lo que Fellini parece estar di-ciendo lo supiese o no, y ten-

    go la sospecha de que lo saba,aunque nunca lo lleg a deciren entrevista alguna es que lasdos realidades deben mantenerseapartadas. Sin contagio.

    O, al menos, que compren-damos que la realidad superiorla de los sueos constante-mente invade esta vida y de-

    bido a nuestra infancia psicol-gica no logramos asimilarla, lainfantilizamos. Y, sobre todo, nosadvierte que no intentemos in-

    vadir la realidad suprema connuestra vida inferior, porque,

    de hacerlo, la despoetizamos, ladenigramos, la destruimos.

    Escena clave de Noches deCabiria: ella, una prostituta tanducha de la calle como inocen-te del corazn, y en bsquedadesesperada de ternura y amor,un da, en su soledad, acude alshow de un barato hipnotista,que la mete, ante el auditorio,en un viaje en que ella conoce aun hombre y a pesar de su re-ticencia inicial, ella, hipnotizada,expresa todo lo que siente ylo que siente es bellsimo por-

    que cree que realmente est co-nociendo a ese alguien especial,que, por n!, la amar.

    Como ella expresa eso delmodo en que sabe expresarlocon una mezcla de cursilera

    aprendida y esperanza genuinael pblico se burla, aprovechandosu trance, y el alma de Cabiriaes usada como espectculo decarpa. Cuando Cabiria est en-trando an ms hondo en eltrance y est a punto de sellarsu amor imaginario, el hipnotis-ta como dndose cuenta de su

    bajeza la despierta. El pblicola recibe con su cara de bestia.Cabiria huye.

    Fellini es lo contrario de unsurrealista. El surrealismo quie-re que sueo y vida se renan.Fellini quiere que se mantengandisjuntos.

    Preservar la magiaLa razn por la cual su proyecto

    sobre Mxico (Viaggio a Tulum)no se lm fue precisamenteporque, en el fondo, Fellini pre-ri no tocar ese mundo mgico.Cuando conoci a Castaneda, suimagen de l qued afectada. Lagente que lo rodeaba le parecia Fellini un clan de bufones. Hu-

    biera sido mejor no conocerlo.Preservar el misterio.

    Pero Fellini no solamenteinsina que desde esta realidadno debemos meternos a la otra,sino tampoco traer la otra ha-cia esta realidad. La cabeza gi-

    gante de Mussolini pasendo-se en provincia (en Amarcord,1973) es lo que ocurre cuando laotra realidad es importada aqu.La realidad, ya de por s prosaica,se vuelve terrorca, grotesca.

    Lo fellinesco es entenderque la otra realidad no debe serinvadida por esta realidad vulgar.Ni tampoco esta realidad hacerdownload de la otra. Cuandouna de estas invasiones ocurre,sucede lo felliniano.

    HERIBERTOYPEZ

    Escritor y psiclogo. Su ms

    reciente novelaAl otro lado, publi-

    cada por Planeta, ya se encuentra

    en libreras.