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* Decreto número 77 (1) El movimiento salvador de España, iniciado por el Ejército y secundado entusiásticamente por el pueblo, fundidos en el fervoroso anhelo de reanudar su glorio<sa historia, ha sido presidido espontánea y unánimemente por el res· tablecimiento de la tradicional bandera bicolor: ROJA Y GUALDA. Sólo bastardos cuando no criminales propósitos de destruir el sentimiento patriótico en su raíz, pueden convertir en materia de partidismo político lo que por ser símbolo egregio de la Nación, está por encima de parcialidades y acci· dentes. Esa gloriosa enseña ha presidido las gestas inmortales de nuestra España¡ ha recibido e! juramento de fidelidad de las sucesivas generaciones; ha ondeado los días de ventura y adversidad patrias, y es la que ha servido de sudario a los restos de patriotas insignes que, por los servicios prestados a su país, merecie- ron tal honor. Bajo sus pliegues gloriosos se ha producido, ahora, esta vibración patrióti- ca jamás superada, y al recoger este clamoroso anhelo popular y restablecer oficialmente la bandera bicolor como pabellón de España, la Junta de Defensa Nacional no hace sino dar estacte· oficial a lo que de hecho existe ya en todo el territorio liberado. Por cuanto antecede, com0 Presidente de la junta de Defensa Nacional y de acuerdo con ella, vengo en decretar lo siguiente: Artículo único.-Se restablece la BANDERA BICOLOR ROJA Y GUALDA .como bandera de España. Dado en Burgos a veintinueve de Agosto de mil novecientos treinta y seis. MIGUEL CABANELLAS DECRETO NUMERO 226 Al constituirse el nUt!VO Estado, fué recogiendo de nuestro antiguo patri- monio cuanto de simbólico y representativo la Nación añoraba, interpretando el sentir de los buenos españoles, que se pronunciaban por una España grande, libre y tradicional. (1) Existiendo Decretos emanados de la extinguida Junta de Defensa Nacional, aún vigentes, cuya numeración coincide con los dictados posteriormente por el Nuevo Esta- do, el encabezamiento de los primeros se inserta con caracteres negros y un * al princi- pio, para diferenciarlos de los segundos.

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* Decreto número 77 (1)

El movimiento salvador de España, iniciado por el Ejército y secundado entusiásticamente por el pueblo, fundidos en el fervoroso anhelo de reanudar su glorio<sa historia, ha sido presidido espontánea y unánimemente por el res· tablecimiento de la tradicional bandera bicolor: ROJA Y GUALDA.

Sólo bastardos cuando no criminales propósitos de destruir el sentimiento patriótico en su raíz, pueden convertir en materia de partidismo político lo que por ser símbolo egregio de la Nación, está por encima de parcialidades y acci· dentes.

Esa gloriosa enseña ha presidido las gestas inmortales de nuestra España¡ ha recibido e! juramento de fidelidad de las sucesivas generaciones; ha ondeado los días de ventura y adversidad patrias, y es la que ha servido de sudario a los restos de patriotas insignes que, por los servicios prestados a su país, merecie­ron tal honor.

Bajo sus pliegues gloriosos se ha producido, ahora, esta vibración patrióti­ca jamás superada, y al recoger este clamoroso anhelo popular y restablecer oficialmente la bandera bicolor como pabellón de España, la Junta de Defensa Nacional no hace sino dar estacte· oficial a lo que de hecho existe ya en todo el territorio liberado.

Por cuanto antecede, com0 Presidente de la junta de Defensa Nacional y de acuerdo con ella, vengo en decretar lo siguiente:

Artículo único.-Se restablece la BANDERA BICOLOR ROJA Y GUALDA .como bandera de España.

Dado en Burgos a veintinueve de Agosto de mil novecientos treinta y seis.

MIGUEL CABANELLAS

DECRETO NUMERO 226

Al constituirse el nUt!VO Estado, fué recogiendo de nuestro antiguo patri­monio cuanto de simbólico y representativo la Nación añoraba, interpretando el sentir de los buenos españoles, que se pronunciaban por una España grande, libre y tradicional.

(1) Existiendo Decretos emanados de la extinguida Junta de Defensa Nacional, aún vigentes, cuya numeración coincide con los dictados posteriormente por el Nuevo Esta­do, el encabezamiento de los primeros se inserta con caracteres negros y un * al princi­pio, para diferenciarlos de los segundos.

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Así, el pueblo enarboló desde los primeros instantes la gloriosa enseña,. que es hoy de nuevo la bandera de la Patria.

Abolido el himno, en desafortunada hora adoptado, y que a su significación histórica unía el recuerdo de cinco años de traiciones a la Patria, las músicas Nacionales volvieron por lo que era español y tradicional y la «Marcha Gra­nadera», alzó sus notas en plazas, iglesias y catedrales, recogiendo el entusias­mo de lo que por ser Himno de España no debió jamás adscribirse a formas de Gobierno a que no estaba unido.

Otros Himnos gloriosos hicieron su aparición en la Cruzada y fueron can­tos de guerra, Himnos de la Raza, que, no obstante su particularismo de origen, han quedado unidos a la Historia Nacional y son símbolo de la gesta y home­naje a los gloriosos muertos de la gran empresa, que se rinde escuchándolos con la emoción de lo ·querido y el respeto de lo grande.

Por todo lo cual, y necesitando el Estado declarar un Himno Nacional, que sentido por el pueblo llene el lugar que en los grandes actos y ceremonias la invocación a la Patria y el protocolo exigen,

DISPC'NOO:

Artículo primero. Queda declarado Himno Nacional el que lo fué hasta el catorce de Abril de mil novecientos treinta y uno, conocido por "Marcha Granadera», que se titulará «Himno Nacional», y que será ejecutado en los ac­tos oficiales, tributándole la solemnidad, acatamiento y respeto que el culto a la Patria requiere.

Artículo segundo. Se declaran cantos nacionales y serán acogidos con Ja consideración, respeto y alta estima que la gloriosa campaña ha consagrado, los Himnos de ·falange Española», de «Oriamendi» y de «La Legión», debien­do, en los actos oficiales que se toquen, ser escuchados en pie como homenaje a la Patria y en recuerdo a los gloriosos españoles caídos por ella en la Cruzada.

Artículo tercero. El presente Decreto entrará en vigor el mismo día de su publicación en el •Boletín Oficial del Estado•.

Dado en Salamanca a veintisiete de Febrero de mil novecientos treinta y siete.

fRANCISCO fRANCO

DECRETO NUMERO 263

En los albores del Movimiento Nacional, cuando los patriotas perseguidos caían víctimas de los enemigos de España, el cortejo de los mártires saludaba precursoramente con el brazo en alto en señal de homenaje.

falange Española adoptó como símbolo lo que era exponente del sentir popular, y al producirse la gesta se generalizaron aquellas demostraciones de respeto como manifestaciones de hermandad, de disciplina y de justicia social qu'e conducen al engrandecimiento de la Patria.

Al fun::lirse en el Estado aquella organización, la savia de sus aspiraciones toma los caracteres de norma y el saludo, que constituye en las costumbres de

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los pueblos el testimonio más elevado de la reciprocidad y mutuo auxilio, será forma generosa que patentice el holocausto al más sublime de los ideales y el destierro de una época de positivismo materialista

En su consecuencia,

DISPONGO:

Artículo primero. Se establece como saludo nacional el constituído con el brazo en alto, con la mano abiera y extendida, y formando con la vertical del cuerpo un ángulo de cuarenta y cinco grados.

Artículo segundo. Al paso de la enseña de la Patria, y al entonarse el Himno y Cantos Nacionales, en los casos previstos en el Decreto número dos­cientos veintiséis, se permanecerá en posición de saludo.

Artículo tercero. El personal del Ejército y de la Armada conservará su saludo reglamentario en los actos militares.

Dado en Salamanca, a veinticuatro de Abril de mil novecientos treinta y siete.

FRANCISCO fRANCO

* Decreto número 138

La Junta de Defensa Nacional, creada por Decreto de veinticuatro de julio de mil novecientos treinta y seis, y el régimen provisional de Mandos combi­nados, respondían a las más apremiantes necesidades de Ja liberación de España.

Organizada con perfecta normalidad Ja vida civil en las provincias rescata­das, y establecido el enlace entre los varios frentes de los Ejércitos que luchan por Ja salvación de la Patria, a la vez que por la causa de la civilización, im­pónese ya un régimen orgánico y eficiente, que responda adecuadamente a Ja nueva realidad española y prepare, con la máxima autoridad, su porvenir.

Razones de todo linaje señalan la alta conveniencia de concentrar en un solo poder todos aquéllos que han de conducir a la victoria final, y al estable­cimiento, consolidación y desarrollo del nuevo Estado, con la asistencia fervo­rosa de la Nación.

En consideración a los motivos expuestos, y segura de interpretar el verda­dero sentir nacional, esta Junta, al servicio de España, promulga el siguiente

DECRtTO

Artículo primero. En cumplimiento de acuerdo adoptado por la Junta de Defensa Nacional, se nombra jefe del Gobierno del Estado Español al Exce­lentísimo Sr. General de División D. francisco Franco Bahamonde, quien asu­mirá todos los poderes del nuevo Estado.

Artículo segundo. Se Je nomb, a asimismo Generalísimo de las fuerzas nacionales de tierra, mar y aire, y se le confiere el cargo de General Jefe de Jos Ejércitos de operaciones.

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Artículo tercero. Dicha proclamación será revestida de forma solemne, ante representación adecuada de todos los elementos nacionales que integran este movimiento liberador, y de ella se hará la oportuna comunicación a los Gobiernos extranjeros.

Artículo cuarto. En el breve lapso que transcurra hasta la transmisión de poderes, la Junta de Defensa Nacional seguirá asumiendo cuantos actualmente ejerce.

Artículo quinto. Quedan derogadas y sin vigor cuantas disposiciones se opongan a este Decreto.

Dado en Burgos a veintinueve de Septíembre de mil novecientos treinta y seis.

MIOUf.L CABANELLAS.

DECRETO NUMERO 255

Una acción de gobierno eficiente, cual cumple ser la del Nuevo Estado Español, nacido por otra parte bajo el signo de la unidad y la grandeza de la Patria, exige supeditar a su destino común la acción individual y colectiva de todos los españoles.

Esta verdad, tan claramente percibida por el buen sentido del pueblo es­pañol, es incompatible con la lucha de partidos y organizaciones políticas que, si bien -todas- pugnan noblemente por el mejor servicio de España, gastan sus mejores energías en la lucha por el predom¡nio de sus estilos peculiares, o, lo que es peor, en cuestiones de tipo personalista que dan lugar a discor­dias pequeñas dentro de las organizaciones, resucitando la vieja intriga polí­tica y poniendo en trance de descomposición organizaciones y fuerzas cuyas masas se mueven a impulsos de los más puros ideales.

Llegada la guerra a punto muy avanzado y próxima la hora victoriosa, urge ya acometer la gran tarea de la paz, cristalizando en el Estado nuevo el pensa­miento y el estilo de nuestra Revolución Nacional. Unidos por un pensamiento y una disciplina común, los españoles todos han de ocupar su puesto en la gran tarea.

Esta unificación que exijo en el nombre de España y en el nombre sagrado de los que por ella cayeron -héroes y mártires-, a los que todos y siempre guardaremos fidelidad, no quiere decir ni conglomerado de fuerzas ni mera concentración gubernamental, ni unión pasajera. Para afrontarla de modo decisivo y eficaz hay que huir de la creación de un partido de tipo artificial, siendo por el contrario necesario recoger el calor de todas las aportaciones para integrarlas, por vía de superación, en una sola entidad política nacional, enlace entre el Estado y la Sodedad, garantía de continuidad política y de adhesión viva del pueblo al Estado. Precisa para ello tener en cuenta que, aparte valiosísimas aportaciones colectivas e individuales de patriotas que desde la hora primera voluntariamente vistieron uniformes de Soldados de España, falange Española y Requetés, han sido los dos exponentes auténticos del espíritu del alzamiento nacional iniciado por nuestro glorioso Ejército el diecisiete de Julio.

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Como en otros países de régimen totalitario, la fuerza tradicional viene ahora en España a integrarse en la fuerza nueva. falange Española aportó con su programa masas juveniles, propagandas con un estilo nuevo, una forma política y heróica del tiempo presente y una promesa de plenitud española, los Requetés, junto a su ímpetu guerrero, el sagrado depósito de la tradición española tenazmente conservado a través del tiempo, con su espiritualidad católtca, que fué elemento formativo principal de nuestra nacionalidad y en cuyos principios eternos de moralidad y justicia ha de seguir inspirándose.

Siendo uno el sentir de las organizaciones, análoga la inquietud patriótica que las anima, con un ansia de unión, respaldada con el anhelo con que Es­paña la espera, no debe ésta retrasarse más.

Así, pues, fundidas sus virtudes, estas dos grandes fuerzas nacionales ha­cen su presencia directa y solidaria en el servicio del Estado. Su norma pro­gramática está constituida por los veintiséis puntos de falange Española; debiéndose hacer constar que como el movimiento que conducimos es preci­samente esto más que un programa, no será cosa rígida ni estática, sino sujeto¡ en cada caso, al trabajo de revisión y mejora que la realidad aconseje.

Cuando hayamos dado fin a esta ingente tarea de reconstrucción espiritual y material, si las necesidades patrias y los sentimientos del país así lo aconse­jaran, no cerramos el horizonte a la posibilidad de instaurar en la Nación el régimen secular que forjó su unidad y su grandeza histórica.

Por todo lo expuesto,

DISPONGO:

Artículo primero. falange Española y Requetés, con sus actuales servicios y elementos, se integran, bajo Mi jefatura, en una sola entidad política de carácter nacional que, de momento, se denominará Falange Española Tradi­cionalista y de las ]ONS.

Esta organización, intermedia entre la Sociedad y el Estado, tiene la misión principal de comunicar al Estado el aliento del pueblo y de llevar a éste el pensamiento de aquél a través de las virtudes político-morales, de servicio, jerarquía y hermandad.

Son originariamenie, y por propio derecho, afiliados de la nueva organiza­ción todos los que en el día de la publicacion de este Decreto posean el carnet de falange Española o de la Comunión Tradicionalista, y podrán serlo, previa admisión, los españoles que lo soliciten.

Quedan disueltas las demás organizaciones y partidos políticos. Artículo segundo. Serán órganos rectores de la nueva entidad política

nacional el Jefe del Estado, un Secretariado o Junta Política y el Consejo Na­cional.

Corresponde al Secretariado o Junta Política establecer la constitución in­terna de la entidad para el logro de su finalidad principal, auxiliar a su jefe en la preparación de la estructura orgánica· y funcional del Estado, y colaborar en todo caso, a la acción de gobierno.

La mitad de sus miembros, con los que iniciará sus tareas, serán designa-

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dos por el Jefe del Estado y la otra mitad elegidos por el Consejo Nacionat El Consejo Nacional conocerá de los grandes problemas nacionales que el

Jefe del Estado le someta en los términos que se establecerán en disposiciones complementarias.

Mientras se realicen los trabajos encaminados a la organización definitiva del Nuevo Estado totalitario, se irá dando realidad a los anhelos nacionales de que participen en los organismos y servicios del Estado los componentes de falange Española Tradicionalista y de las JONS para que les impriman ritmo nuevo.

Artículo tercero. Quedan fundidas en una sola Milicia Nacional las de falange Española y de Requetés, conservando sus emblemas y signos exterio­res. A ella se incorporarán también, con los honores ganados en la guerra, las demás milicias combatientes.

La Milicia Nacional es auxiliar del Ejérdto. El Jefe del Estado es Jefe Supremo de la Milicia. Será Jefe directo un Gene­

ral del Ejército con dos subjefes militares procedentes, respectivamente, de las Milicias de falange Española y de Requetés.

Para mantener la pureza de su estilo se nombrarán dos asesores políticos del mando.

Dado en Salamanca a diecinueve de Abril de mil novecientos treinta y siete.

fRANC!SCO FRANCO.

DECRETO NUMERO 58

La naturaleza del movimiento nacional no necesita de normas derogatorias para declarar Pxpresamente anuladas todas cuantas se generaron por aquellos órganos que revestidos de una falsa existencia legal mantuvieron un ficticio funcionamiento puesto al servicio de la antipatria¡ mas para evitar una enga­ñosa o torcida invocación de las mismas,

DISPONGO:

Artículo primero. Se declaran sin ningún valor ni efecto todas las dispo­siciones que, dictadas con posterioridad al 18 de Julio último, no hayan ema­nado de las Autoridades Militares dependientes de mi mand01 de la Junta de Defensa Nacional de España o de los organismos constituídos por Ley de l.º de Octubre próximo pasado.

Artículo segundo, Por la Comisión de Justicia de la junta Técnica del Es­tado, se examinarán cuantas leyes, decretos, órdenes, reglamentos y circulares sean anteriores a dicha fecha y se estimen por su aplicación contrarias a los altos intereses nacionales, proponiéndome su derogación inmediata.

Dado en Salamanca a primero de Noviembre de mil novecientos treinta y seis.

fRANCISCO FRANCO.

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LEY

La estructuración del nuevo Estado español, dentro de los principios nacio­nalistas, reclama el establecimiento de aquellos órganos administrativos que, prescindiendo de un desarrollo burocrdtico innecesario, respondan a las carac­teristicas de autoridad, unidad, rapidez y austeridad, tan esenciales para el desenvolvimiento de las diversas actividades del pats.

Por ello, sin tomat como definitiva la que actualmente se implanta, aunque sea anuncio de la permanente a establecerse, una vez dominado lodo el territo­rio nacional,

D!SPONOO:

Artículo primero. Se crea una Junta Técnica del Estado, que se compon­drá de las siguientes secciones.

a) Comisión de Hacienda, que tendrá por misión el estudio y preparación de los siguientes asuntos: Divisas, Donativos, Impuestos, Contribuciones, Ban­cos, Tesoro Nacional, Aduanas, Timbre, Presupuestos, Cámaras de Compen­sación, Aranceles, Monopolios, Operaciones de Crédito y Gastos.

b) Comisión de justicia, a la que compete la proposición de aquellas nor­mas que en el orden procesal no tienen en la actualidad aplicación tangible, así como la modificación o alteración de las vigentes.

e) Comisión de Industria, Comercio y Abastos, cuyo objeto s~rá el estudio estadístico de las diversas actividades, mercancías y provisiones existentes en las provincias ocupadas, régimen de coordinación entre las mismas y auxilios que necesiten, fomento de las exportaciones y determinación de las importa­ciones necesarias, así como arbitrar los primeros medios necesarios para la subsistencia de las industrias.

d) Comisión de Agricultura y Trabajo agrícola, cuya función será fijar las normas índispensables para la continuación de las actividades agrícolas y pre· parar la revalorización de productos de la tierra, establecimiento de patrimo­nios familiares, Cooperativas agrícoias y mejoras de la vida campesina.

e) Comisión de Trabajo, a la que compete todo lo relacionado con las bases y laudos de trabajo y el estudio de nuevas orientaciones que tiendan al bienestar obrero y la co.laboración de éste con los demás elementos de la producción.

/) Comisión de Cultura y que se ocupará de asegurar la cor:-tinuid?d de la vida escolar y universitaria, reorganización de los centros de enseñanza y estudios de las moJificaciones necesarias para adaptar ésta a las orientaciones del nuevo Estado.

Comisión de Obras Públicas y Comunicaciones, que tendrá por misión asegurar la conlínuación de las obras públicas en curso, emprender obras nue­vas donde sea indispensable, restablecer las líneas de transportes de todas cla· ses, organizar un perfecto servicio de comunicaciones postales y telegráficas en toda la región ocupada, así como el personal necesario para estos servicios.

Se ocuparán además estas Comisiones de cuantos otros asuntos no men-cionados sean de su cometido.

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Artículo segundo. El Presidente de esta Junta resolverá los distintos asun­tos que a las Comisiones se asignan, presidirá sus reuniones parciales o tota­les, recabará la cooperación de técnicos que con carácter consultivo se nom­brarán oportunamente y someter:í sus dictámenes a la aprobación del Jefe del Estado.

Artfculo tercero. Se crea el cargo de Gobernador General, el cual tendrá por cometido la inspección de las provincias ocupadas y cua11to se refiere a la organización de la vida ciudadana, abastos, trabajo y beneficencia, en estrecha relación con las autoridades de las mismas y con los departamentos corres­pondientes de la junta Técnica del Estado.

Artículo cuarto. Se crea una Secretaría de relaciones Exteriores que, te­niendo a su cargo las diplomáticas y consulares con los demás países y una sección de prensa y propaganda, será presidida por un Jefe que dependerá directamente del Jefe del Estado.

Artículo quinto. Se crea Ja Secretaría General del jefe del Estado con per­sonal especialista en las materias que son objeto de las distintas secciones de la Junta Técnica y con un miembro destacado del departamento de Relaciones Exteriores.

Artículo sexto. Por el Presidente de la junta Técnica, Gobernador Gene~ ral y Secretario General se dictarán las normas necesarias para el funciona­miento de estos servicios.

Promulgada en Burgos a primero de Octubre de mil novecientos treinta y seis.

FRANCISCO FRANCO

NORMA GENERAL

para el funcionamiento de la junta Técnica del Estado

Las Comisiones .:¡ue integran la Junta Técnica proveerán todo lo necesario para asegurar el servicio correspondiente a sus departamentos en el territorio liberado para lo cual sus Presidentes darán órdenes directas a los organismos provinciales, regionales y locales de los que dependan sus servicios respecti­vos, proponiendo al Presidente de la Junta las disposiciones generalt-s que son complemento de las órdenes referidas, las aisladas, cuando tengan importan­cia, y las que afecten a resolución de problemas generales o que puedan inte­resar a otras Comisiones de la Junta. Darán cuenta al Gobernador General de las órdenes cursadas a Jos Gobernadores civiles de las provincias y de las que tengan relación con la organización de la vida ciudadana encomendada a aque­lla Autoridad.

Será misión también de las Comisiones el estudio de los problemas de su departamento, orientación y legislación futura dentro del marco de Ja política general del Estado, definida en la primera declaración dtl jefe del mismo.

El Presidente de la Junta Técnica despachará por lo menos una vez por semana con Jos Presidentes de las Comisiones y que existan asuntos de urgente resolución.

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El Presidente de la Junta Técnica reunirá varias Comisiones a las que afecte un asunto de carácter general, siempre que se trate de tomar resoluciones sobre el mismo, presidiendo por si o delegando la Presidencia de la reunión y convocará quincenalmente el pleno, fijando previamente la orden del día.

El régimen administrativo de la Junta Técnica, que comenzará en su Presi­dente, de un sistema análogo al de un Ministerio, en cuanto se refiere al trá­mite de las disposiciones aprobadas y de su publicación, que se cumplirá por medio de una Oficialía Mayor, se simplificará todo lo posible en las Comisio­nes, conservando, no obstante, archivo de los asuntos y firmas responsables de las órdenes, informes o acuerdos de las mismas.

En los asuntos de despacho del Jefe del Estado, siempre que la urgencia lo permita, serán enviados con anterioridad, con sus antecedentes, a la Secretnría General, cuyo objeto es facilitar al Jefe del Estado su despacho y conocimiento.

El despacho será directo del Presidente de la Junta Técnica con el Jefe del Estado, pudiendo sin embargo aquél enviar un delegado suyo en casos urgen­tes para salvar las dificultades de distancia, si las hubiere.

La Secretaría General transmitirá al Presidente de la Junta Técnica instruc­ciones del Jefe del Estado, por medio del Secretario General o por uno de los Secretarios especializados, los que el Presidente de la junta Técnica, podrá si lo estima conveniente poner en contacto con la Comisión correspondiente para aclaraciones de detalle y a fin de que pueda recoger la impresión de dicha Comisión sobre el asunto que lleve encomendado.

Los Departamentos de la Junta Técnica serán los siguientes: Presidencia de la Junta. Secretaría. Oficialía Mayor. Comisión de Hacienda. Comisión de Justicia. Comisión de Industria, Comercio y Abastos. Comisión de Agricultura y Trabajo Agrícola. Comisión de Trabajo. Comisión de Cultura y Enseñanza. Comisión de Obras Públicas, Comunicaciones y Transportes, cuyas misio­

nes est?n señaladas en la Ley de l.º de Octubre de 1936. Los miembros de estas Comisiones serán elegidos libremente, nombrados,

o separados de su función por el Presidente de la Junta Técnica. Podrá el Presidente de la Junta proponer al jefe del Estado, la creación de

nuevas Comisiones si lo considera conveniente, así como nombrar Delegados Regionales de la Junta para facilitar y encauzar las relaciones de los distintos organismos provinciales, con las correspondientes Secciones de la Junta, que por su conducto se pondrá en comunicación con las acttvidades y fuerzas vivas Regionales o Provinciales.

El Presidente de la junta Té.:nica podrá adscribir a sus trabajos como Consejeros de no permanentes, a todas aquellas personas que por su preparación y solvencia moral puedan aportar opiniones valiosas a la obra Nadona!, aun habi::ndo tenido aquellas carácter político destacado, siempre

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que su' actividad política no hubiese tenido contacto alguno con la última si­tuación de Gobierno en España, cuya actuación de traición a la Patria quedó claramente manifiesta.

Burgos cinco de Octubre de mil novecientos treinta y seis.-fRANCO.

REGLAMENTO ORGANICO

y de procedimiento de la junta Técnica del Estado

Promulgada en l.º de Octubre de 1936, la Ley que organizó provisional­mente el nuevo Estado Español, precísase dictar las normas complementarias que han de regir los diferentes organismos creados por la expresada Ley.

Uno de ellos, la Junta Técnica, por la complejidad e importancia de sus funciones, requiere un Reglamento que señale detalladamente las facultades de cada uno de sus componentes, así como la forma de actuar de los mismos fijando simultáneamente la manera de relacionarse la Junta con los demás Or· ganismos del Estado, y con el ciudadano particular, es decir, un Reglamento que a la vez de Orgánico, sea regulador del procedimiento administrativo.

Dado el carácter provisional de la organización, ya anunciado en el pre­ámbulo de la Ley y el deseo de que la misma corresponda a criterios de auste· ridad y rapidez en el despacho y resolución de los asuntos, las normas regula­doras han de ser sencillas y poco complejas, sin perjuicio de la estructuración definitiva que en su día se adopte.

CAPITULO PRIMERO

Organización

Artículo l.º La Administración Central de todo el territorio sometido a la jurisdicción electiva del Jefe del Estado Español, corresponde a la Junta Téc­nica del Estado en todos los asuntos que competen a las distintas Comisiones que se forman en la Ley de 1.0 de Octubre de 1936, sin perjuicio de las facul­tades atribuídas al Gobierno General¡ Secretaría de Relaciones Exteriores y Secretaría General del Jefe de Estado, determinadas en los artículos 3.º, 4.º y 5.0 de la mencionada Ley.

Art. 2.º Estando regida la Administración Central del Estado por la Junta Técnica, a la misma corresponden todas las funciones, atribuciones y faculta­des que a dicha Admíoistracíón Central atribuye la vigente legislación de los ministerios correspondientes a los Departamentos o Comisiones de que se compone la citada Junta; en su consecuencia, todos los Centros, Organismos y funcionarios de la Administración provinciai y local, deberán elevar a la Junta Técnica (Departamento de la misma 'que proceda), todas las consultas, informes y documentación que con arreglo a las disposiciones corres­ponde conocer a la Administración Central debiendo en su consecuencia abs­tenerse las Autoridades y Corporaciones Regionales, Provinciales y Locales, de ejercer otras facultades que las que normalmente les conferían las dones vigenh:s.

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Art. 3.º Las disposiciones que nazcan de la Administración Central, han de adoptar una de las siguientes formas:

a) Leyes: Cuando se trate de regular materias que afecten a la Constitu­ción del Estado.

b) Decreto-Leyes: En los casos que deba ser modificada la legislación anteriormente establecida por una Ley.

En los nombramientos, ceses y concesión de honores, recompensas, etcé­tera, que precisen de una Ley con arreglo a la legislación vigente.

e) Decretes: Cuando se trate de modificar legislación anteriormente esta­blecida por un Decreto.

En la aprobación de Reglamento para la ejecución de las Leyes. En lo~ nombramientos y ceses de personal que deban hacerse en dicha

forma, con arreglo a lc1s disposiciones vigentes. En los casos que se establezcan o modifiquen servicios generales de los

Departamentos. d) Ordenes: Para ejecución de los Decretos-Leyes o Decretos. En los nombramientos que puedan hacerse sin necesidad de expediente,

con arreglo a la legislación vigente. Para todas aquellas resoluciones que, como consecuencia de un expedien­

te, se dicten con carácter general. Las resoluciones emanadas de la voluntad del Presidente de Ja Junta Téc­

nica en virtud de sus facultades, y que no deban ser objeto de Decreto. e) Ordenes de Comisión: Para resolución, con carácter particular, de los

expedientes promovidos en virtud de petición o reclamación y sean tramitados por las Comisiones.

Para la expresión de acuerdos de los Presidentes de las Comisiones toma­dos en uso de sus facultades propias.

Art. 4.º La firma de los Decretos-Leyes y Decretos, corresponde al Jefe del Estado Espafíol.

La de las Ordenes, al Presidente de la Junta Técnica. La de las Ordenes de Comisión, a los Presidentes de las mismas. Art. 5.º La Junta Técnica del Estado, se compondrá: de un Presidente, de

una Secretaría (del Presidente), de una Oficialía Mayor y de las siguientes Co­misiones que podrán ser aumentadas o modificadas:

A) Comisión de Hacienda, que tendrá por misión el estudio y preparación de los siguientes asuntos: Divisas, Donativos, Impuestos, Contribuciones, Ban­cos, Tesoro Nacional, Aduanas, Timbre, Presupuesto, Cámaras de Compensa­ción, Aranreles, Monopolios, Operaciones de Crédito y Gastos.

B) Co.nisión de Justicia, a la que compete la proposición de aquellas nor­mas aue en el orden procesal no tienen en la actualidad aplicación tangible, así como la modificación o alteración de las vigentes.

C) Comisión de Industria, Comercio y Abastos, cuyo objeto será el estu­dio estadístico de las diversas actividades, mercancías y provisiones existentes en las provincias ocupadas, régimen de coordinación entre las mismas y auxi­lio que necesiten, fomento de las exportaciones y deti:rminación de las impor-

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taciones necesarias, así como arbitrar Jos primeros medios necesarios para la subsistencia de las industrias.

D) Comisión de Agricultura y Trabajo Agrícola, cuya función será fijar las normas indispensables para la continuación de las actividades agrícolas y preparar la revaloración de productos de la tierra, establecirniento de patrimo­nios familiares, Cooperativas agrícolas y mejoras de la vida cam pesína.

E) Comisión de Trabajo, a la que compete todo lo relacionado con las bases vigentes y laudos de trabajo y el estudio de nuevas orientaciontis que tienden al bienestar del obrero y la colaboración de éste con los demás ele­mentos de la producción.

F) Comisión de Cultura y Enseñanza, que se ocupará de asegurar la con­tinuidad de la vida escolar y universitaria, reorganización de los Centros de Enseñanza y estudios de las modificaciones necesarias para adaptar ésta a las orientaciones del nuevo Estado.

O) Comisión de Obras Públicas y Comunicaciones, que tendrá por mi~ sión asegurar la continuación de las obras públicas en curso, emprender obras nuevas donde sea indispensable, restab·ecer las líneas de transportes de todas clases, organizar un perfecto servicio de comunicaciones postales y telegráfi­cas en toda la región ocupada, así como el personal necesario para estos servicios.

Se ocuparán, además, estas Comisiones de cuantos otros asuntos no men­cionados especialmente sean de su general conocimiento.

Art. 6.º La plantilla del personal se acomodará a las necesidades del ser­vicio, evitando la burocracia innecesaria y opuesta a la austeridad del nuevo régimen, pero sin restricciones excesivas que cercenen el rendimiento adecua­do del organismo.

Todos los cargos de Ja Junta, tanto los de Vocal de las Comisitrnes como los del personal administrativo a ellas asignado, serán completamente gratuitos, y sólo percibirán los emolumentos que les correspondan en sus respectivos Escalafones, a los que seguirán perteneciendo, reservándoseles en todo caso el cargo que tuvieron en aquél, al que se reintegrarán al cesar en el de la Junta·

CAPITULO II

De la Presidencia de la junta

Art. 7.0 Al Presidente de la Junta corresponderá: a) Despachar con el Jefe del EstadrJ, sometiendo a su firma todos aquellos

asuntos que deban ser resueltos por Decreto-Ley o por Decreto. b) Resolver cuantos asuntos sean a él sometidos por las Comisiones res­

pectivas y que no deban ser objeto de Decreto-Ley o de Decreto. c) Despachar con los Presidentes de las Comisiones; presidir sus reunio­

nes, cuando lo estime preciso, convocándoles a reunión parcial o total, señalan­do previamente la Orden del día correspondiente.

d) Recabar la cooperación de técnicos en aquellos asuntos que por su im­portancia lo reqnieran.

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e) Nombrar y separar libremente los miembros de las distintas Comisio­nes y el personal auxiliar de las mismas.

f) Nombrar Delegados de Ja Junta en las provincias para la resolución de determinados asuntos y facilitar la comunicación de aquéllos con los Organis­mos administrativos provinciales.

g) Adoptar cuantas medidas estime convenientes para el mejor y más rá­pido funcionamiento de las Comisiones.

h) Proponer al Jefe del Estado la creación de nuevas Comisiones o modi­ficación de las existentes cuando lo estime preciso.

CAPITULO III

De la Secretaria

Art. 8.0 La Secretaría del Presidente de Ja Junta tendrá dos Departamentos a) Secretaría Oficial. b) Secretaría particular. Cada una de éstas desemprñará en el sector que su título indica las funcio­

nes propias de toda Secretaría; informes, correspondencia, clasificación de personal, actividade;, y documentos que a ella afecten y el archivo de éstos por medio de Jos libros y ficheros convenientes, con arreglo a las normas técnicas y de ejecutividad que son indispensables para tener eficacia.

A más de ésto, será cometido de la Secretaría oficial cuanto se relacione con el despacho, audiencias, viaíes y seguridad de la persona y funciones del Presidente.

El número de Secretarios y demás personal auxiliar de la Secretaría, así como su coordinación o subordinación, dependerá de lo que aprecie y ordene el Presidente.

CAPITULO IV

Oficialta Mayor

Art. 9.º Serán funciones de la Oficialía Mayor: a) Cursar los proyectos de Ley, Decretos, Orderes y Reglamentos que se

le encomienden por las Comisiones, o que le ordene el Presidente. b) Como Jde inrnedi11to del personal administrativo y subalterno, pro­

pondrá al Presidente de la Junta las recompensas y castigos a que se hagan acreedores.

c) EJecutar los acuerdos d,,J Presidente de !a Junta en todo cuanto se re· fiera al servicio y régimen interior de Ja misma.

d) Prep:1rar e. informar en cuantos asuntos se le confieran y los de carácter general e indeterminarlo que no sean d~ la competencia de las Comisiones.

Art. 10. Para obtener el cargo de Oficial Mayor será necesario venír figu­,rando en cualq uii:~ra de Jos escalafones de func1onarios técnico-administrativos de los distintos ramos de la Administración.

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CAPITULO V

De las Comisiones

Art. 11. Las Comisiones se compondrán de un Presidente y del número de Vocales que el Presidente de la Junta estime necesarios¡ correrá a su cargo la tramitación e informes de todos aquellos asuntos que sean sometidos a su conocimiento, así como el estudio de todas las disposiciones y modificaciones de la legislación vigente sobre las materias de su peculiar competencia.

Art. 12. A los Presidentes de las Comisiones corresponderá: a) Distribuir y organizar el trabaio de las mismas entre los Vocales y el

personal afecto a ellas, adoptando todas aquellas medidas encaminadas a ase­gurar los servicios correspondientes a su departamento dentro del territorio ocupado.

b) Resolver cuantos asuntos sean de la competencia de la Comisión, tras­ladando directamente las órdenes oportunas a las Autoridades u Organismos de la Administración provincial o local, siempre que no se trate de órdenes de carácter general, en cuyo caso deberá hacer la oportuna propuesta al Jefe de la junta para que por el mismo se adopte la resolución que proceda.

e) Pedir informe sobre los asuntos que sean de la competencia de la Co· misión a cuantos Centros o personas crea convenientes, asi como acordar cuanto pueda afectar a la organización o fiscalización de los servicios del De­partamento para lograr un rápido funcionamiento de los mismos.

d) Dar cuenta al Gobernador General de las Ordenes cursadas a los Go­bernadores civiles de las provincias y de las que tengan relación con la orga­nización de la vida ciudadana encomendada a aquella autoridad.

En ausencia del Presidente, será sustituído por el Vocal de mayor edad, en el caso de que no se hubiese nombrado Vicepresidente.

Las atribuciones señaladas en los párrafos anteriores, pueden ser delegadas por los Presidentes en uno o varios Vocales de la Comisión. Asimismo deter­minarán qué Vocales han de llevar el despacho de los asuntos y cuáles han de encargarse del estudio y preparación de la reforma legislativa.

CAPITULO VI

Del procedimiento

Art. 13. Existirá en la Junta un Registro General, donde deberá presen .. tarse necesariamente todo documento dirigido a la junta Técnica, haciéndose su correspondiente asiento en los libros de dicha Dependencia. Una vez regis­trados y sellados, haciendo constar la fecha de presentación, serán enviados a la Comisión o Departamento correspondiente. Aquellos que por su indetermi~ nación, no pudiera precisarse el Departamento a que corresponde su despa­cho, se remitirán a la Oficialía Mayor. Dicho envío se hará por índices dupli­cados, en los que individualmente se relacionarán los asuntos, devolviéndose al Registro el duplicado, con el sello de la Comisión que lo haya recibido.

Art. 14. Toda instancia dirigida a la junta deberá estar reintegrada con el

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timbre correspondiente, así como Ja documentación que a las mismas pueda acompañarse.

Los presentadores de documentos en el Registro tendrán derecho a exigir recibo, reintegrándole con el sello móvil correspondiente.

Art. 15. Las Co!!!isiones llevarán ficha de cada uno de los asuntos en ellas ingresados, por orden alfabético del inkresado o Centro que los haya remi­tido, donde consten las marcas del Registro general y la tramitación que al expediente se le dé, con detalle de las fechas de su entrada en la Comisión y salida para cualquier otro Centro u organismo, así como la terminación del mismo.

Art. 16. Los asuntos serán resueltos por la Comisión con Ja mayor rapidez posible, dando a su tramitación la máxima sencillez.

Todo expediente motivará el correspondiente informe, que podrá emitirse por simple minuta en casos de poca importancia¡ dicho informe será sometido a resolución del Presidente de la Comisión, quien adoptará la que estime opor· tuna si fuera de su competencia, elevando en caso contrario Ja propuesta co­rrespondiente al Presidente de la Junta Técnica.

Art. 17. Si por la importancia del asunto, el Presidente de la Comisión estimase debe ser objeto de deliberación de la misma, o lo pidiese algún Vo­cal, someterá aquél, después de informado, a conocimiento de la Comísión en su primera reunión¡ el acuerdo que la Comisión tome por unanimidad o ma­yoría de votos, sustituirá al informe y sobre él recaerá la resolución del Presi­dente de la Comisión.

Art. 18. Si un asunto requiriese para su despacho el previo informe de algún Centro u Organismo o la petición de datos o antecedentes, la Comisión los reclamará dentro del tercer día de la entrada en ella del eh.pediente¡ una vez recibido el informe o el dato reclamado, será despachado el asunto con la mayor urgencia posible.

Art. 19. En el orden del día de cada reunión de la Comisión, se fijarán los asuntos que en ella han de tratarse, entregando a cada Vocal con la antelación debida copia de las Ponencias respectivas.

Art. 20. Los recursos contra resoluciones dictadas por los Organismos de la Junta Técnic11, apurarán la vía gubernativa y mientras no se legisle en otra forma les quedará un último recurso ante el Jefe del Estado.

Burgos 19 de Noviembre de 1936.-El Presidente de la Junta Técnica del Estado, Fidel DávUa.

DECRETO NUMERO 9

Para atender al desenvolvimiento de las necesidades organtcas y adminis­trativas de las fuerzas armadas de todos los órdenes, así como para desarrollar la misión que el Reglamento de Grandes Unidades asígna al or¡zanismo co­rrespondiente en la Zona del Interior, se crea una Secretaría de Guerra que es­tará a cargo de un General de División o de Brigada.

La Secretaría de Guerra se organizará con tres secciones, correspondiente cada una a las fuerzas de th~rra, mar y aire, más un Negociado de Justicia.

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Las secciones primera y segunda constarán de tres Negociados de los cua­les el primero entenderá en los asuntos de Reclutamiento y Personal, el segun­do los de Material y el tercero Servicios; la tercera sección tendrá solamente et de Personal y Material, por quedar los demás afecto a la Jefatura del Aire.

Las normas necesarias para el funcionamiento de la Secretaría serán dicta­das por el General Jefe de la misma.

Dado en Burgos a tres de Octubre de mil novecientos treinta y seis.

fRANCISCO FRANCO.

INSTRUCCIONES

para el desenvolvimiento de los cometidos asignados en el articulo tercero de la Ley de 1. 0 de Octubre iíltimo

Primera. El Gobernador General tendrá su residencia oficial, provisional­mente en la plaza de Valladolid, irradiando desde ella sus actividades a las de­más provinci~s del territorio.

~egunda. Tendrá a su servicio el personal siguiente: un Secretario, elegido entre los que integran el Cuerpo del Secretariado Provincial, un Jefe Superior ::le Policía y un func10nario Jefe u Oficial del Ejército o del Estado, que, por sus conocimientos de la vida provincial o municipal, resulte apto para el des­empeño de su función subalterna. Como personal de oficina dispondrá de los que considere necesarios entre los que tienen su déstino en las provincias ob­jeto de inspección. Como medio de transporte podrá interesar, de la Jefatura de é°'tos o requisándolos, dos vehículos automóviles provistos de mecánico­conductor. Los auxilios materiales que para el desarrollo de la misión del Go­bierno General sean precisos, se reclamarán por cantidades a justificar men­sualmente, las cuales se librarán mediante los oportunos mandamientos, a pro· puesta de la Comisión de Hacienda dependiente de la Junta Técnica.

Tercera. En el plazo más breve posible, el Gobernador General girará una visita a las distintas provincias objeto de su inspección personal, efectuan­do durante ella una información sobre las necesidades sentidas en las mismas, y que por razón de su naturaleza no puedan ser atendidas por dicho Gobierno General y precise la adopción de medidas por parte de la Junta Técnica.

Cuarta. El Gobernador G~neral coordinará las actividades de los Gober­nadores civiles en su relación con las Autoridades militares, a fin de que las resoluciones de ambos sean conciliables en su cumplimiento, tomando en otro caso razón de las dificultades que se ofrezcan, las que resolverá de acuerdo con los mandos militares superiores en aquellos casos en que no pudiera hacerlo por sí mismo.

Quinta. Por el Gobernador General se revisará la constitución de las Co­misiones Gestoras de las Diputaciones provinciales, procurando que éstas estén constituídas por r1!pre<>entantes destacados de las Cámaras Agrícolas, Cámaras de Comercio e Industria y de las de Navegación en las provincias del litoral, bien entendido que la ideología de los que acrediten en tal cometido a dichas entidades deberán ser personas de eficiencia en su labor y carentes de signifi-

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cado político, aceptando en último extremo el de tendencias afines a Ja causa nacional. Independientemente de !as aludidas, formarán parte de dichas Corpo­raciones provinciales los elementos destacados que se estimen indispensables para la gestión administrativa y cuya solvench moral sea notoria.

El Gobernador Gt!neral impondrá en forma terminante a los Gobernado­res civiles de la provincias el desempeño personal de las distintas funciones -que el Estatuto provincial les asi:;;na, prohibiéndoles que hagan uso de la fa­cultad de delegar en los Presidentes d~ las Diputaciones, con el fin de que las orientaciones, actividades, trabajos e inversiones de fondos puedan ser fiscali­zadas e intervenidas por los dichos Gobernadores, bajo su más estrecha res­ponsabilidad.

Sexta. Por el Gobernador Géneral se acordará lo pertinente para el abas· tecimiento de las poblaciones, es1imulando el celo de las Autoridades que le están subordinadas, las cuales periódicamente le darán cuenta de las existencias de artículos de primera necesidad. Igualmente ies serán facilitadas por las Autoridades civiles reíación del material sunitario existente en las distintas po­blaciones y de aquel que provenga de donativos.

Séptima. Los fines de beneficencia serán preferentemente atendidos me­diante el concurso de las aportaciones individuales o corporativas que con este obíeto se verifiquen en las distintas provincias, intensificándolos mediante la constitucíón de fondos que provenga de la imposición de mullas metálico, y a través de porcentajes de recargos tributarios, siendo estos últimos acordados por las respectivas Diputaciones p~ovinciales y aprobados por el Presidente de la Junta Técnica, oido el dictamen de la Comisión de Hacienda. En el orden benéfico se desplegarán con preferente atención las actividades de esta natura­leza a la constitución de orfelinatos y comedores de asistencia social.

Octava. Por el Gobernador General se dictarán, para su cumplimiento por los Gobernadores civiles respectivos, aquellas medidas encaminadas a la más escrupulosa de las revisiones en cuanto a la constitución de las Gestoras Mu­nicipales, las cuales deberán integrarse por los mayores contribuyentes por rústica, industrial, pecuaria y utilidades, siempre que reunan las características de apoliticismo y efictencia a que se refiere la quinta de estas instrucciones. Ello no obsta para que asimismo puedan ser llamados a formar parte de dichas G ·storas cualesquiera otras personas que, en razón a sus actividades o por su significación personal, puedan estimarse como de leal o imprescindible coope­ración, así como las representaciones de agrupaciones obreres que, por su ideología, puedan ser consideradas como afectas al movimiento salvador de España.

Novena. PJr el Gobernador General se evitará Ja imposición de medidas tributarias cuando estén acordadas por organi';mos o entidades sin autoriza­ción expresa para hacerlo, debiendo dar cuenta de tales conductas a los Tribu­nales correspondientes, o imponer, en su caso, las medidas de seguridad que estime indispensables.

Décima. En aquellas provincias en que se hayan constituido Juntas espe­ciales de Defensa o funcionen organismos análogos, armonizará las activida­des de unas u otras cuando los estimara indispensables, o dará cuenta a la Su-

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perioridad antes de acordar su disolución. A este efecto, procederá con el de-· bido tacto en los territorios de su jurisdicción.

Undécima. Con objeto de evitar el paro obrero, comunicará a la Junta Técnica la necesidad de continuar las obras públicas en ejecución en las pro­vincias donde estén comenzadas, o de emprender otras nuevas útiles cuyos proyectos estén aprobados y pendientes de ejecución. A este efecto, estimu· lará el celo de los Gobernadores civiles para que soliciten directamente de las Comisiones de Obras Públicas y Comunicaciones y de Ja de Trabajo los me­dios necesarios.

Duodécima. A idénticos fines que los que se exponen en orden al paro en la instrucción precedente, v;gilará, por conducto de las Autoridades locales, las labores de siembra y recolección de productos agrícolas, corrigiendo aque­llos abusos que provoquen Ja falta de empleo de braceros o su remuneración, contraviniendo laudos y bases de trabajo, sin perjuicio de elevar a Ja Comisión de Agricultura y Trabajo Agrícola, asimismo depencliente de la junta Técnica, los informes pertinentes.

Burgos, cinco de Octubre de mil novecientos treinta y seis.-Franco.

DECRETO NUMERO 245

La coordinación de las actividades de la Marina Mercante y el empleo varío de que son susceptibles las unidades de dicha flota, a la que es preciso orien­tar para el logro de un mayor rendimiento, junto con el auxilio económico que deben recibir del Estado, quien atenderá en forma equitativa las necesidades que tengan, obligan a la creación de un organismo rc'.ctor que tutele e impulse rama tan importante de la economía nacional.

En su consecuencia,

DISPONGO;

Artículo primero. Se crea la Dirección del Tráfico Marítimo, dependiente del Presidente de la junta Técnica del Estado, cuya finalidad será regular el tráfico por mar, restablecer las comunkaciones marítimas, ordenar la~ activi­dades de las empresas navieras y centraliz'l.r cuantos asuntos interesan a Ja Marina Mercante. Estará constituída por un Director y el personal que se estime nece&arío.

Anículo segundo. Dependiente la junta de Tráfico Marítimo funcionará un Comité Asesor, constituído por un representante de cada una de las Com­pañías Transmediterránea, Ibarra y Trasatlántica, un representante por las de· más Compañías y buques sueltos, un representante por las Compañías de buques pesqueros y otro por la gerencia de buques incautados. formarán parte de él, además, dos miembros técnicos, elegidos poí el Presidente de la Junta Técnica del Estado, un representante del Ejércit'J, otro de la Armada y otro del Tesoro Público, como Consejeros permanentes. Todos estos cargos serán gra­tuitos y obligatorios.

Artículo tercero. Será función de la Dirección del Tráfico Marítimo, ade-

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más de las que señala el artículo primero, regular, por un modus vivendi pro­visional, las relaciones entre el Estado y las Compañías subvencionadas y pro­poner al Presidente de la junta Técnica los auxilios que pueden concederse a estas y otras Compañías nacionales para mantener el indispensable tráfico.

Será misión de la Dirección regular y vigilar el tráfico de cabotaje conce­dido tewporalmente a Compañías extranjeras, así como determinar cuando debe cesar éste, representando al Estado en toda negociación con las Compa­ñías mencionadas.

Determinar, de acuerdo con la Comisión de Trabajo, el régimen de éste en buques y puertos, y, por último, ejercer la dirección de la pesca marítima para que dentro de la legislación actual se mant~nga esta actividad regulada por los organismos y normas de que dependan.

Artículo cuarto. Con la mayor urgencia se organizarán las Compañías Navieras que tengan en territorio liberado personal directivo. Los buques per­tenecientes a las Compañías que actúan fuera del territorio liberado y los in­cautados por el Estado, se explotarán y administrarán por medio de una geren­cia de buques incautados, que actuará como la de cualquier otra Compañía, rindiendo cuentas a la Dirección del Tráfico Marítimo. Llevará esta Gerencia una cuenta por buques y abrirá una nueva a cada uno que se le entregue pro­cedente de prt>sas o incautación, que incorporará a la flota. Nn obstante esto, la Dirección del Tráfico Marítimo podrá entregar, temporalmente, para su ex­plotación a las Compañías Españolas de Navegación, parte de los barcos in­cautados, dejando a la gerencia de éstas los suficientes para los servicios del Estado, a los cuales ha de atender con preferencia. Para ejecutar las funciones propias de agencias y consignaciones, designará la Gerencia delegados en los principales puertos y obligatoriamente en los que Je fije el Estado Mayor de Ja Armada, cuyos agentes, desempeñarán, además, todas las funciones que las autoridades del Estado les confieran.

Artículo quinto. Las Comandancias de Marina continuarán dirigidas por personal de la Marina de Guerra o civil militarizado, con intervención directa en la formación técnica y profesional de todos los navegantes y mando en la inscripción, reservas y cuanto se refiera a las futuras dotaciones de los buques de guerra.

En circunstancias de guerra o alteración de orden público, tendrán la facul­tad de incautarse de servicios y líneas y entonces será de su responsabilidad señalar derrotas, indicar la oportunidad de salidas y arribadas y cuanto se re­fiera a la navegación. La Dirección del Tráfico Marítimo estará para ello en contacto directo con estos Centros Militares, pe.·o cuando tenga que dirigirse a ellos por escrito para asuntos de transcendencia, ajenos al tráfico ordinario, lo hará por conducto del Comandante General del Departamento.

Artículo sexto. La jurisdicción en la mar, incumbe a la Marina de Guerra y entenderá en las presas marítimas, accidentes de mar, resguarLo, vigilancia de pesca, contrabando y cuanto corresponda a la acción del Estado sobre cos­tas fronteras.

Artículo séptimo. El Estado Mayor de la Armada deberá conocer, en todo momento, la posibilidad de utilizar la flota mercante a los fines de defensa

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nacional. Con tal objeto, la inscripción de la flota mercante y Nacional, estará encomendada a las Comandancias de Marina, quienes comunicarán al Centro Militar y a la Dirección dd Tráfico las variaciones y cambios que se operen.

Ariículo octavo. Un Reglamento, basado en los anteriores preceptos, re­gulará, con carácter provisional, el funcionamiento de la Dirección del Tráfico Marítimo, dando preferencia a Ja competencia facultativa y con gran austeridad en cuanto a la burocracia se refil!re, a fin de lograr un organismo ágil que atienda a lo urgente sin legislar para el futuro en armonía con su carácter pro· visiona!. Este Reglamento se someterá al informe del Estado Mayor de la Ar­mada.

Artículo noveno. El Consorcio Nacional de la Marina mercante, creado por Orden de dieciocho de Diciembre último, limitará sus funciones a procu­rar contratos de explotación o venta de buques s<Jbrantes utilizables en tráfico que por circunstancias especiales no puedan realizar sus propietarios.

Artículo décimo. Quedan derogadas cuantas disposiciones se opongan a lo preceptuado en este Decreto.

Dado en Salamanca a doce de Marzo de mil novecientos treinta y siete.

FRANCISCO FRANCO,

DECRETO NUMERO 244

El ilícito comercio a que se dedican los enemigos de la Patria, ha obligado a realizar el apresamiento de aquellas naves que, portadoras de mercancías ro· badas o que deben su origen al saqueo, contribuían con su importe a la obten­ción de medios con los cuales se hacía más tenaz y cruenta la lucha. La mora­lidad y acatamiento que el Estado Español tiene para con los principios de derecho de gentes, exige una ordenación, administi ativa que en todo momen­to pueda ofrecerse como garaniía de un proceder justo.

En su consecuencia,

DISPONGO:

Artículo primero. Se crea, dependiente de la Junta Técnica del Estado y en su Sección de Industria y Comercio, el Negociado de Presas, cuya función será hacerse cargo de aquellas mercancías y buques que le sean entregadas por 1~.s Autoridades Militares y darle el destino que proceda, de acuerdo con las órdenes que para ello reciba de la Presidencia de la Junta Técnica del Estado.

Será, asimismo, su función, valorar y contabilizar dichos elementos y can­celar administrativamente estas operaciones con las Empresas u organbmos receptores de los mismos.

Artículo segundo. Para desempeñar sus funciones tendrá una Jefatura y dos Subnegociados, uno de orden y otro de contabilidad y dispondrá en los Puertos donde lo necesite de los Delegados de la Gerencia de buques incauta­dos, que quedarán a sus órdenes a estos efectos, y por medio de los cuales hará las operaciones de descarga, transporte y custodia, hasta su entrega, quedando responsable el jefe de este servicio, de salvaguardar los intereses del Estado, a

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este respecto. Dichos Delegados se entenderán directamente con Aduanas, Ca­rabineros, Comandancias de Marina y demás servicios de los Puertos, de acuerdo con las instrucciones que se dicten.

Artículo tercero. No obstante lo dispuesto en los artículos anteriores, las presas de material de guerra quedarán bajo la salvaguardia de las Autoridades de Marina y exentas de cuanto aquí se dispone, correspondiendo a aquellas Autoridades su custodia, así como al Centro Militar que las reciba su valora­ción, de lo que deberá dar cuenta directa al Presidente de la Junta Técnica del Estado.

Artículo cuarto. La Jurisdicción penal y formación del expediente de pre­sas queda a cargo de la Marina de Guerra.

Dado en Salamanca a doce de Muzo de mil novecientos treinta y siete.

fRANCISCO fRANCO

DECRETO NUMERO 180

La gran influencia que en la vida de los pueblos tiene el empleo de la pro­paganda, en sus variadas manifestaciones, y el envenenamiento moral a que había llegado nuestra Nación, causado por las p rniciosas campañas difusoras de doctrinas disolventes, llevadas a cabo en los últimos años, y la más grave y dañosa que realizan en el extranjero agentes rusos al servicio de la revolución comunista, aconsejan reglamentar los medios de propaganda y difusión a fin de que se restablezca el imperio de la verdad, divulgando, al mismo tiempo, la gran obra de reconstrucción Nacional que el nuevo Estado ha emprendido. Por ello,

DISPONGO:

Artículo primero. Adscrita a la Secretaría general del Jefe del Estado, se crea la Delegación para Prensa y Propaganda, compuesta de un Delegado, que asumirá la dirección de este servicio; un Interventor, Abogado del Estado, que ejercerá sus funciones con arreglo a las directrices que oportunamente se dic­ten; un Jefe u Oficial del Ejército, y un Tesorero Contador.

Integrará, además, la referida Delegación todo el personal técnico y auxiliar indispensable para el desarrollo de los servicios y constituirá parte de ella una sección Militar, que ejercerá sus funciones por medio de órdenes directas del Alto Mando, que facilitará, por tal conrtucto, cuantas noticias se refieran a asuntos de guerra y marcha de las operaciones.

Artículo segundo. La Delegación tendrá como misión principal, ulilizan­do la prensa diaria y periódica y demás medios de difusión, la de :ctar a cono­cer, tanto en el extranjero como en toda España, el carácter del Movimiento Nacional sus obras y posibilidades y cuantas noticias exactas sirvan para opo­nerse a la calumniosa campJña que se hace por elementos «rojos» en el campo internacional.

Artículo tercero. Para cumplir la misión que el artículo precedente deter­mina, el Delegado tendrá atribuciones para orientar la prensa, coordinar el

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servicio de las estaciones de radio, señalar las normas a que ha de sujetarse la censura y, en general, dirigir toda la propaganda por medio del cine, radio, periódicos, folletos y conferencias, para lo que adoptará las medidas necesarias para el desempeño de su cometido.

Artículo cuarto. El Delegado tendrá el carácter de autoridad en el ejercicio de sus funciones y la contravención de sus órdenes podrá sancionarla con la pena de multa, dentro de los límites señalados a los Gobernadores civiles, y la suspensión de los órganos de publicidad de que se hubieran valido los infrac­tores.

Artículo quinto. El servicio de la Delegación para prensa y propaganda será voluntario, pero dentró del mismo reinará un régimen de jerarquía y dis­ciplina, siendo considerado su personal, a estos efectos, como movilizado.

Artículo sexto. Por la Junta Técnica del Estado se arbitrarán los recursos necesarios para el funcionamiento de estos servicios.

Dado en Salamanca a catorce de Enero de mil novecientos treinta y siete.

FRANCISCO fRANCO

DECRETO NUMERO 74

Por convenir al mejor servicio y a la rápida tramitación de los asuntos de las plazas de Soberanía del Norte de Africa.

DISPONGO:

Articulo primero. El Alto Comisario de España en Marruecos podrá re­solver, como delegado de la junta Técnica del Estado, por sí, cuantos asuntos de carácter urgente se planteen en las plazas de Soberanía e intervenir, apro­bar y revocar las propue3tas de todos los organismos de las citadas plazas.

Artículo segundo. No obstante lo previsto en el artículo anterior, el Alto Comisario se ajustará al presupuesto vigente de ingresos y gastos como límite de sus facultades para autorizar obras públicas, sin que en ningún caso pueda hacerlo por sí mismo cuando el presupuesto de ellas exceda de 50.000 pesetas.

Artículo tercero. Como Jefe Superior de todos los funcionarios y personal que presta sus servicios en la Zona, podrá aplicar la sanción de suspensión de empleo y sueldo a los que hayan pertenecido a partidos políticos o se hayan significado por sus campañas o actuaciones contra la Patria o a los que hubie­ren tenido una actuación sospechosa o manifiestamente contraria al Movimien­to Nacional, dando cuenta de las sanciones acordadas a la Junta Técnica del Estado.

Dado en Salamanca a nueve de Noviembre de mil novecientos treinta y seis.

FRANCISCO FRANCO.

ORDEN

La regulación de la vida administrativa en los territorios de lfni y del Sabara Español (Río de Oro), se venía ejerciendo directamente por la Presidencia de1

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Consejo de Ministros. Pero al variar la organización del Estado, correspondie­ron primero a Ja Junta de Defensa y más tarde a la Junta Técnica tales atribu­ciones, y concretamente a esta Presidencia, que ha observado que en las actua­les circunstancias no se pueden resolver esos asuntos con la celeridad conve­niente. Y para evitar perjuicios, sin hacer desaparecer las garantías de acierto he acordado delegar las expresadas facultades administrativas en la Alta Comi­saría de España en Marruecos, hasta el 31 de Diciembre del año en curso, y en tanto no se disponga lo contrario.

Burgos, 4 de Noviembre de l 936.-Fidel Ddvila.

DECRETO - LEY

Restablecida la normalidad de la vida civil en las provincias ocupadas por el Ejército, y desapareciendo con ello las singulares circunstancias que deman­daron en un principio la acumulación de cometidos, es llegado el momento en que, sin restar atribuciones a las Atoridades militares, las cuales, conforme al artículo cincuenta y ocho de la vigente ley de Orden Público, pueden adop­tar cuantas medidas estimen necesarias se precise el alcance de tan amplia locución, tanto más cuanto que de este modo podrán dedicarse preferentemente a la finalidad que les es privativ3. Asimismo la jerarquización inherente al es· tado de guerra, hace inadecuados algunos preceptos de la ley invocada, razón por la cual es indispensable el establecimiento de una escala de atribuciones en la sanción de multa, haciendo que ésta sea consonante con los fines de pu· nición perseguidos y sin atribuirle un marcado carácter absoluto e inapelable. Ello no obsta para que al desenvolverse determinadas funciones dentro de la órbita asignada a las Autoridades civiles conserven éstas una subordinación estrecha y obligada a los mandos superiores militares.

En su consecuencia,

DISPONGO:

Artículo primero. Los Jefes superiores de las columnas y fuerzas que ope­ran en las zonas de contacto con el enemigo podrán nombrar, con carácter interino, las Autoridades civiles de las ciudades, pueblos y provincias que ocu­pen, para que, a las órdenes directas de la Autoridad militar de ocupación, atiendan a los problemas de orden civil que se planteen y cooperen con aqué­lla en cuanto les ordenase a la resolución de los problemas de alojamiento y avituallamiento de las fuerzas.

Artículo segundo. Al quedar asegurada la ocupación de la provincia o plaza y haber dejado de constituir su territorio o zona parte de la de vanguar­dia dei Ejército, se observarán las siguiente8 reglas:

a) La Autoridad militar será Ja Autoridad superior, pasando a la compe· tencia directa de las Autoridades civiles y administrativas, todas las cuestiones que le son peculiares, con exclusión de las referentes al orden público. Sin perjuicio de ello, la Autoridad civil podrá desempeñar aquellos cometidos que la Autoridad militar de quien dependa le delegue de modo expreso.

b) La designación de las Autoridades !ocales o provinciales de orden

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civil, y la provisión de los cargos de orden civil administrativo, corresponderá a las Autoridades civiles dentro de sus respectivas atribuciones.

c) La Autoridad civil subordinará sus gestiones a las necesidades de la guerra, a cuyo efect0 atenderá y dará preferencia a las órdenes que, con ella relacionadas, reciba de la Autoridad militar. Si las que ésta dicte se hallasen en contraposición a las que deba cumpdmentar del Gobernador general del Í"rri­torio ocupado, elevará a éste la oportuna consulta con el carácter de urgente y recabará simultáneamente de la Autoridad militar, a quien dará noticia de esta circunstancia, la confirmación de lo ordenado antes de proceder a la ejecución.

d) Las Autoridades militares de plaza o sector podrán proponer, al Gene~ ral de la División de quien dependan, la suspensión de aquellas Autoridades civiles incursas en algunos de los siguientes casos:

Primero. Gestión perjudicial a la buena marcha de las operaciones de guerra o a su preparación.

Segundo. falta de celo a las órdenes relacionadas con el alojamiento o avituallamiento de fuerzas.

Tercero. Ausencia de concurso en el mantenimiento del orden, si hubie-sen sido para ello requeridas.

Cuarto. Desprestigio notorio en el ejercicio de sus funciones. Quinto. Faltas de moralidad o but'na administración. En casos graves y urgentes y asumiendo la responsabilidad de la medida,

la Autoridad militar podrá acordar por sí misma tal suspensión, dando inme· diatamente cui:nta razonada al G)bernador General y a la Autoridad militar divisionaria. Esta pondrá, en todo caso, su resolución en conocimiento del Gobernador General.

e) Los distintos organismos que con las denominaciones de Jefatura de Policía, Delegaciones del Ejército, Jefaturas Supremas d" Orden Púolico, Dele­gación Militar Gubernativa u otros de análoga significaci-Sn que hayirn sido creados con carácter transitorio para atender a circunstancias extraordinarias, desaparecerán, quedando asignados sus servicios y personal que tuviese, ads­crito a las Comisarías de Vigilancia y Seguridad respectivas; sin embargo, la Autoridad miLtar podrá delegar su función, en lo que al orden público se re­fiere, en persona designada lioremente por ella, la cual se denominará •Dele­gado de Orden Público» y sustituirá a la Autoridad militar en dichas funcio­nes. Los Generales Jefes de Ejército podrán, por sí o a instancia de la Autori­dad militar divisionaria, acordar en caso necesario el cese del Comisario, nombrando libremente el sustituto, así como disponer que el personal de aquellos organismos sea reforzado caso preciso con los que en forma honorí­fica deseen desempeñar el cargo de Agen1e, y tengan aptitud; tales acuerdos tendrán el carácter de transitorios, y para su ejecución bastará el traslado de los mismos a la Jefatura Superior de Policía a los fines de conocimiento y es­tadísti::as.

Artículo tercero. Las incautaciones provisionales de bienes y los embar­gos de éstos que se acuerden por las Autoridades militares y civiles, se ajusta­rán a las normas previstas en el Decreto número ciento ocho y Ordenes para aplicación del mismo.

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Artículo cuarto. Las facultlldes de imposición de multas corresponderán a las Autoridades civiles y militares dentro de sus respectivas esferas de compe­tencia, debiendo acomodarse las que se acuerden, a los límites que a continua­ción se señalan, y estar necesariamente en relación con la capacidad y estado económico del infractor, así como el grado de malicia revelado en Ja trans­gresión.

El límite máximo de imposición será el siguiente: Comandantes militares y Alcaldes, hasta quinientas pesetas. Gobernadores civiles y militares, hasta diez mil pesetas. Generales de División, hasta veinte mil pesetas. Generales Jefes de Ejército y Gobernador General, hasta cincuenta mil pe­

setas. Cuando el motivo que dé ocasión a la imposición de mulla sea de la misma

naturaleza que el anterior, se hará constar así en la resolución por la que se acuerde la segunda, pudiendo ser esta última en una cantidad equivalente al duplo de la primeramente impuesta.

Contra las mullas podrá interponerse recurso de revisión ante la Autoridad superior a la que acordó la sanción, siempre que se ejercite dentro del plazo de ocho días, a contar desde el siguiente al de la notificación al corregido. El recurso no paralizará la acción de la multa, que será satisfecha en el p 1azo prudencial que la Autoridad señale. Contra las multas que se impongan direc­tamente por los Generales JeféS de Ejército y contra las resoluciones de los recursos de alzada, sólo se dará el de stiplíca ante el Jefe del Estado.

Artículo quinto. Si por las condiciones económicas del infractor y el gra­do de malicia revt>lado en la trasgresión que se sancione con multa, estimase la autoridad llamada directamente a imponerla, que la cuantía de la que se acuerde debe exceder de la que como límite máximo se establece dentro de sus atribuciones, lo expondrá motivadamente a su supaior en grado, a fin de que por la misma se acuerde dentro de las suyas respectivas el alcance de la multa.

En este caso, la notificación al corregido sólo se practicará cuando por la autoridad superior se nsuelva.

Artículo sexto. Los Generales de las Divisiones y Gobernador General quedan obligados a la formación de un estado comprensivo de las multas im­puestas por las distintas autorijades dependientes de s:i jurisdicción, en el que se hará constar el nombre de los corregidos, su cuantía, infracción que motivó la imposición y sifué apreciada reincidencia, forma en que se hizo efectivo el pago y destino atribuído a las sumas recaudadas en el caso de que se hiciera en metálico por carecerse de pc.pel apropiado y si se entabló n:curso.

Dado en Salamanca a diez y seis de febrero de mil novecientos treinta y siete.

fR,ANCISCO fR,Al\iCO.

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ORDEN

Organización de la vida civil

S. E. el Generalísimo de los Ejércitos Nacionales, ha tenido a bien hacer extensivo a la Marina lo dispuesto para el Ejército en el Decreto-ley de 16 de Febrero último (B. O. núm. 122), organizando la vida civil de las provincias ocupadas y fijando las facultades, jerarquías y relaciones entre las autoridades militares y civiles, con las siguientes modificaciones:

Con independencia de las facultades conferidas por Ley a Comandantes y Ayudantes de Marina, las Autoridades que se expresan podrán imponer las si­guientes multas:

jefes de Base Naval y Comandantes Navales, con categoría de Capitán de Navío o de fragata, hasta diez mil pesetas.

Comandantes Generales de Departamentos y jefe de la Flota Nacional, hasta veinte mil pesetas.

Siéndoles de aplicación todo Jo dispuesto en el artículo 4.º del citado De­creto.

Salamanca 23 de Marzo de 1937.-El Almirante jefe del Estado Mayor de la Marina, juan Cerveta.

* Decreto número 1 (1)

Artículo único. Se constituye una junta de Defensa Nacional que asuma todos los Poderes del Estado y represente le~ítimamente al País ante las Poten­cias extranjeras.

Esta junta queda integrada por los Excmos. Sres. Generales de División D. Miguel Cabanellas ferrer, como Presidente de ella, y D. Andrés Saliquet Zumeta: los de Bngada D. Miguel Ponte y Manso de Zúñiga, D. Emilio Mola Vida! y D. Fidel Dávila Arrondo, y los Coroneles del Cuerpo de Estado Mayor del Ejército D. Federico Montaner Canet y D. Fernando Moreno Calderón.

Los Decretos emanados de esta junta se promulgarán, previo acuerdo de la misma, autorízados con la firma de su Presidente y serán publicados en el « BoleHn Oficial».

Dado en Burgos a veinticuatro de julío de míl novecientos treinta y seis.­Miguel Cabanellas.

(!) Este Decreto, derogado por el de 29 de Septiembre de 1936, se inserta por su valor histórico.