“QUE SE CUBRA”

Un estudio de 1ª CORINTIOS 11:1-16

- Tom Shank *Prefacio ¿Por qué lleva eso en su cabeza? Es la pregunta hecha a hermanas fieles y es la pregunta que deseamos contestar aquí. El hecho de que muchos cristianos no conocen la razón del velo es algo demasiado triste. Cuando la “religión” del humanismo se infiltra en cada segmento de la sociedad y de la iglesia, no es lógico preguntarnos si muchos fundamentos bíblicos se han dejado. Ay de los líderes y ovejas a los que se alude en Cantares 5:7, que han apoyado a que la mujer se quite el velo (“me quitaron mi manto de encima”). Por la influencia de teorías humanistas de “igualdad”, que pasan por encima de la distinción Divina de sexos, las mujeres toman roles y posiciones del hombre. En el proceso, el hombre queda más expuesto al ataque del enemigo, viéndose el resultado como divorcios, roles reversos, competencia, celos, etc. El velo de la mujer cristiana no es un movimiento cultural o denominacional anticuado, no es un “sacramento” con poder en sí mismo; sólo expresa la sumisión de la mujer al varón y a su Dios. El velo es puesto entre los cristianos primitivos como parte de otras enseñanzas fundamentales. El propósito de este estudio no es elevar una “pequeña” doctrina, sino revelar los principios bíblicos que el velo representa, principios que ha perdido trágicamente la llamada iglesia, que es el edificio de Dios. Si el hombre rechaza un ladrillo del edificio, el enemigo tiene acceso por ese pequeño hueco. Es nuestra oración que este estudio lo comprenda y lo aplique un remanente fiel, pues a ellos, a los sumisos y obedientes a Dios, hablamos. A los tales solamente, Dios ha prometido las riquezas de su Hijo y la gloria de vivir en Su Presencia. I. Una exposición de 1ª Corintios 11: 1-16.

Tom Shank Sabiendo que la inspiración del Espíritu estaba sobre el griego, citaremos de la manera más literal posible de este pasaje, concentrándonos en los significados específicos, las construcciones gramaticales y los tiempos verbales. Es importante tener en mente que, al escribir a los corintios, Pablo habla también a “todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor...” (cap. 1, vers.2). Con vista profética, Pablo veía que esta carta circularía como doctrina

apostólica. Con esto en mente, vemos que el velo es mandado a toda la Iglesia, no en una situación especial socio-cultural. 1.Sed imitadores de mí, como yo (lo soy) de Cristo. Imitar (gr. mimhetes) “sugiere un hábito o práctica constante, por estar en tiempo continuo” (Vine). Nosotros estamos aquí para vivir la vida de Cristo en nuestra carne, lo que es sólo posible por la muerte del yo y el poder vivificador del Espíritu. Esta no es una imitación barata, sino el mismo poder y la voluntad de Cristo moviéndose y actuando en nosotros. No somos llamados a hacer una réplica humana, sino la manifestación de Él, que está en nosotros. (Filipenses 2:13, 1ª Corintios 4:16, Efesios 5:1, Hebreos 13:12). 2.Os alabo, hermanos, porque en todo os acordáis de mí, y retenéis las tradiciones (instrucciones) tal como os las entregué. Lo primero que resalta es que Pablo habla a “los hermanos” (hombres), lo que recalca el orden de autoridad. El no se dirigió a las mujeres. Ahora bien, aunque en la Iglesia había cosas dignas de reprensión, había hermanos que tenían el objetivo de obedecer a Dios, lo que es la evidencia de una Iglesia de Cristo (Hechos 2:42). Vemos además que Pablo era amoroso con palabras de ánimo y alabanza, para corregir las fallas que había en la iglesia. Su corazón paternal lo impulsaba a darles fuerza y aliento en medio de amonestaciones fuertes. El los amaba profundamente y hallaba formas de demostrarlo. Esto nos recuerda cómo debemos amar: con amor “agape”. Ellos retenían (gr. katecho) lo que él les entrego, lo que nos muestra que ellos deseaban obedecer las enseñanzas de Pablo y no apostatar. Las enseñanzas del Señor nos ministra Su Vida y lo glorifican. Instrucciones (gr. paradosis) literalmente es la “transmisión de un precepto, dado previamente por alguien”. El propósito de la doctrina apostólica es ser un vehículo del Espíritu y la vida de Cristo; es la verdad escritural “encapsulada” en la Biblia, de quién es Jesús, qué hizo y hace, y cómo caminar por el Poder de su Resurrección en peregrinaje santo. Y este capítulo 11 trata de dos enseñanzas fundamentales acerca de las cuales necesitaban mayor instrucción los corintios. 3.Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón (es) la cabeza de la mujer, y Dios (es) la cabeza de Cristo. Con estas palabras Pablo pone un fundamento profundo. En lucha contra los problemas en la Iglesia, él sabe que necesita poner raíces profundas, enseñando a sus discípulos una base sólida para la fe. Se nos reta a inspeccionar los fundamentos sobre los que estamos, y, si son erróneos, debemos, con santo celo,

empezar a construir en “el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra... Jesucristo”... (Efesios 2:20).

Pablo dice que la cabeza de todo hombre es Cristo (no sólo es cabeza de los creyentes). En el verso 3, la palabra “mujer” tiene el mismo sentido. En el sentido de la creación y el control, Cristo es soberano de todos, aunque en la práctica no, pues Él respeta nuestro libre albedrío. -Hay en el Reino Espiritual una igualdad entre sexos que permanece hasta la consumación de esta era (Gálatas 3:28). Pero, el liderazgo del hombre sobre la mujer existe desde la creación y permanece hasta hoy. Dios hizo a Eva como “ayuda idónea” (Génesis 2:18). El liderazgo del hombre no ha sido abolido en la Iglesia (Efesios 5:22-24). Dios es la cabeza de Cristo (1ª Corintios 3:23, Juan 14:28). Eso no significa que Cristo no es Dios o no es igual a Él, sino que Jesús, voluntariamente se sometió al Padre, al punto de venir a morir al mundo, crucificado. Es a través de semejante sujeción que el hombre y la mujer cubren su gloria y firman un trato con Dios de la muerte de su vieja naturaleza, para ser capaces de revelar (descubrir) la vida del Padre. La enseñanza del velo habla de cubrimiento y crucifixión de uno mismo, mientras que la de la cena del Señor habla de que Jesús hizo la misma autonegación teniendo muerte en la Cruz. Es el camino de Dios: si vamos a entrar en su Vida, sólo será a través de nuestra muerte. Así fue con Jesús. 4.Todo varón que ora o profetiza con la cabeza cubierta (con un velo o algo esn su cabeza), afrenta (pone en vergüenza) su cabeza. Otra vez dice “todo varón” de manera inclusiva. Por medio de la propiciación de Cristo, el hombre puede (y debe) acercarse a Dios con la cabeza descubierta, porque con la preciosa Sangre de Cristo como su permanente y poderoso cubrimiento, el varón puede pararse con cabeza descubierta ante el Todopoderoso (Hebreos 10:19). Tertuliano (153-222 d. C.) dijo: “Oramos descubierta la cabeza porque no nos avergonzamos de Cristo”. ¿Cuál es la relación entre orar o profetizar y tener la cabeza descubierta? Bueno, puesto que el hombre es llamado a revelar la gloria de Dios, cuando ora o profetiza en el Nombre de Cristo, debe hacerlo con cabeza descubierta como un tipo o símbolo de que está descubriendo (revelando) a Cristo, si no, él (el hombre) manifiesta su propia gloria, poniendo a su cabeza, Cristo, en vergüenza. Así también con la mujer, si ella, representando al hombre en general (y su sujeción a él), no se cubre su cabeza, es tipo de que está revelando más la naturaleza carnal de su cabeza (el varón), debilitando sus oraciones y profecías. En 2ª Corintios 3:13-16, Pablo explica que aquellos del antiguo Pacto aún tienen sus corazones velados al leer el Antiguo Testamento, tal como Moisés se velaba para cubrir la gloria de Dios; pero, “cuando se conviertan al Señor, el velo se

quitará”. Entonces, tanto literal como espiritualmente, el varón cristiano ya no debe usar un velo como los judíos hacían. El varón pone en vergüenza a Cristo, quien es Su Cabeza, si usa un velo o el cabello largo, pues cubrirá lo que Cristo ya cubrió con su Gloria y Sangre. 5.Y toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta (des-velada), afrenta su cabeza; porque lo mismo es que si se hubiese rapado. Una vez más se usa el término “toda” de manera inclusiva. La frase “deshonra su cabeza” se refiere, no a la cabeza física de la mujer, sino a su cabeza, el varón. Como dice Watchman Nee: “Algún día el mundo conocerá que Cristo es la Cabeza de todo varón... Hoy sólo sabe eso la Iglesia; el mundo no conoce eso... Igualmente, la ordenanza del hombre como cabeza de la mujer sólo la conoce la Iglesia” (Desafortunadamente, muchas iglesias hoy han perdido el conocimiento de estas verdades, y las mujeres se hallan en liderazgo y sin cubrirse las cabezas tanto literal como espiritualmente). Aquí Pablo reafirma los mandatos dados en 1ª Corintios 14:34-35, y hace claro que la mujer debe cubrirse para “hablar en público” de Cristo (que es el significado literal de propheteia), pero no puede hablar en la Iglesia en el sentido de enseñar y ejercer autoridad sobre el hombre. (Ver Hechos 2:17; 21:9 y 1ª Timoteo 3:12). Profecía es un anunciamiento público de Jesús, y claramente la mujer tiene un tiempo y lugar adecuado para hacer eso. Entre los judíos, sólo la mujer adúltera iba rapada y sin velo (Ver Isaías 7:2). Una hermana que ora o profetiza con cabeza descubierta, esta rechazando la autoridad de su cabeza, por lo que deshonra también el designio de Dios. 6.Porque si la mujer no se cubre (se vela), que se corte también el cabello; y si le es vergonzoso a la mujer cortarse el cabello o raparse, que se cubra. Si una mujer rehúsa usar el velo (no se cubre), debe también (además de no usar velo) cortarse el cabello, cosa vergonzosa en muchas culturas, puesto que una mujer rapada es igual que un hombre. Cortarse (gr. kiero) es la palabra usada para referirse a trasquilar ovejas, lo que significa muy corto. Pero como es una vergüenza para una mujer cortarse el cabello (pues es su gloria), debe pues, usar el velo. La palabra velo es “katakalupto”, que literalmente significa “algo (artificial) colgando hacia abajo que cubre completamente”. ¿Por qué Pablo dice que si una mujer rechaza usar el velo, entonces se corte el cabello? Sencillamente porque su gloria (el cabello) debe ser cubierta, y, si ella rechaza el velo (que sirve con ese propósito), entonces su cabello (gloria) debe serle quitado (cortado). Por tanto, una mujer tiene que usar el velo. La palabra “también” muestra que aquí se enseña un cubrimiento además del cabello, excluyendo la posibilidad de que el cabello sea el único cubrimiento. Si el cabello es el único cubrimiento, y rechaza tener cabello, ¿cómo puede

entonces cortárselo si no tiene cabello? O, igualmente, si el cabello es el único cubrimiento, y ya ella lo tiene corto, ¿cómo puede cortar algo que ya tiene corto? Eso sería absurdo en la gramática de Pablo. 7.Porque el varón no debe cubrirse (velarse) la cabeza, pues él es imagen y gloria de Dios; pero la mujer es gloria del varón. Tal vez los judaizantes insistían en el uso de la “Rippa” o “Tallith”. Sin duda Pablo también la usaba antes de convertirse. Ahora, en la libertad que él había experimentado siendo nueva creación, él enseña que el varón no debe usar el velo. Cuando un hombre muere a sí mismo, su gloria es cubierta y la gloria de Cristo es revelada (apokalupto), pues la operación de nuestra salvación es el principio de “vida a partir de la muerte”. Cuando ponemos a la muerte a nuestra carne por medio del Espíritu, estamos mostrando la vida y luz de Cristo en nuestro cuerpo mortal y somos transformados en su imagen. El hombre es la imagen y gloria de Dios y la mujer es gloria del varón. Pablo tiene en mente la creación, que la mujer representa a Dios a través de su sometimiento al varón, pues ella fue creada para el hombre y ella es su gloria. (Génesis 2:20-23). Eso ciertamente, no significa que ella sea inferior al hombre, sino que, aunque son espiritualmente iguales, ella es llamada a someterse al hombre en las relaciones de familia, iglesia y sociedad. 8.Porque el varón no procede de la mujer, sino la mujer del varón. Este versículo se refiere otra vez a Génesis 2:21-22, citando el origen de la mujer. Por ser ella el último ser creado de todos, se podría decir que es el clímax de la creación. 9.Y tampoco el varón fue creado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón. Otra vez, de acuerdo a la historia de la creación, la mujer fue creada como una ayudante para el varón. Fue creada junto con él para ser una sola carne en santo matrimonio delante de Dios. Efesios 5 da un mandamiento del tipo de amor que el varón debe tener a su esposa –el poder del amor ágape- (Efesios 5:25). Esto lo llama al autosacrificio, a que él le ministre a ella la Palabra (vers.26) para su edificación y santificación (vers.27). En el Reino de Dios el liderazgo implica el darse uno a sí mismo para el otro, cosa que Cristo manifestó perfectamente por nosotros. La sumisión (gr. hupotasso – ponerse a la disposición de alguien) de la esposa debe ser la misma de la Iglesia hacia Cristo. 10.Por lo cual la mujer debe tener señal de autoridad sobre su cabeza, por causa de los ángeles.

La mujer debe llevar un velo porque ello representa: 1. su sujeción al hombre (quien es su autoridad), y 2. también sujeción a Dios. El velo es la muestra exterior de la realidad interior de su sometimiento a Dios y al varón; -el velo le recuerda a ella cómo debe ser sumisa. Rebeca, al saber que venía Isaac, su futuro esposo, se puso un velo (Génesis 24:64-65). Permanece la orden de Dios dada en Génesis 3:16 de que la mujer está bajo autoridad del varón. La frase “por causa de los ángeles” puede referirse a ambos, ángeles de Dios y ángeles caídos. Los judíos y Tertuliano veían esto como una posible referencia a Génesis 6:1-2, donde “hijos de Dios” serían los ángeles o espíritus que fueron tentados por mujeres con cabeza descubierta. Los judíos orientales creían en su tradición judaica que los ángeles santos se deleitan en la cabeza cubierta, mientras que los caídos en la descubierta. puede ser que haya cierta verdad en eso. La explicación más simple es que los ángeles, que están velados delante del Altísimo (Ezequiel 28:14, Isaías 6:2), en una relación total de perfecta sumisión a Él, están presentes todo el tiempo, y especialmente durante la adoración, y entonces se sorprenden ante lo impropio de una mujer no cubierta en la asamblea, quien debe “velarse” como signo de sumisión a su cabeza (Eclesiastés 5:4-6, Lucas 15:10, Efesios 3:10, Hebreos 1:14). Es muy claro que la mujer “velada” tiene gran protección del enemigo por parte de los ángeles. Cuando una persona está en obediencia a Dios y a su Palabra, esa persona tiene el poder de Dios contra Satanás. El diablo y sus ángeles caídos odian la cabeza cubierta pues los pone en vergüenza porque les recuerda que han rechazado la autoridad de Dios. Además, la mujer cristiana con velo representa a la Iglesia, novia de Cristo, que también cubre su gloria (Efesios 3:10). ¡Es un alto llamado el que se hace a las hermanas, a ser ejemplo de la sumisión y la obediencia de la Iglesia, poniendo en vergüenza a los demonios! La mujer fiel con velo puede ejercer tremenda influencia y poder en los lugares celestiales, cuando ministra en oración e intercesión ante el Padre. El mundo necesita del tipo de Iglesia que la hermana representa, tanto como la Iglesia necesita de hermanas que en verdad ministren a Dios en el poder de la oración. 11.Pero en el Señor, ni el varón es sin la mujer, ni la mujer sin el varón. Pablo, para explicar y balancear lo que ha dicho previamente, expresa la interdependencia de hombre y mujer “en el Señor”. Sin el Señor, la sociedad raramente entiende el diseño y el orden de Dios, pues Su verdad es espiritual y el hombre natural no la entiende. En Él, donde “Cristo es el todo y en todos” Su Señorío es sobre cada corazón del cuerpo, haciendo que cada miembro funcione en su lugar específico, armoniosamente, edificándose en amor (Colosenses 3:14).

12.Porque así como la mujer procede del varón, también el varón nace de la mujer, pero todo procede de Dios. Una vez más Pablo resalta la interdependencia de varón con mujer y mujer con varón. Sin embargo, todo es de parte de Dios. “Porque de Él, y por Él y para Él son todas las cosas. A Él sea la gloria por los siglos. Amén” (Romanos 11:36). 13.Juzgad vosotros mismos: ¿Es propio que la mujer ore a Dios sin cubrirse la cabeza? Pablo desafía a los creyentes a reflexionar profundamente sobre las verdades que él ha hablado. ¿Es propio que una mujer ore a Dios sin cubrirse la cabeza, basándonos en lo anterior? Él sabía que la única respuesta que ellos podían dar, de acuerdo con las enseñanzas del Espíritu, era, no. Somos llamados a hacer juicios espirituales en nuestra vida y la de otros. Ello nos motiva a buscar a Cristo, su Palabra y Voluntad. 14.La naturaleza misma ¿no os enseña que al varón le es deshonroso dejarse crecer el cabello? La palabra “naturaleza” (gr.phusis) implica instinto o sentido innato de lo que es correcto. Se usa en Romanos 2:14 y 1:26. “Deshonra” (gr.atimia) significa una desgracia, en contraste con “gloria” del verso 15. La distinción total entre sexos escrituralmente es un axioma (cosa que no necesita comprobación). Pablo dice que desde la perspectiva de Dios es una deshonra para un hombre llevar cabello largo. Aunque la definición de “largo” varía de cultura en cultura, el hombre espiritual debe saber discernir hasta donde está la línea. 15.Por el contrario, a la mujer dejarse crecer el cabello le es honroso; porque en lugar de velo le es dado el cabello. El cabello largo de la mujer es su gloria, tal vez la más hermosa expresión de su feminidad. Como dice Daniel Kauffman: “El cabello largo es la señal de la relación natural entre varón y mujer; el velo es la señal de la relación espiritual entre varón y mujer en el Señor. Mucha confusión innecesaria se ha originado de este versículo, pues muchos creen que el cabello largo sustituye el lugar del velo. La confusión termina cuando una va al texto original. La palabra griega para “velo” en este versículo, es peribolaion, que literalmente significa “algo alrededor cubriendo”. La única vez, además de esta, donde se usa esa palabra, es en Hebreos 1:12. Esta (peribolaion) es una palabra completamente distinta de katakalupto, que es el “velo” de los versículos 5, 6, 7 y 13, que significa “un cubrimiento completo (artificial) y colgando hacia abajo”. La primera palabra (peribolaion) se refiere al

cabello largo de la mujer, mientras que la segunda (katakalupto) se refiere a un velo de tela sobre la cabeza de la mujer. (Es decir, la mujer debe llevar dos velos o cubrimientos). Pablo está diciendo que la gloria de la mujer, su cabello largo, le es dado para servirle como (gr. anti= “en vez de...” o “para servir como…”) un cubrimiento natural. Sin embargo este cubrimiento natural es solo para ser “abrigado” o envuelto (cubierto) con un velo, representando el cubrimiento de su propia vida (su “yo”) para que Cristo pueda ser manifestado en su vida (de ella). El cubrimiento de su gloria con un velo es una exquisita reflexión de uno de los fundamentos de la vida cristiana –que cuando por el Espíritu morimos a nosotros mismos y cubrimos nuestra propia gloria humana, la Luz y la Vida de Cristo es descubierta o revelada (gr. apokalupto) a través de nosotros, para ser manifestada y alumbrar en las tinieblas del mundo. 16.Con todo eso, si alguno quiere ser contencioso, nosotros no tenemos tal costumbre, ni las iglesias de Dios. Con total autoridad apostólica, Pablo enfáticamente establece que si alguien es contencioso (gr.philaneikos –amar la discusión-), ellos no tienen tal práctica, ni las iglesias de Dios. ¿Qué práctica? Uno sólo puede sorprenderse ante los “comentarios bíblicos” que implican que se refiere a la práctica del velo, aboliendo Pablo todo lo que ha dicho del versículo 1 al 15. La palabra traducida “tal” aquí es “toioutos”, que significa “tal” y también “no otro”. Es muy obvio, si estudiamos este pasaje con cuidado, que “tal costumbre” se refiere al contexto inmediato de la pregunta del verso 13: “¿Es propio que la mujer ore a Dios con la cabeza descubierta?”. Si viéramos en el original griego, inmediatamente nos daríamos cuenta de que la estructura gramatical de esta frase (del verso 16), es tal, que, tanto en género como en número, concuerda únicamente con el pronombre “vosotros mismos”, del versículo 13. De esta manera, los versículos 14 y 15 son aclaraciones y preguntas retoricas que sirven como un paréntesis entre el versículo 13 y el 16. Por lo tanto, si quitáramos el paréntesis (versos 14 y 15) y parafraseáramos (solo de manera didáctica), leeríamos así: “Juzgad vosotros mismos: ¿es propio que la mujer ore a Dios sin cubrirse la cabeza? … bueno, si alguno quiere contender sobre el asunto, sepa que no tenemos tal costumbre (de que la mujer ore a Dios sin cubrirse la cabeza), ni las iglesias de Dios.” Así entendemos claramente que la costumbre o práctica que no tenían en las iglesias de Dios era la de no usar el velo. Pablo proclama que en toda iglesia las hermanas usaban el velo, y él ordena a los corintios que continúen con esa práctica apostólica. Los escritos de los cristianos primitivos y las figuras en las catacumbas dan clara evidencia de ello. No hay duda que Dios espera y demanda de cada mujer cristiana usar el velo. Cualquier iglesia que reclame ser bíblica reconocerá que la doctrina apostólica es esencial

para la iglesia, y que el velo es un aspecto de esa doctrina. Eso no significa que el uso del velo es necesario para la salvación, pues alguien, por desconocer este mandato quizá lo desobedezca. Como sea, el velo expresa principios espirituales profundos. Servimos a un Dios Soberano, a quien, por varias razones, le ha placido poner énfasis en símbolos y su significado. El Antiguo testamento está lleno de tipos y sombras que apuntan a la completa revelación del Nuevo Pacto. En el Nuevo Pacto, bautismo, santa cena, lavatorio de los pies, etc., corresponden a estos símbolos. El velo nos recuerda que, aunque estamos en un Nuevo Pacto, y hemos entrado a la libertad en Cristo, las distinciones “gubernamentales” de la familia establecidas por Dios en el Edén, aún permanecen tanto como dure la creación de Dios. II. El Poder escondido de la mujer (Roman Miller) ¿Por qué tanto alboroto sobre 1ª Corintios 11 y sólo un pequeño pedazo de tela sobre la cabeza de la mujer? Cuando predicamos el Evangelio, esta cuestión del velo, inevitablemente se vuelve un punto de resistencia. ¿Por qué? Yo creo que es porque en una forma muy tangible, esto confronta dos de las más grandes subversiones demoníacas de la Iglesia que jamás haya visto este mundo. Primero, es un ataque al hecho de hacer una entrega consiente a la obediencia sencilla a las Escrituras, como resultado de un corazón cambiado y un amor puro por Jesús. Segundo, expone y expresa una posición firme contra el espíritu de Jezabel, que hoy pervierte a la Iglesia. Una cabeza cubierta es una maldición (un golpe) contra Satanás en dos aspectos primarios de su caída: 1.orgullo y 2.rebelión. La cabeza cubierta, efectivamente lucha contra la esclavitud a los estilos de peinados (“hair style”) modernos u ostentosos, y contra toda la vanidad femenina. Recordemos que fue sólo orgullo lo que convirtió a un ángel en el diablo. 1º Samuel 15:22-23 establece que la rebelión es como pecado de brujería (adivinación). O sea, en lo oculto, la rebelión nos sitúa en el territorio legal de Satanás, puesto que la rebeldía es el signo y la característica principal de su reino. Según 1ª Corintios 11, tanto una mujer con cabeza descubierta y/o pelo corto, como un hombre con cabello largo y/o cubierto, son símbolos de rebelión. Y, ¿son los símbolos importantes, después de todo? La santa cena también se menciona en 1ª Corintios 11. ¿Por qué no sustituir el pan y el vino por cerveza de raíz y papas fritas? ¿Qué acerca de la vez que Jesús quiso lavar los pies de Pedro y él se rehusaba? Era claramente un lavatorio simbólico. Pero el Señor le dijo: “Si no te lavare, no tendrás parte conmigo” (Juan 13:8). ¿Estoy diciendo entonces que la mujer que rechaza ponerse un velo, no es cristiana? No directamente, pero la Biblia sí dice que nadie es un cristiano si no

se ha arrepentido de sus pecados, pensamientos y caminos para hacer de Jesús el Señor de su vida. Jesús nunca salva a alguien a quien no gobierna. La obediencia simple a las Escrituras nos manda básicamente dos mandamientos al principio. Primero, un sincero arrepentimiento de nuestra rebelión y resistencia a Dios, y segundo, un amor puro a Dios. En la Escritura, Jezabel es la mujer que representa a aquellas que pintan sus rostros y usan sus “encantos” y poderes naturales femeninos para controlar al varón y a las circunstancias. Ella era la reina, pero era reina sobre el rey de Israel, siendo que el rey debería de haber sido un tipo de Cristo. Y entonces Jezabel vino a ser el tipo de la Iglesia que reclama ser la novia del Rey, pero camina en rebelión, mientras contamina a la Iglesia con los ídolos del mundo. Dios dice a los que se hallan en tal situación: “Salid de ella pueblo mío...” (Apocalipsis 18:4). Por otro lado, 1ª Corintios 11 fue escrito para la mujer que desea tener la Victoria en su propia vida y experiencia, que desea tener el poder que Dios anhela darle. La Escritura da un lugar honorable a tales mujeres (Proverbios 12:4, 31:30, 19:14). Las mujeres santas tuvieron también una parte importante en los relatos de la vida de Jesús. Ejemplo de esto es la relación entre María y Marta con Jesús. Tú también, como mujer, puedes ser una amiga personal de Jesús. Es interesante notar que fueron mujeres las que permanecieron hasta el fin en la cruz, las primeras en la tumba, y las primeras a quien Jesús les apareció resucitado. Tú como mujer, debes tener el corazón abierto a las enseñanzas de Jesús, tener sus intereses (de Él) y amarlo.

El Primer “Poder Escondido”

Quiero señalar áreas de fuerza y debilidad en la mujer llamada a servir. El primer “poder escondido” es el consejo sabio. Ejemplos de esto se hallan en Ester. Amán era un hombre orgulloso, era el segundo rey. Cuando Mardoqueo rehusó adorarlo, Amán fue a su casa y llamó a su esposa y a sus amigos para quejarse de Mardoqueo. ¿Quién fue la primera en aconsejar construir la horca de 50 pies de alto para Mardoqueo? Fue su esposa Zeres (Ester 5:13-14). El pasaje 2:20 muestra que Ester no había declarado quién era, tal como le ordenaba Mardoqueo pues era obediente a él, tal como cuando estaba bajo su cuidado. Es muy interesante notar que Dios se agrada de usar a Ester, una mujer, en vez de usar a Mardoqueo, un hombre, para salvar a los judíos. Y cuando Mardoqueo dijo a Ester que intercediera por los judíos, el primer consejo de ella fue el de tener un tiempo de ayuno y oración, pues sabía que Dios es Todopoderoso y Él hace la obra. Finalmente, dijo: “Si perezco, que perezca” (Ester 4:16). Después del ayuno, Ester no llegó al rey con críticas, condenación o quejas, sino con prudencia y respeto e hizo saber al rey su petición.

Ester era una mujer realmente consiente de los límites de su poder y de cómo usarlo mejor. En Ester 8:3 usó lágrimas. Cuando a Ester se le dio el edicto del rey para poner lo que ella deseara, ella una vez más se hizo a un lado, y dio la responsabilidad a Mardoqueo. El varón tiende a basar sus decisiones más en la razón, luego la emoción y el sentimiento, y finalmente, la intuición. La mujer tiende a decidir por intuición, luego por emoción y al final por la razón. Dios creó a la mujer para ser un complemento del varón, no una competidora contra Él. La mujer no fue creada para argumentar, criticar o condenar, sino que su rol es de sentir, compartir y entender. La intuición es interesante. Es una función de nuestro espíritu. Parece ser el “órgano” que usa el Espíritu en el don de profecía, que actualmente significa, compartir algo que no puede saberse con sabiduría natural. Cuando alguien recibe revelación, si es varón, es sabio para cotejar que eso está en la Escritura. Sin embargo, si deja todo a su intelecto, es sólo un hombre natural tratando de entender lo espiritual, lo que es imposible. Como una mujer practica más la intuición, muchas veces lo espiritual viene a ser más claro para ella que para su marido. Pero si ella no tiene cuidado, y como puede equivocarse al intuir, eso puede conllevar serios errores. 1ª Timoteo 2 enseña que la mujer fue engañada, no el varón, lo que irrevocablemente establece que la mujer debe permanecer bajo autoridad del varón, para protección de los dos. Esto no es una afirmación hecha contra la mujer, sino una aclaración una vez más, de que su rol no es el razonamiento y el tomar decisiones.

El Segundo “Poder Escondido” El segundo “poder escondido” de la mujer es el poder de las futuras generaciones. Echemos un vistazo a 1ª Timoteo 5:9-10 y 14. Dios estableció el poder de las generaciones futuras. Génesis 1:28 dice “Fructificad y multiplicaos...” La misma bendición-mandamiento fue dada a Noé después del Diluvio. En esto es evidente que la campaña humanista para reducir la familia ha influenciado la mente de los padres cristianos. Consideremos algunos hechos con respecto al concepto bíblico de tener familias grandes. Jacob tuvo una familia grande. Su último hijo, Benjamín, fue el ancestro del apóstol Pablo. Si Isaí hubiera tenido un hijo menos, no hubiera existido David. En la famosa familia Wesley, Susana (la madre), fue la número veintidós. Su hijo Juan fue el quinceavo y Carlos el décimo-octavo. El poder de las futuras generaciones es un privilegio y una responsabilidad de la mujer. Tito 2:4-5 establece: “... que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada”. (Ver 1ª Timoteo 2:15). Lo que se necesita es la fe para ver el potencial ilimitado de las generaciones futuras. Los pequeños que se toman de la falda de su mamá, son

almas eternas. Sus vidas y su influencia, para bien o para mal, son incalculables. ¡Qué reto ser la clase de madre que inspira fe, coraje, ánimo, diligencia y amor en esos pequeños corazones! Dios requiere de la dedicación y cooperación de mujeres santas para levantar el fundamento de muchas generaciones. Este mundo necesita de mujeres que valoren la tarea de ser madres en verdad.

El Tercer “Poder Escondido”

El tercer “poder escondido” de la mujer es el de la oración. Es el ejemplo usado en 1ª Corintios 11 como un tiempo cuando la mujer con velo se halla enfocada. La mujer viene a Dios en oración especialmente en tiempos de necesidad y debilidad. “Bienaventurados los pobres en espíritu porque de ellos es el reino de los cielos” (Mateo 5:3). Muchas veces en la Biblia vemos el cuidado especial de Dios por huérfanos, viudas y extranjeros. Él es el Protector de ellos, que están expuestos a ser rechazados y/o explotados por su posición débil. Nuestra gran necesidad, debilidad (o pobreza de espíritu) y nuestra fe en la Provisión abundante de Dios es el corazón y el alma de la intercesión. La Escritura llama a la mujer “vaso frágil” en 1ª Pedro 3:7; pero en la rebelión “Jezabélica” de hoy, muchas mujeres quieren probar que eso no es verdad. ¡Una mujer puede hacer lo mismo que un varón! –piensan. El enemigo las llena con pensamientos de igualdad y grandeza, mientras les ciega la mente al hecho de que ellas están rechazando al Dios Todopoderoso y Omnisciente, para confiar en sus propios recursos humanos. La Iglesia es simbolizada en el Nuevo Testamento por dos figuras: la Novia de Cristo y el Cuerpo de Cristo. La mujer halla su función en el rol de representar el noviazgo de Cristo con su Iglesia. El llamado del varón está más directamente relacionado a ser como el varón perfecto Cristo Jesús (Efesios 4:11-16). Sin embargo, hay una inter-asociación. Cualquiera que desea venir a Cristo sin la fe simple y confiada de un niño, no entrará en el Reino. Donde no hay una maduración de la fe y un conocimiento profundo de Jesús, no puede haber una Poderosa manifestación del reino. Pero nunca nos “graduamos” de la fe confiada. Entre más madura nuestra fe, más grande se hace la vista del territorio nuestro por poseer; mientras más el Señor nos da responsabilidades en su Batalla, más profunda y real se hace nuestra debilidad y necesidad. Una carencia de poder en la oración es un signo seguro de suficiencia personal (autosuficiencia). Una mujer con cabeza cubierta declara que está contenta de ser débil y estar en necesidad, para poder experimentar el Poder y la Suficiencia de Cristo. Así como Rut pidió a Booz que la cubriera (Rut 3:9) así, cualquier persona puede venir al Señor Jesucristo, que es La Fuente de Poder para nosotros que somos débiles. Él nos ha redimido. Nosotros como Rut, necesitamos rendir nuestra independencia y renunciar a nuestro bien para buscarlo a Él con todo el corazón.

El lugar alto de la oración es indiscutiblemente grande. En el tabernáculo, el altar se halla frente al arca. Ahora, Jesús mismo es nuestro intercesor a la diestra del Padre. Allí podemos acercarnos directamente al Trono de la Gracia; es el lugar donde la verdadera batalla espiritual es ganada al final. Es muy sencillo. Una mujer temerosa de Dios que cultiva la belleza interna de un espíritu como el de Cristo y persevera en la oración, ejercerá más influencia y poder para bien, que todo el poder del varón no regenerado.

El Cuarto “Poder Escondido”

El cuarto “poder escondido” es el de profecía; que sólo significa hablar por la mente y el consejo de Dios. Tenemos algunos ejemplos de esto en el Nuevo Testamento. Elizabet estaba llena del Espíritu, cuando María fue a visitarla. Luego profetizó respecto al Señor (Lucas 1:41-45). Inmediatamente tenemos el canto de María (vers. 46-55) y en el capítulo 2:38 la profecía de Ana. En Hechos tenemos a las hijas de Felipe (Hechos 21:9). El don de profecía para las hermanas es claramente el cumplimiento de Joel 2:28-29. Pero hemos visto en los tres anteriores llamados de Dios a la mujer algo “escondido” o “detrás de la escena”. ¿Qué es lo escondido en profetizar? ¿Se refiere a profetizar en una reunión de la Iglesia? Elizabet profetizó en casa, solamente ante María. Ana profetizó sola en el templo. ¿Será que 1ª Corintios 11 se refiere a hablar en público en un servicio de adoración? La respuesta a esa pregunta se halla en 1ª Corintios 14. El pasaje habla de un servicio de Iglesia (ver 1ª Corintios 11:19,26 y 23). Luego dice en los versículos 34 y 35: “...vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley lo dice. Y si quieren aprender algo, pregunten en casa a sus maridos; porque es indecoroso que una mujer hable en la congregación”. 1ª Timoteo 2:14 enseña lo mismo. Estas Escrituras claramente están en armonía con los roles del varón y la mujer en la Palabra de Dios. Son muchas, muchas las oportunidades para la mujer, de ejercer el don de profecía fuera de la Iglesia reunida. Hay casas que visitar, enfermos que cuidar y animar, pobres para ser ministrados, hospitalidad para ser ejercida y mucho más. Donde sea que haya gente (muchas o pocas) hay palabras personales de edificación, ánimo y aliento que las hermanas pueden dar (y a veces sólo ellas lo pueden hacer). No hay duda de que hay multitudes e individuos a quienes Dios quisiera hablarles de Su Corazón al corazón de ellos a través de una hermana santa y dispuesta. Si tienen problemas con esta enseñanza, te advierto que leas las palabras del Señor a la Iglesia de Tiatira en Apocalipsis 2:18-29. “Pero tengo unas pocas cosas

contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos”. (Lee el pasaje entero) La cabeza cubierta simboliza la disposición de adelantarse a mostrar el rol de liderazgo en la Iglesia para cumplir el llamado de Dios a las hermanas. Ciertamente, el hecho de que la Escritura enseña tan claramente en contra de que la mujer profetice en la Iglesia, enfatiza la enseñanza de liderazgo, y de que el velo no es sólo para el servicio de adoración. El llamado del Señor a la sumisión es en todo tiempo. ¡Y los ángeles (vers. 10) no sólo están presentes en la reunión! La cabeza cubierta ha sido escogida por Dios como símbolo para recordar a sus hijos algunas verdades fundamentales que Él ha ordenado para nuestra felicidad y para su Gloria. Usar el símbolo y no vivir los principios es una contradicción. Pero la respuesta no es quitar el velo, sino vivir de acuerdo a lo que éste simboliza. ¡Te animo a que te lo pongas en obediencia al mandato del Señor, como testimonio de que conoces su voluntad, y esfuérzate y ríndete a Él, para que por su Gracia vivas lo que ÉL dice! Entonces, ¿por qué tanto alboroto acerca de 1ª Corintios 11 y un pedazo de tela? –Porque 1ª Corintios 11 con sus enseñanzas sobre liderazgo, orden, autoridad y sumisión, junto con la comunión santa, es el fundamento para 1ª Corintios 12, que habla acerca del Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia. No habrá un Cuerpo Santo y Poderoso si los principios fundamentales son ignorados. Tendremos que seguir el Camino de Dios si deseamos su Poder. Muchas iglesias e individuos son como el terreno pedregoso de la parábola del sembrador. ¡No tienen raíz en sí! Tienen un compromiso poco profundo, muy poco énfasis en la responsabilidad personal, y no conocen el Camino de la Cruz. Luego, cuando llega el sol y el viento (la aflicción) ¡se mueren! Pero, ¡alabado sea Dios! Hay un Camino verdadero. Es donde pocos caminan, porque es un camino secreto y escondido –para los sabios y entendidos- pero revelado a los niños, a aquellos que tienen un corazón sencillo para recibir, creer y obedecer la clara Escritura de manera absoluta, y seguir al Cordero a donde quiera que vaya. III. Cabeza Cubierta (Watchman Nee) Cuando el Señor Jesús estuvo en la tierra, vino para salvar al mundo, libertando al hombre de su pecado. Esto es de acuerdo a su sistema de Gracia. Por otra parte, Dios envió a su Hijo al mundo para que por su Obra en la Cruz, Él estableciera su Autoridad y su Propio Reino, para que el cielo gobierne la tierra. Este es el sistema de gobierno. Y esta obra continuará hasta que el poder del

diablo sea destruido y el reino venga, luego tendremos nuevos cielos y nueva tierra. Algunos sostienen que lo importante es la Gracia, y que ésta puede venir, sin tener en cuenta el Gobierno. La verdad es que lo que Dios hace en su Gracia no altera su Gobierno... La Gracia solo complementa el gobierno... La Gracia es dada para el propósito de redimir y restaurar a aquellos que son rebeldes, para que se sujeten al sistema de Gobierno de Dios... La Gracia nunca puede anular el Gobierno; más bien, la Gracia capacita a la gente para obedecer al Gobierno de Dios. Permítaseme decir con seriedad que la Gracia nos da el poder para estar sujetos al Gobierno de Dios. El Gobierno de Dios y el Velo El tema de cubrirse la cabeza pertenece al Gobierno de Dios. Es imposible exhortar a las hermanas a cubrirse la cabeza, si no conocen el Gobierno de Dios. Pero aquellos que han visto el Gobierno de Dios como está en su Palabra, son capaces de apreciar la tremenda conexión entre cubrirse la cabeza y el Gobierno de Dios... El significado de cubrirse la cabeza es el siguiente: me someto a la autoridad de Dios, no anulo su Reino por la Gracia que he recibido. Como Cristo acepta al Padre como su Cabeza, así debe todo hombre (varón) aceptar a Cristo como su cabeza. Igualmente, la mujer debe aceptar al varón como su cabeza. Al cubrirse su cabeza, la mujer muestra que ella no es la cabeza, puesto que la cubre... Es a través de las hermanas que el sistema de Gobierno de Dios se manifiesta. Son las hermanas las responsables de llevar el signo de obediencia en sus cabezas. Dios requiere que la mujer se cubra la cabeza y especialmente al orar o profetizar. ¿Por qué? Porque ellas deben conocer el sistema de Gobierno de Dios cuando vienen a ÉL... en cualquier cosa relacionada con Dios, se les demanda cubrirse la cabeza, con el propósito de manifestar el gobierno de Dios. La mujer lleva un signo de autoridad en su cabeza, por causa de los ángeles, esto es, para ser un testimonio a ellos. Sólo las hermanas de la Iglesia pueden testificar de ello, pues las mujeres del mundo no saben nada de ello. Hoy, cuando las hermanas llevan el velo dicen: “Tengo la cabeza cubierta porque yo no tengo cabeza propia, ni busco yo ser la cabeza. Mi cabeza está velada porque he aceptado al varón como cabeza mía, y he aceptado a Cristo y a Dios como mis cabezas. Pero algunos de ustedes –ángeles- se han rebelado contra Dios”. Es lo que significa “por causa de los ángeles”. Soy una mujer con cabeza cubierta. Es un excelente testimonio a los ángeles –a los caídos y a los no caídos- no te preguntes por qué Satanás se opone al cubrimiento. Lo pone en vergüenza, porque estamos haciendo lo que él no hizo. ¡Lo que Dios no recibió de los ángeles, Él ahora lo obtiene de la Iglesia!

Cuando las mujeres en la iglesia toman el lugar que les corresponde en sumisión y cubren sus cabezas, constituyen un testimonio no hablado a los ángeles en el aire, proclamando la Victoria de Cristo, y anunciando que Dios ha obtenido lo que desea... Recordemos que aunque en la práctica sólo la mujer se cubre la cabeza, en la realidad espiritual, Cristo tiene la cabeza cubierta ante Dios y el varón tiene la cabeza cubierta ante Cristo. ¿Por qué entonces Dios requiere que sólo la mujer se cubra la cabeza? Es porque ello envuelve un principio profundo... Cuando una mujer cubre su cabeza, está representando la posición de Cristo ante Dios. Él quiere que la mujer manifieste su Gobierno en la tierra. Ese privilegio recae sobre la mujer solamente. La mujer se cubre la cabeza representativamente, porque ella prefigura a Cristo ante Dios (aunque el tipo general es del varón como Cristo y la mujer como la Iglesia, en este caso, la mujer representa a Cristo y el varón a Dios. Puesto que Dios no tiene cabeza, el varón no se cubre, pero como Cristo sí tiene cabeza –DIOS- la mujer sí se cubre). El varón y la mujer tienen una cabeza, que es Cristo. Esto se representaría así: El varón: si tiene cabeza (Cristo), ------representa a ------- DIOS: no tiene cabeza pero no tiene cabeza humana (no está cubierto) (no está cubierto) La mujer: si tiene cabeza (Dios) -------representa a------- Cristo: si tiene cabeza (está cubierta) (está cubierto) Si una cabeza no está cubierta, habrá dos cabezas. Entre Dios y Cristo, una sola cabeza debe estar cubierta: Cristo. Entre el varón y la mujer, una sola cabeza debe estar cubierta: la mujer. Si uno no se cubre, habrá dos cabezas y el gobierno de Dios no permite dos cabezas. Cuando Dios es Cabeza, Cristo no es; cuando Cristo es Cabeza, el varón no es; cuando el varón es cabeza, la mujer no es... de acuerdo al rol de cada quien. Entonces, el mandamiento de que el varón no se cubra y la mujer si es algo que Dios ha dado a través de los apóstoles. Es una práctica que sólo guardan las Iglesias de Dios, puesto que es diferente de ambas, la costumbre judía y la gentil. Es algo nuevo: y es de Dios. Todos los apóstoles creyeron que la mujer debe cubrirse la cabeza. Si alguien hoy profesa ser apóstol, y no cree en el cubrimiento, no lo es. No hay tal práctica entre los apóstoles. Si una Iglesia no cree, la respuesta de Pablo: “No tenemos tal costumbre, ni las iglesias de Dios”. Ninguna de las iglesias locales que había

visitado el apóstol tenía la costumbre de argüir en contra del cubrimiento de la cabeza. En los versículos del 1 al 15, Pablo argumenta a favor de ello, Pablo dice que ningún apóstol aprueba la opinión contraria. Si alguien quiere argumentar, ninguna iglesia estará de acuerdo. Está fuera del compañerismo de las Iglesias apostólicas. Entonces, que nuestras hermanas se cubran la cabeza. ¿Por qué? Para manifestar que en la Iglesia ¡Dios si ha obtenido lo que desea!, lo que Él no ha obtenido en el mundo, ni en los ángeles. IV. ¿Puede hablar la Historia? (Dwight Strubhar) ¿Puede hablar la Historia? ¿Puede ser confiable? Sí, la historia puede hablar y reportar hechos muy bien, aunque la historia no contiene todos los hechos, ni pone todos los hechos juntos. Y la historia sólo nos dice lo que la gente hizo y dijo en tiempos pasados. Pero no nos dice lo que Dios pensó de ello. En este punto, la historia sólo produce confusión. Oímos distintas respuestas a las mismas preguntas: ¿Por qué pasó? ¿Qué motivó a la gente? ¿Qué parte tuvo Dios en ello? ¿Qué pensó Él de eso? Claro, la confusión es por nuestra propia mente oscurecida. “El hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura; y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente” (1ª Corintios 1:14). El hombre natural no puede entender la historia desde el punto de vista de Dios. Sin la iluminación del Espíritu Santo, la historia sólo produce confusión, y a lo más, medias verdades. Pero con la revelación y la autoridad de la Palabra de Dios, la historia puede hablar claramente. Entonces, ¿qué acerca del cubrimiento de la cabeza?... Veamos a las iglesias de Estados Unidos a través de la perspectiva de Dios, usando el velo como ejemplo… Hecho: Por ya casi un siglo, los varones cristianos han permitido o incluso animado a las mujeres creyentes a no cubrirse la cabeza. Hecho: (En este último siglo) Nuestra sociedad está marcada por perversión moral, roles cambiados entre los sexos, vidas disipadas y hogares destruidos. Iglesias y púlpitos son vencidos por un espíritu de divorcio y fornicación. En mucho, la iglesia se ha contaminado con el cáncer del mundo. Ahora, uno de los retos que tenemos es averiguar cuál es la conexión entre causa y efecto. Por extraño que parezca, existe una relación entre abandonar el velo y la infeliz condición de la iglesia y de la sociedad. Dios desea que veamos que el segundo hecho es (en parte) resultado del primero. Cuando desobedecemos, es

para nuestra destrucción. Hemos rechazado tanto la sustancia como el símbolo de 1ª Corintios 11 y ahora sufrimos las amargas consecuencias. Hemos desplazado a Cristo, la Cabeza, con nuestros propios pensamientos y caminos de orgullo. Hemos torcido el orden de Dios para el varón y la mujer. Hemos descubierto nuestra gloria carnal. Hemos entronado nuestra gloria propia, para rechazar la Gloria de Dios. ¡Icabod! ¡Traspasada es la Gloria! 1º Samuel 4:19-24. La historia puede ayudarnos en una cuestión como la del velo. Aún en tiempos de profunda oscuridad espiritual, hombres de Dios fervorosos, han hablado y vivido la verdad. Son una gran nube de testigos. Y aquí, la historia puede ayudarnos en otra manera. Un pasaje “oscuro” o controversial del Nuevo Testamento, era muy claro para los cristianos primitivos. Escritos de los primeros siglos de los primeros creyentes, muchas veces nos dan luz acerca de cómo ellos entendían el Nuevo Testamento, y nos dan un punto de referencia. Aunque desde tiempos del Nuevo Testamento entraron falsas enseñanzas, en general, entre más cerca se estaba de los apóstoles, más cerca nos hallamos de las verdaderas prácticas y doctrinas de la Iglesia Verdadera. Por ello, la historia de los cristianos primitivos es de especial interés. A veces se nos aclaran dudas. Por ejemplo, Tertuliano escribió: “También los corintios entendieron que él (Pablo) enseñaba que deben usar el velo. De hecho, hasta hoy, los corintios cubren a sus vírgenes. Lo que los apóstoles enseñaron, sus discípulos aprueban”. El escritor entendió que la Escritura enseña que la mujer debe cubrirse, y que ese cubrimiento es un artículo adicional al cubrimiento natural del cabello. Y así lo habían interpretado también los corintios. De interés es el plural “apóstoles”, implicando una enseñanza universal y unánime. Aquellos que argumentan que el cabello es el velo, pues que argumenten con los corintios, que personalmente conocieron a Pablo. Ahora, oigamos algunas voces del pasado acerca del velo. Las Catacumbas. Las numerosas figuras grabadas en las paredes de las catacumbas muestran que las mujeres cristianas deben estar veladas, y el varón con cabello corto (las catacumbas eran lugares debajo de la tierra usados por los cristianos para vivir y esconderse durante la persecución). Esto a partir del año 100 d. C. Clemente de Alejandría (150-220 d.C.). Él siempre apeló a 1ª Corintios 11 para fortalecer la convicción del velo. También siempre abogó por la modestia. Siempre citaba las Escrituras para basar sus enseñanzas, y aún pedía que las hermanas cubrieran sus rostros en público. Tertuliano (160-215 d.C.). Cerca del año 200, escribió un ensayo llamado “Acerca del velo de las vírgenes”. Como el título sugiere, él enseñó que tanto las

vírgenes como las no casadas, deben cubrirse. En su ensayo jamás cuestiona si la mujer casada debe cubrirse. Sólo muestra que en 1ª Corintios 11 se incluye a las doncellas. Se muestra despreocupado por preguntas como: ¿Es el cabello el único cubrimiento? O ¿Es 1ª Corintios para los creyentes de todo tiempo y lugar? Los pretextos de hoy no existían en aquel tiempo. Abre así: “Mostraré que las mujeres vírgenes también deben cubrirse cuando han pasado de una edad en la cual ya son capaces de entender el simbolismo del velo, porque esta observancia está señalada por la verdad, en donde nadie puede imponer prescripciones de influencia de cuestiones, personas o regiones. Porque la costumbre halla su comienzo en la ignorancia y florece exitosamente por el uso, y se mantiene casi siempre en oposición a la verdad. Nuestro Señor Cristo se llamó Él mismo Verdad, no costumbre”. Casi en la conclusión de su ensayo, escribe: “La defensa de nuestra opinión se basa y está de acuerdo con la Escritura, con la naturaleza y con la disciplina. La Escritura enseña y fundamenta la ley (los mandamientos), la naturaleza la atestigua, y la disciplina exige lo demostrado por ambos elementos anteriores. ¿Cuál de éstos (tres) funda una costumbre en la mera opinión de las cosas? De Dios es la Escritura, de Dios la naturaleza, y de Dios la disciplina. Lo que sea contrario a éstas, no es de Dios. Si la Escritura es incierta en un punto, la naturaleza es manifiesta; si la naturaleza resulta dudosa, la disciplina nos muestra lo que Dios desea. Porque nada es más querido para Él que humildad; nada más aceptable que modestia; y nada más ofensivo que la gloria propia y el agradarse uno a sí mismo”. Al exponer su punto, Tertuliano habla, ambas cosas, a favor, y contra, la costumbre; pero rehúsa hacer de la costumbre su autoridad. Para él sólo la Escritura puede hablar con autoridad. (Es decir, habla en contra de las costumbres que surgen de la ignorancia de Dios, mientras habla a favor de la costumbre que está de acuerdo con las tres cosas que él dijo: Escritura, naturaleza y disciplina. Él, al igual que todos sus contemporáneos (cristianos) tenía una profunda preocupación por la modestia. También se halla interesado en tener un velo adecuado, como las palabras lo muestran. “...Porque no puedes rehusarlo, y tomar otros significados para nulificar la enseñanza, y terminar ni cubierta, ni descubierta. Porque algunas, con sus turbantes y cintas de lana, no cubren su cabeza, sino la ciñen; cubierta sí, por el frente, pero desnuda atrás. Otras toman un velo de pequeña dimensión... La región del velo debe ser extensa... ¿suponen cubrirse la cabeza sólo por ceñirse algo? ¡Falsamente imaginan que lo están! Finalmente, es de interés notar que Tertuliano se halla preocupado porque se use el velo tanto fuera como dentro de la asamblea. Dice: “La identidad (igualdad) de naturaleza es tanto en la calle como en casa; la identidad

(igualdad) de libertad es tanto en la presencia de los hombres como en la presencia secreta del Señor. Por tanto, si una mujer expone su gloria fuera, pero en la congregación la oculta, ¿es para agradar a Dios o a los hermanos? Lo que no es hecho para Dios, es hecho para el hombre. Lo que se hace solo pare l hombre es, por supuesto, pecaminoso e ilegal, porque está satisfaciendo el deseo de gloria”. Hipólito (muerto en 236). “Y que todas las mujeres se cubran la cabeza con una pieza opaca, no con un velo de lino delgado, porque éste no es un verdadero cubrimiento”. La Constitución de los santos apóstoles (250 d.C.). Esta colección de escritos cita 1ª Corintios 11 como autoridad para el cubrimiento de la cabeza y la sumisión de la mujer. “Finalmente, déjennos pensar que hoy fragmentos de las instrucciones del apóstol Pablo esparcidos entre sus epístolas, como por ejemplo el capítulo (de 1ª Corintios) del canon dedicado al velo, insistiendo en él con tantos argumentos, que parece que uno de los padres apostólicos actuó como inexperto e ilógico. Él insistió en que esa tradición (del velo) es del Señor” Aparentemente, la verdad de la necesidad de la mujer de cubrirse, era tan sencilla para ellos, que consideraron “ilógico” que Pablo gastara tanto tiempo explicando las razones de ello; ¡pero no se anticiparon a ver las tinieblas de esta generación! Crisóstomo (344-407). En un sermón sobre 1ª Corintios 11, él urgió a las mujeres a velarse y a los hombres a tener cabello corto, y adorar así. También advirtió a las mujeres en contra de “orgullo y asumir autoridad”. Jerónimo (345-429). Él confirma que las mujeres cristianas usaban velo en ese tiempo, aún en Egipto y Siria. Los anteriores testimonios nos llevan a varias conclusiones:

1. Los líderes de la iglesia de los primeros siglos, todos interpretaron 1ª Corintios 11 de la misma forma, que la mujer debe cubrirse la cabeza (con cabello largo y también con velo).

2. La práctica de la Iglesia primitiva es acorde a esa interpretación. 3. Esta interpretación nunca fue considerada hereje e incorrecta por ninguna

persona, sino lo opuesto. ¿Y qué de los periodos subsecuentes de la historia?

Por lo menos uno de los reformadores, Juan Calvino, entendía claramente que el Nuevo Testamento requiere un cubrimiento. Escribió: “Si alguien objeta que su cabello largo es suficiente, siendo un cubrimiento natural, Pablo dice que no es suficiente, porque el cabello es un cubrimiento tal (tan bello) que requiere un velo encima como un segundo cubrimiento.” J.C. Wenger (historiador de la Iglesia) describe el velo usado en la Suiza reformada entre 1800 y 1900. Concluye: “El velo negro o blanco es común en Suiza, Alemania, Holanda e Inglaterra” (países donde floreció tanto la reforma protestante de Lutero y Calvino, como la restitución anabaptista y algunos grupos valdenses). Wenger también nos explica lo siguiente: “Era usual en las iglesias cristianas [norte] americanas, que las mujeres llevaran sus cabezas cubiertas hasta los últimos anos del siglo XIX (testimonio del Obispo S. F. Coffman, 1872-1954). Lo que anulo esa práctica en las iglesias cristianas fue cuando se introdujeron los sombreros grandísimos en 1890 (estos sombreros eran llamados “Merry Widows”, o sea, “Viudas Felices”.) Concluiremos con palabras de Wenger: “Si uno revisa la evidencia histórica, es evidente que la gran mole (la gran mayoría) de las iglesias de aquellos tiempos creían que el mandamiento de que los hombres tengan cabello corto y la mujer el velo es permanentemente valido”. Los cristianos del siglo XX que con coraje obedecen los principios y símbolos de 1ª Corintios 11, ojalá incrementaran para revivir la Iglesia y sanar la tierra. V. El velo en el arte cristiano (Tom Shank) Las catacumbas de Roma son un extenso lugar debajo de la tierra donde cristianos vivían y enterraban a sus hermanos muertos en los primeros siglos. Consisten de angostos pasajes y pequeños “cuartos”. Se extienden a casi 550 millas, a menudo tienen seis niveles de profundidad y contienen más de seis millones de cuerpos. Durante la intensa persecución de la iglesia, los cristianos se refugiaban allí en ese lugar oscuro y silencioso. Durante los primeros siglos, y aún un poco después de la legalización del cristianismo por Constantino, los cristianos pintaron y grabaron escenas de la Escritura, símbolos cristianos y nombres o pinturas de mártires. Muchos frescos dan evidencia de que las mujeres de los primeros siglos se cubrían la cabeza de acuerdo con la Biblia. Las fechas de estas pinturas son aproximadas

y en general, pueden considerárseles más tempranas de la fecha aproximada, puesto que el uso y la construcción de las catacumbas comenzaron desde el primer siglo después de Cristo, y Constantino las usó hasta el 325. En estos grabados se ve lo siguiente:

1. No hay evidencia de que todas usaran el mismo “estilo” de velo, aunque la mayoría son parecidos en su forma: cuelga hacia abajo. Muy pocos son los que envuelven el cabello sin que cuelgue el velo hacia abajo.

2. El vestido modesto es evidente, con una notable ausencia de joyas de todo tipo (1ª Pedro 3:3, 1ª Timoteo 2:9-10). El ejemplo de la samaritana se representa con aretes y anillos, sin velo y con cabello corto.

3. De interés también es la representación de la mayoría de los santos muertos con las manos levantadas en adoración y se les ve experimentando el gozo de la comunión con el Señor del cielo.

Listaremos algunos frescos:

Catacumbas de Sn. Pedro y Marcelino, mujer con velo, cerca del tercer siglo (200 d. C.)

Susana, mártir en la misma catacumba, velada. Detalle de la sanidad de la mujer con flujo de sangre, cerca del

tercer siglo. Mujer con velo en la “Cripta de los santos”, en la misma

catacumba, en los años 200… y tantos. Dos mujeres con velo en la catacumba de Traso. Catacumba de Jordani, mujer adorando con velo, siglo cuarto. Veneranda y la mártir Petronila, en la catacumba Domitila, siglo

cuarto. Jesús y la samaritana (la mujer adúltera era identificada por los

cristianos primitivos sin velo, con cabello corto y con joyas. También pintaban a Cristo con cabello corto).

Dos mujeres cristianas, una judía y una gentil, ambas con velo. Catacumba de Santa Sabina, año 400.

En el manuscrito “Crónicas de Alejandría”, mujeres cubiertas.

VI. Cubriendo algunas cuestiones básicas (Timothy Heaps) Déjenme hablar subjetivamente de algunas cosas de Dios: la autoridad espiritual, la relación entre hombre y mujer, y el velo. En mi experiencia propia, Dios a menudo me ha revelado algo de Sí mismo o de Su Carácter, antes de que yo entendiera el qué, el cómo y el por qué. No siempre, pero así ha sido en general. Antes de conocer al Señor, yo adopté las ideologías del mundo. También adopté la idea mundana de “igualdad de sexos”, aunque no en el sentido bíblico de la gracia de Gálatas 3:28. Pero ignoraba los designios de Dios en su Gobierno (Romanos 1:25). Sin la bendición de Dios, yo era débil, espiritualmente impotente. De todas formas, hice un acuerdo con mi esposa de que yo sería la “cabeza” de la casa, con excepción de que a ella le dejaría que guiara las “cosas espirituales” del hogar. No me gustó eso, pero –yo carecía del poder de Dios, y era “bueno” relegarle a ella la responsabilidad. Esto pareció trabajar bien (¿?) por un tiempo; hasta que encontramos a Cristo Jesús. Luego, las cosas empezaron a cambiar. Las percepciones e intuición en las cosas espirituales empezaron a desarrollarse en mí y, para mi sorpresa, esto ocurrió como un acto del Espíritu Santo (Zacarías 4:6). Ahora se veía que lo espiritual debía ser guiado por mí. Era como si el Señor nos estuviera enseñando su Gobierno, sus Caminos y su Orden. La llamaba a ella a dejar las cosas en mis manos, pero eso no redujo su espiritualidad. Desde que esto comenzó hace años, el Señor ha trabajado en la misma forma. Aunque parece que Él nos muestra algo como por su Soberana Voluntad, yo sé que Él es invitado por nosotros a que nos enseñe, con nuestra obediencia. (1ª Samuel 26:23) Su transformación en nosotros comienza cuando tenemos una sumisión a sus caminos, y no nos conformamos a este mundo, sino somos transformados por medio de la renovación de nuestro entendimiento (Romanos 12:1-2, 2ª Corintios 3:16-18). La transformación se efectúa el día de nuestra salvación, y debe continuar en nosotros. Por ello, diario debemos morir a “los deseos de los ojos, los deseos de la carne y la vanagloria de la vida” (1ª Juan 2:16). El Espíritu Santo es caballeroso y nunca nos obligará a dejarlo entrar ni a andar en sus Caminos; debe ser invitado. Nuestras vidas, como los cántaros de vino de las bodas de Caná, deben vaciarse antes de que Él haga milagros en nosotros. Es muy sencillo: entre más morimos a nosotros mismos, más Él vive en nosotros. Y debemos someternos unos a otros para cumplir la Ley de Cristo. Hay un testimonio y gran bendición mientras la mujer se somete al varón, y éste la ama (Efesios 5). Este es el orden de Dios desde la creación (Génesis 2), y sólo cuando Eva fue engañada (1ª Timoteo 2:14) y no se sometió a ese orden, la serpiente

pudo entrar en la vida de la humanidad. Por eso debemos resistir al diablo (Santiago 4:7), sometiéndonos al sistema de Gobierno del Señor. Busquemos los caminos en los cuales perdemos nuestra vida, para salvarla, Mateo 10:39. Un tiempo nos empezó a hablar Dios acerca del cubrimiento. Ello habla (el cubrimiento) de morir al yo, en sumisión; no es sólo un requerimiento legal. Es cuestión de obedecer a Dios. Inicialmente, hicimos muchos cuestionamientos y preguntas (que mayormente venían de la carne) pero esa cuestión del velo era sólo un paso siguiente en la transformación en la imagen del Señor, cosa a la que hemos sido llamados. Él nos llama a servirle humildemente en obediencia y entrega para que Él nos use y nos revele más de Sí mismo, (Juan 16:12). Tardamos un poco en obedecer a lo del velo, pero gracias a Dios que fue Paciente. Él es muy Paciente, como dice que nos dirá: “Bien, buen siervo fiel, sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu Señor” Mateo 25:21. Como concluyó Watchman Nee hablando de este tema del cubrimiento: “El cubrimiento de la cabeza es, en sí mismo, un pequeño asunto, pero constituye un grandioso testimonio” ¡Entonces obedezcámoslo y que sea ese testimonio! VII. Orar y Profetizar (Delbert Headings) 1ª CORINTIOS 11:4-5. Orar: la palabra griega es “proseuchomai”, que significa literalmente “orar a Dios, adorar, desear, suplicar”. Como varón debo estar descubierto, como mujer, cubierta cuando oro. ¿Cuándo suplico o adoro a Dios? Muchas veces en la semana, mientras voy al trabajo, Dios de repente me recuerda una necesidad espiritual en mi propia vida o en la de otro, y entonces elevo una oración de súplica al Señor. Mi esposa a veces ora por Mrs. Jones mientras lava los trastes. Cuando el Espíritu Santo te dice: “Hey, esta persona necesita que ores por ella”, ¿te dices a ti mismo: “Sí, trataré de recordar mencionarlo en oración el domingo, o en la reunión de oración, o en mi tiempo devocional”? ¡NO!, el destino de un alma puede depender de que ores o no. Debemos estar a tono con Dios, lo que incluye orar a Él sin importar las circunstancias. ¿Qué tan a menudo deseas que Dios haga algo en tu vida o en la de otros?... Otro aspecto es la adoración. ¿Con qué frecuencia alabas al Señor y le das la gloria? O, ¿Cuántas veces al día cantas a Dios en tu corazón? (Ciertamente tú como mujer, debes tener la cabeza cubierta todo el día, porque todo el día oras a Dios).

Profetizar: la palabra griega es “propheteuo” que literalmente significa: “Hablar bajo inspiración divina”. Entonces compartir en un servicio, visitando a otro creyente, testificar, entran todos en la categoría de profetizar. Si eres una mujer cristiana comprometida, entonces oras y/o profetizas en horas fuera de la iglesia. En tal caso, desearás traer el velo todo el tiempo. Una mujer creyente usa el velo no por respeto a una persona o a un grupo, sino porque Dios lo pide en su Palabra. Y si estás convencida de usarlo, pero rehúsas hacerlo, estás contristando al Espíritu Santo. Finalmente, deseo aclarar una palabra más: “Iglesia”. He visto mujeres usando el velo sólo en el edificio al que llaman “iglesia”, pero no en ningún otro lugar (aparentemente ellas creen que ese es el único lugar para orar y profetizar). La palabra griega para iglesia es “ekklesia”, que significa “la asamblea de los llamados afuera”, o sea, creyentes. Entonces, recordemos que “iglesia” no es un edificio; es un momento: el momento cuando dos o tres se reúnen juntos alrededor de Dios. VIII. En respuesta a las Objeciones Comunes (Tom Shank) Para todas las verdades de Dios, habrá gente que objetará. Consciente o inconscientemente, es usualmente para “racionalizar” o “razonar” y hacer lógico que no hay que obedecer. Es ciertamente la forma más “conveniente” de evitar los Mandamientos de Dios: convencerte a ti mismo y a otros, de que realmente Dios no quiere decir lo que dice. El velo es un ejemplo de esto. Ahora ponemos las objeciones más comunes junto con sus respuestas escriturales:

1. Fue sólo una costumbre local para los corintios en aquel tiempo, y no para ser practicada perpetuamente.

Veamos lo que dice la Historia. Entre los judíos, tanto los varones como las mujeres, se cubrían la cabeza, como expresión de humildad y sumisión, como los ángeles en Isaías 6. “Los griegos (tanto hombres como mujeres) usaban la cabeza descubierta en la oración (pagana), pero las mujeres llevaban cabello largo” (Robertson). En Corinto, por ser ciudad griega, tenían esta costumbre. Sólo las rameras llevaban el cabello corto. Entonces, aunque el apóstol Pablo ordena algo que era costumbre griega, él añade el velo, y además nunca menciona que ello sea para que no parecieran rameras, sino por el sistema de gobierno de Dios. El apóstol ordeno esto con un objetivo mucho más profundo que el de no parecer rameras. El jamás menciona eso en ningún versículo de 1ª Corintios 11. El apela a la sujeción de la mujer al varón, a los ángeles, y a cubrir la gloria propia, nunca apela al argumento de no parecer rameras.

Recordemos también que, al escribir su carta, el apóstol Pablo tenía en mente a “todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de Nuestro Señor...” (1ª Corintios 1:2). Ello incluye a los judíos cristianos en Israel y otros muchos lugares más donde las rameras no necesariamente iban sin velo y con cabello corto (Tamar, cuando quiso parecer ramera, para esconder su identidad, se puso un velo para seducir a Judá –Génesis 38:14, lo que muestra que una ramera podía llevar velo en Israel. ) Obviamente, esto no era una cuestión cultural o una costumbre local, sino una ordenanza de Dios.

2. El cabello largo de la mujer toma el lugar del velo. (Ver exposición del versículo 15, en el primer capítulo). En el verso 15, Pablo, apela en parte a una ilustración de la naturaleza (el cabello largo de la mujer contra el cabello corto del varón) para clarificar la necesidad del velo. Ciertamente, no está contradiciendo todo lo que ha dicho en los versos 3 al 13 sobre la importancia de cubrirse la cabeza con el velo. La palabra griega que se tradujo como “velo” en el verso 15, es peribolaion, que significa “algo cubriendo alrededor”. Esta palabra es muy distinta a katakalupto, que significa “algo artificial que cubre completamente y cuelga hacia abajo”, que se usa en los versos 3 al 13. Pablo usa obviamente una palabra griega distinta en el versículo 15, para no confundir al cubrimiento natural del cabello con el velo. Si uno cree que el cabello es el único cubrimiento, sólo hay que cambiar la palabra “cubrimiento”, “se cubra”, etc. usadas en los versículos 4,5,6,7,y 13, por la palabra “cabello”, y verán cómo resulta absurdo y sin noción el pasaje. (Hazlo y veras). El versículo 6, por ejemplo, dice: “porque si la mujer no se cubre, que se corte también el cabello”. La palabra “también” (kai) no puede implicar sólo el cabello. Parafraseando, diría: “si la mujer no tiene cabello (largo), que se corte también el cabello”. ¡¿Cómo puede cortar algo que, o no tiene, o que ya está corto?! El cabello largo no es el signo de autoridad del que se habla en el verso 10. Cristianos y no cristianos pueden tenerlo. Pero el velo solo los creyentes. Surge entonces la pregunta: si el cabello no es el velo, ¿por qué menciona el apóstol el cabello largo? – Bueno, por una sencilla razón: porque el da las razones para usar el velo. Una de esas razones, es que la mujer debe cubrir su gloria propia (que es su cabello largo). Por lo tanto él hace la pregunta: ¿La naturaleza misma, no les ensena que a la mujer le es una honra (una gloria) dejarse crecer el cabello? Pues su cabello es un velo natural que cubre su vergüenza de estar rapada, y la dota de una belleza, honra y gloria femenina. Y, como la mujer es la gloria del varón (verso 7), ella debe cubrir su gloria, que es la imagen de la vanidad y el pecado del varón.

3. Sólo fue una costumbre temporal, y practicarla ahora es legalismo. Un importante principio al leer la Biblia es ver cómo fue entendido el pasaje estudiado por aquellos a quienes les fue escrito. Ciertamente, las enseñanzas de Pablo no eran confusas para sus oyentes y lectores. Tertuliano podía testificar 150 años después de que fue escrita la epístola, que los corintios aún practicaban fielmente el uso del velo. No hay duda de cómo ellos entendieron la enseñanza. La ordenanza del velo está basada en la Palabra de Dios, que continúa “hasta que pasen el cielo y la tierra”. No creer esto refleja una vista pobre de la total inspiración de la Biblia, porque el cubrimiento es una tradición (literalmente: algo puesto hacia abajo por Dios, ordenanza, enseñanza, doctrina) ordenada por el Señor, y se nos dice: “estad firmes, y retened la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra” (2ª Tesalonicenses 2:15). Y Pablo dijo: “Si alguno se cree profeta, o espiritual, reconozca que lo que os escribo (TODO LO QUE OS ESCRIBO) son mandamientos del Señor” (1ª Corintios 14:37, ver 1ª Timoteo 4:16, 2ª Timoteo 3:16, Tito 2:10). ¿Es legalismo obedecer los claros mandamientos de Dios? ¡NO! De hecho es idolatría y terrible pecado no obedecer al Señor. Sus mandamientos no son opcionales al cristiano. A través de la obediencia, entra uno a su vida, Él dijo: “Si me amáis, guardad mis mandamientos”. Él pide un corazón de obediencia motivada por amor a Él, que está muy lejos de ser legalismo farisaico, que por justicia propia trata de ganar el favor de Dios. Cada hermana que usa el velo sólo por amor a Dios, puede testificar de la bendición que es obedecer. Uno puede comprender por completo los profundos principios que representa el velo, cuando en el corazón y el caminar diario los experimenta. 4. Yo veo que es necesario usarlo sólo en la adoración en la reunión de la

iglesia. Pablo no necesariamente tiene en mente una iglesia reunida, porque en los versículos 17 y 18 de 1ª Corintios, cuando cambia el tema para hablar de la Comunión (Santa Cena), él dice: “cuando os reunís como Iglesia”. Esto deja claro que él no tenía en mente la asamblea cuando da las instrucciones previas del velo. El principal motivo del velo no es para orar y profetizar. Si la mujer debe guardar silencio en la iglesia, ¿cómo puede entonces profetizar? Esto sería una contradicción en las enseñanzas de Pablo. Además, Dios condena que las horas de oración que una hermana pasa en la iglesia, sea el único momento de orar. Él ordena que oremos sin cesar, y que estemos siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que demande razón de la esperanza que hay en nosotros. –Si la mujer se cubre para ello, que se cubra siempre-. El propósito del velo es ser un símbolo de sumisión al orden de autoridad de Dios y negación del yo; y porque estas verdades se deben practicar todo el tiempo, la mujer debe cubrirse a todo tiempo.

Además puede uno ver la estructura gramatical en griego de la frase “que se cubra”, que está en tiempo presente en forma activa e imperativa, que literalmente se traduce; “que continuamente se cubra”.

5. Mi Iglesia, como la mayoría, no practica el uso del cubrimiento. Desgraciadamente, este no es el único mandamiento de Dios que muchas iglesias no practican. Sin temor pero con tristeza puedo decir que la palabra de Dios profetiza la apostasía en los últimos tiempos. ¿Cuántas iglesias hoy practican y enseñan el amor ágape, la no resistencia (amor hacia los enemigos), la obediencia a Dios antes que a los hombres, el compartir las posesiones, la modestia de espíritu y en el vestido, el beso santo, el lavatorio de los pies, y la inconformidad al mundo y a Satanás, aún en los entretenimientos y las modas?... (Juan 15:10, Mateo 5:39-40, Hechos 2:44-45 y 4:32-35,1ª Pedro 2:18-25 y 5:5-7, 1ª Timoteo 2:9.10, 1ª Pedro 3:3-4, Juan 13:1-17, 1ª Timoteo 5:6 y 5:10, 1ª Corintios 16:20, Romanos 12:1 - 13:10, etc). Santiago dice que al que sabe hacer lo bueno y no lo hace, le es pecado (Santiago 4:17). Si tu iglesia está desobedeciendo alguna verdad bíblica esencial y rehúsa arrepentirse, tal vez sea mejor hallar una iglesia que sí practique y enseñe todo el consejo de Dios (2ª Corintios 6:17). Una iglesia que no obedece está incitando el juicio de un Dios Santo y Justo. En el clamor a veces popular de las iglesias de regresar al patrón Neotestamentario, muchos ignoran que el velo de la mujer y otras prácticas mencionadas anteriormente son elementos esenciales para la renovación y restauración. La iglesia primitiva en Hechos “perseveraba en la doctrina de los apóstoles” (Hechos 2:42). Pablo menciona en 1ª Corintios 11:16 que todas las iglesias practicaban el cubrimiento. Algunos dicen que el velo es una tradición sólo de algunas denominaciones. Es cierto, es practicado por pocos grupos, pero también fue practicado por otra iglesia: la Iglesia Neotestamentaria. Los pocos son los verdaderos cristianos. 6. Yo tendría vergüenza de usar el velo. La Escritura dice que el cabello de la mujer es su gloria, y toda mujer lo sabe instintivamente. Millones de dólares se gastan cada año en E.U. para embellecer el cabello de la mujer. (rizos, chinos, tintes, cortes, peinados, etc.). Cubrir el cabello con un velo es entonces una de las mejores oportunidades que tiene una hermana para quebrar y arrancar desde la raíz la vanagloria de la vida. Si una mujer ama al Señor, ¿habrá alguna cosa demasiado difícil de hacer para Él? ¡No! De hecho, ella tendrá entusiasmo ante cualquier cosa que mate a su yo.

Si te sientes avergonzada de usar el velo, reconoce que es por temor al hombre. Cuando una hermana se pone el velo, ella sabe que será perseguida; lo que peor la lastimará es que este vituperio y persecución vendrán de otros “cristianos” principalmente. Sólo una hermana que ya ha pasado por esto sabe cuán duro y brutal puede ser. Esto es porque el velo atenta directamente contra el espíritu carnal. Como sea, una hermana jamás debe disculparse con otros por obedecer a Dios.

7. No siento la convicción de usarlo. Eso es muy malo y muy triste, pero debemos recordar que no hay que depender o confiar en los sentimientos, sino en Dios y su Palabra. Dios siempre nos pedirá en el progreso de madurez espiritual, que lo obedezcamos por fe y en fe, no en sentimientos. Mientras somos obedientes, Él nos bendecirá con una sólida convicción. En nuestro caminar por fe y no por vista con el Señor, Él nos limpia de nuestra autosuficiencia y nuestros sentimientos corruptos. Cuando nos encontramos con un claro mandato de Dios, lo que es crucial no es que el Espíritu ponga en nosotros la convicción de obedecer, sino que nosotros decidamos obedecer, y luego Él nos bendecirá. Si nos hemos rendido a Jesús -o sea, si Él verdaderamente es nuestro Señor- le obedeceremos sólo por lo que Él es. Si Dios lo dice, ¡hazlo! En ese paso de fe, Dios te honrará con algo mucho más confiable que sentimientos carnales –te honrara con una profunda convicción de corazón- basada en su palabra.

8. El esposo, o el pastor y el padre (en el caso de la virgen) es el cubrimiento

de la mujer. Hay verdad ciertamente en esto, pues el varón es cabeza de la mujer, y su responsabilidad es ser su cubrimiento de ella, en el sentido de protección y guianza. Posicionalmente, él es el cubrimiento. De todas formas, no hay manera de interpretar 1ª Corintios 11 alegóricamente, pues Pablo lo explica de tal forma que solo se entiende de manera literal... Nuestro Señor siempre (desde el Antiguo testamento) enseña los principios con sus símbolos. Por ello, creemos y practicamos:

El lavamiento de pecados con la muerte al yo y el bautismo del Espíritu con su símbolo: el bautismo en agua.

La muerte de Cristo expiatoria y el cuerpo de creyentes con su símbolo: la comunión o santa cena.

La humildad y el servicio unos a otros con su símbolo: el lavatorio de los pies.

El amor fraternal con su símbolo: el ósculo santo. La sumisión de la Iglesia y el amor de Cristo con su símbolo: el

matrimonio, etc. Y

El orden de autoridad con su símbolo: el velo

Al mantener también los símbolos, además de los principios, la Iglesia es capaz de ser testigo al mundo y a Satanás de la gracia de Dios.

IX. Diez principios de autoridad (Roman Miller) El varón y la mujer en 1ª Corintios 11 representan primeramente sus llamados individuales, y en forma secundaria, representan el llamado a la humanidad desde diferentes perspectivas: 1. El designio de Dios para el varón y la mujer es en muchas formas similar a la relación de Cristo con el Padre. 2. El liderazgo y la autoridad de Cristo son absolutos porque Él está en sumisión a su Cabeza. Juan 5:19,30; 6:38; 8:28, 12:49; 14:10-24. 3. Toda la humanidad, pero especial y simbólicamente el varón, está para exaltar y exponer la Gloria y Sabiduría de Cristo. Romanos 8:19, 1ª Corintios 11:7, 1ª Tesalonicenses 2:12, 2ª Tesalonicenses 2:14, 2ª Pedro 1:3. 4. Toda la humanidad, pero especialmente la mujer, está para cubrir y hacer morir la gloria y sabiduría humanas. 1ª Corintios 11:7; 14:34, 1ª Timoteo 2:8-15. 5. La habilidad dada al ser humano para hacer esto (lo anterior) que es sobrenatural, es el Poder escondido de Dios a través del instrumento humano. Juan 14:10-14, 1ª Corintios 1:25-31. 6. Las actitudes principales para recibir este poder son: a) El reconocimiento de la necesidad, pobreza y debilidad personales y una sumisión total y absoluta. b) Fe en el Poder y la Provisión de Dios. Mateo 5:3, 2ª Corintios 12:7-10. 7. El varón y la mujer son interdependientes (el uno depende del otro), como lo son el Padre y Cristo. Juan 14:10,20, 1ª Corintios 11:11-12 y 15:27-28. 8. El orgullo del hombre, que hace que no busque la Gloria y Sabiduría de Dios, sino la suya propia, siempre causará división y contención. 1ª Corintios 1:11-17; 11:17-19. (los versos 18-31 de 1ª Corintios 1, explican la causa de las divisiones). 9. Una mujer con cabeza cubierta dice personalmente por ella: a) No usaré poder externo alguno, como la belleza, las palabras o los favores, para controlar al varón. 1ª Pedro 3:1-6 b) Pondré toda mi confianza en Dios para mi provisión y seguridad. Mateo 6:25-34 c) Ya no seré más engañada por la mentira del diablo de igualdad de sexos, sino que me someto a mi marido. Génesis 3:4-5, Filipenses 2:5-6 10. Un varón con cabeza descubierta dice personalmente por él:

a) Mataré el honor y la gloria propia para buscar la gloria de Dios. Lucas 16:15, Juan 5:41-44, Romanos 2:6-8. b) Me someto a mi Cabeza, que es Cristo. 1ª Corintios 11:1-3 c) Seré un instrumento de Cristo en amor y provisión a todos aquellos bajo mi autoridad, demostrándoles las virtudes que ÉL mostró. Efesios 5:25, 1ª Timoteo 5:8, 1ª Pedro 5:2-4

El hombre fue hecho a la imagen y la gloria de su cabeza: Dios. Su Cabeza

(Dios) permanece descubierta.

La cabeza descubierta del varón simboliza lo descubierto de la Gloria de su

cabeza: DIOS

El varón no debe revelar su gloria vana y pecaminosa. La mujer, porque es “gloria

del varón”, cubre su cabeza literal, simbolizando el cubrimiento de su cabeza posicional: el

varón.

Ambos, el varón y la mujer, son llamados a velar (cubrir) la vanagloria de la humanidad y a

descubrir (revelar) la Gloria de Dios en su caminar diario.

Esto se expresaría con el diagrama siguiente:

DIOS

“El hombre es la imagen y gloria de Dios”.

1ª Corintios 11:7

“La cabeza de todo varón es Cristo”

1ª Corintios 11:3

“La mujer es gloria del varón”

1ª Corintios 11:7

“La cabeza de la mujer es el varón”

1ª Corintios 11:3

Gloria de

Dios

La escondida Excelencia y

Majestad de Dios que fue

manifestada

Descubierta

Reflejada en

el varón

Gloria del

Varón

Vanidad y pecado

del hombre

Cubierta

Reflejada en

la mujer

Gloria de

la Mujer

El cabello largo

de la mujer

Cubierta

Simboliza la

vanagloria

de la vida

(Dwight Strubhar)

X. Conclusión (Tom Shank)

1. ¿Especifica la Biblia un velo con forma peculiar? No, pero podemos llegar a varias conclusiones con un estudio de 1ª Corintios 11. En el original, el cabello largo de la mujer es peribolaion (Vers.15), que es algo para ser envuelto o amarrado y cubierto. Y el velo artificial, es katakalupto, que significa “algo que cubre completamente y cuelga hacia abajo”. Así uno solo puede visualizar a una mujer que se amara el cabello y se pone un velo más o menos corto, o una mujer con el cabello suelto y que se pone un velo larguísimo que cuelga hacia abajo. Pero un verdadero cubrimiento debe ser opaco y cubrir todo el cabello, para de verdad morir a la vanagloria. ¿Debe e le velo cubrir cada cabellito? No, la gloria de la mujer es el cabello largo, y eso es lo que debe cubrir, no necesariamente cada cabellito, pues no es siempre posible. Aunque se puede cubrir todo, si una hermana desea.

2. ¿Puede uno especificar edad a la que las niñas o las más jóvenes deban empezar a usar el velo? Esta es una cuestión muy discutible y sólo deben ser mencionados algunos pensamientos. 1ª Corintios 11:3, como vimos, es totalmente inclusivo. “Toda mujer” quiere decir “toda mujer”, incluso las doncellas y las viudas. (Hablemos aquí principalmente de doncellas bajo autoridad de padres cristianos). Tertuliano, cerca del año 200, dice: “...el periodo de vida que es inconsciente debe ser excusado, pero no más, porque ambos, Adán y Eva, cuando dejaron de ser inocentes y tuvieron conocimiento, inmediatamente cubrieron lo que ellos sabían que debían cubrir”. El cubrimiento no necesariamente precede de inmediato a la conversión, sino corresponde al momento cuando la mujer llega a entender el sistema de autoridad y gobierno de Dios. Los padres cristianos deben guiar a la hija.

3. La iglesia local ¿debe requerir que cada hermana use el mismo estilo de velo? La verdadera unidad y uniformidad sólo es real cuando tenemos una profunda unión con Cristo, y entonces somos un cuerpo en el Señor

(Efesios 4:4-5). Si este no es el fundamento de la unidad en la iglesia, no importa qué tan uniforme sea la congregación en lo artificial. Tener algo rígido y limitante atenta contra la Ley de implementar sólo lo que el Espíritu puede crear. Romanos 7:4. En cuestiones de santidad internas y externas, el propósito es reflejar la Imagen del varón Perfecto: Jesucristo.

Ahora que hemos concluido este estudio, el Señor aplique, en la sencillez de

un niño, las verdades de su Palabra y las leyes de su Reino. El enemigo tendrá

personas e iglesias enteras que ignoren los fundamentos de la fe. El

cubrimiento es bíblico, es para ser obedecido y enseñado; pero el obedecerlo

no compensa el desobedecer otras áreas.

¿Cuántos de nosotros gastamos bastante tiempo y dinero en oración y

testimonio para que se salven las almas?

¿Cuántos de nosotros obedecemos en un sinfín de áreas que ya conocemos?

¡Dios se compromete solo con gente obediente!

Él buscará en nosotros obediencia fiel en cada área. Sólo entonces, por el

Poder del Espíritu Santo, nosotros como individuos y también,

corporativamente seremos testigos de Nuestro hermoso Señor y Salvador

Jesucristo.

¡¡¡QUE SÓLO ÉL SEA GLORIFICADO!!!

(Salmo 104:24)

Fin

(Nota: Este libro puede ser conseguido en ingles en:

Charity Christian Fellowship

400 W. Main St. Suite 1

Ephrata, PA.

001 (800) 227-7902

< orders@charityministries.org >

O con:

Torch Publications Eureka, MT. Una edicion en espanol parece que aun no esta disponible, sino

solo esto. )