Mercè, ¿Cómo te defines? Soy una persona con unos valores muy arraigados. Me identifico con la constancia, el compromiso, la seriedad y sobre todo la mentalidad positiva. Agradezco todo lo que me rodea, valoro sobre todo a mis hijos y a mi marido, pero también mi trabajo.

En el ámbito laboral, la ilusión y motivación en los proyectos son mi seña de identidad. Ahora se habla mucho de la pasión y yo, desde siempre, la he aplicado en todo, no soy mujer de medias tintas.

Soy racional pero creo que la razón y el corazón tienen que ir unidos. Esta manera de ser me ha ido bien en la vida. Creer en mi ‘feeling’ e intuición, me ha funcionado.

¿Cómo te introdujiste en el sector de las auditorías? Fue por pura casualidad. Soy buena estudiante y cuando cursaba bachillerato tuve la posibilidad de compaginarlo con estudios específicos de contabilidad y matemáticas financieras. Mi ilusión era ser médico, pero en el último momento pudo más mi pasión por los números; así que me gradué en económicas y durante la carrera, fuera de todo pronóstico, un amigo me dijo que buscaban un junior auditor. Me contrataron y empecé a trabajar en el mundo de la auditoría. Han pasado 30 años desde ese momento.

¿Como ves tu sector ante un entorno tan disruptivo? Es evidente que nos encontramos ante un momento de grandes cambios y el mundo tecnológico también ha alcanzado nuestro sector y ha cambiado los métodos de trabajo, los tiempos, la información, etc... Antes todo era manual y el proceso de recopilación de información financiera era muy largo. Hoy, los responsables de dirigir las compañías tienen la información online al instante.

En mi trabajo, utilizamos distintos softwares muy específicos que nos facilitan las cosas pero vamos innovando constantemente en este entorno, ya que nuestros requerimientos son muy elevados. Las directivas europeas y mundiales nos dan unas normas específicas que tenemos que aplicar y adaptar. También tenemos que ser conscientes que si la empresa que analizamos está digitalizada, nosotros tenemos que adaptarnos a su funcionamiento.

Personalmente considero que estos cambios no son preocupantes, más bien son un reto y los profesionales que estamos en posiciones de liderazgo solo tenemos una opción, la adaptación y la mejora continua.

¿Cuáles han sido los momentos más impactantes a nivel profesional?Sin lugar a dudas, hace ocho años cuando decidí crear mi propia empresa, incorporarme a Iberaudit y liderar el proyecto de apertura internacional Iberaudit Kreston. Ahora somos 400 personas, facturamos 20 millones de euros y estamos en la posición número doce en España por lo que estamos muy satisfechos por estos logros. Nuestro valor añadido, frente a la competencia, es nuestro servicio de alta calidad y proximidad, con honorarios razonables. La internacionalización también es un punto clave en nuestra compañía. La mayoría de empresas y clientes tienen relaciones en otros países y nosotros podemos tutelarlos convenientemente con la garantía de una cobertura mundial de calidad basada en la experiencia local de todos los miembros de la red Kreston.

¿Cómo habéis superado la crisis?La crisis la hemos superado bastante bien. Cuando el entorno estaba en un estado de retrocesión, nosotros en 2008 iniciamos el proyecto de internacionalización de Iberaudit Kreston y entramos con muchas ganas e ilusión. Fue una buena decisión ya que nos dio una ventaja competitiva y ganamos posicionamiento en un momento en que las empresas estaban más preocupadas por no perder que en ganar. ¿Nos podrías avanzar algún reto importante próximamente?El mayor reto que tenemos es estar en el TOP 10 de las empresas multidisciplinares del sector de la auditoría y apostaremos fuerte por potenciar nuestro perfil internacional. Este mes de Enero, en respuesta a nuestra apuesta por la internacionalización y por la marca Kreston, se ha llevado a cabo el cambio de imagen de la marca: Iberaudit Kreston ha pasado a ser Kreston Iberaudit.

Mercè, si tuvieras un súper poder para transformar el mundo... ¿Qué harías?Apostar por la fraternidad y solidaridad de los pueblos y las gentes. No se puede admitir que en pleno siglo XXI estemos peleándonos y matándonos en todos los rincones del mundo como en la prehistoria. Creo en la igualdad social y lucho porque haya menos desigualdades entre nosotros y también entre el hombre y la mujer.

¿Cuál es el mejor consejo que has recibido? Querer es poder… lucha, trabaja y si te caes, levántate. ¡A mí me ha funcionado! Lo mejor que Dios me ha dado es una gran autoestima, creer que puedo y no dejar que nadie me convenza de que no soy capaz de conseguir todo aquello que pueda proponerme.

QUERER ES PODER… LUCHA, TRABAJA Y SI TE CAES, LEVÁNTATE.

Entrevista con Mercè Martí QueraltPresidenta de Kreston Iberaudit

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