Question 74

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AÑO 8- NÚMERO 74- JUNIO DE 2010/ P UBLICACIÓN MENSUAL EDITADA POR ALIA2 Y C OMUNICAN TERRITORIO LIBRE PARA EL PENSAMIENTO CRÍTICO / PLATAFORMA PARA EL DEBATE DE LAS IDEAS Raoul: Voraz desarollo petrolero en Canadá/Fallo a favor de Venezuela en demanda de Exxon/ Chávez: Más bancos populares y más empleo/ Álvarez: La Revolución tiene dos caras Marcos Salgado 74 74 ALGO ALGO HUELE HUELE MAL MAL EN PDVAL EN PDVAL Figuera: No hay sufi ciente conciencia política del papel que debe jugar la clase obrera Importancia geoestratégica del Acuífero Guaraní Moldiz: Cómo leer la “nueva era” entre Bolivia y EEUU/ Garcés: Importancia vital de la organización popular en la opción socialista/ Roland Denis: La tarea orgánica para “otra política”/ Colussi y Guzmán: Integración y socialismo, una propuesta hemisférica/ Britto García: País ocupado/ Earle Herrera: Encuestas ocultas STELLA CALLONI: Venezuela, faro de integración/ Colombia, lo que no se dice UN NUEVO TIPO DE UN NUEVO TIPO DE MILITANCIA MILITANCIA Los contenedores de la vergüenza Los contenedores de la vergüenza José Vicente Rangel

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Territorio libre para el pensamiento crítico // Plataforma para la batalla de las ideas.

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/Junio de 2010

AÑO 8- NÚMERO 74- JUNIO DE 2010/ PUBLICACIÓN MENSUAL EDITADA POR ALIA2 Y COMUNICAN

TERRITORIO LIBRE PARA EL PENSAMIENTO CRÍTICO / PLATAFORMA PARA EL DEBATE DE LAS IDEAS

Raoul: Voraz desarollo

petrolero en Canadá/Fallo

a favor de Venezuela en demanda de

Exxon/ Chávez: Más bancos populares y

más empleo/ Álvarez: La

Revolución tiene dos caras

Marcos Salgado 7474

ALGO ALGO HUELE HUELE

MALMAL EN PDVALEN PDVAL

Figuera: No hay sufi ciente conciencia política del papel que debe jugar la clase obrera

Importancia

geoestratégica del

Acuífero Guaraní

Moldiz: Cómo leer la “nueva era” entre Bolivia y EEUU/Garcés: Importancia vital de la organización popular

en la opción socialista/ Roland Denis: La tarea orgánica para “otra política”/Colussi y Guzmán: Integración y

socialismo, una propuesta hemisférica/Britto García:País ocupado/ Earle Herrera: Encuestas ocultas

STELLA CALLONI: Venezuela, faro de integración/ Colombia, lo que no se dice

UN NUEVO TIPO DE UN NUEVO TIPO DE MILITANCIAMILITANCIA

Los contenedores de la vergüenzaLos contenedores de la vergüenzaJosé Vicente Rangel

/Junio de 2010

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ES UNA PUBLICACIÓN DE LA AGENCIA LATINOAMERICANA DE INFORMACIÓN Y ANÁLISIS-2 (ALIADOS) Y LA ASOCIACIÓN LATINOAMERICANA PARA LA COMUNICACIÓN SOCIAL (COMUNICAN)/

JUNIO DE 2010

7474*PERIODISTA, DOCENTE, ESCRITOR, DIPUTADO

EARLE HERRERA*

Encuestas ocultas

Lo oculto ejerce, para la oposición, una atracción fatal. Durante mucho tiempo jugó con lo que la crónica política denominó “agenda oculta”. Corría el año 2002 y mientras se hablaba de sociedad “civil”, se fraguaba el golpe de Estado, la toma militarista –sí, militarista- de plaza Altamira, el sabotaje petrolero, la guarimba, la incursión paramilitar, la abstención y otras salidas “civilistas”, todas derrotadas en una suerte de invicto al revés.

Los reveses no dejaron enseñanza. La carta bajo la manga siguió siendo un método y la cara de yo no fui, un discurso. Hoy la extinta coordinadora ha sido sustituida por una cosa llamada MUD. Ignoro si esta esotérica estructura practica la “agenda oculta”, pero por lo que he leído y oído, siente cierta inclinación por las encuestas ocultas. Esta gente conoce datos que murmura entre dientes, sin terminar de escupirlos. Prefi ere mantenerlos en un tortuoso secreto.

Hace rato que los encuestólogos no asaltan los medios. Ese repentino bajo perfi l, para estos adictos de la pantalla, confunde al vecindario de la MUD. Empero, a pesar de esa ardua discreción,

algunas cosas se dejan colar. Los opinadores más recalcitrantes manejan números que los laceran. Al parecer, las encuestas ocultas favorecen al personaje con que alimentan su odio; ese odio que a veces se muerde la cola y a veces la lengua, como ahora.

Una de estas noches, los moderadores de Globovisión hablaban en clave de una encuesta. “La ultima de Datos favorece al susodicho”. “¿Cómo?” “Sí, el susodicho está subiendo”. No dijeron nombre ni falta que hacía. La cara que pusieron gritaba ese nombre a los cuatro vientos. Al “susodicho” lo llaman también el mandón, el innombrable, el que te conté y otras ridiculeces semánticas que potencian al innombrado.

La columnista de los martes de El Nacional tuvo que aceptar que la “caída” de la popularidad “se detuvo la semana pasada gracias a las fantasías que todavía seducen a quienes no tienen con qué caerse muertos y con la entrega de dinero a través de las misiones”. Más allá del desprecio que se destila hacia “quienes no tienen con qué caerse muertos”, la interfecta conoce unos números que la matan sin disimulo posible.

Otro que los jueves coloca sus chismes en El Universal, magulla de entrada: “Aunque tiene en sus manos

encuestas que lo favorecen, y le aseguran que seguirá controlando la Asamblea”, etc. En verdad, no sólo el presidente Chávez -nombrémoslo de una vez- tiene en sus manos “encuestas que lo favorecen”; también las tienen la enmudecida MUD y los callados medios. Ese insoportable silencio ni siquiera lo rompió con sus alucinados números el Francis Drake de los sondeos que es Keller.

El salto de la “agenda oculta” a las encuestas escondidas es, con todo, positivo para el país. La primera camufl aba la conspiración y el golpe de Estado; la segunda sólo busca ocultar la realidad, fabricarse una mentira piadosa, tapar el sol con un dedo, postergar el conocimiento de lo que, a la larga, terminará por imponerse y revelarse. Los medios no saben cómo decírselo a la MUD, aunque la MUD ya conoce, números en mano, que su suerte está echada.

Con vocablos como el “susodicho”, el “innombrable” o “el que te conté”, se pretende evadir la realidad y conjurar lo inevitable. Pura superchería. Esconder sondeos no anula la realidad. El 26 de septiembre llegará y los números a favor de la revolución rasgarán las encuestas ocultas de la pobre MUD. Ponerse a contar luceros entre frailejones de verano no será una opción. �

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Al más encarnizado enemigo de Chávez no se le hubiera ocurrido algo tan siniestro para golpear al gobierno como ocurre con el caso de los contenedores de Pdval repletos de alimentos descompuestos, hallados en diversas localidades del país.

Y, de paso, adelanto una observación que juzgo pertinente: hay que estar conscientes de que en un proceso de cambio como el venezolano se comenten errores. Intentar pasar de un sistema a otro, del capitalismo al socialismo, en un país con tantas lacras heredadas, con arraigados hábitos de derroche y abierta permisividad para violar el ordenamiento legal; con dirigentes del sector privado inefi cientes, sin sentido nacional, constituye una tarea ciclópea

Son muchos los vicios que están en la base del comportamiento individual y colectivo de los venezolanos. Algo de lo que hay que estar conscientes, y de los fl ancos vulnerables del proceso que facilitan el ejercicio de una crítica hipócrita y despiadada. ¿Por qué hipócrita? Porque quienes la practican generalmente carecen de califi cación moral para hacerla. Son, en gran medida, autores y cómplices de los que postraron el país cuando ejercieron el poder.

Con la anterior consideración no pretendo restarle importancia a la vergonzosa pérdida de miles de toneladas de alimentos. Los cambios sociales, políticos y económicos que se dan no excusan lo ocurrido. Al contrario: le confi eren mayor gravedad. Porque más allá de las apreciaciones de carácter general sobre lo ocurrido, de la posición que adopte cada quien, la conclusión es que algo marcha mal en áreas sensibles de la administración pública.

Lo que priva a los venezolanos de un apreciable volumen de alimentos importados a través de una inversión groseramente dilapidada y el bochorno por no detectar lo que sucedía, es producto tanto de

la indolencia e inefi cacia que existe en niveles del gobierno como de la corrupción.

Hay incapacidad, desidia, falta de gerencia, y también está presente el delito impune -atornillado en las instituciones-, la corrupción: tráfi co de infl uencias, comisiones, sobreprecios y, en este caso, la desesperación por importar sin debido control.

Se trata de una prueba irrebatible del riesgo que corre el proceso revolucionario, y de la necesidad de estar alertas no sólo ante el enemigo que trabaja por fuera, sino de aquellos factores que al interior del proceso lo socavan.

De la contundencia con que actúe el gobierno, en ejecución de la voluntad de Chávez de promover con todos los recursos del Estado una respuesta ejemplarizante a este emblemático caso, depende que no se repitan situaciones de tal naturaleza y no se defraude la credibilidad del pueblo.

Los empresarios y la guerra

Voceros del empresariado dicen que no quieren guerra. Muy bien. Porque la verdad es que en Venezuela nadie la quiere. Lo que ocurre es que hay diversas maneras de hacerla, con o sin armas.

A veces sin armas convencionales se consigue atacar con efectos más letales. Ejemplo: especulando con los precios; acaparando productos; bajando la producción; manipulando el dólar; no invirtiendo y sacando dinero del país.

También involucrándose en política, a lo cual todos tienen derecho, pero conscientes del retruque. Porque el que incursiona en ese campo debe estar claro acerca de las consecuencias que corre. Más aún cuando hay quienes se pasan de vivos y le calientan la oreja a los militares. �

(Más información en páginas 21 a

27)

Los contenedores de laLos contenedores de la vergüenzavergüenzaJOSÉ VICENTE RAN GEL*

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Es algo sumamente vital para el avance revolucionario que los diferentes sectores populares se apropien del discurso político manejado por la vanguardia revolucionaria y lo pongan en práctica, creando los mecanismos necesarios para romper la hegemonía del sistema representativo tradicional, de modo que se promueva realmente una hegemonía y un poder construidos desde abajo, dando fi n a la corrupción política, a la explotación económica, a la exclusión social y, en fi n, a la opresión generada dentro y fuera por el Estado burgués a lo largo de la historia, pero muy especialmente durante el último siglo.

Comprendiéndolo así, el socialismo vendría a convertirse en un programa colectivo de liberación -efectivo y en permanente construcción- en vez de ser nada más que retórica vacía entre quienes ejerzan funciones de gobierno, al quedar plenamente insertado en la dinámica de las luchas populares, lo que debería originar el cambio estructural del Estado y, por consiguiente, de la sociedad entera.

Así, las diversas formas organi-zativas que se han fomentado, citando el ejemplo de la República Bolivariana de Venezuela, teniendo al pueblo en un papel destacado, como los Consejos Comunales, las Comunas, los Consejos Estudiantiles, los Consejos Campesinos, los Consejos Juveniles y los Consejos de Trabajadores, además de las Milicias Populares, están llamadas a establecer espacios propios que anticipen ese nuevo Estado socialista por fundarse, lo cual requerirá luchar conjuntamente para que las viejas instituciones del poder público modifi quen sus esquemas y se subordinen al poder popular que se estaría fundando, dándosele un fi el cumplimiento a la democracia participativa y protagónica.

Por esto mismo, estas mani-festaciones organizativas revolucionarias revolucionarias no debieran sujetarse a personas y a entes públicos, cuyas acciones y procedimientos redundan en

Importancia vital de la organización popular en la opción socialista

lo contrario al socialismo revolucionario que se pretende construir, al obstaculizar la participación y la organización del pueblo, como ocurre de ordinario bajo la democracia representativa.

En tal sentido, los revolucionarios de izquierda están llamados a asumir un compromiso histórico que no se puede eludir, pese al ascenso y la consolidación de elementos de la derecha tradicional en mandos del gobierno, lo cual facilita desviaciones de toda índole que, si no son detectadas y combatidas a tiempo, afectarán la direccionalidad del proceso revolucionario, lo cual debe trascender el marco estrictamente electoral para volcarse a la lucha reivindicativa del pueblo, ya que las elecciones sólo han servido -desde largo tiempo- para disgregar las fuerzas populares al no concretarse un programa común de lucha, produciéndose, en consecuencia, frustraciones y descontentos que acaban por allanarle el camino a la contrarrevolución.

Por eso mismo, la organización popular adquiere una importancia

vital y estratégica para desmantelar el Estado creado según los intereses de las clases dominantes y, simultáneamente, para enrumbar al país en la opción del socialismo.

Esto exige la implementación de acciones y disposiciones que resulten defi nitivamente diferentes a lo hecho y lo conocido hasta ahora, ya que existe la tendencia reformista de hacer de tales iniciativas organizativas meros apéndices de los partidos políticos, más aún si son del gobierno, cuando lo que se requiere es que los movimientos populares actúen con una absoluta independencia frente a cualquier modalidad de jerarquización, institucionalizada o no, lo que ayudaría enormemente a inyectarle el dinamismo y el entusiasmo indispensables al proceso de cambios revolucionarios, sin lo cual la participación y protagonismo del pueblo pierden su carácter revolucionario decisivo, transfi gurándose en una cuestión mecánica y gatopardiana, sin trascendencia alguna para la emancipación humana. �

HOMAR GARCÉS

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Tenemos desde el año 2004 (por aquellos momentos en que las “ubes” destrozaban gracias a su propia capacidad de autorganización la conspiración en marcha y caían estatuas sin permiso) una situación de “vacío de movilización”-“vacío de construcción autónoma” que ha llegado en los albores de la nueva década a transformarse en el punto de defi nición mas claro de lo que es hoy el movimiento popular venezolano.

El movimiento popular en su inmensa mayoría ha quedado aplastado por la lógica corporativa que le ha impreso la nueva burocracia al estado venezolano, ella misma, enamorada de su poder, de los dineros acumulados por sus jefes y por el renacer inaudito del capitalismo de estado en medio de una revolución sobrada originalmente de lenguajes antiburocráticos, antifascistas y libertarios.

Los resultados podrían detallarse en muchos lugares donde nos acercamos a lo nefasto desde el punto de vista de la gestión revolucionaria de gobierno, pero el criterio resultante más consensuado es el de un estancamiento formidable de la lucha popular revolucionaria. Razón por la cual se han creado las condiciones para el éxito de una doble ofensiva reaccionaria tanto en el ámbito continental, teniendo a Honduras como el mejor de sus cosechas, como en el ámbito nacional donde la “razón de estado” se impone sobre “la razón de todos”.

En la medida en que aumenta el asentamiento interno de una corte política que sólo vive de la explotación de la plusvalía política colectiva creada por el esfuerzo de millones que día a día se insertan en el trabajo social, controlados segundo a segundo por las direcciones ministeriales, gobernaciones, institutos, etc, esto mismo ha permitido un rebrote electoral de la derecha y la revitalización del imaginario liberal-oligárquico que esta derecha expresa. Tal situación indirectamente contribuye con el golpe en Honduras, ha radicalizar la situación colombiana donde se ha hecho del

¿Dispuestos a reemprender el camino de la organización necesaria?

La tarea orgánica para “otra política”

genocidio su placer y discurso central político del bloque dominante y por acá el cambio de correlación de fuerzas representativas que nos espera para las elecciones legislativas de septiembre. Todos ellos son los signos, entre otros, de una misma tendencia marcadas por el bloqueo mutuo: imperial y burocrático, liberal y corporativo, de la rebelión nuestramericana.

Es evidente que en la medida en que se centraliza, personaliza, desmoraliza, desmoviliza y se partidiza el chavismo como lugar de afl uencia desde los años noventa de miles de colectivos populares, en esa misma medida éste ha perdido su lugar de liderazgo frente a la movilización y autorganización popular. La relación entre una cosa y otra ya es demasiado difícil negarlo hasta en el más “chavista”. Son mínimos los ejemplos donde la movilización popular de lucha allí donde renace es defendida y sostenida por la acción de gobierno y por ende de sus liderazgos y direcciones de partido. Por todos lados estos señores y señoras se están dedicando a bloquearlo todo en nombre de la sobrevivencia de la revolución que dicen representar y que a una buena parte los hace ricos; claro, cuando ya la presión social los desborda apelan al

“jefe” y este, en nombre de todos, ofrece la salida que crea herida en la oligarquía, sin embargo, la mayoría de ellas supone solo un recambio de patrones, del dueño privado al propietario público.

Pero en realidad el problema que tenemos delante es la ausencia de una respuesta coherente y congruente a esta situación que no suponga en absoluto el alimentar nuevos oportunismos “centristas” dedicados a recoger del árbol caído a provecho propio. Nos referimos a las posiciones y nuevas invenciones candidaturales de partidos como el PPT, ni búsquedas absurdas de acumulación de fuerzas insurreccionales por fuera de los valores y espacios de organización producidos dentro del proceso histórico revolucionario que hemos vivido desde hace 21 años, nos referimos al vanguardismo centrado en el monólogo antichavista.

Estamos hoy en día obligados a fabricar un orden de realidad que permita hacer verdad los sueños de la rebelión del 89. Esa “otra república” autogobernante y nuestramericana tiene que empezar a verse en tanto poder y realidad. Es decir, un engranaje complejo, compacto y horizontal de infi nidad de nudos y tejidos de articulación popular que permitan ir desapareciendo del mapa

ROLAND DENIS

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las viejas relaciones de dominación burocráticas, capitalistas y colonialistas, al mismo tiempo que hagan brotar desde todos los territorios posibles constructos productivos y societales dignos de una “nueva vida”, póngase el nombre que quieran: socialistas, comunistas, anarquistas, comunales, etc. Es el cometido que nos dejan las rebeliones de las últimas décadas y frente al cual necesitamos a como de lugar construir “una política”, lo sufi cientemente lúcida, y “una organización”, lo sufi cientemente comprometida, militante y cohesionada, que garanticen la consecución de dichos cometidos libertarios.

En función de abrir el debate necesario para ello empecemos por aclarar lo que en nuestra consideración es un vacío de defi nición que ha hecho estragos dentro de esa amplia vanguardia colectiva que constituye hoy en día lo más sano y combativo del movimiento popular. Sin duda hemos querido avanzar en la generación de una “nueva democracia” centrada en la participación y el protagonismo popular (es el prioridad política del poder popular), una “nueva independencia” que enfrente el imperio capitalista global y reabra camino al sueño unitario bolivariano, y de manera más ambiciosa todavía, en la fundación de las primeras bases de un orden que ahora llamamos socialista.

Si a ver vamos toda la retórica de gobierno, todo el ideario que comunica, se ordena alrededor de estos tres ejes apuntalados sobretodo en los últimos seis años (2004, fi n de la primera conspiración contrarrevolucionaria) por el liderazgo personal de Hugo Chávez y una institucionalidad de estado que en apariencia se hace cada vez más empática tanto a este liderazgo como a los contenidos políticos del mismo (terror de la oligarquía a la aparición desde aquí de una nueva Cuba).

Estos ejes en su conjunto podríamos reconocerlos sin duda como una inmensa victoria hegemónica de la revolución (una gran victoria de las ideas emancipadoras) como proceso radical de transformación del orden social, político y cultural. Más aún, es gracias a esta parcial victoria que hoy en día podemos decir que el hecho revolucionario sigue estando vivo y

presente. El problema inmenso frente al cual no hemos sabido defi nirnos es el problema del poder, es decir, cuál habrá de ser el mando que ayuda a direccionar políticamente el proceso de materialización de la hegemonía conquistada.

Avanzamos en una hermosa fantasía libertaria, en hablar de “poderes populares” y “hombres y mujeres nuevos”, de comunas, propiedad social y consejos obreros, de nueva pedagogía, producción agroecológica y estrategia continental (bases entre otras del programa nuestramericano). Hemos convencido y a la vez obligado a que el común de las instituciones asuman este ideario como suyo pero realmente nada en concreto hemos defi nido respecto al poder, o la lógica de mando si se quiere, que será el pilar de la materialización de esa fantasía común. Nada más ridículo que un “hiperburócrata” tratando de convencer a todos que sobre su alma se funden Marx, Bakunin y Bolívar…y a quienes por lo general ni siquiera ha leído…

Mientras tanto los más astutos gendarmes teóricos del orden constituido se ríen, entienden que el juego está en hacer de esa victoria hegemónica un trampolín para afi anzar sus intereses de clase, y sobre esta claridad tratan de revivir lo que hoy en día no es más

que una grosería al pueblo y la historia revolucionaria: aquello de la “teoría de la transición” en su versión más conservadora y determinista. Digamos que para ellos la única manera de llegar a una cosa, que nadie sabe exactamente de que se trata, llamada “socialismo” (en principio una sociedad no fundada sobre las relaciones sociales capitalistas sino en relaciones solidarias) pasa necesariamente por un período previo donde habrá de dominar el capitalismo de estado, la burocracia, la planifi cación central y el partido representativo de la clase (solo que ahora su camino será más pacífi co y aceptando gran parte de las formalidades heredadas de la democracia liberal). Sobre esta tesis mil veces derrotada, pero nominalmente reimpuesta el día que Hugo Chávez dispuso que cada ministerio tendrá el prefi jo de “ministerio del poder popular para…”, entramos en una fase regresiva, delegativa y fi nalmente absurda: hacer de un estado rentista y dependiente que lo mejor que puede hacer es administrar “progresivamente” la crisis del capital, la estrella que ilumina el camino de la emancipación social y la liberación del trabajo.

La fantasía liberadora adquiere entonces la forma de una ideología de estado, al mismo tiempo que este tiende a cerrarse alrededor de una

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lógica vertical y corporativa, mientras el mando revolucionario y de estado se personaliza cada vez más. De esta forma la victoria hegemónica queda bloqueada en la reproducción ampliada y renovada de un viejo, inefi ciente y corrupto estado que ahora “es de todos”: y es efectivamente de todos, todas o demasiados.

En realidad, de aquellos que hemos quedado atrapados observando como las ideas más queridas las gritan y devoran los nuevos magnates del orden capitalista nacional. Y entre tanto, en medio de tanto absurdo e inevitable tendencia a la decadencia, el imperio empieza a preparar de nuevo las baterías necesarias para acabar con los fabricantes legítimos de esta rebelión, y junto con ellos, sus conquistas, sus sueños, su expansión liberadora. Es la “república liberal-oligárquica” que nuevamente espera su hora, piensa su propia transición y sus alianzas inevitables.

Hay muchos retos por delante pero insistimos que el primero de todos pasa por construir una política que defi na el punto de poder o el punto de mando por donde habrá de garantizarse la victoria defi nitiva de las ideas creadas y defendidas. Tanto como supimos impedir la entrada del desastre neoliberal, hoy en día, conscientes de los límites que arrastramos como movimiento popular y revolucionario a la hora de fabricar la rebelión necesaria, a como de lugar se nos impone la tarea de dar un salto cualitativo que al menos sepa pararle el trote a la lógica corporativa del “estado socialista” y su futura e inminente hermandad con la república oligárquica que hoy lo desafía y desgasta. Es desde este acto de conciencia de donde reaparece para nosotros la “tarea orgánica” como reto del presente.

Seamos propositivos:

Uno

Respecto al poder en sí, antes de verlo como una batalla de tácticas y estrategias encaminadas a la conquista de “un lugar” ya constituido y articulado de mando ofi cial, somos de la consideración que “nuestro

poder”, el poder de los descamisados, (ese “nosotros” consciente de sí que se enfrenta a los “hijos de puta” de los que hablaba Pancho Villa) será y existirá siempre en la medida en que se entienda a sí mismo desde una política absolutamente autónoma de las lógicas burguesas, representativas y burocráticas del poder (mucho y con toda razón todas las tendencias del pensamiento libertario han repetido lo mismo) centrada en la creación constituyente.

Si el destino de ese nosotros se pone así mismo fuera de esta lógica, “nuestro poder” no puede ser otra cosa, y en primer lugar, que “nuestra política”, es decir, nuestras ideas-mundo convertidas en una voluntad colectiva de transformación profunda que se lleva a la práctica partiendo de lo que somos y hacemos en tanto fabricantes materiales e inmateriales de la comunidad humana. Ese es el poder que proponemos buscar y crear. Por tanto, nuestra política es “otra política”, es decir, no es una política que pide un puesto dentro del orden de dominio garantizando la tranquilidad de todos sus actores, es una política fabricada desde la comunidad que lucha en función de la vida que queremos conquistar para todos, cualquiera que sea la forma o formas de lucha que nos toque afrontar.

Dos

Situándonos desde esta perspectiva, una “otra política” que supone “otra” perspectiva de poder nos obliga al mismo tiempo a ubicar el problema de la transición ya no como una pretensión teleológica (una teolog de tránsito entre dos modos de producción antagónicos (capitalismo-comunismo) dirigido y completado por una vanguardia

iluminada. Entendemos el problema de la transición desde una posición humilde y material e igualmente comunista: como un modo de reconocer cuales han de ser las condiciones básicas para que una pluralidad de experiencias de carácter anticapitalista puedan ayudarse a sí mismas y al resto de los pueblos a realizar sus objetivos emancipadores esenciales independientemente del tamaño y trascendencia histórica de las mismas. Por los momentos nos atrevemos a adelantar las siguientes condiciones:

a. Que la construcción de una organización y una política anticapitalista suponga como meta fundamental la generación de experiencias colectivas anticapitalistas

b. Que todo proceso de transición está centrado por tanto en la creación de nuevas relaciones de producción que se liberen de las ataduras tanto de la división social del trabajo como de las relaciones despóticas que implican la producción y explotación de plusvalía (incluimos entre ellas la explotación de plusvalía económica, política como ideológica)

c. Que lo esencial frente al problema de los estados nacionales y sus gobiernos no es en sí la conquista de un gobierno de izquierda sino la posibilidad que el mando de estado –al menos en una buena parte- trabaje por un largo período como una retaguardia de los núcleos más avanzados y comprometidos de la lucha popular (mando que obedece).

Esto supone obviamente una presión inmensa sobre los agentes de estado de manera que no les quede otra alternativa que “el obedecer” el mando multitudinario, el cual a su vez necesitará de un base de articulación y síntesis que supere en poder la lógica

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autoritaria del estado. En otras palabras que la potencia

social transformadora quiera y pueda tomar el papel dirigente que le corresponde como sujeto de transición y a su vez exista una dirección de gobierno dispuesta a entender la razón, facilitar y a la vez acatar su papel “obediente”.

d. Que la centralidad territorial que supone esta política de transición vaya creando las condiciones para borrar del mapa las divisiones regionales, nacionales, clasistas heredadas del mundo capitalista

e. Que la o las organizaciones revolucionarias que se comprometan con este tipo de premisas trabajen como un tejido entrelazado fuera de todo criterio de representación y a distancia del poder constituido

Tres

Estas premisas nos obligan a empezar a ordenar en lo que respecta a nuestra experiencia una tesis “alternativa” de la transición, de “otra transición” propia que nada tenga que ver con estar justifi cando el suntuoso mundo de los nuevos magnates de turno, y lo peor, como únicos garantes del futuro soñado. Como bien lo adelantó Marx en el “Programa de Gotha”, la realización del programa revolucionario no se funde con el pasado en un híbrido estatal impotente.

Un “viejo poder”, aunque haga suyos todos los humanismos e igualitarismos que queramos, jamás le abrirá las puertas a ese programa, el cual hoy en día sintetizamos en la liberación del trabajo, el conocimiento y la tierra. La “dictadura revolucionaria del proletariado” de la cual habló y que tan mal utilizada fue después, no es más que una brusca manera de reafi rmar la necesaria ruptura que supone el comenzar la construcción de la nueva sociedad. Todas las grandes revoluciones del siglo XX trataron de responder a este reto sin éxito con la tristeza de los auténticos líderes revolucionarios y frustraciones extraordinarias de casi la mitad de la humanidad. En respuesta, creímos por estas tierras nuestramericanas a los principios de este siglo que la formalidad constituyente e inaugurativa

–la “refundación nacional” de la cual se habló- de un nuevo formato democrático y popular de por sí nos abría el boquete en el cielo, faltaba adecuar a ello los instrumentos políticos de movilización y los liderazgos pertinentes (Chávez, Evo, Correa, etc).

Era y es un paso esencial que ha generado una experiencia colectiva fundamental, pero es la “praxis” y la “conciencia crítica” que deriva de ella, quien enseña. En ese sentido hoy podemos decir sin ambigüedad, corriendo el riesgo de las equivocaciones y límites de siempre, que cualquier “otra política”, pase lo que pase en los graneros del orden constituido, sean cuales sean las retóricas de sus nuevos líderes nacionales, lleguen hasta donde lleguen los logros de esta fase “progresiva y constituyente”, sea o no sea necesario establecer puentes tácticos o momentáneos con las tendencias más progresivas y honestas ligadas a este liderazgo, estará obligada a producir su propia transición sobre elementos radicalmente distintos a los límites del estado-nación y sobre un “nosotros” amplio, diverso, plural, pero que no acepte nunca encerrarse tras las rejas de dirección externa y burocrática alguna. Contemos algunas metas particulares que nos parecen fundamentales para esta transición desde “otra política”:

a. Uno: no siendo el estado-nación, en concreto, el gobierno nacional, su objetivo político primario, sino el espacio vital y productivo que necesitamos descolonizar, descapitalizar y liberar de

los dominios heredados desde la colonia hasta hoy. Dos: situándonos en el contexto global del capitalismo de hoy y al mismo tiempo en el renacer de un utopismo bolivariano o nuestramericano esencialmente anticapitalista. Se hace por tanto fundamental “una política y una organización inspirada en ella” que aprenda a trabajar de manera “desnacionalizada” construyendo nuevos territorios y nuevas comun-dades, a partir de la fabricación de todas las formas de articulación cognitiva, comunicante, productiva, formativa, distributivas, movilizadoras, posibles, quebrando todos los límites territoriales, raciales, nacionales, locales, sexistas, que la historia nos ha impuesto.

b. “Todas nuestras luchas” las de todo ese inmenso “nosotros” hecho esencialmente de clase trabajadora, es nuestro contexto. Desde ellas organizamos nuestro encuentro, los contenidos de estas luchas, la unidad necesaria. Sin embargo, ya no es sufi ciente reafi rmar su desafío y la autonomía de ellas y con ello la autonomía política de las clases populares. Hoy en día, en el marco de esa “transición alternativa”, es esencial construir una “nueva soberanía” y una “nueva institucionalidad” ligadas a la lógica del no-estado que no es más un inmenso tejido “desnacionalizado” y “desburocratizado” de poderes populares, y que al menos en el contexto nuestramericano ya no reconozca ni fronteras entre países ni la legitimidad de los viejos poderes

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estatales. Reconocemos sí que están allí, merodeando su propia e irresoluble crisis, imponiendo su fuerza y su represión. Son, estructuralmente, el mando colectivo inmediato de nuestros enemigos históricos, mandos que ya no saben qué hacer para mediar en frente ante las enfermedades letales de su querido e imperial orden.

c. Por tanto, al hablar de “poder y de mando” obligados estamos, desde los lugares que esas luchas nos congreguen, desde los acontecimientos que ellas produzcan, desde “el” o “los” congresos de los pueblos que sean necesarios, generar el “proceso constituyente y popular” que le abra camino a esa “nueva república autogobernate y nuestramericana”. Nada podemos estar decretando en ese sentido que no sea del aprender de los caminos principalmente indígenas y zapatistas ya avanzados. Lo que sí nos atrevemos a advertir es que no se trata de una integración estatista donde privará siempre la lógica del estado más fuerte y con más recursos. Es una integración mucho más compleja y horizontal, “desestatizada”, producida por “multitudes” y creada desde la suma de espacios locales y específi cos, regiones y corredores territoriales que sepan imponer un orden feliz de liberación.

Articulándose y fortaleciéndose a ellos mismos desde un –o varios- espacios federativos y confederativos que los vaya fusionando y acrecentando su capacidad tanto productiva como de combate. Seguramente su proceso transitivo y constitutivo durará mucho tiempo –por lo menos varias décadas- y seguro que serán muy profundos y dolorosos los confl ictos que se habrán de atravesar. Se trata de un continente demasiado apetecible para los imperios sobrevivientes y para su violenta respuesta también tendremos que prepararnos “más allá de toda frontera”. Sin embargo “el acto del nacer”, ese “síndrome constituyente” que defi nitivamente le de vida a esta otra política, junto muchos, tenemos que comenzar a incitarlo y disparar su fragua. Ello puede ser desde el lugar más pequeño o el congreso más grande. Por aclarar estas palabras se escriben precisamente desde lo más pequeño y territorializado.

d. Ordenando elementos, decimos entonces que esta “otra transición” tiene

por delante el reto fundamental de la unidad en lucha de los pueblos desde sí mismos y en su propia singularidad. Ahora, al mismo tiempo reconocemos que estamos enfrascados en una cultura y unas estructuras sociales y productivas, de orden privatista, burocrática y nacionalista que a la fi nal, guiados por neoliberales o capitalistas de estado, siempre quedarán ahogados bajo la lógica imperial del capital. Por lo cual toda “estrategia” para esta “transición”, recogiendo la sabiduría china, tendrá que estar enfrascada “por ahora” en un “doble espacio de lucha”:

e. Primero, en un espacio de “lucha nacional” que busque en el mejor de los casos que dentro de los estados nacionales al menos se imponga una corriente que termine de entender el papel de “retaguardias” útiles que pueden jugar importantes fragmentos de estos estados frente una nueva “corriente histórico-social” que no sólo los está negando sino fabricando un orden alternativo desburocratizado y desnacionalizado.

O al menos podamos establecer en puntos concretos relaciones de “equivalencia de poderes”, es decir, una difícil relación “de igual a igual” entre la lógica de pueblo y la lógica de estado. Esto supone una actitud política positiva frente la pertinencia táctica de la lucha tradicional por los espacios del poder constituido, apoyando los grupos más progresivos compenetrados en esta lucha, siempre y cuando se vea en ellos únicamente una retaguardia necesaria del mando

popular exento él mismo de toda lucha representativa. Lo otro, la hegemonía absoluta del fascismo neoliberal o el estado burocrático-corporativo queriendo imponerse a los pueblos, ahora o más tarde el enfrentamiento es inevitable. Segundo, más allá de estar proclamando internacionales sin piso la “lucha nuestramericana” como segundo y más importante sistema de lucha, se nos presenta como una suma de conquistas y construcciones puntuales y territorializadas (como decíamos, de orden productivo, comunicacional, formativo, movilizador y de defensa) en cuyo espacio se va fraguando el sujeto y el contexto alimentado por un imaginario, un simbolismo, un conjunto infi nito de relaciones, de acuerdos, de luchas, de nuevas instituciones comunes y federativas, centrados en lo que desde este orden de palabras denominamos la “república autogobernante y nuestramericana”. Dos “espacios de lucha” que se entrelazan tendencialmente y que en nuestro parecer deben sintetizarse en una organización o tejido militante unifi cado sobre el sentido de esta “otra política”.

Cuatro

Necesitamos igualmente referirnos aunque sea puntualmente a una “metodología básica de la transición”. El llamado “método Invedecor” que en un primer momento se planteó como estrategia de articulación de prácticas de liberación, en realidad jugó un magnífi co

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papel en lo que fue la batalla por una “nueva cultura política” y la victoria hegemónica de la cual, al menos en parte, hoy podemos dar fe de su alcance. Por ello se trató de una metodología básicamente cualitativa que buscó cualifi car y transformar al mismo tiempo la práctica revolucionaria. Pero hoy en día necesitamos de una “metodología para otra política”, es decir, de una metodología que se entienda a sí misma como “una ciencia política del pueblo” que sirva para resolver el problema de fondo del poder, cuyo asunto básico es el cómo poner en manos de los colectivos mas resueltos y comprometidos en la base del movimiento popular el mando colectivo y democrático de este largo proceso de transición.

Nos atrevemos a adelantar que en ambos “espacios de lucha” (nacional y continental) priva en estos momentos una metodología centrada en la “suma acumulativa de victorias” gestadas a partir de la solidaridad militante tejida y ampliada, las cuales, independientemente de sus razones originales y particulares, tengan como fi n despejar el acertijo del autogobierno popular. Luchas dirigidas y defi nidas desde las “cartas de lucha” que se armen en cada lugar, desde la

“multitud de razones” que sustancian hoy en día la lucha popular. Lo que ayer fue una práctica con un contenido alternativo hoy se convierte en la necesidad de defi nir una razón de lucha, su alcance emancipador, los sujetos que la llevarán adelante, su espacio territorial, su identidad propia y el cómo esta victoria, en caso de obtenerse, hará parte de una “agenda nuestramericana de liberación”.

Cinco

Terminamos con el problema programático que en nuestro criterio tiene como fi n táctico fundamental el fortalecer los espacios de resistencia y como cometido estratégico el darle vida a la república autogobernante y nuestramericana. Puntualicemos algunos de estos aspectos programáticos propios de esta transición:

a. Debilitar el estado burgués y el orden imperial en todas sus versiones

b. Fortalecer todas las formas de autogobierno y desarrollo del poder obrero y popular

c. Quebrar las estructuras de propiedad monopólica imponiendo la apropiación y mando colectivo sobre

ellos como la libertad política en el uso comunal de los fondos estratégicos que deriven de los excedentes económicos producidos

d. Multiplicar los espacios y su capacidad productiva en forma de comunidades autogestionarias que a su vez se entiendan como la base material y de recursos de la “otra república”

e. Crear las plataformas comunes para la articulación de las luchas de resistencia y de derechos además de todas las formas de control social

f. Ocupar, construir y entrelazar los espacios dirigidos a la formación de nuevas comunidades y corredores territoriales donde prive el mando popular

g. Desarrollar un vasto sistema de comunicaciones que potencie la palabra, la imagen y el sonido de los pueblos en lucha

h. Garantizar la defensa de los procesos populares libertarios

i. Iniciar la fragua del proceso constituyente de espacios continentales autogobernantes y comunes a los pueblos

j. Mantener los principios de “otro pueblo, otro conocimiento, otra producción, otra tierra”�

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Integración y socialismo: una propuesta hemisférica hemisférica

MARCELO COLUSSI Y GUILLERMO GUZMÁN

Introducción

Los pueblos latinoamericanos y caribeños conjuntamente con determinados gobiernos de nuestra área común, estamos actualmente muy atentos a nuestro destino independiente y al futuro mediato e inmediato. Nuestras conciencias se han estremecido con los sucesos sangrientos de las dictaduras militares del Cono Sur en estas pasadas décadas.

Las masacres genocidas acaecidas en Centroamérica, la injerencia del gobierno de los Estados Unidos en todos nuestros asuntos, el saqueo, la secesión y el latrocinio de Panamá, las bases militares por todo el continente, el llamado Comando Sur -amenazador hoy más que nunca- con sus garras criminales apuntando hacia todas las fuentes de recursos naturales: el petróleo, el gas, el cobre, el níquel, el oro, la madera, la Amazonia, el agua, el espacio aéreo ecuatorial, la biodiversidad, el hierro, el aluminio, el humus, todo eso es lo que determina asumir la defensa de nuestros pueblos frente al imperialismo del Norte que pretende estrangularnos y someternos a niveles de virtual esclavitud, en coordinación con las oligarquías vernáculas que siguen haciendo sus negocios en este nuevo escenario globalizado.

La conciencia popular es una instancia de primerísimo orden en lo que respecta a nuestra defensa. Si en el futuro inmediato la conciencia latinoamericana no rige las pautas que marquen nuestro propio desarrollo, estaremos perdidos. Hemos estado bombardeados de valores falsos que nos extravían, particularmente a la niñez y la juventud, pues fomentan el individualismo y las salidas cortoplacistas.

Debemos deshacernos de esa compleja y pesada carga si queremos hacer valer la integración latinoamericana.

Desde fuera siempre resulta temerario diagnosticar cualquier

fenómeno, cualquier cosa, cualquier enfermedad, y particularmente esto es cierto cuando se trata de algo tan complejo y delicado como es la educación.

El estado ideal hacia el cual debe orientarse el proceso educativo de los pueblos de América Latina tiene que ser, en consecuencia, inventado por nosotros mismos; tenemos que buscarlo, y si felizmente lo encontramos, entonces ha de surgir la necesidad de defenderlo de las acechanzas y amenazas que el imperialismo vuelque contra ello.

Puede parecer utópico, pero al decir de Simón Rodríguez, maestro de Bolívar, “inventamos o erramos”. Eso es tan vigente hoy como dos siglos atrás cuando fue pronunciado. Sólo de nosotros, de cómo podamos ir procesando los nuevos escenarios y los nuevos tiempos con proyectos propios, depende cómo demos respuestas que realmente nos sirvan, nos saquen del estado de postración en que estamos, nos den nuevas energías.

Latinoamérica esta signada por injustas relaciones de poder económico y político. La estructura de ese poder económico predominante es fundamentalmente cuantitativa, utilitaria, rentista y material; por

otra parte, la del poder político es de subordinación, de orden, de amedrentar militarmente a los pueblos esclavizados, lo que les permite la capacidad de imponer obediencia. El orden social en América Latina no es más que una relación de poder y de subordinación monopolizado por la oligarquía estadounidense, que es quien ejerce el monopolio del poder. Podemos llegar a decir que el continente no es pobre; ¡es injusto!, lo cual es muy distinto.

El siglo XXI: un nuevo tiempo

Luego de años de neoliberalismo feroz y retroceso de conquistas por parte del movimiento de los trabajadores en todo el mundo, caídos el muro de Berlín y el bloque socialista de Europa, el campo popular hoy comienza a retomar con fuerza luchas históricas. En este proceso de retorno de los ideales de justicia, de búsqueda de otro mundo posible, juega un papel de gran importancia la Revolución Bolivariana que está teniendo lugar en Venezuela.

Las líneas que marcan el mundo en los fi nales del siglo XX y en los inicios del presente están dadas, por un lado, por la precarización en las condiciones de vida de las grandes masas en todos

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los continentes producto de ese triunfo omnímodo del gran capital sobre el campo popular, y por un unilateralismo militar irreverente por parte de la potencia ganadora de la Guerra Fría: Estados Unidos de América. Pero por otro, dada una lentifi cación en el ritmo de crecimiento económico de la gran superpotencia y en el aparecimiento de grandes bloques que le comienzan a disputar protagonismo, una nueva tendencia que también marca estos años es la recomposición del capitalismo a escala planetaria.

Estados Unidos sigue siendo en la actualidad la primera potencia económica mundial con un producto bruto interno aún muy grande en relación a quien le sigue: la República Popular China. De todos modos la pujanza de décadas atrás ha comenzado a detenerse. Junto a ello vemos que han aparecido en escena una Unión Europea con un euro que se pretende fortalecer y un bloque asiático (con Japón y China a la cabeza), que se muestran como polos de mayor dinamismo, de mayor vitalidad que los Estados Unidos, y que sin dudas comienzan a hacerle sombra.

La competencia capitalista, al menos en principio, no parece llevar la opción bélica entre estos gigantes. De todos modos la guerra interimperialista continúa, y la modalidad que va tomando es la del desarrollo de grandes bloques de poder continental basadas, fundamentalmente, en la competitividad económica y científi co-técnica con países centrales dirigiendo el proceso y otros satélites que lo secundan. La creación de grandes bloques comerciales (Unión Europea, Cuenca del Pacífi co) parece marcar el rumbo de las próximas décadas.

En ese contexto surge en el gobierno de Estados Unidos la idea del ALCA -Area de Libre Comercio para las Américas- como presunta “integración” continental, pero siendo en realidad un mecanismo de control hemisférico para afi anzar su posición de potencia hegemónica para competir contra esos nuevos bloques emergentes.

ALCA: el intento de una recolonización continental

El hoy día fracasado ALCA representaba un proyecto geopolítico

de Washington que, aunque comenzaba con la creación de una zona de libre comercio para todos los países del continente americano, buscaba en realidad el establecimiento de un orden legal e institucional de carácter supranacional que permitiera al mercado y las transnacionales estadounidenses una total libertad de acción en su ya tradicional área de infl uencia (su patio trasero latinoamericano). Los países que lo suscribieran tendían que transformar en constitucionales los arreglos surgidos de esta normativa, viendo aún más debilitada su capacidad de negociación y debiendo renunciar a su soberanía en la implementación de políticas de desarrollo.

Según expresara con total naturalidad Colin Powell, ex Secretario de Estado de la administración Bush (hijo): “Nuestro objetivo con el ALCA es garantizar para las empresas americanas el control de un territorio que va del Artico hasta la Antártida y el libre acceso, sin ningún obstáculo o difi cultad, a nuestros productos, servicios, tecnología y capital en todo el hemisferio.” Dicho en otros términos: un continente cautivo para la geoestrategia de dominación de Washington basada en el saqueo institucionalizado de materias primas, recursos naturales, mano de obra barata y precarizada e imposición de sus propias mercaderías en una zona de reinado del dólar. Por supuesto que la dependencia se asegura también, en último término, en las armas (léase: sus bases militares que hoy atenazan todo el subcontinente, desde Centroamérica a la Patagonia).

Considerando que todo esto es la esencia verdadera del mecanismo de

integración que propone Washington, el ALCA no se pensó para traer de ninguna manera bonanza alguna para Latinoamérica y el Caribe. La preservación de todas estas asimetrías es vital para la estrategia hegemónica imperial, tanto como la multiplicidad de monedas regidas por el dólar y el mantenimiento de enormes brechas salariales. El ALCA es, en defi nitiva, un mecanismo recolonizador.

Un antecedente directo de este acuerdo lo constituye el NAFTA (sigla inglesa de “Tratado de Libre Comercio para América del Norte”), acuerdo suscrito en 1994 entre Estados Unidos, Canadá y México -que en realidad sólo ha benefi ciado al primero de los tres-.

Debido a trabas interminables que se han dado en las negociaciones a partir de los intereses de los grupos de poder latinoamericanos que chocaban con los grandes intereses estadounidenses, pero más aún -y fundamentalmente- por la tenaz oposición del campo popular a través de los distintos movimientos sociales de protesta a lo largo de todo el continente- el ALCA no pudo entrar en funcionamiento para el 1º de enero del año 2005 tal como estaba previsto. Ante ello la estrategia imperial ha sido comenzar a buscar la fi rma de tratados regionales o bilaterales, siempre con la misma inspiración del tratado original, que a la postre le brinden similares resultados. Así lograron establecer tratados bilaterales (a principios del 2005: el RD-CAFTA -”Tratado de Libre Comercio para América Central y República Dominicana”-; posteriormente Colombia y Perú, en el año 2006, luego Chile y Uruguay) siempre en la misma lógica del ALCA

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que, en realidad, lo que menos tiene es “libre” comercio, dadas las asimetrías insalvables entre los mal llamados socios (Estados Unidos no es socio: sólo impone).

Ahora bien: si la integración se centra sólo en el lucro económico de las empresas, ningún benefi cio para las grandes masas será tenido en cuenta, por lo que la integración no servirá a un genuino proceso de desarrollo social. Es necesaria, entonces, una integración basada en otros criterios. Pero el proceso de integración latinoamericana y de los países del Caribe es hoy, por diversas circunstancias, muy frágil.

¿Es posible la integración en América Latina?

Proyectos de integración dentro de América Latina ha habido muchos, desde los primeros impulsados por los líderes independentistas a principios del siglo XIX hasta los más recientes del siglo XX: la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio -ALALC-, la Comunidad Andina de Naciones -CAN-, el Mercado Común Centroamericano -MCC-, la Comunidad del Caribe -CARICOM-. Recientemente, y como el proyecto quizá más ambicioso: el Mercado Común del Sur -MERCOSUR-, creado por Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia en 1996, al que se han unido posteriormente Chile, Perú, Ecuador, Colombia y luego Venezuela. Sin contar, obviamente, con el intentado mecanismo de recolonización del ALCA, que en realidad es más un sumatoria de países bajo la égida de Washington que una genuina integración; mecanismo que, por cierto, no prosperó como estrategia regional, pero que derivó en mecanismos bilaterales que logran los mismos resultados.

Hoy día, en un mundo globalizado con desafíos cada vez más grandes en lo económico, en lo científi co y en lo tecnológico, en una sociedad mundial regida cada vez más por la información y el conocimiento de vanguardia, y en el marco del aún dominante sistema capitalista, las posibilidades de crecimiento y desarrollo como país independiente parecen ya imposibles. Ante ello se torna imprescindible entonces el impulso de bloques de naciones. Estamos quizá ante el

comienzo del fi n de la idea de Estado-nación moderno, surgida en los albores del mundo post renacentista con un capitalismo naciente. Hoy la historia se juega en términos de bloques, de grandes bloques de poder económico-científi co-político. Es por ello imperioso reconocernos en Latinoamérica como un gran bloque con historia común, y sin dudas también con un destino común.

Las burguesías nacionales que se desarrollaron a partir de la independencia formal a principios del siglo XIX han estado siempre en una relación de dependencia/complicidad con las potencias extranjeras. Son socios menores de los capitales transnacionales, o comercian con ellos los productos primarios que produce la región, pero la idea de unidad hemisférica independentista no pasa por su proyecto.

El punto máximo en el planteo de integración de esas aristocracias es el actual proyecto de MERCOSUR. Hay que destacar que ese mecanismo se centra en la integración capitalista, siempre ajena a los intereses populares. Para los sectores explotados en verdad no hay diferencias sustanciales entre el Mercosur y lo que intentaba el ALCA, reemplazado luego por tratados bilaterales. Como correctamente analiza Claudio Katz: “Las clases dominantes de la región se asocian pero al mismo tiempo rivalizan con el capital externo. Propician el MERCOSUR porque no se han disuelto en el proceso de transnacionalización. Estos sectores buscan adecuar el MERCOSUR a sus prioridades. Promueven un desarrollo hacia afuera que jerarquiza la especialización en materias primas e

insumos industriales, porque pretenden compensar con exportaciones la contracción de los mercados internos. El problema de la deuda está omitido en la agenda del MERCOSUR. Los gobiernos no encaran conjuntamente el tema, ni discuten medidas colectivas para atenuar esta carga fi nanciera. Han naturalizado el pasivo, como un dato de la realidad que cada país debe afrontar individualmente”.

Dicho en otros términos: con el MERCOSUR no se pasa de “más de lo mismo”.

Hoy día, ya desde hace unos años, por todo el continente comienzan a soplar nuevos vientos surgiendo prometedores -unos más, otros menos- gobiernos de centroizquierda. Pero es innegable que luego de años donde nos habíamos creído aquello del “fi n de la historia” y de forzado neoliberalismo “más allá de las ideologías”, renacen esperanzas adormecidas por años. Vuelve a hablarse de socialismo, de antiimperialismo, de Patria Grande. Aunque, para ser estrictos, todo este movimiento lejos está aún de posibilitar cambios estructurales profundos. La integración es aún un proceso muy frágil, y de momento sólo manejada por las derechas.

Entendida la integración como una nueva puerta que trascienda el Mercosur, comienza a tomar cuerpo la idea de una integración como proceso que conduzca a alternativas al modelo capitalista. Para las burguesías locales la integración no pasa de ser un campo de negocios que refuerce su poder. Contrariamente, para el campo popular la unidad regional puede ser un paso para la construcción de otra sociedad más justa.

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ALBA: hacia una integración popular y solidaria. ¿Un camino al socialismo?

Contrariamente a lo dicho hasta el hartazgo por la prédica neoliberal, la liberación del comercio no basta para lograr automáticamente el desarrollo humano. La expansión comercial no garantiza un crecimiento económico inmediato ni un desarrollo humano o económico a largo plazo. Es más: la liberación no es un mecanismo fi able para generar un crecimiento sostenible por sí mismo ni para emprender una real reducción de la pobreza.

Es por eso que, pensando no tanto en el dios-mercado y en el benefi cio empresarial sino en los seres humanos de carne y hueso, en las poblaciones sufridas, marginadas, históricamente postergadas, y retomando el proyecto de patria común latinoamericana efímeramente levantado en el momento de las independencias contra la corona española así como contra la nueva iniciativa de dominación del ALCA, surge hace un tiempo la propuesta del ALBA -Alternativa Bolivariana para los Pueblos de las Américas-.

Esta nueva propuesta de integración fue presentada públicamente por el presidente venezolano Hugo Chávez en ocasión de la III Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Asociación de Estados del Caribe, celebrada en la isla de Margarita en diciembre del 2001; se trazan ahí los principios rectores de una integración latinoamericana y caribeña basada en la justicia y en la solidaridad entre los pueblos. Tal como lo anuncia su nombre, el ALBA pretende ser un amanecer, un nuevo amanecer radiante.

El ALBA se fundamenta en la creación de mecanismos para crear ventajas cooperativas entre las naciones que permitan compensar las asimetrías existentes entre los países del hemisferio. Se basa en la creación de Fondos Compensatorios para corregir las disparidades que colocan en desventaja a las naciones débiles frente a las principales potencias; otorga prioridad a la integración latinoamericana y a la negociación en bloques subregionales, buscando identifi car no solo espacios de interés comercial sino también fortalezas y debilidades para construir

alianzas sociales y culturales.La noción neoliberal de acceso a los

mercados se limita a proponer medidas para reducir el arancel y eliminar las trabas al comercio y la inversión. Así entendido, el libre comercio sólo benefi cia a los países de mayor grado de industrialización y desarrollo, y no a todos sino a sus grandes empresarios. En Latinoamérica podrán crecer las inversiones y las exportaciones, pero si éstas se basan en la industria maquiladora y en las explotación extensiva de la fuerza de trabajo, sin lugar a dudas que no podrán generar el efecto multiplicador sobre todos los grupos sociales, no habrá un efecto multiplicador en los sectores agrícola e industrial, ni mucho menos se podrán generar los empleos de calidad que se necesitan para derrotar la pobreza y la exclusión social. Por eso la propuesta alternativa del ALBA, basada en la solidaridad, trata de ayudar a los países más débiles y superar las desventajas que los separa de los países más poderosos del hemisferio buscando corregir esas asimetrías. Con estas características, un proceso de integración hemisférica realmente sirve a las grandes mayorías por siempre excluidas.

Como dijo el presidente Chávez sintetizando el corazón de la propuesta: “Es hora de repensar y reinventar los debilitados y agonizantes procesos de integración subregional y regional, cuya crisis es la más clara manifestación de la carencia de un proyecto político compartido. Afortunadamente, en

América Latina y el Caribe sopla viento a favor para lanzar el ALBA como un nuevo esquema integrador que no se limita al mero hecho comercial sino que sobre nuestras bases históricas y culturales comunes, apunta su mirada hacia la integración política, social, cultural, científi ca, tecnológica y física”.

Según publicación del diario La Nación, Buenos Aires, Argentina, del 13-9-05: “Las materias primas y las manufacturas de origen agropecuario acaparan actualmente las ventas de Latinoamérica. Conforman el 72% de las exportaciones argentinas, el 83 % de las bolivianas, el 83% de las chilenas, el 64% de las colombianas y el 78% de las venezolanas. La especifi cidad mexicana (81% de exportaciones manufactureras) es engañosa, porque el país se ha especializado en el ensamble de partes sin valor agregado, que las maquiladoras intercambian con las casas matrices estadounidense. Unicamente Brasil constituye una relativa excepción, ya que en su canasta de exportaciones las materias primas constituyen el 52% del total”. Para muchos países de América Latina y El Caribe la actividad agrícola es, por tanto, fundamental para la supervivencia de la propia nación. Las condiciones de vida de millones de campesinos e indígenas se verían muy afectadas si ocurre una inundación de bienes agrícolas importados, aún en los casos en los cuales no exista subsidio por parte del gobierno federal de Estados Unidos. Hay que dejar claro que la producción agrícola es mucho más que la producción de una mercancía. Es, en todo caso, un modo de vida. Por lo tanto no puede ser vista ni tratada como cualquier otra actividad económica o cualquier producto sin su correspondiente cosmovisión cultural. El ALBA, justamente, intenta rescatar ese punto de vista.

El ALBA es, de momento, una buena intención pero aún no está afi rmado en su posición. De todos modos en esa línea pueden inscribirse ya importantes pasos: los convenios de cooperación suscritos entre Cuba, Venezuela y Bolivia son un ejemplo. Pero hay más aún en esta intención integracionista: la incipiente comunidad energética con Petrocaribe y Petrosur, la integración en la comunicación con el

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canal televisivo teleSur, las surgentes ideas de un Banco del Sur, de una Universidad del Sur, de unas Fuerzas Armadas del Sur. Es decir: movimientos concretos que nos acercan y nos unen como pueblos contra la estrategia hemisférica de recolonización por parte del imperio y contra los mecanismos de unión aduanera capitalista del Mercosur u otras instancias de pseudos integración como la CAN.

La propuesta de integración planteada, de todos modos, es mucho más ambiciosa: entre otras cosas apunta a crear un gigante petrolero latinoamericano -Petroamérica- que bien podría convertirse en punta de lanza de un amplio proceso de integración económica de la región cuestionando seriamente el monopolio energético que manejan las grandes compañías petroleras, estadounidenses en su gran mayoría.

El campo popular pasó años atrás por un momento de refl ujo, a partir de las dictaduras que ensangrentaron el continente y los posteriores planes de ajuste neoliberal que se aplicaron. Pero hoy se están retomando tradicionales banderas de lucha por la justicia, en buena medida inspiradas por la Revolución Bolivariana de Venezuela. En este renacer asistimos a lo que se está formulando como “socialismo del siglo XXI”. Aunque eso, al igual que el ALBA, está en pleno proceso de formulación, marca ya un camino: no debemos repetir similares errores del pasado.

La construcción del socialismo en un solo país se ha demostrado sumamente difi cultosa. Hoy día, ante el surgimiento de grandes bloques de poder, pensar en desarrollos nacionales autónomos parece casi imposible, de donde surge la casi obligada necesidad de impulsar procesos regionales como opción con posibilidades reales de concreción. Una integración desde el capitalismo, dirigida tanto por las clases dirigentes latinoamericanas vernáculas como por Washington, no sirve para el mejoramiento real de las mayorías explotadas.

De ahí que las renovadas ideas de integración -en buena medida aportadas por el actual proceso bolivariano de Venezuela- marcan un importante camino alternativo. Una integración basada en principios de solidaridad y

desarrollo genuino para los pueblos es, en estos momentos, un enorme paso hacia delante en términos políticos. El nuevo socialismo, el socialismo del siglo XXI, sin renunciar a sus postulados históricos, debe buscar nuevos perfi les. Y ahí entra en escena esta nueva idea de la integración.

El capitalismo de ninguna manera está derrotado; pero se abre hoy un nuevo escenario que permite profundizar su crítica. Aunque sólo Cuba y Venezuela transitan el socialismo, y las medidas que ha ido tomando el actual gobierno de Bolivia pueden augurar una búsqueda similar, esos nuevos aires que están soplando ahora por América Latina pueden marcar una tendencia que debe potenciarse: los pueblos ansían otra cosa más allá de pobreza y represión.

Unidos, buscando la integración solidaria para todos y no sólo aquella que benefi cie a los tradicionales grupos de poder, podremos construir un mundo más justo. En ese sentido la nueva idea de integración latinoamericana puede ser un importante camino socialista.

Algunas consideraciones sobre el socialismo

UnoReconstruir un concepto puede

resultar más espinoso que construir uno nuevo que lo sustituya, mucho más aun cuando ese “reconstruir” se plantea en medio de una confrontación de vida o muerte, tal como lo es la existente entre socialismo y capitalismo, entre ALBA y Tratados de Libre Comercio, entre libertad y esclavitud.

Hablar de un socialismo adjetivado es, en consecuencia, una reconstrucción del término; es decir, se plantea una transformación en el esquema del conocimiento que se tiene de la vieja noción de socialismo, por lo que otros elementos o nuevas relaciones entre los elementos confi gurativos de ese término deben replantearse sin manipulaciones y con una participación autónoma de cada individuo.

Vale la pena revisar algunos antecedentes signifi cativos del socialismo. Al efecto, en 1864 nació

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en Londres la primera alianza obrera internacional conocida como la Primera Internacional Socialista. La masa obrera empieza a comprender que debe sobreponerse a la competencia intestina con los demás trabajadores a fi n de oponer una efi caz resistencia a la explotación capitalista; es así como la clase obrera de los diferentes países deja de competir entre sí para cooperar unida contra la burguesía internacional y se despierta en el movimiento obrero un creciente entusiasmo emancipativo. Sin embargo, la circunstancia de superar la desunión no signifi caba por sí misma el triunfo.

Los obreros ingleses no tenían derechos sindicales ni políticos. El auge del capitalismo amenazaba, como ahora, los intereses de los trabajadores y, ante las demandas reivindicativas de éstos, el patrono pretendía importar obreros franceses y alemanes como signo de una competencia despiadada, de sometimiento y de esclavitud basada en el chantaje. Igual que ahora en América Latina, había crisis en la agricultura y una generalizada miseria, siendo ello lo que sacó a los obreros de su actitud contemplativa por lo que decidieron organizarse para actuar. Se unieron los diferentes gremios y reconocieron la necesidad de que las organizaciones sindicales abrazaran la lucha política. De ahí nació el gran mitin del 28 de septiembre de 1864 que dio nacimiento a la Primera Internacional. Ya poco antes se habían celebrado contactos de confraternidad entre obreros franceses e ingleses y la sublevación polaca de 1863 contribuyó a estrechar esos lazos, tal como la sublevación de Caracas en 1989 -el Caracazo- prendió en verde el semáforo de la conciencia venezolana.

Para entonces se emitieron documentos en los que se denunciaba que la desleal competencia del capital inglés era posible debido a la falta de unidad internacional entre los obreros de diferentes países. En París ocurrió un gran momento de agitación en talleres y en fábricas, por lo cual se decidió enviar una delegación de obreros a Londres, y para recibirlos se acordó el gran mitin en el cual se lanzó una proclama en la que se señalaba que la división del trabajo convertiría al hombre en máquina, en tanto que la libertad de comercio iba a engendrar una esclavitud industrial

mucho más despiadada que la ya abolida por la revolución.

Era necesario -se instaba- que los obreros de todos los países enfrentaran ese sistema criminal de explotación contra los trabajadores. Después de un candente debate la asamblea acordó nombrar un comité al que se otorgasen poderes para incorporar a nuevos miembros y redactar los estatutos de una asociación internacional que habría de regir provisionalmente hasta que en el próximo año decidieran defi nitivamente un congreso internacional que se celebraría en Bélgica. Ese comité estuvo integrado por Carlos Marx, entre otros. Hasta entonces, Marx no había tomado parte activa dentro del movimiento ya que él había sido invitado casualmente por un amigo francés para que interviniera en nombre de los obreros alemanes. Sucedió la feliz casualidad de que las circunstancias pusiesen en sus manos la dirección intelectual del comité elegido e integrado por los obreros ingleses, alemanes, franceses, italianos, polacos y suizos.

Cuando se decide integrar el comité de redacción de estatutos, Marx queda fuera de dicha comisión, pero después logró incorporarse e imponer sus brillantes ideas. Marx expone el hecho de que las miserias de la clase obrera no habían disminuido desde 1848 hasta 1864 pese a ser un período de amplio desarrollo industrial y fl orecimiento del comercio. Esgrimía pruebas documentales con estadísticas acerca de la miseria de la clase obrera inglesa a la par que se daba un

monstruoso incremento de la riqueza obtenida en aquel período, la cual sólo era aprovechada por los ricos, y ese contraste se daba en el resto de los países.

El imponente incremento del poder y de la riqueza sólo favorecía, tal como ahora, a las clases acomodadas, y que en este momento equivalen a la inefable élite de los países latinoamericanos, y a la oligarquía económica estadounidense. Si había un pequeño contingente de obreros que percibían un jornal algo más elevado con respecto a los demás trabajadores, entonces el alza general de los precios actuaba restituyendo esas diferencias groseras, lo cual arrojaba luz acerca del porqué se agudizaban los confl ictos sociales.

Hoy como ayer los trabajadores de todos los países se ven afectados por la vorágine capitalista y, para resolver esos confl ictos, es imprescindible la unión y la cooperación solidaria en una dimensión de justicia y de libertad caracterizada por el socialismo militante, con acato al respeto a la disidencia, donde se privilegie la discusión por encima de cualquier consideración personalista.

La Internacional Socialista fracasa cuando a ella ingresan sujetos corrompidos, aparte de las insalvables diferencias entre quienes seguirían los criterios de Marx, que sostenía el principio de autoridad, y los otros que seguían el anarquismo pregonado por Bakunin; por eso quedó disuelta la organización y en 1869 se funda la II Internacional que agrupó a los obreros de Europa y América. Esta organización

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se disuelve en 1914 con los rigores de la primera guerra mundial, y en 1919, en Moscú, se forma la III Internacional Socialista que agrupa a los países “democráticos” del mundo. En 1943 se disuelve la Internacional debido al chantaje a que es sometida la política exterior de la URSS. La IV Internacional es fundada en 1938 por León Trostki.

Ninguno de estos antecedentes puede ser desestimado a la hora de replantear el socialismo latinoamericano. Los sacrifi cios de tantas luchas deben apuntalar las nuevas búsquedas que ahora proponemos, nuevas defi niciones, entre ellas: la defi nición de ser humano, de sociedad, de política, de economía.

Creemos que nada está ahí defi nitivamente, que todo se está haciendo, todo lo que sabemos caduca cada cierto tiempo y las nuevas defi niciones no tienen que ser contradictorias sino complementarias o, para mejor decirlo, elaboradas conjugablemente al pensamiento actual.

Dos

Hemos asumido como axiomas que la humanidad todavía no ha alcanzado un estado fi nal de evolución cultural y que la nueva visión que tenemos del socialismo puede corresponderse con la de integración de nuestros pueblos; por lo tanto estamos en plena construcción de un proceso que ya ha dejado algunas cosas respecto a qué queremos y respecto a qué errores no deseamos repetir. En sí misma, la idea de integración puede ser algo muy rico. Se trata de ver cómo la llenamos de contenido revolucionario y hasta qué punto ello es posible. Integración de los capitales continentales, como bloque comercial, es una cosa; pero eso de nada sirve a las grandes mayorías. Otro tipo de integración también es posible. La cuestión es ¿cómo construirla?

Está claro que el imperialismo estadounidense en cualquiera de sus dos pervertidas versiones, demócrata y republicana, no tiene otra fi nalidad que seguir saqueando la riqueza de los pueblos del Sur y esclavizarnos imponiéndonos su criterio de quietud.

De hecho, por una suma de razones históricas, hoy hay mucha quietud en amplios sectores de nuestros pueblos. Se trata de una quietud no casual; es

una funesta consecuencia de estrategias estructuradas y puntualmente defi nidas por el imperialismo estadounidense para manipular la conciencia del Sur y, en consecuencia, generar poblaciones manipuladas mediante patrones establecidos, entre otros, por periodistas “descerebrados”, amaestrados y dispuestos a salirse de sí mismos para subastar su dignidad. O por “sesudos analistas” despotricando contra el “eje del mal”, a contrapelo del “eje del bien”, y niños comiendo en un Mc Donald’s tomando Coca-Cola, todo ello con el bombardeo mediático implacable a que nos tienen sometidos (el 85 % de los mensajes audiovisuales que transitan por el mundo viene de Estados Unidos).

La sangrienta invasión y ocupación militar norteamericana en Panamá en 1989 puso en evidencia que la quietud de otros pueblos latinoamericanos ante la criminal agresión de Washington no es casual.

Tanto en las cárceles como en las escuelas de América Latina se ha venido practicando un absurdo autoritarismo como forma de castigo, y eso forma parte de la misma estrategia psicológica de la mal llamada “Escuela de las Américas”, donde nuestros militares son entrenados para torturar a sus propios hermanos. Como dijo uno de ellos en un lúcido momento de refl exión: “en Estados Unidos los militares no damos golpes de Estado… porque no hay

embajada gringa”.La suerte de esos hombres,

mujeres y niños que son maltratados y castigados es obviamente previsible, a tal punto que cuando pudiese dárseles toda la libertad, ellos no podrían usarla por no estar preparados para ejercerla, puesto que han sido llevados a un estado extremo de indefensión. Ese individuo indigente, aislado y sin posibilidades de tener a mano una vía de escape hacia su autodeterminación y su libertad, puede entonces -entre otras “salidas”- enclaustrarse en las drogas para, en su orfandad, formar una pieza importante del sistema explotador. Y las drogas también son un negocio manejado por los grandes poderes, usado justamente para adormecer.

El ser humano es parte del Universo, pero la sociedad capitalista no hace más que tratar de regularlo para ponerlo entre límites y clasifi carlo según su cultura y lugar de nacimiento. A manera de ejemplo, es del conocimiento general que a Estados Unidos no puede entrar un iraquí o alguien que se le parezca, a menos que sea para cumplir un papel del Departamento de Estado. Por el contrario, para una sociedad socialista -a propósito de las propuestas de integración latinoamericanista- la nacionalidad debería ser considerada como un valor externo a la calidad humana; cuando mucho, la nacionalidad debería ser no más que un valor agregado

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y sólo eso. Al respecto vale recordar la frase de Einstein: “el nacionalismo es la enfermedad infantil de la humanidad”.

La naciente propuesta socialista tiene que estructurar leyes tanto social como jurídicamente avanzadas para evitar hacer falsas e injustas caracterizaciones del “extranjero” y, para mejor, incorporarlo al verdadero desarrollo donde quiera se encuentre, encima o debajo de la madre tierra, porque los pueblos son los que han sido, los que ahora estamos y los que en siglos han de venir. La voluntad infi nita de los pueblos para empinarse sobre las difi cultades y avanzar debe ser la bitácora del nuevo socialismo.

Sin una educación descolonizadora cualquier avance en lo económico será inversamente proporcional al bienestar de los pueblos.

La vieja noción de naturaleza humana ha cambiado a medida que las investigaciones científi cas en el campo de lo social han avanzado. En tal sentido, la educación socialista tiene que considerar a la persona en su totalidad más que poner el énfasis en cada uno de sus rasgos, de modo tal que las partes puedan estar en función del todo al cual pertenecen; así podremos desarrollar la tolerancia de posturas divergentes respecto a nuestro pensamiento y valorar el alto sentido de la libertad y ponderar las ilimitadas posibilidades de desarrollo personal y social.

La noción de desarrollo en el socialismo debe ser integral, por lo que ha de diferir rotundamente de la noción existente en el capitalismo en el que sólo se atiende al ser humano en su dimensión económica y se soslayan otras consideraciones como el ser social y espiritual. Hay que hacer del socialismo y de la integración un enfoque holístico que desemboque en un lenguaje, y por consiguiente, en un poderoso instrumento de una comunicación diferente, que propicie el equilibrio de una paz mundial, porque la humanidad ha vivido en una eterna guerra con escasos instantes de paz, y ya basta de eso.

Hay seres humanos que nacen y viven sin conocer la paz; vivir y morir sin conocer la paz es estar en el infi erno. Por todo eso, el destino del socialismo y de la integración es amparar la dignidad humana y el bienestar social de todos, en

contraposición al capitalismo imperial.Queda por esclarecer el estado

social de justicia y de derecho, lo que nos obliga a buscar e inventar caminos en los que la ética del Sur prevalezca en el Sur, que el amor prevalezca sobre el encono, la solidaridad sobre el egoísmo y la paz sobre la diatriba estéril.

La nacionalidad de alguna manera separa a los seres humanos; los ideales internacionalistas, por el contrario, fortalecen vitalmente la interrelación. La universalización de las artes y de la ciencia constituye importantes factores de integración más allá de las fronteras del racismo que hace ver que una persona es inferior a otra cuando precisamente son las presiones sociales y culturales las que conllevan tales diferencias.

Como humanos somos una realidad, y ya el mero hecho de coexistir implica la posibilidad de tropezar, así que si tratamos de corregir un poco la percepción de algo que merece ser revisado, vamos a hacerlo. La manera en que América Latina ha coexistido tiene que revisarse; de hecho, hay una propuesta de integración sobre el tapete. El patrimonio histórico de nuestros pueblos, que no es sólo el presente, sino el pasado y además el futuro, tiene que planifi carse para el bienestar y la felicidad de todos. El socialismo tiene que ver con esa planifi cación.

La vía más segura para impulsar la integración y profundizar en la visión política del socialismo nuevo es oyendo lo que puedan decir todos los pueblos en un debate crucial, sin el cual se niega expresamente la posibilidad de

rectifi car. El hábito constante de corregir y completar ideas comparándolas con otras, imparcialmente, con toda la honestidad posible, es una vía segura para desechar la duda y alcanzar el fundamento estable y de confi anza en lo que deseamos conocer a fondo y, lejos de evitar las objeciones y las difi cultades, debemos buscarlas para el análisis y para la síntesis, para la confrontación.

A diferencia de la globalización informativa como arma usada por los grandes centros de poder internacional, y también del viejo internacionalismo proletario pro-soviético, que tenía mucho de eurocéntrico, el socialismo que puede ir surgiendo desde Latinoamérica no debe estructurarse bajo un solo patrón. Es necesario que afl oren las modalidades de cada país, sin soslayarse, bajo ningún respecto, el carácter esencial de la solidaridad y la cooperación.

Tres

A veces afi rmamos que algo es verdadero demostrando que se cumple, es decir, acumulando pruebas a favor; sin embargo, la investigación de lo que niega un hecho también es un camino válido para comprobar la realidad “aproximadamente” objetiva. La iglesia católica, que ha sido tradicionalmente intolerante, conservadora y rígida, no obstante para canonizar a un beato escudriña todo lo que en contra del posible santo pueda sustanciarse. Con todo lo que el diablo pueda esgrimir contra el santo, rigurosamente

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analizado y medido, entonces es cuando se concede la canonización, si procede; pero un importante sector de esa iglesia, especialmente de la más alta jerarquía, arremete contra el socialismo, soslayando el juicio de los pueblos. Es por lo que en la discusión y el debate para construir el socialismo y la integración no debe quedar una sola rendija por donde los detractores puedan meterse, no debe quedar un solo cabo suelto.

El socialismo que planteamos como propuesta hemisférica para coadyuvar la integración de nuestros pueblos no pretende ser un socialismo ecuménico; por lo contrario y a diferencia de la globalización que como arma es manejada desde los centros de poder internacional, tiene que alejarse de un solo patrón. Ni el caduco enfoque del internacionalismo proletario soviético ni el consenso de Washington, ni la injerencia del Vaticano deben impedir que los pueblos asuman su propio destino. Los pueblos tienen que pensar y expresar lo pensado además de confrontar, como una manera de acercarse a la esencia de su propia realidad para desde allí edifi car su propio socialismo; pero, en cada caso, la solidaridad y la cooperación deben ser su fundamental rasgo distintivo.

Dar por cierta una opinión mientras exista alguien dispuesto a negarla, y no permitírselo, es un absurdo. Si el socialismo nuevo, el socialismo del porvenir, pretendiese tener seguidores en lugar de personas que quieren descubrir, explorar, inventar posibilidades, entonces podría fracasar; de ahí que sea imprescindible abrir un gran debate en el seno de los pueblos.

El socialismo soviético, la iglesia católica y el imperialismo de Washington han tenido en común cúpulas que niegan toda apelación, por lo que en algún momento se han desviado hacia el despotismo y hasta han convertido los anhelos populares en un obituario de esperanzas. Así mismo, se han convertido en bloques a la manera en que, en lugar de alianzas tales que cada nación tenga libertad y autodeterminación, prefi eren ejercer hegemonías unilaterales.

En la política de bloques hay una “obligación”, a diferencia de la política de alianzas en las que se refl eja el carácter

voluntario de las naciones participantes, y eso en el nuevo socialismo tiene que ser considerado prioritariamente.

Desde luego que los enfrentamientos se dan de acuerdo a los intereses de los centros líderes de cada bloque -léase Vaticano, Washington, Moscú- obligando a los subordinados a seguir atados, inclusive en detrimento de sus propios desarrollos políticos, económicos y sociales. Cuando alguno de los países subordinados de cada bloque trata de escapar de esa situación, es brutalmente retenido y confi scados sus anhelos de progreso; así vemos cómo los países líderes pujan por ampliar su radio de acción hacia otros países del continente que les son tenazmente adversos (casos de Cuba y Venezuela en la actual coyuntura latinoamericana). En nuestro continente, con anterioridad Nicaragua fue sometida al amedrentamiento y manipulación por parte de la opinión internacional así como la ocupación de su territorio en fl agrante violación de los Acuerdos de Ginebra y el soborno de una vendida clase dirigente de las mafi as somocistas. Puesto que la fuerza de ese pequeño país es en lo cuantitativo infi nitamente inferior respecto a ese gran bloque militar y político que se le enfrenta, es predecible la secuela de fracasos; sin embargo, mirando desde otro punto de vista -el ético-, podemos darnos cuenta del esfuerzo supremo de Nicaragua, El Salvador,

de la Cuba Revolucionaria, de Haití y tantos países hermanos, para avanzar y tener conciencia frente al estado de guerra que trata de imponernos el Norte imperialista

Las sangrientas dictaduras que barrieron prácticamente la totalidad de países del área en los pasados años no le preocuparon a la clase dirigente de Washington. Frente a ese panorama brutal, pasado y presente, no queda opción más importante que estimular la conciencia de América Latina y que esa refl exión se convierta en mensaje para que su eco llegue a los oídos de todos nuestros hermanos como estímulo para luchar por nuestros genuinos intereses.

Cuatro

Valga la paradoja pero en América Latina, pese a tanta quietud, suena un ruido silente, que en Venezuela proviene fundamentalmente de los cerros de Caracas, donde están las barriadas pobres; en México, de las zonas “zapatistas” de las selvas lacandoncas; en Bolivia, en Ecuador y en Perú de las zonas indígenas, que cada vez más estando tomando la palabra, y en Centroamérica sale de debajo de las piedras. Panamá es un caso especialísimo: del subsuelo de Chorrillos sale un gemido, más que un ruido, porque murió el General Torrijos. Y también en Argentina, donde los piqueteros y los que no se resignan a

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un punto fi nal de la represión vivida años atrás continúan la resistencia, así como en Brasil, donde los movimientos populares siguen en pie de lucha. Sin dudas, aunque la cuota de muerte, represión, desaparecidos, torturados y terror en grados extremos nos paralizó por años, a lo que se sumaron los planes de capitalismo salvaje que nos empobrecieron más de lo que estábamos condenándonos a cerrar la boca para no perder los escasos puestos de trabajo que nos fueron quedando, pese a todo ello los pueblos siguen en movimiento, siguen vivos, protestando, levantando la voz como pueden, haciendo ver que “la historia no ha terminado”.

Ahora bien: ¿son todos estos movimientos una clara señal que el socialismo está ganando espacios? ¿Retornan los ideales de justicia sepultados décadas atrás por dictaduras sangrientas y por posteriores planes de ajuste neoliberal? ¿Son los actuales gobiernos de centro izquierda que se dibujan en Latinoamérica una genuina opción para sacar de la pobreza y la marginación a las grandes mayorías?

Una cosa son los movimientos populares, otra distinta las administraciones socialdemócratas que vemos extenderse por la región. La era de ultraliberalismo de fi nes del siglo XX parece haber entrado en una fase de confrontación fuerte, y no está dicha la última palabra en esta batalla entre imperio y pueblos que se rebelan. La nueva centroizquierda que administra hoy muchos países del área está entre ambos fuegos, jugando muchas veces al doble discurso, pero muchas veces pactando a la postre con el gran capital -nacional y extranjero-.

Pero como decía el Manifi esto Comunista de 1848, los pueblos “no tienen nada que perder, más que sus cadenas”. Eso es lo que hoy, ya pasados los peores años de la represión sanguinaria de la Guerra Fría, comienza a vislumbrarse. No hay dudas que la Revolución Bolivariana de Venezuela es un punto de principal referencia en este despertar. Los pueblos del continente están despertando luego de años de quietud. La historia, es más que obvio, no había terminado.

¿Cómo construir entonces el socialismo hoy día? Por lo pronto,

no repitiendo viejos errores. La historia demostró los peligros de la centralización. “Una economía planifi cada no es todavía socialismo. Una economía planifi cada puede estar acompañada de la completa esclavitud del individuo. La realización del socialismo requiere solucionar algunos problemas sociopolíticos extremadamente difíciles: ¿cómo es posible, con una centralización de gran envergadura del poder político y económico, evitar que la burocracia llegue a ser todopoderosa y arrogante? ¿Cómo pueden estar protegidos los derechos del individuo y cómo asegurar un contrapeso democrático al poder de la burocracia?”, se preguntaba Albert Einstein, que además de físico genial era un agudo pensador social de izquierda -faceta que le es bastante desconocida por cierto-. El socialismo del siglo XXI, proyecto en gestación del que no sabemos con exactitud hacia dónde puede derivar, abre luminosas expectativas.

Viendo que la coyuntura actual no es en absoluto la de décadas atrás, sin un bloque soviético que permita, por ejemplo, una revolución cubana que hasta llegó a desafi ar al gigante estadounidense con misiles nucleares en su territorio, el realismo político nos impone ver cómo construimos una opción socialista adecuada a las actuales circunstancias. Ello no va en desmedro del ideario socialista histórico; el socialismo del siglo XXI no quiere

decir que desconoce al del siglo XIX, el que pensaron los clásicos, y que deja de nutrirse con los aciertos y desaciertos del construido durante el XX. Signifi ca, en todo caso, plantearse utopías con los pies sobre la tierra. La utopía, en tanto construcción de un ideal aspirado, sigue siendo el norte del socialismo. Y ese ideal sigue siendo la igualdad, la justicia social, la lucha contra toda forma de explotación.

Hoy, viendo las difi cultades de edifi car una experiencia socialista en solitario, se levanta la idea de unidad continental. Pero no la unidad de los capitales, no una pura unión comercial -que dura tanto como dura el negocio- sino la de la Patria Grande, popular y en benefi cio del ciudadano común. Es en ese sentido que la utopía sigue siendo posible, necesariamente posible.

Para el nuevo socialismo que quiere comenzar a abrirse campo en América Latina, el norte debe ser el Sur. Los primeros pasos que comienza a dar el ALBA marcan un camino importante; de su fortalecimiento, de su crecimiento, pueden depender grandes avances sociales. Hoy por hoy, en esta coyuntura post Guerra Fría con un mundo unipolar totalmente desbalanceado, la unión de los países latinoamericanos pasa a ser vital para impulsar proyectos propios y para dejar de ser patio trasero de la gran potencia del Norte. Pero una unión basada en los pueblos. Ese es hoy, defi nitivamente, un camino que puede recorrer el socialismo.�

/Junio de 2010

Muchos han insistido en banalizar los problemas y quitarle entidad, dejando entrever que se trata solamente de otra jornada de terrorismo mediático, con “bajas” (¿los contenedores?) en la guerra revolucionaria.

“La prensa oligarca se regodea con la detección de unos alimentos que se encontraban almacenados y requerirían tratamiento para ser consumidos, los publicitan como podridos. Es mentira”. No, no es mentira, lo que no quiere decir que la oligarquía no esté siempre especulando con el desabastecimiento de la población.

“La estrategia exigía pasión, no cautela: había que adquirir alimentos en tal cantidad que garantizara la alimentación, y un inventario que posibilitara resistir el embate oligarca”, señala Antonio Aponte como justifi cación. ¿Y de la distribución de los alimentos, qué?

A diferencia de los más realistas que el rey, Chávez, sí midió la dimensión del problema, ordenó investigar a fondo y pidió sanciones estrictas.

La nueva funcionaria a cargo de Pdval, fue más allá (“Los alimentos no estaban descompuestos sino vencidos”; “Sólo 1.070 contenedores tienen alimentos dañados”, dijo), y abrió una vía para que los problemas no se ataquen con decisión, al considerar que miles de contenedores con alimentos descompuestos no es un hecho grave, y establecer diferencias semánticas entre descompuesto (o podrido) y vencido. Parece que se carece de conciencia de la gravedad de lo que ocurre.

Otros, como Aponte, comparan el hecho con escenas heroricas y señala que “la guerra revolucionaria aclara el panorama: a nadie se le ocurriría pedirle cuenta al General Zuhkov por las bajas en la defensa de Stalingrado, o a Bolívar por las pérdidas en El Paso de Los Andes”.

(...) “Si la Revolución es pacífi ca muchas de sus

leyes aún están por descubrir, por escribirse, muchas de las características de esta Guerra pacífi ca están por develarse, por identifi car cómo son los combates, cuáles son las bajas, qué determina los triunfos.

Chávez, sí midió la dimensión del problema. No se trata de unos contenedores ni del celo de funcionarios para que no falte nada (¿tampoco las comisiones?). “Según parece, el único que tiene sentido de lo que ocurre en el país, de sus problemas, de la angustia de la gente, del padecimiento de los ciudadanos, de las carencias del Gobierno, de las fallas en la gestión administrativa, de la gravedad de la corrupción y la inefi cacia del aparato estatal, es el presidente Chávez”, señala Marciano.

Mientras, AIPO denuncia un Plan Cascada, una red mafi osa destinada a benefi ciar a empresas privadas y a concesionarios.

Néstor Francia señala que una vez que cese el escándalo, Pdval seguirá allí, cumpliendo con su misión, visible, presente, mientras que los responsables seguirán tras las rejas. Con esto puede pasar lo que ocurrió con la emergencia eléctrica, cuando el escándalo mediático ha favorecido a la larga al gobierno: fue tan exagerada y agorera la campaña, que al fi nal dejó más bien la impresión de que el gobierno agarró el toro por los cachos, le metió el pecho al problema y favoreció a la población.

Las distintas posturas e interpretaciones sobre el tema las leerá en las próximas páginas. Pero, otra vez, estamos de acuerdo con Chávez, quien midió la dimension del problema que es el de mala gestión, inefi ciencia, inefi cacia y no solo en Pdval. Aunque algunos crean que defender la ineptitu, la inefi cacia y la corrupción constituyen conductas revolucionarias.

Nuevamente quedó en claro que el Estado sigue sin una política comunicacional.�

ALGO HUELE ALGO HUELE MALMAL EN PDVALEN PDVAL

/Junio de 2010

La verdad verdadera es que, según parece, el único que tiene sentido de lo que ocurre en el país, de sus problemas, de la angustia de la gente, del padecimiento de los ciudadanos, de las carencias del Gobierno, de las fallas en la gestión administrativa, de la gravedad de la corrupción y la inefi cacia del aparato estatal, es el presidente Chávez.

Este escribidor lo compadece porque no hay derecho a que haya tanta insolidaridad con él. Tanto desprecio en medio de la jaladera y del culto a la personalidad. Una vez él dijo que sus propios compañeros, con sus errores, omisiones y estupideces en el ejercicio del gobierno, lo estaban matando por cuotas. Lo estaban rebanando como mortadela. Y es cierto. Cada vez que hace el anuncio de una obra y luego se detecta que la obra está paralizada; cada vez que habla de un proyecto que no se llega a realizar porque la burocracia lo entraba, está recibiendo un golpe de parte de su propia gente. Esos golpes son más nobles, más crueles, más demoledores que los que le pueda propinar la oposición.

El caso de los contenedores con alimentos podridos es grave en sí mismo. Es un escándalo que pica y se extiende. Pero más grave es la reacción del sector ofi cial en general. Menos la de Chávez, quien sí midió la dimensión del problema y ordenó investigar a fondo y pidió sanciones estrictas. Está claro que no sólo se trata de los contenedores hallados en Puerto Cabello, Tinaquillo y otros lugares, sino de miles y miles más con otros contenidos y signifi cados: Obras truncas, engaños deliberados al Presidente, mentiras que le meten de contrabando, despilfarro. El funcionariado, o no mide la gravedad de lo sucedido con la comida podrida y su costo económico, o simplemente se hace el loco. Da vuelta a la cara y se va silbando por la calle como que si nada hubiera pasado.

Este escribidor considera que la mejor demostración de lo que quiero decir son las declaraciones dadas en los últimos días por la presidenta de PDVAL, la ciudadana Virginia Mares, quien a lo mejor es muy efi ciente y capaz, pero no tiene la menor idea de lo que es comunicarse con el país y pareciera carecer del sentido del ridículo. Copio dos frases suyas refi riéndose al tema de los contenedores y las miles de toneladas de alimentos perdidos. Una: “Los alimentos no estaban descompuestos sino vencidos”. Otra: “Sólo 1.070 contenedores tienen alimentos dañados”.

¿Sor Inocencia o qué? Esta funcionaria se salva de ser cuestionada y ridiculizada porque en el país no hay oposición. Si la gente de la MUD, en vez de estarse disputando el cucurucho de maní de unas diputaciones que están en veremos, o de andar haciéndole señales de humo a la conspiración, se dedicara democráticamente a denunciar las fallas y los errores ofi ciales, lo dicho por la referida funcionaria sería una especie de misil contra las bases de la estructura gubernamental. Porque la orientación implícita de sus palabras no es otra que la banalización de los problemas y la apertura de una vía para que éstos no se ataquen con decisión. Si se considera que miles de contenedores con alimentos descompuestos es una pelusa, y se establecen diferencias semánticas entre “descompuesto” y “vencido”, es porque no hay conciencia de lo que ocurre. Este escribidor lo lamenta por el pueblo venezolano, primera víctima de la insensibilidad de quienes tienen la misión de cuidar los intereses del Estado y de la comunidad, y también por el presidente Chávez, a quien a diario rebanan -irresponsablemente- sus propios colaboradores.-�

La piedra de trancatranca MARCIANO/DIARIO VEA

La pasión revolucionaria y la cautela

(...) La Revolución tiene nuevas leyes que aún no están escritas, pero son indispensables para avanzar, ya se encargarán los juristas de poner orden en lo que la erupción volcánica ha creado. La guerra revolucionaria aclara el panorama: a nadie se le ocurriría pedirle cuenta al General Zuhkov por las bajas en la defensa de Stalingrado, o a Bolívar por las pérdidas en El Paso de Los Andes.

Es así, la guerra revolucionaria tiene sus leyes y contempla las bajas, eso está en los libros, son muchas las experiencias de la Guerra Revolucionaria.

Ahora bien, si la Revolución es pacífi ca muchas de sus leyes aún están por descubrir, por escribirse, muchas de las características de esta Guerra pacífi ca están por develarse, por identifi car cómo son los combates, cuáles son las bajas, qué determina los triunfos.

Hoy la prensa oligarca se regodea con la detección de unos alimentos que se encontraban almacenados y requerirían tratamiento para ser consumidos, los publicitan como podridos. Es mentira. El hecho merece estudio por parte de los revolucionarios.

Primero, debemos colocarlo en el marco donde ocurre: La oligarquía ensayaba y aún ensaya un desabastecimiento contra la Revolución, es un arma propia de la “Guerra Pacífi ca Revolucionaria”

¿Cómo defendernos? La estrategia exigía pasión, no cautela: había que adquirir alimentos en tal cantidad que garantizara la alimentación, y un inventario que posibilitara resistir el embate oligarca.

La operación se hizo, se enfrentó al enemigo. En la batalla hubo bajas: esos containers son unas de ellas, así son las bajas de la nueva guerra, donde los soldados revolucionarios son bisoños, pero apasionados, cometen errores, pero resuelven la batalla. Honor a los que corren riesgos en la defensa de la Revolución.�

ANTONIO APONTE/ APORREA

/Junio de 2010

Nuestra primera acción es denunciar que existe un complot en PDVAL con nombres y apellidos, como lo hemos denunciado por este medio y en el Diario Ultimas Noticias. Acontece que al conformarse PDVAL durante el año 2008, se constituyó “la mamá de las mafi as”. Se fueron estructurando cuadros internos de agentes encubiertos y rolos de vivos “rojos rojitos” que al fi nal “sólo benefi arán al sector privado” (parte del plan Cascada) .

Recordemos que PDVAL Compañía fue creada con el objetivo de “Productora de alimentos y Distribuidora venezolana de alimentos de la cesta básica” con la fi nalidad de ofrecer alimentos regulados de la cesta básica regulados en gaceta ofi cial.

En PDVSA existe un sistema de Fases del proceso administrativo para la ejecución de proyectos de PDVSA y sus fi liales (ojo tomando en cuenta de que existe un Ministerio para Alimentación con competencias) que tiene 18 pasos para ejecutar: 1) formulación de proyecto, 2) Alineación del presupuesto con el proyecto, 3) Alineación del presupuesto con el plan de siembra, 4) Planifi cación de las fases de ingeniería, 5) Planifi cacion de las fases de ingeniería, 6) Evaluación económica y estratégica, 7) Proceso de aprobación del presupuesto, 8) Defi nición de los planes de procura, 9) Planifi cación y ejecución de los procesos de contratación, 10) Inicio de ejecución de la obra de la obra, 11) Supervisión y elaboración de informes, 12) Entrega de documentos, entrega del bien, 13) documentos internos de pago, 14) aprobación documentos, 15) Entrega de documentos internos al contratista, 16) Entrega de facturas a fi nanzas, 17) Registro de facturas a un registro, 18) Procesos de pago de acuerdo con antigüedad.

Tenemos conocimiento de cómo se inician los proyectos, ya que existe una dependencia de Proyectos Inspeccionados por la Ofi cina de Seguimiento y Evaluación de Políticas

Públicas (OSEPP) que en el caso PDVAL se dividió en dos (2) Proyectos: Sociales e Infra Estructura, y que a su vez se sub dividen: Agricultura, Pesca y Alimentación; de once (11) proyectos por un valor 1.014.764552,00 Bolívares fuertes , donde las defi ciencias dejan ver claramente como los comploteros han venido quebrando semejante proyecto para enriquecerse y con fi nes políticos generaron mecanismos para retrasar y entorpecer el proceso de los proyectos, mientras tanto, roban y desabastecen, paralizan obras por falta de pago a las contratistas y no fi scalizan efi cientemente.

Veamos algunos ejemplos: Lara: Las obras están paralizadas por falta de desembolso, ya que los avances fi nancieros muchos fueron costeados por los contratistas; Anzoátegui: en todas las obras de Pdvalitos modelos, su construcción está paralizada, los trabajadores que han trabajado en las obras les tienen paralizados sus pagos, y las obras están sin vigilancia, lo que permite saqueos; Monagas: 26 obras PDVAL paralizadas por pagos de evaluaciones, se han generado más contratos de construcción sin haberse terminado las obras comenzadas; Falcón: En el sector pesquero se entregaron 35 embarcaciones tipo lancha y 70 motores que tienen poca fi scalización con la producción de los pescadores; Sucre: Módulos de pesca paralizados (ej. punta de Gato) se han entregado 19 embarcaciones tipo lancha, 243 motores que algunos se

los han robado ¿Por qué se compraron tantos motores? al igual, robos de lanchas. De nueve (9) proyectos en total en los municipios Montes, Bermúdez y Sucre, paralizados por falta de pago a las constructoras, por cierto se están ejecutando 4.

En fi n, lo importante es lo siguiente, el presupuesto fue aprobado desde el 2008, las obras están paralizadas y no le pagan a los contratistas, aun cuando alguno de ellos han tenido que fi nanciar la obra de sus propios recursos. Preguntémonos varias cosas: ¿En cuál de los bancos están colocados esos dineros? ¿quiénes son los que se benefi cian colocándolos over night? ¿y los intereses?. Queremos culpables en las cárcele para detener la corrupción, lo peor, les están generado ganancias a un grupo muy pequeño y no al pueblo ¿Por qué los responsables de fi nanzas de esta fi lial no han denunciado a los responsables de estos delitos?.

Ahora bien, lo curioso es que el modo de operar es el mismo en todas las instituciones del Estado, forrados en su mayoría por funcionarios de rango de tendencia neoliberal-escuálida, mientras que nuestros compatriotas los entrampan con contratos y jamás entran en nómina porque la cuarta esta dentro del Estado, nunca se fue. Dónde están los presos del paro petrolero?, claro que ésta sí es una operaciñon bien oriuqestada que está en marcha y está produciendo un costo político inmenso para el pueblo que no somos pendejos y estamos politizados.

Otro aspecto muy grave es el

AIPO denuncia “Plan Cascada”

COORDINADORA GENERAL DE ANTICORRUPCIÓN INTERPELACIÓN POPULAR ORGANIZADA (AIPO),

/Junio de 2010

siguiente: se compran toneladas de alimentos a precio de dólar preferencial y el negocio es entregar en manos de empresas privadas el almacenaje, reempaquetado y transporte. Finalmente, estas empresas son los únicos benefi ciados económicamente.

Respecto al negocio del almacenaje, existen tres tipos de almacenadoras de productos para almacenar en puerto, es decir, para productos, para ser distribuidos y para abastecer puntos.

A fi nales del 2008 el Estado expropió unas empresas almacenadoras pertenecientes a los Maclain (Edo. Carabobo) para ponerlas al servicio de PDVAL, bajo la supervisión de la ONA en razón de la conocida actividad delictiva de sus antiguos dueños en el negocio del narcotráfi co. La idea era, que el Estado pagara el almacenaje a las almacenadoras confi scadas (porque el valor sería mucho menor) y no seguir pagando a las almacenadoras privadas. Pero, lamentablemente los intereses personales de algunos agentes que hacen vida en PDVAL impidieron que la Junta Interventora nombrada para el caso de las expropiaciones, hiciera su trabajo. Igual suerte, tuvo el destino de los Puertos, mal conocidos como los “Bolipuertos”

Ahora bien, ¿En qué consiste el negocio de los contenedores? Al llegar la mercancía a puerto, hay ciertas condiciones establecidas en los contratos, que otorgan un periodo de tiempo libre de pago por el uso, pero al fi nalizar el mismo, deben pagar 36% diarios para productos secos y 60% por productos húmedos. En el caso que nos ocupa, se han pagado durante meses esos porcentajes por cada contenedor. Es decir, el daño no es solo la pérdida de la comida, sino también el gasto económico que implica que el Estado paga todo ese dinero. Aunado a la contaminación que en muchos casos no es fácil descontaminar debido a que los contenedores poseen madera en su interior, lo que signifi ca que el Estado también debe pagar el contenedor.

Respecto al Reempaquetado: Esta es la otra etapa, compran alimentos perecederos y no perecederos, claro al estar meses dentro de la almacenadora de puerto, los alimentos susceptibles de podrirse y vencerse se pierden, los que son perecederos no se pudren, sin

embargo, las empresas los declaran vencidos, sin embargo los reempaquetan con la anuencia de autoridades de la salud para cobrar por éste servicio.

Hubo tres casos patéticos: uno de 15 toneladas de caraotas que vino de Argentina que las declararon vencidas cuya prueba sanitaria la hicieron con unos pocos granos, ¿para dónde se fueron esas caraotas…¿A qué no adivinan? ¡Para el secor privado! El otro caso, lo mismo sucedió con un producto perecedero el Azúcar, esto fue en diciembre de 2009 y el otro caso es de las almacenadoras SAECH (tienen 47 almacenadoras en Tinaquillo-Cojedes) llegaron a tener 70 toneladas de productos contaminados, acotando que el cementerio PDVAL está en Tinaquillo y es un secreto es a voz populis.

Por cierto, sobre este punto hay cientas de denuncias que maneja el PCP, pero cuando algún funcionario o empleado (la mayoría tercerizados) denuncia, la respuesta era ir por el denunciante, con métodos poco ortodoxos, de hecho preguntamos ¿por qué daban ésta responsabilidad a una fi gura inventada, denominada coordinadores nacionales por estado, donde presuntamente no tienen contratos fi rmados como funcionarios de PDVAL.

Respecto al Transporte de la mercancía: Tenemos los nombres de todas las empresas de transporte que prestaron servicios, ese fue el otro trajin, porque claro estña, alguien tenía

que transportar las marramuncias, esperamos ver todas las guías de traslado y sobre todo ver cuántas de esas empresas se conformaron legalmente en el 2008.

Responsabilidad del sector privado: El modo de operar es el siguiente PDVAL compra a dólar preferencial y la ganancia de la mafi a estaba entre el almacenaje y reempaquetar y estos vendían a precios irrisorios los productos sin importarles a los del sector privado su origen.

Con respecto a los alimentos, les hemos de mostrar la lista completa de las empresas se SAP53 que les hemos de abrir averiguaciones a cada una de ellas porque sabemos de personas que son funcionarios y tienen sus empresas dentro de PDVAL, de más está decir que la obviedad existe, y que están representadas legalmente por testaferros.

De lo anteriormente expuesto, denunciamos que existe un plan denominado “Cascada” que existe desde el año 2003. AIPO se entera en el año 2004 y fuimos directo a PDVSA con trabajadores del sector petrolero a denunciar directamente a un alto funcionario que dependía del Ministro Ramírez, debido a que teníamos conocimiento de que algunos elementos estaban dañando los taladros de la industria petrolera en oriente.

Desde ese momento, empezamos a denunciar la existencia de un plan denominado Cascada que tenía que ver con los sectores petroleros, desabastecimiento y electricidad, (el cual se está cumpliendo cabalmente). Situaciones éstas que hemos enfrentado, combatiendo y denunciando sistemáticamente.

AIPO prepara denuncia de otros hechos de corrupción tan graves, como el de los containers.

El estamento Burocrático - mafi oso de PDVSA-PDVAL, tiene que salir de esa institución que es nuestra, es decir “del pueblo”.

Hay una red bien orquestada y organizada, que más allá de los containers y más allá de los argumentos que ha esgrimido el Gobierno, se debe aplicar de inmediato las “tres R” en esa institución, caiga quien caiga! y que sigan cayendo, faltan responsables presos!�

/Junio de 2010

En la dura ofensiva de la canalla mediática en torno a los alimentos descompuestos, se suma a los “hallazgos”, que continúan, el expediente de las “retaliaciones” y “amenazas”, en las personas de un supuesto denunciante (despedido) y un reportero gráfi co (amenazado). Los medios de la derecha van a tratar de prolongar, hasta donde puedan, la vigencia de esta matriz, que por supuesto tenderá a debilitarse paulatinamente.

La verdad es que una vez que cese el escándalo, PDVAL seguirá allí, cumpliendo con su misión, visible, presente, mientras que los responsables seguirán tras las rejas. Con esto puede pasar lo que ocurrió con la emergencia eléctrica, cuando el escándalo mediático ha favorecido a la larga al gobierno: fue tan exagerada y agorera la campaña, que al fi nal dejó más bien la impresión de que el gobierno agarró el toro por los cachos, le metió el pecho al problema y favoreció a la población. No descartemos que en este caso, de nuevo le salga a la oposición el tiro por la culata. Todavía habrá tiros en esta batalla.

Tanto el presidente de la Asociación Bancaria, Juan Carlos Escotet, como su director ejecutivo, José Grasso Vecchio, evaluaron de forma positiva el primer día de funcionamiento del sistema SITME, que rige las transacciones en monedas extranjeras. Grasso Vecchio destacó que se trata de un sistema “dirigido a resolver problemas que pudiera tener en un momento determinado una persona natural o una empresa”. Explicó que, a su juicio, el sistema funcionó muy bien en el primer día de su implementación y que esperan que continúe igual: “Esto no es una fuente ilimitada de divisas y no va a ser para otros fi nes”.

Por su parte, Juan Carlos Escotet dijo que el arranque del mercado “es claramente favorable” y que ha sido más compleja la recogida de las órdenes de los clientes que el proceso en sí: “Fue un poco difícil empezar a informar a todos los clientes cómo va a funcionar el sistema. Suponemos que mañana va a entrar mayor demanda y el mismo capital venezolano. Es una oferta amplia de títulos valores. Para el día de hoy, suponemos que la tendencia va a ser favorable”.

Se trata sin duda de un gran éxito del gobierno, en un momento en que lo necesitaba, ante la ruda campaña mediática desatada por el tema de los alimentos descompuestos.�

Lo canalla y lo podridoAhora la moda es la inexperiencia

Con el caso de los contenedores podridos de PDVAL y sus presuntos responsables, salen voces tratando de tapar con un dedo el desastre argumentado “falta de experiencia”.

Ministros, vices, funcionarios de todos los rangos, comentaristas, políticos, opinadores tratando de lanzarnos un trapo rojo para defender lo indefendible. Corrupción, sabotaje, pero inexperiencia ¡que va! A otro perro con ese hueso.

Dicen, van 40 detenidos, ¿quienes son? por que hasta ahora solo hay 3 nombres visibles, 3 ex que compraron, trajeron los contenedores, ocultaron la carga, pudrieron la comida, pero eso si, todo con inexperiencia. La actual directiva no tiene nada que ver?. ¿Acaso cuando alguien recibe un cargo, lo mínimo que debe hacer es tener un inventario de todo o nos van a decir que por inexperiencia tampoco lo pidieron?

Me daba indignación ver y escuchar en La Hojilla, la explicación boba de esa situación leyendo un artículo de Un Grano de Maíz donde prácticamente todo era justifi cable por la inexperiencia del personal, porque lo hicieron tratando de contrarestar el ataque de la burguesía y entonces compraron demasiada mercancía y no sabían que se dañaría. Que no debemos estar enjuiciando a nuestros funcionarios sino defenderlos de los ataques de la burguesía, que estamos aprendiendo.

Si todo es inexperiencia, buena fe y bla bla, entonces como se va a juzgar la corrupción del anterior gobernador de carabobo o del actual, como se atreven a juzgar a Manuitt, Didalco, Rosales, etc si ellos también pueden argumentar inexperiencia. Nixon Moreno puede decir que por inexperiencia no violó a la funcionaria policial y santa palabra. Dios, que impotencia.

Si en 11 años esos funcionarios, políticos y opinadores de ofi cio, encarnizados defensores de la revolución aún cuando metan la pata al extremo todavia no aprenden, o son demasiado burros o son los verdaderos enterradores de este proceso.�

IRAIDA GONZÁLEZ

NÉSTOR FRANCIA

/Junio de 2010

La Televisión, ese medio de comunicación que tanto bien podría hacer a la humanidad, es hoy –por causa de los intereses del podrido sistema capitalista- un medio de destrucción masiva. La posibilidad que tiene de mostrar como un todo apenas una parte lo convierte en un poderoso medio para el engaño. Una cámara ofrece al televidente una imagen de una pequeña parte ocupando toda la pantalla. Presentando al televidente una parte como el todo.

Usted puede tener un liceo con 20 aulas funcionando en perfectas condiciones, con 40 baños que prestan adecuado servicio y si tiene –por la causa que sea- un aula con una grieta en la pared, o un baño tapado, la malicia del periodista y el medio, enfocando adecuadamente estos estropicios pueden perfectamente presentar al liceo como un monumento a la desidia, invisibilizando como por arte de magia más de 5 mil liceos que seguramente funcionan adecuadamente, y además rematarán la faena con el latiguillo de “Una imagen vale más que mil palabras” ¡Cosas de medios al servicio de la destrucción y no de la veracidad!

Igual puede tener más de un millón de pensionados que religiosamente cobran –como sólo el gobierno revolucionario lo ha hecho- su pensión igualada al salario mínimo. Pero si hay cincuenta o cien personas a quienes no les ha salido su pensión a tiempo o se les retrasó unos días un pago, tiene, en manos de estos medios de la conspiración (Globovisión, El Nazional, etc., etc.) la noticia más destructora en la opinión del televidente: el Seguro Social engaña a los viejitos; el Seguro Social es un nido de corrupción; el Seguro Social –y Chávez, por supuesto- engaña a los viejitos y viejitas. Además aliñado todo con el testimonio lloroso y angustiado de algunos de estos ancianitos o ancianitas.

Por otro lado, una actitud casi generalizada entre las personas consiste en fi jar la atención sobre la excepción obviando la regla. Usted puede transitar por una carretera con cientos de kilómetros en buenas condiciones y eso no llamará su atención, pero si en medio

de esos cientos de kilómetros hay un hueco, su referencia o testimonio de la carretera se centrará en el hueco y para nada en los inmensos tramos en buen estado “porque –y tiene razón- eso es lo normal”.

En nuestra Venezuela, la derecha vernácula y su mentora la derecha imperialista tiene claramente un plan de destrucción –por la vía que sea- de la Revolución Bolivariana. En este plan juega un papel de primera línea hacer “crujir la economía” (¡dígalo ahí Allende!) Colocar contra la pared al gobierno revolucionario y cortar el lazo de unión entre el pueblo y su gobierno por la vía de la escasez de productos de primera necesidad, la infl ación y la magnifi cación (manipulación de por medio) de los brotes de corrupción que se dan entre algunos burócratas, como no puede ser de otra manera, habida cuenta de la carga de cultura vieja que lleva en sus neuronas una burocracia que –en general- está a años luz de la espiritualidad socialista o de la conciencia del servidor público. El hombre nuevo no cae del cielo. Si construir la base material socialista es algo heroico, alcanzar la generalización de ese hombre y mujer nuevos es mucho más difícil.

El caso de los containers está siendo explotado con avaricia. La campaña mediática es inclemente. El objetivo es destruir el tejido construido por el gobierno revolucionario para garantizar la soberanía alimentaria. El punto débil que se explota –como siempre- se apoya en la amnesia. Presentar a la redes Mercal y PDVAL como epicentro de corrupción total, incluso como muestra de la corrupción generalizada de todo el gobierno responde a ese objetivo: destruir el avance heroico registrado por el gobierno revolucionario en el ámbito de garantizar alimentos de calidad y baratos al pueblo; colocar a la Revolución contra la pared y si fuera posible regresar ese poderoso segmento del mercado a los tentáculos avaros del capitalismo.

Olvida nuestro pueblo –o pretenden que olvide- dos cosas fundamentales en el análisis de esta coyuntura:

a. Que la red Mercal-Pdval ha distribuido y/o acopiado en reservas, unos 11 millones de toneladas de alimentos. En Mercal se han vendido a precios subsidiados (sin infl ación) y en el peor de los casos en PDVAL a precios regulados. Frente a esta heroica gestión del gobierno revolucionario (11 millones de toneladas) se descubren

¡Mosca porque cigarrón atora!MARTÍN GUÉDEZ

/Junio de 2010

unos condenables signos de corrupción e inefi cacia, o ambas cosas. Sumando todos los hallazgos son unas 3.500 toneladas. Eso nos da matemáticamente un 3.18% de basura totalmente repudiable.

Pensemos: Esto es, poco más o menos similar al baño tapado del liceo o los cincuenta o cien pensionados que no cobraron a tiempo o no les salió su pensión, mientras un millón lo hacía. Un brote, reitero, tan natural como la verdolaga, que no puede opacar el todo a riesgo de contribuir con la destrucción de los logros como unos santos inocentes, amén –que no es poca cosa- de haber sido descubiertas las irregularidades por factores revolucionarios, como AIPO, y tomado las medidas pertinentes que ahora deben determinar responsabilidades y ser contundentes e inexorables con quienes sean. Los culpables del affaire de los containers estaban dentro de nuestro gobierno y tienen que ser ejemplarmente castigados. Cada cosa en su lugar.

b. Las razones por las que la Revolución debió salir a romper la monopólica hegemonía del sector privado en la distribución de alimentos no pueden olvidarse. Mercal y PDVAL nacen cuando estos mismos capitalistas privados, la POLAR entre otros, intentaron rendir por hambre al pueblo. Hay que recordar las acciones criminales que esta gentuza realizó, en el ámbito de aquella campaña por la Reforma (2007), dejando al pueblo sin alimentos tales como: harina precocida, azúcar, leche, café, etc., etc.

Esto sin entrar a recordar, porque enerva e indigna hasta el límite, la campaña de hambre de 2002-2003 cuando el paro-sabotaje petrolero. Puedo recordar –porque me correspondió vivirlo estando en un estado lechero por excelencia como Mérida- la campaña que hizo desaparecer la leche pasteurizada por meses, en medio del hermoso espectáculo de vacas con ubres gordas pastando en aquellas montañas merideñas; vacas dando leche a reventar que era convertida en quesos no regulados y en muchos casos arrojada a las quebradas. O como, cuando se tenía semanas sin café, el representante de Fedecámaras para el sector, afi rmaba con tonito de burla sádica “que el café se había perdido porque se iba hacia Colombia, Panamá, etc.”

Este desgraciado individuo no explicó nunca como hacía el café para “irse” a Colombia o Panamá, por sus propios medios, como si tuviera paticas. En ese momento sólo la fe del pueblo en su gobierno revolucionario impidió una reacción popular. El país estaba totalmente en las manos de estos fariseos. No teníamos reservas alimentarias sino para unos 15 días. Hoy el país dispone de unos 3 meses de reservas alimentarias básicas. Olvidar es letal. “Por el engaño hemos sido dominados más que por la fuerza” Simón José Antonio de la Santísima Trinidad.

Caer en la trampa de la burguesía conspiradora es un suicidio. Castigar éste y todos los focos de corrupción que haya o pueda haber en el gobierno es una obligación y un mandato. Nada de blandenguerías con nadie, mucho menos con los que se disfrazaron de rojo-rojito. Pero a la contra “ni tantico así”. Aquí es bueno recordar el viejo aforismo popular: mosca porque cigarrón atora o camarón que se duerme se lo cogen los sapos (Mc dixit) �

En fecha 30 de Abril de 2010, fuimos despedidos masivamente a nivel nacional los trabajadores de PDVAL, dos días antes de las elecciones internas del PSUV; hecho currido -en el caso del estado Aragua- luego de una jornada de trabajo normal como todas las que realizábamos en nuestro quehacer diario: la venta de alimentos directamente al pueblo en las llamadas jornadas a cielo abierto, labor que hacíamos con mucho compromiso revolucionario y responsabilidad de cumplir con una de las misiones más importantes del Gobierno Revolucionario, que representa nuestro máximo líder Hugo Chávez.

Asombrosamente y sin el más mínimo respeto a los derechos laborales que nos asisten como ciudadanos venezolanos que aunque revolucionarios, también nos ampara ante todo nuestra Constitución Nacional, que tanta sangre ha costado defenderla, para que unos infi ltrados, Quinta Columna, la pisoteen como mejor les parezca, disfrazados de revolucionarios, que contaminan el proceso, arriesgando el destino no sólo del pueblo venezolano, sino más allá, el de nuestros pueblos de Latinoamérica, que tienen sus esperanzas sembradas en esta revolución.

Somos los afectados de lo que no termina de morir y de lo que no termina de nacer..., hemos realizado innumerables intentos de solicitar el pago de nuestras prestaciones sociales, los cuales han resultado inútiles, nos dirigimos directamente a la presidencia de PDVAL, a fi n de conciliar con la máxima representante de la institución, y fue imposible que nos atendiera. Consagra nuestra Carta Magna en su Artículo 92, son de exigibilidad inmediata, pero quieren confundirnos, diciendo que nos pagarán en 45 días, que nosotros no éramos empleados de PDVAL, sino de las llamadas “consultoras”, que no son otra cosa que un fraude más de éstos infi ltrados.

Cómo es posible que una empresa del Estado realice negociaciones contractuales con estas empresas de maletín, que ni siquiera tienen una dirección dónde dirigirse para realizar un reclamo, no contestan teléfonos, no responden a los trabajadores, no hay quien de la cara a este atropello, como se explica que durante la relación de trabajo, se hicieron los descuentos del Seguro Social y Política Habitacional, y no realizaron las inscripciones obligatorias de lo trabajadores, simplemente se embolsillaron todo ese dinero en prejuicio de los trabajadores. ¿Acaso eso no se llama en materia penal, apropiación indebida? Solo una de las consultoras llamada Solcimeca tenía bajo su cargo aproximadamente 900 trabajadores. Hay que sacar cuentas.

No nos queda otro camino que acudir a la Jurisdicción Laboral, a fi n de que se proceda al pago de nuestras prestaciones sociales y a las indemnizaciones por despido injustifi cado a que tenemos derecho, abogamos por que este proceso se limpie de una vez por todas, hacemos un llamado a nuestro Presidente para que investigue por qué, cuando él ordenó la prohibición de la tercerización, los encargados de que hacer cumplir este mandato hicieron caso omiso. �

El fraude de las “consultoras”

DAVID VALDERRAMA

/Junio de 2010

Desabastecimiento de inteligencia

Parado frente al balcón de la Oligarquía, en su lujoso apartamento en Santa Paula, John Vicente Salvatierra mira el Guarairarepano –El cerro El Ávila–, y medita: “Tanta belleza y tanta naturaleza y tanta riqueza y tanto bicho bruto que nos está gobernando.

La gente inteligente se fue del país. Salieron a buscar el futuro que aquí le niega el autócrata, se fueron a Europa, Asia, y hasta a África, a buscar mejor vida. Quedamos en manos de los brutos. Y con gente bruta no se va a ninguna parte”.

Se aleja del balcón de la Oligarquía y camina lentamente hacia la cocina. Llega y abre su portentosa nevera de tres puertas y saca una pitahaya que le trajo un amigo de la Isla de Margarita.

Le da un mordisco y saborea con mucho gusto la fruta. Y se dice para sí: “Frutas tropicales nuestras que no llegan a ninguna parte porque los brutos ni siquiera saben que esta fruta existe”.

Camina hacia su computadora y toma asiento en su butacón Luis XVII, busca sus correos electrónicos y se ríe con unos cuantos chistes acerca del dictador venezolano que le envían sus grandes amigos: “Con estos chistes nos reímos pero no salimos del tirano, pienso que así se mantiene más en el poder, porque mientras nos reímos perdimos la rabia que es la única que nos puede salvar”.

Desde su butacón Luis XVII mira que una Guacharaca se posa sobre el balcón y entonces dice entusiasmado. “Coño, qué maravilla de país, lástima del tirano que nos gastamos”. Toma la cámara que tiene allí cerca, encuadra a la Guacharaca con el fondo del Guarairarepano –Cerro El Ávila–, y hace click, click, click.

Mira lo buena que le quedó la foto y luego la baja a su computadora y empieza a mandarlas a sus amigos en el correo electrónico con el título: “Las Guacharacas huyen del régimen”.

Suena su blackberry y atiende la llamada. Es un columnista amigo que lo está llamando para que le dé un dato para su próxima columna que ya tituló: “La cultura chavista no tiene ningún brillo, ni siquiera brilla por su ausencia”.

Y quiere saber cuándo fue la última exposición fotográfi ca que hizo el régimen. John Vicente Salvatierra le da el dato y aprovecha para decirle que coloque por allí, en ese artículo, que estamos gobernados por gente muy bruta, y que con estos brutos no se va a ninguna parte y que denuncie que hay un desabastecimiento de inteligencia, provocado por el gobierno del tirano, porque la gente con talento se fue del país y la fuga de cerebros es demoledora. Y entonces el amigo columnista le dice.

“Carajo, John Vicente pero ese artículo está mucho mejor que el mío. Así lo voy a titular: Desabastecimiento de inteligencia”.�

ROBERTO MALAVER

Admiro a los Estados Unidos porque, como dice Eduardo Galeano, “¿cómo va uno a odiar a los Estados Unidos después de leer a Mark Twain?”.

Es demasiado fácil, porque es tonto, odiar a un pueblo. Odiar a los judíos por los horrores del sionismo, a los alemanes por el nazismo, a los gringos por la CIA.

Como el chiste del venezolano que le entró a trompadas a un español porque los antepasados de este mataron a Guaicaipuro. El agredido replicó que de eso hacía siglos y el tonto respondió:

--¡Pero yo me enteré hace diez minutos! Es lo que están haciendo los sionistas, pero no con

alemanes, con quienes no se atreven, sino con palestinos, por el Holocausto. No que sería bueno hacer a los germanos lo que a los palestinos, ni a nadie más, sino que esa crueldad genocida cumple con la misma lógica estúpida del chiste (sí, puede haber lógica estúpida).

Uno lee a Ambrose Bierce y de inmediato salta a la vista la complicidad con esa inteligencia maravillosa, esa ironía contra cuanta estupidez puede el ser humano. Y si a escritores vamos, podríamos llenar enciclopedias que, en efecto, llenas están de estos y miles más. William Faulkner, Ernest Hemingway, Emily Dickinson, Harper Lee no pueden haber salido de la nada sino de una cultura profunda, profusa, riquísima. ¿Cómo no admirar al país que nos brindó a Louis Armstrong, a Paul Robeson, a Carla Bley, a Ella Fitzgerald?

Ah, porque también está la tecnología maravillosa que nos aportan todos los días. La computadora personal y la Internet. Para no hablar del viaje a la Luna o del montón de enfermedades que se curan o ya no dan, por su ciencia. O a Orson Welles o a Andy Warhol. O el ejemplo de Angela Davis, Martin Luther King y los Mártires de Chicago. Y hablando de mártires, está Rachel Corrie, que dio su vida tratando de impedir la demolición de un hogar palestino. Esos son los Estados Unidos que admiro; no McDonald’s.

Cuando un tonto, creyendo ser irónico e inteligente, me reclama que uso alguna tecnología gringa, le respondo que ojalá usaran su maestría exclusivamente para la paz. Si la usaran solo personas como las dichas y los neoyorquinos que vinieron con Miranda a luchar y a morir por nuestra Independencia, sería yo más pitiyanqui todavía.�

Yo sí soy pitiyanquiROBERTO HERNÁNDEZ MONTOYA

/Junio de 2010

Dos tercios del planeta están cubiertos de agua y ella es el mayor componente de los seres vivos. Según la ONU 31 países padecen escasez, más de 2.600 millones de personas, sobre el 40% de la población mundial, no tienen acceso a servicios de saneamiento y más de 1.000 millones a agua potable, según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

Este problema favorece las infecciones y amenaza el desarrollo humano en muchos países, donde ataca a las poblaciones rurales y de suburbios urbanos, siendo millones de niños las primeras víctimas del agua insalubre y de la falta de medidas de higiene. Estos problemas sanitarios disminuirían si se redujera la diferencia entre áreas urbanas y rurales, una mayor inversión en infraestructuras e insistir en la educación de medidas higiénicas, permite que disminuyan las infecciones diarreicas que tantas muertes causan al año, en la mayoría de casos niños menores de cinco años.

Las regiones con más problemas de abastecimiento de agua potable y falta de servicios de higiene son las que acumulan mayor pobreza: África subsahariana y el sur de Asia. El este asiático es la zona que más ha mejorado (países como China e India), pese a que todavía una mayoría de población sigue sin servicios básicos. En Centro y Suramérica se ha alcanzado sobre el 75% de cobertura de agua potable, mientras que en los países industrializados ésta es del 98%.

Coincidiendo con el criterio de especialistas es necesario que para tener agua potable e higiene básica no sólo se debe invertir más dinero en infraestructuras sino cambiar la mentalidad; estimando además que, con el cumplimiento de las metas del milenio, se haya universalizado el acceso al agua potable y que una buena parte de la población mundial disponga de servicios de saneamiento.

Lo importante no es la cantidad de agua que posea un país, sino el uso y la efectividad para manejarla.

Expertos afi rman que la cantidad y la calidad de agua dulce disponible han disminuido en un 80% en el tiempo de una vida humana. Por debajo de 2.000 m³ por persona y por año se debería declarar al planeta en situación de carencia extrema de agua. Hace 40 años había 3.430 m³ por persona y por año, y según cálculos en 2025 sólo quedarán 667.

Ésta puede ser considerada un bien, un recurso imprescindible como el aire o una mercancía y, como tal, deberá ser rápidamente lucrativa, transformada en otras mercancías y/o monedas de intercambio. De la misma manera en que fueron privatizados otros recursos como la tierra y con ella la posibilidad de producir alimentos; el agua está en vías de apropiación por parte de unos pocos.

El agua tiene importancia sanitaria, productiva, simbólica y cultural, y podrá ser el origen de futuras guerras entre estados por su dominación como es el caso del control del río

Jordán y de las capas subterráneas de Cisjordania, Haifa y Gaza, que es una de las principales fuentes de confl icto entre israelíes y palestinos. Los actuales “acuerdos” impuestos por la fuerza “son de una desigualdad evidente porque establecen que por cada litro de agua que puede recibir un palestino, un israelí recibe cuatro”.

El profesor italiano Riccardo Petrella, uno de los principales especialistas por la causa del agua, manifestaba que “las guerras futuras serán por el agua”, refi riéndose abiertamente a potenciales confl ictos bélicos. Éste funda su hipótesis, no sólo en la escasez, el derroche y la mala distribución del vital líquido, sino también en un marco planetario estratégico alarmante. El 60% de las fuentes de agua están localizadas en sólo 9 países (entre ellos Estados Unidos, Rusia, Canadá, Brasil, China e Indonesia). En tanto 80 naciones que reúnen el 40 % de la población mundial están confrontadas a una verdadera penuria hídrica.

Para evitar los previsibles confl ictos la UNESCO adoptó en diciembre de 2008

Importancia geoestratégica del Acuífero Guaraníaní

LESTER MARTÍNEZ ARGUDÍN.*

/Junio de 2010

la “Ley de acuíferos transfronterizos”, la cual exhorta a los Estados…”concertar los correspondientes arreglos bilaterales y regionales para la adecuada gestión de sus acuíferos transfronterizos sobre la base de los principios enunciados en el proyecto de artículos”…, los cuales incluyen la cooperación entre Estados para prevenir, reducir y controlar la contaminación de los acuíferos compartidos. Según el Consejo Mundial del Agua, con el ritmo actual de inversiones hídricas públicas y privadas, el acceso al mencionado recurso no podrá garantizarse sino hasta el año 2050 en África, 2025 en Asia y 2040 en América Latina y el Caribe.

En Mar del Plata, Argentina, en 1977 fue donde por primera vez se dio una Conferencia de la ONU sobre el Agua y se declaró que “Todos los pueblos (…) tienen derecho a acceder al agua potable en las cantidades y calidad correspondiente a sus necesidades básicas”…, siendo punto de partida de refl exión de una política global sobre el tema.

En la Cumbre Mundial de la Tierra de Río de Janeiro, Brasil, 1992, se subrayaba y concretizaba esa exigencia en la Agenda 21, pero fue en los Objetivos del Milenio en el año 2000 que se fi jó el nuevo desafío de reducir hasta el 2015 a la mitad el número de personas que sin acceso al agua potable, reconfi rmado dos años más tarde en la conferencia de Río+10 de Johannesburgo, África del Sur.

La mayoría de estos documentos han quedado reducidos a simples declaraciones de buena voluntad sin cumplimiento alguno como de costumbre, especialmente en la nueva era de globalización económica extrema donde el ritmo lo marcan las instituciones fi nancieras internacionales y la presión por privatizar el servicio de agua entre otros tantos rubros y servicios, se ha convertido casi en receta universal de las ETN del Norte para los países del Sur.

La OMC es una de las que empuja la privatización del sector, marco en el cual la Unión Europea se apoya para reclamar a más de 70 países en desarrollo la apertura de sus servicios de agua a empresas extranjeras, aceptando la intensa presión de sus multinacionales del rubro que intentan

seguir extendiendo el radio de acción y benefi cios.

Además la inoperancia y actitud de los gobiernos locales, atentos exclusivamente a sus intereses particulares y no a los nacionales, ha favorecido el incesante avance de Estados Unidos y ha puesto en peligro la soberanía de los países de toda nuestra región y en especial los que rodean el Acuífero Guaraní (AG).

El Acuífero Guaraní, su apetecible valor

Los acuíferos son la acumulación de agua subterránea que impregna una capa de terreno impermeable. Se suele situar sobre una capa de materiales impermeables (arcilla o pizarra), pueden estar o cubierto con otra capa impermeable, en cuyo caso se llama acuífero o manto freático confi nado tardando siglos en formarse. En estos se almacena sólo el 0,6% de la totalidad del agua del planeta, que equivale al 95% del agua disponible para el ser humano. El Mapa Mundial de Acuíferos Transfronterizos elaborado por la UNESCO, muestra

que África posee los dos mayores acuíferos, Areniscas de Nubia en Sudán con un volumen cercano a los 75 mil kilómetros cúbicos de aguas fósiles (donde 1 kilómetro cúbico es igual a 1 billón de litros) y el del Norte del Sahara con más 60 mil kilómetros cúbicos, sin embargo, un continente que cuenta con esas reservas de agua potable hoy se muere de sed.

El Sistema Acuífero Guaraní (SAG) es el tercero de los reservorios de agua subterránea más grandes del mundo, encontrándoselo en el subsuelo de un área de alrededor de 1.190.000 kilómetros cuadrados (superfi cie mayor que las de España, Francia y Portugal juntas). Se extiende por las cuencas de los ríos Paraná, Uruguay y Paraguay, y es transfronterizo, pues se comparte por debajo de los territorios de los países Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay y coincide aproximadamente con el espacio ocupado antiguamente por la “Nación Guaraní”.

Alumbra a profundidades muy variables, las temperaturas producto de las profundidades alcanzadas, van desde los 33 a los 65º C. Si bien el volumen total de agua almacenado es inmenso

/Junio de 2010

37.000 km³, en realidad el volumen explotable, estimado actualmente como reservas renovables, es de 40 a 80 km³ anuales. A la importancia de su extensión, se suma su valiosa capacidad de renovar su volumen gracias a la absorción de aguas superfi ciales a través de sus áreas de recarga.

Posee riberas en 4 países distribuidos de la siguiente forma: en Brasil abarca una superfi cie de aproximadamente en Km² 850.000 (9,9% del territorio) en Argentina 225.000 (7,8%) en Paraguay 70.000 (17,2%) y en Uruguay 45.000 (25,5%). La población actual dentro del dominio de ocurrencia del Acuífero, se estima en 15 millones de habitantes. En Brasil, más de 300 ciudades son abastecidas total o parcialmente por este acuífero entre estas 6 millones de personas en Sao Paulo.

El país que más lo explota es Brasil, abasteciendo total o parcialmente más de 300 ciudades y exportando a Medio Oriente agua embotellada; Uruguay tiene 135 pozos de abastecimiento público de agua, algunos de los cuales se destinan a la explotación termal. En Paraguay se registran unos 200 pozos destinados principalmente al uso humano. En Argentina hay en explotación 5 perforaciones termales de agua dulce y una de agua salada, ubicadas en el sector oriental de la provincia de Entre Ríos, en tanto que hacia el Oeste de la misma se ha alumbrado sólo agua salada termal, con la consiguiente problemática del efl uente salado.

Por supuesto, uno de los puntos más confl ictivos sobre el Acuífero es su ubicación geoestratégica, cerca de la Triple Frontera entre Argentina, Paraguay y Brasil, región que ha quedado en la mira de los Estados Unidos, con el argumento de que allí pueden existir células dormidas del terrorismo internacional.

La población de la Triple Frontera asciende a unos 470 000 habitantes agrupados en Puerto Iguazú (Argentina) con 30 000 personas, Foz do Iguazú (Brasil) con 270 000 y Ciudad del Este (Paraguay) con 170 000. En Brasil y Argentina, la actividad principal es el turismo, por la presencia de las Cataratas del Iguazú. En Paraguay prevalece el comercio de todo tipo, además que en Foz do Iguazú y Ciudad del Este hay una importante comunidad sirio-libanesa dedicada al comercio. En

las tres ciudades y en toda la región los medios de vigilancia y seguridad son más que sufi cientes para mantener un control casi absoluto de la zona y sus habitantes detectando inmediatamente cualquier anomalía relevante.

Su ubicación en una región de alta biodiversidad, permitirá en el futuro que pese a los cambios climáticos y la reubicación espacial de las precipitaciones, sus fuentes continuarán abasteciéndose por las copiosas lluvias, lo cual lo convierten en una zona estratégica local, regional y mundial.

La protección contra los agentes de contaminación que normalmente afectan los manantiales de agua en la superfi cie, que pasan por los mecanismos naturales de fi ltración y auto depuración biogeoquímica que ocurren en el subsuelo, resulta en un agua de excelente calidad, haciendo que estas aguas asuman características económicas, sociales y políticas destacadas para el abastecimiento de la población.

Miguel Auge, geólogo de la Universidad de Buenos Aires afi rma que la reserva de agua dulce de este acuífero es tal que su capacidad alcanzaría para abastecer a los 6 000 millones

de personas que habitan el planeta durante 200 años. Aunque es la región con mayor volumen de agua dulce per cápita, con el 20% del total mundial, 80 millones de personas no tienen acceso al líquido vital en América Latina.

Es importante tener en cuenta que con la pérdida de los glaciares por el calentamiento global nos obliga a cuidar de este acuífero, donde uno de sus principales problemas es la contaminación, donde se destaca Brasil que posee serios problemas de contaminación industrial y existe la inquietud de que esa contaminación se pueda fi ltrar hacia el reservorio guaraní.

Dado a las actuales situaciones por el agua seremos testigos en pocos años de guerras que se desatarán en el mundo por el control de este recurso natural debido a la contaminación y a la escasez de las fuentes, aunque ya Estados Unidos y el BM han ido creando condiciones para adueñarse del mayor acuífero de América Latina. En virtud de la situación descripta observamos intereses contrapuestos, por un lado gobiernos y empresas transnacionales (ETN) que acosan como única meta la ganancia y por otro los consumidores tenemos por objetivo su preservación.�

/Junio de 2010

Bolivia y Estados Unidos están cerca –con un avance del 99 por ciento- de iniciar una “nueva era”1 en sus relaciones bilaterales. Si el acuerdo marco, que gira en torno a cuatro puntos, se fi rma –pues la discrepancia en torno al 1% restante puede abrir otros cauces todavía inesperados-, el gobierno indígena-popular le habrá dado a su similar estadounidense una agenda muy difícil de cumplir o, por el contrario, Obama tendrá la oportunidad de meter la cabeza en condiciones más favorables de las que ahora tiene para desarrollar su política exterior hacia América Latina.

Vayamos por partes. El 21 de mayo de 2009 –cerca de nueve meses después de que el embajador Philip Golberg fuera expulsado de Bolivia por sus estrechos vínculos con la oposición no democrática-, el canciller boliviano David Choquehuanca y el entonces secretario de Estado Adjunto de Estados Unidos para Latinoamérica, Thomas Shannon, quien se reunió por una hora con Evo Morales, anunciaron estar trabajando en torno a un acuerdo marco de cuatro puntos.

Además de Golberg -un embajador que desempeñó un papel de primer orden en la división de Yugoslavia-, de Bolivia también fueron expulsadas en el segundo semestre de 2008 la agencia antidrogas DEA –que cumplía un papel de inteligencia política- y USAID cuyos recursos no inscritos ante el gobierno boliviano se destinaban principalmente a ONG con actividades de subversión a título de derechos humanos, participación ciudadana, democracia y medio ambiente.

El “documento de gran valor”2 fue propuesto por la Cancillería y consiste en: diálogo político, cooperación de Estado a Estado, responsabilidad compartida en la lucha contra el narcotráfi co y fortalecimiento del comercio. Además, se acompañaron diez principios: respeto a la soberanía, integridad territorial, no injerencia en

asuntos internos, respeto al estado de derecho, al ordenamiento jurídico y a la diversidad, promoción de la paz y la no violencia, justicia social para un desarrollo equitativo y armonía con la naturaleza.

Shannon se fue contento y con la idea de celebrar la próxima reunión en Washington en diciembre de ese año. La cita se canceló por decisión boliviana y Estados Unidos solo se limitó a decir que “esa fecha fue un poquito ambiciosa”3. Luego Arturo Valenzuela fue designado en el cargo de Shannon, quien ahora está como embajador en Brasil, y la boliviana María Otero jura como Subsecretaria de Asuntos Democráticos y Globales del gobierno estadounidense.

La cancelación de la reunión se explica porque entre mayo y diciembre de 2009 las relaciones volvieron a un nivel de tensión muy alta.

El canciller boliviano sostuvo que “sería ingenuo pensar que Estados Unidos no está haciendo nada”4 para evitar que Evo Morales gane las elecciones del 6 de diciembre; el presidente del Estado Plurinacional afi rmó que “Estados Unidos no tenía moral para hablar de terrorismo y acusar a otras naciones de promoverlo” y el 17 de diciembre, en Copenhague, aseveró que “Obama es peor que

Bush”. Bolivia tenía razones para protestar:

Estados Unidos estaba brindando apoyo al binomio de la oposición dura Manfred Reyes Villa-Leopoldo Fernández, de los cuales el segundo enfrenta un proceso legal acusado por la masacre de Porvenir en septiembre de 2008, en el marco de una estrategia global que se proponía un golpe cívico prefectural con apoyo de mercenarios extranjeros5.

Cinco días después de las elecciones generales en Bolivia, Hillary Clinton sostuvo que “es realmente una mala idea” que Bolivia establezca relaciones diplomáticas con Irán y, en alusión directa a Evo Morales y Hugo Chávez sostuvo: “deberían considerar las consecuencias que puede tener para ellos. Esperamos que lo piensen dos veces”.

A ese ambiente, ya demasiado caldeado, se suma un informe de la Agencia Nacional de Inteligencia de Estados Unidos que agrupa a todos los organismos de seguridad, incluida la CIA y el FBI, en la que se lee que “la amenaza que representa para la estabilidad de la región una fuerza regional que lidera Chávez y en la que están Cuba, Nicaragua, Ecuador y Bolivia”.

Por si eso no fuera sufi ciente, la

Cómo leer la “nueva era” entre Bolivia y Estados Unidos

HUGO MOLDIZ*

* PERIODISTA Y ESCRITOR BOLIVIANO, MAGÍSTER EN RELACIONES INTERNACIONALES.

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administración estadounidense no ha respondido al pedido de extradición de Gonzalo Sánchez de Lozada –acusado de la masacre de octubre de 2003 que terminó provocando una gran sublevación que lo forzó a renunciar y huir a Estados Unidos en la tarde del 17 de ese mes- y de expulsión de Hugo Achá, Manfred Reyes Villa y de otros que huyeron a ese país para no dar cuenta a la justicia por distintos delitos de los que se los acusa.

Ese es el contexto en el que se lleva adelante la reunión del lunes 1 de junio pasado en La Paz. Es más, el jefe del Estado Plurinacional se encarga de aclarar que la reunión fue solicitada por los Estados Unidos. La responsabilidad se le da, como es lógico, al Canciller y el emisario enviado por Hillary Clinton, que no ha incluido a Bolivia en su segunda gira por varios países de América Latina, tiene que resignarse a la imposibilidad de un encuentro con Morales.

La información ofi cial es escasa e impide sacar conclusiones más precisas. Sin embargo, tomando en cuenta la posición de larga data de Evo Morales, aún antes de asumir por vez primera la conducción del país, no es difícil anticipar que los términos del restablecimiento de las relaciones

Bolivia-Estados Unidos darán mucho que analizar.

Sin embargo, desde la perspectiva boliviana, si el acuerdo marco sale como se ha planteado, Estados Unidos tendría que, en el primer punto –diálogo político-, dar señales contundentes de no inmiscuirse en asuntos internos, aceptar los alcances de la política exterior de Bolivia que de mirar solo al norte ahora le pone énfasis a las relaciones Sur-Sur y asumir que hay en marcha un proyecto estratégico de orientación no capitalista.

Por lo demás, la administración Obama tendría que revisar su decisión de instalar bases militares en Colombia y Panamá, promover la paz y la violencia en la resolución de las controversias y admitir las relaciones con Irán, Rusia y otros países que se encuentran afectando el peso de Estados Unidos en esa parte del mundo.

En el segundo punto –responsabilidad compartida en la lucha contra el narcotráfi co-, el acuerdo marco obligaría a Estados Unidos a combatir el narcotráfi co en su territorio y diferenciar entre coca y cocaína y priorizar la sustitución de los cultivos de coca antes que la erradicación y renunciar a la idea de un regreso de

la DEA, lo cual implica cambiar su estrategia antidrogas para América Latina.

En el tema de la cooperación, que está registrado como el tercer punto planteado por Bolivia, el acuerdo marco se expresaría en cumplir con lo dispuesto por la Declaración de París y el Consenso de Monterrey, donde los países que prestan ayuda ofi cial al desarrollo (AOD) acordaron sujetar sus recursos a los planes de desarrollo de los países benefi ciarios y disminuir los costos de transacción que reducen la ayuda en un alto porcentaje. Es decir, para ser precisos, USAID volvería al país, inscribiría sus recursos en el Viceministerio de Inversión Pública (lo que no hizo nunca) y no fi nanciaría a otras ONG estadounidenses que como en Caranavi y Palos Blancos se dedican a canalizar dineros hacia dirigentes sociales y comunidades de base.

Y, fi nalmente, en el cuarto eje –fortalecimiento del comercio- una de las primeras acciones de Estados Unidos, incluso antes de la fi rma del acuerdo marco, pasaría por la restitución del ATPDEA y empezar a trabajar en un acuerdo comercial de largo aliento que respete las asimetrías y se mueva en torno a la complementariedad.

Pero hay otra manera de leer la aceptación estadounidense de la propuesta boliviana para el restablecimiento de las relaciones bilaterales: primero, la necesidad de tener un embajador en La Paz, tanto por razones políticas como simbólicas y estratégicas.

Es probable, incluso, que Estados Unidos sacrifi que a algunos de los “refugiados” en su territorio y los entregue a la justicia boliviana para que respondan por los delitos que se los acusa.

Segundo, poner en movimiento su política del doble carril, ya desarrollada desde los primeros años de la década de los 60: diplomacia por un lado y subversión por otra.

Por tanto, el anuncio de una “nueva era” de las relaciones bilaterales boliviano-estadounidenses todavía tiene más incertidumbres que certezas y el anticipo de nuevos confl ictos. �

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Tribuna Popular conversó con el Secretario General del Partido Comunista de Venezuela (PCV), camarada Oscar Figuera, para profundizar sobre el papel de los trabajadores y trabajadores en la Revolución Bolivariana y los contenidos principales de la nueva Ley Orgánica del Trabajo, base jurídica para la transformación de la sociedad venezolana en el marco del proceso revolucionario.

-¿Porque el PCV habla de una Nueva y Revolucionaria Ley Orgánica del Trabajo?

-Desde el Partido Comunista la denominamos la reforma integral para lograr una nueva Ley Orgánica del Trabajo, porque debe ser una nueva ley y no una reforma puntual o parcializada, para ponerla en función a la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y la necesidad de profundizar el papel de los trabajadores y las trabajadoras en el proceso de transformación político, social, económico, cultural y militar de la sociedad venezolana, la nueva LOT debe ser un instrumento que sirva en esa dirección, a esa lucha y a esa necesidad.

Para nosotros una de las reivindicaciones fundamentales que le permitirá, a la nueva LOT, ser revolucionaria, es la conformación de los Consejos de Trabajadores y Trabajadoras. Porque si logramos una nueva Ley Orgánica del Trabajo manteniendo los criterios generales que contiene toda ley en una sociedad capitalista que son normas de quien ejerce el dominio económico y político, obviamente si no rompemos ese esquema, la LOT será nueva en muchas cosas. Será nueva porque, como dijo la Constitución del 99, recuperará la concepción en que se tabulaban las prestaciones sociales, será nueva porque reduzca la jornada de trabajo, lo cual es muy importante, será nueva porque amplié el lapso de prescripción de las acciones, pero no será nueva en cuanto

Entrevista a Oscar Figuera, Secretario General del PCV

Aún no hay sufi ciente conciencia política del papel que debe jugar la clase obrera

Tribuna Popular

a establecer mecanismo que pueden llevar a contribuir a la transformación de las relaciones sociales de producción. En cuanto a la participación de los trabajadores en su elaboración, han hecho un aporte desde la perspectiva de lo que aspiran debe ser una nueva Ley Orgánica del Trabajo.

-¿Hay resistencia en el movimiento sindical de conformar los Consejos de Trabajadores y Trabajadoras?

- Se ha logrado revertir lo que fue una matriz de opinión que los sectores del sindicalismo reformista y la patronal, casi logran convencer a la mayoría de los trabajadores, de que la propuesta nuestra de los Consejos de Trabajadores y Trabajadoras era una manera de desplazar a las organizaciones sindicales y, eso había creado una postura de resistencia y de rechazo de sectores de trabajadores y sectores sindicales al dejarse llevar por ese planteamiento. Esta fase de debate público nacional logró revertir esa tendencia y hacer conciencia de ese falso dilema. En la sociedad capitalista, incluso en la socialista, y es nuestro convencimiento, se requiere la presencia de las organizaciones sindicales, que por tanto, lo que va a superar la existencia de los sindicatos en un momento histórico, es el propio desarrollo social y no un

decreto de alguien que se le ocurra. Por tanto, hoy siguen siendo pertinentes y necesarias las organizaciones sindicales fuertes, democráticas, participativas y clasistas. Nosotros no estamos contra el movimiento sindical clasista, estamos en contra del movimiento sindical reformista, no contra los sindicatos, sino contra esa concepción del reformismo que actúa a favor de los patronos en general. Y logramos establecer la matriz que los Consejos de Trabajadores y Trabajadoras es un instrumento para la propia participación y el ejercicio de los derechos políticos de los trabajadores y trabajadoras en los centros de trabajo. Más que una organización reivindicativa, para la discusión de contrato, de reclamo de despidos o violaciones a la ley del trabajo, es una estructura la participación política de los trabajadores y trabajadoras en la defi nición del proceso productivo, de las relaciones sociales de producción, para la participación en la ejecución, el control y administración de la concepción de los procesos productivos en cada centro de trabajo.

-¿Cuáles son los ejes fundamentales en que se sustenta la propuesta del Partido Comunista para la nueva y Revolucionaria LOT. Qué coincidencia existe con el movimiento sindical?

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-En cuanto a la participación de los trabajadores en su elaboración, han hecho un aporte desde la perspectiva de lo que aspiran debe ser una nueva Ley Orgánica del Trabajo. En el 2008 y 2009, periodo que nos correspondió presidir la Comisión Permanente de Desarrollo Social Integral de la Asamblea Nacional, adelantamos un plan de debate nacional, donde en lo fundamental, la participación de los trabajadores y trabajadoras y sus organizaciones sindicales aportaron opiniones en esa línea.

De estas opiniones entregada por los trabajadores y trabajadores, hay algunos ejes coincidentes con los planteamientos del Partido Comunista de Venezuela; Uno, debe ser una nuevo Ley Orgánica del Trabajo, no una reforma; Dos, debe ser una Ley que empodere a la Clase Obrera en los centros de trabajo y, desde esa perspectiva, vayan construyendo unas nuevas relaciones sociales de producción por la vía de la participación y el control directo de los trabajadores y trabajadoras de los procesos laborales, sean estos productivos y/o administrativos, es decir, no estamos hablando nada más de la fabrica estamos hablando de todo los centros de trabajo donde existen grupos humanos caracterizados como trabajadores y trabajadoras.

En tercer lugar, debe ser una ley que sancione severamente a las patronas y los patronos que violan las normas que tienen que ver con los derechos de los trabajadores y las trabajadoras, que irrespetan la ley, las convenciones colectivas, entre ellos, las decisiones de los organismos del trabajo que ordenan reenganches y favorecen derechos individuales de los trabajadores y son irrespetados por los patronos público y privados. Incluso, desde nuestra perspectiva, debe implicar acciones de carácter judicial en caso de que haya reincidencia de los patrones en la violación de derechos. Un cuarto elemento que coincidimos, es eliminar toda forma de tercerización que implica la violación de derechos individuales y colectivos de los trabajadores que están en tal condición, es un clamor general de los trabajadores y las trabajadoras.

Hay algunos aspectos también de carácter general que tienen que ver con

el tema del derecho a huelga. Hay un señalamiento que no se está permitiendo el ejercicio al derecho a huelga, con distintos subterfugios. Esto implica, más que una norma jurídica, un debate político, porque la norma jurídica que hoy existe en la ley es realmente amplia y sufi ciente, este es un problema de debate de carácter político. De lo que se trata que el Ministerio del Trabajo, que es la instancia gubernamental responsable de administrar todo el proceso que tiene que ver con las relaciones laborales, garantice el ejercicio del derecho a huelga y obligue en forma perentoria al patrono a hacer propuestas, en el lapso de negociación que son de 120 horas. Cuando el Ministerio del Trabajo, por distintos subterfugios no permite que se inicie el proceso de las 120 horas, lo que está haciendo es dándole armas a los patronos y está debilitando la lucha organizada de los trabajadores y trabajadoras. Es un tema el cual los trabajadores han venido insistiendo, pero más que una norma es un problema político y de fuerza de los trabajadores y trabajadoras para también, frente al Estado y las instituciones correspondiente, hacer respetar y hacer vales sus derechos.

El tema de las Convenciones Colectivas y cómo hacer para que los patronos, públicos y privados, no retrasen su discusión, es un tema también importante. Eso tiene que ver con el hecho, fundamentalmente en

la administración pública, de que se vencen los contratos y pasan años y años sin que el patrón proceda a discutir y crear las nuevas condiciones de trabajo. En el terreno de la organización sindical, también hay una exigencia que tiene que ver con democratizar el trabajo sindical.

-¿Cuál es la importancia para el Partido de lo que se hace llamar la Estabilidad Laboral Absoluta?

-Para nosotros la Estabilidad Laboral no es nada más que la garantía del empleo, aunque también lo es. Pero es fundamentalmente un problema político, porque sin estabilidad absoluta y universal, no hay garantía para que los trabajadores y trabajadoras puedan ejercer el derecho a la participación. Porque cualquier participación puede ser reprimida por los patronos públicos y privados si no gozan de estabilidad absoluta y universal. Sobre estos temas hemos venido debatiendo en la comisión y podría decir que hay un consenso muy amplio entre los trabajadores y las trabajadoras. Aunque existen otras reivindicaciones que también son prioritarias para el movimiento sindical, como el tema de las prestaciones sociales, la prescripción, la reducción de la jornada de trabajo, la educación, el problema la igualdad y equidad de género, la formación política e ideológica de los trabajadores y trabajadoras, etcétera,

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con lo cual el Partido Comunista está de acuerdo, además de este otro conjunto de reivindicaciones que son fundamentales para el abordaje y la conclusión de la nueva Ley Orgánica del Trabajo.

- Uno de las formas de explotación son los llamados regímenes especiales. ¿Cómo se está tratando este tema en la Comisión?

-Los regímenes especiales que lo establece la ley, no es para favorecer a los trabajadores, sino para desfavorecerlo con relación al régimen general. Uno de ello es el caso de los Trabajadores de la Vigilancia, que en este país ronda el millón de trabajadores, que según la norma actual tienen la obligación de trabajar 11 y 12 horas.

Nosotros estamos proponiendo que los trabajadores, en general del país incluido los de vigilancia, no deben laborar más que la jornada de trabajo que en general se prescriben para todo los trabajadores venezolanos, debiera aplicárseles la norma general, porque es falso que un vigilante no corra riesgo o no tenga exigencias. Hoy en la sociedad moderna eso no es así, cualquiera que cumpla una función de vigilancia está sometido a una presión de un acto indebido y en condición de riesgo que, obviamente, afecta en su condición de vida, de trabajo y afecta su salud. Eso por un lado, el otro es el tema de las jornadas nocturnas, nosotros estamos planteando que la jornada nocturna debe ser excepcional y que cuando se establezca jornada nocturna debe ser de mucho menor tiempo que la jornada normal de trabajo. Hasta ahorita en la Constitución se establece que la jornada nocturna no debe pasar de 35 horas semanales, ese es un buen criterio.

Se plantea mantener ese criterio en la Ley Orgánica del Trabajo. Igual que el tema de las horas extras, eso debe ser estrictamente regulado y ejecutado previo permiso de las autoridades del Estado venezolano, porque si estamos hablando de reducir la jornada de trabajo, no es para que los trabajadores tengan más tiempo para las horas extras, sino más bien, para que se abra espacio para que nuevos trabajadores entren al proceso productivo formal y no para que se le sobreexplote por la vía de las horas extras al conjunto de trabajadores

existentes en una empresa.

-¿Cómo se resuelve el problema de que muchos trabajadores ganan el ingreso mínimo y deben trabajar horas extras para completar un sueldo digno?

- Ese es uno de los problemas que debe ser abordado por los Consejos de Trabajadores y Trabajadoras. Porque estas estructuras tendrán acceso directo a ese círculo que permanece oculto de la inversión, de los costos, de la ganancia, etcétera y, obviamente, deberán ayudar y colaborar con las organizaciones sindicales en el tema de las reivindicaciones laborales, eso en el sector público y privado de las empresas.

Nosotros estamos convencidos que los Consejos de Trabajadores ayudarán en esa dirección, porque la única manera de superar esa situación de défi cit en la capacidad adquisitiva de los trabajadores y trabajadoras como consecuencia de unos salarios que no le permiten adquirir una cesta básica, de sobrevivencia, tendrá que resolverse con política general del Estado y con la participación directa de los trabajadores. Con políticas generales porque el Estado debiera hacer un estudio de carácter segmentado, por sectores de trabajadores, para determinar niveles de márgenes de ganancias de las empresas, de los costos, de los precios y en esa misma proporción, en un esfuerzo de organización por rama de la actividad económica de los trabajadores, establecer mecanismos que permitan una mejor distribución de lo que es la ganancia, la plusvalía de la que se apropian los

patronos. El tema tiene que ver con una política realmente revolucionaria que implica nivel de control sobre los procesos productivos y donde el Estado no será capaz de hacerlo, sino es con la participación de los trabajadores y trabajadoras.

-Aunque no es un tema que le compete a la Ley Orgánica del Trabajo. ¿Los trabajadores tienen alguna opinión con respecto al Ministerio del Poder Popular del Trabajo y la Seguridad Social?

-Hay una demanda general de los trabajadores y las trabajadoras sobre la transformación del MPPTSS, ese es un grito unánime. Por los criterios burocráticos, la ausencia de espacios de participación de los trabajadores y trabajadoras, incluso los del propio Ministerio. Es una demanda en la cual nosotros desde el Partido Comunista coincidimos plenamente en que es necesaria una transformación profunda del MPPTSS.

Se trata de una concepción, incluso, donde sea un Ministerio para los trabajadores y las trabajadoras, que no sea una institución para conciliar con los patronos, aunque tenga un cierto carácter de árbitro, ciertamente, pero que sea una institución al servicio de los trabajadores y las trabajadoras. Es árbitro en cuanto es una instancia de Estado, pero no una instancia para ir a negociar y hacer nulo los derechos de los trabajadores y los trabajadores, ello deben saber que es una instancia que va a facilitar su defensa ante los patronos.

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No como hasta ahora, en que uno llega hasta allí y los funcionario dicen que ³no pueden hacer nada², “vayan a los tribunales”, “que soy un ente de conciliación”, “que tengo que tratar igual al patrono que al trabajador”, etcétera, se convierte en un espacio de conciliación, pero que realmente la “conciliación” termina favoreciendo al patrón, que es el sector más fuerte económicamente y poderoso que en el terreno de la conciliación puede comprar conciencias de funcionarios. Ese es un tema fundamental que tiene que ver con los planteamientos de los trabajadores y trabajadoras y que el Partido Comunista también ha venido haciendo.

-¿Hay conciencia política en los cuadros dirigentes del proceso de que para avanzar hacia el socialismo es fundamental abrir espacio de participación en la dirección a la clase obrera?

-Podríamos afi rmar que hasta ahora, el planteamiento de participación de los trabajadores y trabajadoras en el proceso productivo, laboral, político y económico del país se ha quedado solo en el discurso desde el Estado venezolano.

Si hubiese una conciencia política de la necesidad de esa participación, ya la instancia política de la dirección del proceso, que son al fi nal quien determina que es los que hace la mayoría de la AN, hubiesen dado carta blanca a la propuesta del Partido Comunista presentada hace más de dos años, sobre el proyecto de Ley de los Consejos Socialistas de Trabajadores y Trabajadoras y no es así, y no lo hemos logrado aprobar ni siquiera en la Comisión de Desarrollo Social, lo único que logramos es que incorporara lo esencial de nuestro proyecto en la elaboración de la propuesta de nueva Ley Orgánica del Trabajo, pero eso pudiera desarrollarse mucho más rápido, adelantando la propia Ley de los Consejos.

No hay hechos concretos que permita señalar que existe conciencia política de la necesidad de la participación de los trabajadores y las trabajadoras, además en las instituciones donde se han constituido o ayudado a constituir Consejos de Trabajadores, lo que ha intentado siempre la dirección

de esas empresas sociales es subordinar los

Consejos de Trabajadores y Trabajadoras a la dirección de la empresa y no que actúen como entes autónomos que, incluso, puedan ejercer control social sobre los procesos que llevan las gerencias, porque la concepción es crear estructuras subordinadas al Estado, y esa no es la opinión del Partido Comunista. Precisamente deben ser una estructura que coincidiendo en la estrategia general de la Revolución Socialista, tienen un nivel de autonomía e independencia para cumplir su papel de control obrero sobre el proceso productivo y en la participación directa de los trabajadores en el proceso laboral. Hay algunas experiencias que se están intentando a partir del año pasado con el proyecto Guayana Socialista 2009-2019 y los recientes anuncios de cambios en las presidencias de las empresas básicas de la CVG, lo cual el PCV saludó. También lo anunciado por el presidente Chávez en el sector eléctrico. Pero eso no es sufi ciente, porque defi nitivamente y es una de las cosas que el Partido Comunista ha venido expresando opiniones bien particulares, en el sentido que esas difi cultades que se perciben en la dirección de las empresas no se resuelven con decisiones individuales, sino con decisiones colectivas. Allí la necesidad de los Consejos Socialistas de Trabajadores y Trabajadoras y en la necesidad que en esas instancias gerenciales se constituyan muchos más amplias, como Consejos de Dirección General de la Empresa de la cual

son parte los Consejos Socialistas de Trabajadores, la gerencia que nombra el Ejecutivo Nacional, los representantes de la cadena productiva, etcétera, o sea un proceso mucho más complejo que amerita la construcción de los mecanismos de participación.

Para concluir, podemos decir que el Partido Comunista está convencido que el Estado que tenemos que construir requiere la participación de los trabajadores. Participación que concebimos como un proceso, dentro de ese gran concepto del cual es uno de los aspectos medulares, fundamentales del gran proceso de construcción de la nueva sociedad, sin lo cual, ese proceso no será posible alcanzar lo general, porque si el proceso general de transformación de la sociedad no tiene como centralidad a la Clase Obrera y, en general, a la Clase Trabajadora; si no está transversalizado por la clase social revolucionaria, obviamente que el resultado del nuevo Estado o la nueva sociedad, será otra cosa.

Podrá ser un Estado comunal, pero un Estado comunal manteniendo relaciones sociales de explotación, no será el Estado Socialista. Por ello que nosotros consideramos que en la medida que los trabajadores y las trabajadoras vayan participando, vayan entregando su aporte fundamental a la defi nición, desarrollo y construcción de la nueva sociedad, en esa misma medida irá elevando la concreción de su papel revolucionario en la sociedad y el papel que le ha asignado la historia como clase social revolucionaria.

/Junio de 2010

Venezuela obtuvo fallo a favor en demanda de ExxonMobil

El Gobierno venezolano obtuvo un fallo a su favor en el Centro Internacional de Arreglo de Inversiones (Ciadi), que de manera unánime desestimó los argumentos de la demanda de la trasnacional ExxonMobil informó este viernes el ministerio de Energía.

El ministro de Energía y Petróleo de Venezuela, Rafael Ramírez, explicó que el Ciadi resolvió por unanimidad determinar que el artículo 22 de la Ley para la Promoción y Protección de Inversiones no contiene tiene argumento alguno para un Arbitraje Internacional contra la República, como lo sostenía la ExxonMobil en la demanda.

“La actuación legal de ExxonMobil y de otras demandas contra la República se ha basado en el argumento de que el artículo 22 de la Ley para la Promoción y Protección de Inversiones representaba una aceptación del Estado venezolano de que las diferencias entre las partes se resolvieran en el Ciadi”, argumentos que fueron rechazados en el citado tribunal de arbitraje del Banco Mundial.

“Como consecuencia de este fallo, otros juicios contra Venezuela como los adelantados por ConocoPhillips, Brandes y OPIC se quedan sin un sustento importante de su argumentación”, señaló Ramírez

Según el Ciadi, en su foro sólo puede discutirse lo relativo a las empresas fi liales de ExxonMobil, constituidas con el único fi n de quedar bajo el régimen del “Tratado de Protección Recíproca de Inversiones suscrito entre Venezuela y El Reino de los Países Bajos”

La estadounidense ExxonMobil se registró como empresa holandesa en febrero de 2006, lo cual es una actuación fraudulenta para ampararse por la ley antes mencionada. “Esto es muy importante porque la acción económica de las transnacionales se basa en el cálculo que ellos hacen de una supuesta afectación desde 2004”, comentó Ramírez.

En este sentido, el fallo resolvió por unanimidad conocer disputas entre Exxon Mobil y Venezuela únicamente a partir de 2006, lo que acarrea que “los montos demandados se reducen drásticamente”, destacó.

Mobil (adquirida después por Exxon) y Petróleos de Venezuela, (Pdvsa) acordaron en 1997 una asociación estratégica para operar un área de la Faja Petrolífera del Orinoco en Venezuela, la mayor reserva mundial de crudo.

Posteriormente, el Gobierno del presidente, Hugo Chávez, como parte de su política de rescatar y defender la soberanía y los recursos naturales del país, decidió nacionalizar el sector a través de la creación de empresas mixtas en las que la refundada Pdvsa tiene siempre al menos el 60 por ciento de las acciones, hecho que Exxon no aceptó, por lo que acudió a la justicia en busca de asegurarse una indemnización.

A diferencia de Exxon, la estadounidense Chevron - Texaco, la británica British Petroleum (BP), la francesa Total, la italiana ENI, la noruega Statoil y la china CNPC, aceptaron la formación de empresas mixtas con Pdvsa

En el 2008, también ExxonMobil perdió su disputa contra Venezuela, cuando un tribunal de Londres revirtió la demanda en la que la trasnacional exigía la congelación de bienes por 12 mil millones de dólares de Pdvsa �

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Ell presidente Hugo Chávez,

destacó que mientras en Europa la crisis económica golpea con fuerza y ha llevado a gobiernos como los de Grecia, Italia y Alemania a aplicar ajustes fi nancieros en el gasto público, en Venezuela se crean e bancos y fuentes de empleo en su país que benefi cian a los ciudadano.

Ante las críticas de la oposición local que afi rman el derrumbe de la economía venezolana, Chávez resaltó que en “Venezuela se siguen creando bancos para el pueblo (...) mientras que el capitalismo mundial, como consecuencia de su voracidad ilimitada, impulsa el deterioro salarial de los trabajadores y la disminución de los benefi cios sociales en todo el mundo”.

“Ahora le tocó a los novísimos bancos de las Comunas. Los primeros 52 de ellos nacieron el miércoles 9 para fomentar la organización del pueblo en formas de producción socialistas”, señaló en Las líneas de Chávez.

Destacó la producción de empleos en Venezuela, mientras que la crisis económica que transita Grecia y que afectó a la zona euro, ha originado que el gobierno de Atenas, y otros como los de Italia y Alemania, apliquen recortes fi nancieros que afectan a los sectores más desfavorecidos.

El presidente destacó también la suspensión del plan de ahorro energético que se mantenía en Venezuela desde enero de este año, con el fi n de reducir el alto consumo y evitar un colapso eléctrico en el país.

Prometió que no se descansará hasta no ver blindada a “la Gran Caracas con un anillo eléctrico que la independice del Sistema Guri”, la hidroeléctrica más importante de Venezuela, que genera el 70% de la energía en todo el territorio.

Chávez subrayó además, la reciente entrega de créditos por parte del Fondo Bicentenario Productivo Socialista a 142 proyectos de la pequeña y mediana industria nacional, lo que generará “6 mil 278 nuevos puestos de trabajo”

“Nuestro objetivo es incidir sustantivamente en una reducción del desempleo formal y del llamado desempleo informal, contribuyendo así con el apuntalamiento de nuestra economía”, puntualizó Chávez..�

Más bancos popularesy fuentes de empleo

/Junio de 2010

Tras una década de “revolución” la economía solidaria representa menos de 2% del PIB Pese a la creciente crítica al capitalismo, el peso de este sector más bien ha aumentado.

La caída del Producto Interno Bruto por cuarto trimestre consecutivo ha servido para afi rmar con mucho simplismo que lo que está cayendo es el capitalismo. Si bien es cierto que las empresas mercantiles con fi nes de lucro han reducido su nivel de ventas y producción, esta “implosión” del capitalismo venezolano seguramente irá acompañada del cierre y quiebra de pequeñas, medianas y grandes empresas; y, por lo tanto, de un incremento del desempleo

No habría ningún tipo de riesgo ni amenaza si esta caída de la producción y el empleo en el sector capitalista de la economía nacional se viera inmediatamente compensada con el crecimiento vertiginoso de la economía social. Pero esto no es así. Después de una década de “revolución” y amplio apoyo a las cooperativas, Fundos Zamoranos y EPS, la economía solidaria representa menos del 2% del PIB.

No se trata de celebrar ingenuamente la caída del PIB, ni de expropiar luego las empresas cerradas para transformarlas en propiedad estatal. En un país con un creciente porcentaje de la población económicamente activa en la burocracia estatal, están dadas las condiciones para mantener al rojo vivo la infl ación, toda vez que este es un empleo improductivo cuyos salarios no tienen su debida contrapartida en una abundante producción.

Para muestra un botón: el último aumento del salario mínimo signifi ca la inyección de casi Bs.F. 10 millardos que no tienen respaldo en un aumento equivalente de la producción.

El reto no puede estar, entonces, en quebrar a las compañías existentes, sino en multiplicar las empresas de la economía real para incrementar el número de empleos productivos.

En Venezuela la densidad empresarial por cada mil habitantes es muy baja, apenas llega a 0,3, mientras

que en Colombia es de 1,2 y en México, de 1,7

De cara a la construcción de un nuevo modelo productivo que erradique las causas estructurales del desempleo, la pobreza y la exclusión, el objetivo ahora -más que reactivar el PIB- es transformar su estructura y evitar la reedición de la experiencia vivida entre los años 2004-2009, cuando buena parte de los incentivos de política pública se destinaron a reanimar el aparato productivo existente, conformado mayoritariamente por empresas mercantiles con fi nes de lucro.

Al concentrarse en la reactivación y no en la transformación de lo que había, la propia política económica bolivariana fue la que contribuyó a que el sector capitalista de la economía creciera a una velocidad mayor que la economía pública y la economía social.

Una revolución verdadera es una permanente contradicción dialéctica entre dos procesos que se excluyen entre sí, pero a la vez se presuponen. Por lo tanto, tiene dos caras: la cara de la superación del viejo orden capitalista, explotador e inferior y la cara de la construcción del nuevo orden socialista, obligado a demostrar que es realmente superior

La secuencia y sincronización de este proceso de destrucción creativa es clave para no dejar vacíos en los que se incube la posibilidad de revitalizar y restaurar el dominio del viejo orden; el cual,

aunque pueda ser fi nalmente superado, nunca quedará del todo desaparecido.

El capitalismo: ¿un mal necesario?

A pesar de la creciente crítica al capitalismo, el peso de este sector lejos de disminuir más bien ha aumentado. Pasó de 64,7% en 1998 a 70 % en 2009. El sector público cayó de 35% a 30%, mientras que la participación de la economía social, contabilizada como componente del sector privado, es de apenas 1,6 %.

El sector mercantil sigue siendo mayoritario y, por lo tanto, defi ne la naturaleza capitalista de la economía, lo cual es totalmente contradictorio con los objetivos del Gobierno de construir un modelo productivo socialista.

Ante la frustración que ocasionan estos resultados, no se puede cometer ahora la ingenuidad de destruir el actual patrimonio productivo con la pretensión de construir sobre sus ruinas la economía solidaria. Poner en marcha una empresa requiere un largo proceso de maduración y puesta a punto que puede llevar años. Y los trabajadores necesitan llevar comida todos los días a su casa.

Destruir la economía capitalista sin que se haya construido la economía socialista nos puede dejar atrapados en un círculo vicioso de recesión, escasez, acaparamiento, especulación, infl ación y desempleo. Este es el atajo perfecto para

VÍCTOR ÁLVAREZ R

La Revolución tiene dos caras

/Junio de 2010

provocar un creciente malestar social. Si la cara de la destrucción creativa no se sincroniza con la cara de la construcción revolucionaria, la gente que se ha quedado sin empleo y sufre los estragos de la infl ación terminará concluyendo que “es mejor malo conocido que bueno por conocer” y se corre el riesgo de restaurar el orden anterior.

El socialismo rentista

En Venezuela, los avances en materia de reducción de desempleo, pobreza y exclusión han sido gracias a la inversión social de la renta petrolera, la cual también ha permitido compensar y disimular una distribución regresiva del ingreso en el sector privado de la economía, donde la participación del capital se ha incrementado en desmedro de lo que reciben los trabajadores.

En 1998 al factor trabajo le tocaba 39,7% del valor creado, superior al 36,2% que le tocaba al capital. Diez años después, su participación cayó a 32,8%, mientras que la de los capitalistas subió a 48,8%. Esto quiere decir que en Venezuela la lucha por lograr una mejor distribución del ingreso no se dirige a capturar una mayor tajada del fruto del esfuerzo productivo, sino que se traslada a capturar la mayor parte de la renta petrolera.

Justamente, la naturaleza rentista del socialismo venezolano es lo que explica que la pugna por la distribución del ingreso no se caracterice por cruentos confl ictos obrero-patronales a través de reclamos, marchas, paros y huelgas.

Sin embargo, cuando el ingreso petrolero se derrumba, quedan al descubierto los potenciales confl ictos distributivos entre capital y trabajo. La rivalidad en la repartición del ingreso puede hacerse más violenta si los precios del petróleo mantienen un comportamiento errático y la economía no se reactiva en el corto plazo.

En cualquier caso, un trabajador con familia que mantener, preferirá estar como asalariado en una empresa capitalista, en lugar de estar anotado en una lista, a la espera de que se abra una empresa de la economía social. �

(Publicado en el diario El Mundo)

El capitalismo rentístico venezolanoLa renta petrolera tiene su origen en un plusvalor internacional que pagan

los países consumidores de petróleo. No es el resultado del esfuerzo productivo interno. En Venezuela, la percepción de una creciente renta petrolera engendró una economía con rasgos muy particulares.

1) Dio nacimiento a una clase capitalista que sustentó su proceso de acumulación en la apropiación de una parte importante de esa renta. En el capitalismo clásico, los empresarios se hacen explotando a los trabajadores, pero en el capitalismo rentístico los empresarios nacen cuando consiguen un préstamo de algún banco público. Se trata de una clase capitalista espúrea que se ha reproducido al amparo del Estado y de la distribución de la renta.

La baja presión fi scal, la sobrevaluación del bolívar, los créditos blandos de la banca pública, las compras gubernamentales y las inversiones en infraestructura de apoyo a la actividad productiva fueron algunos de los mecanismos más importantes de distribución de la renta petrolera a favor de esa clase empresarial parasitaria.

El sector privado venezolano debe comprender esto y, también, que las tasas de ganancias tan elevadas que fueron posible en el pasado gracias a la disponibilidad de la renta petrolera ya no son ni serán posibles.

2) La lucha distributiva se basa en la captura de la mayor parte de la renta petrolera y no en el reparto del fruto del esfuerzo productivo interno.

Cuando el ingreso petrolero se derrumba, quedan al descubierto los potenciales confl ictos distributivos entre capital y trabajo y se intensifi can los reclamos, marchas, paros y huelgas para lograr una mejor distribución del ingreso.

3) La inversión social de la renta petrolera a través de las Misiones ha permitido compensar una distribución regresiva del ingreso en el sector privado de la economía, donde la participación del capital se ha incrementado en desmedro de lo que reciben los trabajadores.

En 1998 a éstos les tocaba el 39.7% del valor creado, superior al 36.2 % que le tocaba al capital. Diez años después, la participación de los trabajadores cayó a 32.8 % mientras que la de los capitalistas subió a 48.8%.

Estos datos son una clara demostración del capitalismo salvaje que aún predomina en Venezuela, el cual no se aprecia en toda su crudeza debido a la inversión social de la renta petrolera. Pero la rivalidad en la distribución del ingreso puede hacerse más cruenta si la renta petrolera no se recupera o la economía no se reactiva en el corto plazo.�

*ECONOMISTA, MÁSTER EN PLANIFICACIÓN DEL DESARROLLO, CENDES-UCV (1988). EX MINISTRO DE INDUSTRIAS BÁSICAS Y MINERÍA DE VENEZUELA

/Junio de 2010

A fuerza de regalos fi scales, ausencia de regulación y laxitud medioambiental, los conservadores en el poder en Alberta, Canadá, transformaron el norte de la provincia en un supermercado de petróleo sucio en provecho de las multinacionales y de su vecino estadounidense. Se sacrifi ca el bosque boreal y a las primeras naciones de la región.

Una sola “ruta de hielo”, abierta de mediados de diciembre a mediados de marzo, atraviesa cinco ríos congelados y conduce a Fort Chipewyan, 700 kilómetros al norte de Edmonton, la capital de Alberta. Salvo en invierno, para llegar a esta provincia del oeste de Canadá hay que hacer el trayecto en avioneta. El establecimiento del comercio de pieles “Fort Chip”, fundado en 1788, fue la primera colonia británica en Alberta. A pesar de su insuperable vista sobre el lago de Athabasca y sus islas boscosas, el único hotel del lugar está en venta desde hace años, ya que el turismo nunca levantó el vuelo. Los periodistas que vienen hasta aquí rara vez lo hacen por la belleza o el interés histórico del lugar, sino más bien por la alarmante tasa de cánceres: 30% superior al promedio provincial (1). Para muchos, el sospechoso número uno se encuentra 230 kilómetros río arriba, ahí donde el río Athabasca serpentea en medio de inmensas minas a cielo abierto y 130 km2 de piletas de decantación de la industria petrolera.

En efecto, aquí tiene lugar la mayor fi ebre del oro negro de la era moderna: más de 170.000 millones de barriles –es decir, la segunda reserva mundial– se hallan sepultados en el bosque boreal, sobre una superfi cie equivalente a la cuarta parte de Francia. La extracción y transformación de esas arenas bituminosas (2) requieren cantidades impúdicas de agua –cinco barriles por cada uno de petróleo– y producen daños irreparables en el medio ambiente.

“Hace cincuenta años, si morían una o dos personas de la comunidad al año, era mucho. En 2009, sólo en el mes de abril, enterramos a siete. ¿Qué está pasando aquí?” Mientras

EMMANUEL RAOUL/LE MONDE DIPLOMATIQUE

Voraz desarrollo petrolero en Canadá

raspa unos boletos de lotería, Alec Bruno agrega, fatalista: “De aquí a unas décadas, no veo qué quedará para las generaciones jóvenes. Somos un pueblo que vive de la tierra y todo eso está desapareciendo”. Guarda los billetes; el premio gordo será para otra vez. Este “anciano” de los amerindios Chipewyan Athabasca (3) participa, sin ilusiones, en los comités instaurados por las compañías petroleras: “¡Ya tienen las autorizaciones antes de venir a vernos! No podemos detenerlas; apenas intentamos hacerles modifi car sus prácticas para limitar los daños al medio ambiente y minimizar los riesgos para nosotros, que vivimos río abajo”.

Hace unos diez años, los habitantes de Fort Chipewyan empezaron a pescar peces deformes con gusto a petróleo. Luego el médico del lugar afrontó varios casos de un cáncer raro de las vías biliares, cuya incidencia normal es de 1 por 100.000. Pero aquí no hay más que un millar de habitantes. En la primavera de 2006, el doctor John O’Connor cuestionó públicamente la responsabilidad de la industria petrolera en el asunto. No le fue bien. La administración federal Salud Canadá lo demandó por su “actitud no profesional” causante de “una inquietud injustifi cada”. Herido por estos ataques, abandonó la región en 2007. A principios de 2009, tras años de negación, las instituciones sanitarias

de Alberta reconocieron una elevada tasa de cáncer, pero suavizaron estos resultados “basados en un número reducido de casos (51 observados sobre 39 esperados)” y concluyeron: “No hay motivos para alarmarse” (4). El estudio no se pronunció sobre el origen de la enfermedad, debida tal vez “al azar, a una mejor detección, o a cambios en el modo de vida o el entorno”. El doctor O’Connor recibió una disculpa ofi cial y regresó a la región en noviembre de 2009: “Yo había logrado mi objetivo de atraer la atención que ‘Fort Chip’ reclamaba hacía años. No digo que las arenas bituminosas sean la causa de los cánceres, sino que planteo la pregunta”.

Como los cánceres son plurifactoriales, es casi imposible determinar una causa única. “Se trata más bien de preguntarse si los niveles de toxinas en el aire, el agua, los peces y los animales son lo sufi cientemente altos como para impactar en la salud”, explica el doctor Kevin Timoney. Cuando la comunidad de “Fort Chip” le encargó estudiar la contaminación, encontró entre 10 y 50 veces más mercurio que lo normal en algunos peces, y bastante más hidrocarburos río abajo de las minas que río arriba (5).

Una industria letal

Las autoridades se aferran a un argumento: la presencia de

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hidrocarburos y mercurio en el río es de origen natural, ya que las arenas bituminosas afl oran en los bancos en algunas partes. Esto fue lo que se propuso verifi car un equipo de renombrados investigadores. El 6 de diciembre de 2009, acudieron a Fort Chipewyan para dar a conocer sus conclusiones: a causa de sus emanaciones de compuestos aromáticos policíclicos (CAP) (6) hacia la atmósfera, ¡la industria causa el equivalente a una marea negra por año (7)! En un radio de 50 kilómetros alrededor de las plantas de valorización –donde el bitumen es extraído de la arena y luego transformado en petróleo pesado, etapa obligatoria antes de la refi nación–, se encuentra bitumen puro en la nieve. En el Athabasca y sus afl uentes, la concentración de CAP es de 10 a 50 veces superior a la normal, lo que podría explicar las malformaciones de los peces. Se recomendó a las mujeres embarazadas y a los niños no comer pescado más de una vez por semana. Pero la alimentación amerindia tradicional está basada en la caza y la pesca.

“Estas formas raras de cáncer son como una guerra bacteriológica –apunta Mike Mercredi, con un gorro con la efi gie del Che en la cabeza–. Al permitir que la enfermedad mate a mi pueblo, se practica una especie de genocidio.” En la pared, un afi che clama su credo: “We resist colonization” (“Nosotros resistimos la colonización”). Desde que terminó el secundario, Mercredi trabajó en las minas, manejando los camiones más grandes del mundo por 5.000 dólares canadienses (3.500 euros) mensuales (8). “Cuando perdí a mi tía, mi tío, y luego a un amigo de 27 años a causa de cáncer, me dije: ‘¡Lo que los mata es tu trabajo!’. Bajé de mi camión y renuncié.” En febrero de 2007, lo contrató su tribu Athabasca Chipewyan: “La idea era que un día no iba a haber más vida posible aquí. Entonces yo debía recoger el saber tradicional de los ancianos para mostrar a las futuras generaciones cómo era la vida antes del desarrollo industrial. Luego me dije: ‘¿Qué hacer para impedir la destrucción de mi pueblo y de esta tierra? ¡La explotación de las arenas bituminosas debe parar!’”. Desde ese momento, Mercredi machaca con ese mensaje en

conferencias por todo el país. Él provee la voz, pero su tribu optó

por la Ley, demandando a Alberta por el arriendo de tierras que rodean a un cementerio tradicional. “El gobierno tiene el deber de consultarnos, así lo establece la jurisprudencia –explica John Rigney, administrador de la tribu– (9). Nuestra denuncia fue rechazada, pero apelamos, y estamos dispuestos a llegar a la Corte Suprema. Esto será una batalla sagrada. Como David contra Goliat, tenemos tan poco dinero…”

Nada que no se pueda comprar

Con sus miles de millones de dólares, y el apoyo provincial y federal, la industria petrolera parece intocable. Para comprar la paz social, algunas compañías reparten algunas migajas de sus colosales ganancias: por ejemplo, Syncrude puso 500.000 dólares para el equipamiento del centro para la juventud. En noviembre de 2009, la compañía invitó a los Chipewyan a una cena de Navidad en el salón de fi estas.

El ex jefe Archie Cyprien defi ende a los generosos donantes: “Syncrude hace mucho por la comunidad, con sus subvenciones y la creación de empleos. La industria está allí para quedarse, más vale aprender a convivir con ella”. Al fi nal de la velada, cada familia recibe un pavo, y los niños chocolates. “Éste es el aspecto más agradable de mi trabajo –explica entusiasta Steven Gaudet, de Syncrude–. Es cierto que las primeras naciones (10) tienen distintas actitudes hacia nosotros, pero nosotros las necesitamos y queremos que sus comunidades crezcan con nosotros. Les ofrecemos formación y empleos: entre el 8% y el 10% de nuestros empleados son aborígenes.”

Mercredi, por su parte, realiza una breve visita. Se niega a ser el pato de la boda: “A los dirigentes de Syncrude lo que más les importa es la imagen de la empresa; saben muy bien el mal que hacen y entonces, para aliviar su conciencia, le dicen al mundo: este pueblo está en vías de extinción, pero sus habitantes están muy contentos de comer pavos”.

Syncrude dice haber gastado más de 1.200 millones de dólares en la subcontratación de empresas aborígenes desde 1992. El aislado Fort Chipewyan sólo fi rmó unos pocos contratos con la industria. Pero si remontamos el Athabasca, encontramos a Fort McKay en una situación muy distinta. Con seis minas en un radio de 30 kilómetros, la aldea se encuentra rodeada por esas extensiones lunares de arena gris que reemplazaron bosques y pantanos; lagos artifi ciales llenos de 720.000.000 m3 de sopa tóxica ofrecen a los pájaros una pausa eterna y empapada en fueloil; las fábricas escupen llamaradas y humo junto a unas colinas amarillas de azufre. El jefe Jim Boucher admite: “Es una decisión difícil, pero intentamos desarrollar la capacidad de la comunidad para extraer el máximo de ventajas de estas posibilidades”.

Fort McKay Group of Companies, consorcio 100% aborigen, produjo una cifra de negocios de 85 millones de dólares en 2007, proveyendo diversos servicios a la industria. También fi rmó una sociedad con Shell para explotar conjuntamente 33 km2 de arenas bituminosas. Los habitantes están

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acostumbrados a los procedimientos de evacuación y al olor a petróleo en el aire. El jefe elogia los benefi cios de estas actividades: una tasa de desempleo inferior al 5%, una clínica, un centro para la juventud, 170 viviendas nuevas…

Ninguno de los funcionarios responderá nuestros pedidos de entrevista. En cambio, una anciana de Fort McKay, Celina Harpe, nos recibe en su casita, a orillas del Athabasca. A los 71 años, evoca con tristeza un mundo desaparecido: “Toda mi vida bebí el agua de este río. Pero desde que están estas fábricas, ya no se puede. Se ha puesto amarronada y no hace falta ser científi co para darse cuenta de que no es buena para beber. Así que tenemos que comprar agua embotellada”. Su marido, Ed Cooper, alias Muskwa –“el oso”, en lengua dené–, agita una botella de cincuenta centilitros: “Cuesta 2 dólares en la tienda más cercana. ¿Caro para ser agua, no?”.

Hace unos años, Harpe interpeló a algunos representantes de Suncor y Syncrude: “Ustedes envenenaron el agua, ¡ahora tienen que dárnosla!”. Su esposo comenta que desde ese momento “nos envían agua gratuitamente dos veces por mes, pero sólo a los ancianos; los demás tienen que pagarla”. La señora Harpe saca los mocasines de cuero de alce y piel de castor que fabrica con sus propias manos. “Soy la última que cose en Fort McKay. Toda nuestra cultura desapareció, nuestro modo de vida tradicional no existe más, se acabó.”

Una ciudad que huele a dinero

Basta hacer 45 kilómetros hacia el sur para descubrir qué sustituyó ese modo de vida. Atestada de pickups y vehículos pesados, la autopista 63 conduce a Fort McMurray. Una vitrina del mundo occidental en pleno bosque boreal: supermercados y centros comerciales, fast-foods y tiendas de bebidas alcohólicas en cada esquina, casino y bares con chicas strippers, abundancia de drogas y de sin techo con aire despavorido. Este antiguo pueblo de tramperos y leñadores, antes apodado “la fábrica de pieles”, se ha convertido en Fort McMoney, con efl uvios de petróleo que las cohortes de jóvenes activos huelen a dinero. El número de habitantes se triplicó desde el boom

de las arenas bituminosas, pasando de 34.000 en 1994 a 101.000 en 2009.

¿Cómo maneja su mutación la ciudad hongo? “No tan bien”, reconoce sonriente Melissa Blake. Esta intendente electa en 2004 dirige una de las comunas más grandes del mundo, la municipalidad regional de Wood Buffalo: más de 63.000 km2 cubiertos de bosque, repleto de sitios mineros e industriales –una superfi cie aproximadamente igual a la de Irlanda–. Fort McMurray es la única ciudad. “En términos de infraestructuras, no estábamos preparados para un crecimiento tan brutal.” El crecimiento de la población –8% por año– convirtió al sector inmobiliario en el más caro del país: una casa de cuatro habitaciones vale más de 620.000 dólares. Y más vale no caer enfermo, ¡porque hay 1,7 médicos cada 10.000 habitantes, y uno de emergencias puede recibir hasta 156 pacientes en doce horas (11)!

“Detesto esta ciudad: me fui siete veces, pero siempre vuelvo, porque sólo acá puedo ganar tanto dinero”, confi esa un joven en un bar. Este obrero gana 32 dólares por hora, o sea cuatro veces más que el salario mínimo de su provincia, Columbia Británica. Pero el 98% de los habitantes de Fort McMurray no piensa jubilarse allí (12), por eso no se preocupa mucho por el impacto de la industria petrolera en el medio ambiente o en las primeras naciones.

Varias generaciones de una familia chipewyan comparten unas pizzas y comida china frente a la tele. Todos trabajaron o aún trabajan para la

industria petrolera. Una joven recuerda: “Desde la escuela nos preparan para eso: los dibujos para colorear, los juguetes… Es un lavado de cerebros”. “No nos queda otra opción que trabajar para ellos si no queremos ser pobres –cuenta Herman, de 41 años, que fue conductor de máquinas para Suncor, Syncrude y Shell–. Antes cazábamos para vivir, pero ahora me convertí en un ‘Sobeys boy’ (13).” Después de algunos problemas de salud, se dispone a retomar su empleo: “Lo detesto, pero debo regresar; tengo que pagar 1.400 dólares por mes por el terreno de mi caravana”. Todos se expresan con severidad respecto a la tribu de Fort McKay: “La idea del éxito individual corrompió a nuestro pueblo. La industria nos dividió”, lamenta Max.

Una visita al Consejo tribal de Athabasca confi rma esta constatación. Este organismo, que reúne a las cinco primeras naciones de la región –alrededor de 5.000 personas–, les da consejos y servicios, pero no tiene poder político, y cada tribu se autogobierna. Su director, Roy Vermillion, se expresa con prudencia respecto a las arenas bituminosas: “Las tribus tienen puntos de vista distintos. Si bien todas se preocupan por el entorno, no tienen las mismas oportunidades según su localización. Su posición es difícil: al igual que la mayoría de los pueblos indígenas, se consideran protectoras de la ‘Madre Naturaleza’, pero al mismo tiempo hay una demanda mundial de petróleo que nuestra región puede satisfacer. Nosotros intentamos lograr un equilibrio”.

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Estrategias de supervivencia

En 2003, las cinco primeras naciones establecieron una sociedad con los representantes de la industria y los gobiernos municipales, provincial y federal, para manejar las consecuencias del desarrollo en sus territorios. Fue un fracaso. Vermillion explica que: “Todas las partes estuvieron de acuerdo en… no trabajar juntas, y disolver la sociedad en marzo de 2010. Cada nación participará más directamente a través de las Industry Relation Corporations [IRC]”.

Las IRC, al igual que Tony Boschmann para los Chipewyan Prairie, 130 kilómetros al sur de Fort McMurray, manejan la relación de las tribus con los industriales: “El desarrollo es una bestia enorme imposible de detener. Nuestra tarea consiste en ayudarlos a sobrevivir con ese monstruo para que, en cincuenta años, la primera nación siga ahí, con sus tradiciones preservadas”. El canadiense anglosajón Shannon Crawley, que trabaja con Boschmann, precisa: “Estas comunidades tuvieron que experimentar una revolución industrial de 300 años en muy poco tiempo. El jefe Vern Janvier tuvo sus primeros contactos con el hombre blanco hace 35 años”.

La comunidad está asediada por proyectos petroleros. Las arenas bituminosas son demasiado profundas para ser extraídas a cielo abierto, de manera que se utilizan las técnicas in situ. La más común es el drenaje gravitacional asistido por vapor (Steam Assisted Gravity Drainage – SAGD): se cavan dos pozos paralelos, uno sirve para inyectar vapor a alta presión, que licúa el bitumen, y el otro lo bombea hasta la superfi cie. “Es un desarrollo duradero”, aseguran sin reír los representantes de la industria petrolera: el SAGD no causa una destrucción tan espectacular como las minas, y utiliza cada vez más agua salobre.

Esta técnica, puesta a punto en Alberta gracias a 55 millones de dólares de subvenciones federales, sigue siendo experimental. En mayo de 2006, en el proyecto Joslyn de la empresa Total, el vapor provocó una explosión en la superfi cie, proyectando rocas, árboles y bitumen, y dejando un cráter de veinte metros de ancho. “Hay una verdadera falta de conocimiento

científi co sobre el impacto del SAGD. No sabemos cómo se comunican los estratos en el subsuelo”, se lamenta Boschmann. Al provocar mini-sismos y derrumbamientos del terreno, el SAGD podría contaminar la mayor napa freática de Canadá (14).

Alberta no ha efectuado ningún estudio de impacto de las técnicas in situ, y su ente regulador aprueba el 95% de los proyectos sin evaluar jamás los efectos acumulativos de las actividades mineras. Sin estudios de impacto, más de la mitad de los 140.000 km2 ricos en arenas ya han sido otorgados. Boschmann advierte: “La inversión es muy riesgosa, ya que las primeras naciones tienen derechos, y lucharán para que sean reconocidos”.

Doscientos kilómetros más al sur, los Cri de Beaver Lake se enfrentan a Alberta y Canadá por 16.000 violaciones de sus derechos. Como fruto de los tratados fi rmados a fi nes del siglo XIX con la Corona Británica, estos derechos fueron incluidos en la Constitución en 1982. A cambio de la cesión de inmensos territorios, las primeras naciones obtenían la garantía de seguir viviendo perpetuamente allí, de acuerdo a sus tradiciones. Alberta, que no existía como provincia cuando se fi rmaron, no reconoce los tratados y considera que no tiene el deber de consultar a los amerindios. La industria se encarga de hacerlo, a su manera. Gerald Whitford, administrador de la tribu, señala dos estanterías cargadas de carpetas. “Eso es un sólo proyecto

de expansión para una instalación. Nos envían eso y dos días después, nos preguntan por teléfono: ‘¿Alguna pregunta?’ A eso llaman consulta.”

“La última línea de defensa”

El grupo ecologista Pembina Institute, famoso por su trabajo serio y documentado, estima que las primeras naciones y sus quejas son “la última línea de defensa” para preservar la naturaleza. Porque del lado provincial y federal se ha confi ado esta función a algunas asociaciones fi nanciadas por la industria y sin ninguna credibilidad a fuerza de informes tranquilizadores. El Regional Aquatic Monitoring Program (RAMP), que supuestamente controla la calidad del agua, es duramente criticado por expertos independientes por su falta de rigor científi co; le pasó desapercibida la marea negra anual. Ecologistas y aborígenes terminaron dando un portazo ante la Cumulative Environmental Management Association (CEMA), que debe administrar los efectos acumulativos del desarrollo, a raíz del bloqueo ejercido por la industria que exige unanimidad para toda decisión.

Ejemplo de su inefi cacia: un grupo de trabajo tardó ocho años en elaborar un plan para preservar hasta un 40% de las tierras de la municipalidad regional de Wood Buffalo. Cuando ésta realizó sus recomendaciones, ¡la mayoría de los terrenos ya habían sido asignados!

La fe ciega en la tecnología y la confi anza absoluta en la industria

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están de moda en Alberta. “Aquí las compañías se autocontrolan –explica Preston McEachern, de la agencia provincial Alberta Environnement– ¡Tienden incluso a sobre-informar los incidentes!” Pero cuando en abril de 2008 murieron 1.600 pájaros en una pileta de decantación de Syncrude, la alarma provino de un informante anónimo.

Cuando una nube de dióxido de azufre se abatió sobre Fort McKay, en 2006, el viento tuvo que llevar la pestilencia sobre su población mayoritariamente blanca para que la instalación en cuestión se cerrara; las estaciones de control de calidad del aire no habían notado nada. En cuanto a las fugas tóxicas de los lagos artifi ciales, nadie es capaz de cuantifi carlas. Pero según McEachern, la cifra de 11 millones de litros por día que algunos calculan ¡no signifi ca “casi nada”!

Según el periodista albertano Andrew Nikiforuk, la provincia está regida por “la primera ley de la petro-política”: cuanto más sube el bruto, más se resiente la democracia. Los conservadores, adeptos al lobby gaso-petrolero, reinan sobre Alberta desde hace 39 años. Algunas organizaciones no gubernamentales interpelan al gobierno federal para que fi nalmente proteja los recursos acuíferos y humanos que de él dependen: del Athabasca se extraen 445.000.000 m3 por año, o sea el equivalente del consumo de una

ciudad de tres millones de habitantes (15). ¿La industria paga ese agua? Con aire de asombro, los representantes de Alberta Environnement y de la industria petrolera responden “no”.

En Ottawa, el peor enemigo de los amerindios, Tom Flanagan, asoma detrás del Primer Ministro Stephen Harper (16). Este pensador ultraconservador les cuestiona la denominación de “nativo”, argumentando que ellos son… inmigrantes que precedieron unos miles de años a los europeos. Concluye que sus reivindicaciones territoriales no tienen fundamento, y aboga por la desaparición de los derechos de los aborígenes.

Mientras que Canadá no ha fi rmado la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas, la aplicación de esas tesis destruiría las acciones judiciales de las primeras naciones, a las que Flanagan llega incluso a acusar de amenaza para la industria petrolera y de “ser capaces” de volcarse a la acción violenta junto a ecoterroristas (17). �

Notas: (1) Yiqun Chen, “Cancer Incidence in Fort

Chipewyan, Alberta, 1995-2006”, Alberta Cancer Board, Edmonton , febrero de 2009.

(2) Bitumen muy viscoso combinado con esquisto y arena, a partir del cual se produce petróleo. Hasta no hace mucho, era demasiado costoso y complejo explotar esas arenas bituminosas. El alza del precio del oro negro y los cambios tecnológicos las hicieron rentables. Con 1,4 millones de barriles por día, constituyen la mitad de la producción canadiense; en 2025, podría ser el 80%.

(3) Seiscientos Cris Mikisew, doscientos Chipewyan Athabasca (Dené), doscientos mestizos y un centenar de no aborígenes viven en Fort Chipewyan.

(4) Hanneke Brooymans, “ Cancer rates higher in communities near oil sands: Study”, Canwest News Service, Edmonton, 6-2-09.

(5) Kevin Timoney y Peter Lee, “Does the Alberta tar sands industry pollute? The Scientifi c Evidence”, The Open Conservation Biology Journal, 2009 (www.bentham.org/open/toconsbj).

(6) Familia de compuestos químicos, muchos de ellos cancerígenos.

(7) Erin N. Kelly, Jeffrey W. Short, David W. Schindler, Peter V. Hodson, Mingscheng Ma, Alvin K. Kwan y Barbra L. Fortin, “Oil sands development contributes polycyclic aromatic compounds to the Athabasca River and its tributaries”, Proceedings of the National Academy of Sciences, Washington, 7-12-09.

(8) Todos los montos mencionados están en dólares canadienses.

(9) Los Cris Mikisew cuestionaron un proyecto de ruta sobre su territorio porque no habían sido consultados; en 2000, la Corte Suprema de Canadá les dio la razón.

(10) Término utilizado por los autóctonos de Canadá para designar a los amerindios. 11 Michel Sauvé , “ Canadian dispatches from medical fronts: Fort McMurray”, Canadian Medical Association Journal, Ottawa, 3-7-07.

(12) Andrew Nikiforuk, Tar sands: Dirty oil and the future of a continent, Greystone Books, Vancouver, 2008.

(13) Sobeys es la segunda cadena de supermercados de alimentos del país.

(14) Carolyn Campbell, “In Situ tar sands extraction risks contaminating massive aquifers ” , Wild Land Advocates, Vol. XVI, N° 5, Calgary, octubre de 2008.

(15) Danielle Droitsch, “Watered Down: Overcoming federal inaction on the impact of oil sands development to water resources ”, Water Matters, Calgary, octubre de 2009.

(16) Consejero político de Harper hasta su victoria en 2006, se lo considera su maestro intelectual.

(17) Tom Flanagan, “Resource industries and security. Issues in Northern Alberta”, Canadian Defence and Foreign Affairs Institute, Calgary, junio de 2009.

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El reino de los abogadosPues sí, estamos en un Reino, y no lo digo por el hecho de que los Países

Bajos tengan una Monarquía Parlamentaria como sistema de Gobierno, sino porque aquí, en La Haya, en el curso de un proceso arbitral, nos damos cuenta del poder absoluto de los abogados de las empresas trasnacionales. Lo ejercen a través de las interpretaciones, premisas e incluso, de las condiciones que insertan en los documentos en los que se regula la voluntad de las partes. Construirán así, un cúmulo de dudas que sólo podrán resolverse con su asesoramiento.

De allí que, los problemas aderezados por ellos mismos, debemos tratar de resolverlos encomendándoselos a terceros. Es decir que, lo que bien habríamos podido hacer personalmente, ha llegado a un nivel tal de complejidad, que ya no es posible dilucidarlo sino a través de los abogados.

Son ellos los que escogen a los testigos, y uno se pregunta ¿por qué no mandan, sobre todo en los casos técnicos, a quienes conocen bien la materia sobre la cual se debate, sino que designan a un sujeto hábil o inhábil, pero que no es capaz de explicar nada, bien porque no pueda, o bien porque le han ordenado que no lo haga?

Al testigo de cuya declaración depende en un porcentaje muy elevado, el destino de la decisión, se le indica que penetre constantemente en unas zonas de sombras que nos obligarán a pedirles que nos las aclaren; que prendan la luz, pero ellos nos dirán que, en tal sentido le ha sido planteada la cuestión por los abogados. Si torpemente insistimos en que nos respondan cuál es ese sentido, se oirá la interrupción acalorada del abogado, diciendo que un testigo no puede declarar sobre una materia reservada como lo es todo lo que signifi que su eventual conversación con el mismo.

Me explico mejor. La técnica de los abogados, reyes del proceso, es manejar la cuestión, o supuestamente hacerlo, de acuerdo con su propio criterio. Es así como, si se pregunta al más alto Directivo de la más importante sociedad, no digamos internacional, sino intergaláctica, sobre el signifi cado de ciertos términos utilizados, y el alcance de determinadas instituciones, los altos ejecutivos dirán que ellos no saben nada de eso; que son simplemente empleados; y, al preguntársele quién asume la responsabilidad de tales signifi cados nos dirán: que el departamento legal, es decir sus abogados, que son los que conocen de las cuestiones legales. Aquí es donde está la trampa, porque de pronto, aquellos tipos tan importantes, parecieran desinfl arse como un muñeco de goma al que le sacan el aire, y todo conduce a la búsqueda del criterio del que analizó la cuestión desde su postura legal; pero en esa esfera no puede penetrarse porque está cubierta con el secreto; privilegio de la confi dencialidad.

Es así como, la gran experiencia que se adquiere en el trato con los Directores de las más importantes empresas del mundo, es que ellos tienen el desparpajo de decir que no saben absolutamente nada de las materias sobre las cuales deciden día a día: no saben lo que ellas signifi can. Así, no saben lo que es una tasa de descuento. Ellos saben utilizarla y aplicarla; pero si se les pregunta por su aplicación en un caso específi co, dirán que ellos no tuvieron absolutamente ningún poder de decisión, por cuanto ella fue sometida a su departamento legal, esfera impenetrable, por cuanto está cubierta con un privilegio que no se sabe quién lo creo ni quién lo consagró, pero que pareciera tener carácter absoluto, el deber-derecho de confi dencialidad de todo lo que un cliente conversa con su abogado.

El ejemplo que he dado, es apenas uno dentro de mil. Los altos ejecutivos no saben cuándo, cómo, ni dónde se asumen las decisiones, ni la justifi cación de su contenido, en razón de lo cual, el ser llamados como “testigos”, en forma alguna puede despejar para el juez, las incógnitas que todo proceso plantea. �

HILDEGARD RONDÓN DE SANSÓ

Lon la mayoría que preveían las fuerzas extranjeras de ocupación he sido elegido Presidente de mi país ocupado.

Por la ruta de las fuerzas ocupantes avanzo hacia la toma de posesión de la presidencia de mi país ocupado. Invocando el nombre del prócer que nos libertó de una ocupación extranjera juro obedecer los tratados inconstitucionales que mantienen a mi país ocupado.

Leo el discurso de toma de posesión ante los medios de comunicación ocupantes a los cuales he dado concesión para operar en mi país ocupado. Proclamo que enviaré a mis compatriotas a morir en las guerras que interesen a las tropas que nos ocupan. Llamo a mis nacionales a acatar las leyes y los tribunales internos a los cuales son inmunes los integrantes de las fuerzas que ocupan mi país ocupado.

Al regresar a Palacio me desvían de la ruta, me desnudan, me esposan, me fotografían con un número, me secuestran en un avión de las fuerzas que mantienen mi país ocupado. He dejado de ser útil y seré juzgado por las leyes y los tribunales de las fuerzas ocupantes. Es una contradicción ser Presidente de un país ocupado.

Casa con mosaicos

Vivió en casita de dos patios con pisos ajedrezados por mosaicos cuya geometría lo fascinaba. Eran distintos en el zaguán, la sala, los patios, los baños y la cocina. Sobre aquellas baldosas se movía la familia de una a otra posición como piezas de uno a otro casillero. Después de muerta la familia y él mudado, empezó a estudiar el ajedrez y a sospechar que de manera inconsciente una partida se jugaba sobre aquellas teselas. La forma de moverse cada pariente, como la de cada pieza de ajedrez, era un destino.

El incidir sobre ciertas casillas era exponerse a ser comido por el peón de la costumbre, la torre del encierro, la reina de la seducción, el rey del poder, el caballo de la errancia. En aquella trama de celdillas las piezas de la parentela combatían y se destruían unas a otras con armas sutiles a las que las hacían vulnerables ciertas posiciones. Al fi n

País ocupado

/Junio de 2010

tras miles de conjeturas confi guró el mapa de una hipotética partida que sólo podría confi rmar volviendo a ver la casa que habían comprado otras personas y le estaba vedada.

Con mil pretextos logró que lo dejaran pasar de la geometría ajedrezada del zaguán al estrellado tablero de la sala. Abusando de la confi anza fue desviando al mismo tiempo la conversación y los pasos hasta entrar en el primer cuarto. Nada más al pisar las entrabadas teselas sintió el sobresalto. Habiendo querido dar jaque al misterio con un gambito que creyó maestro se colocó en el mosaico predestinado sobre el que cayó para siempre golpeado por el jaque mate.

Casa repleta

Se le llena la casa de peroles y la vida de recuerdos al extremo de que ni la una ni la otra son practicables. Quizá haya en toda la confusión un cachivache y un recuerdo que valga la pena conservar. Para hallarlos habría que examinar miles y mientras se es cada instante es demasiado valioso para gastarlo en lo que ya no es.

El temor que impide empezar la revisión es el de hallar que nada valía

la pena. Pero hay que iniciarla pues siendo así que el peso de lo viejo impide nacer lo nuevo, sólo a partir de ese vacío podría surgir algo. Esto puede ser o no ser. Decido lo mismo que decido cada día. Comenzaré mañana.

Ferormonas

Biólogo que estudia las ferormonas u hormonas sexuales de los insectos para atraerlos a trampas mortales sintetiza por accidente ferormonas humanas. En el experimento queda impregnado y es sepultado por avalancha de hembras deseantes.

Queda sin embargo parte del líquido preparado y cuando bedeles del laboratorio botan recipientes en basurero multitud de damas persigue a los vehículos hasta desabarrancarlos sobre la mugre en la cual se revuelcan en éxtasis deseantes considerándola no inferior a sus parejas. Aquí se hipotetiza que ferormona combinada con efl uvios químicos del vertedero se repotencia atrayendo todo lo sexuado. El sensual almizcle no es más que diluida excreta de cachalote. Fácil era prever lo que sucedería cuando las ferormonas llegaran a las cloacas.

Ciudades se vacían por efecto de

turbas que las asaltan atraídas por el no sé qué superior a toda duda. En la carrera se derruyen orden moral y mercados fi nancieros. Colapsa la economía tras el desplome de las industrias que la sostienen, perfumería, moda y cosméticos y demás rituales de seducción. Por el sistema sanitario contaminante llega la ferormona vuelta abono a los transgénicos que no pueden ser desarraigados con pesticidas y multitudes arrasan sembradíos bailando danzas orgiásticas. El polen esparce la ferormona por la tierra y quienes perecen ahogándose en basureros y pantanos parecen no menos felices que antes. Como todo se acaba, me arranco la máscara fi ltrante, respiro hasta el fondo de los pulmones la ferormona.

Plancha de cadáveres políticos

Mala fi gura hacen los difuntos a menos que sean héroes o seres amados, pero la peor catadura es la de los cadáveres políticos que ni murieron gloriosamente ni nadie los quiere. Desde una funeraria capitalina lanzan su plancha para el Congreso. Mientras tuvieron poder redujeron sus gobernados a cadáveres; ahora quieren que los gobernados lleven cadáveres al poder. Medio instalados ya en sus urnas esperan los votos de sus devotos. Ruega por ellos. La Conferencia Episcopal les dedica una misa a la que nadie asiste. Dios mío, qué solos se quedan los muertos.

A toda máquina

A toda máquina los motorizados conquistamos el derecho a no estar sujetos a semáforos fl echas leyes ni buenas costumbres. A toda máquina irrumpimos por aceras veredas pasillos escalinatas túneles iglesias restoranes dependencias públicas. A toda máquina atropellamos automóviles viandantes códigos perros ordenanzas fi scales constituciones niños mandamientos. A toda máquina los peatones corren a montarse en motos para compartir nuestro derecho a violar leyes mujeres y propiedades sin consecuencias. A toda máquina los atropellamos�

/Junio de 2010

Un paneo sobre la situación de América Latina en los últimos tiempos permite ver que el silencio sobre algunos hechos claves posibilita la distorsión informativa hasta límites asombrosos, lo que benefi cia sustancialmente las planifi caciones de la dictadura mundial y su red mediática que abruma al continente.

Comparando lo que está sucediendo en América Latina ante la crisis económico fi nanciera que se expande por Europa- como lo hace la mancha de petróleo en las costas estadounidense por el accidente de la petrolera British Petroleum en el Golfo de México-con lo que está viviendo América Latina, se advierte que la región soporta este momento crítico en mejores condiciones, pero pocos escarban el fondo para poner nombres a este logro.

Es justamente por haber resuelto hacer todo lo contrario a lo recetado por el Fondo Monetario Internacional(FMI) en los años 90, que los países mejor posicionados están enfrentando con fuerza la crisis, entre otros hechos, del que no puede estar ausente el reconocimiento a lo que fueron las rebeliones populares –a las que escasamente se menciona hoy- contra la dictadura neoliberal impuesta en los 90.

Hay otro tema soslayado y es el buen resultado que fue para la región el regreso al Estado, la peor pesadilla que no imaginó Estados Unidos, cuyo objetivo, como lo muestran sus documentos de política exterior era debilitarlos y destruirlos para instalar el proyecto colonial en curso. Por esta razón ha sido uno de los pasos liberadores más importantes la decisión de varios de los nuevos gobiernos de deshacerse de la visión única y colonialista de la esclavitud al mercado como síntesis del capitalismo sin fronteras ni control.

Este retorno también posibilitó concretar, después de muchos intentos, esfuerzos y naufragios, un proceso de integración de raíces reales y no fi cticias.

Y en este tema es imposible ignorar la fi gura del presidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías, en su visión integradora latinoamericanista y

bolivariana, en el rescate del pensamiento contrahegemónico heredado de Simón Bolívar y otros patriotas como José Martí. Esto se hace real cuando ese pensamiento enfrenta al hegemonismo imperial que volvió a exhibir la Doctrina Monroe de 1823 como su caballo de batalla en tiempos modernos para defi nir las bases de un colonialismo clásico, visiblemente tardío, que intenta recuperar su impulso y no puede.

Y por eso la expansión militar y la guerra encubierta y solapada que libran las instituciones de inteligencia e injerencia del imperio en todos nuestros países. Botón de muestra la inefable Agencia Internacional para el Desarrollo(Usaid) y la National Endowment Foundation (NED) a la que graciosamente traducen como Fundación para la Democracia y que se dedica la “democrática tarea” de fabricar golpes de todas las características desde los “suaves” hasta los “mixtos (suave y duro)o el anticuado cuartelazo militar a secas.

Hay que considerar todos los derivados de estas fundaciones y las Organizaciones No Gubernamentales que las integran. Miles y miles de redes de araña en todos nuestros países, las que también desconocen fronteras y soberanías.

Esto, unido a la subordinación de empresas europeas a los objetivos imperiales y a las más igualadas israelíes, de múltiple actuación continental y mundial, dan la pauta de la “guerra

encubierta y de baja Intensidad” que estamos viviendo en la región, sin que nadie lo mencione.

Si algo se ha silenciado es el hecho de que si América Latina pudo avanzar en su proceso integrador fue por la frescura de la avanzada de Chávez, con el ejemplo de Cuba como espejo, lo que hizo posible acceder a los intercambios más impensados, que obraron como una tabla de salvación para varios países al borde del naufragio y en distintas circunstancias.

Crisis energética a la vista como las que se perfi laban en Argentina en los años 2005-2006, o el plan histórico de salvataje a los países más pobres y débiles, que pudieron acceder a la fuente petrolera sin tener que adquirir nueva deuda y sin tener que caminar de rodillas hacia los organismos internacionales, llámese FMI o Banco Mundial. Poco se les ha explicado a los pueblos en lenguaje llano sobre este hecho histórico. Jamás en la historia regional se había llegado a tal grado de cooperación, enfrentando a la “inevitable” dependencia de otros tiempos. Y esto le da, al fi n, un contenido político a la integración, que deja ser una cáscara vacía.

Hay que atreverse a decir de una vez que fue esa decisión clave, esa mirada abarcadora de Chávez y lo mejor de sus equipos lo que hizo posible un cambio sorprendente. Y el proceso de dominó que el imperio manejaba a su antojo se fue de sus manos y como hongos comenzaron

Venezuela, faro de integraciónLos silenciuos del poder-I STELLA CALLONI*

/Junio de 2010

a emerger gobiernos más auténticamente populares, que con diversidad de matices y expresiones descabezaron algunas de las mayores maniobras recolonizadoras de Washington en lo que va del siglo.

Si bien existe un reconocimiento tácito hacia el gobierno venezolano, que se atrevió a cruzar en mulas el continente -dicho esto simbólicamente para recordar otros momentos de la historia y de los tiempos de la rebelión anticolonial de hace 200 años- para arengar atrevidas propuestas de intercambios que han sido salvadoras para los países con menor desarrollo. Esto no se dice en voz alta como se debiera: es hora de levantar la voz.

La Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) es una derivación inimaginada hace poco más de una década, surgida de una serie de proyectos naufragados o de más reciente creación como el Mercado Común del Sur (Mercosur),que data de los años 90. Esto permitió avanzar en modifi caciones y cambios en los organismos ya existentes a nivel regional, como el Grupo de Río, y la serie de acciones que marcan un antes y un después hasta llegar a plantearse una nueva Organización pero de Estados Latinoamericanos y Caribeños. Todo ha sucedido en el marco de una dinámica que no da tiempo a la refl exión.

Pero es necesaria a la hora de saber por qué “necesita” Estados Unidos destruir el proceso venezolano, como desde hace medio siglo intentan destruir a la revolución cubana, con una campaña que arrecia en estos tiempos, donde en río revuelto pueden pescar a algunos intelectuales que tragan el anzuelo porque viene envuelto en rosa y oro, en exitismos y reconocimientos. No importa si se los entregan manos teñidas de sangre.

La lucha es dura, pero ahora no tienen más remedio que reconocer que esta América que está construyendo otro esquema político económico fi nanciero a su manera, con su propio aprendizaje y que le ha costado un genocidio en el siglo XX, está enfrentando la crisis de pie.

El espejo del futuro del decadente proyecto neoliberal, enterrado por pies descalzos en las carreteras de América, es Grecia y es Hungría y es España y otras naciones. Europa se ha convertido en la imagen del cuento de la casita de los cerditos, que soplaba el gigante y se caía como un mazo de naipes.

Integración con sustento anticolonial

El proceso de integración latinoamericano, analizado en su conjunto es superador de la Unión Europea. Se le ha dotado de otros contenidos que tienen sustento en la experiencia de lucha anticolonial.

Por eso logró parar golpes de Estado en acción o neutralizar el intento colombiano de unir a América Latina en una doctrina que anulaba las soberanías, en nombre de la guerra antiterrorista como fue el ataque artero a territorio ecuatoriano –con bombardeo y armas de última generación- el 1 de marzo de 2008. Se recuerda que semejante movilización militar fue dirigida contra un campamento donde se trabajaba por la paz en Colombia, con conocimiento de gobiernos, entre ellos el de Alvaro Uribe.

La llamada “operación Fénix” para recordar otra criminal del mismo nombre impuesta en el sudeste asiático a mediados de los años 60, dentro de la metodología contrainsurgente, contó con la “cooperación” de Estados Unidos y de Israel. Vaya la valentía de los cruzados disparando sobre un campamento desarmado, donde mataron y secuestraron a los sobrevivientes, entre ellas varias mujeres que estaban durmiendo al momento de la “heroica” acción.

Pero esta vez no pasó todo entre gallos y medianoche como siempre había sido. Hubo una sorprendente voz común latinoamericana, que condenó la acción.

Y la hubo en otros momentos y la intocable y envejecida Organización de Estados Americanos (OEA), nacida como un “Ministerio de Colonias” (1948)bajo la éjida de Washington fue puesta a cumplir su papel o al menos a expresarse cuando se intentó el golpe de Estado contra el presidente de Bolivia, Evo Morales, entre agosto septiembre de 2008. No pudo ir muy lejos cuando se le demandó tomar posiciones ante el golpe cívico-militar de Honduras y su continuismo en elecciones anticonstitucionale s. Pero la respuesta de América Latina en Unasur, la dejó convertida en un organismo fantasma y debilitado en extremo.

Ya antes, el ex presidente George W. Bush había probado el polvo de una derrota impensada, cuando en noviembre de 2005 llegó con barcos, aviones, helicópteros y un amenazante esquema de seguridad a Mar del Plata, Argentina donde los presidentes del Mercado Común del Sur le dijeron “no” al Area para el libre Comercio de las Américas, proyecto colonial si los hay (el término neocolonial le queda corto a este plan).

Le correspondió al ex presidente Néstor Kirchner decir el discurso del “no” que dejó plantado al amo del mundo, el mismo que declaró la “guerra infi nita y sin fronteras” para invadir y ocupar Afganistán(2001) e Irak (2003) argumentando mentiras múltiples para tratar de justifi car la injustifi cable ilegalidad, paralizar a su propio pueblo y hacerlo cómplice del primer genocidio del Siglo XXI.

Todo esto y mucho más ha pasado en estos años y cuando se menciona la crisis actual y se observan los condicionamientos avasallantes que le imponen a una Europa, que se ufanaba de su “independencia” y fortaleza económica -cuyas bases reales estaban montadas en una arquitectura fi nanciera con cimientos enlodados- en América Latina se debe valorar que es lo que nos permitió quedar afuera o al menos resistir con mayor dignidad esta situación crítica.

América Latina debe seguir construyendo su camino de independencia defi nitiva. Y romper todos los silencios, incluyendo los que permiten el desarrollo de una guerra encubierta que intenta destruir piedra sobre piedra de cada construcción liberadora para los pueblos.. �

/Junio de 2010

Enmascarados en una supuesta guerra antiterrorista, como llaman al enfrentamiento de años entre sucesivos gobiernos y fuerzas guerrilleras de larga data, en un confl icto político que podía haber estado resuelto en negociaciones democráticas de paz, la violencia es la voz imperante.

La paz es siempre obstaculizada por los impedimentos externos y porque a las familias del poder económico y mafi oso de Colombia no les conviene un país libre, menos un país justo y menos aún un país realmente independiente.

¿Qué libertad de elegir puede existir en un país, donde cada día se registran asesinatos de sindicalistas, políticos, dirigentes de derechos humanos, grupos poblacionales y cuando el presidente Alvaro Uribe pide impunidad para los asesinos?.

Basta registrar lo sucedido con sólo un sector social en el país, En los últimos doce meses han sido asesinados 29 dirigentes sindicales y en los ocho de gobierno de Uribe esta cifra supera los 600.

La prensa del poder en Colombia- la mayoría- sostiene que la popularidad de Uribe supera el 80 por ciento. Nadie explica porqué su sucesor partidario y hombre clave en su gobierno, Juan Manuel Santos tuvo que recurrir al fraude, como se denuncia en estos días, con pruebas tangibles, para alcanzar algo más de un 47 por ciento, cuando se supone que tenía un respaldo tan fuerte.

El analista y ex negociador por la paz Alberto Pinzón Sánchez dio a conocer la denuncia de un hombre que trabaja en las redes de inteligencia de la Policía Nacional , quien envió una serie de datos para explicar cómo se concretó el fraude, mientras desde muchos lugares del país llegaron denuncias de la actuación de paramilitares y el ejército para obligar a votar a los aterrorizados pobladores. También varios portales de Internet mostraron la gruesa mano del fraude en lugares donde se quitan números o se agregan para falsear datos.

La denuncia que dio a conocer Pinzón Sánchez explica que varios

miles de urnas de votos fueron “desaparecidas ” por el“COPERS” (Comando de Operaciones Especiales) de la Policia Nacional. El denunciante menciona la operación “Titanio 4? mediante la cual, aduciendo protocolos de seguridad, “ellos (la inteligencia policial) terminarían de realizar las verifi caciones correspondientes con el aval del personal de la registraduría”.

En realidad explica que las urnas desaparecidas y quemadas fueron “reemplazadas ” y se introdujeron otras con votos, “sin contar con que ya algunos programadores de software contratados habían alterado el software de transmisión de datos en donde por cada voto para el señor candidato Mockus se generaba automáticamente uno para el candidato señor Juan Manuel Santos, es decir un voto por Mockus generaba 1 voto virtual para el señor Santos”. Se refi ere el denunciante al tipo de datos clonados que usan algunos hackers”.

Por supuesto no da su nombre públicamente “porque no quiero que le pase nada a mi familia ni a mis hijas” sostiene el denunciante, quien dice tener un sistema de escuchas(chuzadas) sobre las redes de comunicaciones de la policía y los servidores AFIS, “la misma tecnología de intervención que usa el DAS, en donde me capacitaron, al igual que estimo yo, la mitad de los hackers en este país”.

Más adelante advierte que si le quieren creer o no “es problema de ustedes, yo solo les confi rmo como se realizaron los fraudes. Resumiendo

recogieron algunas urnas, estimo un 30 por ciento y luego las reemplazaron por urnas prefabricadas con votos para Santos, que ya tenían los policías, esta fue una operación a nivel nacional y coordinado desde la Registraduría ”.

Desde su punto de vista no fue necesario comprar testigos electorales, “pues ellos consignaban los datos fi dedignamente, pero esto no pasó con el sistema de trasmisión que en realidad era un troyano incrustado con una backdoor quien generó este conteo, las compras de votos y eso, fue solo una pantalla para desviar la atención de la gente”.

Para dar veracidad a su relato pide que se cuente el número de votantes y el número de votos contados, ya que podrá verifi carse que “habrá menos votos que registros de asistencia de votantes”. Sobre las denuncias de fraudes con muestras comparativas y que llevaron a citar para un marcha en Bogotá nada se dice. Aunque de hecho el mayor fraude es que se hable de elecciones democráticas como si Colombia estuviera viviendo una democracia real.

El silencio de la prensa digitada desde el poder mundial sobre la situación colombiana se convierte en un cómplice efectivo del terrorismo de Estado existente tras el disfraz de una “democracia de seguridad” o lo que es lo mismo decir una democracia contrainsurgente, y que por lo tanto ilegaliza al propio gobierno que la aplica.

Cuando se habla de las elecciones en Colombia pareciera que se estuviera

Colombia, lo que no se dicelo que no se diceLos silenciuos del poder-II STELLA CALLONI*

+PERIODISTA Y ESCRITORA ARGENTINA

/Junio de 2010

hablando de un país en normalidad, no militarizado, no aterrorizado, no sometido a uno de los más duros ejercicios de manipulación informativa. Un país donde el poderoso ejército tiene sus propios medios como TV, radios, etc.

Los medios en general no han mencionado, salvo raras excepciones en redes alternativas y no de difusión masiva, las denuncias de los organismos humanitarios que registraron más de 38 mil desaparecidos en los últimos años. Tampoco se ha divulgado ampliamente la apertura de tumbas colectivas que se han ido encontrando, entre miles que algún día se descubrirán, para mostrar al mundo que el silencio cómplice es criminal. Esos restos óseos ponen al descubierto uno de los terrorismos de Estado más encubiertos en el mundo.

Los congresistas de Estados Unidos nunca han informado a su pueblo sobre las torturas que se aplican y se aplicaron a miles y miles de colombianos, no les informaron sobre el uso de las motosierras, que no cortan sólo árboles vivos en Colombia, sino que han sido utilizadas para miles de asesinatos atroces. Quizás con un buen informe el presidente Barack Obama pudiera querer patear el trasero de sus socios cercanos, a pesar de que sería difícil, ya que no lo inmutó el asalto de una fl otilla de paz en aguas internacionales, de sus asociados israelíes, que asesinaron y secuestraron personas indefensas. Esta es una mancha negra tan grande como la del petróleo que amenaza las costas estadounidenses.

Colombia es un Vietnam en América. Pero el dinero para la muerte

y las armas llueve sobre este país desde Estados Unidos y desde Israel, que tiene allí una sede de irradiación sobre la región, sin que nadie diga nada. Ese silencio sobre la presencia de Israel, sus asesores y sus servicios de inteligencia, hace posible la expansión que estamos viendo en todo el continente. Y más. Explica la impunidad conque se puede actuar cometiendo crímenes de lesa humanidad y propagandizándolos con la seguridad que le otorga su asociación ilícita con el poder mundial.

Los analistas no explican tampoco cómo se vota en el interior de Colombia, en las zonas militarizadas y sometidas al terror. No se ha mencionado en la mayoría de esos análisis electorales lo que signifi can los “falsos positivos”, un eufemismo uribista para una de las metodologías criminales más perversas de que hayamos tenido noticias.

Se trata de jóvenes desocupados contratados en las ciudades para trabajos en áreas rurales, que luego son asesinados por el ejército y les colocan uniformes para hacer creer que mataron “guerrilleros” y cobrar- aunque parezca increíble en estos tiempos- un dinero por cada víctima.

Hay innumerables juicios y una persecución a la justicia por parte del gobierno de Uribe, y una cantidad de magistrados que disgustan al poder viven bajo amenazas y maniobras de guerra sucia que nadie ve.

Cada proceso de paz verdadera en Colombia, fue interrumpido por Estados Unidos, no importa cuanto interés haya puesto la población para que al fi n se llegue a acuerdos de paz con las guerrillas de las Fuerzas

Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y al Ejército de Liberación nacional (ELN). Nunca se ha podido avanzar, porque Washington necesita a esa Colombia tan estratégicamente ubicada que limita con tantos países vía continental o marítima, que la transforman en el corazón en la región.

Plan Colombia y militarización

Por eso desde allí se irradia el Plan Colombia y sus derivados, como que es el más osado plan geoestratégico de recolonizació n continental. A esto se añade el Puebla-Panamá y el Mérida en México, entre otros. Sólo para recodar los otros silencios : desde que este plan se impuso a México, no hay día en que no aparezcan decenas de asesinados, se han militarizado y paramilitarizado extensas zonas del país, lugares donde las violaciones a los derechos humanos son tema cotidiano. El Plan Colombia le cuesta millones de dólares al pueblo colombiano, ya que las ayudas estadunidenses son para compra de armas y equipos y no para la población. Son créditos encubiertos por lo cual el país ha aumento diez veces más su presupuesto en gastos compensados,.

Esto posibilita que Colombia sea hoy por hoy el país que más dinero de su PIB dedica a la compra de armamentos, como lo registró el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo, Suecia. El estudio indica que en 2009 el 3,7 por ciento del PIB fue destinado a armamentos, lo que si se mide por lo destinado a la situación social, con una mayoría de su población en la pobreza, se entiende que la injusticia se mantiene gracias a la mira de las ametralladoras.

El Plan Mérida ha convertido a México en un nuevo fuerte comprador de armas, con un incremento del 11 por ciento en 2009 (cinco mil 490 millones de dólares) para responder a su supuesta guerra contra las drogas, trasladando a su frontera lo que debería estar del otro lado, en Estados Unidos el más grande consumidor del mundo, y por lo tanto el mayor lavador de dinero proveniente del narcotráfi co. Esta es la historia del mundo al revés. Lo que realmente debe saberse no se sabe. Sólo con dedicar unas horas con criterio de solidaridad y rompiendo silencios se puede hacer algo de luz.�

/Junio de 2010

NUEVO TIPO DE MILITANCIANUEVO TIPO DE MILITANCIALas nuevas prácticas políticas

emergidas con fuerza desde las resistencias y luchas de los movimientos sociales han conformado una nueva militancia: capaz de concertar voluntades diversas y dispersas, de dedicar parte de su tiempo a tareas de capacitación para que las mayorías puedan participar con protagonismo creciente desplegando al máximo sus potencialidades.

Se trata de una militancia consecuente con las propuestas que levanta, impuesta de que los desafíos socio-transformadores no son tarea de élites mesiánicas, sino que reclaman la participación protagónica plena de las mayorías conscientes. Esto habla de diversidades que habrán de articularse y conjugarse, de pluralidad de cosmovisiones, de horizontalidad en las interrelaciones y miradas, de un nuevo tipo de organización y poder que se construye desde abajo, con el protagonismo de los tradicionalmente considerados de abajo.

Esto modifi ca de raíz lo que hasta ahora se suponía era la “razón de ser” y actuar del militante: llevar las ideas y propuestas del partido hacia el pueblo y sus organizaciones, aceptando la hipótesis de que la misión histórica de las masas populares es la de organizarse para actuar como “fuerza material” capaz de realizar (materializar) el programa elaborado por el partido político (auto)considerado vanguardia.

La creciente movilización social y política de amplios sectores y actores sociales ha ampliado el ámbito de los político, modifi cado el accionar político y sus modos y, consiguientemente, llama a modifi car la concepción de la militancia y sus modalidades de actuación política, generalmente centrada en la asistencia a las reuniones partidarias periódicas, en el análisis de documentos internos, en disputas domésticas, en debatir su perspectiva en los congresos, etc. Sin objetar estas actividades, está claro que resultan insufi cientes y confi nadas al “internismo”.

El desafío socio-transformador actual es civilizatorio. Construir una nueva civilización es una tarea de gran magnitud para la que no alcanza la movilización de

los activistas, requiere de la participación y creatividad de millones. A ello pueden contribuir todos aquellos que se van comprometiendo con la actividad sociopolítica y también los intelectuales orgánicos. Esto reclama desarrollar sostenidamente prácticas democráticas, horizontales y participativas en lo que se va construyendo, en el pensamiento y en la acción.

Se trata de ir confi gurando en las prácticas una pedagogía de la nueva praxis política, aportando valiosos ejemplos para la conformación de un nuevo tipo de militancia: solidaria, autónoma, consciente, responsable, participativa, constructora y concertadora de la participación desde abajo, en sus comunidades, con sus compañeros/as en su sector de trabajo, en el campo, en la universidad, en el ámbito sociocultural donde actúe, en la vida familiar, y en la organización social o política en la que participe. En sus alforjas inspiradoras cuenta con los aportes de la educación popular, cuyos principios y concepción fecundan el pensamiento y las prácticas colectivas de la transformación social. Es lamentable que todavía se halle tan disociada de las prácticas políticas de la izquierda. Ello evidencia, de hecho, la sobrevivencia de la cultura vanguardista.

Es tiempo de que la izquierda partidaria y su militancia pongan fi n a su distanciamiento jerarquizado respecto de los sectores sociales populares; es vital suprimir las famosas “correas de transmisión” y sustituirlas por el diálogo permanente, el aprendizaje mutuo, la horizontalidad en las decisiones y el control popular.

Para decirlo de un modo comprensible para todos/as: la izquierda tendría que realizar una autotransformación homóloga a la ocurrida en la Iglesia Católica cuando el Concilio Vaticano II. Allí se explicitó que “la Iglesia” no radicaba en el edifi cio del templo, sino en el pueblo de Dios, y se les dijo a los curas que había que salir de los claustros, llegar al pueblo y convocarlo a construir lo que sería entonces “su” iglesia. Esto implicó para los sacerdotes desde cambios en su indumentaria (sacarse la sotana distanciadora), hasta modifi caciones en su forma de practicar su religión: salir a buscar y escuchar al pueblo, convivir con la población donde quiera que ella estuviese y fuese.

Aquel impulso cristiano sustentó prácticas comprometidas de curas y mojas militantes, abrió las puertas a los llamados “curas del Tercer Mundo” y la “Teología de Liberación”. Si resultó luego mediatizado, relegado y hasta perseguido por sectores retrógrados de la institución religiosa fue precisamente porque la experiencia fue un éxito en relación con los objetivos.

Si la izquierda partidaria y su militancia hicieran “su concilio” abriéndose hacia los pueblos, cambiando su lógica y sus prácticas, tomando como punto de partida las realidades socioculturales de los pueblos, asimilando y aceptando su diversidad de identidades y cosmovisiones, apuntalando sus prácticas, impulsando la maduración de pensamientos liberadores y de liberación, contribuiría a un cambio cultural y político colectivo radical y revolucionario. Sería razón sufi ciente.�

ISABEL RAUBER, SOCILÓGA ARGENTINA