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¿EL REGRESO DE LOS DINOSAURIOS? Aram Aharonian Boaventura de Sousa Santos: CARTA A LAS IZQUIERDAS/ Roland Denis: NACIONALISMO Y REVOLUCIÓN/ Jesse Chacón: ALTERNATIVA VENEZOLANA A LA CRISIS ALIMENTARIA/ Eleazar Díaz Rangel: LAS FAN DE LA CUARTA/ Emir Sader: DE ESCÉPTICOS A CÍNICOS/ Hernández Navarro: M-15, LA HORA DE DESPERTAR/ Luis Britto García: ¿ARDE EL MUNDO?/ Rodrigo Cabezas: LAS RESERVAS INTERNACIONALES Y LA POSICIÓN DE LA MUD/ Ernesto Villegas: LAS RESERVAS DE LA OPOSICIÓN/ Basem Tajeldine: RETALIACIÓN CONTRA VENE ZUELA/ Katz: ¿Un imperio trasnacional? Chomsky: Contraespionaje y limpieza social, metas de la guerra antidroga Además, ROBERTO HERNÁNDEZ MONTOYA, RIGOBERTO LANZ, TULIO MONSALVE, HOMAR GARCÉS, JAVIER BIARDEAU, CAROLA CHÁVEZ, JUAN BARRET0, NICMER EVANS, IMMANUEL WALLERSTEIN, MARCELO COLUSSI año 8- número 89- septiembre de 2011 - Editado por Alia2 y Comunican GOLPE A GOLPE, VERSO A VERSO LA HORA DE LAS ESPECULACIONES

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Desde Venezuela, territorio libre para el pensamiento crítico - Plataforma para la batalla de las ideas.

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¿EL REGRESODE LOSDINOSAURIOS?Aram Aharonian

Boaventura de Sousa Santos: CARTA A LAS IZQUIERDAS/ Roland Denis: NACIONALISMO Y REVOLUCIÓN/ Jesse

Chacón: ALTERNATIVA VENEZOLANA A LA CRISIS ALIMENTARIA/ Eleazar Díaz Rangel: LAS FAN DE LA CUARTA/ Emir Sader:DE ESCÉPTICOS A CÍNICOS/

Hernández Navarro: M-15, LA HORA DE DESPERTAR/ Luis Britto García: ¿ARDE EL MUNDO?/ Rodrigo Cabezas: LAS RESERVAS INTERNACIONALES Y LA POSICIÓN DE LA MUD/

Ernesto Villegas:LAS RESERVAS DE LA OPOSICIÓN/ Basem Tajeldine: RETALIACIÓN CONTRA VENEZUELA/

Katz: ¿Un imperio trasnacional?Chomsky: Contraespionaje y limpieza social, metas de la guerra antidroga

Además, ROBERTO HERNÁNDEZ MONTOYA, RIGOBERTO LANZ, TULIO MONSALVE, HOMAR GARCÉS, JAVIER BIARDEAU, CAROLA CHÁVEZ, JUAN BARRET0, NICMER EVANS, IMMANUEL WALLERSTEIN, MARCELO COLUSSI

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GOLPE A GOLPE,VERSO A VERSO

LA HORA DE LAS ESPECULACIONES

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De cara a las elecciones presidencia-les de 2012, a nadie en Venezuela le con-vendría que se interrumpa la normalidad institucional, democrática. Pese a ello, los temas de un golpe o autogolpe, el futuro de las fuerzas armadas, la intervención forá-nea, están instalados en el debate público o al menos en el debate mediático vene-zolano, donde añejas y olvidadas figuras políticas de antaño intentan resucitar como salvadores de la patria.

La preocupación es la fecha de las elec-ciones presidenciales de 2012, porque el Consejo Nacional Electoral hasta ahora no las ha fijado, quizá esperando la evolución de la quimioterapia que se le aplica al Pre-sidente Hugo Chávez.

Más que la fecha, preocupa las ten-siones que se pueden desencadenar según cuándo se realicen los comicios. Si son en septiembre habría un presidente electo esperando cuatro meses para asumir. Y en el hipotético caso de perder Chávez, habrá un presidente cuatro meses hibernando. La oposición no concibe que un presidente que va por la reelección, se mantenga cua-tro meses en el poder hasta la asunción de su (hipotético) sucesor... lo que alimenta la tesis del autogolpe con el que especula el antichavismo.

Los futuros inciertos desencadenan los demonios de la lucha por el poder, y no es de extrañar que eso suceda en las filas castrenses (donde juegan tanto los activos como los retirdos), en el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y, obviamente en la oposición, donde a la falta de consen-so de un referente único se suman autopro-clamaciones de candidaturas presidencia-les de los viejos dinosaurios de la llamada Cuarta República.

En la llamada Mesa de Unidad Demo-cratica (MUD), no solo pelean por candida-turas, sino que deben definir un programa que los comprometa ser un gobierno de transición, de inclusión, de reinstitucionali-zación del país, según los dirigentes. Sobren consignas, faltan ideas y propuestas, sobre todo cuando se busca no repetir recetas del pasado, máxime cuando los referentes es-tán hoy en bancarrota y difícilmente sirvan de modelo seductor para la ciudadanía.

Dentro del gobierno, las especulaciones apuntan a varios frentes o “combos”, entre civiles y militares, entre fundamentalistas y pragmáticos, y donde aparecen casi siem-pre citados el vicepresidente Elías Jaua, el canciller Nicolás Maduro, el diputado Diosdado Cabello y el exgoberndor Ro-nald Blanco Lacruz (militares retirados), el ministro de Energía Rafael Ramírez, y los “veteranos” Alí Rodríguez y Jorge Giorda-

ni, sin olvidar, claro, a Adán Chávez, her-mano mayor del mandatario-

Para los analistas, hoy en día –y en el corto plazo- las dos figuras más fuertes den-tro del conglomerado chavista son Cabello y Maduro. Pero son sólo especulaciones.

Hay sectores pensantes en la oposición preocupados por el reactivismo instantáneo y constante de la dirigencia: si el gobierno dice blanco, hay que contestar negro, sin si-quiera pensarlo. Creen que esa es la forma de confrontación… cuando en realidad ese apresuramiento lleva solamente a grandes papelones. Lo cierto es que en muchos te-mas de interés nacional, trascendentes, no discute ni traza líneas, sino que por la vía de los hechos se imponen directivas desde afuera sin que muchos de sus integrantes siquiera se enteren.

Por ejemplo, se pregunta Leopoldo Pu-chi, ¿Quién decidió en la Mesa de la Uni-dad que había que oponerse a la decisión de traer al país las reservas de oro que se encuentran en el extranjero? ¿Lo discutió la fracción parlamentaria? ¿Se debatió en-tre las organizaciones políticas o fue una iniciativa de otros factores que integran la oposición? (…) ¿Por qué se van a moles-tar los partidos venezolanos? ¿Hay alguna razón para que ese oro no esté en el Banco Central? ¿Qué tiene de malo que el oro de Venezuela regrese a Venezuela?

Martín Guedes, desde las filas chavis-tas, señala que la Revolución Bolivariana, pacífica y democrática está llegando al llegadero de las definiciones. Las declara-ciones del subsecretario de Estado de los EEUU, afirmando que el “caso Libia de-muestra que existe otra forma más eficaz y menos costosa de salir de regímenes incó-modos” así lo demuestran. En momentos de

definiciones el equilibrio condescendiente es un suicidio, indica. Un revolucionario debe ser un cuestionamiento y una protesta sobre las propias estructuras revoluciona-rias - revolucionarias en la medida en que estas sean ambiguas o pierdan su dinamis-mo radical - y sobre la sociedad, por su ca-rácter deshumanizado fuente de opresión y de injusticia.

Parque Jurásico

Mientras, 21 partidos de la autocalifi-cada “alternativa democrática” formaron una coalición de fuerzas llamada Unidad Popular Para Avanzar -Uppa-, con el cla-ro liderazgo del ex candidto presidencial Henrique Salas Römer. El sector está con-formado por aquellos partidos políticos que no lograron formar parte de la Mesa de la Unidad Democrática por no tener mayor cantidad de votos, pero que representaron más de un millón de votos en la pasada con-tienda electoral.

Salas Römer parte de la premisa de Chávez no estará en la contienda del año próximo y que si las “primarias (de la oposición, en febrero) se concibieron para escoger candidato frente a Chávez. Des-aparecido electoralmente ¿no será bueno repensarlo? Para él se debe partir de un acuerdo y no de primarias. Sabe que una una oposición fragmentada está condena-da a perder, tanto si enfrenta a Chávez o a cualquier otro candidato bolivariano con apoyo de éste.

Lo cierto es que el Presidente no tiene un sucesor y en el supuesto que no pueda competir deberá comenzar a construir su relevo (algo que no está haciendo en este momento). La ausencia de liderazgos de

¿EL REGRESO DE LOS DINOSAURIOS?

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base bolivarianos da pie a la tesis de que la oposición no necesita primarias.

Si la dirigencia antichavista acuerda escoger a un candidato por acuerdo proba-blemente éste salga de los aspirantes presi-denciales que en este momento no figuran en la intención de voto de los ciudadanos, seguramente provendrán del inagotable Parque Jurásico.

Y, así, Henrique Capriles Radons-ky, Manuel Rosales, Antonio Ledesma, Leopoldo López, María Corina Machado, Pablo Pérez, los que aparecen en las encues-tas, quedarían con los crespos hechos… Todos ellos adelantan el lanzamiento de sus precandidaturas. María Corina Machado, quien aún exhibe orgullosamente la foto de su entrevista con George W. Bush en la Casa Blanca, se olvidó de Irene Saéz y proclamó que es la primer mujer candidata a presidente, con consignas neoliberales, desestatizantes, y frases dirigidas a disi-par temores a represalias entre empleados públicos y “la familia militar” en caso de

ganar las elecciones.Lo único que ha mantenida unida –al

menos mediáticamente- a la oposición es el odio anti-Chávez. En ausencia del Presi-dente ¿existen liderazgos lo suficientemen-te consolidados para mantener la unidad opositora y ser opción electoral?

Ramos Allup, por su parte, hace políti-ca-ficción y señala que si Chávez o el cha-vismo -porque Chávez puede no ser candi-dato- perdiera las elecciones presidenciales vendría la resaca, un lapso de decaimiento.

“Habrá una tregua, no sé de cuánto tiempo. Si el nuevo gobierno acierta, el chavismo seguirá decayendo porque habrá comparaciones y si desacierta, unos dirán que el chavismo era mejor. Siempre ha-brá allí una fuerza, que no es mala desde el punto de vista democrático porque debe haber fuerzas equilibrantes. Una cosa es que Chávez no quiera admitir que la mitad del país está contra él o no está de acuerdo con su proyecto, pero para nosotros, el otro existe y debe actuar en política ajustándose

a la Constitución”, indica.Y no es sólo Salas Römer, el rcordado

perdedor ante Chávez en 1998. También afloraron las “posibles” candidturas de vie-jos dirigentes como los ex candidatos pre-sidenciales socialcristianos Eduardo Fer-nández y Osvaldo Álvarez Paz, y el titular de la alguna vez socialdemócrdata Accción Democrática, Henry Ramos Allup.

“El problema nacional reclama un lide-razgo de equilibrio, de madurez y de capaci-dad de diálogo”, señala El Tigre Fernández, quien cuenta con apoyos de los socialcris-tianos europeos, y afirma que “llegó la hora de los cambios”. En medio de la crisis ca-pitalista internacional, repitió su propuesta de dos décadas atrás: la importancia tener “inversiones públicas y privadas”, así como “inversiones nacionales e internacionales” para reactivar el parque industrial del país.

Cuenta el oficialista Correo del Orino-co que en una conversación con el presi-dente Chávez, Fernández le dijo “a usted le conviene pasarse un ratico en la oposición democrática”. Le esgrimió: “En su forma-ción como líder político hay una asignatura que usted no ha aprobado, y la asignatura que usted todavía no ha aprobado es ser oposición, y volver al gobierno desde la oposición”. El Tigre es muy experimentado en estar en la oposición…

Ramos Allup señala que la MUD tra-ta de presentar un candidato único AD-ABP-UNT-Copei-Convergencia-Proyecto Venezuela y Leopoldo López. “Si uno de los promotores de esa idea he sido yo y me ven empeñado en mi propia candidatura, me haría sospechoso de andar armando un juego a mi favor. Si una candidatura propia es lo más conveniente para AD en opinión de todos, sea. Si es otro nombre, sea”. Cree que a mediados de octubre sabrá “si las condiciones estarán dadas…

Golpe a golpe, verso a verso

El exvicepresidente José Vicente Ran-gel afirmó que la reciente agresión contra las mujeres que presiden poderes públicos, efectuada en el semanario Sexto Poder, for-ma parte de una ofensiva activada contra las instituciones del Estado, que “tiene el sello de la subversión contra la democracia y el Estado de Derecho”. El semanario pu-blicó una composición fotográfica en la que aparecen vestidas de cabareteras las muje-res que están al frente de importantes car-gos públicos, las calificó como las mujeres de Chávez, y el cabaret supuesto llevaba por nombre La Revolución.

Rangel indicó en su programa que sec-tores de oposición preparan una campaña sobre la supuesta parcialidad y dependen-

¿EL REGRESO DE LOS DINOSAURIOS?ARAM AHARONIAN

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Retaliación contra Venezuela BAseM TAjeldIN

El asalto y saqueo de la Embajada de Venezuela en Trípoli, Libia, perpetrado por los grupos mercenarios libios dirigidos por la OTAN, no puede interpretarse de otra manera, sino, como una violación más al derecho internacional y una retaliación política-criminal por parte de las fuerzas imperiales contra la República, y particularmente contra el verbo revelador de la verdad del Presidente Chávez quien ha denunciado, sin tapujos, los intere-ses ocultos de las potencias imperiales sobre Libia y la responsabilidad directa de estas en el crimen y la sangre que hoy derrama el pueblo libio.

Chávez ha sido consecuente y oportuno en su denuncia desde principio de la agresión imperial a Libia y Siria (finales de febrero y marzo), además porque se pretende legalizar un guión peligroso que las potencias occidentales podrían emplear contra cualquier país soberano. Esto molesta al imperio y a sus lacayos.

Los mercenarios que irrumpieron en la sede de la Embajada de Venezuela, particu-larmente en la residencia, echando tiros al aire, no sólo robaron todas las pertenencias del Embajador y del Estado venezolano (vehículos, ropa, muebles, etc.) sino que preguntaron a los vecinos por el paradero de Afif. Frustrados los mercenarios en el objetivo funda-mental de esta acción que creemos era apresar y/o asesinar al Embajador, otras fuentes cuentan que los mercenarios han mantenido vigilancia sobre la sede de la Embajada y que la misma está siendo utilizada para otros fines.

Afif Tajeldine, cómo diplomático venezolano y conocedor profundo de la realidad que aqueja al pueblo libio, valiéndose de su dominio de la lengua árabe, se había preocupado por dar a conocer en todos los espacios y medios nacionales de Libia y del Mundo Árabe la posición digna del gobierno revolucionario del Presidente Chávez. Nuestro embajador Afif, quien ha permanecido de forma valiente en el zona del conflicto, se había convertido rápidamente en una figura política de referencia muy apreciada por el pueblo libio, pero, al mismo tiempo, muy odiada por los mercenarios agrupados en el CTN a quienes justa-mente define el maestro Luis Britto García como el Consejo de la Traición Libia.

Llama la atención cómo la agencia de noticias francesa, AFP, intenta manipular lo ocurrido contra la embajada de Venezuela en Trípoli, pero también la insistencia de otras agencias internacionales que pretenden dar con el paradero de Embajador Afif Tajeldine (-mi padre). Sólo 3 interpretaciones pueden darse al respecto.

La primera es entregarlo a los mercenarios libios para que cumplan con el objetivo de asesinarlo y así escarmentar a Venezuela por su digna, justa, necesaria y valiente posición frente a la agresión extranjera en Libia. La segunda tiene como razón relacionar su para-dero con el del Líder y demás miembros del gobierno legítimo de Libia, lo que es abso-lutamente ridículo. La tercera, y la que más concierne al Estado francés a sabiendas de la influencia que ejerce Francia sobre sus “chicos malos” mercenarios, es tratar de limpiar su imagen ante Venezuela y el mundo; lavar sus manos debido a las relaciones económicas comerciales que exciten entre ambos países.

Todavía sueñan, creen, con poco sentido de la realidad que la historia es posible tras-plantarla de un espacio a otro, como si fuera implante de órganos del cuerpo humano.

Inventan bajo el sopor de la irrealidad y datos que los contradicen, que el proceso Libio o el Sirio se pueden repetir en Venezuela.

Consideran que allá el pueblo oprimido por una dictadura, se rebeló y del ánfora del mago, obtuvo fuerzas extraordinarias y constituyó un ejercito armado y entrenado y cual supermán inventó poderes y enfrentó a la tiranía. Falaz simplificación, no es mi inten-ción defender a Gadafi, sus tropelías, como impensables alianzas lo condenan, amen del bombardeado a un avión inglés que lo mantiene en entredicho, si lo aceptamos, ¿como condenar a Posada Carriles por igual crimen?.

Se quiere animar, desde la Asamblea Nacional, cual barra futbolera que el pueblo salga a la calle a reclamar por supuestas actos tiránicos, mentira obvia e idea insostenible. Se insinúa que el venezolano le tiene miedo al gobierno, invento temerario, si se miran los canales opositores, puedes contar el numero de manifestaciones que se producen se-manalmente en el país.

Se desea ennoblecer lo sucedido en Libia, pero aconsejan, contradictoriamente que se posponga la guarimba y busque la vía del voto, el segundo enunciado daña el engañoso si-logismo, pues allí está el problema, todo indica que la suma de sus electores, como que no resulta positiva. Total siguen en perdida y solo queda el mito de la infección como recurso electoral. Síntesis no hay Libia, ni cáncer, ni OTAN que los salve.

Perspectiva errada TulIO MONsAlve

cia del Poder Ejecutivo del CNE. Dijo que hay grupos dentro de la contrarrevolución que no están de acuerdo con esta idea, pues consideran que conduciría a la abstención.

Los dirigentes opositores y los medios de comunicación comercial han especulado sobre la posibilidad que, ante una eventual derrota electoral se ha manejado la tesis del autogolpe, aun cuando señalan que los mi-litares no desconocerán los resultados y que hay oficiales afines al Gobierno tendiendo puentes hacia la oposición.

Parten de palabras de Presidente seña-lando que tiene dudas acerca de si la vía era la armada o la electoral, luego su hermano Adán Chávez, señalando que no descarta la vía de las armas para que la revolución se imponga y la tercera, una declaración del general Henry Rangel Silva, cuando dijo que la FAN no aceptaría un resultado elec-toral desfavorable a Chávez.

“Hay malestar y el Presidente lo sabe. Para diluir eso, el Presidente y sus voceros dicen que quienes les calientan la oreja a los militares somos los civiles de la oposi-ción. Está al tanto de las pintas en los cuar-teles, de las murmuraciones, de la rabia por los negocios de la cúpula, por la presencia de cubanos, por las desviaciones partidistas de la FAN... Estoy en capacidad de asegu-rar que no tienen fuerza para un autogolpe”, señala Ramos Allup.

Y lanza el mismo estribillo que otros dirigentes de la oposición: “aquí no habrá persecución pero tampoco impunidad” para los corruptos. Pero para los sectores pensantes de la oposición, la campaña de ataques a la Fuerza Armada ayudarían a Chávez a consolidar su poder dentro de la institución castrense y estimularía tenden-cias golpistas.

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TulIO MONsAlve

La denuncia de los voceros de la oposición venezolana so-bre el manejo de las Reservas Internacionales por parte del Ban-co Central de Venezuela y el Ejecutivo Nacional, son temerarias e irresponsables, con una falta de rigor profesional, científico y ético en el tratamiento de uno de los temas más sensibles al sistema eco-nómico de la nación.

Al divulgar información reservada y clasificada como secreta o confidencial de manera estándar por los Bancos Centrales del mundo, la oposición antinacional buscaba producir un perjuicio por adelantado al país, al intentar debilitar decisiones de política monetaria y financiera del BCV. La ley del instituto emisor vene-zolano en sus artículos 39 y 40 legisla sobre tal particularidad, y en el 42, fija el procedimiento para que la Asamblea Nacional o sus Comisiones accedan a los documentos clasificados por el directo-rio del BCV.

La banca central del mundo tiene como practica universal un manejo prudente en lo que a información publica se refiere de la colocación de las reservas internacionales y de las condiciones fi-nancieras de esas operaciones. El vocero de la MUD ha podido ejercer su derecho democrático para criticar las decisiones del ban-co central, lo cuestionable es que por egolatría protagónica de a los medios de comunicación nacional e internacional un documento con información de estado. Horas después la agencia internacional calificadora de riego Standard & Poor¨s rebajó la nota crediticia a nuestro país, alegando una supuesta “inseguridad política”; Tal he-cho es demasiada coincidencia y parece formar parte de la reinicia-da campaña de desprestigio contra el gobierno bolivariano por par-te de la derecha internacional con sus parlantes nacionales, a estos últimos sin importarles nada si la economía pudiera ser afectada.

La Mesa de la Unidad Democrática miente a la nación al se-ñalar una supuesta operación para “mudar en secreto” las reservas internacionales. El BCV esta autorizado por ley, junto con el Jefe del Estado, para administrar con los criterios de seguridad, confia-bilidad y transparencia las Reservas Internacionales. Lo de fondo es que el BCV y nuestro gobierno bolivariano actúan correctamen-te al evaluar los actuales escenarios de grave crisis financieras y presupuestaria en el mundo capitalista industrializado, particular-mente Estados Unidos de Norteamérica y Europa, para de esta ma-nera, proteger nuestro principal activo externo de esta crisis, que por cierto, ha quebrado desde 2008 al presente, a 254 Bancos e Ins-tituciones financieras sólo en los Estados Unidos de Norteamérica.

Evaluar la colocación de reservas en economías emergentes, con crecimiento económico sustentable y menos vulnerables a la actual crisis capitalista tiene sentido estratégico, más aun si estas adelantan procesos concretos de cooperación e integración econó-mica y financiera con nuestro país, éste es el caso de China, Brasil y Rusia. La MUD esta tan subordinada y entregada a los intere-ses de los Estados Unidos de Norteamérica que obvia los cam-bios planetarios que han llevado por ejemplo a la China a ser la segunda potencia económica y ser uno de los primeros acreedores de EEUU con mas de un trillón de dólares en títulos del Tesoro americano, así como poseer mas de tres trillones de sus reservas en la moneda dólar; o que todos los países de UNASUR discuten ahora mismo mecanismos, en el marco de una nueva arquitectura financiera regional, para coordinar el manejo de las Reservas In-ternacionales, protegerlas y garantizar con ellas la soberanía finan-ciera de Suramérica.

Con crasa ignorancia sobre la materia la oposición política ve-nezolana envía un mensaje desestabilizador de la economía cuan-do tienen el tupe de afirmar “que el dólar, el euro y la libra esterli-na dejaran de ser el respaldo del bolívar” por los movimientos de reserva que estudia aplicar el BCV. Nada más falso y burdo dado

que en cualquier escenario futuro, las Reservas Internacionales siempre estarán constituidas con monedas reservas de valor que le sirvan a nuestra economía al acceder al mercado mundial para adquirir alimentos, medicamentos o cumplir con compromisos fi-nancieros como la deuda externa.

Es totalmente reprochable que los voceros de la MUD con es-tas afirmaciones buscaran una reacción adversa de los mercados financieros con relación a nuestros títulos y bonos externos. Las reservas estén donde estén seguirán siendo reservas internaciona-les. Lo que se puede discutir es la seguridad de esas colocaciones por lo que es recomendable utilizar a la banca central de los países señalados, ello guardaría correspondencia con criterios que no pri-vilegian la rentabilidad, concepto que comparto.

En igual sentido, nada más absurdo que esta oposición dís-cola y antipatria escandalizaran con relación a la decisión que el BCV tenga bajo custodia en sus bóvedas el oro monetario que le pertenece. Todos los venezolanos y venezolanas de buena fe, pa-triotas, nacionalistas, bolivarianos, respaldamos la repatriación de las toneladas de oro pertenecientes a la República que están en los países industrializados; esto no es otra cosa que un acto de sobe-ranía nacional.

Es incomprensible esta actitud, es un oposicionismo a ultran-zas, ciego, desprendido del sentido común y del interés de patria. La izquierda venezolana siempre cuestionó que un componente importante del oro monetario venezolano estuviera bajo custodia de instituciones financieras extranjeras. Es del interés nacional que ese 58% del total del oro bajo administración del BCV regrese a las bóvedas de éste. ¿ A quien afecta esta medida?. Argumentar que trasladar las mas de 200 toneladas de oro, la mayoría desde Euro-pa, es un riesgo porque el barco puede hundirse, es un disparate que no merece discutirlo. Lamentablemente la oposición venezo-lana vuelve a asumir el papel de procónsules de instituciones finan-cieras extranjeras, ocho exactamente, que hoy custodian nuestro oro. Que vergüenza.

Esta nueva campaña contra el país será derrotada. El pueblo de Venezuela y sus organizaciones bases del poder popular respaldan y le dan la confianza a nuestro Banco Central y al Presidente Hugo Chávez en el manejo de nuestras Reservas Internacionales. Ellas están en buenas manos.

Las reservas internacionales y la postura de la MUD

ROdRIgO CABezAs

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El “poder” de los grandes medios y el moldeamiento de la opinión pública

Luego del escándalo generado a nivel mundial por las revelaciones de Wikileaks, ahora tiene lugar otro que afecta directamente la objetividad y la confiabilidad de los grandes medios de comunicación, esta vez en Inglaterra donde un emporio empresarial de la información es el foco de atención al revelarse que realizaba masivas escuchas ilegales de la realeza inglesa, dirigentes políticos, celebridades y actores, con lo cual mantenía un perfil amarillista que incrementaba sus ingresos. A ello se añade el hecho que Rupert Murdoch, el magnate epicentro del escándalo, está relacionado con importantes figuras políticas reaccionarias, como los ex presidentes estadounidenses Ronald Reagan y George W. Bush, identificándose con sus políticas expansionistas.

Tal cosa vuelve a colocar en la palestra el papel cumplido por los medios de comuni-cación y la necesidad manifestada desde distintos ángulos de ejercer algún tipo de control sobre los mismos, dado que su influencia es determinante en algunas situaciones pun-tuales, tal como ocurrió en los casos de las invasiones a Afganistán, Iraq y, ahora, Libia, divulgándose informaciones tendenciosas y abiertamente falsas que le permitieron a los gobiernos de Estados Unidos y de Europa la justificación que requerían ante la opinión pública para actuar con total impunidad a la vista de todos. Asimismo, podrían citarse las campañas mediáticas diseñadas en Washington y copiadas sin alteración en los diferentes países en contra de los gobiernos de Cuba y Venezuela, satanizando a sus líderes de un modo que cualquier conducta atroz sería creíble, a pesar de saberse que son absurdas. Otro tanto se puede observar en las reseñas que tratan el genocidio de los palestinos a manos del Estado racista de Israel, presentando a los primeros como una horda de salvajes y a éste como un modelo de democracia y civilización en el Medio Oriente, resultando otra la verdad de las cosas.

Así, el moldeamiento de la opinión pública tiene como una consecuencia inmediata visible la inercia de los ciudadanos, aceptando irracionalmente una realidad que creen natural y poco menos difícil de transformar, así tengan la razón y las leyes de su parte. Por ello, cuando se activan nuevas formas de organización política, social y económica que redunden en beneficio de los pueblos, inmediatamente se recurre al viejo expediente de las descalificaciones y la invisibilización de los logros que pudieran representar. Como lo resalta Blanca Montoya en su obra “El dominio mediático” que hurga este tema, debe perseguirse como “objetivo que hombres y mujeres que forman parte de grandes mayorías tengan una información general de lo que sucede en el mundo, con la intención de que se suscite la reflexión y el interés de investigar para contribuir a la conciencia del porqué, el para qué y el cómo los medios de comunicación han alimentado una ideología que conserva los privilegios de unos cuantos en detrimento de las mayorías y que permite las enormes injusticias de las que son víctimas”.

Esto nos sitúa ante una realidad fabricada en el mundo, según los intereses de los grupos dominantes. Aunque se crea que es parte de la ciencia-ficción, lo cierto es que las operaciones psicológicas y las técnicas de la comunicación puestas en práctica por tales grupos buscan inducir a las personas a resistirse a los cambios, aunque éstos le resulten fa-vorables. Por ello, a objeto de obtener una noción más completa de las políticas públicas, económicas y sociales que afectan nuestro planeta, es necesario indagar a fondo sobre los mecanismos que mueven a los grandes medios de información, así como sus conexiones con los poderes mundiales, ya no simplemente políticos, sino con preponderancia de las grandes corporaciones transnacionales; lo cual ayudaría -sin duda- a liberarnos de la cons-tante manipulación a que nos someten a diario.-

HOMAR gARCés

Chávez anunció este 17 de Agosto la nacionalización tanto del oro que hace for-malmente parte de reservas del Banco Cen-tral regalado hasta ahora a las arcas banca-rias del norte, de las reversas monetarias, como de las tierras auríferas situadas del sur del Orinoco. Siendo esta última una medida que legal y lógicamente involucraría todas las riquezas desde el oriente del estado Bo-lívar hasta el sur de Amazonas- vistas como un cinturón de reservas metálicas que, co-menzando por el oro, luego el hierro y la bauxita, luego el diamante, luego el coltán y pare de contar, en estos momentos suman centeneras de miles de millones de dólares en reservas probadas y a flor de tierra. La persistencia de lucha física, movimiental y comunicacional llevada adelante por el movimiento de trabajadores mineros, obre-ros, indígenas y colectivos involucrados en esta pelea desde hace casi veinte años, ha tenido con esta medida una contundente victoria estratégica que, vista desde el polo revolucionario de base, abre el camino para unificar una agenda inconmensurable de lucha que permite la articulación directa sobre una sola visión la lucha libertaria de sectores totalmente heterogéneos. Se trata de los ejes concentrados en la batalla por la territorialidad indígenas, el combate por el control obrero llevado adelante en las in-dustrias básicas de Guayana, la lucha mine-ra por el control social de nuestro subsuelo y los frutos de su riqueza, la lucha en gene-ral por la soberanía tanto de nuestra tierra como la preservación de estas en función de un desarrollo radicalmente contrario al que nos imponen las lacras devastadoras del imperialismo y sus agentes nacionales públicos y privados.

Todo esto evidentemente que no ha sido fácil, tampoco será fácil de ahora en adelante. Lo que ha pasado después de la presión impuesta en las últimas semanas, entre otras, bajo la denuncia de “la cons-piración dorada del sur”, simplemente abre el camino a lo posible, a lo hermoso, a la irreverencia guevarista cuando afirma que cuando lo extraordinario se hace cotidiano es que entramos en revolución. Se abre el camino porque al fin se sitúa el debate so-bre el interés general y no el de las mafias incrustadas en todo el sur del Orinoco que han estado a punto (entre ellas la mafia rusa y el grupo Agapov bajo la directa colabo-ración de sus acólitos en el banco central, en la cancillería, en ministerio de industrias básicas, en la gobernación de Bolívar) de

la confrontación que se aproxima entre nacionalismo y revolución

La doble victoria de una lucha verdadera

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garantizarse el primer gran despojo mun-dial de reservas en minerales escasos del siglo XXI.

El debate en adelante se sitúa sobre dos planos: por un lado desde hoy mismo comenzó la contraofensiva dentro de los acólitos gobierno y el grupo Agapov de convertirse del día a la mañana en unos apasionados nacionalistas. Las declaracio-nes desde Londres del tal señor Agapov en El Nacional lo confirman. Si no funciona el lenguaje rastrero de la necesidad de ceder para garantizar las alianzas estratégicas in-ternacionales, el nacionalismo perfecto les sirve para convertirse en héroes y garantizar un control tecnocrático y burocrático sobre la riqueza nacionalizada, convertirla en un garante seguro para el pago de deudas inter-nacionales y resituar el movimiento de capi-tal sobre una nación abstracta, homologada y resumida a sus cuentas presupuestarias, haciendo de su riqueza un medio directo de acumulación para las nuevas burguesías y la visión corporativa-burocrática de estado. Entre fracciones militares, civiles, políticas y por supuesto transnacionales, se reparten esta alternativa, enfrentando una contro-versia con la oposición que se resume a la escogencia de este u otro campo imperia-lista internacional como aliado privilegiado (Rusia-China vs EEUU-Europa, polo en crisis, polo en ascendencia). Es el problema de donde ponemos nuestras reservas inter-nacionales, aquí o allá.

Obviamente que suenan mucho mejor los chinos y rusos, y no el rastrerismo pro-yanki de la oposición, por tratarse estados capitalistas no ofensivos militarmente en el mundo por ahora, lo que nos protege de la agresión yanqui, pero hasta allí. Hacia den-tro y vean lo que ha pasado el sur de Bolí-var su comportamiento empresarial privado es exactamente igual a cualquier explotador capitalista o peor incluso.

Lo cierto, a la hora de pasar a las conse-cuencias concretas y reales sobre el pueblo y la clase trabajadora de esta alternativa, es que el nacionalismo sin más al mismo tiem-po que recupera para la nación la riqueza saqueada prepara las condiciones para redi-reccionar el proceso explotador sobre nue-vas condiciones y nuevas patronales que se mueven con la misma lógica pero blindados por la cobertura de la bandera nacional y en nuestro caso el “socialismo”. En este caso concreto al hablar de oro la mira va hacia dos objetivos: se construye finalmente una enorme corporación nacional que toma en sus manos el oro y posiblemente todo lo

que son minerales escasos, lo cual está muy bien, pero se traza una línea de desarrollo donde se “obreriza” de nuevo al trabaja-dor (la plusvalía se concentra en Caracas en manos de ministros, directores y em-presarios) se borra del camino el desarro-llo autogobernante territorial, se renuevan las alianzas transnacionales (es lo que está haciendo Agapov –desde Londres- huyen-do hacia adelante en las declaraciones que da con la colaboración de El Nacional y el Wall Street) y se ratifica el contexto hasta ahora invariable de lo que es nuestra sumi-sión al plan regional del Banco Mundial y el IIRSA. Cosa que muy bien hace Giorda-ni al poner sobre el tapete el plan Orinoco-Apure, el trazado de puentes, carreteras, unificaciones fluviales, etc (ya en el Perijá Arias Cár denas habla de las centrales eléc-tricas de carbón, es en definitiva el mismo plan), todo dirigido en favor del fluido del gran capital en el continente, la muerte de nuestras comunidades campesinas e indí-genas y la barbarie saqueadora que tienen preparada contra todo el territorio amazó-nico. Por otro lado, como segundo objetivo se van preparando un conjunto de ofensivas (el Plan Caura ahora llamado Canaima creo empezó para lo que debía ser pero terminó siendo una ofensiva contra el pobre) que en el caso específico del territorio aurífero será contra el pequeño minero, los trabajadores y las comunidades indígenas que bajo esta

visión quedarán situados como simple fuer-za de trabajo bajo el patronato tecnocrático del estado y las transnacionales aliadas. La ofensiva “nacionalista” contra el pueblo está clarita y es inevitable, pero de fren-te está el pueblo mismo y esperemos la conciencia y decisión de quien ha sido su primer líder todo estos años, el Presidente Chávez.

Precisamente la bondad de las decisio-nes tomadas está en que ellas, si se quedan solo hasta allí claro que nos condenan al plan “nacionalista” pero así mismo abren escenario para darle toda legitimidad y po-sibilidad a un plan profundamente socialis-ta y revolucionario que no se quede estan-cado “en el rescate a la nación del suelo, el subsuelo y las reservas internacionales” sino que cambie por entero las relaciones de producción y la visión de desarrollo y liberación de todo lo que ha sido el territo-rio olvidado y entregado del sur. En el caso del oro es fundamental sacar las mafias transnacionales de allí empezando por este grupo ruso. Reemprender un tratado total-mente distinto con todo lo que tenga que ver con transnacionales donde la produc-ción quede bajo nuestro control y desarro-llo tecnológico propio. Que en vez de estar “obrerizando” al trabajador se construyan corredores mineros de explotación en ma-nos de comunas y cooperativas mineras, bajo supervisión y ayuda del estado, que

la confrontación que se aproxima entre nacionalismo y revolución ROlANd deNIs

La doble victoria de una lucha verdadera

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acaben con la tragedia de la pequeña mine-ría y emprendan un plan de rescate social, ambiental y de salud al minero y las destro-zadas comunidades del sur. Que lo más im-portante de las riquezas explotadas en vez de ir a las arcas de la burocracia y el banco central únicamente, puedan ser el punto de partida para fondos estratégicos manejados por estas comunas y que garanticen toda forma de desarrollo alternativo de esta in-mensa región bajo una visión enteramente socialista e igualitaria que garantice el res-peto a la madre tierra. Siendo estos fondos útiles no solo para una población específica sino que sirvan incluso para el desarrollo autogestionario de otras regiones en aso-ciación horizontal de comuna a comuna a nivel nacional. Que este plan sirva para acelerar el proceso de autodemarcación in-dígena donde seguridad territorial, formas de explotación y participación indígena en todo esto sea finalmente establecida, rom-piendo la historia nefasta de opresión mili-tar, transculturización, expropiación territo-rial y humillación a la comunidad indígena que perdura hasta hoy.

En fin se abre una cadena de posibili-dades que se han venido luchando desde la constitución de la comuna de Nuevo Callao en 1995, momento en que los mi-neros sacaron de nuestra tierra a la bestia inglesa apostada allí y construyeron la pri-mera comuna minera llegando a tener diez hombres trabajando dentro de ella y donde se hicieron hospitales, escuelas, proyectos agrícolas, de vivienda en el medio de la selva. Todo quedó congelado luego porque no había posibilidad de seguir adelante sin tecnología para ello. Vino el gobierno re-volucionario pero en doce años no se he-cho mas que repetir la historia y disolver la

masa trabajadora y los pueblos del sur del Orinoco en la miseria y marginalidad que hoy siguen viviendo.

Además este no es un camino para “li-berar mineros” ni a nadie en particular. La nacionalización puede tener dos filones, o se hace porque el precio del oro es un de-leite para resolver problemas de deudas na-cionales, inversiones y expectativas de los nuevos ricachones, integrados a las bandas de gobierno aliadas a uno u otro jefe, o se hace con una finalidad realmente revolu-cionaria donde se comience un proceso re-lacionado a toda esta vasta región que invo-lucra incluso la faja petrolífera de Orinoco. Una ruptura histórica donde los que vivi-mos en esta tierra de una vez por todas en-tendamos que si nuestras inmensas riquezas las asumimos como fuente de liberación y no de reciclaje de una misma condición de pendejos productores de materias primas, estaríamos acabando con la mentalidad del paria como decía Mariátegui y asumiendo plenamente la condición de digna de pue-blo, donde esa misma riqueza nos sirva a todos nosotros y al mundo. No permitamos que se repita la historia de las nacionaliza-ciones petroleras. Y no hablemos solo por el aprovechamiento de un ´pueblo en parti-cular, al mundo entero podemos traer para que participe con sus saberes y disposición común de la invención de un “otro mundo y otra sociedad” aquí con nosotros si nos disponemos a ello.

Esto no va a ser nada fácil, priva siem-pre la mentalidad del estado burgués donde ve todo este tipo de cosas se ve únicamente desde el ángulo de los presupuestos , la se-guridad, las alianzas, el afianzamiento de la clase en el poder, la pragmática capitalista. Por los momentos el plan de saboteo a las

industrias básicas –entre ellas la del oro- denunciado por Elio Sayago presidente de Alcasa donde involucra directamente a Ni-colás Maduro, el chino Khan y el goberna-dor Rangel Gómez, ha recibido un cuerazo importante gracias a una decisión del pre-sidente. Falta evidentemente la activación del protagonismo colectivo para lograr los objetivos básicos y una visión de clase y de “otra política” donde realmente veamos esto como un punto de partida privilegiado para integrar distintas estrategias y cartas de lucha diseminadas hoy en todo el sur de Venezuela.

Termino estas letras con el reconoci-miento de otra victoria maravillosa, den-tro de una dimensión distinta más humilde pero tan importante como los grandes inte-reses de la nación. Ligada desgraciadamen-te al dolor de un padre, el viejo Ivan Perez cuyos dos hijos fueron asesinados hace tres años por la macabra policía de Lara, aún intacta. Gracias a una lucha de este viejo camarada y querido por todo el pueblo de Lara por su ejemplo y entereza, además del Frente Clasista Argimiro Gabaldón, al menos un acto justiciero se ha logrado: han sido condenados a 22 y 27 años de prisión los ejecutantes y colaboradores -todos po-licías- del asesinato de los hijos de Ivan. Bravo hermano que su lucha dolorosa que es ejemplo para todos, falta que este mis-mo acto justiciero empiece a darse con los centenares de luchadores asesinados estos años por las huestes del sicatariato y las po-licías patronales que aún comandan todo el sistema policial y de justicia. Que viva la vida entonces, claro que sí, pero lo único que garantiza esa vida dignamente vivida es el pueblo en lucha, es el ejemplo que nos dan estas dos victorias de ayer.

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La Fuerza Armada está en el tapete desde hace días. El presidente Chávez, el ministro Mata y, por supuesto, la oposición, se han estado refiriendo al papel que está desempe-ñando y que le corresponde jugar a la institución armada. No creo necesario resumir los planteamientos que han hecho. (*)

Pero como unos y otros se han referido a lo que podría llamarse las Fuerzas Armadas, en plural, de la IV república y a la de ahora, quiero subrayar algunas características de la que comenzó a transformarse en abril de 2002, después del fracasado golpe de Estado que permitió a Chávez empezar su depuración. Tan eficiente fue que poco después hubo el paro-sabotaje de 63 días, y no obstante las incitaciones, los alzados de la plaza Altamira, el goteo de oficiales desertores, etc., ni una brigada o un batallón trató de insurgir en mo-mentos en que había las mejores condiciones sociales y políticas.

Las Fuerzas Armadas Nacionales, supuestamente apolíticas y no deliberantes, tenían rasgos diferenciadores de esta Fuerza Armada Nacional Bolivariana. Veamos algunos, que estaban a la vista:

a) Eran orientadas y guiadas por la llamada Doctrina de Seguridad Nacional impuesta por el Pentágono a los países de la región, y que tuvo su origen en el Tratado Intera-mericano de Asistencia Recíproca, firmado en Río de Janeiro en 1948, poco después de finalizada la II Guerra Mundial. Desde entonces, las fuerzas armadas de nuestros países se supeditaron en materia de doctrina, estrategia, equipamiento, maniobras, etc. a los in-tereses de EEUU.

b) Ejercicios anuales combinados con la Armada y la Fuerza Aérea de EEUU, de acuerdo a sus respectivos planificación e intereses.

c) Corrupción generalizada, que después de la dictadura de Pérez Jiménez, cuando más robaron, tuvo su máxima expresión cuando tres exministros de defensa fueron en-juiciados por cobro de comisiones en la adquisición de armamento, y debieron irse al exterior. Por supuesto, hubo muchos oficiales honestos, y algunos como el general Alberto Müller Rojas, en función de Contralor de la FAN, atacó decididamente varios casos, y como los coroneles Álvarez Beria y Luis Alfonso Godoy, quienes perdieron sus carreras por atreverse a formular las denuncias correspondientes.

d) Politizción de las promociones y ascensos de oficiales; en el Senado se cometían injusticias por favorecer, según gobernara AD o Copei, a oficiales simpatizantes de esos partidos, y se demoraban a otros oficiales. Hubo también abierta ingerencia de una secre-taria privada del presidente Lusinchi. Algunos casos se publicaron en los medios. Perso-nalmente, en ocasión en que estuve como senador, lo hice en varias oportunidades. (La prensa de los años 64-88, recoge muchas de esas denuncias).

e) Formación de centenares de oficiales en la Escuela de las Américas, en Panamá, donde se les instruía en la persecución de grupos “irregulares”, en la tortura y desapari-cíón. (En años de Leoni surge esa figura del “desaparecido”, extraída de las enseñanzas de esa Escuela).

f) Utilización de efectivos de las FAN al servicio personal de altos oficiales.g) En cuanto a su capacidad operativa, basta recordar que cuando el incidente del

“Caldas” (agosto 1987), “Venezuela estuvo al borde de una guerra, mucho más cerca de lo que hemos estado en nuestra historia y estábamos en muy malas condiciones”. (Gral. Italo del Valle Alliegro, Diario de Caracas, 14-sep 1992) ¡Para colmo, el comandante de las FAN, el presidente Lusinchi estaba embriagado dirigiendo las operaciones! (El Mundo, 13-oct 1987). Se improvisó adquisición de armamentos por 24 mil millones, a derrocharlos en 9 meses.

Esas fuerzas armadas ya no existen.Subsiste alguna de esas características, pero como situaciones excepcionales, como es

el caso de la corrupción, particularmente en unidades que se mueven en zonas fronterizas y de vigilancia.

Las FAN de la CuartaeleAzAR díAz RANgel/ ÚlTIMAs NOTICIAs

Derechos indelebles y maniobras torcidas

CAROlA CHávez Hablar de derechos resulta a veces

como lanzar palabras al viento. Es que los derechos son abstracciones, posibles, sí, ro-mánticas, ideales pero intangibles… Hasta que éstos se hacen efectivos.

No es lo mismo decir ”Todos tenemos derecho a la salud” que colocar un módulo de salud al alcance de todos. Que las mamás tengan un pediatra para las fiebres de sus hi-jos, que los papás tengan quien les controle la tensión, que la abuelas asistan a su terapia de rehabilitación dos veces por semana, que haya mamografías, radiografías, tomogra-fías, exámenes diagnósticos cada vez que se requieran, eso sí, conservando intacto el dere-cho a no ser desplumados a cambio.

Pagar por un derecho… Parece mentira que todo sea una mercancía, que hasta la vida misma tenga un precio, pero parece una men-tira mayor que haya gente que asuma esto como el inevitable orden de la cosas, gente convencida de que la ley de oferta y deman-da es un principio natural, parte de la teoría darwiniana de la evolución de la especies.

Pero es que el ejercicio de los derechos es algo peligroso y por eso debe ser limitado. Nadie aquí puede imaginar una elecciones en las que las mujeres no puedan votar. El dere-cho al voto es nuestro, es irrevocable. Nadie, con dos dedos de frente, sería capaz de ne-garlo. Lo que quiero decir, y perdonen tantas vueltas, es que una vez que conquistado un derecho nos apropiamos de él, lo hacemos parte irrenunciable de nuestras vidas. Una vez conscientes de nuestro derecho a tener derechos los exigimos.

Y es esa la mayor conquista de la Revo-lución Bolivariana, esa es su victoria irreversi-ble. La inclusión de los marginados no es pura retórica. Son millones de personas ejerciendo sus derechos básicos, apropiándose de ellos, haciéndolos indelebles. Los que no tenían ni esperanza, y que hoy no pueden imaginar la vida sin tres comidas al día, un colegio para sus hijos, un doctor a la vuelta de la esquina… Derechos que dejaron de ser palabras abstrac-tas para convertirse en realidad efectiva. De-rechos que una vez asumidos, ejercidos, se han vuelto indelebles. Mayor dolor de cabeza para quienes siempre los negaron.

Las misiones bolivarianas hacen efectivo el ejercicio de nuestros derechos, y es por la oposición las ataca con saña. Es que les da pavor, porque el pleno acceso de la gente a sus derechos es la negación misma del capi-talismo, la negación de su “Mejor Venezue-la”, de su inconfesable as bajo la manga.

Impera el disimulo, es así como vemos a representantes de la Mesa de la Unidad Democrática manoseando conceptos que atentan contra su propia esencia, fingiendo simpatía por políticas que les asquean. Nos siguen creyendo gafos y creen que les vamos a creer… No se dan cuenta de que además de derechos, también tenemos memoria.

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Insisto, es responsabilidad del PSUV BAseM TAjeldINe

La crisis actual del capitalismo, el cinismo potenciado del imperialismo y su influencia en la perdida del discurso y propuesta de la derecha “venezolana” lejos de motivarnos conductas triunfalistas en la izquierda, más, debe servirnos para convocarnos a realizar profundas reflexiones. Es cierto que las encuestas nos favorecen en las próximas elecciones presidenciales. También es cierto que ningún candidato de la burguesía posee el liderazgo, el carisma y amor que desborda la pasión revolucionaria del camarada Chávez y viceversa de su pueblo. Pero la canalla burguesía siempre apuesta al desencanto, al desgaste y desamor. Pretenden desmoralizar y desmovilizar al pueblo exacerbando nuestros errores. Es esa la única estrategia electoral que procurará la canalla profun-dizar. Y no les queda de otra, porque simplemente discurso y propuesta no tienen.

Siento que nuestra dirigencia pierde mucho tiempo preciado en resaltar en los medios la falta de unidad de la ca-nalla, o los “puñales” que clavan en sus propias espaldas los payasos del circo imperial. Dejemos ese trabajo a nuestros astutos comentaristas. Tarde o temprano el imperio pondrá orden en el circo y elegirá al candidato rival del Presiden-te Chávez. El sionismo internacional presiona porque sea Radonsky su candidato, o se impondrá el hijo del “filosofo” del Zulia.

El momento histórico implora voltear nuestras miradas hacia dentro. La sabiduría del reflexivo Comandante en-tiende esto y nos convoca a todos para esta batalla. Se trata también de la salud de la revolución que se manifiesta en la moral y ética en las instituciones del Estado, las empresas pero sobre todo en su militancia política.

Muy interesantes y acertadas han sido las últimas re-flexiones del compañero Reinaldo Iturriza en su reciente artículo titulado “Cuando la revolución se hace camello”. El compañero Iturriza nos trae la parábola “De las tres trans-formaciones”, en Así habló Zaratustra, del hoy muy citado Friedrich Nietzsche (1844-1900) por el camarada Presidente Chávez. Coincido con Iturriza en sus alertas que son motiva-das por sus observaciones y muchas otras reflexiones críti-cas que varios camaradas han venido planteado de alguna manera en los diferentes espacios abiertos por la revolución. Lamentablemente, son pocos los espacios y también pocos los que se atreven o tienen la pericia de emprender una críti-ca constructiva y prepositiva.

La parábola de Nietzsche traída por Iturriza nos dice que “Una revolución, puede decirse, es camello, león y niño. Es el camello (la vieja sociedad con sus viejos valores) dando paso al león que subvierte al viejo orden y que, a su vez, abre paso al niño que crea la nueva sociedad. Pero no es así de sencillo, de lineal: toda revolución corre siempre el riesgo de convertirse en camello: ya sea porque fue incapaz de saldar cuentas con lo caduco, y repite errores del pasado: el nuevo socialismo copiando al viejo socialismo; el nuevo partido copiando al viejo partido; la burocracia haciendo el papel de Herodes, el asesino de niños”.

Insisto, es responsabilidad del PSUV despojar a la re-volución de los corruptos, poner en cintura a los burócratas y destruir al Estado burgués, pero mientras su dirigencia esté atrapada en responsabilidades de Estado, o sometido al poder de los burócratas, nunca cumplirá su papel y las sabias reflexiones de Chávez no habrán valido de nada.

Si saben que Chávez les tiene el aplique de ser la Mesa de los United States, ¿cómo es que ellos mismos insisten en darle

la razón al exhibirse sin pudor como defensores a ultranza de los intereses del Tío Sam? ¿Será que éste les exige salir al ruedo con

esa vehemencia a cambio de su promesa de apoyo? ¿O simple-mente lo hacen por puro trabajo voluntario, producto de una

genuina devoción?Pocos querrán recordarlo, pero el saqueo del 27 de febrero de

1989 comenzó, en realidad, una semana antes, el 20 de aquel mes, cuando por órdenes de CAP las bóvedas del BCV fueron abiertas

para sacar (saquear, mejor dicho) ocho toneladas de lingotes de oro, enviadas de inmediato a Londres, Inglaterra. Era un primer

envío de varios destinados a constituirse en garantía de los présta-mos acordados con el capital trasnacional en el marco del plan de ajustes neoliberal ensayado en estas tierras a sangre y fuego por el

FMI. Aquello motivó no pocas críticas de voces nacionalistas de la época.

Ahora que Hugo Chávez ha ordenado el retorno de aquellos lingotes al sitio del cual nunca debieron haber salido, sorprende la alharaca opositora, que acude a los argumentos más risibles, como el costo del transporte, tal cual hizo un comunicado de la

MUD, para criticar ese acto de recuperación de soberanía econó-mica. Es como alegar lo caro de un taxi para no ir a depositar un

cheque de prestaciones sociales.Si asombra la vehemencia con que desde la derecha despo-

trican contra la repatriación del oro, impacta aún más que ciuda-danos con cédula venezolana aparezcan indignados, como si de

banqueros extranjeros se tratara, por la decisión de colocar las reservas monetarias en bancos de economías mucho más estables

que las de EEUU y Europa, donde la volatilidad de la especula-ción financiera ha causado estragos económicos y sociales. Basta

una sencilla búsqueda en Internet para mirar que las economías emergentes llamadas Brics (Brasil, Rusia, India, China y Suráfri-ca), a cuyos bancos se dirigirían las reservas venezolanas, mues-

tran fortalezas que son la envidia de gringos y europeos.La propia presidenta del FMI, Christine Lagarde, ha expre-

sado dudas sobre el futuro del dólar como moneda de reserva global, pero aquí la derecha criolla prefiere no darse por enterada.

Lo que por estos días sucedió con las reservas de Libia, con-fiscadas a capricho por las potencias occidentales para financiar la

rebelión armada contra Gaddafi, puede servir de explicación a la pataleta del antichavismo criollo ante la puesta a resguardo de las

reservas venezolanas. Si miran a éstas como un botín, tendrán que ganar las elecciones del 2012 para poder ponerle la mano. No hay otro camino. No serán Washington ni la OTAN los que decidan su

destino.Confía uno en que este debate sirva para que ese conglomera-

do heterogéneo que es la oposición muestre sus reservas, no sólo de billetes y metales preciosos, sino también las morales: gente

que puede distinguir entre los intereses nacionales y los del capi-tal trasnacional. Tienen una oportunidad dorada para desmarcarse

del pitiyanquismo. ¿Quién se atreve?

eRNesTO vIllegAs

Las reservas de la oposición

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CARTA A LAS IZQUIERDAS

BOAveNTuRA de sOusA sANTOs

No pongo en duda la existencia de un futuro para las izquier-das, pero su futuro no será una continuación lineal de su pasado. Definir aquello que las izquierdas tienen en común equivale a res-ponder a la pregunta: ¿qué es la izquierda? La izquierda es un con-junto de posiciones políticas que comparten el ideal de que todos los seres humanos tienen el mismo valor y constituyen el valor supremo. Este ideal es puesto en duda siempre que hay relaciones sociales de poder desigual, es decir, de dominación. En este caso, algunos individuos o grupos satisfacen algunas de sus necesidades transformando a otros individuos o grupos en medios para sus fi-nes. El capitalismo no es la única fuente de dominación, aunque es una fuente importante.

Las diferentes formas de entender este ideal han provocado varias divisiones. Las principales han surgido de respuestas opues-tas a las preguntas siguientes. ¿Puede el capitalismo ser reformado con el fin de mejorar la suerte de los dominados o esto sólo es po-sible más allá del capitalismo? ¿La lucha social debe ser conducida por una clase (la clase obrera) o por diferentes clases o grupos so-ciales? ¿Debe llevarse a cabo dentro de las instituciones democrá-ticas o fuera de ellas? ¿El Estado, en sí mismo, es una relación de dominación o puede ser movilizado para combatir las relaciones de dominación?

Las respuestas opuestas a estas preguntas estuvieron en el ori-gen de violentas divisiones. En nombre de la izquierda se come-tieron atrocidades contra la izquierda; pero, en su conjunto, las iz-quierdas dominaron el siglo XX (a pesar del nazismo, el fascismo y el colonialismo) y el mundo se volvió más libre e igual gracias a ellas. Este corto siglo de todas las izquierdas terminó con la caída del Muro de Berlín. Los últimos treinta años se han caracterizado, por un lado, por una gestión de ruinas e inercias y, por el otro, por la emergencia de nuevas luchas contra la dominación, con otros actores y lenguajes que las izquierdas no pudieron entender.

Mientras tanto, libre de las izquierdas, el capitalismo volvió a mostrar su vocación antisocial. Vuelve a ser urgente reconstruir las izquierdas para evitar la barbarie. ¿Cómo recomenzar? Con la aceptación de las siguientes ideas:

1) El mundo se ha diversificado y la diversidad se ha instalado dentro de cada país. La comprensión del mundo es mucho más amplia que la comprensión occidental del mundo; no hay interna-cionalismo sin interculturalismo.

2) El capitalismo concibe la democracia como un instrumen-to de acumulación; si es necesario, la lleva a la irrelevancia y, si encontrara otro instrumento más eficiente, prescindiría de ella (el caso de China). La defensa de la democracia de alta intensidad es la gran bandera de las izquierdas.

3) El capitalismo es amoral y no entiende el concepto de digni-dad humana; su defensa es una lucha contra el capitalismo y nunca con el capitalismo (en el capitalismo, hasta las limosnas sólo exis-ten como relaciones públicas).

4) La experiencia del mundo muestra que hay muchas realida-des no capitalistas, guiadas por la reciprocidad y el cooperativis-mo, a la espera de ser valoradas como el futuro dentro del presente.

5) El siglo pasado reveló que la relación de los humanos con la naturaleza es una relación de dominación contra la que hay que luchar; el crecimiento económico no es infinito.

6) La propiedad privada sólo es un bien social si es una entre varias formas de propiedad y todas están protegidas; hay bienes comunes de la humanidad (como el agua y el aire).

7) El corto siglo de las izquierdas fue suficiente para crear un espíritu igualitario entre los seres humanos que se distingue en to-das las encuestas; éste es un patrimonio de las izquierdas que ellas mismas están dilapidando.

8) El capitalismo necesita de otras formas de dominación para florecer (del racismo al sexismo y la guerra) y todas deben ser combatidas.

9) El Estado es un animal extraño, mitad ángel, mitad mons-truo, pero sin él muchos otros monstruos andarían sueltos, insa-ciables en busca de ángeles indefensos. Mejor Estado, siempre; menos Estado, nunca.

Con estas ideas seguirán siendo varias las izquierdas, aunque ya no es probable que se maten las unas a las otras y es posible que se unan para detener la barbarie que se aproxima.

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No hay superioridad omnilateral de Occidente, no hay una trayectoria única posible y deseable de evolución histórica, como se ha desarrollado en el capitalismo de Europa ó los EE.UU, no hay un único modelo de convergencia hacia el Progreso ó hacia la Civilización en mayúscula. Redefinir el socialismo y la izquier-da pasa hoy por reconocer un “universal depositario de todo lo particular, depositario de todos los particulares, profundización y coexistencia de todos los particulares”, implica reconocer el papel de los “perros guardianes del colonialismo”:

“Serán tus enemigos, -con altura, lucidez y de manera conse-cuente- flageladores y banqueros golosos, no sólo políticos lame-cheques y magistrados vendidos sino igualmente, y por la misma razón, periodistas acerbos, académicos cotudos y acaudalados de estupideces, etnógrafos metafísicos y expertos en los fogones, teólogos extravagantes y belgas, intelectuales parlanchines y he-diondos, que se creen descendientes de Nietzsche (…) y de una manera general, todos aquellos que desempeñando su papel en la sórdida división del trabajo para la defensa de la sociedad oc-cidental y burguesa, intentan de distinta manera, y por diversión infame, desagregar las fuerzas del progreso (…) secuaces todos del capitalismo, representantes todos declarados o vergonzosos del colonialismo saqueador, responsables todos, detestables todos, ne-greros todos, deudores todos de ahora en delante de la agresividad revolucionaria”.

No será casual que, en gran medida, ésta agresividad revolu-cionaria sea calificada de “terrorista” por occidente. La pregunta es si reconociendo esto: ¿puede el capitalismo ser reformado con el fin de mejorar la suerte de los dominados ó esto sólo es posible más allá del capitalismo?, no será necesario incorporar no sólo el horizonte post-capitalista, sino el horizonte post-colonialista. Es obvio, entonces que la lucha social por la emancipación no debe ser conducida sólo por criterios de una clase (la clase obrera), sino por diferentes clases, grupos, etnias, pueblos y naciones que han sido explotados, dominados y oprimidos.

Pregunta Boaventura de Sousa: ¿debe llevarse a cabo dentro de las instituciones democráticas o fuera de ellas? Obviamente, dentro de un horizonte de revolución democrática, y no sólo desde

Leo con atención la “Carta a las izquierdas” de Boaventura de Sousa Santos, como un esfuerzo para salir de los bloqueos teóricos, históricos y estratégicos de los procesos de cambio so-cial, económico, político y cultural, sobretodo cuando reciben el nombre de “revoluciones”.

Y de entrada, aparece un gran acuerdo cuando señala que el futuro para las izquierdas “no será una continuación lineal de su pasado”. Aunque tu definición de izquierda puede parecer abs-tracta: “conjunto de posiciones políticas que comparten el ideal de que todos los seres humanos tienen el mismo valor y constitu-yen el valor supremo”, también parece ser bastante antropocén-trica para los retos del presente, un presente que debe manejarse en las fronteras del pensamiento ecológico y de la bioética; en fin una ética para la vida humana, ciertamente, para reevaluar el lu-gar de la vida humana en el sistema de la vida del propio planeta que habitamos.

Boaventura, indicas que cuando hay relaciones de domina-ción, este ideal se viene a pique: “algunos individuos o grupos satisfacen algunas de sus necesidades transformando a otros in-dividuos o grupos en medios para sus fines. El capitalismo no es la única fuente de dominación, aunque es una fuente importante.”

Las resonancias kantianas de esta afirmación pueden retro-traernos a los fundamentos de la modernidad occidental, aunque hay más de una perspectiva, colocando el acento en la necesidad de una crítica radical de las formas, estados, relaciones o momen-tos de la dominación social. Que el ser humano sea fin y no medio es un buen comienzo, pero preferiría insistir en la claridad de Marx en este tema, cuando señaló su imperativo: echar por tierra todas las relaciones en que el ser humano sea un ser humillado, sojuzgado, abandonado y despreciable.” (Marx; Introducción a la crítica a de la filosofía del derecho de Hegel, 1943)

Pero además de esta postura universalista, habría que mati-zarla con las opiniones de Aime Cesaire cuando señaló que: “En todo caso, es constante que nuestra lucha, la lucha de los pueblos coloniales contra el colonialismo, las luchas de los pueblos de color contra el racismo, es mucha más compleja , qué digo, de una naturaleza completamente distinta, que la lucha del obrero francés contra el capitalismo francés y no podría de ninguna ma-nera ser considerada como una parte, como un fragmento de esa lucha.” (Carta a Maurice Trorez; 1956. Discursos sobre el colo-nialismo).

A aquellos que se rasgan las vestiduras con el discurso crítico del totalitarismo de cuño occidental habría que recordarles: “(…) no hay nada original en el nazismo que no fuera antes implemen-tado por el colonialismo contra los pueblos no europeos.”, pues la civilización de la “libertad, de la igualdad, de la fraternidad”, con su gran revolución moderna-burguesa, incluso aquellos valores y principios que fueron bebidos por los llamados libertadores de Nuestra América, es una civilización que le hace trampa a sus principios, como decía Cesaire, es una civilización moribunda, decadente.

Habrá que superar, entonces, la acción cultural que refuerza el complejo colonial de la dependencia, superar el universalismo de aquella izquierda socialista o comunista que aún supone que cumple con una “misión civilizadora”. No habrá ninguna “revo-lución socialista para el siglo XXI”, sin pasar primero por un des-prendimiento existencial, diríamos en lenguaje postizo: “semióti-co”, de toda la gramática, reglas y códigos instalados por la larga sedimentación histórico-cultural el discurso colonial-moderno, incluida la gramática “modernizante” y “desarrollista” presente en el “socialismo y comunismo oficial”.

jAvIeR BIARdeAu R

Comentarios a la “Carta a las izquierdas”

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las instituciones democráticas liberales hoy hegemónicas. Y te pre-guntas: ¿El Estado, en sí mismo, es una relación de dominación o puede ser movilizado para combatir las relaciones de dominación?

Aquí hay una tópica muy especial de la argumentación que debe ser desenmascarada: el Estado posee severos límites para lle-var hasta la raíz una lucha para combatir las relaciones de domi-nación; la “transición paradigmática” pasa justamente por amputar los peores lados de este mal con figuras de “democracia de alta intensidad”. Pero el Estado no es ni un mal necesario ni inevitable. Pensar más allá de la forma/Estado, sigue siendo tarea fundamen-tal para superar el bloqueo histórico y estratégico de las izquierdas.

Ciertamente, los dogmas y actitudes sectarias en las izquierdas estuvieron en la base de violentas divisiones, y deben derrumbar-se las viejas fronteras de éstos dogmas y actitudes sectarias. La emergencia de nuevas luchas contra la dominación, con otros ac-tores y lenguajes pueden superar la incomprensión de las viejas izquierdas, siempre que esta última supere su visión mono-lógica y mono-cultural del proceso de transformación. Más ahora cuando el capitalismo volvió a mostrar su vocación de barbarie.

Ciertamente, las izquierdas para unirse deben reconocer la di-versidad y la complejidad mundial e inter-cultural. Ciertamente, deben reconocer la necesidad de radicalizar tanto extensiva como intensivamente la democracia protagónica de multitudes, cons-truyendo democracia participativa, algo que los estudiosos de las experiencias de las revoluciones socialistas han visto difuminarse, tras las murallas de los aparatos de partido y las burocracias de Estado, con todas sus instancias comisariales y policíacas. Cierta-mente, las izquierdas deben reconocer el valor de la dignidad hu-mana; tan ofendido en el capitalismo como en las experiencias del socialismo burocrático. Ciertamente, impulsando la reciprocidad, el cooperativismo, la autogestión y el autogobierno. Ciertamente, reconociendo que el crecimiento económico no es infinito, como lo supone la falacia desarrollista, que vulnera la capacidad de re-generación de los sistemas ambientales. Ciertamente, dando cuen-ta de las diversas formas de propiedad, pero luchando claramente contra la exclusividad de la propiedad privada capitalista, sin la cual todas las demás no estarán protegidas; y los bienes comunes de la humanidad (como el agua y el aire) serán desvastados. Cier-tamente reconociendo el patrimonio igualitario de las izquierdas, pero reconociendo las demandas de diferencia, alteridad y diver-sidad. Ciertamente entonces, combatiendo otras formas de domi-nación tan importantes como la explotación capitalista, como el racismo al sexismo, el colonialismo, la destrucción ambiental, la servidumbre psicológica y la guerra.

Pero Boaventura, hay algo en lo que no puedo estar de acuer-do, el Estado no es un animal extraño, no es mitad ángel y mi-tad monstruo. Es un Monstruo completamente frío, y sí sobre éste monstruo depositamos nuestras esperanzas utópicas, es porque aún no hemos comprendido nuestras alienaciones y fetichismos más profundos. Es porque todavía delegamos nuestros más hondos miedos a una figura protectora.

Ciertamente, sin cierto monstruo en los tiempos de transición (renovación del Estado social y radicalmente democrático), otros monstruos mucho peores andarían sueltos, pero a diferencia de lo que planteas, como a los leones, hay quitarle dientes y uñas para poder convivir con ellos. Por tanto, es posible que no sólo haya mejor Estado sino mucho menos Estado, construyendo una sólida esfera pública no estatal, forma-Comunales que deben amputar los peores lados del mas frío de los monstruo fríos del capitalismo: un condensador sin igual de la administración de la coerción material y espiritual sobre los hombres y mujeres. No hay ángeles en el Estado, sino demonios parcialmente domesticados. Comento tus ideas, desde el lugar minúsculo y humilde que a todos nos toca vivir, tratando que las izquierdas no se maten las unas a las otras, contribuyendo a hacer que se unan para detener la barbarie que se está consumando, pero sin darle ninguna concesión al retorno del socialismo burocrático. Mucha suerte.

La constitución del SujetojuAN BARReTO

Un proceso de cambios sociales que se reclame a sí mismo de revolucionario, no puede aspirar a otra cosa que no sea la construc-ción de una máquina deseante hege mó nica. Hablar de hegemonía es entender las oportunidades del momento de una crisis orgánica y los saltos y transiciones que pueden ser posibles; es adentrarse en un campo de prácticas y discursos capaces de producir articulaciones que pueden o no, permitir la inteligibilidad o lectura de la sociedad desde “un punto de vista” y no otro.

Esto es: fábrica de sujeto. Dicho de otra forma, es el modo ex-tenso y de expresión de una ideología (entendida ésta como campo de representaciones) hecha sensibilidad política colectiva. O sea, discurso y práctica de la vida cotidiana, como fórmula de realización del deseo mudo, con un margen de discrepancia cerrado y, abierto; y este no es un juego de palabras, una ironía o una paradoja, es un universo de significado comúnmente compartido en una fórmula de consenso, en torno a un conjunto articulado de “per mi siones” váli-das para la convivencia social.

Legitimidad no es otra cosa que corporeidad bio po lítica del bio-poder de los discursos, cuando éstos hacen carne en el deseo. “La fórmula del sujeto”, su clave de acceso, se encuentra en un tipo de relación; en la producción de los instantes-acontecimiento de una hegemonía. Los efectos-pasiones restallan, desde el modo de expre-sión de las nuevas formas de enunciación de una subjetividad políti-ca colectiva emergente. La manera de decir las cosas es un indicador de lo que estamos viendo y sintiendo.

Un Sujeto es el momento político de una forma de conciencia; la época de una nueva manera de resignificar. Queremos decir, una distinta forma de ser que se despliega y consolida aspirando a la to-talidad de un ser social que conquista la posición estratégica. Laclau entiende que el sujeto no es permanente, habla de “posiciones del Sujeto”, para lograr un mapa situa cional de sus momentos y con-densaciones al interior de un proceso, sus condiciones discursivas y de materialización real.

Por eso, no hay que confundir Sujeto; con partido, pueblo, clase o vanguardia. Se acerca más a la idea de Negri, de Clase-Multitud, si entendemos que es su forma de realización concreta y no tan sólo una aspiración. Es el principal producto de una revolución, en tanto que posición discursiva que resuelve la contradicción entre lo con-tingente y lo trascendente; entre dispersión y unificación.

Por eso, es al evento revolucionario, el momento superior, la síntesis no metafísica ni esencialista. Como no es un ser, un espíritu, una esencia o una sustancia, podemos verlo en distintos eventos de la historia, por ejemplo: hace 200 años por toda América Latina; en el movimiento mundial de resistencia contra la invasión a Vietnam; en las luchas de los pueblos indígenas, o el momento pueblo que restituyó a Chávez aquel 13 de Abril.

La constitución de un Sujeto será tan permanente o tan efímera como sea de poderoso el efecto unificador de los signos ideológicos de un proceso, que aspira a vencer la dispersión y contaminación discursiva, del descen tra miento que produce la metafísica liberal, que ve en la ma sificación y mis tificación homogeneizante del in-dividuo “su legítima aspiración, a la realización de una identidad humana esencialis ta sin distinciones o singularidades”, dirá Laclau. Creemos que retomar el debate sobre la constitución del Sujeto tiene mucho que ver con lo que estamos haciendo o dejando de hacer los revolucionarios en los tiempos que corren.

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A siete años del Referéndum RevocatorioA siete años del Referéndum Revoca-

torio Presidencial (RRP) bien vale recons-truir los hechos y valorarlos prospectiva-mente, desde una visión crítica. Para ello, pretendo soportar mis afirmaciones sobre un trabajo encontrado accidentalmente en el marco de otra investigación que desa-rrollo actualmente, realizado por uno de los observadores internacionales, abogado costarricense de la Universidad de Costa Rica, y publicado en el libro “Transparen-cia y Probidad Pública. Estudios de Caso en América Latina” en el año 2006. El abo-gado Ricardo Valverde fue parte de los 37 magistrados electorales provenientes de 23 países de América y 5 representantes de la Secretaría de la Unión Interamericana de Organismos Electorales (UNIORE) y Con-sultor del Centro de Asesoría y Promoción Electoral (CAPEL) del instituto Interame-ricano de Derechos Humanos, con un evi-dente postura ideológico de derecha, que no necesariamente desmerita su análisis.

Para Valverde, el RRP no tuvo prece-dente histórico en el mundo, en algunos paí-ses la figura existe en la normativa constitu-cional, pero no se aplica, en otros, se aplica de manera truculenta como un mecanismo para prolongar indefinidamente los manda-tos y el caso más cercano (según Valverde) es el chileno donde “se realizó una consul-ta con efectos revocatorios, pero que en su proceso convocatorio y en sus alcances ju-rídicos difirió del caso venezolano”.

Reconstruyamos un poco. La pregun-ta que debimos responder el 15 de agosto de 2004 fue: “¿Está usted de acuerdo con dejar sin efecto el mandato popular, otor-gado mediante elecciones democráticas le-gítimas al ciudadano Hugo Rafael Chávez Frías, como presidente de la República Bo-livariana de Venezuela para el actual perío-do presidencial?”. Las opciones eran votar SI para revocar el mandato NO para rati-ficarlo en su cargo por el resto del período constitucional. El SI era promovido e im-pulsado por la Coordinadora Democrática y el NO por el Comando Maisanta.

Los resultados de las encuestas realiza-das previas al Referéndum eran las siguien-tes:

North American Opinión Research, Inc: NO 63%, SI 32%, Indecisos 5%.

Varianza: NO 50%, SI 38%, In-decisos 12%.

Hinterlaces: NO 53%, SI 41%, Indecisos 6%.

Keller y asociados: NO 48%, SI 38%, Indecisos 14%.

Consultores 21: NO 51.5%, SI 45.2%, Indecisos 3.3%.

Datanálisis: NO 47,5%, SI 42,3%, Indecisos 10,2%.

Los resultados del RRP

Los resultados finales, con un total de 14.037.900 inscritos, 23.682 mesas escru-tadas (99.2% de las 23.873 que constituían el total) y una abstención de 4.222.269 (equivalente al 30,08%) fueron:

Por el SI a la revocatoria: 3.989.008 vo-tos, 40.64%.

Por el NO a la revocatoria: 5.800.629 votos, 59.09%

Nulos: 25.994 votos, 0.26%.Reseña Valverde que estos resultados

generaron las siguientes reacciones: “Desde las 6 de la mañana del día 16,

los canales de televisión cercanos a la opo-sición habían dado un giro que contrastaba con su discurso del fin del día anterior:

“No es posible que Chávez haya gana-do”. Un alto dirigente de la oposición indi-caba que hubo fraude, que no sabían bien como se había hecho, pero que lo investi-garían (…)

Esto lleva a que la única manera de de-mostrar que ellos ganaron es con un recon-teo total de los votos físicos (…)

Un dirigente llama a a la rebelión ciu-dadana por la defensa del triunfo del SI. Asimismo, se comienza a arengar para que la gente tome la calle en protesta contra “el gobierno defraudador”. Se acusa a Chávez de dar un “golpe de estado electoral”. (SIC)

(…) “Súmate” apoya la tesis del fraude basándose en tres argumentos: a)el porcen-taje de gente que votó por el SI es menor que la cantidad de gente que, según sus da-tos, concurrió a firmar para revocar al RRP; b) sus encuestas a boca daban ganador al SI con un 60% a favor del NO con 40%; c) no es posible que con tanta gente votan-do desde las 7 a.m. hasta la medianoche, el abstencionismo se calculara entre 25 y el 30%. Ninguna de esas razones era sufi-ciente para proclamar la existencia de un fraude. Colegas observadores nacionales del Perú (Transparencia) y de Guatemala (Acción Ciudadana), invitados por “Súma-te”, les advirtieron sobre lo insubsistente de

estas justificaciones.”Es importante resaltar que Súmate, para

aquel entonces era dirigida por la actual di-putada y precandidata presidencial Maria Corina Machado.

Visión prospectiva y crítica del RRP

Ésta bien ponderada descripción de las posturas de la oposición el día 16 de agostos del 2004, publicadas por el costa-rricense Valverde, nos invita a reflexionar sobre lo que nos espera en el año 2012. La oposición venezolana, hace 7 años estuvo a punto de encender el país, cantando fraude cuando la diferencia era de casi un 20%, y una de sus principales protagonistas es ac-tualmente precandidata presidencial. A esto debemos sumarle los elementos de rigor que empiezan a utilizar cíclicamente, con nuevos elementos incorporados.

Los recursos cíclicos son: a.- El cuestionamiento sistemático al

árbitro, que en ningún proceso electoral du-rante estos 12 años han podido comprobar, pero que vuelve de manera permanente a ser argumento para el cuestionamiento de todos los procesos donde ellos no son vic-toriosos, léase, la mayoría.

b.- La denuncia permanente a las má-quinas “captahuellas” llamada por ellos “cazahuellas”.

c.- Que las máquinas de totalización no son seguras.

d.- Que la cedulación está manejado por colaboradores cubanos, por lo que exis-te injerencia en la base de datos fundamen-tal para el Registro Electoral y las votacio-nes en si.

d.- Que las encuestas dan como victo-rioso al sector oposición, aún a pesar de que lo publicado por ellas difiera de su afirma-ción.

e.- Que los exit poll dan la victoria con-tundente a la oposición, a diferencia de los escrutinios oficiales.

Los argumentos novedosos que se an-

NICMeR N. evANs

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ticipan para el 2012 giran en torno al cues-tionamiento extremista a la Fuerza Armada y sus diversos componentes, estructura que soporta todo el andamiaje electoral los días de movilización, logística, desarrollo y des-enlace de todo el proceso electoral.

Críticamente debemos observar que a diferencia de otros procesos electorales, tenemos como precedente unos estrechos resultados en las elecciones parlamenta-rias del 26S de 2010 y unas encuestas que a lo sumo no están dando más de un 10% de diferencia promedio entre el Presidente Chávez y cualquier contendor de oposición aún no definido.

Por ello, tomar las lecciones aprendidas hace 7 años, de una oposición dispuesta a mentir, manipular, difamar y engañar, y la situación actual de disminución del apoyo popular a nivel electoral, determinado por el referente electoral más cercano y los es-tudios más recientes, debe obligar al pro-ceso revolucionario a profundizar las res-puestas demandadas por la ciudadanía que termina siendo el verdadero fiel de la ba-lanza, y prepararse para la brutal embestida que ya arrecia por parte de aquellos que se encuentran en una situación de desespera-ción por el control del país con las mayores reservas de petróleo del mundo y que hace esfuerzos por ser soberano e independiente.

El Referéndum se ganó, entre otras co-sas, porque los ciudadanos estaban apos-tando por una nueva forma de dar respuesta a las demandas sociales, en paralelo a un Estado paquidérmico, ya incapaz de poder satisfacer cualquier demanda. Hoy en día Las Misiones, ya naturalizadas, son par-te de ese Estado Burgués que en lugar de transformarse, ha crecido, y no encuentra en la planificación revolucionaria ninguna propuesta real y oportuna para su implo-sión y redimensionamiento, con base en el Poder Popular. No retomar esa magia del 2004 sería un error fatal que podríamos pa-gar en el 2012, estamos a tiempo.

En definitiva una cosa no podemos ol-vidar, y así no los dice Valverde, a pesar de su postura reaccionaria ante el proceso re-volucionario venezolano:

“El pueblo venezolano dio al mundo una lección de civismo y de vocación de-mocrática. Pocas veces he visto una deter-minación tan grande de la gente de partici-par en un acto electoral como la que pude observar en el Referéndum en Venezuela. Gente que estaba en fila para votar desde las 2 ó 3 de la mañana y logró hacerlo hasta 10 u 11 horas más tarde, soportó el cansan-cio, el sol inclemente o la lluvia. Los que ya habías votado, sin tener plena certeza de a quién estaban asistiendo, cuidaban el campo de los ciudadanos que, cerca de la medianoche, todavía esperaban para votar, les daban café y galletas, les indicaban la dirección de su casa para que fueran a usar el servicio sanitario, en fin, algo emocio-nante.”

NICMeR N. evANs

La transición democrática NelsON ACOsTA e.

¿Cómo caracterizar el proceso de transición política que se avecina en el país? ¿Cuál ha de ser su carácter? ¿Continuidad con el pasado? ¿Ruptura con el presente? ¿Cómo se expresara esta disyuntiva en las elecciones presidenciales? En fin, de triunfar la oposición en las venideras elecciones ¿qué dilemas tendrá que afrontar el mandatario que sustituiría a Hugo Rafael Chávez? Preguntas sustantivas. Sin duda alguna, las repuestas a estas interrogantes proporcionaran el fundamento donde descansará la estrategia política que definirá el futuro de la vida política en el país.

Exploremos una de estas disyuntivas, la referida a las elecciones presidenciales. Esta votación, por ejemplo, no debe ser asumida en términos estrictamente electorales. Lo es su envoltura, pero no su contenido. Este debe traducir una oferta que responda acertadamente las anteriores interrogantes. En otras palabras, se quiere enfatizar que esta contienda no debe expresarse únicamente a través de medios y contenidos tradicionales. Es imprescin-dible añadir un sesgo agónico, una disyunción exclusiva que coloque esta elección como una escogencia entre un pasado pleno de fracasos y un futuro visto como profundización de los logros democráticos. Las peticiones y protestas reivindicativas (inseguridad, pobre-za, salud, vivienda, salarios, etc.) deberían ser alineadas de tal forma que cada una de ellas exprese una única demanda política: la sustitución del régimen y la profundización de la democracia. En corto, el peticionario reivindicativo no necesariamente transmuta su con-tenido en un antagonismo liberador que cuestione el orden político dominante. Para que esto suceda se requiere de una acertada caracterización de la coyuntura; y, desde luego, de la intervención política consecuente.

Ilustremos lo anterior con un breve ejemplo histórico. A la muerte del General Juan Vicente Gómez grupos de jóvenes emergentes debatieron y se preguntaron en torno a la carácter de la transición política en la Venezuela post gomecista. Los de vocación mar-xista tipificaron esta coyuntura como punto de partida para la puesta en práctica de una revolución anti feudal, anti imperialista y socialista. Los social demócratas, por el contra-rio, enfatizaron el carácter democrático de esta transición. La solución a los problemas endémicos de nuestra sociedad pasaba por la instauración de la democracia. El resultado de esta polémica la conocemos. La repuesta acertada dio como resultante la construcción del dispositivo democrático que hegemonizó la vida política del país a lo largo de la se-gunda mitad del siglo pasado.

La historia se repite. Hoy, al igual que ayer, se pretenden caracterizar esta coyun-tura como la transición hacia un Estado Comunal y Socialista. Frente este arcaísmo es necesario oponer una nueva agenda política: la democracia de las autonomías políticas. Es esta lucha la que definirá el carácter de la transición política. La formulación de ofer-tas electorales con prescindencia de esta consideración corre el riesgo de ser percibidas como restauración del pasado. Más de lo mismo. Lo apropiado, a mi juicio, sería ubicar la apuesta electoral dentro de esta óptica. En otras palabras, repensar al país en el marco de una lógica política que propicie su descentralización y lo conduzca hacia la construcción de un federalismo autonómico.

Es recurrente la demanda por la formulación de un proyecto político alternativo al vigente. Especialistas, politólogos y encuestadores señalan que es indispensable proponer una nueva visión de país. Sin embargo, más allá de temas como seguridad, vivienda, salud, reconciliación, paz etc. lo que se requiere es formular un relato que sustituya al centralista que ha hegemonizado nuestra cultura política hasta el día de hoy. No podemos borrar de la memoria que este último ha arropado con su manto único al gobierno y am-plios sectores de la oposición. Me parece válido afirmar, entonces, que además de ganar las elecciones lo sustantivo sería alterar la actual estructura de poder.

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Bizarro mundo

“Lo que caracteriza una época, antes que cualquier otra cosa,

es la gestión del cuerpo”.Michel Maffesoli: La transfiguración de lo político, p.187

En Venezuela tenemos una incultura de las frutas proverbial. En ningún restaurante saben de esto. Los fruteros (del nivel que sea, desde una frutería sifrina hasta cualquier ta-rantín de barrio) sólo disponen de manzanas, uvas y peras. Pero usted les pregunta por un catuche, por anones, por ciruelas, por mamones, por algarrobo, por jobo o por tamarindo (para citar sólo una ínfima lista de nuestra impresionante diversidad de frutas) y los tipos ponen cara de extranjeros. (Anécdota: en estos días estaba en un pretencioso supermerca-do de Valencia y cuando estaba pagando en la caja, la chica de rigor me preguntó extraña-da: “señor, qué es esto”. Ella tenía que buscar en la lista de precios y pesar la misteriosa bolsita. Adivine usted cuál era la extravagancia: unos cuántos nísperos elementales)

¿Por qué a los dueños o gerentes de restaurantes no se les ocurre diseñar un agra-ciado carrito con todas estas frutas bien presentadas y pasearlo frente a sus clientes de la misma manera que presentan estos aburridos carritos de repostería que no aportan nada (parece que todos los compran en la misma panadería)? Pero los fruteros callejeros tampo-co se ocupan de conseguir, al menos, las frutas de la estación, los mangos que se pudren en los solares, las guayabas que se dan en todas partes (para ver si algún día podemos saborear una buena guayaba y no esta mamarrachada que venden por igual en todas las fruterías del país)

Hay una secreta complicidad entre esta dejadez de los lugares públicos y la ignoran-cia y achatamiento del buen gusto de las usuarias y usuarios. Lo grave es que semejante estado de mediocridad de “mercado” ya se hizo normal para todo el mundo, en lugares caros o baratos; en barriadas populares o en urbanizaciones sifrinas.

**La Duquesa de Alba tiene novio. ¿Qué tiene ello de raro? Vayamos por parte. El espectáculo visual de este asunto no suena lo mismo que una noticia cualquiera de la prensa del corazón. Que esta señora tenga derechos y que los use libremente, parece algo fuera de toda discusión. Pero convengamos en que hay algo de morbo en esta manía de estar mostrando a cada instante--como si se trata de un desnudo de Jénifer López--los encuentros furtivos de esta dama con su oscuro pretendiente, pues en cada caso no hay manera de evitar que se confunda la escena con el jaleo de alguna sala de cuidados inten-sivos o con la rutina de algún lugar de retiro para personas de la cuarta o quinta edad, que de excitante tiene muy poco. Que la señora está feliz y que es una atrevida rompiendo los protocolos de la realeza, puede tener alguna picardía. Pero me parece por lo menos una falta de delicadeza este frenesí televisivo por mostrar en vivo el momento esperpéntico en el que la Duquesa se va a desintegrar.

**Discutimos permanentemente sobre el impacto de las TIC sobre casi todo lo que hacemos. También sobre la aparición de un curioso dialecto que está asociado directamen-te con la mensajería de texto que está objetivamente limitada por el espacio. Hasta allí todo parece muy claro, pero no se lo crea. Estamos en presencia más bien de un agudo problema cultural en donde se entremezclan todo tipo de rollos: las perversiones de la ex-clusión social y el empobrecimiento del lenguaje, la crisis de hegemonía de los discursos oficiales, los estilos lingüísticos asociados a las tribus urbanas, el frenesí de la subcultura de la imagen y la crisis de la lectura, entre otras pequeñas perlas que andan por allí hacien-do estragos. El tema de la mensajería de texto y su singular dialecto se vincula además al fenómeno--no menos extravagante--de la impactante proliferación de la telefonía celular (desde la blackberry manía, hasta el uso de toda clase de equipamiento--casi-- desechable) Habría entonces que segmentar los estudios de este fenómeno por sector social, por sexo y por estamento etáreo para observar cómo está evolucionando el consumo lingüístico asociado al capital cultural de cada quien (esa era la línea del finado P. Bourdieau)

RIgOBeRTO lANz

Se necesita ser bien bolsa para creer en Manuel Rosales. Primero salió su espo-sa, la señora alcaldesa de Maracaibo, Eve-ling Trejo, y nos dijo que Manuel viene. Y luego salió a hacerle coro el pendejo de Wi-lliam Ojeda y también repitió como un lo-rito: “Rosales viene”. Y así estuvieron con esa cantaleta jodiendo casi tres meses. Otro pajúo salió por allí, para provocar, y dijo que Rosales estaba vestido de cura en la ca-tedral, en fin, que se habló la paja que jode en torno al regreso de Rosales. Lo que sí es cierto es que muchos de nuestros líderes, entre ellos Ramos Allup, Omar Barboza y Fracaso Petkoff, -es un decir- viajaron a Panamá a hablar con él varias veces.

Y ahora viene el loco este y declara que apoya a Pablo Pérez, y Ramos Allup también se asoma y junto a su partido está apoyando esa candidatura y por fin, parece que vamos a derrotar al tirano, porque ya Pablo Pérez no pierde con nadie las prima-rias. Capriles Radonsky anda por allí pi-diendo ayuda pero ya no lo salva nadie. Si sumamos los votos que tuvieron un Nuevo Tiempo y AD en las elecciones pasadas, el compañero Pablo no pierde con nadie.

Los que deben retirarse de una vez y para siempre son Álvarez Paz, Eduardo Fernández y César Pérez Vivas, tres tristes tigres copeyanos que no van para ninguna parte. A María Corina Machado, Leopoldo López y Miguel Henrique Otero, con su movimiento 2D, hay que pedirles que se afilien a nuestro candidato Pablo Pérez y se dejen de pendejadas de andar dividien-do la mesa. Lo único malo que tiene esta candidatura de Pablo Pérez es que Fracaso Petkoff la está apoyando, y eso no es nada bueno, porque como todo el mundo sabe, con ese fracasado no se llega a buen puerto nunca. Hay que evitar que hable a favor.

Pero volviendo a Manuel Rosales. Debo decir que arrecha esa pendejada de poner a la esposa a declarar que viene y después dice que no viene porque “no es mi hora, es la hora de la patria”. Esa es una soberana pendejada. Ahora los maracuchos tienen que votar otra vez por la abogada –es un decir en la aldea- para gobernadora. In-sisto, yo creo que los maracuchos hicieron una vaina bien jodía para que ahora los es-tén castigando con esta gente.

Y ahora estamos haciendo un papelito del carajo con las declaraciones que damos con respecto a las reservas en oro. Lo mejor es que traigan esa vaina para acá, porque nosotros, cuando Carlos Andrés Pérez y Pe-dro Tinoco, entregamos ese oro. Mejor nos callamos porque se nos va a ver la costura gringa que llevamos por dentro. .

- En mi calvario, llevando mi cruz.- Me canta Margot.

ROBeRO MAlAveR

Rosales

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Rosales

Vivir viviendo y el buen vivir son palabras que desde no hace mucho debe repetir cada funcionario público o líder o dirigente que pretenda estar al día en discurso político.

Vivir viviendo y el buen vivir son palabras que desde no hace mucho debe repetir cada funcionario público o líder o dirigente que pretenda estar al día en discurso político. El dis-curso del Poder Popular pasa entonces a términos muy materialistas, vivir viviendo es poder tener acceso a mi casa bien equipada, a mi tarjeta de turismo, a mercal y Pdval, etc, etc, etc. Cientos de miles de artefactos chinos desembarcan en nuestros puertos para ser vendidos a precios realmente bajos a toda la población, aires acondicionados y pantallas de plasma LCD se están repartiendo a lo ancho y largo de nuestra población, o sea, que nuestra clase prole-taria esta accesando al disfrute de placeres antes solo privilegio de las clases adineradas. No seré capaz de negar que eso es buen vivir, por su puesto que es bien sabroso llegar a casa y disfrutar de un clima atemperado por el aire acondicionado y ponernos en familia a disfrutar de nuestra tremenda pantalla de 42 pulgadas que nos descontarán además en muy cómodas cuotas de nuestra cuenta nómina, algo así como 230 Bolívares fuertes, claro que habría que agregar unos detallitos: la suscripción al cable, el DVD y las peli para tener completo eso que se llama el buen vivir.

Nadie podrá decir que esto es malo, que los pobres tengan lo que antes solo era para los ricos es un beneficio, logro, reivindicación, victoria y todos los etcéteras que podamos encon-trar. Pero tampoco nadie podrá negar que es un aburguesamiento, puesto que si los pobres tie-nen las cosas de los ricos y la disfrutan, eso es aburguesarse, lo que en principio no debe leer-se como algo negativo. Nadie dijo que la revolución tenía como fin acabar con los burgueses sino más bien que sus privilegios no fuesen solo para ellos, así que la revolución, para estar claros, se trata de que todas y todos seamos burgueses, o que tengamos y disfrutemos lo que tienen y disfrutan los burgueses. Peeero, hay que andarse con un poco de cuidado, pues eso de ser burgués es algo más que tener la pantalla, el carrito iraní y un vergatario, de disfrutar de una casa de la misión Vivienda y tal. Es un problema de conciencia. Nada bueno traerá a la revolución socialista que podamos lograr que los bienes, hasta ahora suntuarios y exclusivos de la burguesía, se socialicen, si con esto se socializa la clase social burguesa en la mentalidad de nuestro pueblo. Porque se corre el riesgo de que se despierte en todo nuestro querido país la fiebre del oro, esa que hace que el que tiene un poco quiera desesperadamente más, que el que ya disfruta con su nave iraní empiece a soñar con un Mercedes, que el que viva en un apartamento socialista empiece a mirar para el Country Club y a pensar y actuar como un burgués para terminar de vivir viviendo un pelo cada vez mejor. A pensar como hace para que otro trabaje `pa su beneficio y aprendamos de forma masiva a explotarnos entre todos.

Aunque matemáticamente es un imposible que todas y todos podamos ser burgueses, dentro del esquema capitalista, me refiero, pues la riqueza de los ricos siempre resulta de la pobreza de los pobres, es decir que lo que a ellos les sobra es lo que nos quitaron y nos falta a nosotros, hay que poner énfasis en este concepto que se socializa sobre el buen vivir con un concepto de nueva humanidad. Los cambios internos en la especie son los únicos que lograrán el cambio de vida, el buen vivir. Tener y tener la parafernalia burguesa sin acom-pañarla de la conciencia de clase, del cambio que implica el por qué en revolución todas y todos podemos tener todo esto, no nos dará el mundo nuevo del buen vivr, o vivir viviendo o como quieran decirlo desde el funcionarato. Hay que saber que el buen vivir es educarse, es prepararse, es culturizarse, es desarrollarse como ser humano, es potenciar las capacidades enormes que cada uno de todas y todos nosotros llevamos dormidas, es cambio de valores, solidaridad, sentido de patria, compañerismo, comunismo del mas puro y limpio, camaradas. Común. Comunidad, Buen Vivir es solamente una cosa: Comunismo.

RAÚl BRACHO/KAOs eN lA Red

¿Es aburguesamiento eso del buen vivir? Siempre que se pueda caer más bajo ahí

encontraremos a la Mesa de la Unidad. Cada vez que haya que atentar contra la soberanía, cada vez que haya que menospreciar la inte-ligencia del pueblo, cada vez que haya que meter la pata, ahí estará la MUD presta a me-terla y hasta el fondo.

Esta semana defendieron desgarrados el derecho soberano de los EEUU y Europa a cuidar nuestras reservas internacionales, mostrando, impúdicos, su temor por la impo-sibilidad de un embargo al estilo Libia, esos que hacen los guardianes de las reservas y del orden mundial robando el dinero de un país para financiar la guerra que lo destruirá, para financiar a grupos opositores que no tienen empacho en vender su patria pero que se po-nen bravitos si les llaman traidores… y que a la hora del debate no hacen sino dar saltitos alrededor del fuego que ellos mismos inicia-ron, no sin perder la oportunidad de largar historias, cifras y citas inexactas que la gente pensante de este país no va a corroborar.

Por otro lado Maria Corina Machado prometió que al asumir su gobierno metería presos a los militares que, según Tal Cual, El Nacional, CNN y Globovisión, habrían amenazado con desconocer los resultados de las próximas elecciones presidenciales. María Corina además de repetir mil veces que ya no viviremos de rodillas -olvidando, convenientemente, que fue ella quien se arro-dilló en la Oficina Oval, y que es ella quien pretende que todos los arrodillemos cual su-misos alumnos de colegio de monja-, ahora nos asegura que meterá presos a los militares bolivarianos. Supongo que una vez despa-chados los militares irán tras los militantes revolucionarios, redondeando así la promesa de acabar con el “comunismo a la cubana” ¿Verdad Maricori?

Mientras estas patas se metían a fondo en el barro del mundillo de la MUD, en el mun-do virtual explotaba una bomba de gas hila-rante: Venezuelaville. Yes, así en spanglish para que sea más cool, más fashion, más nice. Se trata de un video en el que un pajarito pre-ñado pare a Leopoldo López, a su vez preña-do de buenas intenciones. Allí Leopoldo dice que “hay millones de venezolanos con una voluntad admirable.” ¿Dónde, en la calle? Noooo, él lo descubrió ”recorriendo la red”. Jugando a Farmville aprendió todo lo que hay que saber sobre agricultura, supo inclu-so que se pueden tener ovejitas de colores y que en este país nos empeñamos en que sean grises, monótonas, hurriblis. En Cityville en-tendió cómo se construye un país, y en Mafia Wars aprendió a gobernarlo. En Texas Hold ’em Poker corroboró lo que ya sabía: que el trabajo es para idiotas y reafirmó el valor del As bajo la manga. El video de Leopoldo nos confirmó lo que siempre supimos: que en el mejor de los casos no pasa de ser una comi-quita… En el peor, pues, ya lo vimos durante el golpe de abril.

Embarrados de MUDCAROlA CHávez

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La Organización de las Naciones Uni-das para la Agricultura y la Alimentación (FAO en sus siglas en inglés), ha señalado que este año 2011 el aumento del precio de los alimentos llegará a records históricos. De hecho, ya en estos últimos ocho meses el aumento a nivel mundial de los precios del maíz, trigo, soya, azúcar, lácteos, carne y pescado ha alcanzado más del 35%. Cifra record en más de 20 años.

Entre las causas de esta crisis mundial, podemos señalar:

- La especulación financiera: al ser in-corporados los alimentos a Fondos de In-versiones basadas en el precio de los “com-modities” (alimentos y minerales), estos comienzan a comercializarse en mercados a futuro donde se mueven simultáneamente con los precios de las acciones, las divisas o los hidrocarburos. Ya en 2008, un 30% de las cotizaciones estaban determinadas por capital especulativo.

- Nuevo modelo agroindustrial: basado en la concentración de la tierra por grandes trasnacionales que dirigen la producción a monocultivos que tienen como patrón es-tructurante la producción de “biocombusti-bles” y el uso de semillas transgénicas, que ha traído como consecuencia un proceso de deforestaciones de grandes extensiones de selvas tropicales en Asia y América Latina.

- Desregulación de los mercados loca-les: El Banco Mundial, en la década de los ‘80, dirigió una política de desregulación de los mercados locales que produjo la des-articulación del campo de los países “en vía de desarrollo”, al no poder competir con los excedentes de alimentos subsidiados de los países desarrollados y ser inundados de se-millas transgénicas. Hoy, a 30 años de esta política, nos encontramos con que el 70% de los países pobres son importadores netos de alimentos.

Esta realidad, ha traído como conse-cuencia que más de 1600 millones de per-sonas pasen hambre en el mundo, de las cuales el 60% son mujeres. La mayoría de quienes pasan hambre, como era de espe-rar, viven en países de Asia Pacifico, África del Norte y Subsahariana y América Latina, que registra hoy 53 millones de personas malnutridas.

Venezuela, desde la llegada del Pre-sidente Chávez al poder ha caminado, en contra vía a este modelo, logrando un ma-yor control del Estado sobre la actividad de producción y distribución de alimentos.

En materia de producción, se ha dis-puesto de un marco legal que promueve la eliminación del latifundio, la redistribución de la tierra, se ha prohibido el uso de trans-

génicos para fortalecer el desarrollo de se-milla autóctona, se ha priorizado el uso de la tierra para la producción de alimentos y se ha desarrollado un modelo de crédito a bajo interés para el sector agrícola.

En el área de distribución, se ha desa-rrollado una política de regulación de pre-cios de los productos de la cesta básica para combatir la especulación y se ha creado una red pública de distribución de alimentos a bajo precio (MERCAL, PDVAL, Abastos Bicentenario). Está red distribuye actual-mente el 30% de los alimentos de la cesta básica y se espera cerrar el año 2011 con una cobertura del 50%.

Esta política ha tenido un alto nivel de aceptación en nuestra sociedad. De acuer-do al estudio realizado por la Fundación GISXXI, durante el mes de Febrero 2011, existe un consenso entre los venezolanos sobre la necesidad de que el Estado inter-venga en la Economía en un sentido regu-lador y garantista.

- 92% está de acuerdo con que “El Es-tado debe intervenir para garantizar precios bajos en todos los productos de la canasta básica”.

- 92% está de acuerdo en que “Se debe-ría multar a todos los empresarios y comer-ciantes que suban los precios de manera injustificada”.

- 89% está en desacuerdo con que “Los empresarios y comerciantes deberían ser libres para poner los precios que quieran”.

De igual manera, los venezolanos valo-ran mejor las redes de distribución públicas de alimentos que las privadas. En una es-cala de 1 a 20, la Red MERCAL y PDVAL fueron las mejor evaluadas en precio (15 y 14 respectivamente), calidad (14 y 13), va-riedad de productos (13).

Esta política de universalización del acceso a los alimentos, privilegiando a los sectores menos favorecidos, ha impactado varios indicadores sociales que han sido reconocidos por la FAO, entre los cuales encontramos:

- Venezuela es el quinto país latinoa-mericano con mejor índice nutricional en niños menores de 5 años

- Para el 2015 Venezuela superará la Meta del Milenio sobre la erradicación del hambre

- El índice de desnutrición infantil en niños menores de cinco años se redujo un 58,5% en el período 1990-2010, al pasar de 7,7% a 3,2%.

Sin embargo, a pesar de los esfuerzos y los avances del Gobierno Nacional en esta materia, hoy Venezuela sigue impor-tando alimentos. Lo logrado en el terreno de la distribución, debe servir de guía para profundizar a través de la Misión Agro Ve-nezuela la productividad en el campo y la soberanía alimentaria.

Las crisis estructural de alimentos ape-nas comienza y su solución no llegará den-tro la realidad social y económica del ca-pitalismo, que no garantiza la alimentación como un derecho sino como un bien transa-ble en el mercado, donde los agro-negocios y el libre comercio hacen a los países po-bres, más pobres cada día. Solo una política nacional y anticapitalista que incentive el desarrollo del pequeño y mediano produc-tor con un apoyo pleno del estado, privi-legiando nuestras semillas autóctonas nos permitirá salir de la catástrofe alimentaria mundial.

Defendamos nuestro campo y constru-yamos nuestra soberanía alimentaria. ¡Si-gamos a Contracorriente!

Crisis global de alimentos y la alternativa venezolana

jesse CHACóN

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El juego errático de la oposición

jesse CHACóN El barómetro de Gestión y Coyuntura política en este mes de Agosto elaborado

por www.gisxxi.org, nos ratifica la tendencia de crecimiento positivo del presidente Chávez en la opinión ciudadana, después de la caída en la calificación de su gestión a 37.7 % en febrero de 2010, el presidente asumió una curva ascendente que lo ubicó un año después, en febrero del 2011 en 50.3%, para continuar creciendo mes a mes hasta ubicarse en julio de 2011 en 57.8%.

Podríamos concluir de manera muy ligera que el ascenso presidencial se debe no a una mejoría en su gestión, sino a la solidaridad despertada a raíz de su enfermedad, pero no es así, su ascenso en valoración de gestión no es correspondiente con el indicador de solidaridad y apoyo, pues su alta aceptación hace parte de una tendencia ascendente y sostenida que se ha registrado desde marzo del año 2010.

Pero hay algo en que la enfermedad del presidente si incide y puede tener efecto en su mayor aceptación, y es que la agenda de la oposición se ha construido durante los últimos 12 años, no desde la reflexión racional de los problemas actuales y la cons-trucción de un modelo de país alternativo, sino, desde el ataque visceral, satanizador y nunca de altura, a la figura presidencial; la actual condición de salud del presidente genera un blindaje humano, sin lugar a dudas, no es productivo políticamente para la oposición atacar como siempre lo hacen, de manera caricaturesca y burlona al presiden-te, este juego se revertiría en su contra, pareciera de poca monta esta situación, pero en la realidad venezolana está significando que la oposición pierde el grotesco código de comunicación que ha mantenido con su electorado, situación que los lleva en este mes de julio de 2011 a que el 51.1% de la población califique de mala, muy mala, su gestión; y solo un 15.7%, la califique de buena, muy buena.

Ha sido clara la incapacidad opositora para construir un discurso o una agenda más allá de Chávez, todo su juego político empieza con Chávez y termina en Chávez, la au-sencia del presidente por su tratamiento de salud en la Habana los alarmó y los dejó sin planteamiento en la coyuntura, incluso avivó el juego de canibalismo interno, pues si no tienen a Chávez al frente no hay nada que los unifique, esto ha traído la reconfiguración de su juego interno y hoy se habla de la conformación de dos bloques, el bloque pana-má (AD, Un nuevo tiempo) y el Bloque “Constitucional” (Primero Justicia, Podemos Y Mas), además suena y truena aterradoramente para ellos que regresa Rosales el líder de UN Nuevo Tiempo prófugo en Perú por corrupción, su regreso fragmentaría mucho más el abanico opositor.

La incapacidad de la oposición para canalizar la problemática del país en clave de proyecto alternativo es evidente, a pesar que la mayor valoración a la gestión del presi-dente no significa un endoso acrítico, por el contrario la ciudadanía mantiene su sentido crítico frente a los problemas del país, valorando como los tres principales problemas la inseguridad con un 34%, el desempleo con un 16% y los servicios públicos con un 10%, se mantiene así mismo una gran expectativa en las metas planteadas frente a vivienda, lo agro productivo y el empleo.

Incluso el 56% de los encuestados considera que el presidente debe realizar algunos cambios en su forma de gobernar.

Pero la oposición no aprende y reincide en sus yerros, su estrategia de pretender aprovechar la coyuntura de enfermedad del presidente manipulándola desde la dictadu-ra mediática que controla, ha caído en el vacío, la mayoría de la población considera que el manejo dado desde los medios se hizo con la intención de perjudicar al presidente, así mismo la mayoría cree que tanto el presidente, como el vicepresidente y el gobierno en su conjunto han ganado apoyo.

Pero lo más dramático para la oposición, fuera de la esterilidad de su juego político, así como la caída en la valoración de su gestión, es el posicionamiento del presidente Chávez como el candidato más valorado de cara a las elecciones del 2012, al respecto, e 56% votarían por Hugo Chávez si las elecciones fueran mañana, mientras que solo el 21.8%, votaría por la oposición.

Los estrategas políticos de la oposición, deben estarla urgiendo para que reordene su juego, para que estrujen su inteligencia y comiencen a producir propuestas programáti-cas para el país y ganen en conexión simbólica con el electorado, pues no hay otra forma de posicionar una propuesta alternativa al Chavismo. Pero tal vez es una exigencia muy grande para una oposición cuya creatividad se quedó en el pasado con la producción en 1996 de la neoliberal y fracasada Agenda Venezuela, es un reto tal vez imposible para quienes solo sueñan con llegar al gobierno para reabrir su agenda privatizadora y entre-gar arrodilladamente las reservas de petróleo que hoy se ubican como las más grandes del mundo.

jesse CHACóN

Apenas comenzó lo de Túnez me hice muchas preguntas, gambeteando presiones por solidaridad automática. Luego vino Egipto y aún me hago iguales preguntas. Fi-nalmente vinieron Bahrein, Yemen, Libia. Dudas que siempre tengo. Porque el Impe-rio nos vive poniendo trampas. Y Al Yazira (Al Jazeera) atizando con su propia agenda.

No me gustan las ideas recibidas. Lo primero que hago con ellas es ponerlas en duda, como esa de Gadafi dictador. Como la de Chávez dictador, el gobernante más libe-ral desde Guaicaipuro. Pero eso lo sabemos en Venezuela; en Tanzania o en Malasia solo reciben los embustes del totalitarismo mediático. La confusión era mayor porque muchos hermanos árabes odiaban a Gadafi y a mí mismo no me caía demasiado bien, será por lo farolero. Pero de farolero a dicta-dor hay cierto trecho.

Pongamos que era un dictador. No sé juzgar el gobierno en una sociedad tribal poco propincua a lo que aquí entendemos como legitimidad democrática. Y también que el totalitarismo mediático ha terminado por hacernos simpático a todo aquel a quien vitupera, lo merezca o no, Idi Amin Dada, Milošević, Strauss-Kahn.

Mira lo que se proponían en Libia. Lo malo de la verdad es que puede ser más per-versa que la mentira. La única verdad que dicen algunos periódicos es la fecha. Y si alguno de ellos me dice que el Hotel Hum-boldt está al norte de Caracas me compro una brújula y un mapa para verificarlo. Y si es cierto paso a preguntarme por qué malan-drería le convino decirme la verdad.

Luego de machacarnos durante cuatro décadas todo lo que decían de Gadafi, vino lo de que estaba masacrando a su pueblo. El mismo cuento simplón: el villano a de-rrotar: Capitán Garfio, Brutus, Darth Vader.

Y vino uno de esos esperpentos lógicos que ya nos entrenaron a tragar: en Venezue-la no hay libertad de expresión tal como lo estoy expresando libremente ante esta rin-glera de micrófonos. El guirigay de Libia fue: «Masacramos civiles para que no los masacren». ¡Cuánto nos han embrutecido! Eso valen el petróleo, el agua y las divisas de Libia.

En 2010 Libia vivía su vida normal. Hay quien celebra su actual horror en Ve-nezuela. Por eso el Che decía que debemos estar dos pasos delante del caos. «Socialis-mo o barbarie», dijo Rosa Luxemburgo en 1916.

LibiaROBeRTO HeRNáNdez MONTOyA

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Acceder a una visión integral del mundo implica traducir la realidad a un determinado lenguaje; hay muchos, pero sí y solo sí hubiese un universal lenguaje, nuestra noción del mundo, nuestro acercamiento y afortunada aprehensión de esa escurridiza realidad, pudiese llevarnos a la más fecunda comunicación. La experiencia del diario vivir, por el contrario, nos muestra que no hay tal uni-versalidad, y que la pluralidad de visiones (de lenguajes) es lo que prima.

Todos somos parte de la dispersa y contradictoria realidad, y no bastan las disquisiciones dialécticas para explicar ni para jus-tificar el que aún estemos sumergidos en un caos infernal. Habría que bucear más a fondo para ver si hallamos la hebra de la madeja. ¿En qué lugar, momento histórico y de qué manera se resquebrajó a nivel de no retorno la evidente voluntad unitaria del Homo Sapiens?

Hoy la humanidad es un rompecabezas suelto al que debemos armar; algunas piezas no calzan para integrar un mundo de paz y armonía; los guerreristas “genéticos” no encajan, y hasta tanto las ciencias no ofrezcan una alternativa de curación para ellos, hay que desecharlos, dejarlos a nivel de esa cosa tan rara de justificar que llaman “Premio Nobel” (Kissinger, el principal mentor de guerras en el siglo XX, recibió uno. ¿Alguien lo puede explicar?).

Desde que el niño respira por primera vez, inicia un proceso de aprendizaje que se concibe como la transformación que tiene lugar en su sistema nervioso cada vez que se integra a él una nueva infor-mación. La teoría cognoscitiva de reciente aparición hace hincapié en los factores que determinan la conducta y establece que ésta, mayormente, es aprendida y las leyes que gobiernan ese aprendi-zaje pueden conocerse y medirse. Asimismo, es concluyente que tanto la conducta “normal” como la “anormal” se adquieren me-diante los mismos mecanismos fundamentales de aprendizaje. La especificidad de cómo se llega a una mentalidad criminal capaz de fabricar una bomba atómica para matar niños, o población civil no combatiente, no es objeto de estas reflexiones; mas, en sentido lato, hay que decir que la ojiva nuclear es una consecuencia perversa del desarrollo del lenguaje científico.

Encargada de escarbar la evolución, la ciencia ya da por sen-tado que del Australopithecus erectus al Cro-magnon es evidente el aumento de la capacidad craneal. Desentrañar la secuencia del genoma humano puede aportar claves acerca del desarrollo del len-guaje.

En la zona de los Grandes Lagos, en África, se han hallado los huesos más antiguos, y los estudios de ADN confirman que to-dos los grupos étnicos tenemos filiación con el africano originario (aunque muchos, de puros racistas, no lo admitirían de buen gra-do). Además, fósiles humanos de hace dos millones de años, datan indicios de que el incipiente cerebro desarrollaba desde entonces atisbos del habla.

La capacidad de almacenar información nos ha venido hacien-do extremadamente complejos. Desde entonces, y hasta el presente, hemos pasado de simplemente fabricar rudimentarias herramientas de piedra a construir ojivas nucleares. Es de suponer que las prime-ras eran para cazar, armas de subsistencia; mientras que la bomba atómica implica la más brutal arma ofensiva e intimidatoria. De hecho, el potencial atómico de que disponen los pocos países que forman el super selecto club nuclear, de liberarse todo al mismo tiempo produciría una explosión de tal magnitud que haría colapsar el planeta, llegando su onda expansiva hasta la órbita de Plutón. “Proeza técnica”, podría pensarse; pero ese potencial no mejora la calidad de vida, y el hambre sigue siendo la principal causa de muerte de la Humanidad. ¿Ha evolucionado el ser humano enton-ces? ¿Hacia adonde va?

Formular hipótesis generales acerca de si, cómo, cuándo y etc. factores determinaron el lenguaje, e inclusive su evolución, difí-cilmente nos llevarán a una verdad científica incuestionable. Es de imaginar la multiplicidad de factores de toda laya que han podido afectar la evolución del lenguaje humano pero, sin lugar a dudas, los sectores sociales y políticos que históricamente impusieron su ley a otros grupos o pueblos e influyeron en menoscabar lo que ha-bía, para imponer sus valoraciones, tienen mucho que ver.

¡Menuda tarea, tratar de escarbar la historia de la evolución del lenguaje desde sus primeras manifestaciones hasta la complejidad de lo actual! Podríamos intentar extrapolar inductivamente en fun-ción de recientes cambios e inclusive de apreciables modificaciones en marcha ahora.

Dos

El lenguaje es el más poderoso elemento de la cultura huma-na; surgió de la necesidad de comunicarse, lo que es evidencia de nuestro ancestral carácter gregario. Ahora bien: el lenguaje es más que un medio de expresar el pensamiento. Es su matriz, su condi-ción de posibilidad. Pensamos en nuestra lengua materna, y eso nos decide mucho de lo que construimos. En otros términos: somos el lenguaje. Es nuestra condición de posibilidad, y al mismo tiempo nuestro límite.

¿Las primeras expresiones habladas? ¿Cómo saberlo? ¿Qué ob-jeto pudo estar en la cabeza del hombre primitivo, acaso un plato de comida? ¿Plato? ¿Las exigencias de su vida práctica incluían internet, las ojivas nucleares?

Los primeros signos escritos fueron representaciones de objetos prácticos, y las primeras expresiones habladas han podido ser imi-taciones de sonidos de la Naturaleza, tal vez reproducir sonidos del mar o del río, o del viento, o de animales. En esas circunstancias, el lenguaje onomatopéyico pudo expresar lo externo, pero había que expresar los sentimientos, lo interior, y eso pudo empujar al ser humano a crear otro lenguaje.

Es de advertir nuevamente que este es un abordaje temeraria-mente empírico, de la evolución del lenguaje humano; sería im-propio dar por sentado como factor de evolución al respecto algo que no se pueda demostrar. A diario el ser humano inventa nuevas formas verbales para no quedarse atrás y a nosotros, en tanto que

Del origen y evolución del lenguaje humano... a las armas nucleares

MARCelO COlussI y guIlleRMO guzMáN

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no somos excepción alguna, se nos ha ocurrido inventar “oenarco-citanul” para definir a los más conspicuos y despiadados asesinos.

Testimonios de investigaciones científicas señalan que actual-mente existen cerca de 7.000 idiomas (entre lenguas y dialectos de-rivados) y que un indeterminado número ha desaparecido, así como otro número está hoy en vías de extinción. Impulsar la creación de un lenguaje universal mediante el cual podamos entendernos para impulsar la paz, tal como pretendió el esperanto, podría abrir cami-nos de solución a los problemas de la especie humana, principal-mente, la amenaza nuclear. Pero de momento eso no parece sino una altruista petición de principios, bastante alejada de la realidad por cierto.

Lamentablemente, el posicionamiento de los medios de comu-nicación por parte de sectores guerreristas y la instrumentación de un lenguaje pérfido nos ha conllevado hacia un solo patrón: la glo-balización informativa llevada a cabo en un lenguaje de guerra.

No existe lenguaje sin pensamiento ni pensamiento sin len-guaje; es lógico pensar que un desarrollo cerebral al que se llega como resultado de una prolongada evolución con transformaciones biológicas profundas y, convergentemente, un desarrollo de la vida social, son presupuestos de la creación del lenguaje eficaz. La efica-cia de toda comunicación debe ser valorada en tanto que sustente la vigencia de la vida y de la paz.

La comunicación que emana de los centros de poder internacio-nales es guerrerista; luego, habría que dudar si la capacidad craneal de las élites criminales que dirigen tales imperios, capaces de lan-zar bombas contra pueblos inocentes, pensar en armas de destruc-ción masivas o en planes para eliminar “poblaciones sobrantes”, no ha sido perturbada por una desviación, una mutación genética. O, por el contrario, habría que pensar que la búsqueda de poder no se detiene ante nada, aún ante esas monstruosidades. Para obtener y mantener el poder todo, absolutamente todo es posible.

Ante cada información percibida, un individuo activo reflexio-na y experimenta antes de asumirla o rechazarla, mientras que el individuo pasivo simplemente la asume sin filtro, porque es un es-clavo. Esto significa que la manera como el sujeto procesa la infor-mación es determinante para esclarecer el sentido de la realidad; de ahí que el deliberado propósito de maniatar el sentido crítico del individuo, por parte de las corporaciones informativas internacio-nales capitalistas, incide en la debacle o en la transformación del mundo. En última instancia: en la guerra o en la paz.

La opinión pública es una fuerza de primera magnitud y signi-ficado, en cualquier sociedad, por lo que las élites sanguinarias no vacilan en confiscarlas y ponerlas a su servicio. A esa “comunipu-lación” -comunicación manipulada- hay que oponer una verdadera comunicación basada en los valores, anhelos y necesidades de las

comunidades y de los pueblos. Las ciencias y las tecnologías pudiesen abonar que desembo-

quemos en un lenguaje universal expresamente en pro de la paz, pero habría que procurar reajustes éticos; no obviemos que el por-venir de la cultura está ligado al desarrollo de las ciencias y de las tecnologías. La evolución del lenguaje es directamente inherente a la evolución comunicacional, por lo que es necesario planificar las características deseables de ese proceso evolutivo.

El proceso de integración de los pueblos no debe ser una simple y artificial fusión homogénea de las distintas particularidades cultu-rales; es que una cultura no arraigada en lo profundo de la concien-cia carece de fuerza moral como soporte esencial. De lo que se trata es de establecer relaciones, vínculos interactivos interculturales; no, en cambio, una unidad de integración artificiosa, carente de raíces.

El lenguaje y la comunicación conforman un binomio histórico en transición permanente que lamentablemente desembocó en el desarrollo y puesta en práctica de la bomba atómica, infernal patrón de mortalidad que hoy por hoy ostentan muy pocos países, lo que, llegado el caso, podrían desatar la hecatombe nuclear. En ese sen-tido, la bomba atómica es la prostitución de la ciencia. El desarme nuclear es la única alternativa de solución a la dicotomía de vida-muerte sobre el Planeta Tierra. ¿Cuál es el papel que debería jugar la ciencia en una sociedad ideal: acaso no es el de proyectar la paz y el bienestar para todos?

El bienestar para sólo algunos, por poderosos que éstos sean militarmente, no es sustentable a mediano y largo plazo. Las con-secuencias indeseables del desarrollo científico y tecnológico su-ponen un grave problema ético que se patentiza en la espantosa proliferación de armas nucleares.

Es de suponer -justo es reconocerlo- que la evolución y el de-sarrollo del lenguaje humano permitió que los diferentes lenguajes populares desplazaran al latín, tal vez porque se intuyó la pesada carga de dogmas a los que la iglesia -en especial, la católica- so-metió a ese idioma. No obstante, la ciencia no se ha sacudido el latín todavía. No parece ser tan descabellado pensar que residuos de dogmas de esa lengua pudieron haber influido en mentalidades científicas que condujeron al desarrollo de la energía nuclear con fines bélicos. Habría que demostrarlo. Ninguna hipótesis tiene que ser necesariamente compartida por todos, pero es razonable infe-rir que la evolución del lenguaje permitió el desarrollo científico y éste, a su vez, fue desviado del camino de la ética de los pueblos, debido a la carga dogmática.

Los guerreristas son dogmáticos, y así como uno pudiese ex-plorar río arriba hasta dar con el manantial, habría que investigar los orígenes del dogmatismo que caracteriza a quienes amenazan la destrucción del mundo con sus enormes arsenales nucleares. De ese

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modo, tal vez encontremos pistas que corroboren la apreciación.La Humanidad se ha desarrollado en el ámbito de complejos

procesos prehistóricos e históricos, y la visión que el ser humano ha sustentado respecto al mundo ha sido, en mucho, precariamente parcial cuando no simplemente parcial, en el más eficaz de los ca-sos. Obviamente, nuestra visión de la realidad ha estado siempre sujeta a equivocaciones. Otras veces, cuando esa visión tiende hacia la globalidad, en el buen sentido del término, pareciera acercarse más a la certeza.

A medida que el ser humano se desprende de prepotencias y de ilusiones inútiles y asume una postura crítica respecto a lo erróneo, puede reencausar su existencia bajo una visión más verdadera acer-ca del mundo en el que vive.

Ver el mundo críticamente es ubicarse bien respecto al todo posible, porque ello le permite, a su vez, verse a sí mismo en su dimensión real, es decir, comprender lo pequeño y lo pasajero que se es individualmente con respecto al contexto universal de espacio, tiempo, Naturaleza y de toda entidad social.

Si no todo está completamente a nuestra vista, esa parte de la realidad natural, o social, o espacial, o temporal que no vemos ni sentimos ni oímos ni olemos ni saboreamos y, ni siquiera intuimos, pudiese prestarse para suposiciones infundadas con las que inten-taríamos, eventualmente, completar el cuadro. No faltarán quienes pretendan dejar las cosas tales como precariamente parecen ser, ta-les como están y, punto. Otros, por lo contrario, rehusamos vivir impávidamente resignados, con los brazos cruzados frente a una realidad de guerra, de orgías de sangre y de esclavitud de nuestros pueblos. Algo hay que hacer…

Tres

Los despiadados ataques de la OTAN contra Libia, Irak, Afga-nistán, Palestina y demás pueblos son algo inentendible bajo el im-perio de la razón humana, bajo la lógica de la pacífica convivencia. Se trata de aspectos de la realidad mundial que nos obligan a replan-tear con mayor atención (o con nuevos referentes) los fenómenos internacionales. La posesión por parte las grandes potencias de los recursos petroleros y gasíferos, tanto como del agua dulce, tan va-lorados por cierto, nos obligan a integrarnos para redefinir nuevas relaciones internacionales con todos los países, en el marco de las particularidades de cada sistema político tradicional o insurgente.

La importancia de la política exterior está en auge. Por una par-te, porque las tendencias hegemónicas de las grandes potencias si-guen propiciando la expansión de relaciones internacionales de va-

sallaje. Por otra parte, la política exterior de cada Estado repercute cada vez más sobre los procesos políticos internos de cada país, y en ese accionar algunas cosas se descomponen y se degradan mientras que otras, simplemente, cambian.

El lenguaje tiene que ver como expresión de los sentimien-tos de cada quien. “América para los americanos”, que sintetiza buena parte de la doctrina Monroe, atribuye a Estados Unidos la potestad de dominar a todos en el continente, y ese lenguaje se hizo carne en el pensamiento de muchos pero, no de todos. “Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia para plagar la América de miseria y oprobio en nombre de la libertad”, es la antítesis bolivariana al monroísmo. Como podemos observar, el lenguaje ha jugado un estelar papel en el desempeño del quehacer histórico de nuestros pueblos.

Recomponer las consideraciones del lenguaje constituye una vital alternativa para intentar desmontar el creciente espíritu gue-rrerista de las potencias hegemónicas. Americanos somos todos los nacidos en América, de tal manera que la consideración de Monroe es una contradicción teórico-práctica desde el momento en que los gobernantes estadounidenses se atribuyeron el derecho a esclavizar a nuestros pueblos y asumir para sí, exclusivamente, el gentilicio “americano”.

Fuera del contexto de relación y de la comunicación, muchas cuestiones pierden su sentido esencial. Es sumamente complejo aprehender la realidad de las estructuras sociales, vistas éstas des-de una perspectiva de lo global. Aprehender las estructuras del átomo tampoco es nada sencillo; por ejemplo, cuando ejercemos una determinada disciplina debidamente, nos orientamos hacia un particular y apropiado objetivo; el objetivo del médico ha de ser la salud del paciente, lo cual implica además de una orientación, una regularidad, a saber, curar todos los días a muchos pacientes. De modo que las regularidades de la conducta están pautadas me-diante normas sociales que establecen los límites dentro de los cuales puede darse un comportamiento social determinado. Y así, por analogía, el pescador, el psicólogo, el carpintero, el escritor, el político, el gerente también deben asumir normas de compor-tamiento social. Una infracción a esas normas pone al infractor al margen del establecimiento y, en consecuencia, al alcance de un castigo que redima su comportamiento. Ahí precisamente se pone de manifiesto la ética y el ejercicio apropiado de la norma que restablezca la normalidad de la conducta.

¿Cómo se nos revela la realidad? ¿Acaso se nos revela en ideas? La realidad tiene aspectos visibles y otros invisibles, de ahí que sólo nos percatemos de aproximaciones de la realidad, en el mejor de los casos. La realidad “completa” escapa a nuestras posibilidades. Una botella está medio vacía o medio llena; todo depende de lo que recortemos de nuestra lectura de la realidad. Por supuesto, es el lenguaje la matriz donde se juega todo ello.

Buscamos que la realidad se nos presente clara. No obstante, merodean acontecimientos sociales que determinan nuestra visión de esa realidad escurridiza, nunca diáfanamente clara. ¿Para qué quiero captar la realidad nítidamente? Para criticarla y formularla, y pese a que muchos estemos frente al mismo fenómeno social, cada quien lo aprecia a su modo, de manera distinta. Medio vacía o medio llena, según podamos verla…

Asumamos principios éticos frente a tales fenómenos ¿Quién puede afirmar certeramente que tal o cual visión o principio se expresa claro como la luz del día? ¿A partir de qué nos ponemos de acuerdo y bajo que condición?

Sucede que cuando tratamos de conceptualizar un hecho, un fenómeno, equis cosa, pueden surgir diferencias que, a su vez, constituyen un problema real que hace más compleja la tarea de criticar y analizar un hecho. Por lo pronto, no hay “hechos” puros; es el lenguaje el que los construye: “medio vacía o medio llena…” No hay “cosas en sí” más allá de las expresiones, misteriosas esen-cias inaprehensibles, entelequias ocultas. La realidad es la suma de lo que podemos nombrar.

Determinada ley pauta una disposición que regula el com-portamiento del ciudadano pero, en verdad, cada quien interpreta

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ajustado a su propio criterio. Entonces puede decirse que estamos frente a una dificultad real, puesto que no todos asumen los valores éticos en la misma dimensión. De allí que la realidad suele ser al-gunas veces identificada y conceptualizada por muchos de manera uniforme, pero otras veces no es así.

Lo natural es que cada quien vea las cosas desde su propio lu-gar y, en consecuencia, asigne relevancia a determinados aspectos. Es que cada problema es contentivo de diversas caras desde cada una de las cuales pueden ser formuladas soluciones diferentes, y es evidente que de ordinario la gente no tienda a tomar decisiones con los ojos cerrados. Cada quien ha incorporado a su propio com-portamiento valores, concepciones del mundo, maneras de pensar que pueden conducirlo a elegir determinado aspecto del problema en vez de otro, a ubicarse en una posición y no en otra. Encontrar una respuesta única, acaso un pensamiento único, es altamente im-probable. De tal modo que si confrontamos la diversidad de opinio-nes y posiciones podríamos acercarnos a un encuentro fecundo que abra caminos a la paz o, al menos, a una convivencia no basada en el ataque violento. El otro distinto ¿por qué tendría que llevarme a su aniquilación?

Es necesario considerar todos los aspectos posibles del proble-ma de aprehender la escurridiza percepción de la realidad y pro-curar definir conceptos que resuman las diferentes observaciones que califiquen nítidamente el fenómeno observado. Es que en todo acto humano está presente alguna forma de comunicación; inclusi-ve cuando estamos en silencio. El sujeto nunca está en el aire, des-conectado; está siempre prendido, nos estamos comunicando con nosotros mismos, en acción, en puro movimiento, aunque no nos estemos desplazando de un lado a otro.

Cuatro

Intentar abordar el tema de la evolución del lenguaje tiene que llevarnos necesariamente hacia sus orígenes. Por cierto numero-sas teorías han intentado explicar ese fenómeno. Unos ven en la onomatopeya el germen del lenguaje; en esa perspectiva, todas las lenguas habrían empezado siendo sonidos imitativos de la realidad. Esta teoría siempre mereció la crítica respecto a que el conjunto de onomatopeyas haya sido escaso en todas las lenguas e inclusive muchas prácticamente la desconocen. Otros marcos conceptuales han planteado que en el origen del lenguaje se encuentra la inter-jección, es decir, el sonido apenas articulado comparable con los sonidos de los animales, lo que sería característico de un supuesto estado en el que lo primordial sería la expresión de emociones.

También se ha mantenido que ese primer momento del lenguaje pudo estar en gestos fónicos, tales como la llamada. Lo básico sería la apelación, la necesidad de enviar a los demás algunas peticiones, órdenes y deseos, de manera indiferenciada primero, para anali-zarse luego en signos propiamente dichos. Todas estas teorías son contentivas de sagaces intuiciones, y también en ocasiones, errores. Pero, sobre todo, son inverificables. ¿Qué debe hacer un buen lin-güista para abordar este problema?

Tal vez sea bueno que se estudien las lenguas de los pueblos llamados primitivos, que se intente la reconstrucción de las pro-tolenguas y se aboque a la observación de cómo el niño adquiere el lenguaje. En sendos sentidos se han hecho y se siguen haciendo esfuerzos constructivos; mas no se ha podido resolver el problema, porque tanto los estudiosos de las lenguas primarias como quienes lograron reconstruir protolenguas, concluyen que se trata de siste-mas lingüísticos demasiado complejos y evolucionados, en nada parecidos a lo que ha debido ser el respectivo estado primigenio. Y, en cuanto a la adquisición del lenguaje por el niño, se trata de un problema distinto, puesto que no es lo mismo aprender un sistema ya establecido que crear un lenguaje. Los pueblos originarios tu-vieron la tendencia a atribuir a cada cosa un alma (hilozoísmo) y a hacerla objeto de culto. La magia fue usada por el hombre primitivo para tratar de contrarrestar las fuerzas de la Naturaleza.

Es de recordar la expresión de Simón Bolívar el 26 de marzo

de 1812, cuando ocurrió un espantoso terremoto que asoló a Cara-cas. A la sazón, el clero vociferó que dicho seísmo era un castigo del cielo contra el pueblo venezolano por estar intentando liberarse de la corona española de Fernando VII, a lo que Bolívar replicó presto, para contrarrestar la maledicencia clerical mágico-religiosa, que “si la Naturaleza se opone a nosotros, lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca”, queriendo significar, precisamente, la necesidad que el pueblo se despojase del yugo de falsas creencias.

Los rituales de falsas creencias proporcionan supuestos bene-ficios en determinados casos, o maleficios en otros. Desde las so-ciedades ancestrales se ha venido aplicando la magia, y aunque fue condenada públicamente por la iglesia católica desde la Edad Me-dia y durante el Renacimiento, fue asumida por lo bajo para someter y aterrorizar a los pueblos.

Inclusive la magia se mezcló, de alguna sutil forma, con la in-vestigación científica. La magia, tanto como el animismo, tuvieron mucho que hacer con el culto a los espíritus en un ambiente en el que el ser humano trataba de entender los fenómenos de la Natura-leza. Se trataba de ideas primitivas que, de alguna manera, sirvieron de referencia para la evolución de las ideas científicas. Obviamente, estas últimas demandan un lenguaje científico para ser transmitidas, y tal lenguaje está sujeto a evolución también. Todo lenguaje es un instrumento de la comunicación, fundamento de la vida social.

Cifrado en códigos de diferentes naturalezas y complejidades, cada mensaje pertenece a un sistema; las variadas relaciones del entramado comunicacional determinan la mayor o menor posibi-lidad de acceder a la determinación del “genoma lingüístico” -per-mítasenos el neologismo-. El carácter sonoro o gráfico del mensaje determina dos grandes variedades del lenguaje: la oral y la escrita.

La lengua oral es primaria; todos los seres humanos y todas las sociedades la poseen. La lengua escrita es secundaria e histórica-mente tardía; ni todas las comunidades la han poseído ni todos los hablantes la dominan. Por lo general la lengua oral se emplea ante interlocutores presentes y en circunstancias de interacción, lo que determina que sea más implícita e imprecisa. Su vaguedad es fácil-mente contrarrestada por la situación. Su sintaxis suele ser más psi-cológica que lógica, según la importancia que el hablante va dando a lo que dice; lo contrario suele ocurrir en la lengua escrita, en la que el interlocutor está ausente, el intercambio no es explícitamente inmediato y los contenidos son más explícitos y la sintaxis más ló-gica, a objeto de la comprensión.

En consecuencia, la lengua escrita no parece traducir simple-mente a la hablada. Forzosamente, por ser una abstracción de la dimensión fónica del lenguaje y de su empleo en una situación co-municativa concreta, la lengua escrita presenta limitaciones y posi-bilidades que no tiene la hablada. Por ejemplo, no puede reprodu-cir exactamente la riqueza fónica de aquella, tal como la pausa, el énfasis, la entonación, etc. Tampoco puede reproducir situaciones

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concretas en las que se produce, tal como gestos, movimientos, re-laciones entre los interlocutores, etc. Entre las posibilidades está el que fije los mensajes, lo que permite su permanencia en el tiempo y su difusión en el espacio.

Desde finales del Siglo XIX, con la invención del gramófono y del magnetófono, hasta el presente, con la aparición de internet y una inmensa cantidad de dispositivos técnicos, ha sido posible con-servar la lengua oral, que es precisamente la lengua de la conversa-ción y el diálogo. La lengua escrita, la de los registros más cultos, tales como registro científico, técnico, literario, jurídico, cumple con una función de prestigio, es decir, que está más sujeta a la nor-ma, contribuye decisivamente a transmitir y es más conservadora. La lengua oral, por el contrario, es más despreocupada de criterios normativos, es más innovadora y cambiante.

Hay poca duda respecto a que el lenguaje oral precedió a la escritura. Muchos creen que el aparato vocal del ser humano, que ciertamente tiene una enorme adaptabilidad y eficacia, es el que le ha proporcionado una ventaja extraordinaria para el desarrollo del lenguaje complejo en relación a todo el reino animal. Sin embargo, muchos animales tienen órganos capaces de producir sonidos que podrían asemejarse mucho a nuestro lenguaje si tuviesen un cerebro potente y capaz de ser controlado como el nuestro. El ser humano tiene un cerebro relativamente grande, pero lo que más interesa de su dimensión es la mayor o menor superficie de su corteza. De he-cho, las zonas de la corteza ligadas con la palabra y la memoria son muy extensas, y también lo es la zona de la que depende el control sobre los dedos de la mano, con los que se pueden realizar trabajos delicados. Esta actividad nos remonta a los tiempos primitivos en que nuestros ancestros empezaron a fabricar y utilizar instrumen-tos; y por igual, a tiempos relativamente recientes cuando cogió por primera vez con la mano un utensilio de escribir y grabó en piedra, en arcilla o en papiro, testimonios para las generaciones futuras.

La acción de hablar es parte tan cotidiana de la actividad huma-na que no nos damos cuenta del porqué ni del cómo se realiza. La palabra es nuestro principal medio para transmitir el pensamiento a otras personas, ya que la comunicación mental directa es imposible. Son muchas las especies animales cuyos individuos se comunican entre sí de un modo u otro, pero solamente la especie humana logró la comunicación por medio de la palabra y dio así el gran paso hacia la fundación de complejas sociedades. Después vino la invención de la escritura, que permitió transmitir a la posteridad los pensa-mientos y los conocimientos adquiridos por cada generación, sal-vando del olvido las gestas y acontecimientos de las grandes civili-

zaciones del pasado. En las sucesivas fases de la evolución humana los sujetos pusieron en práctica habilidades para fabricar armas. Primitivamente para cazar animales, y actualmente para “cazar” al propio ser humano. La evolución del cerebro determinó la apari-ción de armas más complicadas para cazar, pero hay un punto de inflexión en el momento en que el ser humano comenzó a guerrear contra su propia especie, en vez de sólo cazar animales. Habría que precisar lo que ocurrió entonces con el sistema de comunicaciones, y si acaso éste se pervirtió al extremo de insuflar la malignidad de los guerreristas.

Cinco

Quienes disponen de ojivas nucleares para amedrentar el mun-do se caracterizan, entre otras cosas, por la prepotencia de su len-guaje. En todo esto también tiene que ver el lenguaje sumiso de quienes se dejan amedrentar (o no pueden hacer nada al respecto). Quienes pretenden arrasar al resto del mundo creyendo estar a salvo dentro de una burbuja, están muy equivocados. El complejo mili-tar estadounidense y la Casa Blanca, que destacan por su criminal estupidez de creerse dueños del mundo, albergan en su vientre el germen de su propia destrucción: millones de asiáticos, africanos, latinoamericanos, árabes, y en cualquier momento pudiese desatar-se una reacción interna; pero habría que entenderse todos mediante un lenguaje común, que no existe pero que habría que inventar.

Un lenguaje de paz y concordia para todos los pueblos podría encauzar el camino definitivo hacia una paz sustentable pero, mien-tras las grandes cadenas de difusión de informaciones sean manipu-ladas por intereses corporativos, se ahondará la brecha entre la paz y la guerra.

El propio pueblo estadounidense debe reaccionar, unirse a los demás pueblos del mundo que luchan por la paz de todos, y amarrar a sus propios “locos guerreristas”; aunque lamentablemente la coti-diana ración de basura mental a la que están condenados les impide ver la realidad.

La sociedad de Estados Unidos llegó a un nivel de saturación de imágenes de la realidad tan descomunal, trucadas, manipuladas, difundidas por las grandes cadenas televisivas al servicio del im-perio, que hasta pudo perder la noción de formas y de colores del mundo real; por añadidura, ese pueblo ha sido tan sistemáticamente bombardeado por noticias elaboradas en laboratorios que dependen del mefistofélico complejo industrial-militar, que logró mantenerlo cautivo, atenazado y listo para la manipulación. Homero Simpson es una patética pero cabal metáfora del ciudadano normal de ese país.

¿Qué le sucede al pueblo estadounidense? En principio hay que indicar que se trata de un pueblo aislado, por no decir cautivo de grupos económicos “enloquecidos”. Responder la interrogante im-plica hacer un análisis exhaustivo de esa realidad. El análisis de la naturaleza de su relación con el exterior es fundamental; es de supo-ner que a medida que puedan establecerse relaciones de amistad y de afecto con otros pueblos, de contactos directos, de intercambios culturales -por ejemplo- podría romperse ese aislamiento, y así el norteamericano promedio (Homero Simpson) dejaría detrás su ten-dencia a tratar de controlar el mundo, es decir, dejar de considerar a los demás pueblos como una expresión extraña, visión que le ha sido metida a la fuerza, en paquetes ideológicos diseñados por el Pentágono, la casa Blanca y el Departamento de Estado.

Antes que con un paquete económico o militar, por ejemplo, ciertamente el imperialismo ataca con paquetes ideológicos, que a su vez entrañan un lenguaje a su manera, expresamente infame. ¿Puede el pueblo estadounidense librarse a sí mismo del yugo al que está uncido? Aquí el problema fundamental, en principio, es integrarse al mundo y no tratar de destruirlo. Hay que hacer notar, con relación a ese modelo nefasto que le ha sido impuesto a ese pobre pueblo de América del Norte, que la separación es una forma de negación de la existencia; la integración es, contrariamente, una manera de afirmación de la realidad. Dicho de otra forma: capitalis-

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mo es aislarse y socialismo es integrarse.El agua dulce, el petróleo, el gas, el trigo, el maíz, el oro, el mar,

el hierro, el aluminio, el aire, el ecosistema, la madera, la ciencia, la tecnología, el arte, la medicina, en fin, la Naturaleza y todo pro-ducto social inclusive los dioses del larario, son factores del todo. “Desintegrar el mundo es una acción autodestructiva”, decimos no-sotros. “Dios no juega el Universo a los dados”, habría dicho Eins-tein -y “Einstein, ¡no le diga usted a Dios lo que él debe hacer!”, replicó Niels Bohr a Einstein-. Y para más aún, Stephen Hawking también metió lo suyo: “Dios no sólo gusta de jugar a los dados con el Universo sino que a veces los lanza donde no podemos verlos”.

Sea lo que fuere, donde y como sea, el mundo es de todos, ven-ga la comunión de la diversidad como un auténtico camino hacia la coexistencia pacífica. La élite militar y militarista del mayor im-perio expone con prepotencia sus “verdades” como absolutas, pero eso hay que rechazarlo de plano. El día en que La Humanidad se despliegue como una unidad dinámica de conjunto hacia la paz, es-taremos en el camino de resolver todos los problemas coexistencia-les; para ello será necesario abordar un lenguaje común aprobado y asumido por todos.

Es difícil determinar lo primero por hacer. No nos sentimos ten-tados a proponer ni una cartilla ni una fórmula. La integración de los pueblos, tal como la concebimos, es ajena a todo algoritmo, pero pensamos que el abordaje debe hacerse desde el plano cultural, por las buenas y sin condicionamientos. Esto, por sólo decir lo que pen-samos y, hasta ahí; venga la otra opinión, un poco de sincretismo tal vez no nos cause sarampión.

Generar un clima de confianza entre los pueblos, libre de ata-ques y defensas, podría guiarnos hacia una nueva concepción del mundo que desencadene si bien no “la paz” para todos (término quizá un tanto ampuloso), al menos sí la posibilidad de un relacio-namiento respetuoso. Valga agregar aquí que nadie está obligado a amar al otro, pero sí a respetarlo. La paz, si es posible, en definitiva tiene que ver con eso: con el respeto del otro diverso.

Con sus millares de ojivas nucleares, su ONU y su OEA, el go-bierno de Estados Unidos, en tanto cabeza mundial del capitalismo desarrollado, suele sentarse a la mesa de discusión como el gánster que clava su cuchillo en la misma antes de hablar la primera palabra. Por eso, y por peores cosas, ahora los pueblos del Sur tenemos la necesidad de integrarnos bajo nuestras propias reglas, sin amenazas y sin tutelaje, de igual a igual, con respeto, y con la disposición de complementar nuestras necesidades y nuestras fortalezas. La actual “legalidad internacional” no es más que una impúdica mentira, y seguirá siendo así el mientras el Norte (con Estados Unidos a la ca-beza) siga imponiendo sus condiciones capitalistas leoninas al Sur.

De modo que la creación y el desarrollo evolutivo de un len-guaje al servicio de la paz mundial es competencia de los propios pueblos, y éstos deben asumir esa demanda, sin pedirle permiso a nadie. Esta vez sí existen bases concretas que permitirán seguirle la pista a la evolución del nuevo lenguaje por parte de futuras ge-neraciones para las que “las guerras pasadas” -las anteriores y las actuales- no tengan acicate para retoñar.

Obviamente no basta crear un nuevo lenguaje sino, además, nuevos medios de difundirlo, y fundamentalmente otra ética, esta vez planetaria. Pero si nos tomamos en serio aquello de “el lenguaje es la morada del ser” -siendo heideggerianos en esto-, desarrollar un nuevo lenguaje implicar desarrollar un nuevo mundo.

La ideología es una expresión esencial de la conciencia. Sin ideología no puede haber ética y sin ética no puede haber convi-vencia; ninguna ley escapa al agobiante rigor de la caducidad. Por ejemplo, con su Teoría de la Relatividad, Einstein tiró por tierra centenarias concepciones del mundo, inclusive sustentadas por la matemática, que ya es decir algo. Y la propia Teoría de la Relativi-dad empieza a tambalearse en sus fundamentos, precisamente con el avance de la ciencia.

No hay verdades absolutas. De manera que estamos ante un reto de complejidad descomunal: abatir la guerra y suplantarla por un mundo de paz sustentable. Un vistazo apenas superficial de la

historia del mundo nos hace ver que si existen diferencias dentro de un mismo sistema social y político, con mayor razón existen di-ferencias con respecto a sistemas distintos. ¿Qué no decir entonces de confrontar sistemas diferentes? Mientras tales diferencias exis-tan en guerra, en vez de en coexistencia pacífica y constructiva, el bienestar del ser humano contemporáneo estará comprometido.

En libertad se conjugan los logros fundamentales del ser hu-mano, pero la libertad por sí sola no basta. Es que mientras los pueblos han debido estar escalando niveles superiores de felici-dad todavía tienen que pelear por subsistir, y esa es una contradic-ción. La libertad, la soberanía, la autodeterminación, la felicidad y muchos otros valores sin los cuales la paz no es sustentable, son objetivos sine qua non hacia los cuales tiende el mundo contem-poráneo; pero sin el lenguaje que lo exprese de común, será arduo el camino hacia el logro.

A decir verdad, de ninguna manera pretendemos hacer un re-lato irreflexivo de nuestros pareceres; sólo tratamos de plantear partes de nuestros puntos de vista acerca de un tema que conside-ramos de primerísimo orden, pero sin más pretensión que inten-tar presentar una crítica teórica, en este caso, indiferenciada. Es natural concebir desde “el océano de la diversidad humana” un nuevo estamento social y político particular, zonal, regional o he-misférico. Creemos que la idea es extensiva a todo el Planeta Tie-rra. Somos empedernidamente ambiciosos respecto al porvenir; no somos entera ni medianamente uniformes respecto a la base de nuestros respectivos enfoques personales del problema expuesto. Pero creemos que no es dilemático optar entre guerra y paz.

Las grandes corrientes del pensamiento universal han surgido de procesos de lucha de los pueblos contra el peso de concepcio-nes tradicionales erróneas, sostenidas por grupos de poder. Recor-demos el calvario de Galileo por sostener la concepción acerca de la Teoría Heliocéntrica en contraposición a la falsa creencia geocentrista, sostenida por la Iglesia Católica de Roma de en-tonces. La feroz lucha del conocimiento científico por insurgir y la tenaz oposición del dogmatismo estéril, que siempre se erige como obstáculo a las transformaciones necesarias, han marcado siempre el carácter de la confrontación brutal entre opuestos. Hoy el sistema capitalista globalizado representa el poder irracional y sanguinario, la guerra; mientras que los pueblos sojuzgados y es-carnecidos representan la paz. Estamos así ante una confrontación entre el átomo violento y el átomo pacífico en la política interna-cional. ¿Explotará?

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La emigración de México a Estados Unidos ha disminuido, según datos oficiales de ambos países. Pero existe un grupo de mexicanos que parece caminar en sentido contrario a la tenden-cia.

Cada año miles de profesionales abandonan el país en busca de mejores oportunidades o para huir de la inseguridad, recono-cen especialistas y autoridades.Estados Unidos es el destino de la mayoría. La Secretaría de Educación Pública informó que en la última década se duplicó el número de mexicanos con licenciatu-ra y posgrado que emigraron al país.

En 2000 había 411.000 de estos profesionales, y para 2010 el número aumentó a más de un millón. Uno de cada cinco mexica-nos con doctorado vive en Estados Unidos.

El fenómeno alarma a las autoridades, que han implemen-tado varios programas para retener y repatriar a los migrantes altamente capacitados, pero hasta ahora el proceso migratorio no se ha detenido, dice Camila Tigau, especialista del Centro de In-vestigaciones Sobre América del Norte (CISAN).

“Hubo la perspectiva optimista de que con la crisis de 2008, como iba a haber menos empleo en Estados Unidos y Canadá se resolvería el problema de la fuga de cerebros en México, pero eso no ha pasado”, explica.

“Ha habido factores más importantes que llevan a la gente fuera, entonces en vez de que tengamos un retorno importante lo que hay es una salida importante de gente”.

Sueldos

Un recién graduado puede ganar casi diez veces más en Esta-dos Unidos que en México. La diferencia salarial parece ser uno de los principales estímulos para la migración de profesionales.

De acuerdo con la Oficina de Estadísticas Laborales de Esta-dos Unidos un ingeniero civil recién graduado obtiene un ingreso mensual de US$4.500. En México, en cambio, el sueldo de un profesional de este nivel es de unos US$590 cada mes, según la Secretaría del Trabajo.

Tal vez por eso aumentó la migración de ingenieros, sobre todo de los especializados en mecánica.

Recientemente la Asociación Mexicana de la Industria Auto-motriz dijo que la demanda de estos profesionales en el mercado estadounidense está al alza, pues muchos ingenieros de ese país se jubilarán en los próximos años.

Así, la Asociación de Ingenieros Universitarios Mecánicos

Electricistas (AIUME), dijo que unos 40.000 ingenieros mexi-canos emigran cada año a Estados Unidos en busca de mejores empleos. No todos comparten ese dato, sobre todo porque el mer-cado interno tiene una alta demanda de estos profesionales.

El secretario de Educación, Alonso Lujambio, dijo que sie-te de cada 10 graduados en ingeniería encuentran empleo en su rama de especialización.

Y José Durán Mejía, vicepresidente de la Asociación Na-cional de Facultades y Escuelas de Ingeniería reconoce que para muchos sería difícil encontrar contratos con empresas estadounidenses.“Las ingenierías en México están diseñadas y conformadas para que el egresado trabaje aquí o en países de ha-bla hispana”, dice.“Deben tener un inglés depurado, encaminado a la parte técnica que estudió, y no es sencillo. Eso no se aprende en México”.

Más allá de polémicas, lo cierto es que los profesionales es-pecializados enfrentan un complicado panorama laboral.

La Academia Mexicana de las Ciencias reveló que sólo tres de cada 100 doctores recién graduados encuentran empleo en el sector público del país.

Inseguridad, otra causa

Pero el sueldo y la falta de espacio no son los únicos factores que impulsan la migración altamente capacitada.

En los últimos años aumentaron los casos de científicos, in-genieros, maestros y otros especialistas que huyeron de la vio-lencia, asegura Camila Tigau, investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

“Después de 2006 se ha visto un incremento de la percepción de inseguridad en México. Es sólo percepción, muchos de quie-nes migraron creen que hay menos seguridad, eso es diferente a que les haya pasado algo”, explica.

Otros, especialmente quienes radicaban en Ciudad de Méxi-co, buscaron una mejor calidad de vida, e incluso muchos jóve-nes se mudaron a poblaciones con mayor oferta cultural o cos-mopolita.

En el fondo, las consecuencias para México son importan-tes no sólo por los recursos invertidos en la educación de estos migrantes, sino por los proyectos que no podrán desarrollarse en el país, explica Tigau. “Se puede matizar”, dice. “Hablamos de representantes capacitados que pueden dar una imagen positiva de México. Y con lo que ahora sucede no es malo tenerla”.

AlBeRTO NájAR/BBC MuNdO

Estados Unidos, destino del talento mexicano

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¿Un imperio trasnacional?La teoría de la transnacionalización

global subraya tendencias reales hacia la asociación mundial del capital y la gestión concertada de la tríada. Pero el enfoque re-toma la tesis ultra-imperial y tiene puntos de contacto con el globalismo convencio-nal.

No existen evidencias de nivelación ca-pitalista mundial. Al contrario, las brechas entre países se acrecientan y persisten los bloqueos a la movilidad irrestricta del ca-pital y el trabajo. El globalismo confunde integración con transnacionalización de las clases dominantes.

Ese enfoque ignora el rol central de los viejos estados nacionales en el avance de la mundialización y desconoce que las confi-guraciones de clases son procesos históricos que no se modifican en décadas. También omite que las incipientes estructuras glo-bales están muy lejos de cumplir funciones estatales básicas y que el capital no existe como entidad unitaria multinacional. La au-sencia de un ejército globalizado desmiente las exageraciones transnacionalistas.

La interpretación del imperio global que plantean Negri y Hardt tuvo gran re-percusión en los últimos años. Este enfoque destaca el inicio de una nueva era post-imperialista, que supera la vieja etapa de capitalismo nacional e intermediación esta-tal. Considera que el capital y el trabajo se oponen por primera vez en forma directa a nivel mundial y estima que todas las frac-ciones dominantes han quedado enlazadas en una red compartida de instituciones glo-bales (FMI, OMC, ONU). (1)

Esta visión remarca la disolución de los viejos centros. Destaca que el actual impe-rio es un no lugar, que consuma el descen-tramiento territorial y asegura la movilidad irrestricta del capital. Plantea que en este período las fronteras se han disuelto y per-dieron sentido las antiguas denominaciones de Primer y Tercer Mundo. Señala, además, que ninguna potencia comanda la globali-zación en curso y estima que las caracterís-ticas de este proceso son el quebrantamien-to de la soberanía, la unificación del centro con la periferia y la irrupción de poderes múltiples y dispersos. (2)

Negri y Hardt subrayan la ausencia de liderazgo imperial. Presentan un mundo sin centros territoriales o fronteras fijas. Consi-deran que se han superado las disputas por la hegemonía. Entienden que el capital ope-ra con el respaldo de instituciones mundia-les, a través de empresas transnacionales, que no necesitan auxilios estatal-naciona-les. Destacan que el mercado global reúne a los capitalistas norteamericanos, europeos,

árabes y asiáticos en un sistema común, que ha eliminado las viejas diferenciaciones mi-litares, políticas y culturales. (3)

En esta amalgama se afianza una clase dominante globalizada, que prescinde de la vieja localización geográfica. Sustituye la actividad industrial por economías de ser-vicios informatizados, refuerza el desplaza-miento del capital e incrementa los entrela-zamientos de la propiedad. (4)

Pero ambos autores sostienen que en esta transformación Estados Unidos cumple un papel central: transmite sus estructuras y valores ya internacionalizados al conjunto del planeta. La primera potencia se esfuma dentro del nuevo sistema y a pesar de la su-premacía del Pentágono o la incidencia del dólar, diluye todas sus connotaciones espe-cíficamente norteamericanas. Este proceso simultáneo de perdurabilidad y desapari-ción de Estados Unidos, diferencia al impe-rio contemporáneo del viejo imperialismo que lideraban las potencias europeas. (5)

La influencia norteamericana se ex-presa también en la universalización de los elementos democráticos que contiene la Constitución de ese país. Los derechos internacionales y el funcionamiento de la Naciones Unidas retoman especialmente esa tradición de humanismo wilsoniano, adversa al colonialismo europeo. (6)

El afianzamiento de estas estructuras se encuentra sin embargo socavado por una agresividad imperial incentivada por el apetito de las empresas transnacionales. La presión ejercida por estas compañías opera como un poder aristocrático, que amenaza las atribuciones de los funcionarios y recor-ta la influencia del pueblo norteamericano.

Estas adversidades se transmiten a su vez al plano global, socavando la consis-

tencia del imperio y generando procesos de regresión, comparables a la decadencia su-frida por Roma. La trayectoria seguida por ese antecedente de la Antigüedad tiende a repetirse y determina el curso declinante del capitalismo globalizado. (7)

Percepciones y afinidades Esta teoría de la transnacionalización

global subraya la presencia de cambios cua-litativos que se sintetizan en el concepto de imperio. Esta difundida noción es utilizada por numerosos autores con significados di-símiles. Algunas interpretaciones aluden a nuevas modalidades de intervención de las grandes potencias y otras señalan la exis-tencia de acciones económicas e iniciativas geopolíticas de Estados Unidos. Algunas miradas identifican la noción con la exis-tencia de una etapa superior del imperialis-mo. (8)

Esta popularidad del término imperio obedece a su captación de ciertas tenden-cias contemporáneas de asociación mundial del capital y gestión concertada de la tríada. El concepto también registra la vigencia de formas de administración para-estatal a es-cala global, que han surgido junto a la inter-nacionalización del comercio, las finanzas y la producción.

Negri y Hardt perciben acertadamente que la OMC, el FMI y el G 20 intervienen en la administración de la macroeconomía global, estableciendo normas de libre-co-mercio, regulaciones bancarias y políticas de gasto publico. Estas iniciativas se nego-cian en los períodos de calma y se coordinan en forma abrupta en las crisis. Son acciones que requieren un grado de consenso, que no existía en la era del imperialismo clásico.

Ambos autores realzan también correc-tamente el rol mundial que actualmente

ClAudIO KATz

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juega Estados Unidos, en contraposición al viejo papel que tuvieron las potencias europeas. Destacan el mayor de grado de mundialización norteamericana y remarcan la gravitación global de la ideología gestada en ese país.

En varios planos existen numerosas semejanzas entre este enfoque y la visión expuesta por Kautsky. Retomando la pre-visión del líder socialdemócrata se estima que los capitalistas de distintos países han alcanzado un alto grado de asociación, for-jando de hecho oligopolios ultra-imperiales. La principal similitud radica en observar a este proceso como un desenvolvimiento acabado. Lo que a principio del siglo XX se discutía como tendencia eventual del sistema, es visto ahora como una realidad consumada.

El enfoque de Hardt y Negri es muy crí-tico con el neoliberalismo, pero tiene cier-tos puntos de contacto con el globalismo convencional que caracteriza a esa doctrina. El parentesco aparece especialmente en la presentación de la mundialización como un proceso de total disolución de las fronteras nacionales.

Heterogeneidad y jerarquías Negri y Hardt resaltan la presencia de

un nuevo espacio liso en el mercado mun-dial, que permite realizar transacciones homogéneas entre las distintas empresas. Consideran que la decreciente gravitación de los estados y las fronteras, reduce las in-terferencias a las actividades de esas com-pañías.

Pero no existen evidencias de un nivel tan avanzado de globalización. Los partida-rios de este enfoque eluden la presentación de indicios que corroboren su diagnóstico. Desconocen que el neoliberalismo no em-parejó el sistema mundial, sino que incre-mentó todas las desigualdades de la econo-mía. Recreó las distintas polarizaciones que impiden conformar un terreno nivelado de transacción capitalista.

Ciertamente el grado de integración del mercado mundial contemporáneo supera los parámetros del pasado. Pero esta inter-nacionalización no se procesa a través de equiparaciones, sino mediante crecientes fracturas.

Los defensores de la tesis transnacional reconocen esas desarmonías, pero las sitúan exclusivamente en plano social. Estiman que los cortes geográfico-nacionales han perdido relevancia, en un proceso que solo profundiza las inequidades de los ingresos. Consideran que la polarización entre ricos y pobres se universaliza, diluyendo las viejas distinciones entre el centro y la periferia.

Pero es evidente que la distancia exis-tente entre los países africanos y Estados Unidos o entre Centroamérica y Europa Occidental no se ha extinguido. El abismo histórico que separa a estas regiones persis-te en todos los terrenos.

Estas fracturas se pierden de vista, cuan-

do se identifica el avance de la mundializa-ción con la movilidad plena del capital. Se supone que esa flexibilidad genera de he-cho automáticas inversiones en las regiones más rezagadas, en desmedro de las zonas que alcanzaron su madurez económica.

Pero el libre-comercio, la desregulación financiera y el despliegue de las empresas transnacionales no consuman la redistribu-ción del capital disponible hacia las áreas relegadas. El bloqueo a esa equiparación perdura por la propia imposibilidad que enfrenta el capitalismo, para concretar una adaptación automática a los requerimientos óptimos de la acumulación.

El capital no puede emigrar irrestric-tamente de un país a otro, sin afrontar ele-vados costos de traslado de las plantas y consiguiente pérdida en las inversiones de larga maduración. Esa relocalización tam-poco encuentra espontáneamente los insu-mos específicos, los recursos naturales y la fuerza de trabajo requerida por las distintas empresas.

Estas limitaciones son mucho más ex-plícitas en el terreno laboral. La mundiali-zación no redujo las barreras a la inmigra-ción masiva hacia los países centrales. Los gobiernos de Europa y Estados Unidos eri-gen muros para frenar el ingreso de extran-jeros e invierten fortunas en la persecución de los trabajadores ilegales.

El capital solo promueve cierta movili-dad internacional controlada y acotada de la fuerza de trabajo, para debilitar a los sindi-catos y abaratar los salarios. Pero obstruye las corrientes masivas de inmigración que desestabilizan el orden capitalista.

Los teóricos del globalismo descono-cen esta variedad de impedimentos, que obstruyen la constitución de un espacio ho-mogéneo a nivel mundial. Aunque desplie-gan un razonamiento contestatario, están

muy influidos por las concepciones neoclá-sicas que identifican el desarrollo de capi-talismo con la creciente “movilidad de los factores”. Esta mirada supone que el merca-do tiende a erradicar los obstáculos que im-piden la asignación óptima de los recursos, en función de las señales de rentabilidad. Ese imaginario mercantil está presente en la descripción de la globalización como un proceso sin trabas fronterizas.

El mismo razonamiento está emparen-tado con las concepciones pos-industrialis-tas, que postulan la superación de la vieja estructura manufacturera por una nueva economía basada en el conocimiento, los servicios y las redes informáticas. Suponen que el capitalismo global opera con des-plazamientos automáticos en función de la rentabilidad que calculan las computadoras. Estiman que Internet elimina los escollos de inmovilidad e inflexibilidad que caracte-rizaban al industrialismo. (9)

Este enfoque globalista confunde la aceleración informática de la reproducción del capital, con la constitución de un uni-verso homogéneo. Olvida que esa transfor-mación tecnológica aceleró la producción y la circulación de las mercancías, profun-dizando a mismo tiempo los desequilibrios del sistema y creando nuevas polarizacio-nes nacionales y regionales.

Las empresas transnacionales conti-núan compitiendo y lucrando con las dife-rencias de salarios y productividades, que la propia acumulación renueva a escala global. La mundialización del capital y la transformación informacional recrean esas fracturas, para incrementar las ganancias extraordinarias. Por esta razón las compa-ñías concentran sus actividades calificadas en los centros y trasladan la fabricación en masa a la periferia. Al desconocer esta seg-mentación, la tesis globalista pierde contac-

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to con la realidad. Sus teóricos confunden la efectiva aso-

ciación entre capitales de distinto origen, con la inexistente fusión de esos fondos. Olvidan que el capital nunca ha existido como entidad unitaria. Es cierto que se acrecientan las alianzas transatlánticas y transpacíficas que socavan la vieja cohe-sión nacional del capitalismo. Pero la nue-va configuración no abre un escenario de entrelazamientos de cualquier tipo. Tiende a forjar acuerdos en torno a ciertos lazos preexistentes de proximidad histórica, co-nexión regional o confluencia estratégica.

La mundialización tampoco desembo-ca en el descentramiento geográfico. Las principales empresas del planeta continúan localizadas en ciertas zonas, sintonizan con la gestión imperial de la tríada y buscan la protección político-militar del Pentágono. Por esta razón las principales decisiones preservan un alto grado de centralización, a la hora de definir mayores agresiones im-perialistas (Medio Oriente) o nuevas inter-venciones económicas (rescates bancarios).

La mirada transnacionalista exagera los cambios generados por la mundialización. Convierte tendencias potenciales en reali-dades consumadas y razona con abstraccio-nes desligadas del curso real del capitalis-mo contemporáneo.

Transnacionalización de clases Los teóricos globalistas consideran que

las clases capitalistas han quedado reconfi-guradas como bloques transnacionales, por el avance registrado en la conformación de empresas y bancos multinacionales. Consi-deran que esos sectores actúan a través del FMI y la OMC y rivalizan entre sí, median-te alianzas transversales, cosmopolitas y di-vorciadas de los estados. (10)

Esta mirada detecta la existencia de un salto real de la internacionalización de los

negocios que modifica las estructuras multi-nacionales. Destaca acertadamente que este desenvolvimiento no es capturado por los viejos parámetros de medición del ingreso o el producto nacional. También puntualiza que la inversión extranjera y el peso de los organismos mundiales son importantes ba-rómetros de ese cambio.

Pero este proceso sólo potencia la in-tegración y no la transnacionalización de las clases dominantes. El primer concepto destaca que se multiplican cursos de asocia-ción a partir de los estados existentes, sin generar las fusiones completas de empre-sarios de distinto origen nacional, que su-pone la segunda noción. El entrelazamiento internacional de los grupos dominantes es un proceso complejo, que no se consuma en forma espontánea, ni está guiado por de-cisiones auto-reguladas de sus artífices. Sin la acción determinante de los viejos estados nacionales, no hay forma de concertar esos acuerdos.

Sólo una elite de altos funcionarios de los distintos países cuenta con la experien-cia, la capacidad y la fuerza político-militar suficiente, para acordar reglas de juego más internacionalizadas. Por esta razón la inte-gración multinacional no es una obra des-centrada de capitalistas dispersos. Constitu-ye un proceso viabilizado por presidentes, ministros, diplomáticos y generales.

Algunos teóricos transnacionalistas reconocen este papel institucional, pero lo-calizan exclusivamente su vigencia en los organismos mundializados. Consideran que en esas instituciones actúan las burocracias especializadas que timonean la globaliza-ción.

Pero dentro de esos organismos tam-bién rigen principios de jerarquía nacional. Los representantes de las grandes potencias reinan sobre una masa de delegados con es-

caso poder. Un funcionario de Gabón o Sa-moa no tiene el mismo peso que sus colegas de Japón o Francia y padece en carne propia las desigualdades de la mundialización. Los agentes más influyentes actúan en esos ám-bitos como representantes de estados nacio-nales, que coordinan estrategias regionales o globales.

Existen fracciones del capital muy in-ternacionalizadas que negocian sus inte-reses dentro de la OMC o el FMI. Pero su principal ámbito de influencia continúa si-tuado en los estados de origen. Allí operan los grupos de presión, que hacen valer los intereses de esos grupos.

Una compañía automotriz estadouni-dense o un banco inglés imponen primero sus peticiones en los organismos de su pro-pio país. En ese terreno consuman las fusio-nes y definen las acciones competitivas, que luego proyectan al escenario internacional. Este complejo sendero es ignorado por la simplificación transnacionalista, Ignora que los negocios globales se llevan a cabo a par-tir de basamentos estatal-nacionales.

Estos cimientos obedecen al insusti-tuible rol mediador que cumplen los viejos estados. La gravitación de esas estructuras salta a la vista, por ejemplo, en el funcio-namiento del complejo industrial-militar norteamericano. Aunque este sector globa-lice su provisión de insumos, depende de un mercado cautivo solventado con impuestos y orientado por las prioridades de un estado.

Los teóricos globalistas suelen afirmar que la preeminencia de accionistas de es-tadounidenses, japoneses o británicos, ya no incide sobre el desenvolvimiento de las compañías globales. Pero esta indiferencia sólo existe en puntuales actividades finan-cieras. La pertenencia a dueños de distintos países continúa influyendo decisivamente sobre el curso de la firma.

Algunos autores transnacionalistas su-ponen que estas nacionalidades carecen de importancia en la era “cosmocracia global”. Pero la creciente internacionalización de la gestión no tiene el mismo peso, que la limi-tada globalización de la propiedad. Esta úl-tima restricción sigue pesando y desmiente la existencia de clases capitalistas dominan-tes plenamente transnacionalizadas. El glo-balismo presenta como una realidad con-sumada, lo que apenas despunta como una tendencia de final desconocido. Es cierto que la burguesía norteamericana se asocia con sus homólogos de Japón o Europa, pero concreta esta integración a través de gobier-nos y estados diferenciados, que negocian aranceles, impuestos y políticas monetarias, en función de intereses divergentes.

El globalismo olvida que las burgue-sías son configuraciones históricas, que no puede diluirse al cabo de pocas décadas de internacionalización económica. Por esta razón el creciente entrelazamiento coexiste con la persistencia de brechas históricas. El status radicalmente divergente que separa a la burguesía venezolana de su par esta-

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dounidense perdura con la misma intensi-dad, que divide los homólogos de Ecuador y Francia.

Las clases dominantes que han mane-jado el mundo no se disuelven súbitamente en conglomerados conjuntos con sus pares de la periferia. Existe una mayor presencia global de los grupos capitalistas de países subdesarrollados, pero esta injerencia no los convierte en partícipes de la dominación mundial. La internacionalización se proce-sa en un marco jerarquizado.

Ni siquiera la ideología de los segmen-tos más internacionalizados de las clases dominantes proviene de valores totalmen-te multinacionales. Absorbe los postulados pro-capitalistas que ha universalizado el americanismo, confirmando también una nítida raíz nacional. Al desconocer el con-tinuado protagonismo de los estados, el transnacionalismo no capta el carácter con-flictivo de la mundialización en curso.

¿Estado transnacional? Los teóricos globalistas consideran que

un estado transnacional ya se ha forjado en torno a la ONU, el FMI, la OMC u otros organismos supranacionales. Estiman que este orden jurídico reemplaza las viejas so-beranías y crea nuevas funciones ejecutivas y legislativas globalizadas. (10)

Pero las incipientes estructuras mun-diales se encuentran a años luz de cumplir funciones estatales básicas. No ejercen el monopolio fiscal o militar y carecen de le-gitimidad política para sostener decisiones estratégicas. Las normas que comienzan a debatirse a escala global, necesitan algún tipo de convalidación política nacional.

También ha quedado acotada la trans-ferencia de soberanía. Los foros mundiales operan como ámbitos de negociación entre potencias, que adoptan sus definiciones en el terreno nacional. El salto registrado en la internacionalización se procesa a través de

los estados existentes. Lejos de auto-disol-verse, estas instituciones determinan el al-cance y los límites de las acciones paraesta-tales, que se desenvuelven a nivel mundial. Lo que ha imperado en las últimas décadas no es una autoridad global, sino formas de gestión imperial colectivas que están suje-tas a los mandatos de las grandes potencias.

El funcionamiento jerarquizado de los propios organismos supranacionales ilustra estas limitaciones. Los principios de igual-dad formal que imperan en los estados na-cionales modernos, no se extienden a los entes globalizados. Esta carencia obedece en última instancia a la inexistencia de una burguesía mundial.

En las Naciones Unidas gobierna un Consejo de Seguridad de cinco países con derecho a veto y en la OMC prevalecen los grupos de presión. Por su parte, el FMI no impone a Estados Unidos los planes de ajuste que aplica en Bolivia y en los cón-claves presidenciales, la selección es más explícita. Se reúne el G8 o el G 20 y no un G 192 de todas las naciones existentes.

El transnacionalismo ignora esas res-tricciones básicas del contexto contempo-ráneo e imagina una defunción del estado nacional, muy semejante al enfoque neoli-beral. Esta visión propagan los mitos de un auto-gobierno mercantil-capitalista, inde-pendizado del sostenimiento estatal.

El carácter fantasioso de estas miradas salió a flote durante las crisis financieras recientes, que incluyeron fuertes socorros estatales a los bancos. Esta reaparición ex-plícita del estado nacional moderó las di-vagaciones neoliberales. Pero también en el funcionamiento económico corriente se verifica un alto grado de conexión de las empresas con los viejos cimientos estatal-territoriales. Este vínculo define la forma en que se localizan las actividades de las firmas, preservando la gestión del diseño o

comando financiero en las casas matrices. Otro ejemplo contundente de esta gra-

vitación estatal-nacional se observó en el auxilio a General Motors durante el 2010. La empresa emblema del capitalismo nor-teamericano tiene filiales en todo el mun-do, pero a la hora del quebranto, el socorro corrió por cuenta del Congreso estadouni-dense. Esta institución administra también la reorganización de la firma.

Podría argumentarse que la financia-ción de este rescate se sostuvo con los prés-tamos internacionales que toma el estado norteamericano. Pero justamente allí se ve-rifica la mediación central de una entidad de origen nacional, que emite bonos del tesoro garantizando su respaldo y circulación. La persistencia de estos vínculos no niega el cambio introducido por la mundialización. Simplemente recuerda que las compañías no han perdido contacto con sus viejas ju-risdicciones.

Lo novedoso de la época actual es el techo que ha impuesto la asociación inter-nacional de capitales a las rivalidades tra-dicionales. Pero esta limitación no diluye los choques competitivos. Las tensiones europeo-norteamericanas por la primacía de Boeing o Airbus en el negocio aeronáuti-co, las divergencias en torno a los subsidios agrícolas o las disputas sobre aranceles al acero son los ejemplos más visibles de estas pugnas.

La visión globalista confunde el carác-ter acotado de estos conflictos con la des-aparición de sus protagonistas. Olvida que las tensiones entre estados y bloques no han quedado reemplazados por confrontacio-nes directas entre empresas (tipo Toyota-General Motors versus Chrysler-Mercedes Benz). La mundialización no sustituye los viejos conflictos por pugnas verticales entre nuevos entramados de socios cosmopolitas.

La perdurabilidad de los estados na-cionales obedece, en última instancia, a la inexistencia del capital como entidad uni-taria multinacional. El modo de producción vigente funciona a través de fracciones y alianzas, que se desenvuelven a través de batallas competitivas auxiliadas por los es-tados.

También en este plano los globalistas exageran la gravitación de tendencias aún embrionarias. Suponen que el capitalismo ha consumado un acortamiento tan radical de su ritmo histórico, que le permite alum-brar estados mundiales en forma vertigino-sa. No perciben el carácter mayúsculo de esa eventual transformación.

Sus teóricos afirman que el estado na-cional no es inmanente al capitalismo y constituye una entidad sustituible. Afirman que ese reemplazo se ha tornado necesario, para orientar los procesos macro-económi-cos que impone la mundialización. Consi-deran que el estado transnacional ya cobró forma y sólo es invisible para quiénes ra-zonan con criterios “estado-nacional céntri-cos”. (12)

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Este planteo recuerda que las estructu-ras del capitalismo se modifican en función de la acumulación. Pero supone que esa di-námica es automática y sigue pautas funcio-nalistas de estricta adaptabilidad del estado a los imperativos del sistema. Por eso omite las desincronizaciones existentes, entre la mundialización de los negocios, las clases y los estados. Estas dos últimas estructuras no acompañan la velocidad de la inversión y están desfasadas de la dinámica inmediata del beneficio. Estas asimetrías obedecen al carácter distintivo del capital y del estado. Son entidades cualitativamente diferentes, que no pueden homologarse.

El capitalismo depende de una estructu-ra legal sostenida en la coerción y provista por los estados. Estas instituciones se des-envolvieron en cierto entorno territorial y en una variedad de estructuras que aseguran la reproducción global.

Los globalistas olvidan este origen y suponen que la mundialización del capital puede alumbrar en forma mecánica, proce-sos de internacionalización equivalentes en todos los terrenos. No percibe que ese em-palme es ilusorio. El capitalismo tiende a la globalización, pero un estado mundial es por el momento inconcebible. La magnitud de los desequilibrios que debería afrontar para alcanzar ese status lo tornan impensa-ble.

Es cierto que el estado no es inmanente al capitalismo, pero su modalidad nacional (y la nítida separación entre esferas econó-micas y políticas) son propias de este régi-men social. No hay que olvidar que el esta-do-nación emergió en cierto radio territorial durante el ocaso del feudalismo. Como es una institución que no deriva de la natura-leza del capital, podría sufrir diversas muta-ciones bajo el modo de producción vigente. Pero esa eventualidad es muy especulativa. Lo que ha permitido la existencia del capi-talismo es una variedad de estados nacio-nales, que continúan operando como pilar de una nueva acumulación a escala global.

Carencia de mediaciones La teoría de la globalización consuma-

da supone que ya opera una fuerza coerci-tiva mundial al servicio de clases dominan-tes transnacionalizadas. Considera que ese papel imperial es jugado por la ONU y la OTAN y afirma que la custodia del sistema no es ejercido por ninguna potencia parti-cular. Estima que Estados Unidos actúa al servicio de un poder global, que ha perdido centralidad y que auxilios indistintamente a todos los capitalistas de variado origen. Supone que esa ausencia de favoritismo na-cional determina el nuevo status quo global. (13)

Pero ese escenario exigiría la presen-cia de tropas internacionales en un ejército globalizado bajo mandos compartidos. Esa institución no existe en ninguna parte y es solo congruente con las teorías geopolíticas simplificadas, que suelen reducir todos los conflictos internacionales a choques entre

la civilización y el terrorismo, la democra-cia y las dictaduras o el progreso y el atraso.

Los teóricos del imperio impugnan esas presentaciones y denuncian el encubrimien-to de las sangrientas tropelías que sufren los pueblos oprimidos. Pero desenvuelven este cuestionamiento aceptando ciertos diag-nósticos globalistas. Suponen que el poder transnacional confronta con las aspiracio-nes populares, sin ningún entrecruce de fronteras, países o ejércitos nacionales.

La desconexión de esta visión con la realidad salta a la vista. El gran gendarme mundial actúa con banderas norteamerica-nas, está dirigido por el Pentágono y opera por medio de bases militares estadouni-denses. Esta centralidad de Washington es reconocida por los transnacionalistas. Pero consideran que esa intervención se consu-ma al servicio de todas las clases capitalis-tas globalizadas.

Esta mirada tiende a concebir al Pentá-gono como un servidor de la ONU, que en-vía las boinas verdes a los escenarios béli-cos comandados por los cascos blancos. Lo que no se capta es la relación complementa-ria que existe entre rol mundial y nacional, que desarrolla Estados Unidos.

La primera potencia opera como protec-tora del orden global, utilizando sus propias fuerzas armadas y sin disolver su ejército en tropas multinacionales. Es un actor central del imperialismo contemporáneo, que man-tiene su propia singularidad. Apuntala a los dominadores de todo el planeta, utilizando sus propias instituciones estatales.

Esta dialéctica es imperceptible cuando se omiten las mediaciones requeridas para comprender al capitalismo contemporáneo. Siguiendo el mismo enfoque reductivo que diagnostica la constitución de clases y es-tados transnacionales se supone la abrupta aparición de ejércitos globales.

La visión globalista confunde la inte-

gración de las clases con una súbita fusión y la coordinación de los estados con una automática transnacionalización. Con este tipo de razonamientos la protección militar norteamericana queda identificada con el belicismo cosmopolita. Hay una omisión de los conceptos intermedios, que resultan insoslayables para notar el rol singular de Estados Unidos, dentro de un sistema glo-bal de múltiples estados.

El gendarme norteamericano ejercita su hegemonía mediante el uso de la fuerza, combinando acciones imperiales (al servi-cio de todos los opresores) con incursiones hegemónicas (de reafirmación de su poder específico).

Los globalistas sólo registran las ac-ciones colectivas, sin captar la existencia de incursiones peculiares de cada poten-cia. Como postulan la vigencia de una “era post-imperialista” deberían interpretar el despliegue de la IV flota estadounidense por las costas de América Latina como una arremetida global, que favorece los intere-ses del capital francés, japonés o alemán. No pueden constatar algo tan obvio, como es la continuidad del status de patio trasero que el gigante del Norte les asigna a sus ve-cinos del sur.

Esta ceguera también impide notar que las agresiones imperiales están socavadas por las tensiones internas, que imponen los choques entre intereses globales y hegemó-nicos. Como suponen que la primera cate-goría ha digerido a la segunda, interpretan cualquier conflicto entre las potencias me-tropolitanas, como reyertas internas de un mismo bloque.

De esta forma una desavenencia entre Francia y Estados Unidos frente a la políti-ca en Medio Oriente es vista con el mismo catalejo que un choque entre neo-conserva-dores y liberales norteamericanos. Las ten-siones entre Sarkozy y Bush son ubicadas

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en el mismo plano que las disputas entre republicanos y demócratas. Como los ca-pitalistas han perdido su nacionalidad, sólo compiten en forma transfronteriza.

Las dificultades para explicar con este criterio cualquier crisis geopolítica con-temporánea son muy evidentes. La mirada transnacionalista brinda pistas para com-prender las transformaciones del imperia-lismo contemporáneo. Pero su atadura al globalismo convencional le impide desen-volver en forma positiva esas intuiciones.

Claudio Katz es economista, Investi-gador, Profesor. Miembro del EDI (Econo-mistas de Izquierda).

Ver también: - Teorías de la sucesión hegemónica - Discusiones sobre el declive de Estados Uni-

dos - Los cambios en la rivalidad interimperial - ¿Etapa final o temprana del imperialismo? - Replanteos marxistas del imperialismo - Interpretaciones convencionales del imperio - Las áreas estratégicas del imperio - Adversarios y aliados del imperio - Gestión colectiva y asociación económica im-

perial - El papel imperial de Estados Unidos - El imperialismo contemporáneo - “El imperialismo del siglo XXI” (Capítulo I –

Parte IV): La teoría clásica del imperialismo

Notas: 1) Negri Antonio, Hardt Michael. Imperio, Pai-

dos, Buenos Aires, 2002, (prefacio, cap 1). Negri Toni. “Entrevista”. Ñ-Clarín, 28-8-04. Negri Toni. “Entrevista”, Página 12, 31 de marzo de 2002.

2) Negri Antonio, Hardt Michael, Imperio, Pai-dos, Buenos Aires, 2002, (prefacio, cap 9). Hardt Michael, “¿El imperio se acerca a su fin”?, Ñ-Clarín, 1-11-2008.

3) Negri Antonio, Hardt Michael. Imperio, Pai-dos, Buenos Aires, 2002, (prefacio, cap 1)

4) Negri Antonio, Hardt Michael. Imperio, Pai-dos, Buenos Aires, 2002, (prefacio, cap 13).

5) Negri Tony, “El imperio después del impe-rialismo”, Le Monde Diplomatique, Buenos Aires, enero 2001.

6) Negri Antonio, Hardt Michael. Imperio, Pai-dos, Buenos Aires, 2002, (prefacio, cap 1, 3, 8, 9, 10,17). Negri Toni, Hardt Michael. “La multitude contre l´empire”. Contretemps, n 2, septembre 2001.

7) Negri Antonio, Hardt Michael. Imperio, Pai-dos, Buenos Aires, 2002, (prefacio, cap 17). Negri Toni. “Imperio: el nuevo lugar de nuestras conquis-tas”. Cuadernos del sur 32, noviembre 2001.

8) Dos ejemplos de este uso desde miradas muy críticas en: Petras James. “Estado imperial, imperia-lismo e imperio”. Pensar a contracorriente. Volumen II, segunda edición, 2005. Borón Atilio, “La cuestión del imperialismo”. La teoría marxista hoy, CLACSO, Buenos Aires, 2006.

9) Esta visión en: Castells Manuel, La era de la información, Vol 1, La sociedad red, Alianza Edito-rial, Madrid, 1996.

10) Esta tesis en: Robinson William, Burbach Roger, ¨Towards a global ruling class: globalisation and the transnational capitalist class¨. Science and Society vol 63, n 1, spring 1999. Robinson William. “Globalisation: nine theses on our epoch” , Race and class, n 38, vol 2, October 1996. Robinson William, “The pitfalls of realist analysis of global capitalism”, Historical Materialism vol 15, Issue 3, 2007.

11) Negri Antonio, Hardt Michael. Imperio, Pai-dos, Buenos Aires, 2002, (prefacio, cap 15,16). Negri Toni, Hardt Michael, “La multitude contre l´empire”, Contretemps, n 2, septembre 2001.

12) Robinson William, “The pitfalls of realist analysis of global capitalism”, Historical Materialism vol 15, Issue 3, 2007.

13) Robinson William, “The pitfalls of realist analysis of global capitalism”, Historical Materialism vol 15, Issue 3, 2007.

El mundo capitalista se tambalea

Durante varias décadas, el Fondo Monetario Internacional (FMI) enarboló las banderas del Consenso de Washington promoviendo privatizaciones, reducción del papel de los gobiernos en la economía de sus países, disciplina fiscal sin déficit, reformas impositivas, liberalización de la entrada de inversiones extranjeras directas, reordenamiento de las prioridades del gasto público, auge de los mercados financieros, liberalización del comercio exterior, desre-gulación para suscitar la competencia, libe-ralización de las tasas de interés, promulga-ción de tasas de cambio competitivas y el reconocimiento de derechos de propiedad. También impuso los famosos programas de ajuste estructural (PAE), convocados a “apretar el cinturón” a los pueblos de los países en quiebra para que sus gobiernos pudieran pagar sus deudas a sus pares de-sarrollados..

Esto trajo como consecuencia que las crisis cíclicas del capitalismo a nivel pla-netario se resolvieran a expensas de las economías de los países periféricos, sin que se vieran grandemente afectadas las econo-mías de las metrópolis. Sin embargo, ahora el panorama es otro. A pesar de mantenerse aferrados a sus viejos esquemas, los capita-listas de Europa y Estados Unidos observan -no sin temor- cómo la crisis económica también se ha hecho presente en sus propios países, obligándolos a desenmascararse tal cual son frente a las mayorías, demostrando que sus intereses particulares son más im-portantes que los del resto del mundo.

Así, el mundo del capitalismo se tamba-lea. Tal como lo reseña Marco A. Gandáse-gui, docente de la Universidad de Panamá, “la perdida de hegemonía de EE.UU. se ha agudizado dentro de sus propias fronteras. Los estados federales experimentan un giro político hacia la extrema derecha creando una nueva legislación orientada a expro-piar a los trabajadores de sus derechos y beneficios sociales. La excusa que se uti-lizó en cada uno de estos casos era que las arcas estatales se estaban vaciando y había que eliminar de los presupuestos las con-quistas laborales que se remontaban a más de medio siglo. Mientras que el segmento más rico de EEUU tiende a aumentar sus ingresos, producto de las leyes que lo be-neficia, las capas medias y los trabajadores pierden sus empleos, sus beneficios socia-les y jubilaciones, así como sus viviendas. En los estados del sur de EE.UU, donde no existe una historia de conquistas sociales, la política de “desposesión” de la extrema derecha se dirigió a los trabajadores inmi-grantes que ocupaban los empleos menos remunerados, pero que reciben beneficios sociales. La táctica es continuar explotando a los trabajadores extranjeros, pero elimi-

nando sus beneficios sociales”. Igual cosa pudiera adjudicársele a los países europeos, buscando la manera de mantenerse a flote, en especial de aquellos que integran la eu-ro-zona, tratando de fortalecer el euro, an-tes que la rebelión iniciada por los pueblos de nuestra América y retomada con fuerza por los pueblos de África y Asia, termine por arroparlos, produciendo una verdadera revolución social.

De esta forma, por su extensión mun-dial, la actual crisis capitalista impone nue-vas perspectivas de lucha y de compren-sión del momento histórico que vivimos. En palabras de Víctor Álvarez, ex Ministro de Industrias Básicas del Presidente Hugo Chávez, “la visión productivista, economi-cista o mercantilista del modelo productivo que aún prevalece, es precisamente la que hay que superar para extender la mirada hacia los demás ámbitos, áreas, esferas y dimensiones en los que pueden encontrar-se nuevas claves para la masiva inclusión social y el desarrollo humano integral. La posibilidad real de abatir las causas de la pobreza y la miseria y abrir nuevas vías para la participación e inclusión de la gen-te, pasa por marcar una clara diferencia con esa escueta visión productivista, economi-cista o mercantilista de lo que significa un modelo productivo”. En esta perspectiva tendrían que insertarse las luchas que se li-bran masivamente contra los desmanes del sistema capitalista en gran parte del mun-do, sin limitarse al ámbito meramente rei-vindicativo, como la falta de empleo, por ejemplo. Ello exige un ejercicio dialéctico de comprensión de todos los elementos in-volucrados, incluyendo -por supuesto- el rol cumplido hasta ahora por los diferen-tes regímenes a favor de los privilegiados de siempre del capitalismo y en perjuicio de quienes sólo cuentan con su fuerza de trabajo para sobrevivir, lo que desembo-cará, sin duda, en una mayor demanda de espacios de participación política por parte de las grandes mayorías, del mismo modo como ocurriera en Venezuela y en otras na-ciones de nuestra América en esta última década de importantes rebeliones sociales.

HOMAR gARCés

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El mundo capitalista se tambaleaHOMAR gARCés

Para poder pensar con cabeza propia y adelantar procesos de desarrollo de nuevo tipo, es necesario que nuevos actores polí-ticos, con nuevas ideas, nuevas mentalidades, nuevos intereses y nuevos aliados lleguen al poder.

Vivimos en tiempos de crisis. Es lo único certero a estas altu-ras, pues nadie se pone de acuerdo si es crisis terminal del capi-talismo, crisis cíclica, crisis del capital financiero que se trasvasa hacia la economía real, crisis de los Estados Unidos, crisis del capital financiero desdoblándose en crisis nacionales europeas o todas juntas, al mismo tiempo, crisis de crisis.

Ante la certeza única de que estamos en crisis, bien vale la pena pensar en el modelo de desarrollo que ha llevado a ella, no para caracterizar la crisis, pues caeríamos en el mismo intríngu-lis anterior, sino para pensar en qué podríamos proponer como alternativa pues, si mal no recuerdo, en eso de las alternativas es en donde estamos más flojos los que abogamos por uno modo de vida distinto al que prevalece en nuestros días.

Ya se sabe, y nosotros lo hemos dicho muchas veces, que en América Latina existen búsquedas interesantes y, en muy buena medida, únicas, de alternativas. Pero, paralelamente, han apare-cido en nuestro subcontinente otras propuestas, que no necesa-riamente están vinculadas a los proyectos gubernamentales, que también tienen cosas que decir. Muy llevada muy traída ha sido en los últimos tiempos la que deriva de una visión de mundo an-dina prehispánica, que ha trascendido hasta nuestros días, que se denomina el buen vivir. Es posible que por el hecho de que en Bo-livia se esté llevando a cabo un proceso político social presidido por un indígena aymara, esta concepción de vida haya saltado a la palestra con tanta fuerza; pero en todo lugar de América Latina en donde hayan poblaciones originarias, hay también formas de vida distintas a las occidentales implantadas en nuestras tierras desde la conquista española. Las poblaciones de origen mayanse, por ejemplo, en el sureste mexicano, Guatemala y Belice, tienen una cosmovisión muy fuerte que en nuestros días empieza a aflorar con fuerza a la vista de todo el mundo.

El problema es si estas formas de vida pueden considerarse, además de diferentes del modo de vida occidental y del modelo de desarrollo capitalista, como alternativas; es decir, si se podrían plantear como posibles de ser adoptadas hoy, por ejemplo, por la nación boliviana o guatemalteca en vez del modelo de desarrollo capitalista subdesarrollado y dependiente que ostentan y adelan-tan.

Un primer problema que se presenta en este sentido es la poca sistematización que tienen; es decir, son formas de vida con orígenes ancestrales, que importantes segmentos de la población pueden haberla tenido como forma de relacionarse con el mundo circundante pero, por ser patrimonio de los pobres, pocos o na-die en el pasado se preocupó por establecer, a partir de ellas, un modelo.

Otro problema importante es que son poco conocidos por la mayoría de la población de los mismos países de donde proceden, lo cual no es nada extraño pues todo lo que proviene de “los de abajo” siempre ha tenido un carácter marginal en el saber y el conocimiento hegemónico.

Y por último, solo para hacer una rápida enumeración de al-gunos de los problemas que se presentan, aunque se conocieran serían discriminadas, miradas de menos, echadas en saco roto por una gran parte de la población de esos países quienes, estanda-rizados bajo los patrones hegemónicos occidentales, consideran esas visiones de mundo como “cosas de indios”.

Hemos tomado el ejemplo de las ideas, concepciones y visio-

nes de mundo de los indígenas de América Latina solo como uno de muchos ejemplos que se podrían traer a colación. Lo cierto es que cada país, cada comunidad nacional tienen sus propias raíces históricas y culturales que pueden servir de sustento para pensar en verdaderas alternativas. Algunas de ellas son antiguas, como la del buen vivir, y otras son más recientes. Pero lo importante es tratar de pensar con cabeza propia poniendo atención en las cosas que hemos sabido hacer bien, potenciándolas con una perspectiva de futuro que ponga por delante valores como la autodeterminación, el bienestar de la mayoría y el desarrollo no depredador.

Claro que esto se dice fácil pero es muy difícil llevarlo a la práctica. Los sectores que han sido hegemónicos en América Lati-na desde tiempos de la independencia se han preocupado más por su propio bienestar sin importar la suerte de los más, y para ello se especializaron en estar al servicio de intereses foráneos, que siem-pre fueron grandes y los subordinaron.

Por eso, para poder pensar con cabeza propia y adelantar pro-cesos de desarrollo de nuevo tipo, es necesario que nuevos actores políticos, con nuevas ideas, nuevas mentalidades, nuevos intereses y nuevos aliados lleguen al poder.

Por eso es tan importante que dirigentes como Evo Morales, Hugo Chávez o Rafael Correa hayan llegado al poder del Estado. Sin las fuerzas sociales que ellos representan es difícil echar a an-dar con pies propios.

No se trata ya de utopías inalcanzables sino de una necesidad en la que, a lo mejor, nos va la propia superviviencia.

RAfAel CuevAs MOlINA / PResIdeNTe AuNA-COsTA RICA

Sobre el modelo de desarrollo que talvez se acaba y lo que sigue

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Se ha escrito mucho sobre la crisis de Estados Unidos. Se ha aludido a la com-placencia y el fracaso de nuestras élites, a la ignorante furia de un segmento de la ciu-dadanía espiritualmente plebeyo, a la impo-tencia intelectual y política de buena parte del resto, a la ausencia de una conexión entre una intelligentsia crítica y los mo-vimientos sociales que en el pasado apor-taron sus ideas a la esfera pública, al que-brantamiento de la propia esfera pública y a la consiguiente atomización de la nación. Esos diagnósticos son correctos. Lo que a veces se pasa por alto en nuestra situación es el factor propósito: lo que ha sufrido la democracia estadounidense ha sido un gol-pe de Estado encubierto. Sus autores ocu-pan los puestos más altos de los negocios y las finanzas, sus leales servidores dirigen las universidades, los medios de comunica-ción y gran parte de la cultura, e igualmente monopolizan el conocimiento profesional científico y técnico.

Sus dispuestos seguidores se encuen-tran por doquier, especialmente entre quie-nes sienten que son ignorados, incluso des-preciados, y experimentan una desesperada necesidad de compensación íntima. Incapa-ces de actuar de forma autónoma, niegan en voz alta que estén dominados y explotados. Identifican como enemigos a los grupos sociales al servicio del bien público, cuya existencia rechazan como principio. Su hostilidad al Gobierno es tan grande como su falta de conocimiento de cómo funcio-na este realmente, o la historia de su propio país.

Por supuesto que hay una sustancial coincidencia entre quienes han dado su aquiescencia al golpe de Estado y los mu-chos que pretenden la recristianización de la nación, que creen que el aborto y la ho-mosexualidad son delitos civiles al tiempo que pecados religiosos, que responden a la inmigración con xenofobia. Esos son los blancos, principalmente en el sur y en el oeste, y en las ciudades más pequeñas, que se quedaron escandalizados por la elección de un presidente afroamericano y que se creyeron (y todavía se creen) muchas de las falsedades sobre su persona, desde su naci-miento en Kenia hasta su adhesión al islam.

Los iniciadores del golpe de Estado son, por lo general, demasiado sofisticados para esas vulgaridades, aunque indudable-mente no son demasiado escrupulosos a la hora de utilizarlas para conseguir el respal-do a sus objetivos primarios. Que no son otros que reducir las funciones y poderes redistributivos y reguladores del Estado norteamericano, revocando, privatizando o, al menos, limitando importantescom-ponentes de nuestro Estado de bienestar: Seguridad Social (pensiones universales),

Medicare (seguro sanitario público para los mayores de 65) y todo un espectro de beneficios y servicios en los campos de la educación, el empleo, la salud y el mante-nimiento de ingresos. La posibilidad de una regulación medioambiental a gran escala, o de un proyecto para reconstruir toda la in-fraestructura de modo que sea más compa-tible con un futuro benévolo con el medio ambiente, provoca igualmente su sistemáti-ca oposición. Los obstáculos administrati-vos y legales a la actividad sindical son otra parte del programa.

Los esfuerzos del capital políticamen-te organizado para mantener el control del sistema político son tan viejos como la república estadounidense. En modo al-guno excluyeron utilizar al Gobierno en muchas ocasiones de todas las épocas de nuestra historia. Lo que distingue a la re-ciente situación es la propagación explíci-ta y resuelta de una ideología que declara al mercado como superior al Estado, que busca transferir al sector privado funciones gubernamentales hasta ahora reservadas al Estado, y que no permite que la considera-ción de un mayor interés nacional (como en el comercio con otras naciones) interfiera en los intereses inmediatos del capital.

La obra de innumerables economistas, las simplificaciones de un gran número de comentaristas y periodistas, la intromisión en los sistemas escolares y su manipula-ción, y, sobre todo, el que los medios de comunicación y lo que tenemos de discurso público queden excluidos de la discusión seria de alternativas, han culminado en la fervorosa obsesión con la que los con-gresistas republicanos han hecho suya la creencia de que los déficits presupuestarios son una amenaza para la nación.

En 1952, John Kenneth Galbraith pu-blicó su primera obra maestra El capita-lismo americano: el concepto del poder compensatorio. En ella sostenía que la bús-queda del beneficio sin límite, la ceguera cortoplacista del capitalismo, había sido corregida por el Gobierno, apoyado por una ciudadanía consciente de sus distintos intereses, por grupos de interés público, por sindicatos y por un Congreso (y Gobiernos estatales) con un grado notable de indepen-dencia política.

En 1961, Galbraith pidió al presiden-te Kennedy que no le nombrara jefe del Consejo de Asesores Económicos: era un blanco demasiado visible. Durante algunos años el punto de vista de Galbraith siguió siendo convincente. Sin embargo, también se fue produciendo un gradual debilita-miento de las fuerzas compensatorias con las que Galbraith contaba para hacer per-manente el new deal; y un debilitamiento, asimismo, de las élites capitalistas con ma-yor formación y visión a largo plazo, dis-puestas a aceptar un contrato social.

Las razones de este doble declive si-guen siendo objeto de discusión para los historiadores. La absorción de los recur-sos materiales y morales de la nación por la guerra fría, que se convirtió en un fin en sí misma, desempeñó ciertamente un pa-pel. Se hizo mucho más difícil desarrollar programas de reconstrucción social a gran escala por la composición racial de los po-bres en Estados Unidos, incluso aunque los blancos -por lo general, blancos sureños- fueran una mayoría entre ellos. La propia prosperidad aportada por el contrato social de la posguerra socavó la combatividad y militancia de la fuerza de trabajo sindica-lizada, que quedó relativamente indefensa

Golpe de Estado en EEUUNORMAN BIRNBAUM*

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ante la competencia de la industria extran-jera y la huida del capital norteamericano a otros países.

Los efectos que tuvieron esos cambios estructurales fueron magnificados a medida que el capital financiero (el reino del pilla-je y liquidación de firmas productivas, de los derivados, de los hedge funds y de la especulación arcana) se hizo cuantitativa y cualitativamente dominante.

Este tipo de capitalismo, especialmen-te, requería la abstinencia política del Esta-do, que

solamente podía obtenerse si poco a poco se compraba al Estado. El nuevo ca-pitalismo hizo serios avances en el Partido Demócrata, reduciendo a una insistente ac-titud defensiva a los herederos del new deal que había en su seno. Cuando en 2008 el presidente Obama movilizó a millones de afroamericanos, a latinos, a jóvenes y vie-jos, a mujeres y a los restos del movimiento sindical, no fue menos solícito con el nue-vo capitalismo, que tenía muchos menos votos pero mucho más dinero. La singular insignificancia de las iniciativas de la Casa Blanca en 2009, 2010 y este año en materia de estímulo económico, empleo y recons-trucción nacional podrían explicarse como un reflejo del real equilibrio de fuerzas po-líticas de la nación.

Dejando aparte el furor provocado por el Tea Party y el límite de la deuda, la ex-plicación también podría estar en esa quinta columna constituida por los agentes ideo-lógicos y políticos del nuevo capitalismo, que está ocupando la propia Casa Blanca. Desde este punto de vista, la extraordinaria buena disposición del presidente al acuer-do mutuo no es el resultado de un nuevo alineamiento de la política estadounidense, sino una parte previsible del mismo. En sección Tribuna de EL PAÍS. 15.08.2011.

*Norman Birnbaum es catedrático emérito en la Facultad de Derecho de la Universidad de Georgetown. Traducción de Juan Ramón Azaola.

Colapsos“Irresponsabilidad. Egoísmo. Actuar como si los actos no tuvieran consecuen-

cias. Hijos sin padres. Escuelas sin disciplina. Recompensas sin esfuerzo. Crimen sin castigo. Derechos sin responsabilidades. Comunidades fuera de control. Algunos de

los peores aspectos de la naturaleza humana tolerados, consentidos –a veces hasta incentivados– por un Estado y sus organismos que en parte han perdido literalmente la moral.” El primer ministro británico David Cameron explicó así la violencia desatada

en Tottenham, uno de los barrios más pobres de Londres, y en otras ciudades de Ingla-terra (www.guardia.co.uk, 15/8/11). Calificó la situación de “colapso moral”.

Olvidó señalar que la desocupación entre los jóvenes londinenses asciende al 23 por ciento y es aún más alta en el interior del país. O que los costos de la educación universitaria la convierten en algo prohibido, salvo para los hijos de familias ricas: 15 mil dólares anuales. Olvidó sobre todo el costo de 30 años de thatcherismo para

amplias capas de la sociedad británica, las comunidades devastadas por la desindus-trialización cualquiera fuese el color de la autoridad, conservador o laborista. Protestar

contra ese estado de cosas es “totalmente inaceptable”, para Theresa May, secretaria del Interior. La violencia de la represión policial y el apuro de la Justicia en aplicar

penas desproporcionadas a los manifestantes son, en consecuencia, necesarios.Es verdad que elementos o bandas cometieron acciones condenables como el in-

cendio de casas y pequeños comercios del vecindario, y el saqueo de supermercados. Para Christian Guy, director del Centro para la Justicia Social (www.centerforsocial-

justice.org.uk), los disturbios fueron el producto de una bien coordinada operación de las pandillas de la zona. La BBC de Londres señaló, en cambio, que “en realidad, po-

cos (de los arrestados) son pandilleros genuinos”. Y “toda clase de personas” –asisten-tes de la educación, un diseñador gráfico, estudiantes universitarios– fueron detenidas por tomar parte en el pillaje. Paul Lewis, periodista del The Guardian que pasó cinco

noches observando la violencia, manifestó que es erróneo el intento de culpar a un grupo: “La única generalización plausible es que, en conjunto, eran jóvenes y pobres”

(www.bbc.co.uk, 16/8/11).Parece clara la intención de disimular las razones de fondo, agravadas por el nue-

vo plan de austeridad –que The Financial Times calificó de “brutal”–, y el gobierno conservador no encuentra mejor camino que proponer algunos cambios sociales de

corto alcance y, sobre todo, revigorizar la represión. “La policía tendrá más poderes”, insistió la secretaria May. El gabinete de Cameron estudia la posibilidad de imponer toques de queda en zonas específicas y aplicar medidas restrictivas a los menores de 16 años (www.bbc.co.uk, 16-8-11). Ninguna atención presta a lo que el sindicato de

trabajadores de los servicios públicos Unisom de Londres considera necesario: “Debe-mos preguntarnos por qué nuestros jóvenes están tan enojados y cómo podemos unir a

nuestra comunidad” (//lambethunison.blogspot.com, 9/8/11).Abundan las disquisiciones psicologizantes sobre la razón de los saqueos: “La

gente sin poder se siente de pronto poderosa y eso intoxica mucho”, dice el profesor John Pitts, un criminólogo que asesora a diversas autoridades londinenses en materia de jóvenes y pandillas (www.bbc.co.uk/news/magazine, 9/8/11). O: “Hay evidencias

que sugieren que los líderes de una pandilla padecen tendencias psicopáticas”, anota el Dr. Lance Workman. Es otra forma de demonizar la violencia de jóvenes excluidos de

un mañana. Como señala el doctor Raúl Zaffaroni, miembro de la Corte Suprema de Justicia de Argentina y distinguido penalista, el sistema castiga los delitos que provoca

(La palabra de los muertos, Ediar, Buenos Aires, 2011).Cabe preguntarse dónde radica el verdadero “colapso moral” del Reino Uni-

do. “La clase política poco explora su propia responsabilidad en la creación de la marginación social que conduce a la ‘anarquía’ –advierte la investigadora Michelle

Chen (www.inthesetimes.com, 10/8/11)–. Se supone que el problema no es el exceso policial, sino su insuficiencia, que no es la falta de oportunidades educacionales o de

programas para la juventud en esos barrios, sino los padres que no pueden controlar a sus hijos.”

Es posible, sin embargo, coincidir con el premier David Cameron en que un Estado y sus organismos que han perdido en parte la moral toleran, consienten y aun incentivan algunos de los peores aspectos de la naturaleza humana. Así lo muestran

los bombardeos de la R. A. F. contra poblaciones civiles inermes en Irak y Afganistán.

juAN gelMAN

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Más que nada, existe la necesidad de un paradigma bajo el cual colocar orgánica-mente los varios problemas que afrontamos de modo separado. Son problemas globales que se viven de forma diversa en las dife-rentes regiones del mundo. Enfoquemos el caso de Europa, donde la crisis es más evidente y la sufren decenas de millones de personas, sobre todo los jóvenes.

El paradigma: no hay paz sin seguri-dad (especialmente en estos tiempos). Pero la seguridad no es la militar, que insume 1.600.000 millones de dólares anuales. La seguridad es la humana, para la cual el total de los presupuestos para el desarrollo es de 50.000 millones de dólares. Bastaría que el 10% de los gastos militares fuera destinado a las necesidades humanas para disponer de otros 160.000 millones, mucho más de cuanto se requiere de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para un acuerdo sobre el control climático.

Según el Pentágono, un soldado esta-dounidense cuesta un millón de dólares por año, suma que, de acuerdo a la ONU, equivale a los que gastan 2.740 personas en idéntico período de tiempo. Un mundo en el cual 51 millones de personas tienen la misma riqueza que otros 1.200 millones de ciudadanos es insostenible, especial-mente en el mundo que se vive hoy, en un creciente sentido de inseguridad, donde los conflictos y el terrorismo cuentan siempre menos en el imaginario colectivo.

En el marco de un cotidiano es cada vez más desalentador, creo pertinente iden-tificar los problemas existentes. Los temas prioritarios a resolver son seis:

1) El mundo vive una profunda crisis de gobernabilidad. La decadencia econó-mica y social de los países del Norte (mien-tras en el Sur se está delineando una dece-na de nuevos actores a escala global) está creando una fuga hacia adelante, con par-tidos y movimientos que sueñan un retorno a una época ya desaparecida. El Tea Party, que tiene en sus manos al partido Republi-cano en Estados Unidos, y los partidos de la derecha xenófoba surgidos en países consi-derados modelo, como Holanda, Noruega, Suecia, Finlandia y otros como Hungría y Lituania , son el resultado de esa fuga hacia adelante...

A lo que se suma que hemos pasado del fin de las ideologías a la afirmación del pragmatismo como fórmula madura de la política. Pero sin un cuadro de referencia y de análisis, del pragmatismo hemos pasa-

do al utilitarismo, o sea a administrar sólo aquello que es útil. Hoy, la política ya no produce ideas, visión, estrategia y se con-vierte en autorreferente y sin conexión con los ciudadanos, faltándole de consecuencia, legitimidad. Entonces, el tema de la crisis de la política se perfila pone como priori-tario.

Es necesario ofrecer una mayor par-ticipación a los ciudadanos, más allá del sistema electoral. Es menester pedir una democracia participativa, que se delegue a los ciudadanos la discusión sobre todos los bienes comunes, no sólo sobre el agua o la energía nuclear.

2) Un elemento clave de la crisis es el vuelo sin control de las finanzas, cada vez más desconectadas y opuestas a la econo-mía real. Mientras los intercambios comer-ciales han bajado mundialmente en 15%, las transacciones financieras están en con-tinuo aumento, alcanzando ya 40.000.000 millones de dólares por día. Las finanzas no tienen ningún instrumento internacional de control. La OMC está a cargo del comercio, la OIT del trabajo, la aviación responde a la ICAO, etcétera. La presión de las bolsas hace que actualmente el déficit fiscal sea más importante que el social. La mayoría de los economistas sostiene que estamos en una crisis que se va a prolongar más allá de este decenio. Las finanzas están llevando la crisis a la Europa política, mientras aumen-ta dramáticamente el número de pobres. Las propuestas de control son mínimas y todos los planes de recuperación han sido dirigidos a salvar el sistema bancario.

Entretanto la crisis ha producido, según la ONU, 100 millones de nuevos pobres.

Entonces es imprescindible un primer paso urgente: ocupémonos del déficit social como verdadera prioridad. Si los bancos

tienen que sufrir, y con ellos las bolsas, que sea algo interno de las finanzas y no descar-gado sobre los ciudadanos. Que se regrese a la división entre bancos de inversión y bancos de depósito, abolida en 2001, que se impida a los bancos traficar con el dinero de sus clientes, reduciendo así la burbuja especulativa. Y se limiten los instrumentos especulativos en uso, muchos de los cuales son loterías arriesgadísimas.

3) Estas dos crisis ha puesto de rodi-llas a el concepto de cooperación y justi-cia social internacionales, convirtiendo a la solidaridad en algo marginal. Pero en un mundo globalizado no se puede dejar que el mercado y el lucro sean los únicos resor-tes y operen sin controles. Sobre este punto hay que concretar la propuesta de un tributo a las especulaciones financieras. Estas son tan grandes, que bastaría un impuesto del un euro por cada 10.000 para generar 400 millones de euros diarios, a distribuirse en-tre las víctimas de la crisis, los desocupa-dos, los jóvenes, el déficit social, en modo proporcional al tamaño de cada país. No es necesario crear una burocracia. Bastaría usar las estructuras existentes con sus de-fectos. Este sería un acto nuevo pero im-portante para relacionar crisis y soluciones.

4) Un tema que le interesa a toda la hu-manidad es el del ambiente. Los datos so-bre el calentamiento global son claros. Pero el gobierno estadounidense es rehén de un Congreso que niega el tema e imposibilita todo acuerdo internacional. Entretanto, está creciendo una nueva categoría de prófugos: los ambientales. Naciones Unidas estima que pueden llegar a ser 400 millones dentro de 30 años. Y quiénes pagan la crisis son sobre todo los países más pobres, en prime-ra fila los africanos.

Pero también Europa se verá profunda-

RobeRto Savio*

fuNdAdOR y PResIdeNTe eMéRITO de lA AgeNCIA de NO-TICIAs INTeR PRess seRvICe (IPs)

Un plan de acción para una Europa política

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mente afectada por este problema. Los pro-ductores de vino ya están comprando tie-rras en Inglaterra, porque el sur de Europa va a sufrir un aumento de temperatura, sig-nificativo para la agricultura. Y el aumento de los precios de los alimentos está hacien-do crecer el número de pobres, lo que va a provocar grandes motines de desesperación y rebelión.

Entonces, exijamos a los parlamentos que cumplan con los compromisos inter-nacionales sobre la reducción de la depen-dencia de los combustibles fósiles, la intro-ducción de las nuevas tecnologías verdes, temas sobre los cuales todos (tal vez menos China) están profundamente atrasados. Y pedir a los ciudadanos que reconozcan que el actual modelo de desarrollo basado en el consumismo ya no es sostenible y requiere modificaciones en nuestro estilo de vida, que debemos emprender de forma gradual pero inexorablemente.

5) Un asunto que no debe jamás igno-rarse es el de los derechos humanos. Según OIT, cada año más de 12 millones de per-sonas son capturadas por organizaciones criminales y obligadas a trabajar en con-diciones inhumanas. En junio de este año, la OSCE celebró en Viena una conferencia sobre la coerción, desde la sexual a la del trabajo, donde se denunció que en Europa hay varios cientos de miles de personas en condiciones de virtual esclavitud. La OIT informa sobre el caso de una zona al sur de Nápoles donde 1.200 trabajadores agríco-las, indocumentados y sin casa, trabajan 12 horas por día por sueldos ínfimos, viviendo en carpas controladas por guardias priva-dos. Se habla tanto de la marroquí menor de edad que tuvo como último “usuario” a Silvio Berlusconi, pero ¿cuánto se habla de las decenas de miles de mujeres atraídas con falsas promesas de trabajo y después forzadas a la explotación?

Sin una política basada sobre la dig-nidad de los inmigrantes, el crecimiento de Europa no es posible ni lo es el man-tenimiento del sistema de previsión social, visto que la relación inter-generacional se

ha reducido debido a la baja natalidad. Pi-damos, por lo tanto, que se abra un debate para crear una política de inmigración euro-pea que salga de los genéricos lugares co-munes en los que la ha relegado el mundo de la política.

6) Una última prioridad es devolver dignidad al mundo del trabajo. Hoy en día los sindicatos representan mundialmente el 12% de la fuerza laboral y son cada vez más islas de defensa de los propios inscrip-tos. El 80% de los trabajadores del mundo carecen de asistencia social. El desempleo juvenil es del 30 al 70% superior a la me-dia.

Según la OIT, la jubilación media para la generación que hoy tiene entre 20 y 30 años es de 470 Euros por mes. ¿Qué tipo de sociedad será esta? ¿Y la actual de sus hijos, que no van a poder contar con sus pa-dres como paliativos sociales? Aún así esta gigantesca mutación social no encuentra ni urgencia ni propuestas en el mundo de la política.

Es necesario retomar los ideales de la solidaridad y de la responsabilidad inter-ge-neracional. Se reforme el sistema económi-co y fiscal para reducir la brecha creciente entre los ciudadanos que actualmente están bien dentro del sistema y los muchos que están fuera, desprotegidos. Es un tema po-líticamente suicida y por lo tanto se le man-tiene fuera del debate. Algo que de no ser enfrentado, nos conducirá inevitablemente hacia un mundo de sufrimiento y penuria. Es tal vez una consecuencia de la insegu-ridad o un reflejo de la vieja política, pero se pide siempre que los análisis acaben con una nota de esperanza y optimismo.

Ha llegado la hora del compromiso, del sacrificio, del esfuerzo común y personal. Falta un Winston Churchill, quien prome-tiendo lágrimas y sangre consiguió movili-zar a su país contra el nazismo. Y falta tam-bién un Manifiesto..., pero tenemos datos suficientes como para saber que evadir esta realidad es un acto gravísimo. Y no bastará con atribuir la culpa a los políticos. Todos nosotros somos igualmente responsables.

RobeRto Savio*

Wikileaks ha publicado en su cuenta de Twitter una serie de mensajes en los que

acusa a sus ex empleados y a los medios de comunicación de propiciar la divul-

gación de la identidad de sus fuentes de información, después de los señalamientos

que ha recibido por publicar cientos de cables sin editar. La organización asegura que la “mala gestión” de los documentos

del Departamento de Estado ha permitido revelar los datos “estrictamente clasifica-

dos”.“No ha sido un error de Wikileaks.

Ha sido una enorme negligencia de los medios”, asevera en uno de sus mensajes el grupo liderado por Julian Assange. En uno de estos tuits, hace responsable a “la

corriente dominante de los medios de comunicación” de “publicar sin editar los

251.000 cables divulgados”.Dos fuentes cercanas a Assange han

asegurado que éste ha acusado a su anti-guo colaborador, Daniel Domscheit-Berg, y a David Leigh, editor jefe de investiga-

ción del diario británico The Guardian, de facilitar la contraseña que ha permitido

desencriptar los 1,73 gigabytes protegidos en cada documento para ocultar dichas

identidades.Un portavoz de The Guardian ha

negado las acusaciones que implican a Leigh, autor de un libro sobre Wikileaks publicado en febrero, en el que aparecía

una contraseña. “Esta acusación no tiene sentido. El libro aportaba la contraseña,

pero advertía de que era temporal”.Antiguos colaboradores de Wikileaks han asegurado que el propio Assange

podría haber provocado este agujero de seguridad, como parte de una estrategia

para recuperar la atención mediática.

Wikileaks ylos secretos

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La raíz del problema de las drogas está en Estados Unidos, no en México, y las es-trategias de ambos países no pueden resol-ver el problema, afirmó Noam Chomsky.

En entrevista con la revista cibernética estadunidense Guernica, afirmó: El proble-ma de las drogas está en Estados Unidos, no en México. Es un problema de deman-da y tiene que ser abordado aquí, pero no se hace así. Se ha demostrado una y otra vez que la prevención y el tratamiento son mucho más efectivos en costos que la ac-ción policiaca, operaciones fuera del país, control fronterizo y más. Pero el dinero va en otra dirección y nunca tiene impacto. Cuando los líderes aplican durante décadas políticas que no tienen consecuencias para el objetivo declarado y son muy costosas, uno debe preguntarse si están diciendo la verdad y si esas políticas son para otro ob-jetivo, porque no reducen el uso de drogas.

Chomsky se preguntó por qué se apli-can estas políticas inefectivas y costosas a pesar de que se sabe que hay otras más efi-caces y baratas. “Sólo hay dos respuestas posibles: o todos los líderes están colecti-vamente locos, lo cual podemos descartar, o simplemente persiguen otros objetivos. En el extranjero es una campaña de contra-insurgencia; en casa, una forma de desha-cerse de una población superflua –hay una correlación muy cercana de raza y clase–, no perfecta, pero casi: de hecho, los hom-bres negros están siendo hechos a un lado. En Colombia lo llamarían limpieza social. Aquí simplemente los ponen en las cárce-les.”

Afirmó que el incremento masivo de encarcelamientos, sobre todo de afroesta-dunidenses, y también de latinos, se debe a la llamada guerra contra las drogas en Es-tados Unidos, pero tiene raíces en una larga historia de control y esclavización, tanto formal como mediante el sistema penal contra la población negra.

Subrayó que las consecuencias de estas políticas son significativas para los centros del poder: emprender operaciones contra-insurgentes en Colombia y otras partes, y una limpieza social aquí, en la forma tra-dicional estadunidense. Todo esto está al descubierto.

Los líderes saben cómo proceder

Chomsky consideró que otra parte del problema es el armamento. “¿Dónde con-siguen sus armas los cárteles de la droga? Son otorgadas por Estados Unidos. Si corta el flujo de armas no acabaría con la violen-cia, pero tendría gran efecto. Si los cárteles

Contraespionaje y limpieza social, son las metas de la guerra antidroga

en México desean rifles de asalto, los obtie-nen en Arizona.”

Interrogado sobre las opciones que tie-ne el gobierno de México para enfrentar la violencia y si sería justificable suspender garantías hasta restablecer el orden en zo-nas como Ciudad Juárez, Chomsky respon-dió: “Uno primero debe preguntar qué es lo que el gobierno de México intenta hacer, y eso es un poco opaco. Parece que en cierto grado apoya a uno de los cárteles contra los otros. Si eso es lo que intenta hacer, no hay ninguna justificación.

Pero si desea detener el negocio de las drogas, considero que sabe cómo proceder y no es con la acción militar: se debe ir al corazón del asunto. Parte de la respuesta se dio en la declaración de los tres ex presi-dentes (Ernesto) Zedillo, (Fernando Henri-que) Cardoso y (César) Gaviria: hace unos años presentaron un informe en el que plan-tearon que la criminalización de las drogas sólo incrementaba el problema y que algu-nas deberían ser legalizadas, como el alco-hol, y reguladas. Eso es parte del asunto, pero la parte de fondo esta aquí, en Estados Unidos.

En la entrevista, Chomsky dijo que se reunió con reporteros y editores de La Jor-nada este año y el anterior, con quienes tra-tó, entre otros temas, el peligro que corren los periodistas que intentan cubrir el tema del narcotráfico y la inevitable autocensura. Explicó que le hablaron sobre informes que abordaban el problema e incluso sobre la gran cantidad de negocios en México vin-culados de alguna forma con el narco, y que cuando uno empieza a publicar cosas como ésas y a investigarlas, está amenazando los centros del poder en la sociedad mexicana,

que no desean quedar expuestos. Si pueden usar sicarios para detenerlo, lo harán.

Los gobiernos no están para servir a sus ciudadanos; trabajan para sus bases princi-pales, que son, sobre todo, integrantes del sector financiero, afirma Noam Chom-skyFoto Carlos Ramos Mamahua

Agregó que se enteró de que hay zonas de cultivo en el norte de México protegidas por criminales y por fuerzas de seguridad, y que zonas que antes se dedicaban a la agricultura ya son parte del negocio ilíci-to. Señaló que un reportaje de La Jornada reveló que economistas de la Universidad Nacional Autónoma ded México (UNAM) calculan que los ingresos reales de los tra-bajadores se desplomaron de manera es-pectacular durante el gobierno de Felipe Calderón como resultado de las políticas económicas. Por esto, afirmó, México tie-ne alternativas limitadas en el problema del narco, “ya que el Don de la mafia está aquí, al otro lado”.

Dijo que el problema está vinculado con una serie de políticas en ambos países, y que en Estados Unidos, en los últimos 30 años, la promoción del sector financiero en la economía y la destrucción del sistema productivo han llevado a que los ingresos reales se hayan estancado para la mayoría de la población: ha tenido los mismos efec-tos que el neoliberalismo en México; me-nos agudos, pero similares.

Esto lleva a confirmar, igual que con las políticas antinarcóticos, que los gobiernos no están para servir a sus ciudadanos; tra-bajan para sus bases principales, que son, sobre todo, integrantes del sector financie-ro.

Noam Chomsky

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Libre mercado y libre trabajo

Cuando le preguntaron si se opone a que un país soberano, como Estados Uni-dos, adopte medidas razonables para dete-ner y deportar indocumentados, Chomsky respondió: Es una pregunta interesante en Estados Unidos, donde todos son inmigran-tes ilegales; todos, menos los que viven en las reservaciones indígenas. Indicó que todo depende de qué se está hablando. “Si uno se dice campeón del ‘libre mercado’ debe estar en favor del movimiento libre del trabajo; no se puede tener libre mercado sin eso, según indica Adam Smith.”

Deterioro educativoAcerca del deterioro de la educación en

ambos países, Chomsky señaló que México tiene a la UNAM, “una universidad de muy alta calidad… es difícil el ingreso, pero es gratuita. Y en Estados Unidos, si se consi-deran los principales sistemas de educación pública, uno tiene que ser rico o poder asu-mir una gran deuda para acudir a la uni-versidad. En la ciudad de México hay una universidad fundada por (Andrés Manuel) López Obrador que no sólo es gratuita, sino abierta a todos. Es cierto que hay muchos defectos en el sistema educativo mexicano, pero en algunas cosas es mejor que aquí. Debería haber oportunidades de educación decentes para todos.

Afirmó que es responsabilidad social garantizar educación obligatoria para to-dos, y condenó los intentos de privatizar los sistemas públicos y intereses empresariales que pretenden lucrar con la educación.

Recordó que el año pasado viajó de México a California y el contraste fue claro: México, país relativamente pobre, mantie-ne un sistema de educación superior de alta calidad y gratuito, aunque no para todos, pero sustancial. California, uno de los esta-dos más ricos del planeta, está destruyendo las mejores universidades públicas del país, y posiblemente privatizando algunas, como Berkeley y la Universidad de California en Los Ángeles.

Perú: Las falsas interpretaciones a los conflictos socioambientales

WIlWeR vIlCA QuIsPeHan transcurrido unas semanas desde que Ollanta Humala asumiera el cargo, una cor-ta etapa en la que el nuevo gobierno ha emprendido una serie de medidas de emergencia destinadas a hacer viable su gestión en casi todos los sectores. Una de ellas, la atención a los conflictos socioambientales, los cuales fueron el talón de Aquiles para el gobierno anterior, que no supo o no quiso sopesar este problema ni entenderlo en su real dimensión.

Sin embargo, las acciones inmediatas de la administración Humala parecen seguir la dinámica del mea culpa del gobierno de Alan García: “no hemos sabido prevenir oportuna-mente los conflictos socioambientales”, se excusaba el anterior mandatario, cada vez que un conflicto rebasaba el control policial o militar. El resultado: más de un centenar de fallecidos entre civiles, militares y policías, por la terquedad de imponer actividades económicas que no guardan relación con la vida de los pobladores que reclaman ser escuchados y entendidos.

Ahora, desde el gabinete ministerial presidido por Salomón Lerner se ha anunciado el impulso de la Oficina de Gestión de Conflictos Sociales de la Presidencia del Consejo de Ministros, donde se ha nominado a Víctor Caballero como jefe. Las preguntas que rondan en las organizaciones indígenas, campesinas y agrarias son: bajo qué criterio intervendrá esta oficina, cuáles serán los alcances de su competencia y hasta qué punto podrá resolver o preve-nir los conflictos. Preguntas centrales si consideramos que en ningún momento ni el gobierno anterior ni el actual se han referido a las principales causas de los conflictos socioambientales.

Para empezar, hay que dejar claro que los pueblos y comunidades indígenas no sólo piden un diálogo sobre un problema específico. Lo que quieren es sentarse con el gobierno hasta que sus demandas sean entendidas. Esto implica que el gobierno de Humala debe com-prender que los pueblos indígenas están reclamando el reconocimiento territorial –territorio entendido como un espacio de vida, no sólo suelo, subsuelo y aire–, lo cual pasa por la titu-lación de más de 1700 comunidades nativas en la amazonía; el reconocimiento de su propio modelo de desarrollo o planes de vida, que no prevén actividades extractivas a gran escala; la promulgación de la ley de consulta, aprobada por el Congreso el 19 de mayo del 2010; una política agresiva en seguridad con soberanía alimentaria; la anulación y modificación de algunas leyes que fueron promulgadas sin la consulta a los pueblos y comunidades indígenas. En síntesis, reconocer a los pueblos indígenas territorialmente y no solo identificarlos como simples comunidades culturalmente diferenciadas o apenas identificadas en un mapa etno-lingüístico.

La dimensión de las demandas es tal que éstas no pueden ser resueltas por una oficina de prevención de conflictos. Se necesita –y con urgencia– una política integral, multisectorial, que involucre a todos los sectores del gobierno. Si la respuesta a los conflictos socioambienta-les se reduce a una simple “voluntad de diálogo”, sin tener en cuenta las demandas descritas, pues los conflictos no sólo se mantendrán sino se incrementarán, tal vez con mayor velocidad que durante el gobierno de García (periodo en el que pasaron de 83 en 2006 a 227 en 2011, de los cuales casi la mitad socioambientales), porque el actual gobierno en su campaña prometió atenderlos y solucionarlos. Por consiguiente, las esperanzas son enormes y las desilusiones pueden ser fatales: provocarían más convulsiones sociales similares a las de Bagua (junio 2009) o el reciente escenario del levantamiento del pueblo aymara (junio 2011).

Además, hay que advertir que el gobierno de García no consideró y en cambio obvió la institucionalidad de la representación de los pueblos y comunidades indígenas, para dialogar directamente con los representantes comunales de los pueblos indígenas, con el supuesto objetivo de armar un plan de desarrollo desde la visión de los propios pueblos.

Este mecanismo de sobrepasar la representación de las organizaciones ha generado ma-yores conflictos, puesto que quienes inciden y están en permanente diálogo con el Ejecutivo y el Legislativo son precisamente los representantes de las organizaciones de carácter nacional y no los presidentes y lideres locales de las comunidades indígenas. Se hace necesario darle una mayor organicidad al tantas veces manoseado Instituto Nacional de Desarrollo de los Pueblos Andinos, Amazónicos y Afroperuano (Indepa), hoy adscrito al Ministerio de Cultura, quien tiene que garantizar el respeto por la institucionalidad de los pueblos y comunidades indígenas.

La pregunta final es si este escenario es entendido por los asesores gubernamentales y si el mismo les garantiza condiciones mínimas para crear espacios de diálogo y concerta-ción con las propias organizaciones indígenas, a fin de definir los aspectos centrales de sus demandas. De ser así –como todos esperamos– la cuestión central es si cada ministerio está dispuesto a ceder, teniendo en cuenta la pluralidad de pensamiento de sus titulares.

Tema más que preocupante, porque pese a esa aparente diversidad ideológica, todos han reiterado que no cambiarán el modelo económico y el curso de crecimiento de la economía nacional, que precisamente se ha dado bajo el patrón de las exportaciones de materias primas, básicamente polimetálicas e hidrocarburos, que son la madre de todos los conflictos.

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En este diluvio de malas noticias eco-nómicas, el único pensamiento reconfortante es que las cosas podrían haber sido peores: el conjunto de las tres agencias clasificadoras habrían podido bajar la nota a los EE.UU., las Bolsas podrían haber caído más aún y los EE.UU. podrían haber caído en el default de su deuda.

La opinión general es que todavía existe, en este nuevo episodio de la Gran Recesión el elevado riesgo de que las cosas empeoren, sin que los gobiernos encuentren un instru-mento eficaz. El primer punto es certero, pero el segundo no lo es.

Durante la crisis –y aún antes– los econo-mistas keynesianos plantearon una coherente interpretación de los acontecimientos. Antes de la crisis, y en gran medida en los EE.UU., la economía mundial se hallaba sostenida por una burbuja. La explosión de la burbuja dejó un excedente de endeudamiento e inmobilia-rio. El consumo se mantendrá bajo y en am-bos lados del Atlántico la austeridad garanti-za que no será el Estado quién llene el vacío. No es sorprendente, por lo tanto, que en estas condiciones las empresas –aún las que tienen acceso a los capitales– se resistan a invertir.

Es cierto que quienes se preocuparon por la falta de instrumentos políticos, en par-te tienen razón. La mala política monetaria que nos ha sumergido en el cenagal no está en condiciones de auxiliarnos. Pero si logra-mos calmar a los halcones de la inflación de la Reserva Federal, un tercer período de fle-xibilización cuantitativa sería todavía menos eficaz que el precedente. El que más contri-buyó probablemente a generar burbujas en los mercados emergentes, sin relanzar sin embargo los préstamos ni las inversiones en los EE.UU.

El anuncio realizado por la Reserva Fe-deral de que mantendría sus tasas testigo a un nivel cercano a cero durante los dos años próximos revela manifiestamente su deses-peración ante las dificultades económicas. Por lo tanto aunque esa medida consiga po-ner límites, por lo menos temporalmente, a la caída de los precios de las acciones, no echará las bases de la recuperación: no son las elevadas tasas de interés las que impiden reflotar la economía.

Las grandes empresas regurgitan liqui-dez, pero los bancos no otorgan préstamos a las empresas medianas y pequeñas que en toda economía son fuente de creación de empleos. La FED y el Tesoro han fracasado lamentablemente en la revigorización de ese tipo de préstamos, que serían mucho más eficaces para reactivar la economía que el mantenimiento de bajas tasas de interés hasta 2015.

Por lo tanto la verdadera solución, al menos en lo concerniente a países como los

EE.UU., prestar a bajas tasas de interés es sencilla: utilizar el dinero para proceder a in-versiones altamente rentables. Eso reactiva-ría el crecimiento y generaría ingresos fisca-les, reduciendo de ese modo la relación entre la deuda y el producto bruto interno (PBI) y mejorando la sustentabilidad de la deuda.

Aun con las condiciones presupuestarias que conocemos, reorientar los gastos y los impuestos hacia el crecimiento –reduciendo las retenciones salariales y aumentándoles los impuestos a los ricos, pero bajándoles también los impuestos a las empresas que invierten y aumentándoselos a las que no lo hacen, permitiría mejorar la sustentabilidad de la deuda.

Las políticas actuales se resisten sin em-bargo a encarar esas soluciones. Los merca-dos saben que la ola de bajos impuestos y de fetichismo que circula actualmente por el At-lántico norte significa que no existe disponi-ble ningún instrumento: la política monetaria no funcionará, la política presupuestaria está trabada, el crecimiento declinará y el mejora-miento de los déficit (resultado de la austeri-dad) será decepcionante.

Pero, como lo muestra la degradación anunciada por Standard and Poors (S&P), también los mercados tienen su agenda po-lítica. Ningún economista se contentaría con tomar en consideración solo la columna deu-dora del balance. Es sin embargo lo que ha hecho S&P. Más revelador es aún el hecho de que los EE.UU. regulan su deuda en dólares y que son ellos los que controlan la emisión de billetes. No hay por lo tanto ningún riesgo de default excepto en el tipo de pantomima política que nos acaba de brindar S&P.

Los mercados se equivocan a menudo, pero el balance de las agencias de califica-ción no inspiran confianza, en todo caso no se justifica ciertamente que se sustituya la opinión convergente de millones de personas por el criterio de un puñado de “tecnólogos” que trabajan para una firma cuya conducción

y motivaciones son problemáticos. Los diri-gentes europeos tienen razón cuando acaban de pedir que no hay que fiarse demasiado de las calificaciones de esas agencias.

Europa y Estados Unidos se hallan ac-tualmente enfrentados a excepcionales di-ficultades políticas. Es difícil opinar sobre cual de las situaciones es peor: la parálisis estadounidense o la tambaleante estructura política europea. Los dirigentes europeos han tomado medidas decisivas pero los aconteci-mientos van más rápido aún que sus ratifica-ciones y su puesta en marcha.

En Europa la relación entre la deuda y el PBI es más baja que en los EE.UU.; si tuvie-ra igualmente un adecuado presupuesto co-mún, Europa estaría en mejores condiciones que los EE.UU.

El otro problema de Europa es que hay demasiada gente que piensa que la austeridad presupuestaria es la respuesta adecuada. Re-cordemos sin embargo que antes de la crisis España e Irlanda registraban excedentes y una débil relación entre deuda/PBI. Aumen-tar la austeridad no tendrá otro resultado que desacelerar el crecimiento de Europa y acre-centar los problemas presupuestarios.

Los responsables europeos no advirtie-ron sino ahora que Grecia y los demás países alcanzados por la crisis necesitaban crecer y que la austeridad no es el camino.

Todo lo anterior acrecienta la proba-bilidad de que el Atlántico norte sufra una recesión de doble vacío, pero tampoco hay nada mágico en el número cero. La tasa de crecimiento crítica es aquella a partir de la cual deja de ahondarse el déficit laboral. El problema es que la actual tasa de crecimiento de Europa y de los EE.UU. que está alrede-dor del 1% es menos de la mitad de lo que se necesitaría para lograrlo.

A comienzos de la recesión, escuchamos muchas amables palabras acerca de que ha-bíamos aprendido lecciones de la Gran De-presión y del prolongado letargo japonés. Ahora sabemos que no habíamos aprendido nada. El plan de reactivación estadounidense es demasiado modesto, poco durable y mal concebido.

No se ha obligado a los bancos a volver a prestar. Nuestros dirigentes han intentado camuflar las debilidades de la economía, te-miendo tal vez que hablando francamente se corría el riesgo de destruir totalmente una confianza ya demasiado frágil. Pero la parti-da ya está perdida.

Ahora la amplitud del problema ha sali-do a la luz y ha surgido una nueva certeza: la certeza de que cualesquiera que sean las medidas que se adopten, las cosas van a em-porar. Un prolongado letargo parece ser de ahora en más el escenario más optimista.

¿Cómo evitar el prolongado letargo de la economía?

jOsePH sTIglITz/le MONde

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La gran recesión de 2008 se ha trans-formado en la recesión del Atlántico norte: son principalmente Europa y EE UU, no los mercados emergentes más importantes, los que se han visto afectados por el lento creci-miento y alto desempleo. Y son Europa y EE UU los que marchan, juntos o separados, ha-cia el desenlace de una gran debacle. La ex-plosión de una burbuja condujo a un estímu-lo keynesiano masivo que evitó una recesión mucho más profunda, pero también impulsó déficits presupuestarios importantes. La res-puesta -recortes masivos del gasto- garantiza que los niveles de desempleo inaceptable-mente altos (un vasto desperdicio de recur-sos y un exceso de oferta de sufrimiento) se prolonguen durante años.

La Unión Europea finalmente se ha comprometido a ayudar a sus miembros en dificultades financieras. No tenía opción: la agitación financiera amenazaba con exten-derse desde países pequeños como Grecia e Irlanda a otros grandes como Italia y España, y la propia supervivencia del euro afrontaba peligros crecientes. Los líderes europeos re-conocieron que las deudas de los países en problemas serían inmanejables a menos que sus economías pudiesen crecer, y que el cre-cimiento no se lograría sin ayuda.

Pero si bien los líderes europeos prome-tieron que la ayuda estaba en camino, refor-zaron su creencia de que los países sin cri-sis deben recortar sus gastos. La austeridad resultante retrasará el crecimiento europeo y con ello el de sus economías con mayores problemas: después de todo, nada ayudaría más a Grecia que el crecimiento robusto de sus socios comerciales. Y el bajo crecimiento dañará la recaudación tributaria, socavando la meta proclamada de consolidación fiscal.

Las discusiones previas a la crisis ilus-traron lo poco que se había hecho para repa-rar los fundamentos económicos. La oposi-ción vehemente del Banco Central Europeo a algo esencial para todas las economías capitalistas -la reestructuración de la deuda de las entidades en quiebra o insolventes- evidencia la continua fragilidad del sistema bancario occidental.

El BCE argumentó que los contribuyen-tes deberían hacerse cargo del coste total de la deuda soberana griega en problemas, por miedo a que cualquier participación del sec-tor privado pudiese disparar un evento credi-ticio que forzara importantes erogaciones so-bre los seguros de impago crediticio (CDS) y posiblemente fomentara mayores problemas financieros. Pero si ese es un miedo real del BCE -si no se trata meramente de actuar en favor de los prestamistas privados-, tendría que haber exigido a los bancos que manten-gan más capital.

Además, el BCE tendría que haber pro-

hibido a los bancos operar en el arriesgado mercado de los CDS, donde son rehenes de las decisiones de las agencias de calificación sobre lo que constituye un evento crediticio. En efecto, un logro positivo de los líderes eu-ropeos en la reciente cumbre de Bruselas fue comenzar el proceso de limitar tanto al BCE como al poder de las agencias de calificación estadounidenses.

De hecho, el aspecto más curioso de la posición del BCE fue su amenaza de no acep-tar los bonos reestructurados como garantía si las agencias de calificación decidían que la reestructuración debía clasificarse como un evento crediticio. La idea de la reestructura-ción era liquidar deuda y lograr que el resto fuese más manejable. Si los bonos eran acep-tables como garantía antes de la reestructura-ción, ciertamente serían más seguros después de ella y, por tanto, igualmente aceptables.

Este episodio sirve como recordatorio de que los bancos centrales son institucio-nes políticas con una agenda política, y que los bancos centrales independientes tienden a ser capturados (al menos cognitivamente) por los bancos a los que supuestamente de-ben regular.

Y la situación no está mucho mejor del otro lado del Atlántico. Allí, la extrema de-recha amenazó con paralizar al Gobierno de EE UU, confirmando lo que sugiere la teoría de los juegos: cuando personas racionales se enfrentan a quienes están irracionalmente decididos a la destrucción si no logran su ob-jetivo, son estos últimos quienes prevalecen.

Como resultado, el presidente Barack Obama consintió una estrategia desequilibra-da de reducción de la deuda, sin aumentos de impuestos -ni siquiera para los millonarios a quienes les ha ido tan bien durante las últi-mas dos décadas, y sin siquiera eliminar las dádivas impositivas a las empresas petrole-ras, que socavan la eficiencia económica y contribuyen a la degradación ambiental.

Los optimistas argumentan que el impac-to macroeconómico de corto plazo del acuer-

do para aumentar el tope del endeudamiento estadounidense y evitar el impago de la deu-da soberana será limitado: recortes en el gas-to de aproximadamente 25.000 millones de dólares para el año próximo. Pero el recorte en los impuestos sobre los salarios (que con-tribuía con más de 100.000 millones al bolsi-llo del ciudadano común estadounidense) no fue renovado, y seguramente las empresas, anticipando las consecuencias contractivas, serán aún más renuentes a otorgar créditos.

La cesación del estímulo es en sí misma contractiva. Y a medida que los precios de los inmuebles continúan cayendo, que el creci-miento del PBI vacila y el desempleo se em-pecina en mantenerse elevado (uno de cada seis estadounidenses que desean un trabajo a tiempo completo aún no puede obtenerlo), lo que hace falta es más estímulo y no austeri-dad -incluso para equilibrar el presupuesto-. El impulsor más importante del crecimiento del déficit es la baja recaudación fiscal debida a un pobre desempeño económico; el mejor remedio sería que EE UU vuelva al trabajo. El reciente acuerdo de la deuda es una jugada en la dirección equivocada.

Ha habido mucha preocupación sobre el contagio financiero entre Europa y EE UU. Después de todo, los errores de gestión finan-ciera estadounidense desempeñaron un papel importante en el desencadenamiento de los problemas europeos, y la agitación financiera europea no será buena para EE UU -especial-mente considerando la fragilidad del sistema bancario estadounidense y su continuo papel respecto de los poco transparentes CDS.

Pero el problema real surge de otro tipo de contagio: las malas ideas cruzan fácilmen-te las fronteras, y las nociones económicas equivocadas a ambos lados del Atlántico se han estado reforzando entre sí. Esto será tam-bién válido para el estancamiento que esas políticas conllevarán.

Joseph E. Stiglitz es profesor de la Uni-versidad de Columbia y premio Nobel de Economía.

Un contagio de malas ideasjOsePH sTIglITz /sIN PeRMIsO

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Las decisiones que toma el presidente Rafael Correa en relación a los yacimientos de petróleo ubicados en territorio indígena demuestran cada vez más la poca voluntad del gobierno ecuatoriano para respetar los lineamientos constitucionales que protegen los derechos de los pueblos y de la natura-leza.

Las decisiones de Correa incluso han generado una agria polémica dentro del propio equipo de gobierno. Por un lado, funcionarios de los ministerios de Justicia y de Ambiente que adelantaban gestiones desde el año 2008 para cumplir con las medidas cautelares dictadas por la Comi-sión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para la protección de los pueblos tagaeri, taromenane y kichwa de Sarayaku, y funcionarios de la Presidencia y del Mi-nisterio de Recursos No Renovables, que daban a conocer, a finales de junio, los nue-vos planes de licitación petrolera, echando por tierra el trabajo adelantado por Justicia y Ambiente.

La medida cautelar a favor de los tagae-ri y taromenane, emitida en el 2006, es una de las varias medidas de protección que ha emitido la CIDH para proteger la vida y el territorio de los diversos pueblos indígenas ecuatorianos y que están en contradicción con la política extractivista del gobierno.

Además, las nuevas políticas de explo-tación petrolera contradicen medidas ante-riores del propio presidente Correa, quien definió una política gubernamental de pro-tección a los pueblos no contactados o en aislamiento voluntario al crear en el 2008 el Plan de Remediación Ambiental y So-cial y el Plan de Medidas Cautelares. Estos planes buscaban implementar las mejores alternativas para cumplir con lo acordado entre el gobierno y la CIDH, en especial en lo relacionado con el respeto a los territo-rios en donde se ha evidenciado presencia de estos pueblos, exhortando a limitar la explotación de recursos petroleros y made-reros.

Campo Armadillo

El gobierno decidió convocar a lici-tación, el pasado 19 de junio, el denomi-nado “Campo Armadillo”, en la provincia amazónica de Orellana, que es catalogado como un “campo marginal”, es decir, cuya producción petrolera no es significativa y, aunque ayudará a la financiación del presu-puesto nacional, no constituirá un ingreso de alto impacto financiero.

Sin embargo, sí posee otro valor estra-

tégico, y es su cercanía al Parque Nacio-nal Yasuní, donde se encuentra el campo Ishpingo-Tambococha-Tiputini (ITT), que constituye la mayor reserva petrolera na-cional y que ha sido motivo de la campaña internacional que busca compensaciones para no explotar el petróleo y conservar la alta biodiversidad de esta zona, declarada además como intangible.

El Campo Armadillo, al estar cercano al Parque Yasuní, podría servir como in-fraestructura básica para la explotación del ITT y facilitaría la conexión de los oleoduc-tos necesarios para el transporte de crudo.

En el Campo Armadillo se han en-contrado evidencias de asentamientos y tránsito de los pueblos amazónicos tagaeri y taromenane que aún permanecen en ais-lamiento voluntario. Sin embargo, Correa se ha mostrado escéptico sobre la respon-sabilidad del Estado para proteger a estos pueblos, e incluso ha hecho comentarios desafortunados sobre sus derechos, como los formulados en mayo del 2010, en una de sus cadenas radiales de los sábados.

“Quieren que no se explote Armadillo porque se vio cerca a grupos no contacta-dos. Dios no quiera que veamos no contac-tados en Quito y tengamos que desalojar Quito”, dijo irónicamente el mandatario.

La convocatoria a licitación del Cam-po Armadillo constituye prácticamente una sentencia de muerte para los tagaeri y ta-romenane. En Ecuador no es novedad la desaparición de pueblos indígenas a causa de las actividades petroleras, pues ya en la década de los 80 desaparecieron los tetetes y sansahuaris, dos pueblos de la nororien-

tal provincia de Sucumbíos, que sufrieron el embate de las actividades de la petrolera estadunidense Texaco.

Para prevenir la desaparición de los tagaeri y taromenane, la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) decidió presentar el 29 de mar-zo pasado una demanda contra Correa por “genocidio”, aduciendo que su política ex-tractivista provocará la muerte de los pue-blos no contactados. La demanda presenta-da en un juzgado de la capital ecuatoriana fue desechada aduciendo que no había se-ñales de que el gobierno esté interviniendo en el Campo Armadillo. Sin embargo, la convocatoria a la licitación actual de Arma-dillo actualiza esta demanda que ahora ya se encuentra en la CIDH, a la espera de un informe de admisibilidad.

Mientras tanto, el proyecto de compen-sación por dejar bajo tierra el petróleo del ITT ha encontrado más obstáculos que los esperados y las negociaciones con los países que habían mostrado su deseo de cooperar en la consolidación de una canasta de do-nantes parecen ir definitivamente al fracaso a consecuencia de la propia ambigüedad del gobierno en su política de defensa de los derechos de la naturaleza. Esto ha lleva-do al gobierno a pensar ya en la explotación de este campo, para lo cual ha adelantado la implementación de campamentos base y está negociando con autoridades locales la adhesión al proyecto. Por lo pronto, Correa anunció que, de no tener las compensacio-nes requeridas a fines del 2011, se podría iniciar la explotación de al menos una parte del campo ITT.

Ecuador: Nueva política petrolera amenaza a pueblos amazónicos

luIs áNgel sAAvedRA/NOTICIAs AlIAdAs

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Sarayaku vuelve a la CIDH

La CIDH también ha emitido medidas de protección que benefician al pueblo ki-chwa de Sarayaku, de Pastaza, en la Ama-zonia sur del país, quienes se resistieron al ingreso de la petrolera argentina Compañía General de Combustibles (CGC).

En 1996, el Estado ecuatoriano con-cesionó territorios de Sarayaku a CGC. La empresa inició un proceso de prospección sísmica con la detonación de pentolita. Más de 1,500 kg de este explosivo aún no han podido ser desactivados porque ni el Esta-do ni la empresa han facilitado los recursos financieros para estas actividades.

La oposición de la comunidad Sara-yaku y las medidas cautelares dictadas por la CIDH obligaron al Estado ecuatoriano, a mediados del 2007, a cancelar la concesión; sin embargo, el año pasado el gobierno re-definió los bloques petroleros y de nuevo incluyó territorios de este pueblo indígena para futuras convocatorias para explotación petrolera.

La decisión del gobierno reactivó la amenaza contra este pueblo, que nueva-mente ha acudido ante la CIDH, la cual re-cibió a sus representantes el 6 de julio en audiencia general.

Los líderes indígenas relataron ante la CIDH cómo la lucha contra la petrolera impidió que entre el 2002 y 2006 pudieran cultivar y realizar sus festividades tradicio-nales, por haberse dedicado a vigilar que la CGS no siga con las actividades de pros-pección petrolera.

“Dejamos de cazar, dejamos de culti-var, dejamos de trabajar y pasamos hambre para proteger el territorio”, aseguró la líder indígena Patricia Gualinga.

Sin embargo, la parte más fuerte de la intervención de los indígenas de Sarayaku fue cuando su líder espiritual, Sabino Gua-linga, de 90 años, aseguró que con las de-tonaciones de la pentolita realizadas por la CGC para la prospección símica murieron árboles sagrados y desapareció la mitad de los seres espirituales de la selva.

“Pasamos mucha tristeza y desgracia. En la selva viven seres ancestrales, los amos de la selva, y es una calamidad que desaparezcan, porque aparecerán enferme-dades”, afirmó Sabino Gualinga en su len-gua natal, el kichwa.

Por su parte, el representante del go-bierno nacional hizo una débil exposición de los avances realizados para proteger a Sarayaku y no pudo explicar la nueva po-lítica petrolera. La defensa del gobierno se basó en el testimonio de un indígena evan-gélico que afirmaba su complacencia por los adelantos dados por el gobierno y la ne-cesidad del desarrollo.

Ahora la CIDH deberá decidir qué me-didas se deben implementar para proteger a este pueblo indígena. —Noticias Aliadas.

luIs áNgel sAAvedRA/NOTICIAs AlIAdAs De escépticos a cínicoseMIR sAdeR

El escepticismo parece un buen refugio en tiempos en que ya se decretó el fin de las utopías, el fin del socialismo e incluso el fin de la historia. Es más cómodo decir que no se cree en nada, que todo es igual, que nada merece la pena. El socialismo habría devenido en tiranía, la política en corrupción, los ideales en intereses. La naturaleza humana sería esencialmente mala: egoísta, violenta, propensa a la corrupción.

En ese escenario, solo restaría no creer en nada, por lo que es indispensable descalificar todo, adherir a cambalache: nada es mejor, todo es igual. Ejercer el escepticismo significa tratar de afirmar que ninguna alternativa es posible, ninguna tiene credibilidad. Unas son pésimas, otras imposibles. Algunos medios, como ya fue dicho, son máquinas de destruir reputaciones. Porque si alguien es respetable, si alguna alternativa demuestra que puede con-quistar apoyos y protagonizar procesos de mejoría efectiva de la realidad, el escepticismo no se justificaría.

En realidad el escepticismo se revela, rápidamente, en la realidad, ser un cinismo, tanto el uno como el otro, una justificación para la inercia, para dejar que todo continúe como está. Aún más que el escepticismo-cinismo está al servicio de los poderes dominantes, que acos-tumbran emplear esos otavinhos (1) dándoles espacio y empleo.

Su discurso es que el mundo está cada vez peor, al borde de la catástrofe ecológica -todo se desmorona- y otros cataclismos. Promueven esa visión pesimista, incitan al escepticismo y a sumarse a la inercia, que permite que los poderosos sigan dominando, los explotadores sigan explotando, los engañadores –como ellos– sigan engañando.

Por más que digan que todo está peor, que el siglo pasado fue un horror –como si el mun-do estuviera mejor en el siglo XIX-, que nada merece la pena, no pueden analizar la realidad en concreto. Para no ir más lejos, basta contemplar América Latina, tema sobre el cual la ignorancia de esa gente es especialmente acentuada. Imposible no considerar que el siglo XX fue el más importante de su historia, el primero en que la región comenzó a ser protagonista de su historia. De economías agro exportadoras, se avanzó a economías industrializadas en varios países, a la urbanización, a la construcción de sistemas públicos de educación y de salud, al desarrollo del movimiento obrero y de los derechos de los trabajadores.

Pero bastaría concentrarnos en el periodo reciente, en el mundo actual, para darnos cuen-ta de que las sociedades latinoamericanas –el continente más desigual del mundo– o por lo menos la mayoría de ellas, avanzaron mucho en la superación de las desigualdades y de la mi-seria. Aún más en contraste con los países del centro del capitalismo, referencia central para los escéptico-cínicos, que giran en falso en torno a políticas que América Latina ya superó.

Las poblaciones de Venezuela, Bolivia, Ecuador, están viviendo mejor que antes de los gobiernos de Hugo Chávez, Evo Morales y Rafael Correa. La Argentina de los Kirchner está mejor que la de Menem. El Brasil de Lula y de Dilma está mejor que el de Fernando Henrique Cardoso.

Pero el escepticismo-cinismo desconoce la realidad concreta, no conoce la historia. Es pura ideología, estado de ánimo, que da cabida a los poderosos, partido que escogieron, al optar por dejar el mundo como está. Trata de difundir sentimientos de angustia frente a los problemas del mundo, pero es solo un cebo para transmitir mejor su compromiso para que el mundo no cambie, continúe igual. Incluso porque la vida está bien buena para ellos que comen de la mano de los ricos y poderosos.

Ser optimista no es desconocer los graves problemas de todo orden que vive el mundo, no porque la naturaleza humana sea mala por esencia, sino porque vivimos en un sistema centrado en el lucro y no en las necesidades humanas: el capitalismo, en su fase neoliberal. Desconocer las raíces históricas de los problemas, no comprender que es un sistema construi-do históricamente y que, por lo tanto, puede ser desconstruido, que tuvo un comienzo, tiene un punto medio y puede tener un final. Que la historia humana es siempre un proceso abierto a alternativas y que triunfan aquellas que logran superar ese escepticismo-cinismo que lleva agua a su molino para dejar todo como está, apuntando a la acción consciente, organizada, solidaria de los hombres y mujeres concretamente existentes.

(1) (NDLT) En Brasil, personajes típicos del neoliberalismo, que promueven el desencanto de la izquierda para intentar imponer la idea del tango Cambalache: Nada es mejor, todo es igual.

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Un nuevo ciclo de luchas sociales contra la globalización neoli-beral se ha abierto en Europa. Islandia, Grecia y España son su epi-centro. El rechazo a las políticas de ajuste y estabilización, al trabajo precario, a las políticas de exclusión social y el reconocimiento de nuevas formas de ciudadanía y de democracia participativa están en el corazón de las movilizaciones.

Las masivas protestas en estos tres países resisten a un modelo laboral basado en la combinación de trabajo informal, trabajo ilegal y migración. Un modelo que aspira parecerse a China y que opera con una mecánica sencilla: reducir los costos de producción sobre la base de la expansión de la economía informal y la desregulación laboral, utilizando para ello la mano de obra inmigrante.

Las movilizaciones en estas naciones son expresión del grado de ruptura de la universalidad de la ciudadanía promovidas por la deses-tructuración de los mercados de trabajo y la expoliación de derechos. Son, también, un indicador del profundo deterioro que viven las me-trópolis en sus políticas, tanto en el control de los flujos migratorios como en la integración de los migrantes.

El descontento popular ha hecho erupción. En un continente en crisis, en el que los gobiernos supranacionales y los organismos fi-nancieros multilaterales se empeñan en recetar la amarga medicina de políticas de ajuste y estabilización para salvar a los bancos, los ciudadanos han tomado las plazas públicas y las calles para externar su malestar.

Su enojo es una ira diferente a la tradicional oposición al poder de corte programático y razonado de los movimientos socialistas históricos; distinta a la resistencia (con frecuencia violenta) de los movimientos de liberación nacional contra las potencias coloniales. Es otra cosa: la explosión de furia de los de abajo, sin una propuesta política previa de transformación social o una ideología que justifique su acción. Es la cólera nacida del malestar, del desagrado, la indig-nación, la incomodidad, la frustración, el despojo y el maltrato de los poderosos. Es un profundo sentimiento de contrariedad que al exte-riorizarse está cambiado el mapa político.

A través de la rabia (y de la fiesta) el nuevo actor de los indig-nados se ha descubierto y definido a sí mismo. Su indignación tiene contenidos antiautoritarios y anticapitalistas; rechaza la represen-tación política formal. Su ira es, indudablemente, una lucha por la dignidad entendida como el rechazo a aceptar la humillación y la deshumanización; como la negativa a conformarse con un futuro de precariedad laboral y la falta de futuro; como la no aceptación del trato basado en los rangos, las preferencias y las distinciones, como la exigencia de no ser juzgado por cualquiera.

Aunque en cada país las causas que la explican son únicas, he-mos entrado de lleno en la era de la indignación y el tumulto. Sin embargo, el hecho de que estas erupciones se produzcan ahora en la Europa desarrollada y no sólo en el norte de África o en los países po-bres, nos indica que estamos ante una nueva subjetividad política del radicalismo plebeyo, y que hay en ellas elementos que les son comu-nes. La expropiación de los modos de vida y lo común, la generación de otras opciones de vida alternativas, el desarrollo de la cooperación y la resistencia, y la pretensión de imponer la disciplina clasista han creado un coctel social explosivo. La revuelta de los indignados tiene una serie de elementos que forman un sustrato común a varios países. Primero, la creciente precarización y polarización social que el mode-lo neoliberal creó en todo el mundo. Desmanteló redes de protección social, adelgazó los sectores medios y fabricó una nueva camada de ricos inmensamente ricos. Segundo, la cancelación de un horizonte de bienestar o de ascenso social para muchos jóvenes; ellos son los nuevos desposeídos. Tercero, el divorcio creciente de los políticos profesionales y la democracia representativa con respecto a amplias

franjas de la población. Cuarto, las migraciones desde las antiguas colonias a las metrópolis, que ha creado una clase de trabajadores no ciudadanos. Quinto, la emergencia de lo plebeyo en defensa de lo común. Sexto, la autoorganización en forma de red de los nuevos sujetos que expresan su cólera, facilitada por los teléfonos móviles e internet. Séptimo, la ocupación de las plazas públicas de manera regular y por largos períodos de tiempo. Octavo, la resistencia civil pacífica como elemento central de lucha.

Los Aganaktismeni, la revolución silenciada y la spanish revo-lution

En 2008, jóvenes griegos de entre trece y dieciséis años de edad tomaron las calles y las comisarías de policía para expresar su ira por el asesinato a manos de la policía de un muchacho de su edad. De aquellos que, como escribió Eugenia Apostolou, “vieron en el homi-cidio de Alexis (un muchacho asesinado por la policía) sus horizontes ultimados”.

Desde entonces, los brotes de indignación han emergido una y otra vez. En su último episodio, los Aganaktismeni o indignados he-lenos de la Plaza de Syntagma, pusieron al país de cabeza. A lo largo de varias semanas de mediados de 2011, se reunieron en Atenas cada noche a partir de las 9, en una Asamblea popular de miles de personas y decenas de oradores. Allí debatieron los grandes problemas de la nación. Cuando fue necesario, bloquearon el Parlamento, pararon la producción y ocuparon las calles. En unos cuantos meses realizaron quince huelgas generales en rechazo al pago de la deuda pública y las medidas de austeridad impulsadas por la Unión Europea y el gobier-no griego.

En estas movilizaciones la voz de la calle habló con energía y firmeza. Las consignas de los Aganaktismeni han sido directas: “¡No debemos nada, no vendemos nada, no pagamos nada –dicen unos. “¡No vendemos ni nos vendemos!” –exclaman otros. “¡Que se va-yan todos: memorando, Troika, gobierno y deuda!” –advierten varios más. “¡Nos quedamos hasta que se vayan!” –aseguran todos. Sin em-bargo, a pesar de la magnitud de las protestas, las medidas de austeri-dad fueron aprobadas por el Parlamento.

Otra es la historia de Islandia, la democracia más antigua del mundo. En 2006 esta isla tenía una renta per capita superior a Esta-dos Unidos o Reino Unido. En 2007 Naciones Unidas la nombró el

El 15M: la hora del despertarluIs HeRNáNdez NAvARRO

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“mejor país del mundo para vivir”. En octubre de 2008 la crisis hizo añicos ahorros, pensiones y sueños de la población. El país cayó en bancarrota.

La gente salió a la calle y, pacíficamente, derrocó al gobierno. En referéndum, con un noventa y tres por ciento de los votos, acordó no pagar su deuda. Los grandes bancos fueron nacionalizados. Polí-ticos y financieros responsables del atraco a la nación están sujetos a procesos penales. Hartos de los políticos, los islandeses eligieron un “consejo de justos”, en el que los ciudadanos propondrán la nueva Constitución, debatida en asambleas populares. En lugar de delegar el trabajo en un grupo selecto de elegidos, la responsabilidad de su hechura recae en el conjunto de la población. Los convencionistas reciben sugerencias e ideas a través de redes sociales. A los partidos políticos se les despojó de su autoridad y apoyo. Simultáneamente, han tomado medidas de protección para su producción interna y han establecido una política energética que mantiene la electricidad a pre-cios relativamente bajos.

No siempre fueron así las cosas. Cuando el primer fin de semana de octubre de 2008, el músico Hordur Torfason, iniciador de la pro-testa, se plantó frente al Parlamento de esa república nórdica con una cacerola y cincuenta compañeros, sus compatriotas quedaron perple-jos. Enarbolaban tres demandas centrales: la dimisión del gobierno, la reforma constitucional y limpiar cargos en el banco central. Casi cuatro meses después, el 24 de enero, la plaza estaba llena con 7 mil personas (la población de la isla es de 320 mil almas) gritando “¡Go-bierno incompetente!” Dos días después, el gobierno dimitió.

Pero la experiencia islandesa ha sido silenciada por los grandes medios de comunicación en el mundo. La rebeldía de sus habitantes parece no existir para el gran público, aunque los indignados de Gre-cia y España la reivindiquen.

El aire vikingo se respira en las plazas españolas. Los indignados hispanos cantan en sus concentraciones que quieren ser como la re-

pública nórdica rebelde. En Palma de Mallorca, la efigie de Jaime I, el conquistador, cabalga pétreamente con un banderón islandés en la mano. La plaza fue rebautizada en honor de la patria vikinga. En la Puerta del Sol, en Madrid, la multitud corea en sus movilizaciones: “España en pie una Islandia es”, o “De mayor quiero ser islandés.”

Según el islandés Hordur Torfason, “la sensación que me da es que en España el espíritu de descontento y hartazgo con la clase po-lítica es exactamente el mismo que hubo aquí. No confiábamos en los sindicatos, tampoco en el gobierno ni en los políticos porque esa gente simplemente no hizo su trabajo”.

Pero, también, el fresco viento de la indignación española sopla por otros estados de Europa. Según Yorgos Mitralias, fundador del Comité Griego contra la Deuda, “la lengua más utilizada en la Plaza Syntagma, en todo el movimiento de los indignados griegos, es el castellano”.

Radiografía españolaEl movimiento de indignados 15M es un movimiento ciudada-

no, espontáneo, sociopolítico, apartidista, pacífico, horizontal, demo-crático, formado esencialmente por jóvenes, que nació el pasado 15 de mayo. Toma sus decisiones en asambleas masivas que funcionan sobre la base de la deliberación y el consenso. Tiene su cuna en la Puerta de Sol. Su lema: “No somos marionetas en manos de políticos y banqueros”, resume su crítica simultánea y sin concesiones a la cla-se política en su conjunto y a los poderes económicos y financieros.

Los indignados españoles responden a las consecuencias sociales de la crisis económica con la precariedad laboral y desempleo masi-vo, y a la falta de representación ciudadana efectiva del sistema de partidos.

En sus inicios, el 15M levantó una plataforma para eliminar los privilegios de la clase política, contra el desempleo, por el derecho a la vivienda, a favor de servicios públicos de calidad. Exigió el control de las entidades bancarias con medidas como la prohibición de cual-

luIs HeRNáNdez NAvARRO

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quier tipo de rescate o inyección de capital a entidades bancarias, así como la prohibición de inversión de bancos en paraísos fiscales. De-mandó el aumento del tipo impositivo a la grandes fortunas y entida-des bancarias. Reivindicó libertades ciudadanas plenas y democracia participativa. Se opuso al control de internet. Señaló la necesidad de reducir el gasto militar.

La emergencia del movimiento y su propuesta de acción reflejan la creciente erosión de las redes de protección social. A pesar de que España es uno de los países más ricos del mundo, una vez que la crisis pinchó la burbuja inmobiliaria que alimentaba su economía, el espejismo de la riqueza comenzó a desvanecerse y sus problemas estructurales emergieron dramáticamente. Comparada con sus socios europeos, el reino hispano no es un Estado de bienestar. Por el con-trario, es una nación socialmente desigual. Sus ricos casi no pagan impuestos y los grandes directivos de sus empresas son los mejor remunerados de Europa. Sin embargo, es el segundo país de los pri-meros quince que integraron la Unión Europea (UE15) con mayor desigualdad económica, inmediatamente después de Portugal. Su tasa de pobreza relativa es también una de las mayores de la UE15: 20.8% en 2010; un 2.7% más que el año anterior.

El salario mínimo anual es uno de los más bajos de Europa: 21 mil 500 euros, la mitad que en Alemania, Holanda o Reino Unido. Pero, además, el salario medio real tiende a decrecer. Es, además, el país europeo con más desempleo: un 22.2% del PIB, el doble de la media continental. Es líder en precariedad y tercer lugar europeo en economía sumergida.

Más de la mitad de los jóvenes entre dieciocho y treinta y cua-tro años vive con sus padres. El año pasado, uno de cada diez tuvo que regresar a vivir a casa de sus progenitores. El desempleo juve-nil es superior al cuarenta por ciento. Es el país del primer mundo con mayor porcentaje de universitarios que laboran en empleos por debajo de su preparación. El cuarenta y cuatro por ciento estaba so-brecalificado. La movilidad social está estancada. El 1 de septiembre de 2010, el presidente Zapatero explicó sus prioridades respecto a la crisis: “Estamos abordando las reformas que más preocupan a los inversores internacionales.”

Margaret Thatcher, la musa del neoliberalismo, decía que “no hay tal cosa como la sociedad”. La revolución en Islandia, los Aga-naktismeni y el 15M muestran cuán equivocada estaba. Sus levanta-mientos anuncian que la hora de despertar de los pueblos de Europa para enfrentar la crisis y el fin del Estado social parece haber llegado. No es un despertar que guste a los partidos políticos tradicionales, enganchados como están al Consenso de Washington e incapaces de comprender sus reivindicaciones de democracia directa. Tampoco a intelectuales como Fernando Savater (ese Julio Iglesias de la filoso-fía), quien declaró que el movimiento le sirvió “para medir el nivel de estupidez y cinismo de muchos”. Pero, al igual que las revoluciones de mediados del siglo XIX en el continente, es un despertar que anti-cipa la formación de un sujeto como vocación emancipadora.

Dos varones paradigmáticos confluyen en España: el Papa y el Rey. Monarcas, excelsos, esplendentes, faroleros. Hay gente más poderosa, cierto. Obama no, porque ese no manda ni en su casa. Cameron tampoco. Los que mandan de verdad se vislumbran apenas tras los hilos que decretan que tal o cual país debe ser des-truido. Esos invisibles son parte de lo que Jean-Paul Sartre llamó lo «práctico-inerte», es decir, aquello que se hace sin necesidad de pensamiento. C'est la vie, dicen aquellos franceses que son resig-nados.

Pero centellean, la policía atropella en su nombre por aquellas calles. Tan poderosos son que tienen a un gentío indignado. Nadie protesta contra la debilidad, nadie humilla la humildad. Mientras más gente los proteste es porque más poder tienen. Ni modo que se proteste contra la sumisión.

¿Cómo se define a ese hombre paradigmático? Fácil: aparte de varón, es maduro, blanco, europeo o gringo. Hay concesiones ultramarinas, como nuestros oligarcas, siempre subalternos, que cuidan el oro al Imperio, por ejemplo. Algunos no son oligarcas sino como Julio Montoya, porque no conozco a nadie Montoya que sea oligarca.

A la mujer se la tolera porque engendra paradigmáticos y por-que les cachifea. La que se amotina merece desde una paliza hasta la muerte. ¿Y María Corina? Táctica, como Sarah Palin. Y, sí, un proceso lento de diversificación de la unidad paradigmática. Muy lento. Mira las directivas de las grandes empresas y hallarás pocas mujeres. No las dejan dar misa.

¿A qué fue el Papa a España? A marcar territorio. A puer-ta cerrada seguramente hablaría de negocios, de poder, pues sabe de eso: fue hitleriano, inquisidor, protector de una banda delictiva llamada Legión de Cristo. Y también hará ideología para una po-blación ya adoctrinada. No creo que gane muchos adeptos que se bauticen después de grandes. Ciertamente España necesitaba una visita papal que reafirmase el dominio ideológico. Pero no está lo-grando mucho porque los indignados ahora ya no solo se encres-pan por el capitalismo y sus viscosidades, ahora también rabian por la pontificia y carísima visita mientras ellos andan pelando.

No sé si el capitalismo se va a acabar pronto, pero sí sé que no le está yendo muy bien, empezando por Venezuela.

España: Aparta demí ese Papa

ROBeRTO HeRNáNdez MONTOyA

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España: Aparta demí ese Papa

La confirmación, por conducto de The New York Times, de que grupos de tarea del Pentágono, de la Agencia Central de Inteli-gencia (CIA) y de otras dependencias del área de seguridad estadu-nidense –junto con mercenarios subcontratados bajo el disfraz de “contratistas privados”– operan directamente en territorio nacional al margen de la Constitución Política Mexicana ha convertido al país en la república bananera más grande de Centroamérica.

Según la versión del 7 de agosto en el rotativo neoyorquino, un equipo de 24 agentes de la CIA, la DEA y militares “jubilados” del Comando Norte del Pentágono estarían dirigiendo labores de inteligencia (y de espionaje político sobre determinados objetivos, incluidas las misiones diplomáticas acreditadas en México) desde un “centro de fusión” binacional instalado en una base militar en la región norte del país, que el diario no identificó, pero que podría estar ubicada en la sede del 22 batallón de infantería de la séptima zona militar en Escobedo, Nuevo León.

Similar a los que Estados Unidos instaló en Colombia, Afga-nistán e Irak para vigilar y atacar a grupos insurgentes, el nuevo puesto de inteligencia –que se suma a tres similares ubicados en Reforma 265 (Distrito Federal), Tijuana y Ciudad Juárez– opera con tecnología de punta que permite interceptar comunicaciones confidenciales y codificadas, bajo estricto control de personal esta-dunidense. La información complementará la que recaban por todo el territorio nacional un millar y medio de agentes estadunidenses, y la suministrada por aviones espías no tripulados (drones) que sobrevuelan el espacio aéreo mexicano.

El reportaje destacaba, además, que Washington planea inser-tar un equipo de “contratistas privados” de seguridad estaduniden-ses (ex agentes de la CIA, la DEA y de las fuerzas especiales del Pentágono) para que brinden “capacitación” dentro de una unidad policiaca antinarcóticos mexicana especializada, no identificada.

La subcontratación de los llamados “perros de guerra” por el Pentágono y el Departamento de Estado, para que realicen tareas de espionaje y otras propias de la guerra sucia, comenzó en México antes de la firma de la carta de intención secreta (septiembre de 2007) que oficializó la Iniciativa Mérida.

Como se reveló en febrero de ese año, la empresa Verint Tech-nology Inc instaló un sofisticado centro de intercepción de comu-nicaciones en la sede de la Subprocuraduría de Investigación Espe-cializada en Delincuencia Organizada (SIEDO). Después se supo que la empresa SY Coleman Corporation, con sede en Arlington, Virginia, estaba reclutando mercenarios para ocupar puestos de vi-gilancia aérea en Veracruz, para proteger instalaciones de Pemex. Ambas informaciones fueron puestas bajo reserva por razones de seguridad nacional. Con posterioridad, diversas informaciones dieron cuenta de la presencia en México de la firma Blackwater (o Xe Services), una de las favoritas del Pentágono para la mercena-rización de conflictos.

El 17 de agosto, en Ciudad Juárez, William Brownsfield, se-cretario asistente para la Oficina de Narcóticos y Procuraduría de Justicia Internacional de Estados Unidos, declaró que su gobierno capacitará y equipará policías municipales, estatales y federales mexicanos, dentro de la “nueva estrategia” de la Iniciativa Mérida. Según Brownfield, los policías mexicanos serán entrenados en el territorio nacional por agentes del condado Webb, en Texas.

La “nueva etapa” de la Iniciativa Mérida coincidirá con la lle-gada al país del embajador estadunidense Earl Anthony Wayne. El relevista de Carlos Pascual es un diplomático de carrera pragmáti-co, experto en terrorismo, contrainsurgencia y energía. Su misión más reciente fue en Kabul, Afganistán, país al que la comunidad de inteligencia y el Pentágono en Washington identificaron en enero-febrero de 2009, junto con México, como un Estado fallido a punto

de colapsar, situación que “justificaba” la intervención militar es-tadunidense.

En mayo siguiente, en Washington DC, generales del Pentágo-no revelaron a un grupo de empresarios y líderes políticos de Flori-da que soldados del Grupo Séptimo de Fuerzas Especiales (boinas verdes) venían actuando en México desde 2006, bajo la cobertura de misiones antinarcóticos.

Wayne se apoyará en el segundo hombre de la embajada, John Feeley, el ex marine que sobrevivió al affaire Calderón-Pascual, pese a haber sido exhibido por las filtraciones de Wikileaks publi-cadas en La Jornada. Otra pieza clave en la “transición” será el ex militar Keith W. Mines, quien estuvo en Irak y fungió luego como director de la Sección Antinarcóticos de la misión diplomática en México.

Mines monitoreará la Academia Nacional de Formación y Desarrollo Policial Puebla-Iniciativa Mérida, que se construye en Amozoc, y que ha sido publicitada como “la primera del mundo en su tipo”. Según Ardelio Vargas Fosado, actual secretario de seguri-dad pública en Puebla y viejo amigo de Washington, la “academia” alojará al consejo de coordinación regional de las policías munici-pales y estatales, y servirá para el intercambio de información po-licial preventiva, reactiva y proactiva. ¿Será la sede antinarcóticos a la que llegarán los mercenarios que, según The New York Times, “capacitarán” a policías mexicanos?

En el contexto de la Iniciativa Mérida, los “asesores de inte-ligencia” estadunidenses recolectan información estratégica en tiempo real, guían y participan de manera encubierta en operacio-nes tácticas, entrenan a oficiales locales en áreas de análisis, inte-rrogatorio e inteligencia técnica. Debido a la asimetría de poder que existe en la “colaboración bilateral” en materia de seguridad entre Estados Unidos y México, sumada a la debilidad institucional mexicana y al acendrado cipayismo de Felipe Calderón, la situa-ción derivará en lo que ya John Saxe-Fernández advirtió en estas páginas, a saber, “la transición de nación soberana a protectorado bajo la Homeland Security”.

México: La intervención vaCARlOs fAzIO

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Según la leyenda, Sartre escribió las 776 páginas de El ser y la nada en un café. Una de las imágenes mas celebradas en la historia de la filosofía es su descripción fe-nomenológica del garzón del café Les Deux Magots en Saint-Germain-Despres, para ejemplificar el concepto de “mala fe”. Por pura curiosidad uno podría preguntarse ¿En-tonces… cuantas de las ideas que allí hay deberíamos agradecérselas a la cafeína? No, en serio. La pregunta no es banal. ⎮*

Hay una larga historia de la complicidad entre las casas de café y la creación intelec-tual. Algunos historiadores, por ejemplo, han mostrado como los espacios sociales en que se acostumbraba a beberlo han estado íntimamente conectados con la construcción de los conceptos de esfera pública, identidad religiosa o nacional, estatus, conveniencia, ceremonia, asociación y subversión entre otros.

Incluso han sugerido que el descubri-miento de William Harvey del sistema cir-culatorio que inicio la medicina moderna se debe, en gran medida, a su adicción al café.

La gran diferencia entre las casas de café y el bar es que el café estimula el cuerpo mientras mantiene la mente —a diferencia del alcohol que obnubila el pensamiento—. Los intelectuales podían tener largas discu-siones en esos sitios de reunión en lugar de borracheras con balbuceos incoherentes. En Europa muchas de ellas sirvieron de centros intelectuales y artísticos.

Más de un historiador ha argumentado que fue en el Café Foy de Paris en donde Camille Desmoulins planificó el 13 de Ju-lio de 1789 el asalto a la Bastilla. Los cafés Les Deux Magots y Café de Flore”en Saint- Germain-Des-Pres, desde comienzos del si-glo XX, fueron los lugares de discusión de Apollinaire, Andre Bretón, Louis Aragón, Bataille y Picasso, entre tantos otros.

En la década de los 50s y 60 fueron fa-mosas las cafeterías de San Francisco y Nue-

va York, especialmente las de Greenwich Village, que atrajeron a activistas políticos y sociales y a la generación de poetas beat de la que salieron Allen Ginsberg y Bob Dylan.

Entre muchas otras cosas el café se ha considerado una droga que ayuda a estar des-pierto, una medicina que previene la fatiga, los disturbios digestivos y otras enfermeda-des y un estimulante de la fuerza laboral, de la claridad mental y la creatividad. La cafeí-na se clasifica como alcaloide y hasta el día de hoy, a pesar de ser una de las drogas mas estudiadas, no se tiene una completa com-prensión de su naturaleza. Su lado medicinal va unido, como cualquier otro alcaloide, a su lado venenoso que se desarrollo, probable-mente, como un mecanismo defensivo para protegerse de las bacterias y hongos.

En ocasiones ha sido considerado una droga subversiva, no por creer que fuera un intoxicante, sino por el libre pensamien-to que se practicaba en las casas de café en donde se bebía. En otras ocasiones fue pues-to fuera de la ley por la realeza monárquica preocupada por el impacto que producía en el balance del intercambio comercial. Pero, raramente ha sido considerado una droga ilí-cita y, a pesar que su atracción inicial en Eu-ropa fue vista con sospecha, hoy ha conquis-tado un lugar prominente como droga social en el mundo contemporáneo. ¿A quien no le ayuda a moldear el día?

Es lo primero que encontramos en la mañana antes de iniciar las faenas cuotidia-nas y lo volvemos a reencontrar en las con-versaciones del mediodía. Esto no significa, sin embargo, que este libre de contradiccio-nes y que no haya tenido a través del tiem-po una relacion inestable con los humanos. Como estimulante y mercancía el café fue el producto apropiado para el surgimiento y prosperidad del capitalismo, pero a costa del sufrimiento y sudor de los esclavos de las plantaciones que transformaron al café en una bebida de masas y el beneficio de su

exportación ha mantenido la dependencia y el neocolonialismo en los continentes del sur hasta hoy.

Los países productores han permaneci-do como países rurales con altos índices de analfabetismo y pobreza, en tanto que los países urbanos con una clase de intelectua-les consumidores de café introdujeron al mundo a la Edad del Iluminismo.

Steven Topik, uno de los historiadores del café, dice que hay una variedad de es-pecies, a lo menos nueve, conocidas como café. Pero, es solo coffea arábica y coffea canéfora las que conquistaron el siglo XX. Según los conocedores Coffea arábica tiene su origen en Etiopia en donde era una be-bida sagrada usada por los indígenas en las ceremonias en honor al dios Waqa.

Las leyendas abundan acerca de su ori-gen y todas ellas enfatizan su capacidad far-macológica para liberar adrenalina. El lugar más citado en su difusión es la secta mística sufi Shadhili en Yemen. cuyos miembros bebían el café como parte de sus rituales devocionales para producir visiones que ga-ranticen el acceso a la divinidad.

El objetivo inicial de los bebedores de café fue el de trascender el mundo material y encontrar la paz y dicha espiritual a di-ferencia del análisis racional individualis-ta que posteriormente encontramos en los consumidores de café.

En los últimos 500 años el cultivo, co-mercialización y consumo de coffea arabica ha jugado un papel importante en la trans-formación de la economía mundial desde el instante en que, de una rara bebida lujosa e innecesaria, se transforma en el estimulan-te de la vida diaria. El mejoramiento en la transportación y las técnicas de refinación ayudaron a su popularidad. Mega compa-ñías como Starbucks han expandido su con-sumo internacionalmente y por primera vez empieza a transformarse en la bebida de la juventud y a integrarse en la cultura infor-

NIeves y MIRó fueNzAlIdA*

¿Café?Sí, por favor

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/Septiembre de 2011NIeves y MIRó fueNzAlIdA*

mática en donde el cíber café opera como centro.

Java, el nombre de uno de los progra-mas de computación mas populares, debe su nombre al hecho de que quienes desarrolla-ron su “code” consumieron litros y litros de café mientras lo diseñaban.

Uno muy bien podría decir que hoy ya no es solo una mercancía, como tampoco el centro de la protesta y subversión, sino, más bien, un símbolo social. Desde su origen como agente místico y contemplación espi-ritual, se transforma en signo aristocrático, mercancía colonial, bebida contracultural, beneficio corporativo y, finalmente, en estilo de vida.

La diferencia del café con los otros in-toxicantes es que funciona como estimu-lante y, en general, su uso no perturba la vida diaria como el alcohol, sino que, por el contrario, ayuda a energizar la vida mo-derna y, mas importante, su circulación sirve bastante bien a la economía mundial y a los actuales beneficiarios de la prosperidad ca-pitalista. En un mundo de rápida y continua actividad que no respeta el ritmo biológico el café juega un papel importante en adaptar nuestros cuerpos a las exigencias de la eco-nomía global.

Los psicodélicos, en cambio, son drogas malditas para el actual sistema económico y hay que declararles la guerra porque la expe-riencia que proporcionan, al estar contenida solamente en el ambito de la propia per-cepción, no motiva al sujeto a trabajar ni a gastar. El objeto de la experiencia sicodélica se encuentra en el propio cuerpo, en objetos que ya poseemos o en objetos que se en-cuentran al alcance de la propia percepción ¿No es esto lo opuesto del consumerismo, de la búsqueda constante de objetos que nunca terminan de satisfacernos?

Desde el mismo comienzo de la historia humana ha existido el dialogo entre la con-ciencia y los estimulantes y alucinogenicos que se encuentran en las plantas. Callampas, amapolas, ayahuasca, salvia, marihuana o café, según las investigaciones etnologicas, fueron, entre otras hierbas, las que estuvie-ron presentes en el origen de la religión y los estados místicos y, tal vez, de la misma conciencia.

Terence Mckenna, el sumo sacerdote del movimiento psicodélico, una vez preguntó si se niega el dialogo entre la conciencia y las plantas entheogenicas ¿cómo podríamos ex-plicar, entonces, la existencia de receptores enteogenicos en nuestro cerebro?... La arti-culación entre plantas, fenómenos religiosos y conciencia es enigmática y compleja, para decir lo menos, y lo curioso es que abarca todas las regiones del mundo.

¿No seria bastante irónico descubrir que, después de todo, el origen de la conciencia no es tanto un problema metafísico, sino me-tabólico?

Bueno… ¿Otro café?

Un fantasma recorre el mundo: la indignación. Anuncia una enorme oleada revolu-cionaria que podría liberar por igual países hegemónicos y periféricos. Los primeros están en bancarrota por la crisis, enfrascados en incosteables aventuras armamentistas, enfren-tados al agotamiento de los recursos que dilapidan. Los segundos padecen la escasez de alimentos, la devastación de la naturaleza, la explotación neocolonial.

DosPero la acumulación de condiciones objetivas sólo se convierte en revolución cuando

la suma de cambios cuantitativos dispara la transformación cualitativa ¿Cómo se dio ese salto históricamente? En la Revolución Inglesa de 1645 y la Francesa de 1789 y la Bolche-vique de 1917, a la bancarrota del Estado precipitada por aventuras guerreristas siguieron sublevaciones populares detonadas por la extrema penuria. Observemos hoy a los poderes hegemónicos y sus aliados. Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Alemania, Japón, España, Portugal, Grecia, Italia, Islandia colapsan bajo el peso de deudas públicas cercanas o supe-riores al 100% de su PIB anual. Tales cargas no acarrean la debacle instantánea porque, a diferencia de las del Tercer Mundo, pagan cómodos intereses como los de Estados Unidos, del 1,5% anual. Pero sus gobiernos han optado por mantener la amnistía tributaria para ricos y banqueros estafadores, descargar el peso del déficit y de los rescates financieros sobre las condiciones de vida de los trabajadores y a veces arruinarse en incosteables agresiones imperiales.

TresTales políticas, idénticas a las que detonaron las revoluciones históricas, desencade-

nan fatalmente la resistencia social. El pueblo de Islandia se negó de plano a pagar la deu-da de los banqueros, hecho prácticamente revolucionario. Grecia, Francia, España, Italia e Inglaterra están conmocionadas por protestas masivas. En Israel entre julio y agosto mul-titudes de 300.000 ciudadanos protestan contra el costo de la vida y obligan a Netanyahu a detener un alza de los precios del petróleo y a incrementar la importación de alimentos (BBCMundo: 27-8-2011). El primer ministro inglés Cameron descalifica a los manifes-tantes de Londres tildándolos de saqueadores. Pero la Revolución Francesa tomó carácter de tal con las jacqueries, saqueos campesinos que obligaron a la nobleza a renunciar a sus privilegios y preludiaron los alzamientos parisinos. También el bipartidismo descalificó como pillajes las sublevaciones populares de Mérida en 1987 y el Caracazo en 1989, que a la postre torcieron el rumbo del país. Immanuel Wallerstein declara para ALAI el 15-8-2011:“Yo veo guerras civiles en múltiples países del Norte, sobre todo en Estados Unidos donde la situación es mucho peor que en Europa occidental, aunque allá también hay posibilidades de guerra porque hay un límite hasta el cual la gente ordinaria acepta la degradación de sus posibilidades”.

Cuatro¿Se equilibra esta rebelión en los centros hegemónicos con la sumisión colonial del

Tercer Mundo? La mayoría de los países de América Latina y el Caribe han elegido go-biernos de izquierda o centro izquierda. En México crecen la violencia y la militarización: el 8-8-2011 The New York Times reitera que agentes del Pentágono, la CIA, la DEA y otras agencias operan no sólo desde el centro de inteligencia ubicado en Reforma 225 sino desde una base militar en tierra mexicana. En Honduras aumenta la protesta contra el régimen surgido del golpe de Estado contra Zelaya. En el mil veces invadido Haití los ciudadanos insurgen contra tropas de la Minustah que arrojan heces a los ríos. En Chile el gobierno neoliberal enfrenta la rebelión de medio millón de manifestantes contra la priva-tización total de la educación. Y el mundo islámico es un hervidero. Pero de la indignación a la Revolución, hay mucho trecho.

La tarea es acortarlo.

¿ARDE EL MUNDO?luIs BRITTO gARCíA

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/Septiembre de 2011

Hace 10 años, cuando algunas personas y yo hablábamos de la decadencia de Estados Unidos en el sistema-mundo, a lo sumo nos topábamos con sonrisas de condescendencia ante nuestra ingenuidad. ¿No era Estados Unidos la única superpotencia, involucrada en cada uno de los rincones más remotos de la Tierra, haciendo lo que quisie-ra casi todo el tiempo? Ésta era una visión compartida a todo lo ancho del espectro político.

Hoy, la visión de que Estados Unidos está en decadencia, en seria decadencia, es una banalidad. Todo el mundo lo dice, excepto algu-nos políticos estadunidenses que temen ser culpados por las malas noticias de la decadencia si la discuten. El hecho es que práctica-mente todo el mundo cree hoy en la realidad de esa decadencia. Sin embargo, algo que está menos discutido es cuáles han sido y serán las consecuencias en el mundo de esta decadencia. La decadencia tiene raíces económicas que siguen su curso. Pero la pérdida del cuasi mo-nopolio del poder geopolítico que Estados Unidos ejerció alguna vez tiene consecuencias políticas importantes en todas partes.

Empecemos con una anécdota contada en la sección de Negocios del New York Times el 7 de agosto. Alguien que gestiona inversiones en Atlanta “apretó el botón de pánico” en nombre de dos acaudalados clientes que le dijeron que vendiera todas sus acciones y que invirtie-ra el dinero en un fondo común de inversión más o menos blindado. El gestor dijo que, en los 22 años que llevaba en el negocio, nunca había recibido una petición como ésa. “Era algo sin precedentes”. El periódico le llamó a esto el equivalente “Wall Street” de la “opción nuclear”. Iba en contra del consagrado consejo tradicional de asumir un enfoque “firme y constante conforme se avanza” ante los vaivenes del mercado.

Standard & Poor’s ha reducido su calificación crediticia de Es-tados Unidos de AAA a AA+, también algo “sin precedentes”. Pero esto fue una acción bastante leve. La agencia equivalente en China, Dagong, ya le había reducido la credibilidad crediticia a Estados Uni-dos en noviembre pasado a A+, y ahora se le redujo a A-. El econo-mista peruano Oscar Ugarteche ha declarado que Estados Unidos es “una república bananera”. Dice que Estados Unidos “ha optado por la política del avestruz para no espantar a las expectativas” (de cre-cimiento).

Y en Lima, la semana pasada, los ministros de finanzas de los estados sudamericanos, reunidos, han discutido urgentemente cómo aislarse de la mejor manera ante los efectos de la decadencia económi-ca de Estados Unidos. El problema para todo el mundo es que es muy difícil aislarse de los efectos de la decadencia estadunidense. Pese a la severidad de su decadencia económica y política, Estados Unidos continúa siendo un gigante en el escenario mundial, y cualquier cosa que pase ahí sigue provocando grandes olas en todas partes.

Con toda certeza, el impacto más fuerte de la decadencia esta-dunidense ocurre y seguirá ocurriendo al interior de Estados Unidos. Los políticos y los periodistas hablan abiertamente de la “disfuncio-nalidad” de la situación política estadunidense. ¿Pero qué otra cosa puede ser sino disfuncional? El hecho más elemental es que los ciu-dadanos estadunidenses están aturdidos por el mero hecho de la de-cadencia. No es sólo que los ciudadanos estadunidenses sufran ellos mismos, materialmente, por la decadencia, y que estén profundamen-te asustados de que sufrirán más conforme el tiempo avance. Es que habían creído a nivel muy profundo que Estados Unidos es la “nación elegida”, designada por Dios o la historia para ser el país modelo en el mundo. El presidente Barack Obama sigue tratando de tranquilizar-los diciendo que Estados Unidos es un país “triple A”.

NOT FOUND: 3 align=float_left title=noneEl problema para Obama y para todos los políticos es que muy pocas personas siguen creyendo eso. El golpe al orgullo nacional y a la imagen propia es formidable, y es también muy repentina. El país está tomando muy

mal este golpe. La población busca chivos expiatorios y ataca muy a lo loco, y no con demasiada inteligencia, a los supuestos culpables. La última esperanza parece ser que alguien sea culpable, y como tal el remedio sea cambiar a las personas con autoridad.

En general, las autoridades federales son vistas como las que hay que culpar: el presidente, el Congreso, ambos partidos principales. La tendencia es muy fuerte hacia tener más armas a nivel individual y a ejercer un recorte del involucramiento militar fuera de Estados Uni-dos. Culpabilizar de todo a la gente de Washington conduce a una vo-latilidad política y a luchas intestinas locales cada vez más violentas. Estados Unidos es hoy, diría yo, una de la entidades políticas menos estables en el sistema-mundo.

Esto hace de Estados Unidos no sólo un país cuyas luchas políti-cas son disfuncionales, sino uno que es incapaz de consolidar mucho poder real en la escena mundial. Entonces, hay una caída importante en la fe en el país, y en su presidente, por parte de los aliados tra-dicionales de Estados Unidos fuera y por la base política del presi-dente en casa. Los periódicos están llenos de análisis de los errores políticos de Obama. ¿Quién puede argumentar con esto? Con suma facilidad, yo podría enlistar docenas de decisiones que Obama hizo, y que desde mi punto de vista fueron equivocadas, cobardes o algunas veces directamente inmorales. Pero me pregunto si, de haber tomado las mucho mejores decisiones que su base supone que debió tomar, habría habido mucha diferencia en el resultado. La decadencia de Es-tados Unidos no es el resultado de decisiones pobres por parte de su presidente, sino de las realidades estructurales en el sistema-mundo. Obama puede ser el individuo más poderoso del mundo todavía, pero ningún presidente estadunidense es tan poderoso hoy como los pre-sidentes de antaño.

Hemos entrado en una era de agudas, constantes y rápidas fluc-tuaciones –en las tasas de cambio de las divisas, en las tasas de em-pleo, en las alianzas geopolíticas, en las definiciones ideológicas de la situación. El grado y rapidez de estas fluctuaciones conduce a la imposibilidad de contar con predicciones de corto plazo. Y sin al-guna estabilidad razonable en las predicciones de corto plazo (tres años más o menos) la economía-mundo se paraliza. Todo el mundo tendrá que ser más proteccionista e introspectivo. Y los estándares de vida bajarán. No es un cuadro bonito. Y aunque hay muchos, mu-chos aspectos positivos para muchos países a causa de la decadencia estadunidense, no hay certeza de que en el loco bamboleo del barco mundial, otros países puedan de hecho beneficiarse como esperan de esta nueva situación.

Es tiempo de un análisis de largo plazo mucho más sobrio, de juicios morales mucho más claros acerca de lo que el análisis revela, y de acciones políticas mucho más efectivas en el esfuerzo, en los próximos 20 o 30 años, para crear un mejor sistema-mundo que en el que estamos atorados ahora.

ConSeCuenCiaS mundialeS de la deCadenCia de eStadoS unidoS IMMANUEL WALLERSTEIN