Qui bien fá nunca lo pierde

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DIALECTO CHUSO OÜI BIEN NUCA LO PIERDE TOMANDO LA FRESCA EN LA CRUZ DE CRISTIANO ó Á CASARSE TOCAN COMEDIA Y SAINETE RESPECTIVAMENTE escritos en dialeoto cheso POR I ) O M I IV O O M I R A L

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Gara d'Edizions. Colección Documenta, 2

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DIALECTO CHUSO

OÜI BIEN FÁ NUCA LO PIERDE

TOMANDO LA FRESCA EN LA CRUZ DE CRISTIANO

ó

Á CASARSE TOCAN

COMEDIA Y S A I N E T E R E S P E C T I V A M E N T E escritos en dialeoto cheso

POR I ) O M I IV O O M I R A L

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QUI BIEN FÁ NUNCA LO PIERDE TOMANDO LA FRESCA EN LA CRUZ DE CRISTIANO

Ó Á CASARSE TOCAN

escritos en dialeuto cheso por

Domingo Miral

Documenta

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Ta ista edizión: Gara d'Edizions Abda. Nabarra, 8 E-50010 ZARAGOZA http.://come.to/gara [email protected]

Publicación número 2317 Institución Fernando el Católico (Excma. Diputación de Zaragoza) Plaza de España, 2 E-50071 ZARAGOZA Tlf.: (34) 976 28 88 78/79 Fax.: (34) 976 28 88 69 [email protected]

Deposito Legal: Z-3031-2002 I.S.B.N.: 84-8094-100-6

Maquetazión y ateseranza: Gara d'Edizions

Imprentazión: Sender Edizions Borja, 13 E-50017 ZARAGOZA

Imprentau en Aragón-Printed in Aragón.

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PRESENTACIÓN

La colección Documenta es un intento de tratar de poner al alcance de todos los aragoneses aquellos libros clásicos de nuestra vieja lengua aragonesa que, por su extremada rareza o por hallarse ya agotados desde hace años, son de dificilísimo acceso para las nuevas generaciones interesadas en conocer quiénes fueron los precursores en hacer del aragonés una len-gua literaria, quiénes sus primeros lexicógrafos, quié-nes sus primeros y apasionados defensores y estudio-sos. Se suele afirmar comúnmente que el aragonés literario contemporáneo nace con la publicación de los primeros libros de poemas de Francho Nagore y Ánchel Conté en los inicios de los años setenta. Pero éstos y todos quienes les han seguido en el uso, defensa y difusión del aragonés han podido recuperar y estudiar nuestra lengua, que prácticamente arrinco-nada en los valles pirenaicos agonizaba triste y olvi-dada, porque otros aragoneses, luchando contra la incomprensión y el desinterés generales, la cultivaron

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y publicaron en ella o sobre ella en la segunda mitad del siglo XIX y en las primeras décadas del siglo XX: Peralta, Borao, Otín y Duaso, Romeo y Belloc, Gastón, Miral, Pardo Asso, Veremundo Méndez, Arnal Cavero... Ellos fueron pues los precursores en la recuperación del aragonés y ellos irán desfilando por esta colección como sentido homenaje a su heroi-co esfuerzo por mantener viva la lengua de muchos de nuestros antepasados, y para que sus textos, hoy como hemos dicho prácticamente inencontrables, puedan ser de nuevo leídos y estudiados por todos aquellos que, cada vez en mayor número, se acercan a la lengua aragonesa y se muestran decididos a luchar por su futuro. En ese empeño encontrarán siempre a su lado a esta editorial y a esta colección Documenta de recuperación de clásicos del aragonés.

José Luis Melero Rivas

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DIALECTO CHEBO

OÜI BIEN FÁ NUNCA LO PIERDE

TOMANDO LA FRESCA EN LA CRUZ DE CRISTIANO

ó

Á CASARSE TOCAN

COMEDIA Y S A I N E T E RESPECTIVAMENTE escritos en di&leoto cheso

POR I > O A I I IV O O M I R A L

JACA.—1903 1MPRBNTA. t* 0*RLQS qviNTJl̂ A*

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4PRÓLOGO,

lentitud y la calma, con que se llevaban á cabo las obras de restauración de la Ermita de Es-cagüés, , que fué destruida por un horroroso in-cendio el 15 de Agosta del aOo 1900, despertaron en mí la peregrina idea de escribir una comedia, ó algo que quisiera ser comedia, para que sirviera de pretexto á una representación, que llamarémos tea-tral, por llamarla de algún modo, en la cual pu-diera recaudarse algo que fuera como grano de are-na aportado á la magua y difícil empresa de re-construir la hermosa iglesia, de todo el pueblo de Hecho tan querida y tan frecuentemente visitada. Empeüo, ciertamente, muy superior á mis escasas y débiles fuerzas y digno de las más severas cen-suras por carecer en absoluto de todas aquellas prendas y altas cualidades de ingenio, talento ó inspiración que deben adornar á, todos aquellos que pretenden internarse en el peligroso y dificilísimo laberinto de la literatura dramática; ¿ni cómo ha-bía de sospechar nunca, que un entendimiento, tan seco y apocado como el mió, tuviera la incalificable audacia de acometer una obra semejante? Llegó ol mea de Agosto de 1902 y puse manos á la obra en

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i taedío áe tantos obstáculos y con tan gfaVes ctiá* cuitados que la menor de estas hubiera bastado para que saliera defectuosa la labor, aun en el caso de que hubiera sido hecha por una inteligencia pri-vilegiada y avezada á semejantes artificios. El lo -cal, donde habia de hacerse la representación, era de escasa capacidad, nulos los elementos de que podíamos echar mano para el aparato escénico, y los jóvenes, que se prestaban á ser actores, tan poco amaestrados en su nueva profesión, que en su mayor parte nanea habían visto más espectáculos teatrales que las insulsas danzas de los monos y perros que consigo suelen llevar los titiriteros de ínfima clase.

A la natural esterilidad de mi entendimiento habU que agregar, pues, todas esas causas, cada uua de las cuales por sí sola bastaba y sobraba para que el engendro saliera endeble y en malas condiciones de vida. Teniendo en cuenta que los actores iban á presentarse por primera vez en esce* na, supuse naturalmente que sus aptitudes deja-rían mucho que desear, y como, por otra parte, la comedia debía representarse muy pronto, el 8 de Septiembre, fiesta mayor de Hecho, procuré evitar toda complicación en la trama para facilitar el tra-bajo á los cómicos. Y hó aquí una rara coinciden^ cia, por obra y gracia de la cual me veía precisado á rebajar el vuelo de mi imaginación, si es que mi imaginación hubiera podido volar de alguna ma-

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fiera en la elevada esfera de la literaliira dramática. Excesivo pudiera parecer el interés con que procu ro declarar mi ineptitud absoluta y total para es-cribir comedias, y aun pudiera interpretarse como singular sistema de deferisa; para evitarlo, conste que nunca cruzó por mi cerebro la idea de que la adjunta comedia pudiera publicarse, y si accedo ahora á que se imprima, es con el único y exclu-sivo objeto de que por medio de ella se conserve, en parte, el enérgico y hermoso dialecto hablado actualmente en el pintoresco valle de Hecho. Y para que más claramente se vea que no e s u n a modestia falsa la que me ha dictado las frases a n -teriores, no tengo ahora inconveniente alguno e n declarar que la comedia Qui bien fd nunca lo pierde, desnuda como está de todo valor dramáti-co, tiene, sin embargo, mucho interés filológico, porqúe el lenguaje en ella usado es reproducción exacta y fidelísima de la realidad. Fácilmente se alcanza la importancia que pudiera ofrecer un tra bajo razonado sobre los dialectos de Hecho y Ansó, si se tiene en cuenta la especial situación topográ fica de estos importantes valles, situación que ha determinado en su dialecto un carácter originalísi-mo, que le separa de los restantes dialectos del Pi-rineo central, porque el «cheso» (así le llaman los naturales del país) es resultado de la influencia castellana, catalana, francesa y vascongada.

Y ahora sí que entraría gustoso por el intrin-

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cado y laberíntico campo de la Filología compara-da, para descubrir la proporción en que cada uno de los cuatro idiomas antes mencionados han con-tribuido á la formación del acerado dialecto habla -do por los intrépidos contrabandistas del Pirineo central. No dudo que un trabajo de esta índole serviría para es«h>eeev ana série de problemas his-tóricos, de carácter general algunos de ellos, y que ese sería el camino más derecho para contem-plar el interesante espectáculo que en distintas épocas de la historia aragonesa ofrecen las con-tiendas habidas entre la influencia catalana y la castellana, con las cuales terciaban á menudo en las alturas del Pirineo la francesa y la vasconga-da. Obra sería esta tanto más de desear cuanto mayor es el olvido inmerecido en que son tenidos estos dialectos, y en general, todo lo que á esa hermosa parte del Pirineo se refiere. Un ilustrado catedrático francés hizo recientemente un viaje á través de las montañas pirenáicas desde Ansó has-ta Cataluña; en el mes de Agosto último publicó la Revista de Aragón un extenso artículo en que el docto filólogo francés consignaba algunas obser-vaciones de carácter general sobre la formación lingüistica de los dialectos pirenáicos y copiaba algunas frases familiares de las más importantes de ellos. Algo había, sin embargo, en el mencio-nado escrito que conviene rectificar para que no se perpetúen las equivocadas ideas que acerca de los

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ansotanos y obesos aceptan como buenas escritores de nombradla. Poco ráenos que como üü triunfo maravilloso refiere lleno de satisfacción el catedrá-tico francés, que había recorrido el Pirineo sin que s e viera precisado á solicitar en n i n g ú n caso el 8poyo de las autoridades á quienes había sido efi-cazmente recomendado, como queriendo significar que los habitantes del Pirineo son tan rudos y de tan agrestes y bárbaras inclinaciones, que se com-placen en martirizar á, cuantos cometen la impru-dencia de visitar sus villas y lugares. Padece un lamentable error el filólogo francés; y equivocado del todo anda también Graldós cuando en su come-dia Los Condenados viste con el repugnante traje de fieras alimañas á los simpáticos ansotanos, que son, sépalo de Una vez D» Benito, gente honradí-sima y laboriosa, que han sabido hacer de Ansó un pueblo rico y próspero; que tienen una administra-ción que pudiera servir de modelo á muchas pobla-ciones que quieren pasar plaza de cultas y civili-zadas; que han sabido resolver con ciencia superior á la de los sociólogos modernos el problema econó-mico, y que dán á sus hijos una educación com-pleta y esmerada, cuyos hermosos frutos claramen-te se muestran en la dociliJad y cortesía de los jó-venes ansotanos.

Yo desearía ardientemente poder hacer estas mismas declaraciones en lo que á mi querido pue-blo, á ese hermoso valle de Hecho se refiere; pero

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por muy amarga que sea la verdad, es necesario reconocerla y confesarla: Hecho puede con facili-dad igualar y aun superar á Ansó en prosperidad y bienandanza, pero sus autoridades no han sido tan activas y celosas como las de la villa herma-na; es cierto que sufren todavía las consecuencias de un error funesto en virtud del cual creyeron hallar en la agricultura las ventajas que única-mente en la riqueza forestal y en la ganadería po-dían encontrarse; pero así y todo, es evidente que las autoridades han andado poco solícitas en procu-rar el bienestar de sus administrados. Preside ac-tualmente el ayuntamiento de Hecho un cheso de buena cepa, fervoroso y entusiasta admirador de la lengua, de las costumbres y de los trajes chesos, inteligente y acomodado ganadero, que está, en con-diciones envidiables para dar brioso impulso i, la prosperidad de su pueblo; cuenta con el entusiasta y decidido apoyo de su hermano D. Francisco, y con la confianza del pueblo y del ayuntamiento: la construcción del canal transformaría completamen-te la hermosa cañada que se extiende desde Salazo hasta Biera, y fomentaría con extraordinario im-pulso-la r queza pecuaria, que ha de ser en defini-tiva, la más positiva de todas las riquezas en aque-llas montuosas regiones. Si D. Timoteo Gastón, que tal es el nombre del alcalde, acomete con des-interesado entusiasmo tamaña empresa, será digno de <jue $u nombre, esculpido en una lápida de már-

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14 mol, sea religiosamente conservado y enseñado á las generaciones venideras para que le recuerden con cariño y le bendigan con efusión; si, por el contrario, desdeña las aspiraciones de la opinión y menosprecia los incentivos y estímulos de sus pai-sanos, su nombre desaparecerá confundido en el monton de alcaldes anónimos, que no dejaron hue lia alguna de su paso por la alcaldía, y será UDO de tantos mortales como pasan por el mundo sin ofender á nadie, pero sin hacer tampoco beneficio alguno á sus semejantes.

Y con estas digresiones han quedado muertos y sepultados el sainete y la comedia que fueron, al fia, representados durante las fiestas con que los chesos solemnizan la Natividad de la Virgen, con habilidad y maestría inesperadas ¿increíbles para quien no conozca el despejo y desenvoltura de les jóvenes é improvisados actores y actrices cuyos nombres quiero estampar aquí eu prueba de grati-tud y reconocimiento.

P E R S O N A J E S V A C T O R E S :

EN LA. COMEDIA.

J e r ó n i m o , Francisca Arenáz.—Emilia , Florencia Orensanz. — P e d r a n g e l , Ricardo Braviz .—mozos de l a r o n d a l l a , Junn Catarecha, Francisco Arenáz, Ricardo Braviz Clemente Coarasa, Hermenegildo Bisquet, Adolfo Calvo.— J u a n i t o , Francisco Are-l láz.—José y c h i c o s , Ju«to Borruel. Luis Bisquet, Manuel Re-g la .—Celes t ino . Adolfo Caivo.—Felipe , Clemente Coarasa.—

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10 Rloardo, Hermenegildo Bisquet.—Marlguaaf*, BeDigna Boíl. —Terubla , Inocencia Bol i .—Estefanía, f ranc isca Climomc.— M a r l n g r a o í a , Aurora Ustariz.

EN EL SAINETE.

N a r o i s a , Florencia Orensanz.—Slnforosa, Benigna Boli.— J u s e f a , Aurora Ustariz. —Martina, Francisca Climente. —Ma-r i e ta , Inocencia B l i . - D . Cr i s tóba l , Lorenzo Loste.—Cola-se t , Hermenegildo Bisquet .—Mosen J o s é , Clemente Coarasa.

Bai'aron la Jota con traje cheso los niftos Francisco García con Isabel Brún, y Pascual Ipas con Narci-a Ipas.

Desempeñó el Monólogo, Francisco Arenáz.

N o t a . Los productos íntegros de la representación, asi como los de la venia de este folleto, cuya ¡propagania se suplica, serán destina-dos á las obras de la Ermita •

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Jí la Virgen de Escagüés

A Vos, Virgen Santísima de Escagüés, que no desdeñáis d ¿os humildes, que hallais vuestras mayores complacencias y vuestros más precia-dos timbres de gloria en llamaros madre de los pecadores, que veláis con amorosa solicitud por los honrados y nobles hijos de Hecho, Os dedico este humildísimo trabajo. JNo descubriréis en el artísticos atavíos, ni inspiración genial, ni hue-llas de hermosura; es una flor modesta como las rústicas flores que nacen en las praderas del (Pi-rineo; una ofrenda sencilla y espontánea como las ofrendas que Os hacen vuestros devotos; un testimonio claro de que todavía calientan mi co-razon las purificadoras llamaradas de vuestro purísimo amor, de aquel amor inmaculado que, por tan secretas y misteriosas vías, confortaba y como anegaba, en un mar de dulcísimas con-solaciones, mi espíritu atribulado y próximo á desfallecer en los rudos y diarios combates de la vida. Vuestro santo nombre acude espontánea-mente á los temblorosos labios del anciano quef

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con la cabera inclinada al pm dé lós Abó i, Üá invoca tiernamente en el ocaso de su existencia/ d Vos acude, con encendido anhelo, el robusto y vigoroso cheso que afronta sereno los peligros en las crudezas del invierno como en los ardores del estío; en Vos esperan y vuestra protección solicitan el tierno infante que, postrado á vues-tras plantas, balbucea una plegaria, el infeliz desterrado que en remotas tierras recuerda, como en visiones, las regaladas delicias de la infancia y el triste moribundo que Os pide una palabra de consuelo y una mirada de esperanza ante su in-cierto y temeroso porvenir.

(dignaos, Virgen Santa, aceptar esta pequeña ofrenda y atender las súplicas de vuestro humilde siervo y devoto fervoroso

© © s s i a g © M i i r a i

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OLI BIEN Fi NUNCA LO PIERDE

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PERSONAJES

PEDRANGEL, jóven cheso, labrador de familia aco-modada.

EMILIA, jóven chesa, como de 20 años de edad. JERÓNIMO, hermano de Emilia, cheso rico, como de

35 años. JUANITO, estudiante calavera, que no puede termi-

nar la carrera de Derecho. FELIPE i RICARDO (mozos labradores amigos dePedrangel. CELESTINO) MARIGUSEFA, chesa de gorguera, como de 50 años. ESTEFANÍA i MARINGRACIA ¡ chesas de distintas edades. TERUBIA J PASCUALETi JUSÉ .'muchachos de 14 á 18 añ«s. SEBASTIAN !

y otros.

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001 BIEN ft NUNCA LO P U D E E S C E N A P R I M K R A .

(El escenario representa una sala decorosamente amue-blada, en la que están Jerónimo y Emilia, paseando él y sentada ella.)

JERÓNIMO Y EMILIA,

Jer. Con que, tú verás qué ye lo que más te conviene. Em. Pero oye, ¿no me pués dishar en paz y no encen-

derme más la sangre? Jer. ¡Ah perra! ¡Ojalá pódese disharte estar y no alcor-

darme más de tú, como si no hi fueses en el mundo! Em. ¡Ay chico y qué ganas de mortificarme has! Jer. Pero oye: ascuita y no sigas tozuda; ya sabes que

siempre te hé dau prebas de quererte muyto más de lo que tú merecebas; vusotras hez los cascos vacíos y se vos implen de fumo, y lo fumo estorba la vista, y no podez vier lo que hez debán de las narices; en lo que agora mismo vo á explicarte y á relatarte no busco ningún interés, porque intereses me sobran, ni quiero ningún apoyo porque no l'hé menester.

Em. Pero ¿qui te dice semejante cosa? Jer. Calla y no alientes ni respires; además de la gran

alegría que habría lo día en que vos pódese acompa-

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fiar ta la Iglesia y vieros felices y dichosos, á tú, por-que habrias conseguiu lo más arrogante mozo y l'hombre de más prendas que vi há en Hecho y Ansó, y á él, porque tampoco habría mala suerte con tú, porque yes triballadera y no te falta cabeza y te co-nozco bien y sé que li convienes: además de todo es-to, digo, he escritas en las mismas entretelas de lo corazón las últimas palabras que prenuncié mi madre, cuando dando ya las últimas bocadas, yera yo incli-nau en la cabecera la cama, y heba la cara mía chun-ta con la cara suya para replegar los últimos suspiros de aquel ángel en figura de muller, allora, cuando tú yeras en los piés de la cama rezando y plorando al mismo tiempo, y la muerte estendeba los brazos para segar aquella cabeza, apretándome las manos y mi-rándome con tristeza, dicié: "¡Por Dios, Jerónimo! antis que todo y sobre todo, no abandones á Emilia hasta que l'acomodes bien.„

Em. (compungida y con efusión) ¿Y pa qué sacas agora á relucir todo isno? ¡Tú quiés enterrarme viva!

Jer. T'he dicho que no tartises hasta que yo acabase; pues bien: yo no sabré decirte porqué, pero la verdá ye que no me parez que puedo cumplir bien lo 'ncargo de mi madre, si no femos lo que te 'stó dicindo; si te viese casada con Pedrangel, se m'ensancharían las alas de lo corazón, porque una voz que siento aquí, no en las orellas, sino en lo rincón más escondiu de Taima, me dice de días y de noches que no pare hasta conse-guirlo, que vivo y só en el mundo para isho,paraferte íeliz, porque Dios quiere premiar, féndote dichosa ya en esta vida, los muytos méritos de mi madre: allora moriría contento y tranquilo, porque yo li faría á él ishe mismo encargo y sé qu' heba á cumplirlo tan bien como yo mismo.

Em. Todas ishas palabras son otros tantos puftals que m'atraviesan lo corazón: ¡si sabeses lo que yo sufro desde que vié á Pedrangel! Porque has á saber... ¡pe-ro no! ¡no lo te diré!... y si no, ¡sí! quiero que sabas

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17 toda la verdrí: has á saber que yo quiero á Pedrangel de otra manera que á los demás, ío quiero como si fuese hermano mío, más, como si fuese mi madre; en fin, yo no sé de qué manera lo quiero, pero lo quiero muyto, más que tú, más que su misma madre; nunca heba queriu á ningún hombre de la manera que ío quie-ro á él, y, sin dembargo, no m'aima lo que tú me dices y cuando veo que tomas estas cosas con tanto empeño; se m'esgarra lo corazón y quererla morirme antis que tener que ascuitar lo que tú me dices.

Jer. Pues si él te quiere á tú y tú lo quiés á él y yo vos quiero á los dos, ¿porqué no vos hez á casar? ¡Emilia' Algún fado deben haberte dauenZaragoza; desde que vi 'stiés la primera vez yés .otra: antis yeras franca, divertida, alegre; cantabas la jota como un canario, dabas conversación á los vecinos y yeras la alegría de lo barrio: agora yes más triste, pensativa y retirada, escapas de la chen, no cantas la jota, ni fás arriér á los vecinos: antis todo lo 'mplibas d'alegría; agora to-do l'imples de tristeza y cada vez que te veo así, parez que m'arrancan la mitá de la vida.

Em. Cuando lo corazón ye triste, no puede estar alegre la cara; tú no sabes lo que ye penar, arnés á una irtu-11er qu'enseguida te dicié que sí: vos casez y soz feli-ces. Muytó has qu'agradecer á Dios: á mí me trata d'otra manera; debo estar más mala qué tú, porque me castiga más: yo amo-á Pedrangel, no porque siga güenmozo, ni porque siga rico, ni porque siga valien-te, sino porque en la fren lleva 'scrita la honradez, la nobleza, la hombría de bien, algo secreto que han los que siempre han estau en estas montañas, y que no ye fácil trobar en la chen de los otros lugás: ya ve-yes, pues, si habré que sufrir y si he motivos para pa-sarme tristes los días y lás noches plorando: quiero lo mismo que tú quiés y sin dembargo faré lo contrario de lo que tú quiés que fága: tu quiés á Pedrangel y yo lo quiero tamién: pero tú quiés que me case con él y yo no quiero casarme, porque

Jer. Gomítalo ya, ¡y acabemos d'tina vez para siempre!

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18 £m. Pues güenoi no puedo casarme con Pedrangel, por-

que so comprometida para casarme con Juanito, lo so-brino de l'abogau de Childopez que ye en Zaragoza.

Jet. (al principio se queda sorprendido y luego se repo-ne y suelta una carcajada, que indica la satisfacción quele han causado las palabras que acaba, de pronun-ciar su hermana.) ¿Y todo ishe ye lo 'storbo que has

para casarte con Pedrangel? Em. Qué ¿te parece poco? Jer. (Suelta otra carcajada de alegría ) Pues si d'isho

solo se trata, ya podemos estar arreando en ta Jaca á buscar lo que siga menester y fer enseguida los pre-parativos para la boda con Pedrangel. (con ironía) ¡Pe-ro qué agudos son los señoritos íshos de Zaragoza! ¡Claro! como han tanta labia y son tan largos de es-prisión, se pintan solos para engañará cualquiera.

Em. (sorprendida) No entiendo porqué fablas d'isha ma-nera.

Jer. No t'apures, müller, que ya lo te faré entender yo: ishe señorito de Zaragoza, á qui tu has dau palabra de casamiento, no ye, ni podrá estar nunca ostáculo para la boda; si 'cíndote yo que l'aborrezcas y que no te cases con él, ensistes agún, yo habré güen cudiau d'icirte lo que en último término te fará cambiar de resolución.

Em. ¡Menos qu'antis t'entiendo agora! Jer. Te digo que no pués casarte con lo Juanito ishe, por-

que antis que tolerar semejante desatino, me cortarían lo gaznate.

Em. ¿Porqué? Jer. Porque ye un granuja redomau y un pillo de mala

ley, que tendrá qu'engañar á otra si quiere algo, que lo qu'es á tú... no lo conseguiría ni aunque yo fuese muerto, con que... mira si lo conseguirá estando yo vivo.

Em. Chico: cada vez m'aturdes más, y si sigues así me ves A fer tornar fata de raso; perQ te digo y juro, y

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19 requetejufo y torno a jurar, que ü rio me he casar coft ninguno, ú ha 'star con Juanito.

Jer. Calla, Emilia calla: más furas que tú son las anollas que corren por la val de Guarrinza, y s'amansan y llevan lo chugo, y labran: á ishe Juanito que dices lo conozco muy bien y sé que ye un calavera de la peor ralea. En Zaragoza todos lo siñalan con lo dedo; dim-pués de fer gastar muytos dinés á su tío, ha metiú en guerra toda la familia; no vi ha tabierna que no visite, ni zargata en do no se trobe, ni zamborotada perdida que no replegue, ni nuey en que se retire antis de las cuatro de la mañana; y á ishas horas, Emilia, ni l'Asco ni el Pilar son abiertos: no será, pues, ni oyendo mi-sa, ni rezando lo rosario.

Etn. (no pudiendo disimular el terrible efecto que le han causado las palabras de su hermano) ¡Jerónimo! Si emprendes ishe camino, vo á pensar que lo que miras y intentas conseguir no ye lo bien mío, sino algo peor; todo lo que acabas de decir ye-mentira.

Jer. Todo isho lo he avériguau en forma que no puedo dudarlo; ye tanta verdá como l'Evangelió: tú no du-das, tú no pués dudar de las palabras de tu 'rmano, porque sabes que tu 'rmano nunca miente: agora 'scui-ta lo que te vo á decir, y asiéntalote bien en la memo-ria para que no te sen vaya: (con solemnidad y ener-gía) si agtin sabiendo lo que acabo de relatarte en-sistes en casarte con lo zaragozano, tírateme de de-bán y en jamás me mires á la cara; y cuando mi ma-dre rae pregunte desde el cielo por qué no hé cumpliu lo'ncargo que me dié antis de morir, li responderé que mientras yeras en el mundo, estié en lo tuyo cos-tau sin disharte un paso; pero que cuando por culpa tuya cayés en lo charco de la deshonra, no te poaié seguir y te dishé estar sola, libre y desgraciada; con que elige: ú con lo zaragozano ú con Pedrangel.

F.m. Dios mió: ¡qué ye esto! ¡si fuese verdá lo que tú di-ces! pero no, ¡no puede ser! ¡ye mentira! si m'iciba que me quereba muyto, más que á su alna, más que A

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su vida, y me juraba amor eterno y protneteba no abandóname nunca; que antis lo sol disharia d'alum-brar que él de quererme... ¡ahí ¿pero y si fuese verdá? yo sin honra y sin hermano, una desgraciada; mi ma-dre. . . oye, Jerónimo; ¡por Dios! no me martirices más; ya te cr.eo, será, sí, será verdá todo lo que di-ces; pero mira (acercándose á una ventana) viene, asó-mate ta la ventana, mira ta lo Campo Santo, ¿veyes aquella cruz negra que ye cerca de las escaleras de mitá-de lo Campo Santo? pues bien, allí ye la fuesa de mi madre; mira, no por mí, sino por ella, debán de ella, de cara en ta la fuesa; jura que ye verdá todo lo que has dicho.

Jer. (con emoción) ¡Lo juro! Em. ¡Lo jura! lo mismo que yo; yo tamien juré y juré

que nunca abandonaría á Juanito, y lo juré en la puer-ta la Virgen.. . éste jura por mi madre y yo juré por la Virgen de Escagüés... ¡Dios mió!.., pero no, (so-breponiéndose) yo no falto á un juramento feito en nombre de la Virgen de Escagüés: (con entereza) ¡Je-rónimo! seré una desgraciada, pero me casaré con Juanito,

E 3 C E N A I I . DICHOS Y MOZOS DE LA RONDALLA.

(E¡n el fondo del escenario que debe figurar una habita-ción de casa de Emilia, aparece esta sentada y en acti-tud meditabunda. Se oye una rondalla, y Pedraagel que la dirige, se acerca á la ventana de la habitación en donde está Emilia y canta con cortos intervalos las siguientes canciones:)

1 . a

Una noche que salié p'alumbrar á Hecho la luna, s'en reculé de vergüenza ai vfer la cara tuya,

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81 2."

Muyta luz vi ha en los cielóS y muyta sal en la mar, y agún ha la novia mia más luz y muyta más sal

3.a

Si me queresen robar á viva fuerza la presa, tres onsos al mismo tiempo revulcaría por tierra.

4.a

No t'espantes muyto Emilia que puyo por la ventana, ya m'en tornaré á bashar cuando á tú te dé la gana.

¡Emilia recorre intranquila la habitación, como si impresiona-ran vivamente las canciones (ie Pedranq-el; sil intranquilidad sube de punto cuando oye la úl t ima; ap»na< Pedrangel termi-na la Jota, salta por la ventana y se encuentra cara á Cara con Emilia.)

Ped. ¡Emilia! Em. ¡Pedrangel! Ped. ¡No hayas miedo! Em. Pedrangel; por Dios ¡véten! Ped. Emilia: cálmate que ya me'n iré pronto; tan pronto

como haya acabau d'icirte lo que m'ha traiú en ta 'quí.

Em. ¡Que ye de noches! Ped. No importa. Em. ¿Qué dirá la chen, si plega á saber que yes puyau

de noches por la ventana? Ped. Que digan lo que quieran; si dicen la verdá, no

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Iste libro facsímil se remató d'imprentar en Zaragoza en los Tallers Gráficos de Sender-Edizions

lo día 22 de nobiembre de lo 2002, 102 añadas dimpués de 1'añada en que se cremó lo

Santuario de la Birchen d'Escagüés, 100 añadas dimpués de que

Domingo Miral escribise iste libro, y 99 dende a primer bez que se publicó.

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Edita:

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