R O M A (Ayudantía)

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R O M A DE LOS ORÍGENES A LA ÚLTIMA CRISIS MIKHAIL ROSTOVTZEFF RESUMEN AYUDANTÍA MMXIV I ITALIA PRIMITIVA. FUENTES DE INFORMACIÓN acia el siglo IV a.c., paralelamente al ocaso y desmembramiento político del mundo heleno, se advierte hacia el occidente, puntualmente en Italia, el proceso ascendente de un poder en el occidente mediterráneo: Roma. Ya hacía el siglo II a.c., este poder será incontestatable en el mediterráneo oriental. H En este sentido, Rostovtzeff señala el supuesto que el bienestar de un Estado depende en gran medida de la valía mora de sus ciudadanos y en parte, a los beneficios de su constitución (institucionalidad). Frente a ello, se hará eco de lo formulado por los historiadores filosóficos griegos, quienes atribuyeron el éxito de Roma a dos causas plausibles: Las virtudes de los ciudadanos romanos. La “perfección” de su constitución 1 . 1 Como hemos dicho antes, el gobierno de la República Romana estaba refundido en tres cuerpos, y en todos tres tan equilibrados y bien distribuidos los derechos, que nadie, aunque sea romano, podrá decir con certeza si el gobierno es aristocrático, democrático o monárquico. Y con razón; pues si atendemos a la potestad de los cónsules, se dirá que es absolutamente monárquico y real; si a la autoridad del Senado, parecerá aristocrático, y si al poder del pueblo, se juzgará que es Estado popular

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R O M ADE LOS ORÍGENES A LA ÚLTIMA CRISIS

MIKHAIL ROSTOVTZEFF

RESUMEN AYUDANTÍA

MMXIV

IITALIA PRIMITIVA. FUENTES DE INFORMACIÓN

acia el siglo IV a.c., paralelamente al ocaso y desmembramiento político del mundo heleno, se advierte hacia el occidente, puntualmente en Italia, el proceso

ascendente de un poder en el occidente mediterráneo: Roma. Ya hacía el siglo II a.c., este poder será incontestatable en el mediterráneo oriental.

HEn este sentido, Rostovtzeff señala el supuesto que el bienestar

de un Estado depende en gran medida de la valía mora de sus ciudadanos y en parte, a los beneficios de su constitución (institucionalidad). Frente a ello, se hará eco de lo formulado por los historiadores filosóficos griegos, quienes atribuyeron el éxito de Roma a dos causas plausibles:

Las virtudes de los ciudadanos romanos. La “perfección” de su constitución1.

En efecto, es significativo poner de relieve el hecho de que las apreciaciones de los antiguos caen en exageraciones, sobre todo en lo referente a las virtudes cívicas y morales del pueblo romano: esta tendencia en realidad dista de constituirse en una respuesta veraz respecto a la interrogante de cómo Roma ocupó el sitial del que logró hacerse, advertencia que ya Polibio realiza a sus contemporáneos.

Asimismo, la construcción historiográfica romana de épocas tempranas, abunda en confecciones tomadas a pretéritos escritos itálicos (Que a su vez les llegó tardíamente).El único pueblo con una tradición escritural fue el etrusco, no obstante, su legua y escritura resultaban un misterio para la mayoría de las tribus de la península Itálica, como a su vez, sus escritos no pasan de registrar más allá del

1 “Como hemos dicho antes, el gobierno de la República Romana estaba refundido en tres cuerpos, y en todos tres tan equilibrados y bien distribuidos los derechos, que nadie, aunque sea romano, podrá decir con certeza si el gobierno es aristocrático, democrático o monárquico. Y con razón; pues si atendemos a la potestad de los cónsules, se dirá que es absolutamente monárquico y real; si a la autoridad del Senado, parecerá aristocrático, y si al poder del pueblo, se juzgará que es Estado popular” (Polibio de Megalópolis. “Historia bajo la República Romana”. Libro VI, Capítulo VI.)

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siglo IV a.c. Evidente resulta entonces, que los registros históricos de la primera Roma y sus orígenes, desde una perspectiva escritura, es más bien oscuro y escasamente fiable.

Hacia los siglos IV y III a.c. las perspectivas mejoran a raíz del interés por los estudios itálicos, registrando los acontecimientos originados desde su contemporaneidad tanto de Roma, como de las tribus itálicas. Pero para períodos anteriores, debieron remitir a:

Referencias accidentales de historiadores griegos de las colonias meridionales de Italia.

Conjeturas de estos autores griegos sobre el pasado de Roma (Del que además, sabían poco y ligaban a pasado legendario de la Hélade).

Listas de magistrados romanos (Incompletas e inexactas hasta el año 320 a.c.)

Tradición oral recogida desde los cantos entonados entre las viejas gens o asociados a los monumentos más antiguos de la civitas).

Información desperdigada procedente de la literatura etrusca.

Resulta por lo tanto, sumamente evidente que la construcción de un gran metarrelato que conectase la historia de Roma e Italia era inviable: Lo acuciante de esta panorámica es el hecho de que el orgullo de Roma y el rol protagónico que comenzó a prefigurar en el espectro mediterráneo, exigía que, como otros imperios y ciudades del mundo civilizado (Legitimidad otorgada a la apelación a elementos mitificantes). Así pues, los primeros historiadores crean una historia cronológica bastante detallada de la Roma primitiva, de contenidos altamente patrióticos, pero fundado en cimientos muy endebles.Se recurre a una serie de suposiciones arbitrarias, interpretaciones fantasiosas de nulo valor científico, o la apelación a términos de instituciones cívico-religiosas que desconocían. Añaden a este pastiche, nexos antojadizos con la Roma primitiva y la mitología griega (Mito de Eneas, su escape de Troya y su asentamiento tras la travesía, en el Lacio).

Por último, las escasas fuentes fidedignas, nos otorgan noticias sobre tres grupos etnolingüísticos, cada uno de los cuales hablaba un dialecto común similar al celta: los umbros (N de Italia y parte del

centro), los latinos (Curso inferior del valle del Tíber) y los samnitas (valles y colinas de Italia septentrional).

IIITALIA DEL 800 A.C. AL 500 A.C.: ETRUSCOS, SAMNITAS, LATINOS

ngarzando esta parte con el planteamiento inicial de Pierre Grimal, se observa que: “Ahora bien, sabemos que el comienzo del siglo V señala en Italia el retroceso del poder etrusco, que

sufre una serie de reveses y abandonando sus recientes conquistas tiende a encerrarse de nuevo en la Etruria propiamente tal” (Grimal; Pág. 39). En esta conexión, entrañamos lo que plantea Rostovtzeff respecto a la autonomía de Lacio de la hegemonía etrusca, ya que se configurará éste como un espacio “tapón”, que se hubo de debatir entre las dos esferas de influencia divergente (Grecia y Etruria).

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Frente a ello, advertimos, que la importancia como sustrato cultural de Roma, que ha de quedar en el Lacio, radica pues en la corriente civilizadora proveniente de Grecia, Etruria y Cartago. Principalmente, será catalizada a través de la influencia etrusca, permeable a las influencias culturales orientales por acción de la actividad comercial y marítima (y usualmente la piratería). Esto, les permite elevar su nivel de vida económica y social. Asimismo, e constante peligro de verse atacado por invasiones interpeninsulares, como de enemigos externos, creó la conciencia de pueblo romano de considerarse como una unidad formada por lazos de sangre y religión. Asimismo, y en un sentido geográfico, el hostil medio geográfico de la llanura del Lacio y su suelo configuró el espíritu de los primeros labradores y habitantes de la zona, ligándoles en un lazo de adscripción entrañable a su tierra, cuyo medio y espacio geográfico trabajosamente lograron dominar.

Asimismo, Rostovtzeff señalará que en las colinas circundantes a Roma, se fundaron las instituciones que darán vida a la urbe. Es probable que la sede de Roma, defendida por quebradas y por el curso del río Tíber, fuese ocupada en primera instancia por pastores procedentes del Lacio y las colinas sabinas. Se añade que existieron

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dos fundaciones, una de los latinos en la colina Palatina y otra de los sabinos, en la colina del Quirinal. Por esta razón se refuerzan los planteamientos especulativos respecto al origen de Roma, señalada entre estas colonias a los márgenes del Tíber, y pierden sustento histórico, las tradiciones míticas que le atribuyen a la migración de Eneas (héroe troyano) y la fundación de Rómulo el fermento de la urbe.

La tradición sin embargo, fija la fundación de la República, superación de la monarquía hegemonizada por las elites etruscas, hacia el 508 a.c. La tradición señala, no obstante, que algunos de los reyes fueron de simiente sabina, lo que se ha de advertir en la continuidad de variados elementos culturales romanos, como las ceremonias religiosas: ello daría cierto sustento a la creencia que sostiene que la comunidad romana surge de la convergencia de las comunidades sabinas y latinas en los márgenes del Tíber. La fundación de la ciudad se señala entre el 814 y el 729 a.c., pero los datos pudieron ser manipulados en virtud de hacer creer que Roma era tan antigua como su rival transmediterráneo: Cartago.

Ahora bien, debemos detenernos en la institucionalidad en ciernes que desarrolla la monarquía sabino-etrusca en la Roma antigua. Éstos serán los antecedentes de algunas instituciones ulteriores de la República:

Fue gobernada ciertamente por reyes (rex sacrorum), investido en la figuras de autoridad religiosa, los sacerdotes. Eran comandantes supremos del ejército; no se sabe con certeza si su poder era hereditario o solo vitalicio; sus decretos al pueblo eran comunicados a través de la Comitia.

La población de la ciudad se encuadraba en las curiæ, que incluyen a los segmentos de la ciudad con a excepción de los esclavos. Eran de naturaleza religiosa y militar. Entre sus funciones políticas destacaba investir a un magistrado mediante una legislación especial: la lex curiata del imperio.

La existencia del Senado (Senex, senis: ancianos). Consejo de ancianos, asesor del rey, cuyos miembros se cuentan entre las familias (gens) más antiguas y ricas de Roma. Denominados patres, sus descendientes se identifican como patricii (ilustrii o Nobiles Patritii). Desde fecha temprana, este estamento gozó

de un sinnúmero de privilegios, origen de las disputas y querellas con los plebeyos2.

Entre los privilegios que cubrirán nuestro análisis, destaca la imbricación de los presupuestos religiosos en el ejercicio de poder político: Los patricios, entre los más importantes de sus privilegios era el derecho de actuar como intermediarios entre el rey y los dioses, y el seno de los colegios sacerdotales continuaron siendo exclusivamente patricios, hasta las postrimerías de la república. En este punto, nuevamente es importantísimo relacionarlo con Grimal, quien, ya en el desarrollo de los conflictos sociales de la República, el derecho de los patricios de tomar estos auspicios (interpretar la voluntad de los dioses sin la mediación sacerdotal) se manifestará en importancia a raíz de que su relevancia, radica en el hecho de que todo acto púbico debía estar precedido por necesidad de un entendimiento con los dioses. De esta manera, los patricios no tardaron en reivindicar el monopolio de las magistraturas, que llevaban aparejada la toma de los auspicios, vale decir, en la práctica, el consulado y la mayoría de las magistraturas mayores, que paulatinamente emanaron de él. “Este aspecto religioso de de la oposición [plebeya al poder patricio]

2 Los patricios tuvieron por mucho tiempo el goce exclusivo de los derechos de la ciudad de Roma, convirtiéndose en una casta privilegiada. Gozaron de los derechos políticos como:

Ius Sufragii: que los facultaba a votar en los comicios; Ius Honorum: que les permitía ocupar las magistraturas; Ius Militae: que les posibilitaba ser jefes de las legiones romanas; Ius Ocuppandi Agrum Publicum: que los autorizaba a tomar posesión de las

tierras conquistadas.En cuanto a la esfera religiosa:

Ius Sacerdotii: por el cual podían integrarse a los colegios sacerdotales; Ius Sacrorum: que les permitía ejercer el culto de la ciudad; Ius Auspiciorum: o derecho de consultar a los auspicios.

En orden a los derechos privados gozaron de: Ius Connubii: o aptitud legal para contraer matrimonio legítimo (Ius

Nuptiae); Ius Commerci: o derecho de realizar toda clase de negocio jurídico; Ius Actionis: o facultad de hacer valer en la justicia sus derechos por medio

de una acción (actio). Derecho del uso de tres nombres (Tria nomina): uno individual

(praenomen), otro gentilicio (nomen) y un tercero familiar (cognomen).

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contribuyó fuertemente a endurecerla y a crear entre las dos mitades de la sociedad romana una diferencia que pronto pareció irreductible” (Grimal; Pág. 42). Se advierte pues, una característica del ejercicio del poder en las sociedades antiguas: Se ejerce bajo sobre presupuestos divinizantes, como argumento y refuerzo de ese poder.

Respecto a las instituciones económicas de la primera Roma, baste señalar que las relaciones sociales se basaban en la familia (base de la vida comunitaria), en la que el patre es figura incuestionable. Esta familia se extendía en los clientes. Grimal, haciéndose eco de lo planteado aquí por Rostovtzeff, dirá de ellos: “hombres que no poseían por sí ninguna fortuna y se ligaban a un rico y noble patrón del que recibían ayuda y protección a cambio de ciertas obligaciones definidas” (Grimal; Pág. 42). La riqueza de la familia se sustentaba en el ganado (pecus), de ahí la derivación de la situación sostenida en el dinero por pecunia. A devoción por las divinidades que regulaban los ciclos agrícolas nos hace advertir la preponderancia de la agricultura en lavase fundamental de la economía de la primera Roma. Por último, el ejercicio del comercio se pondría del lado romano, ya que pronto la urbe rebasa la capacidad mercantil de las ciudades de la liga etrusca: Roma se constituye en un centro de intercambio de mercancías griegas y fenicias en la Península Itálica.

El fin de la monarquía se adscribe a la destitución de los reyes etruscos por la aristocracia local, y así, hacia el siglo IV a.c. se afirma que Roma vivió bajo una constitución creada durante el dominio etrusco y la clase dominante fue la aristocracia local, compuesta de etruscos y romanos (grandes propietarios terratenientes). Identitariamente, su adscripción cultural y lingüística en torno a latín, los sitúa más cerca del Lacio que de la vieja Etruria. Si esto ocurría a nivel de rancia aristocrática, el pueblo se definía y autoconcepcionaba como puramente romano.

III

ROMA EN EL SIGLO V Y COMIENZOS DEL IV A.C.

uperando las problemáticas que sugiere el origen de la comunidad romana en el Lacio, hemos de sostener, nuevamente ligando la lectura de Grimal, que una vez fundada la República

hacia el siglo V, ésta se verá convulsionada transversamente en su historia por las luchas que protagonizaron los estamentos antagónicos de la sociedad romana: los Patricios y los Plebeyos. Esta oposición, a juicio de Grimal, en una línea argumentativa homologable a la de Rostovtzeff, señalará que pondrá en peligro la existencia de misma del Estado Romano. El conflicto en sus claves se explica por el deseo de los Patricios de mantener sus prerrogativas políticas, y entre los segundos conquistar la igualdad de derechos.

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En la caracterización social de Rostovtzeff, se ha de percibir que Roma, hacia el paso de la República, ya se pergreña como un poder fuerte de base militar, que gobierna sobre una población agraria. Los tiempos de la dominación etrusca pronto de mostraron auspiciosos, dada la expansión de la ciudad, su novel y adquirida fortaleza y civilización, adquiriendo su vida cultural mayor variedad de matices. En el centro del Estado, Roma cobra vital relevancia por su balanza comercial, lo que trae aparejado más cambios en las relaciones sociales y de producción que en la institucionalidad (cariz tradicional de las instituciones republicanas, que con la crisis social y la expansión de Roma en el Mediterráneo, se mostrará insuficiente y deficitaria a las nuevas condiciones). El cambio de mayor significancia, fue la caída de la figura de los rex, reemplazados ahora por el poder consular colegiado (dos cónsules).

Un cambio social de relevancia particular es el surgimiento de la plebe, la clase plebeya; su importancia política es manifestación de la traslación de las condiciones sociales y económicas. Su origen manifiesto se asocia a los ciudadanos libres no pertenecientes a las gens patricias. Culturalmente, estaban alejados de la influencia cultural etrusca, modeladora de la nobleza romana, sino que es permeable a la influencia de las colonias griegas de la Italia meridional.

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Grimal, haciéndonos eco de la profundización del protagonismo político de la plebe, se debe abrir paso ante la exclusión del poder, mediante el mecanismo de la huelga y la amenaza de la escisión: Retiro hacia el extramuros del pomerium3 al Aventino (Centro del culto a Ceres, diosa plebeya por excelencia), declarando su voluntad de fundar una ciudad separada de Roma. Aquí se manifestará la política romana propia de la República, que a guisa de despresurizador de la demanda social: las concesiones con la plebe (no siempre satisfactorias). Se encarga así la creación de los Tribunos de la Plebe y la Comitia Tributa, organismos de defensa y participación política activa de la clase plebeya. Frente a una plebe organizada de tal manera, las prerrogativas legales de los patricios no podían mantenerse por largo tiempo (Oposición de la clase senatorial a las demandas plebeyas). Entre las ventajas legales que obtienen se cuentan:

Lex duodecim tabularum (XII tablas compuestas por los decemviros, codificación del Derecho y conocimiento de su interpretación)

Lex Licinia (Acceso de los plebeyos al consulado) Lex Canuleia (Matrimonios entre patricios y plebeyos) Lex Ogulnia (Acceso de los plebeyos a sacerdocio)

Rostovtzeff sostiene que a medida que Roma se cimentaba en recursos económicos y poder hegemónico hacia el siglo V, los patricios se ven obligados a solicitar a los plebeyos libres, la participación en las armas de Estado; a esto se asocia e transito desde ejercito noble a ejercito ciudadano que se señalará en las reformas militares de Servio Tulio en las postrimerías de la monarquía. Las campañas militares fueron prodigas en la cesión de tierras como retribución de servicios a los plebeyos, propietarios rurales libres, como así también, ingentes cantidades de clientes. Esto desemboca en que se hacen de una posición de independencia económica respectos a sus otrora patrones, convergencia significada en la necesidad de organización y la comunión de intereses de clase.

3 El Pomerium ( latín: postmoerium, que se traduce por "pasado el muro") era la frontera sagrada de la ciudad de Roma. En términos legales, Roma sólo existía dentro del pomerium, por lo que todo lo que estaba en el exterior eran tierras que pertenecían a Roma (pero no eran Roma).

El arma de participación política fue la inviolabilidad de los Tribunos de la Plebe y el derecho del ius provocationis, para apelar cualquier sentencia emanada desde una magistratura desfavorable a un plebeyo. Asimismo, la capacidad de veto a la legislación senatorial también se convirtió en útil herramientas de vindicación de la lucha social en instancias políticas.

Si bien existirá una ampliación de la base social que participe democráticamente de la vida institucional romana, se conquistaron mediante una política gradual de acuerdos sucesivos entre patricios y plebeyos.-