Radio LK Revista 2011 Marzo

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La nueva revista de RLK llegó para contarte todo lo que pasa en nuestros estudios.

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Cuando comenzamos con este proyecto pensábamos que la radio sería un espacio de experimentación y for-mación profesional, y realmente lo es. Pero lo cierto es que en el último tiempo hubo un cambio de paradigma con relación a los medios de comunicación y su rol en nuestra sociedad. Y es a partir de esta modificación que gran parte de ésa sociedad se está planteando, fuertemente, la necesidad de crear nuevos medios y escuchar nuevas voces En este contexto, y como resultado de un trabajo constante, hoy RLK es definitivamente una radio con identidad propia. Un lugar de estudiantes y jóvenes pe-riodistas que experimentan diariamente lo que significa producir sus propios programas con absoluta libertad. Un lugar que permanentemente pretende entretener pero también dar respuestas al reclamo de gran parte de nuestra sociedad: Nuevas voces, el ADN de Radio LK.

Copa Davis, la ilusión 2011 esta en marcha.

Desde Chajarí

Connie Ansaldi

Todas las estrellas te siguen

Cruce los AndesDEPORTES

ROCKUNDER

ESPECTÁCULOS

NOTA DE TAPA

CRÓNICA DE VIAJE

Toda la serie frente a Rumania de la mano de nuestro enviado especial en el Parque Roca. La única radio On Line acreditada para la Copa Davis. #04

Entrevista con la Grupo El Mundo de Chajarí como sólo 2 angeles para tu soledad te lo puede contar #08

Desde la peluquería, Con-nie charló con los chicos de Un Limite, reviví la entrevista de la mano de Agus Rey. #16

Última entrevista a Tavo Kupinski antes del accidente que le quitó la vida. En un mano a mano en el maratón del sábado de RLK Tavo nos dejaba muchas cosas #10

Viví el cruce a los Andes junto a Patty Fernandez. Un viaje mágico cargado de aventura #20

Editorial

Arranó la eterna ilusión argentina por ob-tener la Ensaladera de Plata. En Parque Roca, la legión, obtuvo una contundente victoria sobre su par de Rumania al imponerse 4 a 1. Nalbandian, Mónaco, Chela y Schwank, capitaneados por “Tito” Vázquez, volvieron a poner en marcha el sueño de los amantes del tenis. Festejos en el Court Central del estadio Mary Terán Weiss, abrazos entre los juga-dores y el cuerpo técnico. Fue un fin de se-mana de mucho calor. Se siente y se padece. Pieles rojas por todos lados y mucho olor a protector solar (inútil ante la circunstancia). Cuesta conseguir algo para tomar y refres-carse. Hasta el único perro acreditado (así es, un perro que habitualmente vive en el parque

tenía una credencial en su collar que le facili-taba el acceso a todos las partes del estadio) tenía dificultades para protegerse del calor. Cientos de personas salen del parque. Desde la tribuna, se tiene una perspectiva fenomenal, se puede ver el patio de stands, las carpas, la Torre Espacial (gigantesca construcción en el viejo Parque de la Ciudad) y el estacionamiento del parque completa-mente lleno. Han pasado muchas personas ¿Cuántas?, no se, pero no fueron pocas (quizás entre 12 mil y 15 por jornada). Fue un fin de semana de mucho movimiento. La fiebre por el tenis se volvió a insta-lar en Buenos Aires, y con esa fiebre su color. Estamos hablando del deporte blanco (aunque en realidad ya no es tan blanco).

De las chicas lindas en los stands, y de las colas interminables para tomar un helado pagando un preció exorbitante, por una tasa supuestamente grande. Pero es la Davis, y por eso tengo que llevar el sombrero que reparten (gratis) para el que hay más fila que para entrar al estadio. Momento, ¿Cómo

Copa Davis, la ilusión 2011 está en marcha.

ENVIADO ESPECIALtxt. Juan Manuel Asenjo :: No va más

explicamos que haya tanta fila para pagar por un una tasita de helado, como para recibir un sombrero de paja gratis? No hay explicación. Es puro contraste. Contraste como cuando tomas el 91 para llegar al estadio y pasas por el medio de Lu-gano 1 y 2, y terminas entrando a un estadio de tenis, donde lo que no falta es plata y la necesidad más básica es que el helado no se derrita tan rápido. Más allá de eso la gente disfruta de un deporte elegante, que en los últimos años creció en popularidad. El tenis es un deporte muy particular. Y cuando hablamos de Copa Davis, esa particularidad, crece de manera exponencial. Más que un partido de tenis parece un partido de futbol. Gritos, aplausos, silbidos, cantos y una ola que va y viene ante la incrédula mirada del equipo rumano. Ya llegara el turno de la conferen-cia de prensa para que el capitán de Rumania, Andrei Pavel, afirme que el publico realmente los molesto y aunque no fuera el factor deter-minante, “es muy difícil jugar con el publico argentino”. Quedo muy claro que Rumania fue visitante, en las tribunas del estadio, solo se pudo contar un par de banderas azules amarillas y rojas. Como última gran impresión de lo que fue esta primera serie de Copa Davis, hay que hablar del equipo ar-gentino. Euforia era lo que se vivía cada vez que salían a la cancha. Las mayores ovaciones se las llevo Da-

vid Nalbandian. La relación entre el publico y Nalbandian, parece un noviazgo. Con idas y vueltas, David está enamorado del público y la gente ama a David. Por eso las infaltables banderas con su rostro, con su nombre y el mítico “vamos David”, aunque no juegue el Rey. Buenos Aires vivio una vez más la fiesta del tenis, de las pelotitas amarillas y de las raquetas. Parque Roca, fue testigo de una nueva victoria. Y nosotros volvimos a sentir el color y el calor de la Copa Davis.

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El Parque Roca, ese lugar en el mundoEl estadio Mary Terán Weiss, está invicto. Desde que se inauguró en 2006, se juga-ron 7 series, siempre con victoria argentinas. Pasaron y cayeron: Suecia y Australia (2006), Gran Bretaña, Suecia y Rusia (2008), Holanda (2009) y Rumania (2011). El dato, la última vez que Argentina perdió como local jugando sobre polvo de ladrillo fue en septiembre de 1998, en el Buenos Aires Lawn Tennis Club, contra Eslobaquia (2-3)

El próximo rivalLuego de la victoria de Argentina ante Rumania por 4 a 1, se viene Kazajstán. Como no hay antecedentes de cruses entre ambos equipos, se realizo el sorteo que de-terminó que Argentina sea local. El equipo kazajo (que viene de eliminar de visitante a Republica Checa) esta integrado por Andrei Golubev (23 años, actualmente 43°); Mikahil Kukushkin (23 años, 63°); Yuri Schukin (31 años, 127º). Los choques entre argentinos y kazajos en el circuito ATP, muestran clara ventaja para nuestro país. Pag 6

De Chajari para El Mundo Se los veía inocentes, sentados esperan-do su comida en un bar bastante coqueto de la zona de Palermo. Habían cargado su mochila y estaban en Buenos Aires, recién llegados de su Chajari natal, provincia de Entre Ríos. Solo traían todos sus sueños grabados en un CD al que habían titulado “No me importa”. Un gran disco, compuesto por 10 temas, entre los cuales hay dos versiones de “Sin Gamulan” y “Mil horas”, ambos de Andrés Calamaro. “No me importa” entrega felicidad, regala felicidad, mejor dicho. Grupo El Mundo, es una banda alegre, que deja la vida arriba del escenario.Los Mellis, los cantantes,

Jorge y Rubén, me decían: “Nosotros laburamos arriba del escenario, dejamos la vida, sean 100 o 4, nos subimos a las mesas, nos tiramos al piso, gritamos, bailamos, dejamos la vida por hacer que se divierta la gente”. Se los veia seguros, humildes, con ganas de tener la posibilidad de empezar a sonar en Buenos Aires y que la gente los conozca. Contaban orgullosos:

“nuestra canción “Mas cerveza” suena en el programa Gran Hermano”. Pero siguiendo con el tema de la acti-tud y carisma en los shows de Grupo El Mundo, contaron una anécdota que habían vivido hace un tiempo: “Fuimos a tocar a Santa Fe y el lugar era medio frío, las luces tenues, la gente charlando entre si, muy tranquila; y el dueño nos dijo que tocara-mos, que hicieramos lo nuestro pero que ni nos preocupemos por el publico, que no nos iban a prestar atención. Entonces le dijimos que si la gente no se copaba con el show, no le cobrabamos. Al finalizar el show nos pago y nos felicito por lo que habíamos conseguido”.

Jorge y Rubén son muy parecidos y diferentes a la vez. Igual aseguran que hacen todo junto, que siempre disfrutaron de las mismas cosas y que rara vez discuten. Y que cuando esto pasa, a los 20 minutos, alguno siempre se acerca a hablar. Pero como toda

banda, y más del interior del país, entrar al circuito le cuesta. Entonces les pregunte si cambiarían su Chajari por esta nerviosa Capital Federal Lo voy a poner tal cual lo dijeron ellos: “¿Querés que te contestemos a duo? Por la banda hacemos lo que sea, si es necesario venir a vivir acá, lo hare-mos”.

txt. Diego Bruno :: 2APTSPag 8

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“Tavo” Kupinski fue durante casi 20 años la guitarra de LOS PIOJOS. Nacido en Palermo y adoptado por Ciudad Jardín, el músico reemplazó a Pablo Guerra en la popular banda a princip-ios de la década del 90. En 2009, cuando el grupo se separó, formó REVELADOS y en 2010 se sumó a LAS PELOTAS. Precisamente ese 18 de diciembre, “Tavo” se presentaba con la banda liderada por German Daffun-chio en “El Groove”, lugar al cual se acercó Diego Bruno, de “Dos ángeles” para hacer un movil, a la que el zurdo guitarrista accediò gentil-mente. En los estudios de

Radio LK Matata y Fabro, conductores al frente de “Maldito Vicio”, tuvieron el honor de hablar con el músico.

La calurosa tarde del 18 de diciembre de 2010 nos congregábamos después de mucho planificar los integrantes de los programas “Un limite”, “Dos ángeles para tu soledad” y “Maldito Vicio” en los estudios de Radio LK para realizar, entre corridas y mucha adrenalina, la primera maratón radial en la que tuvimos, entre otras cosas, la participación del Doctor Alberto Cormillot (que le dio consejos a Seba Perreta, de Un Limite, para subir de peso), la presencia en el piso de la banda juvenil “No lo Sopor-to”, la música en vivo de un gran guitarrista como lo es King George Clemons (grosso y carismático). Pero más allá de la emoción y el placer de hacer este trabajo colectivo, lejos estábamos de imaginarnos que esa tarde, lamentablemente, sería la última vez que escucháramos en una entrevista la voz de Gustavo Hernán Kupinski.

Todas las estrellas te siguenUltima entrevista a Tavo Kupinski

txt Matata Lagos Lamas :: Maldito Vicio

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¿Cómo te sentìs con esta nueva etapa en LAS PELOTAS?

Es como un sueño del que no me puedo despertar, con cada show que pasa es agradecerle a Dios o no se a quien, que me hayan aceptado para estar en este lugar y que me consideren para formar parte de la banda. Siempre fui fanático de las pelotas, incluso antes de grabar el primer disco con Los Piojos (Chac Tu Chac) iba a ver a Las Pelotas…y cerrar los ojos y tocar “Si Supieras”, no lo puedo creer! Me pre-gunto: “Que hago acà!?”.

Difícil no aceptarte en una banda, teniendo en cuenta que sos un gran músico…

Si, pero a veces no pasa por la calidad de músico que sos, tenes que tener en cuenta que entré en una banda ya formada con un gran colchón de música que venia sonando, y creo que lo fundamental fue que al ser un fanático de la banda, me sabia los acord-es y arreglos de todas las canciones…eso sumó muchísimo, quizás si tuve que aprender algunas estructuras, pero la base estaba.

A cada momento Tavo hacia hincapié a la calidad humana de las personas que integran LAS PELOTAS, siempre los destacó como un “grupo humano mara-villoso” y en todo momento dejaba ver su sentimiento de gratitud hacia Daffuncio y los suyos. La felicidad y la calidez se reflejaban en su voz, y no cambió aun

cuando tocamos un tema engorroso como lo fue (y lo es) la separación de LOS PIOJOS. No esquiva por ningún momento el asunto, lo enfrenta y se hace cargo de la parte que le toca. “En las Pelotas me siento con libertad, en cambio en Los Piojos para meter un tema era un qui-lombo, siempre ganaba la postura del que rompe las bolas y como yo no rompo

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las bolas…siempre mis temas quedaban relegados, a pesar de que el resto los apreciaban, muchas canciones quedaron afuera…no se sabe por qué” La traumática separación de Los Piojos, agrupación a la que ingresó en 1992, no le había impedido decidir con-tinuar sonando dentro de Las Pelotas y encabezar la banda Revelados que también integraban dos ex Piojos: el guitarrista Pablo Guerra y el baterista “Changuito” Farías Gómez.

“La propuesta inicial siempre surge de alguien y lo bueno es poder discutirla partiendo de un lugar que aporta. Lo que estaba mal en Los Pio-jos era no poder hacerlo y, por esas cosas, una banda pasa a ser un solista con acompañantes”, deslizó Kupinski en alusión a la supuesta actitud que en su momento adoptó Andrés Ciro Martínez. Deja claro que con el resto de la banda y en especial con Daniel “Piti” Fernán-dez, hoy líder de “la Franela”, la relación es excelente, “Piti es como mi hermano, creo que el quiebre de Los Piojos es cuando se fue él, porque él inventó el grupo, lo formó y fue quien le puso el nombre, sin él jamás hubiese existido nada, de afuera parecía un cambio fácil, pero en la interna de la banda destruyó todo, porque su personalidad y com-posición fueron los motores principales

de la banda, mas allá que Ciro sea la cara visible del grupo”

¿Hay alguna chance que se solu-cionen las cosas y vuelvan LOS PIO-JOS?

Es difícil, teniendo en cuenta el que quiere ser solista y los que tenemos alma

de banda, el que quiere ser solista no soporta todo lo que tiene que ver con decidir en banda, porque quiere decidir solo, y a su vez la estructura del grupo, que es nuestro manager (Pocho Rocca), esta del lado del que quiere decidir solo, por eso es que Los Piojos están ahí…con

Ciro. La separación es una cosa simu-lada, porque en realidad pocho y Ciro ya sabían que se iban juntos.

Es un tema engorroso para hablar…

No me molesta para nada, siempre dije que no vale nada haber tocado en Los Piojos, en el sentido que no cambiaria la forma de ser de uno, siempre fui el mismo, no importa si llenaba River o Arpegios, siempre seré el mismo y no me creo nada por haber tocado con Los Piojos, creo que son momentos, y si cambias y queres manejar todo, empie-zan los roces.

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Los piojosos nos quedamos con el recuerdo de tus solos de guitarra cuando tocabas “GENUIS”…

No, no, no…te digo la verdad, yo no se sobre el futuro, con Piti , Micky, Roger, Changuito está todo bien, el problema es que la banda se transformó en una empresa, y eso a un par no nos cabiò. Para mi los piojos es mi banda, yo no fui el guitarrista de Los Piojos…soy Los Piojos, y que no todos lo sientan así, y te quieran tomar examen…pasa a ser una cagada, porque somos todos iguales. Y hoy por hoy no tengo el sentimiento para sentarme a hablar con Ciro y con Pocho.

Lo que decís es respetable, pero nos duele en el alma…No es una puerta cerrada definitiva-mente, pero es muy difícil que suceda, aunque a mi me gustaría que nos sentemos a hablar, bajen un cambio y reconozcan que hubo cosas que se decidieron mal, pero tampoco depende de mi.

Bueno, si se reúnen y ar-reglan las cosas, la primicia la tenemos aca en RADIO LK…

Pero no tengas dudas, ante cualquier cambio de forma de lo que esta sucediendo, yo te voy a avisar (Risas)

Revelados tocó por última

vez el 18 de diciembre, en Hurlingham, y Kupinski tenía agendados conciertos en Neuquén con Las Pelotas y luego la presentación en el Cosquín Rock, donde iba a presentarse con ambos grupos. El destino no quiso que esto fuera así, y Tavo falleció el 4 de enero de 2011 a causa de un accidente automovilístico, junto con su esposa Flavia, y días mas tarde su hija menor, Bianca de 2 años, quedando como única sobreviviente de la tragedia, Lara de 4 años. Tavo Kupinski no solo deja un legado musical muy rico, sino también un ejem-plo de humanidad y por sobre todas las cosas de humildad, todos los que lo conocieron destacan esas virtudes en él. Y en cuanto a los que amamos su música, no pasará un día en el que no pensemos en Tavo, seguirá vivo en cada nota, en cada letra y en cada acorde…lo mejor que nos queda es recordarlo eter-namente, porque “si no existe la memoria todo lo nuestro es suicida”.

“Nunca me interesó la fama, es una consecuencia de mi trabajo” “Me alegro que estén haciendo su programa propio y generando sus contenidos, es un ejemplo para la gente que los chicos que estén estu-diando lo lleven a cabo. No hay que esperar a que otros le faciliten las co-sas, a veces hay que golpear puertas, y otras armarse solos”, así empezó una tarde de sábado entre los chicos de Un limite y la periodista Connie Ansaldi. La actual panelista de “Este es el show” es una de las mujeres con más seguidores en la red social Twitter. “Las redes sociales son un boom a nivel mundial, el Twitter es una

herramienta más de comunicación, en mi caso lo uso como un pro-grama de televisión con diferentes secciones: realizo solidaridad, formo parejas, hago concursos, encuestas, y también hay un momento para re-flexionar y divertirnos”. El año pasado Connie formó parte del debate de “Sábado show” opi-nando sobre “Bailando por un Sueño 2010”, este año se corrió el rumor que podría participar ella en el certamen de Marcelo Tinelli, pero se encargó de negarlo: “Yo no voy a estar, no se jugar ese juego, y tampoco podría soportar el formato porque soy una persona que se involucra mucho con el trabajo y sufriría”, sostiene. “La fama es una consecuencia de mi trabajo, nunca la busqué, además tampoco hablé de mi vida privada, ni necesite hacer escándalos o salir en revistas con poca ropa, por eso pre-fiero seguir trabajando de lo que yo

Connie Ansaldi en Un Limite

se, que es informar y entretener a la gente”. La cantidad de seguidores de Con-nie en Twitter aumenta considerable-mente cada día, más de 100.000 personas interactúan con ella a dia-rio, aunque asegura que bloquea a varias personas ya que no entienden el significado de sus mensajes. Le guste a quién le guste, lo bueno de la utilización de las redes sociales en el caso de Ansaldi, es que además de divertirse y pasarla bien, colabora e inculca la solidaridad para chicos, jóvenes, y adultos.

txt Agustin Rey

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Cuando me inscribí recuerdo que lo hice con tanta automaticidad que, cuando me mandaron un e-mail para confirmarme que ya era parte de los “expedicionarios” , no tuve prácticamente tiempo de volver atrás. ¿Impulsiva? quizá, lo llamativo fue haber encon-trado tanta gente en las mismas condiciones que las mías. Llevados por un sentimiento indescriptible de admiración, excitación, deseos, patriotismo, y

otros ingredientes más que son parte de un cóctel de gente espectacular, y por qué no, medio rara. De esas personas que cuando volvés a tu casa tenés ganas de presen-társelas a tus viejos, de invitarlas a dormir, jugar a la play, y demás activi-dades que harías sólo con personas que te generan admiración.

El inicio de la locura“Vos estás loca”, una afir-mación que escucho a dia-

rio, al principio pensé que era un comentario al pasar de la gente. Pero se fue convirtiendo en el común denominador de mis inter-locutores. Siempre fue así, pero cuando comentaba mis planes para el verano 2011 la intensidad de la frase se iba potenciando a medida que se acercaban las vacaciones. Pero claro, después empecé a ir a las clases de historia que se dan en el Instituto Sanmartiniano, que de aburridas, como

El Cruce de los Andes: cuando la travesía te atraviesa como personaCruzar los Andes no es algo que uno haga todos los días, almorzar en al menos 7 de esas jornadas un sándwich de milanesa con naranja de postre tampoco, y menos pasar 10 días arriba de una mula con 99 personas diferentes en género, edades, situación económica y lugar de origen. Pero lo hice, y no sólo experimenté cosas nuevas, sino que me encontré cabalgando en lugares realmente fantásticos que a la imaginación le quedan grandes, y en el transcurso de ese vivir cosas nuevas, me hallé redescubriéndome como argentina.

txt Patty Fernandez :: No va más

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el común de las clases de esa asignatura, no tenían nada. Lo mejor de todo es que, para contrarrestar, to-das las clases terminaban en una pizza con cerveza en una famosa pizzería porteña y, cada tanto, en un fin de semana afuera de la city para ir familiar-izándonos entre nosotros y con los equinos. Y así nos íbamos unien-do cada vez más, después de todo sabíamos que al llegar enero tendríamos que pasar 10 días juntos.

Palpitando el cruce Nunca había viajado a esa provincia, así que me tocó vivirla desde el lugar de turista. Y, después de haber tomado un avión con una mochila gigante cargada con cosas poco “urbanas” como alforjas, navaja, polainas, sogas, toallitas de bebé, 2 pares de lentes de sol, mucho protector solar, ciclistas, bolsa de dormir y bomba-chas de campo; lo único que me motivaba a recor-rer esa ciudad “calurosa” era el deseo de comenzar el Cruce.

Finalmente, después de un par de horas recor-riendo la capital de la provincia de los vinos, más de 100 personas nos reunimos en la terminal de la ciudad. Allí nos espera-ban para trasladarnos a la localidad de Uspallata, un valle a 1860 metros sobre el nivel mar, que se esconde detrás de las montañas desiertas que conforman la precordillera. Una vez allí un grupo de baqueanos -personas que aman la montaña, conocen cada rincón, cada piedra, cada altura, y se mueven sobre la mula con la agilidad con la que yo muevo mi mouse- comienzan a repartir a los “equinos”. Claro, para el que anduvo pocas veces a caballo - mi caso- el miedo es indescriptible. Lo único

que querés es que te toque un animal dócil, que se haga cargo de vos y en lo posible que te hable y te diga “flaca bajá un cambio que yo la tengo re clara y no pienso tirarte porque me caíste bien desde el momento en que me miraste con cara de em-patía, me pasaste la mano diez mil veces por el lomo tratando de ser simpática, te revolcaste en el suelo mostrándome que sos tan animal como yo y quisiste convidarme papas fritas para que me terminaras de cerrar”. Obviamente el caballo no abre la boca, pero deseas que sienta todo eso. De repente, en medio de tanto pensamiento bi-zarro, un “expedicionario” ya canchero, reincidente, con más de 3 cruces

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hechos, me dice “las estadísticas dicen que al menos una vez te caes”. En los Andes, les aseguro, las estadísticas funcionan, con lo cual, desde que te subís al caballo vas es-peculando dónde caerte, a qué altura, en qué posición y sobre todo qué te llevarías con vos si te vas al precipicio.

La montada Una vez arriba del caballo hay tiempo para pensar, pero no te rela-jas, disfrutas del paisaje, de los Andes, pero sobre todo, de tu compañero. En esas circunstancias valor-as la importancia de tener al lado alguien que, como vos, va hacía el mismo lado. Una metáfora de la vida, quizá. Te vas mimetizando con el animal, cada vez que hace sonidos extraños, en principio por las dudas, los imitas, no queremos que se ofenda. Después, como él, vas viendo donde meter el pie, como si vos fueras el que camina. Después de largas horas de cabalgata hasta querés

coordinar el ritmo de re-spiración. Con respecto a la cabalga-ta, aprendés a ponerle a tu caballo o mula la montura como si vos te estarías poniendo un jean. Al tercer día estás más canchero y el animal se dignó a, por lo menos, aflojar un poco.

En la alforja, una espe-cie de “baúl” del equino, “llevás lo necesario” y, obviamente algo más, porque pensás que en algún momento de peligro podés llegar a necesitar esa bolsa de caramelos sugus, no vaya a ser que te baje “el azúcar”.

Después empezás a darte cuenta que allá ar-riba -no de la montaña, sino de la mula- apenas te animas a tomar agua, no vaya a ser que en el momento en el que inten-tás buscar chicles en la alforja el caballo se des-barranque. Aunque, en general, después del cuarto día, hasta te animas a hacer pilates arriba del lomo del animal, pero eso llega una vez que el olor, los movi-mientos, incluso los “pen-samientos” son uno con el caballo y/o mula.

Picheuta El primer día llegamos montando, después de varias horas, a “Picheu-ta”, a 2027 MSNM. Detrás de unas montañas un río cristalino nos esperaba para que mojemos los pies, y no nos animamos a meternos enteros por el miedo a sufrir hipotermia. Igualmente, como la botella de cerveza frío no siente, desde el primer día empezamos a brindar. Si bien la euforia de llegar a Picheuta es con-

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tagiosa, por lo general, también se te suele partir la cabeza. Se rumorea que es debido a la altura, aunque supongo que tam-bién influyen el cansancio y las espirituosas que te tomas para paliar el frío. Algunos se animan a dormir al aire libre junto al río y bajo la luna llena. Para los que elegían ir al

sanitario durante la noche, no hizo falta usar linterna, la luna alumbra cada rincón y, reflejada en el río el efecto es aún mayor. El río es todo un tema durante la expedición, hay lugares reservados, en el sentido de la corriente:

te ubicas vos primero, si es que vas a tomar agua. Después, en segundo lugar, se ubican las ani-males para hidratarse, y si lo que uno quiere es higienizarse te posicionas en un tercer tramo. Ahora, si sos más risueño y preferís el río como sani-tario, y no las piedras, tú lugar es más abajo.

En Picheuta podes sen-tarte a tomar mates junto a un puente bastante pintoresco hecho con rocas, dicen que por ahí estuvo el General Las Heras, antes de reunirse con San Martín, durante el Cruce de los Andes. Es

un punto histórico, porque al ser sorprendidos por los realistas un Granadero logró escapar para alertar al resto del Ejército de los Andes que los realistas estaban atacando. Segundo día de mon-tada: al polvo volvemos.Amanecemos, y desde un primer momento, cuando descubrís la cara de cansancio acompañada de tierra que tienen tus compañeros, empezás a reírte. Toda la jornada es eso. Por suerte no tenés espejo, pero seguramente, si lo tuvieras, entenderías porque todos también se mofan de vos. En esas circunstancias vas a servirte el desayuno, en mesas comunitarias, y compartimos anécdotas, pero no sólo de la trave-sía, sino de vida. El des-ayuno cordillerano consta de un delicioso mate cocido acompañado por dos panes conocidos en la city porteña como “librit-os”. Ese desayuno que se repite por 10 días y que en otras ocasiones puede ser rutinario, te devuelve el alma al cuerpo después

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de haberte higienizado en aguas heladas y a la espera de que salga el sol por detrás de las monta-ñas para poder recibir algo de calor. El segundo día nos dirigimos a Polvaredas, a 2268 MSNM, su nombre se entiende cuando, en las cercanías, sentimos el viento golpeándonos en la cara con fuerza, y nos cubrimos con todo lo que podíamos. Sin embargo, eso no evitó las lastimadu-ras en los ojos que a mu-chos no les permitió con-tinuar con la cabalgata. A partir de este día muchos empezaron a ser víctimas de las tan temidas “pas-paduras” y dolores de rodillas, pero nada que un buen fogón a la noche no pueda paliar. Después de dejar a nuestros caballos y mu-las en el corral, haberlos alimentado, nos higien-izamos para sacarnos también un poco de tierra, y comenzamos a preparar el lugar en el que íbamos a dormir: una estación de tren abandonada. Dividi-dos por género, de un lado

las chicas, del otro los hombres, desde la ven-tana -sin vidrios, claro- de la “suite” que nos había tocado teníamos vista a la cordillera. No tiene precio el poder, desde adentro de una bolsa de dormir, sentir el fortísimo viento de “Pol-varedas” y ver la inmensa cordillera iluminada por la luna llena. El día “bizagra”. En Polvaredas comen-zamos a preparar a los caballos más tarde, antes tuvimos una charla pre-paratoria. Sucede que ese día íbamos a pasar por el “Paramillo”, un camino muy angosto que separa el precipicio de una cordillera rocosa. Nos informaban sobre todas las cuestiones vinculadas a la seguridad, pero so-bre todo, nos preparaban psicológicamente. Una vez que comen-zamos la cabalgata, y ya llegados “al inicio” del Paramillo, lo vez tan arriba y tan lejos que no te imaginas lo que va a ser hasta que empezás a atravesarlo. La verdad es que El Paramillo se im-

pone, da miedo, pero ya vas aprendiendo a confiar en la mula, evalúas cada pisada, en cada tropiezo del animal vos dejas todo, hasta quedarte sin aire, abajo el río corre a gran velocidad, arriba los cón-dores son testigos del re-speto sentís por el animal,

por la naturaleza, y por los que antes hicieron ese camino. Incluso, en un momento de confesiones, todos llegamos a la conclusión de que intentas controlar tu respiración para unirte más al animal, capaz de esa manera lo acompañes

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en la difícil tarea de cami-nar por un camino de no más de 50 centímetros. Si antes pensabas para dónde es conveniente caer, acá, te aseguro, que, ya sea para la izquierda o la derecha, nada es bueno, mejor seguir para adelante.

Pero todo pasa, después de esa montada intermina-ble, el color nos vuelve a la cara, a pesar del viento, a pesar del frío. Bajas del animal y lo primero que buscamos es un baño, cada uno piensa que “esa roca” te tapa de cualquiera, pero descu-

brís que la persona de adelante también pen-saba lo mismo de la roca que tiene al lado…y sin embargo ahí estás vos, compartiendo tu intimidad con el resto. Otra excusa para, después de 10 días, sentirlos como hermanos. En esa parada intermedia, Punta de Vacas –a 2418 MSNM-, es la primera vez que vemos el Aconcagua desde el camino, nos sentimos “más arriba” y logramos superar muchos obstáculos personales. A partir de ese día, en determinados tramos, montamos sobre las vías de un tren, que años atrás supo llevar vida a muchas localidades cordilleranas. Eso se convierte en algo pintoresco, te preguntas por qué se eliminó algo que unía nuestro gigante territorio, también reflex-ionamos por qué se olvida a quienes buscaron unir-nos como argentinos, ¿ en qué momentos, como individuos y sociedad, per-demos nuestra esencia?.

Llega a Penitentes Esa jornada difícil termi-

na en Penitentes, a 2578 MSNM. Ahí los fogones se hacen eternos, el frío se siente cada vez más, pero nada es un obstáculo para sentarse y vivir la noche de luna llena bien acom-pañado, con una guitarra, bombo, licores y vino. Llegados a este punto es-tamos todos abrazados. Amanecemos con un poco de miedo porque nos queda otro obstáculo más, que si superamos, después de eso nos aguantamos cualquier cosa. Se trata de La Que-brada de Vargas, un lugar a 3130 MSNM de subidas y bajadas interminables, pero sobre todo, muy empinadas, caminos vírgenes, transitados sólo por nosotros, desde arriba vemos animales muertos a la vera del río, lo único que pensamos es cómo hicieron para llegar ahí. Las subidas son realmente interminables, sentimos la respiración del animal que pareciera que no da abas-to. Si antes no te caíste, en Quebrada de Vargas lo haces, no hay montura

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que resista esas subidas y los animales ya están muy cansados. Intentas darles aliento, pero hasta vos estas exhausto. Una vez que llegamos al final del camino, los cabal-los se tiran al suelo, pero como se convirtieron en nuestros compañeros, se bancaron recibir nombres como “fernet”, “pelusita”, “negrito”, no tuvieron más opción que escucharnos hablar y arengar durante toda la travesía. Llegados a ese momento, no se los puede abandonar. Algunos disfrutan del almuerzo con otros compañeros, y los

que tienen sus caballos “tirados”, lo hacen al lado del animal, como si se tratase de un enfermo en un hospital. Lo único que nos motiva es que el día de descanso nos pisa los talones. Después de Quebrada de Vargas, una vez llegados a Puente del Inca, a 2751 MSNM, tenemos un día libre. Libre de monturas, de suciedad, de cabalgata, de mulas y caballos, pero no de fogones, brindis, guitar-ras. Incluso, y pese a la altura, muchos se animan a un partido de fútbol y a

una picada en la cantina de una unidad militar que nos recibe.

Hacia el límiteDespués de todos los tramos difíciles, de haber-nos caído, tirado, pateado, etc. Empezamos a dis-frutar cada segundo, los días que nos quedan de montada son para eso. Además, ya estamos entre amigos. Nada me unió tanto a personas, hasta ese momento desconocidas, como los Andes. Los baqueanos dicen, casi a modo de mito, que ese es

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el efecto de la montaña. Empezamos la última parte de la cabalgata, nos dirigimos hacia el límite con Chile en el Cristo redentor a 3838 MSNM. Estamos viviendo el final del trayecto, mientras las mulas y caballos suben, la emoción nos quiebra la voz. Los animales ya nos entienden, y nosotros a ellos. Logramos movernos con libertad, pero no sólo sobre el animal y con el animal, sino acompaña-dos de personas que nos hicieron parte de sus vidas y viceversa. Y si pensabas que en tu fiesta de egreso dejaste todo, te aseguro, que cuando llegas al final del cruce ahí dejas el alma, lágrimas y abrazos es lo que sobran. Por suerte nos queda un día más en Uspallata, el día de cierre. Mientras volvíamos pensábamos que se nos habían ago-tado las energías después de tantas emociones, pero la fiesta de cierre, la música y los festejos nos hace re-circular sangre por las vinas.

El final Obviamente no quer-emos que termine nunca, por eso apenas volve-mos no podemos hablar. No fue sólo un viaje, fue estar con 99 personas más redescubriéndonos y redefiniéndonos como ar-gentinos. No hay palabras que alcancen para descri-bir el Cruce de los Andes, ni siquiera cerrando los ojos e imaginando un frío que se filtra silencioso por el cuerpo, con las ma-nos frías y lastimadas de levantar diariamente una montura de más de 4 kgs, cansados y con la piel curtida por el sol. Respeto y admiración sentimos al pensar que alguna vez el Ejército de los Andes,

integrado por soldados, presos, criollos -argentinos después de todo- crey-endo en lo que el General San Martín promovía -un país, libre, independiente de cualquiera que quiera dominarnos-cruzaron esas montañas para liberarnos. Libertad es lo único que buscaban, y libertad es lo único que se respira en esa cordillera. Crucé los Andes con 100 individuos a quienes no conocía, en un terreno totalmente ajeno para mí, y sobre un animal que jamás había montado. Pero las condiciones, en general hostiles, te ense-ñan a tener más confianza en uno y, sobre todo, lo valiosa que es la confian-za en el otro, diferente en la mayoría de los casos. Pero celebras la diferen-cia, finalmente me doy cuenta que la diferencia, la sociabilidad, la adapt-abilidad, la solidaridad, la versatilidad y la heteroge-neidad, después de todo, nos caracterizan, entre tantas otras cosas positi-vas, como argentinos.

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