Ramallo, Germán - Reactivacion Del Culto a Las Reliquias en El Barroco

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RESUMEN Se analiza aquí un documento de 1639, conservado en el AHN, en el cual, el Cabildo de la catedral de Oviedo se dirige al rey Felipe IV de España, dando cuenta de la precaria situación en que se encuentran las rentas de la catedral. Ello es debido a la guerra (con Francia) que ha hecho que falten los juros de S. M., así como que no lleguen peregrinos a venerar las reliquias de la Cámara Santa. En el documento se acompaña una relación de las reliquias que, tras compararla con las que se hicieron en época medieval nos informa de los cambios habidos en ellas, así como de la potenciación que se hace de aquellas que puedan ser más acor- des con la nueva sensibilidad aparecida entre el mundo católico tras la Contrarreforma. Es también importante destacar cómo se resalta la relación que los reyes de España habían tenido siempre con este Santuario y cate- dral, y la función salvadora que estas reliquias habían tenido en momentos de grave crisis bélica, más en con- creto aun, cuando las campañas de la Reconquista. ABSTRACT Conserved in the National Historic Archive, a 1639 document is being analized here, in which the Ovie- do´s Cathedral chapter heads Felipe IV, king of Spain, informing about the poor situation in which the inco- mes of the cathedral are. It is due to de war against France which has resulted in the absence of your majesty´s juros and also in the fact that the piligrims do not adore the old relias in the Holy room. In the paper itself there is a list of the old relias, which after being compared to those in the medial age, tell us about the chan- ges they have undergone, in the same way they inform us about the promotion made of those which can be more adaptable to the new sensitivity appeared in the Catholic Word after the Counter Reformation. It is also important to notice how the relationship between the kings of Spain and this Sanctuary and Cathedral is high- lighted and the saviour role that those old relias had had in war moment, and even more in the Reconquest´s campaings times. PALABRAS CLAVE: Reliquia. Barroco. Peregrinación. Catedral. Oviedo. * * * * Reactivación del culto a las reliquias en el barroco. La catedral de Oviedo y su Cámara Santa en 1639 1 Germán Ramallo Asensio Universidad de Murcia LIÑO 11. Revista Anual de Historia del Arte 1 Este trabajo es parte de los resultados obtenidos por el Proyecto de investigación: El comportamiento de las catedrales españolas del Barroco a la Restauración, BHA 2000-0192-C08-00, financiado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología.

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RESUMENSe analiza aquí un documento de 1639, conservado en el AHN, en el cual, el Cabildo de la catedral de

Oviedo se dirige al rey Felipe IV de España, dando cuenta de la precaria situación en que se encuentran lasrentas de la catedral. Ello es debido a la guerra (con Francia) que ha hecho que falten los juros de S. M., asícomo que no lleguen peregrinos a venerar las reliquias de la Cámara Santa. En el documento se acompañauna relación de las reliquias que, tras compararla con las que se hicieron en época medieval nos informa delos cambios habidos en ellas, así como de la potenciación que se hace de aquellas que puedan ser más acor-des con la nueva sensibilidad aparecida entre el mundo católico tras la Contrarreforma. Es también importantedestacar cómo se resalta la relación que los reyes de España habían tenido siempre con este Santuario y cate-dral, y la función salvadora que estas reliquias habían tenido en momentos de grave crisis bélica, más en con-creto aun, cuando las campañas de la Reconquista.

ABSTRACTConserved in the National Historic Archive, a 1639 document is being analized here, in which the Ovie-

do´s Cathedral chapter heads Felipe IV, king of Spain, informing about the poor situation in which the inco-mes of the cathedral are. It is due to de war against France which has resulted in the absence of your majesty´sjuros and also in the fact that the piligrims do not adore the old relias in the Holy room. In the paper itselfthere is a list of the old relias, which after being compared to those in the medial age, tell us about the chan-ges they have undergone, in the same way they inform us about the promotion made of those which can bemore adaptable to the new sensitivity appeared in the Catholic Word after the Counter Reformation. It is alsoimportant to notice how the relationship between the kings of Spain and this Sanctuary and Cathedral is high-lighted and the saviour role that those old relias had had in war moment, and even more in the Reconquest´scampaings times.

PALABRAS CLAVE:Reliquia. Barroco. Peregrinación. Catedral. Oviedo.

* * * *

Reactivación del culto a las reliquiasen el barroco. La catedral de Oviedo

y su Cámara Santa en 16391

Germán Ramallo AsensioUniversidad de Murcia

LIÑO 11. Revista Anual de Historia del Arte

1 Este trabajo es parte de los resultados obtenidos por el Proyecto de investigación: El comportamiento de las catedralesespañolas del Barroco a la Restauración, BHA 2000-0192-C08-00, financiado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología.

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Es harto sabido que tras el Concilio deTrento en que la Iglesia bebió nueva sabiapurificadora se incrementó el culto a las San-tas Reliquias, vestigios materiales en los que sequería ver el fundamento de la Doctrina quetan debilitada había quedado tras los ataquesdel mundo protestante. Su búsqueda y sobretodo la de su autenticidad se hizo motivo pre-ferente, así como la intensidad de su culto quellegó a superar el ya obtenido en los siglosaltomedievales.

En este sentido puede considerarse emble-mático el hecho de dedicar los cuatro macho-nes que sujetan la cúpula de San Pedro delVaticano a las más importantes reliquias con-servadas allí, en vez de hacerlo a los Evange-listas como había sido habitual en otros tiem-pos del pasado; allí, en sus achaflanados fren-tes, se dispusieron dos pisos de amplias horna-cinas destinadas a la imagen del Santo y laglorificación de su reliquia, como el mejor sus-tento de la iglesia, templo material e institu-ción espiritual, al tiempo que idónea custodiapara el cuerpo de Cristo en la Eucaristía quealberga el baldaquino y el de su primer repre-sentante en la tierra que se halla exactamentedebajo.

En España se había ido por delante en lacustodia y culto de las reliquias y ya, en 1592se iniciaba en la catedral de Toledo, la Prima-da y por Vergara el Mozo (c. 1542- 1606), laobra del Ochavo2, suntuosa estancia destinadaa recogerlas que no sólo resultaba vanguardis-ta en concepción formal, sino y sobre todo, endestino y uso. En las últimas décadas del rei-nado de Felipe II se buscaban las reliquias parahacer acopio de ellas en El Escorial, pero antetodo aquellas que, por riguroso estudio históri-co de su procedencia y conservación, no ofre-cieran dudas de autenticidad. Esta costumbrefue seguida por monasterios y catedrales querescataban del olvido sus preciosos restos y lesbuscaban lugar adecuado de exposición alculto o, en caso de no tenerlo, se construía denuevo. Unido a ello está el fenómeno de patro-nazgo local o de diócesis que lo obtiene aquelde quien se tenga la más importante reliquia o

al menos, la más reconocida por el pueblodevoto.

También el mismo rey Felipe III, tan des-preocupado en los asuntos de gobierno, diomuestras de esta devoción al visitar en 1603 ycon la reina D.ª Margarita la catedral de Palen-cia3 a fin de honrar las reliquias de San Anto-lín; tras ello se intenta conseguir todas las queexistieran de este Santo por otros lugares,incluida Francia. Esta catedral también habíasido pionera en su preocupación por las reli-quias ya que en 1600, se acordó en Cabildo sereuniesen todas y se colocasen muy adornadasen la nueva capilla de la sacristía4. Siguiendoeste mismo espíritu, el cabildo de la catedral deBurgos, apoyado por el patrocinio de su Arzo-bispo Fernando González Acevedo, remodelanla capilla del acceso sur a la girola, dedicada aSanto Tomás de Canterbury, a fin de convertir-la en Nueva Capilla de las Reliquias5; se cons-truyó aquí un ámbito lleno de referentes sim-bólicos y de traza muy cuidada, rematada concúpula-linterna que se perfora por ocho gran-des vanos, de forma tal que en los documentoscoetáneos se le califica como preciosa, peroeste ámbito pasó unirse con la capilla colateralpara conseguir así un espacio mayor y alarga-do en el cual el arzobispo D. Enrique de Peral-ta financió la capilla de San Enrique o del EcceHomo (a partir de 1670) para su enterramien-to, diluyéndose entonces el primitivo sentidode la anterior 6. Parecida actuación y por lamisma fecha vemos en la catedral de Santiagode Compostela que, entre los años 1625-30,adecua la capilla Panteón Real para convertir-la en capilla de las reliquias, para lo cual la

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2 CAMPOY, J. M., “Cartas del Licenciado Sebastián Garay,canónigo-obrero, al secretario del cardenal Sandoval yRojas, sobre la construcción de la Capilla del Sagrario”,Boletín de la Academia de Bellas Artes de Toledo, 1928,p. 146. MARÍAS FRANCO, F., La arquitectura del rena-cimiento en Toledo (1541-1631), V. 4º, IPIET-CSIC,Toledo- Madrid, 1986.

3 MARTÍN GONZÁLEZ, J. J., “La catedral de Palenciaentre los obispados de Axpe y Siena y Molino Navarre-ta (1594-1685)” Jornadas sobre la catedral de Palencia,Palencia, 1989, pp. 183-203.

4 Ibíd., p. 192.5 MATESANZ DEL BARRIO, A., “El patrocinio artístico de

Don Fernando Acevedo arzobispo de Burgos”, Cuader-nos de Trasmiera, Santander, 1993, pp. 83 a 102. IBID.,Actividad artística en la catedral de Burgos de 1600 A1765, Caja Burgos, Obra Social, Area de Cultura, pp.484 a 492.

6 IGLESIAS ROUCO, L. S., “La capilla de San Enrique en lacatedral de Burgos. Aportaciones a su estudio”, BSAA,Valladolid, 1991, p. 424 y ss. Después de esta actuación D.Enrique de Peralta quiso financiar la construcción de unanueva capilla para las reliquias, pero al no hallar sitiofavorable destinó su dinero a las obras de reforma delpresbiterio y trasaltar. Y por fin, ya en 1765, se consiguiórealizar en la antigua capilla de San Pedro: MATESANZDEL BARRIO, A., Obra citada, pp. 484 a 492.

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dota de un fastuoso retablo7 en el que, a imi-tación del baldaquino de Bernini, en SanPedro, se usaron las primeras columnas salo-mónicas de España.

En estos ejemplos expuestos las reliquiasya formaban parte del patrimonio de las cate-drales, pero también se da el caso de preladosque aportaron nuevas reliquias, propias o tra-ídas de algún centro de difusión seguro y lasubicaron en lugar preferente y destacado delos templos de sus diócesis y en especial enlas catedrales. Sucedió así en la catedral deMurcia y con el obispo franciscano fr. Fran-cisco Antonio Trejo que colocó los preciososrelicarios traídos de Roma en la grandiosa yrica capilla que mandó levantar a la Inmacu-lada, dignificando con ello el espacio del tras-coro8.

Otros ámbitos en que se recogen y exhibenlas reliquias es el de las sacristías; en ellas seabrieron armarios o se hicieron retablos ade-cuados, casi siempre con puertas, para poderocultarse el precioso contenido. Son estos loscasos de Jaén, quizás el más temprano, 1620-1630; Orihuela, Sigüenza o ya de mediados delsiglo XVIII, Astorga, Plasencia y Mondoñedo.Especialmente interesante es lo que sucede en lacatedral de Córdoba cuando su obispo, el carde-nal Salazar, en 1697 promueve la construcciónde la sacristía mayor que adopta la forma deoctógono con los nichos en frentes alternativospara los sepulcros, y sobre una cripta de lamisma planta en la que dos de los nichos se des-tinan a la custodia de las reliquias9.

El particular caso de Oviedo

La catedral de la capital asturiana se habíavisto muy privilegiada desde sus orígenes por

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7 OTERO TÚÑEZ, R., “Las primeras columnas salomónicasde España”, Boletín de la Universidad de Santiago, nº 63,Santiago de Compostela, 1955, pp. 337-344. GARCÍAIGLESIAS, J. M., A catedral de Santiago de Compostela eo Barroco, Santiago de Compostela, 1990.

8 SÁNCHEZ-ROJAS FENOLL, M. C., Las obras artísticasdel obispo Antonio Trejo en la catedral de Murcia(1623-1628), Universidad de Murcia, 1971.

9 TAYLOR, R., Arquitectura andaluza. Los hermanos Sán-chez Rueda, Ediciones de la Universidad de Salamanca,1978.- NIETO CUMPLIDO, M., La Catedral de Córdoba,Caja Sur, 1998.

Cámara Santa. Catedral de Oviedo, primera mitad del siglo IX con añadidos en la segunda mitad del siglo XII

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una gran abundancia de reliquias que, segúnlas crónicas más antiguas y fidedignas proce-dían de la misma Jerusalén10, ya que al habersido ésta ciudad invadida por Cosroes, rey dePersia (531-579), se guardaron en un arca demadera de cedro hecha por los mismos apósto-les y se trasladaron a algún lugar del norte deAfrica, pero al ser también esta zona saqueadapor las tropas musulmanas se volvieron a tras-ladar y pasaron a España, según unas versio-nes a Cartagena11, lugar seguro (aunque porpoco tiempo) o, según otra a Sevilla 12; de allíy siempre huyendo de la profanación, llegarona Toledo y por fin entraron en las tierras astu-rianas. Ya en Asturias, se escondieron en unacapilla construida en la cima de una de susaltas montañas en la sierra del Aramo que,desde entonces, es llamada el Monsacro y porfin, tras la pacificación de la zona costera ytraslado de la Corte a Oviedo, a su basílica deSan Salvador13. También siguiendo la tradi-ción, no ratificada por las crónicas altomedie-vales, esta llegada a Oviedo tuvo lugar entiempos del Alfonso II el Casto (791-842), porlo cual este mismo rey hizo levantar una capi-lla junto a su palacio en la que se podían cus-todiar con la debida seguridad. Todo esto mez-cla leyenda con la realidad histórica de formaque será muy difícil separar una de otra y paracomplicar aun más el origen de semejantetesoro sagrado, aun hemos de contar con elActa que se redactó al momento en que el reyAlfonso VI de León y Castilla abrió el Arca

para que se examinara su contenido y queda-ra constancia de él. Esto sucedió el 13 deMarzo se 1075, año en que el rey, acompañadode las infantas Urraca y Elvira, Rodrigo Díaz,además del obispo Ariano que entonces regíala Sede ovetense y otros de otras diócesis(Palencia, León, Astorga y Oca), hizo abrir laya muy venerada Arca. De todo lo que allíhabía se hizo un inventario que luego fuecopiado en el siglo XIII, siendo ese el que aunse conserva en el Archivo Capitular14, aunquetambién se hizo un extracto de las reliquiasmás destacables y se grabó por el exterior delarca de manera que quedara constancia de loque guardaba el precioso receptáculo15. La ins-cripción se colocó como marco de la tapasuperior en la que se esgrafió una bella yexpresiva escena del calvario16. Curiosamente

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10 Las fuentes altomedievales en que se da cuenta de estasreliquias son principalmente: la Crónica de Valencien-nes, la de Cambray y Cheltenham, el Liber Testamenta-rum de la Catedral de San Salvador, de Oviedo y la Cró-nica Silense. En las tres primeras se da cuenta del viajedel Arca y se hace descripción pormenorizada de lasreliquias que contiene; en la última solo se habla de lostraslados y no se da cuenta del contenido. FERNÁNDEZCONDE, F. J., La Iglesia en Asturias en la Baja EdadMedia. Estructuras económicas – administrativas, Ovie-do, 1987. – GARCÍA DE CASTRO VALDÉS, C., Arqueo-logía cristiana de la Alta Edad Media en Asturias, RealInstituto de Estudios Asturianos, Oviedo, 1995, pp. 364a 367.

11 Esto se dice en las crónicas de Valenciennes, Cambray yCheltenham y en el Liber Testamentarum.

12 En la Crónica del Silense encontramos esta variante. 13 Este es el relato que terminó por aceptarse como el más

fidedigno y fue recogido por la mayor parte de la his-toriografía posterior. Últimamente se ha hecho un buenestudio histórico crítico de todas las posibilidades y sujustificación por GARCÍA DE CASTRO VALDÉS, C., “Lasprimeras fundaciones” en AA. VV:, La catedral de Ovie-do, Ediciones Nobel, T. I, pp. 49 a 55.

14 Este Acta no dice nada del largo viaje del Arca, expli-cando por el contrario que eran reliquias recogidas dedistintas iglesias de Toledo que se habían trasladado aAsturias huyendo de la profanación. Se hace el inven-tario de ellas que, curiosamente no coincide con el quese da en las crónicas antedichas en las que hay másobjetos exóticos procedentes del horizonte humano ygeográfico de Cristo en su vida terrenal. GARCÍALARRAGUETA, S., Colección de documentos de la cate-dral de Oviedo, Diputación de Asturias, IDEA, 1962, PP.214-219.

15 La transcripción ya la hizo Ambrosio de MORALES en1572 en su Viaje a los reynos de León y Galicia y Prin-cipado de Asturias, Madrid, 1765, pp. 71 – 72 (Ed. Fac.,Biblioteca Popular Asturiana, Oviedo, 1977) y muchomás tarde MIGUEL VIGIL, Asturias monumental epi-gráfica y diplomática, Oviedo, 1887 (Ed. Fac., Oviedo,1987). GÓMEZ-MORENO, M., “El Arca Santa de Oviedodocumentada”, Archivo Español de Arte, nº 69, 1945,pp. 125-135. Posteriormente muchos otros la hanincorporado a sus trabajos, pero es especialmente des-tacable: DIEGO SANTOS, F., Inscripciones medievalesde Asturias, Servicio de Publicaciones del Principadode Asturias, 1994.

16 Usaremos la transcripción que hizo el cronista de Feli-pe II, Ambrosio de Morales, recogida en CUESTAFERNÁNDEZ, J., Guía de la catedral de Oviedo, Oviedo,1957, pp. 99 y 100. Como hemos dicho no se recogentodas las que pasaron a la crónica; solamente lassiguientes: “...mucha parte del madero o cruz del Señor;de su vestidura la cual fue echada en suerte; del delei-table pan de que comió en la Cena; de la sábana delSeñor y de su sudario; y de su sangre Santísima. De latierra santa que él con sus santos pies holló; de las Ves-tiduras de su Madre la Virgen María y también de suleche, lo cual es grande maravilla. Con estas están jun-tamente algunas muy principales Reliquias de Santosde los cuales escribimos aquí los nombres como pudi-mos. Combiene a saber: de San Pedro, Santo Tomás,San Bartolomé, de los huesos de los Profetas y de todoslos Apóstoles y de otros muchos Santos cuyos nombressolo la sabiduría de Dios los comprende...” y aun al

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esta relación de reliquias no coincide con lasque reseñan las crónicas antedichas y es más,se dice que el contenido del Arca se formó conlas reliquias que fueron recogidas de distintasiglesias de Toledo, sin mencionar la excepcio-nal procedencia, ni el largo viaje.

El caso es que este maravilloso conjunto dereliquias fue eficaz reclamo de peregrinos yhasta reyes que mantuvieron la fama de lasede ovetense y por ello, la ciudad misma, aundespués de que la corte pasara a León, proyec-tándose esa fama de ciudad santa durante todala baja Edad Media.

En efecto, recordemos que el hallazgo delcuerpo del apóstol Santiago se había produci-do en tiempo de Alfonso II y que él mismo con

su Corte había realizado la peregrinación. Trasesos momentos y por las causas históricas queson de sobra conocidas se incrementó la pere-grinación a Santiago hasta niveles insospecha-dos. Los peregrinos hacían el camino por tierrao por mar. Si era de la primera forma, las tie-rras por las que pasaban eran las situadas másal norte ya que, aunque presentaran más difi-cultades topográficas y climatológicas, se pre-ferían por la poca seguridad que ofrecían lasde más al sur –por las que luego se conforma-ría el Camino- hasta bien entrado el siglo XI.En esta ruta se encontraban con el Santuariode Oviedo que tenía la mayor fama y devoción.Pero si lo hacía por mar, o mixto, siempre sehacía parada en algún puerto de la costa astu-riana para venerar las reliquias de El Salvador,de Oviedo. Todo esto, como ya hemos dichoarriba, estaba apoyado por la devoción de losmismos reyes y así Fernando I dice en la His-toria Silense preferir entre todos los SantosLugares de su reino a la iglesia de San Salva-dor; igualmente Alfonso IX visitó varias vecesla ciudad para venerar su valiosa colección yAlfonso X se refiere al peregrino como “Omeestraño, que va a visitar el Sepulcro Santo deHierusalem e los otros Santos logares...; o queandan peregrinaje a Santiago o a Sant Salva-

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final de la inscripción añade a “San Justo y Pastor, SanCosme y Damián, Santa Eulalia Virgen y de los SantosMáximo, Germano, Baudilio, Pantaleón, Cipriano yJustina, Sebastián, Facundo, Cristóbal, Cucufate, Félixy Suplicio”. Esta última relación difiere de la que, enúltima lectura, realizó y tradujo DIEGO SANTOS, F.,Inscripciones medievales en Asturias, 1994, pp. 61 a 64,en la que se incluye a los santos. “Justo y Pastor, Adria-no y Atalaya, Cosme y Damián, Julia, Verismo, y Máxi-mo, Germán, Baudelio, Pantaleón, Cipriano y Eulalia,Sebastián, Cucufate, Félix, Suplicio.”

Arca de las reliquias o Arca Santa. Catedral de Oviedo, Cámara Santa. Año 1075

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dor de Oviedo”17. En 1345 visitó también elSantuario Alfonso onceno y lo hizo de pasohacia Santiago y para cumplía la promesa quehabía realizado si salía con bien de la Batalladel Salado y la toma de Algeciras; de hecho,como recuerdo de esa visita, quedó en la cate-dral una magnífica estatua en piedra caliza detamaño algo menor que el natural, sin dudapara agradecer el magnánimo gesto de sugenerosa donación para levantar el claustrogótico que se estaba comenzando por aquelentonces18. Y por último, aunque los ejemplospodrían ser más numerosos, destaquemos laspalabras del cronista Esteban de Garibay des-cribiendo el viaje más frecuente a Santiago:“El viaje ordinario de la peregrinación de San-tiago de Galicia desde el tiempo en que fuehallado el cuerpo del Santo Apóstol, se solíahacer entrando de Francia por Guipúzcoa aVizcaya, y de allí a las tierras que llaman de LaMontaña, y de ella a las Asturias, primero deSantillana y luego de Oviedo, cuya muy devo-ta iglesia de San Salvador visitando entrabanen Galicia”19.

Como hemos dicho más arriba, las valiosasreliquias de El Salvador se guardaban en sumayoría en el Arca Santa, joya de la orfebreríarománica20, y ésta en el presbiterio de la Capi-lla de San Miguel o piso superior de la Cáma-ra Santa que aun tenía otro piso inferior dedi-cado a Santa Leocadia. Su construcción selleva a tiempos del Rey Casto, aunque bien escierto que no se recoge en los documentos deeste periodo y hay que esperar a los de AlfonsoIII para encontrarla citada, Se hizo conectada al

palacio por una de las torres que flanqueaban lafachada: era una capilla palatina en la que, sinduda, tendrían lugar actos muy trascendentesde la corte. Todo el piso inferior estaba cubiertocon bóveda de cañón seguido, mientras el supe-rior sólo utilizaba este recurso en el ábside comoSancta Santorum que era. Pero en el últimocuarto del siglo XII se abovedó también suúnica nave, usando ya de las técnicas románi-cas más maduras, con sus tres arcos fajones des-cansando en las seis excepcionales parejas deapóstoles; es posible que esta actuación respon-da a otro privilegio real concedido al Santuarioy por el rey Fernando II21.

Durante el siglo XV se desarrollaron lamayor parte de las obras de la catedral góticaque, por el brazo sur de crucero, se unió al ves-tíbulo superior de la capilla y aun abrió en sufrente un gran arco desde el que se ofrecía a laadoración del pueblo el Santo Sudario, la máspreciada reliquia. La afluencia de peregrinosen este y el siglo siguiente debió ser notable,aunque ya se prefería hacer desde León paraluego seguir por el interior hacia Lugo o vol-ver hacia el sur hasta Ponferrada. Desconoce-mos cuando se acuñaría la frase: “Quien va aSantiago y no al Salvador, visita siervo y no alSeñor”, pero ello demuestra que los asturianosno querían quedarse marginados respecto alflujo continuado de peregrinos22.

Las reliquias

Como ya ha quedado expuesto, hay unadiferencia notoria en el contenido del Arca si

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17 Tomado de RUIZ DE LA PEÑA SOLAR, J. I., “La pere-grinación a San Salvador de Oviedo y los itinerariosasturianos del Camino de Santiago” en Santiago. LaEuropa del peregrinaje, Barcelona-Lunwerg, 1993, p.263.

18 CASO FERNÁNDEZ, F., La construcción de la catedralde Oviedo (1293-1587), Oviedo, 1981.

19 CASADO SOTO, J. L., “Las rutas a Santiago por y juntoa la mar de Poniente”, en AA. VV., Rutas Jacobeas porCantabria, Centro de Estudios Montañeses y Consejeríade Cultura, Santander, 1993, pp. 37.

20 Del Arca Santa se han ocupado muchos investigadores,pero destacaremos a: GÓMEZ-MORENO, M., “El ArcaSanta de Oviedo documentada”, Archivo Español deArte, 69, Madrid, 1945, pp. 125 a 136. - MANZANA-RES RODRÍGUEZ, J., Las joyas de la Cámara Santa,valores permanentes de Oviedo, Tabularium Artis Astu-riensis, Oviedo, 1972., pp. 20 a 28. - CID PRIEGO, C.,“Orfebrería Románica”, en El Arte en Asturias a travésde sus obras, Oviedo, 1996, Ed. Prensa Asturiana, S. A.,470 a 475.

21 FERNÁNDEZ GONZÁLEZ, E., “Estructura y simbolismode la capilla palatina y otros lugares de peregrinación:los ejemplos asturianos de la Cámara Santa y las ermi-tas del Monsacro” en Las peregrinaciones a Santiago deCompostela y San Salvador de Oviedo en la EdadMedia, Oviedo, 1990, pp. 335-397. AZCÁRATE RISTO-RI, J. M.ª, La escultura de la Cámara Santa de la cate-dral de Oviedo, Consejería de Educación, Cultura,Deportes y Juventud, Oviedo, 1993. ARIAS PÁRAMO,L., La Cámara Santa de la catedral de Oviedo, EdicionesTrea, S. L., Gijón, 1998.

22 Recientemente se ha presentado por Yayoi KAWAMU-RA una comunicación al Congreso: El comportamientode las Catedrales Españolas del Barroco a los Histori-cismos, celebrado en Murcia del 29 al 31 de Octubre de2003, en la que se analiza “La Capilla de los Peregrinoso de Santiago” que existió aneja la Sala Capitular yarchivo de la catedral de Oviedo. RAMALLO ASENSIO,G., editor, Las catedrales españolas del Barroco a losHistoricismos, Servicio de Publicaciones de la Universi-dad de Murcia, 2003.

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lo que se consulta es el Acta de apertura de1075 o la inscripción que la resume en la tapa,o cualquiera de las otras crónicas antedichas:Liber Testamentarum, Cambray o Valenciennes.

La primera es muy abundante en reliquias desantos, preferentemente hispanos y más parcaen exóticas reliquias vinculables a los escena-rios y personajes relacionados con Cristo,

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Nueva Cámara Santa o Capìlla de Santa Bárbara. Catedral de Oviedo. Año 1660

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mientras que en las otras pasa todo lo contra-rio. Directamente de Cristo se mencionan: unLignum Crucis, gotas de su Sangre, Pan de laCena, trozo de tunica, Santo Sudario, Piedradel Sepulcro y Tierra pisada por él. De María:un trozo de su vestido y leche.. En cuanto a lasreliquias apostólicas, citan sin especificar dequé se trata, las de Pedro, Tomás, Bartolomé,Santiago, Andrés, Juan y Pablo. Asimismoreseñan de Juan el Bautista; huesos de los pro-fetas y cenizas de los Jóvenes hebreos Azarías,Ananías y Misael. A esto hay que añadir aunlas de 59 santos más que están representadosen fragmentos de su cuerpo (sin especificar),trozos de sus vestimentas, y cenizas; y quecorresponden al mundo oriental, norte africa-no, italiano, galo y por fin, también hispano,siendo de estos últimos los más numerosos23.

En la crónica de Valenciennes, además de lascristológicas y mariológicas antedichas, abun-dan las reliquias exóticas como son: pañales delpesebre de Belén, pan de la multiplicación, tie-rra del Monte de los Olivos, tierra del cemente-rio donde resucitó Lázaro, trozo de su sepulcro,una aceituna de la rama de olivo llevada porJesús el dia de su entrada en Jerusalén, y una dela hidrias de Caná en donde Jesús transformó elagua en vino. Como muy especial puede consi-derarse la sangre del costado de una imagen deCristo, crucificada por los judíos y traspasadapor lanza. Además hay leche, vestido y cabellosde la Virgen; frente y cabellos de Juan el Bau-tista; cabellos de María Magdalena, y la sanda-lia del pie derecho de San Pedro. De las delAntiguo Testamento, junto a los huesos de losprofetas y de los tres jóvenes hebreos en elhorno, se cita el manto de Elías, una piedra del

Sinaí y la vara de Moisés. Y en cuanto a la por-menorizada relación de santos que se recoge enel Acta e inscripción de la tapa del Arca, se sus-tituye aquí un impreciso “muchas cápsulas conreliquias de santos mártires, confesores y vírge-nes”, concretando tan sólo: la mano de SanEsteban. Y eso sí, también se especifican lasreliquias, de cuerpo o de vestimenta, de los san-tos hispanos que se convertirán en auténticospilares de la sede ovetense: S. Eulogio, S. Serra-no, S. Julián, Sta. Leocricia, Sta. Eulalia, S.Vicente abad, San Pelayo, y la casulla de S. Ilde-fonso. En cuanto a las relaciones de Cambray yCheltenham y el Liber Testamentarum son entodos los casos resúmenes de ésta última.

No entramos aquí en el análisis crítico deestas diferencias tan notorias de origen del Arcay su contenido, pues ya ha sido hecho y pensa-mos que muy acertadamente, por los arqueólo-gos medievalistas que se han ocupado del tema24,llegando a la conclusión de que lo más fidedignopara saber el contenido del Arca sea la relaciónque se hace cuando la apertura y las restantesreliquias se hubieran incorporado más tarde,unas desde el mundo oriental y otras desde terri-torios hispanos. Consiguiéndose así el rico baga-je que toda Europa conocía desde el siglo XI,momento de intensificación de la peregrinación aSantiago y consiguiendo hacer de Asturias undestino o por lo menos, una ineludible escala.

Situación en 1639

Al llegar al siglo XVII que, como hemosdicho supuso el momento de auténtico auge delculto a las reliquias y después de haber recibidola visita del enviado real, Ambrosio de Morales,el Cabildo tomo consciencia de la poca adecua-ción habida entre el receptáculo arquitectónico yel contenido, de manera que comienza a tratar-se de ello e incluso, en 1620, llegan a pedirlicencia y ayuda a Felipe III para, sin demoler loexistente, antes bien dejándolo como reliquia ensí, ampliarlo en altura y anchura para que fue-sen expuestas las valiosas reliquias y objetoshistóricos de manera más adecuada25. Pero almismo tiempo (desde 1619) estaban también porla labor de abrir la girola con capillas y una

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23 Los santos orientales son: Adrián, Natalia, Esteban,Cosme y Damián, Sergio y Baco, Tirso, Mamés, Panta-león, Román y Cristóbal. Los del ámbito itálico: Sebas-tián, Sulpicio, Lorenzo, Inés, Ágata, Liberio, Estabanpapa, Eugenia, Pedro exorcista, Simplicio, Faustino,Beatriz y Petronila. De entre los mártires galos sóloestán representados: Baudilio, Martín y Julián de Vien-ne. San Cipriano es el ejemplo de las tierras norteafri-canas. Y los mártires hispanos, más abundantes, son:Justo y Pastor, Eulalia, Emeterio y Celedonio, Fructuo-so, Augurio y Eulogio, Justa y Rufina, Eulalia de Bar-celona, Verírsimo, Máximo y Julia, Germán, Cucufate,Servando y Germán, Félix, Facundo y Primitivo, Vicen-te levita y Fausto. Aun se citan siete santos más de ubi-cación imprecisa y son estos: Eulalio diácono, Jeremí-as, Rogelio, Servo, Pomposa. Esportelio y Juliana. Rela-ción y clasificación tomada de GARCÍA DE CASTROVALDÉS, C., “Las primeras fundaciones” en AA. VV., LaCatedral de Oviedo, Ediciones Nobel, Oviedo 2000, pp.53 y 54.

24 GARCÍA DE CASTRO VALDÉS, C., “Las primeras funda-ciones”, Op. Cit., p. 55. Ver nota 11.

25 En 30 de Agosto de 1620, “Habiendo tratado sobra laconveniencia de componer la Cámara Santa con algún

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nueva sacristía, obra que inician de inmediato,trazada y dirigida por Juan de Naveda y quedura hasta finales de la tercera década; por lotanto los caudales se emplean en esta labor,mientras se dilata la, también deseada, actuaciónen la Cámara Santa.

Así pues, llegamos a la fecha del documen-to que ahora presentamos y que es el pretextode este artículo26 y en estos momentos se nosinforma del estado en que se encontraba elRelicario, la peregrinación a él y asimismo, yesto es también importante, se vuelve a darcuenta detallada de las reliquias que allí secontenían. En él se refleja que la ciudad habíaseguido siendo un importante foco de atrac-ción de viajeros “de diferentes provincias”, asícomo de “franceses debotos” como genérica-mente se les llama a los que vienen de allendelos Pirineos y también se da cuenta, aunque demanera indirecta, de que estas visitas habíansido lo suficientemente sustanciosas comopara mantener en las debidas condiciones elsantuario. Ese próspero fluir se había cortadoen buena parte unos cuantos años antes, debi-do a la Guerra de los Treinta Años (1618–48),especialmente recrudecida y alargada desde elaño 33 en que Francia entró en conflicto direc-to con España, hasta el año de 1659 en que sefirmó la Paz de los Pirineos entre Felipe IV ysu yerno Luis XIV. Pero ello también había lle-vado a que el rey dispusiese de parte de losjuros en que apoyaban las necesidades econó-micas de la catedral y la otra parte estuviesesujeta a embargo por la misma razón.

Ambas cosas son expuestas como queja yargumento para pedir alguna ayuda, así como lafalta de peregrinos: “han faltado casi todas laslimosnas, por que consistía en la frequencia queavia de las personas debotas de Francia, quevenían a visitar la dicha santa Iglesia de SanSalvador de Oviedo, y sus reliquias, y con lasguerras no viene nadie”. Según exponen seencontraban en una situación límite, en la quelos mismos prebendados tenían que ayudar a lamesa capitular con sus haciendas y ni aun asípodían mantener “de ordinario” las lámparas deaceite o cera: “que oy no ay con que comprar

cera, ni azeite, ni todo lo demas necessario parael servicio y reverencia de dicho santuario” ni,por supuesto, se podía dignificar el lugar conninguna “colgadura o cualquier otro elementodecorativo”. Para la petición se basaron en elnúmero y cualidad de las reliquias allí conser-vadas para lo que hicieron la descripción minu-ciosa que puede leerse en el documento queacompañamos y que aúna las fuentes de infor-mación altomedievales que atrás hemos expues-to: se recogen las del Acta, así como las referi-das en las otras cónicas. De todas formas seomiten muchos de los santos ya legendarios deldocumento alto medieval, pero se incluyendetalles concretos y sensibilizadores que habrí-an de valorarse mas en aquel presente. Asimis-mo se da cuenta de las cruces y otros objetos delos custodiados en la Cámara Santa que se habí-an ido incorporando en los siglos prerrománicosy románicos ya convertidos en reliquias para lahistoria de España tan unida a la gestas dedefensa de la fe cristiana.

Bajo este punto de vista es muy interesan-te también observar como no se olvidaban dehacer referencia a la relación beneficiosa queestas reliquias tuvieron en el desarrollo de laHistoria de España. Igualmente, a la autentici-dad de cada una de ellas, de la que dio fe elpropio monarca Alfonso VI, los obispos que leacompañaron y su corte y también de cómo lamisma catedral alojaba el Panteón Real en quedescansaban los restos de muchos reyes quehabían querido reposar allí debido al poder delas reliquias. Pero además aportan un argu-mento que en esos momentos podría ser deci-sivo: el de las muchas veces que fueron visita-das y veneradas por los reyes, en acción degracias por los beneficios conseguidos graciasa ellas en las contiendas contra los enemigosde la fe, ya que “desde allí, cobrando nuevoesfuerço los fieles, por intercesión de estassantas reliquias, comenzaron a desterrar a lossarracenos que tenian nuestra España por suocupación afligida, y restauraron la Religiónque agonizando pedía de ser restituida al sua-vísimo olor de la salud y al abrigo del omni-potente Dios y sus Santos Sacramentos”, argu-mento éste que habría de ser tenido en cuentaen momentos que volvían a ser de difícil gue-rra, consecuencia aun y en parte, de las con-frontaciones religiosas del siglo anterior; porello, en ese particular panorama se recuerdaque: “no es justo que este rico Tesoro esté sinla decencia debida, y mas debiéndole Españasu restauración [subrayado del autor], cuyaatención duró muchos años en los que los

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edificio arrimado, pidiendo licencia al Rey y ayudapor ser obra suya y de sus antecesores. Añadir algo alo alto y a lo ancho, quedando lo antiguo en su sercomo reliquia y se adorne alrededor de la CámaraSanta. Hablando al efecto con el Señor Obispo”. Toma-do de CUESTA FERNÁNDEZ, J., Op. cit., pp. 67 y 68.

26 Petición de la fábrica de la catedral de Oviedo a S. M.,Archivo Histórico Nacional, Sección Consejos, 19.138.

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Reyes de Castilla y León, que todos con fre-cuencia visitaban aquel Santuario, suplicandoa Dios por medio de sus reliquias los buenossucessos de sus guerras como tantas ocasionesse experimentó” y al final para reforzar másaun la petición termina diciendo: “Espera enDios que si en los siglos passados aquellasSantas Reliquias fueron medio para la restau-ración de nuestra España y acrecentamiento desus coronas, oy lo han de ser también comosiempre lo fueron, para la unión de los Prínci-pes Christianos, exaltación de la Fe y extirpa-ción de las heregias, para cuyo efecto en aque-lla Santa Iglesia cada dia, con particular aten-ción se hacen continuas rogativas, para queunidas las fuerzas Católicas, adelanten la Reli-gión Christiana y el nombre de Dios sea acre-centado y ensalçado en todo el Orbe”. Por ello,si las reliquias sirvieron para vencer y desterrara los musulmanes, igualmente podrían servaliosa ayuda para que la fe cristiana volvieraa imponerse en todos los pueblos que en aque-llos momentos estaban desviados por las here-jías. Sin duda estos razonamientos basados enel poder taumatúrgico de las reliquias se ten-drían en cuenta, en una España que vivía delleno la Contrarreforma, tanto en sus religiososcomo en su monarca. Por ello vemos anotadoen el documento: “EL REY LO MANDA A LACÁMARA Y AQUÍ SE DICE: NO SE LE QUITECOSA ALGUNA DE SUS JUROS Y PARAHACERLE OTRAS LIMOSNAS SE PEDIRÁINFORME. 17 de Julio de 1639”.

Pese a que esta petición fuese reconocida yaceptada por el rey, el Cabildo siguió debatien-do muchas veces sobre la antigüedad y pocaprestancia del histórico relicario. Sus debatesquedaron recogidos en las Actas Capitulares eincluso mas de una vez se habló de demoliciónde la capilla y posterior reconstrucción de unanueva que acogiese con más decencia las valio-sas reliquias. Para el año 39 en que nos move-mos hacía menos de diez que se habían con-cluido las antedichas obras de la girola, la pri-mera capilla de Santa Eulalia, abierta a su pri-mer tramo del lado sur y la nueva sacristía almismo tramo del lado norte. Fueron estas unasobras muy costosa en su conjunto, realizadastodas en piedra por Juan de Naveda que habíantrasformado en profundidad la cabecera del27

templo. Por ello no estaban en condiciones deabordar otras a no ser con capital privado. Yesto sucedió al final del mandato del obispoCaballero de Paredes que, como veremosluego, ofreció la solución más acertada yacorde con el momento histórico: levantar asu costa una nueva y grandiosa capilla en laque descansaran sus restos y los de su fami-lia, al tiempo que sirviera de adecuado recep-táculo a las santas reliquias. Pero aunque laidea fue bien acogida por el Cabildo y se llevóa cabo, lo cierto es que nunca llegó nunca acumplir su cometido.

Enumeración sensible y oportunista del contenido del Arca

No vamos a enumerar aquí el conjunto delas reliquias que se especifican en el docu-mento ya que lo incluimos a final, pero síqueremos destacar la sensibilización que sehace de ellas, perfectamente acorde con losmomentos del primer barroco en que lasvisiones literarias de los místicos o la huma-nización del cielo de los jesuitas lo pedían.Así al citar el Santo Sudario especifican: “quedice San Juan en su Evangelio tuvo sobre sucabeça el salvador del mundo las cuarentahoras que estuvo en el sepulcro”. La sábana esaquella “en que estuvo envuelto su sagradocuerpo”. Las ocho espinas son “las que atra-vesaron su cabeça”. Citan también el maná“con que sustentó a los hijos de Israel en eldesierto”. La leche de la Virgen es “de la ...que dio a su hijo”. Y asimismo de María hay“cabellos, vestidos y arracadas”, haciendoreferencia a la moda de vestir y adornar conricas joyas a las imágenes marianas. Tambiénlos cabellos de la Magdalena son aquellos conlos que “limpió los pies de Christo”. Un peda-ço de la vara de Moisen, con que abrió el marBermejo para que passasse el pueblo de Dios”Y por no concretar más, nos detendremos porúltimo en aquella ampollita “con sangre deun Christo, a quien un judío le dio una lanza-da en la ciudad de Berito (sic), donde saliósangre y agua”; este lo consideramos de espe-cial interés pues están hablando de la profa-nación de un icono en época iconoclasta y enBeirut, antigua Berytus, para relacionarlo, sinduda, con el ataque de los protestantes a lasimágenes sagradas y a la acusación que hací-an de idólatras a los cristianos romanos. Unaescena similar a la que pretenden crear es laque ilustra una de las páginas del Salterio de

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27 RAMALLO ASENSIO, G., “El Barroco”, en AA. VV., Lacatedral de Oviedo, 2 Vol., Ediciones Nóbel, Oviedo,2000, Vol. I, pp. 140 a 154.

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Chludov, c. 84228 en la que se representa elCalvario en el momento de la lanzada y abajoun iconoclasta borrando o tapando con cal,ayudado de una vara con esponja en su extre-mo, un icono de formato circular con el bustode Cristo.

Como ya he dicho, también se especificanotros objetos con valor de reliquia como es“un Christo de los que hizo Nicodemus su dis-cípulo”. Así como las valiosas y ya admiradascruces de los Ángeles y de la Victoria y ambasbien explicitadas a la vez que relacionadascon los reyes antecesores de aquel a quien ibadestinada la petición: La de los Ángeles eraaquella “que milagrosamente en tiempo delRey don Alfonso el Casto hicieron dos ángelesen la capilla donde oía Missa, hecha de oro ypiedras preciosas, que le dio para fabricarla”. Yla Cruz de la Victoria se relaciona con el ori-gen de la reconquista con la siguiente expli-cación: “Además de las sobredichas reliquiashay una cruz de mediano tamaño y igualesbrazos, engarzada en oro y piedras preciosaspor mandato del señor Rey Don Alfonso elSexto y su mujer dona Ximena29, la cual traiaen la mano el infante don Pelayo en la bata-lla que se dio en la Virgen de Cobadonga, quefue la primera de la restauración de España, yen todas las demás que tuvo con los moros, dedonde le quedó el nombre de Cruz de la Vic-toria”.

Actuación de un hombre contrarreformista

A poco más de tres años de cursarse la peti-ción al rey, en 1642, pasó a ocupar la sede ove-tense el obispo don Bernardo Caballero deParedes, natural de Valladolid que, como buenobispo que había adoptado las normas emana-das del Concilio de Trento, paso a vivir en laciudad y a actuar en la catedral a la luz delnuevo espíritu religioso30. En otras publicacio-nes nos hemos hecho eco de su labor de mece-nazgo cultural y artístico llevado a cabo en la

catedral31, aunque su importante personalidadaun pide un estudio monográfico que profun-dice más en estos aspectos. Fue él quienimplantó los nuevos cultos a la Inmaculada ySanta Teresa, financiando imágenes y retablos;promovió asimismo al final de su vida y man-dato el inició de un Monumento de JuevesSanto para la debida exposición y adoraciónde la Eucaristía32. Pero sobre todo, tomó a sucargo y toda costa la construcción de unaNueva Cámara Santa o Sagrario, como siemprese denomina en los documentos de la época,en que poder exponer las reliquias en el marcoque merecían. Para su construcción contó conel arquitecto trasmerano Ignacio de Caxigal ypara la del retablo que habría de presidir aco-giendo las reliquias con Luis Fernández de laVega33. Ambos artífices eran los más cualifica-dos que se encontraban por entonces en elPrincipado y además, el escultor, ya le habíatrabajado en varias obras que habían sido deplena satisfacción. La obra se fundó en 165934

y el contrato se ajustó en 1660. Desde el prin-cipio se quiso una obra excepcional por sumonumentalidad y riqueza, así como su tras-cendencia teológica e iconográfica. Está com-puesta por tramo centralizado con cúpula,presbiterio y sacristía, ocupando en total elancho de las dos primeras capillas góticas dellado de la epístola, aunque sin demolerlas yaque la nueva fábrica se adheriría a ellasabriéndose y comunicándose por dos puertascon el interior del templo. Al poco de iniciarselas obras se produjo una segunda escritura enla que aun se aumentaban las dimensiones y se

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28 Museo de Historia, Moscú, Ms. Nº 129 d, f. 67.29 La Cruz de la Victoria ni es de brazos iguales, sino de

forma latina, ni la donó Alfonso VI, sino Alfonso III elMagno, último de los reyes asturianos antes del trasla-do de la corte a León y lo hizo en el año 908, según ins-cripción grabada en su perímetro.

30 Don Bernardo Caballero de Paredes ostentaba tambiénel título de Conde de Noreña y pertenecía al Consejo desu Majestad.

31 RAMALLO ASENSIO, G., Escultura Barroca en Asturias,IDEA, Oviedo, 1985. – ID., “Aportaciones para el cono-cimiento de la persona y obras de Ignacio de Caxigal:arquitecto de la segunda mitad del siglo XVII”, Liño, 6,Universidad de Oviedo, 1986, pp. 7 a 32. – ID., “Trans-formaciones morfológicas y de significado en la cate-dral de Oviedo durante los siglos del Barroco” en Actasdel I Congresso Internacional do Barroco, Porto, 1991,pp. 299 a 321. – ID., “El Barroco” en AA. VV., La cate-dral de Oviedo, 2 V ., Ediciones Nobel, Oviedo, 2000,Vol. I, pp.163 a 172.

32 RAMALLO ASENSIO, G., Documentos de EsculturaBarroca, Instituto de Estudios Asturianos, Oviedo 1991,pp. 65, 66.

33 RAMALLO ASENSIO, G., Luis Fernández de la Vega.Escultor asturiano del siglo XVII, Comisión Arzobispa-do de Oviedo y Consejería de Educación y Cultura delPrincipado de Asturias, Oviedo, 1983.

34 Libro de la Nueva Cámara Santa que fundó el Ilmo. Sr.Obispo Cavallero de Paredes, Archivo Capitular, Cate-dral de Oviedo.

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enriquecía su decoración que llegó a resultarmuy abundante, aunque cara. Al final se con-siguió un espacio suntuoso al interior, de volú-menes sobrios pero monumentales al exteriorque hubiera sido el idóneo alojamiento para elprecioso tesoro espiritual de la catedral, si bienpor la pronta muerte del obispo (julio de 1661)nunca se utilizó para el cometido a que sehabía destinado.

La capilla había de ser también panteón delobispo y su familia y fue quizás esto lo quepuso en contra al Cabildo pues aunque él contoda humildad dejo escrito que se enterraríabajo losa lisa a la entrada de la capilla paraque cuantos entrasen en ella le pisaran, es biencierto que la obra es principesca, con largosbalcones a los lados de la nave desde dondeseguir los cultos y adorar las reliquias y arco-solios en el presbiterio, rodeados de grandiosay rica estructura arquitectónica, en los que, sibien ahora están vacíos, habríamos de ver losbultos orantes de los padres35, como así solíahacerse.

En la capilla y por primera vez en la cate-dral de Oviedo, se utilizan las dos puertas: unade entrada y otra de salida, como santuarioque quería ser; treinta años más tarde se repe-tirían el mismo sistema en la vecina capilla dela patrona de la diócesis: Santa Eulalia, tam-bién santuario que acoge el cuerpo de la Santade Mérida. Asimismo la cúpula y linterna conque se cierra el espacio central son clara refe-rencia al Santo Sepulcro y a todas sus reper-cusiones que se había ido sucediendo desde larecuperación de este esquema para funciónfuneraria que se había dado en el Renacimien-to italiano. El diseño de estos elementos secuidó tanto que se hicieron en hoja aparte:“planta y alzado que para ella se hizo queconsta de cuatro pergaminos y tres papelesque en el uno está trazada la linterna y en el

otro la planta de ella”36, y concretamente, lalinterna, también generó escritura indepen-diente37. Con el uso de estos elementos seestaba citando de cerca la gloriosa resurrec-ción de Jesús, sus santos y el mismo obispoque allí iba a tener su última morada. El reta-blo que preside desde el presbiterio es monu-mental y ocupa todo el frente de este espacio.Por primera vez se utiliza en la catedral deOviedo el orden gigante , buscando el efectotriunfal ya que en su centro se iba a acoger lamás importante reliquia del cristiano: el mis-mísimo cuerpo de Cristo que se habría de ubi-car en el tabernáculo expositor que, coronadopor la escultura de la Inmaculada, ocupa todoel alto de la calle central. Como decimos,Tabernáculo y María presiden el retablo que secompleta con San Miguel –guerrero cristiano-,colocado en el ático; San Pedro y San Pablo,en los recuadros superiores; Santa Lucrecia ySan Vicente abad, en las hornacinas lateralesy por fin, en cajas del banco, las parejas deSanta Eulalia y San Eulogio, y San Julián ySan Serrano. Con ello se sensibilizaba la pre-sencia de los santos cuya reliquia guardaba laCámara Santa y más popularidad habíanalcanzado. La obra se convertía así en unmagnífico y completo exponente del espíritude la Contrarreforma que, como hemos dichoal principio, era el mismo del obispo y quequizás no llegó a entenderse por parte delCabildo pues, una vez fallecido don Bernardono se empleó para su trascendente destino yquedó como capilla comodín hasta perderincluso su auténtico nombre por el de Capillade santa Bárbara, debido a una escultura queen 1713 colocaron bajo el tabernáculo exposi-tor que también perdió su elevado cometido.

Las Santas Reliquias quedaron en el anti-guo ámbito Prerrománico y allí se conservanhasta la actualidad, expuestas, algunas deellas, en unos modestos retablos – vitrina deestética historicista que se hicieron según dise-ño de don Luis Menéndez-Pidal (1944) tras laterrible voladura que padeció en 193438. Antes

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35 El obispo don Bernardo Caballero de Paredes ya habíahecho otra fundación en Medina del Campo: el con-vento de agustinas (hoy carmelitas) para cuyos retabloscolaterales había usado también a Luis Fernández de laVega como escultor. En el presbiterio están los sepul-cros y esculturas de Catalina de Paredes y Juan deInsausti, obras atribuibles al mismo escultor y que pue-den darnos una idea de lo que hubiera sido el resulta-do obtenido en la Nueva Cámara Santa de la catedralde Oviedo. URREA FERNÁNDEZ, J., “Aportaciones a laobra del escultor Luis Fernández de la Vega”, BSAA, nºXXXIX, Valladolid, 1973, pp. 500-505.- RAMALLOASENSIO, G., Escultura Barroca en Asturias, pp. 219 y220.

36 Escritura sobre la obra de la Cámara Santa, recogida enRAMALLO ASENSIO, G., “Aportaciones para el conoci-miento de la persona y obras...”, p.24.

37 Condiciones para la fábrica de la linterna sobre lamedia naranja del Sagrario, Cámara Santa, según ladisposición que para ello está formada, recogida enIbíd., p. 27 y 28.

38 MADRID ÁLVAREZ, V. de la, “La Edad Contemporánea”en AA. VV., La Catedral de Oviedo, vol. I, p. 279.

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de ello y según se puede apreciar en foto anti-gua, también estuvieron colocadas en unosarmarios de estética clasicista39 que, colocadosen los laterales del presbiterio, se adaptaban ala curvatura de su bóveda y lo empequeñecían;no sabemos cuando se hicieron, si tienen quever con la petición que el Cabildo cursó al rey

y ahora presentamos, aunque parecen anterio-res a esa fecha. Lo que si es cierto es que sonmeramente utilitarios, sin alcanzar la profundatrascendencia teológica del magno retablo quese diseñó y realizó en esa malograda NuevaCámara Santa.

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39 Ibíd., p. 250.

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ANEXO DOCUMENTAL

Petición de la fábrica de la catedral de Oviedo a S. M.A.H.N. Consejos 19.138

DESCRIPCION DE LAS RELIQUIAS EXISTENTESEN LA CAMARA SANTA Y CATEDRAL DEOVIEDO. HECHA AL REY [FELIPE IV] EN 1639.

El licenciado Sebastian Bernardo de Quirós,canónigo de la Santa Iglesia de Oviedo, y su con-gregante en la santa congregacion, que al presentese esta celebrando en esta Corte por las Iglesias dela Corona de Castilla, y de Leon, y mayordomo de lafábrica de la dicha Santa Iglesia, y en su nombre :Dize, que casi toda la hazienda de aquella fábricaconsiste en juros, que no llegan a tres mil reales derenta cada año, y limosnas de personas debotas, quede diferentes provincias vienen a visitar el santua-rio tan grandioso de las reliquias que Dios por suinfinita misericordia se sirvio de juntar en aquellasanta iglesia: y que con la calamidad de los tiempos,y las guerras ha faltado la dicha renta, por que losjuros faltan por la parte que su magestad se ha ser-vido de tomar, y la otra parte que queda con elembargo que cae sobre todo, nunca se cobra, o yapor que los tesoreros no lo quieren pagar escusan-dose con el embargo, o porque para avérselo desacar es fuerza acudir al Consejo de Hazienda porprovisiones para obligalles a que lo pagen, con quese gasta toda la parte que queda.

Lo otro, han faltado casi todas las limosnas, porque consistia en la frequencia que avia de las per-sonas debotas de Francia, que venian a visitar ladicha santa Iglesia de San Salvador de Oviedo, y susreliquias, y con las guerras no viene nadie; demanera que oy no ay con que comprar cera, ni azei-te, ni todo lo demas necessario para el servicio yreverencia de dicho santuario, cuyas reliquias paraque se conozca su grandeza, son lo que siguen.

Ay en la dicha Santa iglesia un arca grande demadera incorruptible, hecha por los discipulos, delos Apóstoles, la cual la cual fue traida de Jerusalema Africa en tiempo que el Rey Cosroas de Persiacerco aquella ciudad, y de Africa, por otras sedicio-nes, fue traida a Cartagena de España, y de alli porla entrada de los moros en tiempo del rey D. Rodri-go, fue llevada a Sevilla, y de Sevilla porque habianganado aquel reino los moros, la passaron los nues-tros a Toledo, y de alli por la misma razon la lleva-ron a las Asturias de Oviedo, y la escondieron en unmonte, que despues acá se llama el Monte Sacro, endonde estubo algunos años, hasta que Dios por suinfinita bondad y misericordia quiso bolber a supueblo y sacalle del aprieto en que aquella pérfidagente le avia puesto, con que el Santo Rey D. Alon-

so el Casto la translado a la Iglesia de S. Salvadorde Oviedo, aviendola fundado solo para esto.

Y aunque consta, que en Toledo fue abierta estasanta arca cuando metieron en ella la casulla, que laReyna de los angeles traxo del cielo a su devoto SanIlefonso, solo fue por recoger dentro con las demasesta reliquia, y traellas todas a dicho monte sacro,con otros muchos cuerpos santos, que porque no loscogiessen los moros los venian librando dellos losChristianos, pues al paso que ivan ganando tierraslas ivan retirando de manera, que nunca se supocon certeza lo que avia dentro, hasta que en la erade mil y setenta y cinco, reynando en España elSeñor Rey Don Alonso, hijo del señor Rey D. Fer-nando el Magno, determino de saber como supo elthesoro del rey celestial que dentro avía, precedien-do para esto muchas oraciones y penitenciashechas, assi por el santo Rey y su muger doña Urra-ca, como por el Obispo Tiriano, que entonces presi-dia en aquella silla, y otros tantos obispos, que esta-van alli, y toda la gente del pueblo. Y en 14 deMarço de dicho año, despues de haber dicho Missalos Obispos y mas sacerdotes que alli avia, fueron enprocession cantando Hymnos y motetes, acompaña-dos de los Santos Reyes, y toda la gente del puebloa la Capilla donde estava la santa arca la cual abrie-ron con devocion y reverencia, y dentro hallaronmuchas caxas de oro, plata y marfil, y abriendolasen la misma reverencia hallaron las siguientes Reli-quias, todas con sus rotulos que las señalavan.

Lo primero se vió el Santo Sudario, que dice SanJuan en su Evangelio tuvo sobre su cabeça el Salva-dor del mundo las cuarenta horas que estuvo en elsepulcro. Viose un gran pedaço de sávana en queestuvo envuelto su sagrado cuerpo. Un pedaço delLignum Crucis. Ocho espinas de las que atravesaronsu cabeça. De la tunica que le pusieron los Judios. Unpedaço del sepulcro. De los pañales en que fueembuelto en el pesebre. Del pan de la Cena. Del manácon el que sustento a los hijos de Israel en el desier-to. Un Christo de los que hizo Nicodemus su Discipu-lo; y al pie un pedaço del Lignum Crucis. Un granpedaço del pellejo de San Bartolome. Una navaja delas de la rueda de Santa Catalina. La Casulla, que laVirgen nuestra señora dio a San Ilefonso. De la lecheque dio a su hijo. De sus cabellos, vestidos y arraca-das. Uno de los treinta dineros por los que Christo fuevendido. Hallose una ampollita con sangre de unChristo, a quien un Judio dio una lançada en la ciu-dad de Berito, donde salió sangre y agua. Un pedaçode la capa del profeta Elias. De la frente y cabellos deSan Juan Bautista. De los cabellos en los que Mag-dalena limpio los pies de Christo. De los huessos delos Santos Inocentes. De los huessos de los tres ;Mancebos, Anania, Azaria y Missael. De la piedra conla que cubrieron el sepulcro del Señor.

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Page 15: Ramallo, Germán - Reactivacion Del Culto a Las Reliquias en El Barroco

Un pedaço de la vara de Moisen, con que abrióel mar Bermejo para que passasse el pueblo de Dios.El vestido de San Tirso Martir. Una suela del çapatode San Pedro. Un anillo de la cadena con la queestubo preso. Hallaronse reliquias de los doze Apos-toles , y de los huessos de muchos profetas. Las bol-sas de San Pedro y San Andres Apostoles. Hallaron-se reliquias de San Laurencio, San Sebastian , SanCosme, San Damián, San Esteban, papa y martir.San Martin Obispo, Santa Eulalia de Barcelona.Hallaronse otros muchos huessos y reliquias de San-tos Profetas y Martires, Confesores y Virgenes, cuyonúmero fuera cosa larga el referirse pues solo Diospuede saber la grandeza que ay en dicha arca.

Fuera della está la Cruz de los Angeles que mila-grosamente en tiempo del Rey Don Alfonso el Castohicieron dos Angeles en la Capilla donde oía missa,hecha de oro y piedras preciosas, que les dio parafabricarla. Una de las seis idias (hidrias) en las queChristo convirtio el agua en vino en las bodas deCanaan. Estan los Santos cuerpos de San Eulogio ySanta Lucrecia, naturales de la ciudad de Cordoba.El cuerpo de la Virgen y Mártir Santa Eulalia deMerida. El cuerpo de San Pelayo Martir, el cuerpo deSan Vicente Martir, abad de San Claudio de Leon,que todos recibieron la Corona del Martirio por losMoros en aquel tiempo. Los cuerpos de San JulianArçobispo de Toledo y San Serrano obispo. Ademasde las sobredichas reliquias hay una cruz de madia-no tamaño, y iguales brazos, engazada en oro y pie-dras preciosas por mandato del señor Rey donAlfonso el Sexto y su mujer doña Ximena, la qualtraia en la mano el infante don Pelayo, en la bata-lla que se dio en la Virgen de Cobadonga, que fue laprimera de la restauracion de España, y en todas lasdemas que tuvo con los Moros, de donde le quedoel nombre de la Cruz de la Victoria.

Todas estas santas reliquias como arriba vadeclarado, fueron traidas en la destruicion de Espa-ña a la Santa Iglesia de Oviedo en donde parece coneste rico Tesoro que la divina providencia hizoAlcaçar de la Fe y que fortalecida aquella SantaIglesia con tales muros no solo la conservo en sisino que resistio al ímpetu rabioso de Satanas, dioprincipio a nuestra felicidad, fue basa y fundamen-to de nuestra salud, pues desde alli, cobrando nuevoesfuerço los fieles (por intercesion de estas SantasReliquias) Començaron a desterrar a los Sarracenosque tenian nuestra España por su ocupacion afligi-da, y restauraron la Religion que agonizando pediade ser restituida al suavisimo olor de la salud y al

abrigo del Omnipotente Dios y sus Santos Sacra-mentos.

Y porque no es justo que este rico Tesoro este sinla decencia debida, y mas debiendole España su res-tauracion, cuya atencion duró muchos años en losque los Reyes de Castilla y Leon, que todos con fre-cuencia visitaban aquel Santuario, suplicando aDios por medio de sus reliquias los buenos sucessosde sus guerras como tantas ocasiones se experimen-tó. Y con esta devocion en su muerte se mandavanenterrar alli, donde por muchos años aquella SantaIglesia fue Mausoleo de Cuerpos Reales, que oy tanconocidamente la ilustran, cuyos perpetuos capella-nes son sus prebendados.

Y aunque es verdad que la dotaron de muy ricosdones, asi para el sustento de la Mesa Capitular, comopara los gastos del Culto divino y fábrica, esto se hadisminuido tanto con el tiempo, como se vee en todaspartes: de manera que lo que entonces era mucho, oyes poco: y lo que en aquellos tiempos sobrava, oy noalcança. Y assi aunque los prebendados quieransuplir, como lo hazen, con sus haziendas las quiebrasde la fábrica y de la Camara Santa, son muy pocoslos que pueden, y quanto pueden no es cosa de con-sideracion, pues todas estas limosnas no llegan a serde tal calidad, que se pueda poner de ordinario doslámparas ante estas Santas Reliquias. Y assi el dicholicenciado Sebastian Bernardo de Quirós, como pro-curador de aquella Santa Iglesia da quenta a VE de supobreza, y como Mayordomo de su fábrica, le supli-ca sea servido con su christiano zelo de mandar pro-veella de alguna limosna, para ayuda de la zera yaceite que alli se suele gastar, y para atavio de ladicha Capilla, pues al presente no ay en ella colgadu-ra alguna, ni con que comprarla. Espera en Dios quesi en los siglos passados aquellas Santas Reliquiasfueron medio para la restauracion de nuestra España,y acrecentamiento de sus coronas, oy lo han de sertambien como siempre lo fueron, para la union de losPrincipes Christianos, exaltacion de la Fé y extirpa-cion de las heregias, para cuyo efecto en aquellaSanta Iglesia cada dia, con particular atencion sehacen continuas rogativas, para que unidas las fuer-zas Católicas, adelanten la Religion Christiana y elnombre de Dios sea acrecentado y ensalçado en todoel Orbe. Amen.

EL REY LO MANDA A LA CÁMARA Y AQUÍ SEDICE: NO SE LE QUITE COSA ALGUNA DE SUSJUROS Y PARA HACERLE OTRAS LIMOSNAS SEPEDIRÁ INFORME. 17 de Julio de 1639.

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Reactivación del culto a las reliquias en el barroco. La catedral de Oviedo y su Cámara Santa en 1639