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  • Capitulo Primero

    EL COLECCIONISTA HARPER

    Siempre que Harper sala a la calle, montado en un costoso caballo de pura sangre o en un elegante carruaje, los comentarios eran los mismos: Fjale en l. Va cubierto de sortijas de pies a cabeza. Lleva encima una mina entera de plata. Ha ganado ms dinero en tres aos, que el que ganarn en toda su vida todos los hombres que hoy habitan en Nevada. Para eso encontr una mina. Tuvo suerte. Pero presume demasiado. Se ha comprado dos nuevos carruajes y tiene unas cuadras en las que slo admite caballos de pura sangre. Y su coleccin? Habis odo hablar de su coleccin? Porque Harper, adems de tener cincuenta aos, una barriga monumental, una hija muy tmida y una montaa de dlares, tenia tambin una mana: era coleccionista. La gente sobre esto, tambin murmuraba lo suyo. Dicen que ha comprado una coleccin entera de cuadros, y que tiene varios libros raros encuadernados en piel humana. Aseguran que su casa esta llena de armas que pertenecieron a famosos pistoleros y asesinos. No s si ser cierto, pero a mi me han asegurado que se ha comprado una casa con mucho terreno, una especie de rancho en mitad del desierto de Nevada, y que all est reuniendo todas sus colecciones. Habra que verlas ! Es un tipo que slo colecciona cosas siniestras. Todos estos comentarios giraban en Carson City en torno a la figura de Harper, quien, como se ha dicho, era gordo y rico. Pareca un tipo pacfico y haba sido nombrado presidente por derecho propio de todas las asociaciones caritativas de la ciudad. Pero los comentarios que se haban desatado en torno a su figura eran ms o menos ciertos; Harper era un manaco coleccionista, y adems slo coleccionaba cosas siniestras. Fue esta mana lo que le llev a vivir la ms extraa y fantasmal aventura de su vida. La extraa e inquietante aventura de Rancho Dracula. Todo comenz cuando Harper decidi hacer un largo viaje hasta San Francisco para conocer a un anticuario a quien llamaban: MORTUORIO FERGUSON Mortuorio Ferguson deba tener entonces unos sesenta aos, y su establecimiento estaba situado en una calleja sin salida llamada Ghost Strett (calle del Fantasma) la cual desapareci como tantas otras cosas, cuando en 1906 un terremoto destruy por completo la ciudad. Y la verdad era que con la desaparicin de esa calle no se perdi gran cosa. Pero entonces exista, tenia un ambiente siniestro y estaba ocupada por varios almacenes y dos nicas tiendas abiertas al pblico: una funeraria y el establecimiento de antigedades de Ferguson. Cuando Harper Se present all, descendiendo de un lujoso carruaje, lo primero que hizo fue examinar con ojo crtico la tienda.Hum! Me gusta gru. Ferguson ya le estaba esperando. Le hizo una reverencia y le invit a pasar al fondo del local. Usted debe ser mster Harper, sin duda. El mismo. Me estaba esperando? S. Mster Purdom me anunci su visita. Purdom es mi anticuario ,dijo ostentosamente Harper Le he comprado muchas cosas, y la

  • verdad es que ha hecho buenos negocios conmigo. El me aconsej qu viniera a verle porque tena usted cosas interesantes para vender.Verdaderas, maravillas, mster Harper. Debo creer que para verme ha hecho ex profeso el viaje desde Carson City? Mi persona no merece tanto honor. Pero las cosas que tiene para vender puede que lo merezcan. Podemos verlas? Claro que s, claro que s... Pase, por favor. All, al fondo del local, detrs de las cortinas. Todo lo que usted ve aqu, crea de la puerta, son antiguallas: sin importancia para coleccionistas que no entienden gran cosa. Pues veo unos revlveres muy antiguos y unos crneos perfectamente conservados, No tiene importancia, en comparacin con lo que hay ms adentro. Pase, por favor. Harper se frot las manos un par de veces y murmur: Hum! Me gusta, me gusta... Pasaron a la sala que haba tras las cortinas, en la cual se mostraban tapices representando escenas de torturas, un esqueleto artificial hecho de plata y, marfil, algunas figuras de cera, mquinas para tormento originarias de la Edad-Media y diversas cosas ms por este estilo. Todo aquello embeles a Harper, aunque l an esperaba alguna otra cosa ms original. No est mal todo esto coment. Por cierto, por qu le llaman. Mortuorio, mster Ferguson? Por mi aficin a vender slo cosas macabras y porque antes de ser anticuario fui embalsamador. Soy el nico que conoce la. tcnica de los antiguos egipcios, la que empleaban para los faraones en la Casa de los Muertos. Adems mi cara tiene el aspecto de una calavera, o por lo menos eso dicen. Harper le mir bien, En efecto, a la luz espectral que penetraba por las pequeas ventanas de la habitacin, Ferguson tena todo el aspecto de una calavera reciente, y aun oyndole hablar nadie hubiera sido capaz de jurar si se trataba de un vivo o de un muerto. Creo que haremos buenos negocios dijo Harper por todo comentario. Le gusta San Francisco? Esto debe resultar muy distinto da las pequeas ciudades de Nevada, no? No tan pequeas, Carson City est creciendo como un hongo y cada da puede decirse que hay all cien habitantes ms. Claro que la mayor parte son asesinos, y pronto no va a quedar sitio para las personas honradas. Guarda usted all fus colecciones? Me han dicho que tiene una casa preciosa. S, la casa es muy bonita, pero va resultando pequea. Adems, a mi hija que ya tiene veinte aos, no le gusta que yo guarde tantas cosas siniestras cerca do su habitacion y comprendo que desde su punto de vista tiene motivos. Una mujer joven necesita cosas mas alegres y risueas. Por eso me he decidido a comprar el rancho en el desierto. Qu rancho? Harper se sonroj ligeramente. Bueno, ya comprendo que no puede ser llamado as, puesto que no hay en l plantaciones ni cabezas de ganado. Por otra parte, esas son cosas que me importan poco puesto que yo siempre he vivido de la minera. El rancho consta de un edificio grande, que he hecho reparar bien, y all pienso guardar todas mis colecciones. En mitad del desierto? Es un sitio solitario y que me gusta. Pero y agua? De dnde va a sacarla? Hay all dos viejos pozos que estaban cegados y que he vuelto a poner en funcionamiento. Sale un agua muy limpia y sana en cantidad que no bastara para regar la tierra, pero que es mas que suficiente para todas las necesidades de una casa. Veo que es usted un hombre que lo tiene en cuenta todo, mster Harper. Le felicito. Soy muy cuidadoso, y por eso los anticuarios no consiguen engaarme dijo mster Harper a ttulo de advertencia. Yo no le engaar. Todo lo que tiene est aqui?

  • Le parece poco? Si no hubiera nada ms puede que me quedase el esqueleto hecho con plata y marfil porque me parece una pieza curiosa, pero eso no justificara mi viaje hasta San Francisco. Mortuorio Ferguson ri con la risa de una hiena a la que hubiesen atado junto a una sepultura. Le aseguro que el viaje habr valido la pena, Tengo ah algo que no puede ni siquiera imaginar.Le sealaba otras cortinas que haba al fondo de la sala, las cuales, por lo visto, daban entrada a otra pieza todava ms secreta. Entre, por favor. Harper entr. La habitacin era ms pequea y ms oscura an que las anteriores, y sus paredes y el techo estaban completamfente desnudos. Slo haba all una cosa, en el centro exacto de la estancia, y esa cosa era bien siniestra.Un atad. Harper lo mir un instante dubitativo. Luego se acerc a l y sus ojos se dilataron de una forma extraa, con una mezcla de curiosidad y de miedo. -Es cierto lo que leo ah? balbuci. Los ojos de Ferguson brillaban como globos de cristal rojo. S, es verdad lo que lee jade. No hay error. Se trata...! Se trata del verdadero atad del Conde Dracula.

  • Captulo II

    DESDE LAS VIEJAS TUMBAS

    Harper sinti que una especie de escalofro le recorria toda la columna vertebral. Era un hombre experimentado, le gustaban los horrores y tenia su casa llena de ellos, pero la verdad era que nunca se haba encontrado en una sitacion asi. Con voz casi inaudible susurr. Repita eso.Digo repiti Ferguson que lo que tiene usted ante los ojos es el verdadero atad del Conde Dracula. Harper trag saliva. No lo creo, Esperaba esta reaccion, aun viniendo de una persona tan experimentada como usted. Comprendo que le ofrezco no es para mostrrselo a cualquiera, pero estoy seguro do que en cuanto lo examine comprender que digo la verdad. Tenga la bondad de acercarse. Harper, con cierta precaucion, se acerco, y contemplo el ataud fijandose ante todo en la placa de oro que habia a los pies del mismo. En aquella placa , escrito con letras goticas, se leia sencillamente un nombre:

    DRACULA

    Era lo primero que harper habia visto al entrar. Pero ahora su sentido comun de viejo buscador de minas se impuso a su fantasia y , moviendo la cabeza, gruo:Cualquiera puede haber puesto esa placa ahi. No significa nada.Pero usted entiende de oro y de grabados. Vea la letra y las marcas del metal. Que antigedad le parece que tienen?Harper ,realmente, era un experto. Se acerco, extrajo una lupa , estuvo mirando la placa durante largos minutos y al fin tuvo que reconocer , en contra de su voluntad:Al menos tiene una antigedad de cuatrocientos aos.Y conoce usted la historia del conde dracula?Si.Que antiguedad se le supone? Lo recuerda?Hay quien afirma susurro Harper, palideciendo que el conde dracula, al morir, tenia de cuatrocientos a quinientos aos. Mejor dicho , llevaba todo ese tiempo en el ataud, resucitando por las noches, sembrando el terror y causando victimas. La Historia monstruosa de Drcula es una de las que mas me han impresionado en toda mi vida. Pues aqu tiene algo que est estrechamente ligado con esa historia. Este atad contuvo el cuerpo del Conde Drcula, y de l parti todas las noches el horror. Pero, esa es una historia olvidada asegur Harper, con un sentimiento de alivio Yo leo los peridicos europeos, y por uno de ellos me enter de que el Conde Drcula haba sido completamente destruido por un mdico, en su castillo de Transilvania, hace tres aos. Por tanto, creo que est usted en un completo error. Ferguson hizo otra vez una mueca que quera ser una sonrisa. Puede que el cuerpo del Conde Drcula fuera destrudo, pero nadie ha hablado de que tambin lo fuera su atad.Claro, es cierto reconoci Harper, sintiendo que otra vez le envolva aquel aire de pesadilla. Y yo le garantizo que ste es el autntico atad. Examine tambin la madera y las piezas de

  • metal. Compruebe su antigedad y dse cuenta de que en la tapa no hay huella alguna de que haya existido jams una cruz, pues como se sabe, el smbolo sagrado era mortal para los vampiros. Eso es una prueba ms de su autenticidad.Ya me he estado fijando en todo eso dijo Harper. Tcnicamente no puedo negar que sea verdad lo que usted dice, pero la historia me sigue pareciendo bastante extraa. Cmo consigui estae ataud? Un anticuario logr sacarlo del castillo de Transilvania, poco antes de que los aldeanos incendiaran todo aquello completamente. Lo tuvo un ao e intent venderlo varias veces, pero en Europa la leyenda del monstruo estaba todava demasiado reciente, y no encontr comprador Entonces decidi enviarlo al Nuevo Mundo y lo remiti a San Francisco asegurndolo antes en cien mil dlares. Hizo una breve pausa y prosigui.Esta es una maravillosa pieza de museo, pues, ha pasado por muy pocas manos. Se puede decir que ha venido directamente del castillo de Transilvania a este local. Como usted sabe, solo las antigedades cuyo camino puede seguirse paso a paso, son las que ofrecen garantas de autenticidad. Harper estaba ya plenamente convencido de que aquel atad era autntico, es decir, la siniestra cama en que el Conde Drcula durmi durante cuatrocientos aos. Por si lo que Ferguson le explicaba fuera poco, su ojo de coleccionista le deca que se hallaba ante un verdadero Hallazgo, y que nadie en el mundo poda poseer una antigedad como aqulla. Pero cuanto ms se convenca de que el atad era autntico, ms senta que el escalofro iba subiendo y subiendo por su espalda. Comprendo que todo esto le haya impresionado dijo Ferguson y hasta es posible que ver ese atad le d un poco de miedo, pero comprenda que si deja pasar esta oportunidad no volver a tener ninguna otra. Est el atad vaco? Claro que si, vealo . que mas quisiera que poder vender el verdadero cuerpo del Conde Dracula!Levanto la tapa, viendo la tapiceria del interior, completamente carcomida por el tiempo. Aun asi se apreciaba que habia sido una tapiceria lujosa y bien terminada. Los estragos que presentaba no habian sido causados artificialmente, sino por el paso de los aos.que es eso que hay en el fondo? pregunto Harper, extraado.TierraTierra? De donde? Del lugar donde nacio Dracula. Usted sabe que los vampiros necesitan descansar sobre la tierra del lugar donde nacieron. Asi estaba el ataud cuando fue sacado del castillo de Transilvania, y asi lo he conservado yo cuidadosamente.Parece como si todo estuviese preparado para que Dracula volviera... murmuro Harper recelosamente, Pero en fin...No puedo dejar perder esta pieza unica en el mundo. Cuanto pide por ella?Solo me desprenderia de una maravilla asi a cambio de cincuenta mil dolares al contado.Resulta caro suspiro Harper Al fin y al cabo no es mas que un ataud.Pero es unico en el mundo, no lo olvide. Tiene mas valor que la espada de Napoleon.Esta bien, me lo quedo decidio Harper, Le pagare con un cheque contra el banco de San Francisco, de modo que podra cobrarlo inmediatamente. Y tambin inmediatamente me llevar l atad, puesto que cabe en mi carruaje. Lo instalar en su rancho del desierto? Desde luego. Muy bien. Mis empleados le ayudarn a transportarlo. Dio una palmada y aparecieron dos empleados vestidos de negro y que parecan recin sacados de una fuenararia. Mientras Harper extenda el cheque, el atad fue transportado cuidadosamente y situado en el carruaje de Harper, a la entrada del callejn.Ferguson tom el cheque y lo guard amorosamente. Ahora que todo est terminado, mster Harper dijo, le confieso que me duele haberme

  • desprendido de este atad. Con l esperaba que algn da, me fuera posible ver al Conde Drcula. -Qu le fuera posible ver a quin...? AI Conde Drcula. Pero si fue destruido...! Se equivoca, amigo. He de darle una informacin, que ser confirmada por el tiempo. El Conde Drcula viye. No me gaste bromas.., Bueno, ya s que no se puede llamar vida a lo suyo, puesto que es una supervivencia mostruosa para causar el terror. Pero usted me ha entendido. He querido decir que el Conde Drcula an se halla en el mundo y viaja infatigablemente, siempre de noche, en busca de su atad. Harper haba palidecido y tena los labios apreta dos, para no confesar a gritos que le estaba dominando el miedo.Entonces el que fue destrudo en Transilvania... No era el Conde Drcula, sino una de sus victimas, Como usted sabe, los que mueren a manos de un vampiro se convierten en vampiros a su vez. Hubo un error por parte de aquel mdico, y cuando creyo haber terminado con el Conde Drcula result que no haba hecho ms que empezar su tarea. Cmo... cmo lo sabe? Yo tambin recibo los peridicos que llegan de Europa y le en uno de ellos una desconsoladora confesin de ese mdico. Oiga... sabe que me parece que no voy a quedarme con ese atad? La operacin ya es firme. Yo le he entregado lo mercanca y usted acaba de pagrmela. No se preocupe por eso. Usted se queda los cincuenta mil dlares y yo le devuelvo su atad. Se lo queda y podr venderlo otra vez. Sacar al menos por el otra suma semejante! Ferguson movi la cabeza con un gesto de severa dignidad. De ningn modo podra consentir una cosa as. Me sentiria deshonrado toda mi vida. Soy el anticuario mejor cansiderado de todo San Francisco, y si yo aceptara su proposicin, resultara que le habra estafado cincuenta mil dlares. Pero si yo se los doy! Le juro que puede qudarselos! Una venta es una venta, seor Harper, y las sagradas leyes del comercio no pueden ser quebrantadas. Harper hizo un gesto de abatimiento y se resign al fin. Est bien; puesto que el atad es mo me lo quedar, pero nadie podr impedir que lo destruya prendindole fuego. Hara usted mal. Por qu? No es de mi propiedad? En primer lugar, quemara usted una joya valiossima, nica en el mundo. Y en segundo lugar atraera sobre usted y sus hijos la venganza de Drcula. Dice la historia que cuando se destruye algo suyo, ste lo siente en su sangre, y el instinto le gua hacia el lugar donde est el enemigo. Crame, ms vale que guarde cuidadosamente el atad, como he hecho yo, y es muy posible que l Conde Drcula jams lo encuentre. Hay una cosa cierta: estamos en: Amrica, y el Conde Drcula no puede atravesar l mar. El razonamiento pareci a Harper de una indudable fuerza. Ni siquiera un vampiro poda atravesar el mar y los desiertos as como as! De pronto se sinti tranquilizado por completo. Hasta, en cierto modo, sinti deseos de rer. Est bien dijo; as lo har. Consrvelo como una antigedad ms, y no se preocupe de otra cosa. Gracias. Adis, mster Ferguson. Estoy encantado de haber hecho este negocio con usted. Cuando tenga otra cosa que valga la pena ya le avisar, mster Harper. No, no... Ejem! Ms valdr que no me avise. De todos modos muy agradecido. Adis. El rico propietario volvi a tener otro momento de temor cuando vio el atad dentro de su carruaje, tan cerca de el que casi poda tocarlo. Pero se dijo que en cuantoo lo instalara en el rancho ya no habra ningn peligro.

  • Se rodearia de pistoleros capaces de matar a su propia sombra, Y ya se vera entonces si un vampiro podia con sus seis tiros calibre 45!

  • Capitulo III

    VIAJEROS EN EL DESIERTO El hombre, desde lo alto de la pequea loma, contemplo la llanura que se extenda a sus pies y dijo sencillamentete: Qu asco! Escupi de costado, con desprecio, y se volvi hacia suss hombres, que se inclinaban cansados sobre sus caballos cubiertos de polvo. Eran cinco individuos en total, todos bien armados con revlveres y rifles y luciendo en sus costados cuchillos Bowie recin afilados. Tenan aspecto de llevar muchos das viajando y estaban tan cubiertos de polvo como sus monturas, pero en sus ojos lata como una especi de maligna fiebre. El jefe repiti: Qu asco ! Maldita tierra! Y esto es Nevada? La riqueza de Nevada no est encima, sino debajo de la superficie, Colman dijo sentenciosamente uno de sus homares. Colman se volvi. Pero nosotros no somos mineros, sino hombres de gatillo. Tengo ganas de volver a Kansas. Aquella es buena tierra !Muy bien, Colman, pero de un modo u otro hemos de continuar. No encontraremos ya ningna casa ni ningn pozo de agua hasta haber atravesado completamente el desierto. Ms vale que no perdamos mucho tiempo aqu. La arena quema. Est bien; sigamos Excitaron a sus cansadas monturas y reemprendieron l camino. Durante una hora el sol fue todava soportable, pero luego se convirti en una tortura que castigaba sus espaldas y no les dejaba respira A medioda, cuando tropezaron con otra pequea cadena de colinas, ya no podan ms. Les abrumaba adems, la certidumbre de que no encontraran ningun edificio habitado en muchas millas a la redonda. Por eso, cuando treparon a la colina ms alta Colman se llev una mano a los ojos y gru: Qu es esto? Una alucinacin? Los otros jinetes le siguieron, hasta situarse el mismo punto desde donde el observaba. No lo entendemos. Parece increble... Yo creo que se trata de un espejismo. No. Es un rancho... Un rancho aqu? Nos haban dicho en Carson City que no encontraramos ningn lugar habitado despus de dos horas de viajar por el desierto. Quiz esto se encontraba abandonado hasta hace poco, y alguien lo ha arreglado ahora. Debe ser eso. Porque es un rancho en el que aprecian magnficas reformas. Desde lo alto de la colina donde se encontraban ahora se divisaba, efectivamente, un edificio levantado en mitad de la llanura desierta. Era un edificio de gran riqueza. Pareca un lugar a donde hubiese querido ir a vivir un loco pero desde luego un loco millonario.Lo primero que se le ocurri a Colman fue que aquella situacin resultaba muy satisfactoria para l y para sus hombres. Aqu podremos apoderarnos de dinero y de mas provisiones dijo No nos costar ningn esfuerzo. Los cuatro hombres que iban tras l se pasaron la lengua por los labios resecos. Quin iba a pensar que el desierto nos depararia esta oportunidad! dijo uno de ellos con voz ronca Y a lo mejor hasta encontramos ah una chica bonita.

  • Si encontramos alguna no ser para ti dijo bruscamente Colman. Se haban distrado un momento, hablando por anticipado del botn. D pronto uno de los jinetes dijo: No ser para nadie, jefe. Por qu? Mire.Varios hombres salan en este momento del rancho. Aunque estaban a gran distancia se adivinaba por sus movimientos que no eran viejos ni mucho menos .Adems llevaba cada uno un rifle colgando brazo derecho. Esto est muy bien protegido dijo Colman apretando los puos. No lo esperaba. Son ocho hombres, jefe. Y armados con rifles. En esta llanura pelada nos cazaran como a liebres en cuanto nos viesen avanzar. No necesito que me expliques lo que nos sucedera ! Est bien, jefe; no he querido molestarle. Por qu habrn salido todos de repente? pregunt Colman despus de un momento de silencio No es fcil que nos hayan visto, y adems no se dirigen hacia aqu sino hacia el sur. Parece como si hubieran salido a recibir a alguien. Pero a quin, en esta maldita zona pelada? De pronto uno de los jinetes seal un punto en el horizonte. Mirad! All! .Todos clavaron los ojos en aquel punto, que era un gran carruaje tirado por cuatro caballos, segn pudieron ver instantes despus. El vehculo avanzaba hacia el rancho a gran velocidad, y los ocho tipos de los rifles se aprestaban sin duda a recibirlo. No traer oro? gru Colman. No habrn querido esconder una fortuna precisamente aqu? Ocho, tipos bien armados as parecen asegurarlo, jefe. Uno no contrata ocho gatillos para jugar con ellos al poker. Vamos a descabalgar y a colocarnos al abrigo de aquellas rocas. No nos han visto an porque estaban distrados con el carruaje, pero pueden vernos de un momento a otro. Y hay que observarlos. Se cobijaron tras unas rocas, que quemaban como, plomo derretido, en el momento en que el vehculo se detenia ante el rancho. Los ocho guardianes lo rodearon, y uno de ellos abri la portezuela de la derecha. Del carruaje descendieron un hombre grueso, que a Colmn le pareci ya bastante mayor, y una mujer que aun a aquella distancia le pareci joven y bonita. Un vehculo demasiado, grande para dos viajeros solos mascull entre dientes. Esos transportan sigo. Parecio confirmar su suposicin el hecho de que todos , menos la muchacha, rodearan el Carruaje para abrir la portezuela posterior de ste, que sin duda daba a un departamento donde estaban los equipajes. Ahor veris sacar cajas de oro! grit Colman excitado Seguro que ahora veris sacar cajas de oro!Y en efecto , del Vehculo fe sacada una caja. Pero Colman y sus hombres, al verla se quedaron blancos y sin facultad para decir una sola palabra. Porque aquella caja era ni ms ni menos que un ataud.Entre los pistoleros hubo un largo minuto de silencio.Todos se miraran incrdulos, con las manos pegadas a las rocas que los ocultaban. Los dedos les quemaron de repente y solo entonces tuvieron la sensacion de que volvian a la realidad. Habia sido como un pesadilla. Colman gruo:Muy ingeniosos . No puedo negar que son muy ingeniosos...Por qu, jefe? Eso de guardar oro y joyas en un atad era al que no haba visto todava.

  • Por qu haban de guardar riquezas ah? Que otra cosa van a llevar en el atad? Un muerto? Es ridculo slo pensarlo! Dando el rodeo que han tenido que dar para llegar por esa parte han tardado por lo menos dos das desde Carson City. Y con este calor un muerto se deshace en dos das de modo que es imposible permanecer junto a l.No llevaran a una mujer joven para un viaje tan largo en estas circunstancias. Uno de los pistoleros opin: Sentira quitarte las ilusiones, Colman, pero esa no me parece una razn suficiente. Puede tratarse del cadver de un familiar al que tengan inters enterrar en esta parte del desierto. No! ri Colman, enseando dos hileras de dientes fuertes y crueles-. Es que sois idiotas todos. Supongamos que esa gente estuviera dispuesta a resistir el hedor. Pero el hedor se notara a pesar de todo no?. Naturalmente!Y los buitres se sentiran atrados por l, vrdad? Los cuatro hombres escrutaron entonces el celo silenciosamente, mientras en sus ojos brillaba una chispita de comprensin. No se vea un solo buitre. Ni un puntito en el cielo limpio como un espejo. Y era seguro que los buitres hambrientos de las Rocosas habran seguido implacables el carruaje si ste hubiese despedido el ms mnimo hedor de muerte. Los pistoleros miraron a su jefe con expresin decidida y acariciando las culatas de sus rifles. Tienes razon Colman susurr uno de ellos En ese ataud hay algo. Por qu no atacamos enseguida? Ellos son mas, pero nosotros contamos con el factor sorpresa. Si galopamos a toda velocidad y entramos pronto en zona de tiro, habremos matado a tres o cuatro antes de que se parapeten. Colmn movio la cabeza negativamente. No , no lo haremos. Tenemos trabajo al otro lado del desierto, y seria una estupidez exponernos a que nos dejasen sin la piel ahora. Podemos permitirnos el lujo de tener paciencia, puesto que si han traido ese ataud hasta aqu no ser para llevrselo maana ni pasado maana. Cuando regresemos de Rancho Diamond habr llegado el momento de ver cuanto oro nos corresponde a cada uno. Volvio a sonreir, mostrando sus dientes demasiado agudos, parecidos a lo de un animal carnicero. . . Entonces elegiremos el momento de atacar y no dejaremos nada a la improvisacion. Porque dentro de una semana, cuando estamos de regreso, no habra lucha. Y no creo que sea tan difcil aproximarse a ese edificio en una noche oscura y sorprender a los guardianes. Lo hemos hecho otras veces. Os acordais de la carcel de Denver? Todos lanzaron una carcajada. Aquella fue una jugada maestra. Colman. Y pensar que habia once hombres vigilando las celdas! Pues si aquello sali bien, mucho ms fcil nos ser atacar ese rancho aislado. Se puso en pie orden: Montemos. Habr que ir bordeando las colina, para que no nos vean. Pero eso no har que nos retrasemos demasiado.AI montar en los caballos, uno de ellos relincho. Colman lanz una salvaje maldicin. Si nos descubren ahora va a estropearse todo! Soy capaz de reventar a ese animal cuando estemos ms al fondo del desierto! Desde su lugar en la llanura, Harper crey oir aquel relincho. Se volvi lentamente. No habis odo? El aire quieto del desierto transportaba desde muy lejos los ms suaves rumores, pero nadie parecia haber odo aquel relincho excepto l. Qu sucede? musit Gladys, su hija. jurara haber odo el relincho de un caballo Yo no he odo nada, pap.

  • Harper se sec el sudor de la frente. Bueno, han debido ser figuraciones mas... Dios mo, es ese horrible atad! gimi Gladys Desde que lo tienes en tu poder no has hecho ms que sufrir alucinaciones, temores. Es como si hubieras introducido el horror en nuestra casa, papa Es como si nos hubieras convertido en cadveres que estn llamando a los buitres! No es necesario que te pongas as, Gladys dijo Harper con voz nerviosa. Ahora encerraremos ese atad en la habitacin ms oculta del rancho y ni volvers a verlo. Verdad, muchachos? Los tipos que haban salido a su encuentro viejos pistoleros de toda confianza, ya experimentados en la proteccion de las minas de Harper movieron la cabeza afirmativamente. Burton, el jefe de todos ellos, pregunt:Qu es lo que le haba parecido oir, mister Harper? El relincho de un caballo? Eso es. Lo has odo t? No me atrevera a jurarlo, pero me parece que no. El desierto est lleno de rumores, aunque parezca mentira. Pero eso le ha puesto nervioso, mister Harper. No hay razn... Harper, desviando la mirada, supo que se sentira mas descansado si deca lo que estaba sintiendo. Es que por un momento he credo que el Conde Dracula se acercaba hacia aqu confes. Los ocho pistoleros, como un solo hombre, lanzaron una carcajada. Y ha pensado que se acercaba a caballo? Comprendo que es una tontera, pero as es. Nosotros conocemos muy pocas cosas acerca de esa historia dijo al fin Burton, conteniendo a duras penas su hilaridad e incluso algunos de los chicos no saben leer. Pero todos estamos convencidos de que el Conde Drcula nunca viaj a caballo. Y menos con este sol que lo achicharra todo, diantre! Los vampiros slo pueden moverse de noche, porque la luz del sol los destruye! Es verdad reconoci Harper. Parece mentira que yo que entiendo de esas cosas, me haya dejado impresionar. En fin, meted el atad en la habitacion del fondo y cerrarla bien. Por el momento no quiero verlo, hasta que traiga otros objetos de mis colecciones. Nos hizo mucha gracia su carta pidiendo que viniramos aqu dijo Burton. No porque tuviramos ganas de cambiar de ambiente, sino por lo deca acerca de qu iba a traer el verdadero ataud del Conde Dracula. Y no dije ninguna mentira. Este es. Este ? Pues vaya antigualla! En Nevada cuando uno la dia, sabe que tendr al menos un ataud nuevo. El Conde Drcula no est hecho de vuestra misma pasta. Peor para l! Y todos volvieron a lanzar al unisono una nueva carcajada. No me gustan esas risas dijo temerosamente Harper. Tengo la sensacin de que el Conde Drcula las oye. Pues entonces que venga a rerse con nosoto tambin! Por favor, no hablis de esa manera. Como usted quiera, patrn dijo Burtona nosotros nos paga por obedecerle y en paz. Pero, Que cuerno tenemos que hacer una vez ese atad este en la habitacin del fondo? Vigilar. Vigilar qu? Que nadie s acerque a l. Podris descansar, tranquilamente durante el da, pero en cambio exijo que se monte turno de guardia riguroso, durante la noche, hasta que salga el sol. Todos vosotros ireis armados de rifles y adems llevaris cada uno una barra de hierro con la punta afilada como una lanza. Y para, qu? Drcula es vulnerable solamente a la punta de una barra de hierro clavada en su corazon. Y las balas? Es que para l son confites? ri Burton. Nada se ha comprobado sobre eso. Parece ser, que contra el Conde Drcula nadie dispar jams.

  • Peroo por si las balas no le hacen efecto, ya os he dicho que tengis preparados los rifles.Uno de los pistoleros, llamado Joe, se adelant. Debemos entender que usted tiene miedo de que venga por aqu el mismsimo Conde Drcula, patron? fue su pregunta. No es miedo exactamente, pero pienso que su llegada est dentro de lo posible contest evasivamente Harper. Muy bien. Y qu tal saca ese Conde Drcula?Cuntas muescas lleva en su revlver? Otra vez los pistoleros rieron hasta destornillarse, saltandoseles las lgrimas despus de cada carcajada. tuvieron que llevarse las manos a la cintura y hasta hicieron esfuerzos para no caer al suelo en el ataque de hilaridad. Slo se fueron serenando, poco a poco al ver que Harper estaba espantosamente serio. He dicho antes que no os riis! pidi nerviosamente. Esta bien, patrn, no volver a or una carcajada. Pero es que la cosa tena gracia, cuerno! Burton mismo se carg bien un extremo del atad, poniendolo sobre sus hombros. Bueno, muchachos, adentro con l. Y si en el interior va el Conde Drcula invitadle a whisky y luego le ponis un revlver en los rones. Vereis como lo devuelve todo! Joe y los dems pistoleros hicieron inauditos esfuerzos para no rer, mientras llevaban su fnebre carga al interior del rancho. Cinco minutos despus salan frotndose las manos.Ya est bien instalado, patrn. Lo hemos puesto en la habitacin ms recndita del rancho, y adems hemos cerrado la puerta. Qu hay que hacer ahora? Organizar los turnos de vigilancia para noche? S, y los centinelas tendrn que star tan atentos como si hubiera un enemigo acampado a media milla de distancia. Descuide, todos nosotros hemos vigilado sus minas contra la peor gentuza de Nevada, y jams hemos tenido un descuido. Y ahora, cambiando de conversacin: qu van a hacer ustedes? Quedarse aqu? A propsito, hice traer una criada mejicana, para se lo tuviera todo a punto. Yo no pienso estar aqu un instante mas decidi Gladys. Y no comprendo, pap, porqu hemos tenido que venir personalmente a traer eso. Porque es la pieza ms valiosa de mi coleccion Gladys, y ya sabes que de todo cuido yo mismo. Pero no temas, no estaremos mucho tiempo aqu. Slo el necesario para que te restablezcas un poco. El mdico me recomend aire seco, pero no necesaramente aire del desierto dijo nerviosame Gladys. No estoy cansada del viaje y puedo volver enseguida. Ten paciencia, una semana y te encontrars mucho mejor susurr cariosamente Harper. Una sola semana, hija ma. Esa pequea afeccin en la garganta se te quitar con el aire del desierto. Hace milagros, de tan puro y seco como es. Luego podremos volver a Carson City, y hasta si quietes pasaremos una temporada en San Francisco, Y el agua tambin es buena, seorita, aunque parezca mentira intervino Burton-." Tenemos un pozo que da a un manantial subterrneo de primera calidad, y hasta podr baarse si quiere. Joe haca fres aos que no lo probaba, y el otro da le encontr tan a gusto al agua que por poco se ahoga.Te sentirs bien, Gladys insisti Harper. Puedes creer que si compr este rancho en el desierto fue para guardar mis colecciones, pero fue tambin por ti. Nunca te ha sentado bien el clima de Carson City, tan polvoriento y tan impuro. Aqu, en una sola semana, vas a sentirte como no te has sentido nunca. Gladys le mir recelosamente. Por qu no eres sincero, pap? Por qu no confiesas de una vez que lo que pretendes es separarme de Tom? Tom, ese idiota... Quieres que no est en Carson City cuando l vuelva, y as creer que lo he olvidado. Sabes que va a regresar un da de estos y por eso me has trado al desierto. Tan difcil te es admitir que nos quermos? O es que pienses conservarme siempre a tu lado como si fuera una pieza ms de tus

  • coleccines? Harper guard un momento de silenci; como si reflexionara ante las palabras de su hija. Los pistoleros, dndose cuenta de que aquel era un asunto privado, se retiraron discretamente. Por fin el millnario susurr: Date cuenta, Gladys, de que eres mi nica hija y de que soy viudo hace muchos aos. Puede decirse que no tengo ms familia que t en el mundo. parece extrao que desee para ti lo mejor? Y Tom no es lo mejor? No lo es. Porque a ti te ha entrado por l ojo izquerdo! Porque es idiota, sencillamente! Jams visto un tipo igual! Cree todo lo que le dicen! Es que en este mundo no se puede tener buena fe? Tom es la persona ms honrada qu he conocido. Por eso, en el ambiente de granujas en que nos movemos, parece a veces que no es listo. Pero sabe lo que se hace y me quiere. Eso, para m, es lo principal. S, muy listo! gru Harper. Si a Tom le dijesen que las Montaas Rocosas se han convertido en oro puro, sera capaz de tragrselo ! Pap, te prohibo que hables as de l! Padre e hija se miraron un instante al fondo los ojos, casi con ira. Luego Harper, para quien Gladys lo era todo, cedi poco a poco. Le dio un carioso cachetito en la mejilla y susurr: Por una semana aqu no va a perderse nada pequea; al contrario, t vas a sentirte mucho mejor. Te ruego que me complazcas; Est bien, pap, pero una semana solamente. Siete das nada ms. En aquel momento ninguno de los dos s acordaba ya del atad del Conde Drcula. Fue Burton el que, sin darse cuenta, les volvi a la realidad diciendo: Siete das y siete noches, seorita. Siete noches sabiendo que est ah ese horrible atad, bajo nuestro mismo techo! No te excites, Gladys. No lo veras. Pero s que existe! La muchacha pareca a punto de sufrir una crisis de nervios. Fue una suerte que en ese momento aparecese la criada mejicana. Si los seores lo desean, tienen habitaciones preparadas. Y les servir inmediatamente una suculenta comida con cerveza puesta a enfriar en el fondo del pozo. Esta es Rita dijo Burton, presentndola. Si ella dice que la comida es suculenta, pueden jurar que es verdad. Pues entonces entremos. Yo tomar antes un bao dijo Gladys, resignadamente.Antes de entrar en la casa, Harper, que se haba quedado el ltimo, dirigi una mirada circular por el desierto. Era pavoroso, sobrecogedor, el silenci que alli lo rodeaba todo. Diriase que uno haba llegado hasta la ltima frontera del mundo, que ningn enemigo poda seguirle hasta aquel lugar. Y sin embargo, Harper, cuanto mayor era el silencio ms inseguro se senta. Poco, poda imaginar que a tres millas escasas de all, cinco jinetes bordeaban las colinas. Los cinco haban perdido de vista el rancho, lo tenan retratado en los ojos. Dentro de unos seis das volveremos a estar aqu dijo Colman como si hablara consigo mismo Seis das tan slo para ser fabulosamente ricos. No est mal. Y levantando las manos se contempl ambas muecas, donde los hierros de unos grilletes haban dejado su siniestra huella. Antes tenemos trabajo musit. Un trabajo muy fcil y que ser muy agradable de hacer. Llegar a Rancho Diamond, a un par de das de macha de aqu. Y una vez hayamos llegado... nuestro trabajo consistir en matar!

  • Captulo IV

    EL HOMBRE DE LAS MANOS MUERTAS

    Rancho Diamond estaba al otro lado del desierto, justo en. el lugar donde ste terminaba y empezaban unas tierras donde la hierba creca tmidamente y donde era posible mantener sin esfuerzo unas cuantas vacas. La gente de aquella zona ya no era minera, sino que buscaba su fortuna en la agricultura y la ganadera. Era, por tanto, gente ms estable y aparentemente ms pacfica. Slo aparentemente. Aquella zona era lugar de paso para todos los forajidos que se dirigan a Carson City, y el sheriff del condado sola vigilar da y noche en espera de cazar alguna cabeza reclamada por la Ley. Casi siempre sin resultado, esa es la verdad. A veces, cuando la recompensa era crecida, los habitantes del lugar l ayudaban. En cierto modo los forajidos podan ser un buen negocio. Rancho Diamond era uno de los tres o cuatro no ms que haba en la zona donde el desierto terminaba, casi en el limite de las arenas. De bonito slo tena el nombre. Como dependa de las lluvias, haba aos catastrficos, y cuando el ganado mora de hambre no quedaba dinero ni par comprar clavos con que asegurar los tablones de la casa durante las noches de viento. Sobre Rancho Diamond se haban cernido ya tres aos de sequa, y en este momento la fortuna de su dueo no deba ascender ni siquiera a veinticinco dlares. Caso de saber que cinto hombres venan en su busca, no hubiera podido comprar balas para recibirlos.Pero Colman y sus pistoleros no pensaban ir directamente a Rancho Diamond. Antes tenan que pasar por el pequeo poblado de Little. En donde podran aprovisionarse y descansar unas horas. Porque si es cierto que los desiertos no tienen caminos tambien es verdad que casi todos los que caminan por ellos acaban parndose en los mismos sitios. Y Little Sun era parada obligatoria despus de los das infernales pasados sobre la arena. La poblacin tena una sola calle, y aun sta de slo unas cien yardas de longitud nada ms. Era una d esas ciudades que cada nuevo ao de sequa s van despoblando, hasta ir quedando poco a poco casi desiertas. No haba saloon sino unicamente una cantina donde los licores eran infectos. Las mujeres escaseaban mucho ms que el agua. Cada vez que el sheriff del condado se vean obligado a pasar dos noches all maldeca su estrella. Y sin embargo, Colman y sus hombres iban pasar por Little Sun porque necesitaban descansar un poco y aprovisionarse antes del tiroteo que se avecinaba en Rancho Diamond. Pero la noche en que iban a llegar, y poco antes de que la luna recortara sus figuras en el horizonte, ocurri en Little Sn una cosa a la que sus habitantes no estaban acostumbrados. Lo que ocurri fue que uno de los hombres ms reclamados de todo el Territorio, Lrry Percival, se paseo tranquilamente lo largo de la calle principal de la poblacin, con las manos quietas sobre las riendas y sin mirar sus revlveres una sola vez. Fue Kimpton, el sepulturero, quien primero lo vio. Estaba en el porche, limpiando su pala, cuando Larry pas frente a l. Inmediatamente Kimpton parpadeo un par de veces, dej su herramienta y penetr disimuladamente en el almacn de Korney. Oye, has visto a ese jinete que acaba de pasar? Lo acab de ver, Korney estaba blanco como un papel Y espero que no se le ocurra entrar a

  • llevarse nada de mi tienda. Entonces no estoy equivocado? T tambin lo has reconcido? Claro que s. Es Larry Percival. Inmediatamente entr Bud, un ganadero. He visto lo mismo que vosotros, muchachos? O al revs: habis visto lo mismo que yo? Creo que si. Y ms vale que no ensees los revolveres, Bud. Larry puede disparar contra ti si te ve armado. Bud hizo un gesto y se desprendi de su cinto con ms rapidez que si fuese un anillo, de fuego. Diantre lo he reconocido porque el sheriff nos mostr un retrato suyo hace una semana. Nos dijo que se pagaban cinco mil machacantes por el! Y que ese tipo se pasee asi, tan lentamente, por una calle donde sabe que todos somos sus enemigos! Su caballo va a paso de tortuga, eh? Yo dira que se va exhibiendo. Exhibiendo para qu? Pues para atraer la atencin, imbcil. Lego cualquier compinche suyo atracar la casa de Still el prestamista. Y se llevar todo lo que haya en ella, mientras nosotros estamos aqu, embobados mirando a su jefe. Si queris que os diga la verdad gru el almacn a m no me importa nada que se lleve lo que hay en casa del prestamista. Y si adems se quieren llevar a l arrastrando de una cuerda, mejor. Pero lo que me extraa es la actitud del tipo, a pesar de lo que decs. Sabe que si alguien dispara con un rifle desde la oscuridad, puede cobrar cinco mil, dlares por su cabeza. Por qu esta paseando de ese modo? Por qu s exhibe tanto?Fate de las exhibiciones y fate de los rifles E sperando desde la oscuridad, imbcil. Ese tipo, La rry Percival, tiene las manos ms rpidas que se han conocido en Nevada. Si alguien se dispone a hacer algo contra l, seguro que antes de un segundo le habran clavado una bala entre las cejas.Dicen que en Elko mat a tres hombres en un solo desafo. Y que en Denver escap de un edificio ardiendo y que estaba rodeado por ms de veinte individuos.A ese tipo no hay quien le cace, desengaaos. Por eso se pasea con tanta seguridad. Los tres hombres estaban ahora en la puerta, viendo alejarse el caballo de Larry Percival que segua iluminando con paso cansino e indolente, como si a su dueo no le importara llegar a ninguna parte. Mirad: est llegando al extremo de la call.Va a esfumarse... El sepulturero corri hasta el fondo de la tienda, donde saba que su dueo guardaba el rifle, y regreso inmediatamente con l, montndolo con un movmiento instantneo. A ese tipo lo cazo yo. Lleva cinco mil dlares colgados del cuello y no voy a dejar que se me escapen. Apunt a la espalda del jinete, pero estaba tan nervioso que el can del rifle se mova como una hoja acariciada por el viento. No le acertars nunca. Y si fallas y se vuelve nos matar a los tres. Dejadme! Ese tipo es mo! Yo quiero ser el hombre que ha matado a Larry Percival! Logr serenarse. Su pulso se inmoviliz y el rifle qued quieto. Pero en ese momento, cuando iba i disparar, Larry se volvi lentamente sobre la silla de su caballo. Deba haber odo las palabras, y sus ojos grises miraron fijamente hacia el punto exacto donde estaban los tres hombres.No hizo ningn gesto. Ni un solo dedo se movio para tocar un revlver. Pareca como si tuviera las manos muertas. Pero haba en aquellos ojos algo diablico, algo tan obsesionante que los tres hombres quedaron quetos, igual que hipnotizados, sin fuerzas ni para mover los prpados. A pesar que Larry estaba a unas quince yardas captaron con toda sn fuerza la intensidad diablica de aquella mirada. El sepulturero dej caer poco a poco el rifle. Ese tipo matar a todo l que quiera... jade. Ese condenado hipnotiza a sus vctimas...

  • Larry se volvi otra vez sobre la silla, recobro la posicin normal, y, sin excitar a su caballo ni rozar las armas un solo instante, se perdi entre las sombras que llenaban l extremo final de la calle. Una vez all, ya sumido en una espesa penumbra sigui avanzando durante medio minuto. Luego una voz dijo: Ya ha terminado el paseo, hroe. Larry Percival detuvo su montura con un suave movimiento de riendas, y mir con indiferencia hacia el lugar de donde haba brotado la voz. Una silueta salt entonces silenciosamente desde el tejado de la ltima casa de la calle y flexion las piernas al tomar contacto con tierra, desvando un poco el rifle con el que le haba estado apuntando hasta entonces.Ese fue el momento que se dispuso a aprovechar Larry, llevando rpidamente la mano derecha a la funda del mismo costado. Pero no lleg a tocar la culata. En ese mismo instante otra voz le previno; Le estoy apuntando tambin, Percival Y mi rifle es un automtico de los que no acostumbran a fallar. Larry se encogi de hombros imperceptiblemente dejando caer la mano derecha sobre un costado Acababa de perder esa fraccin de segando que separa la vida de la muerte. Ahora el hombre del tejado ya haba recobrado por completo el equilibrio y se acercaba a l paso a paso, con prudencia de tigre, manteniendo recta la caa de su rifle. Larry sonri secamente, pero en la penumbra su sonrisa apenas fue visible. Su enemigo dijo: Esperabas este momento, eh? Espesabas a que saltara desde el tejado al suelo porque sabas que perderia el equilibrio unos instantes... Para qu voy a negarlo? Esa era mi oportunidad y pensaba, aprovecharla. Pero, tan tonto me considerabas, Larry? AI fin de la calle yo contaba con ayuda. Alguien nos esperaba con un rifle cargado. Y t te has detenido unos instntaneamente al oir su voz, eh?... S, pero no ha sido por lo que t imaginas. Me he quedado quieto porque era una voz de mujer. En aquel instante, como si las palabras hubieran sido una llamarada, la figura femenina apareci entre las sombras. Larry volvi la cabeza hacia ella. Vale la pena haberse quedado quieto musito La mujer no iba vestida de amazona, sin con ropas tpicamente femeninas. Un vestido de falda mplia, pero de busto apretado, haca destacar podrosmente los relieves superiores de su cuerpo. Y las caderas tambin se insinuaban bajo la tela, potentes y amplias. La mujer tena los cabellos de un color rubio oscuro, los ojos azules y los labios gruesos rojos. Larry calculo que acabara de cumplir los veinte aos. Nunca haba visto un hada con un rifle dijo Larry Hasta ahora me haban explicado siempre que llevaban una varita. Menos conversacin y baja del caballo! gru el hombre la comedia ha terminado. Larry, con las manos ligeramente alzadas para que viesen que nada iba a intentar, descendi. Inmediatamente el hombre y la mujer se aproximarn ms, sin dejar de encaonarle. Vais a entregarme ahora al sheriff? pregunto Larry. De ningn modo. Haremos que el sheriff venga a buscarte a nuestro rancho. Ah! Pero, tenis un rancho y todo? Menos palabras, Larry. A partir de ahora el cinismo no va a servirte de nada. Como se llama el sitio a donde me vais a llevar? Al menos puedo saber eso, no? Todo condenado tiene derecho a que le digan dnde va a estar su tumba gru el hombre- El sitio al que vamos a conducirte ahora se llama Rancho Diamond. Bonito nombre. No te gustar tanto cuando ves all al sheriff. Hablaban en voz baja, de tal modo que ninguna sus palabras deba ser percibida ms all de la zona cubierta por las sombras. Y Larry no le interesaba ser odo, pero por lo visto al hombre y la mujer que le haban apresado les interesaba menos an que a el.

  • Y cmo vais a conducirme hasta all? No veo que llevis caballos.Nosotros dos montaremos en el tuyo, y t irs atado detrs. Larry se encogi de hombros, sin una palabra de protesta. Al fin y al cabo le haban cazado. De qu servira protestar? El hombre dej el rifle en el suelo indicando a la mujer que no descuidara l vigilancia, y con la misma cuerda que colgaba de la silla d Larry at solidamente a ste, dejando, un margen de cinco yardas para que pudiera ir detrs del caballo. Hecho esto, y como una ltima precaucin casi innecesaria, le despoj de sus dos revlveres y de su cuchillo Bowie. Luego l mont de un gil salto y ayud a la muchacha a montar en la grupa emprendiendo silenciosamente el camino hacia el norte. Previamente haba recogido su rifle, y un instante despus todo qued en silencio. Nadie hubiera podido adivinar que all acababa de ser capturado uno de los hombres ms buscados de Nevada entera. Larry permaneci en absoluto silencio hasta qu dejaron atrs la poblacin, perdindose en la llanura. Luego surgi la luna y lo alumbro todo con su fulgor plateado. Larry vio mejor los relieves rotundos de la mujer, su belleza casi insultante que una vez vista dejaba una sensacin extraa, igual que si llenase el universo entero. Cmo te llamas t, campen? pregunt hombre. Y a t qu t importa? Si todos tenemos derecho a saber dnde esta nuestra tumba, supongo que tenemos tambin derecho a saber quin ser nuestro verdugo. No te tomas mal la cosa, por lo que veo. Yo nunca me las tomo mal. Me llamo Halloran, Peter Halloran. Encantado de saber tu nombre, Peter. Es que quieres hacerte el simptico? Nada vas a conseguir, Larry. Te llevaremos a Rancho Diamond y estars en poder del sheriff antes de veincuatro horas. Supongo que para ahorrarse los peligros de trasladarte, te matar all mismo. Simptico el sheriff, eh? Nunca ha perdonado a un tipo como t. De todos modos vamos a hacer un viaj muy agradable, Peter. Lo nico que ocurre es que lo siento por ti.Peter Halloran se volvi un poco, mirando hacia atrs por un costado de la mujer, que segua quieta Y por qu diablos lo has de sentir por m,si es que puede saberse? Porque ser el ltimo viaje que hagas. En cuanto lleguemos a tu rancho te matar. Aquellas palabras, dichas por un hombre atado y acorralado, hubieran podido tomarse a broma. Pero nada era broma saliendo de los labios de Larry Percival. Su voz tena un algo de proftico y estremecedor que por unos segundos paraliz hasta la respiracin de Peter Halloran. Pero en seguida ste reaccion, lanzando una brusca carcajada.Y cmo vas a matarme, Larry? Es que puedas disparar sin revlveres y con las manos atadas? Ya tendr una oportunidad. Yo siempre estoy atento, Halloran. Y a lo largo de veintuatro horas tendre una oportunidad de diez segundos que t no habrs sabido adivinar. Es que me consideras un novato? No. De sobra se nota que no lo eres. Y tienes sangre fra, por lo que se ve. Cuando desde lo alto de un tejado me has amenazado a la entrada de la poblacin y me has dicho que siguiera sin intentar nada, porque t me apuntaras hasta el final de la calle, a travs de la linea de tejados que son todos iguales, me he dado cuenta de que no eras un novato. Pero, por qu tanta precaucin? Por qu has hecho eso? Porque no quiero que nadie en Little Sun sepa que te he cazado yo. Y por la misma razn no te entrego al sheriff inmediatamente. El vendr a buscarte a Rancho Diamond, me pagar la recompensa y todo quedar entre nosotros. Eso me parece muy bien, pero lo que no adivino es el motivo de tantas precauciones.

  • No lo adivinas? Pues es fcil. Soy un hombre solo y cuando te hayan ahorcado no quiero que los de tu banda sepan a quin han de matar para vengarte. Larry sonri en la oscuridad. Yo no tengo banda, siempre he trabajado solo No me lo hars creer. Se ha dicho que mandabas un grupo de varios hombres. Y basta ya de charla. Hay todava seis millas desde aqu hasta Rancho Diamond. No me gusta insistir dijo Larry, pero tampoco me gusta que se diga que tengo una banda, si lo que temes es eso, puedes ahorrarte trabajo y entregarme ahora al sheriff. Nadie se vengar. Pretendes engaarme dijo Halloran, con voz que denotaba un principio de nerviosismo. No, no es eso. Parecer raro, pero he engaado a menos grente de lo que se cree. Lo digo para no tener que matarte. Sentira mucho dejarla viuda a ella. Sealaba con el mentn a la muchacha, que entonces se volvi por primera vez y le envolvi durante unos segundos en la mirada llameante de sus ojos. Peter Halloran se volvi tambin; No temas no la dejar viuda. No es mi mujer , sino mi hermana Lorna. Lorna Halloran,.. Bonito nombre. Encantado de conocerla.Cllesemusit ella con desprecio, dejando de mirarle; Si me sigues irritando daremos un galope con el caballo amenaz Peter y veremos entonces que tal le sientan las piedras del camino. Ms vale no pongas dificultades. No las he puesto ni las pondr hasta que llegue el momento de matarte, Peter. Otra vez? Es que crees que no tomo mis precauiciones? Te he reconocido en la llanura y he llegado a la poblacin antes que t, tenindolo todo preparado para la sorpresa. Te has paseado por todo Little Sun sin que yo dejara de tenerte apuntado ni un solo segundo. Lorna estaba a punto tambin. Y an me consideras un novato de los que dan oportunidades a su enemigo? No. Ya se ve que esto no lo haces por primera vez.En efecto, ya captur a otro tipo como t, y me pagaron cuatro mil dlares. Bonita suma. Quin era? Se llamaba Colman. Se llamaba? Es que ha muerto? Peter Halloran suspir: Colman? Seguro que s. A estas horas ya dben haberlo ahorcado en la prisin de Carson City. Justamente en aquel momento, cinco jinetes, cubiertos de polvo, entraban en Little Sun.

  • Captulo V

    RANCHO DIAMOND

    Una hora despus, el grupo que formaban el hombre, la mujer y su prisionero llegaban a la vista de un edificio. No haban hablado desde que Peter Halloran pronunci las palabras relativas a Colman.Ahora se volvi en la silla, mir al prisionero y gruo. Helo aqu. Esto es Rancho Diamond. Larry lo contempl. Poda verlo casi como si fuera de da, porque desde el cielo despejado la luna lo iluminaba con perfecta claridad. Rancho Diamond, consista en un solo edificio destartalado y viejo, que estaba pidiendo a gritos una reparacin. Mas all haba una pequea cuadra y unas cercas. El terreno; que deba ser aceptable en aos de lluvia, estaba ahora convertido en una cosa pedregosa y siniestra. No se vean rastros de ganado por ninguna parte, aunque bien poda estar ms lejos, en una zona donde hubiese hierba. Larry murmur: No es muy bonito. Menos va a parecrtelo dentro de unas horra cuando el skeriff venga a por t. Detuvo el caballo ante el porche de entrada, nico lugar de la casa donde brillaba un farol. Descabalgaron, y al hacerlo brill a la luz de la luna, durante unos segundos, la seda negra de las medias de la muchacha. Larry le dirigi una mirada fugaz, con los labios apretados en una mueca. S, era como un hada, pero se haba olvidado la varita. Fue Peter Halloran el que abri la puerta y encendi un farol de petrleo en el interior. Por dentro, el rancho era tan triste como por fuera, aun estaba limpio. La falta de dinero se adverta hasta el menor detalle. Fue desatado el extremo que ligaba a Larry a silla de su propio caballo, aunque continu con las manos atada a la espalda. Halloran le empuj brutalmente con el can de su rifle hacia el interior la casa. Tu tumba anunci. Larry se detuvo junto a una silla. Puedo sentarme? Claro que puedes, pero lejos de la mesa. El truquito de mover los pies y echrmela de repente encima, ya lo s de memoria. Larry se sent. Eres un hombre lisio. He nacido en el Oeste, y eso basta para que no me pille desprevenido, un tipo como t. Por qu me has capturado? No recuerdo haberte hecho nada, y en esta zona tampoco he cometido ningn delito. Halloran se sent a la mesa, hizo una sea a su hermana y sta le sirvi un vaso y una botella de cerveza que acababa de sacar de un armario. El hmbre se sirvi una generosa racin. No hace falta preguntar por qu dijo luego, mirando a Larry Eres como una bolsa de or. Pretendes cobrar los cinco mil dlares? Los cobrar. Si yo estuviese en tu lugar me habra buscado medio menos arriesgado de ganar dinero. Ya lo busqu: el rancho. Y ha habido sequa no? T qu entiendes de sequas...

  • Algo. Mis padres eran agricultores. Bonitas, cosas deben pensar de ti tus padres. Ya no pueden pensar nada, al menos en la forma que lo hacemos nosotros. Los ahorcaron a los dos. No est mal. Lo malo es que a tu madre debieron ahorcarla antes de que t nacieras. En el silencio que sigui a estas palabras se oy el rechinar de los dientes de Larry. Sus ojos brillaron otra vez de aquella forma extraa , obsesionante, que haba ya inmovilizado un rifle en la ciudad de Little Sun. Te matar, Halloran dijo solamente. Pues puedes empezar a darte prisa. Voy a avisar al sheriff que dentro de una hora tiene anunciada su visita a Little Sun. Si quiere venir en seguida estaremos aqu esta misma noche. Y mientras...?Lorna te vigilar. Ella...? Si crees que vas a poder intentar algo, ms va que empieces a pensar en otra cosa. Con un rifle una mujer puede matar lo mismo que un hombre. Y Lorna sabe manejarlo, te lo aseguro. El ao pasado ella mat a dos pistoleros que la asediaban. Larry se encogi de hombros. Muy bien. Pero, y si aun asi logro cazarla por sorpresa? Loma es muy bonita Te atreves a dejarme solo con ella? Fueron ahora los dientes de Halloran los que rechinaron. Pero como l estaba libre y poda actuarno se content slo con eso. Salt sobre el prisionero y empez a abofetearle con todas sus fuerzas, hacien do bailar la silla por el suelo. Al fin la derrib, despues de un terrorfico jab de izquierda, y silla,y prisionero rodaron por el suelo. Una vez conseguido esto Halloran sigui, machacando a Larry a puntapis, castigndole brutalmente el rostro hasta que ste no fue ms que una mscara roja formada por las lneas de sangre. Jadeando, Peter termin el castigo. No le convena matar el a Larry, cosa, que hubiera sucedido caso de seguir machacndole la cabeza con las botas. Y sin embargo, Larry no haba lanzado ni un solo gemido, ni un solo grito de dolor. Lorna, desde su rincn, dijo: Aydale a levantarse, Peter. Le traer un poco de agua. No se ha desmayado. Es para que no tenga que beberse su propia sangre.Hizo funcionar la bomba y, con gran trabajo, logr extraer medio cubo de agua, que tendi a su her- mano. Este la derram de golpe sobre el rostro de Larry Percival.Larry sacudi la cabeza y mir a la chica desde el suelo. Gracias, chata. Es que quieres que volvamos a empezar? rugi Peter, fuera de si Quieres que te mate? Mejor ser que me mate ella. Lo har, si continas mirndola de se modo ! Lo har, perro! Larry inici un gesto de resignacin con la cabeza y se encogi levemente de hombros. Est bien, no la mirar ms. Pero ella se lo pierde. Segua an en el suelo, sin posibilidad de defenderse. Peter Halloran le propin dos salvajes puntapies en la cintura, buscando destrozarle el hgado, Larry se estremeci nuevamente de dolor, pero tampoco gimi esta vez.El brutal castigo hizo que Larry tuviera que lanzar una bocanada de sangre. Ms agua, Lorna. Est bien, pero no hace falta que lo destroces. Por qu no? Es slo un perro sarnoso. Y quiero que no pueda moverse, mientras yo voy en buscadel sheriff. La nueva racin de agua volvi a despabilar a Larry, aunque era evidente que ste se senta

  • deshecho y que no podra dar un paso, al menos en veinticuatro horas. Debe tener una hemorragia interna dijo Lorna sin preocuparse demasiado A lo mejor se muere. Espero que viva, por lo menos hasta la llegada del sheriff. Quiero que l mismo pueda interrogarle, para que vea que no le hemos engaado y nos pague los cinco mil dlares sin chistar. Pues entonces convendr que vayas a buscarle en seguida. Larry hizo entonces un titnico esfuerzo y pudo sentarse en el suelo, apretando los dientes a causa del dolor. He estado prisionero otras dos veces susurro.Ah, s? Y conseguiste escapar? pregunto burlonamentc Halloran. No, no he querido decir eso. Qu has querido decir, entonces? Que ninguna de las dos veces he encontrado un tipo tan salvaje como t. Seguro, pero tienes un consuelo. No lo veo por ninguna parte. Muy sencillo. Esta es la ltima vez que te atrapan!Y Halloran ri su propia gracia, llevndose ambas manos a la cintura e inclinndose para que Larry le viera rer mejor. Por fin se calm, con una especie de irritacin, al ver que Larry ni siquiera le miraba.Est bien dijo; no hay por qu alargar ms este asunto. Ir a buscar al sheriff. Descolg una chaqueta de piel de una percha y se la puso, pues el vientecillo que vena del desierto era fro durante la noche. Luego dio instrucciones a Lorna.No permitas que se ponga en pie.Que se quede ahi sentado toda la noche si le parece bien, o si no que se tumbre en el suelo. Pero en cuanto intente levantarse, lo tumbas de un culatazo. Bien. Yo vendr apenas localice al sheriff No te preocupes por mi ni por ste. No se movera. Demasiado s que significa cinco mil dlares. Halloran, sin decir una palabra ms, comprob su rifle, se lo puso bajo el brazo y sali de la casa. Sobre sta se hizo el silencio, interrumpido slo a trechos por el ulular del viento que vena del desierto, el cual se iba haciendo ms intenso cada vez. Larry movi la cabeza y suspir. Va a hacer mala noche. S.Es muy incmodo estar as sentado, con las manos atadas a la espalda. El cuerpo tiende a caer hacia atrs. Es una sensacin molesta? Mucho. Pues yo, en tu lugar, intentara hacer durar todas las sensaciones, por molestas que fuesen. Pronto no sentirs nada. Qu amable! Lo soy mucho. No te lo puedes ni imaginar. Dejas que me ponga en pie? T prueba. La expresin de los ojos de Lorna era desdeosa. El dibujo de sus labios tambin. Sabes que ests ms bonita as? Qu emocionantes son tus palabras, cario Me parece qu nunca he conocido una mujer tan extraa cmo t. Otros dijeron lo mismo y quisieron conocerme mejor. Y ahora me estn llamando guapa desde el fondo de sus tumbas. Larry guard silencio un instante, mirndola mejor.Aquellos ojos azules, y sin embargo, tan crueles! Aquella escultura palpitante qu era el cuerpo de

  • la mujer! Cuntos aos tienes? susurr. Veinte. Parece mentira que una mujer, slo en veinte aos, haya vivido tantas cosas. Nac aqu. Aqu fueron asesinados mis padres. He luchado junto a Peter y entre los dos hemos rechazado los asaltos de varias bandas de forajidos. He enterrado a muchos hombres yo sola. Sin embargo, para haber vivido aqu siempre no pareces una chica del todo mal educada. Tambin estuve en la ciudad. En qu ciudad? En Salt Lake City. Bonito sitio. Peter quiso que me educase all una temporada, hay una buena institucin para seoritas. Y result bien aquello? Psch. Qu quieres decir? En dos aos aprend muchas cosas que hacen falta para ser una seorita. Pero los hombres tambin aprendieron algunas cosas sobre m; por ejemplo; que tena una cintura estrecha y unas caderas anchas. Y que les gustaba. Pronto aquella ciudad fue demasiado peligrosa para una mujer sola. Y qu hiciste? Hubo un tipo que se puso pesado y tuve que matarle. Result que saba manejar el revlver mejor que el. Buen final para tu educacin. Pudo haber sido peor. Te hizo detener el sheriff? No se atrevi. Tambin estaba enamorado de m. Y ste era un buen chico.Has causado muchos destrozos para tener slo Veinte aos.Ya no causar ninguno ms. Larry, que estaba distrayendo a la muchacha con aquella conversacin, afianz un poco mejor su postura. Y por qu no causars ninguno ms? Porque Peter y yo estamos ya cansados de esta tierra. No queremos vivir ms aqu. Pensamos irnos al este. A dnde, concretamente?. Por qu lo preguntas? T, cario, ya no nos acompaars. Es simple curiosidad. Lo pregunto porque da mucha envidia. Puede que nos vayamos a Nueva York, cielo.Para eso necesitis los cinco mil dlares el sheriff va a daros por mi piel? S. Vaya! Es consolador saberlo. Celebro que mi piel sirva para una cosa tan estupenda! . Contrajo sus poderosos msculos, dominando el dolor, y se puso en pie de un salto, vacilando duran unos segundos en un difcil equilibrio, a punto de caer otra vez. La idea que Larry tena era muy concreta y consistia en : primero, llegar hasta Lorna. Segundo, darle un cabezazo con todas sus fuerzas y dejarla sin sentido. Tercero, aprovechando la oportunidad, aproximar sus ligaduras a una sierra que estaba colgada detras de una puerta y empezar a cortarlas con toda rapidez posible. Pero saba que all se jugaba la ultima carta, y que si fracasaba habra perdido la piel. Pero, Lorna no era una dbil mujer. Ni siquiera se inmut al ver la brusca y rpida, maniobra del joven; ms bien dio la sensacin de que en cierto mod o ya la haba estado esperando. Levant la pierna d erecha y aprovecho el difcil equilibrio de Larry par a derribarlo de un puntapi. Una vez lo tuvo en el suelo, le descarg un culatazo con su rifle. Larry lo vio todo rojo, pero no acab de perder el conocimiento.

  • Sonri. Supo que lo tena todo perdido, supo que no le quedaba ninguna esperanza y, sin embargo, sonri. Siempre, ante la muerte, haca lo mismo. Ms valdr que no intentes ninguna otra jugada dijo desdeosamente Lorna. Si te mueves ms de la cuenta acabars con la cabeza partida a culatazos. Ya has visto que no soy tan tonta cmo creas. Ya has visto, tambin, que s defenderme sola. Te sabes defender estupendamente, preciosa. Lorna se volvi de pronto, con fantstica velocidad, como si acabara de oir tras ella el silbido de una serpiente. Porque aquella voz no haba partido de Larry, sino que acababa de sonar junto a la puerta.

  • Captulo VI

    DIEZ REVOLVERES Lorna, que sujetaba el rifle por el can acababa de dar con l un culatazo a Larry, lo hizo girar instantneamente entre sus manos y apunt hacia la huerta con una rapidez que hubiese. envidiado el mejr gun-man. Pero los que estaban en la puerta no eran mancos, ni mucho menos, y tenan ya las armas a punto. Un disparo pareci brotar de la derecha, del ms cercano de ellos, y la caja del rifle con que Loma apuntaba salt Lecha pedazos. Con un movimiento reflejo, la muchacha apret aun el gatillo, pero su gesto no sirvi de nada. O mejor dicho, solo sirvi para provocar las carcajadas de los recin llegados. Lorna los mir con ojos entrecerrados, sin dar crdito an a lo que estaba viendo. Eran cinco hombres. Diez revlveres. Venan cubiertos de polvo, lo que indicaba un largo viaje a travs del desierto. Llevaban barba de varios das, y sus sonrisas eran como muecas sini estras.Est visto que eres un tesoro dijo el que acababa de disparar. Lorna a lo mir entonces solamente a l, con atencin, y una mueca de espantoso estupor aparecio en su rostro. Colman! No te parece posible, verdad? A ti... tenan que haberte ahorcado. Claro que s, gracias a vosotros. Pero a Colman no ha nacido todava quien le mate. Pude escapar de la prisin y reunrme otra ves con m banda. Tenia ganas de vivir, preciosa. No adivinas para qu? Loma no se atreva a hablar. Estaba vencida, quza por primera vez en su existencia. El rifle, convertido, en un trasto intil, cay de sus manos pesadamente. Dnde est tu hermano? pregunt Colman. Ha ido... a Little Sun. Puede que sea verdad, pero si nos engaas resultar peor para ti, porque nos entretendremos mas contigo. Con un gesto seco orden a sus hombres que entraran del todo. El ltimo de ellos cerr por completo puerta, de un taconazo. Para Lorna fue como si hubiera cerrado la tapa de su propia tumba. Pero lo que ms pareca alterarla no era la presencia de la muerte, sino el que cinco hombres la hubiesen cazado de una manera tan tonta, sin que ella se hubiera dado cuenta de su presencia hasta el ltimo minuto. No os he odo llegar,,. musit-. No lo comprendo.Hemos dejado nuestros caballos a distancia, acercndonos con mucha precaucin, porque creamos que habra tiroteo explic, Colman.Pero ha sido ana bonita sorpresa poder llegar hasta la puerta sin que nadie nos hiciera caso. Estabas muy preocupada con ese. No? Sealaba con el can a Larry Percival, en cuyo rostro haban aparecido nuevas lineas de sangre. Quera escapar dijo Lorna, con un hilo de voz Y mi hermano me haba encargado que no se moviese. Colman mir a Larry con ms detencin. Luego volvi sus ojos relampagueantes hacia Lorna. Y quin es ese? Antes de que la muchacha pudiera contestar, uno de los pistoleros seal al cado. Jefe, yo conozco a este tipo! Desde la frontera hasta aqu, he visto pasquines con su cara en todas partes. Se llama Larry Percival. Es un gun-man reclamado por tres asesinatos.

  • Larry Percival?. El nombre trajo inmediatos recuerdos a la mente de Colman. Mir al cado con ms atencin. Lo he odo nombrar dijo. En Carson City hablaban de l. Aseguraban que es un fulano que en un solo desafo mat a tres hombres. S, jefe, pero no le buscan por eso. Por qu, entonces? Larry, desde el suelo, bostez ligeramente y dijo: Por sinvergenza. No te hagas el gracioso. Me; dijeron que ofrecan cinco mil pavos por tu cabeza. Es una suma importante, y forzosamente has tenido que hacer al go sonado. Por qu te reclaman? Bah! Por poca cosa. Mat al sheriff de Denver y a dos de sus alguaciles. Hubo un silencio despus de estas palabras, y los cinco hombres se miraron a los ojos con una extraa expresin. Para ninguno de ellos era una cosa nueva matar a un sheriff y mucho menos a un alguacil. Pero dicho de aquella manera... Qu te haba hecho el sheriff de Denver? pregunt Colman, rompiendo el silencio. Haba hecho ahorcar a mis padres. Otra vez hubo un momento de tensin, roto nuevamente por la voz ronca de Colman: Alguna razn tendra, no? Ellos haban ocultado a un hombre herido que era enemigo mortal del sheriff y de los caciques que lo apoyaban. No les fue perdonado un hecho as; losahorcaron inmediatamente. Sabes que hablas de eso con mocha tran quilidad?Es que yo soy un tipo tranquilo. Hasta cuando peleas? Al sheriff de Denver lo mat con una mano mientras con la otra encenda Un cigarrillo. Todos los pistoleros, menos Colman, lanzaron una carcajada. A Colman no le gustaba, encontrar un pistolero que pudiera ser considerado ms rpido que el.Pero tampoco quera adoptar una actitud hostil hacia aqul hombre mientras no supiera si le iba a ser til o no. Y ahora has dejado que te capturara una mujer pregunt lentamente. Lorna intervino por primera vez en la conversacinNo le he capturado yo, sino Peter. S? Y por qu? Ofrecan cinco mil dlares por su cabeza. El mismo negocio que hicisteis conmigo, no? El mismo. Pero esta iba a ser la ltima vez. Ah! Os largabais? S. Al Este. Iban a celebrar mis funerales en Nuera York dijo Larry, calmosamente Son buenos chicos. En aquel momento Lrna, quien haba credo que los pistoleros estaban distrados, se puso en movmiento. De un salto, empleando todo el impulso de su cuerpo joven y elstico, lleg hasta la mesa que se hallaba en el centro de la pieza. Tir velozmente del cajn central y puso la mano sobre el revlver ya amartillado que siempre descansaba all para casos de emergencia.Todos sus movimientos, giles y calculados, fueron una maravilla de precisin , Pero no pudo levantar del todo el revlver. Justo cuando iba a ponerlo en lnea de tiro, Colman dispar negligentemente a travs de la funda y lo hizo saltar en pedazos de la mano derecha de Lorna, dbujando entre, los dedos de sta una delgada lnea de sangre. Lorna se inclin hacia adelante, a punto de caer mientras lanzaba un gemido de dolor.Pensabas matarnos a los cinco? ri Colman No te falta imaginacin, muchacha. Ni cuerpo... Se aproxim a ella con un veloz movimiento czandola brutalmente, casi al vuelo, cuando Lorna intentaba escapar. De un rodillazo la proyect contra la pared, y una vez la tuvo acorralada all, la

  • retorci entre sus brazos y la bes en el cuello mientras ella gema desesperadamente. Todos sus pistoleros guardaron un ominoso silenci, mirando la escena. Todos tenan los cuellos tiesos y las gargantas secas, apreciando los movimientos de tigresa de aquella mujer.. Larry tambin lo miraba todo. Pero su expresin era distinta: aqulla luz que haba en sus ojos grises era siniestra, casi mortal, como la luz que hace brillar los ojos de las fieras cuando stas se disponen a la acometida. Sin embargo, no se movi. Era imposible saber lo que pasaba por su cabeza en estos momentos. Ante el brutal abrazo de Colman a Lorna, l permaneci mudo y quieto como una estatua. Aquello dur apenas un minuto. Sin duda hubiese durado ms, pero en aquel instante, uno de los pistoleros gru: Alguien se acerca. Colman solt inmediatamente a la muchacha.De un salto se acerc a la ventana, situanddose junto al hombre que acababa de dar la noticia. Escrut la llanura baada por la luz lunar. Son dos hombres dijo. Vienen a galope.Lorna lanz un gemido al pensar que su hermano haba llegado muy pronto. Demasiado pronto! Podemos acribillarlos dijo suavemente uno de los pistoleros. Ni se darn cuenta de que caen. En este momento no estn ni siquiera a doscientas yardas de aqu. Si se trata de Hallaran, prefiero que me lo dejeis dijo Larry desde el suelo Tengo un asunto pendiente con l. Yo tambin gru ColmanY me parece poca cosa resolverlo con un solo balazo. Lorna, en ese momento, intent gritar. El que estaba junto a ella se dio cuenta a tiempo y la acall brutalmente, ponindole una mano sobre la boca. Lorna se retorci, pero sus esfuerzos fueron intiles. Ningn aviso pudo llegar a los dos jinetes que ha aproximaban velozmente. Cuando estaban a unas cincuenta yardas, la luna arranc un destello al que vena a la izquierda. Ese lleva algo sobre el pechodijo Colman Es el sheriff! Viene a por m dijo Larry, con la misma calma de siempre. No comprendo, para pagar cinco mil dlares, por qu se ha dado tanta prisa. De modo que lleva cinco mil dlares encima? Probablemente. Los ojos de Colman brillaban. Y brillaban tambin, sudorosas, las facciones de sus pistoleros. Disparamos? pregunt uno de ellos, junto a la ventana. No tendrn-escapatoria. No. Dejad que entren.'Casi en el mismo instante los dos jinetes llegaron junto al porche del rancho. Descabalgaron, ataron sus monturas a la barra muy sumariamente y se dirigieron hacia la puerta de la casa a paso de carga. Halloran la abri de un golpe. Lorna, ya hemos podido ve... Cuando termin la frase ya estaba dentro. El sheriff le segua a un paso. Se dieron cuenta demasiado tarde de que estaban rodeados de enemigos. Y de qe uno de estos enemigos era Colman... Fue l quien dispar. Y la vctima elegida no result Halloran, sino el sheriff. El disparo de Colmal hecho con sangre fra y a matar, le atraves el conrazn certeramente. Sin un gemido, con la boca todavia abierta a causa del asombro, el sheriff cay muerto. Halloran intent sacar, pero era ya demasiada tarde. Los pistoleros que haba a sus costados le apresaron los brazos y se los retorcieron salvajemente ante de que pudiera tocar las culatas. Halloran gimi de rabia mientras era desarmado y derribado al suelo. Soltadle! grit Colman. Y apenas Halloran estuvo libre, pero de rodillas ante l, lo derrib por completo de un salvaje puntapi al mentn que le hizo retorcerse sobre las tablas lanzando aullidos de dolor. Esto no es nada, Halloran! grit Colman- No hemos hecho ms que empezar a divertirnos Y le propin un puntapi a los rones que le hizo dar dos vueltas completas sobre s mismo. Lorna, liberada al fin de la mano que la amordazaba, lanzo tambin un grito de horror. Cochino chivato ! -bram Colman, con los ojos inyectados en sangre. He atravesado el

  • desierto solo para qu llegara este momento! Te har pedazos aqu mismo! Nadie reconocer tu cadver! Un odio fantico pareca dirigir sus movimientos. Pero se detuvo de repente, como si volviera a la realidad, cuando se dio cuenta de que sus hombres parecan aturdidos y nerviosos. Con voz furiosa rugi: Qu os pasa? Es que tenis miedo a este tipo? No os gusta ver cmo lo aplasto? Es por el sheriff, jefe.Qu ocurre con l? No est, bien muerto? Precisamente, Colman dijo otroEs seguro que al menos un alguacil est en Little Sun, y vendr a buscarlo antes del alba. Conviene que huyamos sin dejar rastro y as no se organizar ninguna batida por el desierto. No es exceso de prudencia; es que no me gusta complicarme la vida. A m tampoco dijo Colman. Hasta en sus momentos de furia saba ser un hombre reflexivo, astuto, que aprovechaba siempre los momentos ms favorables y no se dejaba llevar por los nervios. Quiero dedicar a Halloran el tiempo que se merece dijo, y aqu va a ser imposible. A su hermanita tambin vale la pena hacerle los honores. Nos largaremos todos al desierto, y si no dejamos pistas, nadie nos perseguir. Separ las mandbulas y aull de pronto: Arreando...! Sus hombres se pusieron en movimiento frenticamente. Uno corri en busca de los caballos. Otros dos arrastraron a Lorna al exterior, y el cuarto empez a atar a Halloran. Fue este ltimo el que pregunt: Qu haremos con Larry Percival? Lo desatamos? No gru Colman. Para qu nos va a hacer falta? Djale que se entienda l slito con el gente del sheriff. Nosotros tenemos ya bastante trabajo en aquel rancho perdido que vimos en mitad del desierto. El del atad...

  • Captulo VII

    EL HOMBRE DE CARSON CITYMientras Colman y sus pistoleros se disponan a regresar al que ellos llamaban El rancho del atad, llevando consigo a Peter Halloran y a su hermana Lorna, en la lejana ciudad de Carson City, al otro lado del desierto, se preparaba un acontecimiento que al parecer no tena importancia, pero que iba a estar estrechamente ligado con los acontecimientos. Suceda sencillamente que tres hombres aburridos estaban bebiendo en un saloon. Llevaban varias horas all, y el calor pegajoso que haca aquella tarde les haba ido alterando los nervios. En el saloon, a aquella hora, zumbaban centenares de moscas. No actuaban bailarinas y nadie haca funcionar la pianola. Era un verdadero asco. Aquello pareca el cuarto donde se vela a un muerto, en lugar de una casa de bebidas. Hasta el licor saba mal aquella tarde. Y los tres hombres estaban aburridos, no deseando abandonar su mesa porque sta se hallaba colocada muy cerca del escenario, y aquella noche iba a actuar una artista nueva que, segn aseguraban, tena las piernas ms bonitas del Oeste. Los tres hombres tenan gran inters en averigua si eso era verdad, y ya se sabe que esas cosas slo pueden comprobarse si uno est muy cerca. Tal era la causa de que no abandonaran la mesa, por la cual habra puetazos aquella misma noch. Pero las horas se hacan insoportables, y an parecia faltar una eternidad para que comenzase el espectaculo. Uno dijo: Si esto sigue as, voy a tener que entretenerme contando las moscas. Ms te valdra contar las pulgas que llevas en la camisa.Oye, t... Nada, hombre, ya sabemos que eres un tipo elegante y limpio. En realidad, los tres lo eran. De lo ms elegante limpio que corra por Carson City. Rondaran por los veinticinco aos, y no haban trabajado en toda su vida. Hijos de prsperos comerciantes de la localidad, consideraban horrible encallecerse las manos en cualquier clase de labor, y lo nico que saban hacer era vestir bien, hablar de las piernas de las mujeres y manejar el revlver. Normalmente, siempre estaban deseando gastar bromas, y su vida era de lo ms divertido que se puede soar. Pero esta tarde estaban aburridos, y haban empezado ya a maldecir en voz alta. Por fin uno de ellos encontr un tema de conversacin agradable. Sabis que Harper se ha largado de la ciudad? Harper? S, ya me ha llamado la atencin no verlo ltimamente. Por qu se ha ido? No lo s con, exactitud, pero supongo, que se debe a otra mana de las suyas. Algo de sus colecciones? Seguro.Otro intervino: Es verdad qu ha comprado un rancho aislado en el interior del desierto, un rancho que apenas tiene agua para lavarse la cara, y que piensa guardar all parte de sus colecciones? No lo s, porque con ese loco nunca se sabe nada con certeza. Pero lo que si es seguro es que los objetos raros de las colecciones ya no le caban en casa. Y su hija? Ha marchado con l? Qu remedio! Imagino que la pobre muchacha lo habr sentdo. Estaba bastante, interesada por ese imbcil de

  • Tom Donald. Y l por ella. Anda loco. Si le dicen que se coma un revlver por darle gusto, lo hace.Pero estoy convencido de que es la nica persona en Carson City que an no se ha enterado de la marcha de Gladys. Siempre es el ltimo en enterarse de todo. No he visto un tipo igual. Es ideal para gastarle bromas.Y en ese momento, como si aquellas palabras fueran un conjuro, alguien ms apareci en la puerta del semidesierto sobn. Uno de los tres que estaban sentados a la mesa advirti a los otros: Eh, mirad! Tres pares de ojos se volvieron hacia los batientes. Es Tom Donald! Diablos! Hazle seas para que se acerque! Pero el recin llegado ya les haba visto, y se acercaba a ellos sonriendo con una sonrisa candida. Era un hombre joven, aunque un poco ms que los tres que estaban ya sentados. Deba tener unos veinticuatro aos. Alto y un poco cargado de espaldas, su figura deba resultar poco tranquilizadora por la noche, si no se le vea la cara. Pero su rostro simptico, franco; hasta un poco bobalicn, bastaba para disipar todos los recelos. Iba muy bien vestido, como corresponda a un joven de posicin acomodada, aunque ste, a diferencia de los otros, trabajaba un poco. Su padre era dueo de la mejor funeraria del ciudad, y Tom Donald visitaba a los familiares de difuntos antes del entierro para hacerles propaganda de tal o cual atad, o de tal o cual formula de embalsamiento. Pero l jams haba puesto las manos sobre un cadver porque le daban horror. Su extrao oficio y sus continuos despistes a veces haba un muerto en una casa y l iba a hacer la visita a otra, con su catlogo de atades, era motivo de incesantes bromas por parte de todos los que lo conocan. Esta fue la causa de que ahora los tres hombres que estaban sentados a la mesa se las prometieran muy felices al verle avanzar hacia ellos. Qu hay, Tom? Cmo van los negocios? Alegra esa cara, hombre! Tom Donald susurro: Es que para presentarse en las casas donde hay un difunto hace falta tener una cara as. Te lo aconseja tu padre? Mi padre siempre tiene razn..Claro, hombre, claro... Y qu dice l de tu prxima boda con Gladys Harper? Los ojos de Tom brillaron ilusionados. Es que hay algo decidido? Sabis alguna cosa? Eso tendras que saberlo t, hombre, no nosotros. Vaya novio que ests hecho, diablos !Anda, sintate. Con vuestro permiso. Qu quieres tomar? Ya sabis que nunca bebo. Es que te conviene estar preparado para lo esta noche. Tienes que estar un poquito alegre. . Y qu pasa esta noche? pregunt Tom Donald. con los ojos ingenuamente abiertos. Doyle, l que acababa de hablar dio un suave golpecito con el pie, por debajo de la mesa, a las piernas de sus compaeros. Casi nada continu. Pero, qu estoy diciendo? No me digas que no lo sabes ya. No lo s, Doyle, no lo s. Habla! Te estas burlando de nosotros.

  • Burlarme yo? pregunt Donald, llevndose la mano al pecho, como si le hubieran acusado de un crimen. Jurame que no sabes nada. Lo juro. Est bien, habr que creerte. Resulta que Harper da esta noche una gran fiesta, a la cual asistir, como es natural, su hija. Una fiesta de disfraces, un baile... En el cual, segn ha anunciado, habr grandes sorpresas! Por ejemplo, el permiso para vuestras relaciones -dijo otro, intencionadamente. De verdad creis eso? Dnde lo habis odo decir? En la ciudad no se habla de otra cosa. Pues en las visitas que he hecho no me han dicho nada... A ti qu te van a decir, si vas con un catlogo de atades debajo del brazo! Estaras perdido si no tuvieses amigos de verdad! S... De verdad que s, chicos. Os lo agradezco. El que haba hablado primero, es decir Doyle, se repantig en la silla. Pues organizan un gran baile de disfraces continu. Seguramente habrs visto la casa cerrada, pero es que no quieren que nadie moleste mientras la decoran por dentro. Ser algo grandioso, algo inolvidable. Y yo sin saber nada! Precisamente tenamos que darte el recado t nosotros. Qu recado? El que nos dio Gladys para ti. Nos dijo que su padre no quera dar el brazo a torcer fcilmente y que no te invitara de una forma oficial, pero que estn deseando veros juntos. Que quera veros juntos para de este modo hacer ver que se resignaba ante lo inebitable, pero en realidad loco de alegra por haber cedido. Ya sabes cmo son esos viejos maniticos. Quieren refunfuar hasta el fin slo por guardar las aparincias. En resumen: que tienes que ir. Bues claro que ir! Oh, gracias, Doyle, gracas! Sera capas de cualquier cosa por ti ! Si algn vez..! si alguna vez necesitas un atad, te prometo hacerte rebaja! Bueno, hombre, no hace falta que me demuestres la gratitud de ese modo. Lo interesante es que vayas y te busques antes un buen disfraz. La fiesta empieza a las once, de modo que no tienes demasa tiempo para perderlo. Hay qu tener en cuenta muchos detalles. Tom Donald se llev un dedo a los labios, preocupado. Un disfraz, un disfraz... Y de qu me disfraz o yo? Nunca he tenido imaginacin para esas cosa sPrecisamente por ello, Gladys me pidi que transmitiera lo que ella desea, Pretende ayudarte, pobre muchacha, y evitarte complicaciones. Ya me ha dicho qu clase de disfraz ha de ser el tuyo.-S? SiQu buena es! No lo sabes t bien. Un cielo. Hara cualquier cosa por ella y por su amor. De qu quiere que vaya disfrazado? Doyle mir a los otros dos, guard un instante de espectacular silencio y luego trag aire para decir: De conde Dracula. De conde qu,.? De conde Drcula, hombre. No lo has odo nombrar? Creo que s, pero no tengo idea de cmo poda ir vestido. Eso no es complicado. Yo lo s bien, y la misma Gladys me hizo un boceto que recuerdo perfectamente. Vers, voy a dibujrtelo. Y luego, en el mismo almacn de mi padre, compraremos las ropas. Pero, de veras podr tenerlo todo listo para las once?Claro que s. T no te preocupes. Nosotros nos encargaremos de todo, y a las once de esta noche, cuando empiece el gran baile de gala en casa de los Harper, t podrs presentarte all y causar sensacin, convertido en un autntico conde Drcula.

  • Captulo VIII

    TRAS LAS HUELLAS

    Por la ventana se filtraba la primera luz incierta del amanecer. Era una luz tristona y gris, como la que uno piensa que debe entrar por las rendijas de las tumbas. Larry, desde su lugar junto a la puerta, vio llegar aquel resplandor con una leve expresin de angustia. Llevaba horas intentando librarse de sus ligaduras. Y a l mismo le pareca increble no haberlo conseguido an. Desd que Colman y sus hombres marcharon, llevndose con ellos a Lorna y a su hermano Peter Halloran, Larry haba estado intentando librarse de sus ligaduras, sabiendo que de ello dependa su propia vida. Al principio todo le haba parecido muy sencillo. Ponerse en pie, cosa nada complicada, puesto que tenia los pies libres. Acercarse a la sierra que colgaba de una puerta y que ya antes habia visto cuando intento saltar sobre Lorna. Y luego ir aserrando poco a poco las ligaduras con los dientes de la herramienta. Pero stos estaban de tal modo torcidos y abollados que resultaba imposible cortar los bien trenzados nudos. Ni con diez horas de trabajo lo hubiese conseguido. Y el agente del sheriff, el que haba estado esperando en Little Sun, poda llegar de un momento a otro... Busc entonces un cuchillo en la pequea cocna del rancho, pero el armario donde sin duda se encontraban stos se hallaba cerrado con llave, y las llaves no aparecan por parte alguna. Todo estaba tan ordenado, tan limpio, que no apareca ningn objeto dejado por descuido fue de su sitio. Y mucho menos un cuchillo. Maldiciendo en voz baja, Larry tuvo que descerrajar el armario, cosa nada fcil llevando las manos atadas a la espalda. En, esto consumi un tiempo precioso, pensando que lo tena todo perdido cada vez que crea or el galope de un caballo en la lejana., Al fin logr descerrajar el armario, y entonces,a tientas, busc un cuchillo de filo bien cortante. Tampoco result sencillo manejarlo de forma que pudiera cortar las ligaduras, porque los nudos estaban trenzados con una perfeccin diablica. Pero al fin lo consigui. Y estaba a punto de librarse del todo junto a la puerta de la casa, cuando empez a amanecer y oy con perfecta claridad el galope de aquel caballo. Era uno solo. . Los ojos de Larry escrutaron la lechosa claridad, buscando distinguir a su nuevo enemigo. Lo vio al fin a unas doscientas yardas, galopando hacia el rancho. Usaba sombrero blanco, algo le brillaba en el pecho y llevaba un rifle cruzado sobre la silla. El agente del sheriff, el que ya se haba cansado despus de tanto esperar en Little Sun! Un tipo que disparara sin preguntar en cuanto viese el cadver de su jefe! Larry contempl, casi a sus pies, el cuerpo cado del sheriff. Una gran mancha de sangre pegajosa se haba ya extendido alrededor suyo. Varias moscas tordas como araas gozaban con el repulsivo festn, posndose golosas en los bordes de la herida. El agente estaba ya slo a unas cien yardas. A cincuenta... Vea brillar claramente su chapa a la luz incierta del amanecer. Ahora Larry ya no poda salir sin ser visto, y mucho menos huir, porque no dispona de armas ni de caballo. Necesitaba cortar las ligaduras inmediatamente o morira atado como una res!

  • Pero la perfeccin de los nudos era diablica. Cortaba uno y surga otro detrs, como si aquellas ligaduras no terminasen nunca. Hizo al fin un violento esfuerzo, segando cuerdas y piel, y al fin sus muecas quedaron libres mientras de ellas brotaba un chorro de sangre. . Era hora. El alguacil estaba ya apendose frente al porche de la casa. Olfate el aire con suspicacia, como si oliera a murte, y dej el rifle en el arzn para desenfundar su revlver. Larry vio sus ojos negros a travs de la ventana y comprendi que aquel hombre estaba asustado y que tirara a matar.La puerta fue abierta de un puntapi. Lo primero que el alguacil vio fue el cadver sheriff. Estuvo a punto de tropezar y caer sobre el, tan cerca se encontraba de la puerta. Lanz un grito y amartill su revlver con un movimiento instantaneo. Larry salt sobre l, surgiendo de las sombra.Sus dos manos volaron hacia el revlver que sujetaron como dos garfios de hierro. Inmediatame el alguacil sint